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Educacin por la Valoracin y Conservacin del Patrimonio
Publicado on line en: www.ub.edu/histodidactica
Ref. Joaquim Prats y Antonia Hernndez. En: VVAA. Por Una Ciudad
Comprometida con la Educacin. Barcelona: InstitutdEducaci de lAjuntament de Barcelona, 1999 (Cap. V)
Documento del grupo de trabajo coordinado por:
Joaquim Prats (UB) y Antonia Hernndez (IMEB)
INDICE
0. Introduccin1. Concepto de patrimonio
1.1.Qu entendemos por patrimonio
1.2. El patrimonio como elemento clave en el debate ideolgico
2. Objetivos
3. El patrimonio en la ciudad de Barcelona
3.1. Elevado nivel de utilizacin
3.2.La difusin en las polticas musesticas
4. - Estrategias de crecimiento
4.1. De orden institucional
4.2. Respecto al uso social
0. INTRODUCCIN
La valoracin y conservacin del patrimonio es uno de los objetivos de
cualquier ciudad que pretenda mostrar a sus ciudadanos y visitantes laimagen que
pretende ofrecer de s misma. En un proyecto educativo de ciudad no puedeestar
ausente una lnea de trabajo que potencie los aspectos ligados alconocimiento de los
repertorios patrimoniales, a su correcta conservacin y a su crtica
valoracin. En el
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presente documento se presenta una reflexin sobre estos aspectos con lapretensin de
ofrecer algunas ideas para mejorar el tipo de acercamiento entre laciudadana y los
bienes patrimoniales.
Plantearemos, en primer lugar, unas consideraciones sobre el concepto de
patrimonio y su funcin poltico-ideolgico. Este apartado, aunque decarcter terico,
est en la base de cualquier anlisis y propuesta educativa. En segundolugar, se
formulan los principales objetivos que un proyecto educativo de ciudaddebera
incorporar con relacin a la temtica tratada. En tercer lugar, se hacenalgunas
consideraciones, en clave crtica, sobre la situacin actual del uso social yeducativo del
patrimonio, basndonos en la visin que aportaron los miembros que hanparticipado en
el grupo de trabajo. Por ltimo, se apuntan medidas, ideas o simplessugerencias que
tienen como objetivo promover una mejor presentacin y utilizacin de losrepertorios
patrimoniales, con especial referencia a las estrategias que afectan almundo de la
educacin.
Hay que sealar que nos vamos a referir casi exclusivamente al patrimonio
cultural (repertorios musesticos y, de manera ms difusa, al patrimoniourbano,
monumental, histrico etc.), ya que los aspectos medio-ambientales se
abordan en otro
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grupo de trabajo del Proyecto Educativo de Ciutat. As mismo, somosconscientes que
hemos desbordado los lmites de lo propiamente educativo paraadentrarnos en campos
que hacen referencia a la poltica musestica y, en general, patrimonial del
Ayuntamiento. Pero era imposible proponer estrategias de crecimiento en la
conservacin y valoracin del patrimonio desde la ptica de la educacin,sin
plantearnos que naturaleza tiene el objeto de nuestro inters, cual es sufuncin en la
sociedad, y cual es su actual situacin.
Como redactor de este documento quiero sealar que su contenido es el
resultado de las aportaciones, ideas y reflexiones de los miembros del grupode trabajo y
de los expertos consultados. No obstante, es posible que al tratarse de unasntesis que
incorpora una determinada orientacin, las personas que han participado enlas
discusiones del grupo no puedan reconocer todas sus ideas y opiniones, eincluso es
probable que no estn de acuerdo con algunas afirmaciones. La necesariacoherencia al
elaborar un determinado discurso, que incorpora una determinadaorientacin terica,
nos ha obligado a elegir argumentos y propuestas y a descartar otras. En elpunto
primero nos hemos basado, fundamentalmente, en la obra de Lloren Prats(Antropologa
y Patrimonio. Barcelona, 1997, y otras del mismo autor).
1. CONCEPTO DE PATRIMONIO
En los ltimos tiempos, se ha producido una corriente propatrimonialista
que ha
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hecho bastante general en la sociedad el deseo de conocer y exaltar lo quese consideran
valores patrimoniales de nuestro pas. Como respuesta a esta demandasocial, los
poderes pblicos y otras entidades (medios de comunicacin, fundaciones,entidades
econmicas etc) han sugerido y, en la mayora de los casos, hanseleccionado que
elementos culturales deban ser considerados valores patrimoniales. Paraello se han
creado museos y otras instalaciones, se han potenciado otros (as) yaexistentes, y se han
financiado campaas para difundirlos entre la ciudadana.
No se hacen explicitas, como es comprensible, que funciones de apoyo a
determinados discursos ideolgico-polticos tienen muchas de estasactuaciones. Por
ejemplo, no deja de ser sintomtico que el gobierno reformista del PSOE
conmemoraracon actos y exposiciones temporales el centenario de la muerte de Carlos III,rey que
para muchos historiadores concentra los esfuerzos modernizadores de losgobiernos del
Setecientos; que el gobierno del PP haya desplegado una fuerte campaapara
conmemorar el centenario de Felipe II, monarca que ofrece otras
connotaciones
diferentes a la del Borbn ilustrado; o que el gobierno de CIU buscara en lacampaa:
Catalunya te 1000 Anys, afirmar un determinado discurso nacionalista. Enlos tres
ejemplos se present la efemride simplemente como una culta yencomistica
conmemoracin histrica, pero es seguro que la eleccin de lo que se tenaque
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conmemorar y la manera de hacerlo responda, en gran parte, a unosobjetivos de
legitimacin de los discursos polticos respectivos.
Por esta razn, es conveniente iniciar nuestro informe con algunasreflexiones
sobre el concepto mismo de patrimonio, sobre como se genera y se activa,y que papel
juega en el debate ideolgico y poltico. No pretendemos un tratado sobre lacuestin
sino establecer algunos rasgos que clarifiquen el correcto uso cultural y
educativo que
debe producirse.
1.1.Qu entendemos por patrimonio
Existe una definicin aceptada de lo que es patrimonio propuesta por la
UNESCO. Segn este organismo internacional, el patrimonio es el legadoque
recibimos del pasado, lo que vivimos en el presente y lo que transmitimos alas
generaciones futuras Se distingue entre patrimonio cultural y patrimonionatural. El
cultural engloba: monumentos, grupos de edificios y sitios que tienen valorhistrico,
esttico arqueolgico, cientfico, etnolgico o antropolgico. La Convencinsobre la
proteccin del patrimonio mundial cultural y natural de la UNESCO de 1972,fijaba
unos criterios de seleccin para que un bien cultural pudiese ser incluidocomo obra
perteneciente al patrimonio mundial. Estos criterios hacen referencia acuestiones
relacionadas con el genio creativo, el ser un testimonio de una tradicincultural, su
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singularidad y excepcionalidad y el estar asociados directa o tangiblementecon
acontecimientos y tradiciones vivas, con ideas o creencias o con obrasartsticas y
literarias..
Esta definicin, criterios y tipologa, aceptados internacionalmente,merecen
algunas reflexiones que profundicen ms sobre los aspectos antropolgicos,
sociolgicos y polticos que se encuentran detrs de las polticaspatrimoniales que
impulsan los poderes pblicos.
Para que un elemento pueda ser considerado valor patrimonial, o dicho deotra
forma, pueda ser legitimado socialmente como patrimonio, suele formarparte de un
tringulo necesario: determinada visin de lo natural, una concepcin de lohistrico, o
ser fruto de la inspiracin creativa (genialidad). Estos criterios, procedentesdel
romanticismo decimonnico, se han conservado bsicamente hasta laactualidad.
Aunque hay quien cita otros factores (perdida de funcionalidad, escasez,nobleza de los
materiales, etc.), lo cierto es que el tringulo citado (naturaleza, historia,creacin) sigue
siendo lo que delimita prioritariamente el pool patrimonial.
Pero un bien natural, un objeto histrico (material o inmaterial) o una obra
artstica no son consideradas valores patrimoniales si no son legitimadassocialmente.
De hecho el patrimonio cultural es, como casi todo, una construccin que seda en una
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determinada situacin histrica y en un determinado contexto social. Loscriterios
enunciados (naturaleza, historia y genialidad) se incluyen, como se hasealado, dentro
del tringulo de lo patrimonializable, lo cual no quiere decir que integren
automticamente patrimonios, sino que lo son potencialmente . Para llegara ser
considerados como bienes patrimoniales deben ser activados.
De hecho, lo que actualmente consideramos valores patrimoniales son
repertorios activados procedentes de ese pool, ya sean monumentoscatalogados,
colecciones musesticas, zonas urbanas, o restos arqueolgicos antiguos o
contemporneos. Las razones implcitas que sirven para activar undeterminado
repertorio estn dominadas, casi siempre, por la funcin de legitimarsimblicamente
los discursos identitarios. Entendiendo el concepto identidad formado porestos tres
rasgos: primero, en un sentido amplio (generalmente local, regional onacional, aunque
puede haber concepciones identitarios ms amplias, como es, por ejemplo,el caso de lo
occidental frente a lo oriental); segundo, como un hecho dinmico aunquecon un
razonable nivel de fijacin y perdurabilidad en el tiempo; y tercero, comoexpresin
ideolgica, en el sentido que responde a unas ideas y a unos valoresprevios,
normalmente subsidiarios de determinados intereses y hegemonassociales. Ello
implica que, como expresin de las tensiones y de los conflictos sociales,puedan existir
versiones diferentes de una misma identidad.
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Qu significa activar un repertorio patrimonial? Escoger determinados
referentes del pool citado y exponerlos o mostrarlos de una determinadaforma. Este
hecho mitifica los referentes elegidos y les confiere una carga simblica quefunciona
socialmente como un elemento que refuerza el mencionado discursoidentitario y que
promueve adhesiones.
La activacin de los repertorios patrimoniales la suelen realizar los poderespblicos, en la mayor parte de los casos, el poder poltico o entidades oasociaciones
que cuentan con el plcet (y casi siempre la subvencin) de las institucionespblicas.
Existe tambin la posibilidad de que esta activacin se haga porcontrapoderes, como
ocurri con los que promovi la oposicin al franquismo, pero suelen ser laexcepcin
en situaciones de normalidad social y poltica.
Desde hace algunos aos, los poderes econmicos, muchas veces en
coordinacin con las instituciones pblicas, han activado repertorios en lamedida que
son susceptibles de ser elementos que contribuyen a conseguir objetivosque pueden
valorarse en trminos de rentabilidad econmica directa o indirecta. Enmuchos casos
se tratan de activaciones al servicio del turismo cultural, no slo entendidocomo
actividad de destinos de viajes de vacaciones sino, sobre todo, como elcreciente
turismo de tiempo libre que ocupa el ocio de la ciudadana. En estos casos,aunque el
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inters de los promotores es potenciar la industria turstica, la activacintambin
necesita conferir un mensaje simblico al repertorio activado. Generalmentese
incorpora al refuerzo de imgenes tpicas y estereotipadas. En la medidaque se
produce estos objetivos tursticos, en el que el bien patrimonial se inscribeen un
circuito de consumo, el xito de su oferta se basa en el conseguir el mximonmero
posible de visitantes (clientes), bien sea, como hemos sealado, por larentabilidad
econmica directa que se obtiene, cmo por su rentabilidad indirecta.
La opcin de obtener una rentabilidad econmica directa o indirecta se haido
extendiendo como una idea que se acepta, tanto para los elementosactivados por los
intereses econmicos, como por los instituciones. En el caso de los bienespatrimoniales pertenecientes a instituciones pblicas, la opcin de larentabilidad se
debe, probablemente, a variadas razones: desde buscar otros recursos parael
mejoramiento y mantenimiento de los servicios y las colecciones, hasta elconsiderar los
datos de consumo (nmero de visitantes) como un fiel exponente del
inters social que
despierta el elemento patrimonial en cuestin, independientemente deotras
consideraciones que podramos hacer en cada caso concreto.
El papel de la ciencia (coincidente en muchas ocasiones el saber acadmico
social y humanstico) en la configuracin del patrimonio es, en ciertamedida,
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contradictoria con los objetivos que se suelen plantear los poderes pblicoscon la
activacin o difusin de los bienes patrimoniales. Pero, actualmente, paraque los
discursos puedan ser crebles y eficaces necesitan el consenso que, en granparte,
garantiza la ciencia. La ciencia ha sustituido, en las sociedadesdesarrolladas, el papel
legitimador que en otros tiempos ofreca la religin. El cientficamentedemostrado
equivale a credibilidad y, en cierto sentido, sacralidad. Pero cuando unrepertorio
patrimonial se activa, la ciencia cede su lugar dirigente al poder poltico oeconmico
que decide hacerlo visible y decide la orientacin y limites del discurso.Los
cientficos se limitan a certificar el discurso y garantizar el consenso,adems de velar
por la apariencia rigurosa de los argumentos que se muestran. Otra cosa esque los
poseedores del mensaje incorporen mayores o menores dosis de distorsinde los
resultados que ofrece la ciencia, cuando no de deliberada manipulacin. Yeste rasgo
tambin define posiciones ideolgicas y visiones de la realidad que tienen
las diferentesformaciones polticas.
1.2. El patrimonio como elemento clave en el debate ideolgico
Pero los poderes pblicos estn regidos por los grupos polticos que los
ciudadanos determinan con sus votos. Los grupos polticos se configuran entorno de
intereses e ideas, por lo que las activaciones patrimoniales no son iguales ni
pretenden
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ofrecer una visin semejante de los referentes simblicos. stos dependernde quien
ostente el poder y que modelo de sociedad y de hegemona social defienda.
En el caso de Catalunya se han producido, al menos, dos orientacionesdistintas.
El gobierno de la Generalitat, dirigido por CIU, ha potenciado unadeterminada visin
del Pas basada en la tradicin romntica encarnada en el siglo pasado porel
movimiento de la Renaixena. Se trata de un discurso que pretende
determinar
elementos esenciales la identidad catalana. Propone un discursopairalista, con una
visin que marca y magnifica las diferencias con relacin a otras culturas, eintenta
diferenciar su trayectoria histrica de otras, incluso cuando han compartidoprocesos e
instituciones. Este discurso identitario intenta combinar tradicin (esenciasconfiguradas ya en el medievo), progreso (industrializacin y esprituemprendedor) y
confluencia de intereses (todos los grupos sociales participan de los mismosobjetivos,
pese a que puedan haber diferencias de ritmo). Consecuentemente seprocura oscurecer
los conflictos y las contradicciones internas de la sociedad catalana de todos
los
tiempos. La poltica de creacin de los Museus Nacionals y la programacinde
exposiciones temporales es del todo explicita en este terreno. Un ejemploreciente de lo
que sealamos, lo tenemos en la peculiar visin que se ha pretendidotransmitir en las
efemrides de la crisis de 1898: mientras otros se instalaban en la parlisisy la
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decadencia, aqu exista un gran impulso social y econmico, y la lucha declases era
casi inexistente y se limitaba a simples diferencias de opinin en lo laboral.
El Ayuntamiento de Barcelona gobernado por la izquierda (PSC, IC) ha
intentado construir un discurso diferente pese a que, en trminos generales,el discurso
del nacionalismo se ha convertido casi en hegemnico y sus referentespatrimoniales
son muy aceptados por importantes sectores de la poblacin. La izquierdano puede
defender una Catalunya esencialista pero se ha mostrado incapaz decontraponer otro
discurso que fuese expresin cultural e histrica de sus bases electorales.Se le abra
tachado de lerrouxista. Pese a esta situacin general en la que hegemonadel discurso
tradicional de la burguesa y la Iglesia catalana es patente, la ciudad de
Barcelona haimpulsado una visin ms ligada a una determinada visin de progreso quesupone
fundamentar el discurso en el futuro y lo ajeno partiendo del pasado y lopropio (la
misma ciudad). Los Juegos Olmpicos fueron un claro ejemplo; junto a laventa de
Gaud o Mir, ahora es posible identificar la ciudad tambin con Foster,
Meier o
Moneo. Se propone una ciudad de la modernidad, del mestizaje, de ladiversidad y de la
tolerancia. Ello supone la eleccin de un tipo determinado de activaciones
patrimoniales y la desactivacin de otras que son contradictorias o noprioritarias
respecto a la imagen de ciudad (entendida como sistema poltico, social y
urbano) que
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se pretende mostrar.
Llegados a este punto, la poltica patrimonial su difusin y su adecuacincomo
recurso educativo no debe avergonzarse de sus fines: transmitir, fortalecery ampliar un
determinado discurso identitarios, en el caso de Barcelona: modernidad-diversidad-
tolerancia. Se debe, por lo tanto, asumir que la promocin de los elementos
patrimoniales o la activacin de nuevos repertorios son parte de lalegitimacin
simblica de un determinado discurso o discursos sobre Barcelona y laidentidad o
identidades barcelonesas (tan plurales como se quiera) que se pretendasostener.
La actuacin sobre el patrimonio no es, pues, asptica ni algo slo enmanos de
expertos y tcnicos en musestica, pese a la gran importancia de stos, sinoparte de una
poltica que pretende expresar los rasgos identitarios de acuerdo con unadeterminada
visin de la realidad. Dicho de otra forma, es una forma de expresinideolgica de las
distintas posiciones poltico-sociales, lo que no niega que entre estasdiversas posiciones
existan grandes franjas de acuerdo y consenso, franjas en la que seconcentra la
unanimidad social y en la que los referentes simblicos son aceptados,aunque con
posibles versiones diferentes, por la mayora (Liceo, Modernisme, etc.).
A pesar de lo sealado, un discurso correcto y conveniente en la utilizacin
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educativa de los bienes patrimoniales ser aquel que est en concordanciacon los
principios de racionalidad, visin crtica de los hechos sociales, y deberproducir un
conocimiento lo ms coincidente posible con los resultados que sobre lahistoria y la
sociedad producen las ciencias humanas. . As mismo, deber ser unelemento clave
para la formacin integral de la persona, para su desarrollo emocional ycomo elemento
propiciador de la interaccin y cohesin social. Junto a esto, los usuariosdebern ser
conscientes de la funcin ideolgica que ejerce la activacin patrimonial enel seno de
nuestra una sociedad. Y ello porque estos rasgos, entre otras razones,informan los
objetivos que presiden los fines y objetivos de nuestro sistema educativo.
2. OBJETIVOS
Una vez expuestas estas consideraciones iniciales, pasaremos a formularde
manera sinttica los objetivos que consideramos que deben plantearse enun proyecto
educativo de ciudad, en relacin con lo que debe hacerse con los bienespatrimoniales
desde la ptica de potencialidad educativa para toda la ciudadana. Lospodremos
resumir en ocho apartados:
1-. Exigencia de transmitir una determinada visin de lo que son bienespatrimoniales,
neutralizando, en la medida de lo posible, las versiones extraculturales quesuelen ser
enemigas de la racionalidad y el espritu crtico. Lo primero que debeconseguirse es la
misma comprensin de que un bien patrimonial es una construccin socialque
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responde a un momento histrico y forma parte de un discurso sobre elpresente. Segn
esta idea, las estrategias de difusin patrimonial deben asumir el carcterde
legitimacin simblica de los discursos identitarios pero, al mismo tiempo,intentando
ofrecer las claves para su descodificacin.
2.- Conseguir que las estrategias de activacin y difusin patrimonialconsideren los
objetivos que se pretende alcanzar en el Proyecto Educativo de Ciudad, loque significa
incorporar una orientacin que, sin traicionar y manipular lo que la cienciadice de los
distintos repertorios patrimoniales, promueva aprendizajes coherentes conlos que
orientan en proyecto citado: fortalecer la cultura y los valores de unaciudadana
democrtica, facilitar la cohesin y la integracin social, ser instrumentopara una
renovacin cultural y contribuir a compensar las desigualdades sociales,sobre todo en
el terreno de la cultura.
3.-. Promover y fortalecer una visin de los bienes patrimoniales comoforma de
disfrute y, al tiempo, de conocimiento. Que su uso sirva para conformar unavisin
rigurosa y racional de la realidad presente y pasada de la ciudad y de lacultura en la que
se enmarca.
4.- Cumplir con uno de los objetivos que marca el curriculum de laEducacin
Secundaria, cuando dice: valorar positivamente la posesin de unpatrimonio artstico
colectivo, argumentando su defensa y conociendo algunas de las obrasdeclaradas por la
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los que son propios de las etapas primeras de la educacin, hasta laformacin de
nuestros universitarios.
7.- Promocionar la visita y contemplacin de los bienes patrimoniales comoactividad
de tiempo libre que permita obtener distraccin, placer y educacin. Elloimplica
musealizar, y elaborar estrategias de difusin para que la ciudadanaperciba estos
elementos como lugares y/o actividades de ocio cultural.
8.- Fidelizar a los usuarios estableciendo servicios y niveles progresivos de
acercamiento y utilizacin, con el fin de consolidar y ampliaracumulativamente los
sectores sociales interesados en el patrimonio.
9.- Establecer estrategias de participacin de las entidades educativas yciudadanas en la
determinacin de las polticas de difusin patrimonial.
3. EL PATRIMONIO EN LA CIUDAD DE BARCELONA
Para poder proponer algunas ideas que faciliten conseguir estos objetivos,es
conveniente manifestar nuestra opinin sobre el estado de la cuestin en loque hace
referencia a la utilizacin actual de los bienes patrimoniales. Pero elaborarun
diagnstico de lo que ocurre en Barcelona en esta cuestin no es una tarea
que se pueda
hacer con un mnimo de rigor en un documento de este tipo. Ello exigira un
tratamiento que incorporara mtodos rigurosos de observacin y anlisissocial. Lo que
aqu se afirma es fruto de la reflexin conjunta de personas interesadas ymuy
implicadas en el tema, lo que tiene ventajas e inconvenientes en cuanto a la
objetividady el anlisis.
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En estas lneas esbozaremos, de la manera ms organizada posible,reflexiones
que pretenden plantear algunos rasgos sobre lo que ocurre desde diversasvisiones
respecto al uso del patrimonio barcelons. No entramos en detalles ni encuestiones
excesivamente tcnicas, ya que preferimos referirnos a los puntos msgenerales y ms
ligados a la orientacin general de la difusin patrimonial.
3.1. Elevado nivel de utilizacin
Es sabido el alto grado de utilizacin, con relacin a otros lugares, que se
produce en Barcelona por lo que hace al patrimonio musestico ymonumental. Gran
parte de este elevado nivel se debe al turismo, en especial en determinadasinstalaciones
(Picasso, Gaud etc.), y a las visitas de los colegios e institutos. En el campode la
utilizacin de los estudiantes de educacin primaria y secundaria existe unagran
tradicin de visitas y un nmero muy elevado de actividades. Segn losdatos que
hemos consultado, es mayor el nmero de visitas de los centros deEducacin Primaria
que de los de Secundaria. La Barcelona Romana, el MNAC, y otros lugarestienen una
importante afluencia de escuelas y un continuo deambular de nios y nias
acompaadas de sus maestros. Esta realidad ha producido una progresiva
escolarizacin del uso de los bienes patrimoniales, escolarizacin que afectaa los
usuarios (visitantes de entre 10 y 16 aos) y a las mismas instituciones
musesticas que
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ven en estas visitas la manera de difundir a un pblico amplio elconocimiento de sus
colecciones.
Las razones que explican este elevado nivel de utilizacin escolar puedenser de
diverso tipo, unas ligadas a los planteamientos escolares que provienen delas lneas
que, desde los aos sesenta, vienen defendiendo los que consideran lanecesidad de
renovar la accin didctica. Puede decirse que, independientemente delestilo de visita,
el llevar al alumnado a visitar elementos de la ciudad se ha convertido ya enuna
actividad habitual de los centros docentes. Otra razn que explica la masivallegada de
los escolares a los museos se debe a la promocin que han realizado lasdiversas
instituciones de la ciudad, en especial las musesticas, que han visto en laeducacin una
de sus principales lneas de intervencin en las estrategias de difusin. Losescolares se
han convertido, de esta manera, en los principales clientes de los museos yhan
devenido en una especie de turismo forzado.
En teora, las visitas a la ciudad y a sus instituciones culturales se conciben
como un recurso didctico que implica el conocimiento directo de larealidad que,
dentro de las paredes de las aulas, no es posible observar, analizar y, por lotanto,
conocer. Hay muchos casos en que esta utilizacin del patrimonio estrealizada con
una ejemplar correccin y mucha inteligencia por parte de profesores y
profesoras. Son
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las actividades que, generalmente, se preparan en el centro docente y queson resultado
de una coherente actividad pedaggica, que forman parte de una maneradirecta y
explicita de la programacin didctica, y suele ser fruto de una granexperiencia
profesional.
Pero la realidad es que gran parte de las salidas que hacen las escuelas no
forman parte de estos planteamientos. No se suele diferenciar los recursosdidcticos de
los recursos del ocio. Las visitas son una vlvula de escape para la rutinadiaria y, en la
mayor parte de los casos, se deja a monitores o guas la iniciativa de lo quese va a
hacer. Las escuelas, muy incitadas por la oferta de los museos y otrasinstituciones
culturales, se dejan llevar por la comodidad del que me lo den todo hecho,
y por losaceptables niveles de satisfaccin que, en el alumnado, producen estassalidas. Es de
suponer que coinciden los intereses de algunos docentes con los de losresponsables de
los museos. Todos ellos consideran como muy noble la asistencia a las salasde museos
y exposiciones, siempre enmarcadas y justificadas por un terico inters
educativo,
independientemente que esa actividad est ms o menos integrada en unproceso de
aprendizaje y en una correcta planificacin didctica. Mi percepcin melleva a afirmar
que se ha producido exceso de las aquel tipo de visitas que constituyen unuso poco
correcto de los recursos didcticos que son los bienes patrimoniales, y unainsuficiente
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potenciacin de aquellos usos educativos que tienen los requisitos mnimosde
coherencia y calidad didctica. Esta percepcin que tiene un mero valor dehiptesis y
que una investigacin confirmara o no.
La poco rigurosa utilizacin didctica de los bienes patrimoniales debe ser
considerada un tipo de actividad poco recomendable y, en algunos casos,incluso
contraproducente. Quemar por uso indebido y en momento adecuadomuchos bienes
culturales, puede inhibir la potencial utilizacin espontnea, al identificarmuseo
(patrimonio) y actividad escolar. Esto puede reducir, a la larga, la posibilidadde
integrar las actividades patrimoniales en las de ocio de los futurosciudadanos adultos,
que tendern a no identificar lo que hacan en tropel y llevados por decisin
de susescuelas con lo que puede ser un placer que se obtiene en una actividadvoluntaria de
tiempo libre.
Se puede argir para rebatir esta idea, que si no fuese por las escuelas lamayora
de los nios y nias no visitaran nunca estas instituciones; que sus padresno los
llevaran, y que a ellos no se les ocurrira acudir de motu propio.Posiblemente esto sea
cierto en el momento actual, pero siempre lo ser si las institucionesculturales se
confan nicamente en llenar sus museos con escolares en visitas que noofrecen
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Por ltimo, las visitas de la ciudadana, en general, se mueven ms por las
grandes promociones mediticas que por la eleccin habitual de la actividadpatrimonial
como manera de ocupar el ocio familiar. Hay que sealar que estaafirmacin siempre
es relativa y que Barcelona no se encuentra en los peores lugares en estacuestin.
3.2. La difusin en las polticas musesticas
Ya hemos avanzado dos ideas respecto a esta cuestin. En primer lugar, la
opcin ms o menos explcita y consciente del Ayuntamiento de Barcelonade potenciar
repertorios patrimoniales con el fin de potenciar un discurso identitariobasado en:
diseo-modernidad-cosmopolitismo-diversidad-tolerancia. Ello ha supuestopotenciar
unos referentes y congelar e incluso oscurecer otros. Las polticasmusesticas del
Ayuntamiento han puesto el acento, por ejemplo, en las exposicionesvanguardistas del
CCCB, en la promocin de referentes patrimoniales que simbolizan laBarcelona
europesta y siempre avanzada (Modernismo, Picasso), o en la nuevaarquitectura
creacin de los grandes arquitectos internacionales. Por otro lado, el ICUBha
mantenido la estructura de museos heredada, casi sin modificaciones, ymuchas
colecciones permanecen a la espera de ser mostradas (Museu Etnolgic, elMAITP)
probablemente porque no sirven de manera central al discurso identitarioque se
pretende lanzar.
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En segundo lugar, la poltica de los museos y otras instituciones culturalesse ha
visto inmersa en la idea de que deban hacer un esfuerzo por acercarse a lasociedad y
facilitar la entrada de la poblacin en sus recintos. Para conseguir esteobjetivo se ha
ido extendiendo la concepcin de un museo mejor gestionado que incorporelas
modernas ideas del marketing y las de consecucin de objetivos. Estacuestin ha
producido, en alguna medida, una idea gerentista de las institucionesculturales que
cifran su xito e incluso su permanencia, en la medida que son capaces deatraer a
cuanto ms pblico mejor. Ello potencia la difusin pese a que sta secentra ms en
presentar unos buenos resultados estadsticos, que en dar adecuada ysatisfactoria
respuesta a demandas (necesidades) de los diversos grupos de visitantes.
Podra incluso
afirmarse que las estrategias de difusin suelen sacrificar la calidad a lacantidad, pese a
que, en este terreno, ambos conceptos no tienen por que sercontradictorios.
Esta realidad ha hecho que todos los museos y otras entidades cuenten ya
condepartamentos de difusin y de comunicacin. La estructura de losdepartamentos de
difusin es muy variada y, en funcin de los diversos centros, muydiferentes en cuanto
a recursos personales y de otro tipo. Desde departamentos consolidados, ala existencia
de un slo tcnico que contrata empresas de servicios o se apoya en
becarios,
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voluntarios e incluso objetores del servicio militar. Los recursos con quecuentan los
departamentos de difusin suelen ser bajos, y se tiende a pedir que susactividades se
deben autofinanciar, lo que abonara esta idea gerentista que hemos citado.
En cualquier caso, se puede decir que existen ya estrategias ms o menos
efectivas, segn los casos, de promocin y difusin musestica, cosa que noexista en
tiempos pretritos. Las polticas de difusin de muchos museos han sido,adems de
especializar las visitas a los escolares, las de diversificar la oferta al pblicoen general
proponindole promociones de diversa ndole: visitas nocturnas, talleres,
dramatizaciones, precios de promocin, conciertos etc. Pero estatransformacin de la
oferta no responde a la estructuracin de una poltica general y meditadade promocin
patrimonial basada en unas directrices claras, sino a las iniciativas yemulaciones de los
profesionales de las diferentes instituciones patrimoniales. Prueba de ello esla falta de
coordinacin de actividades, de polticas de comunicacin y ofertas en redde los
diferentes centros. Se detecta una actividad individualizada por parte decada
institucin y una cierta descoordinacin entre lo que se suele entender por
comunicacin, difusin y conservacin.
Pero la ciudad de Barcelona cuenta, adems, con muchas msinstalaciones que
las que son propiedad o estn participadas por el Ayuntamiento. De hecho,
la ciudad
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concentra del 22% de los museos de Catalunya y ofrece un compendiomonumental y
urbanstico de primer orden. Esta circunstancia hace que exista ofertapatrimonial con
titularidad de la Generalitat y otra muy amplia de titularidad privada. Ladiversidad de
titularidad de las instituciones introduce una mayor diversidad desituaciones y de
polticas de difusin de comunicacin e incluso de discurso, lo que agravalas carencias
citadas en el prrafo anterior.
Otra cuestin que podemos suponer, aunque no contamos con suficiente
informacin, es la falta de recursos para potenciar globalmente todas lasinstituciones
musesticas que posee el Ayuntamiento. Probablemente el municipio espropietario o
copropietario de muchas instalaciones que juegan un papel de museos
nacionalescatalanes y que necesitan una financiacin superior que un slo municipiono puede
soportar. Ello es una de las causas que puede explicar la falta de recursoshumanos y
econmicos suficientes para promover una potente poltica detransformacin profunda
de estas instituciones.