MIGRACIÓN, SOCIEDAD Y CULTURA: LA PERSPECTIVA
ANTROPOLÓGICA1
Carlos Giménez Romero
Profesor Titular de Antropología social Universidad Autónoma de Madrid
DE LA ANTROPOLOGÍA GENERAL A LA ANTROPOLOGÍA DE LAS
MIGRACIONES2
Al enfocar las realidades de la migración con lente antropológica un punto de
partida puede ser considerar, aunque sólo sea de forma sumaria, cómo se entiende la
naturaleza de la antropología y deducir de ello las implicaciones oportunas para el
enfoque de un campo particular como es el de la movilidad humana por razones de
trabajo, reagrupación familiar y búsqueda de mejores oportunidades de vida.
Como tradición cultural, la antropología remite a las reflexiones a lo largo de la
historia desde cada pueblo sobre los otros. Cada cual ha pensado sobre los diferentes y
frecuentemente lo ha hecho con sensibilidad, inteligencia y sistema. Esa sorpresa,
curiosidad e interés sobre el Otro fructificó en observaciones y anotaciones reflejadas
en crónicas, diarios de viajes, tratados de misioneros, informes de funcionarios, cartas
documentadas de espías, anotaciones de naturalistas, etcétera. En esa rica, variopinta
y larga tradición hay de todo, desde actitudes de rechazo, prejuicio y condena, hasta
actitudes de respeto, tolerancia e intentos de comprensión de las otras culturas desde
las coordenadas propias y ajenas.
El emigrante es un otro por definición, un transterrado que deja su tierra y llega
a otra cuyos pobladores consideran propia. El foráneo viene de otro lugar, un mundo
que es desconocido por quien le recibe. El transterrado lleva y trae consigo otra forma
de ser, pensar, sentir y hablar. En el caso de las migraciones internacionales a la
distintividad cultural de los emigrantes viene a añadirse una distintividad jurídica como
no nacionales, amén de otras particularidades. Simmel se refirió al extranjero como
1 Nota previa: se indica en cursiva y con asterisco los términos que aparecen definidos en el glosario que
se incluye al final del texto. 2 Tomado de: Lison Tolosana, Carmelo, “Introducción a la antropología social y cultural – teoría, método
y práctica”, capítulo VII, págs., 153-190, ediciones Akal, Madrid, España, 2007.
2 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
categoría social y Park creó la categoría de hombre marginal. Los estudios migratorios
han tenido y tendrán relevancia particular desde este primer ángulo de la reflexión y
actitud hacia el Otro y lo Otro. Antes de entrar en la consideración propiamente
científica de la cuestión migratoria, es conveniente que los antropólogos tengamos
presente que somos parte de esa tradición alimentada por la actitud de comprensión.
Desde mediados del siglo XIX la antropología se ha ubicado en el conjunto de
las ciencias humanas o sociales. Aquí la sugerencia es inferir los significados para la
antropología de las migraciones de tres definiciones clásicas, usuales y sencillas: la
antropología como ciencia de la evolución, como ciencia de la cultura y como ciencia
de la unidad y la diversidad.
a) En los tiempos que corren vuelve a estar en discusión la bondad o no de la
perspectiva evolutiva en las ciencias sociales. Sin entrar ahora en ese debate, sí
es posible indicar algunos puntos de interés desde la perspectiva histórica para
la antropología de las migraciones. Un componente imprescindible de la
perspectiva antropológica de las migraciones es la historicidad y el papel de las
migraciones en la evolución humana. Las migraciones son tan viejas como la
humanidad y son expresión de la tendencia a la expansión de la especie a los
más diversos ecosistemas. Los traslados en el espacio son manifestación de la
plasticidad humana y una fábrica donde se ha desarrollado la adaptabilidad de
la especie.3
b) Si la antropología es la ciencia de la cultura, en la antropología de las
migraciones la dimensión cultural está presente por todas partes. La migración
es un proceso sociocultural y una experiencia de movilidad en el espacio, en el
espacio físico, geopolítico y sociocultural. En cada experiencia migratoria
adquieren protagonismo al menos dos ámbitos: emigrantes y autóctonos. Los
emigrantes poseen un bagaje cultural e identitario que está presente a lo largo
de su experiencia migratoria, desde la decisión y forma de migrar, hasta la
3 Como ya he manifestado en otro lugar <<… somos la única especie extendida por todo el globo y ello
ha significado movilidad, migración. La propia naturaleza de algunos pueblos nómadas (gitanos de Europa, tuaregs del Sahel africano, los yoruk entre Turquía y Siria, mongoles de la estepa asiática). Otros pueblos en diáspora, cuya historia errante les ha elevado a establecerse en muy diversos lugares y cuya identidad, cultura y actividades les mantienen conectados (judíos sefardíes y asquenazíes, chinos de ultramar, etc.)>>. C. Giménez, Qué es la inmigración, Barcelona, RBA, 2003, p. 22.
3 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
manera de relacionarse en el nuevo contexto de recepción. En el otro polo, la
sociedad de recepción se encuadra en otro mundo histórico y cultural, a la cual
los emigrantes deberán adaptarse y desde el cual se percibe la inmigración de
una determinada manera. El mantenimiento y recreación de la(s) cultura(s) de
origen, la adaptación a la(s) cultura(s) receptora(s) y la emergencia de nuevas
síntesis culturales han venido siendo tres asuntos claves en la antropología de
las migraciones.
c) Si la antropología es la ciencia de la unidad y diversidad de lo humano, la
antropología de las migraciones habrá de estar orientada también por la
exploración de qué y cuánto hay de común y convergente en las experiencias,
procesos y situaciones migratorias, y qué y cuánto hay de particular y singular
en ellas. El antropólogo deberá abrir su sensibilidad a captar las posibles
regularidades existentes en este campo de la realidad humana. En estos veinte
años que vengo dedicándome a esta temática me causa fuerte impresión leer
en las monografías y comprobar en mis propios estudios la repetición, hasta
cierto grado, de procesos como la distribución concentrada de los emigrantes,
la ubicación recurrente de amplios sectores de los inmigrantes en los
segmentos secundarios del mercado de trabajo, la formación repetida de
barrios, enclaves, comunidades y guetos de inmigración, la conformación una y
otra vez de situaciones de marginación.
Con esta última reflexión, hilamos bien con el plano profesional de la antropología
mencionado al principio. En el ámbito de las migraciones, la antropología encuentra un
campo de grandes posibilidades de trabajo profesional y aplicado. Desde el
conocimiento y la formación, los antropólogos vienen asesorando a instituciones y
organizaciones en cómo abordar la gestión de las nuevas relaciones interétnicas
establecidas en los colegios, centros de salud, servicios sociales y otras muchas
instancias de la sociedad.
Noventa años de estudio antropológico de las migraciones
Desde las monografías de la Escuela de Chicago hasta las elaboraciones sobre
transnacionalismo e inmigración ha llovido bastante en materia de antropología y
4 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
etnografía del hecho migratorio. Ha habido cambios temáticos, teóricos y
metodológicos. Temáticamente, el predominio de los estudios de la migración del
campo a la ciudad ha dado paso al énfasis en el estudio de la migración internacional.
El enfoque teórico ha ido variando desde las perspectivas funcionalistas y la
denominada teoría de la modernización hacia los enfoques de las teorías de la
dependencia, del sistema mundial y de la articulación, llegándose en la última década
al predominio de la teoría del transnacionalismo. Metodológicamente, los estudios de
comunidad y el énfasis en individuos y grupos domésticos como principales unidades
de análisis, se ha ido trocando en estudios bipolares en origen y destino, en etnografía
multisituada allí donde la migración ocurre, y en la combinación de dimensiones
macroestructurales y microestructurales.
Tras la primera guerra mundial se produjo un crecimiento vertiginoso de un
amplio conjunto de ciudades de Estados Unidos, proceso de crecimiento demográfico
y social que intensificaba el proceso de urbanización lo que venía sucediendo desde
mediados del siglo XIX. En un contexto de intensa industrialización, algunas de esas
ciudades recibían miles y miles de personas cada año, afroamericanos y wasp pobres
procedentes del sur, pero sobre todo gentes que llegaban de Europa (irlandeses,
polacos, italianos, etcétera) y de otros continentes. Tal como había ocurrido en el
tránsito del siglo XIX al XX, los emigrantes continuaban siendo uno de los protagonistas
estelares no sólo del cambio urbano y del desarrollo económico sino de la formación
de la nación.
Una de esas ciudades en rápida trasformación fue Chicago en la que se
constituyó un equipo de científicos sociales cuyos trabajos fueron una aportación clave
al desarrollo de disciplinas como la sociología y la antropología. Influidos por maestros
como Boas, Redfield, Lowie y otros antropólogos culturales, los investigadores de la
Universidad de Chicago -con Robert E. Park (1864-1944) y Ernest W. Burgess (1886-
1966) a la cabeza, y con figuras académicas tan relevantes como W. I. Thomas, W
Zorbaugh, L. Wirth y otros- fueron a indagar sobre el terreno y escribieron un conjunto
de manuales, ensayos y monografías relevantes.4 Hay que destacar la pionera y
monumental obra de Thomas y Znaniecki The Polish Peasant in Europe and America,
publicada entre 1918 y 1920, subtitulada significativamente «monografía de un grupo 4 Race and cultura es una recopilación de artículos de R. Park (Glencoe, Illinois, Free Press, 1950.
5 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
inmigrante», desde entonces referencia clásica de los estudios migratorios.5
El contexto social de toda aquella producción intelectual y universitaria fue el
cambio urbano a partir de la inmigración. Además de teorizaciones sobre la naturaleza
de lo urbano,6 sobre la distribución espacial de los nuevos pobladores, o sobre los
procesos de sucesión poblacional, se elaboró una magnífica colección de monografías
de considerable valor etnográfico. Anderson (1923) trabajó sobre los vagabundos o
homeless, habiendo llevado él mismo vida de vagabundo;7 Zorbaugh (1926 y 1929) se
ocupó de los suburbios marginales, las casas humildes de madera o dwellers, y la
«costa fría» o zonas de casuchas denominadas slum8; Trasher (1927) se dedicó a
censar y describir los cientos de pandillas que proliferaban en la ciudad9; Wirth (1928)
hizo un estudio monográfico sobre el gueto judío de la ciudad10; Cressey (1932) logró
acceso al mundo de las chicas de los bares de alterne11; Whyte (1943) describió con
primor «la sociedad de la esquina» en el barrio ítalo-americano conocido como Little
Italy, abordando pandillas, liderazgos y redes informales12.
Temática central fue la de los cambios culturales que se producen en el
inmigrante y en la ciudad. Para interpretarlos, Park propuso su teoría del «ciclo de las
relaciones raciales», estructurada a partir de la secuencia de pasos que creyeron
observar en los barrios de Chicago: contacto - competición - acomodación -
asimilación. La asimilación era concebida como inevitable, como el desenlace
asegurado al que estaba conduciendo la aculturación y transformación de los recién
llegados. Otra característica de aquel conjunto de trabajos es su interés en las
problemáticas sociales, en las situaciones de dificultades de la vida social que estaban
afectando a esas personas y barrios y que constituían retos para las administraciones
públicas y para la sociedad en su conjunto. El lector de hoy encontrará en aquellos
textos descripciones, reflexiones y propuestas aplicadas sobre asuntos como pobreza, 5 W. I. Thomas y F. Znaniecki, The Polish Peasant in Europe and America, Nueva York, Dover Publications,
1958. 6 Desde el libro de Park y Burgess The City (1925) hasta la interpretación del modo de vida urbano por
Wirth a partir de la influencia directa de tres factores: tamaño, densidad y heterogeneidad (<<Urbanism as a Wayof Life>>, American Journal of Sociology 44). 7 N. Anderson, The Hobo, Chicago, University of Chicago Press, 1961.
8 H. Zorbaugh, The Gold Coast and the Slum, Chicago, University of Chicago Press, 1929.
9 F.M. Thrasher, The Gang, Chicago, University of Chicago Press, 1963.
10 L.Wirth, The Ghetto, Chicago, UJniversity of Chicago Press, 1956.
11 P. Cressey, The Taxi – Dance Hall, New Jersey, Patterson Smith, Montclair, 1969.
12 W.F. Whyte, Street Corner Society. The Social Structure of a Italian Slum, Chicago, University of
Chicago Press, 1956 (ed. cast: La sociedad de las esquinas, México, Diana, 1971).
6 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
infravivienda, hacinamiento, alcoholismo, violencia, desarraigo, marginación, guetos y
conflicto interracial o interétnico, asuntos que siguen preocupando ochenta años más
tarde.
Park, Burgess, Thomas y los demás se interesaron vivamente por la
proliferación de tipos y mundos sociales que se observaban en la ciudad, así como en
los perfiles tan peculiares de las distintas zonas y barrios. Seleccionaré dos
monografías significativas de cómo se abordó esa diversidad. En su estudio de las
personas sin hogar en el Chicago de los años veinte, Anderson estimó entre 300.000 y
500.000 la oscilación del flujo anual de personas que pasaban por Chicago; en un
momento dado del año habría en la ciudad entre 30.000 y 75.000 personas sin hogar
fijo. Apenas había mujeres, la mayoría eran no casados, algunos se habían separado de
sus familias. Se pasaban la mayor parte del día deambulando por las calles; iban con
frecuencia a la Plaza Washington o a la Bughouse Square (plaza del manicomio).
Anderson describe con primor su jerga para denominar los tipos y las situaciones
sociales pues bien, ser o no emigrante es crucial en la identificación y distinción que
hace el autor de hasta cinco tipos sociales entre los homeless. Estos subtipos son el
trabajador de temporada (con un ciclo regular anual); el hobo (emigrante también
pero sin itinerario regular); el tramp (vagabundo; eran emigrantes pero no
trabajadores, viviendo de la mendicidad); la home guard (o guarnición local, que sí
trabajaban pero que no eran emigrantes); y el bum (o vago y holgazán, que no
trabajaba y que tampoco migraba). Como puede verse tres de las categorías
corresponden a emigrantes.
Los sin techo, y dentro de ellos los hobos, no formaban un barrio específico
pero sí constituían un tipo social, con varios subtipos, que otorgaban una cualidad
especial a los espacios donde estaban presentes. La variedad de barrios es más
observable en The Gold Coast and the Slum, publicada por Zorbaugh y dedicada al área
conocida como Lower North Side. Este autor distinguió y describió seis subáreas
dentro de ese territorio urbano: a) la Costa de Oro donde vivía la gente acomodada, b)
la zona de pensiones o «mundo de habitaciones amuebladas», que había sido zona de
residencias de moda y en la que vivían buena parte de las mujeres que trabajaban en
el servicio doméstico de las casas y mansiones de la Costa de Oro; c) el barrio bohemio,
conocido como Towertown, poblado por artistas e intelectuales; d) el área de
7 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
diversión, donde se aglomeraban salas de billar, restaurantes, casas de empeño de
objetos, salones de baile y cabaret; e) el barrio bajo, con sus alquileres baratos y
poblado por gran variedad de personas; y f) Little Italy o Pequeña Sicilia, encuadrada
en el barrio bajo pero que recibió tratamiento específico por su considerable extensión
y por concentrar a los inmigrantes italianos, más particularmente a los sicilianos. La
delimitación de zonas en la percepción de las gentes y en la distinción del investigador
no es una clasificación a partir de criterios aplicables a todo el Lower North Side, sino
que prima en unas u otras el carácter de clase o posición económica, el tipo de
actividad, la procedencia de origen o el carácter étnico.
Una de las aportaciones capitales de la Escuela de Chicago es la utilización y
práctica de la etnografía, del trabajo sobre el terreno. Ir a los barrios bajos de la
ciudad, al gueto, al slum, observar su realidad, convivir con sus gentes, entrevistar,
elaborar historias personales (como, por ejemplo, la de Doc, realizada por Whyte),
frecuentar una y otra vez un bar como hizo Cressey en «The Taxi Dance May» hasta
llegar a describir subculturas, seguir la peripecias de las pandillas y los clubes, y en
definitiva hacer trabajo de campo y etnografía, están a la base de la rica herencia que
legaron. Así incluyó Park la observación participante en el programa de investigación
de largo alcance que propuso en 1925: «Los mismos métodos pacientes de
observación que antropólogos como Boas y Lowie han desarrollado para el estudio de
la vida y manera de los indios de Norteamérica deben ser más fructíferamente
empleados en la investigación de las costumbres, creencias, prácticas sociales y
concepciones generales de la vida prevalecientes en Little Italy, en el North Side de
Chicago, o en el estudio de las formas más complejas de los habitantes de Greenwich
Village y el barrio de Washington Square, en Nueva York».
De igual relieve intelectual que la producción de Chicago, fue el vasto conjunto
de obras -ahora ya decididamente antropológicas- producidas por antropólogos
europeos africanistas, sobresaliendo lo aportado por la denominada Escuela de
Manchester en sus trabajos sobre migración y urbanización en África subsahariana. De
la nación estadounidense que había derrotado a los indios, distribuyéndolos en
reservas, y cuyo escenario de estudios son nuevas ciudades abarrotadas de
inmigrantes nacionales y extranjeros, pasamos ahora a un escenario de colonialismo
externo. Gran Bretaña desplegó desde finales del XIX hasta la época de la
8 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
descolonización numerosos centros de investigación en el contexto del dominio y la
administración colonial. Dos centros especialmente relevantes en el desarrollo de los
estudios sobre migración y urbanización fueron el Instituto Rhodes-Livingstone de
Lusaka (Zambia) creado en 1938 y el Instituto de Investigaciones Sociales de África
Oriental de Kampala (Uganda) fundado en 1950.
Tras la Segunda Guerra Mundial, varias ciudades africanas crecieron de forma
espectacular, especialmente las ubicadas en el Cinturón del Cobre del territorio
colonial entonces denominado Rhodesia del Norte, hoy Zambia. El crecimiento se
venía dando desde la década de los treinta y se aceleró en los cuarenta y cincuenta.
También aquí ese crecimiento tenía la inmigración como factor principal, ya fuera
migración rural-urbana o desde las zonas rurales a los centros mineros, casi siempre
interna y a veces internacional. Emergieron los asentamientos en los suburbios de la
periferia y con ellos las infraviviendas, los niños en la calle, desnutridos y mal vestidos;
la carencia absoluta de infraestructuras; suciedad, ausencia de inversión y políticas
públicas; insalubridad, inseguridad (shantytowns o ciudades fantasma); escenarios de
inmigración repetidos una y otra vez en diferentes épocas y lugares.
De nuevo la ida temporal, permanente o alternante a la ciudad, las duras
condiciones de vida y trabajo, la incorporación al trabajo industrial, la adopción de
estilos urbanos de vida, la adaptación en definitiva a la vida urbana por parte de
campesinos pertenecientes a distintas tribus. Todo ello atrajo el interés científico de
los miembros de los institutos de Lusaka, Kampala y otras entidades, quienes quisieron
estudiar esos flujos migratorios. Estas experiencias iban a dar lugar a obras
importantes dentro de la antropología social británica, con especial aportación por
parte de Max Gluckmann, Little, Mittchel, Epstein y otros13. De aquellas décadas de
estudios proceden textos de relevante influencia en la historia general de la
antropología y fundacionales de la antropología urbana.
Resaltaré sólo dos aspectos cruciales de aquella producción antropológica: la
cuestión central del debate sobre la «destribalización» o «retribalización» de los
emigrantes y las innovaciones teórico-metodológicas relativas al análisis situacional y
las redes sociales, con precedentes claros de la concepción de campo migratorio y de
13
M. Gluckman, <<Anthropological Problems Arising from the African Industrial Revolution>>, en A. Southall (comp.), Social Change in Modern Africa, Oxford, Oxford University Press, 1961.
9 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
la etnografía bipolar y multisituada.
Si la tesis de la asimilación de los emigrantes no fue discutida en el seno de la
Escuela de Chicago no ocurrió lo mismo con la validez o no de la tesis de la
destribalización de los emigrantes, asunto que fue objeto de reflexiones dispares en la
Escuela de Manchester desde la óptica de si ése era o no el proceso de cambio cultural
que estaba ocurriendo. La tesis de la destribalización apareció expuesta por primera
vez en una monografía de Wilson (1941-1942), primer director del Rhodes-Livingstone
Institute, tras su trabajo de campo en Broken Hill, población emergente de 17.000
habitantes. En diciembre de 1945 Max Gluckmann, que le había sucedido en la
dirección, publicó un completo y extremadamente sugerente plan de investigación del
instituto para un periodo de siete años, en el cual lanzaba el siguiente reto: «...los
conceptos de destribalización y urbanización necesitan más refinamiento si queremos
comprender el proceso en marcha»14.
Su razonamiento era el siguiente: «En un determinado sentido todo africano es
destribalizado tan pronto como deja su área tribal, incluso cuando continúa actuando
bajo las influencias tribales: vive en diferentes tipos de grupos, gana su subsistencia de
una manera diferente, está bajo diferentes autoridades. ¿La influencia de la cultura
tribal disminuye progresivamente mientras más tiempo está un hombre fuera de su
tribu? Tengo evidencia sobre los zulúes que muestran que ésta no es ciertamente una
correlación directa. Debernos estudiar una serie de correlaciones de este tipo, entre
periodos de residencia en la ciudad: lazos familiares, cultura tribal, lealtad política a la
tribu, etcétera». En un claro precedente de la etnografía multisituada o bipolar,
Gluckmann anima al equipo de investigadores del Instituto con la siguiente reflexión:
«Mediante la combinación de investigación planificada urbana y rural, debería ser
posible para nuestro equipo hacer esto desde los dos polos de la migración de los
hombres de las área rurales a la ciudades».
Fijémonos en el tipo de asuntos que el antropólogo señala respecto al cambio
cultural del emigrante: su inserción cotidiana en diferentes agrupamientos sociales, el
logro de su salario en otro contexto económico, y el estar sujeto a sistemas de poder y
autoridad diferenciados. Sin ser un listado exhaustivo (no lo pretende en cualquier
14
M. Gluckman, <<The seven years research plan of the Thodes-Livingstone Institute>>, Rhodes-Livingstone Journal 4 (1945), pp. 1-32.
10 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
caso) sigue siendo inspirador para la indagación etnográfica actual observar y analizar
cuánto hay de novedoso para el emigrante internacional, respecto a las situaciones de
origen, en las esferas sociales, económicas y políticas de la situación de recepción. De
las sugerencias de Gluckmann destaca su pregunta acerca de si la influencia de la
identidad y cultura propias es inversamente proporcional al tiempo de separación de la
tribu. Volvemos con esto al planteamiento de Park con respecto a la asimilación,
puesto que si la respuesta al interrogante de Gluckmann es positiva el destino final de
esos tongas, zulúes, etcétera, emigrados también era asimilarse a la cultura urbana, a
esa cultura no tribal. Finalmente, enfaticemos la apuesta metodológica de Gluckmann
sobre la necesidad y posibilidad de estudiar los dos polos del proceso migratorio si uno
quiere comprender realmente las cuestiones planteadas.
Latinoamérica constituyó otro de los escenarios principales de los estudios
antropológicos sobre las migraciones de campesinos a las ciudades. Trabajo pionero
fue el de Robert Redfield, de la Universidad de Chicago y yerno de Park, quien propuso
su esquema interpretativo del «continuum folk-urbano» en su libro The Folk Culture of
Yucatán (1941). Otro trabajo precursor fue el de Oscar Lewis, quien después de visitar
la localidad de Tepoztlán, la comunidad campesina estudiada por Redfield y de
presentar una imagen alternativa, siguió a los campesinos de Morelos en su
emigración a la capital federal, línea de investigación que fructificó en una serie de
libros sobre familias y pobladores urbanos bajo la conceptualización de la «cultura de
la pobreza». En esa línea de trabajo se elaboraron decenas de monografías
etnográficas sobre emigración rural-urbana estudiando los denominados procesos de
urbanización, la adaptación de los campesinos a la ciudad, la vinculación con los
lugares de origen, la configuración de núcleos de marginalidad.
La Europa de los años cincuenta y sesenta -Irlanda, Grecia, Italia o España- fue
el otro escenario de los estudios de migración rural/urbana. De los centenares de
monografías antropológicas que se elaboraron en y sobre pueblos y comunidades de
esos países europeos, un nutrido grupo de ellas tuvo la migración rural como cuestión
central, como un elemento clave del cambio social y la modernización. En el caso de
España fueron numerosas las monografías sobre migración redactadas tanto por
antropólogos extranjeros corno nacionales (Brandes, Buechler, Martín, etcétera). Está
por hacer una labor de relectura de aquellos textos y reflexionar sobre ellos a la luz de
11 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
la nueva fase del ciclo migratorio que ahora le toca a España. Toda aquella literatura
que etnografiaba la migración en un mundo en desarrollo, desde el éxodo rural a la
ciudad hasta la emigración internacional, y que daba cuenta de los cambios en las
«ciudades de campesinos» (Roberts) dio lugar a varias compilaciones entre las que
destacaré la de Mangin en 1970 Peasants in Cities, o los dos volúmenes editados por
Safa Du Toit y Safa, sobre Migration and Development y Migration and Urbanization
(1975).
Una vez que el éxodo rural se había comenzado a estudiar con profusión, y en
el contexto de los cambios económicos acaecidos en la economía mundial desde 1973,
aparecieron los trabajos sobre retorno de los emigrantes: por qué y cómo regresaban,
adonde, cómo eran acogidos, cuál era el impacto económico de su vuelta, qué cambios
culturales tenían lugar al regreso (reenculturación). Uno de los trabajos pioneros en
este campo fue el de Kenny (1972) sobre el retorno a España15. En la segunda mitad de
aquella década, vendrían a sumarse otros estudios etnográficos de retorno como, por
ejemplo, los de Gmelch (1978) sobre los ajustes y acomodos de los emigrantes al
regresar a su Irlanda natal16; o también los estudios de Rhoades, quien después de
estudiar el papel del trabajo foráneo en la «evolución de una nación emigrante» (se
refiere a Alemania desde 1871 a 1978) publicó una serie de artículos sobre el retorno
de los emigrantes andaluces desde Alemania y su impacto en el desarrollo local de sus
pueblos de origen (1978, 1980)17.
Al igual que la producción de la Escuela de Chicago, toda aquella antropología
de la migración rural y de la urbanización estuvo orientada teóricamente desde el
funcionalismo y la teoría de la modernización. Fueron menos los trabajos orientados
desde la teoría de la dependencia. En la década de los ochenta, y coincidiendo con el
giro hacia los estudios de migración internacional, se fueron desarrollando estudios
basados en la segmentación del mercado de trabajo, en la teoría de redes y en la
articulación de modos de producción. Aunque la migración rural se continuó
estudiando, la preferencia se fue trasladando hacia el estudio de las migraciones
internacionales, en lo que influyó la relevancia numérica, social y política que esta
15
M. Kenny, <<The Return of the Spanish Emigrant>>, Nord Nytt 2 (1972), pp. 119-129. 16
G. Gmelch, <<Return Migration>>, Annual Review of anthropology 9 (1980), pp. 135-159. 17
Rhoades, <<European Cyclical Migration and Economical Development: The case of Southern Spanish>>, Papers in Anthropology 20 (1980), pp. 57-74.
12 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
cuestión iba adquiriendo en el mundo. Antes de pasar a esa fase de los estudios
migratorios, hay que mencionar que algunos trabajos sobre migración rural
incorporaron ya la dimensión internacional. Quizá el ejemplo más relevante sea la obra
de Meillasoux quien, en Mujeres, graneros y capitales (1975), enfocó las migraciones
desde la teoría de la articulación de modos de producción, analizó la posición
estratégica del grupo doméstico (en el que se producía de forma no capitalista la mano
de obra que luego contrataba la economía capitalista), aplicando la teoría de la
segmentación del mercado de trabajo, defendiendo la tesis de la funcionalidad del
racismo como estrategia para conseguir la explotación de esa mano de obra en
rotación permanente18.
Aunque se han realizado estudios en todas partes del mundo, las nuevas
etnografías y categorizaciones antropológicas de las migraciones internacionales
tienen por referencia principal dos sistemas migratorios: el norteamericano y el
sistema europeo. Entre la profusión de estudios sobre el sistema México/Estados
Unidos mostraré los trabajos de Kearney y Palerm Viqueira como prototípicos del
nuevo enfoque articulacionista. Cuando Kearney (1986) postuló la red articulada
migrante (articulatory migrant network) tuvo en cuenta las localidades de origen en el
Estado mexicano de Oaxaca de los emigrantes mixtecos y zapotecos, las comunidades
donde éstos se asentaban en los Estados de California y Oregón, así como los
asentamientos de paisanos y compadres en múltiples localidades que atraviesan
México de sur a norte19. Palerm Viqueira y su equipo han mapificado y etnografiado las
nuevas comunidades latinas en la California rural, teorizando el sistema binacional
(binational system) para el estudio de la migración entre México y California, indicando
que junto a la mecanización de la agricultura californiana hay que estudiar su
«mexicanización». Esos programas investigadores obligan a realizar trabajo de campo
en ambos extremos o polos del sistema migratorio.
Los elementos conceptuales que se han ido refiriendo -análisis situacional y
redes sociales en África, vinculaciones entre el campo y la ciudad, campo migratorios,
comunidades desterritorializadas, etcétera- han sido el abono para la emergencia en la
década de los noventa de la teoría transnacionalista, la actualmente predominante. Si 18
C. Meillasoux, Mujeres, graneros y capitales, México, Fondo de Cultura Económica, 1975. 19
M. Kearne, <<From the Invisible Hand to the Visible Feet. Antropological Studies on Migration and Development>>, Annual Review of Anthropology (1986).
13 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
todo ello fue el abono, la semilla ha sido la globalización y su conceptualización.
Distintos trabajos, como por ejemplo el de Grasmuck y Pessar (1991) sobre los nexos
entre República Dominicana y Estados Unidos vía emigrantes, fueron mostrando no
sólo la densidad, solidez e importancia de esos vínculos sino la configuración de
ámbitos transnacionales con naturaleza y lógica propias. En su influyente libro Nations
Umbound (1994) Basch Glick Schiller y Blanc definen transnacionalismo como «los
procesos por los cuales los inmigrantes forjan y sostienen relaciones sociales
entrelazadas que vinculan sus sociedades de origen y de asentamiento». Estas autoras
teorizaron la conexión entre las migraciones y los proyectos de construcción nacional
(nations building projects): «Viviendo sus vidas que cruzan las fronteras, los
transmigrantes se encuentran confrontados e involucrados en procesos de
construcción nacional de dos o más países. Sus identidades y prácticas son
configuradas por categorías hegemónicas tales como raza y etnicidad, que están
profundamente incrustadas en los procesos de construcción nacional de esos Estados-
nación» (1994, p. 22)20.
Algunas de la principales premisas teóricas del transnacionalismo son que la
migración está inextricablemente unida a la globalización y que a través de su vida
diaria y su relaciones sociales, económicas y políticas los emigrantes forjan campos
sociales transnacionales (familiares, asociativos, identitarios...) que cruzan y
transgreden las fronteras nacionales, realidades cuya naturaleza y dinámica no puede
captarse desde la lógica de los Estados-nación. Una de las proposiciones más
sugerentes es que la ciencia social ha creado conceptos delimitados y territorializados
que dificultan o impiden la comprensión de esos vínculos y procesos transnacionales.
En los últimos años viene produciéndose una amplia literatura antropológica sobre
migraciones y transnacionalismo (Sorensen, Guarnizo, Beserer) que está generando
una nueva etnografía y una terminología que trata de captar esas realidades:
desterritorialización, transmigrantes, familias birresidenciales. En nuestro país distintos
antropólogos utilizamos este marco teórico (Martín, Pujadas, etcétera) destacando a
mi entender la obra de Suárez Navaz (2005), cuya tesis doctoral sobre el contexto
migratorio de Zafarraya (Granada) ya lleva ese enfoque y quien viene impulsando hace
20
L. Basch, N. Glick Schiller y C. Szanton Blanc, Nations Unbound: Transnational Projects, Postcolonial Pfredicaments, and Deterritorialized Nation-States, Ámsterdam, Gordon and Breach, 1977.
14 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
años una línea sólida de investigación sobre redes y comunidades transnacionales de
ecuatorianos, rumanos y senegaleses.
Síntesis y enseñanzas
Finalizaremos esta breve aproximación histórica al desarrollo de los estudios
antropológicos sobre las migraciones, con dos reflexiones. La primera es que aunque
los antropólogos han estudiado todas las fases y modalidades del ciclo migratorio -
migraciones del campo a la ciudad, migraciones internacionales y procesos de retorno
se observa que estas aportaciones van un tanto por separado, no habiéndose hecho
intentos de una teoría unificada de las distintas manifestaciones del hecho y ciclo
migratorio. Sería de gran interés comparar más sistemáticamente los procesos de
migración interna, migración externa y migración de retorno.
Una segunda reflexión es que los estudios antropológicos han sido claves en la
formulación de las teorías migratorias y en el cambio de un paradigma a otro. La teoría
de la modernización fue avalada por múltiples monografías antropológicas del éxodo
rural. Aquellos estudios fueron criticados por tomar el individuo como unidad básica
de análisis, desconsiderando el grupo doméstico y la comunidad. Con ser significativa,
no fue tan decisiva la aportación en la construcción de la teoría de la dependencia,
probablemente porque ésta se movió en parámetros macroestructurales. La
antropología de las migraciones sí jugó un papel decisivo en las teorías de la
articulación, siendo clave lo aportado desde los estudios de la reproducción del grupo
doméstico y de las vinculaciones de los emigrantes con sus lugares de origen, lo cual se
explica por la tradición antropológica de comprensión de las especificidades de las
economías, sociedades y culturas. Finalmente, la aportación antropológica está siendo
claramente protagonista en la configuración de las tesis y conceptos del
transnacionalismo. Elementos recurrentes en la aportación específica de la
antropología han sido nuevamente la sensibilidad hacia las dimensiones micro
(individuo, familia y comunidad), la relevancia de lo cultural, la especificidad
metodológica del trabajo de campo y el aporte de monografías.
15 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
La cuestión migratoria y sus principales temáticas
La migración no es algo que tenga que ver sólo o principalmente con los
emigrantes sino que es un hecho social total (en la calificación de Marcel Mauss), una
compleja realidad sociocultural que involucra al conjunto de los actores sociales y al
conjunto de las dimensiones de la vida social, desde la demografía y la economía hasta
los valores y las identidades. Por ello, utilizo la expresión cuestión emigrante para
englobar las diversas dimensiones en juego e incluir el carácter de reto crucial que la
presencia, asentamiento e incorporación de personas de origen extranjero conlleva en
todas partes. En este libro se aborda el núcleo de cada tema desde la propia posición
teórica y experiencia profesional de los autores. En mi caso y en esta temática, lo haré
a partir de dos interrogantes: el antropólogo interesado en la migración ¿ante qué está
exactamente? y en función de ello ¿cuáles son las dimensiones de fondo,
omnipresentes, a las que remite la cuestión migratoria?
Definiendo el problema a explorar antropológicamente no sólo en términos
actuales sino históricos, y no sólo teóricamente sino también en términos prácticos,
estamos: a) ante una de las expresiones de la movilidad humana, la cual presenta retos
y oportunidades para el estudio de la interacción entre sociedad y cultura; b) ante
procesos de contacto, encuentro y vinculación de ámbitos geopolíticos y mundos
socioculturales, en el que se configuran nuevas relaciones sociales y expresiones
identitarias; c) ante un fenómeno cuya lógica económica y laboral es imprescindible
comprender tanto en su plano macroestructural como microestructural; d) ante una
experiencia peculiar e intensa de millones de personas, familias y comunidades; y e)
ante un reto político y social decisivo para la cohesión y la convivencia social.
a) La migración es movilidad pero no toda movilidad es migración. Desde esta
perspectiva, es preciso ubicar la cuestión que abordamos dentro del amplio campo de
la movilidad humana, al tiempo que mostramos sensibilidad hacia las particularidades
investigadoras de una realidad por naturaleza móvil y extraordinariamente cambiante.
Dentro del inmenso campo de la movilidad humana, constituye un subgrupo
aquellos desplazamientos en los que hay una motivación personal, familiar o
comunitaria por mejorar la situación vital. Dentro de ese subgrupo, las migraciones
económicas laborales que aquí abordamos constituyen a su vez una de las
modalidades: «... En el caso de las migraciones económicas la finalidad es trabajar
16 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
(como asalariado o por cuenta ajena, como profesional independiente, como
comerciante o en otro negocio propio) y obtener unos determinados ingresos
económicos, si bien esta motivación central puede dar origen a distintos proyectos
migratorios*, como sería: quedarse a vivir en el nuevo lugar con una mejor calidad de
vida; enviar remesas con las que ayudar a la familia en origen y luego volver; o enviar
remesas e ir reagrupando a la familia a medida que se pueda. Entre las personas
involucradas en procesos de migración económica laboral hay que contar también a
los familiares del emigrante que se trasladan con motivo de reagrupación, se produzca
ésta de derecho o de hecho» (Giménez, 2003, pp. 24-25, énfasis en el original).
El investigador tiene ante sí la doble tarea de identificar y afrontar los retos
epistemológicos, metodológicos y técnicos que presenta esa movilidad así como
aprovechar las oportunidades que ello le brinda. Estamos escudriñando una realidad
sociocultural nueva, emergente y no consolidada. Esto se aplica bien a los estudios
migratorios en países de reciente inmigración corno España, Italia, Portugal o Grecia
(que fueron antiguos países de emigración) o al indagar los últimos procesos, flujos o
acontecimientos en un país de vieja o nueva inmigración. El atractivo teórico de
estudiar lo que nace se compensa con la dificultad de observar algo cambiante y cuyo
resultado no es claro, estando siempre presente el peligro de dibujar con nuestra
etnografía una foto demasiado fija.
Durante el segundo trabajo de campo en Lavapiés la sensación de estar
observando una realidad cambiante y fugaz me acompañó a lo largo de la
investigación. ¡Tantas cosas habían cambiando desde el primer trabajo de campo diez
años antes! Comercios que antes había visitado ya pertenecían a otros dueños y se
dedicaban a otro género. La rehabilitación urbana del barrio había afectado a espacios
de referencia como la plaza de Agustín Lara y estaba alterando las plazas de Tirso de
Molina y de Cabestreros. Al comenzar el trabajo de campo (junio de 1995) me llamó
poderosamente la atención el enorme ajetreo cotidiano generado por la intensa
actividad comercial, sobre todo por los cientos de nuevos comercios de venta al por
mayor regentados por chinos. Gentes que van y vienen con carretillas, fardos, bultos
de todo tipo. Largas colas de camionetas paradas tocando el claxon a lo largo de
Mesón de Paredes o de la calle Amparo. Pero hasta eso mismo cambió durante el
periodo de trabajo de campo, tras la declaración municipal del barrio como Área
17 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
Preferencial Residente con sus implicaciones de fuerte limitación y estricta regulación
del tráfico y de la carga y descarga, cambiando de nuevo la fisonomía del espacio
urbano.
Desde el punto de vista metodológico, ese carácter emergente de la cuestión
migratoria implica el uso de tipologías secuenciales y cuadros de tendencias, adoptar
conceptos e instrumentos de enfoque dinámico -como proyecto migratorio, itinerario
o trayectoria, estrategias adaptativas-, llevar a cabo reestudios que permitan analizar
los cambios (como el que he realizado sobre el barrio de Lavapiés haciendo trabajo de
campo en 1996 y en 2006) y sobre todo requiere especial prudencia en el análisis
explicativo y la interpretación.
En tanto que fenómeno de movilidad, los etnógrafos deben adaptar su
estrategia metodológica si quieren aprehender la lógica y dinámica del fenómeno
migratorio allí donde ocurre, esto es en varios espacios geopolíticos y socioculturales
simultáneamente. Esa multiespacialidad abarca al menos dos contextos, las sociedades
de origen y destino de las migraciones, pero a veces tres o más, ya sea porque se
incorporan a la observación las sociedades de tránsito, ya sea porque se tiene en
cuenta la red transnacional o la diáspora emigrante. Esto ha dado lugar a que en la
antropología de las migraciones se hayan realizado numerosos estudios bipolares en
origen y destino y a que el estudio antropológico de las migraciones haya sido clave en
las propuestas contemporáneas de etnografía multisituada y de antropología
transnacional.
En cuanto a las oportunidades, las migraciones suponen un magnífico escenario
y un fascinante laboratorio para observar y estudiar cómo se vive, usa y recrea la
cultura fuera del nicho ecológico y social donde históricamente se generó y desarrolló.
De los primeros trabajos que publiqué cuando comencé a estudiar las migraciones, una
serie de ellos tuvieron que ver con el uso y manejo de su bagaje cultural por parte de
los emigrantes (Giménez, 1993). El problema de investigación adquiere así
necesariamente la dimensión de estudio del cambio cultural, del manejo y recreación
del bagaje cultural por parte de los inmigrantes y de las actitudes, prejuicios,
cosificaciones o apropiaciones de las culturas emigrantes por parte de los autóctonos.
b) Al explorar las migraciones el antropólogo se sitúa ante situaciones y
procesos de contacto, encuentro, choque, articulación y vinculación de espacios
18 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
geopolíticas y mundos sociales y culturales, pues las migraciones laborales ponen en
contacto a personas y grupos con diferentes nacionalidades y bagajes culturales. Todas
las partes resultan afectadas por ese contacto, desplegándose adaptaciones,
acomodaciones, conflictos, hibridaciones. Ese encuentro no ocurre en un contexto de
igualdad sino que los foráneos ocupan frecuentemente posiciones socioeconómicas de
inferioridad y suelen ser vistos con desconfianza, lo cual plantea al investigador la
compleja cuestión de cómo se aborda la diferencia étnica, lingüística o religiosa en
contextos de desigualdad.
El asentamiento o arraigo de personas de origen extranjero y el
establecimiento de relaciones entre los propios emigrantes y de éstos con los
autóctonos, lleva a la configuración de nuevas relaciones interétnicas y expresiones
identitarias. Ahora el problema de investigación se presenta como el estudio de los
procesos de sociogénesis y de etnogénesis que emergen en los contextos migratorios.
En todas partes se ha observado una pauta de distribución concentrada de los
emigrantes, constituyéndose por doquier enclaves residenciales. Se configuran familias
con características específicas, una buena parte mixtas. En un reciente estudio de la
inmigración en la ciudad de Madrid hemos estimado en 60.000 las parejas mixtas, de
ellas 50.000 entre extranjeros y nacionales y 10.000 entre extranjeros de distintas
nacionalidades21. Los emigrantes configuran redes sociales que tienen en los
comercios, las asociaciones y los templos, algunos de sus nodos principales. Los
colectivos nacionales y las colonias administrativas dan paso a comunidades
emigrantes con distinto grado de corporación y organizadas de formas múltiples,
según variables de inserción ocupacional, etnicidad, política migratoria, relación con
las autoridades de origen y otras.
Una de las reacciones ante el nuevo reto es la dedicación de las entidades
sociales, vecinales y religiosas a tareas de apoyo y solidaridad, creándose
organizaciones nuevas en las que colaboran como voluntarios o contratados decenas
de miles de personas, con todo lo que ello conlleva de contactos, aprendizajes,
cambios de mentalidad. Otro de los procesos aparejados de sociogénesis y etnogénesis
viene dado por el diseño y realización de proyectos, programas, políticas y planes por
21
C. Giménez y N. Lores (coords.), Anuario de la convivencia de la ciudad de Madrid, Madrid, Ayuntamiento de Madrid, 2006.
19 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
parte de las administraciones, sobre todo los municipios, constituyendo una de las
facetas institucionales de la acomodación y el cambio.
Las identidades cambian. Los emigrantes adultos de primera generación
recrean su identificación con su país. Los procesos identitarios son especialmente
complejos en los hijos de los inmigrantes cuyos procesos de
socialización/enculturación se fraguan al menos en dos contextos socioculturales,
dándose origen a variadas expresiones de síntesis cultural. La cuestión de estudio se
muestra ahora como la comprensión de la negociación situacional de las identidades.
c) Las migraciones económicas y laborales responden a numerosos factores
pero a la base de ellos está la búsqueda por parte de millones de personas de nuevas y
mejores oportunidades de trabajo, ingreso y vida. De ahí se infiere que otra faceta de
nuestra cuestión de estudio, siempre presente y de forma altamente condicionante, es
la dimensión económica y laboral. Estudie lo que estudie el antropólogo debe
comprender lo más profundamente posible la lógica económica de las migraciones, y
ello no sólo no es fácil sino que abre un árbol temático un tanto frondoso. Estudie un
barrio con alta presencia de inmigrantes o las dinámicas de la escuelas multiétnicas, el
etnógrafo está abordando una realidad cuya lógica económica y laboral es
imprescindible comprender adecuadamente, y ello tanto en su plano macroestructural
como microestructural. Aquí la antropología de las migraciones y la antropología
económica se funden.
En la dimensión macro, la de la globalización, sistemas migratorios y economías
supranacionales, nacionales y locales, aprehender la lógica económica de las
migraciones obliga a conocer las situaciones demográficas y laborales en los países de
origen así como la dinámica económica y laboral en los países de destino. Sin ese
cuadro general, extraordinariamente complejo, el estudioso no podrá comprender
bien las dinámicas de ingresos, gastos, consumo, ahorro, e inversión, en los
protagonistas. Y en esta dimensión micro, la de los individuos, sus familias y sus
comunidades, algunas cuestiones esenciales a estudiar son la traducción de los
ingresos en términos de origen, o la cuantía, frecuencia y destino de las remesas
enviadas y su impacto en la economía familiar y local, o las estrategias económicas
familiares (como traer parientes que ayuden o se hagan cargo de los niños), o el
trastoque de las pautas de consumo y estilos de vida a medida que se asientan.
20 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
Algunos de los grandes temas de la antropología de las migraciones se
encuentran aquí, especialmente lo relativo a la inserción laboral de los emigrantes
(sectores, condiciones, discriminación) habiendo debates importantes sobre los
fenómenos de sustitución/complementación respecto a la mano de obra autóctona y
sobre la segmentación del mercado de trabajo y la existencia o no de competencia
entre trabajadores foráneos o autóctonos. Las relaciones entre inmigración y
economía sumergida (ésta como causa de esa inmigración, pero también como su
nicho predominante con lo que ello implica) y las conexiones entre esa inserción y el
estatuto jurídico (irregularidad, clandestinidad, precariedad) son también temáticas
claves. No todos los emigrantes trabajan como trabajadores asalariados, sino que
muchos lo hacen como profesionales, empresarios y comerciantes, habiendo toda una
literatura etnográfica sobre el denominado comercio étnico y sobre los enclaves étnicos
ocupacionales y comerciales.
Además de comprender la subyacente lógica económica y jurídica, la tarea que
tiene delante el antropólogo en este campo es indagar la relevancia de los factores
sociales y culturales en esa dinámica económica. Se trata de articular las dimensiones
económicas y jurídicas de las migraciones y sus dimensiones socioculturales; la
posición socioeconómica de los emigrantes y su posición etnocultural.
d) En esos contextos de movilidad, donde se configuran nuevos campos sociales
y expresiones culturales, y en los que siempre operan dinámicas económicas y
laborales estamos ante una experiencia humana intensa y peculiar, un conjunto de
avalares, expectativas y frustraciones vividas intensamente por los emigrantes. La
experiencia migratoria siempre es singular, única, y el antropólogo deberá descubrir su
significatividad, además de comparar con otras haciendo clasificaciones y elaborando
tipologías.
Si organizamos estos asuntos según el ciclo migratorio del emigrante, habrá
que conocer lo relativo a la decisión de migrar y el solape frecuente de motivos
económicos, formativos, de género. Los emigrantes internacionales tienen que hacer
frente a pagos, solicitudes de visado, traslados, pasos de frontera, etcétera y en todo
ese complejo proceso hay vínculos, lealtades y redes. La llegada y el primer
asentamiento es otro terreno. En ese primer periodo de salir adelante el emigrante
necesita información, orientación y ayudas varias, encontrándola en familiares, amigos
21 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
y paisanos. Los vínculos de paisanaje, la identidad étnica compartida, son aquí
esenciales. Otros momentos claves son la reagrupación familiar de derecho o de
hecho, la formación y desarrollo de vida familiar en el nuevo país, las vinculaciones con
el origen y entre ellas las emocionales y el envío de remesas, los cambios de vivienda y
de trabajo con los cambios de valores asociados, la adopción de posiciones relevantes
y cargos en la comunidad emigrante o en las instituciones receptoras, la adquisición
posible de la nacionalidad y sus efectos, las vuelta periódicas al país natal y el eventual
retorno, etcétera. Transversal a todo ese periplo suele estar, como nube negra y tema
obsesivo, la cuestión de «los papeles».
Las vidas de los emigrantes y las trayectorias de sus familias quintaesencian la
interacción de los contextos sociales y culturales, los cuales hay que tener bien
presentes al hacer el trabajo de campo para no caer en viejos errores. En esta tarea el
etnógrafo se arma con categorías como familia birresidencial, remesas sociales o doble
vinculación. Una de las técnicas que le resulta de enorme utilidad es la historia de vida,
hecha ahora historia migratoria.
e) De lo anterior se infiere que una de las caras de la cuestión migrante es la
emergencia de situaciones sociales que entrañan problemáticas de alojamiento, malas
condiciones de trabajo, nueva pobreza, xenofobia y conflicto social. La antropología de
las migraciones tiene ante si la descripción, análisis, explicación e interpretación del
rechazo y de la aceptación, desde la explicación causal hasta la comprensión intuitiva
de las concepciones, valores, actitudes y comportamientos de la exclusión y de la
inclusión.
Los problemas de investigación también deben ser formulados de forma
práctica, especialmente cuando lo estudiado constituye un reto decisivo para la
cohesión y la convivencia social. ¿En qué condiciones es posible la integración social de
los inmigrantes? fue el interrogante de la primera investigación de equipo que dirigí
sobre inmigración extranjera en Madrid hace ya quince años. Ello obligó a definir con
la mayor claridad posible el concepto de integración y a hacerlo de forma que pudiera
abordarse etnográficamente. Al comenzar a estudiar las migraciones me topé con que
la perspectiva de la integración era algo dado, algo asumido como uno de los ejes de
las políticas migratorias así como un concepto clave en el discurso de las
organizaciones no gubernamentales. No era un concepto que me gustara y conocía
22 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
además las críticas sociales al «integracionismo». Se trataba además de un concepto
no analítico sino de valor. ¿Cómo estudiarlo? Lo que hice fue observar los usos del
término por diferentes actores y en distintos contextos. Y tras ello, llevar a cabo desde
la investigación antropológica una doble tarea: por un lado, ofrecer una
reconceptualización -la integración como adaptación mutua- y una operacionalización
distinguiendo hasta nueve dimensiones -desde la integración jurídica hasta la cultural-
que sí eran abordables en el trabajo de campo.
Los desafíos públicos de la cuestión emigrante son tan diversos como directos:
cómo incorporarles socialmente si el contexto es de inserción laboral desigual y de
precariedad jurídica', cómo evitar las condiciones penosas de hacinamiento en la
vivienda así como las prácticas de abuso; siendo la familia clave para la integración,
cómo entonces avanzar con una legislación tan restrictiva de reagrupación familiar.
Otros retos apuntan directamente a las instituciones establecidas previamente a la
inmigración: qué modificaciones deben introducirse en escuelas, centros de salud,
servicios sociales, etcétera, para atender con igualdad de trato y con respeto a las
particularidades culturales; de qué forma articular la convivencia en los barrios de
renta baja y alta presencia de inmigración; en una sociedad con déficit en
participación, cómo hacer partícipe al foráneo si carece de derechos políticos básicos
como el derecho al voto en las elecciones locales; qué hacer con prácticas culturales
que chocan bien con la legislación vigente bien con la mentalidad predominante,
etcétera. Con la cuestión inmigrante está en juego todo: la cohesión social y la misma
democracia.
Ante ese conjunto de retos se han ideado y practicado diferentes alternativas -
desde el asimilacionismo* hegemónico en Estados Unidos en los tiempos de la Escuela
de Chicago y que ha inspirado buena parte del modelo republicano francés, hasta el
pluralismo cultural* y el multiculturalismo* emanado en los años sesenta y liderado
por países como Canadá, Gran Bretaña, Australia o Nueva Zelanda. La posición
asimiladora pone el acento en la necesidad de que el migrante adopte las formas de
comportamiento, lengua, nacionalidad y otros elementos de la sociedad que le acoge.
En ese proceso de identificación y adaptación al lugar que le recibe lo suyo es que el
transterrado vaya alterando, abandonando y perdiendo su bagaje sociocultural de
origen. No faltan ciertamente quienes se han asimilado, pero otros muchos no lo han
23 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
hecho y el asimilacionismo no sólo ha sido puesto en cuestión por su fundamentos
homogeneizadores sino que, para muchos, ha fracasado en la práctica como modelo
de integración y de gestión de la diversidad. Por ejemplo, en el caso francés se achaca
a este modelo el que la nacionalización o más directamente el ser francés de
nacimiento no evita la marginación de las personas de origen argelino, tal como
muestran los graves disturbios y protestas recientes en numerosos barrios de banlieu.
Contrariamente, el pluralismo cultural pone el acento en la aceptación,
celebración y valoración positiva de la diversidad. Desde la posición pluralista la
diversidad (a cuya intensificación contribuyen las migraciones) debe abordarse con la
idea de sumar y no restar, o dicho de otra manera, de que nadie tiene por qué perder
su identidad y cultura propias. El pluralismo cultural propone que la sociedad se base
en la combinación de la igualdad y la diferencia, esto es del trato igualitario y no
discriminación por un lado y del respeto a la diferencia por otro. El desarrollo de esta
nueva apuesta de pluralismo cultural ha supuesto en las últimas décadas variadas
políticas públicas multiculturalistas en ámbitos como la educación o la salud. Con el
tiempo, el multiculturalismo* ha ido teniendo también sus detractores. Hoy día
asistimos a un giro desde posiciones multiculturalistas hacia el interculturalismo*,
siendo un campo de enorme interés para la antropología teórica y aplicada.
Los debates sobre integración y nueva ciudadanía* son también abordados por
los antropólogos. La cuestión migratoria reta a la antropología a profundizar en la
identificación, clasificación y análisis de los modelos de gestión de la diversidad
sociocultural a lo largo de la historia y en el presente, desde los modelos que he
clasificado como de exclusión (apartheid, racismo, xenofobia, limpieza étnica,
holocausto, etcétera, con sus prácticas de discriminación jurídica y social, segregación
espacial o institucional y eliminación física o cultural) hasta los modelos de inclusión
que se acaban de mencionar (Giménez, 2000 y 2003).
Migraciones, cambio y diversidad
La cuestión migratoria remite directamente al cambio y a la diversidad
sociocultural. A riesgo de excesiva simplificación, me atrevo a sugerir que son ésos los
dos hilos conductores más significativos y recurrentes en la breve historia de los
24 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
estudios y en el intento de despliegue de cuestiones y temas recién expuestos. La
antropología de las migraciones resulta así focalizada en la relación compleja y
polimórfica entre hecho migratorio, cambio social y diversidad cultural.
El traslado de una persona, de una familia o de media comunidad, como parte
de un proyecto para tratar de vivir mejor supone una alteración profunda. Nada más
producirse supone un hueco en el lugar de partida, el comienzo del acomodo en otro
lugar, la vinculación al lugar de origen con todo lo que conlleva. Pero eso no es más
que el comienzo. El proceso migratorio supone cambios psicológicos, laborales,
familiares y de todo tipo para los propios emigrantes y para los no emigrantes. ¿Cuáles
son los significados de los procesos migratorios para el cambio sociocultural? Según
sea el paradigma del cambio en cada época así se interpreta la naturaleza del hecho
migratorio. Según la teoría o ideología del cambio de que se parta así se enfatizará uno
u otro perfil de las migraciones. A partir de ahí se presentan dos interrogantes
complementarios: de qué forma la migración expresa los cambios generales en la
sociedad mayor y de qué manera las migraciones y los emigrantes son precisamente
factores de cambio. Los antropólogos tienen ante sí la tarea de caracterizar esos
cambios y se han hecho variadas propuestas de tipologización de los cambios
culturales, como la de asimilación, integración o biculturalidad, aislamiento y
marginación.
El hecho y la experiencia migratoria suponen la emergencia de procesos
variados de nueva diversificación sociocultural y ello al menos por cuatro motivos.
Primero, por cuanto se asientan en un determinado contexto receptor personas
emigrantes cuyo bagaje cultural es diferenciado respecto a los nativos, lo cual
introduce nuevas fisonomías en el espacio cotidiano, pautas de alimentación, usos del
espacio, etcétera. El paisaje humano de barrios como Lavapiés está cambiado en
muchos aspectos. En mi último trabajo sobre este barrio hago un ejercicio de
etnografía de los sentidos para mostrar -yendo de la vista al tacto- el impacto en la
vida cotidiana de la mirada a nuevos tipos físicos (las «razas»), indumentarias (hijabs,
saris, batiks), rótulos callejeros en lenguas desconocidas u objetos de artesanía
variada; la escucha de lenguas habladas y músicas; los olores de los guisos en las casas
y de los aromas y perfumes en tiendas o restaurantes; la degustación de hariras, doner
kebabs o tandoris que han venido a sumarse a la gastronomía local antigua y de nuevo
25 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
cuño; o la coexistencia en las fiestas del barrio del pasodoble y chotis con cumbias o
merengues.
Segundo, porque a lo largo del proceso migratorio esas poblaciones van
cambiando sus hábitos, incorporando parte de la cultura receptora y dando origen a
nuevas expresiones culturales, especialmente en los descendientes de los emigrantes,
las denominadas segundas y terceras generaciones. Piénsese por ejemplo en los
cambios de roles intra e intergeneracionales. Conozco a familias emigrantes de un
mismo colectivo nacional que deciden de forma variada el papel del español y de la
lengua propia en la comunicación familiar. Quienes dan prioridad a que los hijos
dominen el castellano por encima de todo o quienes tratan de mantener la lengua de
origen, aunque tenga que ser forzando que padres e hijos hablen esa lengua y dejando
que el castellano sea la lengua entre los hermanos o fuera de casa.
Tercero, porque la población autóctona receptora adopta aspectos de las
nuevas subculturas, por no hablar ya de las parejas mixtas. Con el contacto doméstico,
laboral, comercial, religioso, con personas inmigradas la población autóctona va
incorporando prácticas lingüísticas, adoptando otros gustos estéticos, etcétera. Cuarto,
porque también en los lugares de origen se genera diversificación por la influencia de
los emigrantes y sus vinculaciones a su tierra natal. Para dar razón de todo ello se
maneja el concepto de cultura migratoria*.
Todo un conjunto de interrogantes de los estudios migratorios tiene su fuente
en esta dimensión de nueva diversidad: ¿qué categorizaciones, actitudes y
comportamientos hacia esa diversidad afloran?, ¿cómo influyen los contextos sociales
de desigualdad en poder, riqueza, prestigio? Puesto de otra forma, ¿cómo interactúan
diferencia y desigualdad en los contextos migratorios? Y las preguntas prácticas,
sobresaliendo por encima de todas, la siguiente: ¿cómo abordar en cada país o ciudad
o familia ese incremento y complejización de la diversidad sociocultural? ¿Desde qué
modelo de gestión abordarla y encauzarla?
Una reflexión final
El panorama expuesto de cuestiones y temas muestra que la antropología de
las migraciones está inextricablemente unida a otras antropologías. Quien se introduce
en el estudio antropológico de las migraciones se sitúa una y otra vez en terrenos de
26 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
otras especializaciones antropológicas. Resaltaré seis subdisciplinas en las que el cruce
es más notorio: antropología urbana (ciudades y migración, barrios y etnicidades);
antropología jurídica (leyes migratorias, derechos y nueva ciudadanía), antropología
del parentesco (especificidades de las familias emigrantes, familias birresidenciales,
redes de parientes); antropología del género (cambio de roles, generaciones y cambios
en las estructura de género); antropología del desarrollo (impacto sobre el desarrollo
local, potencial de desarrollo de las redes transnacionales), antropología aplicada
(gestión de la diversidad cultural y las relaciones interculturales, asesoría en programas
de educación intercultural, mediación y codesarrollo).
Aunque no están todos los que son -pues sin duda no son los únicos campos
donde se crean espacios comunes de trabajo, confluencia de perspectivas y préstamos
metodológicos- sí son todos los que están y su presencia es prometedora del mucho
trabajo de cooperación intradisciplinar que puede y debe realizarse, por no hablar del
interdisciplinar.
27 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
Análisis de una investigación
Trabajo de campo en un barrio multicultural: etnografía de Lavapiés
(Madrid)
Lavapiés es un barrio en la mente y la vivencia de sus habitantes y visitantes,
pero no en la organización administrativa del municipio. El barrio administrativo donde
se ubica Lavapiés es el barrio de Embajadores, uno de los seis barrios del distrito
centro de la ciudad de Madrid. No siendo uno de los 128 barrios oficiales del municipio
de Madrid, Lavapiés no sólo es un barrio con fuerte personalidad y sentido de la
identidad para quienes lo habitan y conocen sino un referente para literatos y artistas,
historiadores, jóvenes alternativos y otros. A comienzos de julio de 2006 estaban
empadronados en el barrio de Embajadores 50.273 personas empadronadas, de las
que 16.819 teñían la nacionalidad extranjera (un 33,5 por 100), magnitudes que le
colocan como el barrio de la ciudad de Madrid con mayor número de extranjeros en
valores absolutos y el tercero en términos relativos.
Realicé trabajo de campo en Lavapiés en 1996 y lo he vuelto a realizar entre
septiembre de 2005 y febrero de 2006, realizando por lo tanto un reestudio sobre los
cambios acaecidos en el barrio en esa década. La etnografía urbana ha estado
orientada por la siguiente cuestión central: qué papel juega la presencia emigrante y la
cuestión migratoria en los procesos y proyectos de configuración del lugar. La
metodología empleada ha combinado la observación participante con el análisis
histórico y el análisis cuantitativo.
Lavapiés es un barrio antiguo del centro de Madrid. La zona donde se asienta el
barrio fue alfoz o poblado extramuros en el Madrid del siglo XIV y los historiadores
discuten si correspondía a la judería. Algunos defienden que la sinagoga estaba situada
en el solar donde hoy se levanta la iglesia de San Lorenzo, ubicada en el corazón del
barrio. El nombre de Lava Pies aparece en documentos y planos del siglo XVII. A lo
largo de su historia el barrio ha formado parte de las unidades administrativas en las
que se ha ido delimitando y organizando la capital como cuarteles y distritos. Si a
finales del siglo XVIII fue escenario del impulso industrial (con la ubicación de una gran
fábrica de salitre para la fabricación de pólvora y de una fábrica de tabacos que llegó a
emplear a más de seis mil mujeres cigarreras) a principios del siglo XX se vivió en el
28 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
barrio una época de desindustrialización y crisis de los talleres y oficios artesanos.
El barrio venía sufriendo desde comienzos de la década de los setenta del siglo
pasado un proceso de pérdida de población, envejecimiento, no transmisión
generacional de los comercios, deterioro y abandono institucional. Esas tendencias se
invirtieron a mediados de los años noventa a partir de un repoblamiento del barrio
(tanto por población extranjera -los «inmigrantes»- como española, sobre todo
profesionales y universitarios sin hijos) y de un intenso proceso de rehabilitación y
renovación urbana. En la última década la inmigración extranjera ha pasado de
suponer el 5 por 100 de la población del barrio a constituir el 33,5 por 100 actual. Los
vecinos antiguos o de toda la vida han ido viendo cómo aparecían en las calles,
viviendas y comercios del barrio, de forma paulatina y consecutiva, los marroquíes,
peruanos, colombianos, senegaleses, chinos, ecuatorianos y así hasta el actual auge de
bangladesíes, hindúes y pakistaníes.
Lavapiés hoy es un conglomerado de mundos sociales. En la conversación
cotidiana es habitual oír hablar de los inmigrantes en contraste con la población de
«los de aquí», «los del barrio de toda la vida». Ese binomio tan genérico apenas
describe realidad alguna. Tanto entre los nacionales como entre los extranjeros la
diversidad no sólo es grande sino apabullante. Entre los vecinos autóctonos se
diferencian numerosos subgrupos, para empezar aquellos que se denominan asimismo
vecinos de toda la vida y aquellos otros que llevan menos tiempo en el barrio. Entre los
vecinos de toda la vida hay un sector de personas mayores que configuran uno de los
estilos de vida en el barrio. Según el censo de población de 2001 había entonces 9004
personas de más de 65 años (21,5 por 100 de la población total) de las cuales 2.945
vivían solos y entre éstos destaca a su vez una mayoría amplia de mujeres que viven
solas (2.460 exactamente), mujeres y hombres que habitan cotidianamente en soledad
sus viviendas, que están jubilados y disponen de tiempo para su paseo diario, para
establecer conversación pausada con el tendero. La ausencia de ascensores en
numerosos edificios presenta una dificultad importante para algunos de ellos. Es
frecuente que ya hayan vendido «a los chinos» el establecimiento que su familia
regentó por generaciones. Han visto cómo otros de su edad fueron paulatinamente
abandonando el barrio, casi todos siguiendo a los hijos que se trasladaban a otros
distritos y casas de Madrid. A muchos les invade una nostalgia de los tiempos pasados,
29 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
rememorando un barrio abierto, divertido, de buenas relaciones, seguro, y no son
pocos los que echan la culpa a los inmigrantes de los problemas de inseguridad, droga,
robos, saturación de las calles, etcétera, que denuncian en el barrio. Al etnógrafo le
llama la atención que idealicen un tiempo pasado que fue un periodo de
envejecimiento, de cierres de negocios, de deterioro de edificios e infraestructuras, de
abandono municipal del barrio. No todos ven la inmigración con recelo o rechazo, pues
la mayoría se ha acomodado a esa nueva presencia, habiendo por lo general buenas
relaciones cotidianas en casas, tiendas y calles.
Pueblan el barrio también españoles que llevan unos pocos años y que se han
incorporado al barrio en los últimos diez años, atraídos por la vivienda entonces
accesible en precio, la ubicación céntrica del área y «la movida multicultural» del
barrio y su carácter cosmopolita. Son gente joven, entre los veinticinco y los treinta y
cinco más o menos, muchos de ellos viviendo solos o en pareja, pero sin hijos. He
conocido varios casos de parejas que cuando tuvieron el primer o el segundo hijo se
cambiaron a otra zona buscando viviendas con más espacio, zonas verdes de recreo de
las que carece Lavapiés u otro ambiente «más adecuado para los niños». Son
profesionales jóvenes en su segundo o tercer empleo, en proceso de incipiente y a
veces un tanto precaria movilidad ocupacional ascendente. Otros son estudiantes que
se instalan en el barrio en pisos compartidos. El trabajo de campo me ha permitido ver
la relevancia de este sector, invisible en las estadísticas y prácticamente ausente en los
discursos y comentarios acerca del barrio. Su presencia supone todo un recambio
generacional en el barrio así como una demanda de determinados estilos de vida y
consumo.
La población extranjera en el barrio también muestra una diversidad
considerable. Los diez colectivos con más de quinientos empadronados son los
siguientes:
30 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
Principales colectivos extranjeros en el barrio de Embajadores (Madrid)
Nacionalidad Empadronados Ratio de feminidad
(mujeres por cada
100 hombres)
Porcentaje de
menores de 16 años
1 2 3 4 5 6 7 8 9
10
Ecuador Bangladesh Marruecos China Colombia Senegal Bolivia Rumania Argentina República Dominicana
4.268 1.975 1.714 1.256 805 728 705 600 598 563
102,4 10,1 54,1 83,4
115,8 10,9
121.7 94,9 88,0
120,8
18,4 6,9
12,3 17,1 11,2 3,4
14,2 10,2 4,3
20,9 Fuente: Padrón Municipal de Habitantes. A 1º de enero de 2006.
En los cuatro colectivos más numerosos la diversidad es considerable: proceden
de la América andina, Indostán, Magreb y Extremo Oriente. Al incluir los seis restantes
esa diversificación se incrementa con el África subsahariana, Europa del Este y el
Caribe. Ese listado varía de año a año y al estudiar los padrones municipales puede
verse cómo los colectivos ganan o pierden peso demográfico en cortos periodos de
tiempo, lo que da idea de lo emergente y cambiante de la situación. Hace diez años el
colectivo con más presencia era el marroquí seguido de los dominicanos y sólo cinco
de los colectivos que aparecen en la tabla estaban también entonces entre los diez
más numerosos.
Más allá del frío número estadístico, estamos hablando de rasgos físicos
diferenciados, de múltiples lenguas, de diversidad religiosa. Cada uno de los colectivos
nacionales tiene especificidades en su presencia en el barrio. La visibilidad de cada uno
de ellos no es la misma. Aunque los ecuatorianos empadronados son tantos como los
bangladesíes, marroquíes y chinos juntos, estos tres colectivos están más presentes en
la cotidianidad y en los comentarios. Esa mayor visibilidad se aplica también a
senegaleses y los dominicanos. Es la fuerza de lo racial, de la distintividad física y de la
indumentaria, pero también de la presencia comercial. En la actualidad hay en
Lavapiés cerca de cuatrocientos comercios regentados por chinos, los bangladesíes se
han extendido en restaurantes, kebabs y fruterías, y los marroquíes hace tiempo que
tienen restaurantes, teterías, carnicerías halal y otros negocios. La relevancia de la
31 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
presencia comercial se observa en las mujeres ecuatorianas de etnia quechua
otavaleña que deambulan por las calles del barrio adquiriendo sus mercancías de los
mayoristas chinos -al igual que las gitanas españolas, otras de los principales clientes
de los chinos- para luego distribuirlas por toda España.
La tabla refleja la distinta composición demográfica de cada colectivo según
sexos y edades. Desde el punto de vista de género hay grupos predominantemente
masculinos como los bangladesíes y senegaleses y menos pronunciadamente los
marroquíes, en contraste con aquéllos en los que las mujeres son algo mayoritarias,
como es el caso de colombianos, bolivianos, dominicanos. Por edades, hay grupos con
un notable sector de menores de dieciséis años como los dominicanos, ecuatorianos y
chinos, mientras que otros como los bangladesíes, senegaleses o argentinos apenas
tienen hijos aquí. En los dos primeros esa pauta de escasa segunda generación va en
coherencia con la ausencia de mujeres, pero no ocurre así en los argentinos entre
quienes hay una proporción equilibrada entre hombres y mujeres. En definitiva, esa
diversidad de la composición demográfica de cada colectivo está reflejando diferentes
pautas de emigración, de inserción ocupacional y de proyectos migratorios.
Tomemos el caso de los senegaleses en Lavapiés. Tratándose de un colectivo
predominantemente masculino, buena parte de ellos viven en pensiones y en pisos
compartidos. Otros viven fuera del barrio pero tienen en él sus negocios. Sus tiendas
son pequeños comercios al por menor, principalmente de ropas, adornos y
complementos (las telas y diseños batiks), artículos de cuero como bolsos, esculturas y
otras artesanías negroafricanas. Han abierto también locutorios, restaurantes, bares
con música étnica. Para los vecinos del barrio son inmigrantes y negros; algunos con
más relación y conocimiento los distingue como senegaleses y con respecto a otros
grupos nacionales de África. En el funcionamiento de la red senegalesa hay
distinciones que son de gran relevancia, de las que destacaré la étnica y la religiosa.
Los inmigrantes senegaleses radicados en el barrio pertenecen a grupos étnicos
dispares, predominado los wolofs. De las cuatro cofradías musulmanas principales de
Senegal, las dos relevantes en el barrio son los mourids y los tijannes. El mouridismo es
una comente que se remonta a los movimientos anticoloniales franceses de Senegal en
el siglo XIX, está muy ligada a la actividad comercial y tiene su epicentro en la ciudad
sagrada de Touba, segunda ciudad de Senegal. Los establecimientos comerciales de
32 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
Lavapiés regentados por senegaleses mourid son identificables por el paseante si
observa la palabra «Touba» en el rótulo de la entrada, en el nombre de la tienda, en
los carteles, o si se fija en las fotografías de santos y marabouts (líderes religiosos) con
su particular forma figurativa y estética. Para los senegaleses de Madrid, de España y
de otras latitudes Lavapiés es un lugar central.
En este barrio se constituyó y ubicó la sede de la Asociación de Inmigrantes
Senegaleses en España con lo que supuso de participación en la vida social y
reivindicativa del barrio, reuniones con asistencia de senegaleses venidos de todas
partes. Durante mi primer trabajo de campo pude observar una campaña de
contribución a la construcción de un hospital en la ciudad de Touba. Los marabouts
visitaron el barrio y recogieron dinero, tal como hicieron en otros enclaves de la
diáspora senegalesa de España, Italia y Estados Unidos; cuando visité Senegal en 1996
pude visitar la ciudad y el hospital ya en construcción avanzada.
He tratado de mostrar de forma más directa, desde un barrio y desde una
investigación antropológica, algunas de las complejas cuestiones antes planteadas.
Mencionaré finalmente una conclusiones de dicha investigación -la que se refiere a las
dimensiones del cambio sociocultural que viene produciéndose en el barrio- para
mostrar la necesidad y posibilidad de la antropología de las migraciones:
mercantilización... en un barrio donde la vivienda ha sido accesible; revitalización
demográfica. .. en un barrio que venía despoblándose; diversificación social... en un
barrio con fuerte localismo; multiculturalización... en el barrio castizo por
antonomasia; gentrificación (entendida como ubicación de clases y grupos de estatus
superior al predominante del barrio) ... en un barrio bajo; cambio generacional... en un
barrio que envejecía; rehabilitación urbana... en un barrio céntrico y abandonado.
33 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
Sugerencias para el investigador
A continuación, se sugieren algunas ideas y posibilidades de trabajo
antropológico para quienes desean iniciarse en este campo. Procediendo de lo más
simple a lo más complejo, agruparé estas sugerencias en cuatro bloques: «ideas de uso
cotidiano»; posibles prácticas de etnografía más organizadas y focalizadas; un ejercicio
de combinación de cuatro técnicas de investigación que se complementan entre sí; y,
finalmente, algunas claves de enfoque.
Ideas para aprovechar la cotidianidad con finalidad etnográfica
Como siempre provéete de tu bloc de notas y de tu diario. En el diario debe
anotarse lo antes posible todo lo que se te ocurra sobre las migraciones y los
emigrantes. No pienses ahora en ningún autor, en ningún concepto o teoría. Sólo
vuelca lo que tú piensas y sientes, y lo que piensas de lo que los demás dicen (amigos,
medios de comunicación, etcétera). Haz un ejercicio de introspección sincera: cómo
veo realmente las migraciones, por qué creo que la gente emigra, qué consecuencias
tiene todo ello para esa gente, para la economía, para los que quedaron allá. Anota en
el diario todas aquellas preguntas que se te ocurran sobre los emigrantes y las
migraciones. Si lo haces medianamente bien, comprobarás con el tiempo que esas
páginas adquieren más y más valor, pues reflejan un momento de tu pensamiento,
actitud, ideas preconcebidas.
Toma conciencia de que tienes la cuestión emigrante a tu alrededor, en tu vida
cotidiana. Durante un determinado periodo de tiempo ve incrementando la
sensibilidad hacia todo lo que tenga que ver con la cuestión emigrante a tu alrededor.
Cuatro elementos a los que dirigir nuestra atención y observación pueden ser: estar
atento a los medios de comunicación, a las personas de origen extranjero con quienes
te cruzas, a las situaciones en las que convergen inmigrantes y autóctonos, y a todo
signo externo que testimonie presencia inmigrante. Detallo para ello cada elemento.
Durante ese periodo de tiempo, analiza diariamente prensa, radio televisión.
Lee atentamente los periódicos, fijándote en qué términos se utilizan y en qué
mensajes lanzan. Abrir un archivo de noticias o grabar programas de radio y de
televisión será de gran ayuda para luego analizarlos. Ve estableciendo un protocolo de
atención, un índice temático que puedes ir enriqueciendo a medida que avanzas en la
34 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
observación. La atención a las palabras es aquí clave. Puedes ir haciendo un glosario de
palabras claves y seguirles cotidianamente la pista: problema, oleada, cultura, raza,
frontera, irregulares, desarrollo, miseria, las que veas convenientes y de tu interés. A la
hora de escuchar y leer despierta lo más posible tu imaginación antropológica. Puedes
ir elaborando una lista de todos los actores en juego, puedes abrir una ficha sobre cada
uno de ellos, etcétera.
Observa en tu vida cotidiana las idas y venidas de personas de origen
extranjero. Dónde las ves: en tu domicilio o edificio, en la calle, en los medios de
trasporte, en los lugares de trabajo, en la escuela, en el banco, en un espacio religioso,
la universidad y así. A qué hora te cruzas con ellos/ellas, con quiénes van, cómo van
vestidas, qué están haciendo, ¿hay algo de específico respecto a lo que hacen los no
emigrantes?
Ampliando la perspectiva, observa situaciones con interacción directa entre
inmigrantes y autóctonos. Capta la comunicación verbal y la no verbal. Sin molestar ni
transgredir nunca la intimidad de las personas, estate atento a las conversaciones en
esos espacios, especialmente cuando el emigrante no es hispanohablante. Mira los
gestos, las miradas, etcétera. De todo ello puedes hacer fichas temáticas en el
ordenador, en las cuales describas la situación (quiénes, dónde, haciendo qué,
etcétera) y utilizando tus palabras claves para luego hacer búsquedas de cada tema o
palabra. Cuando un grupo de extranjeros habla su lengua propia y ésta no es el
español fíjate si hay reacciones significativas en los demás. Suele haberlas, cáptalas y
descríbelas, pregúntate por el significado de esas reacciones.
Elabora listados con todos los signos de presencia extranjera en un
determinado espacio que escojas, por ejemplo una calle, o mejor aún una determinada
plaza o sólo una esquina. Gentes, tiendas regentadas por extranjeros, nombres en los
casilleros de los portales o en la guía telefónica, anuncios, guías de ocio, carteles
callejeros con conciertos, revistas y folletos, pintadas y grafitos de todo tipo. Poco a
poco fui clasificando la presencia según la siguiente tipología: residencial, comercial y
comunitaria, esquema que luego me ha servido para orientar y aguzar la observación y
también la interpretación. Una de las cosas que hice fue un protocolo de atención
según los cinco sentidos: en el oído situé las músicas, en el olfato, los olores, etcétera;
una antropología de los sentidos, como parte de la observación cotidiana de la
35 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
multiculturalización.
Hasta ahora sólo estás observando y documentándote. Es hora de participar y
ello también puede hacerse usando tu cotidianidad. Puedes participar en los actos
culturales o informativos que haya en tu barrio y que se relacionen con la inmigración
o la interculturalidad, ir a locales de música y baile «étnicos», asistir a celebraciones
religiosas donde se exprese la diversidad étnica, participar en manifestaciones públicas
de protesta o denuncia en la que participen personas de otras nacionalidades,
etcétera. En fin, son sólo ejemplos de cómo desde la cotidianidad ir abriendo el
registro etnográfico y la mirada antropológica del hecho migratorio.
Opciones de prácticas focalizadas
Otra sugerencia es organizar prácticas de corta duración en un determinado
contexto migratorio, y ya con un esquema previo que, sin llegar al detalle del proyecto
de investigación, sí formalice y planifique la experiencia, incluyendo la finalidad y
objetivos, preguntas y supuestos de partida, procedimientos y plan de acción. He aquí
unos ejemplos:
- Observar durante un tiempo bien delimitado y de forma reiterada
(programando los puntos de interés) un espacio urbano y cotidiano, como
un parque o plaza donde los inmigrantes son asiduos, la salida de un colegio
con alta presencia de alumnado extranjero, una tienda regentada por
extranjeros, un locutorio, etcétera.
- Realizar un reportaje fotográfico de la presencia inmigrante y extranjera en
un determinado barrio o área de la ciudad. Redactar primero de qué va a
tratar el reportaje o pequeño ensayo y cómo se puede ilustrar. Antes de
proceder con la cámara, familiarizarse todo lo posible con el escenario. Tres
ejercicios útiles que he practicado son: primero, hacer series que capten
toda la diversidad de un aspecto, por ejemplo, ocupaciones, grupos
nacionales, etcétera; segundo, hacer fotos especialmente significativas de
algo aunque no aporte más que un elemento, y tercero hacer fotos que
tengan la mayor densidad etnográfica posible, esto es, que nos informen de
todo un conjunto de elementos.
- Navegar por Internet, haciendo búsquedas intensivas con respecto a un
36 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
colectivo, tema o barrio, y llevando luego a cabo un análisis temático y
semántico. Hay numerosas páginas web relacionadas con la inmigración. De
las más interesantes son las de los propios colectivos migrantes de formato
y contenido transnacional.
Técnicas complementarias
Son técnicas relativamente fáciles, que establecen relación personal intensa,
que aportan información variada, qué se complementan bien entre sí y que, sobre
todo, pueden ser aplicadas a partir de una sola persona de origen extranjero con quien
tengas una relación fluida. Se trata de aplicar, en una estrategia investigadora de
conjunto, la historia de vida, el estudio familiar del caso, la genealogía y la red social.
Técnica I. Historias migratorias
Pueden señalarse algunos momentos o procedimientos recurrentes en la
elaboración de las historias de vida: 1) guión previo; 2) acceso y primeras entrevistas;
3) la paulatina trascripción de las cintas; 4) las lecturas de trozos al o con el
informante; 5) el recurso al procedimiento de la asociación, para ir cubriendo huecos e
introduciendo matices; 6) los análisis parciales del material que se va obteniendo; 7)
los sucesivos guiones y nuevas entrevistas ya más focalizadas; y 8) el montaje final del
texto. Como siempre en nuestra disciplina este trabajo no es lineal ni esquemático sino
cíclico, espiral, dialéctico.
El conocimiento de la historia de un emigrante aporta al etnógrafo información
valiosa y directa sobre corno ve y valora esa experiencia, cuáles dificultades y
problemáticas se enfrentan y cómo, qué secuencias se siguen en el cambio residencial
y ocupacional, cómo van cambiando la trama de relaciones con paisanos, otros
emigrantes y autóctonos, etcétera. A la hora de aplicar este clásico proceder
metodológico a un contexto tan particular como es el de las migraciones, es preciso
tener en cuenta algunas especificidades del hecho migratorio y de su dinámica. Esas
particularidades vienen dadas por: a) la presencia simultánea en la vida del emigrante
de varios contextos geográficos y socioculturales; b) la relevancia de las relaciones y
vínculos con el origen, algo cambiante y no exento de tensiones; y c) la
37 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
reinterpretación continuada por parte del informante del sentido y valor de su
experiencia migratoria.
He aquí algunas pautas básicas sobre cómo elaborar historias migratorias; el
procedimiento es similar a cualquier historia de vida si bien teniendo en cuenta las
particularidades mencionadas. Como herramienta o posible guía puedes apoyarte en
el conocimiento de las etapas e hitos que suelen ser claves en los periplos de los
emigrantes: 1) el comienzo del proceso de emigración (antecedentes familiares y
comunitarios, toma de decisión, motivos, cadena migratoria); 2) la ruta y pauta
migratoria seguida (itinerario, dificultades, pagos, ayudas, acceso al país de destino); 3)
los primeros momentos (acceso al trabajo, situación jurídica, alojamiento, contactos
con paisanos); 4) la fase de asentamiento (cambios en la movilidad espacial y
ocupacional, etcétera); 5) las vueltas o retornos al país de origen, en su caso; y 6) los
procesos de reagrupación familiar y/o de formación de pareja y familia en el contexto
de recepción (profundos cambios que ello suele llevar aparejado), etcétera.
Técnica II. Estudio de caso de familias vinculadas a la migración
Los estudios de caso son parte de la metodología cualitativa y han tenido
múltiples modalidades en la historia de la antropología. Aquí abordo un subtipo como
es el estudio de unidades familiares y su aplicación particular a contextos migratorios.
Conocer una familia emigrante es como hacer una cata o mirar por el microscopio el
entramado de la vida migratoria. Conociendo en profundidad a unas familias se entra
en la lógica económica de presupuestos familiares con remesas, situaciones de bi y
multirresidencialidad, variadas estrategias de compartir piso, trastoque que el proceso
migratorio supone en las relaciones de género y entre las generaciones, procesos
culturales y lingüísticos de cambio, adaptación, asimilación, hibridación, etcétera.
La idea es recabar de un determinado número de familias vinculadas a la
migración, información sobre los siguientes aspectos: 1) tamaño y composición según
género y generación; 2) vivienda y pauta residencial; 3) actividades de los miembros; 4)
recursos con los que se cuenta; 5) relaciones internas (roles, comunicación y lenguas,
conflictos); y finalmente 6) relaciones externas de esa familia (parientes, paisanos,
amigos, vecinos...), dándole a ese conjunto de información la profundidad temporal de
38 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
la historia familiar Una vez obtenida la información mediante sucesivas visitas,
entrevistas y participación en actividades de la familia y en las de sus miembros, el
antropólogo analiza cada caso en sí y compara las distintas unidades, destacando
especificidades y aspectos comunes.
Técnica III. La genealogía aplicada al proceso migratorio
Del individuo a su familia y de ahí a sus parientes. El uso de la genealogía como
técnica supone trazar el cuadro de parientes del informante o Ego, tanto sus
ascendientes como sus descendientes, recabando para cada persona vinculada por
consanguinidad o afinidad aquella información que la finalidad del estudio requiera y
que esté disponible mediante entrevista, consulta de archivos u otras fuentes. En mi
investigación sobre el régimen comunal agrario en España y México utilicé esta técnica
y recabé información sobre los parientes de distintos informantes: su nombre, edad,
sexo, lugar de nacimiento, lugar de residencia actual y anterior, matrimonio(s), hijos,
ocupación actual y anterior. Todos esos datos son clasificables y cuantificables en cada
generación. El cuadro genealógico no es sólo el árbol genealógico que informa de los
antepasados de Ego, sino que aporta información sobre los miembros de su
generación y los descendientes de todos ellos.
Pude experimentar cómo el valor de la genealogía iba más allá del registro de
esa información. Otra de las utilidades de este procedimiento es la información
derivada pues en las entrevistas van saliendo, de forma amena y fluida, recuerdos,
anécdotas, comentarios. Esa información cualitativa y «al hilo de» es sencillamente
oro. En el caso de los informantes masculinos me fue siempre de gran utilidad contar
con la información y comentarios de la esposa, con frecuencia sabe y recuerda con
más detalle y exactitud.
En el estudio de contextos migratorios, un dato clave a preguntar respecto al
cuadro de parientes es quiénes han emigrado y adonde. Uno puede colorear o tramar
los símbolos que en el diagrama representan a cada pariente según países o
localidades donde residan, disponiendo así a la vista de mapas de distribución de la red
migratoria. La genealogía aporta información valiosa sobre asuntos que hemos
señalado como las situaciones en origen, tránsito y destino, pautas e itinerarios de
39 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
migración, movilidad residencial y ocupacional, cambios y continuidades de estatus,
nacionalizaciones, vuelta, retornos, etcétera.
Técnica IV. El análisis de las redes sociales emigrantes
Si continuamos ampliando el círculo relacional de nuestros entrevistados, no
nos quedemos en los parientes y vayamos al conjunto de sus relaciones.
Estrechamente unida a la concepción articulacionista y transnacional de las
migraciones está el estudio de las redes sociales, tanto las redes entre origen, tránsito
y destino, como las redes sociales de los emigrantes entre sí y con los autóctonos. La
reflexión antropológica sobre redes sociales tiene mucho que ver con el estudio de las
migraciones y concretamente con el estudio de emigrantes en el medio urbano.
En la técnica de la red social el etnógrafo debe trazar el conjunto de relaciones
del informante principal o Ego, ya sean éstas relaciones de pareja, familia, parentesco,
vecindad, amistad, laboral, asociativa, etcétera, si bien incorporará unos u otros tipos
de relación en función lógicamente de sus objetivos. También varía con los propósitos
investigadores la información a recabar sobre cada relación: carácter de la relación
(jerárquica o no, componentes afectivos, etcétera) frecuencia de los contactos, la
antigüedad de cada vínculo, y otros aspectos. Además de las relaciones en las que Ego
participa, la técnica implica el estudio de las relaciones establecidas entre los propios
miembros conectados.
Si la historia de vida suele quedar esquematizada en cronologías, el estudio de
caso familiar en diagramas y la genealogía en el cuadro genealógico, la técnica de
redes sociales produce «sábanas» o socio-gramas en las que los individuos aparecen
esquematizados y unidos por líneas de diferente grosor, trama y color que cualifican la
naturaleza, frecuencia e intensidad de los nexos entre ellos. El estudio de las redes
sociales aporta claves sobre los procesos de ayuda mutua, las lealtades y las
competencias. La técnica de las redes sociales aporta también información sobre qué
relaciones tiene la persona de origen extranjero con sus paisanos o con otros
inmigrantes, y cuáles con autóctonos, aspecto este capital en los proceso de
integración.
40 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
Cuidando el enfoque
1. Toma altura histórica e intelectual y, con toda la modestia y humildad
necesaria, ten presente que se es parte de una tradición de interés ante el Otro
y lo Otro; y que, dentro de esa larga tradición, la labor de los antropólogos de
las migraciones se ubica entre quienes desde el rigor y seriedad científica
tienen una actitud de respeto y tolerancia activa, pudiendo y debiendo aportar
en la construcción de una sociedad incluyente e intercultural.
2. Tener presente el conjunto de la experiencia migratoria y leer la variada
literatura existente, no sólo sobre las migraciones internacionales sino
especialmente sobre migraciones internas y del campo a la ciudad. Cuando se
estudia a nigerianos o ucranianos en España es importante, aunque pueda no
parecerlo, revisar y alimentarse de estudios de migración rural y de retorno.
Una adenda, leer también literatura, novelas y cuentos, donde se narra, bien la
experiencia migratoria, bien el escenario de nuestro estudio, como me ha
ocurrido a mí con Galdós o Arniches haciendo trabajo de campo en Lavapiés.
3. Estudiar el todo y no la parte. En mi actividad como antropólogo de las
migraciones ha ido calando más y más la idea de que no hay que estudiar sólo
al otro sino al nosotros, incluyendo en ese nosotros también a las personas de
origen extranjero. Se ha hecho cada vez más firme la convicción de que una
comprensión del fenómeno migratorio pasa por pensarlo desde el todo social.
Esto es fácil decirlo pero difícil de cambiar en los hábitos investigadores o de la
intervención social. Desde que ese principio -«primero el todo y en él la parte»-
se fue estableciendo en mi práctica teórica y aplicada, fui viendo diferentes las
cosas. Si se aborda la problemática de la vivienda de los inmigrantes, por
ejemplo, la clave es comprender la situación general del mercado de la vivienda
y las necesidades y percepciones del conjunto de la población, y luego ubicar lo
específico de la inmigración.
4. Contextualizar siempre el hecho migratorio (dinámicas económicas y urbanas,
políticas migratorias, estado de bienestar, etcétera). No como marco genérico
de referencia que luego se olvida, sino como conjunto de realidades con
presencia e influencia directa en lo estudiado. Establecer el contexto histórico y
estructural más amplio permite no volver a caer en errores y limitaciones
41 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
anteriores, por ejemplo en los estudios de comunidad.
5. Metodologías integrales para temáticas complejas como la cuestión
emigrante. En una temática para la que se dispone de fuentes estadísticas y
donde la mala generalización es tan dañina, es útil combinar lo cualitativo y lo
cuantitativo, lo significativo y lo representativo. Diseñar, preparar y realizar la
investigación de campo integrando la etnografía, la documentación histórica y
el análisis cuantitativo. No olvidar tampoco que la mayoría de los autores que
han aportado los mejores textos en este campo han combinado en sus análisis
macroestructuras y microestructuras.
6. Estudiar la relevancia de lo cultural en la cuestión emigrante, pero sin caer en
culturalismos. Para ello no dar preeminencia explicativa unilateral a lo cínico, ni
exacerbar las diferencias entro migrantes y autóctonos olvidando las
similitudes, situando siempre la cultura en los contextos históricos y
estructurales más amplios.
7. Buscar singularidades pero también regularidades. Estamos ante un
fenómeno recurrente, ante una manifestación más de algo repetido a lo largo
de la historia. Una de las cosas que más me llama la atención es leer sobre una
situación de migración en otro espacio y tiempo y tener la sensación de algo
visto, déjà vu. Al tiempo que cada situación y proceso migratorio es único y
tiene sus particularidades, siempre aparecen mecanismos de cadena migratoria
o parecidas estrategias adaptativas. Quizá ninguna otra regularidad y con
tantas implicaciones, observada y medida una y otra vez, como la pauta de
distribución concentrada de los emigrantes. Y de nuevo la historicidad de la
labor del etnógrafo pues es crucial para interpretar singularidades y
regularidades.
42 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
GLOSARIO22
Asimilacionismo: proceso de incorporación a una cultura ajena, que implica la
desaparición o fuerte alteración de la cultura propia.
Cadena migratoria: conexión entre los inmigrantes de un determinado origen en el
cual los pioneros atraen y ayudan a que otros migren, éstos a otros y así
sucesivamente.
Campo migratorio: extensión (nacional e internacional) hasta donde llegan las
conexiones, vinculaciones y redes de un determinado colectivo de migrantes.
Campos sociales trasnacionales: realidades económicas, familiares, asociativas,
identitarias, etcétera, cuya naturaleza y dinámica supera las fronteras y la lógica de los
Estados-nación.
Ciudadanía de residencia: movimiento civil, dentro del campo de la nueva ciudadanía,
que promueve la idea de que las personas, independientemente de su nacionalidad,
deben ser consideradas ciudadanos a partir de su arraigo y vida cotidiana en su lugar
de residencia.
Codesarrollo: fomento de nuevas políticas de cooperación y colaboración entre los
países receptores y emisores de migración, aprovechando para ello el potencial de los
inmigrantes como vectores de desarrollo.
Cultura migratoria: dos acepciones; a) conocimientos, actitudes y prácticas
relacionadas con el fenómeno de la emigración y existentes en una comunidad o
región, configurada entre otras cosas por efecto de las visitas y retornos de los
emigrados; y b) la cultura de un grupo emigrado tal como se practica en el país de
recepción, habiéndose modificado sustancialmente respecto a la cultura de origen por
desaparición o modificación de rasgos previos y surgimiento de rasgos nuevos.
Familia birresidencial: unidad familiar que debido a la migración no está completa
pero que mantiene a sus miembros estrechamente vinculados, aun viviendo en
hogares ubicados en distintos países
Gueto: concentración de población etnoculturalmente diferenciada y marginada
(algunos plantean la existencia también de guetos de ricos poderosos).
22 Tomados de C. Giménez Romero, Qué es la inmigración, cit.
43 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
Interculturalismo: nueva expresión dentro del pluralismo cultural que, afirmando no
únicamente lo diferente sino también lo común, promueve una praxis generadora de
igualdad, libertad e interacción positiva en las relaciones entre sujetos individuales o
colectivos culturalmente diferenciados.
Multiculturalismo: primera expresión del pluralismo cultural, que promueve la no
discriminación por razones de raza o cultura, la celebración y el reconocimiento de la
diferencia cultural así como el derecho a ella.
Nueva ciudadanía: reconceptualizaciones de la noción de ciudadanía heredada de la
Ilustración y la Revolución francesa, que tratando de adaptarla a las nuevas realidades
tanto en relación con la titularidad de derechos como con las pertenencias de los
sujetos, proponiéndose así todo un abanico de fórmulas tales como ciudadanía local,
diferenciada, de residencia, multicultural y otras.
Pluralismo cultural: planteamiento que asume la diversidad cultural como positiva,
propone la configuración de una sociedad en la que se combine la igualdad de
derechos y la no discriminación con el respeto de las diferentes identidades y
expresiones culturales.
Proyecto migratorio: orientación general, composición de lugar, plan y expectativas de
futuro que en cada momento de su trayectoria va teniendo el individuo o la familia
migrante.
Segmentación del mercado laboral: estructuración de la población activa en
compartimentos diferenciados -segmentos primarios, secundarios, etcétera-, en
función de la mayor o menor calidad de los empleos (según la calificación, nivel
salarial, estabilidad y otros rasgos).
Sistemas migratorios: conjunto de flujos migratorios y características peculiares del
fenómeno, en determinadas áreas geopolíticas, distinguiéndose los sistemas de
Norteamérica, Europa, Asia Oriental y Golfo Pérsico.
Trayectoria migratoria: itinerario, recorrido o secuencia de acontecimientos y
actividades, y de cambios en general, seguidos por el individuo o familia en su
experiencia migratoria.
44 Migración, sociedad y cultura: La perspectiva antropológica
BIBLIOGRAFÍA
GIMÉNEZ, C. (coord.), Inmigrantes extranjeros en Madrid, 2 vols., Madrid, Conserjería
de Integración Social, Imprenta de la Comunidad de Madrid, 1994.
- Guía de interculturalidad. Primera parte: Fundamentos conceptuales;
Segunda parte: El enfoque intercultural en las políticas públicas de
desarrollo humano sostenible, Guatemala, PNUD, 1997 y 2000.
- <<Familias vinculadas a la inmigración y su integración con la sociedad
receptora>>, en D. Borobio (comp.), Familia e interculturalidad, Salamanca,
Universidad Pontificia de Salamanca, 2001.
- Qué es la inmigración, Barcelona, RBA, 2003.
- Lavapiés y sus mundos en época de globalización. Etnografía e historia de
un barrio multicultural.
MALGESINI, G. y GIMÉNEZ, C., Guía de conceptos sobre migraciones, racismo e
interculturalidad, Madrid, La Cueva del Oso, 1997 (Madrid, Los libros de la
Catarata, 2000).