U '1VERSIDAD DE MÉXICO
Coronación,Por Rosario CASTELLANOS
"I,l'I
29
En la literatura hispanoamericana el ho-.rror abandona -por conocidas, no porinoperantes- sus antiguas madrigueras:la selva antropófaga, la llanura alucinan-'te, el tremedal hipócrita. Guarda sus viejas máscaras: la del capataz de plantación, la del torturador y carcelero, la deltirano loco.
El horror se había detenido en los suburbios de estas ciudades nuestras, confusas ante su crecimiento repentino, yhabía hecho un minucioso inventario demiserias, de vidos, de basuras.
Mas he aquí que el horror se deslizaahora hasta los barrios apacibles y seabren, a su paso, las puertas de las viejas mansiones, las mismas que se habíanopuesto tercamente al asalto de la muerte, al asedio del tiempo, a las seduccionesde la variación. La imagen del horror seduplica ya en esos espejos que nuncacontemplaron sino desgracias nítidas yfelicidades plausibles. Allí lo captura JoséDonoso, que no se deja engañar por esacara tan parecida a la nuestra de todoslos días.
Buena presa ha cobrado el cazador yueahora cobra buena fama. Ya su trompeta sabe modular el nombre, la historia.José Donoso nace el 5 de octubre de1925, en algún lugar de Chile que ha deser tan obvio, o tan insignificante, que novale la pena o que no se puede precisar.Entre la ciencia y las humanidades, ambas tradicionalmente cultivadas en su familia, escoge las humanidades. Pero apenas termina el bachillerato lo tienta laaventura y parte ep su busca. Trabajacomo ovejero en 'Magallanes y comoapuntador de puerto en Buenos Aires.Vuelve a su patria; asiste durante cuatroaños a los cursos del Instituto Pedagógico y obtiene una beca para estudiar literatura inglesa en Princeton. Dos años deestancia universitaria y luego el viaje deretorno, pasando por México y Centroamérica. Pero no ha de establecerse enSantiago sin antes hacer esa peregrinación a las fuentes, que todos nos debemos, a Europa.
Ahora, en el filo de los cuarenta años,Donoso se dedica a la tarea docente ya la realización de una obra literaria dela cual no alcanzamos a consignar másque tres títulos: Veraneo, que desde1955 ampara un tomo de relatos. Doscuentos, de la misma fecha y una novela -Coronación- que data de 1957 yque es la única que ha transitado, paranosotros, de referencia a experiencia, denoticia a lectura. Quizá por su falta deantecedentes y de contextos, por su calidad de fenómeno que se produce en elvacío, nuestro juicio exagera o disminuye (pero no es capaz de situar con exactitud) la importancia de este libro. Incondicionalmente, pues, admiramos la seguridad del oficio de su autor, la madurezde la concepción, el hábil, el implacablerigor con que maneja sus materiales.
De ello se sirve para transmitirnos lavisión de su mundo, un mundo de compartimientos estancos en el que instituciones rígidas y conductas estereotipadasconfinan a las clases y a las personas(¿ personas?) en el aislamiento. Perocuando el azar establece un contacto, por
mínimo que sea, entre estas islas de monólogo sin eco, se pone en marcha unmecanismo en el que cada uno de loselementos recorre la trayectoria necesar'iapara llegar a su término fatal, que es lacatástrofe.
Sin embargo, este cuadro estrictamente fatalista no excluye la libertad. Sóloque la libertad se ejerce, como queríaSartre, "en situación". Los personajeseligen, no en un nivel de conciencia sinode instinto y aun de renuncia voluntariaal ejercicio de la razón, entre las muypocas alternativas posibles, aquella cuyaforma responda mejor a esa idea innataque cada ser guarda dentro de sí de cómoha de cumplirse su aniquilamiento.
Porque la fuga de Estela y Mario,por ejemplo, que podría interpretarse, demanera superficial y errónea como una
José Donoso - .• madurez, seguridad"
salvación, no es más que el rechazo dela forma inadecuada de destrucción quese les ofrecía. Ellos irán erosionándosemutua, lenta, inexorablemente, siguiendoel trazo del modelo que se da, ya acabado, en la pareja de René y Dora. La mujer, que se deshace en la pobreza, en lasmaternidades sin tregua, en el desapego,que no se atreve a ser abandono completo,del amante. El hombre intentará en vano, una y otra vez, romper el cerco desu debilidad, de sus fracasos, por mediode la violación de la ley. Pero no ha delograr más que colocarse en ese margendonde están los más vulnerables: aquellos a los que se ha despojado "de loúnico de valor con que puede contar unpobre, que es el respeto a sí mismo". Seráun ladrón, como René, su hermano, comoel padre de aquel vagabundo cuyas aventuras nos cuenta Manuel Rojas, como"Eloy", en las páginas -también chilenas- de Carlos Droguett.
Ladrón, una alternativa. Propietario,otra. Y si al primero lo galvanizan lasurgencias inmediatas -comer, acogersea un techo, vestirse- al otro lo debilitala hartura. Tiene todo de sobra, hasta eltiempo. Y el tiempo que sobra despuésque se ha consumido lo que exigen las
obligaciones 1111111as, las manías inofensiV¡lS, las rutinas sin sentido, es pe1igro..;oporque está disponible. Disponible par.lel exceso, para la pasión, ·para lo que c";más grave aún: para el pensamiento.P.ensando es como Andrés ha prescindIdo de apoyos que quizá no son satisf~ctorios parq la" ógica pero sí son indIspensables para' la vida. Así, se mant!ene el eqt1Í'\ibrio con dificultad y nosIempre. A veces se derrumba uno fulminado por la evidencia de no tener defensaninguna: ni fe, ni estructuras racionales . .. nada, nada más que terror.
Hay varios modos de recuperar elcentro de gravedad interior. Mas paraAndrés, que aspira al orden, "el únicoorden es la locurá porque los locos sonlos que se han dado cuenta del caos total, de la imposibilidad de explicar, derazonar, de aclarar y como no puedenhacer nada ven que la única manera dellegar a la verdad es unirse a la locuratotal. A nosotros, los cuerdos, 10 únicoque nos queda es el terror".
Carlos Gros, otro cuerdo, silba en laoscuridad. "¿ Pero qué no te das cuentaque la vida no es m~s que e~tructura?
Todos~' hasta los más vulgares, sabemosque la verdad, si existe, no se puede al-
. canzar. De ahí nace todo. Y tú te burlasporque los hombres buscan nombres hermosos y queridos con los cuales les seaposible engañar la desesperación. Bueno,ésa es la vida, porque no podemos vencerla muerte, son esos' engaños los que danestructura a nuestra existencia y puedenllegar a darle una forma maravillosa altiempo en que somos seres de conciencia, y aUnque te rías, de voluntad -nocosas- antes de volver a la nada y a laoscuridad. ¿Qué las soluciones ofrecidaspor las 11eligiones y las filosofías y lasciencias no bastan? Te equivocas, bastan cuando echando mano de una de ellaseres capaz de dar una forma armónica atu existencia ... La verdad en sí no interesa más que a los profesionales deella. Yo prescindo totalmente de la verdad. Me interesa sólo cuando se encuentra en relación a los demás seres y a lahistoria, cuando me pide una posicióndentro del tiempo, no fuera de é1."
Pero asumir la inautenticidad no únicamente requiere cinismo sino tambiénprecauciones. Es preciso que la estructura que se ha escogido y sobre la cualuno se vierte y se petrifica (gratuito castillo en el aire, torre de marfil sin cimientos, torre de Pisa que se inclina a lanada) no sufra ni el más ligero temblor, porque 10 derribada.
Rosario y Lourdes, al fin y al cabode otra cepa que Andrés y Carlos, "caballeros de orden e inteligencia", no tienen acceso a las categorías ni de la disolución, ni de la inautenticidad, sino quese refugian en el espíritu de servidumbreque no sólo las cosifica a ellas sino tam-
. bién al amo. La abnegación, aplicada enexceso y sin discernimiento, traspasa fácilmente sus límites ~ ra arrogarse la figura del crimen.
Elisa Grey de Abalos, en su enfermedad, parece a salvo de la opción. Perolos síntomas de la esclerosis cerebral sele presentan en una edad demasiado tem-
30 UNIVERSIDAD DE MÉXICO
toda una visión panorámica de la psicología colectiva de la revolución. Tal vezen algunos momentos la novela es demasiado esquemática, pero jamás es falsa la
prana como para con iderarlos exclusivamente naturales. La enfermedád, según Mann, no es más que otro de lostérmino d la elección yeso permite aElisa llegar a convertirse en una especiede bóveda mineral en cuyos ámbitos resuenan las vociferaciones de una conciencia -individual y colectiva- estrangulada, durante siglos, por un silencioprotector de oscuros apetitos, de sospe"Tchas inmundas, de actos degradantes.
Son sus palabras, proferidas desde la
irresponsabilidad última (pero aun asícargadas de significación funesta, porque son verdaderas) las que derribanlas construcciones defensivas tras de lascuales se parapetaban los personajes deCoronaóón, quienes quedan desnudos,inermes, frente a su destino. Lo cumplirán ante nuestros ojos, con una escrupulosidad, con un encarnizamiento, con I '
una obediencia que no pueden causarnosmás que ese espanto purificador que suscita, desde el principio, lo trágico.
L'IB'ROS_
-J.O.
mentalidad del narrador, acierta siempreen el doble juego, de revelar la verdad através de la mentira y especialmente noshace reír en todo momento. Además, elpoder de caracterización, la selección delos detalles significativos y reveladores esde una ~fectividad absoluta. En muy pocas ocasIOnes hemos tenido oportunidadde sentirnos tan claramente ante la realidad psicológica de la política mexicanacomo siguiendo las motivaciones que mueven a los personajes de Los relámpagosde agosto. La oscuridad 1 ideológica envuelve, todas las acciones y ni siquiera setrata ya .de una búsqueda del poder entanto tal, sino más bien de la chamba.Pero al lTIismo tiempo, Ibargüengoitia sabe reconocer también una cierta purezade sentimientos, en especial en las relaciones del general con su tropa, en sufIdelidades y s.us rencores, y sabe trans:mitir también un sentimiento de autenticidad vital en las acciones muy caracterís.tico y que permite que el lector jamásdeje de sentir la simpatía necesaria porlos personajes. Así, en toda la novela seencuentra la generosa comprensión delverdadero narrador, aue se burla sin des-
. '11 I .tpajar a sus' personaj'es' de toda humani-dad. Si la facilidad con que se lee, la difícil facultad de mantener siempre la atención del lector es uno de los más clarosméritos de la novela, no lo es menos elgolpe que da al mito oficial de la revolución exponiendo la falsedad de su retórica. Sin duda la característica de la sátira es su negatividad y pedirle otra posición es absurda; pero en este caso ladestrucción también puede ser positiva.Los relámpagos de agosto no sólo abreuna serie de posibilidades a nuestra literatura, sino que es una obra que se sostiene por sí misma.
CALIFICACIÓN: Importante.
REFERENCIA: Jorge Ibargüengoitia, Losrelámpagos de agosto. Colección Concurso Casa de las Américas. La Habana, Cuba, 1964. 116 pp.
NOTICIA: Jorge Ibargüengoitia ha frecuentado con rigurosa asiduidad la creación dramática antes de aventurarse porel camino de la novela. Entre sus obrasde teatro cuentan y se cuentan Susana ylos jóvenes, elotilde en su casa, Ante va'rias esfinges, El viaje superficial, Pájaroen mano y El atentado. Su dedicación loha hecho merecedor de varios premiosnacionales e internacionales, que subrayan, SI no revelan, la importancia de su
tarea teatral y su estatura intelectualTambién, ~a practicado con singular acier~to la cntlca teatral, contribuyendo me(hante ella a establecer el verdadero tonodel teatro en México. Antes de publicaresta novela, dio a conocer algunos cuentos, que anunciaban su talento de narrador, .Los relámpagos de agosto merecióel pnmer premio en el concurso organizado por la Casa de las Américas.
EXA MEN: ,Ítalo Calvino subraya en supresentaclOn de esta novela la importancIa que la aparición del género satíricopuede tener para la literatura mexicana"El momento de la sátira -afirma-, e~sIempre un momento de madurez." Sinduda, esta característica no es uno de losméritos menores de Los relámpagos deagosto, Por primera vez nos encontramos con una novela que trata de la revolución desde una distancia crítica expresada a tra.vés del humor y que, sobretodo, logra ejercer la crítica sin destruirla p.l~reza. narrativa, convirtiendo la narraclOn misma en el sujeto de ésta. Mediante la utilización satírica del género delas "memorias",. Jorge Ibargüengoitia~rea .un personaje que al contarnos su
hlstona se entrega a sí mismo y nos da
-J. G. T.
r· LOS
REFERENCIA: Alfonso Reyes, Obras Completas, volumen XVI: Religión griegay Mitología griega,. Fondo de Cultura
.Económica. México, 1964. 614 pp.
ALJ FICA IÓN: Lúcido.
NOTI lA: Inusitadamente, estas dos obrasqu e al jan entre las completas, vistiendo in boato especial el uniforme dela reedicione, con tituyen otros tantoslibr inéditos, cuyo "originales mecanográfic -puntualiza la nota preliminard Mej ía án hez- encontraban ya'a i li to· para la imprenta cuando sol revin la muerte del Maestro." Lo propi r 'S) ctiv s título de criben el cont 'nid , R' 's c n ibió la Religión "como¡lI1t, 'el nt' bli al" d la :l1itología.El! UI1 1 rin-ipi . proy ctó ·lmba. para uns I volul11 '11; I!lás tard', leci lió la separación. El pro~rallla d' la' bras ompi 'las , ~ 'nt 'nció, en el 'finitiva. una prescntael 11 qu s 'para sin di vi lir.
EXA ~11': ': 'on otra cita, esta v 'z del ml-,Ino r~" s, transla(hm s ., pr pósit del(~()bl' .trabiljo: ., aela 'nsclia al especia1i,[i1; II1fol'lnil al Ie,ctor general y recogelas 'ICtUí\¡!cS concluSlolles ele los estuelios,". 1~lgo habr:'t, sin 'mbargo, que el espe
Cialista apr 'nela de tal! colmadas páginas.I.a. p 'rsonal poesia d' algunas interpr ,la '1011 's ofre e, por ejemplo, nu 'va saviaal h '~l:nislllo onvencioual. o hay aquí,por '1 'rto, las ricas síntesis de un ]a 'gel'ni las auda 'ias ele un Robert Graves, Fal~l¡~ Cfuiz:í. la huella le una experiencia inSIt" de 1 s t 'slimonios seculares, Pero elhombr' ult ¡ue ra Heyes halló fuerzas, sensibilidad e información suficientes para 'lal rar hál iles c.quemas enlos qu' comparecen, con la devoción delaul l' p r el espírilu clásico los frutosbi 'u digeridos de una vastí~ima bibliografía. qui. iéramos, en ocasiones. mayorprofundl ¡ad n los ac~rcamientos, Enea~11bio, )' 110 es pec¡ueiia compensación,brtllan 'n todas I artes el lenguaje transpar nt , la economía deliberada y la metá fora justa.