Figura 8. Estereotipos y prejuicios acerca de la superdotación (Hallahan y Kauffman, 1994)
SOBRE SU SALUD FÍSICA Y PSICOLÓGICA
Mito: Los superdotados son débiles físicamente,
enfermizos y propensos a los desequilibrios
psicológicos.
Realidad: Numerosos estudios, empezando por los
de Terman (1925), han demostrado que los
superdotados tienen buena salud física. Son más
altos, más fuertes y desarrollan mayor energía que
los de su misma edad. De igual modo, su ajuste
psicológico, cuando hay diferencias lo son a su
favor, es decir muestran un mayor ajuste y
bienestar psicológico. Se rompe el mito de la figura
del genio como persona patológica. (Terman, 1925;
Freeman, 1988; García, et. al., 1986; Reynolds y
Bradley, 1983).
SOBRE SU COMPETENCIA SOCIAL Y CARACTERÍSTICAS SOCIOEMOCIONALES
Mito: Son personas inadaptadas, introvertidas, con
problemas emocionales, de comunicación y
sociabilidad.
Realidad: Si bien hay variaciones en el grupo, al
igual que ocurre con el resto de la población de
capacidad media, tienden a ser comunicativos,
adaptados socialmente y emocionalmente estables
(Pérez, y Domínguez, 2000).
SOBRE SUS CAPACIDADES
Mito: El superdotado es aquel que puntúa alto en
los tests de inteligencia, es decir, posee un alto
cociente intelectual.
Realidad: El CI no es el único indicador de la
superdotación. Otros factores (como la creatividad
y motivación) son tan importantes como la
inteligencia general. Algunos tipos de
superdotación y talento no son evaluados mediante
los tests de inteligencia (Hallahan y Kauffman,
1994)
SOBRE SU COMPETENCIA ESCOLAR
Mito: El superdotado lo hace todo bien. Obtienen
un alto rendimiento escolar, destacando en todas
las áreas.
Realidad: Hay superdotados cuya
multipotencialidad es muy alta y muy extensa,
mientras otros destacan en un campo talento
particular siendo mediocres en otros.
En ocasiones puede obtener un bajo rendimiento
escolar o destacar sólo en aquellas áreas que le
interesa (Jiménez, 2002).
SOBRE SU ACTITUD EN LA ESCUELA
Mito: En el colegio suelen ser problemáticos,
engreídos y se aburren. Tienen una conducta
oposicionista hacia los responsables de su
educación.
Realidad: No, si la escuela los acepta y los
estimula. Si son aceptados, acuden con gusto a la
escuela y se adaptan bien a los profesores y a los
compañeros (Jiménez, 2002).
SOBRE SU ATENCIÓN EDUCATIVA
Mito: Debido a su alta capacidad, los superdotados
no necesitan ayuda especial. Pueden aprender solos
en cualquier circunstancia y autoeducarse.
Realidad: Con la dotación se nace pero también se
hace. No son superhombres, no tienen experiencia
y es muy difícil para un niño situarse
adecuadamente en una escuela y en una sociedad
pensada para el grupo medio. No podemos olvidar
que, a pesar de su capacidad y/o talento, son niños
y que los factores socioemocionales necesitan ser
apoyados igual que los intelectuales (Pérez y
Domínguez, 2000).
SOBRE SU PRECOCIDAD
Mito: La superdotación es un rasgo estable y
evidente ,de forma estable, a lo largo de toda la
vida. Se espera que el superdotado muestre señas
de identidad desde edades bien tempranas.
Realidad: Esta idea ha contribuido a que
habitualmente se equipare precocidad a
superdotación. La realidad es que algunos
superdotados desarrollan muy pronto su capacidad,
estable durante toda la vida, mientras que otros no
son detectados hasta la adultez. Ocasionalmente, un
niño que muestra una capacidad alta, se convierte
en un adulto normal (Hallahan y Kauffman, 1994) .
SOBRE SU PROCEDENCIA SOCIOCULTURAL
Mito: la mayoría de los niños superdotados
proceden de estratos socioculturales elevados.
Realidad: La realidad es que la sobredotación
aparece en todas las clases sociales. No obstante,
en un entorno deprivado y con pocas oportunidades
culturales, el niño tendrá menos posibilidades para
desarrollar su verdadero potencial y para ser
identificado como tal (García, et.al., 1986).
SOBRE SU ÉXITO EN LA VIDA
Mito: La superdotación garantiza el éxito en la
vida
Realidad: En absoluto. Si entendemos el éxito
desde el punto de vista económico-empresarial,
Terman y su equipo concluyeron que los
participantes de su estudio alcanzaron una posición
económica de tipo media. Desde el punto de vista
de la autorrealización personal, se puede decir que
gozaban de buena salud, estaban satisfechos con su
vida y se sentían realizados.
Muchos niños superdotados no se convierten en
sujetos eminentes en sus años adultos, del mismo
modo que muchos adultos eminentes no fueron
prodigios en su niñez (Acereda, 2000).