Gestión Social.-
Definición:
El término gestión social lo podemos determinar etimológicamente y está formado
por palabras que provienen del latín. Así, en primer lugar, está el vocablo gestión que emana de “gestio” que es fruto de la suma de “gestus”, que significa “hecho”,
y del sufijo “tio”, que puede traducirse como “acción y efecto”.
En segundo lugar está la palabra social que, a su vez, tiene su origen en el
vocablo latino “socius” que es equivalente a “compañero”.
La gestión social ha sido definida como la construcción de diversos espacios para
la interacción social. Para nuestro grupo se trata de un proceso que se lleva a
cabo en una comunidad determinada y que se basa en el aprendizaje colectivo,
continuo y abierto para el diseño y la ejecución de proyectos que atiendan
necesidades y problemas sociales.
La gestión social implica el diálogo entre diversos actores, como los gobernantes,
las empresas, las organizaciones civiles y los ciudadanos.
En este sentido, hay que resaltar el hecho de que este tipo de gestión, por las
acciones que ella implica y lleva a cabo, trae consigo que esté en relación con
otros ámbitos tales como el Derecho, la Educación, el Trabajo Social, la
Sociología, la Antropología e incluso la Psicología Social.
Todo ello da lugar a que se haga necesario que hagamos referencia a una serie
de cuestiones que también funcionan como sinónimo de gestión social o que
realmente se convierten en elementos indispensables de la misma para que ella
pueda llevarse a buen puerto. Este sería el caso de lo que se conoce como
autogestión, desarrollo comunitario o gestión comunitaria.
Igualmente la gestión social es un proceso completo de acciones y toma de
decisiones, que incluye desde el abordaje, estudio y comprensión de un problema,
hasta el diseño y la puesta en práctica de propuestas.
El proceso requiere de un aprendizaje conjunto y continuo para los grupos
sociales, que les permite incidir en el diseño de las políticas públicas. Se trata, en
definitiva, de la construcción de un espacio de relación social y vínculos de
relacionamiento institucional, que se logra mediante un conjunto de acciones.
De esta forma, la gestión social se constituye como un canal mediante el cual la
comunidad actúa con espíritu emprendedor para promover un cambio social.
Para su éxito, es necesario reforzar los lazos comunitarios y trabajar por la
recuperación de la identidad cultural y de los valores colectivos de la sociedad en
cuestión.
¿Cuándo se inició la Gestión Social en Venezuela?
La Gestión Social en Venezuela se consolida a partir de principios del siglo XX y
podría ser considerada como una consecuencia directa de los conceptos políticos
y valores democráticos heredados del liberalismo del siglo XVIII.
Las transformaciones en el sistema político contemporáneo, que paulatinamente
fueron llevando a la inclusión de una mayor proporción de la población dentro del
mismo, fueron generando problemas ya que frente a la igualdad formal de
derechos establecida por las leyes se presentaba una desigualdad efectiva en las
posibilidades individuales de disfrutar los mismos.
Se pudiera decir entonces, y con exactitud, que en el año 1958 con la caída del
gobierno dictatorial del Gral. Marcos Pérez Jiménez, se instauró en Venezuela el
régimen democrático el cual se fundó tanto sobre las promesas de igualdad y
participación política, como sobre la promesa de generar un proceso continuo de
desarrollo económico y bienestar social, impulsados por la política estatal; pero,
sabemos que, después de más de 40 años de “democracia” esto no ocurrió así y
para nuestro grupo la verdadera gestión social en Venezuela comenzó en el año
2000 – 2001 impulsado por las políticas sociales de máxima felicidad para los
venezolanos y las venezolanas del comandante eterno Hugo Chávez Frías.
¿Cuál es la gestión social en la actualidad en Venezuela?
A partir del marco constitucional, que esboza un proyecto de país cuyo norte es
una democracia participativa y protagónica, bajo un gobierno de índole humanista
y de justicia social; los planes y programas de gobierno establecen, entre los años
2000 y 2001, las bases generales de la política social y de la estrategia
antipobreza, partiendo de las siguientes premisas fundamentales:
1. La persona, como ser humano y ciudadano, es el centro de las metas de
equidad y desarrollo social;
2. Equilibrio o igualdad de status e interrelación entre lo económico y lo social,
que rompa con la tradicional separación de ambas esferas del desarrollo;
3. Superación de la concepción economicista de la pobreza:
4. Desmitificación del combate a la pobreza como campo de acción exclusivo
del Estado:
5. Diferenciar la "actuación contra la pobreza" de la "política social" y de la
"política de desarrollo social", partiendo de que pese a la pobreza
condiciona el desarrollo, son dimensiones distintas que ameritan un
tratamiento diferencial, por lo que la política social y la de desarrollo social -
si bien los pobres son mayoría, pero no son toda la sociedad- no pueden
dirigirse exclusivamente al combate de la pobreza.
6. Incorporar la noción de capital humano y capital social como postulados de
la política social y
7. El establecimiento de un nuevo esquema de relaciones Estado-sociedad
para reconstruir la institucionalidad y garantizar la gobernabilidad.