Revista Comunicando | Vol. 8 – N.º 1 | A Investigação em Ciências da Comunicação na Era Digital
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El valor metodológico de la historia de
la comunicación social
Autores José Antonio Abreu Colombri
Universidad Complutense de Madrid; Universidade do Minho
[email protected]; [email protected]
Resumen Los estudios históricos han sufrido una larga crisis por, entre otros
muchos motivos, un exceso de especialización temática, una
descomposición de los órdenes metodológicos y una pérdida
progresiva de los referentes comparativos en el proceso de
investigación. La historia de la comunicación social, en todas sus
derivaciones, no escapa a esa situación de crisis. En la actualidad, a
modo de consigna multidisciplinar, la mayoría de teóricos de la
comunicación, historiadores e investigadores de la opinión pública
apunta a la cooperación entre campos y la acumulación de enfoques
como dos claves para superar esa fase de letargo metodológico.
Aunque todavía quedan partidarios de la especialización disciplinar y la
investigación estanca, la alta productividad y la apertura de nuevas
fronteras temáticas están evidenciando la eficacia de la
experimentación entre disciplinas y la contraposición de resultados.
Por lo tanto, la investigación tratará de poner de relieve a la historia de
la comunicación social como un género historiográfico independiente
y plenamente establecido desde hace décadas entre las ciencias de la
información. La investigación defenderá la idea de que la historia de la
comunicación social no puede ser tratada como “fuerza auxiliar” o
“disciplina menor” en el conjunto de campos históricos, pero teniendo
siempre presente todos los acervos metodológicos y todas las
tradiciones historiográficas, ya que, hasta hace no mucho tiempo, la
investigación de la evolución de los medios de comunicación, de las
formas de hacer periodismo y de los profesionales de la información ha
sido considerada una rama menor en la construcción científica del
relato histórico.
Palabras clave Metodología; Marco multidisciplinar; Ciencias de la información;
Estudios históricos; Comunicación social.
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Abstract Historical studies have suffered a long crisis due to, among many other
reasons, an excess of thematic specialization, a decomposition of
methodological orders and a progressive loss of comparative
references in the research process. The history of social
communication, in all its derivations, does not escape this crisis
situation. Currently, as a multidisciplinary slogan, the majority of
communication theorists, historians and public opinion researchers
point to the cooperation between fields and the accumulation of
approaches as two keys to overcome this phase of methodological
lethargy. Although there are still supporters of disciplinary
specialization and limited research, the high productivity and the
opening of new thematic borders are evidencing the effectiveness of
experimentation between disciplines and the contrast of results.
Therefore, this research project will try to highlight the history of social
communication as an independent historiographical genre fully
established for decades among the information sciences. This research
project will defend the idea that the history of social communication
can not be treated as an "auxiliary force" or a "minor discipline" in the
set of historical fields, but always bear in mind all the methodological
collections and historiographical traditions since not long ago, the
investigation of the evolution of the media, the ways of doing journalism
and of the professionals of the information, has been considered a
minor branch in the scientific construction of the historical narration.
Keywords Methodology; Multidisciplinary framework; Communication sciences;
Historical studies; Social cumminication.
Introducción
La función metodológica de los estudios históricos de la comunicación social, dentro del
marco de cooperación multidisciplinar de las ciencias sociales, es tan discutida como
reconocida. Tal disciplina se encuentra a caballo entre los espacios de las ciencias de la
información y el periodismo y las ciencias históricas y la historiografía. El valor metodológico
radica en la interconexión multidisciplinar y la coordinación de resultados de investigación de
muy diferente naturaleza en el amplio espectro del estudio de lo social.
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Desde un enfoque de positividad, los teóricos de la información consideran que las
investigaciones en materia de historia de la comunicación social son un elemento clave de
contrastación y un punto referencial para las investigaciones sobre los fenómenos del
periodismo en la actualidad. Por su parte, los historiadores consideran que las investigaciones
sobre la comunicación social representan una tendencia fundamental actual, que supera el
área de especialización de la Edad Contemporánea, en el que los referentes comparativos se
vuelven claves para el estudio de las evoluciones de la cultura, de las mentalidades colectivas,
las ideas políticas, las manifestaciones sociales, los sistemas de creencias y la opinión pública.
Los criterios cualitativos para la investigación suelen tener una mayor valoración de los
estudios de la comunicación social y suelen ser considerados como una disciplina plena y con
gran proyección.
Por el contrario, desde un enfoque de negatividad, los estudios periodísticos
determinan que la historia de la prensa y de los medios de comunicación no pueden competir
en importancia con otros grandes posicionamientos teóricos de la información periodística,
debido a que se suele considerar que no tienen un gran potencial para la técnicas cuantitativas,
y que no albergan la posibilidad de plantear muchos casos de historicidad concreta e individual
para la técnicas hermenéuticas. De manera similar, los estudios históricos ignoran el campo
temático de la comunicación social por razonamientos cuantitativos y por criterios de
“subjetividad”, a la hora de servir como elementos para la elaboración de un texto científico.
En ambos enfoques, se suele considerar a los estudios de la comunicación social como una
fuerza auxiliar de otras disciplinas punteras dentro de los campos de la información y la
historia. En definitiva, los estudios históricos de la prensa, los medios de comunicación y los
fenómenos comunicativos se suelen ver, desde una perspectiva negativa, como un grupo de
estudio generador de diversas fuentes, de mayor o menor importancia.
Proceso de clasificación de fuentes
La labor de investigación histórica suele contener contextos y hábitos análogos en el campo
de la comunicación social, tanto en el caso del historiador como en el caso del periodista.
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Las tareas de adecuación y comprobación de las fuentes primarias y secundarias (directas o
indirectas) suelen representar el fundamento sobre el que se levantará la estructura de
hipótesis y el despliegue de relato científico, a modo de proceso de selección inicial y
posterior contextualización final de las fuentes. Los mensajes y elementos informativos,
extraídos del proceso prospección de fuentes, suelen determinar el grado de subjetividad y
suelen revestir el concepto de probabilidad lógica de la investigación1.
[…] La posibilidad de sustentación de una afirmación determinada por los hechos
no significa sustentación real. El grado de una sustentación real (o sea, de la
probabilidad de una afirmación) depende de nuestro conocimiento, con el que
confrontemos ese hecho. Esto se puede referir a lo que sabemos sobre el
informante (su fiabilidad), sobre la fuente implicada (su autenticidad), y al
conocimiento general histórico, psicológico, sociológico, etcétera. […] (Topolsky,
1992, p. 276)
Existen muchos problemas a la hora de establecer criterios de selección en el proceso de
clasificación de fuentes, tanto en el plano profesional del historiador como en el plano
profesional de otros investigadores del estudio de lo social (véanse: figuras 1 y 2). Desde el
punto de vista de la especialización periodística:
[…] El primero de los elementos del proceso comunicativo es la fuente […] La
fuente primaria, es la fuente propiamente dicha, la que a su vez se desdobla en dos:
la procedente del propio especialista y la que procede de la sociedad. Ésta tendrá
que aportar los estados de opinión, la actualidad, algún suceso importante que dé
1 Es una tendencia muy marcada entre los historiadores de la Edad Moderna la teorización de los modelos de análisis
documental y el debate de los métodos y las técnicas de investigación. Esa tendencia sobrepasa las diferencias ideológicas entre los historiadores y quizás venga determinada por la limitación de fuentes primarias. Los
investigadores contemporáneos (periodistas, politólogos, sociólogos, antropólogos, historiadores, et cetera) generalmente alejados de los problemas de investigación (ausencia de fuentes y de destrucción parcial de las fuentes)
suelen tener menor preocupación por los aspectos teóricos. Eso no significa que dichos investigadores caigan en la falta de rigor metodológico, sino que el problema de investigación se desplaza al descarte de elementos (en el
proceso general de obtención de fuentes). Un ejemplo de consenso teórico-metodológico, que trasciende el plano ideológico de los temas de investigación, está representado en la obra del historiador polaco Jerzy Topolsky.
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lugar a la información… Y la primera aportará la investigación, la valoración experta,
los descubrimientos, etc. […] La fuente secundaria es ya un elemento ciertamente
novedoso, y viene impuesto por la misma peculariedad de de la comunicación. Se
trata del periodista especializado, figura totalmente necesaria dentro de nuestro
esquema. Aquí está ya integrado el codificador, y lo único que se le pide es que sea
capaz de interpretar, poner en contacto y utilizar conjuntamente las dos fuentes.
Debe, por tanto, conocer ambos códigos, ambos lenguajes y debe intervenir
decisivamente para conseguir, de una parte, aumentar el grado de credibilidad y de
influencia de los medios de comunicación y, de otra, elevar el reconocimiento social
y la utilidad social de la ciencia. […] (Fernández y Esteve, 1996, pp. 115-116)
Figura 1: Análisis y evaluación de las fuentes en los estudios históricos de la comunicación social
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Figura 2: La historia de la comunicación social y las fuentes orales en el nuevo contexto multidisciplinar de los
estudios sociales
Aunque la cooperación multidisciplinar está bastante generalizada en la actualidad, la
convivencia entre disciplinas no siempre ha sido fácil, pues las acusaciones de intrusismo y de
deformación teórica han estado muy presentes entre los colectivos de historiadores y
periodistas. El marco de trabajo de la historia del presente y los estudios históricos
contemporáneos representa un reto para el periodista que adquiere cierto grado de
especialización. Al mismo tiempo, la investigación histórica, surgida en el contexto teórico de
la información periodística y desarrollada por un perfil profesional comunicativo, suele ser
calificada como divulgación, reflexión o ensayo de carácter histórico, desde algunos
planteamientos lógicos del historiador.
[…] Pese a las innegables relaciones que el historiador de la comunicación debe
tener con los historiadores, el objeto fundamental de estudio no es la historia sino
la comunicación desde una perspectiva histórica. […] No se trata tanto de un dilema
entre historiador y/o periodista como de la mentalidad y la praxis con que
realizamos la tarea investigadora y docente, que ha de estar adecuada a la
especificidad del ámbito científico que cultivamos. […] La peculiar naturaleza mixta,
material y espiritual, que presentan y su funcionamiento a mitad de camino entre la
esfera de lo privado (negocios que necesitan beneficio para subsistir) y lo público
(influencia ideológica y moral que ejercen en sus entornos) les hacen poseer unas
características muy especiales, que deben ser conocidas para comprender el
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funcionamiento de las modernas sociedades. La historia general debería tener en
mayor consideración este papel de los medios de comunicación. […] (Barrera, 1996,
p. 18)
Tal afirmación no significa que los aportes de investigación realizados desde el mundo del
periodismo sean de menor valor o estén en una posición de inferioridad respecto a los
estudios históricos generales y la historiografía tradicional. Es más, este tipo de obras, surgidas
en un marco teórico de la comunicación, representan un excelente referente comparativo y
un rico criterio cualitativo, que la historia general debería tomar con mayor consideración.
Estas cuestiones no gozan de un consenso general.
Cooperación multidisciplinar
Los nuevos contextos de investigación son cada vez más inclusivos (o al menos, deberían
serlo para todo el mundo) en lo que al uso de fuentes y cauces informativos se refiere. El
historicismo decimonónico estableció el documento y los restos materiales como clave de
bóveda sobre la que erigir el discurso y la narrativa de la disciplina histórica. En el último
tercio del siglo pasado, surgieron con fuerza las técnicas de preservación e investigación de
las fuentes orales y visuales. Aquella edificante “moda”, que acabó convirtiéndose en una
tendencia consolidada, dinamizó el proceso de prospección informativa de los investigadores,
a través de la pujanza de los testimonios orales (directos o indirectos) y de la fuerte presencia
de la cultura visual (foto-periodismo o documental audiovisual). La cooperación
multidisciplinar genera sinergias entre marcos teóricos e investigadores. Dichas
interconexiones, a su vez, propenden a la experimentación con nuevas fuentes y nuevos
soportes documentales.
La cultura visual y los testimonios orales se funden en los nuevos planos digitales de
la comunicación actual, pero esa simbiosis se remonta a las décadas centrales del siglo pasado.
Las imágenes y los documentos audiovisuales pueden contener mucha información y muchos
elementos analizables dentro del contexto de una investigación histórica. A pesar de ello, los
testimonios orales siguen despertando mucho interés entre los investigadores, que ven como
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se añaden nuevas variables y subjetividades a los marcos de análisis. Sobre la materia visual,
Ivan Gaskell sonsideraba lo siguiente:
[…] Aunque el material de fuentes utilizado por los historiadores es de muchos
tipos, su preparación les lleva, por lo general, a sentirse mucho más cómodos con
los documentos escrítos. Algunos historiadores han hecho aportaciones valiosas a
nuestra idea del pasado […] utilizando imágenes de forma sutil y específica histórica.
No obstante, el punto de vista del historiador apenas se tiene en cuanta cuando se
analizan imágenes en un contexto más amplio. Esto no tiene por qué seguir así si se
pone a los historiadores al corriente de algunos de los intereses que rigen el
pensamiento y la práctica de quienes manejan material visual. […] En conclusión,
pues, podemos ver que ninguna profesión tiene, o, según creo, debería tener
monopolio sobre la interpretación del material visual. Si los historiadores tienen
mucho que aprender en este terreno, tienen también importantes puntos que
enseñar. […] (2003, pp. 221 y 254)
Cada vez está más extendida entre los investigadores de todo el mundo la idea de que los
métodos orales resultan muy convenientes para los estudios históricos de la comunicación
social y las biografías de los grandes personajes del mundo de la comunicación y el periodismo.
Dicha idea tiene unos antecedentes prácticos y de experimentación, dentro de un modelo
interpretativo, en los Estados Unidos y algunos países escandinavos (Maestro, 1989, pp. 169-
171). La discusión se acentúa, hasta posiciones bastante enfrentadas, en relación a las fuentes
documentales de ficción provenientes de los estudios de la historia del cine2. Sobre la
oralidad, Alicia Alted y Juan Sánchez sostenían las siguientes afirmaciones:
2 Todo apunta a que, en unas cuantas décadas, este debate estará superado, como ya ocurrió en el pasado con
cuestiones similares de los estudios históricos sobre temáticas sociales y culturales. Hoy en día, a nadie se le ocurre cuestionar a una obra literaria o una representación pictórica como recurso de investigación, para hablar de un
periodo histórico concreto (hábitos sociales, tradiciones populares, vida privada, ritualidad, mentalidades, et cetera). Acaecerá un proceso muy similar con los documentos cinematográficos y los nuevos productos audiovisuales.
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[…] Tal y como ha precisado Paul Thompson ‘la historia oral es al mismo tiempo la
más nueva y la más antigua forma de hacer historia’ […] Las reticencias de los
historiadores hacia la fuente oral se han centrado sobre todo en los problemas de
la fiabilidad y la representatividad de la memoria. Con respecto al primer punto hay
que considerar que la memoria es selectiva […] Por otra parte, a lo largo de la vida
se va perdiendo memoria […] Las cuestiones que suscita la fuente oral en este
campo son en realidad de la misma índole que cualquier otro tipo de fuente. […]
(2005, pp. 177-178)
El método científico en las ciencias sociales ha buscado, desde sus orígenes en el pensamiento
del mundo clásico, la obtención de unos resultados objetivos, o, dicho de otra forma, finalizar
un proceso de investigación con el menor grado de subjetivación. Si el método científico
pretendía eliminar el punto de vista concreto del investigador, el marco científico de
cooperación multidisciplinar pretende eliminar las inercias divergentes sobre una temática de
investigación, entre las diferentes áreas de estudio de lo social (véase: figura 3). En la mayoría
de los casos, los marcos teóricos y los resultados de investigación, en este contexto, se
pueden volver codependientes.
[…] Métodos científicos son, precisamente, aquellos que intentan eliminar
deliberadamente el punto de vista individual del sujeto que conoce, que están
concebidos como reglas que permiten establecer una distinción adecuadamente
nítida entre el productor de un enunciado y el procedimiento por el cual es
producido. El método científico tiene, pues, como característica esencial la
transparencia. El proceso de exposición de un conocimiento debe expresar con
absoluta claridad los pasos seguidos proa su adquisición. No hay método científico
si no puede ser entendido de forma intersubjetiva, a partir de principios universales.
[…] (Aróstegui, 2001, p. 331)
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Figura 3: Áreas de convergencia multidisciplinar en el marco de las ciencias sociales
En los últimos años se han producido grandes avances en materia de cooperación
multidisciplinar, uno de los resultados más edificantes ha sido la naturalización del lenguaje
como herramienta colectiva. Las diferentes ramificaciones de las ciencias sociales, conscientes
de la peligrosidad de la deriva ideológica del lenguaje para la representación de las teorías,
están considerando imprescindible la renuncia a tratar de ejercer un monopolio sobre ciertos
términos y usos lingüísticos. De este modo, la naturalización del lenguaje permite conocer y
reconocer los criterios del relato científico que pueden haber sido utilizados a lo largo del
tiempo, o que pueden estar siendo utilizados en el momento presente. La perspectiva de la
especialización periodística sobre el lenguaje científico es la siguiente:
[…] Dentro de la problemática de la comunicación referida a las ciencias, el lenguaje
adquiere una importancia mayor, ya que, como hemos visto, hay un problema de
entendimiento adicional y múltiple, gracias a la superespecialización de éstas. ‘Con
relación al lenguaje especializado y cognoscitivo –señala Núñez Ladevéze (1991:
158)- el problema de ser claro estriba en no perder exactitud, precisión
terminológica y densidad informativa al integrar o expresar en la práctica cultivada
del lenguaje sus contenidos específicos’ […] Para poder abordar la comunicación
social de la ciencia con ciertos visos de eficacia, hay que comenzar por establecer
un lenguaje común para todas ellas y, previamente, un lenguaje común de todas las
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especialidades de cada ciencia experimental por separado, como se ha expuesto
anteriormente. […] (Fernández et al., 1996, p. 117)
No se puede organizar un congreso, sobre cualquier temática o disciplina, para estar
discutiendo sobre el sentido último de una palabra o un término.
[…] Aunque la distancia entre la historia y la sociología u otras disciplinas se está
acortando […] la historia conserva su importante papel en la construcción integral
de las ciencias sociales. […] El descubrimiento y conocimiento de las leyes del
desarrollo social sólo es posible con la ayuda de los estudios históricos. Esta es la
tarea fundamental de todas las ciencias sociales. […] (Topolsky, 1992, p. 517)
La convergencia multidisciplinar y la generación de marcos temáticos inclusivos han hecho
germinar nuevos enfoques y revisiones en muy diversos campos relacionados con la historia
de la comunicación social: evolución de las mentalidades colectivas, estudios sobre opinión
pública, historia de las ideas y el pensamiento individual, et cetera. Con la superación de falta
de fuentes, el desarrollo de métodos innovadores, la acumulación de conocimiento científico
y la adecuación de los diferentes enfoques disciplinares3 se están alcanzando muchas metas y
se están consolidando muchas estructuras, desde finales de los años setenta del siglo pasado,
en los estudios históricos sobre comunicación social y sus espacios colindantes. En definitiva,
el establecimiento de cauces regulares de intercambio entre los investigadores, mediante la
celebración de encuentros y reuniones periódicas, ha provocado de forma progresiva un
aumento de la productividad en materia de resultados de investigación y una puesta en común
de los avances realizados a nivel local e internacional.
3 Sería interesante destacar la labor de investigación y coordinación académica que viene desarrollando en España, desde comienzos de la década de 1990, la Asociación de Historiadores de la Comunicación. La mayoría de miembros
y directores de la asociación han tenido y tienen vinculación con centros universitarios del ámbito de la comunicación y la información periodística.
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Teoría de la información, historiografía y construcción del relato histórico
Los resultados sobre estudios históricos de comunicación social suelen coincidir en la
argumentación de la multicausalidad. Las explicaciones teóricas de las ciencias sociales suelen
tener una naturaleza compleja, determinadas por conceptualizaciones ideológicas y
generalizaciones empíricas propias del investigador y del entorno de la comunidad teórica o
movimiento cultural al que pertenezca. La interpretación de la realidad social, en lo que al
marco de análisis científico respecta, presenta variantes e interacciones muy complejas (véase
figura 4). De manera general, se pueden extraer algunas conclusiones más o menos generales
y satisfactorias, debido a que el conocimiento es acumulativo y las tendencias o modas suelen
repercutir en el criterio del investigador.
El término “cultura” suele ser utilizado o entendido por muchos autores como el
conjunto de conocimientos, experiencias, convenciones sociales o hábitos de conducta
adquiridos por los individuos como parte de un colectivo o comunidad. La complejidad del
propio término condiciona sus implicaciones en la historia de la comunicación y de los
formatos periodísticos. La realidad socio-cultural proyectada por los medios de comunicación
tiene una serie de componentes teóricos e impregnaciones ideológicas que siempre tiene que
ser repensada y contextualizada por cada generación de investigadores. Cada generación,
dentro de la inercia desencadenada por las modas de pensamiento, tiene derecho a revisar
de manera crítica y rigurosa sus veneros intelectuales y sus creencias preestablecidas.
De una forma cada vez más global, la cooperación entre disciplinas ha tenido algunos
efectos sobre los estudios históricos de la comunicación. En primer lugar, el surgimiento de
nuevos objetos de investigación y fronteras temáticas. En segundo lugar, la delimitación de
los marcos técnicos y las pautas metodológicos. En tercer lugar, la asimilación de los grandes
aportes historiográficos generales al campo de la evolución de los estudios sobre
comunicación. En cuarto lugar, la creación de un código común de trabajo y cooperación
multidireccional entre diferentes campos de investigación, a través de la creación de redes
de producción científica. Se puede afirmar, con amplias garantías, que en España se han
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producido muchos avances en este sentido, aunque los ritmos de transformación siempre
han estado muy descolgados de las dinámicas de investigación científica de vanguardia.
Figura 4: La elaboración del lenguaje científico y la correlación teórico-metodológica
El investigador de estudios sociales tiene una marca generacional4 (véase: figura 5),
determinada por la acumulación y la transmisión de conocimiento (de forma independiente
del grado de especialización temática que se haya alcanzado).
[…] Los hombres nacidos en un mismo ambiente social, en fechas cercanas, por
fuerza sufren influencias similares, especialmente durante su periodo de formación.
La experiencia prueba que su comportamiento presenta, respecto a grupos
sensiblemente más viejos o más jóvenes, rasgos distintivos por lo común muy claros.
Esto sucede hasta en sus desacuerdos que pueden ser muy profundos. […] una
sociedad es rara vez monolítica. Se descompone en diferentes medios […] (Bloch,
1996, p. 171)
4 La Escuela de Annales (creada en 1929) supuso una revolución historiográfica en Francia, que pronto trascendió a
otras regiones occidentales. La institución inauguró unos modelos de experimentación de método muy transformadores. No se puede explicar el debate teórico de la historia general, en el momento presente, sin las
grandes aportaciones teórico-metodológicas de Lucien Febvre, Marc Bloch, Fernand Braudel, Jules Michelet, Pierre Nora, Jacques Le Goff, Jean Delumeau, et cetera.
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Figura 5: La secuencia de los procesos funcionales y acumulativos de la investigación histórica de la comunicación
social
Conclusiones
Desde comienzos de la década de 1980, en el caso español, existe una abundantísima
bibliografía sobre los métodos y técnicas de investigación histórica de la comunicación social.
Con algunos repuntes de intensidad, dichos estudios han llegado a nuestros días con un
consenso relativo en el campo de los historiadores. En consecuencia, se puede afirmar que
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los estudios históricos sobre el periodismo y los medios, los formatos y las personalidades
de la comunicación componen un espectro muy amplio, con mucha proyección, que supone
una nueva frontera temática por la transformación acontecida por la cooperación entre
campos.
Los estudios históricos especializados en temática periodística y de fenómenos
comunicativos cada vez están más incardinados en las dinámicas de investigación de la historia
generalista, aunque la creciente diversidad, afortunadamente, está diluyendo los viejos
preceptos sobre los grandes temas de investigación. La metodología histórica está
descubriendo, de forma acelerada, la importancia de otras realidades. El sentido colectivo de
la diversidad se ha vuelto una necesidad para evitar caer en el inmovilismo. Los investigadores
consideran que este principio de diversidad resulta clave para la regeneración periódica de
los objetos de investigación y para la revisión teórica. La diversidad permite que no se
infravalore ninguna temática de la comunicación, pero hay que ser consciente de que también
existe un principio de continuidad sobre temas que nunca pasan de moda. Por su parte, la
interconexión entre áreas de estudio también está posibilitando una labor de investigación
llena de paralelismos y concomitancias.
Los objetos de estudio han generado un excelente vórtice para otras disciplinas
contiguas de las ciencias sociales y las humanidades. La consolidación y la ampliación de temas
de investigación han impulsado nuevas tendencias de investigación y han revitalizado viejos
temas de debate historiográfico. Desde los grandes temas de estudio de la década de 1960
hasta la microhistoria de los últimos años, las novedades dimanadas de la labor de los
historiadores de la comunicación social tienen elementos concomitantes con las estructuras
de la historiografía consolidada. Por estas razones, no se puede volver a concebir la historia
de la comunicación social como una disciplina estanca, hermética y auxiliar, sino como una
disciplina, abierta, innovadora, inclusiva, colaborativa y con vocación de consenso.
Es muy llamativo ver cómo se contribuye a la discusión sobre la terminología, debido
a que las corrientes más teóricas de los estudios sociales pretenden ejercer una especie de
monopolio sobre la utilización y la ideologización del lenguaje. Al margen de las modas de
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cada generación de historiadores y periodistas, los estudios históricos sobre periodismo
están superando la vieja estereotipia surgida de la utilización del lenguaje y los conceptos
teóricos intransigentes y excluyentes. Los resultados de una investigación de esta naturaleza
se plantean como un buen referente comparativo y regresivo para los estudios de análisis
políticos, de información periodística, de historia contemporánea, de acumulación de datos
nomotéticos o de los planteamientos de la antropología y la filosofía. En consecuencia, dichos
resultados desencadenan sinergias de investigación, superponen y confrontan áreas el
conocimiento y abren un tupido ramillete de aspectos temáticos, cuestiones teoréticas y
facetas deontológicas.
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Informações sobre o autor:
En la actualidad José Antonio Abreu Colombri está realizando una estancia de investigación en la
Universidade do Minho y está matriculado en el Programa de Doctorado de Periodismo en la
Universidad Complutense de Madrid.