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HISTORIA
DE MIS
ACUARELAS II
FRANCISCO D. LÓPEZ
Editorial MaJa
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HISTORIA DE MIS
ACUARELAS
II
FRANCISCO D. LÓPEZ
Editorial MaJa
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Segunda edición (Cibertextos), 2017
© Del texto: Francisco D. López
© Portada e ilustraciones: Francisco D. López
Editorial MaJa
801 W. Green Valley Circle
Payson, AZ 85541
Teléfono 480-415-1661
Imprime: PostNet
A Maricarmen,
que heredó de la belleza implasmable.
“Hoy día se quiere explicar todo.
Pero si se pudiera explicar un cuadro,
no sería una obra de arte”.
(P.A.Renoir)
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ÍNDICE
Prefacio 5
Por los Pirineos 7
Paisaje invernal 9
Molino otoñal 11
Tierra de patos 13
Por la campiña italiana 15
Prácticas pictóricas 17
Paisaje marino con luna 19
Álamos 21
Lavinia, noble y leal 23
Entre las multicolores chimeneas de hadas 25
Nenúfares del Atlántico 27
El Gran Cañón 29
La nieve en las alturas 31
La miseria 33
La pobreza 35
Pan y vino 37
La necesidad 39
El pobre de la calle 41
El primer parque nacional americano 43
Flores de cerezo sobre China 45
A lo largo de la vieja “Route 66” 47
El hambre de los niños 49
En el país de los faraones 51
Una flor peregrina 53
En el alto Cuzco 55
De caballos y danzas peruanos 57
Una ventana de la naturaleza 59
Por los mares del Sur 61
Grand Teton National Park 63
Belleza griega 65
Somewhere in Utah 67
Thanksgiving 68
Caballo árabe 71
Fusilamiento goyesco 74
5
Prefacio
Lector:
Aquella idea que tuve hace una docena de años en “La Franja”, mi pequeño
lugar cerca de Lavinia, se extiende ahora a esta segunda parte de la historia de
mis acuarelas. Sigo pintando, sigo entreteniéndome, sigo aprendiendo y espero
que mejorando. Sin duda, sé más cómo pintar a la acuarela, soy más atrevido,
lo hago con más soltura y busco nuevos temas y modelos. Sigo disfrutando y
relajándome totalmente mientras pinto e intento crear algo que pueda llamarse
arte.
El arte puede cumplir diversas funciones, según la voluntad del propio artista
o según la interpretación que de la obra haga el público:
Estética: el arte provoca sentimientos o emociones, o suscita belleza y
admiración en todo aquél que contempla la obra de arte.
Simbólica: el arte pretende trascender su simple materialidad para ser
un símbolo, una forma de expresión o comunicación, un lenguaje por el
cual se expresa una idea que debe ser descifrable para el público al cual
va dirigida.
Comunicativa: el arte puede expresar ideas o conceptos, o bien recrear
estados de ánimo. En este sentido, puede ser tanto crítico como
propagandístico del mensaje que desea transmitir.
Imitativa: el arte ha pretendido ser fiel reflejo de la realidad, al menos
hasta la aparición de la fotografía y el cine en el siglo XX. Así, el arte
ha sido un medio ideal para plasmar el mundo, la forma de vida de las
diversas culturas y civilizaciones que se han sucedido a lo largo del
tiempo.
Crítica: el arte puede tener una voluntad crítica, bien de tipo político,
religioso o social, haciéndose eco de las reivindicaciones sociales de
cada período histórico.
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En los cuadros que se historian a continuación se dan, en mayor o menor
grado, estas varias funciones. Tú, lector y crítico atento, descubrirás lo
indicado.
Excepto la primera acuarela, las restantes de este libro están hechas bajo la
mirada de un nuevo instructor del mismo Colegio de Payson, en el Condado
de Gilan. El Sr. Quinton, apellido que usamos para dirigirnos a él, tiene,
quizás, menos educación formal que otros instructores que tuve hasta finales
del año 2011. Tiene un bachellor en un campo relacionado con el arte. El
título académico de Master no lo tiene. Pero tiene mejor visión, más
experiencia artística y talento instintivo que casi todos los instructores
anteriores que me guiaron, en cierto modo, durante mis obras del primer libro
de historia de mis acuarelas. Ve pronto y bien, se preocupa por el alumno,
continuamente dice de acercarse y pregunta cómo va lo que uno está pintando.
Siempre sabe animar y hace que te sientas bien. Y hace sugerencias buenas,
sobre todo si preguntas.
Lo negativo es que raramente hace demostraciones en clase.
En este librito, no pretendo realmente “explicar” mis cuadros; sólo contar sus
circunstancias, hablar del asunto y/o insinuar lo que veo. Generalmente añado
un comentario literario relacionado con la acuarela. Las acuarelas presentes
están pintadas durante tres años largos, desde octubre de 2011 a diciembre de
2014.
Agradezco en estas páginas la mirada atenta de Janie, mi esposa de muchos
años, cuyo gusto valoro y considero grandemente. Y los elogios de mi hija
Maricarmen que gusta mis trabajos.
Finalmente, distraído lector, te invito a que descubras aquí, una vez más, la
expresión de un aficionado al arte. Espero que este librito te entretenga. Hasta
quizás te enseñe algo. Y en lo que haya errado, te agradecería tu crítica
constructiva para corregir mi obra. Las acuarelas están en el orden cronológico
en que las pinté.
Te invito a recorrer estas páginas.
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Por los Pirineos
Por bastante tiempo busqué intensamente en qué pueblo estaba esta iglesia,
preguntando a amigos catalanes o que viven a ratos en las faldas de los
Pirineos aragoneses y también recorriendo muchas páginas de Internet.
Cuando recibí la foto, que ha sido mi modelo, en un correo electrónico se
titulaba “Valle de Arán”. Con el tiempo, al averiguar la verdadera identidad de
la foto, reconocí el error de Internet, uno más de los muchos que ahí aparecen.
Cerca del Monte Perdido, en la frontera de España y Francia, se encuentra el
parque nacional de Ordesa. Allí en el valle del alto Ara, en la provincia de
Huesca, está el pequeño pueblo aragonés de Torla. Y en el pueblo, su iglesia,
que es ahora mi acuarela.
Esta buena foto me fascinó por la sencilla y monumental belleza del paraje.
Éste hace que nuestra alma se eleve al Creador de tal maravilla, de tal catedral
de la naturaleza. Es fácil orar en un lugar así. Si después entramos en un
templo románico, al silencio, al secreto y escondido, nuestro espíritu se
transporta y se une al Altísimo. Y respiramos paz. Nos sentimos pequeños.
Damos gracias.
“Iglesia de San Salvador, Torla”
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La casa adjunta al templo parece como si fuera una residencia para romeros y
para quienes buscan la tranquilidad y el silencio mientras elevan su alma a
Dios en el retiro. Pasar una semana en ella, a ratos dentro de la sencilla y bella
iglesia románica, otros paseando por los montes cercanos, es una invitación
que parece repetirse dentro de mí mientras distingo y expreso entre octubre y
noviembre de 2011, con colores a la acuarela, la luz y las sombras, los verdes
pinos que emanan oxígeno al azul intenso, los edificios con sus tejados
apizarrados y las alturas peladas y pétreas.
Y El Cántico espiritual de San Juan de la Cruz me viene a la memoria:
“Buscando mis amores iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores, ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.
¡Oh, bosques y espesuras plantadas por la mano del Amado!,
¡oh, prado de verduras, de flores esmaltado,
decid si por vosotros ha pasado!
Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura;
y, yéndolos mirando, con sola su figura
vestidos los dejó de su hermosura. …………………
Mi Amado, las montañas, los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas, los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos, ………………….
Escóndete, Carillo, y mira con tu faz a las montañas”.
Como también, oigo La música callada de Federico Mompou, al piano, sobre
los versos “…la música callada / la soledad sonora…” de la misma obra del
poeta místico.
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Paisaje invernal
Empecé esta escena durante la última clase de diciembre en el colegio (o
universidad de dos años) del condado de Gila. Cuando comenzó el semestre
siguiente, en enero de 2012, continué con mi paraje invernal, que acabé el
mismo mes, en un par de clases más.
“Winter Scene”
Por mucho tiempo deseaba hacer una acuarela con un motivo invernal. Vivo
en un pueblo en las montañas, con inviernos que pueden ser fuertes y en los
que nieva varias veces. Esta acuarela, sencilla y con pocos colores, tiene en mi
opinión, el encanto de la naturaleza y la cercanía a lo espontáneo. La fuerza y
los trazos oscuros de los árboles pelados, en primer plano, contrastan con la
lejanía e insinuante bruma detrás de la vieja casa en el bosque. Pienso que la
profundidad de campo es uno de los efectos más importantes en el cuadro.
Ésta es, ahora, una de mis acuarelas favoritas.
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El “crudo invierno, estación no amable”, en palabras de un poeta, es, sin
embargo, bello en esta acuarela. Y así lo cantan los famosos:
Llega el invierno. Espléndido dictado me dan las lentas hojas vestidas de silencio y amarillo. Soy un libro de nieve, una espaciosa mano, una pradera, un círculo que espera, pertenezco a la tierra y a su invierno. (Pablo Neruda, Jardín de invierno)
Invierno, viejo amigo, se apaga ya tu pipa; el humo de la niebla me invade la nariz.
Un lácteo sol, con tierna maternidad, disipa la hiposa tos del humo que da la bruma gris.
Paterno sol de leche, la nata de la bruma
flota en la fresca fronda de un árbol y, todo es una plenilunaria palpitación de espuma
que invade en lirios sacros las gracias de tus pies.
(Vicente Rosales y Rosales, Invierno)
Usted, Invierno, poca cosa es: un viejo gris, mal encarado.
¡Cuánto mejor transita por el prado la Primavera,
que vendrá después trayendo con amor, a su gentil costado,
abril y mayo, mes tras mes!
……………………………….. Usted, en cambio, nieva, llueve, sopla vientos helados y granizo.
Invierno, seré breve: ¡Pues el tiempo deshizo
con sus vientos, sus lluvias y su nieve, el diablo que lo quiso se lo lleve!
(Jaime García Terrés)
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Molino otoñal
¡Cuántas veces pensé pintar un molino harinero americano! ¡Son tan típicos y
sugestivos! A pesar de lo mucho que he viajado, y viajo, por este mi gran país
adoptivo, aún no me he encontrado frente a uno de ellos. Un molino reúne, a
veces, un edificio, arbolado cerca de una corriente y la famosa rueda movida
por el agua; normalmente, un paisaje atractivo y sonoro.
Betty Da Costa, una amiga residente en el mismo edificio (pared por medio)
de nuestro adosado frente a un lago de la ciudad, me subscribió por un año a la
revista Country. En ella, vi una foto considerada la mejor del año 2011. Es una
foto de algún lugar en el nordeste de los Estados Unidos durante el otoño, ese
gran momento del año para gustar el color cambiante de las hojas.
“American Mill”
A lo largo de febrero de 2012 (lo firmé erróneamente como de 2011) intenté
expresar los bizarros colores del otoño, con el agua rumorosa y la vieja y
batida estructura del molino.
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Ah, el otoño. Quizás es mi estación favorita. Contemplar un paisaje como el
de la acuarela del molino, con el agua fuerte que mueve la rueda y los árboles
de hojas agónicas y multicolores, encanta el alma.
El cárdeno otoño no tiene leyendas
para mí. Los salmos de las frondas muertas,
jamás he escuchado, que el viento se lleva.
Yo no sé los salmos de las hojas secas, sino el sueño verde de la amarga tierra.
(Antonio Machado, Otoño)
En el alto otoño del mar lleno de niebla y cavidades,
la tierra se extiende y respira, se le caen al mes las hojas.
(Pablo Neruda, Testamento de otoño)
Si fuese muerte verdadera la de este bosque de oro sólo habría dolor si un hombre contemplara la caída. Y he llorado la pérdida del mundo al sentir en mis hombros, y en las ramas del bosque duradero, el peso de una sola oscuridad.
(Francisco Brines, Otoño inglés)
Otoño de oro molido…/ Ensueño de plata pulida, / abeja de nueva esperanza…
(Juana de Ibarbourou, Otoño)
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Tierra de patos
Sólo dos veces en mi vida he ido a la caza de patos. Fue mi amigo Joe
Domino, compañero de algunas cacerías y de muchas pescas en la famosa
Baffin Bay, no muy lejos de Rexton, Texas, donde tiene una vieja casa y
embarcadero, quien me invitó a la primera cacería. El éxito fue mezquino y el
frío húmedo bastante desagradable y hondo.
Este cuadro no es de una foto mía. Esperando para visitar a mi médico,
encontré la foto hojeando una revista en la sala de espera. Me gustó y la
“robé”, como tan frecuentemente se hace —como si se esperara de los
enfermos frente a viejas revistas en los consultorios, las más de las veces—.
Me recordó mis intentos de la caza de patos. Con algunos pequeños cambios,
en un par de clases de marzo de 2012, acabé este luminoso amanecer con dos
cazadores, su fiel perro y una sencilla barca para moverse por entre las aguas
medio pantanosas de, quizás, una bahía semejante a la mencionada del Golfo
de México. Con cierta añoranza, noté el éxito de los cazadores del cuadro.
“Duck Country”
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Esta agradable acuarela me sirve ahora también como portada de mi libro de
narraciones de caza, titulado Hojas al viento. Y al contemplar la luz incipiente
del día revivo mi sencillo, ahora apenas cambiado, poema Febo:
I
Dorado amigo que amaneces en el oriente
de los días de enero fríos: quémame con el oro limpio
de tu fragua, dórame con el fuego helado
de tu cielo. Así, si te recatas luego,
te evocaré en mis quemados ojos amarillos.
II
Fuego de vida dorada, luz de mi fragua texana que iluminas mi camino y calientas con tu amor y enriqueces con tu luz:
el azul te riza y alborota
y ensombrece los cabellos.
III
Dios de fuego que anaranjas
el paisaje texano: ya te pierdo
con añoranza en el anochecer calmo.
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Por la campiña italiana
Rememoro mi inolvidable y difícil remanso académico de más de un año de
mi juventud en “el país del arte”, que decía Blasco Ibáñez. En mi primer viaje,
con mi amigo Victorio, y luego cuando llevé a mis padres a la bella península
mediterránea, pasamos a no muchos kilómetros del Lago Como. Pero, por
ignorancia o por no tener suficientes medios económicos en mi primer viaje de
joven estudiante, nunca visité tan popular y bello lugar.
La foto aquí representada —de un paraje cercano al famoso lago— me gustó
al recibirla en un e-mail, pero al plasmarla al papel noté que había demasiado
espacio entre los edificios y que el primer plano de la fotografía estaba
excesivamente vacío. Para mejorar la composición, quité distancia entre la
capilla y la casa, y añadí un árbol y un carro en otro lugar. Creo que la
composición ganó y la acuarela es, en este sentido, más mía.
Como se puede notar en la fecha, también acabé este cuadro el mismo mes de
marzo de la acuarela anterior.
“Varenna, Lake Como”
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Las coloraciones muestran la luminosidad y los colores mediterráneos. Con
las montañas en la distancia, parece un lugar pastoril.
Y, entonces, la poesía de Antonio Machado me viene al recuerdo: Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adónde el camino irá? Yo voy cantando, viajero a lo largo del sendero… --la tarde cayendo está--. (Orillas del Duero)
La tarde está muriendo como un hogar humilde que se apaga.
Allá, sobre los montes,
quedan algunas brasas.
Y ese árbol roto en el camino blanco hace llorar de lástima.
¡Dos ramas en el tronco herido, y una hoja marchita y negra en cada rama!
¿Lloras?... Entre los álamos de oro,
lejos, la sombra del amor te aguarda.
(Campo)
¿Qué tienes tú, negra encina
campesina, con tus ramas sin color en el campo sin verdor; con tu tronco ceniciento sin esbeltez ni altiveza,
con tu vigor sin tormento, y tu humildad que es firmeza?
(Las encinas)
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Prácticas pictóricas
En el momento en que me encuentro mientras escribo esto, creo necesario, o al
menos útil, practicar con distintas clases de papel. Y quise probar el papel de
dos blocs distintos, nunca usado con anterioridad; era papel de menos peso,
menos recio y distinta rugosidad del habitual.
La primera acuarela está hecha con papel de 95 o quizás 120 libras de peso,
muy ligero y relativamente liso. Como el papel no lo indica ni conservo el
bloc, no conozco sus detalles precisos. Esta acuarela tiene los colores un poco
más vivos. Son básicamente azul para el agua y siena y gris de Payne para la
hoja caída y muerta, con su sombra. La hice con cuidado e interés.
“Hoja caída sobre el añil”
La segunda lámina sobre el mismo objeto está hecha en papel Carson de 140
libras de peso (o 300 g/m2), de 24 x 32 cm. y más rugoso. Por ser la segunda
acuarela de la misma foto, la hice con menos interés. Y cambié algunas cosas.
Entre otras, hice en el agua algunos resplandores, como las luces del
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movimiento de las olas, aunque sean breves y escasas. Esta hoja parece más
vieja o muerta que la primera.
“Hoja vieja posada”
Estas acuarelas no tienen para mí otro valor que el de un ejercicio, importante
para aprender y mejorar y, a la vez, decidir el material preferido. Al hacer
ambas acuarelas, regalé el bloc de hojas que usé para la primera acuarela a una
compañera de clase, primeriza en estas tareas. Conservo el otro bloc para
usarlo en prácticas.
A propósito de la hoja garabateé estos sencillos versos:
La hoja caída
sobre el agua posada, ida. La hoja del árbol
que llega a su ocaso y deja asustada las ramas de hueso
porque se acerca el invierno. La hoja, perdido el pigmento,
perdido su cuerpo, es nave de hormiga,
marchito barco a la deriva.
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Paisaje marino con luna
Lo que aprendí sobre el papel de las dos acuarelas anteriores y mi experiencia
de varios años usando papel de Arches, de 300 g/m2 (140 libras) de peso, me
hizo dar un nuevo paso. Decidí usar el mismo papel de Arches (grano fino,
prensa fría, de algodón, de 31 x 41 cm) pero de 640 g/m2 (300 libras) de peso.
Es éste un papel recio, que acepta perfectamente mucha cantidad de agua y
lavados, sin curvarse ni arrugarse. Tiene una rugosidad muy agradable.
Me decía mi amigo Clark que lo más importante para la pintura a la acuarela
es el papel; él usa el de 400 libras de peso, que se encuentra con dificultad.
Ahora estoy convencido de su opinión. Desde este momento, desde esta
acuarela, el único papel que usaré es el de 300 libras de peso.
Este paisaje es de una foto de una marina con luna, que me pareció fácil de
convertir en una acuarela. Luego descubrí sus dificultades mientras recordaba
la Canción del pirata de Espronceda y titulaba mi acuarela:
Con diez cañones por banda, viento en popa a toda vela no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín: ……………….
La luna en el mar rïela, en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento olas de plata y azul.
Y recordaba también unos trozos de poemas míos:
Bajo ti, luna, romántica guía de enamorados,
sueño en ella …………………
y te busco a ti, diosa, en el presente exquisito,
hoy, en esta noche tuya,
clara, …………………
luna, eterna guía
de los que suspiran en la tierra.
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“La luna en el mar rïela”
Y otro, que dice:
Luna blanca
que te repites sugeridora ………….
en la noche larga, ………….
Tu luz en gasas lo cubre
de palidez luminosa. ¡Qué hermosa
bajo la luna su memoria! ¡Qué bella
bajo ti, luna, su presencia!
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Álamos
¡Qué árboles tan bellos! Cuando hago senderismo sobre el Rim (el borde
montañoso de unos 325 km de largo y unos 700 m de altura sobre la ciudad
donde vivo, Payson), a veces, entre los majestuosos pinos ponderosa, se
encuentran grupos de árboles altos y estrechos, gráciles y sonoros, de troncos
blancos y hojas verde y plata que murmuran frecuentemente con cualquier
breve eólico aliento. Me recuerdan al álamo español, aunque los álamos de
Arizona crecen afilados y estrechos.
“Aspen Boles”
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En junio hice esta acuarela. Los troncos de los álamos temblones, entre
muchos pinos, destacan y en cierto modo brillan en el primer plano de mi
cuadro. En este paisaje destaca especialmente el contraste de luz y sombra
entre los temblones y los pinos del centro; también la altura y agudeza de los
primeros, tanto que no se ven sus copas ni aun la parte superior de los mismos.
Como resultado, la acuarela es agradable y bella a la mirada.
Como igualmente bellos son los álamos que he contemplado y gozado desde
temprana edad en la finca de mis abuelos, La Boticaria. Y por ese recuerdo
íntimo y largo, los rememoro en algunos versos míos. Primero en este trozo de
un romance:
Álamos de la ribera,
verdosas hojas plateadas, estrechos y enhiestos chopos que crecen hacia las palmas.
Y luego en el poema, titulado El álamo de mi huerto:
Álamo joven y chisporroteante movido por el viento,
álamo de mi urbano huerto todo corazón.
Te llevo en mi alma, álamo plantado por mi mano,
a veces pluma ilusionada. Te llevo en mis años,
álamo del recuerdo lejano, de la amada infancia
del río y de los pájaros. Estás a mi lado,
álamo de vida lleno, verde y gris plata;
álamo todo sonido y color.
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Lavinia, noble y leal
Es mi pueblo. El pueblo español donde nací, me crié y eduqué hasta los 17
años.
La primera acuarela que en mi vida pinté (mejor debería decir: el paupérrimo
intento de acuarela, sin idea alguna de cómo pintarla ni material adecuado) fue
cuando tenía 19 años. La hice mirando al pueblo desde la casa de mis tíos, a
las afueras de Lavinia, junto a mi primo del alma, Paco. Ahora, con menos
ilusión, pero con materiales buenos y ciertos conocimientos adquiridos en
estos pocos años de clases mediocres, las más, y compañeros voluntariosos,
presento esta interpretación, hecha en el verano de 2012, de aquel pueblo
lejano, pero cercano en mi memoria y en mi corazón.
“Lavinia”
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Mis versos, parcialmente cambiados, cuentan su historia y mis sentimientos: Al pensar en mi amada de piedra fabricada ciudad vieja siento el alma alada vagar muda y perpleja por el libro cierto de historia añeja. Pueblos bien conocidos, fenicios, árabes y castellanos, en momentos ya idos, gozaron nunca vanos sus bienes y sus paisajes ancianos. Ciudad de gran belleza, de fama moruna e imperial alma, ostenta su grandeza en su presencia calma y su espíritu cálido en la palma. Desde recia atalaya sus hombres se recrean contemplando la fértil huerta gaya, y aún adivinando sus ricos campos de terreno blando. Noble y cristiana raza habita alegre sus hogares sanos, pasea por su plaza, labora junto a hermanos y goza en festivales ciudadanos. Celebran con cariño acontecimientos varios sus gentes
y en las Fiestas del Niño reverencian creyentes a sus patronos de su bien agentes. Mi siempre recordada, mi patria chica, tan robusta mula: hoy abro la portada de un corazón que ulula lejano y que tu hijo se titula. LETANÍA POÉTICA Lavinia, azahar inmenso, olor de mi campo seco; Lavinia, roca almenada, corona de mis sueños; Lavinia, fuente de historia, saciedad de mi cerebro; Lavinia, serrallo moro, con bellas hembras de ensueño; Lavinia, templo cristiano con altares de embeleso; Lavinia, iglesia alta de la Virgen del Carmelo; Lavinia, ermita dorada, cuna de mi Niño bello; Lavinia, agua contenida, hermosura de mis huertos; Lavinia, fiestas asiduas gozar de pueblos fraternos. Amén.
25
Entre las multicolores chimeneas de hadas
He visitado este peregrino parque nacional americano de mi acuarela dos
veces. Con mi hermano segundo, la primera vez; con mi esposa, la segunda. Y
¡es tan bello! Volvería una y otra vez para contemplar este estrecho,
relativamente pequeño y excepcionalmente encantador parque.
“Bryce Canyon National Park”
Este parque nacional está localizado en el sudoeste del estado de Utah. A
pesar de su nombre, el cañón Bryce no es propiamente un cañón o barranco
sino un gran anfiteatro natural formado por la erosión. Bryce destaca por sus
estructuras geológicas únicas, llamadas chimeneas de hadas (hoodoos), que se
formaron por la erosión causada por el viento, agua y hielo. El juego de
colores de las rocas, rojo, naranja y blanco crean vistas espectaculares.
Bryce se encuentra a mayor altura que el vecino Parque Nacional Zion y que
el Gran Cañón. La cota media de altitud se encuentra entre los 2400 y 2700 m.
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No obstante, la parte meridional se encuentra a 2100 m. Debido a esta
variedad de cotas, la ecología y el clima varían mucho de una zona a otra,
ofreciendo un gran contraste.
Los mormones fueron los primeros blancos en asentarse en el área alrededor
de 1850, dándole el nombre en honor a Ebenezer Bryce, primer habitante de la
zona. El lugar se bautizó como monumento nacional en 1924, convirtiéndose
en parque nacional cuatro años más tarde. Ocupa un área de 145 km².
En el parque se encuentran varios anfiteatros, siendo el más grande el
Anfiteatro Bryce que mide 19 km de largo por 5 de ancho y con una
profundidad de 240 m. La mayor elevación del parque es el Rainbow Point,
con una altura de 2775 m. El punto más bajo es el cañón Cope, que se
encuentra a 2011 m.
Los bosques y prados del parque son el hábitat de numerosas aves, en
particular águilas, cuervos y búhos y mamíferos como zorros, pumas, osos
negros, ciervos, marmotas y ardillas.
Hay tres ecosistemas en el parque, según la cota de elevación:
Las zonas más bajas del parque están compuestas por bosques de pinos
piñoneros, coníferas, y otros tipos de arbustos y árboles.
Los bosques de pino ponderosa, cubren las cotas medias junto con otras
especies de coníferas y abetos. También hay muchas especies de
arbustos.
Las zonas de mayor altitud del parque están cubiertas de coníferas y de
secuoyas.
La choza de Ebenezer Bryce y su familia en Bryce Canyon. Bryce dijo un día que este lugar
era el peor que conocía para perder una vaca
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Nenúfares del Atlántico
En abril de 2011, mi esposa y yo visitamos Madeira, una deliciosa isla
portuguesa en medio del Atlántico, durante un crucero de 15 días desde Fort
Lauderdale, Florida, EE.UU. a Barcelona, España. Entre los lugares de más
interés de la isla, el Jardín Botánico, con cientos de plantas de todas partes del
mundo, ocupa un importante lugar. Allí tomé la foto que en tres clases de
septiembre de 2012 transformé en una acuarela. En ella destacan la luz y las
sombras de las flores del estanque.
Esta foto me recordó el estanque que hice cuando vivíamos en el pueblo
texano de Rexton. Allí planté y cultivé por más de un año bellos nenúfares.
Pero con el tiempo, sobre todo porque los peces de colores se los comían y
enturbiaban el agua, abandoné ese aspecto de mi fuente, siempre con agua
saltarina y sonora.
“Water Lilies”
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Madeira, “la perla del Atlántico”, es la principal de las cinco islas de origen
volcánico de este archipiélago, perteneciente a Portugal. La isla goza de un
clima oceánico subtropical. Hoy día, sus gentes viven fundamentalmente del
turismo. El vino Madeira, con cuatro variedades (según la altura a que se
plantan las viñas), es famoso en el mundo.
Disfrutamos por varias horas en Funchal, la capital de Madeira, de poco más
de cien mil habitantes. El nombre le viene a la ciudad por una planta que
abunda en la isla, llamada funcho, que en español es hinojo. En aquella visita
pensé hacer alguna acuarela del lugar.
Y así, ésta me recuerda ahora aquel viaje y aquella encantadora isla,
embellecida por la abundancia de sus flores.
Teus olhos são meus livros. Que livro há aí melhor, Em que melhor se leia
A página do amor?
Flores me são teus lábios. Onde há mais bela flor, Em que melhor se beba
O bálsamo do amor?
(Machado de Assis, Livros e flores”)
As flores refletem bem o que é o amor. Quem deseja possuir uma flor, irá ve-la murchar.
Mas quem olhar uma flor no campo, terá esta beleza para sempre.
(Paulo Coelho, Brigas de Amor)
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El Gran Cañón
¿Cuántas veces he visitado el famoso parque nacional del Gran Cañón?
Seguro que no menos de una docena de veces. Pero la primera, en agosto de
1980, con Janie a mi lado, después de dejar a nuestros dos hijos mayores con
su madre en Los Angeles, California, debió ser la visita que más me impactó.
Llegamos por la tarde y luego pasamos allí la fría noche, con nieve en la zona,
en una casa “trailer”. Pero así vimos el Gran Cañón al atardecer y en las
primeras horas de la mañana.
Por la impresión que esta maravilla de la naturaleza me causó escribí en el
viaje este sencillo poema. Por entonces, frecuentemente plasmaba en el papel,
con cierto lirismo, algunas de mis emociones e impresiones:
RÍO COLORADO
Colorado
que ahondas por los colores de la tierra; Colorado bravo
que entras a la naturaleza sin respeto
y con grandeza, con dolor
y con fiereza; Colorado sucio
con exorbitante belleza, de colores palpitante,
con paz recia y serena. ¡Colorado
que el Gran Cañón creas!
En junio de 2010, animé a dos buenos amigos, Antonio Lacarra, español de
pro, y Clark Magruder, americano desde su concepción, a experimentar los
rápidos del Gran Cañón, desde Moab, Utah. Por cuatro días, dormimos a la
intemperie, comimos al aire libre, hicimos senderismo por lugares adyacentes
al río Colorado, pasamos largas horas (en unión de extraños y algunos
conocidos míos) a bordo de dos curiosas embarcaciones que fácilmente
sorteaban las turbias aguas y cabalgaban sobre sus crestas blancas y
enmarañadas. Qué buen trabajo hicieron aquellos cuatro jóvenes, expertos en
aquel ejercicio de navegar los rápidos Aquella experiencia es una memoria
más cuando contemplo el Gran Cañón.
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“Below Goes the River”
En otoño de 2011, Janie y yo volvimos a Las Vegas. Pasamos allí dos cortos
días. Paseando por sus calles, en un escaparate de una tienda de arte, vi un
cuadro del Gran Cañón que me impresionó. No recuerdo el nombre del artista.
Tomé una mala foto, angulada y con reflejos de edificios fronteros, pero
suficiente para guiarme en este plagio. En dos o tres clases de octubre de 2012
quedé relativamente satisfecho con mi esfuerzo. Hoy quisiera poder comprar
la obra del profesional que me inspiró para continuar en mi esfuerzo y placer.
Los tonos y colores son intensos y fuertes, con grandes contrastes. Los reflejos
de las paredes rocosas y abruptas están bien logrados.
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La nieve en las alturas
Las montañas, con grandes árboles, con lagos o ríos cercanos, suelen cautivar
el espíritu humano y elevarlo al Creador de tanta belleza. Para algunos, un
lugar así es su catedral y su pequeño cielo en la tierra. Y hay tantos lugares
semejantes en tantos países.
Una amiga me dio esta foto después de plasmarla ella con pinturas acrílicas. Y
otra compañera de clase, a quien le gustó lo que estaba haciendo, mencionó el
título que le he dado a esta acuarela, hecha en noviembre de 2012.
“For Purple Mountain Majesties”
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O beautiful for spacious skies, For amber waves of grain, For purple mountain majesties Above the fruited plain!
America! America! God shed His grace on thee, And crown thy good with brotherhood From sea to shining sea!
Me atrae pintar paisajes. Éste no me resultó difícil, parcialmente por hacerlo
con confianza y entusiasmo. Desconozco el lugar exacto de este bello lugar.
¿Algún sitio de Colorado, posiblemente donde se inspiró Katherine Bates para
su poema de 1910? Hice esta sencilla acuarela en dos clases. El blanco del
papel muestra la nieve y la niebla; los distintos verdes revelan los abetos y los
álamos. El agua del lago, oscuramente verdosa, parece un cristal, aunque
apenas refleja los árboles y montañas.
Muchos años antes, durante el último trimestre de 1978, cerca de las fiestas
navideñas, mientras cazaba en las montañas del oeste de Texas en un pequeño
rancho de mi amigo Alfredo, escribí este poemita recordando lo perdido y lo
añorado:
NAVIDAD BLANCA
Una Navidad blanca sueño,
blanca en las altas montañas de mis amores
que miran la mar calma y crecen hacia lo eterno.
Una Navidad blanca añoro,
blanca en el lago bravo que baña mis riberas
y refleja mi esperanza.
Una Navidad blanca busco, blanca en el lar de mi pasado
que los años encanece y la experiencia embellece.
Una Navidad blanca quiero,
blanca en el inquieto corazón que luz y calma beber debe.
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La miseria
“Nunca dejará de haber pobres en la tierra”, se dice en el Antiguo Testamento
(Dt 15, 11), y lo confirma Jesús de Nazaret (Mt 26, 11; Mc 14, 7).
¿Podemos por ello sentirnos bien, o menos mal, ante los pobres, los
miserables, los que no tienen lo mínimo y necesario para la vida? ¿Podemos
dormir sin remordimiento de conciencia porque esos pobres no son nuestros
hijos o familiares? ¿O porque no los vemos? Siempre habrá pobres en el
mundo, pero ¿no se podría hacer algo más cuando hay tanto dinero en este
planeta, cuando se gasta tanto en lo superfluo, cuando se tira tanto? ¿No
deberíamos también educar mejor a los pobres? ¿Por qué quedarnos con las
manos cruzadas ante esta situación?
“Misery 1”
En esta mi primera acuarela de una posible, futura serie sobre la miseria
humana, hay dramatismo, trazos duros, contraste de luz y sombras. La
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crueldad de la vida en los niños es evidente. Mi amigo Clark, artista
profesional, escribió sobre mi obra:
“Es triste. Ninguna sorpresa, en tus circunstancias. No es una celebración de las
bellezas de la naturaleza que generalmente pintas. Pero me gusta por el valiente uso de ángulos y la manera cómo los niños están centrados como objeto esencial de nuestra atención”.
Cada individuo de la especie humana es diferente y actúa de modo diferente.
Uno trabaja más, otro vaga más; uno guarda para el invierno, otro vive como
la cigarra. Entonces, en cierto modo, la pobreza puede ser culpa de cada
individuo. Pero algunos, sin mérito personal, tienen padres ricos y otros nacen
en el lodazal; unos gozan de increíble fortuna y otros sufren rara desventura.
¿Por qué así, si Dios es bueno? ¿Es bueno con todos? ¿Cómo se entiende su
bondad frente a los niños miserables, como los de esta acuarela?
Se suelen dar respuestas como que el sufrimiento hace que volvamos nuestra
mirada a Dios (Mt 11, 28); o que es prueba del amor de Dios (Heb 12, 6); o
que Dios doma nuestro orgullo con el sufrimiento (San 4,6); o que el dolor
nos hace fuertes (2 Cor 12, 10); o que el dolor nos purifica y nos moldea como
el metal en la fragua (1 Cor 3,13); o que el sufrimiento nos capacita para
consolar a otros (2 Cor 1,3-4); o que Dios reprende y corrige a los que ama
(Ap 3:19); etcétera. O simplemente se habla del misterio del dolor. Y —se
dice— que es consecuencia del pecado original. Pero la pregunta continúa y
duele: ¿por qué, Señor, la pobreza si prometiste ayudar al menesteroso, al
desvalido, al oprimido, al pobre? (Sal 72, 4. 12-15).
Cuando pienso en los niños del hambre
de piedra me quedo. Cuando siento que se mueren sin nada,
morirme yo quiero. Cuando quiero ayudar a esos niños,
los demás quedan quietos. Cuando duermo me llaman estos niños,
y a veces me despierto. Cuando sueño,
sueño que ya los niños, felices están siendo.
(Rocío Cumplido, Niños sin nada)
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La pobreza
No hay gran diferencia entre miseria y pobreza, pero la hay. Los niños
anteriores parecen miserables; el necesitado de esta acuarela es pobre.
Sabemos por Internet que a finales de 2012, una chica de Arizona tomó una
foto (mi modelo) en New York. Todo parece indicar que este pobre tiene
ciertas posesiones, creo que hasta una casa, pero prefiere vivir en la calle. Ni
siquiera usa el calzado que el buen samaritano, un policía, le regaló, apiadado
de su aparente miseria al verlo descalzo en una fría noche. Teme que alguien
le ataque para robarle sus botas nuevas. Tiene la pobreza algún atractivo para
algunos? ¿Es este pobre un enfermo mental? ¿Simplemente un vagabundo?
“Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros,
y sin embargo vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más
que ellas?” (Mt 6, 26?).
“Misery 2”
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Imprimí la foto de Internet; es de una calidad ínfima. Lo que no me pareció
mal, pues eso me empujó a procurar más libertad en mi acuarela, a no “copiar”
demasiado literalmente el modelo. Vemos al vagabundo, con un gran bolso a
su lado, sacando unos calcetines de una caja para ponerse luego las botas,
mientras el policía, medio arrodillado, sigue sus gestos y habla con él. La luz
de la tienda ilumina la escena. En tres sesiones, entre diciembre de 2012 y
enero de 2013 acabé mi acuarela, la segunda sobre la miseria.
Ayer tuve una historia. Hoy ni de mi nombre recuerdo,
Tan sólo soy el hediondo Que todos esquivan
El de ropas mugrosas Piojos en la cabeza
y aliento de cementerio, Azotado por la vida,
Ignorado hasta por su patria.
Para muchos soy el tipo indecente
Que ni el viento abraza. Muchas veces tirado en el
pavimento He llorado abrazado a una
botella, Con la lluvia hundiéndome
frente Y el frío rasgando mi espalda.
Y tú pasas como evitando a la basura viviente,
Sin preguntarte el porqué mis lágrimas envenenan el
Vino. Tal vez una mañana me
encontrarán Con los ojos perdidos en el infinito,
Con mis manos entre las nubes,
Y algún viejo hombre se sacará el sombrero
Para rezar al alma del vagabundo desconocido.
(Víctor Rocco, Vagabundo)
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Pan y vino
Pienso que la mayoría de los artistas, en un momento u otro, han pintado
alguna naturaleza muerta. De niño, cuando aprendía a dibujar en el Colegio de
las Monjas de Lavinia, hice algunos dibujos del natural con lápiz carbón. Pero
he tardado cinco años y más de 40 acuarelas para pintar ahora mi primera
naturaleza muerta a la acuarela.
Como hago frecuentemente, tomé como modelo una foto de un e-mail
recibido. Me gustó y me pareció que sería interesante plasmarla. Cambié
algunas cosas, como fue añadir un melocotón (si se añade en una sangría, ¡qué
sabrosa entonces!), detalles de las uvas y la etiqueta de la botella.
“Pan y vino”
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La etiqueta de ese buen vino tinto ha sido como una broma en recuerdo de mis
antepasados y de mi casa española cerca de Lavinia. Mi abuelo Juan tuvo por
algún tiempo una bodega en la finca heredada de su padre. Por historias
familiares sé que mi bisabuelo creó la primera bodega en el lugar que luego se
llamó La Boticaria. Parte de la uva era cultivada en la misma propiedad.
El nombre “Bodegas La Franja”, en referencia a la casa y solar con pinos,
cipreses, otros árboles y arbustos, al igual que multitud de flores, es el nombre
que mi esposa y yo dimos a nuestro lugar de recreo (en el centro de la finca de
mi abuelo, ahora de mi hermano Faustino) que por parte del año ocupamos a
lo largo de diez años. Esto fue a partir del año indicado en la etiqueta.
Cuando contemplo esta acuarela, acabada en marzo de 2013, un mundo de
recuerdos llena mi espíritu. Y la ensoñación continúa en mi vida…
Pero… ¡qué lindo es el vino!
El que se bebe en la casa del que está limpio por dentro
y tiene brillando el alma.
(Alberto Cortez, El vino) Dejaron un pan en la mesa,
mitad quemado, mitad blanco, pellizcado encima y abierto
en unos migajones de ampo.
(Gabriela Mistral, El pan)
Vino color de día, vino color de noche, vino con pies de púrpura o sangre de topacio, ………………….. Amo sobre una mesa, cuando se habla, la luz de una botella de inteligente vino. (Pablo Neruda, Oda al vino)
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La necesidad
En alguna clase de abril de 2013 empecé a hacer esta acuarela, evidente
continuación de las anteriores de mi serie sobre la miseria. Pero a finales del
mes nos fuimos a España para lo que yo suponía era enterrar a mi centenaria
madre, como así ocurrió 15 días más tarde.
Cuando regresamos a casa a finales de junio estaba acabando el semestre de
verano en el Colegio del condado. Al empezar el semestre de otoño me
matriculé. Por cierto que de nuevo las clases eran gratuitas para los seniors. Y
continué con esta triste acuarela que acabé a finales de agosto. Luego le añadí
al niño un trozo de bufanda en la espalda.
Los pobres son muchos y por eso
es imposible olvidarlos.
(Roberto Sosa, Los pobres)
“Misery 3”
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Verdaderamente es imposible olvidarlos. “A los pobres siempre los tendréis
con vosotros”, dijo Jesús (Mc. 14, 7; Mt. 26, 11). ¿Podríamos, sin embargo,
reducir su número? O ¿mejorar un tanto su suerte? Porque hay pobres y
pobres. Algunos tienen una vida peor que perros miserables, sin dignidad, sin
cobijo, sin alimento, sin ropa ni otra protección en el duro invierno.
Cuando nací, el traje roto, pobreza, los zapatos abiertos, me seguiste. me advertían. Me mirabas Allí estaban a través acechándome de las tablas podridas tus dientes de carcoma, por el profundo invierno. tus ojos de pantano, De pronto tu lengua gris eran tus ojos que corta. los que miraban desde los agujeros. La ropa, la madera, Las goteras, los huesos y la sangre, de noche, allí estabas repetían buscándome, tu nombre y tu apellido siguiéndome o a veces desde mi nacimiento el salero quebrado, por las calles.
(Pablo Neruda, Oda a la Pobreza)
Mientras miro esta acuarela y siento su mensaje recuerdo el mandamiento:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Los pobres, tan próximos a nosotros,
son también nuestro prójimo.
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El pobre de la calle
Éste es uno de tantos. Uno de quienes se puede decir, como en la acuarela
anterior, que “algunos tienen una vida peor que perros miserables”.
En mis viajes, en algunos países del mundo, he visto repetirse la escena de
esta acuarela: un pobre, a veces tocando un instrumento musical, quizás con
un platillo, caja o gorra pidiendo silenciosamente una limosna, y con un perro
a su lado. Y las menos veces he dejado unas monedas junto a él. “Al fin y al
cabo, los gobiernos deben resolver este problema —me he dicho—; para eso
pago mis impuestos; hay lugares de acogida y muchas asociaciones de
caridad; a lo mejor no quiere trabajar…” ¿Cuánto me ha movido esa escena?
Ahora en el mes de septiembre de 2013, cuando en varias clases he pintado
esta acuarela y escribo estas líneas, la escena me mueve, me conmueve, me
hace saltar las lágrimas, me hace que quiera rebelarme ante la injusticia. ¿Por
qué él está así y no yo? ¿Por qué no está así alguien a quien bien quiero y con
quien he crecido o me relaciono? ¿Qué puedo hacer ahora? ¿Qué debo hacer?
Tengo familia, otros dependen de mí… ¿No dependen también de mí, de
alguna manera, estos pobres de la calle? ¿Basta con la ayuda o limosnas que
entrego en la iglesia o a través de la Sociedad de San Vicente de Paul?
“Misery 4”
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Leo en el Eclesiástico (4, 1-6):
“Hijo mío, no arrebates al pobre su sostén, no vuelvas tus oídos ante el
necesitado. Da al hambriento y satisfaz al hombre en su necesidad.
No irrites al corazón ya irritado, y no difieras socorrer al menesteroso. No desdeñes al suplicante atribulado, y no vuelvas el rostro al pobre.
No apartes los ojos del necesitado, y no des al hombre ocasión de maldecirte: Pues si te maldice en la amargura de su alma, su Hacedor escuchará su oración”.
He acabado esta acuarela en el primer aniversario de la muerte de mi hijo. No
recuerdo a mi hijo adulto sin algún perro. Por esto, a él le dedico mis
pensamientos y esta obra de mi serie. “Alarga al pobre tu mano, para que seas cumplidamente bendecido” (Eclo. 7, 36). “El hombre generoso es bendecido, porque da al pobre de su pan” (Prov. 22, 9).
En otro lugar de la carta de Dios a los hombres está escrito que Dios
¨levanta del polvo al pobre, y alza del estiércol al desvalido
dándole asiento entre los príncipes, entre los príncipes de su pueblo¨ (Salmo 113, 7-8).
Y también el profeta dice que lo que Dios quiere de nosotros es: “partir su pan
con el hambriento, albergar al pobre sin abrigo, vestir al desnudo, y no volver tu rostro ante tu hermano” (Is. 58, 7).
¿Vemos en esta triste acuarela algo más que simplemente un pobre con su
perro? ¿No parece más bien un ser sin dignidad ni cobijo, sin alimento ni ropa,
sin protección en el duro suelo del invierno? ¿No tenemos nosotros que ser
también brazo de Dios?
“Bienaventurados los pobres… Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos
alcanzarán misericodia” (Mt. 5, 3.7). Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber…
Estando desnudo, me cubristeis” (Mt. 25, 35-36).
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El primer parque nacional americano
¿Por qué Yosemite me ha parecido siempre un parque excepcionalmente
bello?
En una ocasión, hace más de 30 años, visitando a mis dos hijos mayores en
Fresno, California, donde vivían con la madre, los llevé al famoso parque
nacional Yosemite, situado a poco más de una hora de aquella ciudad. Antes
de llegar a la parte central y más bella, la tentadora agua del río a lo largo de la
carretera, me hizo parar el coche. Aunque el agua estaba fría, era verano y
sucumbimos a la aventura. La corriente era fuerte; en ocasiones, tenía que
sujetar a mi pequeña hija.
No recuerdo los lugares específicos que visitamos, aparte del village, en el
gran parque, pero lo pasamos bien. Con ellos también, mi esposa y yo hemos
disfrutado en otra ocasión el parque (y el cercano de Sequoia), pues Yosemite
es, realmente, extraordinario. Por algo el famoso John Muir diría: “Es con
diferencia el más grande de todos los templos de la Naturaleza en que se me
ha permitido entrar”.
“Yosemite National Park, CA”
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En cinco o seis clases de enero de 2014, plasmé esta acuarela, que me resultó
difícil especialmente la vegetación de la ribera del río. El cuadro es,
simplemente, un paisaje invernal que se puede disfrutar visitando Yosemite.
El parque, protegido desde 1864, fue creado el 1 de octubre de 1890. Cubre un
área de 3.081 km² y es visitado por casi 4 millones de personas cada año. Fue
nombrado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1984 y es reconocido
internacionalmente por sus acantilados de granito (entre ellos, El Capitán, el
enorme monolito de granito expuesto más grande del mundo), saltos de agua
(como las cataratas de Yosemite, con 782 m las más altas de América del
Norte, y las de Ribbon que, con un volumen de agua inferior, es el salto
vertical más alto, con 492 m), ríos cristalinos (como el Tuolumne y el
Merced), glaciares (como el de Lyell), bosques de secuoyas gigantes (unas
245 grandes distribuidas en tres bosques. La secuoya gigante Grizzly tiene
aproximadamente 2.700 años) y su gran diversidad biológica. El lugar también
posee cerca de 3.200 lagos y 2.700 km de ríos.
Yosemite, de clima mediterráneo, es uno de los hábitats más grandes y
diversos de plantas y animales en Sierra Nevada. Las temperaturas son
moderadas debido a que el parque se encuentra a sólo 160 km del océano
Pacífico.
El valle de Yosemite representa tan sólo el 1% del área del parque, pero es el
lugar donde llegan y permanecen la mayoría de los visitantes. El Capitán es
uno de los destinos más populares del mundo para los que practican escalada
en roca, debido a sus diferentes grados de dificultad y numerosas rutas de
ascenso, además de ser accesible durante todo el año.
Gran parte del parque cierra durante el invierno debido a las fuertes nevadas;
sin embargo, el valle de Yosemite permanece abierto durante todo el año.
Yosemite fue el primer parque declarado como tal por el gobierno federal y a
través del trabajo de personas como John Muir fue un punto relevante en el
desarrollo de la idea de los parques nacionales.
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Flores de cerezo sobre China
Ésta es una acuarela sencilla y rápida.
La portada de un folleto de viajes que recibí recientemente tenía la foto de una
pintura de una rama de cerezo, al poco de florecer. Apenas he pintado
acuarelas con flores. Cuando consideré hacer mi acuarela de esa foto, vi que el
fondo era prácticamente inexistente. Y como, por otra parte, la flor del cerezo
y el cerezo mismo son sinónimos de China (y Japón, por supuesto), pensé
hacer un tenue fondo de la Gran Muralla de China.
Así fue. El fondo se percibe muy poco y fue un placer esbozarlo y con apenas
pigmento lo pinté. Luego, también con facilidad, dibujé las ramas del cerezo
y, sin problema alguno, rápidamente las pinté. El problema auténtico fue
calcar el mismo color de las flores. Repetidamente, combiné muchos colores y
perdí el tiempo. Por fin, el instructor me prestó un tubo de rojo carmesí
alizarin y con un pelín de amarillo cadmio conseguí el tono que buscaba. Y de
una manera muy fluida, sin dibujo previo, fui haciendo las flores, las abiertas
con sus estambres y filamentos, y los capullos.
“Cherry Blossoms over China”
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Repetidamente deseo pintar acuarelas de una manera suelta y rápida. Para bien
o para mal, la obra presente ha conseguido mi deseo. La hice en poco más de
dos clases, en unas cinco horas largas. No me gusta particularmente. ¿Será
que prefiero las que me cuestan más esfuerzo? Cuando acabo alguna obra
difícil siento gran satisfacción si el resultado es aceptable. Pero a mi esposa le
gusta bastante; dice que es su Valentín, pues la acabé el día 13 de febrero.
Para muchos, las flores del cerezo simbolizan la fugacidad de la existencia
humana. Nacen una noche, viven unos días y se van; no puedes conservarlas.
Quedó la tierra desnuda como árbol de cerezo en invierno, su florecilla más bella marchó con la lluvia y el viento. Flor de Cerezo, poeta, dulce amiga de los versos lloraron hoy muchos de ellos huérfanos de tus letras.
(Tuki)
Por la ventana de mi cuarto asoma un cerezo en flor.
(Flor Silvestre)
Cerezos en la noche: si más me alejo, más
vuelvo a mirarlos.
(Tomiyasu Fuusei)
Y recuerdo una vez más, con mi acuarela, que la vida es brevemente bella,
pues, como algunos han dicho, “el cerezo enseña lo poco que dura la belleza y
que cada momento es único; hay que aprovecharlo al máximo”.
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A lo largo de la vieja “Route 66”
Viajar por la Carretera 66 es una aventura. Todavía se encuentran en ella
gasolineras, moteles, pequeños restaurantes, viejos cines “drive-in” y otros
rancios edificios de la carretera clásica que iba desde Chicago a Los Ángeles
entre los años 1926 y 1985.
Pero realmente esta acuarela no está tomada de la Ruta 66. A principio de
octubre de 2013, fui a La Luz, a hacer senderismo fotográfico con mis amigos
Clark, residente de ese pueblecito de New Mexico, y Jim, otro colega texano
de la Universidad de Texas A&M de Rexton. Los tres profesores jubilados
visitamos una vieja tejería donde se encuentran algunos edificios medio
destruidos y una vieja camioneta, oxidada y agujereada por balazos. Juntando
mis fotos del lugar y añadiendo una vieja bomba o surtidor de gasolina, que
muy bien pudo estar a lo largo de esa mítica carretera, compuse mi acuarela.
“Along the old Route 66”
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Lo más entretenido y agradable de esta acuarela fue conseguir una
composición interesante. El sol venía de diversas direcciones sobre los
elementos que componen el cuadro. Tuve, pues, que cuidar ese punto básico
de la acuarela. Y, también, la perspectiva y proporción de los varios objetos.
Alguna vez a lo largo de las seis o siete clases que dediqué a esta obra, mi
instructor me hizo ver algunos puntos de interés, sobre todo de perspectiva.
Este cuadro ha sido uno de los que más he disfrutado pintando y en el que he
visto poco a poco cómo la idea, los modelos varios y el propósito se iban
haciendo bella realidad. Quizás por ello he trabajado en casa con mi obra en
tres ocasiones.
La “Route 66” atrae hoy día a extranjeros en moto e individuos curiosos por
conocer este gran país. Esta ruta sirvió de camino para muchos emigrantes
hacia el Oeste durante la década de los 30 y para muchos turistas décadas
después. Parte de la cultura americana se une en esta “calle mayor de
América” por el automóvil. Canciones, novelas, programas de TV, juegos,
ropa, etc. tienen como tema esta “carretera madre” (John Steinbeck, The
Grapes of Wrath) de 3.940 kms. de larga, que cruza porciones de ocho estados
americanos. Hoy día, trozos de la “Historic Route 66”, están designados como
“camino escénico nacional”.
If you ever plan to motor west,
Travel my way, take the highway that is best.
Get your kicks on route sixty-six.
It winds from Chicago to LA,
More than two thousand miles all the way.
Get your kicks on route sixty-six.
(Nat King Cole, Route 66)
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El hambre de los niños
Cuando el pobre llega a su límite, la sociedad ha de elegir entre terribles
soluciones.
Tardé bastante en perfilar una idea que me rondaba por algún tiempo desde
que vi la foto de un niño tan hambriento que comía literalmente de lo que
encontraba en la calle. Así no pueden seguir tantos niños (158 millones, según
las últimas estadísticas), tantos mendigos y desamparados del mundo. Muchos
mueren; otros se salvan de alguna manera por la caridad de tantas instituciones
y de tanta gente buena. Sin duda, “la miseria absoluta no debería de existir en un
mundo que se juzga de civilizado y cristiano” (V. Valderrama). Nadie debería
morir de hambre en este mundo en que tanto se tira, como dijo recientemente
el Papa Francisco: “Está probado que con la comida que sobra, podríamos
alimentar a la gente que tiene hambre. No recuerdo la cifra, pero hay una multitud de chicos hambrientos. Cuando Ud. ve la fotografía de chicos desnutridos en
diversas partes del mundo, uno se agarra la cabeza, no se entiende”.
“Misery 5”
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El niño delgaducho y sucio, en el centro de la acuarela, come junto a una rata.
¿Hasta cuándo vivirá en la completa desnutrición, en la calle asquerosa de
nuestras ciudades? ¿Cuándo se lo llevará, quizás piadosamente, una muerte
cruel y rápida? ¿O cuándo, alguien, como una santa Madre Teresa, lo recogerá
y le dará asilo?
El mensaje es claro y cruel. Con la idea precisa en mi mente no me fue
particularmente difícil llevarla al papel. En una clase y, excepcionalmente, en
dos largos ratos en mi casa acabé la acuarela. La insultante miseria y la sucia
tristeza del niño mueven, quizás, con cierta belleza, a quien contempla este
cuadro de no muchos ni alegres colores.
Mi instructor no sabía adónde iba o qué pretendía yo mientras pintaba. Apenas
hizo, con cautela, alguna sugerencia. Ésta es la quinta acuarela que hago de
temas tristes pero reales que no gustamos ver ni en ellos pensar. Algo me
empuja a realizarlos, y no es deseo de lo feo o desagradable. A la vez, estos
tópicos me sirven para seguir en mi camino de mejorar (espero) como
acuarelista. En este sentido, me entretuvo y enseñó algo, sobre todo a plasmar
a la acuarela una idea valiosa.
Sin duda, lo que dijo Jesús de Nazaret (que de nuevo recuerdo) me empuja:
“Bienaventurados los pobres… Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt. 5, 3.7).
“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber… Estando desnudo, me cubristeis” (Mt. 25, 35-36).
“El que recibe a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe” (Mt. 18, 5). “Dejad que los niños vengan a mí…que de ellos es el reino de Dios” (Lc. 18, 16).
Y al contemplar mi acuarela, algunas frases y pensamientos de la Madre
Teresa de Calcuta me empujan también:
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar
sería menos si le faltara una gota”.
“Los pobres son la esperanza del mundo porque nos proporcionan la ocasión de amar a Dios a través de ellos. Son el don de Dios a la humanidad, para que nos
enseñen una manera diferente de amarlo, buscando siempre la manera de dignificarlos y rescatarlos”.
“Seamos los servidores del pobre. Hemos de brindar al pobre un servicio generoso, sincero. En el mundo, a la gente se le paga por su trabajo. Sintámonos
pagados por Dios”.
“Por favor, no matéis a los niños; yo los quiero”.
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En el país de los faraones
Janie y yo estábamos en España en la primavera de 2007 cuando decidí casi de
golpe, al pasar delante de una agencia de viajes, ir a Egipto, lugar con una
extraordinaria cultura antigua que deseaba conocer desde mi infancia. Entré en
la agencia de mi pueblo y al rato salí con los billetes para pasar 12 días de
viaje dos semanas más tarde.
Visitamos desde Abu Simbel hasta El Cairo, incluyendo ocho estupendos días
de crucero por el Nilo. El 19 mayo visitamos las Pirámides y la famosa
Esfinge; ésta me sorprendió un poco por el tamaño más pequeño de lo que
esperaba. La acuarela es de una de mis fotos hecha con mi primera y sencilla
cámara digital; la bella delante de la bestia es mi esposa.
En la mitología egipcia, la esfinge es una bestia o león que tenía rostro de
varón a diferencia de la griega, con aspecto femenino y alada. También las
había con cabeza de carneros o de halcones. Eran símbolo de la realeza, ya
que representaban la fuerza y el poder del león, y la vida después de la muerte,
motivo por el que aparecen en muchas tumbas y delante de templos. Durante
el Imperio Nuevo se representaron como esfinges a algunos dioses.
La mayor y una de las más antiguas representaciones escultóricas es esta Gran
Esfinge que se encuentra en Guiza. En los últimos períodos fue habitual situar
esfinges a ambos lados de las avenidas que conducían a los templos. Entre el
recinto del templo de Amón en Karnak y el de Amón en Luxor existe una
avenida procesional de varios kilómetros flanqueada por cientos de esfinges
con cabezas de carneros o humanas, que también tuvimos la suerte de visitar.
La esfinge egipcia ha ido variando a lo largo de la historia, cambiando su
apariencia según las tendencias culturales del momento. Se conocen algunas
con aspecto femenino: la esfinge de Hetepheres II es la más antigua conocida.
No sé cómo me atreví con esta acuarela cuando tengo más que respeto a los
retratos. Es realmente el primero. El hecho que unas grandes gafas cubrieran
la cara de Janie me animó. Quizás también por esto, y como excepción, usé
papel de 23cm x 31cm, y no el acostumbrado de casi tamaño doble. Creo que
tardé unas cinco o seis horas. Y me gusta: pocos colores, buena composición,
buen resultado. Pero sigo con miedo a hacer retratos a la acuarela.
52
Mi instructor me animó a hacer más intenso el color de la piel y el de las
sombras de la blusa blanca. También recuerdo que vi en mi iPhone dos cortos
vídeos de Internet sobre cómo hacer un retrato y cómo pintar unos labios.
“Beauty and the Sphinx”
53
Una flor peregrina
En el mismo lugar de la isla de Madeira anteriormente mencionado (Water
Lilies) tomé la foto que me ha servido como modelo de esta acuarela.
En dos clases y un largo rato en casa pinté esta flor exótica y un tanto
misteriosa para mí. Pensé que me sería fácil, pero no lo fue; creí que podría
hacerla de una manera suelta y rápida, pero fueron muchos los detalles que
anotar. De mi cuadro, me gustan los colores amarillo y naranja de la flor y los
valores distintos y fuertes de luz y sombra. Pero luché por un fondo coherente
y real mucho más de lo que esperaba.
“Bird of Paradise”
Como curiosidad diré que el término científico de esta planta, “Strelitzia
reginae”, está dedicado a la reina Carlota de Mecklenburgo-Strelitz, esposa
del rey Jorge III de Inglaterra, muerta en 1818 y aficionada a la botánica. Es
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originaria de África del Sur y se encuentra en abundancia en Madeira, Hawaii
y otras regiones tropicales y subtropicales.
En una página web encontré esta bonita descripción de esta flor:
“El naranja y la cresta azul que sobresale de la hoja en forma de canoa es parte de mi atractivo junto a mi nombre, pues ciertamente parezco una exótica ave del paraíso. He sido lanzada al comercio de las flores por mi habilidad para vivir cortada hasta dos semanas y, también, porque añado color y belleza a cualquier ramo de flores. Mi popularidad me maravilla”.
Con esta acuarela, el recuerdo de aquel crucero queda ya suficientemente
plasmado entre mis fotos y pinturas. Y puedo decir ahora que ya he hecho
algunas acuarelas de flores, a las que no les hago la justicia que merecen.
Esta color de rosa y de azucena
y este mirar sabroso, dulce, honesto, y ese hermoso cuello, blanco, inhiesto,
y boca de rubíes y perlas llena;
la mano alabastrina que encadena al que más contra Amor está dispuesto,
y el más libre y tirano presupuesto destierra de las almas y enajena.
Esta rica y hermosa primavera,
cuyas flores de gracias y hermosura ofendellas no puede el tiempo airado,
son ocasión que viva yo, y que muera,
y son de mi descanso y mi ventura principio y fin, y alivio del cuidado.
(Francisco de Quevedo)
55
En el alto Cuzco
Como parte de un crucero de 30 días por América del Sur, mi esposa y yo
visitamos, entre otros lugares peruanos, Cuzco. A media tarde del 28 de
octubre de 2014 estábamos ya en la “Roma de América”, a unos 3.400 m de
altura, paseando sus calles aunque notábamos en ocasiones el mal de altura o
soroche. Y entonces, mientras la guía explicaba detalles de la ciudad, desde el
interior de un auto de la agencia, tomé esta gran foto que me sirvió para esta
acuarela.
“Incas en Cuzco”
No hay sonrisas en las indígenas peruanas. Pero sí hay colorido en sus
vestidos tradicionales, posiblemente hilados por ellas mismas, de materiales
básicos como algodón o lana de alpaca. Aquí, una de ellas usa el clásico
sombrero de tantos hombres y mujeres de la región. También, como es
costumbre para atraer al turista, llevan su corderito que te dejan cargar en tus
brazos para alguna foto, frecuentemente junto a alguna llama o alpaca. Es
difícil tomar fotos sin darles algún dinero a cambio. Y es natural que busquen
esa ayuda: al fin y al cabo dejan que un desconocido se lleve algo íntimo de
ellos, lo que algunas personas dirían o creerían que es su espíritu.
56
Cuzco, Cusco o Qosqo (en quechua), la capital histórica del país o la antigua
capital del imperio inca, es hoy día una ciudad de más de 400.000 habitantes.
Fue nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1983. Se cree que fue
creada en el siglo XIII. En este sentido, es la ciudad habitada más antigua de
América. Con el título de “Cuzco, Ciudad Noble y Grande”, Francisco Pizarro
la fundó el 23 de marzo de 1534. El Inca Garcilaso de la Vega, en sus
Comentarios Reales de los Incas (1609), explica su etimología de esta manera:
Pusieron por punto o centro [del Tahuantinsuyu] la ciudad del Cozco, que en la lengua particular de los lncas quiere dezir ombligo de la tierra: llamáronla con buena semejança ombligo, porque todo el Perú es largo y angosto como un cuerpo humano, y aquella ciudad está casi en medio.
En este sentido, el espíritu de este pueblo pervive en su poesía:
Soy peruano porque así lo quiso el tiempo, soy tan peruano como las minas y el petróleo, y como las aguas de sus ríos al caer doy mi sangre como ellos la dan al Amazonas. Soy del Perú del Cusco y Machu Picchu, de sus tradiciones, Iglesias y balcones, de la costa, de la selva y de la sierra. ¡Soy un peruano que vive su Perú!
(Roger L. Casalino Castro, Viva el Perú)
O en su música, como en la conocida pieza musical de una zarzuela del mismo
nombre, ahora parte de la herencia cultural peruana, El cóndor pasa:
El cóndor de los Andes despertó con la luz de un feliz amanecer.
Sus alas lentamente desplegó y bajó al río azul para beber.
Tras él la Tierra se cubrió de verdor, de amor y paz.
Tras él la rama floreció y el sol brotó en el trigal.
(Daniel Alomía Robles, 1913)
57
De caballos y danzas peruanos
Existe una raza de caballos, concretamente en Perú, que tienen un paso
especial y ha sido declarada raza caballar propia del Perú. Esta raza equina
desciende de los caballos andaluces introducidos durante la Conquista y los
primeros tiempos de la Colonia española.
En Wikipedia se indica que “debido al aislamiento sufrido durante
alrededor de 400 años y la selección que hicieron sus criadores, es una raza muy particular por sus proporciones corporales y por un andar lateral o "paso llano" que le es característico. Es típica de las regiones del norte peruano, zona del país donde se originó”.
El 27 de octubre de 2013, mi esposa y yo visitamos la bella ciudad de Trujillo.
En una típica hacienda peruana (donde tomé la foto que me sirvió de modelo
para la acuarela) nos presentaron un agradable espectáculo de estos
magníficos caballos. En ese show nos explicaron que “lo que hace a este
animal diferente a otras razas equinas en el mundo es su aire típico de velocidad intermedia, que en los demás es de trote. Este aire o modalidad en el andar es el
trote lateral o ambladura”. A este aire se le llama paso, que es excepcionalmente
un suave balanceo horizontal.
En las demostraciones, como la que vimos, los caballos llevan un conjunto de
arreos elaborados en cuero y trabajados a mano por expertos talabarteros
peruanos quienes lo adornan con finas piezas de plata. Van montados por el
chalán que viste de color blanco con un poncho listado, en diferentes colores;
botas negras o marrones, sombrero blanco de paja y pañuelo blanco al cuello.
Las faldas y blusas de las mujeres pueden llevar un rico bordado en blanco en
las telas del mismo color. El chalán en su caballo y su pareja en la tierra
suelen bailar al ritmo de marinera.
De los tres ritmos conocidos, la marinera norteña es el más conocido en la
costa del Perú y se baila frecuentemente en la ciudad de Trujillo. Aquí la
mujer baila descalza este ágil, elegante, libre, espontáneo y alegre ritmo que
muestra un coloquio amoroso entre el caballero y la dama.
Mientras pintaba esta acuarela y escribía estas letras recordaba nuestra
experiencia reciente y un antiguo sueño, cuando en Elkton, Florida, oí hablar
por primera vez de los “paso horses” en 1965.
58
“Caballo Paso”
¡Qué tranquilidad violeta por el sendero a la tarde! A caballo va el poeta...
¡Qué tranquilidad violeta!
(Juan Ramón Jiménez, El poeta a caballo)
¡Caballito criollo que de puro heroico se alejó una tarde de bajo su ombú,
y en alas de extraños afanes de gloria se trepó a los Andes y se fue al Perú!
(Belisario Roldán)
Caballo, caballo criollo, caballo de estirpe gaucha, que llevas las tres marías
puestas en cruz sobre el anca;
tu sangre es la misma sangre valiente de nuestra raza,
porque ha bebido en los vientos de los campos de la patria.
(Teófilo Hiroux Funes, Romance del Caballo Criollo).
59
Una ventana de la naturaleza
Con motivo de un viaje para conocer Zion National Park, a primeros de junio
de 2014, mi esposa y yo pasamos una corta semana en Brian Head, un resort
de invierno de Utah. Es un atractivo lugar, a 3.500 m, rodeado de grandes
bosques en tierras rojas, típicas de este bello estado.
A 5 km antes de llegar al alto pueblo, descubrimos un lugar que recuerda
mucho, aunque en pequeño, al no lejano Bryce Canyon National Park: Cedar
Breaks National Monument (1933), que visitamos dos veces. El monumento
es básicamente un enorme anfiteatro natural de casi 5 km de ancho y más de
600 m de profundidad, con hoodoos y otras formas naturales de colores rojo,
naranja, amarillo y morado.
El 10 de junio, durante casi cuatro horas, recorrimos el sendero Spectra Point
hasta Ramparts Overlook (unas cuatro millas), de grandes desniveles y
espectaculares vistas, árboles centenarios y multitud de flores silvestres,
mientras componía mentalmente el poema de la página siguiente y tomaba
muchas fotos. Luego, de una de las que tomé, pinté esta acuarela:
“Ventana a la naturaleza desde un árbol muerto”
60
Si no hablas, oirás el agua cantarina del agua en la floresta
y del suave viento. Si no hablas,
notarás cómo se mueven las hojas vivas
y las nubes del cielo. Si no hablas,
oirás al viento contarle rumores a las jumas de los pinos.
Si no hablas, escucharás el gorjear de las aves,
el corretear de los reptiles entre los arbustos y las hojas muertas
y el zumbido de los insectos. Si no hablas,
te apercibirás de la belleza del susurrante arroyo,
del roto cedro, de la flor silvestre
y de las coloreadas laderas. Si no hablas,
verás las nubes pasar sobre los altos pinos y abetos
y mirarás el susurrar de los álamos movidos por el céfiro.
Si no hablas, sentirás esa voz interior
que te habla calladamente en el silencio. Si no hablas,
percibirás claramente que el silencio mágico del bosque
es multitud de voces quietas y armoniosas. ……………………………….
Si no hablas, entenderás que tu soledad va en secreto acompañada
por las aves sonorosas y los invisibles seres
y los sonidos del monte vivo y muerto,
multicolor y excelso.
(fragmento)
61
Por los Mares del Sur
Nunca había viajado por el Océano Pacífico antes del crucero de octubre-
noviembre de 2013. 500 años después de que Vasco Núñez de Balboa
“descubriera” la enorme extensión de agua de la que tomó posesión en
nombre de la Corona de España y la bautizara oficialmente como Mar del Sur,
mi esposa y yo navegamos sus aguas, también llamadas Mar de Balboa, en un
moderno trasatlántico. Fernando de Magallanes, en su viaje de
circunnavegación de la Tierra, adjetivaría este océano como “mar pacífico” al considerar tranquilas sus aguas, respecto a las del Atlántico Sur.
A partir del siglo XIX el nombre Mar del Sur fue oficialmente extinto y
Océano Pacífico pasó a genérico.
En aquel ya lejano viaje de 30 días, de ellos 25 por el tranquilo e inmenso mar,
tuve muchas ocasiones de gozar atardeceres y otros bellos momentos del
grandioso azul. Y de una de aquellas fotos hice esta acuarela mientras
recordaba nuestra aventura sudamericana, cuando también compuse mi poema
“Crucero”.
“Puesta de sol sobre el mar”
62
Me costó más de lo que pensaba hacer este cuadro. Equivocadamente creí que
no sería difícil. Y además usé adhesivo de goma para tapar tantas nubes, olas,
el sol y sus rayos. Este material no tiene realmente color, por lo que uno va
ciego mientras lo extiende sobre el papel. Cuando se quita, el resultado no es
siempre el deseado. No volveré a usarlo en esta forma.
El agua abre sus frescos abanicos de plata, hasta el reposo verde de las calladas hojas, y en el silencio solitario una fragata, blanca y henchida, surje, entre las rocas rojas… (Juan Ramón Jiménez, "Mar del sur" - fragmento)
Deep Blue salpicado de White. Blanco, yes!, que salta y fulgura en la inmensidad azul…
Y el ojo ve hasta que no ve sino una recta que apenas se curva suave
en amargura. The sky, suave reflejo del Azul, salpica un blanco
casi estático. Runruneo, como un gato gigante y profundo,
avanza surcando el deep Blue moteado de reflejo White.
----- Brillo en azul que se hace gris brillante. Brillo en amplísima parábola en plata que encandila y apenas se mueve.
Brillo que se aleja en luz. Brillo que viaja hacia poniente
y atenúa su línea en la inmensa distancia del azul brillante de la mar azul.
----- Olas marinas
del profundo azul marino, agrisado de oscuro, de la mar azul.
Y los breves delfines escapan y saltan en el insinuante resplandecer de meridional, parabólica distancia.
(“Crucero”, fragmento)
63
Grand Teton National Park
Al regresar de nuestro crucero y viaje por el Yukón y Alaska en agosto-
septiembre de 2010, mi esposa y yo, después de visitar el maravilloso parque
nacional de Yellowstone, a pocos kilómetros al sur contemplamos este gran
parque, el tercero en cuanto al número de visitantes anuales. Realmente la
visita fue un ir parando a lo largo de 65 km de la cadena de los Tetons en
numerosos lugares, siempre en dirección a Jackson, haciendo fotos mientras
contemplábamos el bello paisaje. Una vez nos detuvimos, con otros muchos
vehículos en medio de la carretera, pues cientos de búfalos la cruzaban
lentamente, y así acercarme a pie y tomar fotos a su paso. Fue ésta una
experiencia única, llena de gran emoción y posible cierto peligro. En otra
parada, hice la foto, aquí convertida en mi acuarela.
”Grand Teton National Park”
64
En esta acuarela, intenté dar realce al árbol muerto en la esquina inferior
derecha y mostrar la niebla en los altos de la montaña bajo un cielo gris que
quiere amenazar tormenta. Creo que no llegué a tardar más de seis o siete
horas en pintarla, mientras recordaba también cuando en la parada de la
carretera fotografié a dos jóvenes búfalos peleando.
Este parque nacional en el noroeste de Wyoming, de 130.000 ha, fue
establecido en 1929. A principios del siglo XIX, los primeros exploradores
blancos encontraron a los indios shoshones. El nombre de estas montañas se
atribuye a tramperos de lengua francesa que las llamaron les trois tétons. El
pico Grand Teton tiene una altura de 4.199 m. El parque tiene numerosos
lagos, algunos ríos que van a parar al Río Snake y una docena de pequeños
glaciares. El parque es un destino muy popular para el montañismo y
senderismo, pescar (sobre todo trucha), contemplar su rica fauna y flora y,
simplemente, para contemplar su increíblemente bello macizo montañoso.
Que te estremezcas y caigan las montañas, se eleve ¡el alma! Deja subir mi canto canto de entalladura de mi montaña. Yo no podré ni allá, ni más allá colmar la cortadura. Deja subir mi canto hasta la cumbre de la montaña.
1
Esta montaña era el torso de un soldado caído por metralla. La montaña deseaba nupcias labios vírgenes, una ceremonia Esta montaña — lo exigía. Irrupción del océano en el oído
gritando “hurra” a una sola voz. Esta montaña erraba y guerreaba. Montaña semejante al trueno. ¡Es en vano jugar con titanes! De la montaña — la última casa al final del arrabal: ¡acuérdate! Mundos — que esta montaña por el mundo cobra caro, Dios es avaro. La cortadura viene de la montaña. La montaña estaba encima del poblado.
2
¿Parnaso, Sinaí? ¡No! Simple colina acuartelada. Nada más — ¡fuego! ¡ve ahí! Es octubre, no mayo, ¿qué hacer? Esta montaña ahí ¡toda me ilusionaba!
(Marina Tsvetaieva, “El poema de la montaña” -fragmento-, Enero 1924, Praga)
65
Belleza griega
Por mucho tiempo, el patrón de belleza establecido por los griegos rigió en el
mundo. Hoy día, la escultura y la arquitectura griegas siguen atrayendo en el
mundo y contemplarlas en el lugar donde se crearon es una de las razones
fundamentales de los viajes a esa península mediterránea. Por ello, en marzo-
abril de 2012, Janie y yo visitamos Grecia durante ocho encantadores días.
El día 2 de abril fuimos desde Atenas a Delfos. Y entre las muchas fotos
tomadas en ese vasto recinto arqueológico del Santuario de Apolo, tomé la
que en varias horas de septiembre de 2014 convertí en una acuarela. Aunque
busco ser más libre en mis obras, no supe en este caso al considerar tantos
detalles y tantas luces y sombras de rotas columnas y bloques de mármol de
Tholos, a unos 800 m de las ruinas principales de Delfos. Tres de las columnas
han sido restauradas, y es el lugar más popular de los turistas para hacer fotos.
“Delfos, Grecia”
66
Este edificio circular construido por Teodoro de Samos entre 380 y 360 a. C.
consiste en 20 columnas dóricas, con un diámetro exterior de 14,76 metros y
10 columas corintias en el interior.
El templo de Apolo, edificado en el siglo IV a C., fue el más importante del
mundo; se asentaba sobre una plataforma dominada por el Monte Parnaso,
desde donde la ciudad de Delfos (considerada por los griegos como el centro
de la tierra) al pie de paredes escarpadas, se inclinaba hacia un profundo
precipicio, entre fragosas montañas. En este templo, aislado del mundo, en un
ámbito de impresionante silencio, y en medio de las fuerzas de la naturaleza se
creía que Apolo se comunicaba con los hombres por mediación de una
sacerdotisa inspirada, que se llamaba Pitonisa.
Según la mitología griega, el dios Apolo era considerado dios de la luz y del
sol, de la medicina, de la ganadería y de las plagas, de los oráculos y de las
musas y ninfas.
Apolo/Febo
Arco y flecha, atributos del guerrero, reposen, y despierten la memoria,
el orden, la razón, la poesía, ceda al laurel su músculo el acero.
Pugne el efebo en Delfos más ligero,
más alto, más pujante todavía; y profiera su ambigua profecía la pitonisa a jefe o mensajero.
En las fuentes la cítara resuene, y a su tañido cada musa estrene el arte que de Apolo ha recibido.
Apolo el de las múltiples facetas, el amador de ninfas y de atletas, dios de la luz, sólo de luz vestido.
(Francisco Álvarez Hidalgo, Soneto nº 1771)
67
Somewhere in Utah
En nuestro viaje a Utah para visitar Zion National Park, después de hacer
senderismo por las alturas de Cedar Breaks National Monument, el 12 de
junio de 2014 Janie y yo fuimos al pueblo de Panguitch.
De regreso a nuestra residencia temporal, encontramos en una pequeña
comunidad de montaña, sin tráfico ni gente, en un camino sin meta aparente y
con un pequeño riachuelo cercano, esta cabaña, con el techo derrumbado y
que apenas se mantenía en pie. Me gustó y tomé unas fotos. De una de ellas,
pinté esta acuarela, que me resultó más difícil de lo que en principio esperaba.
“Somewhere in Utah”
Tengo miedo de encontrarme solo en medio de un camino
por el que no pasa nadie. Por el que no pasa nadie
porque es un camino largo que no va a ninguna parte.
(José Bergamín)
68
Thanksgiving
El Día de Acción de Gracias es una celebración tradicional de los Estados
Unidos, Canadá y otros pocos lugares, naturalmente con ciertas diferencias.
Muchos americanos prefieren esta fiesta a cualquier otra. Se celebra en otoño,
exactamente el cuarto jueves de noviembre. Familiares y amigos dan gracias a
Dios reunidos alrededor de la mesa gustando una buena comida que puede
celebrarse desde mediodía en adelante.
“El plato principal tradicional…es un gran pavo asado…tradicionalmente…
acompañado con un relleno hecho de pan de maíz y salvia. Se sirve
generalmente con una…salsa de arándanos rojos…verduras como judías
verdes, boniatos y puré de patata con gravy (salsa hecha del jugo del pavo);
también suelen servirse varios postres, siendo el pastel de calabaza el más
popular. También es común preparar el pastel de nuez y el de manzana”
(Wikipedia).
En general, esta fiesta es considerada una fiesta secular, aunque es religiosa en
su origen. La fiesta es tan apreciada que para reunirse muchos viajan grandes
distancias en esos días; quizás es cuando más se viaja en este país.
De nuevo, en Wikipedia se indica que la tradición moderna del día de Acción
de Gracias tiene sus orígenes en el año 1621, en una celebración en Plymouth,
Massachusetts. Dado que al principio la colonia de Plymouth no tenía
suficiente comida para alimentar a la mitad de los 102 colonos, los nativos de
la tribu Wampanoag ayudaron a los peregrinos dándoles semillas y
enseñándoles a pescar. La práctica de llevar a cabo un festival de la cosecha
como éste no se volvió una tradición regular en Nueva Inglaterra hasta finales
de la década de 1660. También existen evidencias de que los exploradores
españoles en Texas realizaron celebraciones de agradecimiento por una buena
cosecha en el continente con anterioridad a 1598. Otros historiadores precisan
que la primera celebración de este día en lo que actualmente son los Estados
Unidos fue llevada a cabo por los españoles el 8 de septiembre de 1565, en lo
que hoy es San Agustín, Florida.
Anualmente la cadena de tiendas Macy realiza un gran desfile por las calles de
Manhattan, Nueva York, que atrae a millones de personas para ver los globos
gigantes y presenciar las actuaciones de artistas invitados.
69
La mayoría de negocios y oficinas están cerrados en este día, pero algunos
almacenes, centros comerciales, restaurantes y bares permanecen abiertos. Al
día siguiente a esta fiesta, conocido como Viernes Negro, es tradicional la
apertura de la temporada de compras navideñas; en él se ofrecen grandes
rebajas y mucha gente acude a esos centros desde la madrugada.
Los colores y el contenido de esta acuarela, típicos del otoño, son propios de
esta fiesta. Paulette, una compañera de clase, hizo un óleo de una foto de
manzanas y una calabaza. Me gustó y se la pedí para intentar yo hacerla a la
acuarela. La pinté con gusto, en casa, a ratos y a solas, sin sugerencias de
nadie. Y pensando que este próximo Thanksgiving estaría viajando,
regresando de España con mi mujer y cenando, quizás, en Atlanta, Georgia.
He aquí el resultado de mi placentero esfuerzo.
“Thanksgiving”
Te Deum laudamus: te Dominum confitemur.
Te aeternum Patrem, omnis terra veneratur.
(Uno de los primeros himnos cristianos, de la 1ª mitad del siglo IV)
70
“Bendiga la tierra al Señor, cántele y ensálcele por los siglos…Bendecid al Señor, cuanto brota en la tierra, cantadle y ensalzadle por los siglos…Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia”.
(Himno de acción de gracias del Antiguo Testamento --Daniel 3, 74, 76 y 89-- que los tres jóvenes, Sidraj, Misaj y Abed Nego, condenados por el rey Nabucodonosor a morir quemados en un horno, cantaron al verse salvados de las llamas por intervención divina).
71
Caballo árabe
El caballo de raza árabe debe su reputación a su inteligencia, carácter fuerte y
resistencia sobresaliente. Tiene un carácter activo y animoso; y es un caballo
veloz, ágil y resistente. Con una cabeza característica y la cola siempre en alto,
el caballo árabe es una de las razas de caballos mejor reconocidas en el
mundo.
Es también una de las razas más antiguas, ya que hay evidencia arqueológica
de hace 4.500 años de caballos muy similares a los árabes modernos. En el
transcurso de la historia, los caballos árabes del Medio Oriente se esparcieron
por el mundo gracias al comercio y las guerras. También fueron muy usados
para mejorar otras razas al añadir velocidad, refinamiento, resistencia y buena
estructura ósea. Hoy día, las líneas árabes se pueden encontrar en casi cada
raza moderna de caballos para montar.
Los caballos árabes se desarrollaron en un clima desértico y eran valorados
por los nómadas beduinos, quienes frecuentemente los alojaban dentro de sus
tiendas para cubrirlos y protegerlos. Esta relación cercana con los humanos
creó una raza de caballo con buena disposición, rápido para aprender, y
dispuesto a complacer. Pero el caballo árabe también desarrolló el carácter
fuerte y el estado alerta necesario en un caballo usado para los asaltos de las
guerras. Esta combinación de disposición y sensibilidad requiere que los
dueños modernos de caballos árabes traten sus caballos con respeto y mucha
habilidad.
No recuerdo dónde encontré esta foto. Casi seguro que fue en un e-mail que
recibí en septiembre de 2014 y que me atrajo particularmente por la belleza, la
fuerza y el dramatismo de este caballo. El cielo nublado y en parte agrisado, la
tierra oscura y sucia, salpicando tierra lodosa, y ante uno y sobre otra la fuerza
del hermoso corcel, atraen y llenan la mirada. Hay contrastes fuertes con esos
pocos colores. ¿Cómo se sentiría uno montando tal animal, a pelo, por el
campo libre, con fuerte viento y sin problemas? El resultado me place; el
ensueño resbala por mis años...
72
“Caballo árabe”
Un antiguo chascarrillo y juego infantil dice: ¿De qué color es el caballo
blanco de Santiago? Quizás en esto pensaba el poeta cuando escribió el 25 de
julio de 1918 este poema, cuyo fragmento aquí aparece:
Santiago
Esta noche ha pasado Santiago
su camino de luz en el cielo. …………………………………………………
¿Dónde va el peregrino celeste por el claro, infinito sendero?
Va a la aurora que brilla en el fondo en caballo blanco como el hielo.
Dice un hombre que ha visto a Santiago en tropel con doscientos guerreros,
iban todos cubiertos de luces, con guirnaldas de verdes luceros, y el caballo que monta Santiago era un astro de brillos intensos.
(Federico García Lorca, Libro de poemas (1921), sobre el caballo del Apóstol, hecho de las estrellas del Camino de Santiago, como los antiguos llamaron a la Vía Láctea. Es una balada ingenua, que recoge la visión mística que el poeta descubría en su infancia en la noche de Fuente Vaqueros).
73
Cuando se mira mi acuarela, se puede pensar en algunos caballos famosos de
la historia y de la literatura: Babieca, el caballo blanco del Cid Campeador y
Bayo-blanco, del General San Martín; Bucéfalo, de Alejandro Magno, el
enorme Caballo de Troya, y Pegaso, de color blanco; Genitor, de Julio César,
Janto, de Aquiles; Kantaka, el caballo de Buda y Lazlos, el primer caballo de
Mahoma; Marengo, el árabe de Napoleón, Rocinante, el otrora rocín de Don
Quijote de la Mancha, Moro, de Facundo Quiroga, Silver, del Llanero
Solitario y Strategos, de Aníbal; Incitatus, el caballo senador de Calígula y
Tornado, de El Zorro.
Y se pueden recordar refranes, dichos o frases relacionados con el caballo,
como
Agárrate Catalina que vamos a galopiar,
A todo galope,
Aflojarle las riendas,
A caballo regalado, no se le miran los dientes,
Caballo de comisario,
El último pal´estribo,
Estar con el pie en el estribo,
No hay que dejarlo con la rienda floja,
Perder los estribos,
Ser muy de a caballo,
Se me bolió el potrillo y
Tener a rienda corta.
74
Fusilamiento goyesco
Goya es uno de mis pintores favoritos. Curiosamente, en distintos momentos,
su figura se ha hecho presente en mi vida.
Recuerdo de niño cuando aprendí de memoria La oda al dos de mayo de
Bernardo López García. La oda transpiraba los grandes lienzos goyescos sobre
la Guerra de la Independencia. Entonces se palpaba el patriotismo en España.
Hasta el 2 de mayo era fiesta nacional.
En el Museo del Prado admiré más de una vez la obra de don Francisco Goya
y Lucientes.
Entre mis cursos graduados de historia tomé uno sobre Europa en el siglo XIX
con un gran profesor del Departamento de Historia de la Universidad del
Estado de Florida muy parcial con su ídolo, Napoleón, y sus estudiantes de
departamento. Titulé mi trabajo de investigación El dos de mayo de 1808 y fue
mi primer artículo publicado en los EE.UU., por cierto en inglés. En él, el
editor de la revista puso por indicación mía dos pinturas de Goya: El dos de mayo y El tres de mayo.
Un colega de Texas A&M University-Kigsville y profesor de Drama me
regaló un día una imitación de uno de los cuadros de Goya, La locura de la
razón, que por algún tiempo tuve colgada en mi despacho.
He leído muchas obras de Benito Pérez Galdós, sobre las que hice mi
especialización en el doctorado. Y, como sabemos, Galdós escribió
extensamente sobre la Guerra de la Independencia, especialmente en sus
Episodios Nacionales.
De camino para ver a mi gran amigo José Cortés (con quien estudié para el
doctorado en literatura española) a su casa de los Pirineos, a las afueras de
Aragüés del Puerto, pasé cerca del pueblo donde nació Goya. Por falta de
tiempo, mi esposa y yo no tomamos la desviación para visitarlo.
Y recientemente, en mi primera visita a Cincinnati, OH, para conocer a mi
última nieta, Natalia, mi yerno Ben trajo a casa el periódico The Wall Street
Journal, del viernes 26 de septiembre de 2014. En la sección de cultura,
encontré unas páginas sobre Goya y muchas de sus pinturas. Al ver de nuevo
El tres de mayo o Los fusilamientos de la Moncloa me propuse copiar esta
75
obra a la acuarela, a pesar de la gran dificultad que esto conllevaría. Si otros—
pensé—han imitado o copiado a Goya, ¿por qué no yo que soy español, que lo
he citado en mis escritos y que admiro tanto su obra?
Y aquí está.
“Los fusilamientos de la Moncloa”
En esta acuarela se percibe un contraste fuerte entre luz y sombra, dramatismo
en la composición y la presencia de Goya mientras pintaba los horrores de la
guerra mostrando el amor de patria. Y surge en mí una mayor admiración por
el gran artista al imitar su obra, leyendo los versos del poeta sevillano.
Él lo vio…Noche negra, luz de infierno… Hedor de sangre y pólvora, gemidos…
Unos brazos abiertos, extendidos en ese gesto de dolor eterno.
Una farola en tierra casi alumbra, con un halo amarillo que horripila
de los fusiles la uniforme fila, monótona y brutal en la penumbra. Maldiciones, quejidos…Un instante
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primero que la voz de mando suene, un fraile muestra el implacable cielo. Y en convulso montón agonizante, a medio rematar, por tandas viene la eterna carne de cañón al suelo.
(Manuel Machado, Apolo, 1911)
Y también, diciendo desde lo profundo del corazón herido
Oigo, patria, tu aflicción, y escucho el triste concierto que forman, tocando a muerto, la campana y el cañón; sobre tu invicto pendón miro flotantes pendones, y oigo alzarse a otras regiones en estrofas funerarias, de la iglesia las plegarias, y del arte las canciones.
…………………………..
Aquel genio de ambición que, en su delirio profundo, cantando guerra, hizo al mundo sepulcro de su nación, hirió al ibero león ansiando a España regir; y no llegó a percibir, ebrio de orgullo y poder, que no puede esclavo ser, pueblo que sabe morir.
¡Guerra! clamó ante el altar el sacerdote con ira; ¡guerra! repitió la lira con indómito cantar: ¡guerra! gritó al despertar el pueblo que al mundo aterra; y cuando en hispana tierra pasos extraños se oyeron, hasta las tumbas se abrieron gritando: ¡Venganza y guerra!
……………………….
¡Mártires de la lealtad, que del honor al arrullo fuisteis de la patria orgullo y honra de la humanidad, ¡en la tumba descansad! que el valiente pueblo ibero jura con rostro altanero que, hasta que España sucumba, no pisará vuestra tumba la planta del extranjero!
(Bernardo López García, Oda al Dos de Mayo)
En el comentario a esta acuarela, al igual que en muchas otras de este librito,
aparece el bello recuerdo de los viajes. Aquellas fotos y ahora estas acuarelas,
me los mantienen frescos. Esto es importante para mí, pues en la senectud,
vivimos de remembranzas.