KARL MARX
Karl Marx nació en Treveris en 1818 en el seno de una familia acomodada de origen judío
convertida al protestantismo. Se doctoró en derecho y paralelamente estudió filosofía e historia y
tomó contacto con los hegelianos de izquierda, dedicándose a fondo a la comprensión del sistema
filosófico de Hegel, que ejercía en él una gran influencia. Colaboró en diversas publicaciones y vivió
en diversas ciudades europeas. En París entra en contacto con grupos revolucionarios socialistas,
comunistas y asociaciones obreras y conoce a F. Engels con quien escribió el Manifiesto comunista,
La ideología alemana y La sagrada familia. Expulsado de París vivió en Bruselas y Londres. En
esta ciudad se dedica al estudio de la economía capitalista y publica la Contribución a la crítica de
la economía política y parte de El capital.
CONTEXTO
El siglo XIX se caracteriza por profundas transformaciones derivadas fundamentalmente de las
revoluciones burguesas y de la industrialización. La ideología que abandera tales revoluciones es el
liberalismo tanto económico como político que se había enfrentado al absolutismo y que había
impulsado la revolución industrial. Ésta se ve propiciada por la aplicación de la ciencia a la
producción y por el auge del colonialismo que se planifica en función de la rentabilidad
económica. Fruto de ello es la consolidación del capitalismo a escala mundial y una nueva división
de clases sociales: la burguesía -que se convierte en la clase dominante- y el proletariado. El
desarrollo industrial trae consigo la proletarización de enormes masas de asalariados, que se
concentran en las grandes ciudades industriales y que se ve reducida a condiciones de extrema
explotación en el trabajo. La clase obrera, cuyas demandas no serán satisfechas por las
revoluciones liberales, se irá organizando a lo largo de este siglo en un movimiento obrero,
dirigido y apoyado por intelectuales radicales. (la Primera Internacional en 1864, la Segunda en
1889). Las obras de Marx y Engels constituirán un apoyo importante. Aparecen también ideologías
como el socialismo utópico, el anarquismo y el socialismo científico de Marx. Las tres luchan
contra las desigualdades económicas y sociales con ciertas diferencias.
En el ámbito filosófico destaca el nacimiento de las ciencias sociales; es decir, de
disciplinas que pretenden estudiar y resolver científicamente los problemas originados por las
revoluciones burguesas y la industrialización. Las primeras modificaron la organización política de
la sociedad y la segunda transformó la organización económica (introducción de maquinaria,
producción y circulación de mercancías a gran escala) y dio lugar a las nuevas clases sociales. En
líneas generales, los primeros científicos sociales trataban de buscar leyes que regían el desarrollo
y funcionamiento de la sociedad (o de alguno de sus aspectos). Destacan el Positivismo de A.
Comte, que se considera el fundador de la Sociología; A. Smith y D. Ricardo en economía y el
mismo Marx.
LAS FUENTES DEL MARXISMO
Las fuentes del marxismo son la filosofía clásica alemana, la economía política inglesa y el
socialismo francés.
En cuanto a la filosofía alemana, Hegel representa para Marx,, la cumbre del pensamiento cristiano-burgués. Hegel aportará algunos elementos decisivos que Marx asume, entre otros: la concepción dialéctica de la realidad y el concepto de alienación. Pero rechazará de Hegel numerosos aspectos, resumidos fundamentalmente en el
siguiente: la filosofía hegeliana parte de la pretensión de que la auténtica realidad es espíritu,
conciencia, con lo cual, según Marx, se convierte en una filosofía invertida. De ahí se derivan los
errores de la filosofía hegeliana: la idea de que lo real es racional conduce a la aceptación de la
realidad tal y como es, a una parálisis del progreso político.
Por otra parte, Marx intervino en las polémicas de la derecha e izquierda hegelianas y se
identificó en sus inicios con el pensamiento de Feuerbach. La izquierda hegeliana había reducido el
idealismo a materialismo, pero con el tiempo tanto Marx como Engels consideraron sus
propuestas insuficientes, y negaron su capacidad para explicar el dinamismo de la historia y de la
realidad en general. También combatirán la concepción feuerbachiana del hombre, que hace de
éste un mero sujeto contemplativo y su concepción de la alienación religiosa.
Con la influencia hegeliana el marxismo tiene un significado crítico-filosófico puesto que
representa una concepción del mundo, que se propone una clarificación racional de la conciencia
y del lugar del hombre en el mundo. Así denunciará que el pensamiento no basta para solucionar
las contradicciones que hay entre lo real y lo racional, es necesario actuar sobre la realidad misma.
De la teoría económico-política inglesa (cuyos máximos representantes son A. Smith y D.
Ricardo) asume que el elemento decisivo en la creación del valor es el trabajo y no la tierra como
pensaban los fisiócratas franceses. Sin embargo, la economía clásica expone las leyes por las que
se rige la economía capitalista como si fuesen leyes naturales, eternas, sin tener en cuenta que el
sistema capitalista mismo es un producto de la historia. Marx irá más allá de la economía clásica e
intentará explicar el origen de la propiedad privada (base del sistema capitalista), origen que
encuentra en la alienación.
En este aspecto, el marxismo tiene un significado económico-sociológico. Es una teoría de
la realidad social, o mejor, de una determinada sociedad y de su modo de producción: la sociedad
burguesa capitalista. Es una crítica de la economía política, y puede considerarse como una teoría
de la historia. El marxismo pretende instaurar y fundar una ciencia.
Del llamado socialismo utópico (Fourier, Saint-Simon, Owen) valora positivamente que
haya visto las contradicciones del capitalismo, pero critica sus pretensiones de reformar la
sociedad apelando a la buena voluntad, o a la moral. Frente a las propuestas reformistas de los
utopistas, Marx defenderá un análisis científico del sistema capitalista, que le lleva a descubrir el
proceso que ha de conducir necesariamente a su superación.
En este sentido, el marxismo tiene un significado político: es una práctica o acción política
encaminada la transformación de la realidad y estructura económico-político-social. Lleva a cabo
una crítica de las causas de la alienación en que vive el hombre, crítica hecha desde una teoría
acerca de la naturaleza del ser humano, y desde la teoría de la sociedad. Puede decirse incluso que
el gran objetivo del marxismo es la intervención práctica en el movimiento histórico. Este principio
fue expresado por Marx de la siguiente manera: "Los filósofos se han limitado a interpretar de
diversas maneras el mundo; pero de lo que se trata es de transformarlo". Tesis sobre Feuerbach.
El marxismo tiene pues dos grandes niveles: uno teórico, de conocimiento de la realidad;
uno práctico, en cuanto programa de transformación de tal realidad.
TEORÍA DEL SER HUMANO Y ALIENACIÓN
Para entender el concepto y el proceso de alienación es necesario entender la concepción
que Marx tenía del ser humano.
Marx trató el problema antropológico básicamente en su obra de juventud, en controversia con el
pensamiento de Hegel (idealismo) y de Feuerbach (materialista, miembro más destacado de la
izquierda hegeliana).
De acuerdo con su filosofía idealista, Hegel concibe al ser humano como esencialmente
espiritual; la actividad que define el pensamiento es la autoconciencia. Frente a esta concepción,
Feuerbach defiende que el hombre es primariamente cuerpo, sensibilidad, defiende, por tanto,
una concepción materialista del ser humano.
La concepción antropológica marxiana comprende tres grandes apartados, que recuerdan
los tres momentos del proceso dialéctico en Hegel:
a) una teoría del ser humano (unidad o afirmación); b) una teoría de la alienación (escisión o negación); c) una teoría de un hombre nuevo (reconciliación o negación de la negación).
a) Teoría del ser humano
El tema de la alienación en Marx hay que tratarlo en el contexto de su pensamiento
antropológico que trató en su primer período en controversia con Hegel y Feuerbach
-perteneciente a la izquierda hegeliana.
Hegel concibe al ser humano como esencialmente espiritual; su esencia es el pensamiento y es
lo que lo distingue de los animales. Frente a esta concepción Feuerbach niega que tal esencia sea
esencialmente autoconciencia y reivindica como primario el cuerpo, la sensibilidad. Su
antropología es de carácter materialista. Frente a ellos Marx definirá al ser humano en relación a
la naturaleza, la sociedad y la historia.
En primer lugar, la esencia del ser humano es el trabajo. O mejor, la
actividad-técnico-productiva, es decir, la producción material. En este aspecto, Marx se distancia
de la tradición occidental que, desde Grecia, infravaloraba el trabajo y sobrevaloraba la actividad
intelectual. El ser humano al trabajar es libre en cuanto realiza su esencia, aunque tal libertad
-como mostrará más tarde- está limitada por las condiciones materiales existentes en las que
realiza su acción con otros hombres.
En segundo lugar, Marx considera al ser humano como ser natural; natural en tanto forma
parte de la naturaleza. Por un lado, es un ser pasivo en el sentido de que es una realidad objetiva
para cualquier otra realidad y en tanto que tiene unas necesidades vitales que debe satisfacer para
subsistir; pero es sobre todo activo por cuanto está dotado de fuerzas naturales que le permiten
satisfacer tales necesidades en su relación con la naturaleza. La relación que mantiene con la
naturaleza es una actividad fundamentalmente transformadora de la misma y que al mismo
tiempo humaniza. La esencia del hombre queda objetivada, exteriorizada en sus productos. Se
diferencia del resto de los seres vivos porque mientras que el animal produce de forma limitada e
inmediata lo que necesita para vivir, el ser humano produce de forma universal e ilimitada, de
forma creativa, libre y consciente. La antropología de Marx se hace así naturalista y materialista.
En tercer lugar, el hombre es un ser social puesto que el trabajo no sólo relaciona al ser
humano con la naturaleza sino también con otros seres humanos, con la sociedad. La
producción material implica relacionarse con otros productores; el ser humano al margen de la
sociedad es una mera abstracción. Por eso dirá Marx que la esencia humana....es, en su realidad,
el conjunto de las relaciones sociales (Tesis sobre Feuerbach, VI).
Por último, el ser humano es un ser histórico puesto que se produce a sí mismo como
hombre a lo largo de la historia. No hay pues una esencia inmutable y eterna del ser humano.
Puesto que la relación con sociedad y la naturaleza cambian históricamente, también cambia el ser
humano. Así su concepción del ser humano es inseparable de la historia.
b) La alienación
Marx toma el concepto de alienación de Hegel y de Feuerbach, pero le da una
interpretación distinta . En líneas generales, puede decirse que la alienación (del latín alienus:
ajeno) es el proceso por el que la actividad material o espiritual se “extraña” al crear
productos -espirituales o materiales- que se convierten en fuerzas autónomas e independientes
que acaban dominando a quien los produce. ((En el caso de Hegel, es el espíritu quien se
“extraña”; o en la dialéctica del amo y del esclavo, éste crea cosas que son extrañas a él mismo. En
el caso de Feuerbach, véase en el apartado de alienación religiosa)).
El concepto de alienación implica dos polos o elementos y la relación entre ambos: un
sujeto activo y un objeto producido. En un sentido neutro significa que el sujeto productivo (el
trabajador) al realizar un objeto se desposee de algo de sí mismo -se enajena - lo que le produce
un gasto de energía; y al mismo tiempo se exterioriza en ese objeto. En este sentido enajenación
se refiere a la naturaleza activo-productiva del sujeto, es natural y no es posible eliminarla.
Sin embargo, el término también tiene un sentido negativo en función del modo en que
ser produce, cuando la producción se realiza en una determinada sociedad en la que el productor
no es libre y que impone la des-humanización del sujeto. Surge así la alienación y Marx se impone
a) el estudio y conocimiento de esa determinada estructura económica o modo de
producción (una teoría científica de la sociedad);
b) la transformación práctica de la misma, encaminada a una mejor y plena realización del hombre.
Se plasma así la doble tarea de Marx: teórica y práctica.
Marx distingue, en sus obras de juventud, tres formas básicas de alienación, derivadas todas ellas
de la alienación económica.
-La alienación religiosa, en discusión con Feuerbach de la izquierda hegeliana.
-La alienación política, en relación con la crítica de la filosofía del Estado de Hegel..
-La alienación económica, que supone la primera crítica en clave filosófica de la economía política
y de la sociedad capitalista, y explica las anteriores.
En cuanto a la alienación religiosa, acepta la tesis básica de Feuerbach: el ser humano es
quien crea a Dios y a la religión, y no a la inversa. En su obra La esencia del cristianismo
Feuerbach afirma que el ser humano no es el producto de los dioses, sino más bien lo contrario,
los dioses son el producto del ser humano. El ser divino es el resultado del acto de proyectar al
infinito la esencia del hombre. Dios -en el caso del cristianismo- es el conjunto de los atributos
humanos en grado máximo. Una vez creado Dios los seres humano no lo ven como su propia
imagen, sino que lo conciben como algo superior, hasta el punto de invertir la relación,
creyéndose ellos imagen de Dios y sometiéndose a él. Se produce así la alienación en la medida en
que supone la pérdida de sí mismo. . De este modo el ser humano se convierte en algo extraño
para sí mismo, en un ser alienado. El producto de su objetivación se le impone como la verdadera
y única realidad, a la que debe someterse, viéndose obligado a vivir "para otro".
Sin embargo, Marx va más allá de Feuerbach, al afirmar que la alienación religiosa es sólo
un fenómeno derivado, reflejo de la miseria económica y social en que vive. No basta pues con
criticar a la religión y con decir que lo que atribuimos a Dios procede en realidad de la naturaleza
humana. La auténtica crítica, por lo tanto, tendrá que estudiar las causas de que el hombre se
sienta desgraciado en la tierra y necesite crear un mundo imaginario que le proporcione consuelo.
(En relación con esto Marx dirá que “la religión es el opio del pueblo”).
Ahora bien, tanto la alienación religiosa como la política tienen su raíz última en la alienación
económica, que es la fundamental para Marx. La alienación económica tiene lugar dentro de la
sociedad capitalista.
El trabajo alienado, que la economía política oculta en su análisis, comporta los siguientes
aspectos:
1. Con respecto al producto de su trabajo: el objeto producido, que debería ser la objetivación de
su trabajo, se convierte en un objeto ajeno, extraño al productor, un objeto en el que no se
reconoce, es desposeído de él, y pasa a ser propiedad del capitalista o dueño de los medios de
producción. . Además, el objeto producido se vuelve contra su creador, puesto que sirve para
enriquecer al capitalista y aumentar su poder sobre el proletario.
2. Pero la alienación económica no se limita a la relación entre el trabajador y el producto de su
trabajo, sino también con respecto a la propia actividad. El trabajo, que debería ser la realización
del ser humano, ya que es su esencia (razón por la que Marx se enfrenta a los pensadores que él
llama idealistas), se convierte en un trabajo forzado, ajeno, mientras que se encuentra satisfecho
en lo que sólo es propiamente animal (dormir, procrear, comer...). Por tanto, el ser humano se
encuentra alienado con respecto a su ser genérico, a su esencia, a sí mismo. En el proceso
productivo capitalista basado en la propiedad privada de los medios de producción, el trabajador
no trabaja para sí mismo para satisfacer sus necesidades, sino que se ve obligado a vender su
fuerza de trabajo a otro y, por tanto, se convierte en mercancía que se compra y se vende al igual
que los objetos que produce. En definitiva, es tratado como un objeto y no como sujeto. A esto lo
llamará Marx reificación o cosificación del sujeto.
3. Con respecto a otros seres humanos: como consecuencia de los aspectos anteriores, las
relaciones humanas están también alienadas. El hombre, a diferencia de los animales, es capaz de
trabajar solidaria y conjuntamente con otros seres humanos, pero con el trabajo alienado, propio
de la sociedad burguesa en la que dominan las relaciones mercantiles, corta su relación con la
humanidad y cada uno trabaja para sí mismo y de forma competitiva; es decir, el hombre se
convierte en un ser ajeno, aislado y enemigo de los demás. Además las relaciones entre
propietarios de los medios de producción y obreros se convierten en relaciones conflictivas. Se
forman dos clases sociales antagónicas cuya oposición es irreversible: burguesía y proletariado. Si
el producto no vuelve al trabajador, éste queda alienado.
La superación de la alienación en Feuerbach era posible mediante a crítica materialista
de la religión. En Marx, la superación de la alienación económica sólo será posible mediante la
abolición de la propiedad privada de los medios de producción.
El tema de la alienación será retomado por Marx en sus obras de madurez, especialmente
El capital, bajo a forma de la crítica del fetichismo de la mercancía.
En relación con la alienación política, se levanta sobre la base de la división entre
“sociedad civil” (mundo económico) y “Estado”. Es decir, en la primera el ser humano es
considerado un individuo privado con intereses egoístas, y en el segundo, es un ser público y
ciudadano abstracto, miembro del Estado, y éste parece ser una comunidad en la que se
reconcilian los intereses antagónicos entre los individuos. Sin embargo, tanto el Estado como su
sistema legal amparan y protegen el sistema vigente económico en la sociedad. En realidad es un
Estado burgués al servicio de los intereses de la burguesía y no de todos los ciudadanos.
LA IDEOLOGÍA
El marxismo pretende realizar una clarificación crítica de la conciencia, de las ideas que el
ser humano o una clase social tienen sobre sí mismo, de su lugar en el mundo y en la historia. El
término ideología tiene al menos dos significados:
-Uno amplio según el cual una ideología es un conjunto de creencias, representaciones morales,
filosóficas… en una determinada época.
-Uno más restringido y negativo, es una representación deformada, distorsionada de la realidad
que responde a los intereses particulares de quienes la formulan. Intenta justificar y legitimar
una situación de explotación histórica al presentarla como natural y universal para tratar de evitar
que se produzcan cambios en la sociedad. Así la clase dominante legitima su posición privilegiada
frente a las clases oprimidas: presenta como intereses generales lo que, en realidad, no son más
que sus intereses específicos de clase. En este sentido, la ideología es una falsa conciencia y
significa la culminación del proceso de alienación que se manifiesta en la conciencia y tiene su
origen en la opacidad de la realidad económica.
Los individuos creen que sus creencias, valores… son independientes de las condiciones
sociales en las que vive. Para Marx, ocurre al contrario: la conciencia es un producto social que
depende de la vida material y social del hombre. No es la conciencia del hombre la que determina
su ser, sino, por el contrario, el ser social es el que determina su conciencia. La forma de vida
existente en el modo de producción capitalista ha creado la convicción idealista de que el
pensamiento es autónomo e independiente de la vida material. En la sociedad de clases la
separación existente entre quienes trabajan y quienes dirigen el trabajo de los demás crea la
ilusión de la independencia y primacía del pensamiento respecto a la realidad. La ideología tiende
a justificar la estructura económica del momento. La ideología forma parte de lo que Marx llama
la superestructura (Ver el materialismo histórico).
Según Marx, hasta ahora los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos
modos, ahora es necesario transformarlo, es decir, la filosofía se ha dedicado a explicar lo que pasa
pero no a criticarlo.
((En este punto, Marx se enfrente a toda la filosofía anterior y en particular a la filosofía
idealista hegeliana como representante de la filosofía como una mera interpretación de la realidad
y de la concepción cristiano-burguesa del mundo). Texto de La ideología alemana))
El marxismo pretende ser una crítica de la ideología promovida desde la exigencia de una
crítica de la situación alienada del ser humano en una época dada. Tal crítica tendrá un aspecto
teórico, de conocimiento de las estructuras y leyes de la sociedad y de la historia, y práctico para
acabar con la alienación económica de la que surgen todas las demás. Es decir, para acabar con la
alienación ideológica es necesario erradicar su causa, la económica.
EL MATERIALISMO HISTÓRICO
Marx nunca publicó una exposición formal del materialismo histórico. Lo enuncia de forma fragmentaria en sus primeras obras y lo da por sentado en su pensamiento posterior. La desarrolla en La ideología alemana -escrito en colaboración con Engels- y su exposición más detallada aparece en el Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política. La expresión materialismo histórico se utiliza para designar la concepción materialista de la historia y, en un sentido más amplio, la teoría marxista de la realidad. La estructura del
materialismo histórico es hegeliana, aunque rechazan su idealismo, y es materialista en el sentido en que la materia refiere a la actividad productiva del ser humano, la praxis.
Hegel había afirmado que el desarrollo histórico era producto de una tensión continua
entre fuerzas antagónicas que garantizaban su avance. Marx intentará mostrar que las fuerzas que
provocan el conflicto social y que conducen el desarrollo de la historia son fundamentalmente
económicas.
Para Marx la actividad básica del ser humano es tanto teórica (conocimiento e
interpretación del mundo), como práctica (transformación del mundo). Razón por la que el autor
introduce el concepto de praxis, entendida como actividad práctica transformadora del mundo y
su dimensión histórica. La praxis puede ser entendida como productiva como revolucionaria. En el
primer sentido, se refiere a que el ser humano es un ser activo, por lo que la praxis productiva
consiste en la transformación de la naturaleza mediante el trabajo material a lo largo de la
historia. Como revolucionaria consiste en la transformación del mundo histórico y social mediante
Para Marx, al igual que para Hegel, la historia es un proceso único en el que no se dan
repeticiones (cada una representa la superación de las anteriores), pero es también la sucesión de
los diferentes modos de producción. Los cambios sociales e históricos son debidos a que la
infraestructura o base material de una sociedad condiciona la conciencia que esa sociedad tiene
de sí misma (la ideología) y no al revés como en el idealismo; que la infraestructura evoluciona a
partir de contradicciones. Tal sucesión de los modos de producción fue según Marx el siguiente:
asiático, antiguo, feudal y capitalista.
Toda sociedad es un sistema de estructura interrelacionadas (económica, social,
política…), en términos estrictamente marxistas, es un modo de producción. Éste está compuesto
por la infraestructura y la superestructura.
La infraestructura, estructura económica o base material constituye el conjunto de
actividades mediante las cuales los individuos producen los bienes necesarios para satisfacer sus
necesidades. Está compuesta por las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Las
fuerzas productivas son la capacidad que tiene una sociedad de producir en una época
determinada. Están formadas por los trabajadores y los medios de producción (instrumentos,
tecnología…) que usan los primeros. Las relaciones de producción son las relaciones que se
establecen en el proceso de producción entre los propietarios de los medios de producción (clase
dominante) y los trabajadores (clase dominada) que sólo posee su cuerpo para trabajar. Se
basan fundamentalmente en las relaciones de propiedad respecto de los medios de producción y
dan origen a las clases sociales. Son relaciones económicas e independientes de la voluntad de los
individuos. Tales relaciones se fundamentan en la propiedad privada de los medios de producción
y son relaciones de explotación. Según Marx, en cada modo de producción a cada grado de
desarrollo de las fuerzas productivas les corresponde unas determinadas relaciones de
producción.
Las clases sociales son grupos de individuos que tienen intereses más o menos comunes y
cada una de ellas se define por el lugar que ocupa en la producción. Los trabajadores sólo poseen
su fuerza de trabajo que deben vender para poder vivir a la clase de los propietarios de los medios
de producción.
Sobre la infraestructura se eleva la superestructura o estructura ideológica. Está
compuesta por las diversas formas de conciencia que la sociedad tiene de sí misma y abarca
aspectos jurídicos, políticos, filosóficos… Más concretamente dentro de ella puede diferenciarse
entre una estructura jurídico-política y una ideológica. La primera comprende el derecho, el
estado y las diferentes instituciones que son un instrumento de dominio de las clases dominantes
para mantener sus privilegios. En particular, el estado es un instrumento de dominio y coerción al
servicio de la clase dominante; en el caso de la sociedad capitalista está para servir a los intereses
de la clase capitalista.
La segunda comprende las diversas formas de conciencia social (ideología en sentido
restringido) y proporciona una interpretación deformada, falseada de la realidad para favorecer
los intereses de clase e intenta legitimar o justificar una situación de explotación, presentada
como natural y no como un producto histórico. las ideologías pueden organizarse como sistemas
doctrinales o científicos. Acusa en especial el idealismo alemán y a la economía política clásica. Al
primero por considerar que las ideas son autónomas e independientes de la base material; a la
segunda porque presenta el capitalismo como el sistema más acorde con la naturaleza humana,
porque oculta la falsa libertad e igualdad en el contrato de trabajo.
Según Marx, en toda sociedad clasista las ideas dominantes son las de la clase dominante
y lo característico de la ideología es considerar como valores absolutos e inmutables los valores de
esta clase. Por tal razón afirma que “no es la conciencia de los seres humanos la que determina su
realidad, sino, por el contrario, el ser social determina su conciencia”.
Pues bien en cada época histórica, en cada modo de producción, la infraestructura
económica condiciona o determina -según las diferentes interpretaciones del marxismo- la
superestructura, que la producción material condiciona la espiritual (frente al idealismo de Hegel).
El elemento fundamental es la economía y no las ideas. Ahora bien, el papel de la infraestructura
no quiere decir que la superestructura sea un simple reflejo de la base económica, ni que la
influencia sea unidireccional, que la infraestructura sea causa y la superestructura efecto. Hay más
bien una interacción mutua entre ambas.
El cambio histórico o cambio de un modo de producción es debido a la contradicción entre
las fuerzas productivas y las relaciones de producción. En un momento dado las fuerzas
productivas adquieren un gran desarrollo (por ejemplo, nuevas tecnologías) con lo que las
antiguas relaciones de producción ya no valen, se convierten en trabas para su desarrollo. Se
produce así un desajuste entre las fuerzas productivas (más dinámicas, como la tecnología) y las
relaciones de producción, entre los componentes de la infraestructura que implica una
contradicción entre clases, un enfrentamiento entre ellas, la llamada lucha de clases que provoca
un cambio en las relaciones de producción a través de la revolución. Como escribe en el
Manifiesto Comunista la historia de todas las sociedades existentes hasta ahora es la historia de la
lucha de clases. A consecuencia de lo anterior se produce una nueva superestructura que
justifique la nueva situación. Es decir, para eliminar una superestructura que oculta los intereses
del poder económico en un momento dado, no basta con hacer una crítica intelectual de la
sociedad, sino cambiar su infraestructura. De ahí el sentido de praxis en sentido revolucionario.
Por tanto, el materialismo histórico implica también una concepción revolucionaria del
cambio histórico y el paso de un modo de producción a otra se da de forma discontinua a través
de una revolución.
Los estudios de Marx se centraron en el paso del sistema feudal al capitalismo y en las
contradicciones de este último, que debería conducir a la desaparición de las clases, de la
propiedad privada de los medios de producción y la instauración del comunismo. Éste acabará con
la alienación y permitirá la realización de la esencia humana. Tal sería el fin de la Historia.
MODO DE PRODUCCIÓN
INFRAESTRUCTURA
FUERZAS PRODUCTIVAS MEDIOS DE PRODUCCIÓN (materias, instrumentos…)
PRODUCTORES (Trabajo)
RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN
PROPIETARIOS DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN
TRABAJADORES
SUPERESTRUCTURA
ESTRUCTURA JURÍDICO-POLÍTICA (Estado, Derecho)
ESTRUCTURA IDEOLÓGICA (Arte, moral, filosofía, religión)
Glosario (para entender el materialismo histórico)
Infraestructura o estructura económica: base material o fundamento sobre el que descansa y
condiciona, en última instancia, todo el proceso de producción y la superestructura. Está
constituida por las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
Fuerzas productivas: instrumentos, tecnología y trabajadores.
Relaciones de producción: relaciones que se establecen en el proceso productivo entre los
propietarios de los medios de producción y los productores directos en un proceso de producción
determinado; son independientes de los sujetos, no son simples relaciones humanas, sino sociales
y económicas.
Superestructura: designa el conjunto de representaciones o ideas que configuran la conciencia
social, así como las estructuras jurídicas y políticas que irradia y de las que se sirve la
infraestructura.
Modo de producción: hace referencia a la totalidad social, es decir, tanto a la estructura
económica como a la superestructura. Es el modo en que se produce los bienes necesarios para la
existencia de los seres humanos. Comprende la infraestructura y la superestructura.
Revolución: significa la destrucción y la transformación de unas determinadas relaciones de
producción, con la consiguiente transformación de la superestructura.
EL ANÁLISIS DE LA MERCANCÍA Y EL CONCEPTO DE PLUSVALÍA
El análisis de la mercancía que Marx realiza El Capital es un análisis científico del modo de
producción capitalista. Esta obra es tanto una interpretación de la economía política de los
economistas ingleses -cuya interpretación apoyaba los intereses de la burguesía- como una crítica
del capitalismo como sistema de explotación, ya que desvela cómo se produce la alienación
económica de la que derivan las demás. La cuestión si la fuente de riqueza es el trabajo, por qué
sólo se enriquecen los capitalistas -los dueños de los medios de producción- y no los trabajadores
que viven en condiciones miserables.
((Marx se basa en la teoría del valor de D.Ricardo para elaborar su propia teoría. Según éste, el
valor del trabajo equivale a lo que cuesta renovar la capacidad de trabajo consumida. Por tal
motivo el empresario que tiene que pagar al trabajador lo necesario para que este recupere sus
fuerzas y esté en condiciones de seguir trabajando. El trabajo, que para Marx es la actividad
esencial del ser humano, en la que se realiza, se presenta en la de Ricardo como una mercancía
por la que se paga un precio o salario)).
Como el capitalismo es un sistema de producción de mercancías Marx analiza este
concepto y en el análisis aparecerán las características de tal sistema.
Una mercancía es cualquier producto intercambiable en el mercado y transferido a otra
persona a quien le sirve de valor de uso. Toda mercancía tiene dos caras: un valor de uso y un
valor de cambio. El valor de uso es la utilidad del producto para satisfacer determinadas
necesidades a través del consumo; este valor es, en primera instancia, fruto del trabajo individual
y concreto. El valor de cambio es el que tienen cuando se cambia por dinero (precio) o por otra
mercancía y expresa una relación cuantitativa entre dos mercancías diferentes (X=Y). Esta
equivalencia indica que ambas son iguales a una tercera que es invisible y que Marx llama valor. El
valor es producto del trabajo humano. Así el valor de una mercancía viene dado por la cantidad de
trabajo necesario para producirla. Pero este trabajo no es el trabajo concreto de un individuo, sino
el trabajo abstracto social, o gasto de energía humana, el tiempo de trabajo socialmente necesario
para producirla.
Para explicar la procedencia de la ganancia del capitalista, Marx recurre a la distinción
entre trabajo y fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo es el conjunto de facultades físicas y
mentales del trabajador que éste usa cuando produce algo. La fuerza de trabajo es vendida como
una mercancía más a cambio de un salario para vivir, pero ess una mercancía especial porque
tienen la capacidad de crear un plus de valor, es decir, capaz de crear un valor mayor que su
propio valor. Ese excedente de valor que crea el trabajador es la plusvalía.
¿Cómo se produce? La fuerza de trabajo comprada por el capitalista es utilizada por él
durante un tiempo determinado que se establece en el contrato. Pero en ese tiempo produce
tanto el valor necesario para mantenerla (pagado por el salario) como un plusvalor o trabajo no
pagado que genera la ganancia del capitalista; el beneficio resulta de comprar la fuerza de trabajo
del asalariado por un precio inferior al del valor de cambio de la mercancía que produce con su
trabajo. Dicho de otro modo, la plusvalía es la diferencia entre el salario que recibe el trabajador y
el valor en dinero que tienen los productos que realiza con su trabajo. Éste es el secreto del
capitalismo y la base del capital que es la plusvalía acumulada que se sigue invirtiendo para
producir un capital mayor. El aumento de la plusvalía se produce de dos maneras. Si se aumentan
las horas de trabajo se obtiene la plusvalía absoluta; si se acorta el tiempo preciso para fabricar
los productos mediante nuevas materias primas, tecnología…, se obtienen la plusvalía relativa. En
ambos casos, el trabajador recibe el mismo salario aunque produce más plusvalía porque trabaja
más.
Cuanto más se pueda producir en menos tiempo, menos será el trabajo necesario para
producir el salario pagado por el empresario y más aumentará éste su plusvalía. Esta se produce
porque el empresario se queda con el fruto del trabajo añadido. La plusvalía explica el proceso
de acumulación del capital fundado en la explotación del trabajo.
Cuanto más trabaja el obrero más se enriquece el capitalista. Además el capitalismo
tiende a la concentración del capital en manos de unos pocos y se incrementa el proletariado. Con
la toma de conciencia de este último estallará la revolución que ponga punto final al capitalismo.
Con este análisis Marx desenmascara la relación de explotación que la clase capitalista
ejerce sobre la clase obrera y que convierte al capitalismo en el más coactivo de los sistemas de
producción.