CuaderRosdeMadlnatal -Zahrá'
Vol. 5
Córdob a, 2004
CTJADERI{OS DE MADiNAT AL-ZAI]RÁ'
Cuadernos de Madinat a|-ZahraRevista de difusión científica del Conjunto Arqueo.lógico Madrnat al-Zahra
CONSEJO DE REDACCIÓN(Miembros de ia Comisión Técnica de Madinat al-Zahra)
Presidente: D. JESÚS ROMERo BENÍTEZDirectur Genera/ d¿ Biene.¡ Calnrales
Vocales: D." MERCEDES MUDARRA BARRERODe/egada Prorjrcia/ le Ca/ttra rJe Cít'daba
D. ANTONTO VALLEJO TRTANODirrtor del Con.funto Arquealígico Madjrat dl Z¿br¿
D. MANUEL ACIÉN ALMANSAUniru':idad de rtIálaga
D." CARMEN BARCELÓ TORRESL,ttt. n)J¿J J. \ L/.ttri¡
D." JULIA CARABAZA BRAVOUú¡w¡irlad d¿ ,\eúllt
D.JUAN STRRANO MUÑOZArquitecta
COMITÉ ASESOR
D. PATRICE CRESSIERCa:a de Vlázqrcz
D. CHRIST]AN E\rERTIrntituta Arqaeolígico A lenún
D. PIERRE GUICHARDtJnit,ersidad ¿tt llon IID. ESTEBAN HERNÁNDEZ BERMEJODirector delJardín Batánico rk Córdoba
D, M,'ANTONIA ]\4ARTíNEZ NUNEZUniursidal le lIálaga
D. ALASTAIR NORTHEDGEUniuersi¿lad de Parí: ID. VÍCTOR PÉREZ ESCOLANOfl n irer.¡ i tlad de S eú / la
O Junta de Andalucía. Consejcría dc Cultura
(c) Los autores
Imprenta San Pablo, S. L. - Córdoba
Sor Ángela de Ia Cruz, 1 2 - Teléfir¡o 951 283 106
ISSN:1119-9996
Depósito Legal: CO. 1.64412004
SUMARIO
. ESTUDIOS
EDUARDO MANZANO MORENOEl círculct de pocler de los califas ornelas cle Córclaha Pág. 9
JEAN-PIERRE VAN STAÉVELPrítoir jzgaler, bátir : droit de la cr¡nslruclian et institarians
judiciairu ) Cordoae rJurant le í'lX' si¿cle Pág. 3L
MOHAMED MEOUAKMadinat al-Zabm' en las fuentes árabu del occidente i¡láttica Pág. 53
BRUNA SORAVIAUne bistaire de la f.rna. Aurariré er lígitirnirí dan:
le tuIutpaltis d'Ibn Hayan Pág. 81
MANIIELA MARÍNA/tos fancionarios para e/ ca/ifa: jueces 1 otras cargos de la
Adntinisnación cle'Al¡d al-Rabntan III Pá9.97
M.' ANTONIA MARTÍNEZ NÚÑEZ.MANUEL ACIÉN ATMANSALa epi¡1rafra de Madinar al-Zabra' Pá9. I07
SOLANGE ORYL' ep i grap b i e umayy ade s ya - pa / e s t i n i enne Pás.159
CARMEN BARCETÓ
El cíJin andalusi de "praaincias" durante el Califato(3a0_403t9j2_10j3) pá9. t73
ANTONTO VALLEJO TRTANO,ALBERTO MONTEJO CÓRDOBA,ANDRÉS GARCÍA CORTÉS
Resa/tados preliminares de /a interaenciín art¡aeo/ígica en /a
"Ca:a de Ya'far" 1 en el ecliJicia cle "Patio cle los Pilaru"de X[adinat al-Zahra' Pá9. I99
PATRICE CRESSIER,
MOURAD RAMMAHS¿bra al-A4ansariya : [Jne autre aille caltfale Pág.241
JUAN F. MURILLO REDONDO,MARÍA TERESA CASAL GARCÍA,ELENA CASTRO DEL RÍOMadinat Qar¡aba. Aproxinaciín al procesa de forntaciín de la
ciudad emiral 1 califal a patir de la información arquealógica Pág. 217
VICENTE SALVATIERRALa instauraciín clel Califato en el AIra Gaadalqaiuir Pá5. 291
PEDRO GURRIARÁN DAZAHacia una canstrucción del poder. Las prácticas edi/icias
en la periferia andalusi duranre el Califaro Pág. 297
ALBERTO CANTO GARCÍAEl dinar en al-Andalas en el sigla X Pás.327
CAROLINA DOMÉNECH BELDALa rnaneda farimí 1 sa relaciín con al-Andalus Pág. 339
PATRICE CRESSIER
Histarias de capiteles: ¿Hubo talleres califales pratincialesi' Pá9. 751
TILO ULBERTResafa en Siria. Una residencia califal de los últimrts onteyas en )riente Pá9. 377
BERNABÉ CABAÑERO SUBIZA,VALERO HERRERA ONTAÑÓNLa tecbu¡nbre de la ampliación de al-Hakan II rJe la mezqaita aljama
d¿ Círdoba. Análisi: tícnico 1 estulio forxul de sa policrarnía Pá9. 391
SABINE NOACK.HALEYLos capireles de la hlezt¡aita de Madinar al-Zaltra' Pág. 4I3
MARIANNE BARRUCANDLe prentier clécor arcltitectural fatimide en Egypte Pág. 445
PIERRE GUICHARDCanc/usions Pág.463
. CRÓNICA DEL CONJUNTO
ANTONIO VALLEJO TRIANO,
JOSÉ ESCUDERO ARANDACrínica del Conlanto, añas 1998-2003 Pág. 47 I
ESTIJDIOS
ACTAS DE LAS IV JORNADAS DE MADINAT AL-ZAHRÁ':Nuevas investigaciones sobre eI Califato de Córdoba
Córdoba, 10-12 Noviembre 2003
66r
-pururouap p'Q).r( 93) ,,sa;or.radng sepuor.tr^,, sEI
ua 'pepuorratu" uof I 'atuaul¿.trsalns s¿p¿l]oJJ"sep
uorJ?^resuoJ ap sJuor)enrle seJro ap e:1391 uolf?nu-rtuor ?l u?rnlnsuol sotleÁord soquv '(1 '39) ,,,sar-"Ird sol aP on¿d,, ourol oPrlouoJ orlr;rPa 1a ua Á
.reJ,e aP ?se],, €P"ru"]l ?l ue uorrua^r4ur ?l 9.es 966t ue 'etqez-Ie t¿urpp]^ü ep rezy)Ie 1ap zpz.tr.rd
"uoz solu?urllrouep anb o1 uauodruo¡ anb saleuolr
-uni Á sorruglralrnb¡e solunfuo¡ soluusrp sol3-ap uorl?Jn?tsar ap eurzrSo.id 1ap orreu; ia u if
'sar"lrd
sol ep onpd 'w7.e;1ep ?se3 'sSurplrnq 'a¡nr¡altq¡¡¿' arelzd' e r qpz- IE trzu rp?J,{
I sn Ie puv- I"' ¿wJr IE)
spro-t fa;4
'saJnrJuls asJql or pel"lJJ sr¡adse Jaqro JLUos
pue sareds aseqt Jo uorl"urJo1su"rl 1o ssaro.rd eLIr sas
-.{1zue .,ipar.iq raded srq¿ 'prluJurnlop pu? u^eou>l
IIa^a. tou se.,n eseqd srqt ',lou 1nu¡ 'a:e1ed eqrJo rol-ras srqt tB uorlrnf,tsuor;o aseqd rslg eqrJo epnrru
-8eru aqr.uoqs sSulplrnq esaqJ 's8urpllnq snol,r,a¡d
lu¿l¡odrur Jo aruatsrxa arlt pal"e^al ¿¡lr-q eJqeZ-Ie
t"urpery 3to saxalduor l"rnt:>etrqr.rz Surpuerslno
JJour eqt Jo ol\t l? lno perJJ¿l s8rp ruara¿
's3r?]rd sol aP
orre¿ '.rz;,e¡ ap ?s?J 'sepuar,tr,r. '¿¡nt:atrnb;¿ '¡ez
-vtle 'etqe7-l? t?urP?w '.snl€Puv-Ie 'olqrl?J
e^€Ir s¿rq?pd
'sorr¿dsa soqlrp ep
uorfuurJoj:su"n ap osarord 1a 'solradsu soJlo aJtue
'erJeruns ?Jeueru Jp ur?zr]Eu" as ofzqen etse uE ?p?l
-ueulnJop .{ eprrouo: JtueulatuJrlgnsur "q"JtuoruJ
es ?Jorl? ztseq anb or:e1ed IJp rotJas JSe ue ierJrur?^rtfnJtsuoJ JSq ¿un aP P?PrluJ el u?le^eJ sJuorl
-€lgrpe sersg 'szr-tard seuorJefgrpa saluet.rodur ap
€rruJtsrxe EI znI pl "
otsJncl ur.,LI EJ1EZ-IE t?urp?W
¿p Jpzg)IE 1ap sa.relnSurs s"rlr solruotlatrnbw sotunf
-uof so] aP soP ue sPP?zrl€eJ sJuorf",\¿)xe s"'I
JfYUJSSYN¡IWI}SEU
prt/1, Z- I t? tt2u /pt1t[ o.tt89 1 aanbty axun [ua 2sgrxof v]fl{v9 sguaNv
vsocugf ofgrNow oru8slvONVIXI OfEllVA OINOINV
YUHYZ.]V IYNICIVhI ¡[C[ ..S¡IIIYTId SOf IICI OIIYd,, ECI
oIfIdIC¡I fil N¡I Á ,,lryc.YÁ iIc YSYJ,, Yf NiI YfIggTOiIf^lÓUYN9rf NirAuEINr YT ¡r(I SiruYNrnrrf !rud SOCIYJrrrSinr
do "Espacio Trapezoidal" (C10) y el conjunto que
componen las dos "Viviendas de Servicios" (C11yc12).
El objetivo último de estos proyecros es la mu-sealizaci(¡n de los distintos conjuntos para hacerlos
accesibles a la visita pública, mediante un¿r inter-vención integral que atiende no sólo a la consolida-ción de slrs mlrros, sino también a otros elementos
como los enluciclos y los pavimentos, y a la reposi-
ción en su lugar de origen de Ia decoración arqr,ri-
tectónica aplicada y algunos elementos asociados
como Ias pilas.
Ambos conjr-rntos se encontraban excavados de
antiguor y habían sido objeto de una intervenciónrestauradora anterior por parte de Félix Hernández,que había afectado sol¡re todo al recrecido de los pa-
ramentos y a la reposición de su organización deco-rativa en piedra en el caso cle la "Casa de Ya'far"r.
Esta úrltima residencia (C13) se sitíra en Ia p1a-
taforma superior del palacio, al sr-rr de la "Vivienda
de Servicio Oriental" (Cl2) y contiglra por ei oeste
a la llamada "Vivienda de Ia Alberca" (C14) y elbaño anejo (C11). En un primer análisis espacial de
esta ediÉcación publicado hace algunos años, pro-pusimos una delimitación que inciuía tres ámbitosfuncionales diferenciados (VALLEJO, 1990 l3l yss.) (fig. 2). En primer lugar Lrna zona oficial y de
representación, integrada por Lin edificio de plantatripartita longitudinal (E8, E9 y E10) y nave rrans-
versal delantera (E7) abierta a un patio (E4) a través
de una portada de tres arcos decorada con una ricaornamentación arquitectónica parietal (lám. 1). AlE del edificio se localiza una letrina (EI2) y se desa-
rrolla un corredor en profr-rndidad donde se suceden
un pequeño espacio abierto (E1l) y una estancia
cerrada (E1,1) qr-re culmina en lo que consideramos
el ámbito íntimo de la vivienda, integrado por unpatio en cuyo centro se enconrraba un surtidor de
fuente con su correspondiente pila (E15), alineados
con Ia alcoba situada al norte (E16). Las esrancias
emplazadas en Ia zr¡na noroccide ntal de la casa, dis-puestas en tofno a un patio (E20), constiruyen unámbito de servicio que parece vincularse físicamen-te con la vivienda a través de una estrecha depen-
dencia situada en el ángulo suroesre (E18).
Como ya expusimos en su momento, no exis-
te un dato concluyente, ni defrnitivo, que permi-ta identificar con total seguridad este espacio con
200
la residencia de Ya'{ar Ibn Abd al-Rahman, balihdel califa al-Hakam II'. Todas las argumentaciones
arqueológicas y textuales son relativas y clescansan
unas sob¡e otras, al igr-ral que el resto de las iclen-tificaciones proplrestas hasta el momento en Madi-nat al-Zahn. Pero no existe tampoco ningún datoque cllestione esta hipótesis categóricamente. Su
compleja estructlrra arquitectónica, su distribuciónfuncional y la riclueza de su programa decorativo en
piedra señalan la presencia de un altísimo personaje
de la co¡te clue vive solo en el ala occidenral clel
aIcázar.
EI conjr-rnto arquitectónico conocido como "Pa-
tio de los Pilares" (Cl6) debe esta denominactón a
su peculiar configuración arquitectónica y espacial,
estructurada en torno a un patio de forma cuadran-gular rodeado de galerías sostenidas por pilares en
todo su perímetro (fr1.2,Lám.2). Las l'rabitaciones
se dispusieron en tres de sus lados: norte, este y oes-
te; no así en el sur donde discurre Ia caile qlre cons-titr-rye 1a prolongación de.l cor¡edor proce.lente de la"Vivienda de Servicio Oriental". Galerías (I,2, E3,E4 y E)) y patio (E6) se pavimenrrron con grandeslosas de caliza violácea, disponiéndose en slr cen-tro un sarcófago romano reutilizado como pila de
agua y decorado con el tema de "Meleagro y Ia caza
del jabalí de Calidón" (HERNÁNDEZ, 19¡5: i4;BELTRÁN, I99I : I I' -11 6).
El esquema organizativo de sus salas constiruyeuno de los modelos registrados en la arquitecturapalaciega de Madinat aI-Zahra: una estancia cen-tral extendida en anchura (89 y E11), y abierta a lagalería mediante tres vanos separados por pilares,remata en sendas alcobas en sLls extremos con Ias
que se comunica a través de un vano cobijado porun arco de herradura. Esta disposición, sin embar-go, no implica una ri¡¡urosa simetría, pues algunasde las alcobas han sido susrituidas por orro tipo de
e stanci¿rs.
El núcleo jerárqr-rico de la edificación io com-ponen las habitaciones occidentales, que formanun bloque de dos crujías paralelas (E7 y E8) frentea las estancias singr-rlares de los lados norte y esre.
Esa mayor cualificación se observa también en untratamiento diferencial del pavimento, de mármolen esas habitaciones, frente a los suelos de caLiza
violácea de la crujía septentrional (E9 y E10) y de
alabastro de la crujía oriental (E1 I , E12 y El3)-.
A diferencia de la "Casa de Ya'far", cuyo pro-
grama es poiifuncional, aunque bien cliferenciado
en cuanto a sus ámbitos, no conocemos Ia natura-
Ieza funcionai de este conjunto de los Pilares, pues
mientras que Lrnos rasgos remiten a Lln uso residen-
cial, por sLls caracteres propios de vivienda, otros
sugieren una utilización distinta que resr-rlta difícilde precisar. Para F. Hernández se trataba de un edi-
frcio administrativo (HERNÁNDEZ, 1985: 1 4).
En ambos conjuntos existían indicios claros
para aseglrrar que se trataban de edificaciones surgi-das de la reforma de otras preexistentes. En la "Casa
de Ya'far" era notoria lzr adaptación a un espacio
previamente delimitado por el baño contiglro en slr
costado occidental y por los gruesos mluos sur yeste qlle cierran la manzana (Ml y M2). Y en el"Patio de los Pilares", al margen de su implanta-ción anómala en el contexto urbano en el que se
inserta, las excavaciones antiglras habían dejado a
Ia Iuz los restos de estructuras anteriores en el án-
gulo sureste, conservándose , además, Lrn vano mo-
numental cobijado por un arco de herradura en el
muro occidental del patio (M39), qlre fue conde-
nado con la organización de dicho conjunto de los
Pilares (HERNIÁNDEZ, l98J : 1 1).
1. OBJETIVOS Y PLANTEAMIENTOMETODOLÓCTCO
Puesto c¡-re ambos ediÉcios nos l-ian llegado con
unas superfrcies terrizas resultantes de las excava-
ciones efectuadas en el pasado (HERNÁNIDEZ,1985: 61-7J), el objetivo de nuestra intervención
era doble. En primer lugar, conocer Ia organización
y disposición del pavimento de las distintas estan-
cias de cada conjunto mediante la excavación de
sus camas, presuponiendo que el depósito arqueo-
lógico no excavado por F. Hernández conservaba
1as huellas de mortero sob¡e las que asentaban las
losas del pavimento. Dichas hr-rellas constitlryen el
negativo exacto de las piezas expoliadas6. Esta ex-
cavación serviría, más adelante, para identifrcar el
emplazamiento exacto o probable de un buen núr-
mero de losas de mármol y de caliza violácea que
hemos podido recomponer a partir de varios mi-les de fragmentos de esas piezas procedentes de las
excavaciones antiÉluas (láms. 3 y 4). Éstos se encon-
traban apilados en las distintas estancias de ambos
conjuntos y en otros h-rgares anejos de los que ahora
hemos podido conocer su procedencia. El fin per-
segr-rido era restituir el pavimento de todas las es-
tancias, devolviendo a su emplazamiento original la
mayor cantidad de material posible.
EI segundo objetivo era investi¡¡ar Ia organizr-ción arqr-ritectónica previa ¿r la edilicación cle am-
bos conjuntos, para conocer qué tipo de estructuras
constituían ia fase o las fases preexistentes y de qr-ré
forma se había producido el proceso de transforma-
ción de unas sobre otras, si se trataba cle meras refor-
mas clue no aiteraron en lo sustancial Ia estructura
del espacio o, por e1 contrario, se trató de cambios
profundos que implicaron una modifrcación impor-tante del programa urb¿rnístico inicial.
Para compatll¡lIizar ambos objetivos, se proce-
dió a la reahzación de una excavación extensiva y
completa del estrato superficial de todas las estan-
cias, hasta alcanzar el nivel de mortero correspon-
diente a ias camas de los pavimentos, donde queda-
ron plasmadas las improntas de las losas qr-re fueron
dibujadas con exactitud. Finahzada esta fase, dise-
ñamos una estrategia de excavación con el objeto de
documentar los niveles inferiores, que debemos ca-
lificar como limitada y restrictiva por dos razones.
Primero, porqlle entendemos que la conserva-
ción de la completa estratigrafía arqueológica del si-
tio conscituye un presupuesto irrenunciable y es tan
importante la preservación de las camas de mortero
originales de la írltima fase de estos espacios, como
el conocimiento de las estructuras precedentes.
Y segundo, porqlre hemos evitado Ia excava-
ción de estancias de reducida superficie que se en-
cuentran attavesadas en el subsuelo por las canali-
zaciones de saneamiento. En estos casos, el sacrificio
de toda la estratificación no redundaría de mane-
ra significativa en el objetivo propuesto, que es el
conocimiento de las estructuras anterio¡es. Y ello
por dos motivos: uno, porqlre si Ia canaljzación co-
rresponde a Ia fase previa, el depósito arqueológico
está prácticamente protagonizado por la existencia
de las actividades vincr-rladas a ese elemento; y dos,
porqlre si constituye una obra de reforma, su intro-ducción habrá provocado 1a destrucción o el vaciado
de todo el depósito preexistente. En esce sentido,
creemos que es fi-rndamental y conveniente dejar
intactas algunas zonas de estos conjuntos como re-
serva arqueológica que permita volver en un futuro
2()l
con nuevos objetivos y nuevos planteamientos me-todológicos, aírn cuando ello suponga una mermaen el conocimiento actual de los mismos.
Partiendo de estas exigencias, en la "Casa de
Ya'far" la intervención se ha concentrado en el edi-ficio tripartito (E7, E8, E9 y E10), donde Ia super-
ficie de excavación ha sido amplia aunque selectiva.
Otros sondeos más reducidos se han realizado en el
patio principal de la vivienda (E4), en su ámbitode servicio (819,820, E22 y 823) y en la alcoba(E16).
En el "Patio de los Pilares" 1a excavación se
inició también con una serie muy limitada de son-
deos, de reducido tamaño, que se ampliaron sucesi-
vamente en Ia medida que evidenciaban estructuras
correspondientes a la organtzación arquitectónica
de las fases anteriores. El resultado ha sido una su-
perlicie de excavación de gran área, abierta, como
ha ocurrido en Ia mitad meridional del patio, favo-
recida por su amplitud espacial.
2. "CASA DE YA'FAR'" DESARROLLO DELA EXCAVACIÓN
La intervención arqueológica ha afectado a 18
de ios 2J espacios qr-re integran la vivienda, detec-
tando al menos tres grandes fases constructivas.
YITFAR 1
A esta fase inicial corresponde la construcciónde tres viviendas (fig. 3), localizadas una al norte(13A) y dos ai sur (138 y 13C), quedando estas úl-timas separadas de la primera por un grueso muro(U.E. 81; lám. 5) que constituye la prolongación
del paramento meridional del baño anejo (C15) a la"Vivienda de la Alberca".
La organización de estas casas se realtzó a parrirde un patio central de planta rectangular o cuadra-
da y dimensiones variables, en torno al cual se dis-pusieron tres crujías de habitaciones situadas en los
lados oeste. norte y (src.
Casa 134
Esta vivienda ocupaba una superficie aproxima-da de 380 m2. Su acceso, en recodo, se realizaría
por ei ángulo noroeste a través del espacio 13A-E1(CI3-E2t), desde donde se ingresaría en la estancia
202
I)A-82 (CI3-822), pavimentada con Iosas de cal-
carenita (U.E. 426), que abría al patio mediante undoble vano.
El patio -13A-E3 (C13-820 y C13-E19)- ocu-paba una sr-rperficie de unos 9l ,ot y estaba solado
con piezas de caliza violácea. Aunque no ha sido
excavado en su totalidad, su longitud inicial puede
ser deducida por ia posición del desagiie y de una
hilada transversal a las restantes qr-re señalan el cen-tro del mismo, Io que implica que el soportal exis-
tente en el lado E constituye una reforma posteriorrealtzacla a costa del patio, reduciendo significativa-mente sL1 mitad oriental (frg. 3 , lám. 6) .
En la crujía occidental se encontraba la letrinade Ia vivienda (l3A-E4), cuya identificación ha sidoposible gracias a la infraestructlrra hidráulica quetranscurre bajo dicho espacio, plres en el inicio de
este ramal de Ia canalización se pudo comprobar la
existencia de un registro condenado procedente de
la superfrcie, de sección rectangular, que determinala ubicación de la letrina. El límite norre de esta
dependencia queda señalado por los restos de unmuro cortado bajo e1 poyete existenre a la entrada
de la Casa de Ya'far (E25, M19). La letrina debiópavimentarse con losas de caliza violácea que fueronextraídas para su aprovechamiento en el momentoen que se produjo la reforma que dio lugar a la pos-
terior residencia del hayib, esto es, Ya'far l.En la crujía oeste fue excavada también, par-
cialmente, Ia dependencia meridional 13A-E5(CI3-E21 y E1), que estuvo solada con losas de ala-
bastro y muestra una suave pendiente descendenre
hacia el slrr (1ám. 7)t. Este pavimento se conrinuóen la habitación contigua, como evidencia la idén-tica disposición de hiladas en los dos espacios, Io
que implica que ambos consriruyeron una únicaestancia, probablemente un corredor de comunica-ción con la vivienda i3C.
En cuanto a Ia crujía orienrai sólo sabemos que
en su extremo slu se habilitó un corredor, flanquea-
do por un muro desmontado en las fases posteriores(Ll .E.1t2), que se pavimentó en su tramo inicialcon baldosas oerámicas dispuestas con una clara
intencionalidad decorativa (lám. 8). Este corredor,
abierto aIF, através de un vano existente en el murcr
M2, cegado con posterioridad, garantizaría las co-municaciones de ese sector oriental del palacio con
el conjunto de las viviendas de esta fase inicial, si
aceptamos su prolonéaación en la estrecha crujía si-
tuada al norte de las viviendas 138 y 13C, o al me-
nos con la primera de ellas, la 138, pues los datos
arqueológicos no permiten afirmar con seguridad
este extremo.
Queda por resolver, igualmente, si Ia estancia
situada en el ángulo noreste de la vivienda (E16)
pertenecía en esta fase inicial a la casa 13A, o a Ia
Vivienda de Servicio oriental (C12) situada al nor-
te, pues la excavación no ha sido concluyente y se
hace necesario un análisis estratigráfico y contex-
tual más detenido.
Casa 138
Ocupa una superficie de unos 275 m2 y esta-
ba separada de Ia anterior (13A) por un co¡redor
dei que exhumamos Ia cimentación de uno de sus
muros, el meridional (U.E. 81), construido con si-
llares de calcarenita dispuestos alternativamente en
hiladas a tizón y en tabla. Con una potencia de unos
3 m., este muro rellena :una zanja de cimentación(U.E. 137) y asienta directamente sobre el sustrato
rocoso (U.E. 229) (.ñg. 4,Iám. 9)t.Esta vivienda se organizaba también en torno
a un patio con andén perimetral de unos J2 m2,
pavimentados ambos con losas c1e calcarenita (U.E.
l ]-3-149), al igual qr-re las estancias documentadas
en las crujías norte (U.E. 78) y oeste (U.E. 1 16=ll1y 148; iám. 10). Por el contrario, nada sabemos de
las habitaciones correspondientes a la crujía orien-
tal. al no haber sido excavadase.
En su ángulo SE, el patio quedó delimitado por
una estrlrctlua de sillares que identifrcamos hipoté-ticamente con la base de un poyete y una escalera
(lám. 11), adosados al muro que cierra la vivienda
por el sur (U.E. 15,1). Esta supuesta escalera permi-tiría e1 acceso a una segunda planta, disponiéndose
en una forma similar a la registrada en la "Vivienda
de Sen icios occidenr a I "
.
Respecto al ingreso a esta vivienda, cabe suge-
rir un acceso desde el corredor norte ya señalado o
desde la crujía oriental, cuya organización es des-
conocida.
Casa 13C
La vivienda 13C ocupa una sr-rperficie de unos
306 m':, disponiendo también tres crr-rjías en torno
a un patio de forma rectangular de 101 m2. El ac-
ceso a la misma se realizaba, al parecer, por Ia crujía
occidental, a través de una estancia (l3C-E1) que
conducía directamente al patio (I3C-F,2), alrnque
no debe descartarse otra hipotética comunicación
con la zona oriental del palacio a través del corredor
que venimos señalando con anterioridad. EI proble-
m para asegurar esta conexión radica en la funcio-nalidad de la estancia 138-E5, pues mientras algu-
nos rasgos sr-rgieren su uso como letrina, de la cual
los dos sillares conservados constitllirían la base de
Ia canalización con derrame hacia el oeste. otros se
oponen a esta hipótesis, como la excesiva altura que
cabría deducir de esta instalación en relación con Ia
estancia 13B-E3 a Ia que supues[amente pertene-
cería, en cliyo caso esos sillares formarían parte del
pavimento de ese hipotético corredor.
En el patio de la vivienda, el excelente estado
de conservación de las camas de mortero correspon-
dientes al pavimento de YA'FAR 3 (U.E. 61) ha
limitado considerablemente la zona de excavación,
que hemos reducido a clratro pequeños sondeos.
En el primero, situado en la mitad norte de dicho
espacio, se ha localizado el muro de separación de
la crr-rjía septentrional con el patio (ll .E. 233; Iám.
l2);y en los restantes, situados en los andenes oc-
cidental y oriental, y hacia el centro del patio, se
documentan las improntas de un pavimento de
caliza violácea (U.E. 24I-219) correspondiente al
patio de esta vivienda, cuyas losas fueron extraídas
para su aprovechamiento posteriorr0. Las camas de
mortero de dicho pavimento se encuentran unos 30
cm. por debajo de las mortajas de las losas del suelo
posterior que 1o amortiza.
En las habitaciones de la crujía orientai -laocupada después por la nave transversal de la Casa
de Ya'far (E7)-, comprobamos la existencia de una
letrina (13C-E5), pavimentada con caliza violácea
(U.E. 183), y unas estancias asociadas pertenecren-
tes a los espacios I3C-E4 y 13C-E3 qlre se solaron
con baldosas cerámicas U.E. 117) y de alabastro
(U.E. 176) (lám. L3)rr. De la letrina se han conser-
vado restcrs de la pililla central y la tabica (lám. f4)esta última señala la alcr-rra del poyo donde se abría
el orihcio rectangular del retrete.
La cru)ía occidental no ha sido objeto de exca-
vación al encontrarse mlly alterada por el saqueo
cle las estructuras y el desescombro posterior de la
203
zona, aunque se conservan los restos de un pavi-mento de losas de calcarenita de una de las habita-ciones (13C-E6).
YIt'FAR 2
Esta fase constructiva sólo ha podido ser do-cumentada estratigráficamente en la mitad sur del
mr-rro oriental que cierra Ia "Casa de Ya'far" (M2).
Este tramo meridional presenra una fiíbrjca de silla-res (U.E. 169) de distinto módulo y morfología c¡ue
la correspondiente al tramo norte qile adscribimos a
YAFAR 1 (U.E. 3f9,342 y 152), y al cual se le en-
tregaron con posterioridad las distintas estructlrraspertenecientes a YAFAR 3, mediante adosamiento
o encastre puntual (lig. 5). No hemos documenra-do ningún nivel de suelo asociado a esra fase, entre
otras circunstancias porque no ha sido excavado
ninguno de los espacios vinculados a dicho para-
mento, ni a un lado ni a otro del mismo. No debe
descartarse, sin embargo, que este mllro perpetúela alineación de otro anrerior correspondiente a
YATAR 1, pues la organizactón de la vivienda 138obliga a considerar una crujía de habitaciones en su
Iado oriental, con independenc.ia de las aperturas olas relaciones que haya mantenido con los conjun-tos situados al E.
La datación de este tramo del paramenro es
re.lativa, sin que tengamos ningr-rna evidencia que
proporcione información sobre el tiempo transcll-rrido entre la construcción de YA'FAR 1 y YAFAR2, ni entre esta última y YIf FAR 3.
YIt'FAR 3
Corresponde básicamente a Ia edificacióndel conjunto que hoy conocemos como "Casa de
Ya'far"12, hecho qr-re supuso una profr-rnda transfor-mación de las tres viviendas preexistentes.
De este proceso de transformación cabe des-
tacar, en primer lugar, la extracción de los pavi-mentos más cualificados de la fase anterior para su
reutilización en las estancias dei nuevo conjunro,caso de las losas de alabastro (13A-E5 y 13C-E3)y de caliza violácea (parcialmente en 1lA-E.1, ytotalmente en el caso de 13C-E2), así como la re-
cuperación de algunos tramos de las tuberías de
plomo para el abastecimiento de agua, tal como se
comprr,reba en la letrina situada en el espacio 13C-
204
E1. En este sentido, debemos indicar que no se ha
observado prácticamenre ningírn nivel de abandonorelacionado con la ocupación de las distinras estan-cias de las viviendas anteriores; éstas se encuenrran
completamente limpias de cualquier artefacto cluc
permica relaciona¡las con una actividad concreta,o que determine una fecha para sr,r abanclono y lainmediata ejecución del nuevo proÉ,rama arquitec-tónico del clue surgirá la residencia del ha1,ib. SóIoen la habitación 13B-E4 se derecró un esrraro de
escasa potencia, apenas 1 cm., con restos de materiaorgánica carbonizada (U.E. 1,16), que podría poner-se en relación con su abandono, aunqlre el escaso
material recuperado no aporra información relevan-te sobre este aspecto.
EI desmontaje de las tres casas anteriores se rea-
iizó, pues, de forma extremadamente cuidadosa ycon Lrna intencionalidad manihesta de reaprovecharlos materiales de construcción susceptibles de serlo.
Confirman esta idea la arisencia total de derrumbesde tejas, sillares, clavos o restos de madera sobre los
pavimentos, junto al esmerado desmantelamientode ias estructuras -que son afectadas sólo hasta Ia
cota de pavimento, nunca hasta la cimentación- yla conservación cle aquellos tramos de muros coin-cidentes con el nuevo proyecro arquitectónico (fig.
6).
A continuación se acometieron los correspon-dientes trabajos de nivelación, con la consiguienteexplanación de algunas zonas, como p. e. la crujíasituada al norte de la vivienda L38, y el relleno de
la mayor parte cle los espacios. En este írltimo caso,
el estrato de relleno es de escasa potencia y su ori-gen está vinculado c<¡n la demolición de las estruc-turas anteriores y la edificación de la residencia de
Ya'far.
En cuanto a la red de saneamienro, se reaprove-
chó básicamente la preexistenre y se complementócon la construcción de algunos tramos para dar ser-
vicio a la nueva configuración arquitectónica (69.
7), tal como se observa en la nave sur del edifrciotripartito, donde se prolongó la antigr-ra canaliza-ción para recoger las aguas provenientes de la le-trina (E12) y del pequeño pario localizado en el co-rredor (E13). Este tramo de canalización (U.E.165)se construyó a Ia vez que el muro de separación de
los espacios E8 y E10 (M15). Igualmente, fue re-planteada ex n0a0 la red que evacLra las aguas prove-
nientes del patio del ámbito privado (E15) y de la
letrina contigua (E17), esta írltima completamente
desaparecida.
La construcción de las nuevas estrllcturas per-
tenecientes a la "Casa de Ya'far" suplrso la apertura
de grandes zanjas de cimentación, qr-re alcanzan casi
los 3 m. de profr-rndidad y algo más cle 2 m. de an-
chura, siendo mayor en las zonas donde va asociada
con la construcción de la nueva red de saneamiento
(810). En las cimentaciones, sóio documentadas en
proftindidad en el sondeo practicado en el E9 (U.E.
83) donde arrancan desde el nivel geológico, los si-
llares se disponen en hiladas a tizón y son siempre
de mayor anchura que el alzado visto (lig. 1,1án.1t).
La trasformación de las tres casas precedentes
en Lrna única vivienda afectó de manera bien dis-
tinta a éstas. En este senticlo podemos entrever par-
cialmente la organización de la casa 13A en Ia zona
doméstica e íntima de la posterior "Casa de Ya'far",
y la estructura de la casa 13C puede reconocerse,
en sus Iímites exteriores, en el patio principal (E4),
Ia crujía occiclental y la nave transversal (E7) de la
residencia deI ba1ih. Por el contrario, Ia casa 138 se
vio completamente transformada y su planta quedó
oculta por la disposición tripartita de los espacios
88, E9 y E10 (fig. 6).
Los pavimentos de ia nueva edifrcación, aunque
en su mayor parte fueron expoliados tras el aban-
dono del aIcázar, presentan una amplia variedad
y denotan una cierta especialización funcional. Su
distribución pr-iede observarse en la fig. 8 y en el
siguiente cuadro:
así, donde Ia potencia era mayor las camas presen-
taban una buena conservación, 1o c¡-re permitióuna documentación detallada y precisa de las mis-mas, haciendo posible identifica¡ el emplazamien-
ro exacto o probable de unas 130 losas de mármolrecompuestas a partir de más de 2400 fragmentos
procedentes de las excavaciones del pasado'r, que se
encontraban apilados en las distintas estancias de la"Casa de Ya'far" y en otros lugares anejos.
Efectuada la labor de identificación de las losas
con slrs correspondientes camas, constatamos que
en los pavimentos de mármol 1as losas se disponen
siempre en hiladas de nírme¡o impar paralelas al
lado largo de las estancias, siendo más ancha la cen-
tral y decreciendo progresivamente hacia los lados.
Una disposición similar presentan los pavimentos
de caliza violácea, si bien no guardan Ia misma pro-
porción decreciente en las hiiadas laterales.
En los pavimentos de los patios G4 y E20) lomás novedoso, sin duda, ha sido comprobar una
disposición similar a la de crucero, obtenida por Iainterposición de una hilada perpendicular a las res-
tantes, situada en el centro, que señala .justamentela posición del ojo de patio, en cuya proximidad se
situaría la pila (lám. 16). Su emplazamiento aparece
determinado por Ias zanjas de robo de las tuberías
de plomo de abastecimiento de agua, y la mortaja
de una pieza más elevada donde se situaría dicha
pila, tal como se observa en el patio principal de
esta residenc ta (84).
Esta disposición de crlrcero constituye el pri-mer ejemplo de este tipo que conocemos en al-An-dalus.
Alabastro
Mortero pintado en rojcr
Dcsconociclcr
La excavación ha permitido conocer la dispo-
sición de las losas de 1os espacios gracias a las im-prontas dejadas en el mortero aírn fresco en el mo-
mento de su colocación (ftg. 6) De manera general
podemos decir que el estado de conservación de
estas improntas era mlry heterogéneo, dependiendo
de la potencia del estrato de relleno que las cubría;
LOCALIZACIÓNEdificio tripartito (E7, E8, E9 y E10), letrina (812), cotredor (Ell, 1,11, Ef i) y alcoba de
la vivicn.la tElr'lA.,[email protected]"t ¡ios de la residencia (E4, El5, E19 y E20)
F-22.821
E2, E.r, E5, E6
MATERf AT,
Mármol l¡l¿rnco
Materiales
Del conjunto de materiales recuperados en la
excavación debemos destacar los aparecidos en el
horizonte de construcción del pavimento corres-
pondiente al edificio tripartito de YAFAR 3 (U.E.
76), que resultan del mayor interés. IJnos se rela-
20t
cionan con actividades de ocio, como dos juegos
de "alquerque de nueve" incisos sobre una pie-
za de mármol y sobre una placa de la piedra ca-
Iiza característica dei atauriqi-re, ambas desechadas
en la construcción (lám. l7), así como un número
importante de pequeñas bolas de mortero de en-
tre 3 y 5 cm de diámetro, clue debemos relacionar
igualmente con algún tipo de juego no conocido,
aprovechando la fabricación de morteros (lám. 18).
Otros materiales, en cambio, aportan datos útiles
para el conocimiento de algunos aspectos del sis-
tema constructivo de los pavimentos, como nueve
piezas de piedra molinaza, también conocida como
asperón de Montoro, alguna de ellas completa, cuya
peculiar forma permite ser asida con la mano y que
hipotéticamente relacionamos con el pulimentadode las iosas de mármol, alabastro u otro material(1ám. 19). A estos materiales hay que añadir un
fragmento de piedra caliza blanda que ostenta una
inscripción pincada en manganeso con caracteres
cursivos en la que se recoge Ia basmalal".
Al nivel de saqueo posterior al abandono de Ia"Casa de Ya'far" debemos adscribir varios fragmen-
tos de caliza blanca, aparecidos sobre Ias camas del
patio E20 (U.8. 34), junto al desagüe y en el inte-rior de Ia canahzactón de sane¿miento, que pertene-
cen a una pila reconstruida con anterioridad aparttrde los fragmentos qlre se encontraban apilados en
1as proximidades de este patio. Los nuevos restos
permiten ahora identificar su procedencia segura de
ese espacio (lám. 20)r5.
Asimismo, en el relleno de una zanla de robo de
las tuberías de plomo del patio norte (820, IJ.E. 54
y )5) se han recuperado varios fragmentos de una
jarra decorada en verde y manganeso, que casan con
r-rna pieza cllstodiada en los almacenes, procedente
de las excavaciones efectuadas por F. Hernández en
esa residencia. La jarra ostenta una ornamentación
organizada en varios registros horizontales, como la
mayoría de piezas de este tipo. Los motivos prin-cipales ocupan Ia mitad superior del cuerpo: una
banda epigráflca en la que se repite la fórmtla a/-
Mulk y una cenefa de flores de ocho pétalos inscritas
en círculos. La decoración se completa con una ali-neación de pequeños pétalos sinuosos en el cuello y
cenefas de hojas almendradas en la base de éste y en
la parte inferior del cuerpo.
206
Del mismo estrato (rJ.E. t4), y jr-rnto a los
fragmentos de la pieza anterior, procede un grlrpo
de 28 teselas de pasta vítrea de pequeñas dimensio-nes, entre 8,3 y 2,) mm, en las que predominan las
de color rojo, amarillo y verde.
3. "PATIO DE PILARES''. DESARROLLODE LA EXCAVACIÓN
En el edificio conocido como "Patio de los Pila-res" (C16) hemos documentado también un proceso
similar al descrito anteriormente , identificando tres
grandes lases consrrucrivas.
PILARES 1
Las construcciones más antigllas detectadas en
eI área ocupada por este conjunto se localizan en
dos ámbitos diferenciados y definen dos edificacio-nes distintas (fig. 9): un espacio al norte, difícil de
caracterizar desde el punto de vista arquitectónico
y funcional (que hemos denominado convencional-mente casa 16A), y una vivienda al sur (casa 168).
Casa 16A
Los sondeos practicados en la mitad norte delpatio han permitido documentar una amplia pla-
taforma realizada con fál¡rica de sillares (U.E. 115
y 116), que constituye un nivel de regularización
del sustrato ¡ocoso (U.E. 24) para asentar ias edi-Ilcaciones.
De esta fase inicial se conservan una alcantarillade dirección E-\f (U.E. lI4), cuya cr-rbierta tuvoque ser desmontada por superar el nivel de suelo de
Ia organizacrón posterior (lám. 21), y algunas es-
tructufas perimetrales que se mantuvieron en las
siguientes fases. Entre éstas hay qr-re señalar un arco
monumental condenado en el muro occidental. delque subsisten parcialmente su alzado y algunas do-velas (E2-M39; lám. 22), u.n arco decorativo reba-jado en el frente del paramento norte (E10-M43),
cortado por las estrLlcturas posteriores 1Iám. 23), V
los restos de un enlucido de almagra en dicho muro(E9-M43), oculto por el enlucido de la organizaciónposterior, que señala con exactitud la cota del pavi-mento de las estructuras primitivas, situadas, en ese
punto, unos 30 cm por encima de las pertenecientes
a la última fase (PILARES 3). Esto explica que no
se conserve ningírn nivel de sueio en esta zona, pues
tanto los pavimentos como las estructuras fueroníntegramente desmontados, si bien cabría plantear
l.ripotéticamente que el ámbito central se haya con-
figurado como un espacio a cielo abierto, tal vez unpatio o una pequeña plaza.
En el extremo oriental del muro no¡te se evi-dencia (E16-M43), cortado, el paramento de direc-ción N-S que cerraba el conjunto (lám. 2,1). Este
muro constituiría prolongación del situado en latertaza superior (C2,Mt4) y formó parte de Ia fase
inicial del palacio.
Casa 168
En Ia mitad meridional del patio (E6) la prime-ra fase corresponde a la construcción de una vivien-da, 168, qlre se enclrentra topográficamente a unnivel inferior respecto a la situada al norte, lo cual
ha garantizado la conservación de algr-rnas de sus
estrlrctufas, concre tamente el patio.
Se trata de una vivienda organizada en torno a
un patio rectangular de 22,38 x 10,88 m (243 m2),
rodeado de su correspondiente andén perimetral,pavimentados ambos con losas de calcarenita (lám.
2t).Lo más característico de este patio es la existen-cia de una peque ña alberca cuadrada de 1'86 m. de
lado interior, centrada en el Iado norte y construida
en altura, es decir, sob¡e Ia cota del pavimento de
dicho patio (U.E. 125) (Iám. 26). Dos pequeñas es-
tructruas adosadas en los lados E y W constituyen
el arranque de sendas escaleras de doble vertientepara acceder al vaso.
El sistema hidráulico de alimentación y desagüe
plantea dive¡sos interrogantes, no resueltos, que
afectan al conocimiento del proceso de transforma-
ción de la vivienda.
El orificio del desagüe se situó en la base del
lado sur de Ia aiberca y en slr proximidad, al exte-
rior, se conservan los restos de una tubería de plo-mo, cortada, cuya funcionalidad genera algr-rnas du-das pues aunque en principio parecería destinada ala evacuación de sus aguas -dada su cercanía a dicho
desagüe-, no vierte a Ia ca¡ahzación qr-re discurre a
sus pies, por lo clue desconocemos su finalidad exac-
ta, es decir, si estaba destinada a la evacuación o si
formaba parte del sistema de alimentación.Por su parte, el abastecimiento a la alberca
parece haberse realizado desde el centro del lado
norte, a través de una tubería de plomo de 13 cm.
de diámetro, cuyo recorrido hemos podido docu-
mentar pues discurrió sobre una caja abierta en el
pavimento del patio, adosada a los andenes norte y
occidental, conservándose incluso un pequeño tra-mo de la misma con dos piezas soldadas, formando
un codo, en el ángulo N\ü7 del patio (lám. 27).Elpunto de suministro inicial parece situarse en un
bajante habilitado en el extremo oeste del paramen-
to meridional (M3t), qLre se encuentra en conexión
con dicha caja.
Este siscema de alimentación también plantea
problemas. Primero, porque en el tramo de tul¡e-
ría conservado, ia disposición de la boquilla con la
clue enlazan las piezas indica un sentido de circu-Iación del agua que es iustamente el contrario del
que hemos descrito, lo que implicaría que procede
de la alberca, y segundo, porque en el pavimento
del lado occidental del patio se abrieron unas ca-
jas para la instalación de un desag|ie (U.E. 168 y
311), en conexión con la red de saneamiento, que
sugiere la presencia hipotética de una pila en ese
lugar, abastecida supr-restamente por esa tubería. E1
problema radica, además, en que la introdr-rcción
de las tuberías -o al menos de algunos de sus tra-
mos- se presenta como obra de reforma, en tanto
que la construcción de la alberca parece correspon-
der a la fase inicial de lavivienda, pues no se explica
de otro modo Ia distinta alineación de las losas del
patio a Lrno y otro lado de la alberca -inconcebiblesi ésta no exisriera previamente-.que se corrigenjr-rsto al sur de la misma, salvo que la instalación
de este contenedor forme parte de una reforma de
mayor envergadura que haya afectado al conjuntocompleto del patio. No tenemos, por el momento,
una explicación satisfactoria que aclare esta aparen-
te contradicciónr6.La vivienda dispuso, con seguriclad, de dos
crujías de habitaciones en los lados norte y este. Ellaclo occide ntai es problemático, pues aunque no ha
sido objeto de excavación -por encontrarse ocupado
por un importante volumen de materiales decora-
tivos y fragmentos de pavimento de mármol que
hemos preferido no trasladar-, todo parece indicarque no tuvo estancias asociadas, puesto que el en-
lucido del muro occidental se conserva hasta una
altura de 0,40 m. sin que existan puertas abiertas al
patio. No obstante, sobre el andén se dispuso una
201
estrlrctlrra de sillares (U.E. 21 4), interpretada como
Ios restos de una escalera de una fase posterior, que
oculta una ceslrra en el muro correspondiente, talyez, a LLna pllerta condenada, alrnque carece de mo-chetas y su ancho -7,97 m.- resulta excesivo para
un vano de habitación. Sólo se consrara una puerrade comunicación en el extremo septentrional conIas estancias de dicha crujía.
De la crujía norte, completamente arrasada porencontrarse a Lrna cota más alta que ei resto, sólopodemos identificar su ancho y la cimentación de
uno de los muros de compartimentación interiorque definen las estancias. En Ia crujía oriental, porúltimo, los sondeos permiten afrrmar la existenciade tres o cuatro habitaciones, una cle ellas pavimen-tada con losas de talcarenita.
El ingreso al conjunto se realizaría por un vano
abierto en el muro meridional. el cual comunical¡aprobablemente con un corredor de dirección E-\7que se prolongará con posterioridad en la llamada"calle de servicios" (C17).
A esta fase constructiva inicial, alrnque no per-teneciente a Ia casa 1 68, debemos adscribir hipoté-ticamente los restos de un pavimento de ladrilios,dispuestos en diagonal, localizado en el ángulo su-reste del "Patio de Pilares" (E12, U.E. Zl) (ñ5. 9,lám. 28). Este pavimento se encuentra a una cota
mucho más baja que los suelos del patio y de lacrujía oriental de la casa 168 ,a I,40 y 1,76 m.respectivamente-, lo que obliga a ponerlo en rela-
ción con otras estructuras distintas. tal vez con el
coniunto de la "Vivienda de Servicios Occidental"(C1 1), cuyas habitaciones de poniente, en su confl-guración actual, presentan una cota de suelo similara la de dicho pavimento. Esta circunstancia pone
de relieve que este último conjunto (C11) obedece
también a una profunda transformación de la clue
desconocemos sus f:ases previas.
PILARES 2
La casa 168 suf¡ió una importante reforma al
trasladarse ei acceso principal al ángr-rlo sureste delpatio, convirtiendo la estancia exrrema sur de lacrujía oriental en zagtán de entrada a la vivienda(lám. 29). A este zagtán se accedía desde un co-
rredor en rampa de nueva construcción, dispuestoen sentido norte-sur (E11 y 8I2,U.F..39) y pavi-mentado con losas de calcarenita (hg. 10, lám. 30).
La nueva calle, de la que se conserva la quicialerade una de sus puertas, llevaba asociada un ampliopoyete en su costado occidental (U.E. 288), y en
el subsuelo una conducción de saneamiento clue
discurría por el centro cle Ia misma (E11 y E12,U.E. 10t). Su construcción supuso la colmatacióno el arrasamiento de todos Ios espacios y estructurasanteriores, tanto los asociados con el pavimento de
ladrillo ya señalado, como el rramo norte de unacanalizactón perteneciente a la fase inicial de PILA-RES 1, que quedó cortado por la nueva conducciónde saneamiento y sin Llso, por tanto, tras la reforma(E11, U.E. 101 y 102) (lám. 31).
En e1 interior de la vivienda 168 aún se observauna reforma más. Las excavaciones han sacado a Ialuz dos pequeñas estructuras cuadradas en el costa-
do occidental del patio (U.E. 313), una de ellas in-completa, que identificamos hipotéticamenre comopilares de un pórtico o galería levantada sob¡e elpavimento de dicho patio y adosada a ese lado (lám.
32). Su construcción se acompañó de un recrecido
del nivel de suelo en el espacio cubierto por la mis-ma, mediante una plataforma de fábrica ievantada
unos 0'.10 m. sobre el pario.
PILARES 3
Corresponde a la configuración de1 "Patio de
los Pilares" con la morfología básica con la que hoylo conocemos. Su construcción obedeció a un nuevoprograma arquitectónico qLre supuso l¿r transforma-ción radical de las ediflcaciones anteriores. Las cs-
tructuras pertenecientes a los conjuntos 16Ay 16l^fueron casi totalmente arrasadas, pues sólo se reapro-vecharon algunas de ellas y, fundamentalmente,los muros perimetrales que servían de límite porel sur (M35), oeste (M39) y norte (M43) (ÉS. 11).
Las nuevas estflrcturas se cimentaron sobre potentesplataformas de sillares, como hemos podido com-probar en el ángulo SE del nuevo conjunto (M,16
y 49).
Al igual que en la "Casa de Ya'far", ias conduc-ciones de saneamiento preexistentes fueron parcial-mente relrtilizadas, aunque se construyó una nuevared para dar servicio a I¿r edificación (fig. 7).
Todo el área f:ue nivelada, procediéndose a laexplanación de la zona norte, con el consiguientedesmontaje de los suelos y estructlrras de la casa
16A, y al reileno con escombro de toda la mitad
sur, aproximadamente desde el lírnite septentrional
del patio de la casa 168 (U.E. l4I;lám.ll). Este
relleno, complresto en su mayor parte por mate¡ia-
les de construcción fragmentos de sillares, tejas,
ladrillos, atauriques, etc.-, ha arrojado un volumen
importante cle restos cerámicos, sobre rodo en verde
y manganeso, que ha permitido reconstruir algunas
formas completas.
Sobre estos rellenos se situaron los distintos pa-
vimentos de las nuevas dependencias, de los qr-re se
han podido documentar las improntas de mortero
de todo el conjunto del patio y galerías, y las habi-
taciones de ias crujías norte y este, las únicas exca-
vadas (fig. 11). El estaclo de conservación de estas
camas es, no obstante, más dehciente que en eI caso
de la "Casa de Ya'far", tanto por la afección de las
excavaciones antiéauas, como por Ia plantación de
algunas especies ve¡¡etales que han roto estas mor-
taj as.
El catálogo de pavimentos LLtiliz¿rdo en el "Pa-
tio de los Pilares" es, igualmente, muy variado,
como puede observarse en la 69. 8 y en el siguientecuad ro:
MATERIAL
Mármoi bl¿nco Cruj ías occiclentales (E7
Caliza violácea
en el relleno sobre el patio de la vivienda 138 como
en la alberca.
Cabe destacar Ia presencia de más de 40 frag-
mentos de decoración arcluitectónica aplicada con
motivos vegetal y geométrico, algunos de los cuales
conservan el fondo pintado en colo¡es rojo o negro(lál;r'. 34). A falta de r-rn estudio pormenorizado de
los mismos, debemos señalar su relación aparente
con uno cle los conjuntos decorativos que pueden
individualizarse en el edificio identifrcado con la re-
sidencia privacla de Abd al-Rahman III, la llamada
Dar al-illirlk.En el interior de la alberca se localiza un depó-
sito intencionado de materiales correspondientes al
nivel de abandono (U.8. l 50) cle las construcciones
cle PILARES 2 y la edificación inmediata de PILA-RES 3, de clonde procede un conjunto cerámico de
excepcionai importancia compuesto por diez ataifo-
tes en verde-manganeso y otras piezas de cerámica
comrin. como marmiras y jarros.
Los ataifores corresponden en su totalidad al
tipo I de esta serie cerámica (ESCUDERO, I99).:12fl). De los cinco ejemplares más completos, cua-
LOCALIZACION
Patio (E6), galcrías (E2
E16).
Alab¿stro
Calc¿rrenita Escelera (El-)Desconoc:iclo Corredor (E l 8) v Aleta sureste (812)
La disposición clel patio y las estancias soladas
con caltza violácea -a excepción de las galerías- si-
guen también Ia organización ya señalada para los
pavimentos de mármol: hiladas paralelas al eje ma-
yor del patio, de mayor ancho las centrales, y piezas
de gran tamaño que llegan a alcanzar dimensiones
de 2,10 m. de longitud, 0,50 m. de ancho y 0,20
m. de grueso.
Materiales
F¡ente a la práct.ica ausencia de materiales en
los niveles de construcción de la "Casa de Ya'far" ,Iaexcavación del "Patio de los Pilares" ha arrojado unvolumen relativamente importante de éstos, tanto
El, E+ y norte (E9 y letrinas (Ei,1, Eli y
tro tlene n Lrn tamano mediano (2f cm. de diámetro
en el borde y 7 cm. de altura), mientras qlre otro es
algo más pequeño (20 cm. cle diámetro y 5 cm. de
altura). Todos van decorados en verde y manganeso
sobre cubierta blanca estannífera en sus caras inter-nas, estando l¿ls externas vidriadas en color melado
ciaro.
Morfoiógica y técnicamente, este lote de piezas
recuperado en una estratigrafía precisa comparte
sus rasgos con la producción cerámica palatina más
cualificada. Sin embargo, en los diseños ornamen-
tales predominan los medallones de lóbulos -su-mariamente trazados en algunos casos (lám. i5)- y
éstos contrastan con la riqueza temática ostentada
por la mayoría de los ejemplares conocidos de dicha
producción, donde estos diseños son minoritariosfrente a la profi-rsión de motivos como los florones
de pétalos o la epigrafía.A diferencia de la anterior. Ia cerámica común
perteneciente al mismo nivel de abandono no pre-
senta diferencia alguna con las series y tipos más
característicos del ajr-rar de Madinat aI-Zahra (YA-LLEJO, ESCUDERO , 1999b). Entre los numerosí-
simos fragmentos recllperados, cabe destacar algu-nas piezas casi completas pertenecientes a ia serie
lanoljarrtto. En ella se encuadran varios ejemplares
de grandes jarros de boca trilobulada, con la deco-
ración pintada en la parte superior del cuerpo epí-grafe cr-rrsivo y cenefa de círculos-, habitual en este
tipo de piezas, y Lln iarrito de pasta amarillenta ytosca factura, con decoración muy degradada a base
de gruesos trazos digitados en negro.
A la vajilla de cocina pertenece una c¿rzuela
ovalada de rasgos enteramente coincidentes con
otro ejemplar ya conocido y una gran cantidad de
fragmentos de marmitas del tipo I (VALLEJO, ES-
CUDERO, I9L)9b:138 y 156-157, figs. 13 y 16).
Se han recuperado también dos tapacleras, de
20 cm. y l2't cm. de diámetro respectivamente,clue se ajustan al tipo de tapaderas cóncavas con asi-
dero central en forma de botón.Por úrltimo, hay que señalar la aparición de un
pequeño arcaduz, incompieto, de 6 cm. de diáme-tro en la base.
CONCLT]SIONES
Las excavaciones practicadas en la "Casa de
Ya'far" y el "Patio de los Pilares", jr-Lnto con la lec-
tur¿r de sus paramentos, han permitido entrever la
complejidad de Madinat al-Zahra desde el puntcr
cie vista estratigráÉco, fruto de la intensa realidad
histórica del yacimiento, y l'ran arrojado datos de
interés a diversos niveles, de 1os que destacamos los
siguientes:1. La existencia de edificios anteriores a la cons-
trucción de ambos conjuntos nos sitúa en el pro-blema del proceso de transformación del alcázar, en
Llna perspectiva no abordada hasta el momento con
Ia suficiente profundidad.La carac¡erística más relevante de este proceso
radica en que las construcciones preexistentes han
condicionado en buena medida los límites físicos
sobre Ios que se implantaron los edifrcios posterio-
210
¡es. Para desarrollar los nuevos proÉlramas arquitcc-tónicos se produjo, en ambos casos, una agregación
de las p.rrcelas ocupa(l¿rs anreriormcnrc por varias
viviendas, dos (incluido r-rn corredor) en el caso clel"Patio de ios Pila¡es" y tres en la "Casa de Ya'fa¡".Tipológicamente estas viviendas present¿rn un es-
qllema organizativo similar, caracterizado por va-
rias crujías de habitaciones en torno ¿ Lrn pario, fal-tando siempre la crujía meridional en cliyo espacio
se dispusieron los viarios.Las edificaciones surgidas de la reforma aprove-
charon de forma importante las estructuras prece-
dentes, pero tr¿lnsform¿lron por completo su orÉla-
nización. E1 re sultado es un programa radicalmentenuevo tanto desde el punto de vista tipológico -conla introducción de modelos como el patio con ga-
lerías porticadas del "Patio de los Pilares" o el mo-delo asimilable al l¡asilical en la "Cas¿r deYa'far"-,como desde el punto de vista deco¡ativo, con el de-
sa¡rollo de un extraordinario proéjrJma o¡namental
-c¿rsi inexistente en las viviendas anterioresr-- y
sólo comparable con el de la llamada "Vivienda de
ia Alberca".Las transformaciones experimentadas en estas
clos áreas del alcázar no sólo implicaron cambios
cuantitativos en el tamaño cle los edificios -la su-
perficie ocupada por cada una de las nuevas cons-
trucciones multiplica a las de las fases anteriores-,
sino también diferencias cualitativas importanresen cuanto a los materiales, con la introducción del
mármol blanco en los pavimentos de los espacios
más relevantes de ambos coniuntos. Otros materia-les preexistentes, como la cahza violácea y el alabas-
tro, se generalizaron y sus losas alcanzan, en el cascr
de la primera, unas dimensiones no conocidas en ias
viviendas anteriores I 8.
2. La adaptación de estos conjuntos a límitespreestablecidos no signifrca que se trate de refor-mas o sustituciones parciales ceñidas a esos ámbitosexclusivos del palacio. Po¡ el contrario, las trans-formaciones de estas áreas, especialmente el "Patio
de 1os Pilares", implicaron Llna reestruct¡-rración de
mayor calado en la zona privada del alcázar cuyo
alcance está aún por investigar y evaluar, plres slr
construcción impr-rso cambios importantes en el sis-
tema viario interior y en la infraestructura hidráu-lica qr-re trastocaron el urbanismo palaciego. Cons-
titr-ryen, por tanto, la punta del iceberg de lo que
fue una ¡eforma en profundidad del mismo, clLya
investigación será una de Ias líneas prioritarias de
Madinat aI-Zahra para los próximos años.
3. En el estado actual de nuestros conocimien-tos, y a falta de estudio del material aparecido, cabe
señala¡ que no poseemos cronologías absolutas de
estos procesos, si bien podemos plantear algunas
hipótesis. Las edihcaciones correspondientes a Ioque hemos denominaclo YA'FAR 1 deben vincu-larse con el programa fr-rndacional del palacio y si-tuarse, por tanto, en los primeros años de Ia década
del 940. Cal¡ría pensar que la fase 2 (YA'FAR 2),
tan desconocida y a la que sólo podemos adscribirclaramente el muro que aísla por completo Ias vi-viendas con el ámbito oriental del alcázar. del¡a ser
relacionada, hipotéticamente , con la gran reesrruc-
turación que implicó la construcción del Salón cle
Abd al-Rahm an III 0 j3-c)5 5), momento en qlre se
condenaron algunos edi6cios anejos y se cerró de6-
nitivamente Ia manzana. Só1o i-rnos pocos años más
tarde, quizás coincidienclo con su nombramientocomo hayib en el 961 o en Lrn momento no muyposterior, debió construirse la residencia de Ya'l?rr"el eslavo" con la configuración l¡ásica con 1a que
ha llegado a nuestros días (YAFAR J), si bien se
constata otra fase de reforma posrerior (YllFAR 4)
de alcance muy Iimitado.En el "Patio de Ios Pilares". las viviendas de la
fase inicial (PILARES l) deben corresponder igual-mente al programa fundacional, en ranro qr-re ia or-ganización del con jr-rnto de los Pilares (PILARES 3)
cabría vincularla con toda Ia transformación urbana
que implicó la constrr-rcción cle la terraza áulica sur-gida con el Salón de Abd al-Rahman III, puesto que
el acueducto que alimentó el sistema hidráulico del
Jardín Alto se adosó sobre dicho conjunto, cuan-
do ya estaba edificado. Entre ambas fases hay que
situar la reestructuración de la vivienda 168 (PI-
LARES 2) que, como hemos visto, debió implicartambién una reforma importante de todo el sector
en el que se implantó. A1 igual qlle en la "Casa de
Ya'far", se evidencia también una intervención pos-
terior (PILARES ,l) que modihcó la morfología y lafuncionalidad de la galería me¡idional del patio.
,1. En cuanto a las fases posteriores al abando-
no de la ciudad, del¡emos señalar que no existe una
reocupación cle estos espacios y clue ambos conjr,rn-
tos fueron expoliackrs en un momento temprano. Laausencia de tejzrs y ciavos cle la techumbre sobre elnivel cle los ptrvimentos implica qr_re el proceso cle
clesmontal'e fle cuiciaclosilmenre organizaclo y afec-tó de manera prioritaria a ias trLl-,,.¡ír:...: clr piomo delrscon.luccioncs.lc,rlr'rsrrrinri,,, .jl\pavimentos. Este proceso fue , sin ciLr.i.,
sufrido por el Salón cle Abd al-Rahmar-r II[, .,.sabemos que pereció, en parte, por un incendio.
BIBLIOGRAFÍA
BELTRÁN FORTES, José (1!!l): "La colección
arqueológica de época romana aparecida en
Madinat al-Zahra", Cuadernos de Madinar al-Zahra, 2, I09-126.
CASTEJÓN, R¿rfael (194i): Excayaciones del PlanNadonal en Aledina Azahara (Córdoba). CaxQa-
ña de 1943. Madrid.ESCUDERO ARANDA,José (1991): "La ce¡ámica
deco¡ada en "verde y manganeso" de MadinataI-Zahra", Caaderna¡ de Aladinat al-Zahra, 2,
127 -1 61 .
HERNÁNDEZ GIMÉNEZ, F élix( 1 985 ): hladinaral-Zahra. Arc¡aitectura 1 decoración. Granacla.
JIMÉNEZ AMIGO, R., RUIZ MARTÍNEZ, E.,
CASTEJÓN, R., y HERNÁXDEZ, F. (1g26:Excaurtciones en Medina az-Zabra (Córdoba). Ma-clrid.
OCAÑA JIMÉNEZ, Manuel (I916): "Ya'far el es-
Iavo" , Cuadernu de la Albanbra, 12, 217 -22i.VALLEJO TRIANO, Antonio (I99O): "La vivienda
de servicios y la Ilamada Casa de Ya'far", Ltt
casa hispano-wusa/mana. Aportadanes de /a Ar-qneología. Granada, 129-115.
VALLEJO TRIANO, Antonio & ESCUDERO
ARANDA, José (1999a): "Crónica del Con-junto, años 1992-97" , Caadernos de h[adinat al-Zahra,4,235-296.
VALLEJO TRIANO, Antonio & ESCUDEROARANDA, José (1999b): "Aportaciones para
Lrna tipología de la cerámica común califal de
Madinat al-Zahra" , Artyteología 1 'ferritor"io hIe-
dietal, 6, 133-17 6.
2rt
NOTAS
1. Aunque se trata de conjuntos con programas espaciales y
arqrritectónicos mrLy difcrentes, su inserción cn un mismo
proyecto se justifica por Ia iclcnti<lad de objetivos cn cuanto
a su intervcnción.
2. La llamacla Casa cle Y¡r'far fue excavada por Féiix Hernánde z
entre los ¿ños 1970 y 1 975, fecha de su muerte. Los útricos
datos de est¿ excavación 5e encLrcntrf,n cn su memorir pós-
tuma (HERNÁNDEZ, 1985: 65 7L), dondc el arquitecto
reilJzó l¡ clescripción de la residencia y planteó la hipótesis
identihc¿r¡iva sobre el rnquilino de la misma.
Por su parte, la excavación del conjunto denominado P¿rtio
de los Pil¿res sc inició con Ia aperturar de varias catas Porpartc de R. Velázcluez Rosco y prosiguió cn sucesivas c¿rm-
pañas qtre cubren el pcriodo de 1')24 a Ic)76 (JIMÉNEZAMIGO ¡ al/ii, 1926:7-10; CASTEJÓN, 19.1i: 29-ll),finalizándosc en los años siguientes a 1 9,i3. La descripción e
interpretación de este edificro se encllentra en F. Hern¿ínclez
(198i:71-7i).3. Nos encontramos, llor t¿lnto, ante dos csparcios excavados
parcialmente con anterio¡idad y en buena parte restaur¿r-
dos, Io cluc nos ¡rriva de cont¿rr con la totalidad del registro
arqueológico, en gran medida perdido u oculto bajo los re-
crecidos de los paramentos.,i. Sobre este personaje clave en los ¿ños ccntr¿rles del califato,
véase M. Ocaña (1976: 2ll-223).j. En el caso del espacio n." 12 correspondiente a la alcoba sur,
esa identihcación del pavimento cs sólo hipotética pucs el
ángulo SE del edificjo se encontraba completamente desapa-
recido por el expolio.
6. Las improntas de est¿rs losas de pavimento ya fueron ob-
servadas en el "P¿tio dc los Pilares" durantc la campaña de
excavación de I 9,i3, mencion¿rndo incluso la posibilidad de
dibujarlas para conocer el tam¿rño de las piezas (CASTE-
JóN, 19,1t: io).7. Este tipo de pavimento ha poclido ser cleducido por el ta-
maño que presentan las c¡rmas cle mortcro, pues todas las
piezas habían siclo extraídas y no se halló mngtot )n sirr.
8. Esta zona corresponcle al espacio ocupado con posterioridad
por la letrina y e1 corredor dc acceso aL ámbrto íntimo de
la Casa cle Ya'far, donde supuestamente los niveles corrcs-
pondientes ¿ la fase inicial deben encontrarse alteraclos por
la introducción de una importante canalización hidráulica,
hecho que justificó el no extencler los trabajos de cxc¿rvación
sobre este lugar.
9. La ausencia cle pavimento en el l¡rclo occident¿l del espa-
cio n.'' ! (E9) permitjó realizar un sondeo estratigáfico
para documentar l¿r secuencia de ocupación de la zona.
Así, pudrmos constatar la existencia de un¿r selie de estra
tos dispncstos soL¡re la roca maclre -situada a unos 3 m. de
profundrdacl- que confbrman el terreno original prevro rla constrrrcción. Este paquete quedó clefinido en su nivel
superior por un suelo de ocupación (U.E. 2 16), sobre el que
se dcpositó un estrato lbrm¿do por picadura dc sillar (U.E.
215), in¡e¡pretado como un horizonte de construcción re-
lacionado con los primeros trabajos cle edificación, funda-
mentalmente 1¿r infraestructura hidráulica. Posteriormentc
2r2
se procedió ¿l relleno I'njvelación cle la zona con escombro
(U.8. 214,213 y 139) con el fln de preparar Ia superlicie
del rer¡eno para el replantco,v la erpertura cle las zanjas de
cimen¡ación (U.8. 1 l7).Estas improntas se disponían sobrc una base de losas de
calcarenita que, cladtr la irregularidacl de sus superficies, ncr
iclentihcarnos como un pavimrnto l.rer io srno cumu ulra
base de regularización.
Al iguai que en otr¿rs estancias ytr señaladas este último tipo<le pavimento sólo ha poclido ser identificado por el tarnaño
de sus camas
C)bvi¿rmos en este trabajo rrna últim¿r refbrma (YA'FAR 'i),de escasa enticlad, que consistió básic¿rmcntc en e1 estrecha-
miento de los dos v¿rnos de comunic¿ción entrc las ntrves
E8, E9 y E10, mcdiante el ados¿rmiento a las jtrmbas cle
dichos vanos de dos pequcños muretes de mampostería y
laclriilos en Lrn c¿so 1'de ladrillos exclusivamente en otro.
Una pequeña muestra ilustr¿rtiva sobre la c;rntidad cle frag-
mentos cle losas ahora restituidas se prtccle arpreciar en A.
VALLEJO (1990: 1¿íms. V, ViI v VIII).Sus meclidas son: longirud total consen'acla, I L,i cm.;altura
total conservada, 16,5 cm.; grosor, 5,5 cm. Se estuclia en este
mismo vc¡lumen por M." Antonin Martínez y Manuel Acién.
Con ello rectjlicamos una propucst¿1 antetior en la que plan-
teábamos su pertenencia hipotética a la Viviend¿r de Servi-
cios oriental, contigua tr la Casa de Ya'far (VALLEJO, ES-
CLIDERO, l)t)c)a: 25i). L¿s razones de aquella propuestil,
no explicitadas en ese momen¡o, se basaban en el trasvase
cle materiales que habíamos pocliclo documentar entre ¿m-
bas rcsiclencias, produciclo, probablemcnte, bien durante Ia
fase de cxpolio, bien durante el proceso dc restaur¡rcjón dc
la Casa de Ya'farr por parte de F. Hernández.
En c\rJ rni\md cxci¡\Jrrón 'c rc, Lrlqrrj ot |o ¡erlrreño fr.ru-
mento de pila, ésta dc mármol blanco, perteneciente a uno
de los sarcófagos descontextualizados que se encontraban
en los almacenes de1 Conjunto ArqrLeológico, concre¡amen-
re en el hangar n." 1. Aunque el contexto clonde apareció
el relleno de la zanjar para la reconstrucción del muro 16,
cle cronología contemporánea no permite asegurar su acls-
cripción a este espacio, c¿rlre ¿rl menos señalar su pertenencia
a un con junto próximo, como avala el mapa de d ispersión
de otros fragmentos de Ia misma picza localizar<los durante
estos últimos años.
L¿ dificrLltad de cviclenciar las f¿rses constructivas de csta
infraestructu¡a desde el punto de vista est¡ictamente estra-
tigráfico r¿dica en que, salvo algírn caso excepcional, la ins-
tal¿rción de las tuberías de abastccimiento parece realiz¿rrse
generalmente con posterioridad a la instalación de los pa-
vimentos, abriendo cajas en las propias losas. L¿r secuencja
de este proceso de traibajo impide en oc¿rsiones sobrc todo
cuando La excavación cs tan ptrrcial como Ia nuestr¿ y no
disponemos de todos los datos- cliferenciar entre las tube¡í¿s
contemporáneas al conteneclor hid¡áulico que ali mentan, de
r9'rella' orr¡\ q,r( \on(l ir Ulrr una rrlr.r ton Iturtcriur.Ya hemos señ¿rlaclo que en los rellenos aportados para clevat
la cota del pavimcnto cleL "Patro cle los Pilares" (PILARES
t0
il
L2
1l
l1
L'
t6
l1
t8
l) se recogieron varios fragmcntos cle relieves arquitectóni-cos, lo cual sugiere la existcncia cle este tipo de decoración
en alguna dependencia dc la casa 16B.
Como hemos podido comprobar, estos dos tipos de pavi-
mentos son los únicos rlue fucron oJ:jeto de relltilización,
pucs se emplearon en algunas clcpenclencias de la fase ini-
' i.rl. ( omo YA FA R | - y \c re( ul'crcron pJrJ \u rr\o po5t( nor.
Por el con¡rario, Ias solerías de calc¿rrenita y cle laclrillo no
fueron reaprovechadas en las f¿rses siguientes, permanecien-
do )n ¡ita, amortizadas.
T
211
ffifl'ffi
"iiir¡i
L/rm. 1: Purl¡tLt in/erior tle /¿t C¿t.t¿.t tle \',.t'/.tr /r¡t-¡ /d inlett,ent'iín rt.¡Í¿¡tr¿tc/r¡.¿t
'i :r I .!ri
].1':t,,ii.it, I
%
21lt
L¿inr. l: ]l¿tÍit de lt.¡ Pi/¡r¿.¡.¡/?tet dt l¿ txcrnaiín
Lám. 1: C¿.¡a de Yrfar. SuperJicie terriza en la nau strE10 de/ edtfitio t)partiro.
Lám. 4: Casa de Yafar. Excaración tle cantl 1 pati¡¡rcnto ¿le
núrnal ttriginal prelentado en E 10.
2ti
II¡tro cle vpttaciín Je las
t,juir:nd¡¡ J3A 1' l38.
216
Lárn. 6: Casa ¿le Yafar. Vit,)nda l jt\. Hilada ptrpetttücr/ar 1 s/1n/iLl¿rl Jel patio. E t 9
Lám. 7: Casa d.e Ya'far
¿/¿h¡¡Írn J.t. 1d ¿ttdn.id
(.'cuttt.; de/ parintento de
IJA E',Lám. .9: (,a.¡¿ de Yt far. Vfu)enla I 3A. Corre¿lor con /.,aldosa:
ctrát¡tic¿.r 1, nut Je fdnqrco,
Lám. 9: (,a.rt de Yt far,Ciuunf¿ciín t/e/ nutro norte
¿le la C¿.¡a l J B.
Lám. 10: Casrt de Yafar. Restas exc¿t,¿do.¡ de ld Casa l -)B balo /rt.¡ u¡¿as
de /a.; patintentos.
2r1
Lám. 11:CasadeYa'fat.
Viuiand¿ 1313. Ve:tigios de /a
e.rta./eta 1, prilete.¡jtttadtts en e/
ríngulrt sureste del pat)a El .
218
Lám. 12: L¿¡¿ de Yzfar. Vit'ientla I3C. AIlro de s4tcnzciín cle la nttjfu nrtrte cttn e/ patio.
Lám. 13: Ca.sa de Yafar.
Virienda 13C. llutos
excat,alos de /a cnt.fia
orient¿1.
F.',_lrre.& o;,,,
i.&ir
Lám. 1.1: (,¿¡a de Yafar. Yit-ieada 13C'. Restos de la letrjn¿. Patirnento 1, pili//a central.
)lo
L1rm. 1 5 : Ca.¡a ¿lc Ya far. C )tnetttctc jrin del ntura AI I 4.
220
Lám. 16: Ct.r¿ de Ya'fax Catus Jel patittento Je/ patio prinipal, E4
Lám. If :.Juegti de a/qucrc¡ru tlc nruru
Lánr. l8: Br¡/¿¡ de nnt'tero.
221
Lám. 19: P jedra de asperón de ATor¡tot'o para pulittentar los,u
Lám. 20: Pila /¿bra¿la en pietlra uliza blanca
222
Láll¡. 2l: Patio de /as Pilare¡. C'¿:a l6t\. Platafr,rna de .¡i/l¡res )t /7lcdnt,rri/la
Lám.22: Patio ¿le las
Pil¿ru. Ca.¡a l6A.Puerta t¡onnnent¡t/
conden¿¿/a en e/ ntrooccideata/, M J9.
))r.
F
ry-,,tlffil{rtiiÍ.-..t-,:jlil ¡i.r.;¡
L¡í¡r. l.i: P,t/¡,, Jt 1,,' l)jl,t¡,.'. C,t,,t l6A. .\t'ttt t/Lttttittjtrt
tttt'l,.ltlt, t¡t tl ttltro lt,,l Íc. ,\1 J ).
l-.ír¡. I i: P,¡¡¡', ,lt 1,,' l)j/'t¡t'. (,t.¡,t l6A, \1ln ¡,t'/rifo
!tu'u.lct//t rltl t,rt.jtttt/,, tt ). ,\lj+,
22t
l.ím.26'. Patio Je lo¡ Pi/are.¡. Ca.r¿ l68. Alberca
Lám. 27: Patio de lrts
Pil¿res. Casa l68.'I-tberia de planto en el
cíngala NlV r/e/ patio
22t
Lár¡. 28: Pa¡irt ¿/¿ lo.¡ Pj/¿re.¡. P¿t,jr¡tento Je /a¿/rj//os (Ll)7) sitlado a/ e.¡fc de la C¿sd l68.
.;:,i1,1i,f;:i5' ii"',]"'
iffi.r,,rlú
l
226
Lárl.29: P¿tio de /r,s Pil¿res. C¡.¡¿ l68. Plert¿ c.!tt./ti en el til/ffa silr. ^[35
rli- .i¡i rr'_""
'!t
Irii:: r;1.'l
L1rm. l[): ]?atir¡ de /rt.¡ Pil¿re.¡. (i¿//e en rttrtpa il E de /¿ (,a.¡¿ l68.
,,ll::i!"
rJH.ri
Canalización?á fage P
Lám. -l l : P¡tia Je lo¡ P j/a.re.¡. Canaliz,tciún pertenecientu ¿ PILARES 1 (U.E. 101 1, l0)) nrtrdd ftor uatcanalizaciritt posÍeriar perÍeneciertte a PILARES 2 (U.E. 10) ).
221
Lán.)2:Patit¡t/a/r,'.¡Pil¡tre.¡.Ca.s¿ l68.Pil¿re.rnelcrt.rf¡tdaoccidtnt¿/ delpatitt.
228
\l: P¿tjo de lrt Pjldre¡. Nirel fu rtllstrt entre /¡ C¿sa l68 1, t/ pr'r¡r',,nnto del P¿tio de /r,s PiLtr¡.
{!t -
, .' '" ,,;-1""'lr t -
*o,
Ftu I llll,t:.tluffii"',
Lám. 34: Fragttenfos th trt.tilri.ltrc georay'tricu clil reslls de po/il'otttía
IIITIIIITTLám. l5: Ata).[rtres denradts en terde 1 ilLiLtg¿l)e;l.
:29
l
lI
j
I
''.-'1
ri
i{
,1
li
+.|¡++üttrFat'
li{'
tt I
t
ils
l,_ __ __jl***-'--1_._ _-r^
/**"1
l-r-
I
210
211
l
E
[-ri
IrirL.
I
l:.'t: :,i
I :,:l:,:'i
l'l'.
, fl;fil,i
J
l"'F:
J,l'.t,It.ll
l-tr
E. i:ít-,l,,oÉfit.
;:s
G.
:\R
¡
\i:
\:\r:ñ
--:
t:to"
't;
s
ñ¡i
Fi
r) Ci
ó.! !
212
Ii
..,.- l
NNi..\-'
-Ls6'9S
1 95,OO
Fig.4.- Ca.ra de Ya'far, sondeo ertratigrá,fcl en el ángilla SV c/e/ 89. Frente oriental.
uwuEgsi95
816 E
W YA,FAR 1
E YA.IAF 2
ü YA'FAR J (Coso de Yoiar)
g
&E@g
Eg
i:]--
iI
Fig. 1: YA TAR 2. Lacalizaci,ín del ttruro 2 y alzada.
273
\
sF
s\¡\ie
ñ\tFi\
s
-:\\
I\¡s
a_
n
üs\t";
Fi
E
ii =
I
[.
oOuzUoóF<zo-
OD!Uuo5
O
Ots7U
?oi-l!
lha
¿ú?,,t =ó2n
5zoo-<E<qoN>(J<>UUUó!A-aaú6óúóocJil
ffiffiffi
II
I
_-__,,-J
234
Trozccio red de soneomienic Yc for
Trozccc red de sqneomiento Yo'for
Conoiizoc¡ón hipotético
¡razodo red de soneamlento Piicres iTroTodc reci de soneqmiento Pllcres 2
frozcdo red d€ soneamiento Piicres J
iI
¿I
II
iI
Fig.1: Red de cdndliz¿tcilfler hidráulicas de la "Casa de Yafar" 1 el "Patio de los Pilaru
! trriillnrc,: i-r[ Ái AgA-5 iÉ1]
ffi r,rvviNrlr', l]l !:..a:t:t \!.rt.ttt:rll
f] levrlrlror tií Mlilvilt
[. 1 lruvftl;os rf] M{)li'.i.:L)
f-l t auurl;l irf :llr{o{:[]il
i::_::::_:_-,: ''-rr;
Fig.8: Distúbución de l¡t¡ distintos tipas de ntateriales ernpleados en /0s prtúne?xtas de la "Casa cle Yafar" (Yafar j)y "Patio de las Pilares" (Pilares 3).
¿to
:+
t{\
ñ\¡üñ\r:\i\-:¡\.\or*j
aal¡.1
*l\c\ú
IL
I
L_.i-J
Tr-:ir:1 .., '
[=
Iti
Ili-
z) /
ci
\-t
':
H
i\)\-t\!
ñi4l¡l
'Ja.
eb
i¡
238
ñ\\5¿
\-st\:
t.s'¡
$o.aaal¡lA<
*]a,
-i
boFi
r ii
i'
:,i:a
<.3)2<g<qoN;á>
ü{=o-ó
oooi-t fÍa gffit J []¿-l l[üÉl
N Nl\i:,.l
[=
l,
239