8/18/2019 ENTRE LAS ORILLAS: IMÁGENES DE
1/10
Actas XV Congreso AIH (Vol. IV). MARGA GRAF. "Entre las orillas: imágenes de Europa e Hispanoam...
ENTRE
LAS ORILLAS: IMÁGENES DE
EUROPA
E
HISPANOAMÉRICA
EN
LAS
OBRAS
DE
DOMINGO
FAUSTINO
SARMIENTO (VIAJES, 1848),
RICARDO GÜIRALDES
(RAUCHO, 1917 Y
EDUARDO CABALLERO
CALDERÓN
(EL BUEN
SALVAJE,
1966)
Este trabajo será enfocado a las auto- y heteroimágenes de
Europa
e
Hispanoamérica
en
las
obras
de tres escritores latinoamericanos, dos
argentinos,
Domingo
Faustino
Sarmiento
( 1811-1888) y Ricardo
Güiraldes
( 1886-1927) y un colombiano,
Eduardo Caballero Calderón
(1919). Todos viajaron
por Europa,
con
una
estancia
más
o
menos
larga
en
París.
Francia
y su metrópoli simbolizan
para
ellos, así
como para
muchos
latinoamericanosde su tiempo, el
centro
de la cultura occidental,
con carácter
de
modelo
en
cuanto a las naciones americanas.
Eduardo Caballero
Calderón,
era de familia
hidalga
con extensos
latifundios, y Ricardo Güiraldes, hijo de terratenientes.
En
cambio, la
familia
de Domingo
Faustino
Sarmiento
( 1811-1888) vivía,
como
escribió
en
sus Recuerdos
de
provincia
(
1850), largos años
en
una
mediocridad
muy
vecina
de la indigencia
1
•
Creció
dentro
de un
clima
familiar muy
patriótico. Su
padre
tomó
parte en
las luchas de la
guerra
de
Independen-
cia junto con las tropas del general San Martín.
Sarmiento
mismo, por
sus actividades políticas contra el
régimen
tiránico de
Juan
Manuel de
Rosas, y frente a su afiliación a los Unitarios, fue perseguido
por
la
policía del
dictador
y
en
1831,
por primera
vez, tuvo
que huir
exiliado a
Chile. Ahí tomó
parte
en la organización de la Escuela
Normal
en
Santiago, la primera
en América
Latina, y fue
nombrado
su director. A
fines
de
1845
partió
hacia
Europa
con
el objeto
de
ver
por
mis propios
ojos, y de palpar, por decirlo así, el estado de la enseñanza primaria, en
las naciones
que
han hecho
de
ella
un
ramo
de
la
administración
pública
2
•
1
Citado
por jEAN
FRANCO,
Historia de la literatura hispanoamericana, Ariel,
Barcelona, 1985,
p. 76.
2
DOMINGO
FAUSTINO
SARMIENTO,
Advertencia, en Viajes, Editorial del
Belgrano,
Buenos Aires, 1981,
p. xiii.
entro Virtual ervantes
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2/10
ctas XV Congreso AIH (Vol. IV). MARGA GRAF. "Entre las orillas: imágenes de Europa e Hispanoam...
258
MARGA GRAF
LA IMAGEN
DE
PARÍS EN
LOS VIAJES DE DOMINGO
FAUSTINO
SARMIENTO
El
libro
comprende
Impresiones
de viajes,
en este caso
impresiones que
tratan
los viajes
por Europa,
especialmente
por
Francia
y
de
interés
para
este trabajo, sobre todo, de su estancia
en
París. Sarmiento el viajero, al
mismo
tiempo, narrador y
protagonista,
fue confrontado
con
vínculos estrechos que
ligan
el alma a las cosas visibles, y hacen que
vengan
éstas a espiritualizarse, cambiándose en imágenes, y modifi-
cándose y adaptándose al tamaño y alcance del instrumento óptico
que
las refleja
3
•
No
puede extrañar
que ese argentino, espíritu crítico, con la visión de
una América Latina moderna y avanzada, no sólo quiso divertir a sus
lectores pasivamente, sino
también
hacerles
participar activamente
en sus
experiencias en el extranjero comparándolas con la situación en
América:
Por lo que a mí respecta, he sentido agrandarse y asumir el carácter
de una convicción
invencible,
persistente, la
idea
de que
vamos
en
América en
mal
camino, y de que
hay
causas profundas, tradiciona-
les, que es preciso
romper,
si
no queremos
dejarnos arrastrar a la
descomposición, a
la
nada,
y
me
atrevo a decir a
la
barbarie
..
(p. xvii).
En
1846, durante su estancia
en
París, Francia era
gobernada
por Louis
Philippe, el rey
ciudadano
(1830-1848). Los esfuerzos de Sarmiento para
entrar en contacto con políticos franceses e interesarlos
en
sostener a los
argentinos liberales
en
su lucha
contra
el régimen del dictador Rosas,
solamente tuvieron un eco algo positivo con Louis
Adolphe Thiers,
historiador y político de gran influencia dentro del consejo de ministros
del rey. Sarmiento, frente a
esa
reacción
inesperada,
se sintió muy
desilusionado y, sólo
cuando Thiers
le
prometió informar
a
la
Cámara
francesa
de su deseo, modificó su imagen de una
Francia liberal
y
progresiva
en
la
tradición
de la Revolución de 1789.
En
cuanto a la
posición dominante de la vida
cultural
de Francia,
Sarmiento
estaba
lleno de esperanzas exaltadas. Ya frente a la costa francesa lo invadió un
sentimiento
de alegre expectación, mezclado, al
mismo
tiempo,
con
el
miedo de presentarse en esta región civilizada
como
simple
hombre
de
provincia:
3
SARMIENTO, ed. cit., p. xvii.
entro Virtual ervantes
8/18/2019 ENTRE LAS ORILLAS: IMÁGENES DE
3/10
ctas XV Congreso AIH (Vol. IV). MARGA GRAF. "Entre las orillas: imágenes de Europa e Hispanoam...
ENTRE LAS ORILLAS
259
Saludábanlas
[las costas] todos con alborozo, las saludaba también yo,
sintiéndome
apocado
y
medroso
con la idea de presentarme luego en
el
seno
de la sociedad europea, falto de trato y de
maneras, cuidadoso
de no dejar traslucir la gaucherie del provinciano, que tantas bromas
alimenta en París.
Saltábame
el
corazón
al acercarnos a tierra, y
mis
manos recorrían
sin
meditación
los
botones
del vestido,
estirando
el
frac,
palpando
el nudo de la corbata, enderezando los cuellos de la
camisa,
como cuando el enamorado novel va a
presentarse ante
las
damas (p. 94).
Tocar
el suelo
de Francia
a Sarmiento le
parecía
casi
un
acto
de
consagración espiritual o
como
escribió
en
una
carta
a Carlos Tejedor el 9
de
mayo
de
1846
de
Rouen:
Avise usted a los míos, mi
buen
amigo, que
he
tocado tierra
en
Europa,
que
he
abrazado, más
bien dijera, esta Francia de
nuestros
sueños (p. 81 )
...a aquel foco desde
donde parten para
nosotros los movimientos del
espíritu,
uno
en pos de otro, como los círculos concéntricos
que
describen las
aguas
agitadas en algún punto de la superficie, siento
no
sé qué timidez,
mezclada de
curiosidad,
admiración
y respeto,
como
aquel sentimiento religioso e indefinido del niño que va a
hacer
su
comunión
primera
(p. 83).
Más
que eso, sintiéndose, en gran
parte,
europeo en
cuanto
a su origen
racial,
no
quiso ser visto en Francia, por los franceses,
como
huésped, ni
extranjero, sino
como
miembro de familia, igual entre iguales:
que
nacido en otros climas
se
acerca al hogar de sus antepasados,
palpitándole el corazón, con la anticipación de las sensaciones
que
le
aguardan, dando
una
fisonomía
a los
que
sólo
de nombre
conoce, y
tomando prestados a la imaginación, objetos, formas y
conjunto que
la realidad destruirá bien pronto, pero que son indispensables
al
alma, que,
como la naturaleza, tiene
horror
al vacío (id.).
París a
Sarmiento
se le
presentó
moderno y progresivo, con calles
limpias,
des
boulevardsmagníficos,
iluminados
a gas, y poblados de laneurs.
Flaneur, palabra
que no
existe en español, para los franceses,
como
informó
a sus amigos, es
su
estado
normal,
lo
que
hace
que
el
pobre
latinoamericano,
entro Virtual ervantes
8/18/2019 ENTRE LAS ORILLAS: IMÁGENES DE
4/10
ctas XV Congreso AIH (Vol. IV). MARGA GRAF. "Entre las orillas: imágenes de Europa e Hispanoam...
260
MARGA
GRAF
recién venido,
habituado
a la quietud de las calles de sus
ciudades
americanas anda
aquí los
primeros
días con el
Jesús en la
boca,
corriendo
a
cada
paso riesgo
de
ser aplastado
por uno de
los mil
carruajes
que
pasan
como
exhalaciones, por delante, por detrás, por
los costados (p. 111 .
Si por una parte, él también,
con
el tiempo,
iba
a
acostumbrarse
de
flaner a
a
parisien, de otra parte
se
preguntó
algo
asombrado,
si estos
franceses, siempre
en
estado de flanear, aficionados a la ociosidad,
son
en
efecto el
pueblo que
ha hecho las revoluciones de 1789 y 1830? (p.
112 . La
alegría
de
vivir, el
afán de
placeres y de lujo,
son
elementos
característicos del francés, sobre todo del parisiense. Su
savoir
vivre, para
Sarmiento,
podía
servir como modelo
para
el desarrollo
cultural
de
otros
pueblos.
Según Sarmiento
el futuro de los pueblos, su proceso civilizato-
rio, no
depende
de su carácter,
en
lo
que
él
no
cree, sino del nivel de su
cultura
y
de
las regiones, del
ambiente
social, que han formado
la vida
de esos pueblos. Los parisienses,
hombres
y mujeres,
son
representantes
de una sociedad de iguales, sin diferencias de clases.
Además
de sus
contactos con hombres políticos,
con
empleados y
hombres
profesionales,
con
los cuales tuvo discusiones
que tocaban
los
problemas de
la
educación
primaria, temática de
especial interés
para
Sarmiento,
tomó
parte
en
diversiones públicas,
por
ejemplo,
en
los numerosos bailes.
Diversiones públicas, las cuales le
permitieron
distanciarse un poco del
mal de la patria, que
le causó tanto malestar. Sobre todo,
mucho
le
gustan
las diversiones del
hipódromo,
especie de circo cerca del Are de Triomphe,
con
sus espectáculos ecuestres medievales y pantomimas históricas,
diversión
popular
que le parecía
muy
similar al
carácter
argentino a
nuestra manera
de ser y
que debiera
ser
transportado incontinenti
a
América, en
donde
echaría
raíces profundas, como todo lo
que
es
eminentemente popular {p.
142 .
LA
IMAGEN DE PARÍS EN R UCHO DE RICARDO GüIRALDES
Irse a Europa, irse a París, a Raucho, el protagonista de la novela, lo
mismo
que a
Sarmiento,
el acercarse al
París
de
sus
sueños, le causó
una
excitación impaciente: París .. París
¿Qué
le esperaba en París?
4
•
Llegado a París
tomó
un
taxi para poder
ver lo más
pronto
posible todos
los lugares de sus sueños:
4
RICARDO
GüIRALDES, Raucho -momento
de
una juventud contemporánea,
Losada,
Buenos Aires,
1953, p.
86.
Centro Virtual Cervantes
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ENTRE
LAS
ORILLAS
261
Llegó al Quai d'Orsay, para caer de lleno en la ciudad. Iba a tocar su
sueño.
Corriendo en
el apestoso taxi , reconoció
lajeanne
d'Arc
de
Fremiet, por una
reproducción
que
había en
su casa. La calle de
Rívoli, el Louvre, el jardín de las Tuilleries , le
eran
familiares por
grabados
y descripciones
.. Raucho
llegaba, pasaba por todas partes,
con la voluntad de poseer, de apoderarse para siempre de todo
aquello,
tan ansiado durante
años (p. 90).
Nos
encontramos
aquí
con
un joven latinoamericano, señorito rico, sin
ambiciones especialmente intelectuales. Parece
más
al tipo de jlaneur que
vino a París como turista. París para la clase social a
que
pertenece,
era
un
viaje obligatorio. El joven argentino
de
24 años estuvo
extremamente
impresionado de la
capital francesa, sus pasos se detuvieron,
por la
intensidad
de sus emociones (p. 91 . París, la
ciudad
alegre, le fascinó al
joven
Raucho.
Encontró
a Gonzalo,
compatriota
argentino, evidentemen-
te
gran
conocedor
de
París,
de la vida
parisiense y
de
gente interesante.
Se hizo
compañero
piloto de
Raucho
y trabajó para su amigo un
proyecto
de
orgía, para
introducirlo
en
la
vida
cultural, lo
que
significa, sobre todo,
en
las diversiones nocturnas de París.
Pasaban
su tiempo en el
Maxim
y la
Place Pigalle.
Cada día
más, el joven argentino,
iba cambiándose engallo
pisafuerte:
Es un
hombre
que sabe dónde
pone
el pie. Los bulevares, el café de
París, Fischer, L'Abbaye,
todo
está
en
su
mano. El tango
lo ha hecho
familiar en el mundo
híbrido
de los cafés nocturnos, y cruza saludos,
apretones de
manos
o tuteos
con
amigos de ayer (p. 104).
Se
encontraron
en grupos con otros jóvenes, hombres y mujeres,
discutían y criticaban piezas de teatro,
música
de Debüssy o Strauss,
comentaban
los dirigentes Nikisch y Weingartner, visitaron exposiciones
de arte de artistas españoles y franceses. Después de semanas y meses de
ininterrumpidas diversiones culturales junto con orgías de alcohol, el
joven
Raucho había perdido
todo su dinero, y por falta de los cheques de
su
padre, no podía pagar
sus deudas. Por fin, para
Raucho, la ciudad
alegre
va
a cambiarse en una pesadilla. Se enfermó gravemente. A la
euforia siguió
la
depresión y
una
nostalgia creciente
por la patria
lejana,
el deseo de volver a la región familiar que
abandonó.
En busca
de sus orígenes europeos, Sarmiento y Güiraldes son
viajeros
entre
las culturas. Los Viajes
de
Sarmiento son
el
producto
de un
espíritu
romántico
y al
mismo
tiempo
de
un
hombre moderno
y
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8/18/2019 ENTRE LAS ORILLAS: IMÁGENES DE
6/10
ctas XV Congreso AIH (Vol. IV). MARGA GRAF. "Entre las orillas: imágenes de Europa e Hispanoam...
262
MARGA
GRAF
pragmático, que tiene la
visión
de
una
América
Latina
civilizada
correspondiente
a los modelos de las naciones avanzadas.
De
una
América
Latina,
por
lo
general,
y
de
la
Argentina,
en
especial,
que
bajo
aspectos culturales y económicos, para él, se encuentran
más
o
menos
en
estado de barbarie,
como
lo
representan,
por ejemplo, los gauchos de la
pampa. Opuesto
a Sarmiento,
Ricardo
Güiraldes, sobre
todo
en su
novela Don Segundo
Sombra
(1926), y ya en Raucho reflejaba la
imagen
del
latinoamericano
que,
por una
parte,
buscaba el
contacto
con la cultura
y la civilización de sus antepasados europeos, y, por otra parte, desilusio-
nado, lejos de su
patria
descubría su verdadera identidad con la región
paternal,
en su caso especialmente con el gaucho y la
pampa
de su patria
argentina.
L IMAGEN
DE
PARÍS EN
EL BUEN
SALVAJE
DE
EDUARDO CABALLERO
CALDERÓN
El protagonista
en
la novela El buen salvaje es un joven colombiano de 26
años, estudiante en
la
Sorbonne, que en vez de
ocuparse
de su tesis sobre
la realidad psicológica de los
hispanoamericanos
fuera de su
espacio
vital,
está
más
interesado en hacerlo tema de una novela suya. Por eso, hizo diversos
borradores en
forma
de
cuaderno,
dividido
en
14 fascículos.
Dentro
de
los varios
borradores, en
constante cambio, surgen
escenarios
y
personajes,
reflejando los
problemas
de
identidad, la
definición del ser
latinoamerica-
no, el estado multirracial de los pueblos nuevos en América
Latina,
frente
a sus orígenes europeos,
¿qué representa
París
para un
extranjero como
yo? ¿Qué es realmente París? '\ en este problema enfocó el tema de su
novela .a escribir. Como a Sarmiento y al Raucho de Güiraldes, al
estudiante-escritor le fascinó la capital francesa de tal modo que hasta
olvidó a los suyos, a su familia, a su
región paternal desde
la primera
noche
en
que llegué a París (p. 35). Investigando el ser latinoamericano,
construyó
un
psicograma
humano
en
el
que
incluyó,
entre
otros,
escenarios familiares,
de su
familia
en Colombia,
su
padre, su
abuela,
su
hermana, todos de mentalidad provincial. En otro lado colocó escenarios
del
ambiente
intelectual
con
estudiantes, políticos, artistas, de los
años
después de la segunda Guerra
Mundial,
latinoamericanos
que
le sirvende
modelo para una temática,
como
él la
define,
no sólo literaria, sino
también
sociológica
en
lo que toca el ser latinoamericano. Pero ¿cómo
caracterizar a un latinoamericano?, se pregunta: Etnográficamente el
EDUARDO
CABALLERO CALDERÓN
El buen salvaje, Destino, Barcelona,
1966,
p. 36.
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8/18/2019 ENTRE LAS ORILLAS: IMÁGENES DE
7/10
ctas XV Congreso AIH (Vol. IV). MARGA GRAF. "Entre las orillas: imágenes de Europa e Hispanoam...
ENTRE
LAS
ORILLAS
263
hispanoamericano es un ser sorpresivo (p. 72 . Puede ser un gigante
rubio,
hijo de
padres
alemanes y
nacido
en el sur de Chile , o un
africano del Congo Brazzaville, que es un ministro dominicano , o un
sacerdote budista vestido a
la
moda occidental,
que
es
un
millonario
boliviano
(id.).
Lo verdadero y típico latinoamericano
en
su novela, en su opinión,
debía ser
representado
por tres tipos ejemplares: un
blanco
en el siglo XVI
un indio en el siglo xv, y un
negro
en el siglo XVII ; los cuales por regla de
mezcla son tipos más o menos multirraciales.Un personaje fingido
en
su
novela a escribir, un diputado,
en
cuanto
a América Latina y los
latinoamericanos, argumentó: Internacionalmente
dejamos
de existir.
Históricamente, somos un imperio en descomposición. Ante el porvenir
somos
una
carrilera
abandonada Como
noticia periodística no somos
nada
(p. 87). Al releer ese
párrafo
anterior en su
cuaderno,
esas
palabras
le causaban
un sentimiento
de vergüenza:
Hasta
en París el recuerdo de
América a un escritor hispanoamericano no le produce ideas, sino
palabras
(id.). En otro
escenario
un grupo de jóvenes intelectualesdiscutía
problemas
étnicos, el status quo de las
razas
en las sociedades
modernas
a
mediados
del siglo
XX, problemas
de blancos, negros,
judíos
europeos,
y, especialmente, de los pueblos
multirraciales
en
América
Latina. Dijo
uno de
ellos:
El
auténtico hombre
del Nuevo
Mundo
es el campesino,
el
proletario,
el
empleadito que
lucha contra un
Estado anacrónico
y un
capitalismo
sujeto a
la dominación extranjera. Nuestras
élites
siempre han
tenido una mentalidad
subalterna
y ahora
están
vendidas a los
Estados
Unidos .
Eso
no es
verdad
les
respondió
el escritor-estudiante. Las élites
hispanoamericanas son la única manifestación importante del mestizaje
hispanoamericano .
Fueron los conquistadores, esos
híbridos
de jinete
y de caballo como los centauros , los
que
junto con los primeros colonos
europeos constituyeron en América el fundamento de las futuras élites, y
eran
espiritualmente
mestizos
porque
en ellos había penetrado
profunda-
mente la influencia
del paisaje y
de
nuestras razas
aborígenes
(p. 123).
En otro escenario un hombre político, embajador,
trató
de interesarle
para otro aspecto importante que, en su opinión, aun faltaría en su
novela, es decir la influencia importante
que
procedió de las actividades
de la generación latinoamericana
en
el siglo XIX hasta principios del siglo
xx, de
esa generación
formada
aquí
en París,
cuya influencia
fue
decisiva
tanto
en América como en Europa (p. 180).
Reflexionando
sobre tiempos
pasados,
dijo:
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8/10
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264
MARGA GRAF
esa generación formó
una
conciencia
americana en Europa
y
en
América
una conciencia europea... Por París ha
pasado toda
la
historia americana
desde
la
Independencia
hasta nuestros días
.. En
París nació
en
Bolívar
la
idea
de
la
Independencia
cuando
habló
con
Humboldt y asistió a la coronación de Napoleón en Notre-Dame
..
La
organización del
Estado
se hizo
en América con
ideas de la Revolu-
ción Francesa. Las élites de todos nuestros países han leído
en
francés.
En
París escribió esa generación
de
fines del siglo diecinueve y a
comienzos del veinte a la cual tanto le
debemos
(pp.
180-181
.
No estuvo de acuerdo
con
esto el joven
compatriota
y escritor. Hoy,
le contestó al embajador, las cosas han cambiado, los jóvenes latinoameri-
canos
en
París, los auténticos representantes de
América, son
los hijos
de
familias
muy
modestas ,
no
más los del tipo
de
señorito rico
de
tiempos pasados: Esos
muchachos
no creen en la historia, ni les importa
un bledo. Todos son más o
menos
marxistas, más o
menos
socialistas,
más
o
menos
castristas,
más
o menos peronistas (p. 183). No tienen algo
común con la
generación después de
la
segunda
guerra mundial
cuando:
Centenares
de
hispanoamericanos
ricos y enriquecidos
súbitamente
a la sombra de gobiernos inescrupulosos, vinieron a París. Su símbolo
era
el cabaret
de
La
Nouvelle
Eve,
en
la
Place Pigalle:
un
almácigo
de
lindas francesitas que
bailaban con
los senos
desnudos
y se
parecían
a Chantal (p.
210 .
Al fin, y a
pesar
de todos sus esfuerzos de acercarse bajo aspectos tan
diferentes a la temática
de
su novela, es decir,
de
definir el ser latinoame-
ricano, el joven escritor se ve capaz de definir
literariamente
lo esencial
de la
sociedad latinoamericana, como, evidentemente, lo
podían
definir
en sus obras autores europeos, en cuanto a su
ambiente
social,
por
ejemplo Tolstoi, en
un
medio
aristocrático,
Balzac, en
un
medio
profandamen-
te
burgués,
y otros más. En
Hispanoamérica
no existen sociedades como
en
Europa: En Hispanoamérica el
único
tipo de novela teórica y
prácticamente
factible es
la
popular,
con
personajes extraídos de
la masa
anónima,
del campo, de la tierra
..
(id.).
En
este clima, bajo estas condiciones en que faltan
la autenticidad del
medio y de los personajes, para el escritor/estudiante, no hubo posibilidad
ninguna de escribir la novela de sus imaginaciones, aunque
no podía
resistir,
como
dice, a la
tentación de trabajar
el
tema de la
versatilidad
de
Hispanoamérica
vista
desde
París y
en
París, a través
de
esa sociedad
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9/10
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ENTRE LAS
ORILLAS
265
que
vivió un
momento
como
una hoguera
de
paja
y luego se redujo a
cenizas y a
una columna
de
humo
negro (pp. 211-212).
En
fin, sin dinero, enfermo y envuelto
en
negocios ilegales
con
drogas, desistió y con la ayuda de su
Consulado
y el apoyo financiero de
su
padre,
se mostró de acuerdo con su repatriación para Colombia.
Considerando
la
imagen
de París de Sarmiento, de Güiraldes y de
Caballero
Calderón,
hay un factor común que les une: la
admiración
y
fascinación, el
flair de
París, su
status quo como centro cultural de la
civilización occidental, que,
aún
hoy, parece un hecho indiscutible para
muchos de sus visitantes aficionados de Europa, así
como
de los países
de ultramar.
El problema
de identificarse
con
el Nuevo
Mundo, la
definición del ser latinoamericano,
en
cuanto argentino, mexicano, o
de
otro
pueblo
de
América
Latina,
entre
escritores e intelectuales,
ha
dado
un
tema
de discusiones durante todo el siglo XX.
De
tal manera
que,
en
los años setenta, Ernesto Sábato,
en
su ensayo
Seamos
nosotros
mismos
con alusión a una visita de Nathalie Sarraute, se quejó que una
vez
más
se manifestó ese colonialismo intelectual que
en
otro
tiempo
constituyó una de nuestras
más
célebres calamidades nacionales
6
•
En
este ensayo el escritor argentino está
apelando
a sus compatriotas a
llevar
a cabo
estos fenómenos de éxtasis venerativo ante ciertas
culturas
prestigiosas, y
particularmente
ante todo lo que nos llega
de
París (p.
72 .
MARGAGRAF
Universitiü
Aachen/Humboldt Universitat, Berlín
6
ERNESTO SÁBATO,
La cultura en la encrucijada nacional. Ensayos, Edi tor ia l
Crisis,
Buenos
Aires, 1973, p. 71.
entro Virtual ervantes
8/18/2019 ENTRE LAS ORILLAS: IMÁGENES DE
10/10
Actas XV Congreso AIH (Vol. IV). MARGA GRAF. "Entre las orillas: imágenes de Europa e Hispanoam...