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  • Revista del BioCentro de la UNELLEZ del Vicerrectorado de Produccin Agrcola Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora

    UNELLEZ

    Guanare, Estado Portuguesa, Venezuela

    Edicin Especial N 10

    BOSQUES DE VENEZUELA: UN HOMENAJE A JEAN PIERRE VEILLON

    Julio, 2011 ISBN 980-231-131-6

  • BIOLLANIA EDICION ESPECIAL NO. 10. 2011 ISBN 980-231-131-6 PORTADA: BOSQUES DE VENEZUELA De Izquierda a derecha:

    (1) Rancho Grande, edo. Aragua, Foto: G. Romero (2) Yavita-Maroa, edo Amazonas, Foto: G. Romero (3) Paramo El Pumar, edo. Trujillo, Foto: N. Cuello (4) Chaparrito, edo. Barinas, Foto: J. Farreras

  • EDICION ESPECIAL NO. 10

    BOSQUES DE VENEZUELA: UN HOMENAJE A JEAN PIERRE VEILLON

    Editado por

    Gerardo A.Aymard C.

    patrocinado por

    UNELLEZ-Guanare

    Vicerrectorado de Produccin Agrcola Coordinacin de Investigacin

  • EXPRESIN DE GRATITUD

    Se agradece a las siguientes personas que aportaron informacin y apoyaron la produccin de esta Edicin Especial No. 10: Hernan

    Finol Urdaneta, Edward Ara Cernuda, Luis Marcano Berti, Ernesto

    Arends, Omar Carrero Araque, Gustavo Romero-Gonzlez, Oliver

    Phillips, Miguel Nio y Franco Antonucci.

  • Autoridades Universitarias

    UNELLEZ

    Rector Prof. Angel E. Deza G. Secretaria General Prof. Alfredo A. Ramos Vicerrector de Servicios Licdo. William Pez Vicerrector de Planificacin y Desarrollo Social Prof. Edinson Prez Vicerrector de Planificacin y Desarrollo Regional Prof. Rita Snchez Vicerrector de Produccin Agrcola Prof. Rafael Izarra Vicerrector de Infraestructura y Procesos Indus-triales

    Prof. Alberto Villavicencio

    Secretara Ejecutiva de Investigacin Prof. Ral Garca P. Secretara Ejecutiva de Postgrado Profa. Yiletsa Gonzlez Coordinacin de Investigacin del Vicerrectorado del Produccin Agrcola

    Prof. Santos Miguel Nio

    Jefes de Unidades del BioCentro - Unellez

    Herbario Universitario Prof. Nidia L. Cuello A. Museo de Zoologa Prof. Crspulo Marrero Centro Cartogrfico Prof. Santos Miguel Nio

    Curadores Plantas vasculares Ing. Angelina Licata Mastozoologa Prof. Antonio Utrera Ornitologa Prof. Alexis Araujo Herpeteloga Prof. Juan Elas Garca Ictiologa Prof. Otto Castillo Invertebrados Prof. Crspulo Marrero

  • Revista del BioCentro del Vicerrectorado de Produccin Agrcola Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora

    UNELLEZ

    Fundada en 1984 por Francisco Ortega, Gerardo Aymard y Basil Stergios

    Edicin Especial N 10 Julio, 2011

    ISBN 980-231-131-6

    Editor de esta Edicin Especial: Gerardo Aymard

    Equipo de Produccin Editorial

    Francisco Ortega Editor Fundador Basil Stergios Editor Fundador Gerardo Aymard Editor Fundador Donald C. Taphorn Editor Adjunto Crispulo Marrero Editor Ejecutivo Nidia Cuello Editor Asociado Miguel Nio Editor Asociado

    Apoyo Editorial de la Edicin Especial N 10

    Nidia Cuello Diagramacin y Arte final

    Equipo Editiorial

    Alex S. Flecker Cornell University (USA) Kirk O. Winemiller Texas A & M University (USA) Guido Pereira Universidad Central de Venezuela (Venezuela) Klauss Jaffe Universidad Simn Bolivar (Venezuela) Juhuani Ojasti Universidad Central de Venezuela (Venezuela) Roger Carrillo Universidad Simn Bolivar (Venezuela) Jaime E. Thomerson University of Southern Illinois (USA) Lawrence Page Illinois Natural History Survey (USA) Leo Nico USFWS (USA) Richard Schargel UNELLEZ (Venezuela) Pedro Urriola UNELLEZ (Venezuela) Enrique Lamarca Universidad de Los Andes (Venezuela) Bruce K. Holst Marie Selby Botanical Gardens (USA) Abraham M. Urrutia Universidad Francisco Miranda (Venezuela) Martn Correa Viana UNELLEZ (Venezuela) Brian Boom New York Botanical Garden (USA) Salvador Boher MARNR-PROFAUNA (Venezuela) Laurence J. Dorr Smithsonian Institution, Washington, D.C. (USA) Christopher Kossowski Universidad Lisandro Alvarado (Venezuela) Gustavo Romero Gonzlez Harvard University (USA) Paul Berry University of Michigan (USA) Nstor Livio Muoz Ora UNELLEZ (Venezuela)

    Esta publicacin es analizada e indizada por: Biosis Scientific Thomson Reuter; REVENCYT; KEW INDEX BIBLIOGRAPHY; IPNI

  • CONTENIDO Anibal Luna Lugo y Luis Marcano-Berti HOMENAJE A JEAN PIERRE VEILLON . 1-3 Omar Carrero Araque PRLOGO 4-6 Gerardo A. Aymard C. INTRODUCCIN .. 7-10 Richard Schargel UNA RESEA DE LA GEOGRAFA FSICA DE VENEZUELA, CON ENFASIS EN LOS SUELOS 11-26 Franco Urbani UN ESBOZO DE LA GEOLOGA DE VENEZUELA . 27-32 Gerardo A. Aymard C. BOSQUES HUMEDOS MACROTRMICOS DE VENEZUELA . 33-46 Jos Lozada, Jos R. Guevara, Clemente Hernndez, Pilar Soriano y Manuel Costa LOS BOSQUES DE LA ZONA CENTRAL DE LA RESERVA FORESTAL IMATACA, ESTADO BOLVAR, VENEZUELA 47-62 Lionel Hernndez, Elio Sanoja, Cristabel Durn, Jos Ayala, Jacqueline Ortz, Leandro Salazar, Mayerslin Echagaray, Nelda Dezzeo, Nay Valero, Winfried Meier, Litzinia Aguirre, Patricia Rodr-guez, Jagni C. Gonzlez, Luz Delgado, Glenda Rodrguez y Hernn Castellanos ESTUDIO A LARGO PLAZO DE LA DINMICA DE BOSQUES EN UN GRADIENTE ALTITUDINAL AL SUDESTE DE LA GUAYANA VENEZOLANA ..

    63-73 Nidia L. Cuello A. y Antoine Cleef BOSQUES DE LOS ANDES DE VENEZUELA: CASO EL RAMAL DE GUARAMACAL

    74-105

    Winfred Meier LOS BOSQUES NUBLADOS DE LA CORDILLERA DE LA COSTA EN VENEZUELA .

    106-121

    Giuseppe Colonnello, Leyda Rodrguez, Omaira Hokche, Irene C. Fedn y Mara Gonzlez-Azuaje ESTRUCTURA Y FLORSTICA DE LOS BOSQUES DE LA CUENCA DEL RO CUCURITAL, SEC-TOR OCCIDENTAL DEL PARQUE NACIONAL CANAIMA, ESTADO BOLVAR, VENEZUELA

    122-154 Gerardo A. Aymard C., Jos Farreras y Richard Schargel BOSQUES SECOS MACROTERMICOS DE VENEZUELA .

    155-177

    Jos R. Guevara, Omar Carrero Araque, Manuel Costa y Aurimar Magallanes LAS SELVAS ALISIAS: HIPTESIS FITOGEOGRFICA PARA EL REA TRANSICIONAL DEL PIEDEMONTE ANDINO Y LOS ALTOS LLANOS OCCIDENTALES DE VENEZUELA .

    178-188 Victor Figueroa LOS BOSQUES SECOS DE LA COSTA ORIENTAL DEL LAGO DE MARACAIBO, ESTADO ZU-LIA. VENEZUELA

    189-196

    Valois Gonzlez LOS BOSQUES DEL DELTA DEL ORINOCO .

    197-240

    Ernesto Medina y Elvira Cuevas COMPLEJO CAATINGA AMAZNICA: BOSQUES PLUVIALES ESCLERFILOS SOBRE ARE-NAS BLANCAS .

    241-249

  • Crspulo Marrero LA VEGETACIN DE LOS HUMEDALES DE AGUA DULCE DE VENEZUELA .

    250-263

    Gerardo A. Aymard C., Mariapia Bevilaqua y Lya Crdenas ANLISIS FITOGEOGRFICO DE LA FLORA VASCULAR DE LA CUENCA DEL RO CAURA, ESTADO BOLVAR .

    264-281 Carlos Pacheco-Angulo, Inmaculada Aguado y Danilo Mollicome LAS CAUSAS DE LA DEFORESTACIN EN VENEZUELA: UN ESTUDIO RETROSPECTIVO .

    282-293

    Gustavo Romero-Gonzlez EL ESTADO DE LA CONSERVACIN Y LA BIODIVERSIDAD EN VENEZUELA: DOCE AOS DESPUS .

    294-303

    Yamil Madi, Jos Vzquez, Adrian Len y Jean Jos Rodrguez ESTADO DE CONSERVACION DE LOS BOSQUES Y OTRAS FORMACIONES VEGETALES EN VENEZUELA .

    304-325

  • HOMENAJE A JEAN PIERRE VEILLON

    En el Ao Internacional de los Bosques (2011) es oportuna la ocasin para dedicar esta Edicin Es-pecial de la revista Biollania al Profesor Jean Pierre Veillon, uno de los tcnicos forestales ms promi-nentes del siglo XX, quien, a travs de sus innume-rables observaciones y mediciones de campo ge-ner gran cantidad de informacin original acerca de los diferentes aspectos de la vegetacin boscosa de Venezuela. Entre los logros y aportes ms im-portantes de su vida profesional se destacan: la creacin de una red de parcelas permanentes para el estudio de los bosques venezolanos, la confec-cin de las tablas de conversin de las unidades forestales, y sus advertencias acerca de las graves consecuencias que causaran las deforestaciones en los Llanos Occidentales. Fue adems un desta-cado docente: dict cursos de ordenacin forestal, silvicultura, ecologa, poltica y valoracin forestal en la Facultad de Ciencias forestales de la Universidad de los Andes, por ms de tres dcadas, inspirando a numerosos estudiantes y tcnicos de la ciencia forestal. Despus de obtener su jubilacin en 1977, el Prof. J. P. Veillon continu realizando numerosos viajes de campo, analizando y publicando sus inva-lorables datos hasta su muerte en 2002.

    Gerardo A. Aymard C. (editor)

    Jean Pierre Veillon trabajando en su oficina del Instituto de Silvicultu-ra, Facultad de Ciencias Forestales, Universidad de los Andes, Mri-da, Venezuela (Fotografa cortesa de Luis Marcano-Berti).

    Breve resea biogrfica

    Jean Pierre Veillon, hijo del Ing. Forestal Charles Maurice Veillon y de Margarita Borel, naci el 16 de Diciembre de 1914 en la Comuna de Cernier, perte-neciente al Cantn de Neuchtel, Suiza. Antes de comenzar la II guerra mundial, se gradu de inge-niero forestal en el Politcnico Industrial de Zurich (1936-37). En 1947, lleg a Venezuela a trabajar como parte de un selecto grupo de tcnicos extran-

    jeros contratados por el gobierno nacional, para crear y organizar la Oficina Tcnica Forestal del Ministerio de Agricultura y Cra, bajo la supervisin de Henry Pittier, padre de la botnica venezolana.

    Desde el momento de su llegada, J.P. Veillon am a Venezuela como a su propia patria, recorri y cono-ci el pas como muy pocos. En 1948, con la ayuda de M. R. Turner y G. Budowski, elabor el primer inventario forestal del pas en la reserva forestal de Turn, estado Portuguesa, demostrando que los bosques de esta regin de los Llanos Occidentales posean entre 50 y 100 m de maderas comerciales por hectrea. En 1951 comienza su labor como profesor en la Escuela de Ingeniera Forestal de la Universidad de los Andes, en Mrida (tambin fue docente en Costa Rica desde 1963 a 1966), y a partir de 1953 emprendi sus mediciones de rbo-les a travs de la instalacin de 62 parcelas perma-nentes en todo el pas. Su obra no slo est regis-trada por su activa participacin en los diferentes atlas forestales (fue director tcnico del primer Atlas Forestal de Venezuela en 1961) mapas de vegeta-cin y uso de la tierra a escala nacional, sino en innumerables trabajos y artculos publicados ma-yormente en revistas forestales de Venezuela y Amrica Latina, en los que destacan: el libro titulado Conferas autctonas de Venezuela: Los Podocar-pus (1962), tres tratados sobre los bosques natura-les de Venezuela (1987; 1995; 1997) y el Atlas de la vegetacin de Venezuela de 1985, dirigido por el Ing. For. Edward A. Ara C. El resultado de este proyecto fue una gran cantidad de informacin so-bre la vegetacin boscosa del pas, la cual est acompaada con un listado de especies por zonas de vida. A este sobresaliente forestal europeo, Venezuela le debe mucho. Sus ejemplos de modestia y su til practicidad son permanentes lecciones de servicio y humildad para todos los involucrados en los estu-dios forestales. Lo perfecto es casi siempre enemi-go de lo bueno, sola decirnos para animarnos a seguir adelante por sobre nuestros propios errores. La muerte lo sorprendi en Suiza en 2002, cuando preparaba la parte final de la serie sobre los Bos-ques Naturales de Venezuela. Actualmente, la informacin de las parcelas perma-nentes establecidas por el Prof. J.P. Veillon y sus observaciones sobre la influencia de la extensin del perodo de verano en la estructura y composi-cin florstica de la vegetacin, estn siendo utiliza-das por numerosos investigadores, especficamen-te, para el clculo de la formacin de la biomasa forestal y para ubicar las regiones Neotropicales

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  • con la mayor densidad y diversidad de especies vegetales.

    Anibal Luna-Lugo y Luis Marcano-Berti Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, Merida, Venezuela.

    Listado de publicaciones de Jean Pierre Veillon

    (Compilado por Ernesto Arends R. y Gerardo A. Ay-mard C.) Veillon, J. P. 1948. Mapa forestal de la cuenca del bajo y medio

    Ro Caura, Estado Bolvar. Ministerio de Agricultura y Cra, Caracas, Venezuela

    _____. 1949. Mapa forestal del Estado Barinas. 1: 250.000. Ministerio de Agricultura y Cra, Caracas, Venezuela

    _____, M. Turner, H. M. Curran y L. Cieslinski. 1949. Estudio de las zonas forestales del estado Portuguesa. Estados Unidos de Venezuela. Ministerio de Agricultura y Cra, Dep. de Divul-gacin Agropecuaria. Caracas. Venezuela. 65 p.

    Curran, H. M., J. P. Veillon y G. Budowski. 1949. Observaciones y recomendaciones en materia forestal para el estado Trujillo. Ministerio de Agricultura y Cra, Dep. de Divulgacin Agrope-cuaria. Caracas. Venezuela. 27 p.

    Veillon, J. P. 1955. Mapa forestal de Los Andes. 1: 250.000. Instituto de Silvicultura. Facultad de Ciencias Forestales, Universidad de los Andes, Mrida. Venezuela

    _____, L. A. Bernardi y H. Lamprecht. 1955. Bosques Andinos de Venezuela. Instituto de Silvicultura. Facultad de Ciencias Fo-restales, Universidad de los Andes, Mrida. Venezuela

    _____. 1955. Geografa, composicin, importancia y costo de las explotaciones madederas en el estado Barinas, Venezuela. Boletn de la Facultad de Ingeniera Forestal 9: 71-124.

    _____. 1956. Tablas de cubicacin para rboles en pie en dos tipos de bosques venezolanos. Bol. IFLAIC 2: 73-94.

    Lamprecht, H. y J. P. Veillon. 1957. La Carbonera. Revista El Farol 18(168): 17-24.

    Veillon, J. P. 1960. Bases econmicas y ecolgicas para la intro-duccin de conferas tropicales Centroamericanas en Vene-zuela. Bol. IFLAIC 5: 46-94.

    _____. 1961 (Director Tcnico). Atlas Forestal de Venezuela. Ministerio de Agricultura y Cra, Direccin de Recursos Natu-rales Renovables, Edit. Senda-Avila, 39 mapas, Caracas. Ve-nezuela

    _____. 1961. Proyecto de plan de manejo para el bosque San Eusebio. Facultad de Ciencias Forestales, Universidad de los Andes, Mrida. Venezuela.

    _____. 1962. Conferas autctonas de Venezuela. Los Podocar-pus (con especial nfasis sobre los Podocarpus de la regin central del estado Mrida, Venezuela). Facultad de Ciencias Forestales, Universidad de los Andes, Mrida. Venezuela , 156 p.

    _____. 1962. Relacin de ciertas caractersticas de la masa forestal de los bosques de unas zonas bajas de Venezuela con el factor climtico: humedad pluvial. Rev. Forest. Venez. 6-7: 35-95.

    _____. 1963. Relacin de ciertas caractersticas de la masa forestal de unos bosques de las zonas bajas de Venezuela con el factor climtico: humedad pluvial. Acta Cient. Venezo-lana 14: 30-41.

    _____. 1965. Variacin altitudinal de la masa forestal de los bosques primarios en la vertiente nor-occidental de la cordi-llera de los Andes, Venezuela. Turrialba 15: 216224.

    _____. 1967. Prontuario-Tablas de conversin de unidades y tablas auxiliares para uso de los Dasnomos en Latino-

    Amrica. Instituto de Silvicultura, Facultad de Ciencias Fo-restales, Universidad de los Andes, Mrida. Venezuela.

    _____. 1967. Curso de ordenacin forestal. Parte I. Facultad de Ciencias Forestales, Universidad de los Andes, Mrida, Ve-nezuela. 109 p.

    _____. 1969. Orientaciones generales para la ordenacin de las tierras forestales en Venezuela. Rev. Forest. Venez. 17: 55-79.

    _____. 1970. Mapa de vegetacin del estado Portuguesa. 1: 500.000. Instituto de Silvicultura. Facultad de Ciencias Fo-restales, Universidad de los Andes, Mrida. Venezuela

    _____. 1970. Mapa de vegetacin del estado Tchira. 1: 250.000. Instituto de Silvicultura. Facultad de Ciencias Fo-restales, Universidad de los Andes, Mrida. Venezuela

    _____. 1971. Importancia econmico-social de los bosques del Estado Portuguesa, Venezuela. Instituto de Silvicultura, Fa-cultad de Ciencias Forestales, Universidad de los Andes, Mrida. Venezuela. 122 p.

    _____. 1972. Tablas de cubicacin de rolas; tablas de volumen para arboles en pie y tablas de produccin de plantaciones forestales. Instituto de Silvicultura. Facultad de Ciencias Fo-restales, Universidad de los Andes, Mrida. Venezuela

    _____ y R. Silva-Salazar. 1973. Tablas de volumen para arboles en pie y tablas de produccin de plantaciones forestales en la Amrica Latina. Instituto de Silvicultura. Facultad de Cien-cias Forestales, Universidad de los Andes, Mrida. Venezue-la

    _____. 1974. Relaciones entre los bosques naturales y el clima en diferentes zonas ecolgicas del noroccidente de Venezue-la. Instituto de Silvicultura. Facultad de Ciencias Forestales, Universidad de los Andes, Mrida. Venezuela

    _____. 1976. Estimacin del volumen total de los rboles y la masa forestal de algunos tipos de bosques naturales vene-zolanos. Instituto de Silvicultura. Facultad de Ciencias Fores-tales, Universidad de los Andes, Mrida. Venezuela

    _____, V.W. Konrad & N. Garca. 1976. Estudio de la masa fores-tal y su dinamismo en parcelas de diferentes tipos ecolgi-cos de bosques naturales de las tierras bajas Venezolanas. A. El Bosque hmedo tropical, Reserva Forestal de Imataca, estado Bolvar. Rev. Forest. Venez. 26: 73-105.

    _____. 1976. Las deforestaciones en los Llanos Occidentales de Venezuela desde 1959 hasta 1975. Pp. 97-112. En: Con-servacin de los bosques hmedos de Venezuela. L. Hamil-ton, (Ed.), 1 Edic. Sierra Club. Bienestar Rural, Caracas.

    _____, A. Quintero & R. Milano 1977. Estimacin del volumen total de los rboles y de la masa forestal de algunos tipos de bosques naturales venezolanos. Rev. Forest. Venez. 27: 7189.

    _____. 1977. Los bosques del Territorio Federal Delta Amacuro, Venezuela, su masa forestal, su crecimiento y aprovecha-miento. Instituto de Silvicultura. Facultad de Ciencias Fores-tales, Universidad de los Andes-MARNR, 122 p.

    _____. 1978. Listas de especies forestales autctonas que forman la masa forestal de algunos bosques naturales de Venezuela. Parte I (Bosques de las llanuras al norte del Ori-noco, en el norte y centro del estado Bolivar y de la selva nublada andina. ULA-Facultad de Ciencias Forestales, Insti-tuto de Silvicultura, Mrida. Venezuela. 35 p.

    _____. 1983. El crecimiento de algunos bosques naturales de Venezuela en relacin con los parmetros del medio am-biente. ULA-Facultad de Ciencias Forestales, Instituto de Sil-vicultura, Mrida. Venezuela 122 p.

    _____. 1985. El crecimiento de algunos bosques naturales de Venezuela en relacin con los parmetros del medio am-biente. Rev. Forest. Venez. 29: 5-122.

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  • _____. 1985. La vegetacin clmax de Venezuela. Pp. 26-29. En: Atlas de la vegetacin de Venezuela. E. A. Ara C. (Ed.), MARNR, Direccin General de Informacin e Investigacin de Ambiente, Divisin de Vegetacin. Caracas

    _____. 1985. La vegetacin clmax de los Andes Venezolanos. Pp. 30-31. En: Atlas de la vegetacin de Venezuela. E. A. Ara C. (Ed.), MARNR, Direccin General de Informacin e Investi-gacin de Ambiente, Divisin de Vegetacin. Caracas

    _____. 1986. Especies forestales autctonas de los bosques de Venezuela. Publicacin especial del Instituto Forestal Lati-noamericano, Mrida, Venezuela. 200 p.

    _____. 1989. Los bosques naturales de Venezuela. Parte I. El medio ambiente. Instituto de Silvicultura. Facultad de Cien-cias Forestales, Universidad de los Andes, Edt. O. Todtmann, Caracas 118 p.

    _____. 1995. Los bosques naturales de Venezuela. Parte II. Los bosques xerfilos de las zonas de vida: Bosque Espinoso Tropical y Bosque Muy Seco. Universidad de Los Andes-MARNR-SEFORVEN, 127 p.

    _____. 1997. Los bosques naturales de Venezuela. Parte III. Los bosques tropfitos o veraneros de la zona de vida: Bosque Seco Tropical. Universidad de Los Andes -Facultad de Cien-cias Forestales y Ambientales-IFLA, Mrida. 127 p.

    Integrantes de la Oficina Tcnica Forestal del Ministerio de Agricultura y Cra, Caracas, 1947; de pie de izquierda a derecha: M.M. Groter, Marshall Turner y Jean Pierre Veillon, juntos a Henri Pittier y M. H. Curran, sentados de izquierda a derecha: (Fotografa cortesa de Giorgio Silvio Tonella Tognola)

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  • PRLOGO

    Hasta 1498, los nativos del territorio ahora llamado Venezuela mantuvieron un sistema sustentable en el manejo de los recursos naturales. Este sistema causaba reducidos daos al ambiente, lo que per-mita, en poco tiempo, la recuperacin de los sue-los, los bosques y las poblaciones animales. La concepcin aborigen de la propiedad colectiva de los recursos naturales generaba un obligante respe-to hacia la naturaleza. Este cuadro, que pudiramos catalogar de apacible, va a cambiar significativa-mente con la llegada de los europeos, quienes re-organizaron los espacios conquistados en funcin de su modelo cultural para producir los bienes que el pueblo Hispnico requera para su desarrollo.

    La explotacin de los bosques en procura de made-ras finas, la introduccin de nuevas especies, tanto animales como vegetales, la implantacin de la agricultura sedentaria en ecosistemas por ellos desconocidos y la introduccin del sentido individual de la propiedad, inician en el norte del Orinoco, los procesos de deterioro ambiental que continan hasta el presente.

    Las costas, los valles centrales, el sur del Lago de Maracaibo, los andes y los llanos experimentaron, a partir del siglo XVII, nuevos sistemas de produccin agropecuaria que sustentaran a la sociedad colo-nial durante las dos centurias siguientes. Rubros de exportacin importantes como trigo, tabaco, al-godn, caa de azcar y ail requeran reas defo-restadas. La ganadera, aunque en menor escala, tambin implicaba la eliminacin de bosques; los cultivos como cacao y caf eran menos dainos a su entorno.

    El inicio de las guerras por la Independencia (1810-1821), Federacin (1859-1864) y el incremento del paludismo a mediados del siglo XIX, diezmaron y alejaron la poblacin de las reas rurales, generan-do un saldo significativo de victimas, lo que dismi-nuy drsticamente el cultivo de la tierra y la cra, y con ello, en buena medida, el dao al bosque. Este proceso se extendi hasta finales de la dictadura Gomecista, poca en que regres la seguridad personal al campo y comenz un programa de erra-dicacin del paludismo y otras enfermedades, lo que permiti que en el primer tercio del siglo XX se reiniciara con mayor fuerza y de forma desordenada un modelo diferente de desarrollo en las regiones rurales, como consecuencia de la irrupcin de la actividad petrolera, nuevo motor de la economa.

    Esta realidad demand del Estado las medidas apropiadas para enfrentarla, que comenzaran por implementar un basamento legal pertinente, la

    creacin de organismos gubernamentales que hicieran cumplir las leyes, y el establecimiento de escuelas donde se formara personal idneo en el rea ambiental.

    En 1910 se aprueba la primera Ley de Bosques y Aguas. En 1920, Henry Pittier, fue contratado como consultor tcnico por el gobierno venezolano, con la misin de evaluar los recursos forestales del pas y fundar el Museo Comercial e Industrial. En 1936 se crea el Ministerio de Agricultura y Cra (MAC), cuyo servicio botnico asume toda la informacin recopi-lada por Pittier y sus colaboradores a travs del Museo. En 1945 se aprueba la primera Ley de Re-forma Agraria, no ejecutada por el rompimiento constitucional de ese ao. En este mismo orden, en 1946 comienza a funcionar la Escuela de Peritos Forestales, cuya creacin haba sido decretada en 1942 y; en 1948, se abre la Escuela de Ingeniera Forestal en la Universidad de Los Andes (ULA). La irrupcin de estos organismos y centros de ense-anza en un pas sin los cuadros tcnicos necesa-rios para su puesta en marcha, conllev a la contra-tacin de personal extranjero de alto nivel, capaz de configurar las estructuras organizativa y de trabajo necesarias para el arranque de aquellos. Es as, como llegan al pas personalidades de la talla de William Vogt, Hugh Bennett y Jean Pierre Veillon, contratados por el MAC, y Marshall Reed Turner (Primer Director de la Escuela de Ingeniera Fores-tal), William Remay, Richard Jorgensen, Leon Croi-zat Ch., Federico Bascop, Guillermo Dvila Olivo, Elbert Little Jr., Adalbert Ebner, Juan Bautista Casti-llo y Hans Lamprecht, contratados por la Universi-dad de los Andes.

    Se destaca la presencia del profesor Jean Pierre Veillon, cono de la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales de la Universidad de Los Andes, quien recibe in memoriam el homenaje de esta Edicin Especial de la revista Biollania.

    Jean Pierre Veillon (o Juan Pedro, como aparece en muchas de sus publicaciones) realiz estudios en la Escuela Politcnica Federal de Zurich de donde egres como Ingeniero Forestal en 1937. Inicia su labor profesional primero como Asistente y des-pus como Jefe en la Circunscripcin Forestal de Chenit-Morges, Suiza.

    En 1947, a instancias de H. Pittier, fue contratado por el gobierno de Venezuela para trabajar como Jefe de la Oficina Tcnica Forestal del Ministerio de Agricultura y Cra. En 1951 ingresa al personal de investigadores del Instituto de Silvicultura de la Facultad de Ciencias Forestales (ULA) y profesoral

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  • de la Escuela de Ingeniera Forestal. En 1956 es nombrado representante de la Universidad de los Andes en la Organizacin de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacin (FAO). En1963 viaja a Costa Rica para encargarse de las ctedras de Ordenacin Forestal y Dasometra en el postgra-do del Instituto Interamericano de Ciencias Agrco-las de la OEA. En 1966 regresa nuevamente a la Universidad de Los Andes, donde se mantiene has-ta la fecha de su jubilacin en 1977, aunque perdu-ra activo como investigador ad honorem hasta su partida definitiva a su Suiza natal, en donde fallece en junio de 2002.

    En 1953, con una visin futurista nica, propone su proyecto de creacin de una red de parcelas per-manentes a lo largo y ancho del pas, las cuales permitieran, con su medicin ao tras ao, obtener informacin sobre la dinmica del crecimiento de la masa forestal y su relacin con algunos parmetros ambientales. Entre 1953 y 1978 instala 62 parcelas que cubren nueve zonas de vida en los estados Mrida, Barinas, Portuguesa, Bolvar, Anzotegui, Delta Amacuro, Amazonas, Falcn y Zulia. Activi-dad que represent el tercer inventario cuantitativo de la masa boscosa realizado en el Neotropico; con anterioridad, solamente se haban instalado parce-las en Moraballi Creek, Guyana en 1933 y cerca de Manaus, Brasil en 1950. Lamentablemente, el pro-ceso anrquico de deforestacin ocurrida al norte del Orinoco en las ltimas cinco dcadas han des-truido parte de esta invalorable fuente de informa-cin.

    En 1967 publica un extenso y meticuloso trabajo sobre Tablas de Conversin de las unidades ms usadas por los forestales de Latinoamrica, en re-as tales como Trigonometra y Geodesia, Dasometr-a, Silvicultura, Meteorologa y Climatolo-ga, Eco-noma y Valoracin Forestal, Nomogramas y Facto-res y Tablas de Conversin. Este volumen, de 85 pginas, conocido como el Prontuario de Veillon, sirvi como valioso apoyo a profesionales y estu-diantes latinoamericanos en una poca donde las calculadoras de bolsillo no pasaban de ser una fantasa.

    En 1975, en una visin cartogrfica, muestra la evolucin de las deforestaciones en los Llanos Oc-cidentales a lo largo de 25 aos (1950-1975). Igualmente, en una retrospectiva apoyada por los registros de comercio de 1825 que sealan la pro-duccin de ganado, cacao, tabaco y ail en Portu-guesa, Barinas y Cojedes, estima la superficie de suelos aptos para estos cultivos que pudo haber sido deforestada. Proyecta la regresin del bosque entre 1975 y el 2000 considerando las tasas de deforestacin y el aumento de la presin social sobre las tierras agrcolas. Como corolario a este trabajo, vislumbra que como consecuencia de las deforestaciones se incrementara la erosin de los suelos y se trastornara drsticamente el rgimen

    hdrico, hechos que impediran cualquier objetivo que se trazara para lograr la produccin agroali-mentaria deseada.

    En 1984 plantea la modificacin del sistema de L. Holdridge para la determinacin de zonas de vida en Venezuela, demostrando que para las condicio-nes del medio tropical, la respuesta de la vegeta-cin ante la precipitacin se debe mayormente a la distribucin temporal de sta, y no a su totalizacin anual. En este sentido propone cambiar las provin-cias de humedad por la duracin del perodo seco medio mensual, aplicando la experiencia de H. Gaussen en relacin a la definicin de los meses ridos. Se tom en cuenta esta modificacin para la preparacin del Atlas de Vegetacin, editado por el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Natura-les, en 1985.

    Entre 1989 y 1997 publica una serie de tres vol-menes acerca de los bosques naturales de Vene-zuela, en los que analiza el medio ambiente vene-zolano (Tomo I), Los bosques xerfilos, zona de vida: Bosque Espinoso Tropical y bosque muy seco (Tomo II) y los bosques tropfitos o veraneros de la zona de vida de Bosque Seco Tropical (Tomo III). En esta importante obra, muestra las caractersticas estructurales de los bosques, destacando la infor-macin en detalle de la composicin florstica, nmero de rboles/ha, volumen total y prome-dio/rbol, rea basal, distribucin de los rboles por clase de grosor, y el incremento anual del rea basal y del volumen; un conocimiento absolutamen-te necesario para el manejo forestal.

    A la par de sus numerosos trabajos, fue recopilando la lista de especies arbreas comunes en los bos-ques venezolanos llegando a agrupar con la ayuda de los reconocidos botnicos J. Steyermark, L. A. Bernardi, L. Ruiz-Tern, H. Rodrguez-C. y L. Mar-cano-Berti, cerca de 1.400 especies, listado que represent la primera publicacin de esta ndole realizada en el pas por zonas de vida.

    Entre los reconocimientos que recibi se cuenta el Premio Sesquicentenario de la Universidad de Los Andes, en 1963; la designacin con su nombre de la Sala-Auditorio del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo Forestal (INDEFOR), y la dedica-toria a su memoria de la pgina de CESIMO-CAPARO. La Sociedad Venezolana de Ingenieros Forestales, la Sociedad de Ciencias Naturales, la Societ Forestire Suisse y la International Society of Tropical Foresters tienen el honor de contarlo entre sus miembros ilustres.

    El profesor J. P. Veillon, en su medio siglo de activi-dades en Venezuela, llen un vaco en la docencia y la investigacin forestal, dejando su legado a travs de la formacin de equipos de relevo y de las innumerables cohortes de profesionales que form directamente o a travs de su extensa produccin. Se puede considerar que J. P. Veillon es uno de los

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  • autores ms citados dentro de las ciencias foresta-les, porque su extraordinario trabajo abarc diferen-tes tpicos en el marco del manejo forestal. Su admirable cantidad de informacin ha servido para que investigadores y estudiantes de universidades nacionales y extranjeras cuantifiquen y validen mo-delos de crecimiento de los bosques tropicales

    La herencia de J. P. Veillon es inmensa, y actual-mente representa un extraordinario ejemplo para el mundo de los cientficos interesados en el estudio y conservacin de los bosques tropicales. Su alta y

    enjuta figura, trajeada en caqui, casco de explora-dor, botas de campo de media caa y morral de ataque, parece realizar una plasmacin para indi-carnos que sin demora, debemos seguir su ejemplo en la bsqueda de nueva informacin que ayude a revertir el indetenible proceso que amenaza el equi-librio ambiental de su segunda patria.

    Omar Carrero Araque Mrida (Venezuela), noviembre 2010

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  • UNELLEZ-Guanare, Programa de Ciencias del Agro y del Mar, Herbario Universitario (PORT), Mesa de Cavacas, estado Portuguesa. Venezuela 3350.

    INTRODUCCIN

    Gerardo A. Aymard C.

    El conocimiento que tenan los pobladores del Nuevo Continente referente a los diferentes tipos de vegetacin y su gran diversidad de especies, antes de la llegada de los europeos, ha sido am-pliamente documentado (Mann, 2006). Sin embar-go, la divulgacin de esta informacin se inici a travs de los relatos de las diferentes exploraciones realizadas, en bsqueda de nuevos productos vege-tales, minerales y el reconocimiento de reas bos-cosas, a partir del ingreso de los espaoles a Am-rica (Castroviejo, 1989; Lucena-Giraldo, 1990).

    Las primeras descripciones de los bosques venezo-lanos fueron elaboradas por dos integrantes de La Comisin de lmites al Orinoco. El coronel Eugenio Fernndez de Alvarado, en 1755, elabor un infor-me titulado "Pequea sombra del Reyno Begeta-ble, en el cual describe la vegetacin adyacente a las misiones catalanas ubicadas en el Hato de la Divina Pastora, en los alrededores de lo que es actualmente El Dorado, estado Bolvar. En el men-cionado documento, hace referencia a la corteza de los rboles de Quina (Angostura trifoliata -Rutaceae) como el remedio ms eficaz para las fie-bres tropicales (Blanco 1875; Arellano, 1964). En 1758, el sargento Francisco Fernndez de Bovadilla refiri los hallazgos de grandes selvas en la regin del ro Padamo, con enormes rboles de la Almen-dra o Yubia (Bertholletia excelsa-Lecythidaceae), y abundantes individuos de Cacao silvestre (Theobroma sp.-Malvaceae), a los que nombraron Cacahuales (Lucena-Giraldo y de Pedro, 1992).

    El primero de mayo del ao 1800, Aime Bonpland, compaero de viaje de Alexander von Humboldt, rese en su diario las selvas situadas entre los caos Tuamini y Pimichn (actual estado Amazo-nas), caracterizndolas como muy densas, com-puestas por rboles inmensos, formando una bve-da de 48 m de altura, inaccesibles para l (Hum-boldt & Bonpland, 1908). Posterior al viaje de Hum-boldt y Bonpland y hasta finales del siglo XIX, la informacin acerca de la vegetacin del pas se seala en las publicaciones de A. Codazzi, tituladas Resumen de la Geografa de Venezuela y el Atlas Fsico y Poltico (Codazzi, 1840, 1841, 1960), obras en las que se resean extensas reas cubiertas de bosques y sabanas.

    Durante el siglo XIX, un considerable grupo de ex-ploradores europeos y venezolanos recorrieron el pas en la bsqueda continua de productos natura-les. Informacin en detalle sobre la ruta y resultados de estas exploraciones se encuentran en Texera-Arnal (1991) y Lindorf (2008).

    El establecimiento definitivo en el pas de Adolfo Ernst en 1861 y Henri Pittier, en 1918, hizo posible que se dieran los pasos concretos para establecer una base cientfica en el campo de la botnica y por consiguiente, del estudio de los bosques de Vene-zuela. Pittier elabor el primer mapa de clasificacin de la vegetacin en Venezuela (Pittier, 1920). Pos-teriormente lo acompa con un esbozo de las formaciones vegetales conocidas para la poca (Pittier 1937; Pittier & Williams, 1945). Esta informa-cin se consolid con otros trabajos como: la explo-racin botnica realizada por Ll. Williams en bos-ques de la Guayana (Williams, 1940, 1941, 1942); los mapas fitogeogrfico (Tamayo 1955, 1958), forestales de los estados Gurico (Striker y Rojas, 1955), Falcn (Santaromita, 1958) de la Guayana Venezolana (Santaromita, 1961) y de vegetacin de Venezuela (Hueck, 1960). Adems, la publicacin del primer Atlas forestal de Venezuela en 1961; los resultados del Inventario forestal en la Reserva Forestal Imataca durante los aos 1964-67 (FAO, 1970), los mapas ecolgicos de Ewel & Madrid (1968) y Ewel et al. (1976) basados en la formula-cin climtica de Holdridge (1967); el mapa de la regin centro Occidental: Falcn, Lara, Portuguesa y Yaracuy (Smith, 1972) y las numerosas explora-ciones botnicas realizadas por J. Steyermark, L. Aristeguieta, L. Ruz-Tern, G. Agostini, B. Trujillo, T. Lasser, C. Blanco, L. Marcano-Berti y A. L. Ber-nardi, quienes colectaron y exploraron en casi todas las regiones de Venezuela durante cuatro dcadas. A travs de estos mapas y colecciones se conoci que el pas posea una de las provincias florsticas ms importantes del mundo, con una flora muy rica en especies y endemismos.

    Con la fundacin de la Facultad de Ciencias Fores-tales de la Universidad de los Andes, en 1948, se dio paso a los estudios de los bosques de Venezue-la basados en el concepto de los inventarios fores-tales con fines de manejo silvicultural (Veillon, 1962; Finol 1964, 1969, 1971, 1980; Veillon et al., 1976, 1977; Lamprecht, 1990). La informacin comenz a analizarse a travs del estudio de parcelas perma-nentes instaladas por J. P. Veillon desde 1953 (Vei-llon, 1974, 1985, 1889, 1997). Los estudios lideriza-dos por J. P. Veillon, H. Lamprecht y H. Finol-Urdaneta, con el apoyo tcnico del personal del Instituto de Silvicultura, permitieron conocer la com-posicin florstica, estructura, dinmica y crecimien-to de la masa forestal de los principales tipos de bosques venezolanos.

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  • Desde 1974 hasta 1982, bajo los auspicios del Insti-tuto Venezolano de Investigaciones Cientficas (IVIC), se realizaron los primeros estudios de los bosques de la amazonia venezolana, en las cercan-as de San Carlos de Ro Negro, con nfasis en el anlisis del ciclo de nutrientes y productividad del bosque (Medina et al., 1977). Entre los aos 1982, 1983 y 1985, el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARNR), a travs del proyecto Sistemas Ambien-tales de Venezuela, public dos mapas de la vege-tacin actual de Venezuela a escalas 1:250.000 y 1:500.000 respectivamente, as como un Atlas de la vegetacin de Venezuela; en este ltimo documento destacan las descripciones de la vegetacin bosco-sa (Ara C. y Arends, 1985).

    A partir de 1985, comienza el Proyecto Inventario de los Recursos Naturales de la Regin Guayana (PIRNRG), actividad en la que durante ocho aos se explor y estudi la regin de la Guayana vene-zolana, logrando publicar ms de cincuenta memo-rias descriptivas y mapas a escala 1:500.000.

    En 1988 se publica un Mapa de vegetacin de Ve-nezuela (Huber y Alarcn 1988), el cual consider criterios florsticos, fitogeogrficos y fisiogrficos, representando un gran esfuerzo en explicar de ma-nera sencilla la gran variedad de comunidades ve-getales presentes en Venezuela.

    En 1989, J. P. Veillon elabor un mapa de vegeta-cin con una modificacin al sistema de zonas de vida propuesto por L. Holdridge, enfatizando que aparte de la temperatura y la precipitacin media anual, tambin se deba analizar el nmero de me-ses ridos o duracin anual del perodo del verano (Veillon, 1974; 1989). Actualmente, esta observa-cin de J. P. Veillon, representa una de las principa-les variables climatolgicas utilizadas para ubicar regiones con alta densidad y diversidad vegetal en el Neotropico (ter Steege et al., 2003; 2006). Desde la publicacin del mapa de Huber y Alarcn, la informacin sobre del conocimiento florstico y el estado actual de conservacin de los bosques ve-nezolanos se ha venido actualizando a travs de mapas de vegetacin elaborados por el MARNR en 1993-96 y 2003, as como por estudios en las dife-rentes regiones del pas: en los Llanos (Aymard, 2005; Aymard y Gonzlez, 2007); Amazonas (Clark et al., 2000; Dezzeo et al., 2000; Aymard et al., 2009); Andes (Bono, 1996; Cuello, 2002; Cuello & Cleef, 2009; en este volumen) y Cordillera de la Costa (Meier, 1998; en este volumen). Otros apor-tes al conocimiento botnico de Venezuela constitu-yen la publicacin de los nueve volmenes de la Flora de la Guayana Venezolana (Steyermark et al., 1985-2005), el Catlogo anotado e ilustrado de la Flora vascular de los Llanos de Venezuela (Duno de Stefano et al., 2007), el Nuevo Catlogo de la flora Vascular de Venezuela (Hokche et al., 2008) y

    numerosas exploraciones botnicas en todo el terri-torio nacional. Esta nueva informacin, en conjunto con los resultados del Inventario Forestal Nacional (MARNR-FAO, 2004) y los nuevos mapas de las formaciones vegetales asociadas a sus grados de intervencin, proyecto de Sistemas Ecolgicos de Venezuela (Madi et al., 2008; 2009, en este volu-men), ponen de manifiesto como la vegetacin bos-cosa en Venezuela ha sido modificada drsticamen-te durante las ltimas cinco dcadas, sin que se tomara en cuenta los diferentes planes de manejo propuestos por los tcnicos forestales (Kammes-heidt et al., 2003; Lozada, 2007). Como consecuen-cia, actualmente slo queda menos del 20% de los bosques llaneros en su estado original (Portillo-Quintero & Snchez-Azofeifa, 2010), y otras regio-nes, como la Guayana (Bevilacqua et al., 2002; 2007), Andes (Gmez y Molina, 2007), Cordillera de la Costa y Amazona, han perdido considerables extensiones de vegetacin boscosa (Angulo et al.; Madi et al., en este volumen). En un pas como Venezuela, donde la diversidad fisiogrfica y biolgica es tan diversa, es prctica-mente imposible unificar en un solo libro informa-cin en detalle sobre los diferentes aspectos gene-rales del pas y de la estructura y composicin flors-tica de todos los ecosistemas de bosques presen-tes. Sin embargo, en esta oportunidad, fue posible reunir informacin original con la colaboracin de 51 investigadores de 18 instituciones, que han estudia-do la vegetacin boscosa en las cuatro unidades fisiogrficas de Venezuela (Llanos, Colinas, Litoral y las Montaas). La informacin contenida en los diferentes captulos de este libro, pone en evidencia la diversidad de bosques en Venezuela, esta carac-terstica los convierte en un tema de importancia a nivel poltico y social, especialmente por el uso y aprovechamiento de la biodiversidad, como una gran posibilidad de adquirir beneficios en el futuro inmediato. Sin embargo, el avance cada vez ms acelerado y descontrolado de la destruccin de los bosques tropicales pone en serio peligro la capaci-dad de las comunidades vegetales de proveer sus servicios al medio ambiente y a la comunidad mun-dial (Larson et al., 2007; Keesing et al., 2010). Si se desea proteger y utilizar de manera adecuada la biodiversidad que albergan nuestros bosques, es necesario implementar mecanismos para tratar de detener la deforestaciones, y a la vez adaptar la legislacin relacionada con el manejo de las zonas protectoras, de reservas forestales y terrenos del Estado. Se requiere con urgencia la ejecucin de un plan nacional de conservacin y restauracin de lo que todava existe, de lo contrario, dentro de muy pocos aos la vegetacin boscosa ser muy poca, tal como lo anticipara J. P. Veillon en 1976, y como consecuencia de todo lo expuesto, la biodiversidad se habr reducido demasiado para ser aprovechada de manera sostenible por las sociedades modernas,

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  • cada vez ms demandantes de los servicios que nos prestan los recursos naturales.

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  • Unellez-Guanare. Vicerrectorado de Produccin Agrcola, Programa de Ciencias del Agro y del Mar. Guanare, estado Portuguesa, Venezuela

    UNA RESEA DE LA GEOGRAFA FSICA DE VENEZUELA, CON ENFSIS EN LOS SUELOS

    Richard Schargel

    INTRODUCCIN

    Las variaciones del relieve, geologa y clima en el territorio venezolano, aunado a una compleja histo-ria geolgica, determinan la existencia de una gran variedad de suelos y de una extraordinaria diversi-dad de flora y fauna. Con esta breve descripcin de las caractersticas ms relevantes del medio natural venezolano, se pretende ilustrar la variabilidad terri-torial, tomando como marco la sectorizacin del pas en regiones fisiogrficas propuestas por Zinck (1981), basado en el libro de Crdenas (1969). Las regiones fisiogrficas descritas presentan algunas modificaciones de la denominacin original y ajus-tes en la delimitacin de subdivisiones, basado en informacin geolgica, fisiogrfica y de suelos.

    Antes de describir cada provincia fisiogrfica se incluyen aspectos generales sobre la historia geol-gica, los paisajes geomorfolgicos, el clima y se hace nfasis en la informacin de los suelos del territorio de Venezuela.

    Historia geolgica del Cenozoico

    Esta descripcin parte del final del Cretcico hace ms de 65 millones de aos, cuando el mar cubra la mayor parte del territorio venezolano al norte del Escudo de Guayana. Hacia fines del perodo co-menz una regresin marina debido al levantamien-to del Cratn de Guayana y la acumulacin de se-dimentos provenientes del mismo. Esta regresin continu durante el Cenozoico, interrumpida por transgresiones marinas, en una evolucin geolgica de gran dinamismo, que culmin con el ascenso de las cordilleras de Mrida, Perij y del Sistema Mon-taoso de la Costa, acompaado por el hundimiento de las cuencas circundantes y su relleno con sedi-mentos.

    Durante el Paleoceno y Eoceno Inferior el mar se haba retirado de la mayor parte de los Llanos Occi-dentales, del sector ocupado actualmente por la Cordillera de Mrida y de la parte sur de los Llanos Centrales y Orientales. All se encontraban relieves sometidos a erosin y trnsito fluvial, sin elevacio-nes pronunciadas. Al oeste y suroeste del lago de Maracaibo se encontraba una gran planicie deltaica que progradaba sobre el lago actual, el cual se encontraba cubierto por el mar, al igual que la re-gin Falcn - Lara. Al sureste de la provincia deltai-ca se formaba una planicie fluvial que cubra a la anterior a medida que sta avanzaba hacia el no-reste. Durante el Eoceno Medio temprano continu

    la sedimentacin deltaica y fluvial en el occidente de Venezuela, acompaado por subsidencia en el surco de Barquisimeto y en el norte de los Llanos Occidentales, hasta el estado Barinas, donde se desarroll una sedimentacin fluvio-deltaica y la sedimentacin litoral transgredi sobre la provincia deltaica.

    Al final del Eoceno medio se produjeron en Vene-zuela occidental movimientos tectnicos que levan-taron casi toda la zona, interrumpiendo la sedimen-tacin en las cuencas de Barinas - Apure, de Mara-caibo y de Falcn, predominando la erosin en estas cuencas y localmente sedimentacin conti-nental. Esta condicin persiste durante el Oligoce-no, excepto en la Cuenca de Falcn, en la cual se inici sedimentacin marina que persisti hasta el Mioceno Inferior. Durante el Mioceno ocurri una transgresin marina extensa, pero de duracin rela-tivamente corta, en la Cuenca de Maracaibo. El levantamiento incipiente de los Andes venezolanos durante el Mioceno Medio determin el inicio de una importante sedimentacin continental en las cuen-cas de Barinas - Apure y de Maracaibo (Gonzlez de Juana et al., 1980). Segn Daz de Gamero (1996), hasta el Eoceno Medio un gran ro (Proto-Orinoco) flua de sur a norte, entre la Cordillera Central de Colombia al oeste y el Escudo de Guayana al este, drenando una enorme cuenca baja, para terminar en un delta ubicado en la actual depresin del Lago de Mara-caibo. Los levantamientos regionales a finales del Eoceno Medio desplazan el delta del Proto-Orinoco hacia el sureste. Hacia finales del Oligoceno, el recorrido de este ro hacia el norte, se prolonga hasta desembocar en la parte occidental de la Cuenca de Falcn, afectada durante esa poca por una marcada subsidencia. Esta ubicacin del Proto-Orinoco, con un limitado desplazamiento de su desembocadura hacia el este se mantiene hasta finales del Mioceno Medio, cuando se inicia el le-vantamiento de la Cordillera Oriental de Colombia y de los Andes de Mrida, forzando al ro a fluir hacia el este, en la direccin del curso actual del Orinoco.

    La Cuenca de Venezuela Oriental durante el Paleo-ceno y Eoceno Inferior, recibe principalmente sedi-mentos aportados por los ros que drenan hacia el norte, desde el Escudo de Guayana. El levanta-miento incipiente del sector occidental del Sistema Montaoso del Caribe a partir del Eoceno Medio determina aportes desde el norte. El Oligoceno y Mioceno se caracterizan por invasiones marinas. El

    11BioLlania Edicin Esp. 10:11-26 (2011)

  • levantamiento del Sistema Montaoso del Caribe a partir del Mioceno Medio determina un incremento en el relleno sedimentario, al cual se suman los aportes del Ro Orinoco, cuyo delta avanza sobre esta cuenca, a partir del cambio de curso sealado por Daz de Gamero (1996).

    El Plioceno muestra el predominio de sedimenta-cin continental en Venezuela, con ambientes salo-bres y deltaicos en los Llanos Orientales (Gonzlez de Juana et al., 1980). El levantamiento de las cor-dilleras de los Andes y del Caribe fue muy marcado durante el Plioceno y continu en el Cuaternario, provocando una intensa sedimentacin, la cual contina hasta el presente, sobre extensiones im-portantes de la depresin de Maracaibo, de los Llanos Occidentales y en el delta del Ro Orinoco.

    El Cuaternario se inici hace alrededor de 1,6 millo-nes de aos, con la intensificacin de los episodios glaciales e interglaciales que se haban iniciado durante el Plioceno tardo. Actualmente se reconoce la existencia de 17 ciclos glaciales (Mndez, 1997). Durante las glaciaciones, adems de la disminucin de la temperatura, disminuye marcadamente el nivel del mar y ocurren cambios en las lluvias, con impli-caciones importantes para la distribucin de la flora y fauna. Durante la ltima glaciacin el nivel del mar se encontraba de 100 a 120 m debajo del nivel actual y haba conexin terrestre entre el continente y las islas de Trinidad y Margarita. Gran parte del territorio venezolano estaba afectado por un clima rido con una disminucin marcada de la superficie ocupada por bosques (Schubert, 1988). La expan-sin de los glaciares y de las zonas periglaciales, estas ltimas hasta elevaciones de apenas 2.200 m snm, comparado con elevaciones de 3.600 m snm en la actualidad, signific un cambio marcado de la vegetacin a diferentes elevaciones. Por otra parte, durante los episodios glaciales ocurrieron marcadas fluctuaciones climticas.

    La ltima glaciacin culmina hace alrededor de 10.000 aos, con el inicio del interglacial conocido como Holoceno o Reciente. Durante este episodio las fluctuaciones climticas han sido relativamente menores que durante el glacial.

    PAISAJES GEOMORFOLGICOS

    Se describen basado en el trabajo de Zinck (1981) modificado por MARNR (1991).

    Planicie

    Extensiones planas con desniveles inferiores a 10 m y pendientes generales inferiores a 1%. Estn conformados por sedimentos aluviales, lacustrinos, marinos y/o transportados por el viento (elicos). En las planicies elicas con dunas muy altas pueden aparecer desniveles mayores de 10 m. Las plani-cies aluviales estn constituidas por llanuras de desborde o de explayamiento de los diversos ros que la recorren. Si stos se encuentran levemente

    entallados se forman vegas con desniveles inferio-res a 10 m en relacin con las llanuras. Estas vegas tambin estn presentes a lo largo de los ros que entallan a las planicies elicas.

    Altiplanicie

    Es una extensin plana entallada por valles. Est conformada por mesas bordeadas por barrancos. Son planicies antiguas que fueron levantadas por procesos tectnicos, por lo cual ocurre una marcada incisin de los cursos fluviales. El tipo de relieve caracterstico de este paisaje es la mesa, un terreno elevado y relativamente plano, bordeado por talu-des. Puede ser plana o ligeramente ondulada. Es un paisaje extenso en los llanos orientales.

    Montaa

    Es un paisaje alto y accidentado. Los desniveles entre las cimas y los valles vecinos son superiores a 300 m.

    Lomero o colinar

    Es un paisaje de diseccin, constituido por colinas y/o lomas, con desniveles entre las cimas y los valles adyacentes desde 10 hasta 300 m. Las coli-nas tienen una circunferencia basal aproximada-mente circular y las lomas son alargadas.

    Valle

    Es un terreno alargado, recorrido por un curso de agua y situado entre paisajes ms altos. Incluye las unidades geomorfolgicas depositadas por el ro, tales como la llanura de desborde expuesta a inun-daciones ocasionales, generalmente entallada por una vega con inundacin frecuente y las terrazas que ocupan niveles altos no expuestos a inundacio-nes por desborde del ro. Existen valles constituidos solamente por llanuras de desborde y vegas, mien-tras que otros tienen varios niveles de terrazas.

    Piedemonte

    La definicin de Zinck (1981) incluye en el piede-monte todos los relieves bajos de transicin (coli-nas, lomas, planos inclinados) ubicados entre un paisaje elevado y uno ms bajo.

    La definicin del MARNR (1991), utilizada en este escrito, incluye en el piedemonte solamente los planos inclinados de pendiente y gnesis variable, ubicados entre un paisaje elevado (montaa, alti-planicie, lomero, tepui) y uno ms bajo (valle, plani-cie, peniplanicie). Las colinas y lomas son incluidas en el paisaje colinar o de lomero, independiente-mente de su posicin respecto a paisajes ms ele-vados.

    Los planos inclinados que forman el paisaje de piedemonte frecuentemente estn constituidos por conos de deyeccin y abanicos aluviales coalescen-tes, con pendientes entre 1 y 8%. Alrededor de los

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  • tepuies se forman planos inclinados constituidos por taludes de derrubios con pendientes mayores.

    Peniplanicie

    Consiste en grandes extensiones ligeramente ondu-ladas, con desniveles que usualmente no superan los 15 m. Se han formado por procesos de erosin y alteracin qumica de las rocas. Incluye colinas y lomas muy bajas suavemente onduladas, pequeos planos inclinados alrededor de las colinas y vegas. Este paisaje es tpico de la regin Guayana.

    Tepui

    Es un paisaje con una superficie amplia relativa-mente plana en conjunto, aunque con muchas irre-gularidades y afloramientos rocosos; bordeada por barrancos rocosos verticales. Al pie de los barran-cos se forman planos inclinados constituidos por taludes de derrubios. Tiene similitud con la altiplani-cie. Este paisaje solamente se encuentra sobre las areniscas del Grupo Roraima en el escudo de Gua-yana.

    CLIMA

    Las estaciones lluviosas y secas que caracterizan al territorio venezolano son consecuencia del despla-zamiento hacia el norte y sur de la zona de calmas ecuatoriales, denominada convergencia intertropical (ZCI). Esta zona forma una franja de bajas presio-nes prxima al ecuador que rodea la tierra y hacia la cual se dirigen vientos cargados de humedad desde los hemisferios norte y sur. Cuando la convergencia intertropical se halla sobre el pas se instalan las lluvias, las cuales disminuyen a medida que la con-vergencia intertropical se desplaza hacia el hemis-ferio sur (Snchez Carillo, 1960).

    Otras perturbaciones atmosfricas que peridica-mente afectan el territorio provocando lluvias, son invasiones de aire fro procedente de Amrica del Norte y el avance de las ondas del este que se desplazan de este a oeste sobre el norte y centro de Venezuela. Por otra parte, las sequas son favoreci-das por la formacin de zonas de alta presin sobre el centro del pas.

    Los huracanes tropicales en el ocano Atlntico y el mar Caribe ocurren anualmente entre junio y no-viembre. Estos centros de baja presin se despla-zan en latitudes mayores de 12 norte y por lo tanto no inciden directamente sobre el territorio venezola-no. Sin embargo, cuando su trayectoria se aproxima a las costas venezolanas, originan fuertes precipita-ciones, vientos y oleaje, especialmente en las islas y el oriente del pas.

    La persistencia ms larga de la convergencia inter-tropical en el sur del pas, determina el incremento de las precipitaciones medias anuales y la disminu-cin en la duracin del perodo lluvioso de norte a sur. Sin embargo, esta tendencia general es modifi-cada por la orografa del territorio, la cual determina

    variaciones importantes de las precipitaciones en los flancos montaosos, de acuerdo a su elevacin y exposicin a los vientos dominantes.

    Las precipitaciones medias anuales sobre el territo-rio venezolano varan de menos de 500 mm en la costa norte, hasta alrededor de 4.000 mm en secto-res del sur del pas y en algunos ncleos de alta precipitacin en la cordillera andina. En la mayor parte del territorio la precipitacin se encuentra entre 1.000 y 2.000 mm.

    La temperatura vara con la elevacin, disminuyen-do en promedio 0,6C por cada 100 m de incremen-to de altitud. Predominan en el territorio vientos de baja intensidad.

    SUELOS

    Se describen los principales rdenes de suelos presentes en cada provincia fisiogrfica, en base a la taxonoma del Soil Survey Staff (2003). De los 12 rdenes que agrupan los suelos del mundo, 10 se encuentran en Venezuela. Tambin se sealan clases de drenaje (excesivo, bueno, imperfecto, pobre y muy pobre y la suma de bases intercambia-bles en los horizontes superiores (0-25 cm), como una medida de la fertilidad de los suelos. Las cate-goras establecidas para la suma de bases inter-cambiables son una modificacin de la propuesta de Sarmiento (1990), con las siguientes categoras:

    Suelos hiperdistrficos: < 1 meq/100 g de suelo Suelos distrficos: 1 2 meq/100 g de suelo Suelos hipodistrficos: 2,1 5 meq/100 g de

    suelo Suelos mesotrficos: 5 10 meq/100 g de suelo Suelos eutrficos: >10 meq/100 g de suelo

    Histosoles

    Los Histosoles corresponden a los suelos con mate-rial orgnico en la superficie o a poca profundidad. Se han formado a partir de la acumulacin de resi-duos vegetales, generalmente mezclados con mate-ria mineral. El material orgnico debe tener un con-tenido mnimo de carbono orgnico, que vara de 12 a 18% (21 a 31% de materia orgnica), para conte-nidos de arcilla en la fraccin mineral entre 0 y 60% o ms. La capa de material orgnico debe estar a menos de 40 cm de profundidad y tener un grosor mnimo de 40 cm, o de 60 cm si la densidad aparen-te del material orgnico hmedo es menor de 0,1.

    Estos suelos son extensos en el delta del Ro Ori-noco. En el resto del pas se encuentran localizados en sitios que favorecen la descomposicin lenta de los residuos orgnicos acumulados.

    Entisoles

    Este orden agrupa a los suelos con un escaso desa-rrollo de los horizontes que se forman por los diver-sos procesos que convierten el material originario en suelo. El nico horizonte usualmente presente

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  • consiste en una delgada capa superficial de acumu-lacin de materia orgnica. Las caractersticas fsi-cas y qumicas de estos suelos reflejan las carac-tersticas del material originario y de acuerdo a ste vara de hiperdistrficos a eutrficos. Los principa-les Entisoles presentes en Venezuela se originan bajo las siguientes condiciones:

    Suelos ubicados sobre sedimentos aluviales y marinos recientemente depositados, habiendo transcurrido insuficiente tiempo para formar hori-zontes. Generalmente tienen drenaje pobre y/o estn expuestos a inundaciones frecuentes. Var-an de distrficos a eutrficos.

    Suelos formados sobre arena cuarzosa, resis-tente a las transformaciones fsicas y qumicas que forman horizontes. Son hiperdistrficos o distrficos.

    Suelos sobre vertientes que sufren fuerte ero-sin, por lo cual tienen profundidades menores de 25 cm, sobre roca con diversos grados de al-teracin, estos varan de distrficos a eutrficos.

    Suelos formados sobre acumulaciones de mate-riales gruesos (fragmentos con dimetros mayo-res de 2 mm), con escaso material fino (limo, ar-cilla). Son hiperdistrficos o distrficos.

    Inceptisoles

    Este orden agrupa a los suelos que han sufrido transformaciones ligeras a moderadas del material originario y la formacin de horizontes que se des-arrollan en pocos siglos. Adems del horizonte su-perficial con acumulacin de materia orgnica, se han formado horizontes subyacentes con estructura blocosa o prismtica, que sustituye la estructura de la roca madre o sedimento (horizonte cmbico). Cuando el material originario es calcreo muestran evidencias de remocin del carbonato de calcio. Los procesos de meteorizacin han originado colores rojizos en algunos Inceptisoles bien drenados. En otros, con drenaje imperfecto o pobre, la alternancia estacional de condiciones anaerbicas y aerbicas, han originado la redistribucin del hierro y manga-neso, con la formacin de zonas de concentracin de xidos de estos elementos, para formar man-chas, ndulos y concreciones. Varan de distrficos a eutrficos. Algunos Inceptisoles distrficos y/o pobremente drenados tienen horizontes superficia-les oscuros y gruesos (horizonte mbrico); otros con drenaje muy pobre tienen una capa superficial do-minada por materiales orgnicos con un grosor entre 20 y 40 cm (horizonte hstico).

    Los Inceptisoles se encuentran distribuidos en todo el territorio nacional, excepto en las regiones ridas del pas, donde son reemplazados por los Aridiso-les. Son comunes en planicies aluviales y fondos de valle ocupados por aluviones recientes; tambin sobre superficies de terreno moderadamente esta-bles en montaas y lomeros.

    Vertisoles

    Agrupan suelos con alto contenido de arcillas ex-pansibles, con fuerte agrietamiento cuando secos. El drenaje vara de bueno a pobre. Varan de hipo-distrficos a eutrficos.

    Estos suelos son comunes sobre sedimentos arci-llosos de planicies aluviales y tambin se han for-mado por la alteracin de rocas sedimentarias arci-llosas (lutitas).

    Mollisoles

    Agrupan suelos con horizonte superficial de color oscuro, relativamente rico en materia orgnica, grueso (generalmente ms de 25 cm) y con alta saturacin con bases en todo el perfil (horizonte mlico). Estos suelos son mesotrficos a eutrficos.

    Los Mollisoles se encuentran localmente sobre aluviones ricos en bases y sobre rocas calcreas en lomeros y montaas.

    Spodosoles

    Se forman sobre materiales originarios arenosos, bajo condiciones climticas muy hmedas que favo-recen el traslado de compuestos orgnicos coloida-les cidos, desde los horizontes superficiales hasta subyacentes, donde se acumulan para originar horizontes oscuros, ricos en materia orgnica (hori-zonte spdico). Entre los horizontes superficiales y el horizonte de acumulacin, se encuentran horizon-tes de color gris claro a blanco y bajos en materia orgnica. Estos suelos son distrficos o hiperdis-trficos.

    Estos suelos ocupan extensiones importantes en el sur del estado Amazonas, sobre arenas con drenaje pobre o muy pobre. Extensiones menores de Spo-dosoles han sido descritas sobre areniscas en los pramos hmedos de los Andes (Sociedad Venezo-lana de la Ciencia del Suelo, 1982).

    Oxisoles

    Los suelos que integran este orden han estado expuestos a una meteorizacin intensa que ha eli-minado a diversos minerales, persistiendo los ms resistentes. En la fraccin arena predomina el cuar-zo y en la arcilla la caolinita. El limo relativamente poco abundante en los Oxisoles, contiene cuarzo y en el limo fino caolinita. Los xidos e hidrxidos de hierro y aluminio (hematita, goetita, gibsita) abun-dan en todas las fracciones y dominan la mineralog-a en algunos Oxisoles; forman ndulos en la arena y limo, y revisten a las partculas de arcilla (Schar-gel, 1977). La mineraloga origina una baja capaci-dad de intercambio catinico y muy bajas reservas de nutrimentos para las plantas. En Venezuela es-tos suelos generalmente son distrficos o hiperdis-trficos.

    A menos que la textura de los horizontes superficia-les sea arcillosa, no se observan en estos suelos

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  • incrementos de arcilla hacia los horizontes subya-centes. Solamente en el escudo de Guayana son extensos estos suelos.

    Alfisoles

    Estos suelos tienen debajo de la superficie un hori-zonte de acumulacin de arcilla, parte de la cual ha sido trasladada desde los horizontes superficiales (horizonte arglico o kndico, si la arcilla tiene baja capacidad de intercambio catinico). Adems, tie-nen una saturacin con bases intercambiables mo-derada a alta, por lo menos en la parte inferior del perfil. Estos suelos generalmente son hipodistrfi-cos o mesotrficos.

    Son extensos en el pas, habindose formado a partir de aluviones o a partir de rocas de litologa diversa. Ocupan superficies relativamente estables que no han sido afectados por sedimentacin muy reciente o por erosin fuerte.

    Ultisoles

    Al igual que los Alfisoles, estos suelos tienen un horizonte arglico o kndico. Adems, tiene una baja saturacin con bases. Generalmente son hiperdis-trficos o distrficos. Algunos Ultisoles tienen las mismas caractersticas mineralgicas de los Oxiso-les, de los cuales difieren por presentar un incre-mento notorio en el contenido de arcilla, desde el horizonte superficial al subyacente y no tener textu-ras arcillosas en el horizonte superficial.

    Son suelos extensos sobre superficies estables en el escudo de Guayana, los llanos orientales y en zonas montaosas hmedas poco afectadas por erosin reciente.

    Aridisoles

    Estos suelos estn secos durante la mayor parte del ao y no estn hmedos en la parte superior del perfil durante 90 das consecutivos. No tienen las caractersticas de los Vertisoles, Oxisoles o Molliso-les. Poseen debajo del horizonte superficial algn horizonte originado por procesos formadores de suelos, tales como cmbico, arglico, clcico (acu-mulacin de carbonato de calcio) gpsico (acumula-cin de yeso) o slico (muy fuerte acumulacin de sales solubles). Abundan en las regiones semiri-das y ridas de la costa y en el estado Lara.

    REGIONES FISIOGRFICAS

    La figura 1 muestra un mapa de la distribucin de las regiones fisiogrficas. Los aspectos concernien-tes a la vegetacin en las regiones fueron tomados de los mapas de Hueck (1960) y de Huber & Alarcn (1988).

    Escudo de Guayana (G)

    La geologa del escudo de Guayana consiste de un basamento de rocas gneas y metamrficas del Precmbrico, constituidas principalmente por rocas

    granticas y gneises. Este basamento se encuentra cubierto parcialmente por las areniscas del Grupo Roraima; rocas intrusivas bsicas penetraron el basamento y el Grupo Roraima (Bellizzia et al., 1976).

    El relieve permite separar tierras bajas (< 500 m snm) de elevadas (500 m snm o ms); estas ltimas incluyen tierras altas (1.500 3.000 m snm). Las subregiones indicadas en el mapa corresponden a una simplificacin de las regiones fisiogrficas de la Guayana propuestas por Huber (1995).

    Tierras elevadas orientales (G1) El sustrato geolgico est constituido principalmen-te por rocas del Grupo Roraima, con numerosas intrusiones de rocas bsicas. El basamento gneo metamrfico aflora en esta subregin principalmen-te al norte y oeste. Comprende el paisaje de altipla-nicie conocido como Gran Sabana, tepuies, lomer-os y montaas.

    La precipitacin media anual es superior a 1.500 mm alcanzando ms de 3.500 mm en algunos sec-tores.

    Los suelos de la altiplanicie, lomeros y montaas bajas son principalmente Ultisoles bien drenados, con texturas medias e hiperdistrficos; frecuente-mente son esquelticos (con abundantes fragmen-tos minerales mayores de 2 mm). Los Ultisoles formados a partir de rocas bsicas comnmente son mesotrficos en el horizonte superficial. Sin embargo, las bases intercambiables disminuyen marcadamente en los horizontes subyacentes hasta niveles hiperdistrficos. Tambin se encuentran Entisoles arenosos e Inceptisoles hiperdistrficos y pobremente drenados, en las vegas inundadas por ros y caos. Sobre los Tepuies son comunes aflo-ramientos rocosos, Entisoles superficiales, Ultisoles e Histosoles muy pobremente drenados, en las reas donde se acumulan aguas superficiales (CVG Tcnica Minera C. A., 1989).

    En esa subregin se encuentran sabanas gramino-sas abiertas, arbustivas y con morichales, bosques y arbustales siempreverdes y sobre los tepuies vegetacin herbceo-arbustiva.

    Tierras elevadas occidentales (G2) El sustrato geolgico est constituido principalmen-te por el basamento de rocas gneas y metamrfi-cas. Las areniscas del Grupo Roraima ocupan una extensin mucho menor, aun cuando se destacan algunos tepuies prominentes. Las intrusiones de rocas bsicas son escasas, encontrndose princi-palmente en la cuenca alta del Ro Ventuari. Pre-domina el paisaje de montaa con algunos Tepuies.

    La precipitacin media anual es superior a 2.000 mm alcanzando ms de 3.000 mm en algunos sec-tores.

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  • Los suelos ms extensos son los Ultisoles, segui-dos por Oxisoles e Inceptisoles. Tienen buen drena-je, texturas medias a finas, son hiperdistrficos a distrficos y algunos son esquelticos. Los Ultisoles y Oxisoles formados a partir de rocas bsicas son mesotrficos a eutrficos en el horizonte superficial

    y distrficos a hiperdistrficos en los subyacentes (MARNR-ORSTOM, 1987; Schargel, 1977).

    En esa subregin predominan los bosques siem-preverdes y vegetacin herbcea-arbustiva sobre los tepuies.

    Fig. 1. Mapa de regiones fisiogrficas de Venezuela.

    Tierras bajas del norte (G3) Se extiende a lo largo del margen sur del Ro Orino-co desde las planicies deltaicas al este, hasta la desembocadura del Ro Sipapo en el estado Ama-zonas. Predominan lomeros y peniplanices e inclu-ye algunos terrenos elevados como la Serrana de Imataca. Mesas similares a las existentes en los llanos orientales se encuentran al sur del tramo inferior del Ro Orinoco. El sustrato geolgico est constituido principalmente por el basamento gneo - metamrfico, con numerosos afloramientos de grandes cpulas de rocas granticas, especialmente

    en el sector occidental de la subregin. Las rocas bsicas son muy escasas, excepto en el sector oriental.

    La precipitacin media anual vara de 900 a 1.200 mm en el sector norte y central de la subregin, incrementando al este, oeste y sur, hasta alrededor de 2.000 a 2.500 mm.

    Los suelos ms extensos son los Ultisoles, segui-dos por Oxisoles. Tienen buen drenaje, texturas medias a finas, son hiperdistrficos a distrficos y algunos son esquelticos. Ultisoles pobremente drenados se encuentran en las reas bajas de las peniplanicies. Sobre planos inclinados alrededor de

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  • colinas son comunes Ultisoles con horizontes su-perficiales arenosos y arenas profundas con drenaje excesivo (Entisoles). Vegas expuestas a inundacio-nes estn ocupadas por Inceptisoles distrficos, con texturas medias a finas y drenaje pobre (Blancane-aux et al., 1977; CVG Tcnica Minera C. A., 1989, 1991; Schargel et al., 1980; Schargel y Marvez, 2009).

    En la franja norte predominan sabanas arbustivas, asociadas con bosques semidecduos. Hacia el extremo este y hacia el sur se encuentran bosques siempreverdes (Aymard et al., 2009). A lo largo de ros y caos se encuentran bosques ribereos inun-dados estacionalmente. Los afloramientos granti-cos estn ocupados parcialmente por vegetacin saxcola, sobre suelos con pocos centmetros de grosor y en grietas (Entisoles muy superficiales). Esta vegetacin incluye desde pequeos grupos de hierbas hasta bosques bajos y medios (Grger, 1994).

    Tierras bajas del suroeste (G4) Comprende las peniplanicies y los lomeros bajos que se extienden a lo largo de los ros Casiquiare, Guaina - Negro, Ventuari y alto Orinoco. Pocos terrenos elevados se encuentran incluidos en esta subregin, destacndose el tepui Yacapana al su-reste de la confluencia de los ros Orinoco y Ventua-ri.

    El sustrato geolgico est constituido por rocas gneo metamrficas con poca cobertura del Grupo Roraima y muy escasas intrusiones de rocas bsi-cas.

    La precipitacin media anual vara de 2.200 hasta ms de 3.500 mm.

    La mayora de los suelos de los lomeros y sobre las colinas bajas de las peniplanicies, clasifican segn las ltimas claves de la taxonoma en el orden de los Ultisoles; los Oxisoles ocupan una extensin menor. Son suelos bien drenados, con texturas medias a finas y mayormente hiperdistrficos. Are-nas cuarzosas se encuentran entre las lomas y tambin ocupan extensas llanuras planas a suave-mente onduladas. En el sector sur de esta subre-gin, desde la cuenca alta del Ro Atabapo hasta el Ro Negro, estos suelos arenosos clasifican como Spodosoles, por presentar un horizonte spdico a menos de 2 m de profundidad. Son suelos con dre-naje pobre a muy pobre, distrficos a hiperdistrfi-cos (Schargel et al., 2000, 2001, Schargel y Marvez, 2009).

    Los Spodosoles no son frecuentes al norte de la subregin, donde la mayora de las arenas cuarzo-sas clasifican como Entisoles. En las zonas de inundacin de los ros son comunes Inceptisoles, con texturas medias a finas y Entisoles arenosos; estos suelos tienen drenaje pobre y son distrficos

    a hiperdistrficos. Bajo bosques de pantano se encuentran Histosoles (MARNR-ORSTOM, 1987).

    Sobre Spodosoles muy pobremente drenados se encuentran bosques esclerfilos siempreverdes, conocidos como caatinga amaznica. Bosques siempreverdes con una composicin florstica que difiere de la caatinga, ocupan Ultisoles, Oxisoles y tambin Spodosoles con drenaje imperfecto a po-bre. Sabanas herbceo-fruticosas se encuentran sobre arenas cuarzosas anegadizas (Entisoles).

    Sabanas graminosas (Trachypogon, Axonopus) arbustivas y arbreas, estn localizadas en la cuen-ca del Ro Ventuari sobre suelos no anegadizos, principalmente Ultisoles y Entisoles arenosos. Muy localizadas en dicha cuenca se encuentran sabanas graminosas abiertas, inundadas estacionalmente, sobre Inceptisoles con arcillas expansibles.

    Tierras bajas del sur (G5) Formadas por lomeros y peniplanicies ubicadas entre las tierras elevadas orientales y occidentales, sobre el basamento gneo metamrfico.

    La precipitacin media anual vara entre 2.000 y 4.000 mm. La vegetacin est constituida princi-palmente por bosques siempreverdes. Los suelos predominantes son Ultisoles y Oxisoles hiperdis-trficos.

    Sistema montaoso del Caribe (C)

    El extremo occidental de esta regin es la depresin de Yaracuy tomando criterios fisiogrficos. Conside-rando la geologa, se inicia este sistema montaoso en la sierra de Agua Fra al noroeste del Ro Aroa, extendindose desde la depresin de Barquisimeto a lo largo de la costa, hasta la pennsula de Paria, con una corta interrupcin en la depresin de Una-re. Las islas del Caribe, por su afinidad geolgica, forman parte de esta regin (Gonzlez de Juana et al., 1980). Incluye tres subregiones:

    Subregin occidental (C1), formada por la Se-rrana y valle de Aroa, el Macizo de Nirgua y la depresin de Yaracuy.

    Subregin central (C2), formada por la Serrana del Litoral Central y la Serrana del Interior Cen-tral, ambas separadas por una hendidura axial a lo largo de la falla de La Victoria, fisiogrfica-mente representada por el curso superior del Ro Tinaco, la depresin del Lago de Valencia y el curso medio del Ro Tuy.

    Subregin oriental (C3), que comprende la Se-rrana del Litoral Oriental que forma las pennsu-las de Araya y Paria y la Serrana del Interior Oriental. Ambas estn separadas por la depre-sin de Campoma-Casanay y los golfos de Ca-riaco y Paria.

    En esta regin fisiogrfica predominan los paisajes de montaa. Sin embargo, son relativamente exten-sas y muy importantes para la ocupacin humana,

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  • las planicies de Barlovento, las que rodean al Lago de Valencia y los numerosos valles, incluyendo el de Caracas, Yaracuy, Aroa y otros menores. Adems, se encuentran lomeros en el contacto con los Llanos y bordeando a las planicies y valles.

    La costa a lo largo de esta regin es abrupta; fre-cuentemente las vertientes montaosas bajan direc-tamente al mar o existe a lo largo de la costa ape-nas una angosta franja ocupada por colinas y terra-zas marinas. Solamente los ros Tuy, Aroa y Yara-cuy forman amplias planicies aluviales que se aproximan a la costa, donde culminan en albuferas, cordones litorales y marismas con manglares. Estos relieves de origen marino tambin se forman en algunas bahas o asociadas con las desembocadu-ras de los ros. La isla de Margarita est formada por dos bloques montaosos unidos por un istmo formado por un cordn litoral con