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El consultorio, el material de juegos, el cajón individual; problemas técnicos que surgen en su

manejo diario.Mayra Vanessa Acevedo Garza

Nestor Guadalupe Escamilla Contreras

La habitación

L a h a b i t a c i ó n e n donde se psicoanaliza a un niño no precisa ser grande porque la técnica de juego no exige mucho espacio.

Las paredes deben ser lavables y conviene q u e e l p i s o e s t é recubierto.

La habitación

Es óptimo si se dispone de un cuarto de baño comunicado con el trabajo, de uso exclusivo del paciente. La puerta no se cerrará desde el baño para evitar dificultades.

Las puertas del consultorio se cerrarán desde dentro y deben ser dobles o de un material que impida que lleguen ruidos o conversaciones.

Hay que mantener un clima apacible y sólo por fuerzas mayores podrá entrar otra persona al consultorio durante la consulta.

La habitación

La mesa y sillas serán cómodas y simples.

Es necesario un mueble c o n c a j o n e s p a r a guardar el material que d e d i c a m o s a c a d a paciente. Cada cajón debe quedar cerrado con su llave al final de cada sesión.

Los juguetes

Se recomienda tener un diván para los niños y también para los pubertos.

El aspecto del consultorio debe ser en sí mismo la regla fundamental, sin que se le explique al niño lo que debe hacer, por lo cual en la primera sesión los juguetes y demás objetos se colocarán en la mesa. Se pueden incluir juguetes predilectos por el niño (información de los padres).

Los juguetes

La primera acción que realiza el niño y el tiempo que transcurre hasta que la inicia, nos enseñan mucho sobre su actitud frente al mundo; y el grado de inhibición de juego que manifieste es un índice de la gravedad de su neurosis. En la primera sesión el niño suele mostrar cuál es su f a n t a s í a i n c o n s c i e n t e d e enfermedad y de curación y cómo acepta o rechaza nuestro papel de terapeuta.

El cajón individual

El cajón individual cobra enorme importancia. Algunos niños durante meses no tocan un juguete, otros se empeñan en dejar todo fuera, como si no les importara tener algo para sí.

En ocasiones el niño quiere llevar a casa material del cajón, esto debe ser evitado, sin embargo, si se considera muy útil puede permitírsele.

A veces el niño puede robar el material, esto será motivo de interpretación en la sesión siguiente.

Los juguetes del niño

Si el niño trae algún objeto de casa, quizá quiera mostrarnos algo de su situación familiar, en este caso se le dará libertad de dejar el objeto en el cajón o de llevarlo nuevamente a casa.

Si el niño opta por dejar su o b j e t o e n e l c o n s u l t o r i o , incorporándolo con los demás objetos de su cajón, quiere decir que el niño sufre un gran desamparo y de este modo s a t i s f a c e s u a n h e l o d e transformar el consultorio en su hogar.

Los juguetes del niño

Hay materiales que deben estar siempre a disposición del niño, como por ejemplo el agua, papeles, goma de pegar y plastilina; aunque el uso de a l g u n o s d e é s t o s d e b e e s t a r controlado por el analista. (El fuego en ocasiones puede ser parte de los materiales a manipular por el niño)

Papel, lápices y colores, son los materiales con los que se comunica un niño de 6 a 12 años y deben estar a su disposición con este fin.

Rol del juego

Cuando el analista juega con el niño, es necesario que éste sepa el papel que le toca jugar. Hay que preguntarle al niño qué rol nos toca jugar y cómo quiere que juguemos.

Es necesario tener algo de placer por el juego y desarrollarlo notablemente.

Al finalizar la sesión

A veces el niño no quiere irse una vez terminada la sesión; conviene entonces cerrar el cajón individual, despedirse de él y pedir a la persona que lo acompañó que entre a buscarlo. Es necesario nunca olvidar cerrar el cajón individual con llave.

Cuando el análisis se interrumpe por vacaciones o cualquier motivo, es necesario dejárselo claro al niño con anticipación y estar atentos a las reacciones que aparecen frente a la inminencia de la separación.

Al finalizar la sesión

Al finalizar la sesión guardamos los juguetes en su cajón -con su ayuda o sin ella- y le señalaremos:

Este material le pertenece

El cajón quedará cerrado con llave

Nadie tendrá acceso a él en su ausencia y el terapeuta lo abrirá antes de iniciar la sesión siguiente

Todo lo acontecido durante la sesión será mantenido en una reserva absoluta por nuestra parte

El horario semanal convenido

Todo cambio o entrevista con familiares se discutirá con él y luego se le comunicará a los padres.

El pago

Hay niños muy pequeños que recuerdan a sus padres el pago de las sesiones. En su juego expresan sus fantasías inconscientes con respecto al pago, del mismo modo que un adulto lo verbaliza en la sesión de forma directa o indirecta.

Suele ser práctico sugerir a los padres que se entregue el dinero del pago al niño antes de iniciar la sesión, para que así éste se sienta con mayor independencia y se haga responsable en otros planos.

Finalizar el análisis

Para decidir el final de un análisis tenemos que valorar el graneo en que éste es un éxito. Podemos considerarlo determinando si han desaparecido los síntomas, si se han ampliado sus intereses, si tiene mayor capacidad de goce duradero y si ha equilibrado la dependencia e independencia con su medio ambiente. Suponer que un análisis es un seguro de salud mental durante toda la vida, es una utopía o un engaño.