Textos de Redacción Universitaria Académica
Algunos productos escritos de la investigación (equipo 01)
La investigación académica puede definirse como aquella actividad intelectual que consiste en
indagar sobre algún hecho, objeto, fenómeno, etc., poniendo en práctica alguna metodología
específica con el fin de dar origen a nuevos conocimientos. Por ello, la investigación
académica se caracteriza por ser rigurosa, ordenada y meticulosa. También, vimos que no hay
sola una forma de hacer investigación, sino que esta varía de acuerdo con criterios como los
objetivos extrínsecos, los objetivos intrínsecos, el diseño y el enfoque de la investigación. En
este capítulo, nos concentraremos en presentar los distintos documentos que surgen como
producto de una investigación. Como veremos a lo largo de este apartado, ellos pueden ser
varios y de diversos tipos, pero todos tienen en común que surgen como resultado de una
investigación previa.
Empecemos por preguntarnos lo siguiente: una vez que hemos concluido una investigación,
sea esta del tipo que sea, ¿termina allí el proceso de investigación?
La respuesta a esa pregunta es un no rotundo; una vez finalizada la investigación, empieza un
siguiente momento de ese proceso que consiste en la comunicación y difusión de la
investigación que se ha realizado. En el caso de la producción académica, el modo de
comunicación que generalmente se usa para hacer públicos los resultados de las
investigaciones es el escrito, sea en medios digitales o impresos. Estos productos escritos
pueden ser de diversa índole: pueden ser informes, reseñas, ensayos, estados de la
cuestión, monografías, tesis, proyectos profesionales, etc. No obstante, antes de pasar al
detalle de cada uno de ellos, detengámonos un momento en el valor que tiene la comunicación
de estos productos para la investigación en general.
Lo primero que debemos decir al respecto es que la comunicación de los resultados de las
investigaciones a través de documentos escritos es una fase necesaria, no accesoria, de todo
proceso de investigación. Inicialmente, uno podría pensar que lo importante, en el proceso de
investigación, es, exclusivamente, la realización de la investigación y la obtención de resultados
concretos, más no su comunicación y difusión. Sin embargo, hay, principalmente, tres motivos
que nos hacen sospechar y descartar esta opinión inicial.
El primero de ellos se puede constatar de manera natural, y es que toda investigación, desde la más
experimental hasta la de corte más teórico, parte de investigaciones previas, es decir, de
investigaciones que ya han sido realizadas y cuyos resultados se encuentran al alcance de
cualquier investigador potencial. El acceso que tiene el investigador potencial a esos resultados
se da, precisamente, mediante documentos escritos que se encuentran a su disposición en
libros, revistas, Internet, etc." Pensemos en los siguientes casos: un estudiante que emprende
sus primeros pasos en la investigación académica podría estar interesado en explorar algún
asunto de la realidad que le resulte cercano, por ejemplo, la popularidad que han cobrado,
actualmente, los programas de realidad en la televisión. Si bien esa curiosidad inicial puede ser
suficiente como mecha que enciende su interés y motivación, para que esa curiosidad se
vuelva motivo de una investigación propiamente académica, el joven investigador tendrá que
revisar documentos académicos escritos sobre ese tema que le permitan enriquecer y
corregir sus primeras impresiones e ideas en torno al tema de su interés e ir formándose una
opinión más sólida e informada al respecto. De este modo, su curiosidad personal
probablemente lo lleve a ingresar en el mundo de los escritos producidos como resultado de
distintas investigaciones, descubriendo en ellos un conjunto de información y conocimiento
que le abrirá las puertas al mundo de la investigación académica. De la misma manera, un
especialista en medios de comunicación puede hallar, en las investigaciones de sus colegas,
nuevos datos o aproximaciones al tema que enriquezcan sus propias líneas de investigación o
motiven la reformulación de algunos de sus postulados ya difundidos. En ambos casos, sería
prácticamente imposible que un investigador realice adecuadamente una investigación
partiendo desde cero y sin consultar información ya existente sobre su tema de interés.
Tenemos, entonces, que tanto para el especialista más experimentado como para el estudiante
que emprende sus primeras investigaciones, es indispensable nutrirse de información y
conocimiento que despierten su curiosidad y orienten su interés para iniciar una investigación
rigurosa. Así, los productos escritos de investigaciones ya realizadas constituyen un punto de
partida básico para todo investigador, sea este primerizo o experto.
Por otro lado, si bien producir conocimiento es fruto de un esfuerzo personal (o colectivo,
cuando se trabaja en equipo) y sostenido que realiza el propio investigador, ese esfuerzo recién
se vuelve materia de conocimiento público una vez que ha sido comunicado y compartido con
los demás investigadores involucrados en el tema y con la comunidad académica en
general. Este punto es de suma importancia, puesto que el esfuerzo que pone en práctica el
investigador recién pasa a constituir verdaderamente un aporte para el conocimiento cuando
esos resultados dejan de ser privados, se colocan al alcance de cualquier posible lector y se
convierten, así, en materia de discusión pública." Podríamos preguntarnos qué ocurriría si
uno no compartiera sus investigaciones con el resto de posibles interesados en el tema;
probablemente, nuestra investigación no llegaría muy lejos y su valor, ciertamente, se vería
disminuido: sería casi como si no existiera, puesto que ella no ingresaría al circuito de
documentos disponibles sobre el tema y, de este modo, no constituiría ningún aporte al debate
existente sobre la materia. De ahí que sea de vital importancia que los productos de la investigación
se hagan conocidos, que estén al alcance de los posibles interesados y que circulen entre ellos por
medio de documentos escritos, pues solo en esa medida es que se convierten en materia de debate
y discusión. Es entonces cuando la investigación realmente contribuye con el avance del
conocimiento.
Esto conduce al último motivo por el cual es necesario comunicar los productos de las
investigaciones: en la medida en que estos productos son compartidos y entran a formar parte
del debate académico en torno al tema expuesto, es que estos productos se vuelven
legítimos aportes al conocimiento." Obsérvese que no se está diciendo que se vuelvan
necesariamente verdaderos o falsos, sino legítimos, es decir, contribuciones válidas,
relevantes y significativas para el quehacer de cualquier investigador. En este sentido, la
comunicación de los documentos de investigación, al pasar a formar parte del acervo y del
debate académico, no solo ofrece a los demás investigadores nuevos materiales y
herramientas para trabajar, sino que complementa el esfuerzo realizado por el propio
investigador, puesto que legitima y reconoce el valor de su propia investigación.
Así, la comunicación y difusión de los resultados de la investigación, a través de los distintos
documentos escritos que presentaremos más adelante, no es una labor accesoria del
proceso de investigación; antes bien, es una tarea necesaria que completa y complementa
la labor del investigador.
Características de los escritos académicos.
Acabamos de ver que la difusión de los documentos escritos producto de investigaciones tiene una
importancia enorme en el proceso general de la investigación académica. Nos toca presentar,
a continuación, algunos de los principales y más usuales escritos académicos que son
solicitados en las distintas universidades y centros de estudios superiores como parte de la
formación de todo estudiante. Pero antes de detallar la naturaleza y particularidades de
cada uno de estos documentos, resaltemos algunas características básicas que
comparten, en mayor o menor medida, todos ellos. Estas características son,
principalmente, las siguientes:
Carácter expositivo del discurso académico
Una característica propia de todo documento académico es que su discurso es de carácter
expositivo. o: su propósito es exponer un determinado asunto de manera ordenada
sistemática, Para Maletta, por ejemplo, que el discurso académico sea expositivo quiere
decir, básicamente, que no se trata de la expresión de los sentimientos del autor, sino de
la exposición de un argumento (sea este del tipo que sea) de manera clara y ordenada y
con pretensión de objetividad." Sabino, por su parte, opina de manera similar: la
comunicación de los resultados de una investigación debe ser lo más clara y precisa posible,
evitando las ambigüedades propias del lenguaje cotidiano." Para comprender esto mejor,
podemos introducir nosotros algunas distinciones adicionales. Pensemos, por ejemplo, en
otro tipo de escritos que nos son familiares: los escritos literarios y los escritos personales o
testimoniales. A diferencia del discurso literario o poético, que juega con la imaginación y
la ficción o que acude a recursos retóricos como la metáfora, la ambigüedad, el doble
sentido, etc., el discurso académico pretende transmitir los resultados de una investigación
siguiendo un cierto orden lógico y procurando ser lo más preciso posible. Asimismo, a
diferencia de escritos más personales, como cartas o testimonios, que apelan a la sensibilidad
y emotividad del lector, el discurso académico, más bien, se caracteriza por su pretensión de
objetividad. Es decir, no pretende expresar los sentimientos del autor, sino exponer el asunto
investigado con independencia de nuestras opciones personales y nuestra manera de sentir.
Haya sido la investigación realizada con diseños bibliográficos o de campo, haya recurrido ella a
experimentos de laboratorio o se haya basado exclusivamente en la consulta de fuentes, no
debemos perder de vista que el discurso académico se orienta en función del análisis de
información, de modo que la exposición de los resultados de la investigación privilegia la precisión
y objetividad y excluye, normalmente, recursos retóricos como la ambigüedad o la movilización
de sentimientos.
Esto se debe a una razón importante, y es que la validez del discurso académico no descansa
en aspectos de índole extra-académica, como pueden serlo la capacidad afectiva del lector
para conectarse con el discurso o la imaginación que le permita al lector asociar libremente
las palabras del discurso para encontrar en ellas nuevos sentidos. Los documentos
académicos surgen como fruto de un largo proceso de investigación llevado a cabo
mediante las distintas metodologías que ofrecen las diversas áreas de conocimiento, de ahí
que la legitimidad del discurso académico repose en la rigurosidad de la investigación que ha
sido llevada a cabo y, en ese sentido, los documentos académicos deben encargarse de
exponer esa investigación de la manera más clara y rigurosa posible.
Evidentemente, el discurso expositivo puede tomar distintas formas que dependen, a su vez, de
variables de diversa índole (por ejemplo, el tipo de documento que el investigador esté
elaborando, la intención y los objetivos de su investigación, así como el nivel de complejidad y
los alcances de la misma, etc.). No obstante, para los fines de este texto, nos interesa destacar,
especialmente, dos formas principales de exposición de cualquier discurso académico: el
discurso informativo y el discurso argumentativo. Ambas son formas de exposición
discursiva; sin embargo, la diferencia radica en las intenciones del texto. Para ilustrar este
punto, podemos ver esta diferencia a la luz de discursos que no son propiamente
académicos. Por ejemplo, una nota periodística de la sección «Espectáculos» de un
periódico cualquiera correspondería con la función informativa, en el sentido en que su
propósito no es, principalmente, valorar o enjuiciar un espectáculo concreto, sino, más bien,
presentarlo tal y como se llevó a cabo. Lo más probable es que incluye a datos como el
número de asistentes, la hora de inicio y de término, que relate en detalle los
acontecimientos que se dieron y quizá algún hecho anecdótico que tuvo lugar durante el
espectáculo, etc. En cambio, una nota editorial sobre las políticas culturales del gobierno
hará más que informarnos sobre los espectáculos realizados recientemente; probablemente,
se mostrará a favor o en contra e intentará presentar razones que validen una posición en
vez de otra.
Algo similar ocurre con los escritos académicos: podemos encontrar documentos cuyo fin es,
informar sobre determinado tema, hecho o situación, sin tener la pretensión de enjuiciar o
valorar dicho asunto (como pueden serlo los informes, en sus distintas variantes). De la
misma manera, podemos encontrar escritos que pretenden hacer una presentación
ordenada y articulada de las ideas y aportes principales de otras fuentes de información,
como por ejemplo las reseñas. También, tenemos textos académicos que se proponen
informar respecto del estado actual del debate relativo a un problema de investigación
concreto, sin la pretensión de v alidar una postura sobre la otra, como en el caso de los
estados de la cuestión. Por otro lado, contamos con documentos que, además de informar
respecto de un cierto tema de investigación, pretenden defender determinadas posturas o
demostrar la validez de una tesis frente a otra. Estos documentos son, más bien, de
carácter argumentativo, puesto que la defensa o demostración de las tesis en cuestión se
lleva a cabo, básicamente, esgrimiendo razones o argumentos a favor de aquello que se
quiere sostener. En este caso, podemos encontrar, principalmente, documentos como las
monografías o las tesis (aunque esto no excluya que podamos realizar trabajos
monográficos de corte más bien exploratorio, como veremos más adelante).
Así, el que un documento académico opte por una forma u otra dependerá de distintos
factores. No obstante, en cualquier caso, lo importante es rescatar que el discurso
académico, en cualquiera de sus formas, pretende hacer una presentación o exposición
objetiva de los resultados de una investigación, sea esta de la naturaleza que sea.
Unidad temática
Cuando hablamos de unidad temática, nos referimos a que todo texto académico debe
constituir una unidad en sí mismo, y esa unidad está dada en función de la
delimitación temática de la investigación. Esto quiere decir que el texto expone de manera
coherente y articulada el asunto sobre el cual trata y que esa exposición está organizada
en función de dicho asunto.
La unidad temática tiene que ver, entonces, con la organización interna del escrito académico.
Para comprender este asunto mejor, podemos verlo de manera gráfica. Un' documento
académico puede verse como una suerte de construcción a la cual no le sobran ni le faltan
piezas. La estructura del edificio sería el esquema o plan de trabajo, mientras que los
materiales con los que se construye sería la información recabada para elaborar dicho
trabajo. El esquema del trabajo está íntimamente relacionado con el tema o asunto a
construir: si deseo realizar una casa de playa, probablemente, pensaré en crear una casa con
ambientes amplios y ventilados y una bonita terraza para disfrutar del sol y de la vista; podría
incluir en el plan, incluso, una piscina. Si mi intención es construir un edificio de oficinas,
probablemente, privilegie espacios más reducidos y, evidentemente, colocar una piscina no
sería lo más adecuado. ASÍ, hay ciertas habitaciones y espacios que son pertinentes en
función de las intenciones de la construcción, mientras que otras no serían adecuadas e,
incluso, podrían constituir un obstáculo para lograr el propósito específico de la edificación.
Con los escritos académicos ocurre más o menos lo mismo. Hemos dicho que ellos deben
constituir una unidad en sí mismos y que esto significa que la exposición del asunto
investigado sigue una organización coherente y articulada en relación con dicho asunto, tal
como si fuera una construcción. Es como si nada de lo que se expone en el texto está
fuera de los límites temáticos de la investigación o, para decirlo en positivo, todo lo que
se vierte en el texto guarda relación, está concatenado y contribuye con la exposición del
asunto investigado, Asi, una investigación que tratase, por ejemplo, sobre el impacto de la
televisión en las zonas rurales del Perú, no tendría por qué demorarse en entrar en el tema
relatando, por ejemplo, la historia del surgimiento de la televisión. Quizá sí pueda ser
pertinente, en este caso particular, exponer ciertos aspectos relevantes de la historia de la
televisión en el Perú, sobre todo de su inserción en las zonas rurales, pero siempre y cuando
estos estén clara y explícitamente articulados con los propósitos de la investigación,
haciendo las relaciones pertinentes cada vez que sea necesario y evidenciando la función
que cumple dicha información para la investigación.
Esta característica puede fácilmente lograrse si tenemos en mente que la organización de
cualquier texto académico responde siempre a un esquema o planificación previa," que
demanda disciplina y capacidad crítica para poder establecer qué información es
verdaderamente pertinente (y por qué) y que ordena los materiales a utilizar de forma
coherente y articulada, de modo que consigamos un texto unitario al cual, por decirlo de
manera coloquial, «ni le falta ni le sobra nada». No obstante, antes de cerrar con este punto,
conviene hacer tres breves precisiones importantes para evitar posibles malentendidos.
En primer lugar, decir que el texto es una unidad en sí mismo no quiere decir, en absoluto,
que el texto no aluda ni se relacione con otros escritos, a través de citas y de notas a pie de
página," que complementen la información expuesta. Más bien, lo que quiere decir es que esa
alusión a otros escritos está subordinada al asunto que el texto expone, de ahí que la
organización del texto deba estructurarse estrictamente en función del asunto, que debe ser
uno y preciso, y no, por ejemplo, en función de la facilidad de acceso que tengamos a la
información. Uno podría verse tentado a utilizar, exclusivamente, información que tiene
más a la mano, pero esa información no necesariamente será la más adecuada para
realizar la investigación. Estaría, en este caso, dejándose guiar por criterios
extraacadémicos, como puede ser la accesibilidad a las fuentes de información, en vez de
privilegiar aspectos que propiamente contribuyan a enriquecer el valor de su propia
investigación." Y es que todo documento académico es fruto de un proceso que exige
disciplina, orden y estrategias de trabajo.
En segundo lugar, decir que el texto presenta el tema de manera unitaria, coherente
y articulada no quiere decir que lo presente de manera completa o conclusiva, ni que
pretenda cerrar o dar por cancelado el tema. Lo que quiere decir, más bien, es que aquello
que se pretende exponer en el escrito. se expone de manera tal que no quedan cabos
sueltos; como se ha dicho ya, la información vertida en el escrito está articulada en función de
la unidad temática que aborda, no de manera inconexa. Esto, evidentemente, no quiere
decir que se dé por finalizado el tema.
Por último, debemos tomar nota de que esta característica se cumple, incluso, en textos
académicos más bien breves o de menos complejidad que una monografía o una
tesis. En el caso, por ejemplo, de los informes o reseñas, la unidad temática se
sobrentiende a partir de aquello que sea el objeto del informe (un hecho, un experimento de
laboratorio, una entrevista, etc.) o de la reseña (la fuente reseñada). En todos los casos,
entonces, aunque con diferente nivel de delimitación y complejidad, los documentos
académicos están organizados a partir de una unidad temática específica.
Coherencia en el discurso y en la argumentación
La característica anterior tenía que ver básicamente con la organización del documento
académico. Ahora bien, a nivel de la redacción, podemos decir que todo lo anterior se
plasma, discursivamente, a través de la coherencia del argumento a exponer.
Todo documento académico, desde los más sencillos hasta los más complejos, puede
entenderse como el despliegue o exposición de un argumento que procura fundamentar
determinadas afirmaciones. De este modo, cuando se habla de coherencia en la
argumentación, se hace referencia a que los distintos elementos del texto están construidos y
articulados alrededor de un tema específico. Entonces, el investigador debe establecer, por
ejemplo, cuál es la información verdaderamente pertinente y estructurarla discursivamente en
función de la unidad temática elegida.
Así, la coherencia entre los distintos elementos del discurso o las distintas partes del texto
debe verse reflejada de manera discursiva. Es decir, la exposición del argumento debe
concatenar y cohesionar estos elementos discursivamente." De esta manera, el documento
académico no es simplemente la unión de una serie de partes o elementos más o menos
relacionados entre sí, sino que el documento mismo constituye una unidad enfocada en desplegar
un argumento.
Rigurosidad académica
Otra característica común a todo documento académico es que este procura ser lo más
preciso y minucioso posible, en vistas a exponer con la mayor claridad y orden posible el asunto
investigado. En esto consiste la rigurosidad académica que se espera de los escritos
producto de investigaciones.
Hemos visto anteriormente que los textos académicos se caracterizan por su carácter
expositivo y que pueden entenderse como el despliegue unitario y discursivo de un
argumento; para lograr estos fines, un requisito fundamental de todo investigador es que sea
exacto con los términos y conceptos utilizados, así como consistente con el enfoque y la
metodología empleados. Por ejemplo, debe evitarse caer en ambigüedades que puedan
entorpecer la exposición o confundir al lector; más bien, el investigador debe procurar definir y
delimitar con claridad y precisión los términos que empleará.
Asimismo, dependiendo del enfoque y de la metodología utilizada, se espera que cada
escrito académico despliegue una serie de estrategias discursivas y argumentativas
correspondientes con dicho enfoque. Por ejemplo, si como parte de una investigación acerca de
la presencia de la figura paterna en el hogar en Lima en los últimos diez años el investigador
emplea una metodología cuantitativa para determinar si ha aumentado o disminuido la figura
paterna en los hogares limeños, el investigador debe tener cuidado de exponer los resultados
de esta investigación de la forma más objetiva posible, procurando no afirmar más de
aquello que los datos recogidos le permiten afirmar (por ejemplo, una investigación de este
tipo nos permitirá hacer generalizaciones para el caso concreto de Lima, pero no
podríamos generalizar la situación de la capital para el resto del país). No se espera,
pues, de una investigación de este tipo, que el investigador se aventure a afirmar causas
del aumento o disminución de la figura paterna en el hogar, puesto que su fin ha sido
exclusivamente determinar si la presencia paterna ha aumentado o disminuido en los
hogares limeños. Por otro lado, si como parte de la misma investigación se pretende,
además, responder a la pregunta de por qué ha ocurrido este aumento o disminución,
en este caso, sí se esperaría del investigador que propusiera respuestas tentativas a esta
pregunta y que dé razones sólidamente fundamentadas para apoyar su posición. Para
ello, deberá poner en práctica metodologías no solo cuantitativas, sino cualitativas también. A
esto nos referimos con ser consistentes con el enfoque y la metodología empleada.
Como vemos, la rigurosidad académica guarda estrecha relación tanto con la
terminología y los conceptos empleados como con los métodos y estrategias de
investigación. Esto se debe, evidentemente, a que los documentos académicos son productos
de una investigación, es decir, transmiten información adquirida mediante la aplicación de una
metodología específica, que establece ciertas pautas a seguir con miras a producir conocimiento
confiable y válido. En ello consiste precisamente la rigurosidad académica: en la pretensión de
exactitud, precisión y minuciosidad que establece y exige la comunidad académica.
Originalidad
Si bien cualquier investigación parte de otras investigaciones (de los datos o ideas que otros
investigadores han escrito y publicado), todo texto académico, en tanto pretende aportar en
algo al conocimiento, cuenta con su porción de originalidad. Esto tiene que ver con los fines de la
investigación académica en general: si el principal fin de la investigación es la producción de
conocimiento, cada documento académico, desde el más sencillo hasta el más complejo, debe
contar con un aporte propio, con una cuota de originalidad que contribuya con el avance del
conocimiento.
Ahora bien, el término «originalidad» puede entenderse de distintas maneras, de modo que,
para evitar confusiones, es necesario que aclaremos en qué consiste la originalidad en el
ámbito académico. y lo primero que debemos establecer es que la originalidad no consiste
en producir algo entera y radicalmente nuevo, con independencia de todo aquello que ha
sido producido hasta el momento. No debe entenderse la originalidad en el ámbito académico
como la producción de una teoría radicalmente nueva o como la operación de un cambio
absolutamente drástico en los temas, problemas, metodologías o enfoques comúnmente
utilizados. Más bien, hablar, en este contexto, de originalidad hace referencia a los aportes
personales, por más modestos que estos sean, con los que contribuye el investigador,"
Estos aportes pueden ser de diversos tipos: pueden ser tanto los datos empleados, tal
como se hace cuando se recoge nueva información estadística a través de censos y
encuestas (tal como lo hacen los distintos institutos nacionales de información y estadística,
que permiten actualizar las cifras estadísticas constantemente); como el enfoque
empleado en su tratamiento (la información estadística recabada a lo largo de los años
puede servir a un científico social para establecer curvas de crecimiento demográfico o
tasas de mortalidad, entre otras cosas). Pueden ser nuevos enfoques o métodos puestos
en práctica, tal como sucede cuando uno implementa una estrategia metodológica o incluye
una nueva variable en un campo en el que aún no han sido aplicados (tal como viene
haciéndose desde hace varios años, en que para medir y analizar Índices de desarrollo
humano no solo se utilizan cifras económicas, sino que se han introducido variables como
la educación, el acceso a la salud y a la información, entre otras); pero, también, pueden
ser una nueva síntesis sobre los materiales ya existentes, elaborar una nueva organización o
establecer nuevas relaciones entre ellos, como ocurre en el caso de los estados de la cuestión
que se publican periódicamente en revistas especializadas y contribuyen a mantener
actualizados a los investigadores sobre un' tema y un problema de interés. Puede ser la
refutación de una posición ya establecida, como ocurrió en el año 2006 en que, luego de una
serie de investigaciones, se descubrió que Plutón no cumple con las mismas características
de los demás planetas del sistema solar y tuvo que designarse bajo una nueva categoría
astronómica [plutoíde» o «planeta enano»); no obstante, también, puede ser la modificación
de esa posición, etc.
En síntesis, la originalidad es una característica de los documentos académicos, pero ella no
debe entenderse como la proposición de algo enteramente nuevo, sino como el aporte personal
y original de cada investigador. Nuevamente, podemos utilizar aquí el ejemplo de la construcción.
Si bien los materiales de construcción son normalmente los mismos, cada arquitecto o ingeniero
puede, con los mismos materiales, elaborar edificaciones diferentes, propias y originales. De la
misma manera, el investigador necesita recurrir a información ya existente para producir sus
propios documentos; sin embargo, la originalidad estaría en aquello que el investigador
hace con la información disponible. Se trata simplemente de extender el conocimiento, y esto
puede lograrse incluso con los aportes más modestos (los cuales podrían contribuir, en el
futuro, a través de la difusión y el debate académico sobre los mismos, a establecer
nuevas líneas de discusión). Así, el investigador primerizo no debe tener miedo de que su
investigación pierda valor y resulte menos original por recurrir y apoyarse en informaciones,
datos, teorías y aproximaciones ya existentes, incluso por basarse en algunas de ellas.
Siempre y cuando el tratamiento de esa información se haga de manera propia y respetando
la propiedad intelectual de sus fuentes de información," su contribución tendrá una dosis de
originalidad.
Respeto por las convenciones y prácticas académicas
Por último, si el documento pretende ser considerado académico y pretende, además,
contribuir con el conocimiento sobre el tema tratado y ser compartido con otros
especialistas y con la comunidad académica en general, es necesario que respete tanto las
convenciones establecidas al interior de dicha comunidad como las prácticas habituales de ella.
Por el lado de las convenciones, las principales que uno debe recordar al elaborar un texto
académico son las siguientes:
• Se redacta con lenguaje formal, no coloquial, ya que no se trata de un texto de índole
subjetivo o emocional, sino de uno académico. Por lenguaje formal se entiende,
normalmente, el empleo de la primera persona plural (nosotros, por ejemplo: «En este
trabajo pretendemos mostrar ...») o la forma impersonal de la tercera persona singular
(se, por ejemplo: «En este trabajo se pretende mostrar..»),
• Se respeta con exactitud las normas para incorporar referencias bibliográficas, para
colocar citas y notas al pie y, en general, para construir el aparato bibliográfico del
texto, ya que de ello depende que se haga un manejo honesto de la información utilizada.
Esto se consigue aplicando adecuada y uniformemente los distintos sistemas para referir
fuentes que existen."
Por el lado de las prácticas propias de la comunidad académica, conviene tener presentes
las siguientes:
• Los textos académicos, en cualquiera de sus formas, suelen seguir un esquema de redacción
básico que contiene las siguientes partes: parte introductoria, cuerpo y cierre. Este esquema
básico permite la elaboración de textos ordenados, fluidos y bien articulados. La parte
introductoria sirve, precisamente, para introducir o presentar el asunto que va a ser
desarrollado; este desarrollo se lleva a cabo en el cuerpo del texto y, por ello, constituye
siempre la parte más extensa del texto. Por último, el cierre es la parte en la que el
investigador, luego de desarrollado el tema, finaliza su texto; no debe entenderse,
necesariamente, como una conclusión, sino como un modo de cerrar y poner punto final
al desarrollo del texto. Evidentemente, dependiendo del tipo de documento que el
investigador esté elaborando, cada parte contendrá ciertos puntos específicos,"
• Se presenta con claridad y concisión las pretensiones del texto, es decir, se le brinda al lector
los elementos necesarios para ubicarse en la investigación: el tema o asunto a tratar, el
problema que desea examinarse, el enfoque que se le va a dar a la investigación, la hipótesis
que pretende probar, los objetivos que persigue y las conclusiones a las que arriba el texto (si
es que las hubiera), etc. Esto se suele hacer antes de iniciar el desarrollo del tema o problema,
en la parte introductoria.
Todas las características vistas hasta ahora son compartidas, en mayor o menor medida,
por cualquier escrito académico, sea del tipo que sea. No obstante, hay que tener presente
que los documentos o trabajos de investigación escritos pueden ser muy distintos en
complejidad, contenidos, estructura y extensión. Asimismo, no debemos confundir las
distintas formas de hacer investigación presentadas en el capítulo anterior (pura/aplicada,
exploratoria/descriptiva/correlacional causal, de campo/bibliográfica, cuantitativa/cualitativa)
con los productos escritos de la investigación, ya que de una misma investigación pueden
producirse diferentes documentos. Por ejemplo, como parte de una misma investigación
uno puede tanto redactar un informe sobre alguna actividad de campo elaborada para
dicha investigación como preparar una reseña sobre alguna de las fuentes consultadas
sobre el tema de investigación. Asimismo, uno puede presentar los resultados de esta
misma investigación en una monografía o puede, eventualmente, convertir esa monografía en
un artículo académico publicable en una revista especializada. Esto dependerá del interés del
investigador y del estado o avance de su investigación.
Entonces, teniendo esto en cuenta y habiendo establecido las principales características comunes
a todos los escritos académicos, concentrémonos ahora en presentar las propiedades y
características particulares de los documentos académicos más utilizados.
ESTADO DE LA CUESTIÓN (Equipo 02).
ESTADO DE LA CUESTIÓN: ALGUNAS PAUTAS PARA SU ELABORACIÓN
¿Cómo está organizado el estado de la cuestión?
Los contenidos en un estado de la cuestión deben organizarse considerando al menos tres grandes bloques temáticos: presentación de los antecedentes y el contexto de la problemática en la investigación, el desarrollo o síntesis de los principales aportes realizados hasta el momento y, finalmente, la exposición de los problemas pendientes. (Zubizarreta, 1998: 64) En la primera parte, se explica de manera general cuál es la pregunta de investigación acerca de la cual tratará el escrito. También debe incluirse una presentación del contexto general: dentro de qué área del conocimiento se ubica el tema, con qué otros temas se halla vinculado, con qué hechos relevantes se relaciona, por ejemplo. En una segunda parte, se exponen sistemáticamente todas las propuestas y estudios sobre el tema, resaltando los más importantes. En la parte final, se enuncian los problemas que no han quedado resueltos en relación con el tema y las posibles respuestas o alternativas de solución que se han planteado. Es ideal incluir aquí una opinión personal acerca de todos ellos.
¿Qué se necesita para construir un estado de la
cuestión?
Básicamente, para poder construir un estado de la
cuestión es necesario contar con tres elementos claves:
Un tema de interés viable. El tema debe resultar de interés para el investigador. Pero, además, debe ser un tema acerca del cual haya información; de no ser así, es imposible realizar la investigación bibliográfica sobre él; en ello reside la viabilidad.
Una pregunta –o problema– de investigación relacionada directamente con el tema. El problema, como vimos al inicio del curso, es una pregunta no resuelta o cuya solución está aún en debate. Esta segunda opción es la que nos facilitaría el trabajo en el estado de la cuestión.
Información confiable –de los expertos en el tema– para poder construir la exposición sobre las soluciones conocidas o planteadas hasta el momento sobre el problema. La información debe buscarse –en centro de información, en Internet–, recogerse –en fichas–, sistematizarse –en fichas también– y luego utilizarse en la creación del documento –utilizando notas y citas, como vimos en la primera unidad del curso.
ESTRUCTURA GENERAL
El estado de la cuestión se puede
dividir en tres partes:
Antecedentes: contexto, sentido general del tema y la pregunta de investigación.
Cuerpo de la exposición: presentación sistemática de los aportes de especialistas, escuelas, corrientes de pensamiento, etc.
Exposición de los problemas pendientes y soluciones propuestas; puede incluir la opinión personal del autor sobre la soluciones planteadas.
Estas divisiones no se colocan con
marcas gráficas en el texto, pues este
debe ser un texto continuo y fluido.
Para construir un estado de la
cuestión se necesita:
- Un tema de interés viable.
- Un problema de
investigación acerca del
tema.
- Información relevante y
confiable.
El estado de la cuestión: peculiaridades en su estructura
El estado de la cuestión es un texto
académico que expone sistemáticamente los
avances existentes acerca de un tema o un
problema de investigación. En virtud de ello
es que en un subcapítulo anterior nos hemos
detenido a explicar, analizar y ejemplificar
cómo se delimita un tema y qué caracteriza a
un problema o pregunta de investigación.
Dado que estamos trabajando en la
construcción de un estado de la cuestión,
debemos ya tener planteados el tema
delimitado y el problema de investigación que
nos interesan. Además, debemos contar con
las fuentes de información necesarias para
abordar el tema. Con todo ya listo, con el
tema, el problema y la información fichada y
sistematizada, podemos ahora proceder al
paso siguiente: estructurar el trabajo y
proceder a redactarlo.
Un estado de la cuestión tiene una estructura
organizada en tres grandes bloques:
Parte introductoria
Este bloque puede tener una extensión de uno
a tres párrafos, dependiendo de nuestras
propias necesidades y estilo. Debe contener
una presentación del tema y la pregunta de
investigación, una justificación del problema
(por qué es un problema o qué sentido tiene
planteárselo) y una presentación de los autores
o corrientes de pensamiento que se expondrán
y el contexto.
Puede incluir también algunas definiciones o
explicaciones básicas si lo creemos necesario.
Al decir que debemos hacer una presentación
del tema, nos referimos a que debemos
contextualizarlo. ¿Qué quiere decir esto? Quiere
decir presentar los datos que nos permitan ubicar
el tema y el problema en un momento específico
y en relación con hechos relevantes o conocidos
que nos permitan situarlos y comprenderlos.
ESQUEMA DE REDACCIÓN GENERAL
DE UN ESTADO DE LA CUESTIÓN Debe incluir: Puede incluir:
Part
e i
ntr
od
uc
tori
a - Contexto
- Presentación y justificación del tema y la pregunta de investigación
- Presentación de los autores o corrientes de pensamiento a exponer
- Conceptos básicos
- Definiciones preliminares
Cu
erp
o d
e l
a
exp
os
ició
n - Explicación del
autor o corriente 1
- Explicación del autor o corriente 2
- Explicación del autor o corriente N
- Presentación del tema 1 para los autores a, b ...
- Presentación del tema 2 para los autores a, b ...
Cie
rre
- Síntesis
- Problemas de investigación pendientes
- Posibles hipótesis
- Opiniones del autor del trabajo
Ejemplos de cómo presentar las fuentes en el
estado de la cuestión
Ejemplo 1:
Una de nuestras principales fuentes ha sido el
Informe final de la Comisión de la Verdad y
Reconciliación (CVR). La CVR fue creada en
2001 con el propósito de investigar todos los
aspectos relacionados con el proceso de
violencia política vivido en el Perú desde 1980
hasta el año 2000. La Comisión estuvo
conformada por profesionales independientes de
diversas especialidades, los que trabajaron con
un gran equipo de expertos en diversos temas,
como antropólogos, filósofos, sociólogos,
historiadores, entre muchos otros. El Informe
Final de la CVR es el producto de tres años de
investigación de este equipo de profesionales y
es un documento en nueve volúmenes que
abarca prácticamente todos los temas
relacionados con el fenómeno terrorista en
nuestro país.
Ejemplo 2:
Otro de los autores en los que hemos basado
esta investigación es Carlos Iván Degregori.
Este autor es un prestigioso antropólogo que fue
comisionado de la CVR y que es investigador
del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), así
como profesor en la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos. Tiene diversas publicaciones
sobre temas relacionados con Sendero
Luminoso y es referido y citado en muchas otras
fuentes, por lo que es razonable considerar que
se trata de un reconocido especialista en
nuestro tema.
Por ejemplo, si nuestro tema de investigación es
consecuencias psicosociales de la violencia política
en el Perú luego de la captura de Abimael Guzmán,
para contextualizar el tema podría ser de utilidad
mencionar datos como los siguientes:
El párrafo anterior es un ejemplo de cómo
contextualizar un tema. Al leerlo, podemos darnos
cuenta de que no se ha entrado en detalles sobre el
tema en sí mismo –las consecuencias psicosociales
del terrorismo en el Perú–, sino que se dan los
antecedentes que pueden permitir a cualquier
persona, sea que conozca o ignore completamente a
Sendero Luminoso, comprender nuestro tema.
Por otro lado, al señalar que la parte introductoria
debe contener una presentación de los autores, nos
referimos a que debemos presentar datos útiles y
puntuales que permitan comprender por qué hemos
escogido las fuentes que hemos decidido usar. No
se trata de presentación la biografía de un autor, sino
de justificar por qué se trata de una fuente autorizada
en el tema. En el margen izquierdo podemos
observar algunos ejemplos de cómo presentar a
nuestras fuentes.
Cuerpo de la exposición
Esta es la parte central, como en todo texto. Debe
contener la exposición organizada y sistemática de
las opiniones de los autores que han intentado
responder a nuestro problema de investigación.
La violencia política en nuestro país se desató en
mayo de 1980, a partir de la iniciativa y accionar de
un grupo terrorista llamado Sendero Luminoso; este
grupo declaró la guerra al Estado, una guerra que
duró más de una década y que tuvo presencia en
muchas partes del territorio nacional; si bien
comenzó en Ayacucho, el alcance del accionar de
Sendero Luminoso se hizo sentir en varios
departamentos de la sierra central, en la selva y en la
costa. En setiembre de 1992, el principal líder de
esta agrupación, Abimael Guzmán, fue capturado en
una casa en Lima, a partir de ese momento, el curso
de las acciones de Sendero Luminoso cambió, se
dieron rupturas al interior del “partido” y poco a poco
fueron capturados varios de sus principales
dirigentes.
Debemos tener siempre presente que el centro de
estado de la cuestión es el problema de
investigación; en este sentido, el cuerpo de la
exposición debe estar orientado a presentar los
diversos intentos de solución del problema de
investigación. Se trata, pues, de presentar de
manera ordenada las respuestas que cada uno de
nuestros autores ha dado, directa o indirectamente a
nuestro problema de investigación.
Este es un punto crucial. Suele suceder que algunos
investigadores busquen las respuestas a sus
preguntas de manera evidente en sus fuentes; pero
esto normalmente no ocurre así. Lo que el
investigador necesita es revisar cada una de sus
fuentes con mucho detalle para inferir la forma en
que el autor respondería eventualmente a nuestro
problema. Es decir, no siempre encontraremos la
respuesta a nuestro problema directamente
planteada en nuestras fuentes: la mayoría de las
veces debemos inferirla.
Cierre: exposición de los problemas pendientes
En esta parte final del texto, debemos incluir, como
mínimo, tres componentes: una síntesis completa
de las opiniones de nuestras fuentes, nuevos
problemas de investigación que se deriven o
queden pendientes luego de la exposición y una
hipótesis o respuesta personal al problema de
investigación inicial.
Dado que nuestro problema de investigación es una
pregunta no resuelta, definitivamente llevará a
plantearse más preguntas. Por otro lado, llegar a
formular una hipótesis es el resultado natural al que
debemos aspirar luego de haber construido un
estado de la cuestión. La forma concreta de plantear
hipótesis se trabajará más adelante tanto en el
curso como en este material de consulta.
También se puede incluir en esta parte nuestras
opiniones acerca de los autores o corrientes que
hemos expuesto.
Todo lo que hemos señalado hasta aquí en relación
con la parte introductoria, el cuerpo y el cierre, debe
plasmarse en un esquema de redacción, el cual
deberá indicar la forma detallada en que planeamos
escribir nuestro texto.
Observaciones importantes
La información para presentar a nuestros autores puede obtenerse de sus libros o de Internet o de otras fuentes.
Debemos verificar que la información que hemos recopilado en las fichas sea suficiente y pertinente para exponer las respuestas que los autores han dado a nuestro problema de investigación.
El esquema de redacción no debe reproducir nuestra secuencia de fichas.
Además de esta estructura general, debemos
considerar los detalles puntales que necesitamos
resolver antes de construir el texto.
¿Contamos con la información para presentar a los autores que vamos a exponer? Como se ha señalado, la parte inicial del estado de
la cuestión debe incluir una presentación de los
autores que vamos a exponer. Esta presentación
consiste en indicar algunos datos biográficos
generales –nacionalidad, año de nacimiento–,
algunos datos profesionales o académicos
relevantes –profesión, experiencia profesional,
experiencia académica o de investigación– y
publicaciones.
Ahora bien, ¿de dónde obtenemos esa información?
Hay varias alternativas:
De los libros de dichos autores que hemos consultado. Suele ocurrir que muchos libros presentan información biográfica de sus autores.
De Internet. Si los libros que tenemos de nuestros autores no incluyen información biográfica de los mismos, bastará con ingresar en un buscador de Internet el nombre y apellido de nuestros autores y encontrar un enlace confiable.
¿Tenemos información suficiente y relevante sobre cómo han respondido los autores al problema de investigación? Este punto es crucial. Podemos haber recopilado
mucha información en las fichas, pero estas deben
servirnos para mostrar cómo han respondido los
expertos al problema de investigación que nos
hemos planteado. Así, entonces, debemos estar
seguros de que la información recopilada sirva a
estos propósitos.
Una manera muy sencilla de determinar esto es
construir el esquema de redacción y determinando
en qué punto del esquema se incluirán las fichas. Si
estas no son suficientes, entonces deberemos
volver a las fuentes y completar la recopilación de la
información.
¿Cómo estructuramos el esquema de redacción en función de nuestro tema y problema? En primer lugar, hay elementos en el esquema y,
por tanto, en el texto que son obligatorios y que no
podemos elegir colocar o no. Estos elementos
obligatorios son la presentación del tema, la
presentación y justificación del problema y la
¿Qué partes en el esquema y,
por tanto, en el texto son
obligatorias?
Presentación del tema y el problema.
Presentación de los autores. Exposición de la opinión de
los autores frente al problema. Síntesis. Nuevos problemas de
investigación. Hipótesis.
presentación de los autores. Esto deberá estar
necesariamente en el esquema y luego en el texto.
Lo mismo ocurrirá con la parte final del esquema y,
por tanto, del trabajo: la síntesis, los nuevos
problemas y la hipótesis son obligatorias.
En segundo lugar, el cuerpo o parte del central del
esquema y, por tanto, del texto, son las partes en
las que podemos ser más creativos. Podemos
organizar el esquema por autores o por temas. Eso
dependerá de nuestro estilo y de nuestras
preferencias. Lo importante es no perder de vista
que debemos proponer las respuestas que los
autores han dado a nuestro problema de
investigación.
Es importante tener presente que el esquema no
debe reproducir la secuencia de fichas. Si así
fuera, el texto carecería de nuestro matiz personal.
El estado de la cuestión (o estado del arte) es un documento básico que sirve como punto de
partida de cualquier investigación académica. Su principal objetivo es exponer, de manera
rigurosa y sistemática, los puntos de vista de los expertos o las corrientes de pensamiento
más representativos frente a un determinado problema de investigación. Es decir, frente a
un pregunta de investigación planteada al interior de un área temática previamente
establecida, el investigador expone qué propuestas de solución sostienen las fuentes
autorizadas, cuáles son las perspectivas más actuales y relevantes frente a la pregunta en
cuestión. Por ello, se le considera un documento básicamente informativo, puesto que
antes de valorar, criticar o reivindicar una postura sobre otra, su propósito, más bien,
consiste en hacer una exposición exhaustiva de las posturas más relevantes en torno a
un determinado tema y problema de investigación. En ese sentido, es un documento
básico y valioso para cualquier investigador que pretenda iniciar un proyecto de
investigación, sea en la disciplina que sea, puesto que, tal como su nombre lo indica,
permite al investigador establecer el panorama del debate actual en torno al
tema/problema de su interés, es decir, permite explicar en qué estado se hallan las
investigaciones sobre la cuestión de su interés. Así, el estado de la cuestión es un escrito
que facilita la comprensión y el conocimiento de todas las posibles salidas que ya han sido
planteadas por los estudiosos sobre el tema y el problema de investigación.
Es necesario hacer hincapié en este asunto. Si bien las distintas disciplinas emplean y
ponen en práctica diversos métodos y técnicas de investigación específicos de su área
de conocimiento, el estado de la cuestión es un documento común a todas las disciplinas."
Ya sea que un investigador se dedique a realizar investigaciones teóricas, de corte más
bibliográfico o crítico, o se dedique a realizar investigaciones a través de diseños de
campo, más experimentales o empíricos, en todos estos casos, el estado de la cuestión
es un documento necesario y valioso. Esto tiene que ver con la labor propia del
investigador: en la medida en que toda investigación parte de lo que ya han dicho los
especialistas sobre el tema (es decir, par e de lo ya investigado y comunicado), y en la
medida en que todo investigador, desde el primerizo hasta el más especializado, necesita
actualizarse constantemente respecto de los nuevos aportes en el tratamiento de su área
temática para que sus propios aportes no resulten ingenuos, obsoletos o poco
informados, parte esencial de todo proceso de investigación consiste en hacer una revisión
permanente de la bibliografía existente sobre el tema, sobre todo de la más actual. El
estado de la cuestión es producto, precisamente, de esa revisión bibliográfica, Ahora bien,
el estado de la cuestión no consiste, simplemente, en reunir la información existente
sobre un tema y problema más o menos determinado, Este documento presenta ciertas
características propias que es importante resaltar, Para poder comprenderlas,
presentaremos primero una descripción general de lo que es un estado de la cuestión; a
partir de ello, estableceremos de qué maneras no debe entenderse un estado de la
cuestión para precisar, al final, la naturaleza, características y alcances propios de este
tipo de documento académico,
En primer lugar, una característica propia del estado de la cuestión es que la pesquisa
bibliográfica que realiza es sumamente cuidadosa y selectiva en función de un tema y
un problema correctamente delimitados." Por ello, un requisito previo a la elaboración
de cualquier estado de la cuestión es que el investigador haya identificado y delimitado
con claridad el tema de su interés y haya planteado con precisión, al interior de él, una
pregunta que resulte realmente relevante, La búsqueda de información que se emprenda
con miras a realizar un estado de la cuestión es, así, una búsqueda orientada en función
de un tema y un problema de investigación previamente delimitados, Esto se debe a que,
si bien el estado de la cuestión es un documento inicial para toda investigación
académica, no es un documento que sirva para familiarizarse de manera general con un
área temática ni para delimitar el tema y ubicar el problema a investigar; su labor, por el
contrario, es exponer el tratamiento académico más relevante sobre un tema y un
problema de investigación claros y precisos, Esto quiere decir, entonces, que, para
elaborar un estado de la cuestión, el investigador debe ya estar involucrado, aunque sea
mínimamente, con el tema de su interés y debe poseer conocimientos, sobre ese tema;
es decir, debe estar informado sobre el tema y haber elaborado una pesquisa
bibliográfica previa, Uno no puede reconocer los materiales necesarios para hacer una
presentación exhaustiva del debate en torno a un problema de investigación correctamente
delimitado si es que no está ya familiarizado, al menos, con los conceptos y las ideas
centrales del área de conocimiento al cual pertenece dicho problema, a partir de esto, debe
quedarnos claro que el estado de la cuestión no consiste en la lectura casual de
materiales más o menos relacionados entre sí." Esto no solo implicaría un esfuerzo
innecesario y carente de sentido, sino que, incluso, podría conducir al desorden y a la
confusión, en la medida en que lo único que se lograría es acumular una serie de datos
sin tener clara la relación entre ellos y sin tener en claro para qué se habrían recogido
estos datos. Conviene, además, a este respecto, cuidarse de elegir los materiales a
analizar con criterios no propiamente académicos, como pueden ser la disponibilidad de
las fuentes. Más bien, el investigador debe seleccionar materiales que reflejen realmente el
estado del conocimiento y el debate en torno al tema elegido.
Asimismo, se debe también extraer de lo anterior que el estado de la cuestión no es una mera
recolección de citas. Esto invalidaría el documento porque, más que recolectar y exponer citas de
otros autores, el estado de la cuestión consiste en organizar y articular sistemáticamente los
aportes de las especialistas en relación con una temática y problemática determinadas. El
estado de la cuestión, como cualquier otro documento académico, tiene un objetivo y finalidad
propios, y responde a una organización o esquema planificado por el propio investigador y que
corresponde con sus intenciones. Por ello, más que hacer una recolección a ciegas de citas,
el investigador debe concentrarse en identificar las ideas centrales expuestas por las fuentes
que consulta, sobre todo las que sean más relevantes y pertinentes para su tema de
investigación. También, debe procurar reconocer con claridad los métodos y las
aproximaciones más adecuados para su tema y problema. De igual valor es el reconocimiento
de las diferentes formas de responder a ese problema, las cuales el autor del estado de la
cuestión debe encargarse de registrar ordenadamente y sintetizar con rigurosidad.
Podemos ahora presentar una definición más precisa del estado de la cuestión: se trata
de un documento académico imprescindible para iniciar cualquier investigación, sea en
la disciplina que sea, que consiste en la exposición exhaustiva, organizada y sistemática de
los aportes más valiosos en torno a una problemática correctamente delimitada. Su objetivo
no es solo familiarizarse con el tema a investigar, sino analizar y contrastar los argumentos
y posturas más relevantes y actuales respecto del problema que el investigador pretende
desarrollar. En este sentido, los aportes más valiosos de un estado de la cuestión consisten,
por un lado, en sistematizar en un solo documento diferentes posturas en torno a un
problema específico, uniendo, de este modo, información que podría estar a la mano pero de
manera dispersa. Por otro lado, al hacer lo anterior, el estado de la cuestión permite no solo
presentar lo que dicen otras fuentes de información, sino que posibilita, más bien, el contraste e
intercambio entre las diferentes posturas consultadas, reconocer sus relaciones y discrepancias,
en suma, hacerlas dialogar con el fin de esclarecer el estado actual de la cuestión a investigar.
Este diálogo que el investigador construye entre las distintas posturas analizadas puede
constituir, además, el aporte original, del cual hablábamos en el subcapítulo anterior, de su
estado de la cuestión.
Entonces, para construir un estado de la cuestión, debemos tener presentes los tres requisitos
imprescindibles que hemos presentado hasta aquí:
• Haber delimitado correctamente un tema de investigación,
• Haber identificado con claridad y precisión, al interior del tema, un problema de
investigación verdaderamente relevante y que merezca ser analizado,
• Haber reconocido y sintetizado las ideas centrales de las alternativas de solución
propuestas por los principales especialistas, corrientes de pensamiento o teorías existentes
en torno a dicho problema de investigación.
Para conseguir estos requisitos, necesitamos no solo tener alguna opinión o idea vaga
sobre el tema, sino que debemos estar suficientemente familiarizados con los conceptos e
ideas centrales del área de conocimiento a la que pertenece nuestro problema. Asimismo,
debemos haber revisado la bibliografía existente sobre el tema para poder identificar las
aproximaciones y posturas verdaderamente significativas.
En cuanto a la organización y la estructura de un estado de la cuestión, como todo texto
académico, este suele seguir la secuencia básica de una parte introductoria, un cuerpo o
desarrollo y un cierre. Si bien no hay, en realidad, reglas específicas de organización de la
exposición, dados los propósitos de este tipo de documento, normalmente los estados de la
cuestión siguen la siguiente estructura:
Parte introductoria
- Debe contener una presentación del tema y de la pregunta de investigación, una
justificación del problema (por qué es un problema y qué sentido tiene planteárselo) y
una breve y concisa presentación de los autores o corrientes de pensamiento que se
expondrán. No se trata aquí de presentar las biografías de los autores, sino de exponer datos
útiles y puntuales que permitan comprender por qué hemos escogido las fuentes que hemos
decidido utilizar, es decir, justificar por qué se trata de una fuente autorizada en el tema.
- En la parte introductoria es indispensable, además, contextualizar el tema y problema a
investigar, es decir, presentar los datos que nos permitan ubicar el tema y el problema
en un momento específico y en relación con hechos relevantes o conocidos que nos
permitan situarlos y comprenderlos.
- Asimismo, puede incluir, también, algunas definiciones o explicaciones básicas si lo
creemos necesario. De igual modo, puede mencionarse el interés y la motivación propios del
autor por el tema y el problema de investigación elegido, es decir, los motivos por los cuales
el autor se interesó y delimitó el tema y el problema de la manera en que lo hizo.
Cuerpo de la exposición
- Como en todo texto académico, esta es la parte central y más extensa del documento.
Debe contener la exposición organizada y sistemática de las posturas o corrientes de
pensamiento que han trabajado nuestro tema e intentado dar solución a nuestro
problema de investigación. Debemos tener siempre presente que el centro del estado de la
cuestión es el problema de investigación, y por ello el cuerpo de la exposición debe estar
orientado en función de presentar, analizar y comparar los diversos intentos de solución
del problema de investigación. Se trata, pues, de presentar de manera ordenada las
respuestas que cada uno de nuestros autores ha dado, directa o indirectamente, a nuestro
problema de investigación.
- Este punto es crucial. Suele suceder que algunos investigadores busquen las respuestas
a sus preguntas de manera evidente en sus fuentes, pero esto, normalmente, no ocurre
así. Lo que el investigador necesita es revisar cada una de sus fuentes con mucha
minuciosidad para poder inferir la forma en que el autor respondería, eventualmente, a
nuestro problema. No siempre encontraremos la respuesta a nuestro problema planteada
de manera directa en las fuentes que consultemos.
- Hay distintos modos de presentar sistemáticamente estas propuestas de solución al
problema de investigación en el cuerpo de la exposición. Quizás las más usuales sean
presentar, una por una, cada postura analizada, ordenarlas históricamente o
estructurarlas temáticamente, de acuerdo con las similitudes y discrepancias de las
respuestas ofrecidas. El orden de la exposición dependerá tanto del tema y problema
elegido como de los intereses y del estilo del autor, Sin embargo, cualquier sea el orden de
exposición que elijamos, es vital no perder de vista lo que mencionábamos anteriormente
sobre el valor del estado de la cuestión: este consiste en comparar y hacer dialogar las
distintas posturas relativas a un tema y problema, de modo que es necesario, en cada caso,
hacer el esfuerzo de relacionar la información expuesta.
• Cierre
- En esta parte final del texto se suele incluir, como mínimo, dos componentes: una
síntesis completa de las ideas centrales de las fuentes consultadas y nuevos
problemas de investigación que se deriven o queden pendientes luego de la exposición
del cuerpo. Asimismo, se puede incluir una suerte de balance personal; el autor puede
exponer sus opiniones acerca de las posturas o corrientes que han sido
desarrolladas en el cuerpo.
- En muchos casos, suele incluirse, también, la hipótesis o respuesta personal del autor
al problema de investigación." Dado que el estado de la cuestión nos permite analizar
en detalle y contrastar las propuestas de solución más aceptadas a nuestro problema de
investigación, formular una respuesta propia a dicho problema suele ser el resultado
natural al que aspira la construcción de un estado de la cuestión. Sin embargo, esto
dependerá, nuevamente, de los intereses del investigador y ello determinará, además, los
alcances del estado de la cuestión, punto que veremos a continuación.
Los alcances del estado de la cuestión dependen, pues, de los fines del investigador. Un
estado de la cuestión puede servir para presentar información de manera articulada y
sistematizada o para elaborar y definir una respuesta propia al problema de
investigación. En el primer caso, tenemos estados de la cuestión cuyo fin es exclusivamente
informativo: dar a conocer el panorama del debate actual en torno a un tema y problema de
investigación específicos. En el segundo caso, el estado de la cuestión sirve, además, para
construir una hipótesis de trabajo propia que se engarzaría con un proyecto de investigación
concreto:" es decir, contribuiría a emprender, más adelante, investigaciones más complejas y
con demostraciones acabadas. En ambos casos, como hemos mencionado antes, la
sistematización y el diálogo entre la información especializada relativa a un tema delimitado
constituye ya un aporte para la producción de conocimiento, independientemente de que el
estado de la cuestión finalice o no proponiendo una hipótesis propia.
En suma, el estado de la cuestión es un texto básicamente informativo y sintético. No obstante,
por más que sea sintético, puede tratarse de un texto muy extenso si es que el número de
expertos frente al problema es alto.
Artículo Académico. (equipo 03)
La investigación académica requiere que el conocimiento alcanzado se comunique. Para
quienes forman parte de la comunidad académica, resulta vital estar al tanto de los avances y
controversias que se generen tanto en sus respectivas disciplinas como en otras áreas
científicas afines. Una de las formas de comunicación más utilizadas en el ámbito académico
para difundir y compartir los resultados de una investigación es, sin duda, el artículo académico
o científico.
Definir en qué consiste un artículo académico, establecer con claridad qué es aquello que
lo caracteriza, no es del todo sencillo. Podemos empezar señalando que es un documento
escrito no muy extenso que da cuenta de los resultados de una investigación. Por lo general,
aborda asuntos muy específicos que requieren del autor dominio en la materia y suponen del
lector cierta familiaridad con la perspectiva desde la cual se ha llevado a cabo dicha
investigación. Otro aspecto común a todo artículo académico es que este permite a su autor
tener una participación activa en el quehacer académico de su disciplina y poner de
manifiesto su capacidad para defender la relevancia de alguna investigación llevada a cabo, así
como la pertinencia y validez de la perspectiva y resultados alcanzados.
Si bien es cierto que los artículos suelen aparecer en publicaciones periódicas como revistas y
boletines académicos, también lo es que existen otros formatos en los que puede publicarse
un artículo. Veamos a continuación un ejemplo de artículos publicados en una edición de la
revista Economía y Derecho de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC):
Como se aprecia en el índice de la revista, esta es una publicación periódica (la edición que se
consigna corresponde al volumen 6, número 24, publicado en la primavera del 2009) en la que
colaboran varios autores de manera independiente. Cada uno de los artículos que aparece en
esta revista aborda, desde una perspectiva económica o jurídica, un tema muy concreto: la
trayectoria intelectual de Mario Vargas Llosa, el contrato de marcas, el abuso de las normas
de libre competencia, entre otros. La periodicidad de una publicación como esta se encuentra
ligada al deseo de una institución académica como la UPC de contribuir con la renovación o
incorporación de nuevos temas que puedan ser puestos en discusión al interior de una
disciplina en particular.
En cuanto a las publicaciones no periódicas en las que se consignan, también, artículos
académicos, propondremos el siguiente ejemplo:
En este caso, la editora Paula Córdova convocó a varios autores a reflexionar acerca de
la naturaleza dinámica del lenguaje (su relación con fenómenos sociales, culturales e
históricos) y del dinamismo de las lenguas, en particular, las lenguas y culturas peruanas. Es
a partir de este tema que los artículos abordan temas como la estructura interna de la
lengua, la reacción de los hablantes frente al cambio experimentado por las lenguas, la
situación de las lenguas andinas a la llegada de los españoles, etc.
Si bien analizar los diferentes tipos de artículos que pueden publicarse bajo un formato
académico puede ser interesante, dicha tarea excede los propósitos de este subcapítulo. Por
ello, nos ocuparemos de analizar exclusivamente aquellos artículos que tienen como propósito
ser publicados en revistas académicas.
Existen una serie de requisitos formales y de contenido que todo artículo académico deberá
cumplir para poder ser publicado en una revista. Como ejemplo, véanse las exigencias para la
publicación de artículos de una revista digital:
Como se aprecia en el cuadro anterior, para que una investigación pueda ser publicada
bajo el formato de artículo académico, deberá seguir un formato y estructura
particulares. Además, el contenido del artículo será sometido a evaluación. Para ello se
tomará en cuenta no solo criterios particulares de la disciplina desde la que se llevó a
cabo la investigación, sino, también, criterios de carácter ético y editorial. Por lo general,
esta evaluación o arbitraje es llevada a cabo por académicos especialistas en el tema
materia del artículo.
Autores como Robert Day han señalado la necesidad de tener en claro qué es lo que
diferencia al artículo académico de otro tipo de textos. Para Day, dos de los rasgos más
característicos de un artículo son los siguientes:
a) La necesidad de divulgar eficazmente los logros de una investigación hasta ese
momento inédita;
b) T ener un formato que permita a los colegas del autor (presentes y futuros) no solo
comprender la naturaleza del trabajo, el tema analizado, la metodología aplicada y los
resultados alcanzados, sino permitir, también, el uso del conocimiento que se está
divulgando." Es por ello que el autor afirma que el artículo académico puede ser definido
como una publicación primaria:
«(...) una publicación primaria es a) la primera publicación de los resultados de una investigación
original, b) en una forma tal que los colegas del autor puedan repetir los experimentos y
verificar las conclusiones, y c) en una revista u otra fuente documental fácilmente asequible
dentro de la comunidad científica.»(2005:9)
La originalidad es uno de los primeros requisitos que se exige a un artículo académico. Si bien en los
dos primeros capítulos de este libro nos hemos ocupado de precisar qué se entiende por
originalidad en el ámbito científico, resulta necesario acotar que esta característica está
asociada a la exigencia de muchas publicaciones sobre el carácter inédito de la investigación;
dicho de otro modo: se espera que la investigación no haya sido publicada anteriormente. En
cuanto a la segunda exigencia, ella apunta a que el autor del artículo muestre con total
transparencia tanto el objeto de estudio como la metodología utilizada, de manera que sus
colegas puedan no solo estar en posición de repetir, si así lo quisiesen, la investigación
desarrollada, sino, también, de evaluarla íntegramente. Por último, vale la pena comentar cuán
pertinente resulta que el autor no solo haga referencia a formatos de publicación impresa
puesto que en la actualidad la comunicación académica utiliza muchos otros formatos
(electrónicos, virtuales, acompañados de información audiovisual, etc.). En todo caso, más allá
de la manera en la que un artículo académico pueda ser publicado, lo importante es tener
en cuenta que la comunidad científica deberá tener acceso a dicho artículo a través de los
múltiples servicios de recuperación y difusión de información con los que un investigador
cuenta hoy en día.
Elaborar un artículo supone para el autor hacer frente a varias etapas de redacción y revisión
previas a la elaboración de la versión definitiva del trabajo. Esta planificación en el desarrollo del
artículo deberá ir acompañada de una clara conciencia respecto del auditorio al que el artículo
estará dirigido; por ejemplo, la comunidad académica de la que forma parte el autor del
documento y que puede estar constituida por profesores, estudiantes e investigadores de su
misma especialidad.
La planificación a la que acabamos de referirnos se puede ver reflejada en la estructura
de un artículo académico. Si bien esta puede presentar algunas variaciones según se
trate de una disciplina u otra o en razón del medio de publicación, suele contar con los
siguientes elementos:
1. Título: debe ser breve pero, a la vez, aludir a los aspectos más relevantes del trabajo y
despertar el interés del lector.
2. Autor( es): debe consígnarse los datos que permitan atribuir la autoría intelectual del trabajo.
Si son varios autores, el orden en que aparezcan sus nombres dependerá de factores
vinculados a los usos y costumbres de la disciplina a la que pertenezcan. Puede utilizarse
como criterio el orden alfabético, la trayectoria de cada uno de los involucrados, el nivel de
responsabilidad asumido durante la realización de la investigación, entre otros.
3. Resumen: explicar de forma clara y concisa los aspectos más relevantes del trabajo
(tema, problema, hipótesis, estructura del trabajo, conclusiones, entre otros).
4. Palabras clave: términos que permitan a los lectores identificar los temas más
relevantes abordados en la investigación. Son de gran utilidad cuando alguien
interesado en el tema de nuestro trabajo busca información a través de una base de
datos o hace uso de algún motor de búsqueda.
5. Reconocimientos y agradecimientos: a personas e instituciones que contribuyeron con la
realización del trabajo. Su uso es opcional.
6. Documento propiamente dicho: aunque el contenido del artículo puede desarrollarse
de varias maneras, generalmente, cuenta con una primera parte introductoria que pone
al tanto al lector de los objetivos trazados y los métodos o enfoques aplicados; un
segundo apartado en el que se revisa el debate académico y se evalúa el conocimiento
que se tiene hasta el momento respecto del tema elegido (es decir, se lleva a cabo un
estado de la cuestión); una tercera parte en la que no solo se puede exponer,
discutir o aplicar un determinado marco teórico y metodológico para el análisis del tema
elegido, sino que, también, puede dar cuenta de la investigación realizada; y, finalmente,
la presentación de las conclusiones o resultados de la investigación.
7. Bibliografía: Deberá consignarse las referencias completas de todas las fuentes
(documentales, bibliográficas, primarias, secundarias, etc.) utilizadas en el desarrollo de
la investigación. Se presentan en orden alfabético y cronológico.
8. Anexos: documentos o adiciones que complementan el cuerpo del trabajo. Su uso es
opcional.
El propósito de una estructura como esta es asegurar al lector del artículo que contará
con todos los elementos necesarios para conocer y hacer uso de la investigación
que se está dando a conocer.
En cuanto a los tipos de artículos académicos que se pueden encontrar, si
revisamos algunas revistas académicas, podremos darnos cuenta de que la lista
puede llegar a ser bastante larga:" sin embargo, si agrupamos los artículos en
función de sus objetivos, podremos obtener la siguiente clasificación:
• Artículo de investigación: Se describe una investigación completa o parte de ella.
• Revisión: Se analiza críticamente el estado del conocimiento en un área o un tema
concreto a partir de la bibliografía publicada.
• Comentarios o críticas: Se comenta o critica un trabajo publicado previamente por
otros investigadores.
• Artículo teórico: se plantea un modelo, una teoría o un sistema para entender un
fenómeno o conjunto de fenómenos, una realidad concreta o un dominio de
conocimientos.
• Retracción: se corrige o retira un trabajo propio anterior a raíz de diversos
cuestionamientos al contenido del mismo.
Un aspecto que no debe perderse de vista respecto del artículo académico es el público al que está
dirigido. Como señala Teberosky, la redacción de un texto académico implica adoptar una
perspectiva interactiva que reconoce que la publicación del artículo dará lugar a un diálogo entre
autor y lector, entre autor y comunidad académica:
«Se trata de un diálogo histórico por un lado, como resultado de la influencia del proceso
de producción en el producto, es decir, de la incorporación en el texto de los rastros
de las actividades del lector a lo largo del tiempo. Y se trata de un diálogo actual,
resultado de las prácticas académicas que influyen sobre la conciencia del escritor y
que lo inscriben en el contexto retórico definido por esas mismas prácticas.»(2007: 18)
En este diálogo, la claridad resulta esencial. Si bien es cierto que esta debiera ser una
característica común a todo tipo de comunicación, en el caso del artículo académico,
dicho rasgo resulta fundamental en tanto a través de ese texto especializado se está
comunicando por primera vez algo respecto de una investigación en particular," En la
siguiente cita, el sociólogo Martín Benavides permite al lector entender con facilidad la
naturaleza de su investigación:
«En el intento de explorar los orígenes sociales del Club Alianza Lima, este
artículo analiza la construcción cultural de la tradición aliancista como club de
obreros, de negros y de La Victoria, proceso que la literatura denomina como el de la
'invención de una tradicíón'.» (2008: 95)
Si bien la claridad resulta imprescindible para comunicar los contenidos de un artículo,
a ella, pueden sumarse otros rasgos propuestos por Campanario: continuidad, papel
dominante de la teoría y carácter tentativo. 58 La continuidad implica que la investigación
que se presenta da seguimiento, amplía o cuestiona los alcances de uno o varios trabajos
previos llevados a cabo por el mismo autor o por otros, se inserta en el debate académico:
«El trabajo que presentamos a continuación, pretende seguir esta perspectiva [de historia
comparada] inaugurada por [Jorge] Basadre: es imprescindible conocer la historia de
los países vecinos, más cercanos a nuestra realidad, para entender mejor nuestro
pasado. En ese sentido, desarrollaremos qué dificultades tuvo el proyecto liberal en
Chile durante la primera mitad del siglo XIX en un contexto en el que triunfaba,
aparentemente, una república del orden, de clara tendencia conservadora (...).» (Orrego
2003: 271)
Por predominio de la teoría, se entiende que el análisis llevado a cabo hace suya una
perspectiva teórica en particular. Al respecto, veamos el siguiente ejemplo:
«El tema que propongo se relaciona con una de las temáticas más significativas de la
modernidad, identidad y cultura en Latinoamérica hoy: el género, y particularmente,
en relación con un fenómeno contemporáneo y gravitante, como es el de las migraciones
de mujeres al interior de Latinoamérica.
El interés se relaciona, además, con una de las escuelas geográficas
contemporáneas más desconocidas en Chile: la Geografía de Género (...). Temática
que en el caso de América Latina ha encontrado varios cultores en países como Brasil,
Argentina, México y Cuba.» (Rocha 2006)
El texto de Rocha cumple con los rasgos antes mencionados, ya que no solo señala que el
trabajo aborda una temática que ha venido generando interés en nuestra región (la
migración femenina), sino que, también, vincula la investigación con la perspectiva de
género. En cuanto al carácter tentativo que, como propone Campanario, suelen tener los
artículos académicos, veamos el siguiente ejemplo:
«No hay violencia política sin discurso. La gente necesita convencerse (yjo ser convencida)
para ejercerla. A partir de esta idea, en un texto poco conocido David Apter desarrolla
una aproximación al fenómeno de la violencia política desde la teoría del discurso (Apter,
1992; 1997), que nos parece especialmente útil para explicar la transformación que hacia
fines de la década de 1970 sufren Sendero Luminoso (SL)y su líder, Abimael Guzmán. (...)
Por cierto, esta aproximación desde el discurso está lejos de explicar todo el
fenómeno SL, ni todos los fenómenos de violencia política. Por un lado, no olvidamos las
raíces estructurales de la violencia ni el contexto histórico y sociocultural, decisivos
para entender la violencia política en el Perú y que hemos desarrollado en otros
trabajos (Degregori, 1985; 1989; 1996). Pero consideramos válida la apreciación de
Pizarro (1996), cuando afirma que en el inicio de la violencia la voluntad política tiene
un papel decisivo. y es de ese inicio que trataremos en el presente artículo.»(Degregori
2000: 493)
Degregori es cuidadoso en dejar en claro que el uso de la teoría del discurso, como
aproximación a la violencia de Sendero Luminoso, es una forma de entender solo parte del
complejo fenómeno del senderismo. Es a este carácter tentativo al que se refiere Campanario,
a la cautela con que el autor del artículo presenta los alcances de su investigación y la reticencia
a que sean entendidos como absolutos y definitivos.
Dos características más que pueden sumarse a las propuestas antes mencionadas son la
justificación constante de la importancia, pertinencia y rigurosidad de la investigación
realizada y la presencia del autor en el texto mismo. En el caso de la característica
mencionada al inicio de este párrafo, se entiende que el autor justifique reiteradamente los
alcances del trabajo y a la validez de sus respuestas, pues su honradez y rigurosidad
intelectual están siendo sometidas a evaluación y crítica. En cuanto a la aparición explícita de
la voz del autor en el texto, ella puede ser entendida como un recurso del autor para dar
fuerza a su postura frente a un tema o compartir con el lector los propósitos o motivaciones
que lo llevaron a emprender la investigación que ahora presenta. Vemos el siguiente ejemplo:
«Creo no equivocarme si digo que, en nuestros días, quien haya revisado el Memorial
escrito por el clérigo Bartolomé Álvarez en 1588 no puede dejar de advertir que la
postura radical e intolerante de su autor al referirse a las religiones nativas se debe
a varias cuestiones: las dificultades para conocer las religiones indígenas y la manera
como los naturales asimilaban
el cristianismo, el contraste establecido entre las dos religiosidades y los intereses
en juego de los sectores seculares enfrentados a la política de la Corona en materia
religiosa, a la jerarquía eclesiástica y también a los integrantes de las órdenes
religiosas en los Andes.
(...) si bien en el presente trabajo destacaré la información que Álvarez ofrece
acerca de las prácticas ceremoniales andinas, me interesa más mostrar la forma
como un doctrinero percibe la religiosidad de los hombres andinos de la zona de
influencia del lago Titicaca y evalúa el proceso de evangelización a poco más de
cuarenta años de iniciada la conquista y colonización en los Andes.» (Regalado 2008:
6)
En la cita anterior, la autora aparece en el texto en dos momentos: en el primero, busca resaltar
que su interpretación respecto de la intolerancia mostrada por Álvarez en su memorial es una
interpretación que puede ser compartida por otros especialistas en el tema. En un segundo
momento, la voz de la autora vuelve a manifestarse explícitamente para dejar en claro al
lector cuál es su principal interés (mostrar cómo un clérigo doctrinero del siglo XVI percibió la
experiencia religiosa de la población andina y evaluó el proceso de evangelización a cuarenta
años de su inicio).
Aun cuando al inicio de esta sección señalábamos que solo nos ocuparíamos de
analizar las principales características de los artículos que buscan ser publicados en una
revista académica, hemos podido comprobar que un repaso de este tipo difícilmente
podría ser exhaustivo. En todo caso, somos de la opinión que lo hecho hasta aquí resulta
suficiente para tener un primer acercamiento a la naturaleza del artículo como producto de
la investigación académica.
Monografía (equipo 04)
Una monografía es un trabajo de investigación escrito cuya principal particularidad es que
implica el desarrollo de un tema puntual y estrechamente delimitado. De ahí su nombre,
que proviene del griego monos (1l0VO~ = uno, único) y graphia (ypa<p~ = escritura o
escrito), y que podría interpretarse como «escrito sobre un único asunto». Por ello, si bien la
extensión de una monografía puede variar, normalmente, se trata de documentos
relativamente cortos en comparación con otros escritos más complejos, como las tesis, ya
que en ellos se suele sacrificar la extensión en beneficio de la profundidad del desarrollo
de la cuestión.
Asimismo, la elaboración de monografías es una práctica bastante común en las
universidades y suele emplearse como parte de la evaluación en distintas materias,
puesto que exige del estudiante tanto la elaboración de un proyecto de investigación
académica como la ejecución del mismo. En esa medida, implica que el estudiante
desarrolle las destrezas fundamentales para llevar a cabo proyectos de investigación
más complejos y especializados, como la tesis o el proyecto profesional. Asimismo,
muchos de los artículos académicos que se publican en revistas especializadas suelen
seguir, también, las pautas y procedimientos de elaboración de una monografía. Por ello,
elaborar este tipo de documentos constituye un aspecto esencial de la formación
académica de todo estudiante.
Como decíamos anteriormente, toda monografía es producto de un proceso de
investigación que puede ser bibliográfico -basado en la consulta de fuentes de información
secundaria-, desarrollado mediante un trabajo de campo -en el que se recoge información
de fuentes primarias- o la combinación de ambos diseños de investigación. También, pueden
realizarse monografías de corte exploratorio, como cuando se estudia un tema
relativamente poco o nada estudiado o se pretende abrir un nuevo camino en la
investigación sobre determinado asunto - por ejemplo, pueden surgir monografías producto
de la exploración de un nuevo sitio arqueológico-; o puede realizarse monografías que
pretenden defender, demostrar o validar una determinada posición específica. Todo esto
dependerá de los intereses de la investigación y del enfoque del autor. Ahora bien, lo anterior
nos permite afirmar que, a diferencia de los estados de la cuestión, que más bien pueden
servir como primer eslabón para la construcción de un proyecto de investigación (sobre
todo, cuando arrojan una hipótesis propia), las monografías son el resultado escrito de
la ejecución de un plan de investigación previamente elaborado." Por ello, este tipo de
documentos -también, a diferencia de los estados de la cuestión- sí tiene la pretensión de
arribar a ciertas conclusiones concretas que se extraen del desarrollo del tema investigado.
Esto último nos permite, a su vez, presentar dos características adicionales de la
monografía: además de ser un escrito que trata sobre un tema único, la monografía, por
un lado, suele ser un texto argumentativo (aunque no excluya en su interior partes o
secciones que sean principalmente informativas), en tanto que pretende llegar a
determinadas conclusiones; por otro lado, es un texto que, independientemente de su
nivel de complejidad y extensión, posee una organización y estructura fijas, constituidas
por una introducción, una serie de capítulos, conclusiones, bibliografía, anexos y glosario -
estos dos últimos son opcionales.
Precisemos, entonces, estas tres propiedades de las monografías que acabamos de
mencionar. En primer lugar, este tipo de documento se caracteriza por ser unitario:" es
decir, debe tratarse un solo tema puntual y bien delimitado. De esta manera, se podrá
analizar a profundidad y abarcar todos los aspectos de ese único tema. Si, en cambio,
eligiésemos un tema amplio, probablemente, obtendríamos como resultado quedarnos en
un nivel de investigación muy superficial, pues sería muy difícil desarrollar a profundidad
un tema de estas características en un texto relativamente breve.
Sirva como ejemplo el siguiente caso, que ha sido mencionado con anterioridad: si se
quisiera analizar el impacto de la televisión en las zonas rurales del Perú, tenemos que
notar que, si bien es un tema que posee ciertas delimitaciones, sigue siendo un tema
bastante amplio para desarrollarse monográficamente. Primero, porque el impacto de la
televisión puede darse a distintos niveles de la sociedad, y un tema como este implicaría
abordar todos ellos. Segundo, porque el impacto de la televisión podría repercutir de
distintas maneras dependiendo, por ejemplo, de la edad de las personas y, nuevamente,
el tema así planteado exigiría de nosotros que analicemos a niños, jóvenes, adultos y
ancianos. Tercero, porque el Perú es un país que posee múltiples zonas rurales, y
tendríamos que analizar cada una de ellas. Sería, pues, conveniente, reducir el espectro
de esta investigación hasta hacer del asunto de nuestro interés un tema viable para una
monografía. Este fue, precisamente, el esfuerzo realizado por la antropóloga peruana
Rocío Trinidad que se encuentra recogido en su libro «¿Qué aprenden los niños del campo
con la televisión? Globalización, socialización y aprendizaje». Ella concentró su investigación
no en el impacto general de la televisión, sino en el impacto de ella en la vida familiar y
escolar de niños y niñas de escuelas primarias. Además, su investigación se circunscribió
en una zona rural específica: el caserío de Mallacayán, perteneciente al distrito de La
Merced, en la provincia de Aija del departamento de Ancash." Planteado así, el tema resulta
perfectamente manejable para una investigación monográfica.
Para cerrar esta primera característica de los trabajos monográficos, es pertinente
hacer la siguiente precisión. Se podría pensar que, al reducir de este modo el espectro
temático, la investigación no es de tanto valor, puesto que solo nos ofrece el análisis de
una parte (y de una parte muy pequeña) y no del conjunto. Podría pensarse que el
resultado de la investigación es pobre y que no aporta mucho al conocimiento del tema.
Nada más lejos de la realidad, porque, tal como hemos dicho, en el caso de la monografía,
lo central es analizar con el mayor nivel de profundidad posible un tema sumamente
específico, y eso implica entrar con mucho detalle en cada uno de los aspectos del tema a
investigar. Más que hacer una presentación general del tema, tratando de abarcar
todos los elementos relacionados con él, el trabajo monográfico nos exige penetrar con
minuciosidad en un tema sumamente puntual para poder abarcarlo de manera exhaustiva.
y esto, ciertamente, constituye ya un aporte sumamente valioso para el conocimiento en
general, por más pequeño que sea el espectro temático abordado. En todo caso, si uno
quisiera realizar una investigación más compleja y amplia, podría pensar en elaborar una
tesis.
En segundo lugar, hemos dicho que la monografía es producto de la realización de un
proyecto de investigación y que, por ello, necesariamente, arriba a ciertas conclusiones. Esto
tiene que ver con que la monografía tiene como base un proyecto de investigación
previamente elaborado, de modo que los contenidos de la monografía deben exponer aquello
que el proyecto de investigación -sea del tipo que fuere- haya arrojado como resultado. De ahí
que la monografía, a diferencia del estado de la cuestión, necesariamente, arribe a una
serie de conclusiones, que tendrán que ver con aquello que se pueda afirmar, de manera
fundamentada, a partir del desarrollo de la investigación y que estarán relacionadas tanto
con el logro de los objetivos propuestos como con, en última instancia, la validez o invalidez
de la hipótesis, en caso de haber planteado concretamente una."
En este sentido, decíamos, también, que las monografías pueden verse como texto
argumentativos, aunque hay que entender este término en un sentido amplio conviene, al
respecto, hacer una serie de aclaraciones. Cuando decimos que la monografía es un
texto argumentativo, nos referimos, específicamente, a que ella presenta una serie de
conclusiones que se desprenden de la exposición de los contenidos del texto. Hemos
dicho que, dependiendo del enfoque del investigador, las monografías pueden tener un
carácter informativo o exploratorio, pero, también, que pueden servir para demostrar la
validez de una determinada posición tentativa. En ambos casos, se cumple esta
característica:
en el primero, por más que la investigación haya sido exploratoria, el autor debe
presentar sustentadamente las conclusiones a las que llega su investigación; en el
segundo caso, normalmente, tenemos monografías que parten no solo de un tema y un
problema de investigación correctamente delimitados, sino, también, de una determinada
hipótesis de trabajo y de una serie de objetivos planteados con el propósito de demostrar
tal hipótesis." En este último caso, la argumentación del texto estará dada, desde el
inicio, en función de la hipótesis que se intente demostrar, aunque evidentemente esto no
quiera decir que la monografía no contenga partes que sean netamente informativas -estas
aparecen con frecuencia en este tipo de monografías, sobre todo, en sus partes iniciales.
No obstante, estas partes, más bien informativas, suelen, precisamente, exponer
información que permita contextualizar el tema y presentar datos en apoyo de la postura
que, más adelante, se intentará defender.
Ilustremos estos puntos con el ejemplo del texto de Rocío Trinidad que ya hemos
presentado. Ese trabajo monográfico es producto de una investigación de tipo cualitativo,
puesto que buscó comprender la influencia de la televisión en los niños niñas de la
escuela primaria del caserío de Mallacayán, y utilizó tanto un diseño de campo como un
diseño bibliográfico de investigación. El trabajo de campo, que se realizó entre los años 2000
y 2001, consistió en la observación de las rutinas diarias de la escuela primaria y en la
realización de entrevistas y focus groups a los pobladores (principalmente niños y niñas,
pero, también, padres de familia y maestros de escuela primaria) de ese caserío." La
investigación bibliográfica se encuentra recogida, por ejemplo, en la Introducción del texto
(pero no solo allí, en realidad, la revisión bibliográfica cruza transversalmente toda la
investigación de Trinidad), donde se presenta una suerte de estado de la cuestión acerca del
tema a tratar -o «Aproximaciones al tema», tal como la autora titula esta sección-, que parte
de la pregunta: «[...) ¿qué cambios ha generado la presencia de los medios audiovisuales,
como la televisión, en la cotidianidad familiar y escolar de los niños y niñas rurales?» (Trinidad
2002: 30). La hipótesis de trabajo, que también se presenta en la Introducción, plantea lo
siguiente:
«(...) en las zonas rurales la televisión es una fuente de información y
conocimiento, cuyo contenido se puede anticipar a la información brindada en la familia
y puede competir con la transmitida por el maestro en la escuela.
En el caso de la familia, la televisión atraviesa la línea entre lo público y lo privado,
lleva los temas públicos al seno de los ambientes privados y viceversa, atreviéndose
a hablar de aquello que es difícil de abordar, como el amor y el sexo. (...) Por ello, se
puede afirmar que los medios establecen «un nuevo orden, en el que se
reconstituyen las distinciones entre la infancia y la edad adulta» (Meyrowitz 1985,
citado por Lu1l1995: 44).
La escuela rural se caracteriza por generar desconcierto, aburrimiento y tedio en
sus alumnos; la televisión, en cambio, los encandila por su rapidez y atractivo. En tal
sentido, «los medios cuestionan el carácter monolítico de la transmisión del
conocimiento» (Quiroz 1999: 256), generando una modificación del proceso de
aprendizaje y motivando a reorganizar los temas y los enfoques.» (Trinidad 2002:
30)
Como vemos, desde el inicio del texto (en la Introducción), se presentan de manera clara y
precisa el tema, el problema de investigación y la hipótesis de trabajo. También, se
presentan los objetivos." En este sentido, decíamos, más arriba, que todo trabajo
monográfico parte de una propuesta propia (un proyecto de investigación previamente
diseñado) que intentará comprobarse. La monografía expone, discursivamente, los
resultados de esa comprobación.
En el caso del texto que estamos colocando como ejemplo, la sustentación de la
hipótesis se expuso discursivamente de acuerdo con el siguiente esquema, distribuidos
en capítulos donde se expone los resultados del trabajo de campo realizado por la autora:
• un primer capítulo eminentemente informativo de contextualización
• un segundo capítulo, titulado «La escuela y la televisión: los maestros», donde se aborda
el punto de vista de los maestros en relación con la influencia de la televisión en sus
educandos
• un tercer capítulo, titulado «La televisión en casa: los padres», donde se expone el
tema en relación con la visión de los padres
• un cuarto y último capítulo, titulado «Los niños y la televisión», en el cual, finalmente,
se expone qué es lo que opinan los propios niños respecto de lo que aprenden de la
televisión. Este último capítulo, más bien conclusivo, incluye una suerte de balance de
la autora sobre los resultados de la investigación realizada que lleva como título
«Reflexiones finales».
• Por último, dos anexos y la bibliografía consultada.
Como podemos apreciar, la distribución de los contenidos de la investigación sigue un
esquema lógico que nos permite conocer cada uno de los aspectos del tema que la
autora ha investigado y que ha anunciado en su hipótesis. Estos han sido ordenados
jerárquicamente: se pasa primero por la percepción de los maestros, para estudiar el
contexto de la escuela rural; luego, para adentrarnos en el ámbito familiar de los niños, se
expone la percepción de los padres; finalmente, llegamos al centro de interés de la
investigación: la influencia de la televisión en los niños, a partir de lo que los propios niños
opinan al respecto. En este sentido, la exposición va ganando contenido y enriqueciéndose
a medida que avanza, de modo que llegamos suficiente y adecuadamente informados al
núcleo mismo de la investigación: la relación entre los niños rurales y la televisión. Esto
es central en una monografía: el desarrollo jerárquico de sus contenidos, siguiendo un
esquema lógico coherente, nos permite ir desarrollando los temas partiendo de lo más
simple hacia lo más complejo. De este modo, el texto fluye con orden y lógica, sin perder
de vista los aspectos principales y los que dependen o se desprenden de estos.
Esto último nos conduce a la tercera característica de los escritos monográficos: su
estructura fija. Hemos mencionado anteriormente, en la sección 2.1, que los documentos
académicos suelen seguir un esquema de redacción básico que contiene una parte
introductoria, un cuerpo y un cierre. Si bien esta es una práctica usual para cualquier
tipo de documento académico, muchos de estos documentos hacen un uso relativamente
libre de esta estructura básica: cada una de estas partes puede contener distintos
elementos. No ocurre lo mismo con las monografías. Ellas siguen una estructura y unas
normas de presentación que deben ser estricta y rigurosamente respetadas." La
monografía es un tipo de documento en el que el cumplimiento riguroso de esta
estructura fija es algo fuertemente valorado, y el no respetar esta estructura puede
llevar, incluso, a invalidar el trabajo monográfico, debido a que, por los motivos antes
expuestos, nuestro producto de investigación no estaría completo.
Tres son las partes fundamentales en que se puede dividir un trabajo monográfico:
preliminares, cuerpo del trabajo y complementarias.
• Preliminares: contienen información sobre el autor, la institución a la que se presenta el
trabajo de investigación, la estructura del trabajo, entre otras. Su función es solo
informativa e incluye los siguientes elementos:
Portada o carátula: contiene los datos relativos al autor de la monografía, lugar o
institución en la que se presenta, título, fecha.
Dedicatoria (opcional) Agradecimientos
(opcional) Resumen
Índice: lista de los contenidos del trabajo con la numeración correspondiente.
En caso de que las haya, se incluye, también, listas especiales: de tablas, figuras,
gráficos, etc.
• Cuerpo del trabajo: es la parte central del trabajo y, a pesar de lo que comúnmente pudiera
pensarse, incluye también la introducción. Eso significa que ella no es un componente accesorio
o preliminar, sino que forma parte de los elementos esenciales del trabajo. El cuerpo del
trabajo incluye lo siguiente:
Introducción
Capítulos y subcapítulos
Conclusiones
En algunos casos, dependiendo de los objetivos extrínsecos de la
investigación y, sobre todo, en el caso de investigaciones aplicadas, puede incluirse,
además de las conclusiones, una sección de Recomendaciones.
Complementarias: proporcionan información adicional, pero igualmente valiosa, al
cuerpo del trabajo. De ellas, solo la bibliografía es obligatoria, pero puede incluir los
siguientes elementos:
Bibliografía: lista de todas las fuentes de información secundaria que se han
consultado para el trabajo. Cada fuente se presenta colocando la referencia
bibliográfica completa.
Glosario: lista de términos -ordenados alfabéticamente- utilizados en el trabajo y
que resultan poco conocidos. En esta lista, se presentan los significados de estos
términos.
Anexos: documentos que complementan el cuerpo del trabajo. Pueden ser textos,
gráficos, imágenes, mapas, cuadros estadísticos, etc.
Todos estos elementos deben presentarse de acuerdo con la secuencia expuesta
anteriormente:
• Portada
• Dedicatoria (opcional)
• Agradecimientos (opcional)
• Resumen
• Índice
• Listas especiales (opcional)
• Introducción
• Capítulos y subcapítulos
• Conclusiones
• Recomendaciones (opcional)
• Bibliografía
• Glosario (opcional)
• Anexos (opcional)
¿Qué es una monografía? La palabra monografía es empleada con distintos alcances;
Umberto Eco, por ejemplo, en Cómo se hace una monografía se refiere a textos de 100 a 400
páginas redactados durante una carrera por una o varias personas, sobre un tema referido a
los estudios en que debe doctorarse. Luego de rendir todos los exámenes correspondientes a
la carrera el estudiante presenta la tesis frente a un tribunal como un requisito necesario para
obtener el título de licenciado o doctor.
En las páginas siguientes se usará el término monografía, en un sentido amplio, para
denominar los textos de trama argumentativa y función informativa que organizan, en forma
analítica y crítica, datos sobre un tema recogidos en diferentes fuentes.
En nuestro medio, por ejemplo, muchos profesores piden a sus alumnos que realicen una
monografía sobre un tema específico mientras que algunas escuelas la exigen como cierre de
una etapa o ciclo. Si bien las situaciones son distintas, hay reglas, tradiciones, particularidades,
que resultan comunes.
Estos trabajos menos pretenciosos, sirven para evaluar la capacidad del autor para trabajar
científicamente en forma independiente y, como se verá, cumplen los requisitos de las
monografías de doctorado, aunque son más breves y sencillos.
Al realizar una monografía, entre otros saberes, se aprende a:
delimitar un problema,
descubrir y reunir información adecuada,
clasificar los materiales,
establecer contactos con personalidades e instituciones,
acceder a la información y ejercitar el espíritu crítico,
comunicar los resultados por escrito y expresarse oralmente frente un auditorio.
Una monografía se considera científica si cumple con las siguientes pautas:
Trata un objeto de estudio (tema) de manera tal que pueda ser reconocible para los
demás;
La investigación dice cosas sobre ese objeto que no se han dicho antes o lo aborda
desde una óptica distinta de la ya difundida;
Es útil a los demás;
Proporciona elementos que permitan confirmar o refutar las hipótesis que presenta, de
manera tal que otros puedan continuar el trabajo o ponerlo en tela de juicio.
Tipos de monografía: Los tipos y formas de monografías son variados como lo son las
ciencias y sus métodos particulares; por ejemplo, una temática relacionada con lo jurídico
diferirá en su tratamiento de otra cercana a la matemática.
En general, se pueden diferenciar tres tipos diferentes:
Monografía de compilación: el alumno, después de elegir el tema, analiza y redacta
una presentación crítica de la bibliografía que hay al respecto. Es importante tener
buen nivel de comprensión y "ojo crítico" para referirse a los diferentes puntos de vista
y exponer la opinión personal tras una revisión exhaustiva.
Monografía de investigación: se aborda un tema nuevo o poco explorado y se realiza
la investigación original; para eso hay que conocer lo ya se ha dicho y aportar algo
novedoso.
Monografía de análisis de experiencias: es frecuente que se emplee este tipo de
monografía en las carreras que implica una práctica, por ejemplo, en Medicina durante
la época de residencia, o bien en el ejercicio profesional, se analizan experiencias, se
sacan conclusiones, se compara con otras semejantes, etc.
Pasos para realizar una monografía
Consideraremos a continuación las principales etapas para la realización de una monografía:
Aparición de la idea o asignación del tema.
Búsqueda de información, primeras lecturas exploratorias y consulta a personas
expertas en la materia.
Presentación del objeto en aproximadamente en quince líneas. Este momento es muy
importante porque consiste en la escritura del enunciado y la delimitación del tema.
Elección definitiva del tema y lecturas complementarias. En este paso aumenta el
compromiso del autor con el objeto de estudio.
Plan operativo: consiste en definir concretamente las tareas por realizar, planificar el
trabajo, controlar el desarrollo, plantear las dificultades, etc.
Realización de las tareas previstas y redacción del primer borrador.
Evaluación intermedia: a partir de una relectura detallada, se pueden hacer los ajustes
necesarios. También, se puede consultar nuevamente a las personas idóneas
(frecuentemente hay un tutor o director de tesis que orienta el trabajo). Si es necesario,
modificar la planificación inicial.
Plan de redacción definitivo: para exponer el trabajo, se ajustan los títulos, párrafos,
cantidad de páginas, gráficos, etc.
OTROS TRABAJOS (Equipo 05)
Hasta aquí, hemos presentado una serie de documentos producto de investigaciones bastante
conocidos en el ámbito universitario y académico: estado de la cuestión, artículo académico,
monografía, tesis y proyecto profesional. No obstante, estos no son los únicos escritos
académicos que normalmente se piden en las distintas universidades e institutos de estudios
superiores. Existen otros tipos de escritos que suelen ser más breves que los anteriores, pero
no por ello menos frecuentes o menos importantes. Incluso, muchos de estos escritos sirven
como primeros esbozos, materiales preparatorios o complementos de investigaciones de
mayor alcance y env ergadura. Se trata de los ensayos, las reseñas académicas y los informes.
Ensayo (Equipo 05)
El término «ensayo» se utiliza con bastante frecuencia en el ámbito académico; sin
embargo, suele ser poco claro en qué consiste propiamente un ensayo y qué es lo que lo
diferencia de otros escritos académicos como el artículo. Esto se debe a que se admite,
bajo la denominación de ensayo, textos de la más variada naturaleza: podemos encontrar
ensayos sumamente cortos -como el ensayo de Octavio Paz titulado «Poesía y
respiración», que cuenta con apenas dos páginas de extensión-," pero, también,
relativamente extensos -como el texto «Hombres y engranajes» de Ernesto Sábato, que
cuenta con poco más de 80 páginas-," hay ensayos que contienen en su interior
subdivisiones claramente diferenciadas, ya sea por subtítulos o por números -como el
ensayo «Castigo sin culpa; culpa sin castigo», de Gonzalo Portocarrero-," pero, también, los
hay sin ellas, redactados de manera fluida -como el caso de «La dominación total», del
mismo autor-." tenemos ensayos que utilizan un aparato bibliográfico -como los recogidos
en el libro de Porto carrero «Racismo y mestizaje y otros ensayos»-, pero, también, es
sumamente usual que los escritos ensayísticos prescindan de él-como los ensayos de
Ernesto Sábato y Octavio Paz mencionados anteriormente. Así, no es una tarea fácil definir
con precisión el tipo de documento académico que llamamos ensayo."
En todo caso, para empezar a comprender en qué consiste un ensayo, vale la pena
que tomemos en cuenta, en primer lugar, el nombre mismo de este tipo de escritos:
«ensayo» querría decir algo así como ensayar o intentar aclarar un tema, sopesar
alternativas en torno a un asunto, hacer un examen tentativo de una cuestión pero de
manera no sistemática. Así, lo que tienen en común todos los escritos que llamamos
ensayo es que pretenden ser una aproximación a un tema, pero sin agotarlo, sin hacer
demostraciones, sin resultar concluyentes." De aquí que el pensador español José
Ortega y Gasset se haya referido a este tipo de escritos de la siguiente manera: «El
ensayo es la ciencia sin la prueba explícita (.[» (Ortega y Gasset en González 2004),
puesto que si bien son textos académicos que pretenden explorar un determinado tema, no
tienen la intención de ofrecer pruebas irrefutables sobre aquello acerca de lo que se
expresan. Tenemos, entonces, una primera característica propia de los ensayos: su carácter
no concluyente ni definitivo, lo que los convierte en textos especialmente abiertos a la crítica y
al juicio de los lectores.
Pero hay principalmente dos características más que, de igual modo, suelen asociarse
con este tipo de documento: su carácter más bien personal, reflexivo o interpretativo y el
estilo o forma de su discurso, que suele ser más bien literario o que posee cierta pretensión
estética (de ahí que se admita el ensayo, también, como género literario). Ambas
características están estrechamente vinculadas, pero precisemos cada una de ellas por
separado.
Los ensayos son un tipo de documento en el cual, de manera general, el autor expresa
sus reflexiones acerca de un tema, desarrolla su interpretación respecto de un asunto o un
problema. Esto quiere decir que la aproximación al tema que el ensayo ofrece se hace a
partir de la propia interpretación que sobre el asunto tiene el autor del texto. En este
sentido, se dice que lo que tiene primacía en un ensayo es el punto de vista del autor,
que intenta aproximarse y reflexionar sobre algún tema que tenga especial interés para
él. Fijémonos, por ejemplo, en la siguiente cita de Octavio Paz, extraída del libro de ensayos
«El arco y la lira»:
«Escribir, quizá, no tiene más justificación que tratar de contestar a esa pregunta que un
día nos hicimos y que, hasta no recibir respuesta, no cesa de aguijonearnos. (...) No sé si la
pregunta que ha dado origen a este libro les haya quitado el sueño a muchos; y es más
dudoso aún que mi respuesta conquiste el asentimiento general. Pero si no estoy seguro
del alcance y de la validez de mi contestación, sí lo estoy de su necesidad personal. Desde
que empecé a escribir poemas me pregunté si de veras valía la pena hacerlo: ¿no sería mejor
transformar la vida en poesía que hacer poesía con la vida?; y la poesía ¿no puede tener
como objeto propio, más que la creación de poemas, la de instantes poéticos?. [En este
libro tengo] la ocasión de precisar un poco mis ideas y de esbozar una respuesta a la
pregunta que desde la adolescencia me desvelaba.» (1979: 7).
Así, también, escribe Ernesto Sábato al inicio de su libro «Hombres y engranajes.
Heterodoxia», a modo de justificación, lo siguiente: «Estas reflexiones no forman un cuerpo
sistemático ni pretenden satisfacer las exigencias de la forma literaria: no soy un filósofo y
Dios me libre de ser un literato; son la expresión irregular de un hombre de nuestro tiempo
que se ha visto obligado a reflexionar sobre el caos que lo rodea.» (2004: 9)
Con estos dos ejemplos, podemos ilustrar lo que hemos mencionado hasta aquí
respecto de los ensayos. Vemos que, en ninguno de los dos casos, se trata de estudios
que pretendan ser sistemáticos o concluyentes. En ambos casos, los autores, más bien,
resaltan el carácter ocasional de este tipo de escritos y la necesidad personal de
producirlos. Se trata, pues, de textos que sirven para esbozar los pensamientos y
opiniones del autor, y, en ese sentido, a diferencia de los documentos que ya hemos
presentados en este capítulo, tienen un fuerte tinte personal. Podemos ver que esto ocurre
también en la Nota preliminar que Porto carrero presenta en su libro «Racismo y mestizaje y
otros ensayos»: «Aunque escritos en diferentes años, entre 1984 y 1991, los ensayos aquí
reunidos se orientan por una misma certidumbre: para entender nuestros conflictos como
país debemos referirnos a un pasado colonial que está aún demasiado presente; que
revive en el abuso y el atropello, que se torna abismo y resentimiento. O para decirlo en
términos más simples: he tratado de razonar la violencia como respuesta a la opresión y a la
crueldad. Desde luego que escribo en una sociedad que nos confronta diariamente con la
injusticia y la violencia.» (2007: 29.)
Ahora bien, que en el ensayo el eje esté dado por el punto de vista del autor no quiere
decir, en absoluto, que se trate de documentos donde uno, simplemente, exponga sus
opiniones de manera arbitraria y sin mayor justificación. Tampoco quiere decir que los
ensayos sean textos más sencillos de escribir. Por el contrario, en la medida en que se
pretende presentar la propia aproximación o interpretación de un tema, los autores de
ensayos tienen necesariamente la tarea de respaldar y sustentar la validez de sus
propias ideas. Por ello, María Elena Arenas afirma que los ensayos, además de ser
textos de carácter exploratorio, son textos eminentemente argumentativos y valorativos,
aunque las razones esgrimidas en apoyo de la posición del autor no se basen en verdades ya
demostradas ni en la aplicación de alguna metodología específica. Es decir, a diferencia de
otros escritos académicos, los ensayos no emplean un método de investigación que
permita alcanzar ciertos fines propuestos." Más bien, a lo que se apela en ellos es a una
suerte de ejercicio reflexivo: en los ensayos, el autor expone sus opiniones de manera tal
que invita al lector a hacer el esfuerzo de seguir la reflexión que el autor está trazando,
incita al lector a reflexionar con él y a evaluar la viabilidad de la aproximación que está
ofreciendo. En suma, se trata de exponer y hacer dialogar nuestra propia interpretación y
valoración de un asunto con los posibles lectores. Un claro ejemplo de esto lo encontramos
a inicios del ensayo del reconocido historiador peruano Alberto Flores Galindo titulado
«La tradición autoritaria: Violencia y democracia en el Perú»:
«Este texto es un ensayo, género en el que se prescinde del aparato crítico para
proponer de manera directa una interpretación. Escrito desde una circunstancia
particular y sin temor por los juicios de valor, el ensayo es muchas veces arbitrario, pero
en su defensa cabría decir que no busca establecer verdades definitivas o conseguir
unanimidad; por el contrario, su eficacia queda supeditada a la discusión que pueda
suscitar. Es un texto que reclama no lectores -asumiendo la connotación pasiva del
término- sino interlocutores: debe, por eso mismo, sorprender y hasta íncornodar.»
(1999: 23)
Por ello, es frecuente que los autores de ensayos utilicen la experiencia y las vivencias
personales para sostener su propia valoración del asunto, de ahí que los ensayos no
estén exentos de anécdotas y comentarios personales y que suelan redactarse en un
lenguaje más conversacional, como acabamos de ver en los ejemplos colocados
anteriormente.
A este respecto, cabe, también, hacer la precisión de que la elaboración de ensayos
implica que el autor esté vinculado con el tema del ensayo. No por ser un tipo de texto de
carácter más personal quiere decir que el punto de vista del autor sea menos
documentado e informado. Por el contrario, el ensayista debe conocer y tener experiencia
en el tema de su escrito, de ahí que pueda presentar una aproximación personal, pero
fundamentada, sobre el asunto. Esto es lo que hace que un ensayo constituya,
verdaderamente, un texto académico. Asimismo, el que los ensayos, en muchos casos,
prescindan de aparatos bibliográficos no implica, por cierto, que el autor no utilice o
consulte fuentes para elaborar su texto; hemos señalado ya que, si bien muchos
ensayos no colocan referencias bibliográficas, esto no quiere decir que no puedan ser
incorporadas en el escrito. Incluso, la lectura y reflexión sobre algún texto, ya sea literario
o producto de una investigación, puede ser motivo de la elaboración de un ensayo.
Respecto del estilo del ensayo, las citas colocadas anteriormente como ejemplo nos
permiten notar también ciertas particularidades en la forma en que se redacta un ensayo.
Hemos dicho que suelen emplear un lenguaje más conversacional; por ello, es frecuente
que los ensayos se escriban en primera persona singular -yo. Asimismo, los ensayos no
suelen redactarse con un lenguaje técnico o especializado sino que, más bien,
«Se trata (...) de una forma textual en la que a la vez que se expone y defiende con
argumentos una teoría, una idea o una opinión, el método seguido de la exposición no
es el que generalmente emplean los especialistas (críticos, profesores, profesionales
en general), sino que está más próximo al de los artistas del lenguaje (...[.» (Arenas
1997: 108)
De ahí que Arenas diga que el ensayo posee la particularidad de mezclar el discurso
académico con el discurso artístico o literario. Es decir, se diferencia de otros escritos
académicos porque en ellos, como se quiere comunicar el punto de vista del autor, este está
autorizado a emplear un estilo propio que le permita trazar sus líneas de reflexión de
manera elocuente y persuasiva. De ahí que los ensayos puedan recurrir a recursos
estilísticos más propios de otro tipo de escritos (como los literarios). Esto, evidentemente,
se hace con miras a exponer con autenticidad la aproximación propia que sobre el tema
tenga el autor.
En resumen, entonces, tenemos que los ensayos son un tipo de documento en el cual el
autor comparte su aproximación personal a un determinado tema o problema de su
interés, pero sin pretender agotarlos. Son, por ello, textos de carácter exploratorio pero
eminentemente argumentativo. Se diferencia de otros escritos académicos en que el modo
en que se desarrolla la argumentación no es sistemático, sino que suele ser más libre y
estar en correspondencia con la interpretación el estilo del autor. De ahí que los ensayos
no posean una estructura fija, puedan ser redactados en un tono más personal y estén
exonerados de emplear un aparto bibliográfico, aunque esto no quiera decir que no puedan
utilizarlo si el autor así lo prefiere.
GUÍA PARA ELABORAR UN ENSAYO
El ensayo es un género relativamente moderno; aunque pueden rastrearse sus orígenes desde
épocas remotas. Sólo en la edad contemporánea ha llegado a alcanzar, una posición central.
Es muy probable que en su desarrollo y hegemonía, haya tenido gran influencia el pensamiento
liberal y el periodismo. En la actualidad está definido como género literario, pero en realidad, el
ensayo se reduce a una serie de divagaciones, la mayoría de las veces de aspecto crítico, en
las cuales el autor expresa sus reflexiones acerca de un tema determinado, o incluso, sin tema
alguno. Lo que deslinda el ensayo de otros géneros literarios es un rasgo propio: lo sugiere la
palabra misma, la palabra ensayo proviene del latín tardío: exagium, es decir, el acto de pesar
algo. Está, además, relacionado con el "ensaye" prueba o examen de la calidad y bondad de
los metales. Ensayar, es pesar, probar, reconocer y examinar. Por lo tanto, el ensayo es un
escrito generalmente breve, sobre temas muy diversos. No lo define el objeto sobre el cual se
escribe sino la actitud del escritor ante el mismo; en el fondo, podría ser una hipótesis, una idea
que se ensaya. El ensayo es un producto de largas meditaciones y reflexiones, lo esencial es
su sentido de exploración, su audacia y originalidad, es efecto de la aventura del pensamiento.
Un ensayo es un escrito en prosa, generalmente breve, que expone con hondura, madurez y
sensibilidad, una interpretación personal sobre cualquier tema, sea filosófico, científico,
histórico, literario, etc. En la manera con que se expone y enjuicia un tema colinda con el
trabajo científico, con la didáctica y la crítica. No sigue un orden riguroso y sistemático de
exposición. El punto de vista que asume el autor al tratar el tema adquiere primacía en el
ensayo. La nota individual, los sentimientos del autor, gustos o aversiones es lo que lo
caracteriza, acercándose a la poesía lírica. Lo que los separa es el lenguaje, más conceptual y
expositivo en el ensayo; más intuitivo y lírico en la poesía.
Características del Ensayo
Estructura libre de forma sintética y de extensión relativamente breve.
Variedad temática.
Estilo cuidadoso y elegante.
Tono variado, que corresponde a la manera particular conque el autor ve e interpreta al
mundo.
El tono puede ser profundo, poético didáctico, satírico, etc., la amenidad en la
exposición, que sobresale sobre el rigor sistemático de ésta.
El ensayo se clasifica en:
Ensayo de carácter personal, en el que el escritor habla sobre sí mismo y de sus
opiniones sobre hechos dentro de un estilo ligero y natural.
Ensayo de carácter formal, más ambicioso o extenso y que se aproxima más al
trabajo científico, aunque siempre interesa el punto de vista del autor. (Este tipo de
Ensayo será el aceptado por la revista)
El verdadero ensayista debe poseer un perfecto dominio de la materia y buena dosis de cultura
general para desarrollar un tema artísticamente a la manera de un motivo musical que se
desenvuelve a través de ricas y variadas relaciones tonales. El ensayo es también una especie
de divulgación y un juego brillante por el mundo de las ideas.
Tipos de Ensayos
Ensayo literario: Algunas de las condiciones que debe satisfacer el ensayo literario es la
variedad y libertad temática. El tema literario corresponde más a un problema de forma que de
fondo.
Los ensayos de Montaigne establecieron la autonomía del género, parten en muchos casos de
citas, de lecturas y de obras literarias, pero hay en ellos muchos otros temas motivados por la
observación de las costumbres, el trato humano y la experiencia vital. El ensayo literario se
puede definir a partir de las ideas en juego que abarcan diversas disciplinas como la moral, la
ciencia, la filosofía, la historia y la política, las cuales crean un misceláneo dinámico y libre. En
el ensayo, el autor plasma sus impresiones y reflexiones acerca de la vida; es y debe ser
personal, subjetivo: una visión particular del escritor.
Ensayo científico: Una de las fronteras entre ciencia y poesía está en el ensayo. Se le ha
llamado género "literario-científico" porque parte del razonamiento científico y de la imaginación
artística. La creación científica arraiga, como la poética, en la capacidad imaginativa, ésta no se
puede ignorar totalmente; sin embargo no se aparta de la naturaleza o de la lógica. El ensayo
comparte con la ciencia uno de sus propósitos esenciales: explorar más a fondo la realidad,
aproximarse a la "verdad" de las cosas.
Comparte con el arte la originalidad, la intensidad y la belleza expresiva. En el ensayo no hay
en realidad un estilo definido, sino muchos según el carácter del autor. Pero sí existe una
condición esencial que todos debemos cumplir: la claridad de expresión, esta transparencia
que puede dar al lector una mayor comprensión de la autenticidad del pensamiento plasmado
por el ensayista.
Reglas previas para escribir un ensayo.
Ensayar significa comprobar, por medio de este género el autor comprueba lo que
piensa y lo manifiesta de manera informal, a modo de una conversación escrita entre él
y el lector, con la complicidad de la pluma y el papel.
El ensayo es una construcción abierta, se caracteriza porque se apoya en el punto de
vista de quien escribe; implica la responsabilidad de exponer las propias ideas y
opiniones y respaldarlas con el compromiso de la firma personal.
Es un género subjetivo, incluso puede ser parcial; por lo general, el propósito del
autor será el de persuadir al lector.
Es una forma libre, se rebela contra todas las reglas, en él caben las dudas, los
comentarios e incluso las anécdotas y experiencias de quien lo elabora.
En el ensayo el autor no se propone agotar el tema que trata, sino exponer su
pensamiento; es una reflexión.
El autor escribe de algo tan familiar para él que es ya parte suya. Todas estas
alternativas engloba el ensayo, pero además el ensayo exige rigor.
El rigor en el Ensayo
Escribir bien.
Sustentar la validez de tu opinión:
Confrontar un texto con otros textos sobre el mismo tema.
Aportar un análisis que requiere de la fundamentación de una hipótesis central.
.
Como escribir un ensayo
Se puedes escribir un ensayo sobre cualquier tema y disciplina siempre cuando se cumplan
con los criterios que requiere. Para elaborar correctamente un trabajo escrito se deben utilizar
la mayoría de las habilidades de razonamiento.
Estrategias de Pensamiento Crítico
En la investigación científica es absolutamente necesario utilizar el pensamiento crítico.
Recordar que al escribir un ensayo, se debe plantearlo desde el pensamiento crítico.
Evaluar (Estimar el valor de una cosa) Establecer el uso, la meta, el modelo desde
donde se puede apoyar para juzgar el valor de la cosa. Realizar juicios de valor.
(Discernimientos sobre la cosa). Elaborar una lista de las razones en las que se basen
los juicios. Especificar ejemplos, evidencias, contrastes, detalles en los que se apoyen
los juicios.
Discutir o dialogar (Dar pro y contra sobre las aseveraciones, cotizaciones, políticas,
etc.) Elaborar una lista con los principios que se deban comparar y contrastar. Juzgar
las similitudes y las diferencias de cada uno. Aportar detalles, ejemplos, etc. que
apoyen y aclaren los juicios. Considerar sobre todo las similitudes o las diferencias.
Definir la importancia de las similitudes y las diferencias en relación con la finalidad de
los principios que se comparen.
Analizar (Dividir en partes). Dividir el objetivo de la cosa (ensayo, proceso,
procedimiento, objeto, etc.) entre sus partes principales. Escribir y relacionar estas
secciones con las que se deben de realizar: describir, explicar, etc.
Criticar (Juzgar los aspectos buenos y malos de una cosa) Elaborar una lista con los
aspectos buenos y malos. Desarrollar detalles, ejemplos, contrastes, etc. en los que se
apoyen los juicios. Considerar sobre todo los juicios de calidad.
Explicar (Demostrar las causas o las razones de una cosa) En la ciencias, por lo
general, se señalan cuidadosamente los pasos que llevan a que algo produzca algo
(causa-efecto). En las materias humanistas y en las ciencias sociales, se elabora una
lista de los factores que influyen en el desarrollo de la evidencia y la influencia potencial
de cada factor.
Describir (Dar la característica principal de una cosa). Elegir los aspectos que más
destacan o que son los más importantes de la cosa. Desarrollar detalles, aclaraciones
que ilustren y ofrezcan un retrato claro de la cosa.
Argumentar (Dar razones sobre la toma de una posición contra otra, en cuanto a una
cosa) Elaborar una lista de las razones Elaborar una lista de las razones para tomar
una posición en cuanto a una cosa. Elaborar una lista de razones contra la posición
opuesta. Refutar las objeciones contra razones esgrimidas y defender razones contra
las objeciones. Amplían razonamientos, objeciones y respuestas con detalles,
ejemplos, consecuencias, etc.
Demuestrar (Mostrar algo) Para mostrar algo se debe suministrar evidencia, clarificar
sus fundamentos lógicos, apelar a sus principios o a sus leyes y ofrecer extensas
opiniones y ejemplos.
Las partes de un ensayo de investigación científica
a) Portada: En este espacio se colocan los elementos básicos que son:
El título.
La institución donde se publica.
El autor.
La fecha de publicación.
Es conveniente resaltar que el título de un ensayo científico debe describir el contenido del
trabajo de forma clara y precisa, que el título le permita al lector identificar el tema fácilmente, y
al bibliotecario catalogar y clasificar el material con exactitud.
Debe ser corto (no exceder de 15 palabras) sin sacrificar la claridad, para ello debe evitarse el
uso excesivo de preposiciones y artículos, el utilizar exposiciones repetitivas como por ejemplo:
estudio sobre...; investigación acerca de....; análisis de los resultados de....; etcétera, y el uso
innecesario de subtítulos.
En el caso de un escrito de investigación, en especial de un ensayo, el título es lo último que
escribo, el tener la idea del ensayo en general y la identificación clara y precisa del problema y
de los objetivos, facilita la redacción del título. Esto no significa que para motivos de la
planeación yo no tenga previamente un tema desarrollado.
b) Índice: En este lugar se colocan de manera esquemática los temas que comprende el
contenido del ensayo presentado.
c) Resumen: Esta parte del ensayo tiene como objetivo orientar al lector a identificar la
relevancia del contenido básico de la temática de forma rápida y exacta. El contenido
del resumen debe expresar de forma clara y breve: los objetivos y el alcance del
estudio, los procedimientos básicos, los métodos, los principales hallazgos y las
conclusiones. En este punto debe situarse la investigación en tiempo y lugar; presentar
los límites de validez de las conclusiones. Debe redactarse en tercera persona, tiempo
pasado, excepto la frase concluyente; excluir abreviaturas y referencias bibliográficas.
El resumen puede clasificarse en: descriptivo, informativo y estructurado. El descriptivo,
da una idea global del estudio, su extensión es de 50 a 100 palabras. Por lo general no
es recomendable para revistas científicas. El informativo es similar a un miniartículo, su
extensión es de entre 100 a 150 palabras. El estructurado, se estructura en apartados:
objetivos, diseño, lugar/circunstancias, objeto de estudio, intervención, mediciones,
principales resultados y conclusiones.
En el caso de que la revista donde se publicará el ensayo tenga normas editoriales,
éste se deberá ajustar a los criterios específicos de la normatividad señalados en la
política editorial. Cabe destacar que uno de los errores más frecuentes en los ensayos
de investigación publicados es no incluir el resumen o hacerlo inteligible.
d) Introducción: La introducción constituye una de las partes sustantivas de un ensayo,
es muy importante, porque representa la presentación del tema que se va a desarrollar
en el ensayo. Con ella vinculamos al lector con el contenido, siendo una de sus
finalidades básicas el convencerlo de la trascendencia de la investigación presentada.
En este acápite se debe identificar nítidamente el problema y encuadrarlo en el
momento actual, se recomienda hacerlo de forma interrogativa, comunicar de forma
clara los objetivos del ensayo, exponer brevemente los contenidos más relevantes,
destacar la importancia que el tema tiene, justificar las razones por las que se realiza la
investigación y formular las hipótesis. Es recomendable que en la introducción no se
pongan las conclusiones del ensayo y solamente se haga una invitación para
encontrarlas en el transcurso de la lectura.
e) Desarrollo temático: En el desarrollo se exponen los contenidos del ensayo. En el
caso de ensayos de investigación, se puede utilizar el sistema de diálogo entre los
avances de mi investigación y los resultados producidos por otros investigadores. Cada
párrafo ejemplifica una idea o justifica la idea expuesta. Aunque todo ensayo tiene la
pretensión de ser leído por cualquier tipo de público, el ensayo de investigación
científica no puede perder de vista el uso de los referentes categoriales de la
investigación, además del uso adecuado de lenguaje propio de la ciencia que se está
trabajando.
Para lograr una mayor claridad en las ideas expuestas en un ensayo, el autor se puede
valer del uso de las figuras retóricas, con el objeto de establecer diferentes niveles de
traducción del lenguaje de conocimiento científico. La lógica de exposición del
desarrollo de un ensayo puede ser deductiva, ésta es la que parte de las ideas
generales para después llegar a las particulares. Otra forma de exposición es mediante
el método inductivo donde se expone un caso particular -debidamente documentado-
para después llegar a un sistema general de ideas o fundamentos. Una tercera forma
de exponer el desarrollo de un ensayo es mediante el método dialéctico que consiste
en confrontar dos tesis y posteriormente establecer una síntesis. En el desarrollo, se
presentan las tesis que sustentan el problema de investigación a través del análisis de
los juicios que giran en torno a las posturas que tiende a defender la tesis.
No podemos olvidar que uno de los fundamentos del conocimiento científico es la
objetividad de sus conocimientos. Para lograr lo anterior, el investigador tiene como
condición necesaria pero no suficiente (ya que existen otros criterios de objetividad),
mostrar el trabajo de investigación documental en donde se apoyan las tesis que está
exponiendo dentro de un ensayo de investigación. Para lograr esto, en el desarrollo de
un ensayo de investigación las tesis principales deberán estar debidamente anotadas,
mediante el sistema de referencias documentales propuesto por el autor o por la
institución que lo está publicando. Se pueden insertar las referencias documentales en
el cuerpo del ensayo (sistema harvard) o al pie de página (sistema francés clásico). Los
referentes documentales utilizados de los diferentes autores consultados, quedarán
inscritos dentro de las comillas en el texto y deberán estar interpretados por parte del
autor del ensayo.
Además de las citas textuales, se puede utilizar el sistema de interpretación, a través
de la exposición mediante el parafraseo de los datos relevantes seleccionados en la
investigación documental. En este caso, la referencia tendrá el código adecuado dentro
del sistema de referencia documental que se está utilizando y los datos que identifican
al texto. Las notas al pie de página también cumplen una función aclaratoria de los
conceptos en términos semánticos bien nos permiten ampliar el horizonte de
compresión de una idea.
Conviene subrayar que la elaboración de un ensayo de investigación no es un gran
resumen o síntesis de lo que otros autores ya han dicho, es una construcción personal
que muestra los avances en el conocimiento que en lo personal estás proponiendo a la
comunidad a partir de un cuerpo de teorías existentes, destacando tu aporte personal
acerca del tema central del ensayo.
f) Conclusiones: En este acápite debe presentarse la información pertinente al alcance
de los objetivos del estudio y el problema en correspondencia con los hallazgos de la
investigación. Las conclusiones deben seguir una secuencia lógica, mencionando los
puntos relevantes, incluso aquellos contrarios al problema de investigación, se debe
informar a detalle para justificar las conclusiones. En este apartado también se deberá
mostrar la solución o posible aproximación a la solución del problema expuesto durante
el ensayo. Se busca recuperar los cuestionamientos presentados en la introducción o
el cuerpo del trabajo. Si el caso así lo demanda, se pueden incluir nuevos
cuestionamientos sobre el tema que expresen la necesidad de seguir investigando y
construyendo con relación al tema.
La conclusión se estructura a través del regreso al problema de investigación, con la
finalidad de resaltar la importancia de los argumentos que validaron la conclusión para
finalmente atar cabos y dar respuesta a las interrogantes planteadas. El criterio básico
de redacción de una conclusión es la coherencia con nuestras ideas. Es en el
desarrollo del ensayo donde encontraremos las ideas que le dan coherencia a la
conclusión. Es decir, se deberá dar cuenta “desde dónde” se partió y “hasta dónde”, se
llegó.
g) Fuentes de investigación documentales: Un ensayo de investigación pierde
objetividad cuando carece de fuentes de investigación documental. Éstas le dan
relevancia, ya que representan uno de los principales criterios de objetividad que se
deberán mostrar en trabajos de investigación. Cabe subrayar que es necesario incluir
los datos básicos de la bibliografía según sea el criterio de investigación documental
que se esté utilizando.
Reseña A cadémica (Equipo 06)
En nuestra experiencia cotidiana, encontramos reseñas en periódicos y revistas dedicadas
a comentar las películas que están en cartelera, nuevas ediciones de DVD o alguna
novedad musical. Hay otras reseñas dedicadas a comentar un evento o espectáculo,
como una obra teatral o algún concierto. Y aunque existen muchos tipos de reseñas, la que
nos toca explorar en este acápite es la llamada reseña académica. Esta se caracteriza
por ser un texto escrito, generalmente breve, que expone, analiza o comenta una
interpretación personal, sobre un determinado tema o texto, sea este histórico, filosófico,
científico, literario, etc. En él predomina lo personal y subjetivo: el punto de vista del
autor y esto, a veces, resulta evidente en el estilo propio utilizado en la reseña. Por lo
general, las fuentes que se reseñan son textos académicos de diversa índole.
La reseña académica tiene como finalidad, desde el punto de vista de quien la consulta,
poder familiarizarse rápidamente con un texto o libro que deba revisar en una búsqueda
bibliográfica generala inicial. En pocas páginas, un lector se puede hacer una idea crítica con
respecto a un texto y, por medio de ella, puede descartar la consulta total de la fuente, pues
le queda claro que le va o no a servir para su investigación, etc. En sentido positivo, la
reseña le sirve para ubicar qué parte o sección de un libro pareciera ser de tremenda
utilidad para nuestra investigación. Desde la utilidad o función de quien va a producir una
reseña académica, podemos decir que, principalmente, sirve para poder construir una
aproximación inicial a una fuente de información (libro, artículo, etc.) y en ella se demuestra
el uso de los criterios de presentación de todo texto académico, que hemos visto al inicio
de este capítulo. Al hacer una reseña, uno construye un texto de tipo académico en donde
se presenta una exposición crítica sobre una fuente. Por lo general, las reseñas se
publican en revistas académicas, sean digitales o físicas, con el propósito de exponer la
evaluación de un documento de reciente publicación. Las reseñas son los tipos de
documentos con los que muchos investigadores inician sus publicaciones en revistas
académicas o especializadas.
Asimismo, aunque abordan una amplia variedad temática, tienen una pretensión crítica, por
lo que se mueven entre el terreno de la descripción (presentación del texto reseñado) y
una crítica o evaluación argumentativa de la postura del autor reseñado. Aunque no haya
un único modelo de cómo hacer una reseña o qué partes debería tener, acá se propone
que, al menos, cumpla con dos tareas generales: resumir o presentar las ideas centrales
del texto y, luego, evaluar el texto, ya sea en su estructura argumentativa o si se logran, y
de qué manera, los objetivos que se planteó originalmente el autor del texto.
Por otro lado, la reseña académica es un escrito que tiene por objetivo informar sobre el
contenido y las características de un texto. En ella, se exponen las ideas centrales (si
fuera posible, la tesis o hipótesis central del autor reseñado) del texto desde el punto de
vista del reseñador. Para ello, se debe explicar y describir de manera detallada los
conceptos, objetivos del texto, y valorar o criticar los aspectos del texto reseñado que
estén presentados con poca claridad o que presenten explícitas fallas en la argumentación.
Reseñar un texto implica, necesariamente, haber comprendido el texto de tal manera que
podemos resumir las ideas objetivos centrales y así poder pasar a una exposición crítica
donde se evalúa el texto.
Tanto el estilo como el lenguaje, la longitud y la estructura de la reseña pueden variar
según el tema y el público al que va dirigida. Conviene decir, además, que no cualquiera
puede hacer una reseña, pues, para evaluar un texto, hay que saber sobre el tema que el
texto aborda, de tal manera que podamos tomar distancia del texto para, realmente,
evaluarlo.
En cuanto a la estructura de una reseña académica, por lo general, consta de, al menos,
las siguientes partes, que no se diferencian con subtítulos, sino como partes en la
exposición:
1. Presentación descriptiva del autor y del texto en cuestión
2. Resumen de contenidos. Comentario y evaluación crítica del texto
3. Cierre o conclusión
Para la presentación descriptiva del autor y del texto conviene presentar, por un lado, quién
es el autor y qué trayectoria tiene (qué otras publicaciones tiene, en especial, si tiene otros
textos dedicados al mismo tema, etc.). Un segundo aspecto consiste en describir la estructura
y contenidos del texto original; es decir, qué partes tiene y qué es lo que el autor hace en
cada una de esas partes. Lo ideal es presentar, primero, el texto en general y, luego, sus
partes. En resumen, debe especificarse de qué trata el libro, a quién va dirigido y un
comentario general sobre si es un libro técnico, divulgativo o una investigación en curso, etc.
Para la parte del comentario o la evaluación crítica, debe quedar claro el punto de vista del
autor de la reseña sobre el texto en general o sobre alguna parte específica. Quien
reseña debe dar razones para sustentar su punto de vista y en qué puntos toma
distancia del texto. El autor de la reseña debe aclarar que la valoración que hace de la obra
corresponde a su lectura del texto y que podría ser otra la de otros lectores.
En la parte final o el cierre, se debe hacer una síntesis o evaluación final. La parte final de
una reseña debe expresar claramente la impresión final que tenemos de la obra y dejar
claro el mejor logro del texto. Aquí, también, podemos usar un criterio más coloquial y
aludir, al final, a las partes que nos parecieron más interesantes del texto reseñado.
En lo que se refiere a reseñas académicas decíamos, más arriba, que no existe un
modelo único, pero podemos clasificarlas en dos grandes grupos: reseñas bibliográficas o
hemerográficas, ya sea que estemos reseñando un libro o un artículo académico. La
primera no debe tener una extensión que supere las diez páginas y la segunda, entre dos y
cinco páginas. Estos criterios de extensión, por supuesto, son meramente relativos, pues,
como hemos dicho más arriba, no hay una sola manera de hacer una reseña.
Aunque hemos visto a grandes rasgos la estructura general de la reseña
académica, veamos, ahora, los pasos que se han de seguir para su elaboración. Primero,
recordemos que el objetivo general de una reseña es describir y comentar las ideas
centrales de un texto para, luego, establecer un comentario crítico al mismo. Para lograr
este propósito general, hay tareas menores que debemos realizar. Como una reseña
debe lograr cumplir con tres objetivos generales (evaluar, analizar y sintetizar un texto),
veamos algunas pautas para hacer esto:
• Buscar información sobre el autor a reseñar.
• Hacer una revisión general del texto a reseñar: índices, introducción, identificar la
secuencia o lógica del texto, encontrar el tema, problema e hipótesis que tiene el
texto,etc.
• Hacer una lectura analítica: identificar argumentos o ideas centrales.
• Evaluar el texto:
- Compararlo con otros textos de temática similar.
- Evitar hacer generalizaciones.
- Separar en nuestra evaluación el fondo de la forma: los contenidos de la forma de
presentarlos.
- Hacer un balance: marcar la utilidad, el sentido, el valor, etc. del texto reseñado
• argumentar adecuadamente: justificar nuestros comentarios
En resumen, una buena reseña académica debe empezar por presentar al autor (o autores)
del texto reseñado y analizar el texto sobre la base de su estructura. Lo ideal es que la
presentación de la estructura del texto sea presentada junto con la exposición de los
objetivos que tiene el texto. Se debe hacer explícito en esta parte lo que el texto reseñado
hace, lo que intenta hacer, pero no logra o termina; en una palabra, debemos presentar los
alcances y limitaciones del texto. En función de los objetivos debemos evaluar si los
capítulos o partes del texto son lo suficientemente claros y concisos y si siguen algún tipo
de organización lógica.
Al haber establecido que las tareas en una reseña son las de analizar (comentar, criticar),
evaluar y de sintetizar (resumir, resaltar lo más importante), hay que mencionar que estas
tres tareas no se hacen, necesariamente, por separado. Lo más probable es que se haga en
paralelo. Por ejemplo, podemos estar presentando un capítulo del libro que estamos
reseñando y resulta pertinente hacer un comentario o evaluación sobre el estilo que
utiliza el autor. Aquí, no tendría sentido solo comentar el capítulo sin comentar el estilo del
autor. Al comentar el estilo, también, podemos comentar si el autor es claro cuando
argumenta o si el texto es innecesariamente complejo cuando podría ser más directo. Por
último, mientras describimos, podemos ir adelantando nuestra opinión en el sentido de
que podemos ir mencionando qué tan convincente creemos que es el autor cuando
argumenta, qué clase de ejemplos usa para ilustrar lo que propone." Quien está
evaluando debe ver los aspectos fuertes y débiles del libro o del texto reseñado. Los
comentarios pueden ser sobre si el libro es innovador en cuanto
a su tema o tratamiento o si, simplemente, ofrece material ya conocido con un simple
enfoque nuevo. Finalmente, lo que es más interesante en una reseña es comprobar si el
autor reseñado, efectivamente, alcanza lo que se presentaba como el objetivo principal."
Informes (Equipo 07)
El último tipo de trabajo de investigación que veremos en este capítulo es el informe. No por ser
el último es menos importante o menos frecuente. Es más, en muchas disciplinas, elaborar
informes es una tarea en la que uno debe entrenarse de manera constante y su realización es
fundamental para el trabajo.
Como el propio nombre lo indica, el propósito de este tipo de trabajo es informar.
¿Qué implica esto? Que el autor de un informe debe centrarse en reportar lo que ha
observado, lo que ha analizado, lo que ha recogido de una determinada situación o sobre
actividades, avances acerca de un trabajo, informes sobre el desarrollo de un proyecto,
entre otras muchas posibilidades; por ello, debe evitar expresar opiniones, acuerdos o
desacuerdos, críticas, preferencias, etc.
El contenido y la estructura de un informe dependen del objetivo del mismo, del propósito
para el cual se construye y de aquello acerca de lo cual se informa. Por ejemplo, el jefe del
supervisor de un grupo de trabajadores, luego de ocurrido un suceso conflictivo, puede
pedir que se le presente un informe sobre lo sucedido. En este caso, el informe deberá
incluir datos concretos como la hora, la fecha, el lugar donde tuvieron lugar los
acontecimientos; debe incluir, además, los nombres de las personas que estuvieron
involucradas; y, lo más importante, debe incluir un detalle narrativo de qué hechos
ocurrieron. Obviamente, esto no es un ejemplo de un informe académico, pero ilustra la
noción general de un informe.
Debido a la naturaleza y al propósito de los informes, suele asociárseles a la
objetividad. Pero esto es un punto que debe discutirse. ¿Qué implica ser objetivos
frente a un conjunto de hechos? ¿Puede alguien observar un evento y ser absolutamente
objetivo o siempre será posible que sus propias percepciones, valoraciones, creencias le
hagan comprender los hechos desde una determinada perspectiva? Sin duda, lo más probable
es que nuestra propia forma de aproximarnos a la realidad determine la forma en que
comprendemos y relatamos los hechos.
Ser objetivo significaría, entonces, que hacemos un esfuerzo por no matizar los datos con
valoraciones, adjetivaciones o juicios de valor sobre lo que ha sucedido. Implicaría, además,
que intentamos mencionar básicamente lo que ocurrió, sin construir explicaciones o
interpretaciones y sin adelantar conclusiones.
Debido a la dificultad intrínseca que proviene de la propia noción de objetividad, para poder
aproximarnos a esta, es útil tener en cuenta algunas pautas prácticas. Una de ellas es no
utilizar adjetivos o adverbios que maticen los eventos. Por ejemplo, en vez de decir que
sucedió el hecho A rápidamente, deberíamos decir qué tiempo demoró que sucediera el
hecho A, por ejemplo, 5 segundos. Decir que esto es rápido es ya adjudicar una valoración.
Eso es lo que deberíamos evitar. Otra pauta importante es no emitir opiniones, sino ceñirse
a aquello acerca de lo cual se desea informar: narrar los hechos, presentar datos
puntuales, listar los objetos o personas involucradas, etc.
Cuando se trata de informes académicos, lo más frecuente es que estos tengan una
suerte de apellido, como, por ejemplo, informe de laboratorio, informe de observación,
informe de entrevistas, informe sobre el avance de una investigación, informe de revisión
bibliográfica, etc. Incluso, se cuenta en la literatura con informes de instituciones como la Unes ca,
por ejemplo, en los que periódicamente se reporta la situación de la población. Casos como este
último constituyen informes que son producto de investigaciones exploratorias exhaustivas
y conllevan un enorme esfuerzo en su elaboración. Todo ello hará que cada uno de estos
tipos de informe tenga objetivos puntuales, que dependerán de la disciplina específica para
la cual se construye el informe y del propósito particular del mismo.
Lo anterior se refiere al tenor y a la naturaleza general de los informes. Es necesario, también,
considerar cuál debe ser su estructura. En general, como todo texto académico, un informe
debe tener las tres grandes partes constitutivas necesarias: una parte inicial o introductoria,
una parte central y una parte final de cierre.
Dependiendo del propósito puntual del informe -informar sobre un experimento, sobre una
entrevista, sobre la observación de un fenómeno o hecho, etc.-, cada una de esas tres
partes podrá tener contenidos puntuales distintos. En algunas disciplinas, se exige que los
informes planteen conclusiones; en otras, se exige que se añadan análisis o anexos que
complementen el informe.
Por ejemplo, qué debemos tener en cuenta si se tiene que hacer un informe de una
entrevista. Imaginemos que se trata de una entrevista a una paciente en un· centro de
salud. ¿Qué debería contener un informe?
En la parte introductoria, los datos básicos de la persona entrevistada: edad, sexo, lugar
de residencia, motivo por el que asistió al centro de salud, nombre del centro de salud,
fecha, tiempo de duración de la entrevista. Todos estos datos puntuales sirven para
contextualizar tanto la entrevista como el informe.
Luego de esta parte inicial, debe reportarse el contenido de la entrevista, a la luz del
propósito de la misma: información sobre número de hijos, si los tiene; personas con las
que vive y en qué tipo de vivienda, si cuenta con servicios básicos de agua, luz, desagüe;
información sobre situación económica: trabajo, ingresos; información sobre nivel de
educación y sobre el tipo de trabajo que la paciente realiza, si tiene un trabajo.
Además de esta información socio económica, seguramente, será fundamental la
información sobre el estado de salud de la paciente: alergias, enfermedades previas,
intervenciones quirúrgicas, alimentación, etc. Obviamente, la información que se recoge
en la entrevista depende del propósito de la misma. Si solo se desea recoger
información socio económica, quizás los datos sobre la salud no se incluirán. Si, en
cambio, se requiere tanto información socio económica como de salud, ambas cosas se
preguntarán en la entrevista y deberán recogerse en el informe.
Finalmente, en la última parte, el cierre, podría ser necesario aproximar algunas
conclusiones respecto de si el estado de la salud de la paciente es sano, si se trata de una
paciente en estado de vulnerabilidad o no, si se trata de una paciente en riesgo potencial o no,
etc. Este tipo de conclusiones solo se pueden formular si se considera la información recogida a
la luz de una teoría previa, que debe ser manejada por el autor del informe. Cualquier persona
que realice una entrevista como la que hemos mencionado no podría sacar conclusiones
sobre el riesgo o salud de la paciente. Entonces, si se desea incluir conclusiones como las
mencionadas, puede ser de utilidad incluir en el informe alguna bibliografía que las
complemente.
Como se ve, los detalles puntuales del informe dependen de aquello acerca de lo cual se
desea informar, así como del propósito puntual que se desee cumplir. Si se está
realizando entrevistas como parte de un estudio socioeconómico en pacientes de un centro
de salud, lo más importante serán los datos socio económicos. Si, más bien, se intenta
recoger información general sobre el estado de salud de los pacientes de dicho centro
de salud, los dos tipos de datos serán importantes. Lo cierto es que toda entrevista, que
forma parte de un proceso de investigación, debe estar estructurada y planificada. El
informe sobre la entrevista, básicamente, deberá centrarse en los datos recogidos.
Además del informe de entrevistas, podríamos pensar en informes de laboratorio. Estos son
reportes sobre una actividad experimental. Es decir, se informa sobre un experimento
llevado a cabo. El propósito de estos informes es permitir que otras personas puedan,
luego, repetir el experimento realizado. Esta es una tarea fundamental para la validación de
los resultados de cualquier experimento, de aquí que los informes de laboratorio sean
documentos muy frecuentes en las disciplinas experimentales.
Si bien no tienen un formato único, pues son muchas las disciplinas experimentales, hay
elementos estructurales que son recurrentes:" título, datos sobre el investigador,
introducción, procedimiento o método experimental, resultados, discusión, conclusiones,
bibliografía, apéndices.
ASÍ, en la parte inicial, debe incluirse el tema del experimento, así como el autor del mismo.
También, puede ser de utilidad incluir la fecha y el tiempo que tomó la realización, así como
datos para ubicar al autor en caso de que otra persona lea el informe y quiera repetir el
experimento y encuentre resultados distintos. La introducción debe incluir un resumen:
sobre qué y para qué se realizó el experimento; puede incluirse un breve marco teórico que
contextualice al lector.
En la parte relativa al procedimiento, debe explicarse con detalle cómo se trabajó, con
qué herramientas; también, debe aproximarse cuáles podrían ser las potenciales fuentes
de error. En la parte de resultados, debe indicarse qué se obtuvo con el experimento; es
útil incluir gráficos o tablas que ilustren los resultados, En la discusión, se plantea qué
relaciones entre variables se puede establecer a partir de los resultados.
No siempre es obligatorio incluir conclusiones; algunas instituciones lo consideran necesario y
otras no. Esto es un aspecto que se repite en todo tipo de trabajo: algunos detalles puntuales
dependen de la institución para la que uno esté realizando el trabajo en cuestión. Lo que sí es
obligatorio es presentar la bibliografía en caso de que se haya consultado alguna. y, si se estima
conveniente, se puede incluir apéndices, que, probablemente, incluirán gráficos o tablas con
información cuantitativa compleja.
Además de los informes de entrevistas y los informes de laboratorio -estos últimos son
los más estandarizados-, podemos considerar los informes de lectura. En general, se trata de
documentos que reportan los aspectos centrales de una lectura. Del mismo modo que en
los casos anteriores, deben incluir una parte inicial, un cuerpo o parte central y un cierre.
La parte inicial deberá contener los datos sobre la lectura acerca de la cual se está
informando. La parte central debe contener un resumen de las ideas centrales encontradas
en la lectura. La parte final podría contener conclusiones que se desprenden de la lectura.
Podríamos pensar en informes acerca de muy diversas situaciones y objetos, cada uno con
sus peculiaridades y exigencias propias. Lo central es que un informe debe contener
datos puntuales, sin valoraciones, acerca de diversos objetos - actividades, experimentos,
documentos, personas, etc.- y que su estructura es como la de todo texto académico: una
parte inicial o introductoria, una parte central y una parte final de cierre.
Concepto y características del informe.
Un informe es un texto en el que se exponen hechos o datos comprobables sobre una persona:
su capacidad, su salud, su experiencia profesional, o sobre asuntos de la vida diaria: la
situación sanitaria, los daños causados por una inundación, etc.
Generalmente el autor de un informe se dirige a un destinatario, individual o colectivo, que ha
de valorar la información recibida con el fin de tomar una decisión o actuar en determinado
sentido.
El lenguaje se caracteriza por su lenguaje claro, conciso y objetivo. Cuando el autor incluye
valoraciones u opiniones personales, debe distinguirlas claramente de los hechos objetivos.
Elementos.
Los informes presentan formas diversas, pero básicamente contienen los siguientes elementos:
Un título extenso y suficientemente informativo.
Una introducción, en la que se especifica el objeto de estudio, así como los objetivos
y características de la investigación que se ha llevado a cabo.
El cuerpo del informe, en el que se detallan ordena y rigurosamente los resultados de
la investigación.
Las conclusiones o sugerencias del autor.
PROCEDIMIENTOS PARA LA PRODUCCIÓN DE UN TEXTO ESCRITO DE FORMATO
MIXTO (INFOGRAFIA) (Equipo 08)
I. ACTIVIDADES INTRODUCTORIAS:
Lea atentamente los siguientes textos y responda a las preguntas formuladas.
TEXTO N° 1
Tabaquismo es la adicción al tabaco provocada principalmente por la nicotina contenida en los cigarros.
Es una enfermedad crónica sistemática perteneciente al grupo de las adicciones. El tabaco afecta el sistema respiratorio, cardiovascular y a las mujeres embarazadas. El tabaco se forma de benceno, níquel, alquitrán, nicotina y otras sustancias tóxicas como monóxido de carbono y dióxido de carbono. El humo del cigarro puede causar diversas enfermedades tales como cáncer de pulmón, bronquitis crónica, perforación de los pulmones, entre
otras. Para el año 2020, la OMS estima que el tabaco causará más muertes alrededor del mundo que el VIH, la tuberculosis, los accidentes vehiculares, el suicidio y el homicidio, combinados
TEXTO N° 2
II. SABERES BÁSICOS: Muchos textos impresos y electrónicos son objetos únicos, coherentes, formados por un conjunto de elementos en formato tanto
continuo como discontinuo. En los textos mixtos bien construidos, los componentes (por ejemplo, una explicación en prosa que incluye un gráfico o tabla) se apoyan mutuamente a través de nexos de coherencia y cohesión. El texto mixto en soporte impreso es habitual en revistas, obras de consulta e informes, donde los autores emplean diversas presentaciones para transmitir información. En el medio
Responda: ¿Qué tienen en común ambos textos? ¿En qué se diferencian? ……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….......................................................…………… 2. ¿Cuál es el propósito de cada texto? ……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………...................................................... 3. ¿Ambos han sido elaborados siguiendo el mismo procedimiento? …………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………
……………………………
electrónico, las páginas web de autor suelen ser textos mixtos que combinan listas, párrafos y, con frecuencia, gráficos. Los textos basados en mensajes como los formularios on line, los mensajes de correo electrónico y los foros también combinan textos de formato continuo y discontinuo. LA PRODUCCIÓN DEL TEXTO Para producir lingüísticamente un texto podemos seguir tres fases (complementando los pasos que estudiamos en la sesión anterior): enunciación, revisión y edición. a) Enunciación (la primera redacción):
El propósito fundamental de esta fase es dar curso al pensamiento lo más fluidamente posible, es decir, preocuparnos más por lograr un tramado de oraciones construidas con los signos y reglas de la lengua, que detenernos demasiado en qué escribir. Adicionalmente, debemos tener presente la naturaleza del tema y las variables de redacción: intención comunicativa y el receptor, en función del que adecuaremos el nivel lingüístico a emplear.
b) Revisión:
Esta fase nos permite corregir imperfecciones, omisiones, excesos. Aquí, nuestro esfuerzo se orienta a construir bien tanto las oraciones como las frases y elegir las palabras apropiadas (gramática) procurando la forma más eficaz y clara para comunicar nuestras ideas (retórica).
c) Edición: En esta fase, decidiremos los aspectos finales de diagramación, escritura y presentación:
Márgenes y espaciado (marcas de párrafo: sangría y línea entre párrafos).
Complementos gráficos (dibujos, cuadros, fotos, tablas, etc.). Estos deben ser significativos, es decir, deben aportar información o aclarar lo afirmado en el texto.
Tipografía. Corresponde al tipo y tamaño de letra, empleo de mayúsculas, subrayados, negritas e itálicas para destacar pasajes del texto.
III. EJERCICIOS PRÁCTICOS
1. Lee atentamente el siguiente texto y responde las siguientes preguntas:
Según la modalidad y el formato, ¿qué tipo de texto es?
Modalidad: …………....…………… Formato:…………………………
¿Cuál es el propósito comunicativo?
.............................................................................................
............................................................................................. ¿El texto presenta las propiedades básicas? Fundamente su respuesta. ............................................................................................. ............................................................................................. .............................................................................................
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