Enseñanzas del Papa Francisco. No.6
Enseñanzas del Papa Francisco. No.6
El 14 de abril en el rezo del Reigina
Coeli dijo: “Anunciar con
sinceridad y coraje la
Resurrección del Señor”.
“la primera predicación de los
Apóstoles en Jerusalén llenó la
ciudad de la noticia que Jesús era
verdaderamente resucitado, según
las Escrituras, y era el Mesías anunciado
por los Profetas”.
“Los sumos sacerdotes y los jefes de la ciudad buscaron frenar el nacimiento de la comunidad
de los creyentes en Cristo e hicieron encarcelar a los Apóstoles, ordenándoles de no
enseñar más en su nombre”.
“Pedro y los otros once respondieron: ‘Hay que obedecer a Dios antes que a los
hombres. El Dios de nuestros padres ha resucitado a
Jesús… lo exaltó con su poder haciéndolo Jefe y Salvador… Nosotros somos testigos de
estas cosas, nosotros y el Espíritu Santo que Dios ha
enviado a los que obedecen’”.
“Entonces hicieron azotar a los Apóstoles
y les ordenaron nuevamente de no
hablar más en nombre de Jesús. Y ellos se
fueron ‘dichosos de haber sido considerados
dignos de padecer por el nombre de Jesús’.
“¿dónde encontraban los primeros discípulos la fuerza para dar este testimonio? ¿de dónde les venía la
alegría y el coraje del anuncio, a pesar de los obstáculos y las violencias?”.
“Los Apóstoles eran personas simples, no eran escribas, doctores de la ley, ni pertenecían a la clase sacerdotal. ¿Cómo han podido, con sus límites
y obstaculizados por las autoridades, llenar Jerusalén con sus enseñanzas?”.
“La fe de los Apóstoles, se basaba en una experiencia tan fuerte y personal de Jesús muerto y resucitado, que no
tenían miedo de nada y de ninguno, es más, veían las persecuciones como un
motivo de honor, que les permitía seguir las huellas de Jesús y de
parecerse a Él, testimoniándolo con la vida”.
“Esta historia de la primera comunidad cristiana nos dice una cosa muy importante, que es válida
para la Iglesia de todos los tiempos, también para nosotros: cuando una persona conoce verdaderamente a Jesucristo y cree en Él,
experimenta su presencia en la vida y la fuerza de la Resurrección, y no puede no comunicar
esta experiencia”.
Si esta persona “encuentra incomprensiones o adversidades, se comporta como Jesús en su Pasión:
responde con el amor y la fuerza de la vida”.
“pidamos la ayuda de María Santísima para
que la Iglesia en todo el mundo anuncie con
sinceridad y coraje la Resurrección del Señor y dé testimonio válido
con signos de amor fraterno”.
“Recemos en modo particular para que los cristianos que
sufren persecución sientan la
presencia viva y confortante del
Señor Resucitado”.
El 14 de abril en la Basílica de San Pablo
Extramuros dijo: Estamos sobre la
tumba de san Pablo, un humilde y
gran Apóstol del Señor, que lo ha anunciado con la palabra, ha dado testimonio de él
con el martirio y lo ha adorado con
todo el corazón. Reflexionemos en éstos tres verbos:
anunciar, dar testimonio, adorar.
“el Señor nos llama cada día a seguirlo con valentía y fidelidad; nos ha
concedido el gran don de elegirnos como discípulos suyos; nos invita a proclamarlo con gozo como el
Resucitado, pero nos pide que lo hagamos con la palabra y el testimonio
de nuestra vida en lo cotidiano”.
“El Señor es el único, el único Dios
de nuestra vida, y nos invita a
despojarnos de tantos ídolos
y a adorarle sólo a él.
Anunciar, dar testimonio, adorar”,
“Pedro y los Apóstoles anuncian con audacia,
con parresia, aquello que han recibido, el Evangelio de Jesús. Y nosotros,
¿somos capaces de llevar la Palabra de Dios a nuestros ambientes de vida?
¿Sabemos hablar de Cristo, de lo que representa para nosotros, en familia, con los que forman parte de nuestra
vida cotidiana?”.
“La fe nace de la escucha, y se
refuerza con el anuncio”.
“el anuncio de Pedro y de los Apóstoles no
consiste sólo en palabras, sino que la
fidelidad a Cristo entra en su vida, que queda transformada,
recibe una nueva dirección, y es
precisamente con su vida con la que dan testimonio de la fe y
del anuncio de Cristo”.
“No se puede apacentar el
rebaño de Dios si no se acepta ser llevados por la
voluntad de Dios incluso donde no queremos, si no
hay disponibilidad para dar
testimonio de Cristo con la entrega de
nosotros mismos, sin reservas, sin
cálculos, a veces a costa incluso de nuestra vida”.
“esto vale para todos: el Evangelio ha de ser anunciado y testimoniado. Cada uno
debería preguntarse: ¿Cómo doy yo testimonio de Cristo con mi fe? ¿Tengo el valor de Pedro y los otros Apóstoles
de pensar, decidir y vivir como cristiano, bendiciendo a Dios?”.
“Es verdad que el testimonio de la fe tiene muchas formas, como en un gran
mural hay variedad de colores y de matices; pero todos son importantes,
incluso los que no destacan”.
“Hay santos del cada día, los santos ‘ocultos’, una especie de ‘clase media de la santidad’,
como decía un escritor francés, esa ‘clase media de la santidad’
de la que todos podemos formar parte”.
“Pero en diversas partes del mundo hay también quien sufre, como Pedro
y los Apóstoles, a causa del Evangelio; hay quien entrega la
propia vida por permanecer fiel a Cristo,
con un testimonio marcado con el precio de
su sangre”.
“la incoherencia de los fieles y los Pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la
palabra y el modo de vivir, mina la credibilidad de la Iglesia”.
“Anunciar y dar testimonio de
Dios solamente es posible, si
reconocemos a Jesucristo,
porque es él quien nos ha
llamado, nos ha invitado a
recorrer su camino, nos ha
elegido”.
“Tenemos que vivir una relación intensa con Jesús, una intimidad de diálogo y de vida, de tal manera que lo reconozcamos
como ‘el Señor’”.
“nos hiciéramos todos una pregunta:
Tú, yo, ¿adoramos al Señor?
¿Acudimos a Dios sólo para pedir, para
agradecer, o nos dirigimos a él
también para adorarlo?”.
“Pero, entonces, ¿qué quiere decir adorar a Dios?
Significa aprender a estar con él, a pararse
a dialogar con él, sintiendo que su
presencia es la más verdadera,
la más buena, la más importante de todas”.
“Adorar al Señor quiere decir darle a
él el lugar que le corresponde;
adorar al Señor quiere decir
afirmar, creer –pero no
simplemente de palabra– que
únicamente él guía verdaderamente
nuestra vida; adorar al Señor quiere decir que
estamos convencidos ante él de que es el único
Dios, el Dios de nuestra vida, el Dios de nuestra
historia”.
“Adorar a Dios, tiene una consecuencia en nuestra vida: despojarnos de tantos
ídolos, pequeños o grandes, que tenemos, y en los cuales nos
refugiamos, en los cuales buscamos y tantas veces ponemos nuestra
seguridad”.
“Estos ídolos a menudo los tenemos bien escondidos, pueden ser la
ambición, el carrerismo, el gusto del éxito, el poner en el centro a uno mismo, la tendencia a estar por
encima de los otros, la pretensión de ser los únicos amos de nuestra vida,
algún pecado al que estamos apegados, y muchos otros”.
“Hagamos que resuene en nuestro corazón, y respondamos con sinceridad:
¿He pensado en qué ídolo oculto tengo en mi vida que me impide adorar al Señor? Adorar es despojarse de nuestros ídolos,
también de esos más recónditos, y escoger al Señor como centro,
como vía maestra de nuestra vida”.
El 15 de abril dijo:“La calumnia es peor que el pecado – una
expresión directa de Satanás. Todos somos pecadores, todos cometemos
pecados, pero la calumnia es otra cosa. ”.
“Por supuesto que también es un pecado, pero es algo más. La calumnia apunta a destruir la
obra de Dios, y proviene de una cosa muy mala:
nace del odio y el odio es la obra de Satanás. La calumnia destruye la obra de Dios en las
personas, en sus almas”.
“Dónde hay calumnia, está el mismo Satanás”
Refiriéndose a San Esteban dijo:
“No mintió para salvarse.
El miró al Señor y obedeció la ley,
esto es lo que ocurre con la historia de la Iglesia porque desde el primer mártir hasta
hoy, hay numerosos
ejemplos de valientes testigos del Evangelio”.
“Pero la era de los mártires no ha terminado,
aun hoy podemos decir en verdad, que la Iglesia tiene ahora más mártires
que en los primeros siglos.”
“La Iglesia tiene muchos hombres y mujeres que son difamados por la
calumnia, que son perseguidos, que son asesinados por odio a Jesús,
por odio a la fe”
“Algunos son asesinados porque enseñan el catecismo, otros son
asesinados por usar la cruz. Hoy, en muchos países, son difamados,
son perseguidos. Son nuestros hermanos y hermanas que sufren hoy en esta
era de los mártires”.
“Esta es una era de gran confusión espiritual”
"Pidamos a Nuestra Señora que nos proteja, y en tiempos de turbulencia espiritual el lugar
más seguro es bajo el manto de Nuestra Señora. Ella es la madre que cuida de la Iglesia,
Y en este tiempo de mártires, ella es la protagonista, la protagonista de la protección. Ella es la Madre (...) Digamos con fe: Madre, la
Iglesia está bajo tu protección. Cuida de la Iglesia”.
“El Espíritu Santo siempre nos mueve, nos hace caminar, empuja la Iglesia a ir hacia
delante sin embargo, somos como Pedro en la Transfiguración:
‘¡Ah, qué bien estamos aquí, todos juntos!’.
“Que no nos molesten. Queremos que el Espíritu Santo se
adormezca… queremos ‘domesticar’
al Espíritu Santo. Y eso no funciona. Porque Él es Dios,
Él es ese viento que va y viene
y no sabes de dónde. Es la fuerza de Dios,
es quien nos da consuelo e impulso para seguir
adelante. Pero… ¡seguir adelante!
Es eso lo que fastidia. La comodidad es mejor”
“Que no nos molesten. No queremos cambiar. ..
Esto se llama ser testarudos, eso se llama querer domesticar el Espíritu Santo, eso se llama convertirse en insensatos y tardos de corazón”
“Lo mismo ocurre en la vida personal. El Espíritu nos empuja a recorrer un
camino más evangélico, pero nosotros nos resistimos”.
“Fieles no opongan resistencia al Espíritu Santo.
¡Es el Espíritu quien nos hace libres, con esa libertad de Jesús, con esa libertad
de los hijos de Dios!”.
“Es ésta la gracia que yo quisiera que todos nosotros pidiéramos al Señor: la
docilidad al Espíritu Santo, a ese Espíritu que viene a nosotros y nos hace avanzar en el camino de la santidad, esa santidad
tan bella de la Iglesia. La gracia de la docilidad al Espíritu Santo”
Durante la Audiencia General de los miércoles
dijo:“Durante la ascensión
Jesús cumple el gesto de la bendición sacerdotal. Este es un primer punto importante: Jesús es el
único y eterno Sacerdote, que con su
pasión ha pasado por la muerte y la tumba,
resucitó y ascendió a los cielos y está con Dios
Padre, intercediendo por siempre en nuestro
favor. Como escribe San Juan en su primera carta: Él es nuestro abogado, nuestro
defensor ante el Padre”
“¡Qué bello es escuchar estas palabras! Cuando a uno lo cita un juez o tiene un pleito, lo primero que hace es buscarse
un abogado para que lo defienda; nosotros tenemos uno que nos defiende siempre, nos defiende de las asechanzas
del diablo, de nuestros pecados...”
“No tengamos miedo de acudir a pedirle perdón, bendición y misericordia.
Nos perdona siempre: es nuestro abogado; nos defiende
siempre. ¡No lo olviden nunca!”
“Cristo, es como el jefe de un grupo de montañeros, que llegado a la cima, tira de nosotros y nos lleva a Dios.
Si le confiamos nuestras vidas; si nos dejamos guiar por Él estamos seguros de
estar en buenas manos”.
“Jesús sabe que el camino de vuelta a la gloria del Padre pasa por la cruz, por la obediencia al designio divino de amor
por la humanidad”
“también nosotros hemos de saber que entrar en la gloria de Dios exige la
fidelidad cotidiana a su voluntad, aun a costa de sacrificios y del cambio de
nuestros programas".
“Luego de la Ascensión,
los apóstoles regresan a Jerusalén con gran alegría, pues a los ojos de la fe
entienden que aunque ya no lo vean con los ojos,
Jesús permanece con ellos para siempre, no los abandona y en la gloria del Padre,
los sostiene, los guía e intercede por ellos”.
“Lucas coloca la Ascensión al
comienzo de los Hechos de los
Apóstoles, para subrayar que este evento es como el
eslabón que engancha y une
la vida terrenal de Jesús con la de la
Iglesia”.
“Se trata de una invitación a partir de la contemplación del
Señorío de Jesús, para recibir de él la
fuerza de dar testimonio del
Evangelio en la vida cotidiana: contemplar
y actuar. ‘Ora et labora como San Benito enseña:
ambas son necesarias en nuestra vida de
cristianos”.
“Confiar en Cristo, el abogado que nos
espera y nos defiende y
que nos guía. Con nosotros hay
muchos hermanos y hermanas que...en la vida familiar y laboral, con sus
problemas y dificultades, sus
alegrías y esperanzas viven la fe día a día y llevan,
con nosotros, al mundo del señorío
del amor de Dios, en Cristo resucitado, ascendido al cielo, abogado nuestro”.
En una carta a Obispos Argentinos dijo:“Que el Señor nos libre de maquillar
nuestro episcopado con los oropeles de la mundanidad,
del dinero y del ‘clericalismo de mercado’.
La Virgen nos enseñará el camino de la humildad y ese trabajo silencioso y valiente que lleva adelante el celo
apostólico”
“una Iglesia que no sale, a la corta o a la larga, se enferma en la atmósfera
viciada de su encierro. Es verdad también que a una Iglesia
que sale le puede pasar lo que a cualquier persona que sale a la calle:
tener un accidente. Ante esta alternativa, les quiero decir
francamente que prefiero mil veces una Iglesia accidentada que una Iglesia
enferma”.
“la enfermedad típica de la Iglesia
encerrada es la autorreferencial;
mirarse a sí misma, estar encorvada
sobre sí misma como aquella mujer del Evangelio. Es una
especie de narcisismo que nos conduce a la
mundanidad espiritual y al clericalismo
sofisticado, y luego nos impide
experimentar ‘la dulce y
confortadora alegría de evangelizar’”.
“Les deseo a todos ustedes esta alegría, que tantas veces va unida a la Cruz, pero
que nos salva del resentimiento, de la tristeza y de la soltería clerical.
Esta alegría nos ayuda a ser cada día más fecundos, gastándonos y
deshilachándonos en el servicio al santo pueblo fiel de Dios; esta alegría crecerá
más y más en la medida en que tomemos en serio la conversión pastoral que nos
pide la Iglesia”
“recen por mí, para que no me la crea y sepa escuchar lo que Dios quiere
y no lo que yo quiero. Rezo por Ustedes”.
www.vitanoblepowerpoints.net
"Dios es trino, no un Dios indefinido disperso en el aire como spray"
"Dios es una Persona concreta, un Padre.
Por tanto, la fe en Él nace de un encuentro vivo del que tenemos una
experiencia tangible" "El que cree tiene vida eterna".
“Los católicos creemos en Personas, y cuando hablamos con Dios, hablamos
con Personas: o hablo con el Padre, o hablo con el Hijo, o hablo con el Espíritu Santo. Esta es la
fe".
"El que cree tiene vida eterna, tiene vida.
Pero la fe es un don, es el Padre quien nos la da. Nosotros debemos continuar por este camino".
“Todos somos pecadores, y tenemos siempre cosas que no están bien, pero
el Señor nos perdona si le pedimos perdón y seguimos andando hacia
delante siempre, sin desanimarnos".
"Pidamos al Señor que nos haga crecer en esta fe,
esta fe que nos hace fuertes, nos hace alegres,
esta fe que comienza siempre con el encuentro con Jesús y prosigue siempre en la vida con los pequeños encuentros
cotidianos con Jesús"
En twitter: Recordémoslo bien todos: no se puede anunciar el Evangelio de Jesús sin el
testimonio concreto de vida.
La Ascensión de Jesús al cielo no indica su ausencia, sino que Él vive entre
nosotros de un modo nuevo. Está cerca de cada uno de nosotros.
Entrar en la gloria de Dios exige la fidelidad diaria
a su voluntad, incluso aunque haya que sacrificarse.
Si deseas recibir mails, relacionados con la Iglesia: que contienen diapositivas, vida de Santos,
Evangelio del Domingo, etc . :Escribe a
con el título suscripciones . Servicio Gratuito.
Que Dios te llene de bendiciones. Y que permanezcamos unidos en el
amor a Jesús.
Si deseas recibir mails, relacionados con la Iglesia: que contienen ,diapositivas, vida de Santos
Evangelio del Domingo, etc . Escribe a:
con el título suscripciones . Servicio Gratuito.
Que Dios te llene de bendiciones.Y que permanezcamos unidos en el
amor a Jesús.
Recommended