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Gr upos de apoyo a los l iber tar ios

y sindicalistas independientesde Cuba

Boletín n° 25 enero 2012 París Francia

Sobre el futurode Cuba

Cubalibertaria

La muerte de un joven cubanoLa  muerte  en  Santiago  de  Cuba  deljoven Wilman Villar Mendoza, tras casidos meses en huelga de hambre, ponea  cualquiera  ante  la  disyuntiva  demirar a otra parte...

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Participación“incondicional”:contribución cubana a una falacia universalLa  sostenida  inversión  que  viene  lle-vando  a  cabo  el  Estado  cubano  parareactivar... 

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Una propuestalibertariapara CubaA nuestro  parecer  existen  dos  reali-dades de nuestro país que considera-mos  importante  destacar,  sin  ir  másallá...

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Sin compartir la totalidad de los análisis que acontinuación reproducimos sobre la quesucede en Cuba, nos parece que el balbuceode la nueva izquierda cubana no parece ser

muy diferente al de la nueva izquierda en muchosotras zonas geográficas del planeta. Ni los obstáculosa los que debe enfrentarse son tampoco muy dife-rentes, pese a provenir de los que gobiernan autorita-riamente en nombre de una Revolución. Ciertamente,si los que desde el Poder pretenden defender el socia-lismo en Cuba hubiesen invertido una buena parte deltiempo “en la socialización, discusión, comprensión yaplicación de toda la riqueza de 25 siglos de tradicióndemocrática y humanista del mundo…”, en vez dehaberlo invertido en denunciar demagógicamente alos “imperialistas y capitalistas”, otro gallo cantaría y“el sentido de la libertad” sería hoy “la palabra deorden”. Pero, el problema es que no lo hicieron y nadaindica que ahora lo harán. Esta es una lección que esanueva izquierda no debería olvidar si quiere proseguirafirmando, en la acción pública, su autonomía políticae ideológica frente a toda actuación autoritaria en elcamino que les queda aún por recorrer para que lalibertad sea, por fin, garantizada para todos los cuba-nos y cubanas.

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PRESOS CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

La muerte de un joven cubano

ni exigía  la dimisión de  sus máximosdirigentes: solo se demandaba la recti-ficación  de  un  apresamiento  que,según diversos testimonios, tenía visosde ilegalidad y retaliación política.

Era,  por  tanto,  un  acto  de  autode-fensa  perfectamente  compatible,incluso, con una bien ejercida razón deestado. Porque sobre los estados pesael mandato  legal,  político  y moral  develar  por  la  integridad  física  de  susdetenidos, y cuando no lo hacen mere-cen el repudio que la comunidad inter-nacional dispensó a Margaret Thatchery George Bush al dejar morir, indistin-tamente, a presos irlandeses o comba-tientes afganos.

Hace casi dos años – y en circunstan-cias  similares- murió Orlando Zapata;entonces  escribí  un  artículo  cuestio-nando  la  interpretación  de  asesinatoque  algunos  daban  a  la  inacción  delgobierno  cubano  que  acompañó  elfatal desenlace.

Alegué que las complicaciones deri-vadas  del  hecho  eran  algo  que  laHabana  (por elemental  realismo polí-

H ace algunas semanas, en unforo  de  debate  virtual,  unviejo camarada escribió -enrespuesta  a  las  asevera-

ciones  de  un  incisivo  polemista-  uncontundente y claro comentario:“Yo creo que uno bien puede solidari-zarse con PERSONAS, en especialcuando éstas son víctimas de determi-nadas prácticas(…) Creo que toda lasolidaridad que practicamos tienemucho que ver con saber poner lasideologías a un lado (en la medida enque sea esto posible) …(…) a raíz de lasolidaridad (…) Y más que las ideolo-gías, son importantes a la hora de la soli-daridad las prácticas: puedo bien soli-darizarme con alguien que no piensacomo yo, pero me es difícil solidari-zarme con alguien que piensa como yo,pero hace cosas para mí inaceptables”.

Si  ahora  rescato  esta  cita  es  paraescribir el post más incomodo de todami experiencia como columnista digi-tal.

A  veces  la  conciencia  –  emplazadapor imperativos categóricos- nos deja

pocas opciones y este es uno de esoscasos. La muerte en Santiago de Cubadel joven Wilman Villar Mendoza, trascasi dos meses en huelga de hambre,pone a cualquiera ante la disyuntiva demirar  a  otra  parte  –  permitiendo  larepetición de estos hechos- o alzar  lavoz  para  denunciar  la  incompatibili-dad de los mismos con el más elemen-tal sentido de humanidad.

Situación  que  en  Cuba  se  agravacuando vemos que quienes más sufreny  se  rebelan  contra  el  statu quo–  oquienes sostienen, en silencio las múl-tiples formas de protesta y resistenciacotidiana-  son  negros,  mujeres  ypobres, habitantes de zonas  rurales obarrios  marginales,  a  los  cuales  lossambenitos  de  pequeño burgueses omercenarios del Imperio -administra-dos por el discurso oficial- no parecenquedarles muy bien.

La huelga de Wilman no fue un actoofensivo,  que  exigiese  al  gobiernoconcesiones susceptibles de conside-rarse  desmesuradas  o  inaceptables.No pedía modificar el régimen político

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tico) habría querido evitarse y que auncuando fuera censurable el tratamientodado el huelguista no se trataba de unacto consciente y premeditado de  lasautoridades.

También repudié- como ahora hago-las cobardes campañas que buscabanrebajar la estatura moral del fallecido,presentándolo  como  delincuentecomún o débil mental.

Sin  embargo,  en  esta  ocasión,  eldeceso    de  Wilman  tiene  todos  losvisos de una “crónica de muerte anun-ciada”,  donde  la  soberbia  guberna-mental fue directamente corresponsa-ble  del  fatal  desenlace.  En  esta  oca-sión,  además,  hubo  tiempo  suficientepara  rectificar  el  fatal  curso  de  losacontecimientos.

Durante  estas  semanas  se  conocie-ron  reiterados  pedidos  a  proteger  susalud,  liberando al  joven, o  trasladán-dolo a un hospital. Cuando hicieron losegundo – y barajaron como opción loprimero- era  tarde y el prisionero notenía salvación.

En cuanto a  la otra causa-  la propiadecisión del reo- aun cuando no com-parto  tan  tajante  método  de  lucha,comprendo que su elección es fruto dela impotencia de reivindicar derechosen un entorno de arbitrariedad institu-cionalizada y desamparo ciudadano. Ycomo nadie pone en riesgo  la propiavida  salvo  cuando  sus  conviccionesson  claras  y  firmes,  no  queda  otraopción  que  ofrecer  mi  respeto  aalguien cuyos principios  lo  llevaron amorir  por  aquello  que  creía,  aun

cuando  su  ideología  no  coincida  conmi propia visión del país deseado.

Se ha expresado que el occiso era unrecluso  común  y  que  había  tenidocomportamientos violentos, los cualeshabían sido provocado la atención de

las autoridades. También se señala quela madre,  la  hermana y  la  suegra deldisidente fallecido son partidarias delgobierno,  que  mantienen  compromi-sos  con  agentes  del  misterio  delInterior  y  que  tenían  conflictos  conWilmer por su postura política.

Más  incluso  si  asumiéramos  comociertos los anteriores argumentos, creoque  las  sombras  en  la  vida  de  cual-quier  persona  no  deben  bastar  paraemitir  un  juicio  público  e  inapelable,

sobre  todo  cuando  el  aludido  nopuede defenderse.

En  un  país  donde  la  ilegalidad  espráctica  común  y  generalizada  ydonde las crónicas de nuestras luchaspasadas hablan de  la coexistencia demiserias cotidianas y actos excelsos  -propios  del  alma  humana-  en  la  vidaen campaña, valdría  la pena recordaraquellas estrofas de Silvio Rodríguez,cuando expresó “tomando en cuenta loimplacable que debe ser la verdad, qui-siera preguntar —me urge tanto—, quédebiera decir, qué fronteras debo respe-tar. Si alguien roba comida y después dala vida ¿qué hacer?”

Por  todo  eso,  como  le  decía  estamañana a una amiga, hay ocasiones enque uno sencillamente enmudece anteel horror inesperado, cuando las espe-ranzas se esfuman y  la creatividad sealetarga.

Tras semanas de fructífero intercam-bio  y  promoción  de  miradas  y  pro-puestas  de  izquierda  como  opcionesnecesarias  frente  a  la  reforma/crisisdel  orden  vigente  siento  que  ha  lle-gado  el  tiempo  de  hacer,  momentá-neamente, un alto.

No  porque  la  razón  lo  dicte  sinoporque,  simplemente,  hay  veces  quefilosofar pierde su sentido y la poesíase convierte en un lujo inasible frente ala  fragilidad  de  la  vida  humana  y  laobscena impunidad del despotismo.

Armando Chaguacedapublicado en el sitio Havana Times

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PRESOS CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

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Un blog de solidaridad con el Observatorio critico en francés:

http://www.polemicacubana.fr

PARA SOLIDARIDAD CON EL OBSERVATORIO CRíTICO DE LA HABANA

Wilman Villar Mendoza

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PRENSA CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

E l  juicio  contra  el  periodistaJosé  Antonio  Torres,  corres-ponsal  del  diario  oficialGranma, está en la  fase final

de  preparación  y  la  fiscalía  solicitarámás de 10 años de cárcel por supues-tos delitos de corrupción.

Según  testimonios  obtenidos  porCaféFuerte, Torres permanece en pri-sión desde hace casi un año en mediodel más absoluto hermetismo sobre lascausas de su arresto.

“La  familia  sólo puede visitarlo unavez al mes”, dijo una persona allegadaal periodista.

Torres habría sido inicialmente acu-sado de “agente de la CIA” y de filtrarinformación confidencial al extranjero,pero  al  parecer  la  petición  fiscal  secentrará en cargos de corrupción.

“Se  comenta  que  el  juicio  serápronto, y le pedirán más de 10 años decárcel;  también  se  dice  que  un  her-mano  suyo,  informático,  está  dete-nido”,  dijo  una  fuente  consultada  enSantiago de Cuba. 

Incógnitas sobre su paraderoTorres  fue  detenido  en  marzo  de

2011 y desde entonces se desconocecon  exactitud  en  qué  prisión  seencuentra.

Algunas fuentes consultadas indicanque ha estado preso en la provincia deGuantánamo, en el extremo oriental deCuba,  y  también  mencionan  que  hapermanecido  bajo  investigación  enVilla Marista, sede de la Seguridad delEstado en La Habana.

Opositores  de  Santiago  de  Cuba  ymiembros de la prensa independientedijeron desconocer la suerte de Torresy  negaron  tener  vínculos  con  él.Elizardo  Sánchez,  presidente  de  laComisión  Cubana  de  DerechosHumanos  y  Reconciliación  Nacional,tampoco  tiene  información  sobre  elreportero.

“Tratamos  de  contactar  a  la  familiacuando fue arrestado pero estaba ater-rada y no obtuvimos información”, dijo.

El arresto del veterano reportero seprodujo  apenas  siete  meses  despuésde  publicar  un  artículo  crítico  sobreseveros problemas en la rehabilitacióndel  acueducto  de  Santiago  de  Cuba,considerada  la mayor obra hidráulicadel  país  y  supervisada  directamentepor el vicepresidente del Consejo deEstado, Ramiro Valdés Menéndez. 

Un reportaje malditoEl extenso reportaje, donde Torres usó

duros  términos  como “ineptitud”, “maltrabajo”  y  “negligencia”,  describeserios errores constructivos y fue publi-cado en Granma con una extensa cole-tilla del gobernante Raúl Castro, quienademás  de  “discrepar  de  algunosenfoques” del periodista “orientó omitirlos nombres de los dirigentes del nivelnacional  y  provincial  entrevistados,salvo  los  del  Comandante  de  laRevolución  Ramiro  Valdés  e  InésChapman  [entonces  coordinadora  delprograma de ejecución de acueducto]“.

Al  final  de  su  extenso  comentario,Castro  envió  “un  reconocimiento  alperiodista  santiaguero  José  AntonioTorres, por su constancia en el segui-miento de esta obra”.

En  enero  del  2011,  Chapman  fueascendida  a  presidenta  del  InstitutoNacional  de  Recursos  Hidráulicos.Torres,  quien  durante  años  habíaseguido la marcha del  acueducto san-tiaguero,  publicó  ese  mismo  mes  unartículo  mayoritariamente  laudatoriosobre la buena marcha de la obra, titu-lado  “Seis  meses  después  de  laColetilla de Raúl”.

Sin embargo, el reportaje desliza unafuerte  crítica  a  la  planificación  delesfuerzo  constructivo:  “Desde  suconcepción,  a  la  rehabilitación  delacueducto  le  faltó  integralidad.  Unaobra millonaria como esta debió plani-ficarse mejor”, escribió.

Torres  habría  causado  la  ira  deRamiro Valdés  con  sus  críticas,  segúnempleados de los medios de comuni-cación en Santiago de Cuba.

“No sabemos nada, pero se comentaque se trata de una vendetta personalde Ramiro, aunque otros dicen que eracorrupto, manipulador y agente de  laCIA,  así  que  no  se  sabe  qué  creer”,señaló un empleado de los medios decomunicación en Santiago de Cuba. 

Hablando de pelotaEl  último  artículo  de  Torres  para

Granma  apareció  el  2  de  febrero  de2011: una entrevista a Antonio Pacheco,entonces director del equipo de béis-bol de Santiago de Cuba, en una claraseñal de que había sido apartado de lacobertura  de  temas  económicoslocales.

Su arresto  fue divulgado por Diariode Cuba un mes después de esa entre-vista.

En octubre pasado, el diario Granmainformó que se había sancionado conmultas y suspensión de licencia profe-sional “a varios directivos y  funciona-rios”  responsables  de  las  obras  delacueducto,  por  infracciones  y  viola-ciones en el proceso constructivo, perono reveló los nombres de los sanciona-dos y tampoco mencionó al periodistasantiaguero. 

Ivette Leyva Martínez

Torres trabajó durante años como cor-responsal del principal diario nacional yórgano del Comité Central del PartidoComunista de Cuba, Granma, en la pro-vincia santiaguera. Previamente fue cor-responsal de la Agencia de InformaciónNacional (AIN).

Periodista oficialistapodría recibir 10 años de cárcel

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LA GENTE CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

S e le paga al trabajador una can-tidad  de  dinero,  que  ni  equi-vale  a  la  fuerza  de  trabajoentregada, ni cubre sus necesi-

dades  familiares  y  humanas,  y  elempleador se extraña de que el traba-jador  no  rinda  todo  lo  que  puede  yhasta sustraiga lo que está a su alcance.Se  le  asigna  a  los  cuadros  poderespara  controlar  a  los  subordinados  yque estos no roben; luego hay quien semanifiesta  extrañado  porque  los  cua-dros se corrompen y roban.

Los  cuadros  administrativos  sonseleccionados, premiados o sanciona-dos más  en base  a  la  satisfacción  decriterios  políticos  y  burocráticos  quede resultados productivos reales –tam-poco  es  que  hayan  tenido  siempretodas  las  potestades  necesarias  paracambiar  las  cosas–,  y  hay  quien  seextraña que no se tomen las decisionesmás  competentes  desde  el  punto  devista  económico.  Para  lograr  que  unaproducción  alcance  al  consumidorfinal  tiene  que  ser  planificada,  apro-bada, controlada, asignada, asegurada

y  monitoreada  por  las  once  mil  vír-genes, y hay quien se extraña que sepierdan  una  tras  otra  las  cosechas,  yque  languidezcan  las  mercancías  enalmacenes y patios.

Se contraen los programas y proyectossociales de  las casas de Cultura de  lascomunidades, se reduce al mínimo el tra-bajo artístico y cultural con los chicos ychicas de los solares y de las escuelas, ylos intelectuales se escandalizan porqueel reguetón campea por sus lares.

Las  personas  de  tipología  negra  omestiza  están  representadas  desfavo-rablemente  en  cada  espacio  simbó-lico, desde los vinculados a las formaseconómicas  emergentes  del  turismohasta los recintos carcelarios, y las per-sonas de cutis más clarito se extrañande que se levanten voces reclamandoacciones de acción afirmativa, o recu-perativa,  o  como  se  le  quiera  llamar.Las  personas  heterosexuales,  “nor-males”, adquieren determinados dere-chos y seguridades legales, protecciónpor la ley, etc., al establecer relacionesfamiliares,  y  se  extrañan  porque  las

demás  personas  consideren  que  tie-nen derecho a tener iguales derechos,y porque se le llame discriminación alhecho de que no los tienen.

El gobierno renuncia a repartir obje-tos de consumo por cartillas de racio-namiento igualitarias. En su lugar rein-troduce  el  mercado,  herramientas  derecaudación  elementales  del  capita-lismo, promueve la absorción de divi-sas  y  remesas,  la  propaganda  a  susrefresquitos  Ciego  Montero,  a  susexcursiones  turísticas,  a  sus  líneas detelefonía  móvil;  y  los  ideólogos  seextrañan del rebrote irrevocable de losestándares consumistas, de la reapari-ción de  la  fiebre de compras  los díasde Reyes,  las Navidades,  y  otras  oca-siones que destacan las desigualdadesmanifiestas  que  las  nuevas  políticasconllevan.

Oficialmente, existe un solo suminis-trador,  una  sola  cadena  monopólica,sobre  la  venta  de  mercancías  indus-triales,  y  las  personas  se  extrañanporque  los  precios  son  abusivos.  Laprotección al consumidor está a cargo

La gentese extrañaEn uno de esos ómnibus nuestros disparatadamente repletos, el conductor tieneencendida la radio y por los altavoces se oye que, para evitar el contagio con lagripe, se eviten las aglomeraciones. Luego un funcionario se extrañará, criticará,porque las personas no tienen bastante conciencia para recibir los mensajes debien público.

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POLITBURO CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

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de  los  mismos  sujetos  de  los  que  elconsumidor,  precisamente,  debe  serprotegido,  y  hay  quien  se  extrañaporque esto no funcione bien.

Por otra parte, las personas desearony  desearon  mucho  tiempo  que  elEstado diera paso a los agentes priva-dos  en  servicios  que  obviamente  noera  capaz  de  satisfacer,  llámese,  porejemplo,  el  transporte  de  pasajeroscon  los vehículos –coches,  camiones–de los que estos agentes pudieran dis-poner sin la intervención del primero.El gobierno dio luz verde, y ahora lospasajeros se extrañan por que los nue-vos  proveedores,  insuficientes  paraque  exista  una  real  competencia,impongan los precios más altos que elmercado es capaz de aguantar. Algúnparalelo  se  puede  establecer  con  loscada  vez  más  caros  productos  vege-tales,  que  ofrecen  los  carretonerosambulantes,  por  los  que  se  extrañanindignados los consumidores.

El  personal  de  salud  pública  y  deeducación,  indigestado  de  exhorta-ciones  morales,  a  menos  que

“enganche”  una  misión  para  rendirservicios  en  un  país  extranjero,  sub-siste con más precariedad que aquel-los  edificios  de  Centro  Habana  quedieron  pie  al  término  “estática  mila-grosa”. No hay una mano en el públicoque les amortigüe un poco la dispari-dad de sus ingresos con el costo de lavida, y a los pacientes y a los padres delos  estudiantes  les  extraña  quedecaiga  la  calidad  de  los  servicios,para usar términos conservadores.

Por décadas se nos embutieron ver-siones  filosóficas  estalinistas  y  pater-nalistas, para que las tomáramos comola  realidad del  socialismo;  y  en  lugarde  teoría  marxista  y  de  pensamientosocialista y dialéctico se nos daban losbodrios  dogmáticos  de  Konstantinov,más una suerte de melcocha naciona-lista purgada cuidadosamente de todacontradicción con el discurso que estu-viera  en  boga  en  cada  efímeromomento. Hoy, unos académicos cano-sos se extrañan porque el marxismo yel pensamiento de izquierda son fiera-mente  asediados  por  el  despreocu-

pado liberalismo o la simple enajena-ción social.

Hay quien se extraña del que apren-dió  a  lisonjear  a  los  que  fueron  a  laloma, y ahora comparte la cima. Otrosse extrañan por que los jóvenes prefie-ran  ganarse  la  vida  en  el  extranjeroque debérsela a un concepto abstractoque  a  cambio  les  demanda  un gené-rico y abrumador Todo. Hay quien seextraña que un gobierno de izquierdassea tan lisonjero con jefes de Estadosde  derecha,  tan  solo  por  un  par  depalabritas  amables,  una  visita  y  unaspalmadita en la espalda. Hay quien seextraña que se apoye más al imperia-lista Putin que al comunista Ziuganov.Hay  quien  impone  sanciones  severasal que se aparta del discurso oficial enel espacio oficial, y se extraña porquelos comentarios en otros espacios sonmuy  diferentes  comentarios.  Hayquien se extraña de que haya muchasCubas  en  una  Cuba.  ¿Y  de  qué  seextraña usted?

Rogelio M. Díaz Moreno

H ace unos días me encontré,a  la  entrada  del  ICAIC,  ungrupo de amigos que traba-jaron conmigo en Vinci y se

disponían  a  empezar  una película dePichi Perugorría.  Me  contaron  quebuena parte de la misma se desarrol-laba  en  el  cementerio,  pero  que  lasautoridades de la Necrópolis de Colónaún  no  habían  autorizado  el  rodaje;según ellos, había  irrespeto  implícito.(Supongo  que  un  gran  número  decadáveres  habrá  protestado).  Uno  delos funcionarios llegó a decir que si élhubiera estado allí entonces, nohabría autorizado a Tomás Guti-érrez Alea a filmar La muerte de unburócrata.

Al final dieron el permiso.Daniel  Díaz  Torres  me  contó  otra

anécdota extraordinaria del rodaje deLa película de Ana (con guión  suyo  ymío) terminado a mediados de diciem-bre pasado. Filmaban una fiesta cede-rista en un barrio centrohabanero; nose trataba, por supuesto, de una fiestareal, sino de una puesta en escena, unafiesta modélica, con júbilo, bombillos ycadenetas.  Bueno,  pues  en  ciertomomento  se  presentó  un  funcionario,miembro  del  Buró  Municipal  del

Partido  o  algo  así,  a  preguntar  quiénorganizaba  aquella  fiesta,  y  por  quéellos  no  habían  sido  informados.Aunque  le  enseñaron  las  autoriza-ciones firmadas, el tipo seguía preocu-pado  y  suspicaz,  no  porque  hubieranada  raro  en  la  fiesta  propiamentedicha, sino porque la felicidad cede-rista le parecía sospechosa. Como alpersonaje  de  Néstor  Jiménez  en  micorto Pravda, que la gente mostrara ini-ciativa y alegría  le resultaba antinatu-ral.

El  individuo  con  una  parcela  depoder te amarga la vida todos los días.Te  hace  volver  mañana  porque  faltauna firma, no te deja pasar, te censura,te oprime. No entiende lo que le expli-cas,  se molesta porque  reclames. Esegran mazacote de  funcionarios, dicta-dores  de  filas,  son  un  enorme  obstá-culo en cualquier proceso de apertura.Por  más  que  el  gobierno  apruebereformas útiles, necesarias, largamenteesperadas,  la  mentalidad  delempleado  intermedio sigue siendo  lamisma que durante más de cincuentaaños ha tenido los derechos humanospor  una  frase  obscena,  a  los  artistaspor  larvas  contrarrevolucionarias  y  alos  homosexuales  por  basura  subhu-

mana.  Claro  que  ha  desarrollado  esamentalidad no porque fuera muy, muymalito,  sino  porque  era  ese  el  deberser: ha pensado así y obrado en conse-cuencia con  la aprobación y estímulodel gobierno.

Para  que  la  transformación  de  lasociedad cubana funcione habría quecriar  funcionarios  nuevos.  El  añopasado se eliminó un número de pues-tos de trabajo innecesarios y se echó amucha gente a  la  calle, gente que notenía la culpa de que esos puestos fue-ran  creados  en  primer  lugar.Alégrense de que yo no sea un político,porque si de mí dependiera, este añoecharía  a  todos  los  funcionarios.  Atodos, desde los más conservadores enel Buró Político hasta los que, a nivel demunicipio, sospechan de la alegría dela gente. 

Eduardo del Llano

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Dictadores de filas

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CHOQUE OCURRIDO CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

“La  sostenida  inversión  queviene llevando a cabo el Estadocubano para reactivar el sistemaferroviario nacional es un hecho

ampliamente aceptado por la sociedad,como parte de un proceso de recupera-ción de las redes de comunicación en elpaís  que  es  de  gran  utilidad  para  lainterconexión interna, ahorrando cuan-tiosos  recursos  que  se  pierden  con  elsistema  de  transporte  de  cargas  porcarretera  y  en  ausencia  de  una  claravoluntad estatal de evitar el  transportemarítimo de cabotaje, que puede servircomo potencial vehículo de otra crisismigratoria de grandes proporciones enel país.

El  problema  con  que  viene  cho-cando  este  proyecto  de  recuperaciónferroviaria en Cuba, y todo el procesode  “actualización  del  modelo  econó-mico” en general es la ausencia de unsujeto laboral que viabilice este procesoen la práctica cotidiana y no en docu-mentos.  La  clase  tecno-burocráticamilitar  en  Cuba  puede  diseñar  hastalos  más  mínimos  detalles  un  procesode  inversión  modernizadora,  pero  nopuede volver a contar con el inmensoespíritu  de  sacrificio  y  sentido  social

que primó entre grandes  sectores detrabajadores cubanos hasta los iniciosde los años 90, ni tampoco con el stockde personal directivo de notable cuali-ficación que floreció en los 70 y 80, elcual  fue  sustituido  por  la  plaga  dejóvenes arribistas y consumistas, admi-radores de las glorias de sus mayores,que  nos  dejó  de  regalo  el  “coman-dante en jefe” antes de retirarse.

Lo que hasta hace unos 15 años atrásse podía entender como los “planes dela  revolución  que  de  mil  manerasbeneficiarían al pueblo cubano”, en laactualidad, ni con hechos tan evidente-mente  favorables  para  toda  la  socie-dad como la recuperación ferroviaria,las  élites  locales  logran  la “respuestaproductiva  adecuada”  del  mundolaboral  cubano.  Es  en  este  contextodonde es útil, para reactivar una pers-pectiva social libertaria en Cuba, visi-bilizar el ingente esfuerzo de reconver-sión conceptual, con el que los intelec-tuales  orgánicos  del  Estado  cubanoestán  acompañando  la  actual  recon-versión productiva, y avizorar las posi-bles salidas a ese proceso.

El  secuestro  del  debate  públicopopular  que  ejerce  el  monopolio

mediático sobre la búsqueda de solu-ciones a  la evidente crisis del capita-lismo  estatal  cubano,  tiene  un  efectoque  se  evidencia  sobre  todo  en  laimposición de la idea de que la capaci-dad de la burocracia de llamarse a símisma y a la sociedad al “orden y dis-ciplina”  puede  ser  la  solución  a  losproblemas que la propia burocracia hagenerado. Según este programa social,nuestros problemas vienen de  la  faltade mandato y subordinación, y nuestrodestino,  por  tanto,  no  puede  ser  otroque  tomar  conciencia  de  tan  dañinodéficit.  Para  eso  nuestros  príncipesrevolucionarios  necesitan  algo  que  laperiodista Maylin Guerrero Ocaña hatenido  el  genial  acierto  de  definircomo  nuestra  PARTICIPACIÓNINCONDICIONAL en los planes quehan  diseñado  nuestros  benéficospatronos para que  los  trabajadores  lohabitemos.

Para aquellas sensibilidades progre-sistas  que  se  han  configurado  en  losúltimos  años,  este  concepto  puedesonar  a  un  contradictorio  contrasen-tido y pasar como otra de las  falaciasde turno con que se blinda el desordenglobal  y  local  imperante.  Pero  el

Participación“incondicional”:contribución cubana a una falacia universal“El choque ocurrido hace casi un mes días en la capital entre un tren de carga yuno de pasajeros como consecuencia del incumplimiento de una orden de vía porparte del primero, hace necesario reflexionar sobre la importancia de la seguri-dad ferroviaria”. Así comenzó un artículo publicado por el periódico Granma el 9de diciembre titulado Seguridad ferroviaria. Tenerla siempre de tripulante, de laperiodista Maylin Guerrero Ocaña.

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concepto  de  participación  “incondi-cional” puede ser visto también comouna  contribución  especifica  de  unatecno burocracia como la cubana, hoya la vanguardia del actual progresismoburgués  antiimperialista  latinoameri-cano,  con  un  frente  de  contestaciónanticapitalista  interno  excepcional-mente  débil,  lo  que  le  ha  permitidoradicalizar  y  deshacerse  del  maquil-laje  con  que  ha  sido  engalanado  elconcepto de participación, una de lasherramientas discursivas mas socorri-das por los estados democráticos y elcapital  global,  para  cooptar  y  reinte-grar  a  su  hegemonía  la  contestaciónradical que ha emergido en  la últimadécada,  frente  al  potencial  anti  sisté-mico global que nació en Seattle ’99.

En nuestro contexto particular “parti-cipar”  se  le  puede  encontrar  comosolicitud  social  y  como  convocatoriainstitucional en documentos del PCC,en las tristes reuniones de los Comitésde  Defensa  de  la  Revolución,  en  losantidemocráticos procesos de demoli-ción  social  y  productiva  de  centralesazucareros,  o  en  el  accionar  de  unaempresa  de  capitalismo  inmobiliariofilantrópico  como  Habaguanex.  Masallá  de  ser  ciertas  o  no  tales  invita-ciones, algo importante aquí es preci-sar si son posibles o no la concreciónde estos convites.

Organizaciones  sociales  desarma-das  y  maniatadas  por  una  disciplinajerárquica,  como  la  que  posee  elPartido Comunista cubano o los CDR,no necesitan de la participación de susmilitantes y afiliados para  ser perfec-cionada, sino simplemente que sus afi-liados  desaparezcan,  dejando  lugar  ala  virtualidad  de  organizaciones  quesólo existen en la retórica. La destruc-ción  de  zonas  azucareras  enteras,como la ocurrida en los últimos años,

no precisa del involucramiento partici-pativo de  los  trabajadores del  sector,sino su reconversión forzosa en nuevospeones  de  otros  planes,  igualmentediseñados por otros. La transformaciónde  un  popular  tugurio  centenariocomo  la  Habana  Vieja  en  una  zonacontrolada por los intereses del capitalinmobiliario y turístico no necesita dela participación comunitaria local, a noser que sea como un componente másde  una  escenografía  verista,  planifi-cada al estilo del “Show de Truman”.

Participar en el proceso de coloniza-ción sistemática sobre la vida cotidianaque  llevan  a  cabo  los  Estados  y  elCapital, es una exigencia de fondo quese  nos  está  haciendo  en  todos  lados,como  ya  ha  señalado  desde  Españanuestro  compañero  Miguel  Amorós.Solicitar  más  participación  en  lamejora de la gestión del desastre quegenera  un  mundo  parasitado  por  sus“dueños”, es  la demanda más comúnen  todos  lados. Ese  juego de exigen-cias y solicitudes entre  los que dan ylos que piden, en una sociedad comola  nuestra,  magistralmente  sincroni-zada a su maquinaria estatal, ha dadolugar a la más tóxica de las participa-ciones: la incondicional.

Los días universales que corren, nosestán transmitiendo un viejo mensaje acontrapelo  de  todo  lo  que  nos  handicho  los  viejos  materialistas:  losconceptos  que  usamos,  nos  usan  anosotros.  Así  como  ahora  mismo  seestá  desinflando  la  santa  ilusión  del15M de  que  la “más  activa  participa-ción  ciudadana  en  la  democracia”podía hacer tambalear el capitalismo,el llamado de atención en la vía a losferroviarios,  de  que  su  participacióndebe  ser  incondicional,  nos  estádiciendo  que  ese  concepto  se  estáhundiendo con nosotros dentro.

Es inquietante y esclarecedor recor-dar que fue en los ámbitos ferroviariosdonde  la  ofensiva  neoliberal  de  laselites  inglesas  se  ensayó  de  maneramás temprana y, a pesar las marcadasdiferencias  en  los  procederes  deconducción  patronal-estatal  en  elmanejo del capital humano, los efectosson  los  mismos  que  estamos  viendoacá: progresión en los accidentes labo-rales, mayor desinterés de los trabaja-dores en el resultado global de su tra-bajo, y descenso en la calidad del ser-vicio, lo cual puede ser constatado enuna  película  como  La cuadrilla.Historias en la vía, de Kenneth Loach. Yen  ambos  escenarios,  la  exigenciapatronal  ha  ido  por  los  mismos  car-riles:  participación  incondicional ydisciplina.

Así como “participar” en  los planesde los Estados y el Capital no significamayor  capacidad  de  los  colectivos  ylos individuos sobre la gestión de susvidas,  ser  minoría  en  la  contestaciónautónoma, frente a la colonización de lavida  cotidiana  de  los  Estados  y  elCapital,  no  significa  estar  “aislados”.No  ser  un  incondicional a  los  inter-eses  del  estado  “revolucionario”,  nosignifica  ser  contra-revolucionario.  Yde  lo  que  se  trata  es  de  sostener  elhorizonte  de  la  autonomía  organiza-tiva, la identidad popular y proletaria, yla revolución social en el accionar coti-diano,  justo  cuando  está  siendo  ver-gonzosamente  abandonado  por  los“ex”,  y  coherentemente  impugnadopor  los “anti”  de  nueva  y  vieja  data.Todos  ellos,  ex  revolucionarios  y  antirevolucionarios,  inevitablementeencontrarán todo lo que de común tie-nen.  Nosotros  debemos  hacerlo  tam-bién.

Marcelo “Liberato” Salinas

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E n las últimas semanas hemosescuchado,  en  cada  una  delas  paradas  de  MahmudAhmadinejad en su gira por

los  países  del  ALBA,  declaracionesanticapitalistas del presidente  iraní yde  sus  anfitriones  latinoamericanos.Sin  embargo,  a  juzgar  por  la  propiaeconomía  iraní  y  por  las  economíasde  los  países  latinoamericanos  queAhmadinejad  visitó,  los  anticapitalis-mos de cada uno de esos anticapita-listas no son idénticos. No es lo mismoel  anticapitalismo de Ahmadinejad yChávez  que  el  anticapitalismo  deFidel y Raúl Castro.

El  Estado  iraní,  como  elchavista, controla los recursos petrolí-feros  del  país,  pero  la  agricultura,  laganadería,  la  producción  de  lana  yalfombras persas, la pesca de perlas,los  servicios  y  la  mayor  parte  delcomercio  exterior  y  el  mercadointerno  son  privados.  Lo  mismopodría  decirse  de  la  economía de  todos  los  países  bolivarianos,menos  Cuba.  Sólo  en  este  últimopaís  persiste  una  economía  planifi-cada  de  tipo  soviético,  a  pesar de la lenta incorporación de elemen-tos  de  mercado  que  se  exprimenta

desde la última década del siglo XX.De manera que estamos en presen-

cia  de  líderes  anticapitalistas  queimpulsan  en  sus  países  economíascapitalistas,  si  por  capitalismo  seentiende  lo que entendía Marx. Esosanticapitalismos deben  ser deslinda-dos y pluralizados, como ha sugeridoun  grupo  de  trabajo  del  ConsejoLatinoamericano de Ciencias Sociales(CLACSO, http://acyseclacso.ning.com/),en  el  que  intervienen  jóvenes  socia-listas críticos de la isla como ArmandoChaguaceda  y  Dimitri  Prieto  Sam-sónov.

El objetivo de esos líderes, al disol-ver la diversidad de sus anticapitalis-mos en un mismo frente ideológico, esburdamente  geopolítico.  Pero  al  sin-gularizar  el  concepto  de  anticapita-lismo,  unos  y  otros  buscan  atraer  unconjunto de significados contradicto-rios, que  se disuelven en un magmaretórico común. Ni más ni menos quelo  que  Ernesto  Laclau  entiendepor  "significante  vacío",  un  meca-nismo  simbólico  que,  en  estecaso,  permite  la  sobrevivencia  delviejo  comunismo  de  Estado,  de  eco-nomía  planificada  y  partido  único,todavía predominante en Cuba, entre

los  nuevos  anticapitalismos  del  sigloXXI,  no  reñidos  con  la  democraciapolítica, la economía de mercado y lasociabilidad autónoma.

Rafael Rojas

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ANTICAPITALISMOS CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

Anticapitalismos

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E ste  grado  de  sensibilidadpolítica  que  consiste  en  laconexión  orgánica  de  losproblemas centrales del que-

hacer político de  la  sociedad  cubanacon  la  vida  cotidiana  debe  profundi-zarse hasta el punto en que sea posiblepara desarrollar los cambios que nece-sita  la sociedad para salir de  la crisissistémica en la que se encuentra desdehace  aproximadamente  dos  décadas.Es evidente que  la única manera quepuede  viabilizarse  tal  conexión  paratal  sensibilización política del cubanode a pie con respecto a los problemasque enfrenta en la vida cotidiana es através de una descentralización y des-burocratización de la vida política delpaís en manos de una minoría  repre-sentativa  que  ocupan  los  cargos  cen-trales  del  Estado,  el  Partido  y  elGobierno.

Esa  descentralización  significa  enprimera  instancia  democratización:democratización  de  la  sociedadcubana  que  sería  la  principal  batallaque tiene ganar el pueblo cubano parael desarrollo propio de relaciones queno  estén  infestadas  por  la  descon-fianza,  la  verticalización  de  las  deci-siones  políticas  y  económicas,  lostabúes y los temores que han insufladodurante muchísimo tiempo la desmovi-lización de la inmensa mayoría de losmiembros de nuestra sociedad.

¿Pero  será  posible  la  democratiza-ción en la Cuba actual? ¿Quién la impul-sará y cómo se permitirá tal cosa?

Los  cubanos  de  a  pie,  los  intelec-tuales,  los  profesionales,  trabajadoresy campesinos que luchan a brazo par-tido cada día por su supervivencia seencuentran como sociedad en un pro-ceso intermedio de movilización y des-movilización, de politización y despoli-tización generado por  una mezcla deincertidumbre y esperanza que no lesdeja ver hacia delante. Tal incertidum-bre  nace  de  la  permanencia  de  unesquema  de  polarización  ideológicaque funciona hacia el interior y el exte-rior de la sociedad cubana dividiendoa la sociedad cubana en dos frentes: elfrente de los apologistas y el frente delos  detractores  de  la  RevoluciónCubana.  La  inmensa  mayoría  de  lostextos, editoriales, polémicas, debates,diatribas, ensayos, discursos, conferen-cias que se producen en torno a la rea-lidad cubana comportan la medida deeste horizonte bipolar de afectos quesólo  es  funcional  para  la  reactivaciónde este esquema maniqueísta de pola-rización  ideológica  que  obliga  aconceder  previamente  credencialesde seguridad y despeje de sospechasy acusaciones, antes que centrarse enlo  fundamental: desarrollar una visiónefectivamente  plena  de  realismo  utó-pico y capacidad analítica en  torno alas  condiciones  actuales  de  la  socie-dad con propuestas de corto, medianoy  largo alcance para  su desarrollo. Elcubano de a pie, por supuesto, por muypoco informado que esté con respectoa  cómo  funcionan  las  adhesiones  y

militancias  en  ambos  frentes,  percibeque no tiene absolutamente nada quehacer  en  medio  de  ese  esquema.  Enprimer lugar, porque no tiene absolu-tamente nada que ver con el acto conti-nuo y crudo de  la supervivencia eco-nómica  y  con  la  vida  cotidiana.  Ensegundo lugar, porque sabe perfecta-mente los riesgos que dentro de Cubasupone  articular  la  palabra  –sobretodo si es palabra crítica dicha públi-camente- y que alguien ya preparadode antemano en los servicios de cen-sura y hermenéutica política,  lo  clasi-fique automáticamente en un polo o enotro. Estos riesgos, que son infinitos, lainmensa mayoría no están dispuestos acorrerlos.  Por  evidentes  razones:  setiene idea de cuáles son los riesgos acorrer porque son sabidos en el mismoámbito de la vida pública de este país.No puedes entrar  a  centros  laboralesestatales como empleado. Es bastanteseguro  que  no  te  den  licencias  paraque  te  emplees  en  el  sector  privadoaunque sea con un timbiriche de malamuerte vendiendo frituras antiecológi-cas con aceite requemado. Se  te pue-den negar permisos de salidas al exte-rior  si pretendes  salir  legalmente delpaís  temporal  o  definitivamente.  Tecrean un expediente político pedestreen el CDR y las demás organizacionessociales de manera que no eres “bienvisto”  en  tu  barrio.  Además,  estas  yotras  desgracias  se  mueven  en  unmarco  de  sospecha  e  incertidumbreporque  nadie  da  la  cara.  Pero  todos

El debate de lanación y el destinode la RevoluciónHoy día, en medio de un debate público sobre la nación cubana nuestra sociedaddebe estar más cerca de la capacidad de regenerar los tejidos y capilares de sumovilización política y su conciencia frente a los urgentes y básicos problemasque enfrentamos. No se trata de un debate público sólo sobre los errores y silen-cios del pasado, los desafíos del presente y las perspectivas del futuro inmediato:se trata de un debate que tiende a ser más efectivo para que la sociedad gane unaconciencia política y cívica que sensibilice a la mayoría de sus miembros con res-pecto a los problemas que enfrenta en su vida cotidiana.

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sabemos  que  son  los  órganos  de  laSeguridad del Estado con sus tentácu-los  que  atraviesan  toda  una  sociedadfragmentada y cautiva.

Por supuesto este esquema de pola-rización ideológica que ha generado elGobierno  Cubano  gracias  a  los  bue-nos  servicios  brindados  por  la  exce-lente  política  estadounidense  enmedio siglo rinde buenos dividendospara  ambos:  el  gobierno  cubanopuede ejercer su soberanía sobre unasociedad  cautiva,  mientras  los  miem-bros de esta última son asfixiados eco-nómicamente  condenados  a  la  luchapor  la  supervivencia  económica  bajoun marco de extorsión política doble.Es  por  la  existencia  silenciosa  de  unmarco de doble extorsión política quenadie quitará el bloqueo.

Me sorprende que nadie haga men-ción a este hecho. La miopía política dela oposición cubana del exilio es pro-verbial. Se habla una y otra vez sobre lanecesidad de eliminar el bloqueo porlos  dividendos  económicos,  pero  losdividendos  políticos  ¿quién  los  hacontabilizado?

Por  otra  parte  mientras  exista  unmarco  de  identificación  de  nación,socialismo, revolución y liderazgo his-tórico,  no  habrá  democratización.Todos sabemos que esta identificaciónes  totalmente  arbitraria.  Es  de  hechouna  totalidad  imaginaria que  legitimael  poder  político  del  liderazgo  cin-cuentenario  existente.  Puesto  que  enprincipio la nación es el espacio polí-tico de reconocimiento de una ciuda-danía natural: si dos millones de cuba-

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nos  se  encuentran  fuera  de Cuba  sinderecho  de  ciudadanía;  si  potencial-mente cada cubano que emigra pierdesus  derechos  de  ciudadanía  o  le  sonconfiscados  arbitrariamente  una  por-ción  de  ellos;  si  dentro  de  nuestranación no existe un espacio de recono-miento político como ciudadanos paraaquellos  que  legítimamente  intentenarticular  públicamente  una  expresiónpolítica:  entonces  la  nación  práctica-mente no existe.

Esta  identificación  patria-nación-socialismo-revolución-partido  debeconcluir definitivamente. Y si tal identi-ficación es la condición de posibilidaddel actual sistema político cubano, si esla condición de la existencia del PCC,si es  la condición de existencia de  laRevolución  Cubana,  entonces  el  sis-tema  político  cubano  tiene  que  cam-biar radicalmente hacia su democrati-zación, el partido tiene que permitir laexistencia de otras expresiones políti-cas  e  ideológicas  en  un  ámbito  deigualdad  de  condiciones,  y  laRevolución Cubana tiene que recono-cerse como lo que siempre ha sido enCuba: un principio y un movimiento: elmovimiento  de  transformación  de  lasociedad misma por la independenciapolítica, la justicia social y el desarrolloeconómico.

Terminaré con varias preguntas: ¿Elhecho de que yo sea liberal –tradiciónde  más  de  dos  siglos  en  Cuba-  meidentifica  automáticamente  con  elcapitalismo transnacional neoliberal yel  Gobierno  Norteamericano?  ¿Elhecho de que yo sea socialdemócrata,anarquista  o  demócrata-cristiano  mepone  en  contra  de  mi  sociedad  quesupuestamente se orienta por los prin-cipios  elevados  del  socialismomarxista-leninista? ¿No se supone quesi  el marxismo-leninismo  –una de  lasmil  versiones  y  revisiones  delmarxismo- es la ideología más elevadase encuentre entonces más preparadapara  debatir,  replicar,  confrontar  conlas demás ideologías? ¿cómo se expli-caría lógicamente que si el PCC es laexpresión  política  del  marxismo-leni-nismo sea capaz de erigirse constitu-cionalmente en la representación polí-tica  y  también  la  vanguardia  políticade  toda  la  nación  cubana?  ¿Sóloporque hay tres o cuatro creyentes enel Parlamento? ¿Estamos hablando deuna  ficción  teatral  renacentista  o  deuna  sociedad  real  donde  existen  encarne y sangre más de once millonesde habitantes?

Daniel Santos Consuegra

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SENTIDO CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

V eamos:  Bill Gates  es  un  fer-viente  defensor  del  orden,de  manera  tal  que  el  FBI  yotras agencias de seguridad

policial  aseguren  sus  empresas  en  elnuevo  y  utópico  orden mundial  de  lasociedad  electrónica  postnacional,  yno  le  roben  “su”  dinero,  ¡que  es“suyo”!,  y  seguramente  es  tambiéndefensor del orden  salarial y  laboral,de tal modo que sus empleados ejecu-ten  eficazmente  sus “ideas”  y “políti-cas”  en  tiempo  y  forma.  En  rigor,  unhombre más ordenado que Bill Gateshay que mandarlo a hacer.

Pero supongo que nada que ver conel  orden  kantiano.  No  me  refiero  alorden  de  sus  categorías  ni  al  de  susKrítikas. Me refiero más bien a la maníamatraquillosa por el orden y la higienede  este  singularísimo  hombre  que,según las malas lenguas, era excesiva-mente ordenado, circunspecto, organi-zado. También se comenta que el buenhombre  era  tan  metódico  que  en  supueblo  los  vecinos  podían  orientarseen el tiempo según el ir y venir de suscaminos  peripatéticos.  Desde  luego,iba y venía solo, porque ni mujer tenía.Lo paradójico es que a él mismo se leadjudica la frase que titila en el “alma

germánica” junto a las ideas de la frial-dad y la sobriedad, de que la excesivaorganización  es  síntoma  de  ausenciade  capacidad  especulativa.  En  fin,¿quién puede con Kant?

En cuanto a  la anarquía (como tam-bién le ha ocurrido a buena parte delpensamiento y la praxis política vincu-lada a la izquierda, y las riquezas cultu-rales de los últimos treinta siglos) unagran  parte  de  la  humanidad  vivienteno  la  conoce,  o  bien  porque  no  hatenido  acceso  a  ella,  o  simplementeporque no le interesa. La primera situa-ción  es  triste,  la  segunda  decepcio-nante.  En  relación  con  la  anarquía,  elsentido común se comporta como conrelación a miles de ideas en formas decreencias que tienen un efecto de ver-dad  más  poderoso  que  la  verdadmisma.

Es  el  mismo  horizonte  del  sentidocomún que proclama que  la anarquíaes desorden y relajo, quien pronuncia asu vez que el socialismo es un inventoartificial de unos  locos delirantes quelo único que  les  interesa es el poder.Que el deseo  responde a una nociónde carencia. Que Nietzsche era un fas-cista. Que no intentes, por favor, cam-biar la realidad, porque es imposible.

Que el capitalismo es el único sistemaválido y “lógico” para el ser humano.Que  los “hechos”  hablan  por  sí  mis-mos. Que  la  filosofía y  la  reflexión espara  perdedores. Y  que  lo  real  es  loque  se  ve.  Etcétera,  etcétera,  etcé-tera…

De ahí que ese horizonte colonizadodel sentido común sea esquizofrénico,incoherente y peligroso. Más peligrosose vuelve cuando caemos en la cuentade  que  ese  horizonte  del  sentidocomún  está  inextricablemente  enca-denado con el horizonte de prejuiciosque  fundamentan  el  racismo,  elsexismo, el machismo, la homofobia, yotras formas de discriminación. Y tantoel sentido común colonizado como losprejuicios  se  unifican  cuando  vemosque forman una “especie de tradiciónviva”  en  el  imaginario  social  de  lassociedades, que se impregna a travésde  la  trasmisión  y  la  educación  ennuestras  mentes  y  cuerpos.  Y  estoúltimo no es metafórico: la gestualidad–la alucinante  teatralidad corporal delos afectos–, como el habla y el acto depensar,  juegan un  rol básico en estascuestiones supuestamente pedestres.

Cuando  hablo  de  horizonte  coloni-zado  del  sentido  común,  lo  digo  por

Apuntes a propósitodel orden, el sentidocomún y el sentidode la libertadLa cuestión es simplemente de qué orden se está hablando: ¿del denominadoorden establecido? ¿o del llamado orden mundial? ¿o del orden que debe existirsegún Fulano o Mengano? ¿Quizás nos estemos refiriendo al orden que predica labandera de Brasil, una bandera que debe ondear trémula frente a los centenaresde favelas y la guerra civil interna de los barrios donde viven millones de brasile-ños, cuando todavía las ideas que enarbola Brasil cada día desde los Palacios delOrden no se afianzan en esos cráteres vivientes? ¿O estamos hablando simple-mente del orden citadino, ese que se vincula automáticamente con el cuidado delos céspedes y la tranquilidad ciudadana?!!

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SENTIDO CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

dos razones fundamentales: el sentidocomún se proyecta como un plasma deideas con sentido práctico en el imagi-nario, y remite a un esquema de modosde pensar y actuar que no son propiasde la emancipación. Nada que ver conlos Capitanes Generales, sino con for-mas de pensar y actuar que se sitúanbajo  un  esquema  de  dominaciónimperante  en  el  modo  de  vida  coti-diano  de  las  multitudes  en  general  yde cada sujeto en particular. De algunamanera se vincula con fuerza al pasadocolonial, pero me refiero más a lo quelos poscolonialistas llaman la coloniali-dad del saber y del poder. Y por otraparte, me refiero a un horizonte coloni-zado en tanto es parcial, puesto que elsentido  común  es  una  formación  delarga  duración  en  la  experiencia  devida  de  los  seres  humanos  y  formaconstitutiva  de  la  conciencia.  La  ideano  es  eliminar  el  sentido  común,  laidea  es  liberar,  emancipar  al  sentidocomún. O mejor dicho,  la  cuestión esque lleguemos a una sociedad dondeel sentido común sea desprovisto porcompleto  de  la  costra tenaz del colo-niaje. Donde el sentido común sea tal,que no tengamos que acudir a la “ver-dad  cruda”  de  que  la  realidad  no  sepuede cambiar, que el socialismo o laidea de una sociedad donde prime lasolidaridad, la libertad y la fraternidadno  sea una  ficción paroxística decep-cionante,  o  que  finalmente  el  capita-lismo  triunfa  por  la  sencilla  razón  deque  la supervivencia y  la autoconser-vación de la especie es lo que impera,mientras  la razón y  la  imaginación noson  más  que  bagatelas:  vaya!  que  lacompetencia sí y la solidaridad no! Yoquisiera  saber  dónde  está  el  sentidode orden por aquí.

Entre paréntesis:  la competencia ensí, no es negativa ni creo que debe serdemonizada, el punto está cuando unasociedad decide, o como el mundo seha movido durante  los últimos  siglos,cuando alguien decide por la sociedadque  el  espíritu  de  la  competencia  esalgo así  como el espíritu  absoluto deHegel,  cuando  se  impone  como  unvalor que jerarquiza las necesidades yla satisfacción de las necesidades, asícomo un valor que jerarquiza las rela-ciones (entre las personas, fundamen-talmente)  en  la  institución  global  deuna sociedad.

Prosigamos. Claro, no basta la trasmi-sión y la escuela para decidir sobre lossutiles o cataclísmicos cambios que seoperan en el sentido común, es decir,en  el  imaginario  de  cualquier  socie-dad,  y  en  la  conciencia  del  sujeto. Yesta vez en favor de la emancipación.La gente aprende a través de múltiples

vías,  con  sus  propias  experiencias  yreferencias  –a  través  del  diálogo,aprendiendo a leer su realidad, flexibi-lizando ideas del pasado por la consta-tación con experiencias personales decierta dureza o con felices encuentrosa la vuelta del camino– encuentran losmúltiples  senderos  que  conducen  alsentido  común  a  identificarse  con  elsentido  de  la  libertad.  Y  esa  es  unaesperanza  inmensa. Es significativo elhecho de que millones de jóvenes enel mundo entero, millones de hombresy  mujeres  de  todas  las  edades,  sehayan  levantado  el  año  pasado  –o  almenos  lo  hayan  intentado–  contra  losque detentan el poder con la demandaesencial de democratización real –y noparcial  o  prácticamente  ausente–  desus sociedades, porque han constatadoen carne propia que la policía no estásolo para cuidar las calles y velar porla  tranquilidad  ciudadana,  que  elOrden del Estado ha sido un completodesastre, y que  los banqueros capita-listas en contubernio con los políticosno representan sino sus propios inter-eses, una vez que han recibido de pri-mera  mano  palos  y  les  han  estafadosus bolsillos.

Si  el  sentido del  orden  está  condu-cido por el sentido de la libertad, muybien, estamos en sintonía con una ver-dad millones de veces más poderosaque las verdades del “sentido común”.Pero  también  estamos  frente  a  retosque cada uno de los individuos y cadauna  de  las  sociedades  tendrá  queenfrentar cotidianamente y para siem-pre,  como  hasta  ahora  lo  han  hechoaquellos que no creen en los “órdenesestablecidos”,  aquellos  que  no  creenque el sentido del orden es antinómico

con  el  sentido  de  la  libertad,  porquetampoco  creen  que  el  sentido  de  lalibertad es antinómico con la idea de lafraternidad,  la  solidaridad,  y  la  igual-dad. Y estos incrédulos –que más fe nopueden tener– se han consagrado porcasi  doscientos  años  a  la  idea  deconquistar el pan digno de los trabaja-dores, de los miles de seres humanosque tienen hambre de pan y espíritu, alas ideas de la libertad, la solidaridad yla  fraternidad. Millones de  incrédulosque no necesariamente pertenecen auna línea ideológica, no obstante estu-vieron, están y estarán conscientes decuáles son los principios, los métodos,los medios,  los  fines,  y  los  retos  parafundar una sociedad libre.

Post scriptum:  En  rigor,  la  cuestióndel  orden  no  ocupa  tanto  espacio  enlas  inquietudes  del  anarquismo  y  enlas de toda una tradición libertaria decasi dos siglos;  la cual, como  la  tradi-ción marxista en toda su complejidad ydiversidad histórica, ha estado paradó-jica  y  prácticamente  condenada  alostracismo –como también aquella decontenidos democráticos, epistemoló-gicos y axiológicos de valor actual delliberalismo,  la  socialdemocracia  yotras  tendencias  ideológicas,  filosófi-cas y políticas– en las escuelas, las uni-versidades  y  los  medios  masivos  decomunicación  en  nuestra  sociedad,  apesar del ingente esfuerzo de las polí-ticas editoriales y las iniciativas profe-sorales, entre otros esfuerzos y sacrifi-cios… Justamente porque llevamos 53años  intentando  levantar  un  proyectode  sociedad  socialista.  Si  una  buenaparte del tiempo –la parte que le toca–que se ha invertido en denunciar a losimperialistas  y  capitalistas,  hubiesesido  invertido en  la socialización, dis-cusión,  comprensión  y  aplicación  detoda  la  riqueza de 25  siglos de  tradi-ción  democrática  y  humanista  delmundo –con sus centenares de luchascolectivas e individuales cuyo botín nopertenece ni a Alejandro Magno, ni aAtila, y mucho menos a Napoleón–, 160años de tradición marxista, 140 años detradición  libertaria,  casi  200  años  detradiciones socialistas –con sus cente-nares de luchas individuales y colecti-vas de millones de trabajadores, cam-pesinos,  intelectuales,  y  sus múltiplesluchas en todos los campos de la socie-dad–,  más  de  200  años  de  tradiciónnacionalista de resistencia y miles detradiciones locales dentro del espaciode la nación, bajo un espíritu dialógicoy dialéctico; ciertamente hoy el sentidode  la  libertad  fuera  la  palabra  deorden.

Carlos Simón Forcade

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A nuestro parecer existen dosrealidades  de  nuestro  paísque  consideramos  impor-tante destacar, sin ir más allá

en  su  explicación  puesto  que  ya  hansido  exhaustivamente  analizadas  yexpuestas:

La cuestión económica en la Cubade hoy es hartamente complicada yla tan cacareada brecha entre ricosy pobres, cuya existencia en otrospaíses sigue alegando el Estadocubano, se está reproduciendo cru-damente en la isla, lo cual no espara nada nuevo en su historia.

Este  escenario  de  escasez  para  lamayoría  de  la  población  contrastasobremanera con las enormes posibili-dades  de  una  gerencia  tecno-políticacon amplia base en el aparato estatal ypartidista y cuya existencia es intuida,o  apenas palpada,  pero que  escondesus más íntimos trapos de la vista delcubano común. Cuba es una pequeñaisla pero lo es grande cuando de cuen-tas  bancarias  o  casas  suntuosas  setrata.  En  este  sentido  la  cultura  delcuentapropismo  de  timbiriche  y  elconsumo en TRD y discotecas no pue-den  hacer  ver  a  la  población  lo  quedeterminados espacios cívicos o políti-cos podrían proveer.

Por ello el problema del consumo o,

más  propiamente  dicho,  del  nivel  devida de la población es enormementeimportante  pues  se  presenta  comoantesala de la mencionada cuestión decrisis  económica  nacional:  las  princi-pales  visiones  de  la  crisis  no  son  losimpagos  a  las  empresas  extranjerasque hacen convenios con Cuba, ni lasposibles  consideraciones  numéricasque se puedan manejar en los pasillosde la sede estadounidense de la ONU.

La crisis económica cubana empiezay termina en el cubano de a pie y ese,antes de pensar en  la ampliación delPIB nacional o en la cada vez más pre-caria posición de Cuba en las listas depaíses a nivel regional, está cavilandosobre la disponibilidad de CUC en lalibreta de ahorros familiar, o en la com-pra  de  un  refrigerador  –o  DVD,  cadacual con sus prioridades-, o en el arre-glo de alguna parte de la casa que lesablande  la  existencia.  Y  estas  reali-dades a nivel de la calle hacen al país,quiéranlo o no los que están sentadosen escalones superiores. Si no mejoranlas  realidades  de  la  mayoría  de  lapoblación  no  habrá  mejoramientonacional. Esto no tiene otro significadoque  el  siguiente:  sólo  el  bien  de  lamayor  parte  de  la  población  puedehacer avanzar una propuesta a la salidade la crisis.

Y aquí comienzan a entrar en consi-deración las posibles salidas a tal com-plicación. La tan cacareada renovacióneconómica  del  Estado  cubano  res-ponde a  la ruptura holística e  inevita-ble  de  un  paradigma  civilizatoriocuyos niveles de autocracia, tanto haciasu  interior como su entorno, han per-mitido su actual negación a  través devariadas  soluciones  que  van,  entreotras, desde la adaptación por apatía oconveniencia,  el  alejamiento  de  lasraíces –a través de la emigración y∕o eldesprecio hacia algún(os) elemento(s)de  la  noción  cultural  nacional-,  o  lavivisección del cuerpo político con ins-trumentos ideológicos de variado tipo.

Llegamos  por  consiguiente  a  lasegunda realidad que queríamos men-cionar:

El estado cubano no está (re)pro-duciendo revolución alguna y lareforma económica actual, lo esante todo política.

Ante  los  hechos  evidentes  desde2008  de  corruptela  funcionarial  entodos  los  niveles  estatales  –que  nopueden  esconder  la  posibilidad  deluchas e intrigas palaciegas- y la posi-ción hipócrita de seguir pidiendo (exi-giendo) confianza y tiempo al pueblo,es ingenuo e irresponsable pensar quela “batalla contra la burocracia y la cor-

Una propuestalibertaria parala Cuba actualEn los últimos meses se ha producido una prolífica y amplia polémica acerca delos intríngulis y paradojas de la situación cubana actual, en la cual han partici-pado importantes pensadores, nacionales e internacionales, personalmente odesde variados espacios, fundamentalmente digitales. Las ideas que sobre Cubase tienen en estos días están creando todo un espectro de posibilidades que, realeso no, conforman un horizonte social completamente nuevo frente a la experienciade la isla de los últimos cincuenta años.

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rupción” del Estado en los límites de lasituación  actual  puede  llevar  a  otracosa que no sea la conformación de unfuncionariado eficaz tanto en verticali-dad  y  voluntarismo  político  como  enpragmatismo corruptivo.

Teniendo  en  cuenta  los  derroterospostcomunistas ruso, chino, vietnamitay  koreano,  y  después  de  acusar  losgolpes  antipopulares  y  reaccionariosprovenientes de la agenda del PCC –através  de  sus  Lineamientos  económi-cos  y  los  objetivos  de  la  reunión  deenero-,  resulta  infantil  concebir no yauna  reformulación  emancipatoria  yliberadora del aparato político cubano,sino  incluso  en  la  reorganización  yrefrescamiento  de  las  concienciasestalinistas  tropicales  propias  de  laépoca  de  Fidel.  Como  los  antiguosmaoístas  chinos  de  la  china  deTiananmen,  los  funcionarios  comunis-tas  cubanos  y  toda  su  contradictoriacohorte se plegarán al amo capitalista.

Para ello, la actual estructuración delaparato  estatal  cubano,  con  algunasvariaciones  cosméticas  siempre  paramás alejamiento del control popular, esimprescindible. Tómese nota de todaslas  medidas  unilaterales  llevadas  acabo  hasta  ahora  –por  ejemplo,  esosnuevos, especializados, todopoderosos

y fuera de todo designio grupo empre-sarial  azucarero  cuyo  rimbombantenombre  es  mejor  ni  mencionar  o  laomnipresente Contraloría- y la forma ymetodología  de  la  ya  mencionadaagenda  partidista.  Ningún  tipo  dedemocracia asoma en el horizonte delEstado cubano, y ello solo puede signi-ficar  conservadurismo  y  tendencia  auna usurpación capitalista, signada porel  verticalismo  burocrático  y  la  piña-cera por el poder y los dineros.

Los numerosos análisis a los que nosreferíamos al principio de este escritohacen hincapié en la estrechez de losmecanismos  políticos  existentes  enCuba,  incluidas  las  promesas  delEstado, que promuevan un tratamientoeficaz  de  la  situación  actual.  Se  hanpresentado con suma claridad las prin-cipales variantes ideológicas y estraté-gicas  que  están  reflexionando  sobrelos problemas a los que hicimos refe-rencia, siendo las producidas en terri-torio  nacional  tal  vez  las  más  menosamplias  o  ambiguas,  quizás  porrazones por todos conocidas.

Se han  tenido en cuenta  incluso  lasposiciones que abrazan la autogestióndesde  el  punto  de  vista  deizquierda[1],  llegando  a  aceptarse  laexistencia  de  planteamientos  anar-

quistas  y  libertarios.  Quisiera  dete-nerme en  algunas  ideas  relacionadascon  esta  propuesta  y  su  necesariainserción en un más amplio escenariode prácticas cívico-políticas. Y quisié-ramos  comenzar  con  la  misma  ideaque destacábamos párrafos atrás  res-pecto al consumo y el nivel de vida dela población cubana:

La  situación  económica  cubanaactual  presenta  una  doble  especifici-dad  cortante  hasta  el  hueso:  por  unlado genera sentimientos y posiciona-mientos individualistas –incluso en sussentidos  más  conservadores-,  consu-mistas  y  pro-capitalistas  elevadoshasta niveles extremos[2]. La escasez,la inflación evidente, el atraso tecnoló-gico, la particular pero histórica prác-tica  política  verticalista  y  centralistadel Estado cubano –socializada en  supunto  más  cotidiano-  cerrada  a  tododespliegue  democrático,  incluso  lapertenencia  a  una  cultura  occidental-liberal;  todo esto y mucho más hacenque  varios  sectores  y  millones  de  lapoblación  cubana  actual  apueste  porcualquier  práctica  que  promueva  eldespliegue individual en su búsquedade la posibilidad de la (re)producciónde  más  decorosas  y  efectivas  formasde vida.

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Esta  visión  de  la  sociedad  cubanaactual y  futura puede ser válida hastael mismo punto en que la concepciónde  individuo comience  a  presionarnegativamente  a  la  de  comunidad.Indudablemente,  el  capitalismo  –yafuere como realidad enervante o comoepisteme∕némesis de la tecnología- encualquiera  de  sus  variantes  light  ototal, es esencialmente un enemigo decualquier  comunidad,  incluso  la  capi-talista misma. Y esto no es retórica poli-tológica o desvarío utópico: es por elloque el capitalismo ha fallado ya no enla  mayoría,  sino  en  todas  sus  aplica-ciones puesto que su efectividad sóloes aplicable en su dimensión clasista yno  en  la  que  lo  intenta  analizar  porpaíses  o  locaciones  específicas.  Lacuestión  no  es  en  qué  país  es  más  omenos eficiente el ideal liberal sino enqué  país  no  ha  influido  negativa  yesencialmente en el devenir históricoy esto es concluyente: sólo las clases ysectores dominantes de cualquier paíscapitalista  están  convencidos  que  laaplicación extrema del ideal liberal hasido favorable al despliegue históricode  ese  lugar  del  mundo.  Y  sólo  lospaíses hegemónicos del modelo libe-ral a nivel mundial se tragan la infamiade su efectividad total.

Una vez más llegamos a, según nues-tro  criterio,  la  cuestión  clave  en  lotocante  a  las  garantías  de  tal  o  cualrégimen  de  civilización  construir:  elbien de  la comunidad, esto es, de  lascomunidades, es el camino a seguir. Yel capitalismo con su reinado de la pro-piedad individual –incluso en aquellascomunidades  de  propiedad  privada-ha demostrado su total ineficacia comocreador del bien social.

Esta  característica  fundamental  seproyecta  con  mayor  o  menor  intensi-dad en diferentes escenarios y es enaquellos del gran cinturón que abrazael  núcleo desarrollado donde es másclara: Cuba, por tanto, nunca ha estadoni se ha sentido en el lugar de los másprivilegiados en  la  realidad del  capi-tal… ni nunca  lo estará. Aquellos quecreen en el advenimiento de un futuropromisorio,  incluso  después  de  unaetapa  de  fuerte  implosión,  capitalistapara  nuestro  país  deben  llamarse  acapítulo, nuestro lugar en esa comuni-dad fue en una época, es y podría serde los más precarios. Esto no tiene otronombre  que  desarrollo  desigual,  delcual  los  expertos  capitalistas  sonmaestros en apoyarse.

Y aquí planteamos el otro polo de laespecificidad  del  momento  actualcubano:  si  bien  es  evidente  que  lasituación  es  crítica  y  es  amplio  el

número de personas cuyas posicionesy  actitudes  tienden  a  la  revitalizacióndel  ideal  (neo)liberal,  las  posibili-dades reales de concreción efectiva delas dinámicas más radicalmente nega-tivas del mismo son por ahora débiles.Y  lo  son gracias  a  la  contradictoria  yespecial  esencia  del  régimen  exis-tente,  tendiente  –es  muy  cierto-  a  larestauración  del  reinado  del  capitalpero  renuente  a  abandonar  los  espa-cios  alcanzados  del  estatismo  socia-lista-burocrático  que  evidentementeson incapaces de sostenerse en aquel.

En efecto, la propia fundamentacióntotalitaria del camino escogido[3] haceimposible  tanto  legal  como  política-mente, al menos por ahora, la generali-zación del accionar capitalista en nues-tra  sociedad.  Aún  las  principalesempresas  productivas  y  de  serviciosdel país se presentan como propiedaddel  Estado  –la  idea  de  la  propiedadpopular hace rato que fue abandonadapor  todos-  y  patrimonio  del  pueblocubano.  Si  bien  consideramos  que  elcamino hacia  la privatización de esosespacios y la creación de mecanismospara  el  advenimiento  de  muchos  yaprivatizados ya empezó a construirse,aún este proceso está incompleto puesno  hay  personificaciones  jurídica-mente individuales a las cuales entre-gárselos. El gran problema está en queese camino, por supuesto y no puedeser  de  otra  forma,  está  siendo  pavi-mentado a espaldas del pueblo y elloes lo que define su casi definitivo com-pletamiento.

Y es debido a este antipopular peroparcial proceso que las posiciones deizquierda tienen todavía posibilidadesde acción ante la casi segura avalanchade modernidad que se nos aviene, contoda  su  Internet,  su  omnipresenciaconsumista  y  supuestas  libertadespara hacer lo que queramos, incluso elmal absoluto legalmente.

Y en este presente e imperfectísimoescenario  las  praxis  autogestionariasde  izquierda  y  el  anarquismo  tienenmucho  que  hacer.  Aunque,  comoapunta la destacada estudiosa cubanaMarlene Azor: “La inmensa mayoría delos intelectuales de izquierda cubanosal interior del país tienen una demandaclara  de  democratización  del  sistemapero aún de una manera muy general:socialización de la propiedad y sociali-zación  del  poder.  Demandas  que  sinaterrizarse en instituciones y derechosprecisos y desarrollos jurídicos conco-mitantes  la hacen por  su generalidadun «deseo», pero a la vez imposible deincorporar a la agregación de deman-das  ciudadanas”[4]. Y  en  cuanto  a  lo

que  varios  autores  han  venido  en  losúltimos  meses  la  “Nueva  Izquierda”cubana –en cuyos marcos  se  insertanlos ácratas, destaca:

“Otra  parte  de  la  izquierda  quepodemos  describir  como  una  Nuevaizquierda, plantea la demanda de cam-bios estructurales distanciándose defi-nitivamente de  la  tradición autoritariade  la  izquierda  heredada  en  Cuba,pero a la vez, se focaliza en el entornocomunitario  sin  plantearse  las  institu-ciones y procedimientos, así como loscambios  jurídicos  necesarios  paraconstruir  una  democracia  autogestio-naria a nivel  local ni a nivel nacional.Esta es la debilidad fundamental de laagenda de la nueva izquierda en Cuba,el poco o ausente desarrollo de las ins-tituciones necesarias, los procedimien-tos del funcionamiento de esas institu-ciones,  así  como  los  necesarios  cam-bios  jurídicos que  la hagan posible anivel  local  y  también  a  nivel  nacio-nal.”[5]

Consideramos que este es el meollode  la  cuestión  no  sólo  para  las  posi-ciones  de  izquierda  cubanas  en  lasituación actual sino también para todoaquel que se plantee un futuro viable aconstruir en nuestro país. Mas, el pro-blema está en que tanto las prácticas oposiciones  que  tienden  al  ideal(neo)liberal  como  aquellas  de  laizquierda  estatista  tradicional  –estali-nista,  socialdemócrata  o  como  se  lequiera  llamar-  están  convencidas  deque la creación de un sistema jurídico-político  con  un mínimo de  libertadesdemocráticas  con  base  estatal  es  elúnico camino a seguir. Y el anarquismotradicional no presenta estas conside-raciones entre sus fundamentos.

Sin embargo, creemos que el puntode  nuestro  análisis,  las  posibilidadesde praxis ácrata en la situación cubanaactual,  debe  hacerse  eco  de  algunascuestiones planteadas por el universode  la  democracia  liberal,  sintetizadasen  los  anteriores  fragmentos  del  tra-bajo de Marlene Azor. Desde 1959 lasprácticas libertarias y autogestionariasde  izquierda  han  sido  minimizadassobremanera,  lo cual significa que enel  momento  actual  existen  tresopciones para las mismas, si de restarsendas a la totalización capitalista –denuevo  recuérdense  los  ya  menciona-dos  ejemplos  de  Rusia,  China  yVietnam- se trata:

-  La  lucha  por  la  conformación  deuna  república  federalista  ácratacubana.  Este  proyecto  necesitaría  deun imponderable esencial: la creaciónde una hegemonía libertaria que per-mitiera la ampliación y efectividad de

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numerosas comunidades de todo tipoa nivel nacional que presente un para-digma aceptable por la misma pobla-ción  y  que  sea  lo  suficientementepoderoso  como  para  trascender  losdemás  posicionamientos  políticos.Esta opción es evidentemente inalcan-zable en un plazo de tiempo cercano.Las prácticas ácratas existen en nues-tro país desde, por  lo menos, el  sigloXIX  y  nunca  lograron  alcanzar  talesniveles.

- Ante la imposibilidad de hacer des-aparecer  el  aparato  estatal[6]  actualsólo queda retomar el nivel de análisisy el trabajo truncado en los años 60 delpasado  siglo  pero  adecuándolo  a  lascondiciones  actuales,  lo  que  significadesplegar una praxis lo más auténticaposible  dentro  de  los  marcos  de  unademocratización económica y políticade  la  sociedad  cubana,  lo  cual  tieneque pasar inevitablemente por la rees-tructuración  del  aparato  legislativo. Yaunque ello  tiene, por  fuerza, que  lle-varse  a  cabo  bajo  la  existencia  delEstado, los cubanos tienen la salida deque  no  se  plantee  la  irreversibilidaddel Socialismo Cubano en la continui-dad  de  un  insondable  limbo  capita-lista.

Por  lo  tanto,  consideramos  que  esnecesidad  inaplazable  tanto del posi-cionamiento  ácrata  cubano  como  del

de  la  izquierda en general el  alimen-tarse  de  la  amplia  gama  de  recursospolíticos  provenientes  de  la  históricaresistencia progresista y de  izquierdamás  tolerante  –hasta donde  sea posi-ble-  y  abarcadora.  En  palabras  deDilla, em estos momentos no es posi-ble exigir derechos y espacios propiossin aceptar en principio los de otros y,por supuesto, sin perder nunca de vistados elementos fundamentales: el man-tenimiento  de  la  soberanía  nacional–puesto que sólo ella podría hacernosver  nuestras  propias  limitantes  anteotras  naciones  más  poderosas-  y  loslogros populares alcanzados.

Amén de que la situación actual seaampliamente especial como para pro-ducir prácticas tendientes a  la movili-dad  autogestionaria  y  libertaria,  queestamos seguros que existen en algúnlugar  de  Cuba,  no  creemos  que  aúnsean lo suficientemente atractivas. Unalegislación que defina espacios econó-micos para prácticas autogestionariasy cooperativas en Cuba –cuestión quela  agenda  del  PCC  no  contempla  nimínimamente-  necesita  de  un  marcomás amplio de desarrollo que las defi-nan como propositivas, positivas y des-eables. Y  para  ello  es  imprescindibledespejar el camino de toda cerrazón ydesignios defenestradores, nacionaleso extranjeros, que sigan etiquetando a

la  sociedad  cubana  como  obtusa  einculta políticamente.

En este escenario, convivir con otrasprácticas  económicas e  ideologías  esuna  de  las  necesidades  del  cuerpoanarquista  cubano.  Los  casos  de  lasDamas  de  Blanco,  el  periodismo  y  elsindicalismo  independiente  (“disi-dente”),  el  posible  futuro  caleidosco-pio partidista, la blogosfera y otras tri-bunas de nuestra sociedad civil y polí-tica  deben  tenerse  en  consideracióncomo lo que son: espacios de partici-pación  de  la  ciudadanía  cubana  que,sean  de  la  posición  que  sean,  tienentodo  el  derecho  a  ser  analizados,apoyados o echados a un lado por ella.No le toca al anarquismo de Cuba, másallá  de  apreciaciones  de  principio,método o estrategias, definir los desti-nos  de  aquellos…  será  el  ciudadanocubano el máximo decisor.

Y es aquí donde consideramos opor-tuno destacar lo que en el primer pár-rafo de este escrito: hasta el momentotoda  la  reflexión  más  clara  sobre  lasituación actual o  futura cubana se hadesarrollado mayoritariamente desdeespacios  digitales  y,  específicamente,vinculados  con  Internet,  alejados enmayor o menor medida de las posibili-dades informativas de los cubanos de apie. La cuestión de la información y laeducación, incluso en la praxis ácrata,

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es esencial. Tenemos plena convicciónde  que  acciones  autónomas  son  per-fectamente  desarrollables  incluso  sinpertenecer a  la  ideología  libertaria ysin necesidad de ninguna movilizaciónu organización previas. Casos  existenen Cuba a montones y decididamente,incluso desde la más rampante ilegali-

dad, y el Estado cubano y sus ramifica-ciones  tienen  conocimiento  de  lasefectivas  y  testarudas  soluciones  delpueblo cubano en comunidad.

Mas, no es lo mismo la acción autó-noma espontánea –aunque  sea pode-rosa-  que  aquella  con  objetivos  bienplanteados  y decididamente  no  es  lomismo  la  praxis  autónoma  de  cual-quier  tipo,  incluida  la  liberal,  que  laautonomía  libertaria. De  esto  puedendar fe países de bases eminentementecomunitarias y de antigua herencia decooperación  como  algunos  paísesasiáticos  y  latinoamericanos.  Inclusoen nuestros días, ejemplos como los deChina  y  Vietnam  plantean  prácticas,conciencias  y  destinos  fuertementearraigados en la cooperación comunalde  las  villas  campesinas  las  que,  noobstante,  y  he  aquí  la  problemáticaesencial,  son  tributarios  de  un  más

amplio  marco  de  mercantilización  yconsumo capitalistas que localizan suspoderosos  nodos  en  las  megaciu-dades.  Es  en  estas  últimas  donde  sedesarrolla el destino de las sociedadesde la actualidad, incluso en países par-ticularmente  agrícolas,  atrasados  ydependientes  en  grado  sumo  de

aquellos  donde  el  adelanto  de  servi-cios e  industrias hacen pensar que  laclase obrera ha desaparecido.

En Cuba no es completamente dife-rente. En nuestro país no existen comu-nidades campesinas y aquellas forma-das después de 1959 en casi su totali-dad han demostrado su ineficacia. Noes  nuestro  objetivo  reflexionar  sobreeste punto, baste señalar que  las másefectivas de esas cooperativas son pre-cisamente las de créditos y servicios, osea, las que menos visos de emancipa-ción  anticapitalista  presentan.  Por  lotanto, el futuro del anarquismo cubanodebe definirse en las realidades de lasciudades  y,  existiendo  ya  espaciosdefinidos  de  apertura  económica,aunque  sean  pobres  y  pequeñosdeben  ser  aprovechados  en  direc-ciones que permitan el desarrollo deprácticas progresistas, emancipadas y

de  izquierda,  incluso  si  no  comulgancon el ideario ácrata.

Las  medidas  adoptadas  por  elEstado  cubano,  míseras  y  eminente-mente contrarias a los ideales anticapi-talistas,  promueven  paradójicamenteespacios  de  aprendizaje  y  coopera-ción entre  los  trabajadores. La cultura

del timbiriche también puede relacio-narse con la comunicación horizontal yla  cooperación:  sobran  los  comenta-rios  de  muchos  cubanos  que  se  hanaventurado en el veleidoso destino delos negocios privados, evidencia de laabusiva  política  de  impuestos  y  lanegativa  terca  e  inexplicable  delEstado  a  conformar  mercados  mayo-ristas  que  no  sólo  beneficiarían  alpequeño,  y  repetimos,  pequeño[7],negocio  privado  sino  también  alconjunto  mayoritario  de  la  poblacióncubana.  Esos  precarios  negocios  pri-vados harían bien en juntarse y apro-vechar los beneficios de una coopera-ción amistosa aunque fuese temporal,en  vez  de  seguirle  el  jueguito  a  unacompetitividad  espuria  que  ellossaben los lleva a la quiebra al primerrollito  financiero  que  aparezca–¡incluso  eso  saben  de  antemano!-  o

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de  seguir  aceptando  un  porvenirincierto,  impuestos  leoninos y  legisla-ción depravada mediante.

Por otro lado, recientemente se die-ron  permisos  relacionados  con  elarrendamiento  de  barberías  y  otrosservicios como la reparación de equi-pos electrodomésticos, etc., los cualesnecesitan  de  un  aprovisionamiento  yabastecimiento  que  el  Estado  estáimposibilitado de  resolver,  dejando  alas personas que  se dediquen a esostrabajos el difícil destino de gestionar-los.  De  nuevo  vemos  potencialidadesenormes  en  estos  escenarios  para  labúsqueda de actitudes que proporcio-nen, no el germen de la ambición des-medida  de  más  poder,  dinero  y  ego,sino  la  creación  de  apropiacioneslaborales que se traducirían en verda-deros  campos  de  liberación.  Todosestas puntuales zonas de labor puedenincluso  llevar  desarrollo  y  organiza-ción material a las comunidades en lasque se encuentren, haciendo más  lle-vadera y puntual la vida en ellas y pro-moviendo las valoraciones ciudadanashacia los destinos de otras empresas ycapacidades,  entiéndase  las  privadasde cualquier tipo y las estatales.

Para  terminar  con  los  ejemplos  deposibles  prácticas  que  sean  a  su  vezmétodo,  fuente  y  logro,  nuestra  obso-leta y ahuecada Constitución plantea laúnica posibilidad de creación de legis-lación  por  parte  de  la  población  –yaque estamos en tiempos de renovacióny búsqueda de soluciones, ¿por qué novamos más  lejos,  eh?-  allí donde nin-gún nivel de las asambleas del “PoderPopular”  lo  permite.  Peticiones  masi-vas de variados y específicos puntos,destacados  mínimamente  o  inexis-tentes en la reciente agenda del PCC,suficientemente alejados de lo que sepueda considerar nocivo a  la  sobera-nía nacional o el clamor popular, o des-provistos de petulancia e irresponsabi-lidad  política  o  ciudadana,  todo  elloplantearía  memorables  progresos  enla  creación  de  posiciones  y  concep-ciones a todo lo largo del panorama deizquierda o progresista cubano.

Si hasta el momento no ha quedado

bien claro que ninguno de los plantea-mientos  hechos  tienen  como objetivoinsertar  a  las  presentes  y  futurasacciones  y  proyectos  autónomos  deizquierda y∕o libertarios en un posibleescenario de contiendas políticas cen-tradas en el coqueteo con demócratasde  nuevo  tipo  o  republicanismos  almás  puro  estilo  postmodernista,entonces  lo  ponemos  completamenteen negro:

La izquierda cubana debe cen-trarse en los más legítimos y expre-sos reclamos de la mayor parte de lasociedad cubana, sin perder tiempocon reclamos cosméticos o insensa-tos, un amplio marco de actuaciónque puede definir hasta qué punto larestauración capitalista sea total ono. Y en ese escenario, los posiciona-mientos de autogestionarios y liber-tarios pueden jugar un papel esen-cial, al presentar destinos que pue-dan adecuar a los cubanos a unasociedad más justa, equilibrandoambientes comunes y desgajandodistancias en cooperación y solida-ridad. Y, sobre todo, teniendo comomáxima: Mejor Estado, entendible;más Estado, nunca.

Gonzo Pedrada

[1] Por alguna razón, y tal vez pode-mos avanzar alguna relacionada con lapobreza económica que se trasluce encultural  del  escenario  cotidianocubano, se hace difícil pensar en auto-gestión capitalista o de mercado en laisla.

[2] La salida neoliberal, inexistente otal  vez  reducidísima  años  atrás  se  haconvertido en un paradigma social enlas  disquisiciones  sobre  el  futuro  delpaís.

[3] Decididamente debido a las cir-

cunstancias  señaladas  sólidamentepor el destacado investigador cubanoHaroldo  Dilla  en  su  trabajo  ¿Nos  hanextirpado  el  órgano  de  la  rebeldía?(http://www.havanatimes.org/sp/?p=55553),  cuando  explicaba  la  decanta-ción de factores cívicos e ideológicosdespués del  ´59  cubano.  Siempre mehe  sorprendido  de  la  enorme  pistapolítica que el segundo video clip, másque el primero, del folclor “Chamaméa Cuba” del grupo Moncada presentó–teniendo en cuenta por supuesto quefue producido en la importante décadade  los  años  2000-10,  especial  en  eldevenir  reciente  de  los  cubanos-desde el primerísimo momento:  1959es presentado  como una  señal  hechapor  el  campesinado  (representaciónpolítica  del  pueblo  completamenteerrónea  pero  coyunturalmente  casireal)  a  los  barbudos  de  la  sierra  (elsocialismo) ante el peligro del casquitobatistiano  (el capitalismo). Y sabemosque  este  video  siempre  ha  formadoparte del paquete propagandístico dela TV cubana, o sea el Estado.

[4] http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/quien-demoniza-la-democracia-liberal-en-cuba-272807

[5] Ídem.[6]  De  algo  están  claro  los  anarcos

cubanos de  la  actualidad:  una  coyun-tura  violenta  que permita  el  derroca-miento  del  sistema  político  actualcubano  no  es  admisible  ni  aconseja-ble.

[7]¿Cuál  es  el  temor  al  estableci-miento de esos mercados mayoristas?Si el miedo es a que se produzca unaexplosión  de  millonarios  que  hagamás  evidente  aún  la  separación  depobres  y  ricos,  se  sabe  hasta  el  har-tazgo que los adinerados y millonariospropietarios no compran en esos mer-cados, so n ellos los dueños de variosde  esos  negocios  juntos.  ¿O  es  quesólo  puede  haber  adinerados  de  untipo en Cuba,  los  funcionarios? ¿O esque el Estado tiene otro temor, que esevidente, el de no poseer un céntimo,negarse a dar la información precisa yclara a la población y estar obligado aaceptar la inversión extranjera directa?

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