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BREVE ANÁLISIS TEORICO
PRÁCTICO DE LA LEY 18.412
(S.O.A).-
DR, RAFAEL NUCCIO
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I - INTRODUCCIÓN. FUNDAMENTOS DE LA
RESPONSABILIDAD OBJETIVA. Y DEFINICIÓN LEGAL DEL
CONTRATO DE SEGUROS DEL CODIGO DE COMERCIO.
1) FUNDAMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD
OBJETIVA. SISTEMA ADOPTADO. REPARACIÓN PARCIAL Y
TARIFARIA DEL DAÑO PERSONAL MORAL. SUBSISTENCIA
DEL DERECHO A “REPARACIÓN INTEGRAL DEL DAÑO”
POR EL “DERECHO COMÚN”.
El motivo de este estudio es, como lo expresa el título,
formular algunas reflexiones teórico-practicas, acerca del
nuevo sistema de responsabilidad objetiva creado por la ley
18.412, que aprovechando la estructura y el funcionamiento
del contrato de seguros de responsabilidad civil, le imprime
una acentuada protección a la víctima, concediéndole
indemnizaciones que se extraen de la póliza del seguro del
vehículo que ha producido el daño, sin examinar la culpa, la
ilicitud, ni la incidencia causal del fortuito, la fuerza mayor, el
hecho del tercero, ni el propio hecho de la víctima.
Se atiende así la necesidad social de que los daños
producidos por objetos que generan riesgo, como son los
automotores, no recaigan aleatoriamente sobre las víctimas, y
sean trasladados, mediante la operativa del seguro, a quien
abona la prima, que es quien se beneficia o aprovecha el uso
de la cosa riesgosa.
Se entiende, por alguna doctrina, que nos encontramos
ante una responsabilidad por actos lícitos, otros señalan que
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son actos “potencialmente ilícitos” que se transforman en
ilícitos cuando se produce el daño, ya que consideran que
éste hace cargar sobre un inocente, un menoscabo, sin que
exista como contrapartida un beneficio que lo justifique, lo que
torna legítima su protección, a través del traslado de las
consecuencias dañosas a quien efectivamente se benefició
con la actividad permitida que produjo el daño.-
El sistema creado es un sistema tomado, a mi criterio, del
“ad-on plan” de algunos estados de norteaméríca (conforme lo
era también el proyecto de ley analizado por el DR. JORGE
GAMARRA, en su TDCU, TOMO XXII, VOL. 4, PARTE VI,
TERCERA EDICIÓN, FCU, pag. 156 y ss), que establecen la
coexistencia de un régimen de responsabilidad objetiva, con
indemnizaciones tarifarias, extraída del seguro de un vehículo
“implicado” en un evento dañoso, manteniendo la posibilidad
de accionar (por diferencias que superan la suma fija) para
obtener la reparación integral del daño esgrimiendo y
acreditando judicialmente los elementos tipificantes de la
responsabilidad civil extracontractual.
Se establecen indemnizaciones topeadas, con baremos
legalmente predeterminados, que deben solicitarse
administrativamente, en un trámite acotado temporalmente (a
vía de ejemplo: en algunos países como Francia era de 8
meses, en Uruguay es de 30 días hábiles), y para el caso de
frustración de la vía administrativa, se concede al damnificado
una acción directa contra la aseguradora del vehículo que
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produjo el daño, para acreditar el derecho y los daños
corporales sufridos (conf. GAMARRA, obra citada, pag. 158).
Las aseguradoras quedan facultadas para repetir
básicamente por incumplimientos del asegurado, y otros
incumplimientos establecidos legal o reglamentariamente,
respecto del contrato de seguros de responsabilidad civil, así
como, para recuperar de los responsables (según las normas
del derecho común) las sumas aplicadas a la indemnización
objetiva del daño.-
Tal cual sucede en todo el derecho comparado, como
enseñaba GAMARRA, se priorizan los daños personales
sobre los materiales, y en el caso del derecho uruguayo
dentro del daño personal, se concede preferencia, e
indemnización, exclusiva al daño moral sobre el personal
patrimonial (gastos médicos, hospitalarios, lucro cesante, etc.)
que no resulta cubierto por el S.O.A. Así lo han señalado Lens
y Rabosto desde una excelente primera visión del tema,
publicada en TRIBUNA DEL ABOGADO, No. 174, pag.22.
Es decir, se sacrifica (transitoriamente) en esta etapa del
resarcimiento (sin culpa) la reparación del daño en su
integralidad, instaurando una suerte de “pronto pago” de una
indemnización tarifaria única por accidente y por vehículo,
dejando a salvo las acciones del derecho común, por mayor
cuantía.
Quiere decir que, el culpable agota en esta instancia toda
posibilidad indemnizatoria, pero el no culpable puede accionar
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por mayor monto conforme a las normas del derecho común,
acreditando la responsabilidad subjetiva del asegurado, y ahí
encontrará todas las dificultades que provocaron la necesidad
social de una cobertura inmediata: la extensión de los
procesos judiciales, las costas y costos del juicio, las múltiples
dificultades probatorias, la refutación de las eximentes
opuestas por el demandado, tales como el “hecho de la
víctima”, etc., etc. (vide: GAMARRA, obra citada, pag. 150).-
2) DEFINICIÓN LEGAL DEL CONTRATO DE SEGUROS DEL
CODIGO DE COMERCIO.-
Haremos, antes de ingresar al tema que nos convoca, un
brevísimo paso por los conceptos esenciales de la
contratación de seguros y en especial del seguro de
responsabilidad civil, que nos facilitarán la comprensión del
nuevo sistema creado por la ley, y su instrumento
consagratorio, que es el contrato de seguros de
responsabilidad civil objetiva.-
Establece el art. 634 del Código de Comercio que: “El
seguro es un contrato por el cual una de las partes se obliga
mediante cierta prima a indemnizar a la otra de una pérdida o
de un daño, o de la privación de un lucro esperado que podría
sufrir por un acontecimiento incierto”.-
El seguro es, según nuestra mejor doctrina: “un contrato
bilateral, oneroso, aleatorio, solemne, de extrema buena fe,
de ejecución continuada y de adhesión” (GERALDINE IFRAN.
CURSO DE DERECHO DE SEGUROS. PAG. 70).-
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De ese género se deriva la especie que vamos a estudiar:
el contrato de seguros de responsabilidad civil, que también
intentaremos definir en la forma más sucinta posible.-
II - DEFINICIÓN DEL CONTRATO DE SEGUROS DE
RESPONSABILIDAD CIVIL.-
El SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ha sido
definido por nuestra doctrina como: “el contrato de seguro por
el que el asegurador se obliga al pago a los terceros de las
indemnizaciones que resulte obligado el asegurado en virtud
de ser civilmente responsable de los daños ocasionados a
dichos terceros relativos a la específica responsabilidad
prevista en el contrato y dentro de los límites legales y
contractuales, derivados de un hecho ocurrido durante la
vigencia del contrato o período extendido contratado, así como
a asumir la dirección jurídica de la defensa frente a la
reclamación de los terceros, los gastos que ello ocasione y el
depósito de las fianzas de corresponder a derecho.” (ANDREA
SIGNORINO. SEGUROS DE RESPONSABILIAD CIVIL. PAG.
55 y 56).
También, conviene tener presente dos modos de clasificar
el seguro que son relevantes en tanto nos ayudarán a
evaluar las características y los efectos del Seguro Obligatorio
de Accidentes. Ellos son la división de los seguros en: a)
seguros de reembolso y preventivos de daños; y b) seguros
por “ocurrencias” y “reclamos”.-
III- CLASIFICACIÓN DE LOS SEGUROS: DE REEMBOLSO Y
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PREVENTIVOS DE DAÑOS.
Esta clasificación es cita obligada en todas las obras de
derecho de seguros contemporáneas, y, en virtud de ella se
distingue:
1) SEGURO DE REEMBOLSO
A) En este tipo de seguro, primero se produce el daño
efectivo en el patrimonio del asegurado cuando paga al
tercero indemnizándole del daño que le produjo.
B) A posteriori, la aseguradora le reembolsa lo pagado al
tercero en concepto de indemnización, cumpliendo con la
obligación contractualmente asumida.-
Es notoria la deficiencia de este tipo de seguro en cuanto al
control de los daños resarcibles, que quedan en manos del
asegurado y pueden ambientar discordancias o abusos
inadmisibles.-
2) SEGURO PREVENTIVO DE DAÑOS
En estos seguros, existe una obligación de hacer a cargo
del asegurador, de mantener indemne el patrimonio del
asegurado de cualquier obligación o deuda de responsabilidad
civil que pueda dañarle (conf. ANDREA SIGNORINO, obra
citada, pag. 84, quien cita a MARIA DE LOS ANGELES
CALZADA CONDE, “LOS SEGUROS DE
RESPONSABILIDAD CIVIL, ED. ARANZADI S.A., NAVARRA
2005, pag. 49). En el caso del SOA estamos frente a una
deuda de responsabilidad objetiva (por mera causación o
participación de un determinado vehículo asegurado) que
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surge del contrato en cumplimiento de la ley 18.412.-
El asegurador tiene en este tipo de seguro un control
mucho mayor de la situación de indemnidad que se obliga a
mantener, en cuanto el asegurado debe brindarle toda la
información para instruirse del evento dañoso así como
transferirle la facultad de defensa jurídica en caso de que se
produzca el reclamo de responsabilidad civil.-
IV – CLASIFICACIÓN DE LOS SEGUROS: POR
OCURRENCIAS O POR RECLAMOS.
Se distinguen también dos tipos de seguros, en función de
la cobertura. Ello son:
1) SEGURO POR OCURRENCIAS
Cubre todo evento producido durante el plazo del contrato
sin importar cuando el tercero formula su reclamación.-
Ha sido visto como un sistema desfavorable para la
aseguradora, en cuanto, ante situaciones imprevisibles,
ocasionadas por ejemplo por grandes calamidades, puede dar
lugar a una pérdida económica irreparable para el
asegurador.-
2) SEGURO POR RECLAMOS
Solo cubre los reclamos producidos dentro del plazo del
contrato, por lo que no cubre los eventos también producidos
durante el plazo, pero reclamados por los terceros, con
posterioridad al vencimiento del mismo.-
Este sistema pone a cubierto mejor a las aseguradoras
respecto, sobre todo, de daños imprevisibles o no previstos en
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el momento de la contratación.-
V – ELEMENTOS ESENCIALES DEL CONTRATO DE
SEGUROS DE RESPONSABILIDAD CIVIL.
1) EL INTERES ASEGURABLE-
Es el objeto del contrato de seguro y no es la cosa
asegurada, sino la relación económica de un sujeto con un
bien que puede (o está expuesto a) verse dañada si se
verifica un determinado evento futuro e incierto (el siniestro).
En el caso del SRC el interés asegurable es el interés que
tiene el asegurado en preservar su patrimonio de todo daño
producido por incurrir en responsabilidad civil (conf.
ORDOQUI, DERECHO DE TRÁNSITO, Tomo IV, La ley, pag.
232 y ss.)
La inexistencia de dicho elemento, al momento de
verificación del siniestro, determina la exoneración de
responsabilidad del asegurado (art. 637 C. Comercio).-
Veremos en el SOA, más adelante, como se regula este
elemento cuando se establece quienes son los “titulares” del
dicho seguro.-
2) LA COSA ASEGURADA.
Es el objeto del interés asegurado (art. 637 Código
Comercio), y en el seguro de responsabilidad civil es el
patrimonio del asegurado (conf. Ordoqui, obra citada, pag.
234).-
3) EL RIESGO
Es la probabilidad de que ocurra un evento dañoso, que
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debe reunir las características de incierto o eventual y
esencialmente aleatorio (conf. Gustavo Ordoqui, Derecho de
Tránsito, tomo IV, La ley, pag. 231)
3.1 - CARACTERÍSTICAS DEL RIESGO:
Conforme al referido autor (obra citada, pag. 231) en su
cita de LOPEZ MESA (“Responsabilidad civil por accidentes
de tránsito”, Buenos Aires, 2005, pag. 509), compartimos que
el riesgo:
A) Debe ser posible, esto es debe poder verificarse
concretamente.-
B) Debe ser real y no imaginario. El hecho previsto como
riesgo cubierto debe ser un hecho de la realidad y no utópico,
irreal ni imaginario.-
C) Debe ser futuro o incierto, esto es, se debe proyectar su
posibilidad de verificación hacia el futuro, sin que pueda
juzgarse segura su producción, o al menos, a nuestro
entender, conocerse el momento preciso en que se verificará
efectivamente (como ocurre en los seguros de vida).-
D) Desencadenado por un hecho fortuito. El riesgo debe
producirse materialmente como consecuencia exclusiva del
alea y no puede ser generado por la voluntad de las partes.-
3.2 - LIMITACIONES PRECEPTIVAS DEL RIESGO.
También siguiendo a Ordoqui (obra citada, pag. 231),
quien cita a STIGLITZ (“Seguro contra Responsabilidad Civil.”
Buenos Aires, 1994, pag. 51), podemos señalar las
siguientes limitaciones del riesgo resarcible:
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A) Causal o Subjetiva: No todo riesgo tiene cobertura,
hay aspectos inherentes a la conducta del asegurado que
están excluidos en mérito a la denominada “delimitación
subjetiva del riesgo”. En efecto el riesgo no incluye el dolo y la
culpa grave, y en caso de que se verifiquen, no hay
incumplimiento del asegurado, sino que estamos en presencia
de una hipótesis no prevista en el contrato como riesgo
resarcible (excepcionalmente, en los seguros de
responsabilidad civil, la culpa aún grave se considera como
riesgo contratado y se admite su cobertura).-
B) Espacial: Solo respecto del riesgo ocasionado en el
territorio nacional. Además el evento previsto, en nuestro
caso (accidente) debe producirse en la vía pública.
C) Temporal: Rige respecto del plazo contractual
expresamente pactado.-
4) EL EVENTO DAÑOSO.
Es el hecho que produce el daño que puede dar
nacimiento a la responsabilidad patrimonial del asegurado (en
la ley 18.412, es el accidente en el que participan automotores
y acoplados remolcados y objetos transportados o
desprendidos de los mismos).-
El asegurado debe informar sobre ese suceso en forma
inmediata por un deber de buena fe y colaboración con el
asegurador, impuesto en las condiciones generales de la
póliza, a efectos de que el mismo esté preparado y se provea
de los elementos informativos y de prueba necesarios para
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afrontar cualquier eventual y futuro reclamo por
responsabilidad civil.
El evento dañoso no desencadena la cobertura, pero
su falta de tempestiva y oportuna denuncia a cargo del
asegurado, puede determinar la pérdida de la cobertura por
incumplimiento de las condiciones generales de la póliza.-
5) EL SINIESTRO
Es el hecho que desencadena la cobertura del evento
dañoso. Se verifica con el reclamo del tercero (ver
SIGNORINO, obra citada, pag. 85), en la medida que éste es
la materialización del riesgo contratado que en el SRC está
constituido por el nacimiento de una deuda de responsabilidad
civil sobre el patrimonio del asegurado, riesgo que la
aseguradora debe impedir que se transforme en daño efectivo
(seguro preventivo de daños), (vide. Signorino, obra citada
pag. 85, que reenvía a Calzada Conde, obra ya mencionada,
pag. 114).-
El asegurado, dijimos, debe informar al asegurador, en
forma inmediata, no solo de la existencia y características del
evento dañoso, sino, a posteriori, de todo y cualquier reclamo
judicial o extrajudicial relativo al referido evento, a los efectos
de que la aseguradora asuma en forma excluyente el derecho
(y la obligación) de determinar la estrategia a seguir y pueda
cumplir además con su obligación de asesorar y patrocinar al
asegurado, judicial y extrajudicialmente.-
La aseguradora podrá resolver transaccionalmente el
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asunto o esperar la Sentencia judicial, a su exclusivo criterio,
caso en el cual deberá abonar el monto de la condena, según
surge habitualmente de las CGP, y se desprende de su
obligación de resultado de “mantener indemne el patrimonio
del asegurado”. En el caso del SOA como veremos la voluntad
de la aseguradora está restringida, queda vinculada
externamente, cualquiera sea la conducta de su asegurado,
pero luego de indemnizar al tercero, podrá repetir contra el
mismo si se cumplen los requisitos de la acción que la ley
18.412 prevé al efecto.-
El asegurado tiene el deber (y el derecho) de asesorarse
y ser patrocinado exclusivamente por el asegurador, salvo
situaciones excepcionales de conflicto de intereses, exceso
del reclamo respecto de la cobertura, o patrocinio penal (vide:
Signorino, obra citada, pag. 101).-
En el caso del SOA esto no se aplica porque hay una
acción directa contra la aseguradora, por lo que el asegurado
se desentiende absolutamente de todo trámite, del cual se
derivará inexorablemente una disminución del monto de su
posible y eventual condena en un futuro e hipotético proceso
de responsabilidad civil por “mayor cuantía” que pueda
promover (o no) el tercero damnificado.-
VI – DEFINICIÓN DEL SEGURO OBLIGATORIO DE
AUTOMOTORES (S.O.A.)
“El seguro obligatorio de automóviles es un seguro de
daños patrimoniales, con cobertura de Responsabilidad Civil
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extracontractual, de indemnidad o preventivo y sobre la base
de ocurrencias.” (ANDREA SIGNORINO. SEGUROS DE
RESPONSABILIDAD CIVIL, PAG. 117)
De la definición se desprende que estamos frente a un
seguro de responsabilidad civil porque el riesgo asegurado es
la probabilidad de daño al patrimonio del asegurado generado
a raíz de acciones de responsabilidad civil extracontractual (de
base subjetiva u objetiva, según se establezca por la ley o el
contrato).-
El seguro es de indemnidad porque el asegurado no
debe pagar primero (para luego reembolsar), sino que debe,
simplemente cumplir una serie de conductas vinculantes, tales
como: denunciar el accidente, las circunstancias detalladas en
que ocurrió, hacer llegar en forma inmediata al asegurador
toda la información que tenga en relación al reclamo
(documentos, citaciones, etc), desde el momento mismo en
que el evento se produce, y finalmente, cumplir con todas las
directivas estratégicas de los abogados del asegurador.
La aseguradora debe mantener indemne al asegurado
de todo daño patrimonial (conf. Signorino, obra citada, pag.
116), en lo que constituye, a nuestro entender una obligación
de hacer y de resultado. Y es en fase de cumplimiento de esa
obligación que, directa y forzosamente, deberá hacer efectivo,
el pago legalmente ordenado de los daños tarifarios
producidos al tercero que éste acredite fueron el producto de
la participación material (o causación) del vehículo de su
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asegurado (ley No. 18.412).-
Agregamos, finalmente, conforme a la definición
antedicha, que se trata de un seguro de ocurrencias porque
cubre todo evento (accidente) producido durante el plazo
contractual, aunque el reclamo del tercero sobrepuje ese
plazo.-
VII - CARACTERES GENERALES DEL CONTRATO DE
S.O.A.
1) DISEÑO LEGAL Y SUS CARACTERÍSTICAS.-
1.1) El S.O.A ha sido diseñado legalmente como un
contrato de seguro, de responsabilidad civil, con
indemnización tarifaria, de adhesión, forzoso, solemne,
bilateral, oneroso, aleatorio y de ejecución continuada, que
establece una acción directa del tercero (víctima o sus
causahabientes) contra la aseguradora contratada por el
propietario, usuario o guardián material del vehículo que le ha
producido sus daños corporales, de lesión o muerte (art. 1 y 2
de la ley 18.412).-
1.2) El contrato debe ser obligatoriamente celebrado por
alguna de las personas denominadas TITULARES DEL
SEGURO, que son: el PROPIETARIO, el USUARIO o el
GUARDIÁN MATERIAL DEL VEHÍCULO (art. 7 y 11 de la ley).
1.3) Como ya lo hemos expresado, solo la existencia de un
interés asegurable (vínculo económico con la cosa asegurada
que pueda verse dañado por la materialización del riesgo)
justifica la contratación del seguro, el que es nulo si no cumple
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dicho requisito y, si, cumplido, dejó de existir en la etapa de
ejecución del contrato, provocará la exoneración legal del
asegurador (arts. 637 y 654 del Código de Comercio).-
1.4) En este caso se limita a texto expreso quienes pueden
ser los interesados habilitados a contratar el SOA, no
admitiéndose otro interés asegurable, que autorice la
contratación, que alguno de los señalados taxativamente por
la ley: el derecho de propiedad, el derecho de uso o la calidad
fáctica de “guardián material”.-
1.5) A mi entender no solo se limita, de esta forma, el elenco
de los eventuales titulares del seguro, que por lo tanto serán
los únicos contratantes aceptados por la aseguradora, sino
que, además, según se desprende del contexto normativo y
de su finalidad, estamos frente a verdaderos “tomadores
forzosos”, aunque alternativos (uno cualquiera de ellos puede
cumplir la contratación y libera a los demás de hacerlo). En
mérito a ello, en caso de incumplimiento de la contratación
vinculante del seguro forzoso, responderán, cada uno de los
mismos, solidariamente ante la aseguradora que indemnizó el
daño.-
Se cumple acabadamente en el caso la tipificación de la
solidaridad pasiva, pues al decir de Jaime Berdaguer
(Obligaciones y cuasicontratos, Carlos de Cores y otros, FCU
2ª Edición, abril de 2014, pag. 157) “existen una pluralidad de
vínculos (pluralidad de vínculos que en principio son
independientes los unos de otros), no obstante lo cual
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presentan entre sí un nexo común derivado de la unidad de
prestación y de causa. La solidaridad pasiva tiene por fin
fortalecer la posición del acreedor, en especial, en caso de
insolvencia, poniendo a disposición del acreedor una
pluralidad de patrimonios, a cada uno de los cuales puede
demandar el total”.
1.6) En este punto puede resultar interesante observar las
variadas referencias que la ley efectúa respecto del propietario
y los restantes tomadores eventuales del contrato de seguros,
en diferentes tópicos regulados por la ley, que hacen relación:
a) a los legitimados (y obligados) a contratar.
b) a los eventuales sujetos pasivos de la acción de repetición.
c) a las eventuales exclusiones subjetivas de la calidad de
beneficiarios, que operan automáticamente cuando se
verifican ciertas vinculaciones familiares, o de dependencia,
con los legitimados a contratar el seguro.-
Es así que:
a) El artículo 11 refiere al “obligado o quien tenga interés en el
seguro “, adjudicándoles a ambos, la libertad de contratar
entre las distintas entidades aseguradoras.
b) el art. 16, en sede de acción de repetición, establece como
legitimados pasivos de la misma al “propietario o al tomador
del seguro”.
También en sede de acción de repetición se establece,
como una de las causales de la misma, la existencia del “dolo
del propietario, usuario o conductor” si el mismo “produjo” el
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daño.-
c) El art. 6 lit. A, en sede de exclusiones subjetivas de la ley,
exilia de la calidad de tercero, al “propietario, tomador del
seguro y conductor…” entre otros.-
Y, finalmente, en el literal B) de dicho artículo, excluye
también a los dependientes a cualquier título del “propietario,
tomador del seguro o conductor”.
Todo ello permite inferir que el propietario puede contratar y
puede ser responsabilizado en caso de incumplimientos
contractuales o violación del art. 16 de la ley. Ello en mérito a
que el derecho de propiedad lleva implícita, la presunción de
guarda del vehículo (conforme a las reglas de la experiencia
común), como así también el irrestricto derecho a disponer de
él.
1.7) El usuario, que sería quien posee algún vínculo
jurídico que le habilita a la utilización del vehículo, pero que
no tiene la calidad de propietario (arrendatario, usuario
gratuito, usufructuario, etc.), puede contratar y por lo tanto
también, ser responsable, si contrató, en caso de
incumplimiento en su calidad de “tomador del seguro”.
Se trata de casos en que la guarda se transfirió lícitamente
por contrato, y por lo tanto quien la recibe por este medio
queda comprometido en un eventual proceso de
responsabilidad civil que decida entablar el tercero beneficiario
en un proceso de mayor cuantía. El SOA, como SRC que es,
establece la obligación indemnizatoria de la aseguradora en
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función de esa plausible legitimación pasiva que recae sobre
el usuario a partir de su contratación del vehículo implicado.-
1.8) El guardián material, puede contratar el seguro, y será
también responsable en caso de incumplimiento del mismo si
fuera su “tomador”.-
Más adelante se verá en sede de acción de repetición que,
según nuestra posición, el guardián también podría ser
responsabilizado en caso de incurrir en alguna de las
previsiones del art. 16 de la ley porque, a nuestro entender,
es un tomador forzoso del seguro (art. 7 dice “será” titular del
seguro… y no “podrá ser” titular del seguro..).-
1.9) Lo que intenta la ley es que todo vehículo que circule
por la vía pública (o privada abierta al público) esté asegurado,
y, para ello impone y delimita la legitimación para contratar el
seguro (facultad y obligación de hacerlo, en una interpretación
sistemática y teleológica de su texto) al propietario y otros
interesados en el seguro (art. 11) porque son quienes tienen,
conforme a las normas generales, EL INTERÉS
ASEGURABLE que sería dañado si se materializara el riesgo
de nacimiento de una deuda de responsabilidad civil en su
patrimonio a causa del reclamo de un tercero por daños
personales producidos por su automotor. Ello en cuanto son
estos titulares, los previsibles eventuales sujetos pasivos de
una acción de responsabilidad civil extracontractual conforme,
también, a las normas del derecho común.-
1.10) Son ellos todos los eventuales guardianes: por
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derecho (el propietario o el usuario contractual) y de hecho (el
conductor del rodado).-
1.11) La ley establece, un principio de inclusión
automática del contrato de SOA, en el caso de que se haya
celebrado un contrato de seguro de responsabilidad civil por
mayor cuantía, al declarar que ello implica o supone el
cumplimiento del SOA (art 23 ley 18.412), incluso para los
vehículos extranjeros (art. 24 de dec. 381/09). El contrato legal
forzoso del SOA se funde así por imperio legal en el contrato
típico de responsabilidad civil con mayor cobertura patrimonial.
Se aplican respecto del SOA, incluido en dicho contrato por
imperio legal, toda la regulación estatuida en la ley 18.412
(art 23 inc. 2).-
1.12) En el caso del vehículo extranjero está vigente para
nuestro país, la Res. 120/2009 del GRUPO MERCADO
COMÚN, (CARTA VERDE), que establece que tienen validez
los seguros de responsabilidad civil celebrados con
compañías aseguradoras del país de origen del vehículo,
siempre que las mismas tuvieren acuerdos con aseguradoras
del país o países donde transiten los asegurados (art. 4).
1.13) El art 4 de la ley 18.412 establece que el seguro
tiene cobertura nacional y que resulta aplicable a cualquier
vehículo nacional o extranjero que circule por el territorio
nacional.-
1.14) El art. 24 del decreto 301/2009 establece que a los
efectos del art. 4 de la ley 18.412 se entiende cumplida la
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contratación del SOA, cuando el vehículo ingresa a nuestro
país habiendo dado cumplimiento a la Resol. 120/94 del
Mercosur.
1.15) Establece además que si existieren damnificados
excluidos de dicha cobertura, conforme al contrato de seguro
del país originario del vehículo, la indemnización se llevará a
cabo de conformidad con el art. 19 al 22 de la ley
reglamentada (coberturas especiales).-
1.16) La ley declara en forma expresa que el cambio de
titular del seguro supone la cesión legal del contrato (art. 7 ley
18.412).-
1.17) Por otra parte, la aseguradora elegida no se
puede negar a la contratación (art. 11 inc. 3 de la ley), salvo
que el vehículo no cumpla las condiciones mínimas de
asegurabilidad (art. 11 inc. 3).
1.18) Luego de celebrado el contrato, y una vez emitida
la Póliza, la aseguradora no podrá modificar el “quantum” de
la cobertura legal máxima, salvo que comunique a la
Superintendencia de Servicios Financieros, la existencia de un
riesgo agravado, por la elevada frecuencia de siniestros, caso
en el cual se le podrá habilitar, excepcional, puntual y
exclusivamente, un incremento en el monto de la prima
respecto del asegurado que incurrió en el mismo.-
1.19) La aseguradora no podrá, tampoco, limitar el
monto indemnizatorio, porque ya hubiera sido destinado al
pago de un siniestro. La ley establece que el monto total de la
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cobertura del SOA, será inalterable y ello implica que renacerá
la exigibilidad de la suma máxima prevista en el art. 8, en caso
de que así lo imponga cualquier otro evento cubierto que se
produzca ulteriormente (art. 9o.).
2) REGIMEN INDEMNIZATORIO DE RESPONSABILIDAD
CIVIL OBJETIVA. DEBATE SOBRE SU NATURALEZA
JURÍDICA. NUESTRA POSICIÓN.-
2.1) La ley No. 18.412 instaura un régimen indemnizatorio
de responsabilidad civil en el cual el siniestro no está
constituido por el daño al objeto o interés asegurado, ya que
la obligación del asegurador consiste, precisamente, en
evitar que el riesgo se concrete en un daño efectivo sobre el
patrimonio asegurado (ANDREA SIGNORINO, OB. CITADA
PAG. 84 y ss).
2.2) Tal regulación se traduce en la creación de un régimen
de responsabilidad objetiva con indemnización tarifaria, al
imponer la contratación de un seguro obligatorio que cubre la
responsabilidad civil extracontractual del asegurado sin
examinar su culpa (“no fault insurance”), en el que “las
víctimas de accidentes automovilísticos acceden
automáticamente a los beneficios del seguro sin que preceda
una evaluación de la culpa de los conductores.”(ANDREA
SIGNORINO, obra citada pag.115 y ss.), por lo que
acertadamente se ha dicho que “hay una imputación material
con prescindencia de la imputabilidad subjetiva” (LENS Y
RABOSTO. Revista del Colegio de Abogados, TRIBUNA DEL
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ABOGADO, No. 174, pag.18). Es, por lo tanto, un seguro de
responsabilidad objetiva (sin culpa) obligatorio y automático,
según la doctrina y Jurisprudencia mayoritaria.-
2.3) Respecto de su naturaleza jurídica, la doctrina
debate si se trata de un seguro de daños, de daños
personales o si se trata de un seguro de responsabilidad civil
con cobertura de daños patrimoniales.
Se dice que sería un seguro de daños a terceros porque
no se indemniza el daño que sufre el asegurado sino el
experimentado por el tercero víctima del accidente.
Sostiene MARIÑO, que “El objetivo de un seguro de
daños no es proteger el patrimonio de quien es responsable
civilmente (como en el seguro de responsabilidad civil), sino
tutelar a la víctima de los daños, que ante un insolvente no
asegurado, queda sin indemnización.” (“El tercero beneficiario
en el seguro obligatorio de automóviles (SOA)”, REVISTA
CRÍTICA DE DERECHO PRIVADO, No. 9, AÑO 2012,
PAG.457).-
Esta posición no tiene en cuenta, a nuestro entender, que
se trata de un seguro preventivo de daños, y que por ende
protege el patrimonio del asegurado, y solo en fase de
cumplimiento de esa obligación (contractual, pero también
legal) se satisface la pretensión resarcitoria del tercero
damnificado no contratante (vide. Signorino, obra citada, pag.
114).-
24
Se dice que se trataría de un seguro de daños personales
y no patrimoniales, porque tales daños son los únicos
cubiertos por la ley.-
Pero no se tiene en cuenta, a nuestro entender, la misma
objeción, señalada precedentemente, en cuanto a que no es
el daño personal de la víctima el que define la naturaleza del
seguro, sino el daño patrimonial del asegurado, que el
asegurador precisamente debe evitar, en el típico seguro de
indemnidad o preventivo de daños (vide: Signorino, obra
citada, pag. 114).-
2.4) El “nomen iuris” de la ley señala claramente la intención
del legislador de crear un seguro de responsabilidad civil, lo
que sucede es que, en el SOA, se sustituye la
responsabilidad subjetiva típica, por la objetiva, pero sigue
existiendo responsabilidad civil, tanto es así que la
indemnización del SOA, se realiza sin perjuicio de la que
opere por mayor cuantía, derivada de la aplicación de las
normas del derecho común. Ambas indemnizaciones están
dirigidas a prevenir el daño al patrimonio del asegurado, por
reglas objetivas de imputación, hasta un cierto monto (SOA) y
luego atendiendo a la participación subjetiva del asegurado,
por el resto, de conformidad con las normas generales (SRC
por mayor cuantía).-
2.5) NUESTRA POSICIÓN:
A nuestro entender nos encontramos ante un seguro de
25
responsabilidad civil objetiva, de contratación obligatoria o
forzosa, preventivo de daños patrimoniales (del asegurado), y
sobre la base de ocurrencias, inspirado en la protección e
indemnidad de la víctima, reparando su daño según tarifas
máximas topeadas, y sin examinar la culpabilidad de los
partícipes en el accidente. La indemnización del tercero
beneficiario, aunque impuesta por la ley, opera en fase de
cumplimiento de la obligación de hacer del asegurador de
impedir que el patrimonio del asegurado resulte afectado por
una deuda de responsabilidad civil extracontractual.-
VIII – EL RIESGO ASEGURADO EN EL SOA. PELIGRO DE
DAÑO PATRIMONIAL COMO CONSECUENCIA DE LA
RECLAMACIÓN DE DAÑOS PERSONALES DE LESIÓN O
MUERTE DE TERCEROS. IRRELEVANCIA DEL FACTOR
SUBJETIVO DE ATRIBUCIÓN Y SUPRESIÓN TOTAL DE LAS
EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD. DEFINICIÓN DE
ACCIDENTE Y LIMITACIÓN DE LOS DAÑOS
RESARCIBLES.-
1) EL RIESGO ASEGURADO EN EL SOA. PELIGRO DE
DAÑO PATRIMONIAL COMO CONSECUENCIA DE LA
RECLAMACIÓN DE DAÑOS PERSONALES DE LESIÓN O
MUERTE DE TERCEROS
1.1) El SOA intenta “evitar en el asegurado el daño causado
en su patrimonio como consecuencia de las lesiones que
pueda causar a terceros con el vehículo a motor durante la
26
circulación vial” (ORDOQUI. DERECHO DE TRÁNSITO, obra
citada. PAG. 232).
1.2) El riesgo cubierto es el nacimiento de una obligación o
una deuda por responsabilidad extracontractual, en la cabeza
del asegurado, que le imponga resarcir patrimonialmente
lesiones o muertes producidas a los terceros (con las
excepciones que indica la ley) por la circulación de su vehículo
automotor. Para imponer esa indemnización no se exige
prueba de la “ilicitud” ni de la “culpa”, pues su nacimiento
opera “automáticamente” ´por “causación” (o “mera
participación”) y aun en los supuestos de “caso fortuito”,
“fuerza mayor”, “hecho de la víctima” o “hecho del tercero”.-
1.3) La ley declara a texto expreso la supresión del
“hecho del tercero” (art. 15), como causal de exoneración de
responsabilidad, y como contrapartida de ello confiere a la
aseguradora una acción subrogatoria contra el responsable
del accidente (art. 18).-
1.4) Sin embargo no hace lo mismo con el “hecho de la
víctima”, pero su supresión como causal de exoneración se
desprende de que solo está excluida de la calidad de “tercero
beneficiario” cuando “haya mediado dolo de su parte para la
producción de las lesiones o la muerte” (artículo 6 literal “E” de
la ley). Lo que permite inferir que cuando no produjo con dolo
el daño que ha experimentado, mantiene la calidad de
“tercero”, cualquiera sea la participación material y subjetiva
27
que haya tenido en el accidente.-
1.5) El DR. JORGE GAMARRA sostiene que se habría
alcanzado la etapa de la Seguridad Social (y ya no podemos
hablar de “responsabilidad civil”) cuando una norma suprime
la eximente del fortuito y la fuerza mayor (que son causas de
irresponsabilidad) y del propio hecho de la víctima, en el cual
no existe ilicitud, porque el art. 1319 del C. Civil, define a ésta,
como una “relación”, esto es, como el “hecho del hombre del
cual se deriva una daño a otro”. (TDCU, tomo XXII, vol. 4,
Parte VI, pag. 163, TERCERA EDICIÓN, FCU, reimpresión
inalterada año 2012).-
1.6) Esa obligación que se genera, a mi entender, por la
ilicitud (concepto que se define por la “invasión de la esfera
jurídica ajena”, según GAMARRA, TDCU, TOMO XIX, VOL. 1,
parte II, pag. 187) se produce al vulnerar los intereses
jurídicamente protegidos de las personas sometidas al riesgo
del tránsito vehicular, atento a la consagración por la propia
ley de la mentada responsabilidad objetiva.
El fundamento de esa protección, enseña nuestra doctrina,
es que sería injusto que las víctimas, cargaran con las
consecuencias dañosas de un riesgo que no crearon (teoría
del “riesgo peligro” o “riesgo provecho”). Cuando la ley
consagra en el art. 1 la cobertura de los daños corporales y la
muerte eventual de las víctimas, está implícitamente
reconociendo la tutela de un derecho (interés jurídicamente
28
protegido) que de ser lesionado generará, por lo tanto, la
ilicitud, que constituye un elemento esencial de la
responsabilidad en nuestro derecho.-
Ello permitiría sostener, con los debidos respetos y en
nuestro modesto criterio, que nos encontramos aún dentro del
ámbito de la responsabilidad civil, pero bajo la vigencia de un
nuevo criterio de imputación que sustituye la tradicional
culpabilidad del ofensor.-
2) EL ACCIDENTE. RECLAMACIÓN POR DAÑOS
CORPORALES O LA MUERTE DE UN TERCERO.
DELIMITACIÓN DE LOS DAÑOS CUBIERTOS.-
2.1) El evento dañoso que se cubre como eventual
generador de responsabilidad es el “accidente” que ha sido
definido por el art. 2 de la ley, como:
“Todo hecho del cual resulta un daño personal, de lesión o
muerte, sufrido por un tercero, determinado en forma cierta,
aún en los supuestos de caso fortuito o fuerza mayor”.
Esta definición difiere de la formulada por el art. 42 de la ley
No. 18.191, en cuanto ésta última incluye, además, los daños
a los bienes, y agrega que, abarca, aquellos que se producen
“como consecuencia de la circulación de vehículos”.-
Esta divergencia o limitación en la definición, ocurre
porque la ley 18.412 voluntariamente quiere limitar o restringir
la definición del “accidente”, de manera de pre-establecer un
único nexo causal exclusivo con los daños CORPORALES, a
29
los que da cobertura, y excluir, consecuentemente con ello, a
los daños producidos sobre los bienes materiales.-
La definición “ficta” y restrictiva de una realidad más amplia,
ha sido también la forma (técnica) elegida para delimitar el
elenco de los terceros beneficiarios de la ley, declarando que
no son terceros (a los efectos de la ley) quienes en la realidad
lo son, porque no son “partes” del contrato de seguro.-
2.2) Como dijimos en la introducción a este estudio, la
técnica del “ad-on plan”, en derecho comparado, y también en
nuestro país, se traduce en reducir los montos máximos
indemnizatorios (tarifándolos) y, además, en seleccionar
determinados daños (excluyendo a otros) que se consideran
más relevantes (Gamarra, obra citada, pag. 155 y ss). En
general, la indemnización del seguro obligatorio de
responsabilidad objetiva, se limita, en derecho comparado, a
los daños personales y dentro de los personales a los
patrimoniales (gastos médicos, hospitalarios, lucro cesante,
etc., etc.)
2.3) Nuestra doctrina y jurisprudencia (como se verá al
analizar la acción judicial directa contra la aseguradora del
art. 13 de la ley) opina mayoritariamente que el daño personal
cubierto no es el patrimonial sino el moral, y que por supuesto
están excluidos de la cobertura todos los daños
materiales.(conf. LENS Y RABOSTO. Revista del Colegio de
Abogados No. 171, pag. 22)
30
2.4) Contra esa doctrina, se pronuncia, únicamente, hasta
cuanto sabemos, la Dra. NILZA SALVO quien sostiene que se
indemnizan los daños personales patrimoniales y no el daño
moral (NILZA SALVO. “SEGURO OBLIGATORIO DE
TEREROS, Ley No. 18.412, TRIBUNA DEL ABOGADO. No.
162, año 2009).-
2.5) La distinción tendrá relevancia cuando el damnificado
accione por “mayor cuantía” (art. 23) y se deba definir a que
rubro de la reclamación deberán imputarse las sumas
abonadas administrativamente por SOA.-
3) IRRELEVANCIA DEL FACTOR SUBJETIVO DE
ATRIBUCIÓN Y DE LAS EXIMENTES CAUSALES. MERA
PARTICIPACIÓN Y CAUSALIDAD ADECUADA.-
3.1) La mayoría de la DOCTRINA entiende que no puede
exigirse al beneficiario prueba de la ilicitud, ni de la autoría en
la causalidad material a cargo del vehículo asegurado, porque
sería ingresar al examen del elemento subjetivo de la
responsabilidad, que está expresamente exiliado del objeto de
la reparación del daño corporal de la víctima, entre otras cosas
porque la definición legal del accidente, tipifica a éste como
“hecho”, y, como se ha sostenido, un hecho no puede ser lícito
o ilícito. Solo las conductas pueden plantear la posibilidad de
serlo (conf. ANDRES MARIÑO. Los fundamentos de la
responsabilidad contractual, Montevideo 2005, pag. 82, citado
por ORDOQUI en obra citada pag. 226).-
31
3.2) Sostiene la Jurisprudencia, en aplicación de esa teoría,
que el vehículo estacionado genera la inclusión normativa con
su “mera participación” en el accidente, al afirmar que: “La
Ley del SOA, en su art. 1º., no dice que el accidente deba ser
causado por el vehículo asegurado, dice solamente “causado”
porque obviamente algún nexo entre el daño y el actuar del
agente debe existir…no dice que sea el vehículo asegurado,
contra el cual se solicita la indemnización el causante del
daño, porque eso sería caer en el régimen general de la
responsabilidad civil y, como vimos, la Ley del SOA, en pos de
la función social de cobertura universal a las víctimas, deja de
lado muchos e importantes fundamentos de la responsabilidad
civil general” (TAC 4º. SENT. No. 89 de 176.2015. GATTI,
TURELL, MAGGI. Caso 597 ADCU. JURISPRUDENCIA
SISTEMATIZADA AÑO 2015).-
3.3) En el mismo sentido ha sostenido la Jurisprudencia que:
“Habida cuenta de que la ley establece un régimen de
responsabilidad objetiva, la culpa y la incidencia causal de las
conductas de los protagonistas del accidente resultan
irrelevantes; alcanza con la prueba de la existencia del
siniestro, así como del hecho de que el vehículo que intervino
estuviera en “circulación…el art. 3 de la ley 18.412 fija el
criterio para concluir en el significado de la expresión
“circulación vial”….excluye cualquier vehículo no utilizado para
la circulación vial…De ello se desprende que es la “utilización”
y no la efectiva circulación – en el sentido de puesta en
32
movimiento- lo que define la categoría.” (TAC 6º. Sent. No.
204/2014 de 29.10.14. MARTÍNEZ, KLETT, HOUNIE.
DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL
TOMO III, AÑO III. AÑO 2015. caso 898, pag. 836).-
3.4) Compartiendo dicha posición, también se ha fallado
respecto del acoplado estacionado que no está siendo
remolcado en ese momento, manifestándose que: “si un
vehículo estacionado puede causar un infortunio de tránsito a
ser cubierto por el seguro obligatorio de automotores, nada
obsta que aplicando el mismo criterio también lo pueda ser un
acoplado también estacionado en la vía pública de acuerdo a
su matrícula y a la reglamentación…. Como enseña
Mariño…El vehículo automotor o un acoplado remolcado, por
el solo hecho de participar en las vías públicas o privadas con
acceso público…generan un alto riesgo de ocasionar
daños…” (TAC 2º. SENT. No. 178 de 24.9.2014. SOSA,
FRANCA, PEREZ BRIGNANI. ADCU. TOMO XLV. AÑO 2014.
CASO 721. PAG. 821.)
3.5) En la posición contraria, abogando por el rechazo de la
inclusión de la cobertura cuando el tercero acciona contra el
vehículo correctamente estacionado, nuestros Tribunales han
señalado que: “En la especie el camión solo fue un
instrumento pasivo en la escena del infortunio, un receptáculo
del impacto…Entonces en el plano de la causalidad material y
jurídica puede decirse que el camión no “causó” el accidente y
menos que el evento se hubiera producido a causa o en
33
ocasión de la circulación dado que el vehículo estaba
completamente detenido (estacionado) y sin ocupantes o, lo
que es lo mismo, al momento del infortunio no estaba
participando de la circulación vehicular. Los verbos nucleares
en los cuales se asienta la cobertura del seguro obligatorio
son “causar” y “circular”, esenciales para la definición del
contenido y alcances de dicha cobertura. En el caso ninguno
de ellos se verifica.” (TAC 2º. PEREZ BRIGNANI, FRANCA,
SOSA. Sent. No. 124 de 21.8.2013. JURISPRUDENCIA
SISTEMATIZADA 2013. ADCU TOMO XLIV, caso 598, pag.
645).-
3.6) En el mismo sentido ha fallado, incluso, acerca de la
falta de causalidad del vehículo en movimiento, al afirmar que:
“la caída del motociclista y la posterior colisión de la moto
contra el vehículo emerge de las probanzas incorporadas…la
controversia instalada sobre si el motociclista cayó o no antes
de colisionar la moto con el automóvil….deviene inútil habida
cuenta que, ya sea piloteada o no, lo cierto es que la moto
fuera de control, invade la senda de circulación del automóvil
(fs. 104) lo que le transforma en responsable de la colisión
con el automotor, a cuyo conductor nada puede reprocharse
en atención a que circulaba en sentido contrario a la moto y
por su senda.” (TAC 7, Sent. No. 144/2014. COUTO, GATTI,
ETTLIN. ADCU. JURISPRUDENCIA SISTEMATIZADA.
DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL. AÑO
III, TOMO III, AÑO 2015, caso 986, pag. 833).-
34
Esta posición no sería de recibo, en nuestro concepto, en
cuanto entendemos que la causalidad y la ilicitud van de la
mano en la responsabilidad objetiva, y alcanza con la
“causalidad adecuada” para producir el daño, que se cumple
siempre con el vehículo en movimiento, sin que sea necesario
abordar el examen de la legitimidad de la conducta del su
guardián o conductor, para estimar procedente la cobertura
legal del S.O.A.-
3.7) En efecto, la mera causación (causalidad adecuada)
cumple, en mi opinión, en la responsabilidad objetiva, la
exigencia de ilicitud, porque las valoraciones subjetivas sobre
diligencia, impericia e imprudencia del autor no pueden
hacerse valer, como tampoco la causa extraña que no le fuera
imputable al asegurado (hechos de tercero, de la víctima,
fortuito y fuerza mayor). A mi entender, si hay un interés
jurídico protegido (indemnidad de daños corporales causados
a las personas por vehículos automotores), entonces, la mera
causación implica ilicitud.
Una nueva forma de definir la ilicitud se deriva de una
modalidad objetiva de resarcimiento hasta ahora no conocida
en nuestro país (vide Gamarra, TDCU, tomo XIX, citado, pag.
195, No. 5). Aún si el hecho de la víctima incide en la
producción del daño, dado que ello ocurre como resultado de
la circulación o utilización de un vehículo automotor
(fundamento del “riesgo creado”), no puede sostenerse que el
daño sea “lícito”, en tanto la mera causalidad es juzgada
35
desfavorablemente por la norma tuitiva, en virtud de que el
daño (objetivo) se ha producido, injustamente sobre la víctima,
y con ello alcanza para entender vulnerada la consagrada
“indemnidad” legal.
3.8) No se requiere, por lo tanto, como elemento
constitutivo de esa responsabilidad la voluntad del autor
material del hecho sino la mera atribución de causalidad
material. “Causalidad” e “ilicitud” confluyen y se cumplen,
material y jurídicamente, en un mismo acto.-
Pero, a mi entender forma parte inexorable de la
“causalidad” y su necesaria prueba en el trámite administrativo
y judicial (eventual) la idoneidad para producir el daño y la
efectiva producción del mismo por el automotor asegurado,
por lo que no participo de las tesis que niegan que haya un
nexo necesario con el vehículo asegurado para admitir la
indemnización legal del SOA.
Creo, además que el art. 5 de la ley, que hace extensivo a
los objetos transportados o desprendidos del automotor, la
responsabilidad del vehículo del cual proceden, viene a
demostrar que la “causalidad” impuesta por la norma es la
“adecuada” y no la “mera participación” o “implicancia”,
porque dichos objetos pueden carecer de idoneidad para
producir el daño, y en tal caso no podrá extenderse la
responsabilidad al vehículo asegurado del cual emanan.-
Piénsese en un objeto sin relevancia física alguna, por
36
ejemplo un fruta, incluso una hoja de papel, que fuera
transportada por el vehículo asegurado, y que un vehículo
trasero que perdió el dominio de su rodado por carecer de
frenos, pasara luego de ello, fortuitamente, sobre cualquiera
de esos objetos, que estuviera cayendo del automóvil
delantero asegurado.
Es obvio que al no tener el objeto caído la aptitud para
provocar ni el accidente ni el daño personal posterior, su mera
participación no es suficiente, para provocar la cobertura del
daño personal del conductor del móvil zaguero, que luego de
pasar sobre ese objeto, o tomar contacto con el mismo,
sufriera lesiones al embestir un árbol de la ciudad.
Es necesario algo más. En este caso será menester que el
objeto haya obstruido la visual o impactado o sorprendido de
tal forma al conductor zaguero, de modo de constituirse en un
factor causal “adecuado” para producir la pérdida del dominio
de su rodado y los daños personales producidos con
posterioridad en el desarrollo del “iter siniestral”.-
Esta situación de hecho, que perfectamente se puede dar,
conforme a la experiencia común, marca claramente, a mi
entender, la insuficiencia de la teoría de la “mera
participación” como explicación y fundamento universal del
ámbito inclusivo de la cobertura del SOA, derivado de la ley
No. 18.412.-
La precisión es relevante, decisiva diría yo, porque el
37
conductor zaguero, lesionado, reclamará contra el vehículo
delantero, invocará el art. 5 y la aplicación de la teoría de la
“mera participación”, y, de darse cabida a la misma, debería
concedérsele la cobertura por sus daños corporales.
Pero de aplicarse la teoría de la “causalidad adecuada”,
quedará excluido por la causal del art. 6º literal A de la ley
18.412, al ser conductor del vehículo respecto de cuyo seguro
solicita el amparo indemnizatorio.-
3.9) Veremos, más adelante, al tratar los requisitos
formales y de fondo de la pretensión deducida en la vinculante
reclamación administrativa y judicial que establece la norma,
los controles del derecho, que deberá efectuar la aseguradora
ante la cual se presente el tercero reclamante.-
IX – LA RELEVANCIA DEL RIESGO ASEGURADO EN EL
SOA. EXCLUSIÓN POR DELIMITACIÓN SUBJETIVA DEL
RIESGO: HURTO CONOCIDO POR EL BENEFICIARIO,
DOLO DEL BENEFICIARIO PRODUCTOR DEL DAÑO. LOS
VEHÍCULOS Y LA VÍA PÚBLICA. VEHÍCULOS EXCLUIDOS
DE LA COBERTURA. OTROS TERCEROS EXCLUIDOS.-
1) RELEVANCIA CONTRACTUAL DEL RIESGO
ASEGURADO EN EL S.O.A.-
1.1) En los seguros de “indemnidad” como el Seguro
Obligatorio de Accidentes de la ley 18.412 (tal cual sucede en
todo tipo de seguros) uno de los elementos esenciales está
constituido por “la presencia de un riesgo asegurable”
38
(GERALDINE IFRAN. CURSO DE DERECHO DE
SEGUROS, ELEMENTOS ESENCIALES DEL CONTRATO
DE SEGURO. Pag. 82), como ya vimos, cuya ausencia en la
etapa de formación del contrato impide consolidar su validez
jurídica, su perfeccionamiento, ya que no puede concebirse el
tipo contractual si el asegurador no asume un determinado
riesgo.-
1.2) “La compañía de seguros aprecia el estado del riesgo
en la etapa precontractual, basándose en las declaraciones
del asegurado, para decidir la cobertura y sus condiciones. Al
ser el seguro un contrato de ejecución continuada, puede
suceder que, durante su vigencia, el riesgo considerado al
momento de la contratación se modifique o agrave”
(GERALDINE IFRAN. Ob.cit. Pag. 147).-
1.3) En el caso del SOA el vehículo debe poseer ciertas
condiciones mínimas de asegurabilidad (artículo 11 inc. 3),
cuyo incumplimiento puede llevar a la aseguradora a no
acceder al pedido de contratación del SOA. Esta es la única
posibilidad que tiene de eximirse de su obligación de acceder
a la contratación solicitada por cualquier vehículo que cumpla
con los referidos presupuestos legales.-
Sólo en el punto de partida, en la etapa precontractual, es
admisible, entonces, para la aseguradora, no aceptar la
contratación, porque el vehículo no se encuentra en
condiciones mínimas de ser asegurado, lo cual marca el límite
39
que para ella tiene la obligatoriedad de la contratación, dado
por la necesidad social de que el riesgo no sea provocado por
la deficiencia mecánica o defecto del propio del automotor,
conocido antes de celebrar el contrato.-
Las condiciones de asegurabilidad son las que surgen en
el decreto 381/09, que reglamenta en su art. 8 al art. 11 de la
ley 18.412, en cuanto aquél se remite a los requisitos que
establezca la Superintendencia de Servicios Financieros.
La Superintendencia de Servicios Financieros en
instrucción particular de 12.8.2009 exige un certificado, que
expedirá la autoridad competente, si el vehículo cumple con
las condiciones legales y reglamentarias pertinentes (art. 28 y
29 de la ley No. 18191).-
1.4) Continuando con el examen del riesgo corresponde
señalar que según enseña MEZZERA existe una “obligación
importante del asegurado...de no agravar las circunstancias de
que depende la producción del riesgo”. En el mismo sentido
PEREZ IDIARTEGARAY destaca la indefinida extensión de
dicha obligación, mientras se encuentre vigente el contrato, al
expresar que “la modificación que afecta el estado de riesgo
debe ser comunicada al asegurador, de manera que
acompaña toda la vida del seguro...” (RODOLFO MEZZERA,
CURSO DE DERECHO COMERCIAL, TOMO III, pag. 148). El
riesgo debe mantenerse durante toda la vigencia del contrato.-
1.5) Nuestra doctrina señala que existen dos variantes
40
derivadas de una misma carga del asegurado: no agravar
unilateralmente el estado del riesgo y denunciar toda variación
del riesgo de la que no pudo tener conocimiento pese a haber
actuado diligentemente (MEZZERA, obra citada, pag. 148). El
asegurado debe comunicar toda variación del riesgo y debe,
además, abstenerse de toda conducta que implique su
agravación.-
Como vimos, en el SOA, el cumplimiento de las condiciones
mínimas de asegurabilidad, habilita la contratación del seguro
de responsabilidad objetiva, y no se exige ningún otro
requisito vinculado al riesgo, que si mantendrá su vigencia en
el seguro típico de responsabilidad civil por mayor cuantía, y
aún en el SOA, si se acreditara que la falta de información
sobre el riesgo, hubiera provocado el incumplimiento de las
Condiciones Generales de la Póliza, según lo previsto por el
art. 16 lit. A de la ley 18.412, habilitando así la acción de
repetición.-
1.6) El siniestro, en el SOA, está constituido, como ya
vimos, por la reclamación del tercero fundada en el evento
dañoso, que ha generado a éste las lesiones o la muerte y
producido con ello el nacimiento de una obligación resarcitoria
del asegurador. Ello por cuanto, el siniestro supone la
concreción o materialización del riesgo del nacimiento de una
deuda de responsabilidad extracontractual que puede
eventualmente dañar el patrimonio del asegurado (Conf.
Signorino y Calzada Conde, obras citadas).-
41
1.7) El reclamo del tercero es el “siniestro” que activa la
cobertura del S.O.A y no el “accidente” (evento dañoso), pues
puede existir el accidente, pero si el tercero no reclama, aún
cuando tenga derecho a hacerlo, no se desencadena el riesgo
previsto, que es el nacimiento de una deuda por
responsabilidad extracontractual en la cabeza del asegurado
(vide: Signorino, obra citada, pag. 85).-
2) EXCLUSIÓN POR DELIMITACIÓN SUBJETIVA DEL
RIESGO. EL DOLO PARA LA PRODUCCIÓN DE LOS
DAÑOS CORPORALES. AGRAVAMIENTO DEL RIESGO EN
EL SOA. LIMITACIÓN DE SU INCIDENCIA EN LAS
RELACIONES EXTERNAS RESPECTO DEL TERCERO
BENEFICIARIO. LA IMPOSIBILIDAD DE PACTAR LA
COBERTURA DEL DOLO. EL AGRAVAMIENTO DOLOSO
DEL RIESGO.-
2.1) En el caso del SOA, el agravamiento del riesgo no
afecta el derecho del tercero a ser indemnizado, pero es una
de las causales de la acción de repetición contra el asegurado
cuando ese agravamiento sea la consecuencia de haber
“modificado el destino de uso del vehículo” (art. 16 lit. D de la
ley 18.412).-
2.2) El riesgo asegurado, además, enseña nuestra doctrina
especializada, debe ser fortuito, por lo que se excluye la culpa
y el dolo; y recaer sobre intereses lícitos, esto es “enmarcarse
en la licitud” (GERALDINE IFRAN. CURSO DE DERECHO DE
42
SEGUROS, pag. 71). En el caso del contrato típico de seguros
de responsabilidad civil, se admite la cobertura de la culpa
(aún grave, lo cual es una excepción al principio de su no
asegurabilidad), pero no la cobertura del dolo.-
2.3) En el SOA, hemos visto también, no se examina la
culpa de los partícipes, se otorga la cobertura por la mera
participación (o causación, según la posición que se adopte
sobre el punto) del siniestro (art. 1 de la ley No. 18.412). Ello
equivale, para nosotros, a probar la causación material
(idoneidad del vehículo asegurado para “producir” el daño
corporal del tercero, y su efectiva producción según las reglas
de la “causalidad adecuada”) y, con ello, la ilicitud por
violación objetiva del interés jurídicamente protegido por la
norma.-
2.4) El dolo solo incide excluyendo al beneficiario de la
cobertura si “medió” “para la producción de las lesiones o la
muerte” del tercero beneficiario reclamante (conf. art. 6, lit. E
de la ley 18.412).
A nuestro entender, el agravamiento doloso del riesgo
producido por el beneficiario o sus causahabientes, cumple el
requisito legal aludido, en cuanto “media” en la producción de
las lesiones o la muerte de la víctima (por ejemplo cuando
éste participa en las “PICADAS”, prohibidas por el artículo
16.1 de la ley No. 18.191). En tal caso, por lo tanto, sin duda,
se justifica la exclusión de la cobertura (Vide: Rafael Nuccio,
43
“Picadas”. “Agravamiento doloso del riesgo – causal de
exclusión de la indemnización del SOA” EL DERECHO
DIGITAL. DOCTRINA. Disponible en internet el 17.4.2017 en
la página “www.el derechodigital.com.uy”)
2.5) Ello es así, porque, pese a que el beneficiario no
puede verse obligado por un contrato en el que no es parte, si
se le permitiera agravar el riesgo, se desnaturalizaría el mismo
al perder el carácter fortuito, ya que su “producción” quedaría
en manos de quien se beneficia de un régimen indemnizatorio
que suprime, para su protección exclusiva, toda valoración
subjetiva de la conducta del asegurado.
2.6) Ello por cuanto el tercero, además, no puede incidir con
su conducta agravando dolosamente el riesgo, del cual la ley,
precisamente, lo quiere proteger. Si lo hace será pasible de
la exclusión del art. 6 lit. “E” de la ley, por haber “mediado dolo
de su parte”, siempre que, efectivamente, a causa de ello se
produzcan sus lesiones o su muerte. Se trata de una conducta
que colide con la finalidad legal de protección instaurada por
la ley No. 18.412 y que por lo tanto lo excluye de ella, siendo
nulo, por objeto y causa ilícitos, cualquier contrato de seguro
que (eventualmente) estableciera la resarcibilidad de los
daños provocados dolosamente por el beneficiario. La ley en
ese aspecto, no puede vulnerar las normas de orden público
que prohíben la cobertura del dolo.-
2.7) En efecto, la “ratio iuris” de la norma, que es instaurar
44
un régimen de responsabilidad objetiva que repare el daño por
lesión o muerte producido a terceros, generado a raíz de un
accidente de tránsito, no puede colidir con la exigencia de los
requisitos esenciales del contrato, cuya ausencia obstan a su
validez (licitud y aleatoriedad del riesgo asegurable) ni con las
cargas impuestas al beneficiario (contratante o no) de “no
agravamiento del riesgo”, en la medida que si fuere doloso, en
el caso del beneficiario, inhibe, por las razones expuestas,
toda posibilidad de cobertura.
El dolo evade la configuración del riesgo y no constituye
un incumplimiento del contrato, según nuestra doctrina, sino
una hipótesis de delimitación subjetiva del riesgo, esto es, un
evento no cubierto por el seguro.
2.8) Es decir que, en las relaciones internas con el
asegurado, la aseguradora podrá hacer valer la exclusión por
“agravamiento del riesgo” (accionando contra él, para repetir lo
pagado después de indemnizar al tercero por la ley 18.412)
pero en la fase externa, respecto de la víctima o sus
causahabientes, no podrá hacerlo, porque, la exclusión, a su
respecto, requiere, que ese agravamiento sea “doloso”, y que
además, haya “mediado” para la producción de las lesiones o
la muerte (art. 6 literal “E” de la ley 18.412).
2.9) No fue previsto en nuestra legislación la utilización del
vehículo como “instrumento del delito”, como, por ejemplo, si
ocurrió en la legislación española, cuyo derecho positivo
45
declaró que no se consideran “hechos de la circulación” y por
lo tanto no están regidos por las previsiones el seguro
obligatorio de automóviles, los eventos producidos por
vehículos en esa condición (Conf. SIGNORINO, SEGUROS
DE RESPONSABILIDAD CIVIL, PAG. 74).-
Pero, pese a esta deficiencia de nuestra legislación, la
expresión amplia y omnicomprensiva utilizada para regular la
exclusión del art. 6 literal “E” (que requiere que “haya
mediado” dolo) permite atrapar, por ejemplo, la hipótesis de
las “picadas”, que constituyen, como dijimos, dolo
causalmente relevante en la producción de los daños, cuando
participa en ellas la víctima, así como (para reciente
jurisprudencia) lo constituye la alcoholización del tercero. En
ambos casos nuestra Jurisprudencia hace referencia al dolo
eventual para permitir la aplicación de la causal del art. 6 lit.
“E” de la ley No. 18.412. La evolución jurisprudencial parece
abrir camino, cada vez con mayor fuerza, a la ampliación de
las hipótesis de exclusión subjetiva, en aplicación de la tesis
del “dolo eventual”, que supone que el autor material de un
accidente que ha violado una norma legal o reglamentaria, con
la conciencia concreta de que es altamente probable que
como consecuencia ello se produzca su lesión o muerte,
queda excluido de la indemnización legal, en virtud de lo
dispuesto por el art. 6 literal “E” de la ley.-
2.10) En efecto, el TAC de 5º. TURNO en Sentencia No.
40/2017, de 17.2.2017, integrado por FIORENTINO, GRADÍN
46
Y SIMON, ha fallado que: “La prueba de espirometría produjo
como resultado 1,28 gramos de alcohol por litro de sangre.
…La Sala concluye que la cobertura queda descartada en
aplicación del texto del artículo 6º. De la ley de SOA No.
18.412, por el dolo de la víctima…la definición de culpa y dolo
resulta no solamente del art. 1319 del Código Civil sino
también del art. 18 del Código Penal, según el cual “el
resultado que no se quiso, pero que se previó, se considera
intencional” y por lo tanto doloso, porque la intención se ajusta
al resultado dañoso previsible….Entiende la Sala que circular
conduciendo una moto en ese estado, que es de alta
alcoholemia, viola la normativa de circulación y motivó que
fuera retenida la libreta de circulación. Ese grave y peligroso
comportamiento configura dolo, porque era perfectamente
previsible para cualquier sujeto que podía llegar a tener
cualquier accidente de circulación, incluso sin participación de
otras personas, simplemente por los efectos del alcohol. A su
vez, debe aplicarse el régimen normativo de modo coherente
y no puede, a la vez, sancionarse severamente la conducción
bajo los efectos del alcohol y contradictoriamente, a quien lo
hace y sin ninguna otra causa que su conducta y estado
provoca lesiones, concederle la indemnización del SOA….esta
solución parece la más justa para todos (víctimas,
asegurados, asegurador, terceros) porque en definitiva, el
SOA es económicamente soportado por toda la comunidad y
por amplio y generoso que sea el régimen legal, admitiendo
47
aun el caso fortuito y la fuerza mayor, igualmente excluye de
la protección al caso del dolo.”.-
2.11) Dentro del “agravamiento doloso del riesgo” como
tácito fundamento de la exclusión de terceros, entiendo debe
ser incluido también el caso del hurto del vehículo asegurado,
en el que se excluye a quien viajó en el vehículo
voluntariamente y tuvo conocimiento del delito,
manteniéndose la cobertura de quien no conocía la
consumación del ilícito, o conociéndolo, ocupaba la unidad,
sin, o contra, su voluntad (art. 7 literal “D” de la ley).-
El agravamiento del riesgo se produce, a mi entender,
por el desapoderamiento del automóvil, en una transferencia
ilícita de la guarda (consumada con violencia o con engaño)
que expone al vehículo al imprevisible designio del
delincuente, excediéndose con ello, obviamente, la cobertura
contratada, al modificarse radicalmente el destino dado al
vehículo asegurado.-
2.12) Tanto el hurto y su conocimiento, como la
participación en las “picadas”, y así también la alcoholización
grave del conductor beneficiario del SOA, constituyen, a mi
entender, hipótesis de “agravamiento doloso del riesgo” y esa
es la común razón de fondo que provoca sus respectivas
exclusiones. Ello no obsta, al entendimiento de la
Jurisprudencia y Doctrina dominantes, de que las dos últimas
constituyen hipótesis de exclusión de la cobertura a título de
48
dolo eventual, por aplicación del art. 6 literal “E” de la ley,
como ya vimos en la cita de Jurisprudencia reciente.-
2.13) Existe, también, una posición jurisprudencial,
aunque minoritaria, que niega la posibilidad de excluir la
cobertura del SOA, por “dolo eventual”, afirmando que: “la
figura del dolo eventual, además de no estar referida en la
norma, tampoco resulta aplicable por ser un concepto de
derecho penal y no del derecho civil” (TAC 6º SENT. 121 DE
11.112015. GOMEZ, KLETT, ALVEZ. Caso 588 ADCU TOMO
XLVI, pag. 655).-
2.14) Según GAMARRA y SZAFIR “la definición de culpa
y dolo resulta no solamente del art. 1319 del Código Civil
(intención o no de dañar) sino también del art. 18 del Código
Penal, según el cual “el resultado que no se quiso, pero que
se previó, se considera intencional” y por tanto doloso, porque
la intención se ajusta al resultado dañoso previsible. En el
Código Civil, la negligencia, imprudencia y violación normativa,
con previsión, constituirían culpa, pero en el Código Penal, la
culpa con previsión forma parte del dolo eventual. Entonces, si
el ilícito doloso en civil requiere intención de dañar y según el
régimen penal acumulativamente aplicable por imperio legal,
la previsión torna el resultado en intencional, en tal caso se
configura dolo.” (TAC 5º. Extracto de la Sent. Inédita, No. 40
de 2017 de 17 de febrero de 2017. SIMON. GRADIN Y
FIORENTINO).-
49
2.15) La JURISPRUDENCIA ha acogido,
mayoritariamente, la tesis del DOLO EVENTUAL, sin decirlo
a veces expresamente, por ejemplo, en el caso de LAS
PICADAS, al pronunciarse en estos términos: “…la
provocación intencional de la situación de riesgo, en tanto si
bien en definitiva no se quiere el resultado (lesión o muerte)
indubitablemente el mismo es altamente factible, y ello no es
desconocido para las aquí víctimas fatales, por lo que, ante
su configuración, no puede dejar de hablarse del dolo de los
partícipes…No se trata entonces del simple hecho de la
víctima, sino de la intención de querer asumir el peligro de
serlo” (TAC 7º., SENT. No. 109 de 27.8.2014. COUTO,
ETTLIN, FRANCA, ADCU. TOMO XLV, caso 716, Pag. 812).-
2.16) En el Departamento de Maldonado un fallo reciente,
que estimo de avanzada en el tema (en cuanto acepta el
“agravamiento doloso del riesgo” en las “PICADAS”) ha sido
dictado por el Jdo. Letrado de Primera Instancia de 5º. Turno,
a cargo de la Dra. IVON OLIVERA KAMAID, el cual expresa:
“Es claro que existe dolo eventual cuando el partícipe en un
hecho de esa característica puede prever el resultado muerte
o lesión y aun así asume el riesgo de dicha conducta con ese
resultado altamente probable de acaecimiento…. Es clara la
previsión del daño y la conducta coadyuvante con ello es
querer su provocación, actuando de la forma en que se actuó,
esto es corriendo una carrera en forma contraria a la ley y a la
reglamentación…. Es claro que optar por la conducta ilícita,
50
implica un agravamiento del riesgo a título de dolo eventual y
por ende, resultó acertadamente excluido por la indemnización
tarifaria, el siniestro de obrados, lo que sella la suerte de la
pretensión.” (JDO. LTDO. DE PRIMERA INSTANCIA DE
MALDONADO DE 5º. TUNRO, SENT. No. 69 de 12 de
diciembre de 2016).-
3) OTROS TERCEROS EXCLUIDOS DE LA
COBERTURA.
El art. 7 literales a), b) y c) establecen la exclusión de la
cobertura de otros terceros, a saber:
A) “El propietario el tomador del seguro y el conductor,
así como su cónyuge o concubino y los ascendientes y
descendientes por consanguinidad, afinidad o adopción así
como los parientes hasta el segundo grado de aquéllos, que
viajen en el mismo vehículo” Aquí la doctrina (JORGE
GAMARRA principalmente) cuestiona la consagración de esta
exclusión por considerar que el conductor y los familiares del
mismo son tan víctimas como los peatones o conductores de
otros vehículos, por lo que la “ratio iuris” de la norma no
puede justificar su desamparo (conf. GAMARRA, obra citada,
pags. 151, 189 y cc.).-
De todos modos, estos terceros excluidos respecto del
vehículo en el cual circulan, podrán reclamar por SOA
respecto del otro vehículo partícipe en el accidente, haciendo
que la discriminación que señalan, no sin razón, algunos
51
autores, no tenga en la práctica ninguna relevancia como
limitante de los derechos de la víctima.
B) “Los dependientes a cualquier título del propietario,
tomador del seguro o conductor, cuando se encuentren en el
mismo vehículo desempeñando tareas y tengan cobertura de
otro seguro.” Se trata de un caso concreto de aplicación del
principio de subsidiariedad del SOA, consagrado
genéricamente por el art. 5 del decreto 381/2009. Aquí puede
plantearse que sucede si el dependiente, cumplía funciones
laborales en el momento del accidente pero no formula la
denuncia legal preceptiva (art. 68 de la ley No. 16.074).
La ley 18.412, exige que “tengan cobertura” de otro
seguro. ¿La cobertura es la legal y abstracta o la concreta y
efectiva que supone la denuncia y el amparo del BSE? ¿Qué
sucede si no se realiza la denuncia por accidente de trabajo?
¿Queda sin cobertura de accidentes y también sin el SOA? La
interpretación literal del artículo, aunada al carácter subsidiario
del SOA, nos inclinan a sostener que el accidentado en ese
caso nunca tuvo la cobertura del SOA ya que ésta es
subsidiaria de toda otra cobertura legal obligatoria. Por lo
tanto, no la puede adquirir por el mero hecho de haber
incumplido las normas legales, que obligan a denunciar el
accidente. Lo contrario sería dejar en manos del tercero
damnificado, a su libre arbitrio u opción, acceder al seguro que
estime más conveniente a sus intereses. Se habilitaría así a
que indirectamente se pudiera lograr lo que directamente la
52
ley negó, cuando declaró subsidiaria la cobertura del SOA.
Por las mismas razones no podrá reclamar contra la
póliza de otro vehículo que haya participado en la colisión,
como sí puede hacerlo el conductor y sus familiares, porque
respecto de éstos no existe un régimen legal obligatorio de
cobertura excluyente del SOA.-
C) personas transportadas a título oneroso que tengan
otra cobertura de seguro. Estas personas se regirán por el
contrato de transporte cuya cobertura de responsabilidad
también objetiva, no suprime las causas de exoneración, sino
que simplemente pone a cargo del transportista, en un
eventual proceso, la prueba de “la causa extraña que no le es
imputable” (art. 219 del Código de Comercio).
En este caso sí podría considerarse, a mi entender, como
no sucede en el caso anterior, que la víctima tiene, por
aplicación de este literal, una cobertura inferior al asegurado
del SOA, pero solo exclusivamente en cuanto a los aspectos
inherentes a la supresión total de las causales de exoneración
de que carece el régimen de responsabilidad del transportista.
Ello por cuanto no rige, en el contrato de transporte la
limitación tarifaria de la indemnización impuesta en el SOA, y
puede accionarse por la totalidad del daño padecido por la
víctima, lo que implica ofrecerle una posible resarcibilidad total
del daño bajo un régimen de limitación (aunque no de
supresión) severa de las eximentes de responsabilidad.-
53
4) AUTOMOTOR, VÍA PUBLICA Y VEHÍCULOS
EXCLUIDOS.
4.1) DEFINICIÓN DE AUTOMOTOR Y ACOPLADO
REMOLCADO.-
Conforme lo dispuesto por el art. 1 del decreto 381/2009 el
automotor se define como: “artefacto autopropulsado de libre
operación y que circule por la vía pública, con el alcance del
artículo 4o de la ley No. 18.191”. Acoplado remolcado es “todo
artefacto que no cuente con propulsión propia que circule por
una vía pública remolcado por un vehículo automotor”.
Quedan excluidos, por ende, los “artefactos” movidos por la
fuerza humana (ej.: la bicicleta) o la fuerza animal (ej.: el
carro).-
El artículo 4 del decreto 381/2009, establece que será
exigible un contrato de seguro obligatorio para el automotor y
otro para el acoplado remolcado, para evitar la duda de que el
acoplado remolcado pudiera considerarse incluido en el art. 5
de la ley 18.412, que declara que el seguro extiende sus
efectos respecto de las cosas transportadas (en y) por el
vehículo asegurado. Pues, si ello fuera así, no sería necesaria
la contratación de un seguro independiente para dichas
unidades que carecen de autonomía de movimiento.-
La definición de automotor de la ley tiene incorporada la
noción de “circulación por la vía pública con el alcance del art.
4 de la ley 18.191”.
54
Como el art. 1 establece que regula los daños causados por
los automotores y los acoplados remolcados, y el art. 1 del
dec. 381/2009 define, a su vez, al automotor, entre otras
consideraciones, por “circular por la vía pública”, debemos
definir, entonces, que se entiende por vía pública a los
efectos de la ley 18.412.-
4.2) DEFINICIÓN DE VÍA PÚBLICA PARA LA LEY 18.412.-
La referencia del art. 1 del dec. 381/09 a “la vía pública con
el alcance del art. 4 de la ley No. 18.191”, ha dividido a la
doctrina entre quienes piensan que la referencia se remite
solo a la definición de “vía pública” del art. 4 de la ley 18.191,
y, quienes entienden que cuando expresa el aditamento “con
el alcances del art. 4o. de la ley No. 18.191” está
involucrando, necesariamente, a todo el articulado e
incluyendo, por ende, a las dos restantes hipótesis de “vías
de tránsito”, que son vías privadas abiertas al público o con
acceso público.-
Según la ADDENDA final de la ley 18.191 la “vía”, a su vez,
es definida como: “camino, carretera o calle abierto a la
circulación pública.”
La Dra. SIGNORINO considera que la remisión del decreto
citado, se realiza solo respecto de la vía pública, y no refiere a
las vías privadas, que precisamente no son públicas, e
(interpreto) incluiría, según la definición final de la ley 18.191,
todo camino, carretera o calle abiertos a la circulación pública
55
sean éstos urbanos, suburbanos o rurales (art. 4 ley 18.191;
SIGNORINO, OBRA CITADA, pag. 119).-
La posición contraria es sostenida por ANDRES MARIÑO
que entiende que la norma al remitirse al art. 4 de la ley
18.191 incluye las vías privadas con acceso público (“El
tercero beneficiario en el seguro obligatorio de automóviles,
REVISTA DE DERECHO PRIVADO, No. 9, año 2012, pag.
469, cap. V, lit. F).-
Por lo tanto la vía pública comprendería entonces:
A) Vías públicas del país ubicadas en zonas urbanas,
suburbanas y rurales (vía pública en sentido estricto).
B) Vías privadas libradas al uso público
C) Vías y espacios privados abiertos parcialmente al público.
4.3) VEHÍCULOS EXCLUIDOS.-
El artículo 3 excluye de la aplicación de la norma, a los
siguientes vehículos:
A) Los automotores que circulen sobre rieles.
B) Los automotores utilizados exclusivamente en el interior de
establecimientos industriales, comerciales y agropecuarios o
plazas ferroviarias o cualquier otro lugar que no tenga acceso
al público. Cabe precisar que, si dichos vehículos circulan en
la vía pública, automáticamente quedan obligados a contratar
el SOA. Los vehículos que normalmente circulan por las vías
públicas y lo hacen ocasionalmente por estos delimitados
56
espacios interiores que “no tienen acceso al público”, quedan
comprendidos por la ley del SOA, y el accidente que se
produzca allí tendrá, por lo tanto, la debida cobertura (conf.
Signorino, obra citada, pag. 120 in fine).-
C) Los vehículos que se encuentren en depósito judicial.
D) En general, todo vehículo no utilizado para la circulación.
Se consagra aquí un criterio residual aplicable a los casos no
previstos que no estén comprendidos en los literales
anteriores.-
X – CONTRATO FORZOSO. LIMITACIÓN DE LA
AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD POR EL INTERES
GENERAL. ¿ESTIPULACIÓN PARA OTRO? CARACTER DE
ORDEN PÚBLICO DE SU NORMATIVA.-
1) El SOA constituye, por imperio legal, un contrato forzoso, y
según cierta doctrina no pierde por ello naturaleza contractual,
ya que el asegurado conserva, al menos una facultad, que es
la de elegir entre las aseguradoras habilitadas para operar,
aquélla que entienda que mejor conviene a sus intereses. Con
ello se cumple además, según la Dra. DORA SZAFIR, con el
art. 6 de la ley de Relaciones de Consumo, que establece la
libertad de elección del consumidor, como un derecho básico
(ACCIDENTES DE TRÁNSITO, ADCU. No. 14, DORA SZAFIR
Y SANTIAGO CARNELLI, pag. 94).-
2) Como enseña ORDOQUI “El interés superior o la
necesidad social pueden perfectamente justificar distintas
57
formas de limitación de la autonomía privada por parte de la
ley. No se sustituye la autonomía privada sino que se orienta
en un sentido acorde al interés general.”(ob, cit. pag. 236)
3) Diez Picasso, citado por Eliana Pesaresi en su obra “El
seguro automotor obligatorio en Argentina y Latinoamérica”
“Ratio iuris. Revista de Derecho Privado. Año II, No. 1. 2014.
Pag 57, que remite a Diez-Picasso. L (1972) Fundamentos
del derecho civil patrimonial. Madrid. Tecnos S.A.) enseña
(según esta autora) que el vínculo jurídico contractual del
asegurado opera “sin su voluntad o aún en ocasiones en
contra de su voluntad”…”por medio de una relación jurídica
similar a la nacida de un contrato”. Los contratos forzosos no
son verdaderos “contratos” sino “hipótesis de constitución
forzosa y heterónoma de relaciones jurídicas de derecho
privado” impuestas por mandato legal (vide: Pesarei, obra
citada página 57, disponible en internet, el 17.4.2017, página
“https:/www.uces.edu.ar”)
4) Una parte de la doctrina española, ha señalado también
que “el seguro no es aquí producto de la libre voluntad del
asegurado, sino que le llega impuesto por la propia ley (lo que
le convierte, de hecho, en una especie de requisito
administrativo para el legítimo desempeño de la actividad
cubierta por la póliza), la figura adquiere una función
semejante a la de la seguridad social. Todos los que participan
en una actividad que puede entrañar riesgo contribuyen con
sus cotizaciones (primas) a sufragar los daños que algunos de
58
ellos sufran u ocasionen. Con razón se ha dicho que mediante
el seguro obligatorio se socializan los riesgos. La colectividad
de los posibles causantes de daños hace viable el
resarcimiento de todas las eventuales víctimas; se trata, en fin
de una garantía colectiva.” (SEGUROS DE
RESPONSABILIDAD CIVIL. RICARDO DE ANGEL YAGÜEZ,
pag. 7, disponible en internet el 17.4.17 pag. “www.ef.es”).-
4) No puede sostenerse que se trate, sin embargo, de un
contrato que crea una “estipulación para otro” (art. 1254
Código Civil), o sea, un beneficio en favor del tercero que no
participó en el mismo, ya que esta figura requiere fuente
contractual, y el SOA tiene origen legal, y, ´porque, además,
no se necesita la comunicación de la aceptación del tercero
beneficiario, antes de que fuere revocado su beneficio,
requisito que sí se impone para el Instituto en cuestión. (art.
1256 del C. Civil) (conf. Ordoqui, Derecho de Tránsito, La Ley.
tomo IV, pag. 240).-
El beneficio, además, no puede ser revocado porque es
indisponible (art. 30) y, según Ordoqui nace con el daño y no
con la simple contratación (obra citada, pag. 240).-
Finalmente, y esto es por sí solo definitorio, los
contratantes, no deciden libremente conceder un beneficio en
favor del tercero, sino que se trata de un beneficio instaurado
e impuesto por la ley preceptivamente (conf. Ordoqui, obra
citada pag. 240), bajo pena de sanciones administrativas,
59
pecuniarias y de una eventual acción de repetición en caso de
omisión de contratar el seguro (art. 16 y 25 y ss).-
XI) NORMATIVA APLICABLE AL SOA. VIGENCIA
TERRITORIAL, MATERIAL, SUBJETIVA Y TEMPORAL.
ORDEN PÚBLICO.-
1) La norma que regula el SOA es, en principio, la ley No.
18.412, que diseña y regula este seguro forzoso. La misma
predomina o deroga a cualquier otra en todo lo expresamente
previsto por ella, en virtud del principio de “especialidad”. Las
normas relativas al contrato de seguros, dictadas en el Código
de Comercio, sin embargo, deberán ser consultadas, a falta
de previsión específica, en caso de vacío legal, por la vía de la
“integración”.-
2) El SOA rige en todo el territorio nacional y es subsidiario
de cualquier otro seguro obligatorio legalmente vigente que
predominará sobre él (art 5 dec. 381/09, arts. 6o. Literales B y
C de ley 18.412).-
3) Se aplica a todos los vehículos nacionales o extranjeros
(art. 4o), oficiales o particulares (art. 29) que circulen por la vía
pública con el alcance del art. 4 de la ley 18.191 (art. 1 del
decreto 381/2009), dentro del plazo contratado y siempre que
no se configure una de las exclusiones específicamente
previstas por la norma (art. 6o.), aunque no estén
identificados, pero sí, necesariamente, individualizados como
causantes efectivos del daño (arts. 22 de la ley 18.412).-
60
4) En el caso de los vehículos extranjeros, la cobertura
dada por la resolución 120/94 (CARTA VERDE) implica
cumplimiento de la ley del SOA, pero impone como requisito
de validez del seguro en nuestro país, la existencia de un
convenio con una aseguradora uruguaya. En caso de que el
tercero resultara excluido de cobertura por dicho seguro, como
ya dijimos, se aplican las normas residuales de los arts. 19 a
22 (coberturas especiales).-
5) El art. 30 establece que se trata de una ley de orden
público, por lo que todas sus previsiones están exiliadas de la
posibilidad de ser derogadas por acuerdo de partes, y
cualquier renuncia a los beneficios de la ley será nula por tal
razón.-
Ello imposibilita, en principio, que incluso por la vía
transaccional pudiera aceptarse la renuncia a los derechos
emergentes de esta ley.
A mi entender, solo podría admitirse la posibilidad de
transacción, previo el trámite administrativo vinculante, ante un
ofrecimiento concreto y fundado de la aseguradora, y siempre
que el beneficiario cuente con asesoramiento letrado que le
ilustre sobre las consecuencias abdicativas o extintivas de sus
derechos, o al menos la declaración, consignada por escrito,
de tener conocimiento de dichos posibles efectos y la renuncia
a un asesoramiento legal independiente.-
Esta posibilidad se justifica, a mi entender porque, con el
61
antecedente de un trámite previo y una resolución fundada, se
apoya suficientemente la inexistencia de todo y cualquier
elemento distorsivo de la finalidad legal, a la vez que se libera
justificadamente, a las aseguradoras, del riesgo que pueden
representar, cuestionamientos posteriores al cobro hecho “de
conformidad”, que le generarían una permanente zozobra, al
mantener, durante el lapso de la prescripción, latente, siempre,
el posible cuestionamiento (por nulidad) de los pagos
efectuados extrajudicialmente.-
La indisponibilidad del derecho, no puede interpretarse de
un modo que implique o suponga cercenar las posibilidades
del beneficiario de acordar razonablemente el “quantum”
indemnizatorio y obtener el “pronto pago” que da fundamento,
identidad y razón de ser a la norma legal.-
XII – TRAMITE ADMINISTRATIVO Y EVENTUAL ACCIÓN
JUDICIAL DIRIGIDOS CONTRA LA ASEGURADORA.
1) TRÁMITE ADMINISTRATIVO VINCULANTE.
1.1) Se establece la preceptividad del trámite administrativo
contra la aseguradora del vehículo que produjo el daño, ante
la cual deberá acreditarse el derecho y el daño agregando
toda la prueba de tales extremos (art. 12 ley 18.412 y art. 5
del dec. 361/10, parte policial, certificados médicos, historia
clínica, declaración jurada de no exclusión, certificado de
resultancias de autos o certificado notarial que acredite que
son los únicos causahabientes, etc.,) y dentro de los 5 días la
62
aseguradora podrá solicitar otros documentos que considere
necesarios para calificar el daño personal.
1.2) La aseguradora deberá expedirse en el plazo de 30
días hábiles a partir de que se complete dicha información. Si
se trata de coberturas especiales (art. 22), este plazo se
computará desde que se reciba el reclamo por la empresa
aseguradora (artículo 5 del decreto 361/2010 sustitutivo del
inciso segundo del art. 10 del decreto 381/2009). Si se ha
requerido por la aseguradora alguna otra documentación
dentro de los 5 días de presentado el reclamo, el plazo
comenzará a computarse desde que se cumplió con lo
requerido.-
Las lesiones se calificarán según un “baremo” y deberán
ser fijadas mediante porcentajes determinados sobre el total
asegurado (art. 8). En caso de varios damnificados no podrá
superarse la cifra total (única por vehículo y por siniestro) y
cada indemnización “deberá ajustarse proporcionalmente al
monto asegurado” (art. 8).-
“Hay casos en los cuales el propio baremo determina que
necesariamente debe transcurrir un plazo mínimo entre el
traumatismo y la evaluación (casos de síndromes
psiquiátricos). Pero en los restantes casos en que nada se
dice, teóricamente nada obsta que la víctima presente su
reclamo inmediatamente luego del evento, y aun cuando sus
lesiones no estén consolidadas.” (LENS Y RABOSTO, OBRA
63
CITADA, PAG. 19).-
1.3) La aseguradora debe controlar, por otra parte, que
exista una correspondencia entre el riesgo asegurado y el
evento que da lugar al siniestro (que es la reclamación), y
además, debe verificar que haya una contemporaneidad entre
la ocurrencia del evento que provoca el siniestro y la vigencia
del plazo contractual del seguro, sin importar que la eventual
reclamación del tercero (siniestro) se produzca con
posterioridad al vencimiento del plazo del seguro contratado
(seguro de “ocurrencias”).
Ello hace relación al “derecho” que deberá acreditar el
tercero, conforme lo dispuesto por el art. 12 inc. 1º de la ley.
1.4) Es decir que, conforme a lo expuesto, el
beneficiario deberá invocar el derecho, esto es que se ha
verificado un accidente en el territorio nacional en el cual ha
participado o el cual ha sido causado por el vehículo o las
cosas del art. 5 de la ley y la aseguradora analizará en función
de dicha exposición y de los documentos que la acompañen,
si existe la correspondencia aludida, si además se cumple el
criterio de “participación” o “causalidad”. Si se trata de un
asegurado que contrató el SOA en dicha aseguradora, y el
contrato está vigente, deberá conceder la cobertura, examinar
el daño del tercero reclamante, calificarlo dentro de los
baremos de los decretos reglamentarios 381/09 y 361/10 para
luego proceder a su pago, de así corresponder, conforme a los
64
porcentuales establecidos en los mismos que serán detraídos
de ese modo de la suma total objeto de cobertura (250.000
U.I.).-
Las “incapacidades genéricas” requieren para su
valoración que se haya producido la consolidación de las
lesiones, pero la empresa aseguradora “podrá arriesgar una
evaluación, previendo una evolución favorable, o bien se
negará a hacerlo.” (LENS Y RABOSTO, obra citada, pag. 19).-
Si el reclamante no acredita fehacientemente los
extremos vinculados al derecho y al daño, su petición, en esta
primera instancia, deberá ser rechazada.-
1.5) En caso de fallecimiento del tercero damnificado,
deberá acompañar para acreditar su derecho de único
causahabiente, un certificado de resultancias de autos o en su
defecto un certificado notarial que lo haga constar
fehacientemente (art.10 dec. 381/2009).-
Nuestra Jurisprudencia ha fallado que si se ha abonado
en vía administrativa cumpliendo con este requisito formal de
admisibilidad, no puede reclamar ulteriormente, otro heredero,
que acredite su condición, aunque la declaratoria de
herederos no cause estado, porque la ley impone a la
aseguradora, solamente, abonar contra la presentación de
dichos documentos.-
“Cabe destacar que no puede exigirse, razonablemente,
que el asegurador pague el seguro toda vez que se presente
65
alguien que declare ser el único beneficiario del total de la
reclamación…aun cuando se exigiera la tramitación de toda la
sucesión para habilitar el pago, la declaratoria de herederos
no causa estado y siempre podría aparecer un nuevo
heredero que reclame, total o parcialmente, la indemnización
que entiende le corresponde. Tal conclusión no obsta, a que
se deduzca, por la vía pertinente, la pretensión
correspondiente contra quien, en definitiva, causó el daño a la
parte reclamante. Y si se considera que la cosa juzgada es
fraudulenta, se cuenta con la posibilidad de deducir el recurso
de revisión. (TAC 6º. Sent. No. 125 de 23.7.2014.
JURISPRUDENCIA SISTEMATIZADA. ADCU. TOMO XLV.
AÑO 2014. CASO 714, pag. 809).-
1.5) La indemnización tarifaria debe ser solicitada por el
tercero (o sus causahabientes si éste falleció) directamente
ante la aseguradora del vehículo que le causó el daño
mediante un trámite administrativo y una eventual acción
judicial en caso de rechazo del reclamo, argumentando
cualquier discordia que haya existido sobre su calificación o
sobre el “quantum” de la oferta indemnizatoria, o aún la mera
omisión de resolver dentro del plazo legal, aunque la misma
responda a una razonable suspensión por falta de
consolidación de las lesiones que impidiera a la aseguradora
realizar una adecuada estimación de la incapacidad genérica
del reclamante.-
1.6) No pueden ser “solicitantes” los dañados “por rebote”,
66
como lo aclaró el art. 2 del decreto 381/2009 que precisó que
el único habilitado es “quien resulte directamente lesionado o
fallecido”, excluyendo a los familiares, que según la DRA.
DORA SZAFIR debían ser incluidos, dada la amplitud del
término “solicitante”, en una interpretación teleológica de la
norma que atendiera, según su posición, a su finalidad de
resarcir a las víctimas de un accidente de tránsito
(ACCIDENTES DE TRÁNSITO. ADCU. No. 14. DOCTRINA
DORA SZAFIR. JURISPRUDENCIA SISTEMATIZADA.
SANTIAGO CARNELLI. No. 14, pag. 94)
1.7) Cuando algún eventual damnificado no se presentara
a reclamar, la aseguradora, en aplicación de la ley estaría
habilitada a reservar sus eventuales derechos, reserva que
solo quedará sin efecto, si una sentencia judicial declara
prescripto o inexistente su crédito indemnizatorio. Ello supone
que el tercero afectado, sea citado al proceso, para habilitar su
comparecencia y permitir que los efectos de la cosa juzgada
se puedan extender a su respecto, en cuanto por Sentencia
Definitiva pudiera declarar que “incidenter tantum” su crédito
no existiría o habría prescripto.-
La Jurisprudencia ha decidido, en tal sentido, que la
declaración de prescripción no puede ser objeto del fallo, pero,
sin perjuicio de que: “la decisora de primer grado no declara
prescripción alguna (no correspondía hacerlo en tanto no
opera de pleno derecho y no fue interpuesta en obrados)
únicamente la analiza como un elemento más de la
67
improcedencia de la reserva” (TAC 3. Sent. No. 34 de
18.4.2015. ALONSO, CARDINAL, OPERTI. A.D.C.U.
JURISPRUDENCIA SISTEMATIZADA AÑO 2015).-
Se ha fallado también que si no existen elementos de
prueba no puede procederse a la reserva. En tal sentido se ha
afirmado que: “Parece obvio que si no contaba entonces con
elementos de prueba, mal podría fundar la reserva como lo
hizo…Sin prueba que lo acredite, cae el único argumento
esgrimido para efectuar la reserva. Y ello es razón suficiente
para la confirmatoria” (TAC 3º, sent. No. 34, 18.4.2015,
ALONSO (r), CARDINAL, OPERTTI, transcripta parcialmente
en ADCU. JURISPRUDENCIA SISTEMATIZADA. AÑO 2015,
caso 596, pag. 662).-
1.8) No se comparte, empero, que la aseguradora deba
realizar una verdadera “investigación” para acreditar la
existencia del derecho del tercero y su eventual voluntad de
formular o no el reclamo, ya que la ley no le impone una tarea
de tal naturaleza y solo ordena al solicitante la acreditación del
derecho y el daño, lo cual podría entenderse incluye la prueba
de que su derecho no se encuentra limitado por el derecho de
otro legitimado activo que sufrió lesiones en el mismo evento,
en aplicación del principio del ajuste proporcional de las
indemnizaciones y de indemnización única máxima, por
vehículo y por siniestro (art. 8 inciso cuarto de la ley No.
18.412).-
68
1.9) El asegurado debe colaborar informando y aportando
toda la prueba que esté a su alcance y debe presentarse al
examen médico que le realizará la aseguradora, para
constatar la gravedad y calificar el “baremo” de sus lesiones.-
Si no lo hace la aseguradora estará justamente impedida
de calificarlas, y de hacer la correspondiente y adecuada
oferta indemnizatoria, por lo cual quedará así suspendido el
plazo legal de 30 días hábiles para proceder a su pago (conf.
LENS Y RABOSTO, obra citada, pag. 18).
1.10) Si vencido dicho plazo, estuviera pendiente una
observación incumplida (que no impida la calificación del
derecho y el daño, a criterio del reclamante), o aun no
existiera oferta de pago, o ésta fuera considerada insuficiente,
cualquiera sea la razón (diferencias en cuanto al baremo, a la
calificación de la lesión, a la aplicación de la regla de la
proporcionalidad, etc., etc.), quedará habilitada la acción
judicial directa del beneficiario contra la aseguradora (art.
13).-
También quedará habilitada, según LENS Y RABOSTO, en
caso de que la aseguradora niegue la tasación de la
incapacidad por no estar consolidadas las lesiones, si
transcurren más de 30 días hábiles desde la presentación del
reclamo que hubiere cumplido con todos los requisitos legales
(obra citada, pag. 19).-
2) ACCIÓN DIRECTA CONTRA LA ASEGURADORA.
69
2.1) Se establece en el art. 13 la acción directa contra la
aseguradora del vehículo que produjo el daño, la cual tendrá
el límite del monto máximo que cubre el seguro (250.000 UI).
2.2) Para acceder a dicha acción deberá acreditarse el
previo agotamiento de la instancia administrativa ante la
aseguradora del vehículo que produjo el daño. Se trata de un
requisito de admisibilidad procesal, por lo que entiendo que la
acción quedará suspendida hasta tanto se acredite dicho
extremo.-
2.3) Esta acción, no inhibe la posibilidad de que el tercero
entable las acciones judiciales basadas en el derecho común,
antes, durante o después de iniciado el reclamo judicial del
SOA, pero cualquier pago efectuado administrativa o
judicialmente, deberá descontarse de la eventual sentencia de
condena (art. 24 inc. 3 de la ley 18.412).
Deberá descontarse del DAÑO MORAL y no del DAÑO
MATERIAL NI DEL LUCRO CESANTE. El fundamento de ello
radica en la “reparación integral del daño” (no puede abonarse
en menos, pero tampoco en más, del verdadero valor del daño
sufrido).-
Así lo ha entendido la Jurisprudencia mayoritaria al
expresar: “La existencia de dos posiciones son conocidas
como bien se postula en la demanda y en la apelación con el
apoyo de la opinión de la distinguida colega integrante de la
Sala Homónima de 1º. Turno, Dra. Salvo, quien entiende que
70
el art. 2 de la Ley No. 18.412 cuando refiere a “daños
personales” debe entenderse que abarca también a los daños
patrimoniales…Ahora bien, sin perjuicio de la calificada
opinión de la Magistrado citada, el Tribunal tomará posición
por la posición contraria conforme postulan los Dres. Lens y
Rabosto…quienes expresan que sólo procede indemnizar el
daño moral. Así, señalan estos autores que en otros países se
cubren otros rubros como ser gastos médicos, internación,
rehabilitación, medicamentos hasta cierto monto, gastos
fúnebres, traslados del lesionado e incluso lucro cesante por
incapacidad permanente. Pero en el caso de la ley uruguaya
exclusivamente se cubre el daño moral, todos los demás
rubros deben reclamarse por la vía del régimen común
establecida en el derecho común.” (TAC 2º. TURNO. SOSA,
FRANCA, PEREZ BRIGNANI. SENT. No. 90 de 28.514,
ADCU, tomo XLV, caso 722, pag. 821).-
La petición de una suma por daño moral en la vía judicial,
sin tener en cuenta la suma ya abonada por concepto de la ley
18.412, ha llevado naufragar totalmente la demanda por tal
rubro, como surge de la siguiente sentencia transcripta
parcialmente: “Véase que el actor no dice que pretende una
compensación mayor que la recibida ni que justiprecia el daño
sufrido en una suma superior a la recibida (p. ej. $112.200)
sino que, por el contrario, anuncia que no demanda por los
rubros que le fueron indemnizados (fs. 13 vto. y 29 vto.) Por lo
cual hubiera debido desestimarse la pretensión deducida por
71
daño moral. No obstante, el agravio se limita a pedir que de la
cantidad fijada se descuente lo pagado y a ello debe
accederse, por lo que nada le resta cobrar por ese
concepto…” (ADCU. JURISPRUDENCIA SISTEMATIZADA.
AÑO 2015, No. 590, pag. 658, Sent. TAC 1º, No. 53,
20.5.2015, CASTRO (r.) SALVO Y VAZQUEZ).-
También se ha desestimado el descuento de lo abonado
por SOA, por no haberse formalizado su pedido al contestar la
demanda. En tal sentido nuestra jurisprudencia ha expresado
que: “No obstante, si bien la demandada a fs. 4 señala lo
excesivo de la reclamación teniendo en cuenta que ya
percibió por SOA la suma de U$S9.000 no formaliza
pretensión de descuento de lo ya percibido. Por consiguiente,
siendo que tal cuestión no integró el objeto del proceso (cuya
delimitación fue consentida por la demandada a fs. 49 vto.) y
el principio de congruencia (art. 198 del CGP) veda su
consideración en la alzada a pesar de aquella referencia…”
TAC 7º. Sent. No. 29, 23.2.2015. COUTO (r), CABRERA,
ETTLIN. ADCU, obra citada, pag. 660, caso 593).-
2.4) En otro orden de ideas, se ha planteado, también, cuál
sería el modo correcto de descontar el pago efectuado por
SOA, cuando el paso del tiempo provoca la pérdida del valor
de la moneda. Lo más adecuado es actualizar el monto
abonado por SOA, dividiendo el IPC de la fecha de dictado de
la Sentencia de condena sobre el IPC de la fecha del pago del
SOA y multiplicando la cifra resultante (coeficiente) por el
72
monto de lo abonado por la ley 18.412. Pero, de todos modos,
entiendo que puede ser admitido cualquier otro método que
asegure la efectiva actualización monetaria de los montos
abonados, evitando tanto un enriquecimiento como un
empobrecimiento injusto de la víctima. Podría por ejemplo
traducirse a Unidades Indexadas lo abonado por SOA y
trasladar ese valor a la cotización de la U.I. de la fecha de la
Sentencia o del efectivo pago, descontándolo de la suma
objeto de la condena.-
2.5) La Jurisprudencia ha fallado, en tal sentido, que
“corresponde que los $227.295 sean actualizados y
convertidos en dólares a la fecha de la sentencia, se
descuente de los montos a que se condena…lo que se
considera fácilmente liquidable” (TAC 1º Sent. No 81/2013 de
29.5.2013. VAZQUEZ CRUZ. SALVO Y CASTRO.
JURISPRUDENCIA SISTEMATIZADA. ADCU. Tomo II, Año II,
caso 920, pag. 735).-
2.6) La acción directa cursará el procedimiento
extraordinario (art. 346 del CGP), y prescribirá a los dos años
del “hecho generador del perjuicio” que es el evento dañoso.
Se interrumpirá, exclusivamente, por las causas establecidas
en el derecho común (emplazamiento judicial notificado,
conciliación seguida de emplazamiento judicial notificado
dentro de los 30 días de celebración de la audiencia, arts.
1235 y 1236 del Código Civil y art. 123.1 del CGP).
73
2.7) No se interrumpirá el plazo de prescripción ni se
suspenderá tampoco, durante el transcurso del tiempo en
que discurra el trámite administrativo vinculante.-
Así lo ha sostenido el TAC 7º en SENT. 146 DE 1/10/13
(DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA DE DERECHO CIVIL.
JORGE GAMARRA Y OTROS. TOMO II, AÑO II, 2014, caso
94, pag.733) afirmando que: “el art. 14 establece que el plazo
se interrumpirá “por las causas establecidas en el derecho
común… el art. 22 de la ley antes citada, en tanto regula el
procedimiento a seguir en el caso de coberturas especiales
donde el vehículo causante del evento dañoso carece de
seguro obligatorio (art. 19 LETRA B), debiendo seguirse el
reclamo directamente ante la entidad aseguradora que debía
asignar el Centro de Distribución de la Superintendencia de
Seguros y Reaseguros….la acción movilizada devino
perjudicada por prescripción…atento que, a criterio de la Sala,
el tenor del art. 14 antes aludido deviene indubitable e
inequívoco, y en la sublite no resulta cuestionado que la
aseguradora asignada, BSE, fue notificada y emplazada el
15/junio/2012, vencido el término de dos años”.
2.8) Podrá demandarse alegando la cuestionada
legitimación pasiva de la aseguradora, su omisión de resolver,
o impugnando el rechazo administrativo de la cobertura, o su
“quantum”, acreditando el derecho y el daño invocados en la
vía administrativa por el reclamante (art.12), cualquiera
fueran sus fundamentos, esgrimiendo, a vía de ejemplo,
74
razones de calificación médica del reclamo (pudiendo en tal
caso solicitarse una pericia judicial), incorrectas exclusiones,
discrepancia con el “baremo” utilizado, con el monto ofrecido,
con la retención en favor de un legitimado no reclamante, con
la aplicación de la regla de la proporcionalidad, etc., etc.-
2.9) La demanda deberá dirigirse, en principio, contra la
aseguradora que desestimó el reclamo administrativo, pero si
lo desestimó por que no se consideraba legitimada pasiva, el
reclamante podrá dirigir la acción contra ella y contra las otras
aseguradoras de los otros (eventuales) vehículos participantes
en el siniestro, intentando acreditar la causalidad que las
compromete conforme al art. 1º de la ley 18.412.-
En este último caso, la condena deberá solicitarse en
forma subsidiaria respecto de las aseguradoras demandadas
(si son más de una), o, en caso de responsabilidad compartida
de sus asegurados, deberá solicitarse la eventual división de
la condena en función del porcentaje que ha tenido cada uno
de ellos en la “causación” y “culpa”, productores del daño del
beneficiario, habilitándose, a mi entender, la plena vigencia de
las normas del derecho común (art.1319 y 1324 y cc del
Código Civil). No corresponde solicitar, ni acceder a una
condena solidaria de todas las aseguradoras demandadas, ya
que la solidaridad requiere texto expreso que la consagre y
éste aquí no existe, Además ello violentaría la letra de la ley (y
además su espíritu) que es encauzar las demandas contra la
aseguradora (o aseguradoras) del vehículo que “produjo” el
75
daño (art. 13), no con criterio de “mera participación” sino en
función de la regla de la “causalidad adecuada”, que habilita el
examen (entre las aseguradoras exclusivamente, pero no
respecto de terceros) de los aspectos subjetivos de la
conducta de los respectivos guardianes que contrataron con
las diferentes empresas de seguros demandadas.-
No debemos olvidar que la supresión de las eximentes
rigen respecto del beneficiario y no se pueden oponer a él,
precisamente en la acción judicial directa, pero las
aseguradoras, garantía de solvencia para el reclamante,
pueden y deben dividir entre sí, sus respectivas
responsabilidades, en función de los criterios de la
responsabilidad subjetiva del derecho común, porque ello en
nada afecta al tercero beneficiario que se vio obligado, de
todos modos, a iniciar la acción directa del art. 13.-
El Tribunal deberá, como vimos, condenar a la
aseguradora del vehículo causante si es el único que participó
en el siniestro. Si hay más de una aseguradora involucrada,
deberá condenar a aquella contratada por el vehículo cuyo/s
conductor/es ha/n sido el/los responsable/s, en los porcentajes
que correspondan a su respectiva participación material y
subjetiva, porque tratándose de relaciones internas entre las
aseguradoras (que no afectan la esfera externa de protección
del tercero) no está vedada la calificación de causalidad y
culpabilidad, y tales criterios resultan las únicas formas
razonables y justas de dividir el peso de las indemnizaciones.-
76
Véase que, en definitiva, si se condena a una
aseguradora y no a otra, cuyo asegurado incurrió en culpa, la
acción subrogatoria permitirá a la primera, recuperar el
eventual porcentaje de responsabilidad del conductor del
vehículo asegurado en la segunda. Ello implicará que de
todos modos, finalmente, el peso de la indemnización se
descargue sobre la aseguradora del vehículo cuyo guardián
fuere responsable subjetivo del evento (salvo excepciones en
que éste no haya contratado el SRC).-
Ello por cuanto la ley otorga legitimación pasiva a la
aseguradora del vehículo que “haya producido” el daño (art.
13) por lo que, cuando han sido varios los vehículos que han
generado el mismo, lo lógico es aplicar un criterio distintivo
más afinado y justo, que la mera causalidad, como es la
culpabilidad del conductor de cada vehículo asegurado.-
La otra posibilidad, teóricamente, sería condenar a la
aseguradora que, dentro de la eventual y compleja cadena
causal de hechos, fuere la primera desencadenante de las
sucesivas secuencias (posteriores) generadoras o agravantes
del daño, según el desarrollo de cada “iter siniestral”
concreto, lo cual no parece ser la solución más adecuada.-
2.11) En relación a la posible acumulación con la acción
del derecho común se ha fallado en un caso en que se aceptó
la acumulación que “el hecho de haberse sustanciado por el
proceso ordinario nada puede agraviarle ya que se le
77
otorgaron mayores plazos y garantías” (TAC 2º. SENT. 90 de
28.5.14. ADCU. TOMO XLV. CASO 711, pag. 805).-
2.12) También podría acumularse, a mi entender, la
acción directa del art. 13, del tercero contra la aseguradora,
con la acción de repetición del art. 16, de la aseguradora
contra el “propietario o tomador del seguro”, mediante la
citación en garantía del art. 51 del CGP, solicitando que en
caso de que la demandada en el juicio principal sea
condenada, se condene a su vez al citado en garantía por la
violación de lo dispuesto por el art. 16 de la ley No. 18.412.
Se cumplen, para la acumulación, todos los requisitos
impuestos por dicha norma, la cual se remite al art. 120.1 del
CGP, a saber: a) pretensiones de igual materia competencial,
b) que no sean contrarias entre sí, y c) que todas puedan
tramitarse por el mismo procedimiento. Aquí, justamente,
ambas se tramitan por el proceso extraordinario según lo
dispone el art. 13 inc. 2 y art. 17 de la ley 18.412, por lo que
nada obsta a su trámite y resolución conjunta.-
2.13) En cuanto a los intereses del monto objeto de la
condena se ha fallado que, tratándose de responsabilidad
contractual (incumplimiento de una “obligación preexistente”),
los intereses corren desde que opera “el incumplimiento
reprensible” esto es desde que vencen los 30 días hábiles del
trámite administrativo y no se ha cumplido con la obligación de
indemnizar (TAC 1º. SENT. No, 81 de 29.5.13. VAZQUEZ
CRUZ, SALVO, CASTRO. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA
78
DE DERECHO CIVIL. TOMO II, AÑO II, 2014.), o desde el
instante en que se niega la indemnización (cualquiera sea su
motivo) o, desde aquél en que se formula el ofrecimiento
juzgado como insuficiente por el tercero beneficiario
reclamante.-
2.14) Una reciente Sentencia de la Dra. MARIA
CONTANZA FARFALLA condenó a pagar los intereses desde
la fecha de la demanda, aplicando el art. 1348 del Código Civil
(Sentencia inédita, consentida por las partes, dictada por la
titular del JDO. LTDO. DE PRIMERA INSTANCIA DE
MALDONADO DE 6º. Turno en audiencia del día 10.2.2017).-
La posición de la distinguida Magistrada, es a mi entender
la correcta en materia de responsabilidad contractual como
es la regulada por la ley 18.412 que crea el SEGURO
OBLIGATORIO DE AUTOMOTORES.-
XIII - LAS RELACIONES INTERNAS ENTRE
ASEGURADO Y ASEGURADOR. LA VIGENCIA DE LAS
NORMAS DEL DERECHO COMÚN. ACCIONES DE
REPETICIÓN Y SUBROGACIÓN. ¿SE PUEDE REPETIR
CONTRA EL CONDUCTOR Y EL GUARDIÁN MATERIAL?
1) ACCION DE REPETICIÓN.
1.1) LA ACCIÓN Y SUS CAUSALES.
La aplicación de las normas atinentes al derecho común,
como lo son el art. 1319 y 1324 del Código Civil y,
principalmente, las normas que establecen las obligaciones
79
de las partes del contrato de seguros (art. 634 y ss. del Código
de Comercio), así como las Condiciones Generales y
Particulares de la Póliza, reprimidas, suspendidas o
derogadas por imperio legal, en las relaciones externas,
mantienen plena vigencia para los contratantes del seguro
(propietario o “tomador del seguro” art. 16), que se verán
afectados, cuando operen las indemnizaciones previstas, por
la acción de repetición en caso de: incumplimiento de la
póliza, falta de contrato vigente, dolo en la producción del
daño, culpa grave en el mantenimiento del vehículo,
modificación del destino del vehículo que agrave el riesgo (art
16 ley 18.412), consumo de alcohol en grado que inhabilite a
conducir, drogas que afecten la conducción “normal y
prudente”, falta de libreta, vencimiento de la misma,
extralimitación de la categoría habilitada, incumplimiento de
requisito o condición impuesta por la misma al conductor, así
como en caso de omisión de asistencia a las víctimas (art. 8
dec. 361/10).
1.2) LEGITIMADOS PASIVOS. ¿ES VIABLE REPETIR
CONTRA EL CONDUCTOR O EL GUARDIÁN DEL
VEHÍCULO ASEGURADO?.-
1.2.1) Las acciones de repetición, según el art. 17 de la
ley, se tramitarán por el procedimiento extraordinario (346 y
ss del CGP), y, en principio, exclusivamente, contra el
“propietario o tomador del seguro”.
80
1.2.2) Pero, pese al tenor del artículo analizado, entiendo
que, haciendo una interpretación lógico-sistemática de la ley, y
respetando su espíritu, podría ampararse la viabilidad de una
acción de repetición contra el conductor o guardián material
(habilitados según el art. 7 a contratar el seguro),
exclusivamente en el caso de que el propietario hubiera
omitido la contratación. En efecto, se trata no solo de
interesados en asegurar el riesgo (tienen el vínculo económico
que justifica el INTERES ASEGURABLE como elemento
esencial del contrato de seguros, según el derecho común),
sino, que además estamos ante sujetos que están obligados
legalmente a “tomar el seguro”, en cuanto la norma,
justamente, establece su obligatoriedad universal. De no
aceptarse esta posición, sería muy simple eludir la acción de
repetición, en los casos en que no se pudiera determinar
fehacientemente quien es el propietario, o el mismo fuere
insolvente o de imposible localización (justamente los
extremos que intenta impedir toda norma protectora de la
víctima). Alcanzaría, entonces, con omitir la contratación y
como la acción no podría dirigirse contra el conductor o
guardián, que “aprovecha” de la cosa y “genera el riesgo con
ella”, la aseguradora se vería privada de un derecho que le
concede la ley, oficiando, más allá del loable fin social, como
garante de las maniobras evasivas de quienes incumplen la
obligación de asegurar. Por ello el guardián y el conductor que
violan la prohibición de circular sin seguro, deben ser
81
aparejados, a mi entender, a los “tomadores del seguro”, en
tanto estaban facultados a serlo, por el art. 7 y el art. 1 de la
ley, y, conforme a su espíritu, además, obligados a contratar el
seguro obligatorio de automotores. Su responsabilidad en la
vía de repetición deriva del incumplimiento de sus
obligaciones legales de aseguración, como tomadores
forzosos del SEGURO OBLIGATORIO DE AUTOMOTORES.-
1.2.3) En el caso de que, no se compartiera tal posición,
y no se los considerara, por ende, responsables como
obligados legales a contratar el seguro, el conductor y el
guardián material, deben ser catalogados, entonces, como
simples “terceros” (porque no serían “contratantes”) y ello
determinará que deban responder por la vía de la acción
subrogatoria (art. 18). Para ello, deberá acreditarse la
configuración a su respecto de todos los elementos
constitutivos de la responsabilidad extracontractual, conforme
a las normas generales, que imponen, entre otras, la
acreditación de su culpabilidad en el evento (arts. 1319 y 1324
del Código Civil).-
1.2.4) LENS Y RABOSTO expresan que “no resulta lógico
que se faculte al asegurador a ejercer una acción de
repetición contra un propietario que no fuera el tomador del
seguro ni era el conductor del vehículo asegurado, porque se
está violando el principio de relatividad de los contratos,
principio de reconocida base legal en nuestro ordenamiento
jurídico (arts. 1292 y 1293 Código Civil)” (Obra citada, pag.
82
21).-
Entendemos, sin embargo, que tal excepción al mentado
principio puede fundamentarse en que la fuente de la
responsabilidad del propietario no deriva, en el contrato
forzoso del SOA, del mero acuerdo de voluntades, sino de la
normativa legal que, al decir de Ordoqui, orienta la voluntad de
las partes en el sentido del interés general, en pos de la
necesidad social de asistir a las víctimas ante el “flagelo
social” de los accidentes automovilísticos. El fundamento no
radicaría, por lo tanto, en nuestro modesto concepto, en el
“principio de relatividad de los contratos”, que efectivamente
resulta vulnerado por la norma, como señalan los destacados
autores, sino en las razones de orden público que
determinaron la decisión del legislador de derogar en el caso
concreto su vigencia.-
1.3) MEDIDAS CAUTELARES FACILITADAS.
1.3.1) Se habilita a la aseguradora, a que previo a la
acción de repetición, pueda solicitar medidas cautelares
vinculantes para el Magistrado, petición que requiere
exclusivamente la acreditación de la existencia del derecho,
exonerándose a la peticionante del ofrecimiento de contra-
cautela (art. 311 del CGP).-
1.3.2) Nótese que se exime, en forma absolutamente
excepcional, de la invocación y prueba del “periculum in
mora”, así como del ofrecimiento de una “contra-cautela” que
83
permita resarcir al afectado en caso de que se pruebe la
inexistencia del derecho reclamado.-
1.3.3) La norma supone otorgar a la petición cautelar que
decida formular la aseguradora, una presunción (inicial) de
legitimidad, que se funda en la finalidad social y de orden
público de la normativa del SOA. Si bien no se llega a la
ejecutabilidad de las sumas indemnizatorias abonadas al
beneficiario legal, se permite a la aseguradora garantizarse a
“mera petición”, lo cual está a medio camino entre la
imposición de prueba de los requisitos de admisibilidad
usuales (“periculum in mora” y “fumus bonis iuris” del art. 312
del CGP) y la concesión de la calidad de título ejecutivo
conferida, por ejemplo, por el art. 57 de la ley 16.074 (de
accidentes de trabajo) a las liquidaciones de la aseguradora
monopólica oficial.-
Si bien es cierto que se debe acreditar el derecho
“sumariamente”, pues este requisito no ha sido
específicamente derogado por la norma, sin duda, la mera
presentación del recibo de pago al beneficiario, y el testimonio
del trámite administrativo previo, serán irrefutable mérito para
acreditar tal extremo.-
La actividad vinculante de la aseguradora, por imperio
legal, al servicio de la indemnidad de las víctimas, se ve
respaldada por una consideración preferente de las
pretensiones derivadas del cumplimiento de tales funciones.
84
Todo apunta, en definitiva, a la estabilidad del sistema y a
promover los instrumentos que favorezcan el mantenimiento
de la solvencia de las aseguradoras.
En definitiva la aseguradora tendrá con fuente primaria de
ingresos el pago de la prima del asegurado, pero, en defecto
de ello, podrá acceder a acciones de repetición contra quien
no cumplió su obligación de contratar el seguro, para lo cual
contará, si así lo estima, con el gravamen cautelar facilitado,
que asegurará efectivamente la futura ejecución forzada de
los bienes del “tomador” omiso.-
La obligación de acceder a la petición, con la mera
acreditación del “derecho” (de muy fácil cumplimiento como
vimos), y la exención de contra-cautela, no pueden, sin
embargo, asimilarse a, ni determinar “per se”, la ausencia de
responsabilidad del gestionante de la medida, ya que podrá
acreditarse ulteriormente, en el juicio posterior, que deberá
entablarse dentro de los 30 días de concedida la medida (bajo
apercibimiento de caducidad), que no se ha configurado en
realidad ninguna de las causales habilitantes del art. 16 de la
ley 18.412 ni del art. 8 del dec. 361/2010. Esto significaría que
el derecho “presunto” no sería tal y por ende la medida ha sido
peticionada en forma ilícita.-
1.4) EXENCIÓN DE PRUEBA DE LOS ELEMENTOS
CONSTITUTIVOS DE LA RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL. REEMBOLSO FUNDADO EN EL
85
INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO DE SEGUROS.
1.4.1) La acción de repetición implica la habilitación del
“reembolso” de las sumas abonadas al tercero en
cumplimiento del SOA, por lo que no se requiere la prueba de
culpabilidad ni la ilicitud en la producción del evento dañoso,
ya que estas causales de defensa (o excepciones) están
excluidas expresamente por la ley, por lo que no eximen al
asegurador, ni por ende al asegurado, de cumplir con la
obligación legal de indemnizar (uno) y reembolsar (el otro) el
pago de las indemnizaciones servidas, sin posibilidad de
oponer ninguna eximente contractual subjetiva, ni causal de
ninguna especie (art. 15).-
1.4.2) El asegurado solo puede eximirse si prueba que no
incumplió con la normativa contractual y legal, esto es, que no
incurrió en ninguna de las causales del art. 16 de la ley
18.412, ni del art. 5 del decreto 361/2010. Pero no podrá
alegar que no es el responsable del evento dañoso invocando
las normas del derecho común.-
1.4.3) La acción no tiene término de prescripción, y no
es asimilable a la obligación propiamente derivada del
contrato de seguros, porque tiene origen legal. Esto determina
que, al no existir regulación expresa, y tratándose de un modo
de extinción del derecho o de la acción (que por su gravedad y
carácter abdicativo o extintivo requiere texto expreso para su
consagración) deberá aplicarse lo dispuesto por el art. 1216
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del Código Civil, que para la prescripción de las acciones
personales, prevé un plazo de 20 años, el que deberá correr
desde la posibilidad de accionar, esto es, desde la fecha de
pago de la indemnización del SOA al tercero beneficiario.-
2) ACCIÓN SUBROGATORIA.
2.1) Por el solo hecho de abonar la indemnización la
aseguradora queda subrogada, según el art. 18 de la ley
18.412, en los derechos de la persona indemnizada contra el
tercero responsable del daño. El artículo no innova en
absoluto respecto del art. 669 del Código de Comercio.
2.2) La norma, puede parecer superflua o redundante,
pero era necesaria en cuanto no se trata de una
indemnización propiamente contractual sino de fuente legal, y
podría cuestionarse que, siendo la finalidad de la ley amparar
a la víctima, el obligado a hacerlo pudiera accionar para
intentar reembolsar lo abonado en cumplimiento de la
misma.-
2.3) Aquí se plantea, en doctrina, como debe
interpretarse la expresión “persona indemnizada”, si como
referida a la víctima del daño (el tercero) o, en alusión al
propio asegurado que también es “indemnizado” cuando, al
abonar el SOA, se cumple, en parte, con la obligación de
mantenerlo indemne de las acciones de responsabilidad civil
respecto del evento dañoso objeto de la contratación.-
2.4) Sin duda la segunda es la posición correcta, como lo
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ha sostenido la Dra. SIGNORINO, señalando que lo contrario
implicaría habilitar, por la vía de esta acción, el incumplimiento
del deber de neutralizar el daño al patrimonio del asegurado,
que constituye el objeto del seguro de responsabilidad civil
contratado (ANDREA SIGNORINO, LOS SEGUROS DE
RESPONSABILIDAD CIVIL, pags.137 y 138)
2.5) La acción subrogatoria prescribirá en el término
previsto para accionar por responsabilidad extracontractual
(art. 1332 del Código Civil), o sea a los cuatro años de
producido el evento dañoso, por tratarse de una mera
sucesión (o sustitución) subjetiva que no altera el crédito
aquiliano, el cual se mantiene inalterado en todos los aspectos
objetivos, subjetivos y causales que hacen a su exigibilidad
(existencia derecho, del daño, de la relación causal, etc.,
etc.).-
XIV – COBERTURAS ESPECIALES
El art. 22 de la ley 18.412 establece que los terceros
podrán presentarse ante la SSF, y solicitar la cobertura
especial en los siguientes casos:
1) Vehículos no identificados. Se instaura una verdadera
exoneración de identificación del causante del daño, en caso
de que así lo impongan las circunstancias, por ejemplo, por
haberse dado a la fuga el vehículo que participó en el evento.
Pero ello no puede implicar exonerar al beneficiario de la
prueba de la existencia efectiva del mismo y de su
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participación o causación material, lo que requerirá el
ofrecimiento de prueba testimonial encaminada a la generar la
razonable convicción de la presencia efectiva de dicho
vehículo, de la determinación mínima de sus características,
así como de la forma en que se habría producido el accidente
en el cual se funda la solicitud del amparo indemnizatorio.-
2) Vehículos sin cobertura de seguro. Se trata en principio
del caso en que no se haya cumplido la obligatoria
contratación del seguro. Tal situación difiere de aquella en
que, el contrato se celebró, pero ha sido rescindido por
incumplimiento, caso en el cual se debe cursar el reclamo de
cobertura ante la aseguradora contratada.-
3) Vehículos obtenidos por violencia o hurtados. En este
caso hay una transferencia ilícita de la guarda que modifica el
destino y agrava el riesgo dolosamente, por lo que el tercero,
si viajaba en el vehículo hurtado, deberá probar que no tuvo
participación ni conocimiento del delito, o, en su defecto,
voluntad de viajar como ocupante del mismo.-
La SSF, a través del Centro de Distribución de reclamos
(físicamente ubicado en oficinas del Banco Central),
designará la aseguradora ante la cual deberá entablarse el
reclamo, informando asimismo su domicilio.
El tercero deberá dirigir su reclamación a dicha
aseguradora, cumpliendo con todos los requisitos impuestos
por la ley, y desde el momento de esa presentación
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comenzará a regir el plazo de 30 días hábiles (como ya vimos)
para el pago de las indemnizaciones correspondientes. Serán
aplicables a estas coberturas los arts. 12 y ss. de la ley, que
habilitan la eventual acción judicial contra la aseguradora, en
los mismos términos y condiciones que cuando el reclamante
se dirige directamente contra ésta.-
Se establece un principio de “equitatividad” y
“proporcionalidad” en el servicio de las indemnizaciones,
garantizado mediante las compensaciones recíprocas
obligatorias, que la SSF ordena a las aseguradoras, al final de
cada ejercicio, en base a los informes mensuales preceptivos
que estas le remitirán relacionando detalladamente los pagos
efectuados por SOA y sus cuantías, así como las denegatorias
dispuestas.
La SSF fijará, asimismo, la cantidad proporcional de
reclamos que le corresponderá atender a cada entidad
aseguradora durante el año siguiente (art. 22 de la ley
18.412).-
Dicho principio se inspira en la finalidad de garantizar,
como ya vimos al analizar las cautelares facilitadas, el
equilibrio y la solvencia del sistema en su integralidad, cuyo
éxito, en definitiva, finalmente, vendrá dado por la voluntaria
(o, en su defecto, coactiva) adhesión de los obligados legales
a la aseguración: propietarios, usuarios y guardianes
materiales beneficiarios presuntos del uso del vehículo
90
automotor generador de riesgo.-
BIBLIOGRAFÍA.
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Abogados del Uruguay. Tribuna del Abogado No. 171, año
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actualizada por RAÚL GAMARRA).
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92
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DERECHO DIGITAL, disponible en internet al 17.4.2017 en la
página www.elderechodigital.com.uy.-
93
INDICE TEMÁTICO I – INTRODUCCIÓN. FUNDAMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD OBJETIVA. Y DEFINICIÓN LEGAL DEL CONTRATO DE SEGUROS DEL CODIGO DE COMERCIO.- 1) FUNDAMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD OBJETIVA. SISTEMA ADOPTADO. REPARACIÓN PARCIAL Y TARIFARIA DEL DAÑO PERSONAL MORAL. SUBSISTENCIA DEL DERECHO A “REPARACIÓN INTEGRAL DEL DAÑO” POR EL “DERECHO COMÚN”. 2) DEFINICIÓN LEGAL DEL CONTRATO DE SEGUROS DEL CODIGO DE COMERCIO.- (PAGS. 2 a 5).- II - DEFINICIÓN DEL CONTRATO DE SEGUROS DE RESPONSABILIDAD CIVIL. (PAGS. 5 a 6).- III- CLASIFICACIÓN DE LOS SEGUROS: DE REEMBOLSO Y PREVENTIVOS DE DAÑOS. 1) SEGURO DE REEMBOLSO. 2) SEGURO PREVENTIVO DE DAÑOS. (PAG. 6 a 17).- IV – CLASIFICACIÓN DE LOS SEGUROS: POR OCURRENCIAS O POR RECLAMOS. 1) SEGURO POR OCURRENCIAS. 2) SEGURO POR RECLAMOS.- (PAGS. 7 a 8).- V – ELEMENTOS ESENCIALES DEL CONTRATO DE SEGUROS DE RESPONSABILIDAD CIVIL. 1) EL INTERES ASEGURABLE. 2) LA COSA ASEGURADA. 3) EL RIESGO. 3.1. CARACTERÍSTICAS DEL RIESGO. 3.2. LIMITACIONES PRECEPTIVAS DEL RIESGO. 4) EL EVENTO DAÑOSO. 5) EL SINIESTRO. (PAGS. 8 a 13).- VI – DEFINICIÓN DEL SEGURO OBLIGATORIO DE AUTOMOTORES (SOA). (PAGS. 13 a 15).- VII – CARACTERES GENERALES DEL CONTRATO DE S.O.A. 1) DISEÑO LEGAL Y SUS CARACTERÍSTICAS. 2)REGIMEN INDEMNIZATORIO DE RESPONSABILIDAD CIVIL OBJETIVA. DEBATE SOBRE SU NATURALEZA JURÍDICA. NUESTRA POSICIÓN.- (PAGS. 15 a 28).- VIII – EL RIESGO ASEGURADO EN EL SOA. PELIGRO DE DAÑO PATRIMONIAL COMO CONSECUENCIA DE LA RECLAMACION DE DAÑOS PERSONALES DE LESIÓN O MUERTE DE TERCEROS. IRRELEVANCIA DEL FACTOR SUBJETIVO DE ATRIBUCIÓN Y SUPRESIÓN TOTAL DE LAS EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD. DEFINICIÓN DE ACCIDENTE Y LIMITACIÓN DE LOS DAÑOS RESARCIBLES.- 1) EL RIESGO ASEGURADO EN EL SOA. PELIGRO DE DAÑO PATRIMONIAL COMO CONSECUENCIA DE LA RECLAMACIÓN DE DAÑOS PERSONALES DE LESIÓN O MUERTE DE TERCEROS. 2) EL ACCIDENTE. RECLAMACIÓN POR DAÑOS CORPORALES O LA MUERTE DE UN TERCEREO. DELIMITACIÓN DE LOS DAÑOS CUBIERTOS. 3) IRRELEVANCIA DEL FACTOR SUBJETIVO DE ATRIBUCIÓN Y DE LAS
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EXIMENTES CAUSALES. MERA PARTICIPACIÓN Y CAUSALIDAD ADECUADA.- (PAGS. 25 a 37).- IX – LA RELEVANCIA DEL RIESGO ASEGURADO EN EL SOA. EXCLUSIÓN POR DELIMITACIÓN SUBJETIVA DEL RIESGO: HURTO CONOCIDO POR EL BENEFICIARIO, DOLO DEL BENEFICIARIO PRODUCTOR DEL DAÑO. LOS VEHÍCULOS Y LA VÍA PÚBLICA. VEHÍCULOS EXCLUIDOS DE LA COBERTURA. OTROS TERCEROS EXCLUIDOS. 1) RELEVANCIA CONTRACTUAL DEL RIESGO ASEGURADO EN EL SOA. 2) EXCLUSIÓN POR DELIMITACIÓN SUBJETIVA DEL RIESGO. EL DOLO PARA LA PRODUCCIÓN DE LOS DAÑOS CORPORALES. AGRAVAMIENTO DEL RIESGO EN EL SOA. LIMITACIÓN DE SU INCIDENCIA EN LAS RELACIONES EXTERNAS RESPECTO DEL TERCERO BENEFICIARIO. LA IMPOSIBILIDAD DE PACTAR LA COBERTURA DEL DOLO. EL AGRAVAMIENTO DOLOSO DEL RIESGO.- 3) OTROS TERCEROS EXCLUIDOS DE LA COBERTURA. 4) AUTOMOTOR, VÍA PÚBLICA Y VEHÍCULOS EXCLUIDOS. 4.1) DEFINICIÓN DE AUTOMOTOR Y ACOPLADO REMOLCADO. 4.2) DEFINICIÓN DE VIA PÚBLICA PARA LA LEY 18.412. 4.3) VEHÍCULOS EXCLUIDOS. (PAGS. 37 a 56).- X – CONTRATO FORZOSO. LIMITACIÓN DE LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD POR EL INTERES GENERAL. ¿ESTIPULACIÓN PARA OTRO? CARÁCTER DE ORDEN PÚBLICO DE SU NORMATIVA.- (PAGS. 56 a 59).- XI – NORMATIVA APLICABLE AL SOA. VIGENCIA TERRITORIAL, MATERIAL, SUBJETIVA Y TEMPORAL. ORDEN PÚBLICO. (PAGS. 59 a 61).- XII – TRAMITE ADMINISTRATIVO Y EVENTUAL ACCIÓN JUDICIAL DIRIGIDOS CONTRA LA ASEGURADORA. 1) TRAMITE ADMINISTRATIVO VINCULANTE. 2) ACCION DIRECTA CONTRA LA ASEGURADORA- (PAGS. 61 a 78).- XIII – LAS RELACIONES INTERNAS ENTRE ASEGURADO Y ASEGURADOR. LA VIGENCIA DE LAS NORMAS DEL DERECHO COMÚN. ACCIONES DE REPETICIÓN Y SUBROGACIÓN. ¿SE PUEDE REPETIR CONTRA EL CONDUCTOR Y EL GUARDIÁN MATERIAL? 1) ACCION DE REPETICION. 1.1) LA ACCIÓN Y SUS CAUSALES. 1.2) LEGITIMADOS PASIVOS. ¿ES VIABLE REPETIR CONTRA EL CONDUCTOR O EL GUARDIÁN DEL VEHICULO ASEGURADO? 1.3) MEDIDAS CAUTELARES FACILITADAS. 1.4) EXENCIÓN DE PRUEBA DE LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL. REEMBOLSO FUNDADO EN EL INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO DE SEGUROS. 2) ACCIÓN SUBROGATORIA (PAGS. 78 a 87).-
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XIV – COBERTURAS ESPECIALES. (PAGS. 87 a 90).-