8/9/2019 Desplazamientos internos en conflictos armados: responder a los desafos
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Desplazamientos internos
en conflictos armaDos:responDer a los Desafos
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Comit Internacional de la Cruz Roja19, avenue de la Paix1202 Ginebra, Suiza
T + 41 22 734 60 01 F + 41 22 733 20 57
www.cicr.org
CICR, noviembre de 2009
Fotografa de la portada: Stringer Pakistan/REUTERS
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Desplazamientos internosen conflictos armaDos:
responDer a los Desafos
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Cm el prlema de ls desplaamiens persise,a veces durante perodos prolongados, ocasiona
ingentes problemas de ndole humanitaria que exigen
una respuesa cherene, crdinada e inegral prpare de la cmunidad inernacinal.
En el presente informe especial, se analizan los
aspecs fundamenales de la preccin la asis-tencia que se han de proporcionar a las personas
desplazadas, desde la prevencin del desplaza-
mien, si es psile, hasa sus eapas pserires,si resula ineiale.
Cuando el Comit Internacional de la Cruz Roja (CICR)
interviene para prestar asistencia a los desplazadosinternos, evala el contexto global en el que tiene
lugar el desplazamiento. As se advierte que quienes
permanecen en sus hgares, quienes acgen a lsdesplaads inclus ls que regresan pueden sertanto o ms vulnerables que quienes huyen. A veces,
las persnas que aandnan su lugar de residencian escapan sl del cmae de ls aaques, sinde las cnsecuencias ecnmicas de la guerra dela impsiilidad de acceder a ls ienes sericissics.
Las mayores necesidades las tienen las personas,desplaadas n, que sn inisiles para el munden general, a las que la mara de ls rganismsinernacinales n iene acces.
N se sae cn cerea cuns ha, pues muchspasan inaderids, sin que se ls enga en cuena,sin que se los asista. Algunos gobiernos incluso
niegan su existencia. Pero se estima que en el mundo
ha cerca de 26 millnes de persnas desplaadasen el inerir de su prpi pas.
En pases cm Afganisn, Clmia, la ReplicaDemocrtica del Congo, Georgia, Kenia, Liberia,
Pakistn, Filipinas, Somalia y Sudn, estas personas,
denominadas desplazados internos, han debido aban-
donar sus hogares y carecen de seguridad, techo,
alimen, agua, medis de susisencia ap dela comunidad. Muchas veces, las condiciones extre-
mas que deben soportar hacen peligrar su
superiencia.
En los conflictos armados, los desplazamientos sue-
len ser consecuencia de violaciones del derecho
internacional humanitario (DIH) o de los derechos
humanos fundamentales. De hecho, si se respetaran
las leyes, la mayora de las personas desplazadas
podra permanecer en sus hogares. Sin embargo,
ell n es as , en casines, esas persnas se enligadas a desplaarse ms de una e prque lasfueras armadas, ls grups armads las auri-dades n cumplen cn sus ligacines.
Muchs de ls acs que prhe el derech iner-nacional humanitario son muy comunes. Entre ellos
se encuenran ls aaques a la placin ciil a la
propiedad civil, la privacin de alimentos a los civilescomo estrategia de guerra, las represalias, el uso de
civiles como escudos humanos, la destruccin de
elementos esenciales para la supervivencia y la obs-
truccin de la llegada de ayuda material o de la asis-
tencia necesaria para la supervivencia de la poblacin
civil. Sin embargo, a pesar de que el DIH es vinculante
para los actores estatales y no estatales, muchas de
sus nrmas n sn respeadas. Aunque la marade ls Esads recnce ls Principis Recres delos Desplazamientos Internos de las Naciones Unidas,
que tienen su fundamento en normas del derecho
internacional humanitario y del derecho de los dere-chos humanos, se necesita un profundo compromiso
para poder hacer frente a los desafos del desplaza-
miento interno, un fenmeno cuya gravedad va en
aumen.
Lbano: 40.000 personas se vieron obligadas a abandonar susviviendas, destruidas durante los enrentamientos de 2007.
FrancoPagetti/CICR/VII
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Mariam no tena la menor idea de adnde se diriga.
Simplemente huy, llevando consigo a sus cuatro hijos.Fue un xodo masivo, repentino y catico. Atrapada en
el conlicto de Darur, la regin ms occidental de
Sudn, y la ms atormentada por el conicto iniciado
en 2003, la tribu ellata, asentada al norte de la ciudad
de Gereida, haba soportado numerosos ataques, pero
el ltimo ue abrumador. Hubo muchos muertos y la
aldea se incendi.
Los ellata, un grupo seminmade de pastores y agri -
cultores, no tenan muchas opciones. Aunque durante
varias generaciones haban convivido pacfcamente en
la zona con granjeros de la etnia masalit, que constituye
la poblacin mayoritaria, las cuestiones tnicas que se
entremezclaban en el complejo conicto dividieron alos vecinos, instalando entre ellos el miedo y la
sospecha.
Primero ueron rumores. Por un lado, se deca que los
granjeros conspiraban para echar a los nmades de la
regin. Por el otro, se aseguraba que los nmades que-
ran desplazar a los granjeros para que los pastores lle-
varan a sus animales a las tierras de cultivo.
Durante un tiempo, el viejo rey masalit de Gereida logr
contener la violencia y el desorden. El rey Malik ejerca
su dominio en un radio de 30 kilmetros alrededor de
la ciudad y, mediante un pacto de caballeros con las
tribus y las partes en el conicto, mantuvo a Gereidacomo zona neutral. Pero, tras la muerte del rey, el con-
trol de Gereida qued en manos de un grupo rebelde
que se opona al Gobierno central. Las milicias partida-
rias del Gobierno empezaron a recorrer las zonas
Filipinas: anciana visita, con su nieto, el poblado que abandonaron; tiene mucho miedo de volver a casa.
rurales. As las cosas, todo el mundo tena motivos para
huir, y el campo qued deshabitado.Los granjeros masalit y otros pobladores, acosados por
los grupos armados, abandonaron sus tierras y se diri-
gieron a la ciudad de Gereida. En la actualidad, residen
all ms de 100.000 desplazados, un nmero cinco veces
mayor al de los habitantes de la ciudad. Los miembros
de la tribu de Mariam huyeron en la direccin contraria.
Como algunos ellata se haban incorporado a los gru-
pos armados, se los consideraba a todos partidarios del
Gobierno. Por esta razn, debieron abandonar Gereida
y se dirigieron al norte, al sur o al este; en defnitiva, a
cualquier sitio donde pudieran vivir tranquilos.
El grupo de Mariam, ormado por alrededor de 300 ami-
lias, parti hacia el sudoeste y luego no se supo msnada de l. En las semanas, los meses y los aos que
siguieron a la partida, la historia de la joven estuvo mar-
cada por el dolor y el surimiento: la prdida de un hijo,
la lucha por la supervivencia, el completo aislamiento
que la dej al margen de una importante operacin
humanitaria. Lo ms alarmante es que la historia de
Mariam no es un caso aislado, pues millones de despla-
zados internos atraviesan experiencias similares en todo
el mundo.
A inales de 2008, el Centro de Control de
Desplazamientos Internos, una institucin dependiente
del Consejo Noruego de Reugiados, estim en 11,6millones la cantidad de desplazados en rica, 4,5 millo-
nes en Amrica, 3,9 millones en Oriente Medio, 3,5 millo-
nes en Asia meridional y sudoriental, y 2,5 millones en
Europa y el centro de Asia.
JamesNachtwey/CICR/VII
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CRECIENtE PREoCUPACINEN LA CoMUNIDAD INtERNACIoNAL
para cuidar sus escasos pero valiosos recursos o para
ocuparse de los enermos, los discapacitados y los ancia-
nos, que no pueden huir. Cuando se obstaculiza el
acceso a estas personas, como suele ocurrir en las situa-ciones de conicto, nadie se entera de las difcultades
que atraviesan y la ayuda no les llega.
Nadie supo de las difcultades de Mariam. En Gereida,
nadie saba adnde haban ido los suyos y, con excep-
cin de algn trabajador humanitario que otro, a nadie
le importaba demasiado. Es que haba otras preocupa-
ciones. El campamento de desplazados, uno de los ms
grandes del mundo, ya haca parecer pequea a la ciu-
dad, y continuaba extendindose. Los incesantes ata-
ques de las milicias a las aldeas, la tensin entre los
ellata y los masalit, y los intensos enrentamientos entre
las uerzas armadas en las proximidades de la ciudad nohacan ms que multiplicar el nmero de los recin
llegados.
Mariam haba salido de la aldea en 2005, a pie y car-
gando en brazos a su hijo menor, Hamad, junto con una
El desplazamiento de personas en el interior de sus pro-
pios pases como consecuencia de la guerra es motivo
de creciente preocupacin en todos los continentes.
Como afrma el presidente del CICR, Jakob Kellenberger,
los desplazamientos internos son uno de los problemas
ms graves en los que interviene la accin humanitaria.
Su impacto en los varios millones de desplazados y en
el sinnmero de amilias y comunidades de acogida es
dicil de evaluar, si no imposible.
Los ataques directos y los malos tratos, la prdida de
bienes, el riesgo de que las amilias queden separadas
y los nios alejados de sus amiliares, el mayor peligro
de la violencia sexual para las mujeres y las nias, los
mayores riesgos sanitarios, y la restriccin del acceso a
la atencin mdica y a otros servicios esenciales son
algunas de las amenazas con las que se enrentan los
desplazados internos. En sus intentos por procurarse lo
necesario para sobrevivir, estas personas corren aun
ms riesgos, debido a las tensiones con las comunidades
de acogida, el reclutamiento orzoso, los asentamientosen lugares peligrosos o inadecuados y el retorno obli-
gado a zonas inseguras.
En algunas ocasiones, el acceso a los desplazados es un
problema sumamente complicado. Los campamentos
ofciales donde viven poblaciones enormes son slo la
punta del iceberg. Las necesidades suelen ser mayores
uera de esos campamentos, particularmente en las
comunidades donde los residentes, que a menudo
luchan por su propia subsistencia, proporcionan
vivienda y alimento a los desplazados. Fuera de los cam-
pamentos de desplazados, donde hay servicios mdicos
y se distribuyen alimentos y agua en un entorno seguroy uera del alcance de la mayora de las organizaciones
humanitarias, los ms vulnerables deben valerse por s
mismos. Entre los ms desprotegidos se encuentran
quienes deciden permanecer en su lugar de residencia
Slo pensabaen protegera mis hijos,en sobrevivir,y no en el lugaradonde iramoso en las cosasque tena que llevarme,recuerda Mariam.Todos pensbamosen lo mismo:salvarnos.
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columna de gente que caminaba tan rpido que sus
otros nios apenas podan mantener el ritmo. La mayo-
ra de la gente iba a pie, unos pocos montaban en burro
y lo s meno s l levaban co nsigo unas po caspertenencias.
Slo pensaba en proteger a mis hijos, en sobrevivir, y
no en el lugar adonde iramos o en las cosas que tena
que llevarme, recuerda Mariam. Todos pensbamos
en lo mismo: salvarnos.
Sin embargo, no pudo salvar a Hamad. Al fnal del pri-
mer da, el nio comenz a sentirse mal, con diarrea y
vmitos. Nadie quera detenerse y no haba nadie que
pudiera ayudarlo. No me quedaba ms que seguir cami-
nando. A los dos das, muri.
Mariam cuenta que el viaje acab cuando llegaron a un
lugar desconocido dentro de las tierras de su tribu. Elgrupo se sent a la sombra de unos rboles que se alza-
ban cerca de una aldea de cuatro o cinco viviendas.
Estaban en el medio de la nada, pero cuando divisaron
un pequeo pozo de agua, decidieron quedarse. All
permanecieron escondidos durante cuatro aos, aisla-
dos del mundo, sin recibir ayuda ni proteccin.
Vivan realizando tareas rurales espordicas. El lugar de
trabajo ms cercano estaba a dos horas de camino. Elagotamiento y las enermedades eran moneda
corriente. Haba das en que no podan trabajar y das
en que algunos pasaban hambre; la mayora de los
enermos no reciba tratamiento. No podan procurarse
ni siquiera la asistencia mdica bsica, pues estaban
lejos de todo y no tenan dinero. Mariam no puede olvi-
dar a los bebs allecidos durante esos aos.
Los ellata debieron esperar a que las uerzas guberna-
mentales tomaran Gereida para poder regresar. Cuando
el CICR los hall en 2009, algunos miembros de la tribu
de Mariam haban vuelto a acampar bajo un rbol,
mirando a la nada, al antiguo emplazamiento de sualdea, planeando empezar todo de nuevo. Pero no
tenan los medios para hacerlo. Se aproximaba la poca
de lluvias. Con slo arar la tierra y sembrar, podran
empezar a reconstruir su comunidad.
PedrumY
azdi/CICR
Sudn: tras cuatro aos de desplazamientos,Mariam y su tribu regresaron a Gereida en2009 para rehacer su vida.
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de proteger a los desplazados internos y a otros civiles
que lo necesitan. En virtud del DIH, el desplazamiento
de civiles impuesto por una de las partes de un conicto
est prohibido, a menos que la seguridad de la pobla-
cin civil est en peligro por motivos militares. En esecaso, los desplazados tienen derecho a recibir la misma
proteccin que el resto de la poblacin.
En el derecho queda bien en claro que la principal res-
ponsabilidad por la proteccin y cobertura de las nece-
sidades bsicas de los desplazados internos recae en el
Estado o, en situaciones de conlicto armado, en las
autoridades que controlan el territorio en el que se
encuentran asentadas dichas personas. Muchas veces,
quienes deben asumir esa responsabilidad no lo hacen,
y eso constituye una enorme difcultad para el CICR en
el dilogo que entabla con las partes en conicto en su
calidad de guardin del DIH.
En tanto civiles, los desplazados internos tienen dere-chos que son ms ciles de sealar que sus necesida-
des. Para algunas organizaciones humanitarias, el
nombre con el que se los designa no es muy til. Un alto
uncionario de una de esas organizaciones con expe-
riencia en el terreno en Asia y rica explica: Desde el
punto de vista operacional, es muy rustrante. La deno-
minacin desplazado interno puede ser engaosa,
pues una persona desplazada puede estar en mejor
situacin que una persona no desplazada aectada por
el mismo contexto. El trmino en s no dice nada.
En Jartum, Jordi Raich Curco, jee de la delegacin del
CICR en Sudn, sonre ante lo que considera una obse-sin por poner rtulos y los criterios obsesivos en los
que se unda. Disculpe, usted es un desplazado
interno, un reugiado o un migrante? Es usted vctima
de un conicto o de alguna otra situacin de violencia?
La historia de Mariam revela que los desplazados tienen
necesidades de corto, mediano y largo plazo: alimento,
agua, techo, seguridad, asistencia sanitaria, educacin,
integracin econmica y social. Asimismo, muestra que,
para que la accin humanitaria sea efcaz, deben consi-
derarse las necesidades de los desplazados en cada
etapa de su traslado, y que la proteccin y la asistencia
deben ir de la mano.
La defnicin de desplazado interno que se emplea con
mayor recuencia es la enunciada en los Principios
Rectores de los Desplazamientos Internos, de las
Naciones Unidas:
personas o grupos de personas que han sido orza-
das u obligadas a huir de sus hogares o lugares de resi-
dencia habitual, o a abandonarlos, en particular, a causa
de un conlicto armado, de situaciones de violencia
generalizada, de violaciones de los derechos humanos
o de desastres naturales o causados por el hombre, yque an no han cruzado una rontera entre Estados
reconocida internacionalmente.
Son muchos los motivos que pueden hacer que una
persona se convierta en desplazada dentro de su propio
pas; por ejemplo, que deba escapar de circunstancias
que van ms all de un conicto armado o una situacin
de desastre. A veces, el conicto es el punto crtico,
dice Angela Gussing, directora adjunta de Operaciones
del CICR. Puede ser la gota que colma el vaso, tras una
sequa o la prdida de uentes de sustento o una suce-
sin de malas cosechas. La violencia, o el miedo a la
violencia, a veces da el empujn fnal. Las armas no sonla nica causa.
Los marcos jurdicos, como las leyes nacionales, el dere-
cho de los derechos humanos y, en un conicto armado,
el derecho internacional humanitario, tienen la uncin
personas o grupos de personasque han sido orzadasu obligadas a huir de sus hogares
o lugares de residencia habitual,o a abandonarlos, en particular,a causa de un conicto armado,de situaciones de violencia generalizada,de violaciones de los derechos humanoso de desastres naturaleso causados por el hombrey que an no han cruzadouna rontera entre Estadosreconocida internacionalmente
QU SoN LoS DESPLAzADoS INtERNoS?
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Ah, es nmade! Se traslada porque huye de una guerra
o porque se es su modo de vida?, ironiza.
Las personas consideradas migrantes econmicos son
vctimas de esa obsesin con los rtulos, porque no
cumplen con los criterios que guan la accin de algunasorganizaciones humanitarias. A menos que hayan esca-
pado de un conicto o de una amenaza de conicto, no
cuentan como benefciarios de asistencia, pues se sos-
pecha que pretenden benefciarse de una ayuda que no
necesitan. Si bien siempre hay personas que se aprove-
chan de la situacin, los conictos suelen aectar los
mercados y las personas no reciben los servicios esen-
ciales, por lo cual se ven obligados a ir en su busca. La
ayuda con la que podra evitarse el desplazamiento a
veces no llega a determinadas comunidades, que luego
se encuentran con que las organizaciones humanitarias
las discriminan a causa de un rtulo.
Lo que Jordi Raich Curco quiere decir es que la ayudahumanitaria debera guiarse por la necesidad y no por
un conjunto de categoras. En palabras del jee de la
delegacin del CICR en Sudn, las personas desplazadas
rara vez orman grupos homogneos. Detrs del mismo
rtulo, hay personas que son vulnerables por distintos
motivos y tienen necesidades dierentes y especfcas.
Las necesidades especiales de las mujeres, los nios y
los ancianos estn reconocidas en las normas jurdicas
existentes y se las enuncia asimismo en los Principios
Rectores. No obstante, en las situaciones de conicto
normalmente no se respetan sus derechos. Mama
Louise (nombre fcticio), violada junto con sus hijas y sumadre, de 81 aos, en la provincia de Kivu Sur de la
Repblica Democrtica del Congo, puede dar e de ello.
JeroenOerlemans/CICR
Pakistn: en2009, unos2,5 millonesde personastuvieron que huira causa de losenrentamientos.
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Adems, en tales circunstancias, se interrumpe el acceso
a la educacin.
Las ciras son preocupantes. En Colombia, ms de la
mitad de la poblacin desplazada son nios. Segn unestudio de mortalidad llevado a cabo en zonas de con-
icto de la Repblica Democrtica del Congo, alrededor
de un 50 por ciento de las muertes registradas corres-
ponden a nios, pese a que constituyen slo un 19 por
ciento de la poblacin. De acuerdo con un inorme de
la Comisin Internacional de Rescate, la mayora de esos
nios alleci como consecuencia de enermedades que
podran haberse prevenido o curado con acilidad.
Los ancianos, por su parte, corren el riesgo de que los
abandonen. A veces no pueden y otras no quieren des-
arraigarse con la premura que exige una situacin de
conicto; entonces permanecen en su lugar y arontan
las consecuencias. Cuando los ejrcitos de Georgia yRusia se enrentaron en Osetia del Sur, los habitantes
ms jvenes huyeron. Cuando lleg el invierno, los
ancianos que se haban quedado tuvieron difcultades
para conseguir alimentos y asistencia mdica.
Las instalaciones sanitarias estaban en ruinas, el precio
de los alimentos aument debido a la mala cosecha, y
el precario estado de las rutas dej aisladas a las comu-
nidades ms remotas. En poblados como Avnevi, la
angustia era cada vez mayor. Tamara, una mujer de 68
aos, comenta: Se ue mucha gente. Es muy importante
para mi hermana y para m saber que alguien se acuerda
de nosotras.El lugar de asentamiento de los desplazados tambin
incide en sus necesidades. No es lo mismo, por ejemplo,
vivir en el campo que en la ciudad.
En Colombia, la mayora de los desplazados est en las
Su historia es muy comn. La violencia sexual y de
gnero contra los civiles no da tregua en la Repblica
Democrtica del Congo, y en Kivu Norte y Kivu Sur en
particular. Sin duda, el desplazamiento incrementa el
peligro. Durante la huida, en las cercanas e incluso den-
tro de los campos, los desplazados son sumamente
vulnerables. Ningn grupo est a salvo. A Mama Louise
la capturaron en el camino de regreso a su aldea.
Cuando comenzaron los ataques por parte de hombres
armados en los alrededores de la ciudad de Minova,
Mama Louise huy con su amilia al bosque y, cuando
crey que el peligro haba pasado, retorn a su aldea.
Por eso nos encontraron. Nos pidieron dinero y ame-
nazaron con quemarnos. Tras saquear la vivienda, tres
de ellos se quedaron, me hicieron callar y cerraron la
puerta. Despus nos violaron.
Para las mujeres y los nios de muchos pases, la violen-cia sexual y la explotacin no cesan nunca. Las mujeres
adems deben soportar la violencia domstica, el
acceso defciente a los servicios de salud reproductiva
y, en muchos casos, la responsabilidad de mantener a
sus amilias. En Somalia han muerto tantos hombres que
es comn que las amilias desplazadas estn encabeza-
das por mujeres. Algo similar ocurre en las principales
ciudades de Colombia, donde ms del 90 por ciento de
las amilias monoparentales desplazadas tienen por jea
a una mujer.
Los nios desplazados continan siendo presa de gru-
pos armados que los usan como soldados, sirvientes oesclavos sexuales. Durante un conicto, la separacin
de los nios de sus amilias plantea graves peligros. En
2008, el trabajo orzado y la explotacin econmica de
nios se dieron con recuencia al menos en 20 pases.
FredClarke/CICR
Colombia: entre 1,8 y 3 millonesde colombianos han tenido quedesplazarse desde 1985; la mayorade ellos ahora vive en la pobreza, enzonas urbanas.
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zonas suburbanas pobres cercanas a las grandes ciuda-
des. Los cuarenta aos de conicto han causado el desa-
rraigo de casi el 10 por ciento de la poblacin, y las ciras
se incrementan ao a ao.Los pobladores de las zonas rurales luchan por adap-
tarse al entorno urbano. Sin tierras que cultivar, los gran-
jeros, cuyos ingresos son magros e inestables, se ven
obligados a comprar el alimento. Para ellos no es cil
encontrar empleo, pues sus conocimientos son de poca
utilidad en las ciudades. A estas difcultades se suma el
delito, el hacinamiento y la condicin insalubre de las
viviendas. A veces es necesario sacrifcar la atencin
mdica y la educacin, porque el dinero slo alcanza
para cubrir las necesidades bsicas.
La alta de experiencia en la jungla de cemento no
saber desenvolverse ni a quin recurrir puede empeo-
rar la situacin de las personas desplazadas, tal comose aprecia en un estudio realizado por el CICR y el
Programa Mundial de Alimentos. La cuarta parte de las
personas entrevistadas no haba inormado de su situa-
cin a la autoridad correspondiente, con lo cual no reci-
ban ayuda estatal.
As como los ellata desaparecieron en el entorno rural,
los colombianos desaparecen en las ciudades. En
Colombia, las tribus minoritarias y los arocolombianos,
obligados a abandonar su tierra por los grupos armados,
son los ms propensos a perderse en las ciudades.
Primero enrentarse con la situacin de conlicto, y
luego entrar en contacto con el mundo moderno, esdemasiado para ellos, asegura Christoph Vogt, jee
adjunto de Operaciones para Amrica Latina del CICR.
Algunos ni siquiera hablan espaol, agrega.
Se ue mucha gente.Es muy importantepara mi hermanay para m saber quealguien se acuerda denosotras.
FredClarke/CICR
Muchos peligros acechan a losdesplazados, sobre todo si sonpersonas mayores.
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Tras veinte aos de conlicto armado en Somalia, la
Media Luna Roja Somal no ha cejado en sus esuerzos
por recordar a las uerzas armadas y las milicias su obli-
gacin de proteger y respetar a la poblacin civil, los
soldados heridos o capturados y el personal sanitario y
humanitario y sus respectivas inraestructuras.
No se sabe con exactitud cuntos desplazados internos
hay en Somalia. Las personas son desplazadas una y otra
vez; slo unos pocos tienen la suerte de no haber sido
vctimas de este agelo. El presidente de la Media LunaRoja Somal, Ahmed Mohamed Hassan, se pone serio
cuando habla del tema: La situacin no es nada cil,
pero la diusin de los principios del DIH sigue siendo
de vital importancia. Hacemos hincapi en sus relacio-
nes con el Corn, las enseanzas del Islam y el derecho
consuetudinario somal.
Ninguna palabra sera ms adecuada que vital. Los
ataques a las organizaciones y los trabajadores que han
participado en operaciones de ayuda en 2009 son una
muestra de la alta de respeto por la accin humanitaria,
que suele ser la tabla de salvacin de las personas atra-
padas en un conicto. El desorden ocasionado por losataques tambin representa una amenaza para el bie-
nestar de los desplazados.
El derecho internacional humanitario obliga a quienes
portan armas a permitir que el personal humanitario
llegue a salvo donde se encuentran las personas que
necesitan ayuda; sin embargo, muchas veces esto no
ocurre. En Oriente Medio, las ambulancias de la Cruz
Roja Libanesa y la Media Luna Roja Palestina han sido
atacadas mientras se dirigan a buscar heridos. Muchos
voluntarios han muerto o han resultado heridos.
Yousse, un voluntario de 40 aos, ayud a evacuar heri-
dos del campo de reugiados Nahr el Bared, en el norte
libans. En 2007, como consecuencia de los enrenta-mientos entre el ejrcito libans y el grupo armado
Fatah al Islam, hubo 28.000 palestinos desplazados. Por
la noche, apagbamos las luces de la ambulancia por-
que tenamos miedo de que nos dispararan, recuerda.
Para evitar los desplazamientos, es necesario solucionar
las situaciones que inducen a las personas a abandonar
sus hogares. En Kenia, por ejemplo, habra que intentar
atenuar las tensiones que genera la escasez de recursos.
Adems del desplazamiento causado por el conocido
episodio de la violencia post-electoral, miles de perso-
nas han tenido que desplazarse a raz de los enrenta-
mientos entre tribus por la p osesin de la tierra, laspasturas, el ganado y el agua.
Una solucin posible es omentar el desarrollo de
medios de subsistencia y llevar a cabo acciones que
generen mltiples benefcios. Si la Cruz Roja de Kenia
El CICR tiene como una de sus prioridades evitar los des-
plazamientos, pero el caos y la anarqua reinantes en las
situaciones de conicto interno difcultan el cumpli-
miento de ese objetivo.
Qu podra retener a Mara Elena en Las Cruces, el
poblado colombiano donde vive en el departamento
de Nario? Desde que, una noche, una bala perdida
atraves las paredes de su modesta casa de madera y la
alcanz a ella, aunque milagrosamente no toc a la
beba a la que estaba amamantando, ella y su amilia hanestado pensando en abandonar Las Cruces, como algu-
nos de sus vecinos ya han hecho.
En esta aldea habitada por 40 amilias, la vida suele ser
muy tranquila. Nadie que pase por Las Cruces imagina-
ra que es un lugar peligroso para vivir. Los vecinos
saben que en cualquier momento puede llegar uno de
los varios grupos armados apostados en los alrededo-
res. Cuando se producen enrentamientos entre grupos
rivales, o cuando uno de ellos se enrenta con una patru-
lla del ejrcito en las cercanas de la aldea, los habitantes
se meten en sus casas, se echan en el suelo y ruegan no
quedar en medio del uego cruzado.
Mara Elena perdi el brazo izquierdo se lo amputaron
en el hospital, donde lleg tras un peligroso viaje que
dur toda una noche, pero lo que recuerda con mayor
nitidez es que su beba pataleaba tanto que crey que
la pequea tambin estaba herida. Y si la prxima vez
su hijita no tiene tanta suerte? Y si el choer de la ambu-
lancia se niega a conducir de noche por caminos de
tierra con baches que parecen crteres y con los puestos
de control en manos de las milicias? Y si la prxima vez
no pasa ningn camionero dispuesto a ayudarla?
Por el momento, piensa quedarse. Su marido trabaja en
la granja y ella tiene una pequea tienda de comestibles
en su casa. No tienen mucho, pero es ms de lo quetendran si se desplazaran a la ciudad.
Son valientes por aerrarse a su decisin de quedarse
en casa, pero una incursin ms de un grupo armado y
debern marcharse, como tantas otras amilias en
Colombia.
Este tipo de peligros podra reducirse si se respetaran
los derechos de los civiles. Recordar a las partes en con-
icto el cumplimiento de las disposiciones del DIH, ase-
gurarse de que las uerzas y grupos armados tengan en
cuenta las reglas de la guerra, supervisar su cumpli-
miento e intervenir cuando sea necesario son acciones
prioritarias para el CICR y las Sociedades Nacionales dela Cruz Roja y de la Media Luna Roja, que promueven
los principios del DIH en todos los lugares del mundo a
los cuales tienen acceso, incluso durante los conictos
ms prolongados.
EvItAR LoS DESPLAzAMIENtoSy PRotEGER A LAS PERSoNAS DESPLAzADAS
8/9/2019 Desplazamientos internos en conflictos armados: responder a los desafos
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nos hace saber que se han daado dos pozos en un
lugar donde la escasez de agua puede contribuir a
aumentar la tensin, nosotros enviamos personal tc-
nico, explica Christophe Luedi, jee de la delegacin del
CICR en Nairobi. No s si la fnalidad inmediata es evitar
los desplazamientos, pero, concluye.
En Kenia se superponen climas extremos que contribu-
yen claramente al desplazamiento, independiente-
mente de las tensiones tnicas. En las zonas ms
proclives al conicto, la seguridad econmica es un ac-tor crtico.
La fnalidad principal de los programas de seguridad
econmica es preservar o restaurar la capacidad de los
hogares o las comunidades para satisacer sus necesi-
dades bsicas. En Sudn, la mayora de las tareas que
realiza el CICR en pro de la seguridad econmica se vin-
cula con la prevencin del desplazamiento, incluso en
las montaas de Jebel Marra, la cordillera ms alta del
pas. Esta zona, controlada en su mayora por uerzas
rebeldes y rodeada por el ejrcito sudans, cuya pobla-
cin es de ms de 300.000 habitantes, ha tenido que
acoger a un nmero cada vez mayor de desplazados.Jebel Marra est situada en la rtil zona central de
Darur y alguna vez ue el granero de la regin. En la
tierra de los ur, campesinos que an cultivan los valles
y las mesetas altas, los mercados se vieron aectados y
hubo una brusca disminucin de la produccin agrcola.
El problema de la escasez de recursos se agrav con la
llegada de una gran cantidad de personas que huan del
conicto que tena lugar en las estribaciones de la cor-
dillera y en las llanuras cercanas. Mientras que antes,
una amilia tena cuatro o cinco hectreas para sembrar,
en la actualidad no hay ms de una hectrea disponible
por grupo amiliar.
Los desplazados se reugiaron en las aldeas de montaa,sobre todo en casa de parientes o amigos. All constru-
yeron reugios y buscaron tierra para cultivar o trabajo
en las tierras de otros. Pero, como los recin llegados
haban dejado atrs todas sus pertenencias, la carga de
la ayuda recay en las comunidades de acogida.
El CICR ayuda tanto a los desplazados como a los miem-
bros de la comunidad de acogida distribuyendo herra-
mientas y semillas, as como alimentos que permiten
que los agricultores continen trabajando la tierra sin
interrupciones y eviten el consumo de semillas. No es
posible estimar en qu medida estas acciones han evi-
tado el xodo en Jebel Marra pero, segn PeterSchamberger, coordinador de seguridad econmica, la
ayuda ha servido para que las condiciones de vida sean
tolerables.
FrancoPagetti/CI
CR/VII
Colombia: Mara Elena y su amilia han decidido quedarseen su casa a pesar de los riesgos, 2009.
8/9/2019 Desplazamientos internos en conflictos armados: responder a los desafos
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Buram, la principal ciudad de la zona. As, un proyecto que
se inici como operativo de emergencia en la actualidad
brinda servicios en orma regular.
Si bien todos estos actores con recuencia contribuyen
a salvar vidas, cabe preguntarse si son saludables desdeel punto de vista estructural. Segn el CICR y otras orga-
nizaciones humanitarias, el atractivo de los servicios
que se proporcionan en los campamentos es un ele-
mento que agrava el problema del desplazamiento. Las
personas se van de su casa por miedo e inseguridad,
pero los servicios sociales que reciben en los campa-
mentos, mejores que los que han conocido jams, pue-
den alentar o acelerar el desplazamiento. De ese modo,
la atraccin se transorma en un actor decisivo.
Sin duda, estamos rente a un dilema. Durante aos, las
organizaciones humanitarias han tratado de alcanzar
un nivel mnimo de calidad en la asistencia proporcio-nada en situaciones de desastre o de conicto. Hoy en
da, la pregunta es cul es el lmite mximo de la ayuda.
El presidente Kellenberger lo explica as: Puede ser
mucho ms sencillo prestar servicios en los campamen-
tos, pero las autoridades y las organizaciones humani-
tarias deberan hacer todo lo posible para que todos los
aectados reciban un buen nivel de ayuda en las zonas
de conicto.
Tenemos que preguntarnos: Queremos que estas per-
sonas tengan un incentivo para volver a sus hogares? El
entorno que creamos puede ser tan bueno en compa-
racin con su lugar de origen, que quiz luego no estn
dispuestos a regresar.Nadie sabe a ciencia cierta cuntos desplazados se irn
del campamento Gereida una vez terminado el con-
licto. Los servicios orecidos se irn reduciendo a
medida que haya mayor estabilidad y aparezcan signos
de recuperacin. El rey Adam Mohamed Yagoob,
sobrino del diunto rey Malik, se sorprendera si se que-
dara menos de un tercio, lo que equivale al doble de la
poblacin original de la ciudad.
En los campamentos hay otras complicaciones. En
Darur, como en otros sitios, los campamentos se han
organizado segn las etnias y conorme a la inuencia
de lderes polticos. Algunos grupos no podan ingresaren ciertos sitios y acusaban a sus rivales de usar los cam-
pamentos como reugios despus de perpetrar un ata-
que. Las acusaciones provocaban tensin entre tribus y
a ello segua la violencia.
Si los ur se hubiesen ido de Jebel Marra, habran ido a
vivir en campamentos, la nica alternativa segura para
ellos. Pero los campamentos de desplazados son una
solucin al problema del desplazamiento interno o or-
man parte de l? Los campamentos y el atractivo delos servicios que all se reciben contribuyen a incremen-
tar y prolongar el desplazamiento y a erosionar los
mecanismos de supervivencia ms tradicionales? Hay
slidos argumentos en avor de esta idea, y los organis-
mos de las Naciones Unidas y el CICR coinciden en con-
siderar los campamentos como un ltimo recurso, una
opcin a la que recurrir cuando no existe otra.
El campamento de desplazados de Gereida, si se lo
puede denominar as, es un buen ejemplo de lo expli-
cado en el prrao anterior. Hoy en da, es dicil deter-
minar dnde termina la ciudad, que antes tena 20.000
habitantes, y dnde empieza el campamento, en el que
se alojan casi 148.000 personas. Gereida podra ser una
ciudad en expansin, en la que los reugios y los com-
plejos habitacionales de los desplazados surgen como
barrios nuevos.
Si bien el campamento es una aglomeracin urbana, sus
barrios son aldeas transplantadas. Comunidades ente-
ras se han desplazado y asentado en la ciudad conser-
vando el nombre, la identidad y la estructura de la aldea
original.
No obstante, no todo se ha mantenido igual. La sequa
y las plagas ya no repercuten en la cantidad de alimento
disponible. Gracias al Programa Mundial de Alimentos,
los pobladores satisacen sus necesidades alimentariasy los nios van a la escuela, cosa que no ocurra en las
aldeas.
Donde antes haba pozos poco proundos, hoy hay agua
potable, tan limpia como la que sale de cualquier grio
de Jartum. El agua es transportada desde los pozos
hasta los tanques y a los sistemas de grios pblicos de
cada barrio. Antes, los pobladores de las aldeas se con-
tentaban con un puesto sanitario; hoy tienen acceso a
tres centros de atencin primaria de la salud. Uno de
ellos, administrado por el CICR, brinda un servicio que
bien podra ser la envidia del hospital de la ciudad.
Adems, es gratuito, benefcio que no comparte el hospitalde la ciudad. Como en este centro de salud se atiende a
todos los que acuden a l y quienes no son personas
desplazadas tambin necesitan atencin mdica, los
residentes de Gereida lo utilizan, y hay quienes llegan desde
CAMPAMENtoS:UNA SoLUCIN o PARtE DEL PRobLEMA?
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En algunos campamentos estaban presentes grupos de
oposicin armados que, mediante la extorsin y el
acoso, reclutaban a los desplazados, entre quienes dis-
tribuan armas. En otros, se obligaba a los ms vulnera-
bles a entregar sumas de dinero e incluso a compartirsus raciones de alimentos.
El CICR estableci el campamento de Gereida cuando
ninguna otra organizacin poda trabajar en la zona ni
tena acceso a ella debido al conicto.
En lugares sin mayores problemas de seguridad, sin
embargo, los organismos de las Naciones Unidas y las
ONG suelen ocuparse adecuadamente de los campa-
mentos. En esos casos, el CICR se encarga de la enorme
cantidad de personas vulnerables que no viven dentro
de los campamentos, de otras personas desplazadas y
de las comunidades aectadas que otras organizaciones
no pueden atender.El acceso es un actor clave. La accin neutral e indepen-
diente del CICR y el dilogo que ste mantiene con
todas las partes en un conicto le garantizan el acceso.
En el terreno, trabajando directamente con las comuni-
dades, la Institucin les ayuda a hacer rente a la adver-
sidad y a consolidar sus propias estrategias de
subsistencia, trata de evitar el desplazamiento y apoya
a las comunidades de acogida a las que recurren los
desplazados inicialmente.
No todas las personas desplazadas se dirigen a los cam-
pamentos o se quedan a vivir all. Estos lugares desvan
la atencin de la dura realidad del desplazamiento
interno. Los campamentos pueden ser el ltimo recurso,pero con mucha recuencia estn en lugares accesibles,
lejos de las lneas del rente, prximos a las ciudades o,
al menos, a aerdromos. Los donantes y la prensa
entran y salen de los campamentos y lo que ven all
cobra visibilidad. En consecuencia, el debate sobre las
personas desplazadas se ha centrado casi exclusiva-
mente en aquellos que viven en los campamentos, en
perjuicio de quienes no pueden llegar hasta ellos.
Las provincias de Kivu, en el este de la Repblica
Democrtica del Congo, en la zona limtroe con Uganda
y Ruanda, ilustran esta afrmacin. Millones de personas
han muerto en esa regin devastada por la guerra, quese inici en la dcada de 1990. Se estima que a mediados
de 2009 haba en la RDC cerca de 1,4 milln de personas
desplazadas, que en su mayora se encontraban en Kivu
Norte y Kivu Sur, y en la vecina provincia Oriental.
JeroenOerlemans/CICR
BorisHeger/CICR
RudyTolentino/CICR
OlgaMiltcheva/CICR
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puesto. Como a veces no encontraban vivienda en elmunicipio, vivan a la intemperie, soportando condicio-
nes muy diciles. Entre ellos haba nios, mujeres emba-
razadas, enermos y vctimas de abusos.
Ruboneza, de 32 aos, huy de su casa de Kivu Norte
tras el arribo de hombres armados que comenzaron a
reclutar aldeanos por la uerza. Ruboneza se ue con su
mujer y sus dos hijos, pero antes vio morir a sus herma-
nos menores y sus vecinos. Poco tiempo despus, su
madre ue asesinada en un lugar al que haban ido pen-
sando que all estaran a salvo.
Antes de llegar a Chebumba, se unieron al grupo dos
nios que haban perdido contacto con su padre y cuya
madre haba sido asesinada. Los traje conmigo,comenta Ruboneza. Siento la obligacin de ocuparme
de ellos. Si consigo comida para todos, muy bien, y si
no, todos pasamos hambre.
Los desplazados de la Repblica Democrtica del Congo
suelen permanecer con amilias de acogida. Se estima
que lo hace el 70 por ciento de los desplazados. No obs-
tante, el porcentaje de personas desplazadas que viven
en campamentos ofciales ha registrado un importante
aumento en los ltimos tiempos. En 2007 haba un solo
campamento en Kivu Norte. A mediados de 2009, la cira
haba llegado a 11.
Segn Claudia McGoldrick, asesora del presidente delCICR, hay varios actores que explican esas ciras. Sin
duda, el ujo incesante de personas desplazadas satura
a las comunidades pobres, empeorando la depredacin
econmica y creando tensiones. Adems, los perodos
La mayora de los desplazados vive con amilias de aco-
gida en zonas agobiadas, como Chebumba, un munici-
pio ubicado 50 kilmetros al norte de Bukavu, la capital
de Kivu Sur. Hay aqu tres veces ms desplazados que
residentes permanentes, y en ocasiones la ciudad se ha
visto saturada. Olas y olas de personas desplazadas han
pasado por all, y la poblacin local ya no puede acoger
a los recin llegados.
La presin que soportan las comunidades de acogida
es enorme, pues normalmente tambin estn aectadas
por el conicto, de modo que, incluso antes de la lle-
gada de los desplazados, los recursos suelen ser escasos.
El abastecimiento de alimentos no es sufciente y la tie-
rra cultivable, el agua, el saneamiento, y los serviciospblicos como las escuelas y los hospitales no alcanzan.
Inevitablemente, la presencia prolongada de las perso-
nas desplazadas hace que los recursos disminuyan ms
an, creando tensiones entre los recin llegados y los
residentes permanentes.
El CICR conoce muy bien esa situacin, que se repite en
todas partes del mundo. En Mindanao Central, en el sur
de Filipinas, los numerosos desplazamientos causados
por los combates han resultado una carga insoportable
para los residentes, de por s vulnerables, que no slo
se han empobrecido sino que han tenido que alojar
hasta 20 personas desplazadas en viviendasamiliares.
En esas situaciones, todos suren. Al haber huido de sus
casas a toda prisa debido a los enrentamientos arma-
dos, las personas llegaban a Chebumba slo con lo
AndrewMcCo
nnell/Panos
Repblica Democrtica del Congo: una amilia desplazada a causa del actualconficto construye un reugio en un campamento que alberga a ms de 10.000personas, 2008.
8/9/2019 Desplazamientos internos en conflictos armados: responder a los desafos
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de desplazamiento son ms largos. Por ltimo, las ONGinternacionales, coordinadas por el ACNUR, el orga-
nismo de las Naciones Unidas para los reugiados, asig-
nan cada vez ms recursos a los campamentos en vez
de a las comunidades, que los necesitan desesperada-
mente. En consecuencia, escasea la ayuda para los des-
plazados que viven con amilias de acogida.
A la difcultad de acceder a los desplazados que viven
uera de los campamentos se suma la de conseguir on-
dos, pues muchos donantes, segn parece, no recono-
cen las necesidades que son menos visibles.
Desde hace mucho tiempo, la visibilidad o la alta de
visibilidad es un tema preocupante en Kenia, donde
los desplazamientos comenzaron cuando el pas seindependiz de Gran Bretaa. A partir de entonces, los
enrentamientos entre tribus, la violencia post electoral
y los conictos por la distribucin de tierras, an sin
resolver, se cuentan entre las principales causas de los
desplazamientos. La violencia generalizada que sigui
a las elecciones presidenciales de diciembre de 2007
provoc el desplazamiento de medio milln de perso-
nas; sin embargo, de acuerdo con las organizaciones
humanitarias, en ese momento ya haba 350.000 des-
plazados en el pas.
El tema cobr prominencia con el estallido de violencia
que tuvo lugar a principios de 2008, recuerda BillOmamo, responsable de protocolo del CICR en Nairobi,
pero la nocin de los desplazados kenianos se materia-
liz slo con el establecimiento de los campamentos
inmediatamente despus de las elecciones. La
magnitud y la naturaleza de la violencia se reejaron
con gran claridad en los campamentos, asegura
Omamo.
Como en otros lugares, los medios de comunicacin
fjaron su mirada en los campamentos porque tenan
acceso a ellos. De modo que se prest menos atencin
a la dicil situacin que atravesaban las comunidades
de acogida, y nunca se supo cuntas personas despla-
zadas vivan uera de los campamentos.
James Kisia, secretario general adjunto de la Cruz Roja
de Kenia, relata que las comunidades de acogida ya
estaban en una situacin complicada debido a una
sucesin de malas cosechas. Fueron tiempos diciles.
Las comunidades eran pobres y les costaba mucho ayu-dar a los desplazados, pero lo hicieron, recuerda.
En general, las consecuencias que la huida de los habi-
tantes de los suburbios tiene para los pobres que viven
en zonas rurales han pasado inadvertidas. Barrios enteros
se incendiaron en las zonas periricas que caracterizan
a las ciudades de Kenia y, entre las personas que huyeron,
haba muchas que mantenan a amiliares pobres del
campo. La situacin se invirti. No slo se haba perdido
una uente de ingresos, sino que los que enviaban el
dinero a sus parientes, de pronto golpeaban a su puerta.
Los que antes ayudaban ahora necesitaban ayuda.
Para muchas personas, la situacin era insostenible. Sesabe que algunos desplazados pedan dinero prestado
para satisacer sus necesidades bsicas pues, como
pocos saban de su existencia, no reciban ayuda
humanitaria.
Los campamentos desvan laatencin de la dura realidadde los desplazamientosinternos.
8/9/2019 Desplazamientos internos en conflictos armados: responder a los desafos
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una desgracia. La tierra recin arada es un smbolo de
esperanza. Todos piensan que, con seguridad, una pro-
visin sustentable de agua, semillas y herramientas para
empezar, Um Kara puede volver a ser una aldeaprspera.
Ahora mismo, las semillas y las herramientas constitu-
yen un problema, pues no todos las han conseguido.
Hawa Issa Mahady, una viuda de unos 50 aos con seis
hijos, no tiene semillas. Pasa las maanas limpiando un
terreno, preparando el campo para la siembra. Por las
tardes, vende t y ca cerca del carnicero, el panadero
y los dems comerciantes que procuran revitalizar el
mercado.
Ahorro todo lo que gano para poder comprar semillas;
en cuanto las tenga, las sembrar, explica. Quiz le lleve
algn tiempo. El t cuesta barato; las semillas son caras.El nico cliente que ha tenido hoy es el autor del pre-
sente artculo.
No obstante, la vendedora de t es tesonera. Da tras
da, se sienta en su banquito, rente a una llama donde
calienta el agua. Tiene muchas responsabilidades, por-
que, adems de criar a sus hijos, cuida a su anciana
madre y a una ta ciega. Um Kara, adems, no es su
destino fnal, sino un lugar de residencia temporaria.
Hawa Issa Mahady y su amilia provienen de la remota
aldea de Gortobok, la primera que suri los ataques de
los hombres que mataron a su marido y sus vecinos.
Hasta ahora, nadie se ha atrevido a regresar all para ver
qu ha quedado en pie y evaluar las condiciones deseguridad.
Las semillas y las herramientas agrcolas son los medios
que le permiten a una poblacin trabajadora con acceso
a la tierra volver a su antigua orma de ganarse la vida,
a encontrar lo que las organizaciones humanitarias
denominan una solucin duradera. Pero, en Darur,
muchas personas deben conormarse con menos, sean
agricultores locales, desplazados que viven en campa-
mentos o en comunidades de acogida, o personas que
procuran reasentarse, como Hawa Issa Mahady. O los
medios no estn disponibles, o su costo es demasiado
alto para la muy exigida economa de los hogares.Algunas personas quedan uera del sistema de distribu-
cin a causa de la inexibilidad de las organizaciones
de ayuda. En todo el mundo, los paquetes de asistencia
para las personas que regresan a sus lugares de origen
Ha empezado a llover, y reverdece el paisaje desrtico.
En las aueras de Gereida, hay gente labrando la tierra
y plantando semillas en terrenos que ueron, durante
aos, tierra de nadie. La seguridad parece volver a susniveles normales. Por in existe la esperanza de una
cosecha.
Los granjeros van a lomo de burro de la ciudad al
campo, donde los animales luego servirn para tirar del
arado. Un burro arrastra un carro muy cargado, en el
que viaja una amilia y al cual estn amarradas unas
cabras. Todos regresan a la aldea de Um Kara, a la que
llegarn en una o dos horas.
Antes de que comenzaran los problemas, como se
referen al conicto los habitantes de Darur, Um Kara
era la principal de unas 15 aldeas habitadas por los
masalit. Los nmades vivan alrededor de ellas. Cuando
lleg la violencia a la zona y algunos de esos poblados
ueron atacados, los masalit se dirigieron a Gereida y los
nmades se quedaron. Ansiosos por retomar su vida
normal, los masalit una minscula raccin de los
cientos de miles de personas que tratan de regresar a
sus hogares en el mundo han iniciado un regreso
cauteloso.
De la vieja aldea no queda nada. Las casas ueron incen-
diadas y las nuevas se parecen, por ahora, a las viviendas
de un campamento de desplazados: tiendas hechas de
lona y de elementos recogidos en el bosque. La copiosa
lluvia de la noche anterior se col por los agujeros de
las viviendas improvisadas. Las mujeres se quejan amar-gamente: No podemos dormir en un lugar como ste.
Tenemos miedo por nuestros hijos. Ve esto?, pregunta
una mujer con cinco hijos, mientras nos muestra un
puado de arena mojada que levant del suelo de su
vivienda. Agua, agua y ms agua.
Como tantos otros que han venido a este lugar, la mujer
no est convencida de que volver a Um Kara sea una
buena idea. An quedan amiliares suyos en el campa-
mento de Gereida y por eso ella no termina de irse de
all; en algn momento, quizs necesite regresar.
Discretamente, los campamentos proporcionan a las
personas que se han ido una parte de los alimentos quese distribuyen en el campamento, y les prestan asisten-
cia mdica. Por estas razones, muchas mujeres deciden
volver.
La lluvia puede ser tanto una bendicin como
LA vUELtA AL HoGAR
No sabemos cundo vamos a volver.
Me preocupan mi casa y mis animales,pero qu voy a hacer.Todava es peligroso.
8/9/2019 Desplazamientos internos en conflictos armados: responder a los desafos
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estn vinculados con los campamentos de desplazados,
o llegan a ellos para su distribucin. La idea es que las
personas que dejan los campamentos tienen derecho
a los benefcios que reciben las personas que regresana sus lugares de origen. Pero muchos desplazados que
no viven en campamentos, nunca pasan por uno o vuel-
ven a sus hogares directamente desde un lugar desco-
nocido, pasan inadvertidos para las redes de seguridad
y proteccin.
Eso no signifca que no haya que tenerlos en cuenta.
Entonces, cabe plantearse un interrogante que suele dar
lugar a la polmica: durante cunto tiempo puede una
persona entrar en la categora de desplazada, y quin
lo decide? En las organizaciones humanitarias suele
considerarse que el desplazamiento persistir en tanto
contine la situacin que le dio origen.En cambio, el derecho establece que el desplazamiento
slo puede durar mientras los motivos que justifcan su
existencia, sean stos imperiosas necesidades militares
o la seguridad de la poblacin civil aectada, lo exijan.
Se trata de que las autoridades asuman la responsabili-
dad de restablecer las condiciones que permitan a las
personas desplazadas encontrar soluciones duraderas
a las difcultades que arontan. Asimismo, las autorida-
des deberan proporcionar los medios para acilitar esas
soluciones. Las opciones deberan incluir el retorno al
lugar de residencia y la reinsercin en l, la integracin
en el lugar de acogida, o el reasentamiento y la integra-
cin en un nuevo sitio. Las decisiones de los desplaza-dos deben ser voluntarias y avorecer su seguridad y
dignidad, y las acciones deben apuntar al restableci-
miento del nivel de vida adecuado y el acceso a los ser-
vicios esenciales.
Con recuencia, la realidad se presta a distintas interpre-
taciones. A veces, los gobiernos consideran que el rea-
sentamiento o la reintegracin han ocurrido mucho
antes de que los trabajadores humanitarios perciban
signos de una solucin duradera. Las autoridades a
menudo quieren que el desplazamiento llegue a su fn
porque es un indicio de que el conicto contina; enton-
ces, uerzan los acontecimientos. Otras veces, losgobiernos optan por hacer la vista gorda y desenten-
derse del problema, lo cual puede generar nuevos con-
ictos y ms desplazamientos de poblacin.
PedramY
azdi/CICR
VirginieLouis/CICR
Ch
ristophVonToggenburg/CICR
BorisHeger/CICR
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Congo. Entre otras cosas, el estudio revela la verdadera
magnitud del problema de los desplazamientos
internos.
Segn la encuesta, ms de la mitad de las personas aec-
tadas por las hostilidades haban tenido que abandonar
sus hogares. En promedio, los desplazados representa-
ban el 56 por ciento de los encuestados, pero en algu-
nos pases el porcentaje era mucho mayor. En
Aganistn, por ejemplo, la cira ascenda al 76 por
ciento y en Liberia, casi 9 de cada 10 encuestados era
un desplazado interno. A estos dos pases les segua
Lbano, con un 61 por ciento de personas desplazadas.
En total, los desplazados sumaban varios millones. Unode los ms grandes temores entre los entrevistados era,
justamente, el desplazamiento.
Adems de haber tenido que dejar su lugar de residen-
cia, muchos desplazados tuvieron que soportar el
saqueo de sus casas y la destruccin de sus bienes, y las
penurias econmicas eran una realidad constante. Uno
de cada cinco encuestados haba perdido su medio de
subsistencia. El alimento, el agua y la electricidad esca-
seaban, y el acceso a la salud era limitado. En Aganistn
y en Hait, la mayora de las personas careca tanto de
recursos bsicos como de atencin mdica.
Sobre todo, la encuesta deja en claro dos cuestiones: laimportancia de que las partes en conicto se atengan a
las disposiciones del DIH y la necesidad de que las
comunidades mejoren sus mecanismos de superviven-
cia, como cuestin prioritaria.
No siempre se tiene en cuenta la participacin de las
personas desplazadas en lo que los Principios Rectores
de los Desplazamientos Internos denominan la planif-
cacin y la gestin de su regreso o de su reasentamiento
y reinsercin. Despus de todo, de quin es la vuelta a
casa? A quin le tiene que servir?
Es imprescindible escuchar la voz de los desplazados en
las distintas etapas de su desplazamiento. En primer
lugar, necesitan estar inormados acerca de dnde se
proporciona asistencia y cules son sus opciones. A
veces, las personas recorren grandes distancias en con-
diciones muy peligrosas porque han odo el rumor de
que en algn lugar distante se est brindando asistenciahumanitaria, pero cuando llegan all se dan cuenta de
que el rumor era also. Los desplazados deben tomar
decisiones y para ello deben estar inormados.
Por otra parte, las personas desplazadas apor tan datos
que son importantes para que los trabajadores huma-
nitarios tambin estn inormados y acten en
consecuencia.
En un estudio realizado en 2009, donde se entrevist a
personas aectadas por conictos armados en ocho pa-
ses, el CICR propone una perspectiva aleccionadora e
interesante. Titulado Nuestro mundo. Perspectivas del
terreno, el estudio se centra en las experiencias perso-nales, las necesidades, las preocupaciones, las expecta-
tivas y las rustraciones de vctimas de conlictos
armados en Aganistn, Colombia, Filipinas, Georgia,
Hait, Lbano, Liberia y Repblica Democrtica del
LA voz DE LAS PERSoNAS DESPLAzADAS
En un estudio realizado en 2009,donde se entrevist a personasaectadas por conictos armadosen ocho pases, el CICR proponeuna perspectiva aleccionadora einteresante.
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JasonTanner
/CICR
Filipinas: mujer desplazada que se ha reugiado en unalmacn desocupado, provincia de Cotabato. 2008.
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realizadas con tal fn, al igual que la gestin de progra-mas relacionados con la remocin de minas o la distri-
bucin de aparatos ortopdicos.
El pensamiento y la accin del CICR diferen de los de
otras organizaciones en que aqul toma en cuenta a
todas las personas aectadas por el conicto y no slo
a los desplazados. Si bien el CICR considera que el des-
plazamiento aumenta la vulnerabilidad, no cree que un
desplazado interno, por el solo hecho de serlo, sea ms
vulnerable que otro miembro de la poblacin civil.
Muchos de quienes permanecen en su lugar de resi-
dencia, los ancianos, los enermos o las amilias de aco-
gida que alojan desplazados internos provenientes de
otros sitios y comparten sus magros recursos con ellosson a veces sumamente vulnerables y necesitan nuestra
ayuda, explica Kellenberger.
Por ese motivo, el CICR ayuda no slo a quienes huyen
de sus hogares sino tambin a quienes no pueden
hacerlo aunque lo deseen, a los que se quedan por otras
razones y a los que regresan. Adems, la Institucin est
muy preocupada por la tendencia, cada vez ms pro -
nunciada entre las organizaciones humanitarias y las
comunidades de donantes, de considerar que las nece-
sidades de los desplazados son distintas de las de la
poblacin que permanece en su lugar de residencia.
Kellenberger advierte que poner etiquetas a las per-sonas y compartimentar la ayuda humanitaria entraa
el peligro de que determinados grupos incluso los
que ms necesitan esa ayuda queden librados a su
suerte, como ha ocurrido en Repblica Democrtica del
Jakob Kellenberger reexiona sobre un tema muy deba-
tido. Uno de los desaos que presenta la aplicacin de
los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos
de las Naciones Unidas es su calidad de instrumento no
vinculante; por otra parte, muchos gobiernos los consi-
deran una intererencia en sus asuntos internos. Hay
quienes creen que los Principios deberan convertirse
en un convenio con carcter vinculante.
El presidente del CICR casi no puede disimular su irrita-
cin: Creo que siempre es conveniente saber con qu
se cuenta. Si los gobiernos y los grupos armados noestatales cumplieran con las normas relativas a la con-
duccin de las hostilidades, habra muchas menos per-
sonas desplazadas. Si vamos a hablar de normas
vinculantes, yo apuntara a las que ya orman parte del
derecho internacional humanitario y los derechos
humanos.
Kellenberger hace una pausa antes de hacer la siguiente
reexin: Es hora de imaginar un mundo en el que no
existan ataques a la poblacin civil. Un mundo en el que
no se perpetren ataques indiscriminados. Un mundo en
el que la poblacin civil y sus bienes no suran prdidas
ni daos. Imaginemos un mundo as.
Con millones de desplazados en el mundo, no es una
tarea sencilla. Garantizar el respeto de los derechos de
las personas atrapadas en zonas de conicto es uno de
los aspectos centrales del cometido del CICR, pero en el
caos que acompaa a un conicto interno, ese objetivo
puede transormarse en una misin imposible.
Kellenberger admite que, por ejemplo, no era mucho lo
que se poda hacer para proteger a la gente o evitar su
desplazamiento en Darur, en 2003. Uno muchas veces
se encuentra en esa situacin, pero no por ello hay que
pensar que no se puede hacer nada. Si se reuerzan las
operaciones, con el tiempo se puede inuir ms sobre
las partes en el conicto. Hay que hacer todo lo posiblepor lograr que se respeten las normas relativas a la con-
duccin de las hostilidades.
Hacer respetar la ley y prestar asistencia son los compo-
nentes centrales de la estrategia del CICR para ayudar a
los civiles atrapados en un conicto armado. El objetivo
de la estrategia, explica el presidente del CICR, es resta-
blecer condiciones de vida aceptables, reorzar los
mecanismos de adaptacin existentes y, hasta que los
civiles puedan volver a valerse por s mismos, tratar de
que el entorno sea lo ms parecido posible al normal.
El restablecimiento de los vnculos amiliares, la distri-
bucin de artculos de primera necesidad, el restableci-miento del abastecimiento de agua, la provisin de
primeros auxilios y atencin quirrgica, la ejecucin de
programas de higiene y salud, y la generacin de
medios de subsistencia orman parte de las tareas
HACER FRENtE A LoS DESAFoSEl punto de vista del presidente del CICR
Es hora de imaginar un mundoen el que no existan ataques
a la poblacin civil. Un mundoen el que no se perpetrenataques indiscriminados.Un mundo en el quela poblacin civil y sus bienesno suran prdidas ni daos.
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Congo, donde los campamentos acaparan valiososrecursos que se necesitan con mayor urgencia en otros
lugares.
Con la etiqueta de personas desplazadas se ha desvir-
tuado la discusin sobre el desplazamiento, en particu-
lar desde que los desplazados que estn ms a la vista
de todo el mundo son los que buscan reugio en los
campamentos. Durante mucho tiempo el debate ha
girado casi exclusivamente en torno a los desplazados
que viven en los campamentos. La nocin de persona
desplazada y el destino de esas personas han quedado
asociados a la vida en los campamentos, afrma el pre-
sidente del CICR.
Cuando uno piensa en todos los desplazados que seencuentran en la provincia de la Frontera del Noroeste
de Pakistn, en los distritos de Swat, Dir y Buner
Cuntos eran? 360.000 en mayo? Se produjo un des-
plazamiento masivo sin precedentes, y la mayora de las
personas desplazadas ha optado por vivir con amilias
de acogida. Recibir a los amiliares que lo necesitan es
una tradicin pashtu que se respeta independiente-
mente de lo precaria que sea la situacin de quien los
acoge. Hemos observado que en el mediano y el largo
plazo, la presencia de los desplazados sera una carga
importante para las amilias de acogida. Por eso deci-
mos que el hecho de etiquetar, de verlo todo desde laperspectiva de los desplazados que viven los campa-
mentos, puede ser peligroso.
Los aspectos polticos tampoco deberan pasarse por
alto, advierte Kellenberger. Si no ayudamos a los que
permanecen en sus casas, de alguna manera promove-
mos el desplazamiento, reexiona.
Para el CICR, la constante brecha entre la asistencia y la
recuperacin es motivo de preocupacin. Saber en qu
momento fnaliza realmente un conicto, y cundo la
ase de emergencia cede el paso a la de desarrollo, es
tema de debate entre los expertos pero, en el terreno,
esa transicin es compleja y tiene distintas aristas.
Hay quienes dicen: Las organizaciones humanitarias
tienen que tener una estrategia de salida. Mi respuesta
es: S, perecto, pero tambin necesitamos una estrate-
gia de entrada para las agencias responsables del desa-
rrollo y, de ser posible, sin que haya separacin entre
ambas. Cuando las primeras se preparan para irse, lassegundas an no se han aproximado.
Las brechas y las duplicaciones pueden evitarse con una
mejor coordinacin y un dilogo ms uido entre las
organizaciones y, segn Kellenberger, el CICR est dis-
puesto a comprometerse con iniciativas orientadas en
esa direccin. Ninguna organizacin puede, por s
misma, proporcionar una respuesta integral a un pro-
blema de la magnitud del desplazamiento interno.
Si bien ha habido algn progreso, todava hay mucho
camino por recorrer en lo reerente a la coordinacin.
Para que sea ms efcaz y coherente, debe basarse en
las capacidades que ya existen en el terreno y en el res-peto autntico de ciertos principios bsicos, y no en
mecanismos y procedimientos cada vez ms sofstica-
dos, sentencia Kellenberger.
Las organizaciones humanitarias que se ocupan de la
PhilippeMerchez/CICR
Ruanda: millones de ruandeses desplazados regresan asus hogares tras la guerra civil, 1996.
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adonde otras organizaciones no llegan. Tras casi dos
dcadas de conicto armado y anarqua, la Cruz Roja
Somal sigue operando a travs de una red de 19 ofcinasy 114 subdelegaciones distribuidas por todo el pas.
El presidente del CICR destaca que, adems de prestar
asistencia mdica a los heridos de guerra, administrar
programas de atencin primaria de la salud, suministrar
agua, brindar apoyo en el desarrollo de proyectos de
subsistencia, proporcionar socorros de emergencia,
colaborar en el restablecimiento del contacto entre
amiliares separados por la guerra y prestar servicios
comunitarios esenciales, los socios del Movimiento con-
tinan creando conciencia en la sociedad somal acerca
de las normas undamentales del DIH.
Hasta que esas normas no se apliquen en todo el
mundo, concluye Kellenberger, el desplazamientoseguir existiendo y, junto con l, las difcultades que
plantea en el plano humanitario. Slo mediante esuer-
zos conjuntos podr la comunidad internacional orecer
la respuesta integral que la situacin exige. Pero para
que eso ocurra, insiste, es preciso ocuparse de cuestio-
nes undamentales que trascienden los lmites de los
campamentos.
Hasta que esas normas no se apliquen en todo el
mundo, los desplazamientos de poblacin seguirn
existiendo y, junto con ellos, las difcultades que plan-
tean en el plano humanitario. Slo mediante esuerzos
conjuntos podr la comunidad internacional orecer larespuesta integral que la situacin exige. Pero para que
eso ocurra, es preciso ocuparse de cuestiones unda-
mentales que trascienden los l mites de los
campamentos.
coordinacin deberan estar presentes y activas en el
terreno, y tendran que dar prioridad a la transparencia
en lo que concierne a recursos, capacidades y acceso.
Las asociaciones operacionales del Movimiento
Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
son prioritarias para el CICR. Kellenberger observa que
las Sociedades Nacionales estn bien posicionadas para
ayudar a los desplazados porque orman parte de las
comunidades donde tienen su sede, en su mayora
cubren la totalidad de los territorios nacionales y tienen
acceso privilegiado a las autoridades. Otras ventajas de
que gozan todos los asociados del Movimiento son la
identidad comn que otorgan el uso de los mismos
emblemas y la aplicacin de los mismos principios, las
normas compartidas relativas a unciones y responsa-
bilidades, y el hecho de tener una poltica comn enmateria de desplazamiento interno.
La poltica del Movimiento en cuanto a la ayuda a los
desplazados tiene por fnalidad optimizar la coherencia
y el impacto de la accin de la Cruz Roja y la Media Luna
Roja. Asimismo, incluye el trabajo coordinado con otras
organizaciones sobre la base de su presencia y capaci-
dades en el terreno, pero sin perjuicio de sus Principios
Fundamentales. Por ltimo, junto con la poltica relativa
a la migracin para el ao 2009 de la Federacin
Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la
Media Luna Roja, proporciona las bases para las tareas
que realiza el Movimiento con los migrantes.Kellenberger da el ejemplo de Somalia como modelo
de asociacin operacional. En ningn otro lugar se
observa mejor la accin del Movimiento. Con el apoyo
del CICR, la Media Luna Roja Somal opera en zonas
Hasta que esas normas no se apliquen en todo elmundo, los desplazamientos de poblacin seguirnexistiendo y, junto con ellos, las difcultades queplantean en el plano humanitario.
Georgia: este hombrevive en un centrocolectivo para personasdesplazadas en Abjasiadesde 1993.
Repblica Democrticadel Congo: nio esperarecibir noticias de susparientes.
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AntoninKratochvil/CICR
RonHaviv/CICR/VII
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MISINEl Comit Internacional de la Cruz Roja (CICR), organizacin
imparcial, neutral e independiente, tiene la misinexclusivamente humanitaria de proteger la vida y la
dignidad de las vctimas de los conictos armados y de
otras situaciones de violencia, as como de prestarles
asistencia.
El CICR se esuerza asimismo en prevenir el surimiento
mediante la promocin y el ortalecimiento del derecho y
de los principios humanitarios universales.
Fundado en 1863, el CICR dio origen a los Convenios de
Ginebra y al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de
la Media Luna Roja, cuyas actividades internacionales en
los conictos armados y en otras situaciones de violencia
dirige y coordina.
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