Trabajo sobre el tema LÁGRIMAS DEL ÁMBAR; LA CUEVA EL SOPLAO DE CANTABRIA, de la convocatoria RUTA QUETZAL 2011,
EL TERRITORIO DE EL SOPLAO: UNA CONJUNCIÓN MARAVILLOSA
EL TERRITORIO DE EL SOPLAO: UNA CONJUNCIÓN MARAVILLOSA
Trabajo sobre el tema: Lágrimas del ámbar, la cueva el Soplao de
Cantabria
Ruta Quetzal 2011
Paula Rodríguez Pestaña y
Ángel Pestaña Vargas
PREFACIO
Cuando empecé éste trabajo, mi único conocimiento del ámbar era una pulserita que me
trajeron mis abuelos de un viaje por el Báltico y el recuerdo de la clonación de los
dinosaurios del Parque Jurásico, a partir del ADN de mosquitos conservados en ámbar.
A partir de una búsqueda preliminar en Google de las palabras ámbar y cueva de El Soplao
obtuve una importante información y documentación que me permitió darme cuenta del
enorme interés de la cueva y del ámbar encontrado en su proximidad. También me facilitó
contactos con los protagonistas del descubrimiento y exploración de El Soplao (Juan
Colina, fundador del Speleo Club Cántabro y actual presidente de la Federación Cántabra
de Espeleología) y las investigadoras del Instituto Geológico Mineros de España,
descubridores y estudiosos del ámbar de El Soplao (Idoia Rosales, directora del estudio,
María Najarro, responsable de los estudios paleontológicos). A todos ellos mi
agradecimiento.
Gracias a su inestimable colaboración en forma de documentación, imágenes y entrevistas,
y el complemento de una visita a la cueva El Soplao, junto a la ayuda de mi abuelo, Ángel
Pestaña, en la organización e interpretación de los contenidos, he podido elaborar este
trabajo que presento para participar en la Ruta Quetzal. Dado mi interés por el periodismo
como futuro profesional, he tratado de dar al trabajo un formato de reportaje organizado en
torno a los siguientes temas:
1.- El Territorio el Soplao, una conjunción maravillosa, p. 1
2.- La Mina que alumbró la cueva, p. 5
3.- El Soplao, una cavidad única, p. 7
4.- El ámbar de El Soplao, un yacimiento excepcional, p. 12
5.- Anexos que muestran el acondicionamiento de la cueva (1), la belleza de sus
concreciones (2) y una historia resumida del ámbar (3)
1
1. EL TERRITORIO DE EL SOPLAO: UNA CONJUNCIÓN MARAVILLOSA
Hace mas de 100 millones de años, los estuarios, deltas y lagunas litorales de la cuenca
vasco cantábrica debía estar ocupada por un vasto bosque tropical, con una exuberancia
de árboles gigantes, como el araucaria y otras coníferas frondosas productoras de una
resina abundante que se endurece al contacto con el aire dando lugar con el paso del
tiempo al .ámbar. La abundancia de plantas florales sostenía una enorme cantidad y
variedad de insectos así como una mega fauna de herbívoros; entre los que debían
destacar diferentes tipos de dinosaurios (Figura 1).
Durante el periodo Aptiense (Cretácico inferior, hace unos 110 millones de años), la
abundante microfauna marina fue creando depósitos calcáreos, que constituyeron el
suelo sobre el que se asentó el bosque cretácico de la cuenca vasco cantábrica. La
elevación de este territorio como consecuencia de los plegamientos terciarios dio lugar a
las onduladas sierras litorales que adornan el paisaje de Cantabria, y en cuyo seno, la
lenta acción disolvente del agua carbonatada creó una gran variedad de cuevas, sifones,
torcas, y otras formaciones kársticas, a la par que los procesos de mineralización
asociados a la dolomitización, crearon importantes depósitos de minerales.
La confluencia de estos tres grandes procesos telúricos en el pequeño territorio de la
sierra de Arnero, que hoy conocemos como “El Soplao” (Fig. 2), ha adquirido en el
siglo XXI un carácter singular. Primero vino la explotación minera de los importantes
depósitos de Zn-Pb en el siglo XIX, en una de cuyas minas (La Florida) sus galerías
Figura 1.-Recreación de un paisaje cretácico costero elaborado por Karen Carr (http:/australianmuseum.net.au/image/Early-Cretaceous-Landscape)
2
interceptan en varios puntos una cueva desconocida. Luego, entre 1975-1980, la
intrepidez de unos jóvenes espeleólogos cántabros, lleva a la exploración completa de14
Km. de la cavidad, profusamente adornada con concreciones calizas y de aragonito de
una belleza sin igual, a la que denominan El Soplao en atención a su origen minero
(“soplaos” llaman los mineros a el soplo de aire que se genera al perforar una cavidad).
Finalmente, las excavaciones para construir la carretera de acceso a la cueva descubren,
a semejanza de lo que fue la vía férrea para Atapuerca, un gran yacimiento de ámbar
que por su magnitud, la belleza de su ámbar azul, y la abundancia de insectos y plantas
intuidos, se considera uno de los más importantes yacimientos de ámbar cretácico
europeos.
Figura 2. Situación del territorio de El Soplao (http://www.cuevaelsoplao.es)
Paleo geología del territorio El Soplao
El Territorio de El Soplao está situada en la terminación noroccidental de la cuenca
Vasco-Cantábrica, limitando al sur por la falla de Cabuérniga, paralela a la costa y en
dirección norte-sur por la falla de Bustriguado (Referencias 1 y 2). El bloque elevado y
basculado de esta falla extensional actuó como un dique para las sucesivas deposiciones
de material sedimentario. El origen de estas fallas y cuencas sedimentarias se relaciona
3
con movimientos tectónicos originados por los desplazamientos de las placas Ibérica y
Europea en el Permo-Triásico (hace unos 250 millones años) y la apertura de el golfo de
Vizcaya en el Jurásico-Cretácico (hace mas de 150 millones de años).
La estratigrafía de esta zona (Figura 3) muestra una sucesión de sedimentos de calizas
marinas y siliciclastos detríticos procedentes de la placa ibérica subyacente, asentados
sobre unidades continentales del Triásico inferior (arenas de Buntsandstein) y
Paleozoico (calizas del Carbonífero). El estrato de mayor interés metalogenético es una
unidad de calizas dolomitizadas del periodo Aptiense-Albiense (Urgoniano, cretácico
inferior, con una antigüedad estimada superior a 112 millones de años), conocido como
formación Reocín, cuya riqueza en zinc y plomo dio origen a las explotaciones mineras
de La Florida y Reocín.
Según F.Velasco y coautores (Referencia 3) la dolomitización de este estrato tuvo lugar
en dos fases. La primera dolomitización es epigenética ya que se asocia con fenómenos
Calizas dolomitizadas • Formaciones karsticas • Mineralización
Siliciclastos • Depósitos de lignito • Depósitos de ámbar
Figura 3. Estratigrafía del territorio El Soplao (Adaptado de la referencia 1)
Ciclos de carbonatos-siliciclastos detríticos en el Cenomaniense
4
de karstificación, en forma de cavernas, techos subsidentes y brechas de colapso. Esta
karstificación es sin duda la responsable de la formación de la cueva de El Soplao. La
segunda fase fue originada por la entrada de nuevos fluidos hidrotermales al sistema
karstificado. Estos fluidos ricos en sulfuros de zinc y plomo son los responsables de la
mineralización de las porosidades resultantes de la dolomitización secundaria. En su
Nota sobre los minerales del Reocín , A. del Valle y M.P.Miño (Referencia 4) explican
la formación de sulfatos y carbonatos de plomo y zinc a partir de los sulfuros. Según
estos autores los sulfatos se formarían probablemente por reacción con sales férricas
[PbS + O2 PbSO4 + 2FeSO4 + S]. Los carbonatos se formarían por reacción con la
roca carbonatada [PbSO4 + CaCO3 + 2H2O PbCO3 + CaSO4 + 2H2O]. Estas
reacciones explicarían la presencia de anglesita (sulfato férrico), azufre nativo y yeso
(sulfato cálcico) en las excavaciones.
De acuerdo con la descripción de M. Najarro y colaboradores (Referencia 1), por
encima de la formación Reocín aparece un estrato de sedimentos preferentemente
siliciclásticos denominado formación Las Peñosas. Está formación, correspondiente al
comienzo del periodo Albiense (antigüedad inferior a 112 millones de años) se genera a
partir de sedimentos arrastrados desde las tierras altas y áreas continentales que se
combina con margas y limos de fondo marino, lo que se interpreta como evidencia de
un descenso del nivel del mar con formación de deltas, estuarios y lagunas costeras. Por
encima de estas formaciones se suceden ciclos más o menos frecuentes de subidas y
bajadas del nivel del mar (transgresiones y regresiones marinas) que dan lugar a una
alternancia de sedimentos carbonatados de origen marino y siliciclastos de origen
continental.
Finalmente, hay que reseñar, de acuerdo a J.López-Cilla y colaboradores (Referencia 2)
que la orogenia alpina posterior (Eoceno-Oligoceno, hace unos 50 millones de años)
produjo una contracción de estas subcuencas sedimentarias, con exhumación
(afloración) de los sedimentos profundos. Ello facilitó la circulación de fluidos
meteóricos relacionados con procesos de dedolomitización, con formación de cristales
de calcita y óxido de Fe en cristales de dolomita y la precipitación de calcita en las
porosidades (lo que posiblemente se relaciona con la formación de concreciones de las
cuevas kársticas)
5
2. LA MINA QUE ALUMBRÓ LA CUEVA
La Isidra forma parte de un grupo de explotaciones del grupo La Florida, que incluye
además, Los Cuevanos, Ligorias, La Clara, Cereceo, Plaza del Monte y Lacuerre. .
Estas minas explotan los minerales de Zn y Pb de la formación Reocín, al igual que la
mina Reocín (que da nombre ala formación), situada en la sinclinal de Santillana, a
pocos Km. de Torrelavega. De acuerdo a la documentación estudiada por Juan Colina,
presidente de la Federación de Espeleología de Cantabria (datos de la página web.
http://www.speleoclubcantabro.com y conversación privada) las primeras labores
mineras en La Florida se remontan a la segunda mitad del siglo XIX, si bien, hoy en día
no quedan vestigios de ellas. Estos trabajos se limitaron a la explotación de calamina
(carbonatos mixtos de zinc), situada en la zona más superficial de la montera de
oxidación del criadero de plomo-zinc. La documentación sobre la primera época es
escasa y confusa, pudiéndose marcar el inicio de la actividad con la fundación de la
“Compañía de Minas y Fundiciones de Santander” en 1855, para las futuras
explotaciones de La Florida, Udias y Comillas. Posteriormente (en 1885), se produjo
una absorción de las compañías, pasando a depender de la Real Compañía Asturiana
de Minas. Esta empresa ya venía explotando los yacimientos del Reocín desde 1856.
Desde entonces la actividad del grupo de La Florida ha pasado por diversas fases de
mayor o menor esplendor. Se pueden determinar claramente 2 etapas:
• Desde sus comienzos hasta 1928 , año de su cierre temporal.
• Reapertura en1948, que marca una época de esplendor con un gran aumento en la
producción gracias a importantes cambios estructurales en la estrategia de extracción
del mineral (planos inclinados interiores, comunicación de diversas zonas de trabajo,
etc.) y sus técnicas, la mecanización interior y exterior, y la construcción de galerías de
transporte y desagüe, mejorando por tanto el rendimiento. Prueba de ello son las 75.000
Tm./año de media extraídos en los últimos 20 años que van desde su reapertura hasta el
cierre definitivo en 1979, con porcentajes medios de 4,5 en zinc y 0,6 en plomo, del
conjunto de labores. Sin embargo, comparado con la mina Reocín (Una de las mayores
de Europa, con 60 millones de toneladas extraídas con una riqueza de 8% en Zinc y
1,5% en Plomo), la cuenca de La Florida es una explotación relativamente menor
(figura 4). Ello explica su cierre en 1979, cuando la mina de Reocín sobrevivió hasta el
2003. En 1981 la Real Compañía Asturiana de Minas vendió las explotaciones a
6
Asturiana de Zinc S.A., que ha partir de esa fecha es la propietaria de las minas
abandonadas de La Florida.
Figura 4.- Los castilletes mineros de Lecuerre (A) del grupo de La Florida y Reocin (B) pone de manifiesto el distinto potencial minero de los yacimientos que explotan el Zn y Pb de la formación Reocín
Según F. Fernández Ortega y M. Valls Uriol (Referencia 5) el conjunto minero aquí
desarrollado, y hoy día abandonado en su totalidad, se aproxima con seguridad a los 100
kilómetros de galerías estructuradas en varios niveles. Siendo increíble el trabajo que el
hombre ha efectuado: por todos los sitios aparecen magníficos muros de contención, las
uniones entre los pisos se realizan por fuertes rampas o por agotadoras escaleras de
caracol de cientos de peldaños. Como consecuencia de esta intensa labor minera en La
Isidra se interceptaron en varias ocasiones cavidades naturales herméticas (“soplaos”,
según el lenguaje coloquial de los mineros hace referencia a la fuerte corriente de aire
que se produce cuando un conducto artificial corta un cavernamiento natural) repletas
de concreciones, que fueron utilizadas para el vertido de ganga estéril, transporte de
maquinaria o mineros, e incluso para recogida de agua, según está documentado en las
labores de rehabilitación de la cueva para fines turísticos (ANEXO 1). Sorprende lo bien
que están conservadas la mayor parte de las bellísimas concreciones de la cavidad
natural, a pesar de estar situadas en zonas de actividad minera. Aparte de su utilización
para la explotación minera, que hizo posible su alumbramiento, los mineros eran al
parecer conscientes de que estas galerías naturales contenían “piedras bonitas”. Ello,
según me comenta J. Colina, alentó a los jóvenes integrantes del Speleo Club Cántabro
A B
7
Universitario (SCC) a explorarla. Desde entonces El Soplao y el Speleo Club
Cántabro son, según J. Colina, términos inseparables, con una historia en común de
muchos años, donde el estudio de una se subordinó a la existencia del otro.
.
3. EL SOPLAO, UNA CAVIDAD ÚNICA
Descubrimiento y exploración
De acuerdo a una publicación del grupo (Referencia 6) el SCC supo de la existencia de
la cueva pocos meses después de constituirse como club, siendo el 12 de Septiembre de
1975 cuando un equipo penetró por primera vez en la cavidad de la Mina de la Isidra
(actualmente cegada), realizando un campamento subterráneo de 25 h de duración.
Aquellos jóvenes espeleólogos no deban crédito a lo que les deparó aquella excursión,
apenas habían tomado contacto con la espeleología y se encontraron en una de las
cavidades más espectaculares que se conocen Figura 5).
Figura 5.- Intrépidos espeleólogos del SCC en la bocamina de La Isidra en 1975 y descubrimiento de las excéntricas (fotos cedidas por J. Colina)
En este primer contacto se exploró lo que después bautizarían como Galería Gorda
(por la exclamación de uno de los espeleólogos ante su grandeza) y Galería de los
Fantasmas (por que sus formaciones asemejaban fantasmas a la luz incierta del
carburo) donde vieron por primera vez las denominadas concreciones excéntricas,
característica principal de esta cavidad. Efectivamente, lo que hace excepcional a esta
cueva, en boca de todos los expertos que la han visitado, es la cantidad y calidad de sus
concreciones excéntricas, que forman un conjunto único en el mundo.
A partir de este primer contacto, las incursiones se multiplicaron. Así, según se describe
en la mencionada publicación, al comienzo de 1977 realizan una acampada subterránea
8
de 89 horas de duración, que permitió elaborar un plano de 4800 m de galería. En Abril
de ese mismo año realizan una acampada subterránea de larga duración (8 días) y que
permitieron continuar la exploración y topografía de la cueva.
En las navidades de 1977 exploran las simas de Torca Juñoso y Torca Ancha, en
busca de una entrada natural al sistema. La razón de esta búsqueda reside en que en una
de las exploraciones vieron volar un murciélago en una galería alejada 4 Km. de la
bocamina. Al llegar a la base de Torca Ancha (-57 m.) encontraron huellas que
confirmaba estar en El Soplao. Por el contrario en Torca Juñoso o Tejo (-42 m.)
todo era nuevo, por lo que procedieron a su exploración en sentido Oeste, de donde
vendría la cueva, hasta llegar a un pozo aéreo sondeado en principio en -43 m, algo
serio para aquella época sobre todo. Dado que el principal objetivo era comunicar la
con el resto del sistema, organizaron campamentos mixtos, uno en el interior de la
cavidad y otro en la proximidad de la sima. De esta forma, el 28 de diciembre de 1978,
un equipo de topografía, consigue entrando por T. Juñoso salir a la Galería del Alud
perteneciente al Soplao, uniendo el sistema. Desde entonces ambas torcas han pasado a
reconocerse como accesos naturales a la cueva.
A finales de la década de los 90 y gracias a la labor incansable de concienciación de las
autoridades competentes llevada a cabo por el SCC durante más de 20 años, El Soplao
fue nominado por el Parlamento Cántabro para ser declarada Monumento de la
Naturaleza y el Gobierno de Cantabria formuló un plan para la zona que incluía la
protección física de la cavidad. Finalmente en el 2004, y como consecuencia de todo el
proceso anterior, se ultimó el proyecto para convertirla en cavidad turística, cuyas fases
se documentan gráficamente en el ANEXO 1.
Topografía y Geología
La cavidad se desarrolla en su totalidad en la Sierra de Arnero, que a su vez se encuadra
en la Sierra del Escudo de Cabuerniga, ambas en desarrollo paralelo a la costa, entre los
términos municipales de Valdáliga y Rionansa según se muestra en la figura 6
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Figura 6 .- Topografía de la cueva El Soplao y corte transversal (N-S) de la Sierra de Arnero en la zona de la cueva (adaptada de la referencia 6) Toda la cueva se desarrolla en dirección Este-Oeste, con un eje mayor de 3 Km. del que
se desprenden galerías menores laterales que la hacen laberíntica. Varios cursos de
agua, en general temporales, recorren a tramos las galerías, dando lugar en ocasiones a
cascadas.
Como puede apreciarse en el corte geológico tipo en la figura 6, la casi totalidad del
desarrollo de la cavidad se ubica en materiales cretácicos del Aptiense, que
anteriormente hemos identificado en la formación Reocín. (figura 3) con un buzamiento
(pendiente) de 30-40º N, originado por las contracciones Norte-Sur resultantes de la
compresión alpina y una potencia (espesor) de no mas de 40 m. Como vemos, El Soplao
no se desarrolla en el seno de importantes paquetes calizos ni bajo el influjo de de
grandes aportes de agua procedentes de cuencas de recepción. Como señalan
Fernández Ortega y Valls Oriol (Referencia 7) el origen de cavidades herméticas como
El Soplao hay que buscarlo en los procesos de dolomitización que consiste en la
sustitución de iones calcio del sedimento carbonatado por otros de magnesio que
Corte transversal N-S de la Cueva El Soplao
N
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provienen de la salinidad del mar, en cuyo fondo se produce esta evolución. Esta
sustitución implica la formación de espacios vacíos de hasta un 4,5% del volumen de la
roca, debido a que el radio fónico del magnesio es inferior al del calcio. Con el
basculamiento de los sedimentos y su exposición a las aguas meteóricas se crearían las
condiciones para la Karstificación clásica: El agua se cuela con facilidad por las
porosidades dolomíticas disolviendo las calizas, llegando incluso a hacer desaparecer el
estrato. Así se ha podido crear un inmenso vacío en el interior de la montaña que nos
pasa del todo desapercibido.
No obstante, Juan Colina (Referencia 6) sostiene que hay que hacer referencia a la
hidrogeología zonal que muestra alternancia de niveles permeables, como calizas
fisuradas o karstificadas, y niveles impermeables como limos y arcillas, que permite
suponer la existencia de distintos acuíferos que en su día pudieron formar la cavidad de
El Soplao. Movimientos orogénicos posteriores pudieron situar a la cueva por encima
del nivel freático y, por tanto, sin una cuenca de aporte que posibilite la infiltración del
agua en cantidades suficientes para el crecimiento de la cueva, fosilizándola como la
cavidad hermética que la actividad minera alumbró.
Sea cual fuere su origen, el caso es que El Soplao contiene ingentes cantidades de
concreciones (espeleotemas) de una gran variedad y belleza, a la que me voy a referir en
la siguiente sección.
Unas concreciones maravillosas
Con objeto de obtener conocimiento de primera mano de lo que había visto y leído
sobre El Soplao en Internet, mis abuelos organizaron un viaje rápido a Cantabria en un
fin de semana de noviembre 2010. Recuerdo con especial agrado el paseo por Aguilar
de Campoo, donde paramos a hacer noche, y el trayecto hasta Rábago y las
instalaciones turísticas de El Soplao, en una mañana luminosa, tras el periodo de
ciclogénesis intensa que había azotado la costa cantábrica días atrás. Desde la terraza de
la cafetería y, mejor aún, desde lo alto del mirador, las vistas al oeste con toda la carena
montañosa de los Picos de Europa, son impresionantes. Luego, la visita a la cueva
acrecienta estas buenas sensaciones. Tras un recorrido de unos 400 m, que esta vez
hicimos a pié por avería del trenito minero, se abre la sala La Gorda, donde las
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filigranas de aragonito formando extrañas lámparas de araña colgando a unos 12 m del
suelo, nos ofrecen un grandioso espectáculo, adobado con un juego de luces y sonido,
que nos invita recrear los soplos que debieron sentir los mineros. A lo largo del
recorrido sobre un camino artificial vamos viendo distintas concreciones
convencionales (estalactitas y estalagmitas) y, tras la sala de Los Centinelas (dos
estalagmitas de forma humanoide) llegamos a la sala de La Ópera, llamada así por sus
buenas condiciones acústicas que se ponen de manifiesto con una audición de música
clásica. Aquí se nos presenta con todo su esplendor las famosas excéntricas pendientes
del techo, y casi al alcance de la mano, de un blanco prístino y con mil variadas y
caprichosas formas que recuerdan finos ramilletes de coral blanco o arbustos cubiertos
de escarcha. Finalmente paseamos por la sala de los Fantasmas, donde los primeros
exploradores creyeron verlos entre un bosquecillo de estalactitas y estalagmitas, camino
de la salida.
A pesar de lo estupendo del recorrido turístico, el visitante se queda con la impresión de
que no ha logrado captar todo el esplendor de la cueva, tal como la vieron los
espeleólogos en sucesivas exploraciones. Así, en el relato de F. Fernández Ortega y M.
Valls Uriol (referencia 7) aprendemos que más adelante en el recorrido de las galerías
occidentales se suceden las salas del Bosque, El Órgano y la Coliflor, “que nos
recuerdan que estamos en el kilómetro más bello del subsuelo de la tierra”. Pero si los
conductos más occidentales de El Soplao son asombrosos en cuanto a excéntricas se
refiere, la zona oriental, hacia las torcas Ancha y el Tejo (Juñosa), es un verdadero
paraíso de formaciones convencionales, que nuestros autores describen con un texto de
JRR Tolkien, entresacado de El Señor de los Anillos: “Los salones se suceden, un
recinto se abre a otro, una bóveda sigue a otra bóveda y una escalera otra escalera, y los
senderos sinuosos llevan al corazón de la montaña. ¡Cavernas! ¡Las Cavernas del
Abismo de Helm! ¡Feliz ha sido la suerte que hasta aquí me trajo!. Lloro ahora al tener
que dejarlas”.
Para ilustrar estas maravillas naturales he preparado una lámina con fotografías y un
texto explicativo sobre las distintas formaciones y su origen en el ANEXO 2.
.
12
4. EL ÁMBAR DE EL SOPLAO, UN YACIMIENTO EXCEPCIONAL La historia arranca con las obras de la carretera que el Gobierno de Cantabria estaba
realizando en 2005, para facilitar el acceso turístico a la cueva El Soplao, que
expusieron el ámbar a la superficie en una cuneta distante unos 2 Km. de la cueva. “No
ha sido tanta casualidad sino fruto de la labor científica de los investigadores” declaraba
Idoia Rosales, investigadora del Instituto Geológico y Minero de España -IGME- y
codescubridora, junto a María Najarro - también investigadora del IGME -, del
yacimiento de ámbar posiblemente más importante de España. “Llevábamos años
investigando los materiales carbonatados de Cantabria. María Najarro, tiene una tesis
doctoral de la edad Aptiense – Albiense en la zona y ya habíamos encontrado indicios
de ámbar en varios puntos de Cantabria, pero no podíamos imaginarnos que las obras de
la carretera de acceso a la cueva de El Soplao iban a poner al descubierto un yacimiento
tan excepcional”
Como consecuencia de este hallazgo se pone en marcha una campaña de excavación
paleontológica mediante un convenio suscrito entre IGME, el Gobierno de Cantabria, la
empresa SIEC S.A. (concesionaria de la explotación turística de la cueva El Soplao) y
profesores de la Universidad de Barcelona, cuya primera fase tiene lugar en la segunda
mitad de Octubre de 2008.
Figura 7. Recogida de muestras y lavado en hormigonera y tamizado final
Según el informe emitido de esta primera excavación,, las actividades realizadas
consistieron en la obtención de las masas de ámbar del nivel fértil mediante excavación
manual, lavado mediante una hormigonera del sedimento lutítico retirado. El sedimento
se mezcla con agua dentro de la hormigonera para que se deshaga de modo que el ámbar
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se concentre por flotación y posteriormente se procede a su tamizado (Figura7). Además
se abrió una cata a unos 25 metros del punto fértil inicial con una excavadora para
realizar una estratigrafía fina del nivel fosilífero. Se obtuvieron de diversas muestras de
hojas y ámbar en la columna y muestras para análisis químico. También se obtuvieron
11 muestras del nivel fosilífero con control micro estratigráfico para obtener el polen
fósil. Finalmente se extrajo una muestra de sedimento rico en hojas fósiles para su
estudio paleo botánico
Estos depósitos de ámbar son según los investigadores del IGME de hace 110 millones
de años y corresponden al Cretácico inferior, un periodo temprano en la era del ámbar
(Figura 8), en el que los dinosaurios aún estaba lejos de su extinción.
Figura 8. La era del ámbar en la escala del tiempo (Adaptado de Mark R. Mayer- amber history timeline. www.3dotstudy.com)
Paoleogegrafía del ámbar en el cretácico medio
Según M. Najarro y coautores (Referencia 1) los yacimientos de ámbar en este periodo
son muy escasos en el mundo, especialmente los que contienen bio inclusiones y tienen
por ello un gran valor científico. De echo sólo se encuentran en cuatro áreas de Eurásia:
Norte de Siberia (península de Taymir), Sudoeste asiático (Myanmar), Oriente Medio
(Líbano y Jordán) y sudoeste de Europa (España y Francia). Estas cuatro áreas se
localizaban dentro de las regiones cálidas y paratropicales del paleoclima vigente en el
cretácico medio temprano, que se presenta en la figura 9. Por lo que respecta a la
península ibérica, hay que recordar que los yacimiento de ámbar en el territorio El
4000 2000 3000 500 1000 0
140 200 60 80 20 40 10
Jurasic Cretácico Terciaria
La era del ámbar
Aparecen las primeras células Primeros insectos en ámbar
Extinción de los dinosaurios Aparecen las primeras plantas y animales
** Yacimiento de El Soplao
>Millones de años<
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Soplao se encuentran en la formación Las Peñosas (figura 3) que es equivalente en
edad y facies a otras formaciones y cuencas mesozoicas que se extienden más de 500
Km. desde Asturias, Cantabria, pasando por la cuenca Vasco-Cantábrica, Álava, la
cuenca del Maestrazgo en Teruel hasta la provincia de Alicante (figura 9).
Figura 9. Mapa paleogeográfico mostrando los yacimientos de ámbar con bio inclusiones en el cretácico medio (Adaptado de la referencia 1)
Estas áreas, que delimitan aproximadamente la línea costera de Iberia en el Albiense
temprano, se caracterizan por depósitos de carbón y la presencia de ámbar como en los
yacimientos de El Caleyulo y Pola de Siero en Asturias, El Soplao en Cantabria,
Peñacerrada-Montoria en Álava y Sant Just en Teruel.
Principales características del yacimiento de ámbar de El Soplao
De acuerdo a las impresiones y observaciones de Idoia Rosales, investigadora del
IGME y directora de la investigación el yacimiento de ámbar de El Soplao se distingue
por
1. Unas dimensiones y riqueza excepcionales, habiendo comprobado que la riqueza de
ámbar en el yacimiento no se limita a la superficie, sino que el nivel de lutita oscura
Yacimientos de ámbar con bio inclusiones en el cretácico medio-temprano: Península de Tamir (círculo), Myanmar (cuadrado), Líbano y Jordán (triángulo), Francia y España (en recuadro)
Mapa cretácico de la península ibérica con indicación de los yacimientos cretácico de ámbar ( ) en las cuencas Asturiana (AB), Cantábrica Norte (NCB), Vasco- Cantábrica (BCB) y Maestrazgo. En gris claro las áreas costera y en gris oscuro las marinas. Las flechas indican el influjo silicoclástico.
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tiene hasta un metro y medio de espesor y aparece ámbar casi en todo su espesor y en
gran abundancia. Es importante que la cata realizada a unos 25 metros del punto más
fértil ha mostrado que la “bolsada” de ámbar se extiende al menos 25 metros. Una
bolsada de estas dimensiones y tan fértil, no se había visto antes en el Cretácico.
(Figura 10).
Figura 10. Piezas de ámbar azul y púrpura extraídas del yacimiento El Solplao
2. Abundancia de ámbar azul – púrpura Prácticamente todo el ámbar que aparece es
azul. Concretamente presenta una intensa luminiscencia azul-púrpura cuando le incide
la luz directa del sol y otras luces especiales. El ámbar azul es extremadamente raro y
sólo en República Dominicana (datados en el Terciario, hace 21 millones años) se había
documentado con cierta abundancia. No obstante, el ámbar azul de El Soplao es mucho
más abundante y con una luminiscencia muchísimo más intensa que el de la República
Dominicana. Por su interés gemológico destaca una pieza de ámbar azul, probablemente
formada en las raíces y que presenta forma de riñón y un gran tamaño.
Según Rafael Lozano, investigador del IGME, el ámbar del yacimiento de El Soplao
presenta unas peculiares características ópticas de elevado interés científico.
Figura11. Ámbar pulido, azul y púrpura, a la luz natural (arriba) y ultravioleta.
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El color de este material varía drásticamente en función del tipo de luz que se emplee
para observarlo (figura 11) cuando se ve con luz artificial, el ámbar presenta un color
melado oscuro, bastante común en ejemplares de muchos yacimientos nacionales y
extranjeros, pero cuando se expone a la luz natural aparece un intenso color púrpura,
único en este tipo de material. La determinación de la causa del color constituye un
importante reto ya qué, probablemente, se vean involucradas cuestiones químicas
complejas que requieren la realización de análisis que determinen la naturaleza de las
moléculas orgánicas responsables del color.
3. Abundancia de bioinclusiones de insectos (Figura 12), sobretodo en masas
alargadas o chorreaduras (origen sub-aéreo; procedente de la resina exudada en las
ramas y troncos) que son las más ricas en insectos fósiles.
Figura 12. Pieza de ámbar de El Soplao mostrando varias avispillas y una cucaracha
Según Xavier Delclós, entomólogo de la Universidad de Barcelona, en la primera
excavación se detectaron 7 nuevos ejemplares simplemente durante el lavado del
sedimento, varios de ellos con gran valor científico ya que pueden representar géneros y
especies sin describir. Una vez preparado todo el ámbar reunido en la excavación se
obtendrán muchos más, seguramente cerca del centenar. Estos 7 ejemplares tan
importantes son, simplemente, los que se vieron por casualidad durante el lavado del
sedimento. Un himenóptero (género que incluye hormigas, abejas y avispas) hallado
17
de la familia Megaspilidae y de una especie que no se había encontrado antes en ámbar
Cretácico. Mucho más raro e interesante es otro himenóptero del grupo de los
Ichneumonoidea que muestra un largo ovopositor, es decir que se trataba de una hembra
que muestra el aparato de poner los huevos al final del abdomen.
En posteriores excavaciones se han encontrado inclusiones de otros 8 grupos de
insectos, destacado por su interés y belleza el espécimen casi completo de un neuroptero
(insecto de cuatro alas con numerosas nerviaciones, del tipo de la hormiga león) de la
familia Berothidae.
Figura 11. Ejemplar casi completo de espécimen de la familia Berothidae (Neuroptera) , espécimen de Cucujoidea (Coleoptera) y mosquito chupador de sangre, tomados de M. Najarro y colaboradores,(Referencia 8)
Destaca también el hallazgo de un coleóptero de la familia Cucujoide. Este escarabajo
xilófago que vive en los árboles de madera dura, tiene un gran interés paleo ecológico
debido a que la acción dañina de sus larvas pudo incrementar la producción de resina en
el cretácico temprano, resultante en los depósitos actuales de ámbar. Entre los
numerosos dípetros destaca un ejemplar perfectamente conservado de mosquito
chupador de sangre (figura 11).
4. Las plantas que exudaron estas resinas
Otro dato interesante es el hallazgo de ámbar unido íntimamente a madera fósil, por lo
que se podría resolver, definitivamente, qué tipo de conífera dio origen al ámbar
cretácico europeo si los estudios antracológicos detectan estructura celular en esos
trozos de madera fósil. Efectivamente, según M. Najarro y coautores (referencia 1) En
18
los depósitos de ámbar de El Soplao hay una gran abundancia de cutículas bien
conservadas (figura 12) y restos de hojas pertenecientes a coníferas del género
Frenelopsis, Mirovia y Brachyfyllum, así como de gincoleas del género Nehvizdya y
Pseudotorellia, en mucha menor abundancia. Es de señalar que estudios quimio
taxonómicos efectuados por el IGME (Referencia 9) demuestran que el ámbar de El
Soplao está básicamente formado por resina fósil de árboles del género Frenelopsis.
Estos resultados descartan que fuesen las coníferas del tipo Araucaria las productoras
del ámbar de El Soplao. Un resultado que contrasta con estudios químicos y
palinológicos del yacimiento de Álava indicando que el ámbar de este se origino en
resinas de coníferas del género Araucaria, si bien en este yacimiento no se encontraron
restos fósiles de estos árboles.
Figura 11. Cutículas de plantas (A) y nivel margoso del yacimiento (B) con gran concentración de bivalvos (tomado de la referencia 1)
5. El mar estaba muy cerca
La presencia de ostréidos y otros bivalvos y gasterópodos en el sedimento (Figura 11
B), así como serpúlidos y briozoos que crecieron sobre la superficie de algunas masas
de resina, indican que el mar estaba muy cerca del punto en el que quedó enterrada la
resina.
6. Paleo incendio asociado al yacimiento
Según Enrique Peñalver, investigador del IGME se ha encontrado abundante fusinita
junto al ámbar. La fusinita (Figura 12) procede de la fosilización de la madera
carbonizada en un paleo incendio. Las brasas llegaron transportadas junto a la resina,
que dio lugar al ámbar, y a la madera no quemada, que posteriormente se convirtió en
A B
19
los depósitos de lignito del yacimiento. La fusinita se reconoce muy bien porque no está
aplastada por el peso de los sedimentos, se disgrega con facilidad, tizna las manos, se
rompe a modo de fibras y al microscopio electrónico de barrido se puede observar toda
la estructura celular de la madera incluyendo las paredes celulares fusionadas. El lignito
es diferente en todas estas características.
Figura 12. Pieza de fusinita y microscopía electrónica de barrido, mostrando las paredes celulares vitrificadas (fotografías tomadas de la referencia 9)
Estas características de la fusinita se deben a que, cuando la madera ardió en un
incendio forestal, alcanzó temperaturas tan altas y en tan corto tiempo que las paredes
celulares se vitrificaron; pasaron a una especie de vidrio de carbono que es muy
resistente aunque muy frágil.
Paleo ecología y origen del yacimiento de ámbar de El Soplao
Con todos estos datos podemos imaginar las condiciones geográficas y medio
ambientales que hicieron posible el yacimiento de El Soplao.
Los datos estratigráficos indican que la formación las Peñosas (figura 3) donde se
encuentra la bolsa de ámbar es un depósito que se genera a partir de sedimentos
arrastrados desde las tierras altas y áreas continentales en combinación con margas y
limos de fondo marino, lo que se interpreta como evidencia de un descenso del nivel del
mar con formación de deltas, estuarios y lagunas costeras. El embolsamiento de ámbar
de El Soplao contiene fragmentos de madera quemada, cutículas y hojas que conservan
su textura vegetal, además de abundantes conchas de moluscos. Por ello cabe pensar
que las grandes lluvias arrastraron el ámbar y fragmentos vegetales desde un bosque
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litoral hasta las playas costeras, donde con ayuda del oleaje fueron enterrados,
mezclados con barro y arena (Figura 13)
Figura 13. Modelo imaginario de las condiciones ambientales durante la sedimentación del ámbar mostrando las aguas poco profundas de sistema delta- estuario surcado por grandes canales entre lagunas costeras. FA1 corresponde a la zona de influencia de oleaje y mareas que entierran el ámbar y restos de árboles en la línea de costa (FA3). Se ilustran también los tipos de árboles del bosque costero (Tomado de la referencia 1)
Según indica Enrique Peñalver del IGME, la gran acumulación de ámbar que incluyen
masas de tamaños excepcionalmente grandes en el estrato fértil de este yacimiento se
explicaría por el hecho de que durante el Cretácico se produjera un enorme incendio
forestal que arrasó la vegetación de los bosques resiníferos. Las concentraciones de
CO2 en la atmósfera eran más altas que en la actualidad y en Cantabria el clima era
tropical, con abundancia de tormentas y huracanes. Seguramente los rayos de tormenta
fueron el detonante de aquel paleo incendio del Cretácico. El suelo del bosque estaría
formado por una gran acumulación de hojas, restos de ramas y resina que solo se
quemaría superficialmente. Algo similar a lo que ocurrió, en la actualidad, en Galicia
cuando se produjo una ola de incendios forestales. La falta de árboles como
consecuencia del incendio propició que el suelo de los bosques, ricos en masas de resina
enterrada, se desmantelara por la erosión y durante los siguientes años el agua arrastró
enormes cantidades de resina junto a la madera quemada, dando lugar a los
embolsamientos descritos.
21
No puedo terminar la descripción paleo ecológica de este pequeño rincón de Cantabria
sin hacer mención a los dinosaurios. De acuerdo a la secuencia temporal de la Figura 8,
el embolsamiento de El Soplao está dentro del amplio periodo en que la presencia de
dinosaurios coincide con la presencia de inclusiones de insectos en el ámbar. Antes de
ello, en el Jurásico, había dinosaurios pero no insectos en ámbar; después, en el
cuaternario, hay ámbar con insectos, pero los dinosaurios ya se habían extinguido.
Aunque no se han encontrado vestigios de dinosaurios en la cuenca cantábrica, la
presencia de huellas y restos en Asturias, La Rioja, Soria y Teruel, a lo largo de la línea
de cuencas Albienses en la que se encuentra la de Cantabria (Figura 9) indica que los
dinosaurios debieron abundar también en las proximidades de lo que hoy es el Territorio
El Soplao. Así pues, los mosquitos incluidos en el ámbar de El Soplao pudieron extraer
sangre de dinosaurios y contener su ADN. Lo cual sustentaría una ficción científica más
creíble que la del “Parque Jurásico”, en la que los insectos incluidos en el ámbar de la
República Dominicana corresponden a una época (hace 20 millones de años) en la que
los dinosaurios ya se habían extinguido.
REFERENCIAS 1. Najarro M, Peñalver E, Rosales I, Pérez de la Fuente R, David-Gómez V, Gómez B, Delclós X (2009). Unusual concentration of Early Albian arthropod-bearing amber in the Basque-Cantabrian Basin (El Soplao, Cantabria, Northern Spain): Palaeonvironmental and palaeobiological implications. Geological Acta, vol 7, Nº 3, 2 363-387 2. López-Cilla I, Rosales I, Najarro M, Martín-Chivelet J, Velasco F, Tornos F. (2009) Etapas de formación de dolomías masivas del entorno de La Florida-El Soplao, Cantabría. Geogaceta, vol 47, 65-68 3. Velasco F, Alonso JA, Cueto J, Herrero JM, Muñiz F, Seebold I, Yusta I.(2009) Relación entre dolomitización y mineralización en el yacimiento de Zn-Pb de Reocín, CuencA Vasco-Cantábrica, España. Cuadernos Lab. Xeológico de Laxe, Coruña, vol. 7, 135-137 4. A. del Valle González, M.P. Niño Sacristán. Notas sobre los minerales de Reocin (Cantabria) . Área de Cristalografía y Mineralogía ,Facultad de Ciencias. Universidad de Valladolid (documento Internet sin fecha) 5. Fernández Ortega F y Valls Uriol M (1998). El Soplao-Minas de La Florida, en Cuevas y Minería en Cantabria, pp 81-83, accesible en (http://.aer-espeleo.com) 6. Speleo Club Cántabro Universitario (2003). El Soplao (Rionansa, Valdaliga), Boletín Cántabro de Espeleología, Vol. 15, 99-106 , accesible en (http://aer-speleo.com)
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7. Fernández Ortega F y Valls Uriol M (2004) Minas de La Florida – Cueva de El Soplao, en Cavernas y Minas. Patrimonio Subterráneo de Cantabria, pp. 101-103, accesible en (http://.aer-espeleo.com) 8. Najarro M, Peñalver E, Pérez-De La Fuente R, Ortega-Blanco J, Menor-Salván C, Barrón E, Soriano C, Rosales I, López Del Valle 5, Velasco F, Tornos F, Daviero-Gomez V, Gomez B y Delclòs X (2010). Review of the El Soplao Amber Outcrop, Early Cretaceous of Cantabria, Spain. Acta Geologica Sinica (English Edition), Vol. 84, No. 4, pp.801–840 9. Menor-Salván C, Najarro M, Rosales I, Velasco F, Tornos F (2009). Quimiotaxonomía y Origen Botánico del Ámbar de El Soplao (Cantabria, España). Revista de la Sociedad Española de Mineralogía, Nº 11, pp. 1-2 .
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ANEXO 1
ACONDICIONAMIENTO DE EL SOPLAO PARA FINES TURÍSTICOS Selección de fotografías de la presentación “El Soplao, una cueva…una idea…una gestión”, realizada por Juan Colina
Series fotográficas mostrando sucesivamente la excavación del nuevo túnel de acceso, la adecuación de la nueva galería, el desescombro y limpieza de la cueva, el desenterramiento estalagmitas, la limpieza de las concreciones con agua a presión y la reparación de estalagmitas pegadas y pulidas
En esta serie fotográfica se muestra sucesivamente: un mapa de la zona de la cueva habilitada para el turismo, los accesos y aparcamiento, el acceso peatonal y ferroviario a la cueva y un aspecto general de las galerías acondicionadas para el recorrido turístico
1
ANEXO 2 Galerías y concreciones de El Soplao Desde el punto de vista químico, las excéntricas o helictitas son lo mismo que las estalactitas y las estalagmitas; todas ellas se forman cuando el agua resbala por las fisuras de las rocas, arrastrando grandes cantidades de sales cálcicas, en disolución, y se precipita como sólido al contacto con el aire de la cueva, dando lugar a cristales de calcita (los mas comunes) y aragonito. Las principales concreciones (espeleotemas) se forman por distintos mecanismo: - Por Goteo: estalactitas, tubulares, cortinas, estalagmitas y concreciones de salpicadura (casos en que el agua llega al suelo) - Por Circulación del Agua: coladas, capas y gours - Por fenómenos de Capilaridad: excéntricas - Por Depósitos Subacuáticos: pisolitas o perlas Todas ellas tienen representación en El Soplao. Las concreciones “clásicas” como estalactitas y estalagmitas se encuentran sobre todo en la parte oriental de la cueva, en formaciones como El Órgano (1), la Gran Columna (2) o la Columna Coca Cola (3)
Otras concreciones clásicas pueden admirarse en la sala de Los Fantasmas (4). Finalmente la cueva tiene también una buena representación de estalactitas en Bandera (4), que se forman en goteos procedentes de hendiduras.
Las Excéntricas aparecen en el suelo, paredes, techos y hasta encima de antiguas
1 2 3
4 5
2
formaciones. Estas formaciones requieren una atmósfera aislada, que mantenga las condiciones extremadamente estables. Por este motivo, la mayor parte de las formaciones se encuentran en galerías sin entradas naturales, a menudo a kilómetros de éstas. En El Soplao, estas condiciones se dan en la zona Oeste de la cavidad, donde no hay entradas naturales, tales como la Galería Gorda, Galería del Campamento, la Coliflor y El Bosque. Las excéntricas de calcita cristalizan en el sistema romboédrico, no presentan aristas vivas y tienen un intenso color blanco debido a la pureza del carbonato cálcico. Habitualmente, estas concreciones no son huecas, pero pueden tener un fino capilar interior a forma de camino para que la solución cálcica llegue a su extremo. El crecimiento de estas formaciones es extremadamente lento, debido a la alta presión provocada por la ausencia de aire. Aparecen principalmente en los techos (fotos A), aunque no es rara su presencia en paredes y, ocasionalmente, en los suelos. Suelen ser mas gruesas que las aragonito Las excéntricas de aragonito tienen idéntica composición química a las de calcita, si bien cristalizan en el sistema ortorrómbico, y suelen presentar un aspecto mucho más geométrico. Las condiciones para la formación de aragonito son mucho más exigentes, lo que hace que su presencia en la naturaleza sea mucho más escasa. Las características morfológicas de las excéntricas de aragonito más sencillas es de “penachos” o “rosetones” de finísimos cristales, semejantes a espinas (foto B, ampliada para ver el detalle de las agujas de aragonito). Aparecen indistintamente en suelos, techos o paredes e, incluso, puedes encontrarlas directamente sobre la roca o el barro.
En general, la aparición de calcita o aragonito en una concreción depende del grado de saturación del carbonato en el agua, pudiendo aparecer ambas variedades mezcladas. La zona del Falso Suelo es el lugar de mayor concentración de excéntricas mixtas (foto C) dentro de la cueva de El Soplao. Otras formaciones Concreciones de arcilla A menudo, la cantidad de arcilla que arrastra en suspensión el agua, provoca un color rojizo en las típicas concreciones de calcita. Sin embargo, cuando la cantidad de arcilla es muy superior a la de carbonato cálcico, el depósito consistirá en una forma de
A B C
3
apariencia arcillosa. En El Soplao se encuentran espectaculares formaciones de este tipo en la Galería del Campamento, donde sus formas más características recuerdan a la forma de los abetos (foto D).
Los gours son formaciones que se producen en las paredes inclinadas de las cuevas por las que resbala una lámina de agua. La caliza precipita en los bordes de los charcos que se van formando, de manera que quedan como una especie de bañeras o piscinas de diferente tamaño. En los Gours de mayor tamaño caben fácilmente dos o tres personas, aunque son más frecuentes los "microgours" en los que la profundidad es de apenas unos centímetros, como los que se encuentran en El Soplao (Foto E)
Las perlas de las cavernas (pisolita) aparecen dentro de los gours en agrupaciones conocidas como nidos de pisolita (Foto F). Se forman en el seno de aguas tranquilas, por la acción de sutiles corrientes circulares, que provocan que el carbonato disuelto se vaya afianzando alrededor de una partícula cualquiera que actúa como núcleo. Su forma suele ser esférica o de peonza, pero también las hay cúbicas, aplanadas o discoidales y su composición puede ser tanto de calcita como de aragonito. En El Soplao aparecen en Galería del Tejo y Galerías Vírgenes, presentándose tanto en capas como en nidos (fotos F y G). Texto adaptado de la página Web oficial de El Soplao (http://www.cuevaelsoplao.es/). Las fotografías proceden de diversas páginas Web con autoría de Juan Colina y Francisco Fernández Ortega-María Valls Uriol principalmente.(ver referencias)
D
G
F
E
ANEXO 3
HISTORIA DEL ÁMBAR Basado en The World of Amber, por Susie Ward Aber, Emporia State University Emporia, Kansas, USA. (http://www.emporia.edu/earthsci/amber/; Web actualizada en 2008) y Amber, window to the past, por David A. Grimaldi, American Museum of Natural History. New York 1996.
Ámbar es la resina fosilizada de árboles que crecieron hace millones de años, siendo la antigüedad de la mayor parte del ámbar mundial de entre 30 y 90 millones de años. Es curioso que siendo un material tan apreciado y bello, el ámbar es en sí un subproducto de los mecanismos de defensa de los árboles frente a los insectos y enfermedades. Las resinas varían mucho en cuanto a composición, color y fragancia, pero todas están integradas por miembros de la familia de los terpenos. Éstos no sólo se polimerizan y endurecen las resinas hasta conformar el ámbar; también son responsables de la fragancia y bouquet de las distintas resinas y ámbar.
La palabra ámbar parece derivar de la palabra árabe ámbar gris, una sustancia que se forma en el estómago de las ballenas para protegerlo de las mordeduras de lo calamares gigantes, que constituyen su principal fuente de alimentación. El ámbar y el ámbar gris, sólo tienen en común que son arrastrados a las playas. El ámbar se conoce en latín como sucinito . Debido a que se reblandece y eventualmente arde al calentarlo, en alemán se conoce como bernstein. Otra propiedad del ámbar es que se carga de electricidad estática al frotarlo, de ahí que los griegos lo conocieran como elektron.
Aunque se considera como resina fósil, el ámbar no es un fósil en el sentido de los fósiles habituales, animales o vegetales, en los que la mineralización ha sustituido a las estructuras orgánicas. En el ámbar, la resina integrante no ha cambiado en el transcursos de los millones de años transcurridos. Simplemente se ha endurecido por procesos de polimerización y entrecruzamiento de las moléculas integrantes. No se sabe a ciencia cierta el tiempo necesario para que el proceso de fosilización de lugar al ámbar. En general, se estima que el ámbar más reciente (menor de 30.000 años de edad no es un ámbar propiamente dicho, y se denomina copal. Aunque de aspecto similar al ámbar, el copal tiene mucho menos valor paleontológico y gemológico. De ahí que se haya establecido un sistema de alerta para que no se de gato (copal) por liebre (ámbar). Una forma sencilla de prevenir el fraude es depositar unas gotas de un solvente orgánico como alcohol o éter, el ámbar no se modifica, mientras que la superficie de contacto en el copal se hace pegajosa.
Los estudios del ámbar son interdisciplinares, ya que interesa a los geólogos y paleontólogos como muestras de la prehistoria, a los arqueólogos como muestras de costumbres y rutas de comercio, a los químicos orgánicos por sus propiedades físicas y químicas, a los botánicos y entomólogos por la información evolutiva de sus restos de plantas e insectos atrapados, a los poetas como fuente de inspiración, a los gemólogos por su rareza y belleza y a los conservadores de museos para preservas las muestras.
Origen geológico del ámbar El ámbar siempre se conserva en sedimentos que se forman en el fondo de lagunas o delta de ríos en la línea costera de mares y océanos. La gravedad específica de ámbar y las bolas de resina es sólo ligeramente superior a la del agua, por lo que puede ser arrastrado por ríos o torrenteras, junto con restos de troncos, hasta las aguas litorales donde el oleaje los entierra en la arena. Con el tiempo la resina se transformará en ámbar y la madera en lignito. En presencia de oxígeno, el ámbar se reviste un costra opaca y acaba fragmentándose. Por eso, el ámbar se conserva muy bien en los sedimentos de arena y arcilla, que carecen de oxígeno. Un buen depósito de ámbar resulta de la combinación de hechos fortuitos como la concentración de ámbar, su adecuado enterramiento y la presencia de un bosque cercano con árboles productores del tipo de resina adecuado. Se ha encontrado ámbar en sedimentos que van desde el Carbonífero hasta la era Cuaternaria, pero la mayor concentración de yacimientos se encuentra en sedimentos del Cretácico y Terciario, acuerdo a la siguiente escala temporal: Carbonífero (hace 360-285 millones de años, MA.) el yacimiento más antiguo conocido en Montana, Estados Unidos. Pérmico (hace 285-245 MA.), yacimiento en Rusia Triásico (hace 245-215 MA.): Aparecen los dinosaurios, evolución de gyncos y coníferas. Yacimientos de ámbar en Austria. Jurasico (hace 215-145 MA.): Diversificación de dinosaurios, evolución de aves, dominio de las coníferas. Yacimientos en Dinamarca (Bornholm). Cretacico (hace 145-65 MA.):Aparecen las familias modernas de insectos, expansión de las plantas florales, extinción de los dinosaurios al final de la era. Yacimientos en U.S.A.=Maryland, Massachusetts, New Jersey, New York, Delaware,North Carolina, Tennessee, Arkansas, South Dakota, Nebraska, Kansas, Texas, New Mexico, Montana, Alaska, y California. Canada = Manitoba, Alberta, British Columbia; México; Brasil; Eurasia: Rusia (Siberia), Polonia; Dinamarca (Bornholm), Groenlandia; Austria; Suiza, Hungria, España, Francia y Reino Unido. Oriente Lejano y Próximo: Israel, Líbano; Myanmar (antes Birmania); Japón; Borneo. Terciario (hace 65-2 MA.): Aparecen y evolucionan los mamíferos. Yacimientos de ámbar en: Eurasia: Suecia, Polonia Alemania, Dinamarca, Holanda, Reino Unido, Italia (Sicilia). Países Bálticos. Rusia, Sakhalin, Armenia, Azerbeijan, Ucrania, Rumania. Africa=Nigeria; Oceanía; Australia; Nueva Zelanda; Sumatra; Borneo; Java; Islas Filipinas Asia: Japón; Myanmar (Birmania); China; América: Argentina; Brasil; Ecuador; Chile; Colombia; Haiti; República Dominicana, México y Estados Unidos (Washington, California, Arkansas, Texas, y Massachusetts) Cuaternario ( 2 últimos MA.) Israel; India, Nueva Zelanda, Filipinas, Alaska, Alemania, Polonia, Suecia. África=Angola, Tanzania, Sierra Leone, Congo; Madagascar.
Grandes yacimientos mesozoicos El Cretácico (hace 140-65 millones de años) es uno de los periodos biológicos más interesantes de la historia de la tierra. Más que por la extinción de los dinosaurios, al final de este periodo, lo que caracteriza el Cretácico es la explosión de las plantas florales (angiospermas) y la aparición de numerosas familias de insectos modernos. Hasta tal punto es importante esta etapa de la historia del planeta que, entre ambas especies – insectos y plantas florecientes – se concentran tres cuartas partes de todas las formas en nuestro planeta, a la vez que representan mucha más biomasa y variabilidad anatómica que el resto de todas las especies juntas. Por lo que respecta al ámbar, el estudio químico de los depósitos cretácicos indica que, en su mayoría, proceden de resinas de coníferas del tipo de las araucarias. Otras grandes familias de coníferas presentes en el cretácico, incluyen las pinaceas, cupresáceas y las sequoias. Sin embargo, según sostiene Grimaldi, en ausencia de otra información contradictoria, debe admitirse que cualquier depósito de ámbar Cretácico proviene de la resina de araucarias. En Europa , el yacimiento más abundante y mejor conocido es el de las cuencas de Paris y Aquitania que datan de hace 100 millones de años. También se han encontrado yacimientos en Austria, cerca de Viena y Salzburgo. En ninguna de las fuentes consultadas aparece mención al yacimiento de Cantabria, cuyo descubrimiento es posterior a la fecha de edición de dicha fuentes documentales. En Norte América, la fuente más abundante de ámbar cretácico se encuentra en Alaska. Allí, el más estudiado es el del Lago Cedar en Manitoba, descubierto en 1881 y con una producción tan grande que a principios del siglo 20 se estimó en 1 tonelada, el ámbar recogido para fabricar barnices. Este ámbar es muy rico en inclusiones de insectos, lo que motivó que en los años 30 del pasado siglo, el gran entomólogo Frank Carpenter, se hiciera con una cosecha de varios centenares de kilos de ámbar del Lago Cedar. Actualmente este yacimiento está inundado por una presa. En Estados Unidos, los principales yacimientos cretácicos se encuentran en la costa Este (Cape Cod, Long Island , Staten Island). Los más importantes se encuentran en New Jersey, con antigüedad estimada en 65-95 millones de años, y una gran riqueza y variedad de bioinclusiones, incluyendo insectos, plumas de ave y setas. Entre las bioinclusiones más características del ámbar de New Jersey figura una hormiga fósil, que se considera como la más antigua conservada.
Este fósil, descrito por David Grimaldi y Donat Agosti, del Museo Americano de Historia Natural de New York, parece ser un miembro de la subfamilia de las
Formicinas, unas hormigas actuales que rocían con ácido fórmico para defenderse de sus agresores. También se encontró una abeja de una antigüedad estimada de 65-80 millones de años; Como las abejas viven del polen y néctar de las flores, esto quiere decir que en esa época tan remota ya existían las angiospermas. Oriente Próximo. El ámbar mas antiguo conocido con inclusiones de insectos procede de yacimientos Líbano, Israel y Jordania del Cretácico inferior, con una antigüedad de 120-130 millones de años. El mayor yacimiento se encuentra entre Beirut y Damasco y entre las piezas coleccionadas destaca el mosquito de arena mostrado en la figura
Depósitos de ámbar en el Terciario Asia. Desde el punto de vista histórico el ámbar asiático mejor conocido es la birmanita procedente de un valle al norte de Birmania (actualmente denominada Myanmar). La birmanita ya se menciona en la literatura científica europea de 1836, aunque el yacimiento ya explotaba desde hacía más de un milenio. La explotación de los depósitos se hacia en pozos de 10 a 15 m. de profundidad cuyas paredes estaban sostenidas por empalizadas de bambú. Por su dureza, transparencia y tamaño (foto p 41) el ámbar de Birmania era muy apreciado en joyería y la mayor parte de su producción se dirigía al mercado chino.
Europa. Los depósitos de ámbar báltico constituyen uno de los más abundantes del mundo y figura también entro los explotados desde hace más tiempo. El ámbar báltico se encuentra enterrado en zonas costeras de la península de Samland (cercana a Polonia, y hoy administrada por Rusia) que producen mas del 90 por ciento del ámbar europeo. El ámbar arrastrado a las playas por las escorrentías ha sido cosechado desde hace al menos 10 milenios. La historia de su comercio es excepcionalmente rica, figurando incluso en la mitología griega. Desde mediados del siglo 19 la explotación del ámbar báltico está mecanizada, mediante excavaciones en trinchera a cielo abierto. Dada la enorme cantidad de ámbar extraído en estos 150 años de explotación industrial, es de suponer que se cuentan por millares las piezas conteniendo inclusiones biológicas. Desde 1800 se han producido centenares de artículos científicos con estudios paleontológicos del ámbar báltico. En 1830, G.C. Berendt publicó una monografía en la que estudia más de 2000 piezas de ámbar con inclusiones de plantas. En 1978, Steven Larsson en su libro Paleo biología del Ámbar Báltico, resumió 150 años de estudios científicos en los que, a través de inclusiones bacterias, hongos, líquenes, musgos, restos de hojas, piñas de coníferas, flores de cerca de un centenar de especies, así como centenares de especies de artrópodos, que permiten reconstruir los bosques bálticos de hace 40-20 millones de años, caracterizados por un clima tropical. En la foto (p 56) se muestra una pieza de ámbar báltico famosa por el perfecto grado de conservación de la abigarrada estructura de una larva de Neadelphus protae, que inmovilizaba a sus presas con sus pinzas para chuparles hasta la desecación.
Ámbar de Méjico y Republica Dominicana. Tan popular como el del Báltico, el ámbar de México (Chiapas) y República Dominicana destaca por la exquisita conservación de sus inclusiones. El ámbar de estas dos embolsamientos era conocido desde hace siglos. Los mayas lo utilizaban como incienso y se dice que Cristóbal Colón lo recibió como regalo de los indios Taino de la República Dominicana. Los depósitos de ámbar mexicano y dominicano son contemporáneos, habiéndose formado hacia la mitad del Oligoceno, hace 30-20 millones de años. En ambos casos el descubrimiento y explotación del ámbar es similar. El depósito se descubre por corrimientos de tierra en laderas inclinadas que dejan al descubierto un estrato de lignito. Si el lignito contiene ámbar, el filón es excavado con picos y palas, generando túneles de hasta 30 o 50 metros. Día a día, el minero examina las piezas extraídas a la luz solar, la lavan con agua y hacen un corte en uno de los extremos. Si se ven inclusiones, la pieza se aparta para ser vendida a los tratantes de ámbar. Los mercaderes
tienen un pequeño taller de pulido con mano de obra infantil, que también fabrica pequeños objetos decorativos o cuentas para bisutería. Las piezas con inclusiones se venden en el mercado internacional a coleccionistas privados y museos. El ámbar dominicano es excepcionalmente rico en especies extintas muy bien conservadas como las que se muestran en la lámina
ADN antiguo, evolución y recreación La presencia y perfecta conservación de restos biológicos en ámbar ha atraído desde principios del siglo 19 a paleontólogos, taxonomistas y biólogos evolutivos. La conclusión principal de estos estudios es que las diferentes especies de artrópodos incluidos en ámbar son similares a las actuales y que, por tanto, la evolución de los insectos se produjo hace mas de 100 millones de años. Los grandes avances técnicos de las décadas de 1980 y 1990 permitieron alumbrar esperanzas en una paleontología molecular, basada en el estudio del ADN de especies extintas, conservadas en ámbar. En 1992 se publicaron estudios de ADN de unja termita y una abeja atrapadas en ámbar dominicano de 25 millones de años de antigüedad. En ambos casos el ADN extraído estaba muy fragmentado y degradado, de forma que sólo se pudo secuenciar un fragmento de 300 pares de bases de un gen que codifica un RNA ribosómico, el denominado 18s rADN. Aunque el estudio de mutaciones de estos fragmentos genéticos permite establecer relaciones evolutivas entre distintos tipos de
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insectos, el estado de degradación y fragmentación del ADN imposibilita la reconstrucción del genoma completo del más simple de los artrópodos (con más de 10000 genes). Con la tecnología actual, sería como pretender reconstruir El Quijote con una sopa de letras, sin haber leído el libro. Y, aunque en el futuro se pudiera reconstruir el genoma completo de un artrópodo, quedaría por hacer la parte más complicada de reconstruir los distintos niveles de organización compleja que van del ADN hasta un organismo vivo. Sin embargo, la coincidencia de estos estudios con el estreno de Parque Jurásico dio lugar a la popularización de la ficción científica de lograr recrear aquellos fabulosos animales. Ámbar en arte. El uso del ámbar como material artístico se debe a sus tonalidades cálidas y facilidad para ser tallado. Además, su tacto cálido lo hace apropiado para la joyería en forma de pendientes y colgantes, así como empuñadura de bastones y boquillas de pipas. Desde hace al menos 10 milenios, los pueblos europeos se adornaron con piezas de ámbar báltico, como lo demuestra la abundancia de colgantes, pendientes y figurillas del periodo Mesolítico (4000 AC) en la península de Jutlandia que se conservan en el Museo Nacional de Dinamarca (figura _ ). En la edad de Bronce destacan dos vasijas funerarias talladas en ámbar, datadas hacia 1200 AC, halladas en un túmulo funerario cercano a Brighton (Inglaterra).
En la antigüedad, los pueblos mediterráneos desarrollaron la artesanía del ámbar manifiesta en múltiples artefactos decorativos, joyas y amuletos. Según múltiples
Artefactos mesolíticos de Dinamarca (Museo Nacional) y urna funeraria de la edad de Bronce en Inglaterra (Booth Museum, Brighton)
testimonios esta industria del ámbar se basaba en rutas comerciales con el Báltico para el abastecimiento del “oro del Norte”. Plinio, en su Historia Natural, sostiene que el ámbar es un producto del océano norte que los germanos denominan glaesum (que parece derivar del toponímico glaes, una isla del Báltico que los Romanos denominaban Glaesaria); y el historiador romano Cornelius Tácitus escribió que el ámbar (metallum suditicum o metal exudado) era recogido de la orilla del mar por el pueblo Aestii, mas al norte de la tierra de los Godos. De entre las múltiples expresiones del arte del ámbar en la antigüedad clásica destacan la deidad alada sosteniendo a un joven de origen Etrusco (500 años AC) y la máscara de Dionisio de procedencia Romana (siglo 1 de nuestra era), que se muestra en la figura
Durante la época medieval, el ámbar báltico adquiere un carácter místico asociado al dominio de las tierras prusianas por la orden de los Caballeros Teutones, a su regreso de las Cruzadas. Los Caballeros establecieron un monopolio estricto del mercado del ámbar báltico, prohibiendo su recolección por personal no autorizado con penas que llegaban al ahorcamiento. Los beneficiarios de este mercado monopolístico eran los gremios Paternostermachers, fabricantes de bolas de rosario de 10 cuentas conocidas como Paternoster, establecidos en Brujas y Lübeck hacia 1300. A partir del siglo XV el paternóster evoluciona hacia el rosario actual, con cinco secciones de 10 cuentas. En 1525 la Orden fue secularizada por Alberto de Brandenburgo y sus sucesor Joachim II se convirtió al Luteranismo. Y, aunque los Luteranos no rezan el rosario, la orden Teutónica estableció su propio gremio de Paternostermacher en Königsberg, que luego se transformó en Real Fábrica de Ámbar que elabora rosarios, figuras de santos y diferentes objetos decorativos.. Finalmente hacia mediados del siglo XVI el monopolio del ámbar se cede a una familia de ricos mercaderes de Danzig, que desarrollan nuevos métodos de explotación y elaboración del ámbar.
Durante los siglos XVII a XIX, Europa está dominada por reyes absolutistas y sus cortesanos, cuyo esplendor y opulencia favorece las artes decorativas, incluyendo las del ámbar. Los talleres de la católica Danzig se especializaron en la fabricación de pequeños altares hogareños, relicarios, figuras religiosas, vinagreras y cálices. De entre estas piezas destaca el panel ojival de la figura, compuesto por más de quinientas piezas de ámbar de diferentes formas y colores fijadas sobre una tabla, entre las que destacan las pequeñas tallas situadas en ventanas de copal transparente.
También destaca el magnífico altarcillo barroco (de algo más de un metro de altura) cuajado de pequeñas tallas y adornos abigarrados que crean un conjunto de impresionante belleza. Por su parte, los talleres de la Prusia protestante se especializaron en objetos seculares como cofrecillos, piezas y tableros de ajedrez o figuras de héroes míticos romanos y griegos. Paralelamente a esta artesanía de ámbar europeo, los China Imperial del siglo XVIII desarrolló la talla del ámbar birmano, produciendo importantes obras de arte como la carpa saltando del agua o la botella de esencia que pueden admirarse en el Museo Americano de Historia Natural.
Pero la cima del arte de ámbar báltico lo constituye sin duda la habitación revestida de ámbar, creación de los talleres de Danzig y Könisberg en el siglo XVIII. Su historia, llena de avatares, se inicia en 1701, fecha en que el Rey Federico Primero de Prusia encarga un revestimiento de ámbar para la sala de banquetes de su palacio de Berlín. En 1716, su hijo Federico Guillermo firma el pacto ruso-prusiano contra el Rey Carlos XII de Suecia y en prueba de amistad regala la habitación de ámbar al Zar Pedro I, quien primero la ubica en el Palacio de Invierno de San Petersburgo. En 1755 la reina Catalina, hija de Pedro I, decide su enclave definitivo en el gran palacio que lleva su nombre (Enkaterina), en la ciudad de los zares, en la cercanía de San Petersburgo, donde fue agrandada con la intervención de los maestros artesanos de Köningsberg. En 1941 los Rusos se anticiparon a la invasión nazi de Leningrado (San Petersburgo) y desmontaron la habitación de ámbar, que fue trasladada a Novosibirsk. En 1942, dos oficiales nazis que eran historiadores de arte, conscientes del valor artístico de los paneles de ámbar decidieron su traslado a Kaliningrado (antigua Köningsberg) dende se almacenaron en su castillo, junto con otras piezas de arte. Cuando el bombardeo aliado de Kaliningrado, en 1945, los paneles de ámbar fueron nuevamente escondidos, sin que hasta la fecha se tengan noticias de su emplazamiento. Finalmente, el Gobierno Ruso decidió en 1979 reconstruir la habitación de ámbar en el palacio de Catalina, mediante un ingente trabajo artesanal utilizando ámbar del báltico y fotos en blanco y negro de la sala, efectuadas en 1934, así como fragmentos de los paneles originales que no fueron trasladados por los nazis.
De esta forma hoy es posible contemplar esta impresionante obra de arte que algunos consideran la “octava maravilla del mundo”, con la que termino este resumen de la historia del ámbar