CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTORICA EN TIEMPOS DEL
POSCONFLICTO EN EL MUNICIPIO DE GRANADA-ANTIOQUIA
Trabajo de grado presentado como requisito parcial para optar al título de
Comunicador (a) social
Zuleimy Acuña Monterrosa, Catalina Marín Holguín, Natalia Pareja Henao
Asesor:
Hernán David Jiménez Patiño
Universidad Cooperativa de Colombia seccional Medellín
Facultad de Ciencias de la Comunicación
Comunicación social
Medellín
2019
Resumen:
La presente investigación tuvo como objetivo contribuir a la construcción la memoria
histórica que el conflicto armado colombiano quebrantó en el municipio de Granada-
Antioquia y cómo por medio de las victimas dicha memoria puede ser construida. De esta
manera, se partió de un enfoque cualitativo empleando así instrumentos de recolección de
fuentes tanto primarias como secundarias, se usaron las entrevistas estructuradas, esto con el
fin de conocer las experiencias tanto individuales como colectivas de los habitantes de
Granada y quienes se reconocen por ser víctimas de los diversos grupos armados y los
mismos que hasta ahora han implementado procesos para la “construcción” de su propia
memoria y la prevalencia de las víctimas a las que la violencia les silenció su voz. Este trabajo
evidencia el gran interés que tienen los granadinos por construir la memoria histórica
colectiva de su municipio y el interés por dejar de lado el pasado oscuro que vivieron a causa
del conflicto armado.
Palabras claves: conflicto armado interno, construcción de memoria, posconflicto, paz,
Granada
Abstract
The present investigation took as a target to contribute to the construction the historical
memory that the Colombian armed conflict broke in the municipality of Granada - Antioch
and how by means of the victims the above mentioned memory can be constructed. This way,
it broke of a qualitative approach using this way instruments of compilation of both primary
and secondary sources, there were used the structured interviews, this in order to know the
both individual and collective experiences of the inhabitants of Granada and who are
recognized for being victims of the diverse armed groups and the same ones that till now
have implemented processes for the "construction" of their own memory and the
predominance of the victims to whom the violence silenced its voice to them. This one
worked it demonstrates the big interest that the natives of Granada have for constructing the
collective historical memory of its municipality and the interest to leave aside the dark past
through that they lived because of the armed conflict.
Keywords: internal armed conflict, memory construction, post-conflict, peace, Granada
Agradecimientos
Hace 4 años emprendimos un nuevo camino y hoy culminamos una de las etapas más
importantes de nuestra carrera universitaria, dedicamos este trabajo principalmente a Dios,
por habernos dado la vida y permitirnos el haber llegado hasta este momento tan importante
de nuestra formación profesional
Terminar este proyecto no hubiera sido posible sin el apoyo profesional de nuestro asesor
Hernán David Jiménez, quien con paciencia encaminó nuestro trabajo con sus
conocimientos, y a todos aquellos docentes que han puesto un granito de arena para nuestra
formación. A nuestros padres por darnos la posibilidad de formarnos como profesionales y
por brindarnos sus sabios consejos. Por ultimo al municipio de Granada-Antioquia por
habernos dado la posibilidad de adentrarnos en su municipio y permitirnos conocer a fondo
la historia del conflicto armado que vivieron allí.
“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas
las preguntas”
Mario Benedetti
Tabla de contenido
Resumen............................................................................................................................... 2
Abstract................................................................................................................................ 2
Agradecimientos................................................................................................................... 3
Introducción.......................................................................................................................... 5
Metodología.......................................................................................................................... 7
Marco teórico....................................................................................................................... 8
Capítulo 1………………………………………………………………………………..11
El conflicto armado en el municipio de Granada-Antioquia…...………………………….11
Capítulo 2……………………………………………………………………15
La voz de las victimas……………………………………………………………………..15
Capítulo 3……………………………………………………………………20
Construcción de la memoria de Granada-Antioquia………………………………………20
Conclusiones………………………………………………………………...24
Referencias bibliográficas………………………………………………….26
Anexos……………………………………………………………………….28
Introducción
En Colombia la violencia ha constituido un grave problema con profundas secuelas y estas
hacen visible el impacto negativo generado por el conflicto en el país, no solo desde el nivel
económico, político, social, sino también psicológico y de formación social. Esta violencia
ha generado inequidad, debilidad del Estado en relación a su presencia social y económica
que permitan optimizar las condiciones de vida de los ciudadanos.
El conflicto armado, causó migraciones, amenazas, desplazamientos forzados, masacres,
secuestros, mala calidad de vida, todo lo anterior mencionado ha causado que la población
colombiana principalmente quienes fueron víctimas del conflicto interno en el país se hayan
convertido en personas sensibles y temerosas y con la desconfianza de que la guerra se vuelva
a repetir puesto que los efectos de dicha violencia suelen perdurar a lo largo de su existencia.
Granada es un municipio de Colombia, ubicado geográficamente en la subregión oriente del
departamento de Antioquia. Limita por el norte con los municipios de Guatapé y San Carlos,
por el este con los municipios de San Carlos y San Luis, por el sur con el municipio de
Cocorná, y por el este con el municipio de Santuario.
Este territorio fue descubierto en 1540 por el señor Francisco Núñez Pedrozo, conquistador
español. Inicialmente el territorio granadino estaba bajo la jurisdicción del municipio de
Marinilla. En 1790 la localidad obtuvo el estatus de pedanía bajo la vigilancia de Marinilla.
En 1804 la primera capilla de la población fue construida en lo que hoy hace parte de la
vereda Las Vegas, diez años más tarde, la capilla sería trasladada al lugar que hoy ocupa.
El municipio fue erigido en 1817 a categoría de Parroquia. Se le conoció como Santa Bárbara
de Lariza, Santa Bárbara de los Baos o Vahos, nombre que tuvo hasta que en 1903, la
asamblea departamental de Antioquia le cambiara el nombre por Granada” (Instituto de
Cultural y Patrimonio de Antioquia, 2016).
Según un informe del proyecto “Hacemos Memoria” de la Universidad de Antioquia (2018)
y que está dedicado a todos los acontecimientos que vivió el municipio de Granada, y algunos
reportajes de diarios como El Espectador, este lugar ha sido identificado por ser afectado de
manera directa por el conflicto armado y por ende, por el conflicto social. Al mismo se le
añade la falta de integración de sus habitantes en los proyectos que se han creado en el
municipio primordialmente para las víctimas, en este sentido se hace necesario buscar e
identificar estrategias que faciliten elementos actuales y que estén ligados a la construcción
de dicha memoria y en el mismo sentido ayuden a despejar un camino que para los habitantes
del municipio ha sido difícil superar y que permitan una reflexión serena y encaminada a
construir un puente entre el pasado y el presente sin un dolor continuo que permee el avance.
Por tanto, un trabajo que permita promover el desarrollo y construcción de una nueva historia,
junto con una conciencia capaz de razonar sobre el pasado sin sentir el mismo dolor de
tiempos lejanos, solo puede lograrse con algunos planteamientos en donde el dialogo y la
sensibilización primen. Al hacer un análisis del impacto que generó esa violencia sobre los
habitantes que la presenciaron, se hace necesario contemplar una situación de posibles
efectos psicológicos que la misma les pudo haber causado.
Entonces no es fácil para los habitantes del municipio de Granada hablar de la construcción
de su propia memoria por el temor de la repetición del conflicto armado porque como bien
se sabe existen grupos armados en el territorio colombiano que siguen actuando de manera
violenta y la capacidad de las disidencias de las FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria
del Común) es bastante amplia para volver a delinquir en lugares donde el Estado no tiene
una amplia presencia.
Hoy en día quienes afortunadamente no fueron víctimas de hechos tan desgarradores que
causó el conflicto son indiferentes ante las problemáticas que abruman la realidad histórica
de nuestro país por el hecho de que no fueron ellos quienes vivieron esta cruda realidad, de
esta manera se hace necesario entender que para conseguir la paz no deben únicamente
interceder quienes fueron víctimas y victimarios, aquí también se hace necesaria la presencia
de aquellos que no fueron afectadas por el conflicto pero conocen la historia del mismo, por
lo cual:
“Entendemos la paz como un proceso creativo y colectivo que empieza en la cotidianidad y
la construcción de una cultura de paz como un esfuerzo que le corresponde a la ciudadanía.
Para lograrlo trabajamos en la transformación de creencias, actitudes y comportamientos que
dan lugar a expresiones de violencia” (Corpovisionarios, 2019).
En este sentido se debe entender la paz como una premisa y un deber que le corresponde a la
humanidad. Además de ser esto algo que el ser humano busca por naturaleza, la paz de
Colombia, es decir la terminación de un conflicto que duró años debe ser el objetivo central
de todo el país.
Desde esta perspectiva lo que buscan los habitantes de Granada es que tanto víctimas como
quienes no lo fueron se vuelvan personas críticas, pensadores y conocedores a fondo de un
contexto en el que se desenvuelven diariamente y que en tiempos pasados fue desangrado
por la guerra y de esta forma se aporte a la transformación del entorno en donde se mueven
y su realidad.
Esta investigación analiza un fenómeno bastante confuso que se ha desarrollado en el país,
esencialmente, para regiones en donde hay un gran porcentaje de víctimas del conflicto
armado, por eso es que en este trabajo la referencia se le hace a la memoria histórica.
De esta forma el proyecto de grado que lleva por nombre “construcción de la memoria
histórica en tiempos del posconflicto en el municipio de Granada-Antioquia” está
conformado por tres capítulos, organizado de la siguiente manera, el primer capítulo que hace
énfasis en los estudios existentes sobre la memoria histórica del conflicto armado en
Granada-Antioquia, el segundo capítulo que aborda las voces de las víctimas, teniendo en
cuenta que son estas las fuentes primarias de la investigación y que tienen en sus relatos su
propia verdad y el tercer y último capítulo habla de la construcción de una nueva memoria
para los granadinos, el cual estará fundamentado en las estrategias y la forma en la que los
habitantes del municipio aspiran a construir dicha memoria.
Metodología
El enfoque de esta investigación es cualitativo, debido a que esto permite profundizar de
manera dinámica el comportamiento de los habitantes del municipio de Granada, en torno a
detallar los efectos emocionales tanto individuales como colectivos que les dejó el conflicto
a quienes fueron víctimas del mismo.
Este enfoque nos permite un acercamiento con las personas afectadas y hace más fácil la
compresión de sus valores, experiencias y significados que cada uno de estos tiene. Adicional
a esto, el tipo de investigación que se llevara a cabo es definido de carácter exploratorio y
descriptivo. En cuanto al exploratorio es porque a pesar de que se han hecho investigaciones
que comprenden la memoria del municipio, ninguno se ha detenido a profundizar sobre los
efectos que esto deja en los afectados por el conflicto. Y en el segundo punto, que es el
descriptivo, se podrá encontrar de manera detallada dentro de este capítulo los efectos
emocionales individuales y colectivos que manifiesta cada una de las personas que hicieron
parte de la investigación y que son reconocidas como víctimas del municipio y quienes son
los indicados para construir la memoria de su región.
Marco teórico
A lo largo de la existencia humana, han coexistido múltiples actos y episodios que en la
actualidad no se recuerdan, ni se mencionan. La memoria histórica, según (Pierre Nora, 2010)
un historiador francés activista a mediados de la segunda mitad del siglo XX, al que se le
atañe el término, comenzó su investigación con una incógnita, y es el surgimiento de la
memoria de Francia sin tener en cuenta la verdadera historia, después de la revolución
francesa y el surgimiento de una historia mal contada y con muchos cabos sueltos, según
Pierre, se comienzan a emancipar ciertos grupos que reclamaban al Estado su reconocimiento
y que aclamaban recuperar sus orígenes.
Pierre Nora, establece entonces como premisa la necesidad que surge en el ser humano de
conocer su procedencia y saber qué pasó antes de llegar a la vida. La memoria, una palabra
que proviene del latín se enmarca en tres palabras “El que recuerda” y se comprende la
historia como “digno por la trascendencia que se le atribuye” énfasis que Nora destacó al
separar estos dos términos y dar sentido a la importancia a que toda la humanidad tenga
conocimiento, sobre los diferentes hechos que han marcado al mundo entero.
Teniendo en cuenta lo anterior, la memoria histórica es entonces uno de los conceptos que
ha marcado los últimos tiempos y a partir de esto, se han venido estableciendo como una
necesidad. Según Luis Enrique Ferro (2011), autor del libro “Memoria histórica de los
pueblos subordinados” La memoria, se enmarca como un derecho, uno que debe ser asequible
a todas las generaciones y que debe generar un impacto y una transformación social, trazando
y teniendo en cuenta, los hechos que se construyeron en el día anterior.
Colombia en los últimos tiempos se ha constituido como un país en pro de recuperar su
memoria. A lo largo de su historia, Colombia ha tenido múltiples eventos, acontecimientos
y episodios que aún están esperando ser recuperados y son los que darán cuenta de lo que
hoy constituyen a este Estado Social De Derecho. Son aproximadamente 60 años en los que
el país ha enfrentado un conflicto armado interno, del que aún no se tiene pleno conocimiento
y de donde en los últimos años, se ha querido partir para construir una memoria sólida y que
genere, como en Francia en su momento, la oportunidad para los diferentes grupos que
necesitan ser reconocidos y que desean recuperar su memoria.
La historia de la humanidad ha estado marcada por diferentes eventos, pero nunca a lo largo
del tiempo la misma había experimentado una abominación tan latente por la memoria como
el que simbolizaron los que conformaban el autoritarismo y el totalitarismo hacia el siglo
XX, generalmente en el continente Europeo y América Latina, en donde los dictadores, se
impusieron entre ellos que debían esconder el pasado de cada una de sus víctimas, por lo
tanto:
“la Memoria es esa palabra maestra que permite decir más: ella es un derecho, un deber, un
arma. Duelo, trauma, catarsis, trabajo de memoria y piedad le harían compañía. En ciertas
situaciones se recurre a ella, no como complemento o suplemento, sino como reemplazo de
la historia. Ella es claramente una alternativa a la historia que ha fallado, que ha muerto: una
historia de vencedores y no de víctimas, de olvidados, de dominados, de minorías y de
colonizado” (Françoise Hartog, 2009, p. 60).
En medio de diversos debates que han surgido en cuanto a memoria se ha encontrado que se
ha dado cierta discusión entre algunos historiadores sobre la memoria y la relación que la
misma tiene con la historia. Así estas dos palabras tengan en común el interés por conocer a
fondo el pasado, en ambas se encuentran múltiples diferencias, esto con respecto al enfoque
que tiene cada una y sus fuentes de trabajo son contrarias. Dando a entender que, la historia
tiene como su fuente principal documentos existentes mientras que la fuente primordial de la
memoria son los testimonios.
De esta manera y continuando con las diferencias que se pueden encontrar en estas dos
palabras, la memoria abarca múltiples contenidos y aunque muchos de estos les falta una
historia por contar siguen presentes en los diferentes cambios socioculturales de la
humanidad. En este sentido:
“la memoria tiene un contenido político, del cual carece la historia. Muchos de los fenómenos
socioculturales a los que asistimos hoy ilustran de manera nítida la importancia de la memoria
no solo como valor, pues, sino como reivindicación social. Es decir, tiene un contenido
político, en la medida que reivindica el pasado de los que fueron excluidos de la Historia,
pero esto solo se presenta dentro de la Memoria Social, la Memoria se divide en tres grupos;
Memoria Colectiva, Memoria Social y Memoria Histórica. Esto obedece a un resurgir de la
Memoria como una forma de estudiar y entender el pasado, sin llegar a ser eruditos”
(Aróstegui, 2004, p. 61).
En esta propuesta por comprobar dicho pasado se han hecho estudios en el mundo occidental
para explorar de cierta forma la memoria individual y a partir de esto materializar una
memoria colectiva que ayude a las víctimas a construir un pasado desde sus propios
recuerdos. Además de esto las víctimas de la guerra han logrado instaurar lugares comunes
de memoria, como los museos donde de cierta forma se le rinde homenaje a las víctimas,
monumentos históricos referentes a los conflictos y movilizaciones sociales que tienen como
único objetivo conocer la verdad o en su defecto esclarecerla para conocer el pasado y que
de esta forma quienes fueron golpeados por la violencia tengan el derecho a juzgarlo pero
sobre todo a que la historia sea contada de manera verídica porque solo a partir de esta se
puede conocer la verdad se resume que “el papel que la sociedad le exige a la historiografía.
En este punto, la Historia y la Memoria son capaces de consolidar una Memoria Histórica.
Ambas ocuparán el lugar que está reservado para ellas en el campo social para la
reconstrucción de un pasado que redima a las víctimas y vaya dirigido al esclarecimiento de
la verdad” (Enzo Traverso, 2010, p. 64).
De este modo los testimonios de las personas que de cierta manera ofrecen su memoria para
perfeccionar la historia bien sea con documentos y narraciones que sería imposible encontrar
en archivos y libros históricos muestran la capacidad de cada una de estas personas de
supervivir y resistir a la guerra, de superar momentos traumáticos que dejó la misma y de la
misma forma desarrollar individualmente una identidad que permite a cada uno conservarse
y que su filosofía sea relacionada con el contexto que tuvieron que vivir en el pasado. Esto
refleja en ellos entonces, una capacidad resiliente.
Al comprender el principio básico sobre los actores que se mueven de manera continua en
un país, es importante analizar cuál es el trasfondo para que se necesite adecuar, emplear y
hacer visible el concepto de Memoria Histórica, luego de la Segunda Guerra Mundial y al
observar todas las consecuencias que hubo en la humanidad en general. Allan Nevins un
historiador y periodista americano conocido por sus investigaciones profundas sobre la
Guerra Civil, en su libro “Memoria histórica razonada. Una propuesta incluyente para las
víctimas del conflicto armado interno colombiano”, publicado en el año 2013; hizo énfasis
en la gran necesidad de plantear metodologías de cambio para la sociedad que contrarrestara
las consecuencias sociales, psicológicas y económicas que deja el actor principal, la guerra.
Así mismo, en una artículo sobre “Memoria histórica razonada” publicado por la revista de
la Universidad Nacional de Colombia, se hace énfasis en los diferentes actores que
participaron en la construcción del término memoria a lo largo de las décadas, personajes
como Eric Palmer Thomson, Jaques Le Goff y el antes mencionado Pierre Nora,
vislumbraron un poco de la memoria en la historia teniendo en cuenta la significancia de lo
que enmarcan términos como: guerra, víctimas, reconstrucción entre otros.
Capítulo 1
El conflicto armado en el municipio de Granada-Antioquia
En este capítulo se hará énfasis en los estudios existentes sobre la memoria histórica del
conflicto armado en Granada-Antioquia, debido a que representa un importante paso para la
construcción de la memoria del municipio. Además de algunas conceptualizaciones
pertinentes acerca de memoria e historia a lo largo del tiempo.
Según el informe Granada: ¡Nunca más! del Centro Nacional de Memoria Histórica (2016)
la primera toma guerrillera que se dio en el municipio fue exactamente el 11 de junio del año
1988 En esta primera toma en ELN y las FARC saquearon la Caja Agraria, la Oficina de
Rentas Departamentales, una cooperativa campesina y una agencia dedicada a la compra de
café. Después de esto se advirtió la presencia de paramilitares en el pueblo y luego la guerra
se volvió más intensa, fue la época con mayor número de víctimas en Granada.
Después de llegada la época de los 90´s los guerrilleros de las FARC y del ELN tenían un
control total sobre el municipio. La presión social a los habitantes aumentó de manera
continua, con esta presión llegaron los ataques a la Caja Agraria que hacía parte de Granada,
los asesinatos selectivos fueron aumentando, de igual manera los secuestros, enfrentamientos
con la policía, desplazamientos forzados y las extorsiones hicieron parte de todo el prontuario
de violencia que causaron estas guerrillas.
Según el Registro Único de Victimas en el municipio de Granada en un reporte dado en el
año 2017, durante todo el conflicto hubo 15.759 acciones violentas y que afectaron en mayor
parte a la población rural, los grupos guerrilleros son responsables de 5.737 de dichas
acciones.
Granada, en la actualidad es considerado un municipio representativo de la guerra y de la
paz. Fue un territorio que vivió una cruda guerra por el control de los espacios estratégicos
con los que cuenta el municipio para la expansión militar y a causa de esa guerra Granada
literalmente quedó devastada, pero a pesar de esto no pereció, por el contrario la capacidad
de su gente de sortear dicha guerra emprendieron de manera apresurada una reconstrucción
física y social de su municipio. La inestable y efímera presencia del Estado en Granada le
permitió a dos frentes de la guerrilla instaurarse fácilmente en la zona y de esta manera
controlar de manera total el municipio.
“Dos frentes guerrilleros, el Carlos Alirio Buitrago del ELN y el Noveno de las FARC-EP,
apoyados por otras estructuras militares, tuvieron fuerte presencia en el municipio durante
dos décadas, en el periodo comprendido entre los años 1988 y 2008, aunque su incursión en
el territorio inició a mediados de los ochenta” (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2016,
p. 1).
A causa de esto y después de tener el control total del municipio las operaciones militares del
ELN y las FARC-EP se encrudecieron y de esta manera la población empezó a sufrir de la
estigmatización y la mayoría de los habitantes, principalmente de los corregimientos y
veredas de Granada eran considerados como guerrilleros o guerrilleras.
En el año 1998 aparecieron en el municipio los paramilitares y después de que la guerrilla de
las FARC y el ELN se enteraran de la entrada de este grupo armado allí, el municipio se
convirtió en un espacio de confrontación abierta. Después de ver que los grupos paramilitares
contaban con recursos para contraatacar, las guerrillas realzaron los ataques armados y de
esta manera presionar al gobierno con una posible negociación de paz, seguidamente los
paramilitares expandieron su penetración en la mayoría de veredas que hacían parte del
municipio de Granada y también se logró fortalecer la presencia del ejército con el único fin
de derrotar militarmente los grupos guerrilleros que se encontraban en la zona.
El Centro Nacional de Memoria Histórica (2016. p.1) dio a conocer que no solo los grupos
guerrilleros y paramilitares reclutaban ciudadanos para sus tropas:
“Las FARC, pero sobre todo el ELN, le apostaron a mantener a algunos de sus militantes
como milicianos en su propia zona de residencia, al tiempo que el Ejército decidió reclutar
jóvenes campesinos bajo la misma lógica, en lo que se llamó los “soldados de mi pueblo” o
“soldados campesinos”.
De esta manera se habló de la unión de los paramilitares y el Ejército para sacar de manera
definitiva los guerrilleros de la zona y con la promesa que si el objetivo se lograba los grupos
paramilitares comandados por Carlos Castaño quedarían al frente del municipio.
Las veredas del municipio principalmente la vereda Santa Ana, se convirtieron en un centro
de operaciones militares del grupo ELN y las FARC, hasta el punto de ser nombrada la vereda
Santa Ana como “santuario” o “fortín guerrillero”. Desde este lugar estratégico para ellos se
realizaban las entregas de policías y militares que eran retenidos o más explícitamente
secuestrados. Todos estos actos llevaron a que los habitantes de la zona fueran estigmatizados
y considerados como guerrilleros, no importaba el género.
Este municipio se convirtió en un lugar guerrillero, considerando a Santa Ana el
corregimiento más peligroso de Granada y el más invadido por participantes de los grupos
armados del ELN y las FARC. Dicho protagonismo atrajo la atención de los paramilitares
del Bloque Metro, de las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá, en el año 1998 y por
órdenes de Carlos Castaño, máximo líder de los paramilitares, este grupo notificó de manera
pública la estrategia y deseo de tomarse el corregimiento de Santa Ana, expresando que esto
sería un emblema de derrota en el lugar escogido por los guerrilleros como su punto
estratégico. Ese mismo año la Gobernación informó que la fuerza militar en el municipio
aumentaría de manera importante.
El 3 de noviembre del año 2000, llegando el medio día el pueblo vivió uno de sus más
sangrientos y amargos días, paramilitares del Bloque Metro ingresaron a la zona urbana del
municipio y asesinaron a 17 personas y otras 4 quedaron con heridas graves, sin contar que
en el momento en que los paramilitares iban saliendo del pueblo asesinaron más campesinos
que no se tuvieron en cuenta al contar las víctimas de la masacre. Días después el Bloque
Metro en un comunicado oficial y emitido al municipio de Granada, los paramilitares se
atribuyeron esta masacre.
Aproximadamente un mes después, más exactamente el 6 de diciembre, el municipio fue
víctima de un carro bomba. El vehículo hizo retumbar el pueblo llegando el medio día. Este
episodio dejó 23 muertos y dejó gran parte de Granada destruido, este hecho fue atribuido a
las FARC, quienes 17 años después del violento suceso pidieron perdón a las víctimas,
“queremos resarcir de manera activa, con actos concretos de paz, ese dolor que causamos”
(Pastor Alape, 2017, p. 1).
Si bien las cicatrices que dejó el conflicto armado en Granada, Antioquia son imborrables,
pero con gran esfuerzo los habitantes de este municipio están viviendo un presente en paz.
Aunque para quienes habitan en este municipio del Oriente antioqueño tomó tiempo volver
a vivir una vida tranquila y dejar de retozar de miedo cada vez que se escuchaba un ruido
diferente a los de los pitos de las chivas, la campana de la iglesia, con el pasar del tiempo y
desde el año 2011 en una fecha ya ignorada por ellos en donde se acostaron con el ruido de
las ráfagas de fusil y se levantaron con un olor a paz y tranquilidad.
Puede decirse que hoy, los granadinos no han borrado su dolor pero han aprendido a vivir
con él, pues después de 19 años no quedan rastros físicos de todo lo causado por el conflicto
armado en el municipio y que las masacres, el carro bomba, las incursiones militares y
guerrilleras, las violaciones físicas y de sus derechos humanos, las desapariciones forzadas
y los desplazamientos forzados son para ellos un sueño de mal gusto y hoy simplemente es
un recuerdo, sin dejar de lado y olvidar las víctimas que cayeron en esta cruenta historia.
En casos de violencia, como la que vivió el municipio de Granada la memoria colectiva sin
duda es el punto más importante a trabajar. Aunque es indispensable hacer un arduo trabajo
con este tema, también se presentan algunos inconvenientes al momento de hablarlo con
quienes fueron víctimas de los hechos tan desgarradores que se vivieron en el municipio y
quienes creen que este punto se trabaja únicamente desde el ámbito político no pueden dejar
de lado que lo psicológico también juega un papel importante al momento de crear la
memoria colectiva.
Después de presenciar tanta violencia y aguantar tanto dolor, no solo victimas sino también
quienes no sufrieron un rasguño de la guerra, pero que sentían el dolor de sus vecinos como
propio, decidieron crear una comisión para la reconciliación en el año 2004. Este comité
indagó sobre las experiencias y actividades que se estaban llevando a cabo en otros
municipios del Oriente de Antioquia. Igualmente:
“Estos talleres cumplieron con varias funciones, entre ellas la toma de conciencia por parte
de las víctimas de su condición y de sus derechos” (Rubiano Pinilla, 2017. pp 319-320).
En algún momento, las víctimas de Granada se sintieron de cierta manera abandonados a
pesar de considerar el conflicto vivido allí como diferente a todos los otros que se vivieron
alrededor del Oriente antioqueño, es de aquí que partió la decisión de tomar como referentes
los talleres en los pueblos aledaños para lograr una activación de los individuos y de la misma
forma a impulsar a las población que fueron víctimas del conflicto armado interno. Luego al
ver que los talleres eran bastante positivos, los habitantes de Granada en memoria a las
víctimas, tomaron la decisión de iniciar un trabajo con las personas asesinadas a manos de
los grupos armados, así como los desaparecidos y de esta forma nació el Salón del Nunca
Más.
Al principio no fue fácil sacar adelante la idea que se tenía del salón, pero al tiempo que se
iban realizando los talleres, este proyecto iba tomando forma y los habitantes del municipio
que hacían parte de estas iniciativas iban entendiendo la importancia de recordar.
“Esta dimensión emocional del trabajo de memoria es parte constitutiva en estos procesos,
pues en situaciones como las acontecidas en Granada asesinatos selectivos, masacres,
desapariciones y desplazamiento de la población, el resultado final no sólo es el trauma
individual sino también el colectivo” (Rubiano Pinilla, 2017, p. 321).
Por consiguiente, la experiencia que traumatizó a Granada el silencio por parte de ellos o la
timidez a la hora de hablar del conflicto tienen que ver con un tema que se denomina crisis
del lenguaje. Las victimas dan a entender que no hay palabras que puedan describir todo lo
vivido allí durante la guerra. De este modo el objetivo de construir la memoria colectiva en
el municipio es un intento de cierta manera por darle un sentido a la guerra que golpeó el
municipio y encontrar la forma de narrarlo para que lo que no vivieron dicha guerra pero
quieran conocerla puedan entender dicha narración.
Más que la construcción de una memoria colectiva, lo que ha logrado instaurar el Salón del
Nunca Más son formas simbólicas de reparación que ayudan en primera instancia a que las
familias de las víctimas logren llevar su duelo de manera más pasiva y a que traten de que
su dolor sea menos destructivo. Pero de alguna manera es un trabajo al que no se le ve fin,
pues el tiempo no ha estado a su favor y este ha sido constantemente interrumpido es por esto
que se ha considerado que para las victimas el presente sigue siendo el drama que invadió el
municipio.
Capítulo 2
La voz de las victimas
Según un reporte actualizado el 1 de octubre de 2019 de la Unidad Nacional De Victimas en
Colombia hay un total de 8.910.526 víctimas registradas y 15.759 de estas son pertenecientes
al municipio de Granada-Antioquia.
El termino Victimología no es únicamente decir que X persona fue víctima de un conflicto,
por el contrario, es un término bastante amplio que abarca todas las fases que dicha persona
vivió durante el conflicto, todos los factores que conllevaron a que fuera reconocida como
una víctima y todo el proceso que vive desde el momento en que se convirtió en una.
“Entendemos el término victimidad como un concepto general, un fenómeno específico
común que caracteriza a todas las categorías de víctimas cualquiera que sea la causa de su
situación. De esta manera la victimología satisface por completo las necesidades de la
sociedad, y su definición como ciencia de las víctimas resulta ser la más adecuada; por eso
se tomará en consideración todos los fenómenos que provocan la existencia de víctimas, en
la medida en que tienen alguna relación con la sociedad” (Benjamín Mendelsohn, 2014. pp
3).
Por lo tanto este concepto es relacionado con la personalidad de los individuos que son
víctimas de un conflicto, pero también a la colectividad que cada uno de estos conlleva dentro
de su proceso al considerarse como afectados por las consecuencias de sufrimiento que el
conflicto les causa.
Después del periodo más sangriento y doloroso que vivió Granada, en el año 2004 la
comunidad tomó la decisión de crear un comité de reconciliación dentro del municipio. Las
funciones del comité fueron más positivas de lo esperado por los habitantes del municipio y
quienes hacían parte de esta comisión, pues la toma de conciencia por parte de las víctimas
de la condición en que se encontraban y los derechos que tenían por ser reconocidos como
víctimas. Pero no hay que olvidar que entre los sentimientos de algunos habitantes del
municipio aún existe el de abandono.
A partir de este comité y del buen acogimiento que tuvo por parte de la ciudadanía, nació la
idea de trabajar con fotografías de aquellos que fueron víctimas, pero no estaban para
contarlo; desaparecidos, asesinados, idea que después de un arduo trabajo se convirtió en un
salón para rendir homenaje a los mismos y que posteriormente se denominó como el Salón
del Nunca Más.
Más que un salón con fotografías e historias es considerado como un cementerio en donde
las familias de las personas desaparecidas y asesinadas tienen la oportunidad de “hablar” con
sus muertos y en donde pueden exteriorizar de manera libre y publica su dolor.
“este sitio es como si fuera el cementerio. Como de varios de ellos no nos han entregao nada,
vengo aquí cada ocho días a velos aunque sea en las fotos y de paso a ver qué han averiguao”
(Tamayo, 2013, p. 13).
Para muchos aún no es fácil aceptar que es solo por medio de este salón en donde pueden
tener una conexión con sus familiares víctimas del conflicto, pues llevar un duelo en paz y
tranquilo en muchos casos no es fácil y esto depende también de la forma en cómo se lleva a
cabo y el acompañamiento que cada familia de víctimas del conflicto han tenido. De igual
manera para las familias de granadinos abatidos y desaparecidos durante el conflicto armado
vivido en el municipio y de quienes hasta hoy no se tiene rastro, no les es fácil erigir de
manera significativa su dolor frente a una perdida que podría ser menos dolorosa si tuvieran
pleno conocimiento del paradero de sus familiares.
Fueron muy pocas las familias que salieron ilesas del peor conflicto armado que ha vivido
Colombia y en el que su municipio estuvo inmerso, hasta el día de hoy las familias que fueron
desplazadas hacia otras zonas del país, principalmente el municipio de Medellín están
volviendo a Granada, gracias al llamado “plan retorno” que se ha ido implementando en el
pueblo, aunque el miedo y el dolor también ha impedido que muchas de estas familias
regresen a su lugar de origen.
En Granada son incontables los relatos y cada uno de estos conlleva más dolor y sufrimiento
que el anterior, pero esto no ha impedido que en medio del abandono los habitantes y
familiares de víctimas de los grupos armados hayan tomado la decisión de salir adelante y
buscar por sus propios medios las respuestas que muchos necesitan.
“en mi familia no tuvimos perdidas físicas gracias a Dios, pero como todas las propiedades
estaban en el campo se perdieron por el desplazamiento, todas las fincas quedaron
abandonadas y en este momento no hay forma de regresar a ellas porque digamos que ya esas
fincas desaparecieron” (Quintero, 2019)
No solo implica salir adelante si las pérdidas fueron físicas, pues no todos los que habitaban
en Granada para las fechas amargas en que el conflicto desangraba el municipio tuvieron la
desdicha de perder seres queridos, pero si fueron víctimas de desplazamiento forzado lo que
conllevó a la pérdida total de sus bienes, que en sus casos era una finca en donde cultivaban
su sustento y alimento diario.
“esos hechos violentos afectaron a mi familia en lo más mínimo, yo nunca me desplace para
ninguna parte, cuando el conflicto trabajaba en una vereda, aunque cuando llegaron las
Autodefensas esto se complicó mucho, pero sin embargo aquí me quedé y en mi familia
ninguna víctima directa” (Giraldo, 2019)
A pesar de tanta violencia presenciada en el municipio, muchas familias corrieron con la
suerte de no ser afectados en ningún sentido por esta guerra, sin embargo la preocupación de
los habitantes de las veredas que hacían parte del municipio no desaparecía porque si en algún
momento llegaban a ser desplazados por los grupos armados ilegales que hacían presencia
en la zona quién iba a hacerse cargo de sus fincas y el temor que sus fincas fueran baleadas
o saqueadas a muchos les quitaba el sueño. Además los relatos terroríficos de quienes vivían
en la zona urbana no eran tan alentadores como se esperaba y esto causó impactos
emocionales en muchos habitantes.
La permanencia en la zona rural constituía un riesgo para la vida de quienes habitaban allí
porque las confrontaciones entre guerrilleros y paramilitares cada vez se intensificaban más
y eran los civiles quienes sufrían durante estos enfrentamientos, no únicamente por el temor
a las balas, sino que el sueño se volvió un privilegio y para estos el día no acababa pues en
la noche, las ráfagas, los pasos, los gritos e incluso los grupos armados irrumpiendo en sus
casas no permitían conciliar el sueño de ninguna manera.
“yo vivía en la vereda La Selva, a nosotros nos desplazaron, fue en el 2003. Un martes, yo
me madrugué a coger cañita y a moler, entonces yo me metí al ruedo de la casa y como por
ahí pasaba un camino, entonces llegó esa gente del monte y pasaron por ahí y entraron a pedir
tragos, entonces le dijeron a mi esposa que si había aguapanelita y ellas les dijo que no había
nada porque se había apenas levantado” (Duque, 2019)
El miedo que sentían los habitantes de las diferentes veredas se iba acrecentado con el pasar
de los días, la negación a brindarles lo que los integrantes de grupos armados pedían cuando
llegaban a invadir sus hogares conllevaba ciertas consecuencias y si accedían podían ser
catalogados como colaboradores de los grupos armados y en casos de tan extrema violencia
que presenciaba Granada, la muerte era la consecuencia más común para quienes no negaban
un vaso de aguapanela, sin diferenciar entre un grupo y otro.
“yo tenía un hijo que me ayudaba a trabajar, ese día me dijo papá voy ayudarle a coger caña
entonces yo le dije no mijito duerma otro ratico, cuando ahí mismo bajó el ejército y
encendieron la casita a plomazos por las cuatro esquinas, entonces un muchacho de los que
llegó a pedir aguapanela se mandó pa´ dentro, entonces al rato dijeron que saliera la guerrilla
que había adentro y salió uno que no se alcanzó a volar con los otros y le pegaron un tiro en
un pie y ese muchacho cojeando, entonces uno del ejército dijo muchachos por ese era por el
que yo venía, denle bala y lo prendieron y lo volvieron nada” (Duque, 2019)
Sin duda cada amanecer en las veredas de Granada el gran porcentaje de relatos conllevan
sangre y dolor, sin hacer distinciones de quienes estaban en la guerra como de quienes fueron
víctimas de los mismos, pues cada uno de los que fueron abatidos tenían historias por contar
y en muchos casos los combatientes fueron llevados allí en contra de su voluntad ¿cuántos
serían los que cayeron en medio de enfrentamientos con la ilusión de ver a sus familias?
¿Cuántos murieron sin dar el último adiós a sus seres queridos? La vida para estos era
efímera, pero para las víctimas era todo lo contrario, sus ideales y sueños los hacían creer
eternos, es por esto que sus familias consideran el Salón del Nunca Más como un campo
santo, en donde pueden compartir con sus seres queridos todo lo vivido después de su muerte.
“donde estaba el muchacho mío durmiendo tiraron una granada y eso lo mató, hizo un hueco
adentro de la explosión, enseguida explotó todo el techo, la nevera quedó llena de huecos por
las balas, el televisor todo quedó vuelto harina. Luego cogieron a mi hijo muerto y el otro
muchacho y los pegaron” (Duque, 2019)
Aunque allí existe el Salón del Nunca Más que le ha dado la oportunidad a los familiares de
estas víctimas mortales del conflicto tener un lugar donde recordarlos y hacerles homenaje
es irrefutable ver el dolor en los ojos y en cada palabra que sale de la boca de estas personas,
ver con cuanta maldad y sevicia eran asesinados sus familiares deja huellas que son
imborrables, cuesta creerles cuando dicen que lo han superado, pues sus mentes conservaran
en el tiempo cada escena vivida durante este conflicto armado, que no solo desangró su
municipio sino la vida de quienes no merecían morir de estas formas tan crueles.
El peso del miedo y el dolor siguen presente en los granadinos, pero la lucha de estos por
dejar atrás tan oscuro pasado es inagotable, trabajar por quienes ya no están, por conservar
sus memorias y la memoria del municipio es su principal objetivo.
Hay que reconocer la capacidad de los granadinos de resistir, de recuperarse y seguir en una
lucha para que la verdad de lo sucedido prime por encima del silencio y son estas 15.759 una
representación de la cara de la violencia y de las múltiples formas en las que en sus
condiciones de víctimas no han dejado que se detenga sus intenciones de sobrevivir.
Todos nacemos con la idea de ser algo para el mundo. Un ingeniero se prepara para construir,
un maestro para enseñar, un doctor para sanar, pero nadie se prepara para morir a manos de
personas que no sienten empatía por el otro y que por el contrario creen estar preparados para
acabar con vidas ajenas. Es por esto que un perdón nunca será suficiente para resarcir el dolor
que causaron a tantas familias, las victimas merecen la verdad y principalmente aquella que
aún continúan en la búsqueda de sus seres queridos, quienes hace muchos años salieron de
su casa pero tuvieron la desdicha de no regresar.
Las víctimas del conflicto armado tienen un concepto de crueldad muy distinto a los que
aparecen en el imaginario de quienes no sufrieron ni un rasguño de la violencia, para ellos
los victimarios se han pisoteado sin ninguno reparo la dignidad humana y estos han tenido
desde siempre su propia razón para justificar los medios y los hechos violentos cometidos.
Las consecuencias en las familias de las víctimas son imborrables y estas pasan por un
proceso de terror y duelo. Hay momentos en que las estas familias sienten la necesidad de
dejar atrás el dolor que por tantos años han sentido y la memoria de los mismos trata de dar
paso entre el recuerdo y el dolor y la dignidad de aquellos que se fueron en medio de la
guerra. Dichas pérdidas son heridas permanentes porque para quienes no han podido
encontrar respuestas y aún siguen en la incansable lucha por encontrar sus familiares, los
sentimientos experimentados son diversos, la rabia y la injusticia, la culpa, y el sin sentido
que le dan a sus propias vidas. Este conflicto acabó con muchos proyectos de vida que aunque
para los granadinos parecían chiquitos en realidad lo eran todo, sus fincas, los animales que
hacían parte de estas, los sueños de poder ir a la ciudad a estudiar y lograr una profesión o
un trabajo digno que les permitiera salir adelante.
“uno se siente liviano cuando habla de eso, contar las cosas que han pasado, se siente un
descanso sacar todo el dolor que se tiene dentro. Saber que alguien escucha, sin juzgar, porque
lo que ha pasado no es únicamente la violencia con esos grupos, también ha habido violencia
familiar y todo. Asumir todo eso y aguantar y tenerlo aquí dentro oprimido” (La comisión de
la verdad y Memoria de Mujeres Colombianas, 2013, p. 27).
Entre las consecuencias que dejó el conflicto en los granadinos es evidente la paranoia
colectiva que sembró tanto terror en el municipio. La descripción de esos momentos de miedo
y dolor muestran el carácter impensado de una violencia que identifica a los perpetradores
de tantos hechos violentos con una capacidad inalienable de producir el más profundo terror.
Hay una parte en el tema de victimas que es importante dar a conocer y es que las mujeres
en su momento sufrieron más estos hechos que los hombres y es importante que las
experiencias que cada una de estas vivió sea contada para de esta manera entender la gran
diferencia que existe entre ellas y la experiencia masculina en medio de la guerra.
“Porque, primero lo necesitaba, y me centré demasiado en el trabajo, entonces eso me
ayudaba a disipar el dolor y a disipar todo lo que estaba pasando. Pero nunca me enfermé, yo
nunca me enfermé, yo no sé qué es ir a un hospital para nada. Porque yo he sido fuerte, y yo
lloraba un ratico y listo, se acabó pues y limpiaba mis lágrimas y párese porque es que la vida
sigue, ese era mi lema. Entonces no, cuando tenía que llorar lloraba y cuando tenía que reír
yo reía, y trataba de hacerles la vida feliz a mis hijos. O sea que yo pienso que yo no me dejé
derrotar por el dolor ni por nada” (La comisión de la verdad y Memoria de Mujeres
Colombianas, 2013, p. 31)
A pesar de ser más violentadas que los hombres las mujeres víctimas del conflicto armado
en Granada-Antioquia tienen experiencias de extremo y profundo dolor y sus diferentes
formas de narrarlas demuestran que existen miles de maneras de afrontar la violencia.
Capítulo 3
Construcción de la memoria de Granada Antioquia
En el momento en que se conoce y se escucha de manera directa los testimonios del conflicto
armado en Colombia, al resarcir en el salvajismo con el que fueron efectuadas tantas
masacres y la manera en la que muchas comunidades principalmente campesinas tuvieron
que abandonar sus tierras, aquel que escucha estos relatos es afectado de manera vehemente,
sin dejar de lado los sentimientos de tristeza e impotencia. Todos estos relatos son narrados
con un sentimiento de dolor y las veces en que deben volver a traer al presente aquellos
hechos dejan en evidencia todo el daño que causaron los grupos armados a los civiles.
Los habitantes del municipio de Granada han llevado a cabo iniciativas de memoria, todas
estas con el fin de glorificar el recuerdo de las memorias del conflicto armado y las victimas
que se llevó en su paso por el municipio, entre las más importantes como se ha mencionado
en diferentes párrafos de esta investigación es El Salón del Nunca Más y es necesario
resaltar que por medio de este salón la recuperación narrativa de los hechos repugnantes y
dolorosos vividos en Granada se ha desarrollado principalmente por medio de la fotografía.
Por medio de este salón se ha buscado la posibilidad de superar el conflicto armado en donde
se vio atrapado el municipio y en el momento en donde se decidió firmar un acuerdo de paz
con el grupo armado más sangriento que tuvo la historia de Colombia se formó un cruce entre
dos premisas. La primera, ir por el lado de una justicia transicional en la que muchos crímenes
quedarían en el olvido o la segunda, destinar una ley para que todos los victimarios fueran
castigados. Es aquí donde queda un papel esclarecido frente a una posible impunidad a salvo
de una asociación de estos grupos armados con el Estado sin posibilidades de venganza o la
indiferencia que conlleva el olvidar todo lo sucedido.
“Desafortunadamente, entre quienes están por la reconciliación que nos lleve a la paz, la
mayoría piensa que la memoria que buscamos y la verdad que reclamamos son solamente
para la reparación de las víctimas y para que se castiguen todos los delitos. Pero resulta que
memoria y verdad también pueden llevar a reconocimiento de culpa por el victimario, a
justicia transicional acompañada de perdón, que no siempre significa olvido, como piensan
algunos al identificar perdón y olvido” (Hoyos, 2012, p. 91).
En la comprensión de un proceso que involucra la reconciliación a la que debe sumergirse
toda Colombia, Hoyos recalca la importancia que conlleva la memoria y la verdad más allá
de un castigo y reparación.
En la superación de la violencia las víctimas del conflicto armado que aún tienen la
posibilidad de narrar los hechos vividos deben ser favorecidas y la construcción de una nueva
memoria, muy apreciada y respetada, pues son estas víctimas quienes llevan consigo la
posibilidad de la reconciliación. Su voz como todas aquellas que sufrieron en el conflicto
deben ser escuchadas por los grupos armados que invadieron su municipio, por el Estado
colombiano y por la sociedad en general. No basta únicamente con que aquellos grupos
armados hayan pedido perdón, pues el perdón de las víctimas y la transformación que
necesitan estos para conseguir la tan anhelada paz no incluyen solamente la impunidad, sino
que requiere también el ejercicio simbólico de la memoria.
“Perdón, para que valga la pena y pueda ser por tanto de lo imperdonable, ya que lo
perdonable será perdonado sin problemas por alguna compensación como castigo o
reparación, no puede significar olvido; todo lo contrario, exige que haya a quién y qué
perdonar” (Hoyos, 2012, p. 10).
Dicho perdón que surge desde la animadversión ante los agravios que recibieron los
habitantes de Granada no es algo que brote de ellos desde afuera, por el contrario este perdón
es para ellos una necesidad transcendental para seguir viviendo, con la idea de que muchos
victimarios quedaron ilesos de todos aquellos delitos que cometieron en su municipio.
Perdonar tampoco simboliza el olvido, pues dejar de lado la memoria de sus familiares, cuyas
vidas fueron apagadas no está entre sus planes. El perdón de estos ciudadanos lleva inmerso
que recordar es tener a alguien a quien perdonar por algo que hizo y dejó huellas de profundo
dolor.
Construir la memoria de Granada es ir más allá de la reconstrucción de las narraciones que
traen al presente todo aquello que se vivió durante en el conflicto. Construir la memoria desde
la experiencia como víctimas y desde el camino que han tenido que cruzar para sobrevivir al
horror que trajo consigo tanta violencia, no es nada fácil para aquellos que tuvieron el
infortunio de vivirlo, pues han atravesado por un silencio de largos años y ven la necesidad
de construir la memoria de su municipio pero apoyados en la confianza de quienes escuchan
sus relatos con respeto y que dan el valor merecido a cada palabra
Para construir la memoria que necesita el municipio de Granada-Antioquia, lo más
importante es conocer la verdad, aquella que ha sido esquiva para los granadinos durante
tantos años y que aunque por medio de El Salón del Nunca Más se quiera encontrar dicha
verdad esta no ha sido escuchada. La verdad se refiere entonces a los hechos del pasado pero
que se han prolongado a lo largo de la historia hasta este momento y que precisa de la
recordación de las víctimas que han resguardado su propia verdad para ser dicha y atendida
por la sociedad.
Edificar la memoria de Granada desde la verdad de todos aquellos que pudieron sobrevivir a
los agravios cometidos por los grupos armados ilegales que penetraron el municipio es un
sinónimo de libertad, pues los granadinos se han apropiado de una memoria que entre ellos
mismos han logrado construir.
“hemos hecho proceso de reconstrucción de la memoria de las víctimas del conflicto
armado de este municipio y en El Salón del Nunca Más hemos buscado generar un
escenario físico y una dinámico social y política donde de manera permanente se exprese la
vos de una sociedad que da a conocer al mundo los atropellos vividos en el marco del
conflicto armado” (Quintero, 2019)
Los granadinos han dado un amplio significado, sentido propio, a la reconstrucción de la
memoria que entre ellos mismos han logrado. Es importante para dicha construcción que la
experiencia que vivieron todos aquellos que habitaban Granada para el momento del
conflicto sea mostrada por medio de palabras para dar forma al contraste con respecto a la
experiencia que vivieron victimas de otros municipios aledaños a Granada. También es
significativa la aceptación del conflicto y las pérdidas que trajo el mismo por parte de las
víctimas que aún no lo han hecho, las estrategias de aquellos que ha logrado dejar de lado el
conflicto y los aprendizajes que cada un adquirió al vivir este conflicto y el poder sobrevivir
al mismo.
En los relatos de la gran mayoría de habitantes de Granada se evidencian experiencias de
extremo y profundo dolor y que aun así quebrantados, afrontaron la violencia y la desolación
originaria de la misma. Las estrategias de construcción que han adoptado en el municipio
están amparadas bajo un tejido afectivo y social que los ha sostenido desde que iniciaron a
construirla. Las incontables experiencias de solidaridad entre los granadinos, han proyectado
un futuro arraigado a la memoria que en algún momento terminaran de edificar y todo esto
ha surgido como una manera de reparar entre ellos mismos el daño y asegurarse de que el
conflicto no volverá a repetirse.
Un elemento que juega un papel crucial a la hora de construir la memoria de un lugar que fue
afectado por la violencia y que se considera un vehículo para llegar a dicha construcción es
el testimonio de quienes pudieron sobrevivir a los ataques por parte de los grupos armados,
en este caso los guerrillero y paramilitares.
“no sólo o necesariamente como prueba jurídica, sino como parte de una estrategia explícita
de quienes llevaron adelante la acusación: se trataba de traer al centro de la escena mundial
la memoria del acto violento como parte central de la identidad” (Wieviorka, 1998, p. 41)
En efecto, son convenientes los interrogantes que surgen por parte de quienes están en el
proceso de la construcción de la memoria con respecto a sus testimonios ¿Con qué objetivo
son estos testimonios? ¿Quién los escucha?
En Granada, aparte de existir El Salón del Nunca Más, también existe una asociación de
víctimas que lleva por nombre Asovida, está se creó con el fin de reunir a las personas del
municipio que fueron afectadas por el conflicto. Asovida cuenta con la participación de 180
afiliados, quienes en su mayoría son mujeres, también hacen parte de esta asociación los
campesinos desplazados de las veredas que conforman a Granada y habitantes de la zona
urbana del municipio, quienes no contaban con amplios recursos y que fueron víctimas de la
guerra de diversas maneras. El papel que juega asovida en la construcción de la memoria del
municipio de Granada es indispensable para no desviar la construcción del camino correcto.
Pues allí se han venido ejecutando actividades que conllevan al apoyo emocional de todas
las victimas que hacen parte de la asociación, por otro lado brindan asesorías legales a
quienes no han contado con ayuda por parte del Estado y quienes hasta el momento no han
recibido ningún tipo de reparación.
A parte de todas estas actividades y sin poner una por debajo de la otra, el trabajo más
importante y visible que han hecho dentro de esta asociación para lograr el objetivo de
construir la memoria de su municipio ha sido por medio de iniciativas que están enfocadas a
visibilizar ante el mundo el conflicto que hostigó durante años su pueblo, de igual manera la
lucha que han tenido contra la indiferencia y el olvido que ha sufrido Granada ha sido
incansable, pues estos se resisten al olvido total del lugar que a muchos vio crecer y que hasta
ahora ha sido el único refugio después de la guerra.
En Granada los hechos traumáticos que dejó la guerra son incontables pero son estos mismos
quienes posibilitan a la reconstrucción de tejidos sociales y la facilitación de procesos de
elaboración de duelos entre las víctimas. Al llevar a cabo ejercicios de recordación de sucesos
del pasado de forma grupal pero dando el testimonio propio e individual, se encaminan a
mirar de frente los eventos del pasado y dar confirmar las experiencias dolorosas y que
dejaron trauma entre los habitantes.
Los procesos de construcción de memoria histórica pueden acarrear con ellos impacto en el
bienestar psicológico y social de las víctimas que participan en estos procesos. Es preciso
señalar que los resultados de estas técnicas pueden ser efectivos, pero que también pueden
estar encaminados a contextos y conflictos no esperados, que de no ser atendidos de manera
inmediata y correcta pueden desencadenar sentimientos que se consideran perjudiciales para
las víctimas. Es por esto que El Salón del Nunca Más y Asovida han identificado de manera
previa el valor que le dan los habitantes a la memoria tanto de las víctimas como de su
municipio.
Conclusiones
Conocer las razones y las causas de todas las desapariciones, asesinatos y todas las formas
de agresión contra los habitantes del municipio de Granada, se ha vuelto una necesidad para
todos los familiares de estas víctimas. Estas familias han adquirido un gran valor que se hace
evidente en las actitudes que han tomado después de terminado el conflicto armado en esta
zona del país, sin embargo esto no les ha servido de mucho para encontrar las respuestas que
tanto anhelan, puesto hasta el día de hoy muchas familias no han podido darle descanso a sus
víctimas.
Aquellos granadinos que enfrentaron cara a cara a los armados y que han tenido la fortuna
de contar aquellas historias de dolor causadas durante el conflicto, son la muestra clara de
los traumas, las huellas tanto físicas como emocionales que dejó esta experiencia en cada
uno.
Es por esto que para todos aquellos que aún habitan en el municipio de Granada es
indispensable crear vínculos entre la historia vivida y la memoria y que la construcción de su
memoria tenga lugar a combatir el olvido de los hechos repugnantes que vivió Granada,
además es de gran valor la importancia que ha ido adquiriendo con el tiempo los elementos
narrativos que han permitido contar la historia del municipio.
A los habitantes de Granada les ha tocado de múltiples formas reconstruir sus pasados y estos
consideran esta reconstrucción como el paso más importante para construir la memoria
colectiva del municipio y con esta avivar los sentimientos y experiencias de una fecha que
marcó la historia de su pueblo, la fecha en que los grupos armados ilegales irrumpieron su
pueblo para quedarse.
Poder construir y mantener en el tiempo la memoria que están construyendo desde hace
varios años les permite a todos los granadinos no dejar de lado su pasado, su historia y las
representaciones tanto de dolor como de paz que causó el conflicto interno más grande de
Colombia, todo este trabajo realizado por ellos es un intento por mostrarle al mundo exterior
que el pasado permanece en ellos aunque la historia de su municipio se siga edificando.
En este lugar construir dicha memoria no es considerada una necesidad individual, por el
contrario desde siempre ha sido considerada como una memoria colectiva que incluye a
quienes fueron víctimas como a los que no sufrieron durante el conflicto, pues de esta manera
volver a recordar el pasado en conjunto le da un sentido compartido a los eventos de dolor y
desgracia que vivieron.
Posiblemente, las masacres, el carro bomba, las desapariciones forzadas, los desplazamientos
y tantos otros crímenes cometidos en Granada ya hayan sido dejado de lados y olvidados por
la población que no tuvo lugar en esa historia y probablemente también haya sido olvidada
por el Estado colombiano, a excepción claramente de aquellas personas que vivieron y
sobrevivieron a estos hechos.
Las víctimas son indudablemente el elemento principal para la construcción de una memoria
colectiva ya que para construirla se trata de contar la historia desde el lado de sus
protagonistas. Aunque para muchos es difícil volver a ese oscuro pasado y simplemente
quieren olvidar todos aquellos momentos de tormento que tuvieron que vivir, ignorarlas y
seguir viviendo su vida como si nada de esto hubiera pasado. Sin embargo hay otros tantos
que prefieren olvidar estos hechos de manera activa, esto conlleva a confrontar y transformar
la experiencia vivida en el municipio de forma social, reconocer los actos causados por los
grupos armados y mostrarlos al mundo exterior para empapar a todas la sociedad de su
historia y hacerlos parte de la misma.
Lo que hemos intentando señalar en este trabajo es la importancia y la necesidad de construir
una nueva memoria en el municipio de Granada-Antioquia, pues aunque es cierto que el
Salón del Nunca Más y Asovida han hecho un trabajo arduo por construir de manera colectiva
la memoria de su municipio aún queda mucho camino por recorrer, principalmente porque
muchas de sus víctimas hasta hoy todavía se encuentran desaparecidas y muchas de las que
tuvieron la fortuna de sobrevivir se niegan rotundamente a superar el conflicto.
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Antioquia, Medellín
Anexos
ENTREVISTA VICTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO EN GRANADA-
ANTIOQUIA
NOMBRE: ______________________ EDAD: ____________________
1. Cuando inició el conflicto en el municipio ¿de qué vivía?
2. ¿Por qué cree usted que se dio esa guerra?
3. ¿Cómo le afectó a usted y a su familia esos hechos violentos?
4. ¿De qué manera afrontaron la situación?
5. ¿Cree usted que han recibido apoyo del estado?
6. ¿Cree usted que el proceso de paz fue el fin del conflicto armado?
7. ¿De qué manera cree que se puede reconstruir la memoria del municipio?
8. ¿Qué necesitan para dicha reconstrucción?