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Page 1: IV Domingo de Adviento

Mateo 1,18-24 // 4 Domingo de Adviento –A-Autora: Asun Gutiérrez.

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18 Éste fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José

Entre los judíos esta promesa suponía un compromiso matrimonial, de tal manera que si la pareja tenía un hijo, era considerado hijo legítimo de los dos.En caso de infidelidad, la ley de Moisés preveía dos opciones: la denuncia públicay consiguiente lapidación (Dt 22,12-21); o la separación en privado (Dt 24,1).José elige la segunda. La misericordia triunfa sobre el juicio.

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y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.

Está en marcha una iniciativa misteriosa y creativa de Dios a favor de todos los seres humanos. Todo en la vida de Jesús, toda su vida, es la obra del Espíritu que siempre está con Él.Acojamos, con la misma fe, apertura y amor que María, la acción del Espíritu para que pueda actuar y hacer maravillas en nosotros.

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José es justo porque suaviza el rigor de la ley evitando la difamación pública. José es justo, fundamentalmente, porque acepta el plan de Dios, aunque no lo entienda, le desconcierte y desbarate todos sus planes.De José aprendemos a no juzgar ni herir a las personas, a ponernos en el lugar de los demás, a aceptar lo que no entendemos de nosotros mismos y de los demás, a tomar decisiones, a saber vivir un proyecto de pareja, a luchar por nuestros sueños,el valor de la discreción, de la reflexión, del silencio...

19 José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.

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20 Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. 21Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados”.

Para hacerse presente, Dios no se sirve de grandes personajes, sino de una joven y sencilla pareja que se conoce, se enamora y se casa.El nombre de Jesús –Dios salva- expresa su destino y su misión.Todos tenemos un nombre en el corazón de Dios -nos conoce y nos llama por nuestro nombre- , y una misión que cumplir. Dios sigue necesitando nuestra capacidad de amar, de creer, de crear, de servir, para seguir naciendo en el mundo y para hacer posible su mensaje de ternura, cercanía, paz, justicia y liberación.

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22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:

23 La Virgen concebirá y dará a luz un hijo,a quien pondrán el nombre de Emanuel

(que significa: Dios con nosotros)

Nuestra fe no consiste en creer que Dios existe, sino en descubrir con inmensa alegría que, en Jesús, Dios se hace cercano. No estamos solos. Dios está con nosotros, compartiendo y solidarizándose con la vida, dificultades, alegrías, aspiraciones y anhelos de cada persona. Camina con cada ser humano, con cada criatura, dándonos fuerza, ilusión, apoyo y luz.

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24 Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.

Si, como María y José, nos abrimos al Misterio, al Espíritu, Dios viene a nuestra casa, nace en cada uno de nosotros y llena nuestra vida deencuentro, de alegría, de esperanza y de sentido. Y en cada uno de nosotros nace Dios.

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Podrá subir al monte del Señor, quien tenga alma de niño,se deje llevar en brazos de su Padre/Madre y alentar por el viento del Espíritu.Podrá subir quien se sienta imantado por la cima, quien de verdad desee elevarse, con hambre y sed de belleza, de justicia, despegado de ataduras consumistas.Podrá subir quien tenga capacidad de asombro, quien ponga el corazón bien arriba y aguante el cansancio, el desaliento y entre sin miedo entre las nubes.Podrá subir al monte de Dios quien escuche el rumor de los ángeles,entienda la conversación de las estrellas y descifre las huellas del camino.Podrá subir quien sea amigo de la nieve, sean limpios sus ojos, como la nieve;puro su corazón, como la nieve y sus manos inocentes, como la nieve.Subirá quien dé la mano a su hermano y haga, subiendo, una cordada, quien no deje atrás a quien sea más débil, sabiendo que Dios está en cada paso.

También se puede subir al monte de otro modo,se puede subir... bajando,porque Dios ha bajado sin medida,a nuestra casa, a nuestro corazón, a nuestra vida.


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