Considerad, pues, hermanos, vuestra vocación y ved que no
hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni
muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios para
avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para
avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado
escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de
que nadie se jacte en su presencia.
1 Corintios 1:26-29
Debemos orar por el derramamiento del Espíritu Santo con
tanto ahínco como lo hicieron los discípulos en el día del
Pentecostés. Si ellos lo necesitaban en aquel
tiempo, nosotros lo necesitamos más hoy día. La oscuridad
moral, cual paño mortuorio, cubre la Tierra. Toda clase de
falsas doctrinas, herejías y engaños satánicos están
desviando las mentes de los hombres. Sin el Espíritu y el
poder de Dios trabajaremos en vano por presentar la verdad.
Testimonios para la Iglesia tomo 5, p.147 (1882).
…y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras
persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del
Espíritu y de poder,… Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo
de Dios, porque ¿quién de entre los hombres conoce las cosas
del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Del
mismo modo, nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu
de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que
sepamos lo que Dios nos ha concedido. De estas cosas
hablamos, no con palabras enseñadas por la sabiduría
humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo
espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las
cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y
no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente.
1 Corintios 2:4 y 10-14
Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas
y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de
Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el
tetrarca, y Saulo. Ministrando estos al Señor y ayunando, dijo
el Espíritu Santo: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la
obra a que los he llamado.” Entonces, habiendo ayunado y
orado, les impusieron las manos y los despidieron. (4)Ellos,
entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a
Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. Al llegar a Salamina,
anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos.
Tenían también a Juan de ayudante. Habiendo atravesado
toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta,
judío, llamado Barjesús, que estaba con el procónsul Sergio
Paulo, varón prudente. Éste, llamando a Bernabé y a Saulo,
deseaba oír la palabra de Dios.
Pero los resistía Elimas, el mago (pues así se traduce su
nombre), intentando apartar de la fe al procónsul. Entonces
Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando
en él los ojos, le dijo: — ¡Lleno de todo engaño y de toda
maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No
cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?
Ahora, pues, la mano del Señor está contra ti, y quedarás
ciego y no verás el sol por algún tiempo. Inmediatamente
cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando
alrededor, buscaba quien lo condujera de la mano. Entonces
el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, admirado
de la doctrina del Señor.
Hechos 13:4 (enviados por el Espíritu)
Enviar: propempo prop-em'-po; para enviar hacia
adelante, i.e. escolta o ayuda en los viajes:--
acompañar, traer (adelante) en un viaje
(camino, vía), conductas enunciadas.
Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes especiales y
en comisión de los principales sacerdotes, cuando a mediodía,
rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba
el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban
conmigo. Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz
que me hablaba y decía en lengua hebrea: “Saulo, Saulo, ¿por
qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el
aguijón.” Yo entonces dije: “¿Quién eres, Señor?” Y el Señor
dijo: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate y
ponte sobre tus pies, porque para esto he aparecido a ti, para
ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y de
aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo y
de los gentiles, a quienes ahora te envío para que abras sus
ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la
potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es
en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.”
Hechos 26:12-18
Cinco etapas del Espíritu Santo:
1. Nos convence del pecado
2. Nos convierte del pecado
3. Nos santifica
4. Nos purifica
https://www.youtube.com/watch?v=gTBBYogskS8
5. Nos prepara para bautizarnos del Espíritu Santo
El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir
el pan, Pablo que tenía que salir al día siguiente, les
enseñaba, y alargó el discurso hasta la medianoche. Había
muchas lámparas en el aposento alto donde se hallaban
reunidos. Un joven llamado Eutico estaba sentado en la
ventana, y rendido de un sueño profundo por cuanto Pablo
disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso
abajo, y fue levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se
echó sobre él, y abrazándolo, dijo: “No os alarméis, pues está
vivo.” Después de haber subido, partió el pan, lo comió y
siguió hablando hasta el alba; y luego se fue. Llevaron vivo al
joven, y fueron grandemente consolados.
Hechos 20:7-12
…el mecánico se arrodilla, junta sus manos, e inclina la
cabeza. El santuario queda en silencio. Con voz suave y muy
clara, con toda reverencia, el mecánico ora en alta voz.
“Nuestro santo y gran Padre celestial, Tú me has llamado aquí
hoy para compartir algo de lo que nada sé. Apenas acabo de
escuchar las palabras recitadas. Te pido ahora que me llenes
con las palabras que necesitas que le diga a tu pueblo. Oro, no
como un hombre de honor sino como un hombre a quien haz
llamado. No hablo porque quiero hacerlo, sino por fe, porque
tú me lo has pedido. Rodéame con tus ángeles. Perdona mis
ofensas para que sea digno de ser tu portavoz. Te pido estas
cosas en el nombre de Jesucristo, mi Salvador, nuestro
Salvador. Amén.”
El mecánico se pone de pie, regresa al púlpito y se detiene por
un momento para mirar hacia el púlpito vacío. Luego él mira a
la congregación y comienza a hablar con voz clara. Durante los
próximos treinta minutos, el mecánico predica, por el poder
del Espíritu Santo, en cuanto a algo que él no había escuchado
antes. Él explica que Pablo le está escribiendo a Tito. Habla en
cuando a la importancia de la fe y de la organización de la
iglesia. Advierte en contra del legalismo judío y detalles
insignificantes, en contra de la pereza y la falsedad. Habla de
la perfección del carácter, de la justificación por misericordia
de Dios, la cual es un regalo, y de la santificación a través de la
obediencia. La congregación escucha atentamente, siguiendo
con sus Biblias abiertas mientras el mecánico comparte el Pan
de Vida, presentando de corazón las palabras derramadas del
altar de Dios.
Tito, 5 de agosto de 2010
Para llevar adelante con éxito los grandes diseños del
evangelio, a menudo Dios ha empleado tanto el ejemplo
intachable de un hombre pobre e iletrado como el trabajo del
ministro alabado por su talento y elocuencia. El poder y la
sabiduría del Señor son revelados en el obrero humilde y
devoto qué vive su religión, más que en el hombre educado
que no depende tan completamente de la ayuda de Dios.”
[Trad.] Manuscritos, tomo 12, p.9
“De los labios de los iletrados saldrán palabras con tal poder
convincente y sabiduría que se producirán conversiones a la
verdad. Miles se convertirán bajo su testimonio.”
Eventos de los Últimos Días, p. 209
El Señor dice, Tomaré hombres iletrados, hombres
insignificantes, y obraré entre ellos por medio de mi Espíritu
para llevar a cabo mis planes en la obra de la salvación de las
almas. El último mensaje de misericordia será dado por un
pueblo que me ama y teme. „No con ejército ni con
fuerza, sino por mi Espíritu.‟ Debemos dar a los hombres
dispuestos y consagrados todo el apoyo posible para que vayan
adelante, y en su manera humilde demuestren su integridad
hacia Dios y su lealtad a los principios.” [Trad.]
La Revista Adventista, 21 de septiembre de 1905
Cuando bajo la prueba los jóvenes muestren que tienen una
preocupación genuina por las personas, y un intenso anhelo
de salvar a sus semejantes, verán convertirse a los seres
humanos. Como consecuencia de su trabajo se recogerá una
cosecha para el Señor. Salgan ellos como verdaderos
misioneros para realizar la obra de hacer circular los libros
que contienen la verdad presente. Mientras lo hacen, eleven
oraciones a Dios en procura de mayor luz y de la dirección de
su Espíritu, para que puedan saber cómo hablar palabras
oportunas. Cuando vean una ocasión para realizar un acto de
bondad, aprovéchenla como si estuvieran trabajando por
sueldo. Recuerden que así están siendo mensajeros del Señor.
Manuscrito 75, 1900.
Dios no nos pide que hagamos con nuestra fuerza la obra que
nos espera. Él ha provisto ayuda divina para todas las
emergencias a las cuales no pueden hacer frente nuestros
recursos humanos. Da el Espíritu Santo para ayudarnos en
toda dificultad, para fortalecer nuestra esperanza y
seguridad, para iluminar nuestra mente y purificar nuestro
corazón. Joyas de los Testimonios tomo 3, p. 209 (1904).
El obrero humilde y eficiente, que responde obedientemente
al llamamiento de Dios, puede tener la seguridad de que
recibirá la asistencia divina. Sentir una responsabilidad tan
grande y santa es en sí mismo elevador para el carácter. Pone
en acción las cualidades mentales más elevadas, y su
ejercicio continuo fortalece y purifica la mente y el corazón.
La influencia ejercida sobre la vida de uno, como sobre la de
los demás, es incalculable.
Joyas de los Testimonios tomo 2, pp. 555, 556 (1900)
Cuando el Espíritu de Dios se posesiona del
corazón, transforma la vida. Los pensamientos pecaminosos
son puestos a un lado, las malas acciones son abandonadas; el
amor, la humildad y la paz reemplazan a la ira, la envidia y
las contenciones. La alegría reemplaza a la tristeza, y el
rostro refleja la luz del cielo.
El Deseado de Todas las Gentes, p. 144 (1898).
Entréguense los colportores evangélicos a la dirección del
Espíritu Santo para que él obre por su medio. Por la oración
perseverante, echen mano del poder que proviene de Dios y
confíen en él con fe viva. Su grande y eficaz influencia
acompañará a todo obrero fiel y veraz.
Así como Dios bendice al ministro y al evangelista en sus
fervorosos esfuerzos por presentar la verdad a la
gente, bendecirá al colportor fiel. Joyas de los Testimonios tomo 2, p. 555 (1900).
Conságrense a Dios jóvenes y ancianos, emprendan la obra
y, trabajando con humildad, avancen bajo el control del
Espíritu Santo.
Joyas de los Testimonios tomo 2, p. 547 (1900).
No pueden menos los corazones que ser conmovidos por la
historia de la expiación. Si aprenden a ser mansos y humildes
como Cristo, sabrán qué decir a la gente; porque el Espíritu
Santo les enseñará las palabras que han de hablar. Los que
comprenden la necesidad que hay de mantener el corazón
bajo el dominio del Espíritu Santo, se verán capacitados para
sembrar una semilla que brotará para vida eterna. Joyas de los Testimonios tomo 2, p. 544 (1900).
“En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en
que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y
testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.
Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios
permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y creído
el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que
permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. En esto se ha
perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en
el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este
mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa
fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que
teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a
él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y
aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su
hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha
visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a
Dios, ame también a su hermano.”
1 JUAN 4:13-21
Necesitamos comprender más plenamente la misión de los
ángeles. Sería bueno recordar que cada verdadero hijo de Dios
cuenta con la cooperación de los seres celestiales. Ejércitos
invisibles de luz y poder acompañan a los mansos y humildes
que creen y aceptan las promesas de Dios; hay a la diestra de
Dios querubines y serafines, y ángeles poderosos en
fortaleza, los cuales “son todos espíritus
administradores, enviados para servicio a favor de los que
serán herederos de la salvación”. Hebreos 1:14.
Los Hechos de los Apóstoles, p. 127 (1911).
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