EVOLUCIÓN DE LA
FLEXIBILIDAD EN LA
MUSCULATURA
ISQUIOTIBIAL EN
FUTBOLISTAS JÓVENES
AUTOR: Daniel Romo Martín
TUTOR: Profesor. Dr. Javier Sánchez Sánchez
FECHA DE PRESENTACIÓN:
2
INDICE
AGRADECIMIENTOS ................................................................................................................ 3
RESUMEN ................................................................................................................................... 3
ABSTRACT ................................................................................................................................. 3
1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................... 3
2. MARCO TEÓRICO ................................................................................................................ 5
2.1. CAPACIDADES Y CUALIDADES FÍSICAS Y PERCEPTIVAS ............................... 5
.2.2. EVOLUCIÓN DE LA CONDICIÓN FÍSICA .............................................................. 11
2.3. EVALUACIÓN DE LA CONDICIÓN FÍSICA ............................................................. 15
3. MARCO EMPÍRICO ............................................................................................................. 18
3.1. OBJETIVOS E HIPÓTESIS ........................................................................................ 18
3.2. MATERIAL Y MÉTODOS ............................................................................................ 18
3.2.1. MUESTRA .............................................................................................................. 18
3.2.2. MATERIAL .............................................................................................................. 20
3.2.3. PROCEDIMIENTO ................................................................................................ 20
3.2.4. ANÁLISIS ESTADÍSTICO .................................................................................... 21
4. RESULTADOS ..................................................................................................................... 22
5. DISCUSIÓN .......................................................................................................................... 23
6. CONCLUSIÓN ...................................................................................................................... 26
7.BIBLIOGRAFIA ...................................................................................................................... 26
3
AGRADECIMIENTOS
El autor agradece a los jóvenes y padres la predisposición mostrada para realizar este
estudio. También, la colaboración por parte de los 4 clubes participantes en el estudio:
Unión Deportiva Salamanca, Unión Deportiva Santa Marta, Club de Fútbol Helmántico
y Club Deportivo Navega. Agradecer la ayuda mostrada por técnicos y responsables
de cada categoría.
RESUMEN
El objetivo de este estudio es ver la evolución que se produce en la capacidad
flexibilidad de los músculos isquiotibiales en jóvenes jugadores de fútbol, desde infantil
hasta juvenil. Participaron 302 jugadores, que pasaron por la prueba “sit and reach”,
para medir flexibilidad a dos piernas, pierna derecha y pierna izquierda. Además se
establecieron los descriptivos en relación al peso, talla y altura. Entre infantiles y
cadetes existe una diferencia muy significativa (p<0,01) y entre infantiles y juveniles
existe diferencia significativa en la flexibilidad de ambas piernas (p<0,05). Entre
cadetes y juveniles no se encuentran diferencias.
ABSTRACT
The aim of this study is to see the evolution that occurs in the capacity of hamstring
flexibility in young soccer players, from preschool to youth. 302 players participated,
who passed through the test "sit and reach" to measure flexibility to both legs, right leg
and left leg. Besides the descriptive settled on the weight, size and height. Among
children and cadets there is a significant difference (p <0.01) and among children and
youth significant difference in the flexibility of both legs (p <0,05). Among youth cadets
and found no differences.
1. INTRODUCCIÓN
El fútbol es uno de los deportes que más expansión ha tenido en la segunda mitad del
siglo xx, hasta convertirse hoy en día en el deporte rey en todo el mundo. Se ha
incrementado el número de jugadores que disponen de ficha federativa y están
afiliados a las respectivas federaciones de fútbol. Este crecimiento ha supuesto la
creación de numerosas escuelas deportivas para la formación de jóvenes futbolistas
desde etapas tempranas (Sedano, Cuadrado y Redondo, 2007). Es un deporte que se
caracteriza por esprines cortos, de poca duración, aceleraciones, desaceleraciones,
saltos, giros, lucha, fuerza… intervienen todas las capacidades físicas básicas y
perceptivas. (Lago, Casais, Dellal, Rey y Domínguez, 2011).
4
En un partido de fútbol, los jugadores están expuestos a varias tareas técnicas,
tácticas, físicas y psicológicas, de acuerdo a su puesto específico, que se definen
como: portero, defensa, centrocampista y delantero (Wong, Chamari, Dellal y Wisloff,
2009). Existen estudios previos que se encargan de diferenciar el rendimiento
fisiológico en función de la posición en el campo, entre jugadores del fútbol juvenil, y
los resultados han sido inconsistentes (Malina, Eisenmann. Cumming, Ribeiro y Aroso,
2004).
Los cambios que se producen en los jugadores jóvenes son continuos en cuanto a su
composición corporal y funcional, y están bien documentados (Malina et al., 2004).
Para estudiar la evolución de las capacidades físicas y perceptivas se utilizan
diferentes test. El objetivo de este trabajo es ver la evolución que tiene la flexibilidad
del músculo isquiotibial, desde etapas tempranas para el fútbol (infantil), hasta
juveniles. Para medir la media de la capacidad propuesta, se utiliza el test “sit and
reach” (normal, pierna derecha y pierna izquierda).
Aunque existen pocos estudios relativos a la flexibilidad en el joven futbolista utilizando
la prueba “sit and reach”, sí que se utilizan varios protocolos semejantes para el
estudio de la salud y evaluación de la flexibilidad lumbar. Esta prueba requiere del uso
de un cajón, y obliga a sentarse con las piernas rectas apoyadas en la caja al sujeto
ejecutor (Sai-Chuen y Yuen, 2000).
Para la valoración de un grupo muscular se requiere de pruebas eficaces, que posean
un elevado grado de fiabilidad. La más precisa para la valoración de la flexibilidad es la
radiografía, pero su uso es limitado debido al elevado coste económico. Por eso, en la
literatura científica se describen métodos indirectos para la exploración de la
musculatura isquiosural. Pruebas como “distancia dedos-planta” o “sit and reach”, son
utilizadas por los especialistas para medir la flexibilidad del músculo isquiotibial (Ayala
y Sainz, 2011).
Para mejorar la capacidad de flexibilidad, se pueden realizar estiramientos estáticos
activos durante el calentamiento. Aunque en la actualidad, existen diferentes debates
sobre si estos deben ser incluidos al principio o al final de una sesión. Es importante
realizar un estudio exhaustivo, que permitan valorar si los estiramientos intervienen o
son importantes en el rendimiento (Ayala, Sainz, Cejudo y Ste Croix, 2011).
5
2. MARCO TEÓRICO
2.1. Capacidades y cualidades físicas y perceptivas
Bangsbo (1997) comprobó que el entrenamiento de la condición física puede ayudar a
un jugador a resistir las exigencias físicas del fútbol y a mantener sus habilidades
técnicas a los largo de un partido. Todos los jugadores de fútbol, con independencia
de su nivel de juego, pueden beneficiarse de un programa de entrenamiento de la
condición física.
Ekblo (1999, citado en González, Salinero, Ruíz, Abián, García, Rodríguezy Cruz,
2011) nos remarca que las demandas en el fútbol varían con la edad, el nivel de
competición, la posición de los jugadores y el estilo de juego. Debido a esto,
(Carbonell, Aparicio, & Delgado, 2009, citados en Gonzalez et al.) es normal encontrar
diferentes perfiles de condición física incluso, dentro de un mismo equipo.
Es muy importante saber diferenciar el rol de cada jugador en el campo, ya que su
condición física variara en torno a su posición en el mismo. Además de esto, cada
jugador debería crear un programa de entrenamiento individual en el que mejorar su
condición física de base para un posterior rendimiento máximo.
El deporte de alto rendimiento exige cada vez más atletas dotados genéticamente, a
los cuales en su preparación se les apliquen grandes cargas de entrenamiento en
volumen e intensidad, cuando éstos han culminado la maduración biológica (Pancorbo
y Blanco, 1990).
Existe un problema actual en cuanto al desarrollo de la condición física desde
infantiles hasta juveniles. Según escriben Fernández, Medina, Garro, y Pérez, (2001),
algunos autores creen que los profesores de educación secundaria deben asumir las
riendas del proceso de enseñanza-aprendizaje de los jóvenes en la condición física, ya
que desde hace años, este aspecto se ha dejado en manos de los docentes del ámbito
universitario y en técnicos deportivos. Esto hace que se mejoren los programas en los
institutos y colegios, para que el alumno este “enganchado” y logre el objetivo de
mejorar el bloque de condición física.
Siguiendo por el camino de la educación o la enseñanza, Fernández, Medina,
Ochando y Garro (2003), sostienen que uno de los bloques específicos de educación
física, que más controversia desata por el rechazo de los alumnos es el de condición
física. Estos autores desarrollaron un trabajo, en el que partiendo de una metodología
flexible, pretendieron minimizar las controversias o el desinterés suscitado en los
6
alumnos, y además, recogieron diferentes opiniones. Fernández et al. (2003), llegaron
a las siguientes conclusiones:
Los alumnos/as valoraron con un notable el programa de entrenamiento
de la condición física.
Es complicado mentalizar a los alumnos a que realicen un programa de
condición física fuera del centro escolar.
Los alumnos utilizan todo tipo de información que proviene de
entrenadores, revistas, gimnasios…, con lo cual el profesor de
educación física tiene que tener en cuenta estas circunstancias para
que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea correcto.
En referencia a la reflexión realizada por Fernández et al., (2003), destacar que es
importante el papel de los alumnos y/o jugadores o deportistas, ya que su opinión es
de vital importancia para establecer una programación de la condición física individual.
Recuperando el deporte estrella, el fútbol, es una competición que mezcla periodos de
alta intensidad con periodos de baja intensidad, por lo que es un deporte intermitente.
La práctica del fútbol requiere de numerosas cualidades físicas, técnicas, tácticas y
psicológicas (Dauty, Bryand, & Potiron-Josse, 2002; Mercé, 2003, citados en González
et al., 2011). El fútbol exige a los jugadores ser competentes en varios aspectos de la
condición física, como son: la potencia aeróbica y anaeróbica, la flexibilidad, la
velocidad, la fuerza muscular, y la agilidad. (Ekblom, 1986; Reilly & Doran, 2003; Reilly
& Thomas, 1976, citados en González et al.).
La fuerza explosiva y la velocidad, son factores determinantes en el rendimiento
deportivo de los futbolistas (Le Gall, Beillot, & Rochcongar, 2002, citados en González
et al., 2011). En este sentido Vittori (1990, citado en González et al.) afirma que la
velocidad es una capacidad de la fuerza, mientras que esta última es una capacidad
pura que determina la velocidad que adquieren los cuerpos al desplazarse. La fuerza
explosiva en el fútbol habitualmente se ha relacionado con la ejecución de gestos
técnico-físicos tales como los saltos, los pases o los golpeos, (Masuda, Kikuhara,
Demura, Katsuta, & Yamanaka, 2005; Winkler, 1993, citados en González et al.). El
entrenamiento deportivo necesita un buen desarrollo de la fuerza muscular, ya que es
muy necesaria para la manifestación de la velocidad o la potencia (Mayo, 2009).
Actualmente existen numerosas investigaciones para el trabajo de fuerza explosiva
con salto vertical, por ejemplo, mediante la utilización del test de Sargent (Sargent,
1921, citado en González, Díaz, García, Mora, Castro y Facio, 2007). En cuanto a su
entrenamiento, los programas de fuerza pueden ser modificados no sólo por la carga
7
externa, sino también por la velocidad de contracción o el nivel de fatiga producida. La
modificación de los parámetros, producirá respuestas fisiológicas distintas (Mayo,
2009). Mayo, señala que la máxima activación de las fibras musculares durante el
entrenamiento es determinante para lograr una mejora de la fuerza. Cuando se
completa una serie en un ejercicio, la práctica habitual es incrementar la dificultad de
ese ejercicio aumentando el número de repeticiones-objetivo. Esto se realiza porqué
las unidades motoras se fatigan y al intentar mantener la fuerza deseada, se reclutan
más unidades motoras. En relación a la velocidad como cualidad física, en un partido
de fútbol es necesario que los jugadores sean capaces de repetir sprints de varios
segundos con breves periodos de recuperación, con lo cual su entrenamiento es
imprescindible y su evaluación también, mediante RSA o la capacidad de realizar
series de sprints repetidos. Esto último es muy utilizado por los profesionales del fútbol
(Bishop&Edge, 2006; Ferrari Bravo, Rampini, &Impellizeri, 2007; Ferrari Bravo,
Rampinini, &Impellizzeri, 2006; Ferrari Bravo, et al., 2005; Rampinini, et al., 2007,
citados en González, 2011).
En relación a la agilidad, Pombo (2012), expone que la capacidad de cambiar de
orientación o dirección, basado en el procesamiento rápido de información externa e
interna sin pérdidas significativas de la velocidad, es lo que se denomina como
agilidad. Según Castello y Kreis (2009, citados en Pombo, 2012), observaron una
correlación directa entre el aumento de la agilidad y el desarrollo de la sincronización
de gestos, ritmo y movimientos. Estos son los componentes clave de la coordinación
de la capacidad física. El entrenamiento de la agilidad/ velocidad multidireccional se
asemeja mucho a la actividad deportiva real y puede, por lo tanto, atender las
demandas neuromusculares necesarias para realizar las habilidades específicas del
fútbol (Pombo). Según VernGambetta (citado en Pombo), los componentes clave del
entrenamiento de la agilidad son los siguientes:
Control del cuerpo y conciencia corporal.
El reconocimiento de información y la reacción.
Inicio del movimiento y el primer paso.
La aceleración.
Juego de piernas.
Cambio de dirección.
La parada.
Pombo (2008), cree que en la actualidad, no existe un consenso dentro de la
comunidad de las ciencias del deporte para una definición clara de agilidad.
8
Clásicamente ha sido definida como la habilidad para cambiar de dirección
rápidamente (Bloomfield, Ackland, & Elliot, 1994; Clarke, 1959; Mathews, 1973,
citados en Pombo, 2008), pero también como la habilidad para cambiar de dirección
rápidamente, imprevistamente y con precisión (Borrow & McGe, 1971; Jonson &
Nelson, 1969 citados en Pombo). En 1976, se desarrollo una clasificación de agilidad
para que las tareas fueran consideradas simples, temporales, espaciales o universales
(Chelladurai, 1976 citado en Pombo). En la siguiente tabla se muestra la clasificación
de la agilidad:
Tabla 1. Clasificación de la agilidad (Chelladurai en 1976, modificada por Pombo, 2008)
Clasificación de la
agilidad
Definición
Ejemplos de habilidad
deportiva
SIMPLE
No incertidumbre espacial ni
temporal
La rutina de un gimnasta de suelo,
actividad preplanificada, iniciada
cuando el atleta desea,
movimientos que el atleta a
preparado anteriormente. El
estímulo es el movimiento propio
del atleta y el dominio físico en el
cual ellos están ejecutando esta
habilidad
TEMPORAL
Incertidumbre temporal, pero el
movimiento esta también
planificado anteriormente
(confianza espacial).
Inicio de sprint de los atletas,
actividad planificada anteriormente,
iniciada como respuesta a un gran
estímulo, en este caso la pistola
que da inicio a la carrera, donde no
existe ninguna incertidumbre sobre
cómo y cuándo exactamente la
pistola se disparará.
ESPACIAL
Incertidumbre espacial, pero el
tiempo del movimiento está
planificado anteriormente
(confianza temporal)
La recepción de voleibol, o de un
servicio de cualquier deporte de
raqueta, el árbitro determina en un
estrecho margen de tiempo donde
el que sirve debe sacar la pelota al
oponente. Sin embargo, no existe
ninguna certeza por parte del que
recepciona hacia donde será
dirigido el servicio.
UNIVERSAL
Incertidumbre espacial y
temporal
En fútbol durante las jugadas
ofensivas y defensivas los
jugadores no pueden anticipar hacia
donde se van a mover sus
oponentes.
9
Figura 1. Componentes universales de la AGILIDAD (modificado por Young et al.,
2002, citado en Pombo, 2008).
Como vemos en la figura 1, la agilidad depende de varios factores, por lo que es de
vital importancia que los entrenadores y/o profesores de educación física no los
olviden en el desarrollo individual del individuo, ya que el rendimiento de la condición
física y de la agilidad depende de ello. Todos los factores son importantes, pero en el
fútbol actual despierta un interés especial la calidad del músculo en la pierna, es decir,
la fuerza reactiva, la potencia, la fuerza concéntrica, y el desequilibrio entre la
musculatura de la pierna derecha e izquierda.
En el recorrido por las principales capacidades y cualidades físicas y perceptivas, de la
condición física, diferenciar entre entrenamiento aeróbico y entrenamiento anaeróbico.
Según Bangsbo (1997) “el entrenamiento aeróbico puede dividirse en entrenamiento
aeróbico de alta intensidad, entrenamiento de baja intensidad y entrenamiento de
recuperación” (p.113). En un partido, un jugador debe ser capaz de hacer ejercicio a
intensidades elevadas en cualquier momento. Para ello mejoraremos mediante el
entrenamiento aeróbico a alta intensidad. Si se realizan entrenamientos de baja
intensidad, puede que se incremente la capacidad de resistencia de un jugador. Pero
lo más importante es aplicar entrenamiento de recuperación cuando la carga ha sido
intensiva. (Bangsbo). Sin embargo, el entrenamiento anaeróbico se divide según
Bangsbo, en entrenamiento de velocidad y de la capacidad de resistencia de
velocidad. Así mismo, afirma que un sprint medio durante un partido dura menos de
tres segundos, pero sin embargo, en el fútbol, la velocidad no depende únicamente de
10
la capacidad física, supone también una rápida toma de decisiones que deben
traducirse en movimientos rápidos. El objetivo del entrenamiento de velocidad es la
mejora de la capacidad de los jugadores para percibir, evaluar y actuar con rapidez en
situaciones en que la velocidad es esencial, por lo tanto, todo esto puede conseguirse
a través del entrenamiento de la capacidad de resistencia de la velocidad que mejora
la capacidad para repetir esfuerzos de alta intensidad durante el partido o la
competición (Bangsbo).
En cuanto a la flexibilidad, Sedano et al. (2007), se refieren a ella como una capacidad
importante en todos los deportes ya que cada movimiento exige una amplitud, y esta
tiene que ser la adecuada, por lo tanto, hay que tratar de que dicha capacidad no se
vea reducida. Es un factor relevante tanto en la movilidad articular como en la
elasticidad y extensibilidad. En el fútbol, es fundamental la movilidad de la articulación
de la cadera, ya que evitará descompensaciones y lesiones y permitirá realizar los
gestos técnicos correctamente, sobre todo el golpeo de balón.
En un estudio realizado por Sedano et al., (2007) para la valoración de la flexibilidad
utilizaron la flexión de tronco. La prueba consistía en que el individuo estudiado tenía
que situarse frente al cajón de flexibilidad, apoyando la planta de los pies en la parte
frontal del mismo. Desde esa posición y sin poder doblar rodillas, deberán doblar el
tronco y tratar de empujar la regla lo más lejos posible. Repitieron la prueba 2 veces
con cada sujeto, para validar únicamente el mejor intento. El resultado en 106 niños
desde benjamín hasta infantil, fueron bajos en todos los grupos. Por lo tanto, después
de esto, Sedano et al., llegaron a la conclusión de que la flexibilidad es una capacidad
que involuciona a partir de los 3 años, alcanzando un punto más bajo durante la
pubertad, y más si dicha capacidad no es trabajada o entrenada. Álvarez y cols.,
(2003 citados en Sedano et al.), remarcan que la articulación de la cadera es
determinante para el rendimiento de un futbolista, con lo cual, debe tener una
movilidad adecuada y los músculos implicados tienen que ser lo suficientemente
flexibles, para evitar desajustes y lesiones propias. Weineck (1994, citado por Sedano
et al.) dice que “los grupos musculares de la zona anterior y posterior del muslo se
tipifican como problemáticos, por ser muy potentes, estar muy desarrollados y
generalmente acortados por falta de un trabajo específico de flexibilidad” (p. 60).
De acuerdo con Araújo y Araújo (2004, citados en Azevedo y Furtado, 2006), explican
que la flexibilidad es la movilidad pasiva máxima que puede alcanzar un movimiento
articular, pero que además es una de las variables más importantes de la aptitud física
relacionada a la salud y un factor fundamental para el movimiento.
11
Ferrer y cols. (1996 citados por Latorre y Herrador, citados por Sedano et al., 2007),
indican que el trabajo de la fuerza, junto con deportes colectivos como el fútbol,
baloncesto, balonmano, pueden favorecer la disminución de la flexibilidad de la
musculatura isquiotibial. Durante la práctica del fútbol, continuamente se requieren
acciones de fuerza que afectan fundamentalmente a la musculatura extensora de la
rodilla (cuádriceps) y flexora de la cadera. (Sedano et al.). Como bien dicen este grupo
de autores, el esfuerzo propio de la modalidad deportiva de fútbol, se compone de
acciones como los saltos o los golpeos, donde se requiere un trabajo
fundamentalmente de tipo concéntrico de este grupo muscular, y frenadas con
cambios de dirección o caídas de los saltos donde el requerimiento es de tipo
excéntrico e incluso isométrico. La musculatura de la parte posterior del muslo se
limita a ejercer su acción antagónica ante esos esfuerzos explosivos, y no se trabaja
suficientemente de manera específica. Tampoco se realizan estiramientos con la
insistencia adecuada, por lo que ese grupo muscular aparece habitualmente acortado,
limitando la amplitud de los movimientos y siendo la causa de una de las lesiones más
frecuentes en el mundo del fútbol, la distensión y/o rotura de fibras en la parte
posterior del muslo.
.2.2. Evolución de la condición física
La evolución de las diferentes capacidades físicas básicas, según Muñoz (2009):
Evolución de la fuerza:
Se desarrolla durante el crecimiento biológico y alcanza su
máximo durante la etapa que comprende los 20-30 años.
En la etapa infantil, no suele haber un incremento grande de la
fuerza.
En etapa cadete, se produce un aumento del volumen corporal,
en longitud y en anchura, lo que conlleva un incremento en la
fuerza.
En etapa juvenil, se termina el desarrollo de la musculatura, con
lo cual también tiene repercusión sobre la fuerza.
Evolución de la resistencia:
Es de vital importancia para el mantenimiento de la salud.
Presenta mejoras durante la infancia y la adolescencia.
En la etapa infantil, hay que diferenciar entre el sexo femenino y
el masculino. Las primeras no solo no mejoran sino que además
12
se estancan. Los segundos experimentan un aumento en dicha
capacidad.
En etapa cadete, la resistencia aumenta, alcanzando valores
máximos en la resistencia aláctica.
En la etapa juvenil, el cuerpo estará más preparado para tolerar
el ácido láctico, con lo cual, también durante esta etapa se
produce una mejora en la resistencia anaeróbica láctica.
Evolución de la velocidad:
En etapa infantil, se producen problemas de coordinación,
debido al aumento de la fuerza y a la limitación de la velocidad.
En etapa cadete, se progresa hacia la etapa adulta, corrigiendo
los problemas de coordinación de las anteriores etapas.
En etapa juvenil, se alcanza el 95% de la velocidad máxima. El
máximo se alcanza sobre los 25 años.
Evolución de la flexibilidad:
Esta capacidad al contrario que las demás, involuciona según el
sujeto adquiere más años de edad.
A partir de la etapa infantil, se produce un descenso en esta
capacidad. Todo dependerá del sujeto, es decir, de su actividad
y de su particular constitución.
En referencia a la flexibilidad, en un estudio realizado por Vila, Fernández y Rodríguez
(2007), sobre 91 jugadores de balonmano, desde infantil hasta juvenil, los mejores
resultados aparecen en la categoría juvenil. Con lo cual les llevo a dudar de la
valoración real del test de flexibilidad de tronco (Rodríguez y cols., 1998, Fernández,
1999, Fernández y cols., 2001, citados en Vila et al.). En cuanto a la velocidad, en el
mismo estudio, llegaron a la conclusión de que cuando las capacidades perceptivo-
motrices y las físico-motrices aumentan o mejoran, también lo hace la velocidad, ya
que van unidas.
Kell& Bell (2001 citados en Azevedo y Furtado, 2006) muestran que para tener una
buena puesta en marcha del sistema músculo-esquelético hay que tener presentes la
evolución de tres componentes principalmente, como son, la fuerza muscular,
resistencia y flexibilidad. Si no fueran mantenidos en el tiempo podrían existir impactos
negativos en la salud y el bienestar.
13
La capacidad aeróbica, la fuerza muscular y la composición corporal han sido las que
más han evolucionado en el ámbito científico. (American College of Sports Medicine,
1998 citado en Ruiz, 2007).
No solo hay que tener en cuenta la evolución de la condición física de forma individual
y/o biológica, además hay que entenderla dentro del deporte que se precise, es decir,
adaptada a unas características únicas de la modalidad que estemos trabajando. Si
por ejemplo hablamos de deportes colectivos, cada individuo tiene una función o un
puesto determinado dentro de ese grupo, con lo cual la condición física varía y
evoluciona según diversos parámetros relacionados al deporte concreto. Existe un
estudio de Hernández (1991), en el que decide plantear 3 cuestiones relacionadas a
la evolución de la condición física aplicada al deporte de hockey patines. Una de esas
preguntas hace hincapié a la diferencia que existe entre los delanteros y los defensas
en relación a su condición física. Sin embargo sus conclusiones fueron negativas y no
encontró la existencia de diferencias entre los atacantes y los defensores.
En la evolución de la condición física como concepto, podemos distinguir entre la
Condición física general, que es la que sirve para desenvolverse en actividades
cotidianas, y la específica, que sería una adaptación particular para cada tipo de
actividad deportiva. (Sanchez-Bañuelos, 2002).
Siempre hay que considerar la evolución de la condición física como un todo, que está
formado por diferentes cualidades o capacidades, que están involucradas en la
realización de actividades deportivas y que incluye tanto la condición motora, como la
anatómica, la fisiológica, la nerviosa, etc. (Aguilar, Calahorro, Moral, 2009).
En el fútbol como deporte, tienen mucha importancia los procesos aeróbicos dentro de
la condición física. Para ver cuál es su evolución, Gómez, Aranda y Ferrer (2010),
exponen una serie de datos en cuanto a la duración de los esfuerzos realizados
dependiendo del nivel con el que se compita, pero que por norma general, un jugador
pasa el 17% del tiempo inmóvil, el 40% andando, el 35% a corriendo a baja velocidad,
el 8% corriendo a alta velocidad y tan solo un 0,6% corriendo a sprint. Realizaron
diferentes estudios en la evolución de los principales parámetros de la condición física
con la edad, como son el VO2 máx., la FC y el umbral anaeróbico, en referencia a los
tantos porciento descritos anteriormente.
Existen numerosos trabajos dentro del mundo del fútbol, para ver la evolución de las
capacidades físicas implicadas en el mismo deporte (Dominguez, 1997; Rico,1997;
Hollman, 1979; Gonzalez y Ainz, 1998, y Reilly, 1997, citados en Álvarez, Casajús y
14
Corona, 2003), pero son muy pocos los trabajos donde se hayan desarrollado test
específicos para el futbolista (Jimenez, 1998, y Weineck, 1994, citados en Alvarez et
al., 2003).
Según Álvarez et al., (2003), en un estudio realizado en sujetos de 9 a 14 años, con
una muestra de 136 niños, quisieron comprobar la evolución de diferentes parámetros
de la condición física. Las pruebas que realizaron fueron las siguientes: recorrer 10
veces 5 metros en el menor tiempo posible, dinamometría manual, flexión anterior del
tronco. Viendo los resultados, llegaron a la conclusión de que se produce una
disminución, inversamente proporcional a la edad, de la diferencia de los tiempos
obtenidos en la realización del test de 5x10 metros con y sin balón. En la flexibilidad
vieron como era necesario inculcar un hábito de trabajo durante las sesiones de
entrenamiento, al principio y al final, para la prevención de lesiones y la mejora del
rendimiento.
El estudio y la valoración de la condición física del futbolista se emplean en estos
momentos para saber cuáles son las verdaderas exigencias de este deporte. Gracias
a ello se pueden adaptar programas de entrenamiento en función de las
características de los jugadores, se marcan las diferencias entre los puestos
específicos o categorías y se puede tener un control sobre la evolución de los
parámetros condicionales a lo largo de la vida del jugador de fútbol. Existen
numerosos autores que hablan al respecto. (Gil, Gil, Ruiz, Irazusta & Irazusta, 2007;
Gravina et al., 2008, citados en Calahorro, Zagalaz, Lara, Torres-Luque, 2012).
En un trabajo realizado por Calahorro et al. (2012), intentaron valorar el nivel de
condición física en jugadores de fútbol de 13 a 18 años, determinando diferencias
entre la edad y puesto específico. Seleccionaron 66 sujetos que pasaron por distintos
test de flexibilidad isquiosural, FDM, salto vertical y estimación del VO2 max.. En sus
resultados encontraron diferencias en las variables del salto entre los infantiles y los
juveniles y diferencias en el VO2 max. entre cadetes y juveniles, pero, sin embargo,
observaron como la flexibilidad mejora a medida que aumenta la edad de los
futbolistas, seguramente debido a un adecuado hábito de entrenamiento.
En esta última citación, la conclusión es que la flexibilidad hay que trabajarla
diariamente en las sesiones de entrenamiento, para que no se produzca una
involución en el tiempo y los jugadores de fútbol o deportistas en general, tengan una
buena amplitud en sus movimientos sin riesgo de lesión.
15
En referencia al trabajo anterior sobre la cualidad flexibilidad, encontramos otro estudio
que habla de la involución que se produce en el tiempo en los músculos isquiosurales,
es decir, de su acortamiento. Cogieron muestras de alumnos de años anteriores y
muestras de sujetos de la actualidad para demostrar que se ha producido una
disminución en el nivel de flexibilidad, y que dicha perdida se debe a la disminución en
la actividad física de los sujetos niños y adolescentes. (Vidal, Vidal, Almela y Vidal,
2011).
La evolución de la condición física depende de muchos factores, algunos de los más
importantes los cito a continuación: hábitos alimenticios saludables, entrenamiento
diario ligado al deporte o especialidad y prevención del riesgo de lesiones, todo ello
ligado a un buen programa de entrenamiento.
2.3. Evaluación de la condición física
Según Devís y Peiró (1993), la evaluación es un proceso sistemático de investigación
en el que se ofrecen juicios de valor sobre un tema en concreto. Además, las personas
siempre hacen evaluaciones sobre acontecimientos o comportamientos.
La evaluación nos sirve para cambiar, es decir, para corregir aquello que no está bien
y no nos ha permitido cumplir un determinado objetivo. Mediante la evaluación
podremos reflexionar y ser mejores, tanto en lo individual como en lo colectivo, tanto
en la condición física como en cualquier aspecto motor de la vida cotidiana.
En la educación física, la evaluación constituye una de las mayores preocupaciones,
ya que desde 1983 que se modificaran las pruebas de educación física y deportiva en
el bachillerato francés, dicho proceso ha sido muy importante en esta disciplina. Se
dispone de un gran arsenal de instrumentos para llevarla a cabo. Sin embargo, existe
mucha dificultad a la hora de realizar una buena evaluación, sin controversias. (Dugas,
2006).
Según Martínez, Zagalaz y Linares (2003), es conocido por todos que en la actualidad,
se aplican pruebas de aptitud física para evaluar y como medio para obtener una
información sobre una capacidad y un estado físico. En el campo del entrenamiento
deportivo está muy justificada la utilización de pruebas, sin embargo no es así en la
educación física. Son muchos los autores que afirman que la realización de test de
aptitud física permite destacar las capacidades más desarrolladas en un sujeto. Dicha
información se utiliza para tomar decisiones. El fin principal de los test evaluadores es
suministrar información para programar el entrenamiento más adecuado al sujeto
(MacDougal, 1993 citado en Martínez et al., 2003).
16
A continuación, autores que utilizan test específicos o inespecíficos para evaluar la
condición física individual o colectiva en algún deporte concreto.
Como exponen Gusi y Fuentes (1999), la evaluación de un proceso de entrenamiento,
necesita que los resultados obtenidos en los diferentes test sean constantes en el
tiempo, es decir, sin cambios significativos de un día para otro a menos que se haya
aplicado un tratamiento como puede ser un medicamento, cuyos efectos habría que
evaluar.
Cuando queremos planificar y programar un plan de entrenamiento determinado,
dirigido a la mejora de la condición física en un futbolista, o en un deportista de
deporte cooperación-oposición, es importante saber cuál es el punto inicial de ese
deportista, es decir, cómo se encuentra al inicio de la temporada, para así, poder
cuantificar las cargas posteriormente. Aunque las demandas fisiológicas en el fútbol
varían con la competición, esta desigualdad de necesidades provoca que la evaluación
de la condición física, tenga un papel destacado para proporcionar la información
necesaria y poder individualizar el proceso de trabajo condicional (Carbonell, Aparicio
y Delgado, 2009).
Según Gorostiaga (2002), para evaluar una de las capacidades de la condición física
como la fuerza explosiva y la velocidad desplazamiento, hay que utilizar el test de salto
vertical y la evaluación de la fuerza máxima de los músculos extensores de la rodilla.
Existe una relación entre la aptitud que se necesita para la realización de las pruebas y
la capacidad para desplazarse en distancias cortas.
Muchos son los autores que han estudiado o evaluado lo que se produce en la
práctica de los estiramientos musculares, y que su efecto puede provocar un
detrimento en el rendimiento de diferentes esfuerzos máximos. Para ello, es necesario
que se analice el efecto agudo del estiramiento, con cargas adaptadas a la realidad,
empleando técnicas de activación muscular y evaluando los cambios en la función
muscular con diferentes test reales (Sainz De Baranda y Ayala, 2009).
En otro programa de intervención de la flexibilidad en escolares adolescentes, Sainz
(2009), llega a la conclusión que la realización de programas de estiramientos de la
musculatura isquiosural y su posterior evaluación, mejoran la extensibilidad de los
mismos.
Respecto a las pruebas que nos sirven para evaluar la flexibilidad, habría que precisar
en primer lugar que es lo que verdaderamente miden. Así, existen autores que han
dado con pruebas válidas para medir la flexibilidad, como “sentarse y alcanzar” o “sit
17
and reach” en inglés (Wells y Dillon, 1952 citado en Arregui y Martínez, 2001). Por su
facilidad de aplicación y reproducibilidad, es una técnica de evaluación muy empleada
en los estudios realizados sobre el tema pero también guardando relación con las
demás capacidades físicas (Arregui y Martínez, 2001). Existen diferentes métodos
para evaluar la flexibilidad. El test sit and reachse utiliza para valorar el tronco y los
músculos posteriores del muslo. (Borrás, Comella, Marín, Comella y Cirera, 2007). Los
test angulares nos permiten una evaluación mayor de la extensibilidad isquiosural. No
obstante, requieren más material y experiencia. Los test lineales, en cambio, valoran la
distancia alcanzada en flexión máxima del tronco con rodillas extendidas, siendo una
medición indirecta porque participan más palancas articulares (Grenier, Russell
&McGill, 2003; Hoeger&Hopkkins, 1992; Miñarro, Andújar, García & Toro, 2007,
citados en López, Sainz de Baranda, Yuste y rodríguez, 2008).
Según Bansgbo, (1997), los test se deben hacer con un determinado objetivo. Todo
ello tiene relación con la evaluación, ya que será aquí donde se analicen los resultados
pasa saber si se cumplieron o no los objetivos. Entre las razones por las que realizar
un test, Bansgbo expone que sirven para:
Estudiar el efecto de un programa de entrenamiento.
Motivar a los jugadores.
Mostrar resultados objetivos.
Jugadores conscientes del proceso.
Evaluar si un jugador está preparado.
Planificar programas a corto, medio y largo plazo.
Aunque según el mismo Bansgbo, jugar un partido es la mejor prueba a evaluar para
un jugador, tiene un problema, ya que resulta muy difícil asilar los componentes físicos
y tener mediciones objetivas.
Para la evaluación de los sprints en futbolistas, el test de sprint de Bansgbo, es
diseñado para evaluar la capacidad que tienen los jugadores de repetir una carrera a
máxima velocidad. Utiliza sprints con cambios de dirección y recuperación activa.
(Pasquarelli, Santos, Frisselli, Dourado y Stanganelli, 2010). Abrantes et al., (2004,
citados en Pasquarelli, 2010), aplicaron esta prueba en la que hicieron distinción entre
los diferentes rendimientos en 146 jugadores de fútbol de seis rangos de edad y
niveles de competición. Además, en relación a las demás capacidades de la condición
física, como dice Svensson y Drust (2005 citados en Pasquarelli et al., 2010), se
utilizan otras pruebas, como el sprint lineal, agilidad y menor consumo de energía, ya
que están relacionados con acciones de aceleración, movimientos libres, giros, saltos,
18
etc.. La capacidad para realizar acciones repetidas en el tiempo durante el juego
también se conoce como buen rendimiento.
Existen numerosos escritos en los que se corrobora la utilización de los test de
condición física para evaluar alguna de las capacidades específicas del sujeto
estudiado (Abrantes, Maças y Sampaio, 2004; Perez, 2002; Mujika, Spencer,
Santisteban, Goiriena&Bishop, 2009).
La evaluación es muy importante, ya que gracias a ella podemos desarrollar nuestro
programa de entrenamiento, realizando los cambios que sean necesarios cuando sean
necesarios.
3. MARCO EMPÍRICO
3.1. Objetivos e hipótesis
Objetivos
Analizar la evolución de flexibilidad en función de la edad de futbolistas
de clubes de la provincia de Salamanca.
Hipótesis
Los valores de flexibilidad disminuyen a medida que se incrementa la
edad en los jugadores de fútbol, debido también al aumento de las
horas de entrenamiento.
3.2. Material y métodos
3.2.1. Muestra
La muestra participante está compuesta por 302 jugadores varones, pertenecientes a
los equipos “infantil a”, “infantil b”, “cadete a”, “cadete b”, “juvenil a”, “juvenil b”, de los
clubes Unión Deportiva Salamanca, Unión Deportiva Santa Marta, Club De Fútbol
Helmántico y Club Deportivo Navega. Estos jugadores entrenan diferentes días a la
semana y compiten sábado o domingo, dentro de la liga territorial de fútbol tutelada
por la Federación de Castilla y León de Fútbol, y dentro de la liga provincial de fútbol
de la Delegación de Salamanca. Todos los participantes pasan por las mismas
pruebas. En las tablas se observan las características generales de los sujetos que
participan en el estudio.
19
Tabla 2. Principales características de la muestra participante en el estudio (UDS)
GRUPO: N EDAD(media años ±
dt)
PESO (media
kg. ± dt)
ALTURA(media metros ± dt)
UDS INFANTIL 27 12,53±0,51 46,16kg/9,89 1,58m/0,11
UDS CADETE 27 14,03 años / 0,51 60,85kg/6,17 1,71m/0,06
UDS JUVENIL 12 16,88 años/0,83 66,11kg/8,63 1,75m/7,02
Tabla 3. Principales características de la muestra participante en el estudio (UDSM)
GRUPO N EDAD (media años ± dt)
PESO (media kg ±
dt)
ALTURA(media
metros ± dt)
UDSM INFANTIL 24 13,61 años±0,50 45,48kg±8,59 1,56m±0,09
UDSM CADETE 16 14,26 años±0,45 56,78kg±7,70 1,71m±0,06
Tabla 4. Principales características de la muestra participante en el estudio (CDFH)
GRUPO N EDAD (media años ± dt) PESO (media
kg ± dt)
ALTURA(media
metros ± dt)
CDFH INFANTIL 31 12,50años±0,51 48,42kg±6,79 1,61m±0,786
CDFH CADETE 39 14,53años±0,51 58,05kg±7,99 1,69m±0,662
CDFH JUVENIL 35 17,06años±0,76 67,82kg±6,24 1,77m±0,51
Tabla 5. Principales características de la muestra participante en el estudio (CDNav.)
GRUPO N EDAD (media años ± dt) PESO (media kg ± dt)
ALTURA(media
metros ± dt)
CDNAV. INFANTIL 31 12,64años±0,55 48,52kg±8,12 1,59m±0,93
CDNAV. CADETE 35 14,86años±0,73 59,83kg±8,20 1,72m±0,81
CDNAV. JUVENIL 25 16,88años±0,88 66,25kg±7,59 1,76m±0,06
Algunos de los sujetos de la muestra, habían desarrollado el test en sesiones del
colegio, en la asignatura de Educación Física. Sin embargo, en los clubes de fútbol
nunca realizaron la prueba de flexibilidad que he sugerido para este estudio. La junta
directiva de los clubes implicados estuvo de acuerdo en todo momento en la ejecución
de la prueba y además ayudaron en la realización y toma de datos.
20
3.2.2. Material
La parte experimental del estudio ha sido desarrollada en las instalaciones de cada
club. Cada uno de ellos nos facilitó un vestuario para las medidas de peso y de talla.
Se utilizó la báscula TANITA BC-418MA “segmental” para el peso. Para la talla se
empleó un tallímetro de aluminio de la marca Holtex.
Para realizar el test de flexibilidad, utilice el Cajón Sit and Reach Baseline, de medidas
55X25X30 centímetros, con precisión de 1 cm. Dicho cajón se ubicaba también en el
vestuario donde se recogían las medidas de peso y talla. Para la recogida de datos
establecí una tabla, en la que tenía que colocar diferentes datos numéricos, en
referencia a la flexibilidad de las dos piernas, flexibilidad pierna derecha y flexibilidad
pierna izquierda.
Además en la misma tabla donde se recogieron los datos de flexibilidad, también
había que apuntar los de la edad, talla y peso de los sujetos, utilizando el software
Microsoft Office 2010 para el dibujo de la tabla y posteriormente el SPS v.18.0.
3.2.3. Procedimiento
Para poner en marcha el estudio, se pidió permiso a todos los coordinadores de los
clubes implicados (Unión Deportiva Salamanca, Unión Deportiva Santa Marta, Club De
Fútbol Helmántico y Club Deportivo Navega). Posteriormente se presentó el trabajo a
los técnicos, transmitiéndole los objetivos y las funciones adecuadas. Antes de
empezar, se recogió de los jugadores un papel firmado por sus padres o tutores,
dando como válida la voluntariedad en la participación del estudio.
Las variables contempladas en el estudio son:
Variable dependiente: flexibilidad ambas piernas, flexibilidad pierna
derecha, flexibilidad pierna izquierda.
Variable independiente: la edad. En función de la edad, cuál es la
evolución de la flexibilidad.
Antes de la ejecución del test, los sujetos llevaban a cabo un calentamiento,
comandado por su entrenador o preparador físico. Dicho calentamiento duraba
alrededor de 20 minutos en todos los equipos. Posteriormente, dividí los colectivos
estudiados en grupos de 4 sujetos, para que fueran pasando al vestuario por orden
según los mandaba el entrenador, para evitar aglomeraciones en la recogida de datos.
21
El protocolo seleccionado para el control de las variables dependientes, las desarrolló
siempre el mismo evaluador, para así poder asegurar la precisión en la medida. La
descripción del procedimiento de evaluación es:
Sit and Reach: es un test confirmado en la bibliografía como válido para
estudiar la elasticidad de la musculatura isquiotibial (Borrás, 2007). Los
sujetos apoyan la espalda contra la pared, sin dejar hueco. Piernas
completamente estiradas, tocando con la planta de los pies la parte del cajón
que permite su apoyo. A partir de aquí, el sujeto tendría que ir hacia adelante
con brazos estirados, intentando llevar lo más lejos posible la regla de
medida, sin dar tirones, ya que se consideraría intento nulo. Realizarlo sin
doblar las rodillas. El evaluador puede ayudar al sujeto. Además, encoger
pierna izquierda y pierna derecha, mientras la otra toca el cajón con la planta
del pie para desarrollar lo mismo que la vez anterior. En total son 3 intentos:
con ambas piernas, con pierna derecha y con izquierda. si el resultado era
nulo, se volvía a repetir el intento. (Antes de proceder a la ejecución del test
de flexibilidad, se tomaba el peso, talla, edad y horas de entrenamiento de
los sujetos, y se anotaban en una tabla para su posterior copia en el
programa SPSS). Grosser y Muler (1989, citados en Martínez 2003)
consideran que esta posición, como ejercicio para el estiramiento del bíceps
femoral y la musculatura de la espalda es incorrecta, ya que provoca
sobrecargas en la zona lumbar de la columna vertebral y una compensación
a nivel de la curvatura dorsal o cifosis.
Peso y altura y la dominancia (zurdos/diestros): Cada sujeto paso por la
TANITA BC-418MA “segmental” para el peso y para la talla, apoyado en la
pared, se evaluó la altura con un tallímetro de aluminio de la marca Holtex.
Para la dominancia y las horas de entrenamiento se le preguntó a cada
sujeto, anotando todos los datos.
3.2.4. Análisis estadístico
Se calcularon los estadísticos descriptivos (media y desviación típica) de las variables
estudiadas. Para el análisis, se compararon los datos obtenidos entre las categorías, a
través de la t Student para muestras relacionadas. En todos los casos, a efectos de
interpretación y análisis, asumo el 95% como intervalo de confianza. Las diferencias
entre los resultados serán muy significativas cuando p<0,01 y significativas cuando
p<0,05.
22
4. RESULTADOS
Los resultados muestran que los cadetes tienen valores más altos de la flexibilidad que
los infantiles en todas las pruebas realizadas. En cuanto a las variables, tanto la
flexibilidad a dos piernas, como con pierna derecha e izquierda, existe una diferencia
muy significativa (p<0,01). La diferencia entre cadetes e infantiles se observa
claramente, con una mejoría de más de 2,50 cm de media por parte de los primeros
hacia los segundos.
Tabla 6. Estadísticos descriptivos y comparación entre infantiles y cadetes
N=128 INFANTILES CADETES
Sig.
FLEXIBILIDAD DOS
PIERNAS (cm)
23,39±5,59 26,22±7,59
0,001**
0,001**
FLEXIBILIDAD
DERECHA (cm)
24,77±5,31 27,49±7,0
0,001**
0,001**
FLEXIBILIDAD
IZQUIERDA (cm)
23,91±5,44
0,001**
26,56±7,44 0,001**
**Diferencia estadísticamente muy significativa, p<0,01 (Sig.)
En la tabla 7, en la que se muestra la comparación que existe entre los sujetos
infantiles y juveniles, se ve como la media juvenil es mayor que la media infantil. En
flexibilidad a dos piernas, los juveniles e infantiles muestran una diferencia significativa
(p<0,05). En flexibilidad derecha no existe una diferencia significativa en juveniles e
infantiles, ya que p>0,05. Lo mismo ocurre con la variable dependiente en relación a la
flexibilidad de la pierna izquierda.
Tabla 7. Estadísticos descriptivos y comparación entre infantiles y juveniles
N=126 INFANTILES JUVENILES
Sig.
FLEXIBILIDAD DOS
PIERNAS (cm)
23,39±5,59 25,39±,48
0,017*
0,021*
FLEXIBILIDAD
DERECHA (cm)
24,77±5,31 26,06±6,62
0,117
0,133
FLEXIBILIDAD
IZQUIERDA (cm)
23,91±5,44
0,403
24,63±7,09 0,426
*Diferencia estadísticamente significativa, p<0,05 (Sig.)
23
En la comparación existente entre juveniles y cadetes, se diferencia un mayor valor
medio en la flexibilidad de los cadetes. La diferencia más grande se encuentra en la
flexibilidad de la pierna izquierda, ya que los cadetes realizan de media 2 cm más que
los juveniles. En la flexibilidad a dos piernas y en pierna derecha, la diferencia no es
tan grande como en la anterior. Las variables, no sufren diferencias significativas, ya
que p>0,05.
Tabla 8. Estadísticos descriptivos y comparación entre juveniles y cadetes
N=128 JUVENILES CADETES
Sig.
FLEXIBILIDAD DOS
PIERNAS (cm)
25,39±,48 26,22±7,59
0,405
0,391
FLEXIBILIDAD
DERECHA (cm)
26,06±6,62 27,49±7,0
0,137
0,132
FLEXIBILIDAD
IZQUIERDA (cm)
24,63±7,09
0,058
26,56±7,44 0,056
5. DISCUSIÓN
En el estudio, se observa cómo se produce una evolución ascendente en la media de
la prueba de flexibilidad en relación a las etapas evolutivas. La flexibilidad, por norma
general, es una capacidad que involuciona desde las primeras etapas de vida, pero en
este trabajo se percibe lo contrario. Los infantiles tienen menos media que los
juveniles. Existen estudios que muestran lo contrario a este trabajo (Cuadrado y Cols.,
2005; Álvarez y cols., 2003 citados en Sedano et al., 2007). En estas investigaciones
se muestra una involución de la flexibilidad en los sujetos estudiados entre 8 y 14
años. Los valores más bajos registrados en la prueba son los grupos de edad
comprendidos entre los 11 y los 14.
Los resultados expuestos en mi trabajo, son semejantes a los de un estudio en el que
se aplica el test de “sit and reach” para evaluar la flexión del tronco desde infantiles
hasta juveniles, y comprobaron cómo estos últimos son los que mostraron un resultado
con un una media más alta, lo que les llevo a pensar que dicha prueba no era muy
válida para evaluar la flexión de tronco, o que simplemente era difícil medirla con
fiabilidad mientras no se haya completado el crecimiento., ya que la asincronia del
mismo, puede influir en los resultados. Hay que tener en cuenta que esta prueba está
24
influenciada por la longitud del miembro superior, es decir, por la envergadura,
pudiendo ser este un factor limitante en los resultados. (Vila et al., 2007).
El estudio realizado se contrapone a autores como Correa (2008), Malina y Bouchard
(1991) y López, Comella, Casa, Bayer y Arumi (2003), citados en Leite, De Arruda y
Cossio-Bolanos (2011), que describen una tendencia de involución con el transcurso
de la edad. Estos autores destacan que la flexibilidad se mantiene hasta los 12 años,
para a partir de los 13 evolucionar de forma regresiva (Grosser, 1992 citado en Leite et
at., 2011). Los jugadores de fútbol, cuando pasan de una categoría a otra, disminuyen
su nivel de flexibilidad, dado la estabilización del esqueleto y de la hipertrofia muscular
producida por los cambios biológicos del crecimiento y la maduración (Rubio,
Rodríguez, Ávila y Villa, 2002 citados en Leite et al., 2011).
Seguramente los resultados de la evolución que se produce entre infantiles y juveniles
se puede deber a programas de flexibilidad realizados por los sujetos que más edad
cronológica tienen. La implementación de programas de flexibilidad en futbolistas
adolescentes es buena para la consecución del objetivo de mejorar la capacidad y los
niveles de los miembros inferiores y así poder evitar desajustes musculares y lesiones
deportivas (Zakas, Gramatikopoulou, Zakas, Zahariadis & Vamvakoudis, 2006 citados
en Leite et al., 2011).
En un estudio de López, Comella, Casas, Bayer y Arumi (2005), concluyen que los
programas de preparación física tienen que estar presente en la intervención
específica a partir de los 9 años, para evitar esa tendencia decreciente. En el trabajo
de estos autores se observó que los parámetros de flexibilidad obtenidos en la prueba
de “sit and reach”, se modifican en función del género y de la edad. A partir de los 9
años, la flexibilidad como capacidad, disminuye. Otro ejemplo de que los resultados
obtenidos en mi trabajo se diferencian de lo que insinúa la gran mayoría de los
autores.
Una de las causas que puede explicar el resultado en el test de flexibilidad es debida
al tipo de entrenamiento y a la preparación impropia de los infantiles en este caso
(Leatt P., Shephard R.J. y Plyley M.J., 1987 citados en Arregui y Martínez, 2001).
Según Correa (2008), que realizo un estudio para evaluar la aptitud física de jugadores
de fútbol, utilizó el test de “sit and reach” en relación a la flexibilidad. Los resultados
muestran como existe una disminución progresiva desde los 7 hasta los 13 años.
Encontraron sujetos con una media muy por debajo de lo esperado, como ocurre en la
media infantil del estudio de los cuatro clubes más importantes de la ciudad de
25
Salamanca. La inclusión de programas de estiramiento en las etapas iniciales del
fútbol 11 es poco común (Sigerseth y Haliski, 1950 citados en correa, 2008).
Otro aspecto importante es el relacionado con las lesiones en el músculo isquiotibial.
Los cadetes al ser el grupo de edad que más media muestran en la prueba, son los
menos propicios a producirse una lesión de este tipo. En la actualidad son continuas;
casi diarias, las noticias que aparecen en los periódicos deportivos relacionadas con
las lesiones de futbolistas. De entre todas esas lesiones, algunas de las más
frecuentes, se producen en los músculos isquiotibiales. (Martínez Ruíz, D., 2008). Para
estudiar este componente, Martínez (2008), hizo un estudio en el que quería
comprobar la utilidad de un programa de flexibilidad en jóvenes jugadores, llegando a
la conclusión de que los sujetos que utilizaron dicho programa tuvieron menos lesiones
musculares en los isquiotibiales. En el caso que expongo en el trabajo, los infantiles no
realizan ningún programa especial de flexibilidad, con lo cual pueden tener más riesgo
de lesión que los cadetes y juveniles, debido a que tienen una media inferior en el test
y a que los otros grupos de edad tienen más horas de entrenamiento, por lo que
durante el calentamiento y en la finalización de la sesión, realizan estiramientos del
musculo isquiotibial, y lo trabajan más que los chicos que están en etapa evolutiva
entre los 12,13 y 14 años (infantil).
Los valores de flexibilidad no se corresponden con lo descrito para poblaciones
generales (Malina y Bouchard, 1991 citados en Soarez, Fragoso, Massuça y Barrigas,
2012). Como ocurre en los más de 300 sujetos estudiados, el mayor estado
madurativo presenta los mayores valores. Se debe tener en cuenta que en esta
prueba está influida por la longitud del miembro superior, y en consecuencia por la
envergadura, y este podría ser un factor limitante que influye en el resultado (sobre
todo en los infantiles), ya que para una misma amplitud de movimiento, se alcanzan
mejores resultados con una mayor longitud del miembro superior (Soarez et al., 2012).
Los cadetes y juveniles seguramente en el calentamiento y posteriormente, realicen
estiramientos estáticos pasivos, con lo cual logren mejorar la capacidad. En el estudio
realizado por Vaquero, Muyor, Alacid y López, (2012) descubrieron que existía una
mejora significativa de la extensibilidad isquiosural en aquellos jóvenes que habían
realizado un programa de estiramientos en las sesiones de entrenamiento. En
concreto, mejoraron la flexibilidad de la pierna izquierda y de la derecha.
En los futbolistas, en función del puesto específico, en un trabajo realizado por Raven
et al., (1976, citado en Calahorro, Torres, Lara y Zagalaz, 2011), encontraron que los
porteros eran los jugadores de campo que más flexibilidad media tenían en los
26
musculos isquiotibiales, Se ha observado como un programa de estiramientos produce
mejoras en la flexibilidad (Borms et al.,1987; Zakas et al., 2002; Woolstenhulme et al.,
2006; Ayala et al., 2008a, 2008b; Sáinz de Baranda, 2009; Ayala et al., 2010, citados
en Calahorro et al., 2011).
6. CONCLUSIÓN
La hipótesis planteada no se cumple, debido a que se produce una evolución
ascendente en lugar de descendente en las etapas cronológicas. Con lo cual, llego a
la conclusión de que los cadetes y los juveniles, al tener más horas de entrenamiento,
practican y trabajan más la flexibilidad del músculo isquiotibial que los infantiles.
Seguramente se deba a los estiramientos activos pasivos que se realizan en el
calentamiento y al finalizar la sesión.
Los infantiles al entrenar menos horas, desarrollan menos tiempo en la ejecución de lo
antes comentado.
Aunque por normal general, los estudios planteados a la flexibilidad en el fútbol,
coinciden en una involución. Ocurre lo contrario en lo expuesto en este trabajo. El
grupo de infantiles debería desarrollar un programa para la mejora de la capacidad.
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