2016
Emociones Básicas Elena Llorente Bernardo
[CÓMO DESCUBRIRSE A UNO MISMO] Este cuadernillo está pensado para guiarte en un viaje al autoconocimiento. Mediante una serie de aclaraciones sobre la mente humana y una serie de ejercicios prácticos, te acercarás un poco más a la persona que realmente eres y podrás entenderte mejor a ti mismo y a los demás.
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Índice Introducción ..................................................................................................................... 3
Autoconocimiento, descubriendo quién eres ................................................................... 9
Los pensamientos ...................................................................................................................... 9
Las emociones ........................................................................................................................... 9
El cuerpo .................................................................................................................................... 9
El autoconcepto ...................................................................................................................... 10
Las emociones básicas............................................................................................................. 14
La carga emocional .................................................................................................................. 17
El ego ....................................................................................................................................... 19
Los sentimientos ..................................................................................................................... 19
Patrones de respuesta emocional ........................................................................................... 22
Cómo frenar la culpabilidad ................................................................................................ 22
Cómo frenar el resentimiento ............................................................................................. 23
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Introducción
Este cuadernillo está pensado para que aprendas a entenderte a ti mismo y puedas
responder a la pregunta de por qué eres como eres y de qué puedes hacer para
convertirte en la persona que te gustaría ser.
Es por ello que te irás topando con ejercicios que te permitan aplicar la parte
teórica y que te ayuden a integrar bien los conocimientos nuevos. Así que imprime este
texto o dispón de una libretita donde puedas ir anotando todas tus respuestas.
Mi intención es que alcances los beneficios que comporta conocerse a uno
mismo y puedas lograr los cambios que deseas en tu vida o simplemente adquieras una
visión más amplia de la realidad y encuentres recursos para sentirte feliz e íntegro.
Para ello me he basado en los últimos avances en inteligencia emocional. Se
habla mucho sobre inteligencia emocional, pero no siempre se tiene claro en qué
consiste. Por eso voy a empezar por ofrecerte tres metáforas muy extendidas que te
ayudarán a encontrar un punto de partida para desarrollar tu propia inteligencia
emocional.
Primera metáfora: el kayak necesita remos
La vida es como un río, fluye por sí sola, a veces se estanca, otras veces tiene fuertes
corrientes, es imprevisible y pueden aparecer obstáculos en el trayecto.
Imagina que descendieras por un río en kayak. El kayak equivale a tus
conocimientos y a tu capacidad intelectual, pero ¿es suficiente para que tu viaje
sea seguro? Si solo dispones del “kayak” es probable que al menor obstáculo o corriente
acabes volcando y eso te lleve a tragar agua irremediablemente.
Si eso ocurriera y estuvieras boca abajo, con la cabeza metida en el agua, ¿qué
necesitarías para darle la vuelta a la embarcación?
Los remos. Con los remos podrás buscar un lugar en el que apoyarte, podrás
moverte, volver a la posición inicial, dejar de tragar agua y seguir tu camino. Los remos
te ayudarán a sortear las rocas, a manejarte en las corrientes fuertes y a dirigir tu
rumbo. Los remos equivalen a tu inteligencia emocional.
Tanto el kayak como los remos son necesarios para la navegación.
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La inteligencia emocional es un recurso indispensable para manejarnos. Nos
permite sortear y enfrentar los obstáculos, así como dirigir el rumbo de nuestras vidas.
RESPONDE
Sobre tu kayak:
¿De qué conocimientos y capacidades dispones para facilitarte la vida?
¿Qué te permite sostener tu estilo de vida?
¿Qué conocimiento o capacidad quieres desarrollar próximamente y qué vas a
conseguir con ello?
Sobre tus remos:
¿Qué te hace sentir emociones positivas en tu día a día?
¿Qué estás necesitando para sentirte feliz?
¿Hay algo que estás reprimiendo?
Segunda metáfora: el carruaje
Un carruaje necesita de varios elementos para llevar a cabo su función. Necesita un
conductor que lleve las riendas, necesita unos caballos que lo remolquen y necesita un
cliente que quiera ir a alguna parte.
El carruaje es nuestro cuerpo. El conductor, nuestra mente. Los caballos
son las emociones. Y el cliente es nuestra esencia.
El carruaje puede ser más nuevo o más viejo, más lustroso o menos.
Podemos cuidar nuestro carruaje o no darle ni una capa de pintura. Sabemos que
cuanto más lo cuidemos, más nos durará y mejor trayecto tendrá nuestro cliente.
Equivale a nuestro cuerpo, contenedor de lo que somos.
El conductor es indispensable, es el intelecto, el sentido común, pero también
es el ego. Cuidadín con el conductor, que a veces le da por elegir caminos
insospechados, que nada tienen que ver con la voluntad de su cliente y acaba por no
cumplir su función adecuadamente. Un buen conductor/mente es respetuoso con su
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cliente, le pregunta a dónde se dirige, sabe tratar a sus caballos y mantiene en buenas
condiciones a su fuente de sustento: el carruaje. Escuchar a su cliente es una de sus
necesidades, pues su trabajo es conducirlo a su destino.
Los caballos han de estar domados; si no, harán de las suyas y desbocarán el
carruaje. De nada sirve un conductor brillante, si sus caballos no atienden a razones y
no saben llevar un carro. Los caballos necesitan saber qué se espera de
ellos, necesitan saber para qué están ahí. La sintonía entre caballos y conductor
ha de ser excelente. Si se comprenden entre ellos, podrán llegar al destino que marque
el cliente. De no ser así, llegarán a otro lado o el carruaje quedará parado o sin rumbo.
Y finalmente nos queda el cliente, que es el espíritu del carruaje, la esencia del
carruaje. Si no hubiera cliente, el carruaje no serviría para nada. Es el pasajero de un
viaje -la vida- del que solo se sabe cuál es la salida y cuál es la llegada, pero del que se
desconoce cómo será el camino. El cliente no tiene miedo al trayecto, goza de cada
instante del viaje, porque sabe que es el viaje de su vida. Sin embargo, a veces, el
conductor le cierra las ventanas, el carro se detiene, los caballos entran en pánico o hay
socavones en el camino… El cliente necesita ser escuchado, él sabe disfrutar de la vida,
sabe que cada instante es único y auténtico. El cliente es como un niño inocente y puro,
¿lo dejarías a oscuras dentro del carruaje?
En este cuadernillo comprobarás cómo conectar con ese cliente interior que
todos llevamos dentro y permitir que su felicidad te llene de plenitud. Además, es muy
importante que el "conductor" -tú mismo- encuentre una forma de acercarse a sus
caballos -las emociones- y de entenderse con ellos de una vez por todas gracias al
conductor -la mente-.
Para ello he escrito este texto, para explicarle al conductor cómo domar sus
caballos, cómo cuidar su carruaje y cómo escuchar a su cliente.
RESPONDE
Sobre tu carruaje (el cuerpo):
¿Estás cuidando suficientemente tu cuerpo?
¿Qué podrías hacer a partir de ahora para ponerte en forma y sentirte sano?
¿Qué puedes cambiar de tu propio cuerpo si te esfuerzas en conseguirlo?
¿Qué hay de tu cuerpo que no te gusta y que no puedes cambiar?
¿Qué puedes decirte a ti mismo para aceptar que hay cosas que no puedes
cambiar y seguir luchando por las que sí puedes cambiar?
Escribe una frase breve que puedas decirte a menudo y te recuerde tus
objetivos en cuanto a tu cuerpo.
Sobre tu conductor (la mente):
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¿Quién decide hacia dónde te diriges en la vida, tu ego o tu esencia?
¿A quién escuchas más, a tu guía interno, el que te ayuda a avanzar, o a tu
destructor interno, el que todo lo ve negro?
¿A cuál de tus voces internas quieres hacer caso a partir de ahora, la que te
castiga si te caes o la que te da la oportunidad de levantarte?
¿Qué puedes decirte a ti mismo para frenar a tu ego en situaciones de
amenaza?
Escribe una frase que puedas decirte cada vez que el ego te acribille con
pensamientos destructivos.
Sobre los caballos (las emociones):
¿En qué situaciones de tu vida cotidiana sueles perder el control de tus
emociones?
¿Ante qué personas te sientes débil, nervioso, triste, enfadado o tienes miedo?
¿Qué sueles hacer más a menudo, guiarte por el corazón o racionalizarlo todo?
¿Te permites expresar las emociones, ya sean positivas (alegría) o negativas
(tristeza, enfado, miedo)?
¿Cuándo estás triste, te das permiso para llorar y buscar apoyo?
¿Cuándo estás enfadado, consigues encontrar la calma antes de reaccionar?
¿Cuándo sientes miedo, eres capaz de buscar el recurso que necesitas para
vencerlo? Más abajo encontrarás información para entender tus emociones.
Escribe una frase que te anime a observarte en el día a día y ser más consciente
de lo que sientes en cada momento.
Sobre tu cliente (tu verdadero yo):
De niño, ¿qué querías ser de mayor?
Si no le tuvieras miedo a nada, ¿qué te gustaría hacer?
Si te tocara la lotería, ¿qué proyecto emprenderías?
¿Qué te falta en la vida para ser plenamente feliz?
¿Qué hay en tu vida que te hace plenamente feliz?
¿De qué tres aspectos de tu vida te sientes inmensamente agradecido?
¿Qué personas han dejado una hermosa huella en tu vida?
¿Estás haciendo lo que realmente quieres con tu vida?
¿Estás desarrollando todo tu talento y tu potencial?
¿Qué es aquello que cuando lo haces te olvidas del espacio y del tiempo y te
hace fluir y sentirte pleno?
¿Cuál es tu mayor sueño en la vida?
Solo tenemos una vida para materializar nuestros sueños, ¿qué puedes hacer a
partir de hoy para ir acercándote a ese sueño maravilloso que tienes todo el
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derecho de materializar?
Escribe los pasos que puedes dar para acercarte a tu sueño, sé lo más concreto
posible, desde lo que harás cada mañana hasta los lugares que visitarás, la
gente con la que tendrás que hablar o los materiales que necesitarás.
Tercera metáfora: buffet libre
Imagina que te levantas por la mañana en un hotel cinco estrellas, tienes ganas de
desayunar y ya te imaginas las suculentas delicias que vas encontrar en un hotel tan
distinguido y elegante. Además, sabes que el desayuno es la comida más importante del
día, así que estás dispuesto a experimentar más allá del previsible "relaxing cup of
caffe".
Entonces, entras al comedor, escoges una bandeja y... ¿vas a probarlo todo? Hay
demasiadas posibilidades y no te entra todo en el estómago, así que tendrás que elegir
lo que más te apetezca en ese momento, lo que más te llame la atención o lo que creas
que te va a sentar mejor al estómago.
La inteligencia emocional abarca un sinfín de teorías, herramientas, practicas,
métodos y un largo etcétera de recursos. Como si se tratara de un buffet libre, no todo
lo que te ofrece puede ser engullido y digerido, elige lo que más se acomode a tu forma
de ser, lo que te resulte más adecuado, lo que vaya contigo. Cada uno elige lo que puede
aprovechar, lo que le llega verdaderamente.
Así que establece que no tienes por qué estar de acuerdo en todo ni pensar que
has de pisar las huellas de nadie o seguir un programa a raja tabla. Solo busca tu
camino, elige tus propios recursos. Pocos o muchos, sencillos o complicados, eres
único y tienes tu propio proceso.
Necesitas un desayuno adecuado a tus gustos y que puedas digerir. Recuerda,
además, que al día siguiente también habrá buffet libre y puedes variar tu dieta.
RESPONDE
¿Qué tipo de técnica va más con tu estilo?
o ¿Una técnica que incluya la vía espiritual?
o ¿Una técnica cognitiva, que se base en el razonamiento?
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o ¿Una técnica en la que se mueva el cuerpo?
o ¿Una técnica en la que los colores te ayuden a centrarte?
o ¿Una técnica en la que la meditación te despeje?
o ¿Una técnica en la que uses la imaginación y la creatividad?
o ¿Una técnica individual o una que sea colectiva?
Hay infinidad de técnicas diferentes, puedes probar las que más te llamen la
atención hasta encontrar la que te ayuda en el día a día a sentirte mejor y a
manejar tus circunstancias como tú quieres. No te limites ni te disperses, cada
uno tiene su camino, elije tú el tuyo siempre.
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Autoconocimiento, descubriendo quién eres
Conocerse a uno mismo es esencial para poder desarrollar nuestra inteligencia
emocional, pero ¿nos conocemos realmente a nosotros mismos? Si quieres averiguar
cómo eres has de observarte en el día a día, ser consciente de cómo te comportas,
porque una vida no observada, ¿merece la pena ser vivida?
Para dejar de vivir en automático y centrarte en vivir plenamente tu vida,
puedes atender a los siguientes aspectos fundamentales:
Los pensamientos Responde a estas preguntas en un papel aparte:
¿Qué pensamientos te asaltan ante determinadas personas o situaciones?
¿Cuándo son positivos? ¿Cuándo, negativos? ¿Qué creencias
tienes? ¿Te limitan o te animan a avanzar hacia tus metas? ¿Qué
prejuicios o intolerancias tienes? ¿Están suficientemente
justificadas? ¿Cómo te influyen estos pensamientos, creencias e
intolerancias?
Saber cómo nos influyen los pensamientos, nos
ayuda a entender nuestras conductas. Ser conscientes nos permite decidir si
queremos cambiar y nos ayuda a buscar el recurso que se ajusta mejor a nuestras
necesidades.
Las emociones Ahora, responde con sinceridad a las siguientes preguntas:
¿Qué emociones siento ante determinadas personas o situaciones? ¿Expreso mis
emociones o las reprimo? ¿Cómo las interpreto? ¿Sé darles nombre a mis emociones?
¿Cómo las gestiono?
Saber interpretar las emociones y
regularlas para conseguir nuestros objetivos
es parte esencial de nuestra inteligencia
emocional. Aprender a lograrlo nos permitirá sacarle el mayor partido a todas las
emociones, ya sean negativas o positivas.
El cuerpo Y te quedan las siguientes cuestiones a responder:
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¿Escuchas a tu cuerpo lo suficiente? ¿En qué situaciones te duele la
cabeza? ¿Dónde sientes dolor? ¿En qué situaciones sueles cansarte? ¿Estás en forma?
¿Qué necesidades tiene tu cuerpo? ¿En qué parte de tu cuerpo sientes el enfado? ¿En
qué parte de tu cuerpo sientes la tristeza? ¿Y los nervios? ¿Qué le ocurre a tu cuerpo
cuando sientes alegría? ¿Y cuando estás en calma? ¿Qué partes de tu cuerpo sueles
llevar tensas? ¿En qué situaciones te relajas? ¿Qué gestos faciales sueles adoptar?
¿Cómo te mueves cuando caminas? ¿Qué gestos haces cuando te enfadas? ¿En qué
situaciones empleas el contacto físico con los demás?
A veces, emociones o pensamiento reprimidos se expresan a través del cuerpo y
es cuando aparecen los dolores, el cansancio e incluso las enfermedades. Si escuchamos
a nuestro cuerpo, seremos capaces de atender sus necesidades.
Por último, si quieres conocerte mejor, también tienes que preguntarte:
1. ¿Cuáles son mis fortalezas? Todas aquellas cosas que se me dan bien…
2. ¿Cuáles son mis debilidades? Todas aquellas cosas que me limitan o no sé
hacer…
3. ¿Cuáles son mis necesidades? ¿Qué necesito en mi vida para ser feliz?
4. ¿Cuáles son mis metas? ¿Qué objetivos tengo a corto y largo plazo que vayan a
convertirme en una personas más feliz.
Así que si lo que quieres es conocerte mejor, empieza a observar en el día a día cómo
piensas, cómo sientes y cómo expresas lo que sientes. Y no olvides averiguar
qué es lo quieres en realidad.
El autoconcepto El autoconcepto es una parte esencial de lo que somos, porque influye en lo que
pensamos, lo que sentimos, lo que decimos, lo que hacemos, lo que elegimos, en la
capacidad de dar y recibir que tenemos y en nuestra capacidad de cambiar nuestras
conductas.
El autoconcepto engloba lo que somos y está compuesto por tres elementos: lo
que sentimos por nosotros mismos, lo que sabemos sobre nosotros mismos y el grado
de avance hacia nuestras verdaderas metas.
En tres palabras: autoestima, autoconocimiento y autorrealización. Si
nos amamos, nos conocemos y sentimos que avanzamos hacia nuestras metas, nuestro
autoconcepto será sano.
Vayamos por partes:
La autoestima es la evaluación afectiva que hago de mis comportamientos.
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El autoconocimiento es la información que tengo sobre mí, el grado de
consciencia que tengo sobre mis conductas, actitudes y capacidades.
La autorrealización es la manera en la que oriento lo que soy y lo que amo de mí
mismo con el fin de conseguir mis objetivos.
La autorrealización personal solo es posible si tenemos una autoestima sana y un
óptimo grado de autoconocimiento. Y será imposible cuanto menos nos conozcamos y
nos queramos a nosotros mismos.
Así que detén la lectura un segundo, busca un espejo, obsérvate a ti mismo en
este precioso momento y responde:
¿Quién soy? ¿Qué siento? ¿Qué pienso? ¿Qué hago? ¿Hacia dónde voy? ¿Para qué?
El autoconcepto es dinámico y evoluciona con el paso del tiempo, puedes
moldearlo y mejorarlo día a día. Además, está influenciado por nuestras experiencias,
así que puedes comprender por qué eres como eres echando un vistazo a tu pasado y
decidir cambiar ese autoconcepto partiendo de añadir a tu vida nuevas y productivas
experiencias.
Ten muy en cuenta que el autoconcepto nos informa desde nuestras conductas.
Tus comportamientos son los que te darán luz sobre tu grado de autoestima y tu grado
de autorrealización y autoconocimiento, por ello lo primero que debes empezar a hacer
es observarte a ti mismo en todo momento. Quizás en los primeros vistazos a ti mismo
no te guste lo que encuentres o no puedas frenar tus conductas autodestructivas, pero
habrás dado el primer paso: ser consciente de ello. Poco a poco podrás ir moldeando
esa conducta hasta convertirte en la mejor versión de ti mismo, si utilizas los recursos
adecuados, que aprenderás a lo largo de este libro. Pero el primer paso es detectar tus
propias carencias, admitirlas y aceptarlas.
Otra cosa a tener en cuenta es que el autoconcepto se alimenta de la
información que recibe de los demás, es decir, que lo que los demás dicen o piensan de
nosotros influye directamente en nuestra autoestima y capacidad de autorrealización y
en lo que sabemos sobre nosotros mismos. Hay que empezar a analizar lo que nos
aportan nuestros seres queridos, así podremos saber si lo que recibimos es constructivo
o destructivo, o si hay algo en lo que no estamos haciendo demasiado caso y quizás nos
conviene atender.
Y finalmente no olvidar que también estamos tremendamente influidos por
nuestro entorno: creencias, valores, hábitos, cultura. No está de más que cuestionemos
est0s aspectos de nuestra vida con el fin de verificar qué nos aportan y de qué nos
privan. Quizás hay alguna creencia obsoleta que puedas desterrar o un hábito que no te
esté produciendo los efectos deseados.
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Para ayudarte a conocer un poco mejor tu autoconcepto, puedes rellenar la
siguiente tabla:
AUTOCONCEPTO
ÁMBITOS
AUTOESTIMA AUTOCONOCIMIENTO AUTORREALIZACIÓN
De lo que estoy
satisfecho.
Lo que sé de mí. ¿Avanzo hacia mis
metas?
Académico
Laboral
Social
Emocional
Familiar
Físico
Y para descubrir lo que los demás piensan sobre ti, te propongo el
siguiente ejercicio:
• Elige entre 3 y 5 personas de tu entorno.
• Pídeles que te digan:
– 3 aspectos positivos sobre ti.
– 3 aspectos que puedes mejorar según ellos.
– Hazles las siguientes preguntas:
– ¿Te parece que exteriorizo y expreso mis emociones de manera
adecuada?
– ¿Gestiono mis emociones de manera positiva para mí mismo y para los
demás?
– ¿Soy sensible a las emociones de los demás? ¿Las tengo en cuenta a la
hora de relacionarme con ellos?
– ¿En general transmito emociones positivas en mi entorno, o más bien
genero “climas emocionales” negativos?
• Pídeles su opinión, mediante la tabla, con hechos concretos.
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OPINIÓN EJEMPLOS CONCRETOS
Después de conocer las opiniones de los demás sobre ti, recuerda los siguientes
aspectos:
Las opiniones de los demás son una referencia, no una guía.
Encontrar el significado de la experiencia, te ayudará a entenderla y a buscar
soluciones.
Estás preparado para crearte a ti mismo y construir el tipo de persona que
quieres ser, no importa de dónde vengas, sino a dónde quieres dirigirte.
Antes de pasar al siguiente apartado te propongo otro ejercicio de
autoconocimiento
Reflexiona acerca de la siguientes cuestiones, así podrás descubrir qué creencias y
valores tienes arraigados y que te han influido a la hora de tomar actitudes y elecciones
en la vida adulta:
1. ¿Cuál es el cuento, anécdota o fábula de la que más te acuerdas de tu infancia?
¿Qué caracterizaba a los personajes y qué creencias tenían? Sintetiza su
moraleja en una afirmación y escríbela.
2. ¿Qué personas han influido más en tu vida? Recuerda y escribe sus enseñanzas,
creencias y valores.
3. ¿Cuál fue el libro que más te impactó en la adolescencia? ¿Cómo era el
personaje con el que te identificabas? ¿Cuál era su filosofía?
4. ¿Cuáles han sido tus 2 o 3 experiencias vitales más importantes de tu vida?
¿Qué aprendiste y qué conclusiones sacaste de ellas? Mejor escribe tus
respuestas.
5. Recuerda a alguna persona o personaje que hayas admirado en un momento
dado de tu vida, ¿cómo era su conducta? ¿Cuáles eran sus creencias y valores?
Probablemente, tras responder a estas cuestiones seas capaz de detectar qué
experiencias, libros, personas y personajes han influido en las creencias, valores,
actitudes y elecciones vitales que te convierten en lo que eres hoy en día. ¿Recuerdas
haber tomado alguna decisión importante en base a esos valores y creencias?
Ahora responde, ¿siguen siendo válidos para ti o te gustaría cambiar algunos de
ellos y adaptarlos a lo que es tu vida hoy en día o a los tiempos que corren?
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Las emociones básicas Aprender a reconocer qué emoción sentimos, y qué significado tiene cada
emoción, nos permitirá actuar ante las situaciones dando respuesta y no reaccionando
sin ton ni son.
Las emociones, sean positivas o negativas, están para darnos información del
exterior y tenemos que darles la bienvenida. Además es muy importante expresar
las emociones, porque de ese modo estamos comunicando cómo nos sentimos. Pero
sin olvidar que siempre hay que actuar de acuerdo a la situación y con respeto
hacia nosotros mismos y hacia los demás.
¿Qué nos dicen las emociones?
LA ALEGRÍA NOS HABLA DE LOGROS
Cuando sentimos alegría y felicidad es porque hemos
conseguido algo que queríamos. Da igual si se trata del trabajo
que queríamos, el jersey que queríamos, las entradas al partido
de fútbol que queríamos, el novio o novia que queríamos…
incluso cuando comes tu plato favorito. Estás
consiguiendo satisfacer un deseo, una necesidad, y te
proporciona una sensación de placer, de bienestar o de
entusiasmo.
Hay muchos sentimientos asociados a esta
emoción: amor, diversión, felicidad, entretenimiento,
pasión, placer, agradecimiento…
Por lo tanto, cuando sientas alegría, puedes preguntarte: ¿Qué he logrado?
Y acto seguido date la ENHORABUENA. Nunca olvides que
la autovalidación de los propios logros es indispensable para fortalecer tu
autoestima.
LA TRISTEZA TE HABLA DE UNA PÉRDIDA
Cuando sientas tristeza, pregúntate: ¿Qué he perdido? La
tristeza nos avisa de que algo no ha salido como estaba planeado
y lo hemos perdido, ha desaparecido o ya no está en nuestro
poder. Puede tratarse de la pérdida de un ser querido, de una
ruptura amorosa o por haber suspendido un examen importante.
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Los sentimientos asociados a la tristeza son: soledad, melancolía,
depresión, desaliento, pena, duelo…
Cuando nos invade la tristeza, no hay que rechazarla o reprimirla, sino dejar
que se comunique con nosotros, así podremos aprender de ella. Nos haremos
preguntas como, ¿qué he aprendido de esta situación? o ¿qué necesito para mejorar mi
estado de ánimo?
EL ENFADO NOS HABLA DE LÍMITES
Cuando nos sentimos tratados injustamente o alguien cruza ciertos límites de nuestra
dignidad, cuando sentimos que no nos han respetado, aparece
el enfado. El enfado es la emoción más seductora que hay,
ya que cuanto más vueltas le das a lo que te han hecho, más
crece el enfado y más justificado queda ante tus ojos.
Sin embargo, no podemos dejar que el enfado nos
domine o acabaremos explotando en situaciones que no lo
merecen. Para gestionar el enfado, lo mejor es aprender a
calmarsea uno mismo, mediante la respiración o mediante
otras técnicas. La mente necesita enfriarse, literalmente. Solo
estando fría podrá tomar una decisión acertada.
Así que si te has enfadado, lo mejor que puedes hacer es calmarte, y
seguidamente,reflexionar sobre cuál es la mejor manera de afrontar la
situación. Quizás te alegras de no haber saltado, porque no era para tanto, o quizás
era una falta de respeto y tienes que defenderte, así que buscarás la mejor manera de
comunicar tu enfado y de proponer una solución.
Los sentimientos asociados al enfado son: mal humor, fastidio,
resentimiento, indignación, odio, irritabilidad…
EL MIEDO NOS HABLA DE RECURSOS
Cuando sentimos miedo ante una situación es porque nos falta algo para poder
afrontarla, puede ser un recurso material o un recurso interno. Por
ejemplo, estamos frente a un atracador y nos sentimos indefensos,
porque no tenemos con qué defendernos o no somos
suficientemente fuertes. O nos encontramos frente a un examen
muy importante, pero no tenemos seguridad en nosotros mismos,
así que nos asaltan las dudas, los nervios y la angustia.
Cuando sientas miedo, pregúntate: ¿qué me hace falta?
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Puede ser más seguridad, puede ser arreglar la caldera averiada, etc. simplemente
aprovecha el miedo que te ha surgido para averiguar de dónde viene y a dónde va. No
lo evites, no lo ataques, simplemente pregúntale de dónde viene y qué necesita para
desaparecer de tu vida definitivamente.
En cuanto a los miedos, es preciso añadir algo, cuando aparecen las
inseguridades, solo hay dos vías:
1. Cambiar de actividad u objeto.
2. Formarse.
Por ejemplo, si tu problema es que la caldera parece estropeada y temes que explote,
llamas al técnico y si es necesario, la cambias. Si tu problema es que temes perder a tu
pareja, puedes formarte sobre el tema de la pareja y así encontrar un método para
afrontar tu miedo de forma constructiva o… cambiar de pareja.
Si no encuentras el recurso que te hace falta, el miedo seguirá instalado en ti y te
hará reaccionar a las situaciones de manera equivocada. Deja que tu miedo te guíe:
busca y encuentra lo que responde a tus necesidades.
Los sentimientos asociados al miedo son: inquietud, angustia,
inseguridad, nerviosismo, pánico…
EL ASCO TE HABLA DE LO QUE RECHAZAS
Si sientes asco por algo, implica que eso te produce rechazo.
Puede ser la desnutrición infantil o un plato del alimento que
menos te gusta en el mundo. No lo quieres para ti y no se lo
deseas ni a tu peor enemigo.
Sin embargo, a veces sentimos rechazo hacia cosas o
personas basando nuestra emoción en creencias o prejuicios y
eso puede convertirte en un irrespetuoso o lanzarte a conductas
contraproducentes.
Así, que si sientes asco, pregúntate: ¿Qué estoy
rechazando? ¿está justificado?
A lo mejor puedes replantearte comer verdura de vez en cuando o darle una
oportunidad a alguien que te dio una primera mala impresión.
Los sentimientos relacionados con el asco son: manía, repulsión,
desprecio, aversión, disgusto…
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LA SORPRESA NOS HABLA DE NOVEDAD
La sorpresa es una emoción que nos detiene un
momento para coger aire y tomar una decisión, lo
siguiente que haremos será experimentar alguna de las
otras cinco emociones anteriores. Aparece ante nuestros
ojos algo nuevo o inesperado y no sabemos qué sentir,
nuestro cuerpo se detiene un instante y luego ya nos
invade la cascada emocional.
Puede ser sorpresa ante una desilusión, que nos llevará a la tristeza. Puede ser
sorpresa ante un regalo, que nos llevará a la alegría, si es algo que deseábamos. Puede
ser sorpresa ante una amenaza, que nos llevará al enfado o al miedo, dependiendo de la
situación. Puede ser sorpresa ante algo inesperado que nos produzca asco.
La sorpresa no te da tiempo a preguntar, simplemente sucede y luego te ofrece
otra emoción con la que interpretar la situación.
Los sentimientos asociados a la sorpresa son: asombro, maravilla, shock…
Así podemos resumir las funciones de las emociones:
Son una señal para nosotros mismos: nos informan sobre lo que estamos
viviendo.
Sirve de señal para los demás: informan a los demás sobre nuestras
necesidades.
Nos preparan para la acción: cada emoción nos mueve a una acción diferente
(llorar, sonreír, atacar, defenderse, huir...).
Vigila el estado de nuestras relaciones: nos da información sobre si nuestras
relaciones son apropiadas.
Evalúa si las cosas van bien: gracias a las emociones podemos averiguar si lo
que estamos haciendo o viviendo nos conviene.
Nos ayuda a decidir cómo actuar frente a los demás: según lo que sintamos
actuaremos de un modo u otro frente a los demás.
Sirven para aprender: si las racionalizamos podemos descubrir hasta que punto
nos ayudan o nos perjudican y buscar los recursos que nos permitirán mejorar.
La carga emocional Del mismo modo que la lava de un volcán se eleva
desde las profundidades de la tierra hasta estallar,
nuestras emociones pueden ir acumulándose hasta
hacernos llegar a los extremos.
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A cada emoción le corresponde una carga emocional diferente, pero igual de
extrema y potencialmente perjudicial.
EMOCIÓN CARGA EMOCIONAL Alegría Euforia (puede nublar la razón y llevarte a hacer cosas de las que te
arrepientas). Tristeza Depresión (puede hundirte en un estado de desesperanza que no te
permita llevar una vida normal). Miedo Pánico (puede bloquearte y no permitirte avanzar en lo que quieres). Enfado Ira (puede dañar tu salud y llevarte a acciones contra los demás de las
que luego te arrepientas). Asco Intolerancia (puede hacer que vivas con prejuicios y no seas capaz de
respetar a tu prójimo ni a ti mismo). Sorpresa Obnubilación (puede llevarte a un estado en el que seas fácilmente
influenciable).
La única manera de evitar la carga emocional es mediante la consciencia, la
observación de uno mismo, ya que el proceso es progresivo, podemos ir soltando la
emoción o diluyéndola antes de que llegue a acumularse.
Por ejemplo, sales de casa de camino al trabajo con el tiempo muy justo y
sientes miedo ante las represalias de tu jefe y enfado hacia ti misma por no haber salido
antes. Llegas al primer semáforo y está en rojo, pierdes unos minutos más y tu miedo e
ira aumentan. Entonces una moto se te cruza y suenan el claxon del coche de atrás,
debido al frenazo que has dado... tus emociones siguen subiendo de grado. En este
momento cualquier cosa podría hacerte saltar de ira o hacer que te pusieras a llorar de
desesperación y quizás con quien menos se lo merece. Además, es probable que llegues
al trabajo con esa carga emocional y empieces el día con el pie izquierdo.
Para evitarlo, tienes que ir soltando la emoción, ya sea mediante el diálogo
interno ("No pasa nada, otro día saldré antes", "Esto más que enfadarme, podría
hacerme reís si lo viera en una película") o mediante otros recursos. La cuestión es ir
diluyendo la emoción a través de válvulas de escape: el sentido del humor, el
optimismo, escuchar música, observar sin juzgar... son algunas de las acciones
proactivas que puedes llevar a cabo con este objetivo. En capítulos posteriores iremos
viendo cada uno de esos recursos para que adquieras tu propio maletín de
herramientas positivas.
Así no permitirás que sea la emoción la que te gobierne, sino que serás tú quien
aproveche la emoción para tu propio beneficio.
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El ego ¿Quién controla tus emociones, tú o tu ego? El ego es una distorsión de la
realidad, te muestra lo que él cree que es la realidad. Antes de escuchar al ego, detente y
pregúntate de qué te sirve lo que te está mostrando.
Quizás te dice que alguien es un envidioso y tiene celos de ti, quizás te dice que
necesitas ese amor que se te escapó, quizás te dice que no estás haciendo lo
suficientemente bien tu trabajo, que no eres lo suficientemente guapo...
La mayoría de veces se comunica contigo a través de juicios de valor. Tu
ego es el residuo que ha quedado de la mezcla entre tus experiencias pasadas, tus
valores adquiridos, tu identidad, tu cultura y todos esos factores externos que han
influido en tu vida.
El ego también es el fantasma de la amígdala cerebral, que te lleva a huir o a
atacar, que te pone en contacto con tus instintos más primarios y salvajes. Puede
parecer muy racional, pero solo te está poniendo un obstáculo delante de otro.
¿Vas a dejar que gobierne tu vida? Si te detienes ante tu ego cuando te hable,
podrás darte cuenta de que es una voz entre muchas otras dentro de tu cabeza, no es tu
esencia. Nuestra esencia solo necesita respirar y satisfacer sus necesidades básicas para
seguir respirando.
Si te das cuenta de que tus pensamientos negativos están disturbando tu mente,
¿Les dejarás actuar a sus anchas en el interior de tu mente? ¿Dejarás que te muevan a
acciones que te perjudican y perjudican a tus seres queridos? ¿O le pararás los pies
conscientemente?
Imponte. El ego solo es una voz, puedes callarla con solo distraerte. Si
aparece, detente y relájate, necesitas un rato para recuperar tu esencia... y
tu cordura.
Los sentimientos Los sentimientos se diferencias de las emociones básicas en que se derivan de ellas. Y
para aparecer necesitan de otro componente: el pensamiento.
¿Verdad que hay personas que ante la misma canción lloran y otras sonríen
encantadas? Una misma situación puede causar emociones y sentimientos muy
diferentes, porque dependen de la experiencia pasada y de todo aquello que has
asociado a dicha canción, según tus gustos, tus tendencias y tu autoconcepto.
Por otro lado, si sientes la emoción de la alegría ante una situación en la que tu
familia te ha explicado que has de sentirte avergonzado, es probable que sientas
frustración, vergüenza, miedo, asco hacia ti mismo... a veces nuestras emociones y
nuestros pensamientos también se contradicen haciendo más difícil la interpretación
que hacemos de la realidad.
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Imagínate que tus sentimientos son como un juego de construcción, las
fichas son emociones y pensamientos.
El amor que sientes hacia tus padres, ¿Qué juicios de valor contiene? ¿Qué
emociones contradictorias atesora? ¿Qué figura construirías con esas piezas? ¿Qué
porcentaje de cada emoción o pensamiento obtendrías?
Para averiguarlo te propongo el siguiente ejercicio:
Imagina que el amor que les tienes a tus padres fuese el 100% o producto final. Ahora
desglosa ese 100% en diferentes porcentajes. Para ello reduce los pensamientos
negativos o positivos a las emociones básicas: alegría, miedo, tristeza, enfado, sorpresa
y asco.
Pensamientos como "puedo contar con mis padres económicamente" o "su amor
es incondicional" o "siempre gritan y no me comprenden"...asócialos a la emoción
básica que te hacen sentir, decídete por la emoción que prevalece por encima de las
otras, puesto que un mismo juicio puede hacerte sentir más de una emoción a la vez.
Al finalizar, tu amor podría estar constituido por: un 10% de asco, un 20% de
alegría, un 40% de miedo, 0% de sorpresa y 30% de tristeza. Es solo un ejemplo.
Ahora realiza tu secuencia de porcentajes, elige el sentimiento que quieras:
inseguridad, frustración, apego, amor de pareja, amor a los hijos, amor a los padres,
vacío, dolor, nerviosismo...
SENTIMIENTO: X
Pensamientos que me produce
el sentimiento elegido.
Emociones que asocio a dichos
pensamientos
ALEGRÍA MIEDO ENFADO TRISTEZA ASCO SORPRESA Total
% % % % % % 100%
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A continuación te propongo otro ejercicio que te permitirá descubrir cómo interpretas
las emociones y sentimientos. Tienes una lista de diferentes sentimientos y has de
clasificarlos según los asocies a una u otra de las emociones básicas. La respuesta puede
variar según la persona que haga el ejercicio, ya que cada uno tiene su historia vital, su
propia experiencia y su forma de entender la realidad.
ALEGRÍA MIEDO ENFADO TRISTEZA ASCO SORPRESA
Abatido
Agobiado
Apenado
Confuso
Decepcionado
Rabia
Animadversión
Nauseabundo
Irascible
Malhumorado
Molesto
Indignado
Humillado
Fascinado
Inquieto
Impresionado
Animado
Angustiado
Ansioso
Entusiasmado
Inseguro
Intranquilo
Con Pánico
Calmado
Confiado
Contento
Dichoso
Encantado
Preocupado
Aborrecimiento
Desagrado
Grima
Repulsión
Antipatía
Aversión
Repugnancia
Indignación
Insatisfecho
Consternación
Seguro
Deprimido
Desalentado
Desanimado
Desdichado
Odio
Confusión
Chasco
Pasmo
Desconcertado
Atemorizado
Disgustado
Repudio
Repulsa
Despreciable
Aterrado
Avergonzado
Impacto
Alucine
Distanciado
Libre
Rabioso
Agradecido
Alegre
Confuso
Desesperado
Desorientado
Horrorizado
Temeroso
Tenso
Indeciso
Impotente
Nervioso
Feliz
Gozoso
Crispado
Quemado
Satisfecho
Afligido
Tranquilo
Desmoralizado
Colérico
Descontento
Alterado
Fastidiado
Furioso
Manía
Extraño
Sobresaltado
Susto
Estupor
Asombro
Fascinación
Admiración
Exclamación
Enojado
Conmoción
Estupefacto
Violento
Irritado
Frustrado
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Patrones de respuesta emocional Los patrones de respuesta emocional son las conductas que sueles tener, tus
reacciones recurrentes, subjetivas e inconscientes, que te condicionan y te provocan
conductas y sentimientos negativos.
Los patrones de respuesta emocional más conocidos son: la culpabilidad, el
resentimiento y el victimismo.
Cómo frenar la culpabilidad
¿Hay algo que has hecho que te hace sentir culpable? Analiza la situación, ¿por qué te
sientes culpable? Y más importante, ¿De qué te sirve?
La culpabilidad es un sentimiento negativo que no nos beneficia. Sin
embargo, continuamos sintiéndonos culpables por cosas que, a veces, ni siquiera
podemos controlar.
Si usamos una fórmula, podemos definir la culpabilidad como la distancia
que hay entre tu YO IDEAL y tu YO REAL. Si hay mucha distancia, sentirás
vergüenza de ti mismo, enfado contigo mismo y la sensación de que no has hecho las
cosas bien.
A veces, nos exigimos demasiado y pretendemos llegar a ser un ideal que nos
creemos que podemos alcanzar, pero que dista mucho de lo humano. Nadie es perfecto.
Cuanto más cerca esté tu yo real de tu yo ideal, menos culpable te sentirás. Pero para
conseguir eso, tendrás que bajarte el listón y ponerte al nivel de los
imperfectos humanos.
¿Qué hay detrás de la culpabilidad? La respuesta es que hay un Pepito Grillo que
te señala con el dedo y te dice que lo que hiciste estuvo mal. Ese guardián de "lo que
debe ser" te recrimina el no haber seguido las normas correctamente.
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Tú sabías las normas y aún así las infringiste y debes pagar por ello con la
culpabilidad. ¿Debes pagar por ello? ¿Quién lo dice? ¿Quién dicta las normas? Nuestros
patrones educacionales nos condicionan. Para que eso no ocurra hay que empezar a
cuestionarlos y sobre todo darse cuenta de que podemos cometer errores, es
totalmente lícito, y no por ello somos menos que nadie. Cada cual tiene su historia, sus
experiencias de vida, su camino y sus errores.
No vuelvas a recriminarte nada, compadécete de ti, perdónate,
acéptate tal y como eres. ¿De qué te sirve ser tan severo contigo mismo? Libérate de
esa carga y la culpa se diluirá.
Por último, para lidiar con la culpa recuerda:
No te pongas el listón tan alto.
Revisa y flexibiliza tu patrón educacional.
Toma consciencia de hasta qué punto estás siendo injusto contigo mismo.
Cómo frenar el resentimiento
¿Cuándo sientes resentimiento? ¿Qué han hecho los demás para que les odies tanto?
¿Qué han hecho para que no puedas perdonarlos? ¿Tan grave es? ¿No estaban en su
derecho? ¿Se equivocaron?
El resentimiento es la distancia que hay entre el TÚ IDEAL y el TÚ
REAL. Al igual que pasaba con la culpabilidad, no es justo que pretendas que los
demás sean como tú quieres que sean, que hagan lo que tú quieres que hagan y que
tengan tus mismos principios. Igual que no puedes exigirte demasiado a ti mismo,
tampoco puedes exigirle demasiado a los demás. Todos estamos en el mismo barco.
Cuando sientas vergüenza ajena, cuando sientas enfado con el otro, cuando
sientas que el otro incumplió la norma... pregúntate con qué derecho juzgas a los
demás y qué patrón educacional estás usando.
Si quieres acabar con la sensación que te provoca el resentimiento hacia alguien,
porque reconoces que no te produce ningún beneficio, porque entorpece vuestra
relación o por otros motivos, empieza por asumir que el resentimiento parte de tu
ego, es un ego enfadado que te tiene poseído.
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Hay veces que la persona es capaz de ver que su resentimiento es nocivo y
quisiera deshacerse de él, pero cada día vuelve a encerrarse en un bucle de juicios sin
sentido, que no le permiten disfrutar del presente y le mantienen anclado en la
negatividad. Distanciarse de su ego, verlo desde fuera, puede ayudar a estas
personas a ir desdibujándolo.
Basta con imaginárselo como una voz o figura externa que nos explica sus
pensamientos y conjeturas, pero que no somos nosotros. Nosotros ya sabemos que esos
juicios son inútiles y ya hemos decidido conscientemente alejarnos de ellos. Dejamos
que el ego siga con su monólogo, nos compadecemos de él y, poco a poco, nos vamos
centrando en lo que estamos haciendo o en alguna distracción. El día tiene veinticuatro
horas, el ego cada vez irá ocupando menos tiempo en nuestras vidas, si lo disociamos.
Relativiza, no estropees tu día por escuchar a tu ego un ratito, mejor déjale
hablar sin atenderle. Poco a poco desaparecerá. No tengas prisa, el proceso tiene una
duración indefinida que depende de muchos factores.
Otra forma de combatir el resentimiento, puede ser identificar la emoción
principal que sientes (miedo, tristeza, enfado) y una vez que lo sepas:
Si es miedo: responde, ¿Has dado el poder al otro? ¿Cómo lo recuperas?
Si es enfado: gestiona tus emociones hasta llegar a la calma y luego busca
fórmulas asertivas para lograr un entendimiento o defender tu postura desde el
respeto.
Si es tristeza: responde, ¿Qué has perdido? ¿Qué te ayudará a superar esa
pérdida?
Finalmente quiero que conozcas el método C.A.P. contra el resentimiento. Y los
pasos con los siguientes:
Cuando mires hacia el pasado, hazlo con: Comprensión, Aceptación y Perdón.
Cuando mires hacia el futuro, hazlo con: Compromiso, Asertividad y
Proactividad.
Si miras al pasado con Comprensión, estarás encontrando la respuesta
que necesitas para pasar página, obtendrás la pieza que te faltaba para acabar el puzzle.
Comprender es darse cuenta de que las cosas no son como nosotros queremos que
sean, hay factores externos e internos que no podemos controlar y dan unos resultados
determinados. Comprender es confiar en la parte impredecible que forma parte de cada
ser humano.
Si miras al pasado con Aceptación, estarás acercándote a la sanación de tu
mente y de tu cuerpo, te despojarás de todo estrés, ya que permitirás que las cosas
rueden por sí mismas sin la necesidad de contradecirlas, detenerlas o confrontarlas.
Aceptar es morderse la lengua a tiempo, es frenar, detener los impulsos y observar
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cómo los acontecimientos siguen su curso natural. No implica ser sumiso. Si aceptas
algo, partes de la idea de que no está bajo tu control, simplemente existe de ese modo y
puedes observarlo o alejarte, lo que te parezca más oportuno según tus circunstancias,
pero siempre con la consciencia tranquila.
Si miras al pasado con Perdón, serás capaz de despojarte del
resentimiento, podrás abrirte a nuevos caminos. Caminos de reconciliación, caminos de
motivación, caminos de nuevas ambiciones e iniciativas. Estarás abriendo tu corazón y
permitiéndote empezar de nuevo. Todo el mundo comete errores y todo el mundo
merece una segunda oportunidad.
Si miras al futuro con Compromiso, te convertirás en alguien consecuente
y perseverante. Te armarás de paciencia contigo mismo y con los demás. Si sabes que
un hecho o acción puede beneficiarte ¿por qué desistir? Seguir motivado en tu objetivo,
te permitirá mantener el compromiso y hacer lo que te has propuesto, no solo te hará
llegar a tu objetivo, sino que, además, te procurará una gran satisfacción personal.
Podrás decirte, ¡Lo conseguí a pesar de las adversidades!
Si miras al futuro con Asertividad, mirarás a la gente a los ojos y
empatizarás con ella, hablarás desde el respeto y manteniendo tus ideales y principios,
respetándote a ti mismo y a los demás. Reconocerás dónde está la frontera entre tu
respeto y el de los demás. Te permitirás cometer errores y serás capaz de pedir
disculpas, si es necesario. No obligarás a nadie a que haga algo, solo porque tú quieres,
sino que negociarás con la gente teniendo en cuenta sus deseos y necesidades, aparte de
las tuyas.
Si miras al futuro con Proactividad, permanecerás motivado mediante tus
propios recursos, actuarás en consecuencia con tus principios y decisiones, harás todo
lo que esté en tu mano para conseguir tus objetivos y tus metas. Simplemente, te
marcarás los pasos a seguir e irás pisando ese camino que has trazado para ti mismo.
Para finalizar te propongo un ejercicio de autoconocimiento:
A veces no somos conscientes de las creencias negativas que tenemos arraigadas.
Puede que nuestra educación en la infancia nos haya guiado por unos caminos que no
son los de la felicidad y es ahora, en la edad adulta, cuando podemos cambiar esto,
desde la toma de conciencia. Pero, ¿cómo tomar conciencia de las conductas y
pensamientos que debilitan nuestra autoestima o perjudican nuestras relaciones
interpersonales?
El auto-registro es una de las técnicas más efectivas y mas utilizadas entre los
psicólogos. A lo largo del día tenemos pensamientos que nos hacen sentir mal, si
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tomamos nota de ellos durante unas tres semanas y luego los leemos en retrospectiva,
podremos sacar conclusiones sobre qué conductas, situaciones o creencias nos están
perjudicando. Se trata de darnos cuenta de cómo nos sentimos y qué activa los
sentimientos negativos en nuestra vida.
Una vez pasadas las tres semanas de auto-observación, es necesario que analicemos a
qué idea irracional corresponde cada uno de nuestros pensamientos negativos. Será el
momento de elegir pensamientos racionales alternativos, que podamos
repetirnos cada vez que reaparezcan esas conductas, situaciones o creencias.
Por ejemplo, si tendemos a pensar: "Cuando algo es peligroso, me preocupo
mucho al respecto y me recreo constantemente en la posibilidad de que
ocurra". Analizando racionalmente este pensamiento veremos que preocuparse y
recrearse en lo malo no es la manera de encontrar una solución a un problema, sino
que por el contrario, eso puede agravar la situación al hacer que nos estresemos y
obsesionemos.
Este proceso de analisis, en ocasiones necesita de la ayuda de un terapeuta o persona
asertiva y neutra, porque no siempre somos capaces de analizar nuestras creencias
autodestructivas. Pero os aseguro que la práctica hace al maestro, no tirar la toalla y
probar cosas nuevas es clave para encontrar el camino que a cada uno nos sirva.
Una vez ya hemos visto que ese pensamiento o conducta no es adecuada ni útil, hay que
buscar una alternativa. Por ejemplo: "Cuando algo es peligroso, es normal que
me sienta insegur@, no me sirve de nada recrearme en lo negativo. Si
observo que estoy empezando a obsesionarme, puedo probar a distraerme
con algo que me guste, como leer, ver una comedia, salir con mis amigos o
hacer deporte." Este pensamiento no solucionará el problema, pero sí que hará que
te sientas lo suficientemente tranquil@ para que, con el tiempo, encuentres una
solución.
El siguiente paso es repetirse la nueva idea cada vez que aparezca el pensamiento
negativo. Al principio resulta artificial, pero estamos entablando un diálogo con
nosotros mismos. A la larga, si sigues mandándote mensajes tranquilizadores y
racionales, acabarás acostumbrándote a responder de manera positiva a eso que tanto
te costaba afrontar antes. La repetición es clave. Ser perseverante es la verdadera
clave del éxito.
A continuación os dejo un modelo de auto-resgistro para que tengáis una idea más
precisa del proceso a realizar:
DURANTE 3 SEMANAS:
1. auto-registro de pensamientos y emociones negativas y positivas
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Fecha Situación ¿Qué he
pensado?
¿Qué he
sentido?
¿Cómo he
reaccionado?
DESPUÉS DE LAS 3 SEMANAS DE AUTO-REGISTRO
2. análisis de los factores irracionales de mis creencias negativas
¿Cuáles son mis
emociones
recurrentes?
¿Cuáles son mis
pensamientos
negativos más
recurrentes?
¿De qué me doy
cuenta?
¿Qué podría haber
hecho diferente?
3. Buscar un pensamiento alternativo
¿Qué tiene de
irracional el
pensamiento
negativo que suelo
tener?
¿Qué pensaría en la
misma situación
una persona
amable, íntegra y
respetuosa?
¿Qué me puedo
decir cuando me
asalta ese
pensamiento
negativo?
¿Cómo me quiero
sentir en realidad?
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Y aquí acaba esta primera parte que he elaborado para que te conozcas un
poco mejor y te entiendas mejor a ti mismo. Mi ilusión está puesta en que te
haya servido de utilidad y en que un conocimiento más profundo de ti mismo y
de los mecanismos que rigen la mente humana, te permitan ser cada día un
poquito más consciente y te acerquen a lo que realmente quieres ser.
Todo crecimiento personal empieza por el autoconocimiento y
se prolonga a lo largo de la vida. Recuerda que todo en ella es transitorio, desde
las emociones a las situaciones vitales y en nuestra mano está aprender a
adaptarnos a las fluctuaciones de la vida.
Si te ha gustado, puedes dejarme un comentario en el blog, en la página
de facebook o en el canal de youtube "Emociones Básicas". En ellos seguiré
actualizando información sobre inteligencia emocional para que dispongas de
material siempre que lo necesites y para acompañarte en tu proceso de
crecimiento personal. Me encantaría saber quién eres y qué quieres conseguir
en este proceso, así que no dudes en ponerte en contacto conmigo para
contarme más sobre ti. Puedes dirigirte directamente a mí en el siguiente
correo electrónico: [email protected]