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Paula Jaraquemada Alquízar.
(Participó activamente en la Independencia de Chile)
Fotografia tomada a um retrato de Paula Jaraquemada Alquízar. Fotografia tomada en 1920.
Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional.
Departamento Educativo Museo Histórico Nacional
Paula Jaraquemada Alquízar la Patriota Heróica:
Nació en Santiago el 18 de junio de 1768. Fueron sus padres don Domingo de
Jaraquemada y la señora Cecilia de Alquízar. Su niñez y adolescencia transcurrieron en
la más absoluta tranquilidad; igual que toda niña de la aristocracia recibió una
educación integral, sólida en aspectos morales y práctica en aspectos domésticos.
Dotada de muchas virtudes, distinguiéndose especialmente por su enérgico carácter y
destacado valor; el que demostró en la guerra por la Independencia de Chile.
El 19 de marzo de 1818, al saberse el lamentable resultado de la sorpresa de
Cancha Rayada (ver ayudatareas “Sorpresa y desastre de Cancharayada), reunió a
los inquilinos y peones de su hacienda de Paine y los armó, colocando a su propio hijo a
la cabeza, para ofrecerle su ayuda a San Martín, que había de pasar por allí en su
retirada.
San Martín aceptó este oportuno auxilio y la hacienda de Paine se convirtió en
improvisado cuartel general de las tropas en retirada. Doña Paula Jaraquemada dio a
San Martín y sus hombres, alimentos, caballos y cuanto fuese necesario para recuperar
al ejército. Desde este improvisado cuartel general el General San Martín impartió las
primeras instrucciones destinadas a reorganizar el ejército que después vencería en
Maipú.
Cumplida su misión de ayuda, fue sorprendida por una inesperada visita, se
trataba de una avanzada realista, que buscaban víveres y que además acechaba e iba tras
de los soldados del ejército que se habían desbandado luego del desastre de
Cancharayada. Los Españoles acostumbraban hacer estas visitas a las haciendas
patriotas para hacer requerimientos de víveres, forrajes y animales para la tropa, como
contribución forzada de guerra.
Retrato de doña Paula Jaraquemada Alquízar.
Óleo Anónimo. Colección Museo del Carmen de Maipú
Al llegar el oficial a cargo de la partida militar realista, le ordenó que le
entregase las llaves de la bodega, a lo que ella le replicó si necesitaba víveres y se los
ofreció en abundancia; el oficial insistió por las llaves, a lo que doña Paula le contestó:
“las llaves no se las entregaré jamás. Nadie sino yo mando en mi casa”.
El oficial dispuso el fusilamiento en el acto, de esta mujer que no permitió la
violación de su domicilio. Doña Paula desafió los fusiles y avanzó hacia ellos
instándoles a que abrieran fuego sobre ella. En vista de esta actitud arrogante, el oficial
mandó prender fuego a la casa. Paula respondió arrojando a los pies de los soldados un
brasero con los carbones encendidos, y a la vez exclamaba “ahí tienen fuego” ante esta
actitud, los soldados realistas se retiraron.
Virgen de la Merced que le perteneció a Paula Jaraquemada Alquízar. Madera tallada y policromada. Colección Museo Histórico Nacional.
Concluida la guerra de la Independencia, esta noble patriota se dedicó a labores
benéficas y de caridad. Abandonó el ambiente de la alta sociedad y recorrió las
viviendas de los pobres llevándoles víveres y ropas. También visitaba las cárceles, los
hospitales y los asilos. En la casa correccional de mujeres (cárcel de mujeres) de
Santiago logró conseguir la introducción de importantes mejoras en beneficio de las
detenidas.
Ya cansada y con 83 años a cuestas, doña Paula Jaraquemada dejó de existir en
Santiago el 7 de septiembre de 1851.
Retrato de Paula Jaraquemada Alquízar. Fotografia 1920. Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional.