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Page 1: El acontecimiento suspendido

12 Diari de Tarragona Dissabte, 31 de gener de 2015encuentros arte

MARINA VIVES

Dicen los expertos que es du-rante las comidas o las cenas cuando se cierran los más gran-des negocios, gracias al ambien-te distendido que -de hacerlo bien- se puede conseguir. Y tam-bién que es en esos momentos cuando se debe ser más cauto, pues cualquier desliz bochor-noso puede acabar en fracaso total. Aquí no hemos venido a andarnos con cautelas de pro-tocolo, y tampoco está dirigida la reunión a ningún pacto eco-nómico que nos pueda afectar. Sin embargo, la efectividad de un desayuno compartido resul-ta indiscutible. No es una prác-tica nueva en el mundo de las galerías de arte, pero poder ha-cerlo sin movernos de nuestra ciu-dad es todo un placer. Café, fru-ta, pastas y tés. Algunas perso-nas locales y un artista irlandés.

En este marco, la Galería Sil-vestre ofreció el pasado 17 de enero una primera toma de con-tacto con el artista de Belfast David Fox, que presenta la ex-posición individual ‘Echoes of Absence’ en la galería hasta el 4 de marzo. Licenciado en Bellas Artes en Galway y con un título de Máster en pintura (con Ma-trícula de honor), Fox es un jo-ven artista nacido en 1987 cu-yos proyectos -según nos cuen-ta en su marcado acento irlandés- todavía beben de los trabajos que desarrolló mientras estu-diaba. Su temprana búsqueda

es perceptible en las dispares lí-neas que ha trabajado hasta el momento, no así en la atempo-ralidad estética que sus piezas y referencias poseen, propias de alguien más maduro.

En la sala vemos dos líneas de trabajo, aparentemente anta-gónicas si tenemos en cuenta la tensión interior/exterior, pero similares en cuanto que captu-ran momentos -con tintes de fo-tograma de cine- donde la pre-

sencia humana brilla por su au-sencia, y donde esta ausencia deviene, del modo que sea, in-terrogativa para quien observa sus pinturas. En sus paisajes ex-teriores, inspirados según el mismo artista en trabajos de contemporáneos como Peter Doig o la paisajista irlandesa Eli-sabeth Magill, vemos escena-rios de montaña donde algo que desconocemos ha borrado la hu-manidad. No hay personas, no

hay coches, no hay nada que pue-da sugerir su presencia, salvo la arquitectura y dispositivos (una casa, unos bancos, mesas sin usar…) que nos indican que sí la hubo.

En sus trabajos de interiores, más recientes, se incrementa la influencia que el artista admi-te tener del cine (con referen-cias a Kubrick o a filmes de terror). David Fox pinta galerías de ar-te -con cuadros pero sin perso-

nas- o pasadizos de hoteles te-ñidos de los años 50 america-nos, enmoquetados con anti-cuados motivos, llenos de pasi-llos que llevan a esquinas, ángulos rectos que no son del todo rec-tos y puertas entreabiertas... Puntos de fuga en diagonal que invitan a una perspectiva del acontecimiento suspendido.

La dimensión de la realidad es cuasi fantasmagórica, sus cua-dros (sobre todo la serie de los hoteles) van hacia adentro, ha-cia un suceso imaginado, des-conocido pero que se antoja sos-pechoso, como si alguien hu-biera agarrado la línea del tiempo, le hubiera dado cuerda como a un coche de juguete y lo estu-viera reteniendo con la mano. Fox siempre lleva la cámara en-cima y fotografía espontánea-mente espacios, que luego re-produce libremente, para crear un submundo paralelo, similar pero extraño por su marcada au-sencia humana. ‘Echoes of ab-sence’ nos hace entrar, aunque no lo busquemos, en un mundo de suspensión donde las pre-guntas brotan de un modo au-tomático: ¿dónde están las per-sonas? ¿Por qué nos interpela su ausencia? ¿Qué sería de un mundo hecho por nosotros, pe-ro sin nosotros?

El acontecimiento suspendido

Fox, David. Detalle de ‘The corridor, II’ (2014). IMAGEN CEDIDA POR LA GALERÍA

‘Echoes of Absence’ Galería Silvestre - Hasta el 04/03 C/Real, 60-62 - Tarragona

ANNA DOT

Hace un tiempo vi unas fotos de las “Sessions for the blind” que el comisario John Alfred Charlton Deas del Sunderland Museum, en Inglaterra, orga-nizó en 1913. Las fotos mostra-ban a personas en el interior del museo, junto a animales di-secados de distintas especies. Recuerdo una imagen en la que se veía a unos niños sentados sobre un león. Había también un señor tocando las costillas de un esqueleto humano. En otra, una niña tenía sus manos alrededor del cuello de un pá-jaro grande. Creo haber visto dos niños sentados sobre un cocodrilo. Estas personas eran ciegas y, para ellas, Charlton Deas ideó estas sesiones: para que pudieran tocar las cigüe-ñas, los osos, los bustos de már-mol. Porque así, tocando el mundo, pudieran aprehender-lo.

En la exposición “Con tus propias manos”, de Rita Pon-ce de León en el Espai 13 de la Fundació Joan Miró, también vi a personas tocando los ele-mentos que llenan el espacio expositivo. Dos niñas corrían por la sala con unas piezas de forma orgánica y color amari-llo en las manos y gritaban “¡Se puede tocar! ¡Se puede tocar!”. Un señor sacaba la cabeza por uno de los agujeros de la tela que, perforada y blanca, divide el Espai 13. Mientras, una mu-jer se vestía con una especie de bufanda marrón con guantes y una cabeza. Más tarde llega-ron una pareja joven que se concentraron en unas láminas blancas, ligeras, que tienen di-bujos con formas humanas y que cuelgan del techo. Cogie-ron algunas y con delicadeza las cambiaron de sitio, como si las ordenaran siguiendo al-gún criterio que desconozco. Un niño pasó por detrás de una pa-

red, le dio unos golpecitos y le dijo a su padre que aquel muro era falso.

Las “Sessions for the blind” del Sunderland Museum y la exposición “Con tus propias manos” de Ponce de León tie-nen en común, a mi parecer, al-go muy potente. Algo que se vi-sibiliza al describirlas, cuan-do nos encontramos con que el sujeto de esta narración no es la exposición misma, sino las personas en el espacio ex-positivo. Sus acciones son, en consecuencia, los verbos de es-te texto. Quizá esto ocurre por-que, en ambos casos, se ha tra-bajado en el potencial que la exposición, como lugar, tiene para generar experiencias de “aprehendizaje”; experiencias que requieren precisamente que los sujetos sean las perso-nas y los verbos, su acción. Cual-quier intento que evite men-cionar estos sujetos impide la explicación de la exposición.

“Con tus propias manos” es la segunda exposición del ci-clo “Lesson 0”, que Azotea (Ane Agirre y Juan Canela) comisa-ría en el Espai 13 y que empezó en septiembre con “The Book of Aesthetic Education of the Modern School”, de Priscila Fernandes. En los próximos meses se presentarán sucesiva-mente los proyectos de Anna Craycroft y Marc Vives, colabo-rando con Ribet, y de Eva Ko-tatkova, que funcionan junto al programa de mediación “Pe-

dagogías de fricción”. De esta manera “Lesson 0” viene pre-sentando, al menos hasta el momento, oportunidades de reflexión y diálogo activo en torno a un tema tan necesario como marginado: la educación artística y la transmisión del conocimiento.

Rita Ponce de León, ‘Con tus propias manos’, 2014, Fundació Joan Miró. FOTO: PERE PRATDESABA

¡Se puede tocar! ¡Se puede tocar!

“Amb les teves pròpies mans” 19/12/2014 – 15/03/2015 Espai 13, Fundació Joan Miró Barcelona

Rita Ponce de León nos invita a tocar y mover todo con nuestras propias manos