Juanito estaba
jugando con su
consola de juegos
play station en la sala
cuando de pronto
paso algo inesperado
se fue la luz y
asustado acudió a su
abuelito.
Juanito en su angustia despertó a su
abuelito y le comento lo que había
sucedido, entonces el abuelito con gesto de
cariño le dijo que no se preocupara y que
pronto volvería la luz.
Juanito al darse cuenta que no llegaba
pronto la luz le pidió a su abuelito que le
contara una historia y así no se sentiría
aburrido y se distraería con el relato que le
iba decir su abuelito.
Hace mucho tiempo en un país muy lejano y
donde todavía no habían inventado la luz eléctrica ni las consolas
de juego; un hombre que tenía mucho dinero
y tenía al servicio muchos empleados,
tuvo que salir al extranjero por una
calamidad doméstica y llamo a tres de sus empleados, para
dejarlos encargados de sus bienes
Al primero le dejo cinco talentos a otro dos y
a otro uno, a cada uno según su capacidad
y el señor se marchó
En seguida el que había recibido cinco
talentos fue y negocio con ellos y logro
ganar una misma cantidad, de igual forma
hizo el segundo y recibió una cantidad
similar.
Y el que recibió
uno, se llenó de
temor y no hizo
como los demás,
sino que escondió
el dinero de su
señor.
El abuelito en ese momento se queda
dormido y Juanito queda intrigado por el
desenlace de la historia, ¿Qué pasaría
cuando llegara el Señor?
Juanito despertó a su abuelito y le dijo que
siguiera contándole la historia, el abuelito
no se acordaba en donde había quedado y
Juanito le recordó ¿Qué pasaría cuando
llegara el Señor? Y con sus tres empleados.
Se acercó al que había
recibido cinco talentos y
le presentó otros cinco,
diciendo: señor cinco
talentos me dejaste; mira,
he ganado otros cinco.
Su señor le dijo: muy
bien. Eres un empleado
fiel y cumplidor; como
haz sido fiel en lo poco,
te daré un cargo
importante; pasa al
banquete de tu señor
de la misma manera el que había recibido
dos talentos presento a su señor otros dos y
el señor lo felicito y le dijo que pasara al
banquete.
Finalmente se
acercó al que había
recibido un talento y
dijo: Señor, sabia
que eres exigente,
que siegas donde no
siembras y recoges
donde no esparces;
tuve miedo y fui a
esconder tu talento
bajo tierra. Aquí
tienes lo tuyo.
El señor le respondió: eres un empleado
negligente y holgazán: ¿conque sabias que
siego donde no siembro y recojo donde no
esparzo? Pues debías haber puesto mi
dinero en el banco, para que, al volver yo,
pudiera recoger lo mío con los intereses.
Porque el que tiene se le dará y le sobrará,
pero al que no tiene, se le quitará hasta lo
que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo
fuera.
Juanito la moraleja consiste en que el señor que es Dios, nos brinda a cada uno, un don, un
carisma una cualidad particular. Nosotros como fieles suyos
debemos de enriquecer y nutrir esa cualidad, todos estamos llamados a ganar cinco o dos
talentos, no obstante si tenemos temor y no
demostramos esa cualidad nos pasara como el que escondió el denario, no debemos de recurrir
hacer negligentes sino a descubrir y brindar nuestro don
a los demás ganando así el éxito de la vida que es el entrar
en el banquete del Señor.
En ese momento llego la luz y Juanito le
agradeció a su abuelito por contarle la
historia, comprendiendo que cada persona
tiene un talento especial.