Sin hacerse notar,
silenciosas y quietas,
ocupando su espacio,
desafiando
al aire y al vacío,
dando forma
a lo que nos rodea.
Son las cosas pequeñas,
viven entre nosotros,
con nosotros.
Algunas son inútiles,
pero, tan necesarias…
me enamoré perdidamente
de las cosas pequeñas
esas que nada valen
las que se quedan quietas y calladas
siempre en el mismo sitio
las que parecen muertas
un plato desconchado
una punta oxidada
dos membrillos
en un cesto de mimbre
un libro de poemas
unas llaves
las entradas del cine
los chopos reflejados en el río
las hojas de los álamos
meciéndose en el viento
un aloe
un trozo de carbón
una silla de enea
tantas cosas comunes
tan cotidianas
que nunca reparamos
en su lenta existencia
y yo
como un tonto
me he enamorado
Mirar las cosas
para ponerles nombre
y que nazcan
porque ya las sabremos.
Una taza de porcelana azul,
vacía,
podría contener el universo.
Podría cada cual llenarla
de cosas ordinarias
o impensables.
Una infusión de té, por ejemplo,
un poco de agua,
una medida de harina de centeno,
una porción de viento de la costa,
un pedazo de niebla,
la cantidad de azúcar
que endulzará el café.
Nunca se sabe...
Por eso
una taza de porcelana azul
puede llegar a ser tan importante.
En su hueco
se debaten las cosas
que alguna vez importan.
“DE LAS COSAS PEQUEÑAS”, de Julián Alonsoy María Sánchez, salió de imprenta
el 31 de enero de 2015,con número de depósito legal P-16/2015,
en edición no venal decien ejemplares numerados
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