Cuando no existen las palabras,
existen las manos y los besos,
en el silencio de nuestro amor.
Por que cada caricia es el reflejo
denuestra alegría, de permanecer
juntos y de sabernos mañanaunidos.
Y aunque cuando no nospodamos ver precintamosla nada, siempre tendra elaire esa dulce magia que
nos susurra al oido unsimple
“TE QUIERO”
Y aunque los años noshayan maltratado con sussurcos, observaremos los
hermosos recuerdosimborrables de la
memoria, con una tiernanostalgia, que nos abrirásus puertas para recibir
nuestros futuros y cálidosencuentros.
Y así caminaremos por ese
luminoso sendero, que un
día creímos perdido. . .
Pero que hoy es nuestro.
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