BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA
Nombre: ARANZAZU VALLEJO SEPULVEDA
LICENCIATURA EN NUTRICION CLINICA
Sección: 2N
Periodo: OTOÑO 2014
Materia: DHTIC
Ensayo: LA DIABETES Y LA IMPORTANCIA DE LA NUTRICION.
INTRODUCCION
Para empezar a escribir sobre la importancia de una buena alimentación para
prevenir y/o controlar la diabetes hay que comenzar por definir ambas cosas: la
diabetes y sus tipos, y la nutrición.
La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) de la
sangre están muy altos. La glucosa proviene de los alimentos que consume. La
insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para
suministrarles energía.
En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo 2, el tipo
más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina adecuadamente. Sin
suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre. Tener prediabetes
aumenta el riesgo de padecer diabetes. Las personas que tienen prediabetes
tienen un nivel de azúcar más alto del normal pero no lo suficiente como para ser
considerados diabéticos.
Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas serios.
Puede provocar lesiones en los ojos, los riñones y los nervios. La diabetes
también puede causar enfermedades cardíacas, derrames cerebrales e incluso la
necesidad de amputar un miembro. Las mujeres embarazadas también pueden
desarrollar diabetes, llamada diabetes gestacional.
NUTRICION
La nutrición es la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas
del organismo. Una buena nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada
con el ejercicio físico regular) es un elemento fundamental de la buena salud.
Una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las
enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental, y reducir la productividad.
La importancia de alimentarse bien puede prevenir enfermedades.
Una alimentación correcta, variada y completa, una dieta equilibrada cuyo modelo
más reconocido es la dieta mediterránea, permite por un lado que nuestro cuerpo
funcione con normalidad (que cubra nuestras necesidades biológicas básicas -
necesitamos comer para poder vivir-) y por otro, previene o al menos reduce el
riesgo de padecer ciertas alteraciones o enfermedades a corto y largo plazo. Basta
con recordar el impacto que tienen en nuestra sociedad las llamadas
"enfermedades de la civilización": hipertensión, obesidad, diabetes, enfermedades
cardiovasculares, trastornos de la conducta alimentaria e incluso ciertos tipos de
cáncer se relacionan con una alimentación desequilibrada. No es, normalmente,
una relación directa de causa-efecto, pero sí supone uno de los factores que
contribuye a aumentar el riesgo de aparición y desarrollo de dichas enfermedades.
Las líneas actuales de investigación se centran ya no sólo en el consumo de
energía y nutrientes (proteínas, grasas e hidratos de carbono, vitaminas, minerales
y agua), sino también en otros componentes no nutritivos de los alimentos que (se
ha comprobado en la experimentación y en estudios científicos de laboratorio) se
comportan como elementos protectores frente a estas y otras enfermedades;
hablamos concretamente de la fibra y de los antioxidantes naturales, presentes
fundamentalmente en los vegetales.
Una alimentación adecuada debe satisfacer diariamente todas las necesidades
nutricionales e incorporar valores culturales, gastronómicos y de satisfacción
personal.
En nuestra sociedad los desajustes alimentarios son la principal causa del
desarrollo precoz de la mayor parte de las enfermedades crónicas o degenerativas
(cáncer, arteriosclerosis, diabetes, obesidad, hipertensión, dislipemias, anemias,
etc.).
Por lo tanto, en nuestra mano está la posibilidad de incorporar a los hábitos de
vida un mejor perfil alimentario y conseguir una disminución global de los factores
de riesgo.
Para este objetivo contamos con una importante variedad de alimentos con
potencialidades protectoras y preventivas y también con la incorporación a la
oferta de determinados alimentos funcionales que pueden ayudar a alcanzar un
adecuado estado nutricional de la población.
Si tiene diabetes, su cuerpo no puede producir o utilizar la insulina
adecuadamente. Esto conduce a una elevación del nivel de glucosa (azúcar) en la
sangre. Una alimentación sana ayuda a mantener el azúcar de la sangre en un
nivel adecuado. Es una parte fundamental del manejo de la diabetes, ya que
controlando el azúcar en la sangre (glucemia) se pueden prevenir las
complicaciones de la diabetes.
Un nutricionista puede ayudarlo a diseñar un plan de comidas específico para
usted. Este plan debe tener en cuenta su peso, medicinas que esté tomando,
estilo de vida y otros problemas de salud que usted pueda tener.
Una alimentación saludable para un diabético incluye:
Limitar alimentos con altos contenidos de azúcar
Comer porciones pequeñas a lo largo del día
Prestar atención a cuándo y cuánta cantidad de carbohidratos consume
Consumir una gran variedad de alimentos integrales, frutas y vegetales
Comer menos grasas
Limitar el consumo del alcohol
Usar menos sal
Como vivir una vida sana siendo diabética.
Si tienes diabetes, seguramente estás considerando cómo mejorar y mantener tu
salud en el largo plazo. Controlas tu diabetes exitosamente, comiendo bien,
haciendo ejercicio y manteniéndote informado sobre los avances en el tratamiento
de esta condición. Tu calidad de vida también depende de encontrar maneras de
ser feliz, compartir con otros y divertirte. Mientras que la diabetes te afectará
médicamente, es posible iniciar cada día de cero y tomar el control de tu salud, en
lugar de dejarla que dicte tu rutina.
1. Haz una cita con tu médico para discutir tu salud general. Esto es
importante, tanto para que comprendas qué te ayudará, como para no
sentirte solo en el manejo de esta enfermedad.
2. Sigue con cuidado tu dieta. Tu médico o nutriólogo debería haberte dado
una dieta que debes seguir, t la dieta es clave para mantenerte bien cuando
tienes diabetes. Cada individuo con diabetes tiene necesidades diferentes,
así que es muy posible que tu médico haya elaborado tu dieta sugerida de
acuerdo a tus necesidades específicas.
3. Conoce qué es sano comer como diabético. La asociación de diabéticos
americana (American Diabetes Association), de Estados Unidos,
recomienda alimentos que sean sanos para todos, diabéticos o no, así que
es agradable saber que estás comiendo por estar sano en general, no solo
para controlar la diabetes. Bebe al menos entre 6 y 8 vasos de líquidos al
día. Mientras que el agua es absolutamente tu mejor opción, también
puedes consumir té, café, agua gasificada, aguas minerales, bebidas
dietéticas, polvos para preparar bebidas con edulcorante artificial, bebidas
bajas en calorías, etc., a no ser que tu médico aconseje otra cosa. Tal vez
debas limitar tu consumo de leche debido a su contenido de azúcares
naturales, pídele consejo a tu médico.
4. Incluye "golosinas" en tu dieta. Asegúrate de preguntarle a tus médicos y
nutriólogo sobre el papel de las golosinas en tu dieta y qué tipo de éstas
están permitidas. Mientras que los dulces y productos horneados
azucarados están fuera de la cuestión, esto no quiere decir que ya no
puedas disfrutar de golosinas dulces. Hay muchos buenos libros de cocina
para diabéticos, tanto en las librerías como en línea, en los que podrás
encontrar recetas de golosinas sin azúcar que saben deliciosas. Muchas
tiendas naturistas venden dulces y golosinas para diabéticos, así que
comienza a buscar sustitutos adecuados que mantengan satisfecha tu
necesidad de dulces.
5. Incluye "golosinas" en tu dieta. Asegúrate de preguntarle a tus médicos y
nutriólogo sobre el papel de las golosinas en tu dieta y qué tipo de éstas
están permitidas.
6. Haz ejercicio con frecuencia. Pregúntale a tu médico cuál es la cantidad
recomendada de ejercicio en tu caso. Por lo general, entre 20 y 30 minutos
casi todos los días de la semana es suficiente. camina con tus amigos o, si
lo prefieres, ve al gimnasio.
7. Toma tus medicamentos como te lo hayan indicado. Si te has estado
saltando dosis de tus medicamentos, entonces has estado omitiendo un
apoyo que podría salvar tu vida, y te arriesgas a que se desarrollen
complicaciones.
8. Ten presente las interacciones posibles entre los medicamentos y la
comida, la bebida y otras medicinas. Pídele a tu médico consejos claros
sobre lo que es seguro combinar con tus medicamentos y lo que no lo es, y
sobre cómo equilibrar los medicamentos y el consumo de alimentos.
9. Mantén tus registros actualizados. Tu médico te dio una hoja de registro
para llevar el historial de tus niveles de glucosa en sangre.
10. Cuida las complicaciones de la diabetes. El conocimiento es poder sobre el
miedo, y si sabes qué puede salir mal, tendrás más posibilidades de notar
las señales con la prontitud suficiente como para hacer algo al respecto.
11. Enfermedades cardiacas y apoplejía: los diabéticos tienen razones extras
para tener cuidado con las enfermedades del corazón y de los vasos
sanguíneos. La diabetes conlleva un mayor riesgo de ataques al corazón,
derrames cerebrales y complicaciones relacionadas con la mala circulación.
12. Busca el apoyo de personas que se preocupen por ti y de quienes saben
por lo que estás pasando. Explica tu enfermedad y qué te produce a tus
seres queridos y amigos.
13. Pregúntale a tu medico sobre cómo bajar tu azúcar en la sangre y qué
hacer cuando sientes la necesidad de insulina o tentempiés para dormir (a
la noche o durante el día).
CONCLUSION
A pesar de que la diabetes es una enfermedad crónica degenerativa y hereditaria
hay muchos avances en la ciencia que nos permiten diagnosticar a tiempo esta
enfermedad y poder tener una buena calidad de vida, con tratamiento, buena
alimentación y actividad física.
Hoy día, la alimentación es un tema que suscita polémicas y que se encuentra en
boca de todos. Los espectaculares avances que han experimentado las ciencias
de la alimentación y de la nutrición en las últimas décadas revelan la importancia
que tiene llevar a cabo una alimentación adecuada como una de las mejores vías
de promoción de la salud y del bienestar físico y emocional
El descubrimiento de los nutrientes y las funciones que desempeñan dentro de
nuestro organismo nos ha permitido conocer perfectamente muchas de las
propiedades de los alimentos que hasta hace relativamente pocos años se intuían
o formaban parte de la sabiduría popular.
Los avances científicos nos introducen a fondo en el mundo de la alimentación y
en la relación que los hábitos alimentarios mantienen con la salud. Cada estudio,
cada investigación, nos reafirma en que la idea de que la dieta más adecuada es
aquella que tiene en cuenta todas las condiciones que nos caracterizan como
personas educadas en una cultura determinada, con hábitos alimenticios
concretos, gustos, estado de salud, costumbres e ideales, actividad física y estilos
de vida diferentes.
Por tanto, no existe una dieta ideal que sirva para todo el mundo, pero sí un
criterio universal en cuanto al tipo de alimentos que deben consumirse dentro de la
dieta cotidiana, lo que por un lado garantiza que se cubren las necesidades
energéticas y nutritivas de la totalidad de las personas que componen una
población sana, y por otro, colabora en la prevención de ciertas alteraciones y
enfermedades relacionadas con desequilibrios alimentarios.
BIBLIOGRAFIA
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http://es.wikihow.com/vivir-una-vida-sana-siendo-diab%C3%A9tico