La textura de la vida
La narrativa, un relato de la resiliencia
Presentado por:
Adriana Alexandra Ayala Bejarano
Directora:
Clara Ivonne González Osorio
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIA Y EDUCACIÓN
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BASÍCA CON ÉNFASIS EN HUMANIDADES Y
LENGUA CASTELLANA
BOGOTÁ D.C.
2018
Nota
Jurados
Director de tesis
Dedicatoria
A la vida que me permite hoy acompañar a los seres humanos que más amo, y a aquellos que han
llegado de manera esporádica y han permanecido solo una temporalidad, a ella que me ha puesto
en los lugares y circunstancias correctas, haciéndome descubrir mi ser, lo más esencial, en todas
las facetas que he sido. A la vida que hoy me deja inhalar cada momento como único e irrepetible
y comprender que en la impermanencia de ella misma esta todo el sentido de existir.
Agradecimientos
Agradezco a mi familia, a cada uno de ellos, a mi madre Gloria Yolanda Bejarano Arias, a
quien aprecio y admiro por su perseverancia y lucha constante frente a las dificultades, a mi
padre Jorge Enrrique Ayala Bejarano que me enseño el valor de la disciplina y la voluntad, a
mi hermano Sergio Enrique Ayala Bejarano, a quién amo de manera profunda por ser quien es
de manera honesta y transparente en cada gesto de amor que tiene hacia mí, para él también va
dedicado este trabajo.
A José Camilo Ríos Alarcón, uno de los bellos regalos de la vida, quien me ha enseñado el
valor de la lealtad, a quien agradezco la compañía profunda en todos los procesos de mi vida,
a él por mostrarme a través de su propia aventura de vivir, la enseñanza de una bella flor de
loto en ocho pétalos.
Agradezco a mi maestra Clara Ivonne González Osorio, quien me apoyo durante todo este
proceso, confiando en mí, en cada paso que dimos juntas. A ella le agradezco por haberme
encaminado una vez más hacia mí misma, hacía el “derecho a existir”. A los compañeros de
la licenciatura que compartieron conmigo durante la formación, al igual que los profesores y
amigos que a su forma, influenciaron de manera significativa este proceso.
RESUMEN ANALITCO ESPECIALIZADO
RAE
Aspecto formales
Tipo de documento: Monografía
Tipo de impresión: Impresión digital formato A4
Acceso al documento: Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Facultad de Ciencias
y educación
Título del documento: La textura de la vida. La narrativa, un relato de la resiliencia
Autores: AYALA BEJARANO, Adriana Alexandra
Directora: GONZALÉZ OSORIO, Clara Ivonne
Aspectos de investigación:
Palabras clave: Narrativa, resiliencia, relato, entrevista a profundidad, testimonio.
Descripción:
La investigación de la comprensión del proceso de elaboración de la narrativa a través del
relato, encaminado hacia la resiliencia, es la descripción de una reflexión sobre el estudio
de caso realizado con base en el trabajo que se lleva a cabo en los hospitales de campo,
liderado por la fundación Victimas Visibles. Para el caso de ésta investigación, se tuvo como
referente el testimonio de la presidente de la Fundación, otorgado a través de una entrevista
a profundidad y el testimonio de la historia de vida de Pastora Mira García, participante de
los Hospitales de Campo, utilizando referencias de documentación audiovisual. Los
resultados estuvieron encaminados a identificar factores comunes que comparte tanto el
proceso de elaboración del relato y el proceso de la resiliencia, con el fin de plantear la
narrativa como un método que encamina procesos resilientes.
Bibliografía: La elaboración conceptual y metodológica de esta investigación, agradece los
antecedentes investigativos sobre narrativa y elaboración del relato, utilizados en esta
investigación, postulados por Jerome Bruner y Paul Ricoeur. Al igual que los avances en la
comprensión del proceso de la resiliencia desde el relato, por parte de Boris Cyrulnik. Se
acompañaron de otros referentes teóricos que alimentaron su propuesta, con aportes para
comprensión estructural de la narrativa, el nacimiento del concepto de la resiliencia y la
resiliencia comunitaria.
Contenido: Introducción, Objetivos, Marco teórico, Marco metodológico, Conclusiones,
Bibliografía, Anexos.
Metodología: Para la investigación se tuvo en cuenta aspectos específicos del estudio de
caso, que fueron aplicados a una entrevista en profundidad realizada para la investigación,
y elementos de la producción del testimonio desde la historia de vida oral, que dieron como
resultado la elaboración de un relato que pusiera en dialogo los conceptos desarrollados en
el marco conceptual de la investigación y lograra alcanzar los objetivos propuestos para la
investigación.
TABLA DE CONTENIDO
Introducción ................................................................................................................... 10
Antecedentes .................................................................................................................. 13
Justificación ................................................................................................................... 15
Pregunta problema......................................................................................................... 16
Objetivos ......................................................................................................................... 16
1. MARCO TEÓRICO................................................................................................... 18
1.1 El concepto de narrativa ............................................................................................. 18
1.2 Las viscitudes de la narrativa ...................................................................................... 18
1.3 Ricoeur y su aporte a la función narrativa ................................................................... 21
1.4 La forma de la narrativa frente a los usos del relato .................................................... 24
1.5 La identidad narrativa: la creación de sí mismo, producto de relatos ........................... 31
2. RESILIENCIA: LA ADVERSIDAD, UNA POSIBILIDAD .................................... 34
2.1 La resiliencia: una semilla que germinó en la dimensión humana ............................... 34
2.2 Los origenes de la resiliencia ...................................................................................... 38
2.3 Sobre los factores protectores ..................................................................................... 41
2.4 De la resiliencia individual a la resiliencia comunitaria ............................................... 43
2.5 El ahora de la resiliencia ............................................................................................. 47
3. EL TEJIDO RESULTANTE DE LA NARRATIVA Y LA RESILIENCIA ........... 48
3.1 Lo que la narrativa tiene por contar de la resiliencia ................................................... 49
3.2 Antes del relato vino la vergüenza .............................................................................. 54
3.2.1 Primer momento: El relato de sí mismo (En silencio) .................................... 55
3.2.2 Segundo momento: Un encuentro con la metamorfosis ................................... 61
3.2.3 Tercer momento: El relato del dolor y la identidad del herido, la reconfiguración
en la versión de la cultura ........................................................................................ 65
4. LO QUE LA RESILIENCIA TIENE POR CONTAR ............................................ 67
5. METODOLOGÍA ..................................................................................................... 69
5.1 El estudio de caso: un método para abordar la unidad ................................................. 69
5.2 La entrevista a profundidad ........................................................................................ 70
5.3 La entrevista a profundidad: Un relato de un testimonio ............................................. 73
6. DESARROLLO DE LA PROPUESTA .................................................................... 75
6.1 La narrativa es: un punto de partida hacia el proceso de resiliencia ............................ 75
6.2 Fundación Víctimas Visibles: Relatos en la escucha nos lleva a mundos posibles ...... 76
6.3 Cuando el dolor nos vuelve iguales............................................................................. 82
6.4 Los hospitales de campo: Un espacio para la palabra que saba .................................... 84
6.5 El relato rompe el silencio, configura y tranforma al otro en su testimonio ................ 88
6.6 Los personajes de los hospitales de campo.................................................................. 91
6.7 Cuando la narrativa es fiel a lo que somos, las palabras se hacen sanadoras ............... 94
6.8 La resiliencia nos retoma a nosotros mismo en sustantivo propio: Mi nombre es…"Me
llamo Pastora Mira García" .............................................................................................. 98
6.9 La narrativa lleva a la resiliencia cuando es capaz de nombrar lo innombrable ......... 104
6.10 La textura de la vida es, la resiliencia de quien crea un "Jardín de la esperanza" .... 106
7. CONCLUSIONES ................................................................................................... 108
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................ 111
ANEXOS ..................................................................................................................... 115
10
Introducción
La textura de la vida, es uno de los cantos o mantras que se encuentran en el libro Jodo Shinshu,
en español, libro de servicio, de la enseñanza del Buda. Éste canto o mantra, nos habla de un tejido
que se hila entre nosotros en colores totalmente nuestros, haciéndonos ver la cosecha de que lo
hemos sembrado. Somos responsables de la creación de la alegría y el miedo presentes en nuestra
vida, y somos solo nosotros capaces de llenar de luz o sombra cada espacio donde nos permitimos
existir. Renacemos de nuevo en el presente, como producto de nuestras memorias, el pasado no se
borra, pero el ahora es nuestro en la acción.
La configuración del relato, permite que muchas de las enseñanzas existentes puedan ser
apropiadas para hablar de nuestras propias experiencias, ellas pueden llegar a ser reescritas en el
presente y comprendidas bajo el curso de nuestras acciones. Somos capaces de compartir nuestras
vivencias porque hemos adquirido y apropiado el sentido de cada una de ellas, manifestándolas en
el lenguaje. Pero la elaboración de nuestros relatos, también son producto de la necesidad de
comprensión de nuestras acciones sobre lo inesperado que surge frente a la vida. Frente a esto
último, la resiliencia ha marcado un camino para hablar de la forma en que logramos
sobreponernos a eso inesperado.
Los factores que inciden en un proceso de resiliencia, dependen tanto del individuo, como de
la forma en que se vive en su entorno o contexto. La configuración de dichas acciones frente a
cómo logra sobreponerse a la adversidad, responden a un relato que logra pre-configurar para sí a
partir de sus creencias sobre la experiencia vivida, y se configura en el diálogo compartido con el
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otro, donde logra reinterpretar, comprender y comprenderse para darle un nuevo sentido a la
experiencia y marcar un camino distinto sobre él desde la acción.
Por un lado, los antecedentes de la narrativa como método que lleva a emprender un proceso
de resiliencia, están señalados en las investigaciones donde ha sido protagonista para entender la
forma en que logra influenciar las acciones humanas, como cualidad natural de los seres, desde su
nacimiento como mimesis de la vida, hasta propuesta de método de conocimiento.
Por otro lado, la resiliencia nace producto de desviar el foco sobre las desventajas que tenían
ciertos niños en su proceso de desarrollo, como consecuencia de contextos insanos, a las cualidades
que poseían y los hacían sobreponerse a dichos contextos logrando un pleno desarrollo. Se situó
en identificar factores protectores y de riesgo que se manifestaban dependiendo del sujeto y de su
entorno. Evolucionó a tal punto, que autores como Boris Cyrulnik, lograron identificar que la
elaboración del relato y la influencia de ciertos aspectos culturales, influenciaban en el proceso
hacia la resiliencia.
La textura de la vida. La narrativa, un relato de la resiliencia; es una reflexión desde la
investigación, que busca aportar a los estudios que han venido desarrollando y avanzando en
entender la narrativa como una mediación metodológica para el proceso de la resiliencia,
comprendiendo lo que sucede en los sujetos cuando logran relatar la vida, contando historias. Para
ésta investigación, se utilizó el método de estudio de caso sobre un proceso que se ha comenzado
a gestar, conocido como los Hospitales de Campo, liderado por la Fundación Victimas Visibles.
La propuesta de la investigación busca identificar aspectos comunes entre el proceso de
12
elaboración del relato y el proceso de resiliencia, a partir de la aplicación de una entrevista a
profundidad que buscó visibilizar la experiencia de los Hospitales de Campo y los elementos de la
producción del testimonio de una de sus participantes desde su historia de vida oral, proponiendo
así a la narrativa, como método que favorece procesos de resiliencia.
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Antecedentes
Los estudios con enfoque narrativo en torno a lo que ha significado la guerra interna en
Colombia, consecuencia del conflicto armado, han dado aportes relevantes en la medida que han
buscado la movilización de la memoria como forma de denuncia y acto para la justicia y reparación
de aquellos que han sufrido consecuencias directas de la guerra y que se categorizan hoy como
víctimas.
Por un lado, se tienen investigaciones a modo de informes como en el caso del Centro Nacional
de Memoria Histórica centradas en las dimensiones y modalidades del conflicto armado, sus
orígenes e impactos y los daños causados, situados en diferentes contextos y territorios. De igual
forma, se le ha dado un espacio a la voz de los que ellos han llamado como sobrevivientes, narrando
las memorias de la resistencia y la reconstrucción.
Por otro lado, dichos espacios institucionales han sido motivo de otros estudios con enfoque
narrativo, en donde la configuración de los testimonios de las víctimas es vital para la
consolidación de dinámicas políticas y sociales. Las investigaciones sobre narrativa con enfoque
resiliente, le han apostado a la reconstrucción de la historia del conflicto, desde las voces de
quienes tuvieron un contacto directo, sin que esto represente que es un asunto ajeno para el resto
de la población colombiana.
Otras, han establecido estrategias identificadas en las posibilidades de la narrativa,
contribuyendo en distintos escenarios y con diversas poblaciones, a través del conocimiento de la
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construcción y narración de estas poblaciones dentro del conflicto armado, identificando los
sentidos que estos guardan frente a sus contextos para, desde allí establecer una estrategia de
participación y reconstrucción de tejido social.
La resiliencia por su parte, se ha entendido como una posibilidad que puede darse en el
acompañamiento psicosocial a las víctimas del conflicto, pero también se identifica en poblaciones
o comunidades que, desde hábitos o prácticas culturales específicas, se han sobrepuesto a las
experiencias de vivir la guerra. Este acompañamiento psicosocial que se ha establecido como
propuesta dentro de un marco institucional, como en el caso del Ministerio de Salud, reconoce que
la atención a diversas poblaciones debe proponerse dentro de un proceso de afrontamiento, que
logre reconocer unos factores que contribuyan a la restauración de la población. Es así, como las
investigaciones sobre resiliencia enfocadas en ésta población, han establecido afectaciones
psicológicas, estrategias de afrontamiento, al igual que la reconstrucción de una memoria que
permita procesos de catarsis.
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Justificación
La presente investigación entonces, pretende proponer la narrativa como un método que
favorezca los procesos de resiliencia. Si bien ésta ha contribuido a darle nuevos sentidos a la
comprensión de las consecuencias del conflicto armado, situado en quienes se han visto afectados
de manera directa, también es necesario reconocer que las historias de vida de las víctimas,
posibilitan la identificación de factores y procesos sociales que han logrado que estos sujetos se
sobrepongan a las experiencias adversas, consecuencia de la guerra.
La narrativa como método, nos permite ubicarnos en la elaboración del relato como una
posibilidad de encaminar procesos que contribuyan a la reconstrucción del sujeto y al cambio
social, al igual que proponer el acompañamiento psicosocial desde escenarios que favorezcan la
elaboración del relato de lo adverso desde el propio sujeto y reconozcan que el contar historias a
partir de experiencias vitales, dan cuenta de cómo se afronta la adversidad y como esta puede
presentarse como posibilidad de la comprensión tanto de mi interior como de mi exterior.
En ese sentido, se busca identificar elementos tanto de la resiliencia como de la narrativa en la
iniciativa de los Hospitales de Campo, liderados por la Fundación Victimas Visibles, que permitan
vislumbrar como se da la elaboración del relato de lo adverso y cómo éste ha contribuido a
fortalecer procesos de reconstrucción de las víctimas e incluso de quienes no lo son; permitiendo
ser un antecedente que proponga la narrativa como método que favorece los procesos de
resiliencia, a su vez que pueda ser utilizado en otros escenarios como propuesta que contribuya al
reconocimiento histórico y a la reconstrucción de tejido social.
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Pregunta problema
En ese sentido, la pregunta problema que pretende resolver esta investigación es:
¿Cómo la narrativa llega a ser un método que favorece procesos de resiliencia a partir de la
posibilidad de la elaboración del relato de lo adverso?
Objetivos
Objetivo general
Proponer la narrativa como un método que favorece procesos de resiliencia a partir de la
iniciativa de los Hospitales de Campo liderada por la Fundación Victimas Visibles.
Objetivos específicos
Identificar y reconocer los elementos en común de la narrativa y el proceso de resiliencia,
en la elaboración del relato, desde referentes conceptuales desarrollados en el marco
teórico.
Registrar los elementos en común de la narrativa y el proceso de resiliencia desde la
experiencia de los Hospitales de Campo, a través de la aplicación de una entrevista a
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profundidad y la producción del testimonio de una de sus participantes a partir de su
historia oral de vida.
Interpretar los elementos en común registrados de la narrativa y el proceso de resiliencia,
por medio de la elaboración de un relato que dé cuenta de la influencia de la narrativa en
el proceso de la resiliencia.
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1. Marco teórico
1.1 El concepto de narrativa
En este capítulo, se abordará el concepto de narrativa desde la propuesta que desarrolla Jerome
Bruner en su obra titulada: La fábrica de historias. Derecho, literatura y vida; al igual que algunos
aspectos de la función narrativa desde la mirada de Paul Ricoeur. Se establecerán referentes
conceptuales de la narrativa desde los usos del relato y su relación con el sentido que adquieren
nuestras experiencias cuando nos referimos a ellas en el acto de narrar. Se trabaja el concepto de
Peripéteia como uno de los elementos influyentes en la construcción de relatos, él significado en
el proceso narrativo y finaliza con la aproximación a la identidad narrativa como resultado de la
creación narrativa del “yo”.
1.2 Las vicisitudes de la narrativa
“Los científicos dicen que estamos hechos de átomos,
pero a mí un pajarito me conto que estamos hechos de historias”
Eduardo Galeano
La narrativa se cuenta, se crea, se recrea, se multiplica, nos susurra historias, nos habla con
dulzura, nos arroja gritos amargos y nos re-escribe, re-escribiéndonos. Ésta condición permite
convertir el pasado en un ahora, lo distante, lo que se plantea como inimaginable en próximo, en
posible y visible. La narrativa es un camino de vicisitudes que se convoca en lo cotidiano y que
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nos permite reflexionar de los otros y en nosotros mismos, nos contamos y nos cuentan para darle
nuevos sentidos a nuestras experiencias.
Pero hace falta una fractura en lo habitual para echar andar la dinámica de la narrativa;
conocerla nos permite asumir otro rumbo en el momento de confrontar las adversidades de la vida.
La narrativa es una aliada en lo adverso (Bruner, 2003). La narrativa en Jerome Bruner (2003),
es un proceso dialéctico en el cual el ayer y el mañana conviven entretejidos por la memoria y la
imaginación. La narrativa es un modo de conocer, crea mundos posibles sobre el mundo que se
nos presenta, pero se extrapolan, y quizás es por esa exigencia que es realizable proponerla en
distintos escenarios. ¿Cómo la narrativa llega hasta este punto?
Víctor Turner (citando a Bruner, 2003), evidencia la narrativa en un primer escenario, lo
rituales comunitarios, asociados a la siembra, la medicina, entre otras actividades; otorgadas
posteriormente como responsabilidades de sacerdotes de la comunidad que la socializaban con el
resto. Dichas actividades adquirieron un sentido mimético (Imitación) donde la población
representaba el presente y el pasado, desde sus sucesos. La condición mimética llegó alcanzar
estructuras como las que hoy conocemos por el lenguaje, tomando algunas de las características
de éste mismo; una de las más significativas es la referencia a distancia, definida como:
La capacidad de las expresiones lingüísticas de referirse a objetos que no están presentes aquí y
ahora tanto para el hablante como para el oyente. Y esto hace del lenguaje algo más que un simple
señalar con el dedo u "ostensión. (Bruner, 2003, p. 134)
20
Una segunda característica se refiere a la arbitrariedad de la referencia, donde los signos1 no
se parecen necesariamente a lo que aluden. La tercera característica habla de la gramática de casos,
por la que es posible percibir el progreso de una acción. Por estas tres características, Bruner
establece la capacidad de hablar de las cosas sin que estas estén presentes; también permite
entender la capacidad de narrar más allá de la mera expresividad.
Un último concepto señalado por Bruner (2003) y desarrollado por Lev Vigotsky, será el de
interiorización el cual describe como adquirimos e imitamos modismos y luego nos apropiamos
de ellos. En el proceso narrativo, la apropiación nos permite empezar a generar un relato para sí
mismos, siendo capaces de emprender un camino hacia la capacidad reflexiva sobre nuestras
acciones, hábitos adquiridos a lo largo de la vida por mediación cultural, la confrontación con lo
inesperado y, comenzar a entender la narrativa, como un acto subversivo.2
La última faceta que revisaremos en éste capítulo, será la influencia de los relatos en la creación
del yo y la identidad narrativa. Al respecto, Bruner nos habla del equilibrio entre memoria y
fantasía, siendo quizás esta última, la que nos posibilita pensar en mundos posibles, ver otras
facetas de lo adverso, re-escribirnos sobre lo que ya hemos dicho de nosotros mismos. El “Yo”,
como producto de la narración, establece, hace visible una dialéctica entre lo interior y lo exterior
y viceversa, tal y como funcionan los ciclos de la vida; en ese sentido, nuestra identidad es fiel a
la temporalidad de nuestros relatos, al igual que es producto de nuestras conexiones3, éstas se
1 El signo hace mención a la teoría estructuralista que lo define como referente tanto mental como material de algo que se señala desde el lenguaje. 2 Aquí el concepto de subversivo se entiende desde el subvertir, como acción reflexiva que trastoca ciertos escenarios para transformarse y transformarlos. 3 Respecto a las conexiones, Bruner aclara que estas se relacionan con el proceso de independencia que vamos adquiriendo cuando por el lenguaje, empezamos a crear una versión de sí mismos desde nuestros relatos.
21
relacionan con los vínculos que creamos en nuestros escenarios y quienes participan en ellos. Aun
así, afirmamos constantemente ser otra cosa.
1.3 Ricoeur y su aporte a la función narrativa
La narrativa, como forma de conocimiento, establece una inquietud alrededor de la compresión
de lo que consideramos como real en el acto de narrar; en relación con esto, el filósofo Paul Ricoeur
plantea las características que hacen posible el relato y su relación con la elaboración de la
compresión frente a lo que se relata.
Ricoeur propone la construcción de una unidad funcional entre los múltiples modos y géneros
narrativos, partiendo de la hipótesis de que tanto en la ficción como en la historia el común es la
experiencia humana, y su narración es de carácter temporal. Para abordar el carácter de la
temporalidad, es necesario poner en prueba la capacidad de selección y organización del lenguaje
en unidades más largas del discurso a los que denominamos texto, entendido como: “la unidad
lingüística buscada y que constituya el medio apropiado entre la vivencia temporal y el acto
narrativo” (Ricoeur, 2000, p.191).
El acto de narrar señala, articula y aclara la experiencia temporal; buscar un patrón de medida
que satisfaga esas características, Ricoeur (2000) establece el texto del siguiente modo:
“Como unidad lingüística, un texto es, por una parte, una expansión de la primera unidad de
significado actual, de la frase o instancia discursiva en el sentido de Benveniste. Por otra parte,
22
aporta un principio de organización transfrásica del que se beneficia el acto de narrar en todas sus
formas”. (p.191)
En ese orden de ideas, “la composición verbal”, como la llama Ricoeur, convierte el texto en
un relato; por su condición transfrásica, adquiere un sentido que va más allá de lo estructural, y se
sitúa, tomando a Aristóteles, en el mythos, también nombrado como fábula o trama, que es la
composición de los hechos. La trama para Ricoeur, se compone de la siguiente manera:
La elaboración de la trama consiste, principalmente, en la selección y en la disposición de los
acontecimientos y de las acciones narradas, que hacen de la fábula una historia «completa y
entera» que consta de principio, medio y fin. Con esto queremos decir que ninguna acción es un
principio más que en una historia que ella misma inaugura; que ninguna acción es tampoco un
medio más que si provoca en la historia narrada un cambio de suerte, un «nudo» a deshacer, una
«peripecia» sorprendente, una sucesión de incidentes «lamentables» u «horrorosos»; por último,
ninguna acción, considerada en sí misma, es un fin, sino en la medida en que, en la historia
narrada, concluye el curso de una acción, deshace un nudo, compensa la peripecia mediante el
reconocimiento, sella el destino del héroe mediante un último acontecimiento que aclara toda la
acción y produce, en el oyente, la kátharsis de la compasión y del terror. (Ricoeur, 2000, p.191)
En conclusión, la acción es constituyente de sentido en la misma acción por el relato, asumimos
nuevas formas de ver lo adverso, lo inesperado, la “peripéteia”, en el acto de narrar, y desde allí
nos re-escribimos y también nuestras experiencias. Ese carácter de la trama descrita por Ricoeur,
le confiere un estado de inteligibilidad. La trama entonces es “el conjunto de combinaciones
mediante las cuales los acontecimientos se transforman en una historia o —correlativamente—
23
una historia se extrae de acontecimientos” (Ricoeur, 2000,p. 192). El acontecimiento será un
componente narrativo que contribuye al avance de la historia, junto a la trama componen las
circunstancias, los fines y los medios; esta composición del relato, evidencia la capacidad de
organizar nuestras experiencias, lo que conlleva a una elaboración de la comprensión sobre lo
experimentado.
Tanto la historia como la ficción, presentan su común en la base temporal de la experiencia
humana, en ese sentido, es pertinente definir el tiempo, o al menos entender donde se ubica en
nuestros relatos. El tiempo se ubica en la configuración de nuestra experiencia en el momento en
que ésta se presenta en el acto narrativo; es posible afirmar entonces, que cuando relatamos
nuestras experiencias, también entendemos que la comprensión sobre la vivencia de ese instante
nos reconstruye; y esa misma circunstancia a pesar de ser narrada dos veces o más, no es la misma
historia cada vez que se cuenta.
La trama es una referencia de nuestra experiencia, una mimesis; por eso construye esquemas
inteligibles, donde experimentamos sobre la configuración de los posibles. Dicha referencia
entonces se mantiene en suspenso, porque al momento de evocarla en el relato, es el instante
intermedio entre al comprensión4 del mundo de la acción y la reconfiguración de la realidad
cotidiana (Ricoeur, 2000).
4 La comprensión para Paul Ricoeur, se relaciona con la capacidad que se tiene de hacer o rehacer una historia mediante una operación discursiva que convoque un comportamiento de innovación semántica, relacionada con el sentido que se les otorga a los relatos.
24
La experimentación con lo paradigmático, convoca a la imaginación creadora, que en Bruner
llamaríamos mundos posibles; otorgándole un poder a la narrativa imitadora de la experiencia, de
expresar ideas que re-escriben sobre lo que ya se ha escrito; logra mantener una afinidad que nace
del relato, con lo que hubiera podido ser puesto en el presente. Implícitamente, sabemos que el
mundo como se nos presente no tiene una sola faceta de verdad, y que es por las convenciones
narrativas que existen en los relatos que es posible hablar de él, son esos modelos de realidad
narrativos, los que usamos para dar forma a nuestras experiencias (Bruner, 2003).
1.4 La forma de la narrativa frente a los usos del relato
Uno de los aportes más significativos del trabajo de Bruner a la narrativa, es considerarla como
un modo de conocimiento. Sí bien reconoce que el pensamiento paradigmático ocupa una gran
parte a verificar las fórmulas del cómo son de las cosas; el pensamiento narrativo también se dirige
al mundo, para plantearnos la posibilidad de cómo podrían ser las cosas o haber sido. En este
último aspecto, es quizás donde encontramos las posibilidades de confrontar las circunstancias
inesperadas de la vida, de romper con moldes que la misma narrativa, por su carácter cultural, nos
propone en el ser y el actuar, a encontrar en las formulas estructurales posibilidades para el dialogo
de lo sensible. La narrativa como forma de conocer y producir conocimiento nos acerca a la parte
más humana de las relaciones que establecemos con nosotros mismos, con el otro y con nuestros
espacios.
Los aportes Aristotélicos a la narrativa como una mimesis de la vida, o de las acciones
humanas, permanecen de manera constante en algunas investigaciones donde la narrativa es
25
protagonista. Tanto para Aristóteles como para Bruner, la configuración de esta imitación gracias
al relato se da por el estado de la peripéteia, puesto que describe las exactas e inmediatas
circunstancias en las que una secuencia de normales acontecimientos se vuelve un relato. (Bruner,
2003)
Las distintas propuesta teóricas han propuesta a la narrativa como mucho algo más allá de la
sintaxis, develando la incesante inquietud de preguntarnos por la estructura de nuestros relatos; y
cómo éstos le dan sentido a las experiencias cotidianas cuando intentamos expresarlas frente a
otros. Para Bruner (2003) Los relatos “transfiguran lo banal”, en el momento en que abordamos
la complejidad de comprender el modo en que nos damos frente a las situaciones de la vida; pues
éstas parecen estar determinadas por una intuición que nos convoca a afrontarlas, pero no sucede
lo mismo al momento de explicarlas.
Esos pequeños impulsos motivados por la intuición, provienen de pequeñas interferencias en el
canon de lo cotidiano; el surgimiento de circunstancias inesperadas que rompen con la naturalidad
del curso aparentemente trazado por nuestras vidas, da paso para el nacimiento del relato. Dichas
circunstancias, son quizás las razones por las cuales los relatos han sido pensados más allá de su
estructura narrativa; cada uno de ellos contiene una finalidad e intención comunicativa que
trasciende pensarlos como meros elementos informativos.
Esta condición de ruptura, propuesta por Aristóteles como Peripéteia, es una circunstancia
inmediata que se presenta en nuestra cotidianidad rompiendo con el hilo conductor y permanente
de lo que consideramos como natural en el curso de nuestras vidas; la peripéteia desconcierta, pues
26
por ella, la acción debe movilizarse bajo otro rumbo y en ese momento es donde se establece el
relato bajo modelos de realidad narrativos.
Estos modelos de realidad narrativos, moldean nuestra experiencia, son el esfuerzo por dar
sentido al mundo; y a su vez, nos remiten a entender esa experiencia como verdadera realidad.
Esta es la razón por la que los relatos nos direccionan entre el “sentido” y la “referencia”, el
primero de carácter connotativo; el segundo denotativo (Bruner, 2003).5
Ampliando un poco más los conceptos de “Sentido” y “referencia”, evocaremos el porqué de
la cualidad temporal transformadora de la narrativa, en el momento en que nos referimos al
impacto que generan ciertas experiencias en el canon de lo cotidiano. En primer lugar, el sentido
se establece en un vínculo entre género narrativo y “tropo” metafórico6, por su pertenencia común
al discurso a través de los usos del lenguaje. Es necesario entender como el proceso del
establecimiento de este vínculo le da un carácter connotativo al sentido. Se dice, primeramente,
que la metáfora transciende la palabra para situarse en la frase, de allí que podamos entenderla
como “enunciado metafórico” (Ricoeur, 2000).
La metáfora se relaciona con el sentido en la medida que es una acción que se lleva a cabo sobre
el lenguaje, esto le permite restablecer los significados usuales, es decir, lexicalizados en el relato.
La metáfora es propuesta por Ricoeur como la distorsión de las palabras puesto en el enunciado
5 El carácter connotativo guarda una relación con la interpretación subjetiva dada en las circunstancias que se nos presentan; el denotativo por el contrario corresponde a la palabra o signo que se le asigna a una situación u objeto determinado. 6 El tropo corresponde a la sustitución de una expresión por otra en un sentido figurado establecido por asociaciones metafóricas. La metáfora aquí se entiende desde un sentido Aristotélico, como la transferencia del nombre usual de una cosa otra en virtud de su semejanza. Esta definición la establece el mismo Paul Ricoeur.
27
metafórico, es decir, el efecto de sentido (Ricoeur, 2000). Por el enunciado metafórico, el sentido
es connotativo porque trasgrede el carácter netamente estructural del lenguaje, usado en el relato
para aproximarnos a nuestras experiencias de una manera interpretativa, comprensiva, analítica y
transformadora.
En segundo lugar, nos referiremos a la referencia, la cual se mueve en dos escenarios, por un
lado, encontramos la referencia en relación al lenguaje en un matiz objetivo, es decir, la referencia
nos remite a los significados comunes que se han establecido por convención a las palabras. Por
otro lado, la referencia nos traslada a un espacio tiempo que nos sitúa en la experiencia que se
relata. Por eso su carácter es denotativo.
Es así, como los relatos proponen a la narrativa como un proceso en el cual le damos forma a
las situaciones y experiencias del mundo real, sin importar el carácter o matiz al que la adaptemos;
llegan incluso a estructurar nuestra visión sobre el estado en las que se nos presentan y nos motivan
actuar. La narrativa puesta en los relatos, nos cuestiona sobre la forma como éstos logran modelar
nuestra experiencia del mundo real; nos abren a la dimensión de la creatividad, de la confrontación
frente a lo adverso, de las situaciones como puertas que posibilitan nuevos mundos. A propósito
de esto Bruner (2003) afirma lo siguiente:
Ofrece mundos alternativos que echan nueva luz sobre el mundo real. Para efectuar esa magia, el
principal instrumento de la literatura es el lenguaje: son sus traslados y los recursos con que
traslada nuestra producción de sentido más allá de lo banal, al reino de lo posible. Explora las
situaciones humanas mediante el prisma de la imaginación. (p.24)
28
Por otro lado, la narrativa establece una relación entre lo que Anthony Amsterdam y Jerome
Bruner han llamado “Dialéctica de lo consolidado y lo posible”; nos movemos en una constante
tensión entre el pasado y lo que podría ser, allí entre estos dos permanece la vida; y en un plano
más profundo, un cuarto protagonista: nosotros mismos; o lo que conocemos dentro de los estudios
de la narrativa como “el Yo”. Por los relatos establecemos no solo un rostro del yo si no una
cantidad de “yoes constituyentes de una identidad, tan importante de abordar en la comprensión
de la narrativa que habla de la vida, de lo cotidiano y sus fracturas (Bruner, 2003).
Sabemos que los relatos emergen por situaciones o circunstancias imprevistas, y que la
narrativa se mueve entre lo que se esperaba y lo que sucedió; a su vez, el relato establece relaciones
sociales, es la “moneda corriente de la cultura” (Bruner, 2003), incluso por la cultura misma se
establecen hábitos o prácticas que asumimos “naturales” dentro de nuestra cotidianidad; y es por
la fractura de lo habitual, como ya se menciona antes, que es posible el relato, la cultura entonces,
es un factor influyente en la comprensión de la narrativa.
Los relatos no recomponen lo habitual, al contrario, convocan la causalidad, permiten pensar
en lo que significa las circunstancias, como quien pretende dar el salto del ¿Por qué? al ¿Para qué?;
es un salto del allí (pasado) al aquí (el ahora), que es el tiempo en el que se narra el relato. Ésta
característica, nos permite establecer “mundos posibles”, una reflexión profunda sobre las reales
circunstancias que rodean nuestra condición humana; en un dialogo intersubjetivo entre narrador
y escucha. Frente a esto Bruner (2003) afirma: “Porque una narración modela no sólo un mundo,
sino también las mentes que intentan darle sus significados”. (p.47)
29
Por lo tanto, el relato se vuelve una forma de describir los acontecimientos de la vida humana
con el objetivo de transformarla, de darle apertura a eso posible; y posibilidad de buscar las
“formas sintácticas apropiadas” para hablar de lo que nos sensibiliza, incluso del dolor (Bruner,
2003). La gramática narrativa, necesita mucho más que marcadores estructurales para captar los
acontecimientos humanos en el trascurso del tiempo, pues esta se define en relación con lo que
está sucediendo en el mundo del relato. (Bruner, 2003).
¿Qué forma le imprime el relato a la narrativa? La narrativa se convierte en un modo de conocer,
interpreta nuestras acciones, nos hace entendernos dentro de la impermanencia, con el objetivo de
ser motor hacía la comprensión de sí mismos y la circunstancias que rodean nuestras vidas. El
relato le imprime a la narrativa, la capacidad de entenderla como un proceso con connotaciones
cognitivas o epistemológicas, en donde el proceso en el momento de narrar es el punto focal.
El relato hace entender, que si bien es necesario abarcar la estructura que presenta la narrativa
al ser contada, también es necesario entender su dimensión más sensible en la escucha del otro,
pues nos refiere a acontecimientos humanos, a situaciones humanas que logran moldear las
percepciones, que si bien dependen de nuestras creencias, también pueden ser re-escritas. La
narrativa es posible por la construcción y reconstrucción de los significados en el diálogo
intersubjetivo que establecemos con otros; y con el mismo contexto donde de manera cotidiana
nos desenvolvemos. Pero ¿De qué manera los significados influyen en la narrativa?
Bruner (2003) establece que una de las formas más frecuentes del discurso en la comunicación
humana es la narración; la cual es posible por la existencia de un orden prioritario sobre las formas
30
gramaticales que seleccionamos para dar impulso a construirlas; en la comprensión de las acciones,
en su cuestionamiento, está la base sobre la cual somos selectivos de las formas discursivas que
nos permitirán hablar de éstas. El significado se adquiere y se constituye en las formas gramaticales
por las relaciones semánticas que se establecen.
El significado se sitúa en la referencia, la cual ya hemos expuesto de manera más amplia con
anterioridad, le otorgamos la tarea de señalar, en un primer momento, la existencia de algo en su
forma más superficial, luego ella adquiere un valor sobre el interés por la acción humana y sus
consecuencias; logrando establecer interpretaciones de las preposiciones lógicas, por el acto
mismo de narrar. Estas interpretaciones varían, se transforman y hasta se re- estructuran y con
ellas el significado, pues este pertenece al escenario de la cultura, el cual proporciona nuevas
herramientas narrativas sobre las que también nos re-escribimos y re-escribimos nuestros
espacios.
El significado entonces, establece una relación con el sentido y la referencia, pues su
interpretación es dada en la interacción y la participación, está marcado e influenciado por las
relaciones que establecemos en un diálogo intersubjetivo con los otros en un determinado
contexto y, además, es muestra de nuestro proceso comprensivo de sí mismos sobre nuestras
vivencias.
31
1.5 La identidad narrativa: la creación de sí mismo, producto de los relatos
Ya hablamos con anterioridad de la importancia de la función narrativa, de las formas que
adquiere por los relatos, su caracterización a partir de elementos que la invocan en la necesidad de
manifestación e interpretación de las acciones humanas y de la experiencia de lo cotidiano. Ahora
bien, los relatos son evocados por nosotros mismos, somos parte de ellos en primera y tercera
persona si se quiere, una parte de ellos se constituye por lo que somos, es por ello que éste capítulo
cierra, acercándonos de una manera reflexiva, a la función que cumple hablar de uno mismo; y
como esto tiene una implicación en la construcción de nuestra identidad.
Empecemos adentrándonos en la naturaleza del “Yo”. Una gran parte de nosotros mismos la
describe Bruner (2003), es inconsciente y defensiva; la confrontación frente a ese aspecto, parece
estar planeado en la búsqueda de un experto que nos ayude a revivir nuestro pasado y superar la
resistencia a descubrirnos. Salir del aislamiento para encontrarnos con nosotros mismos a través
del relato, construye y reconstruye contantemente un Yo, según sea las circunstancias en que nos
encontremos. Nos apoyamos sobre nuestras memorias y expectativas de lo que fuimos y seremos.
La narrativa por la acción de relato, se vuelve testigo de nuestro acontecer en la vida y de lo que
hemos sido hasta el momento. De las historias sobre nosotros mismos nacen los hábitos, que luego
de verse bajo una ruptura, se convierten en relatos para luego ser ubicados en géneros; en ese
sentido, el relato mantiene la misma naturalidad de los ciclos de la vida, nacen, se re-escriben, y
tienen su final en las nuevas situaciones y condiciones del presente que hacen que de nuevo se abra
su ciclo y reaparezcan.
32
Una circunstancia se re-escribe, se cuenta de muchas maneras, porque confronta un sentido
distinto en el ahora; esto provoca una desviación o cambio en el “Yo”, que se mueve entre lo
interior y lo exterior, para el caso de este último, se relaciona con la cultura; la cual establece unos
modelos del “Yo”, que establecen unas perspectivas de identidad sobre él. En la creación del “Yo”,
mantenemos una diferencia entre lo que decimos de sí mismos, y lo que revelamos a los demás
(Bruner, 2003).
Los relatos creadores del “Yo”, también se establecen el reflejo del modo en que los demás
esperan que nosotros seamos, es por ello que el relato autobiográfico, establece una lealtad con
nosotros mismos, respecto a cómo nos damos en el relato; pues el “Yo” también es otro, que se da
en la intimidad de sí mismos, se habla para interpretarse, redescubrirse y reescribirse. El “Yo”,
resulta ser entonces un protagonista del relato que corresponderá a un género literario específico.
Hemos establecido hasta aquí una parte de la naturaleza del “Yo”; ahora hablemos de la
relación que esa naturaleza tiene con la identidad producto del “Yo” narrativo y su incidencia en
la apropiación del personaje, como un “Yo” refigurado. La identidad narrativa, corresponde al
análisis de la subjetividad y su composición a partir del relato, es decir, que ésta se constituye a
través de un proceso, es una identidad “móvil y dinámica”.
Ricoeur (2000) establece dos categorías para referirnos al concepto de identidad: Idem e Ipse7,
el primero la define como: extremadamente parecido e inmutable; el segundo dice: idéntico, quiere
decir propio y su opuesto no es diferente, sino otro extraño. Este segundo se relaciona con la
7 Dos conceptos del latín que refieren a la identidad.
33
permanencia en el tiempo, y por eso el filósofo establece la identidad con relación a la función
narrativa, ya antes abordada, y bajo una condición de ipseidad. La identidad se relaciona con la
noción del tiempo, por eso dicha permanencia no es estática, al contrario, es mutable; y el tiempo
de nuestros relatos se da en la intersección del tiempo histórico y el tiempo de la ficción.
La identidad narrativa se da por la comprensión de sí mismo en el relato, confirma la hipótesis
de que somos producto de nuestros relatos, y que constantemente nos reescribimos. Pero también
la identidad se relaciona con lo público, como debemos ser y como debemos confrontar y
confrontarnos frente a las circunstancias. La representación de nosotros mismos en el relato hace
preguntarnos si la identidad es algo plenamente natural producto de lo que relatamos.
La identidad narrativa del “yo”, corresponde entonces, a un vínculo entre pensamiento y
lenguaje, al respecto, Dan Slobin (citado por Bruner, 2003) establece que la experiencia no se
verbaliza sin que se asuma una perspectiva, que es evidente por el uso del lenguaje; el proceso de
hablar y escribir las experiencias se transforma filtrada por el leguaje para ser “eventos
verbalizados”.
El relato del “Yo, es una autobiografía que guarda un interés; los actos mentales establecen su
forma, en donde lo que importa es el proceso en cómo nos damos en esos relatos. El relato de sí
mismo es de fuera hacia dentro y viceversa; nos prepara para el cambio, y somos capaces de
contarnos y ver nuevos modos de vernos en el mundo. La construcción del “yo” en el relato no
tiene fin, es un proceso dialectico, que equilibra autonomía y compromiso.
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La narrativa es al parecer nuestro modo natural de usar el lenguaje para confrontar las
situaciones que impactan nuestras vidas. La identidad es creada y recreada por la narrativa, el “yo”
es producto de nuestros relatos, sin la capacidad de contarnos, no podríamos referirnos a una
identidad, es decir, la identidad parece no avanzar sin la capacidad de narrar. Nuestra identidad
nos vincula con los demás y entiende los constructos del “Yo”, en una cultura dialéctica.
2. Resiliencia: la adversidad, una posibilidad
El capítulo sobre la Resiliencia, abordará algunas perspectivas que definen el terminó a partir
de paradigmas integradores holísticos, en donde la investigación y acción psicosocial es de carácter
interdisciplinar. A partir de dichas perspectivas, el capítulo presenta el origen y evolución de la
resiliencia, al igual que su propuesta actual dirigía hacía lo comunitario, razón por la cual, el
capítulo cierra con un acercamiento a la resiliencia comunitaria desde algunas conclusiones de
procesos existentes.
2.1 La resiliencia: Una semilla que germinó en la dimensión humana
“El ser humano sabe hacer de los obstáculos nuevos caminos,
porque a la vida le basta el espacio de una grieta para renacer.”
Ernesto Sábato
La Real Academia Española, define la Resiliencia de la siguiente manera: Capacidad de
adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos (2017).
35
Siguiendo la ruta de la narrativa como posibilidad de re-escribirnos dentro de nuestras experiencias
cotidianas, y hacer de la vida una posibilidad de vivir de manera constructiva; la resiliencia será,
una roca tallada de la imagen de sí mismo, con el mejor cincel que posea cada individuo. Cuando
Boris Cyrulnik se preguntó a quien se le atribuye el término de resiliencia, la imagino bajo la
siguiente descripción: “Se tomó un término técnico que existía para los vegetales. Se dice que un
suelo es resiliente cuando tras un incendio la flora y la fauna se recuperan, vuelven a la vida,
aunque no del mismo modo que antes. Aparecen una nueva flora y una nueva fauna, a veces muy
bellas, pero distintas. Ésa es la más bella imagen de la resiliencia.” (Cyrulnik, 2014, p.31). La
resiliencia es entonces, un sinónimo de la narrativa que el hombre crea para re-definirse a sí mismo.
Las nuevas miradas sobre la resiliencia, la proponen como un concepto que constantemente se
re-escribe según el contexto donde quiera convocársele. En ese sentido, el estudio de la resiliencia
amplió su espectro en el desarrollo teórico sobre la investigación y la intervención social, al igual
que hacia las aplicaciones concretas que aportan a la práctica. La resiliencia es un concepto que se
entiende dentro de un proceso de construcción social en el que median variables de un contexto
concreto; se constituye desde lo social, lo relacional y los ecosistemas humanos; podemos
observarla porque se manifiesta en comportamientos individuales, familiares, sociales,
organizacionales, etc. (Madariaga, Palmo, Surjo, Villalba y Arribillaga, 2014).
La resiliencia como proceso de construcción social, esta mediado por la trayectoria histórica y
los contenidos culturales de cada escenario, dicha mediación condiciona los significados
individuales y colectivos; los cuales pueden ser observables con el objetivo de identificar cuales
han promovido la resiliencia en circunstancias adversas y cuáles de ellos guían la reconstrucción
36
de tejido social a partir de los procesos individuales y participativos de cada sujeto. (Madariaga et
al., 2014).
La naturaleza de la resiliencia la define como una respuesta dinámica y creativa; en la que se
adquiere la capacidad de construir nuevas interpretaciones de los escenarios adversos o de los
impactos inesperados de la vida y las respuestas encontradas a dichos. Se puede llegar a identificar
todo tipo de recursos individuales y sociales que permitan entender los procesos de construcción,
pero en la resiliencia es importante las repuestas que los sujetos establecen en relación con sus
percepciones valores y objetivos personales. (Madariaga et al., 2014).
En ese sentido, la resiliencia definida como proceso, guarda tres pilares principales: El primero
se relaciona con las nuevas interpretaciones de los acontecimientos; el segundo, en relación con el
primero, se refiere a los contextos, y como estos influyen en las nuevas interpretaciones; la tercera
es la nueva mirada de las personas para sí y fuera de sí. Las actuales investigaciones sobre
resiliencia, hacen énfasis en la importancia del acompañamiento en los procesos resilientes, ya que
estos permiten el apoyo afectivo y solidario, facilitando el diálogo y la escucha hacia una
conciencia sobre las circunstancias presentes. (Madariaga et al., 2014).
El carácter diverso de la resiliencia, permite ser vista desde cualquier escenario donde quiere
convocársele, no produce respuestas definitivas ni generalizadas, pues cada sujeto se relaciona con
su contexto y lo narra de una manera diferente. La intervención para visibilizar, promover o activar
la resiliencia, tiene el objetivo de la búsqueda de mejores condiciones de vida. El fomento de
procesos relacionales y participativos contribuye a la resignificación del estado actual; por eso
37
entender la resiliencia y definirla es un trabajo que se hace desde una mirada interdisciplinar, para
el aporte de miradas distintas en diversos escenarios. (Madariaga et al., 2014).
El entendimiento de la resiliencia como proceso desde múltiples visiones, ha contribuido a
identificar procesos actuales que, desde sus dinámicas colectivas, hacen frente a las actuales crisis
sociales, económicas y ambientales; su finalidad es no perder la articulación del espacio social, y
le otorga a la resiliencia una faceta psicosocial que influye en los vínculos de persona a persona.
Ésta construcción social de resiliencia, sea cual sea el escenario donde pretenda ser abordada,
identifica respuestas en relación a las características individuales o colectivas. Dichas
características están mediadas por los relatos que cada persona construye de sí mismo y de la
nfluencia que tiene su entorno en dicho proceso (Madariaga et al., 2014).
Los procesos colectivos donde se ha podido identificar una reconstrucción de tejido social, ven
la resiliencia desde un énfasis comunitario; su objetivo se centra en poder identificar cuáles son
los factores que influyen en las personas que participan, cómo dichos procesos inciden de un modo
individual en los sujetos, que los motiva a llevar a cabo un proceso individual consigo mismos;
pues la resiliencia no implica el enfrentamiento a las situaciones adversas, sino un aprendizaje,
trasformación y crecimiento; más allá de la resistencia a las dificultades. (Madariaga et al., 2014).
La resiliencia también se ha entendido como fenómeno multidimensional, en donde es
necesario conocer los factores que la promueven; y las dinámicas que se establecen en dichos
factores, dando apertura para el afrontamiento de los momentos adversos. Se requiere de vínculos
socioafectivos donde sea posible el diálogo de lo sensible sobre lo que se experimenta,
38
promoviendo la creación de una metodología que pueda ser proyectada sobre futuros procesos. La
participación de las personas, con la finalidad de promover la resiliencia, hace entender las
fortalezas propias en conexión con los otros que logran identificar también las de ellos desde el
compartir. (Madariaga et al., 2014).
Los escenarios donde la resiliencia es una posibilidad de diálogo de sí mismo frente a las
circunstancias, lo que la promueven y la evocan. La resiliencia es un proceso social, pero a la vez
pedagógico, con un carácter polisémico que les otorga a los seres humanos, ser dueños de su propia
vida inscrita en los relatos de sí y a su vez fomenta su práctica, en sus distintos escenarios.
2.2 Los orígenes de la resiliencia
El origen de la resiliencia, se asemeja a un círculo concéntrico, donde su centro, eje u origen se
comparte. En este caso, los estudios que dirigieron su mirada hacia los efectos que producían los
traumas, dejaron de ser el centro para situarse sobre el fenómeno de la recuperación del desarrollo.
Casos como los de la segunda guerra mundial, fueron punto de partida para René Spitz y Anna
Freud quienes observaron la recuperación del desarrollo en algunos niños, con ciertos traumas a
casusa de la guerra o la perdida de sus padres. (Pourtois, 2014).
María Angélica Kotliarenco, Irma Cáceres, y Marcelo Fontecilla (1997) , en su estado del arte
en resiliencia, establecen la ruta del origen del concepto durante los años ochenta, como antónimo
del concepto de “vulnerabilidad”, que hasta el momento había guardado gran protagonismo en los
estudios sobre el desarrollo psicosocial. Algunos puntos de partida que establecieron entender
39
ciertas condiciones de vulnerabilidad como posibilidades para la fortaleza humana, se situaron en
circunstancias de pobreza en la que se encontraba inmersa ciertos sectores de la población infantil
durante su proceso de desarrollo.
La resiliencia en un principio partió de entenderse dentro de ambientes psicosocialmente
insanos, a la par de querer reflexionar alrededor de las condiciones que hacen que los sujetos se
sobrepongan a las diversas circunstancias que son vivenciales en la cotidianidad de ese ambiente
nombrado como “insano”. Es por ello, que ya para la época de los 80’s, la investigación sobre la
resiliencia se focaliza en las personas que han desarrollado esta “capacidad” en determinadas
situaciones, a las cuales se les llamara resilientes.
Uno de los autores que se destacó en este campo fue Michael Rutter, quien junto con Emmy
Werner y Norman Garmezy, acuñó el concepto de resiliencia para las ciencias sociales en el año
de 1972, siendo uno de sus aportes a esta investigación, el conocimiento y la comprensión de las
causas por las que las personas, que se consideran resilientes, logran dentro de su desarrollo
psicosocial sobreponerse a determinada circunstancia o realidad. Rutter, parte de los factores que
actúan como protectores y cuáles son las dinámicas o mecanismos que los encausan. (Kotliarenco
et al., 1997)
Emmy Werner, durante los años cincuenta, examinó la ruta de 300 niños de la calle en Hawai,
constatando la capacidad de algunos de ellos para mantener sin dificultad procesos de aprendizaje
y adaptación (Pourtois, 2014), lo cual le permitió reconocer la resiliencia como una posibilidad
que promoviera la creación de políticas de intervención. Werner nos habla desde un punto de vista
40
clínico, donde la creación de ciertas dinámicas puede llegar a disminuir la exposición a ciertas
situaciones; a su vez de entender los factores de protección8 dentro de ciertas circunstancias dadas
que posibiliten ser escenarios donde pueda darse el desarrollo de la capacidad resiliente.
(Kotliarenco et al., 1997)
El interés por el enfoque de la resiliencia, a partir de los aportes de Rutter, estableció tres áreas
de investigación sobre la resiliencia. La primera de ellas, son las diferencias individuales en el
estudio en poblaciones de alto riesgo, las cuales se situaban en los datos empíricos arrojados en las
investigaciones; la segunda hace referencia al estudio sobre el “temperamento” por varios autores
en los estados unidos en la época de los 70’s; y la última área se relaciona con la investigación de
Meyer, alrededor del estudio sobre la observación de las distintas formas que las personas tienen
para enfrentar situaciones; destacando experiencias clave o momentos de transición. (Kotliarenco
et al., 1997)
Rutter también estableció aportes psicobiológicos frente al entendimiento de la resiliencia, pues
los sujetos cumplen un rol activo en su interacción con su medio ambiente; así es posible entender
este concepto no en la fortaleza o debilidad de una persona si no en la reflexión sobre la afectación
que tienen las personas frente a distintos “estímulos estresantes” o reacción frente a ellos,
situándose en las fortalezas o aspectos positivos de los seres humanos. (Kotliarenco et al., 1997)
Posteriormente, trabajo como el de Jhon Bowlby, se enfocaron en el vínculo, tan importante
para entender la resiliencia y luego, en los noventa, la perspectiva integrativa de Boris Cyrulnik,
8 Los factores protectores se relacionan con atributos o características individuales o colectivas que promueven el fortalecimiento de vínculos y aspectos personales de los individuos para sobreponerse a situaciones adversas.
41
propagó ampliamente el concepto, enfocándose en la relación entre el psiquismo y lo biológico;
es sobre esta dirección que se enmarcar los trabajos actualmente y esto permite que la resiliencia
pueda ser observada en distintos escenarios, con características propias a cada contexto donde se
lleva cabo (Pourtois,2014)
2.3 Sobre los factores protectores
Es importante señalar, que tanto los factores protectores como los factores de riesgo, están
determinados por el contexto y el sujeto donde se pretende evidenciar el proceso de la resiliencia;
y que un factor que puede llegar a presuponerse de riesgo, en otro escenario puede llegar a ser
fortaleza, y de igual manera sucede con los factores de protección; lo que consideramos como una
posibilidad en un sujeto o experiencia específica, podría suponer la rendición ante lo adverso.
Sin embargo, es importante identificar ciertas características que se le atribuyen tanto a los
factores protectores y de riesgo, para poder ser identificados en los escenarios o sujetos donde se
lleve a cabo la identificación del proceso resiliente o pretenda ser propuesta la resiliencia. El factor
protector, fue definido “como las influencias que modifican, mejoran o alteran la respuesta de una
persona a algún peligro que predispone a un resultado no adaptativo” (Rutter citado por
(Kotliarenco et al., 1997, p.12)
Partiendo de ésta definición establecida por Rutter, se dice, primeramente, que un factor
protector no necesariamente constituye un suceso agradable, es decir, en determinadas
circunstancias, los eventos poco agradables llegan a fortalecer a los individuos frente a situaciones
42
similares; o por el contrario, los eventos estresantes que se catalogan como factores de riesgo,
pueden llegar a ser sensibles frente al estrés en futuras experiencias (Kotliarenco et al., 1997)
Una segunda característica asociada a los factores protectores, incluyen la interacción; pues
estos manifiestan sus efectos ante la presencia de algún causante de estrés, y modifica la respuesta
del sujeto con el fin de afrontar la situación inesperada. Por último, un factor protector, puede no
llegar a constituir una experiencia, sino una cualidad o característica individual (Kotliarenco et al.,
1997)
Es importante decir, que se menciona la importancia de señalar que un solo factor no es
suficiente para promover la resiliencia, es importante que estén involucrados más factores que
puedan mantener una relación entre sí. Algunos posibles factores que promueven los
comportamientos resilientes son: Atributos personales, apoyos de sistema familiar y apoyos
provenientes de la comunidad; debe existir una interacción entre estos factores y la posibilidad de
identificarlos con el objetivo de diseñar acciones preventivas, lo cual señala la importancia del
modelo conceptual al margen de la resiliencia.
43
2.4 De la resiliencia individual a la Resiliencia comunitaria
La resiliencia como proceso, se ha incursionado a establecerse en comunidades que viven en
contextos adversos. Su finalidad es disponer circunstancias y dinámicas que lleguen a promover
una metodología que permita que el contexto mismo se reescriba, pues quienes participan en él,
han reescrito su vida y a su vez han logrado proyectarlo en el exterior. La resiliencia comunitaria,
al igual que la individual, se establece de acuerdo al contexto donde se da. Por eso, para determinar
su alcance, es necesario nombrar algunos de los procesos donde ya se ha llevado a cabo, con el
propósito de entender su amplitud y alcance.
Por un lado, tenemos al CEANIM (Centro de Estudios y Atención del Niño y la Mujer), quien
inicia su proceso en un Chile marcado por las secuelas dejadas de la dictadura militar. Su propuesta
se centra en programas de educación inicial para niños y niñas entre los dos y cinco años, en
compañía de sus madres, bajo una intervención donde la resiliencia es protagonista. En ese sentido,
el CEANIM, entiende la resiliencia no solo guiada hacía la creación de un marco teórico, sino
hacia las aplicaciones que el concepto tiene en la práctica; por eso la definen como un constructo
dinámico que llega a manifestarse en momento de la vida. Para el CEANIM, en el proceso de
resiliencia, las interacciones con otros seres humanos son las que constituyen comunidad, y es a
partir de las redes que se gestan en comunidad que es posible el bienestar emocional (Kotliarenco,
2014)
La resiliencia dentro de sus programas de educación inicial, planteó un nuevo paradigma donde
el cambio era viable, era posible la construcción de nuevos sentires y la reescritura de quienes
44
participaban a pesar de las situaciones adversas a las que debían confrontarse diariamente. Por eso,
aunque inicialmente la resiliencia hacía referencia exclusiva a los individuos, ha logrado
extenderse a la colectividad, donde la comunidad y la cultura son elementos centrales. Kotliarenco
(2014) establece tres componentes centrales como respuestas de éstos procesos:
1. Recuperación: Las personas vuelven a su posición inicial después de un suceso estresante.
Cyrulnik (2010) señala al respecto, que la recuperación resiliente no se da sin “heridas
emocionales”, pues son las que acompañan a las personas durante todo su proceso.
2. Sustentabilidad: Las personas logran mantener en el proceso valores y metas que se han
fijado para su vida; éste proceso lo acompaña la sensación de bienestar que dichas metas les
proporciona, dándole un nuevo sentido a su vida.
3. Cambio: Las personas resilientes demuestran que pueden recuperarse y mantener sus
valores, pese a estar expuestas a situaciones adversas; hacen un ejercicio de introspección de
las circunstancias de su vida, lo cual les permite un pleno desarrollo emocional.
Las comunidades demuestran su capacidad resiliente a través de la profundidad y el tiempo en el
que logran mantener estos comportamientos. De acuerdo a los procesos que ha llevado a cabo el
CEANIM, definen la resiliencia como:
Un proceso dinámico, de origen interactivo y sociocultural que conduce a la optimización de los
recursos humanos y permite sobreponerse a las situaciones adversas, gracias a las defensas que le
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brindan los mecanismos protectores, sean estos individuales, familiares, comunitarios y /o
culturales. (Kotliarenco, 2014, p.163)
Entendiendo que la respuesta resiliente no es universal, porque su proceso se da de manera distinta
en cada individuo; las distintas culturas o contextos entenderán y afrontarán los traumas de una
forma diferente, por lo que no es posible generalizar la dimensión de un hecho adverso. Lo
importante será reconocer los factores que actúan como mediadores en un contexto y momento
para el diseño de un modelo de prevención (Kotliarenco, 2014)
Para finalizar con el proceso de resiliencia que ha llevado a cabo dentro del CEANIM;
establecen que para entender el concepto de resiliencia comunitaria en Latinoamérica, es
importante la sinapsis social9; pues esta permite el entendimiento de cómo cada situación de crisis
que sufre una comunidad, produce un dolor que genera un efecto movilizador de las capacidades
para repararse y afrontar la adversidad. (Kotliarenco, 2014)
En Latinoamérica, una comunidad resiliente potencializa el crecimiento frente a la debilidad,
que, por las distintas situaciones históricas, han sufrido las redes sociales; esto permitió establecer
algunos pilares de la resiliencia comunitaria descritos por Néstor Suarez en Kotliarenco (2014), de
la siguiente manera:
- Autoestima colectiva: Se relaciona con la pertenencia a la propia comunidad.
9 La sinapsis social entiende como la conexión social y emocional de un grupo de personas, redes sociales o comunidad.
46
- Identidad cultural: Proceso interactivo que a lo largo evidencia la incorporación de
costumbres, valores, giros idiomáticos, danzas o canciones, entre otros; que proporcionan
un sentido de pertenencia.
- Humor social: Encontrar la comedia en la propia tragedia, para su superación.
- Honestidad y solidaridad: Lazo social solido que define los anteriores pilares.
La resiliencia es un proceso que se construye en diálogo con el otro, un tejido del vínculo; más
allá de la suma de factores internos y externos, es la interacción permanente que teje el destino de
la vida a través de contarnos nuestras experiencias. (Cyrulnik en Kotliarenco, 2014)
Otras iniciativas comunitarias que echado mano de la resiliencia, son consideradas iniciativas
de transición, las cuales se proponen como modelo de intervención local- comunitario, con la
finalidad de orientar a las comunidades a un empoderamiento frente a las crisis emergentes
actuales; algunas de las características planteadas al respecto de estas iniciativas por Azkarraga
(2014) son:
- Su punto de partida es una lectura crítica hacía un cambio de sociedad, en donde se
articule una acción colectiva que haga frente a la crisis y alcance unas condiciones que
logren establecer una buena vida frente a cualquier circunstancia que surja.
- Su acción debe darse a escala prender un cambio social guiado por la creatividad
propositiva.
- La resiliencia comunitaria o local como punto de partida para las iniciativas de
transición, supera la condición de generar comunidades preparadas para los choques o
47
procesos traumáticos; más bien busca el establecimiento de experiencias para la
construcción de vínculos dinámicos hacia una comunidad autónoma y democrática,
incluso, acentuando también su transición en los procesos personales, dando paso a la
dimensión psicológica del cambio social.
- Su metodología de acción, sin tener un carácter prescriptivo, parte de la observación
sobre las iniciativas de transición, siendo así una guía hacia el emprendimiento de
estrategias de resiliencia local.
2.5 El ahora de la resiliencia
Hemos abordado hasta este punto, algunos de los matices que la resiliencia presenta como
proceso que se teje por los vínculos establecidos desde lo mejor de sí, que llega a proporcionar
cada persona o comunidad. Esto nos hace entenderla y convocarla en otros escenarios donde la
importancia del diálogo intersubjetivo para producir conocimiento desde una mirada de la
comprensión sensible, es esencial en las relaciones que establecemos con los otros y promueve la
capacidad de darle vida a otros mundos posibles dentro de un escenario atravesado por lo adverso.
De la resiliencia podemos decir en el ahora, que es la capacidad de una persona o un grupo para
crecer en presencia de grandes dificultades; no es fija, varia a lo largo de toda una vida, se
construye por interacciones con el entorno, pues la naturalidad de la vida se encuentra en un
proceso que más allá de la resistencia, se construye y se reconstruye de manera constante; la
resiliencia inspira un cambio en la forma de ver la cotidianidad y a las personas que hacen parte
de ella, abriendo la posibilidad a nuevas ideas y nuevas prácticas. (Vanistendael, 2014)
48
Para Boris Cyrulnik (2014), la resiliencia le apuesta a otros escenarios donde incluso llegara a
revolucionar los métodos de enseñanza, pues su naturaleza en integral y nos habla de una
comprensión tanto emocional como física. Respecto al tema de las emociones, para Cyrulnik son
esenciales en el proceso resiliente, pues sin ellas no hay memoria ni vida psíquica; son importantes
para la creación de los vínculos a través del relato resiliente, pues este le otorga un nuevo sentido
a las emociones y a las situaciones. La resiliencia representa la vuelta al poder de uno mismo,
porque se asocia con la libertad, y solo es posible retornar a ella siendo sujeto de su propia historia.
“Yo, herido, decido, recupero una parte de libertad interior”. (Cyrulnik, 2014, p.47)
El sufrimiento, si bien forma parte de la condición humana, no es una condición obligatoria, se
confronta porque es posible asociarse con otros mediante la palabra. La construcción social es
necesaria y se da por la capacidad de hablar de nuestras experiencias. Si nadie habla, si todos se
callan, se transmite la inseguridad y no será posible entender el sentir frente a lo que acontece, y
darle un nuevo rumbo o un matiz creativo. Las formas en que las culturas cuentan los relatos de
los momentos adversos, modifica el modo en el que experimentamos el dolor (Cyrulnik, 2014).
Somos resilientes porque somos capaces de comprender que tenemos la capacidad de reescribir
nuestras situaciones.
3. El tejido resultante de la narrativa y la resiliencia
El capítulo de la narrativa y la resiliencia, pretender mostrar los puntos en común que ambos
conceptos han compartido en la investigación. Para ello se utilizará la propuesta de Ricoeur (2006)
que habla de la capacidad pre-narrativa, en relación con la metodología de Cyrulnik (2014) que
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nos plantea tres momentos que hacen de la resiliencia un proceso hacia la transformación,
visualizada y sensibilizada en los relatos. De igual forma, se tocarán puntos importantes como lo
son el sentimiento de vergüenza que se establece antes de hablar de lo adverso y la influencia de
la cultura en la construcción de la identidad narrativa.
3.1 Lo que la narrativa tiene por contar de la resiliencia
“La desgracia nunca es algo puro, tampoco la felicidad. Pero apenas la convertimos
en relato, damos un sentido al sufrimiento y comprendemos, mucho
tiempo después, cómo pudimos transformar una desgracia en maravilla, ya
que todo hombre herido se ve forzado a la metamorfosis: aprendí a transformar
la desgracia en una prueba. Si una te baja la cabeza, la otra te la levanta…”
Boris Cyrulnik
El proceso resiliente es observable y posibilita ser vivido por la narrativa, a su vez la narrativa
es necesaria para llevar a cabo un proceso de resiliencia. La persona herida ésta rodeada
constantemente de relatos, producciones interiores como exteriores de lo que llega a simbolizar la
herida, acompañados de otros elementos que son otorgados en su gran mayoría por la cultura. Los
relatos constituyen en este proceso un conjunto de determinaciones de carácter heterogéneo que
desencadenan o no la resiliencia. (Cyrulnik, 2014)
El relato atraviesa el proceso resiliente en su naturaleza integral, provocando una necesidad de
confrontación con lo adverso. El relato le permite a la persona herida no aislarse, relatar el
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sufrimiento causado por una situación adversa y le otorga un nuevo sentido a las experiencias
cotidianas. La resiliencia es un proceso que nace por la narrativa, así que relatar la adversidad se
convierte en una necesidad. Por el relato es posible considerar la narrativa desde un enfoque
resiliente. (Cyrulnik, 2014)
Para profundizar en el desencadenamiento del proceso resiliente a partir de la narrativa,
tomaremos como punto de partida la propuesta de Boris Cyrulnik, en donde la resiliencia, como
búsqueda de sentido, tiene la necesidad de construir relatos. En ese orden de ideas, la resiliencia
tiene su punto de partida, en tres momentos: el primero, el relato que hago de yo mismo; el
segundo, el relato que hace el escucha de lo que ha ocurrido y el tercero, los relatos de la cultura.
La convergencia de estos relatos, llegan a crear la imagen que el resiliente tiene de sí mismo,
además de acompañar a la persona durante todo el proceso e impulsarlo a llevar a cabo la
confrontación de la herida, de lo adverso. Cyrulnik nos aclara, que el aislamiento de la persona lo
mantiene bajo un sentimiento de vergüenza; éste impide la resiliencia y la persona se retira
afectivamente, rompiendo vínculos que podrían llegar a contribuir a sanar su herida.
La resiliencia se convierte en un nuevo relato de sí mismo; la experiencia vivida se asocia a la
memoria, la cual se constituye de representaciones, imágenes; que finalmente llegan a ser relatos
de palabras heridas en búsqueda de ser configuradas y re-configuradas, mimetizadas como lo
propone Ricoeur. Pero también sucede que cuando la memoria es atravesada por un momento
adverso, solo llega a evocar imágenes en búsqueda de ser dichas.
51
Estas imágenes constituyen lo que somos, nuestra identidad; una identidad antes descrita como
móvil y dinámica; por lo cual esta representación de imágenes en la memoria, puede llegar a ser
reescrita en el presente, modificada; si se tiene la posibilidad de elaborar un relato sobre ella
(Cyrulnik, 2014). La cultura cumple un papel fundamental en el proceso de resiliencia, pues en
ella se posa la mayoría de creencias a las que nos aferramos comúnmente, por eso se convierte en
un factor influyente en el proceso resiliente. En varias situaciones de niños que tuvieron que sufrir
la guerra, se evidencia que consiguieron su proceso resiliente de una manera distinta. La razón se
establece por la forma como la cultura relató los momentos adversos por los que atravesaron; esto
logra modificar la forma en como la persona o la comunidad experimentan dicha situación.
Al respecto de los niños que durante la guerra civil española tuvieron que separarse de sus
padres y ser reubicados en México, Francia y Rusia, Cyrulnik (2014) dice:
Cuando se ha hecho estudios de apego en estas tres poblaciones de niños, se ve que los niños de
la guerra en México se les dio tanta seguridad que se hicieron mexicanos. En Francia, en un primer
momento, tuvieron dificultades para integrarse, mientras que en un segundo momento fueron
acogidos y se convirtieron en franceses, pero conservaron la huella de la herida en su memoria.
Los niños españoles que fueron adoptados en Rusia tomaron del relato cultural comunista la
significación de ser, todos ellos, hijos de héroes. Y fueron acogidos como hijos de héroes…Así,
el modo en que la cultura acogió a esos niños modeló la representación del drama que les había
sucedido. En México, poca tragedia. En Francia, no se habló bien al respecto. En Rusia, orgullo,
sacrificio y muerte. (p.48)
52
El relato autobiográfico puede llegar a estar atravesado por un silencio perturbador. El “abrigo
de las palabras” (Cyrulnik, 2014), solo es posible cuando hay un desprendimiento de la zona de
confort, del sentimiento de la vergüenza, pues se puede construir un relato sin decir nada, para sí
mismo, un silencio de la herida, pero también de lo sagrado, permaneciendo en un estado de
rumiación que se manifiesta en un constante estruendo lingüístico manifestado en el “¿por qué?”.
Si se configurará la palabra que avergüenza, se encamina hacia la comprensión de la
experiencia que causo dolor, se trabaja la herida y se supera el sufrimiento. La narrativa, tal y como
antes se propuso; señala, articula y aclara la experiencia, que es de carácter temporal (Ricoeur,
2000); por lo cual, la experiencia se configura de manera distinta cada vez que se evoca en el
relato, al igual que por el dialogo intersubjetivo de esa experiencia, pues quien escucha tiene su
propia versión de lo adverso y quien la vive, la reescribe una y otra vez dándole un nuevo sentido
al dolor.
El relato que se configura y se reconfigura, hace que la persona herida vuelva a la vida, a ser
dueño de su propia historia; en ese momento nace la resiliencia, haciendo de lo adverso motor de
lo creativo, se dispone una decisión de liberarse del pasado; el nuevo sentido que nace de hacerse
dueño del relato hace de la vida una poética, orientando la acción posible de lo que se pensada
imposible. (Begué, 2003)
Después de la situación adversa, vienen cambios importantes en el proceso hacia la resiliencia,
cuando el relato de la vergüenza logra salir hacía el otro, la persona herida empieza a percibirse de
manera distinta, al igual que la convivencia de su entorno, el cual genera un beneficio en cuanto
53
le permite al herido establecer relaciones a partir del acto de narrar, tal y como lo plantea Bruner.
Nuestras conexiones nos llevan a la autonomía y a una comprensión de sí, bajo determinadas
circunstancias que se relacionan con el acceso a la palabra.
En la construcción del relato que posibilita el proceso de la resiliencia, son importante las
emociones, pues estas influyen en nuestras percepciones de las experiencias que se desembocan a
partir de lo adverso y, por ellas mismas también es posible reescribirlas dándole un nuevo sentido
a través del relato. Sin emociones no hay memoria, no hay un reconocimiento de sí ni del otro.
(Cyrulnik, 2014)
Se mencionaba con anterioridad que la imposibilidad de hablar de las situaciones adversas,
hace que llegue a existir una trasferencia de la manera como entendemos y afrontamos el dolor;
por ello, es importante que a pesar de que nuestros relatos están influenciados por los modelos de
realidad narrativos, como los denomina Bruner, estos mismos modelos permitan ser usados cuando
necesitamos de un apoyo que nos posibilite hacerle comprender al otro lo que atraviesa el dolor.
La narrativa con enfoque hacia la resiliencia, nos vuelve hacia sí mismos, hacía la realidad. Se es
resiliente cuando recuperamos el curso de nuestras acciones, cuando somos dueños de nuestras
historias, se decide hablar, reescribirse, no callar más, confrontar la herida, hacer real ese mundo
posible de nuestro relato. (Cyrulnik, 2014)
Finalmente, la narrativa tiene que contarle a la resiliencia un relato de un sentido nuevo sobre
lo adverso. Reconocer la resiliencia como un proceso narrativo, dado a través del relato; nos ayuda
54
a sumergirnos en nuevas perspectivas que nos comprometen consigo mismos y con los otros, a
explorar las posibilidades del dolor. (Vanistendel, 2014)
La reflexión sobre la resiliencia humana, comenzó con la observación de historias de vida,
sobre la forma en que se lograba sobreponerse a la dificultad; la reconstrucción de la vida, lleva a
la reconstrucción de la comunidad; y la narrativa dentro del proceso de la resiliencia, se convierte
en un punto de encuentro para establecer la relación entre persona y sociedad. Se relaciona con el
sentido de la vida, y una afirmación del valor de esta misma. (Vanistendel, 2014)
El nuevo sentido sobre lo adverso que le otorga el relato al proceso resiliente, contribuye a darle
también un sentido nuevo a la vida desde el reconocimiento del dolor del otro. Ese cambio de
mirada, es una nueva visión del reconocimiento de mis fragilidades y las del otro que me habla,
una aceptación de ellas; una tolerancia, escucha y diálogo, que proponen la fragilidad como un
elemento constitutivo de las relaciones humanas proponiéndolas de manera distinta a la mirada de
la competencia y la individualidad. La narrativa con un enfoque hacia la resiliencia, es un nuevo
sentido de la dimensión del dolor humano. (Vanistendel, 2014)
3.2 Antes del relato vino la vergüenza
Lo que no se dice, es lo que se ha forzado a callar. Las circunstancias que lo rodean y las reacciones
del entorno hacen del silencio una permanencia; las reacciones que el otro llegue a tener sobre mi
experiencia, son las que me mantienen atado a todas las suposiciones que se guardan en el interior
de lo que podría pasar si se llegara a romper con el silencio. Se calla para protegerse; una historia
55
sin palabras vive solo dentro de los símbolos, los cuales se camuflan en narraciones silenciosas.
(Cyrulnik, 2011)
3.2.1 Primer momento: el relato de sí mismo (en silencio). Un primer relato que se
preconfigura, es el relato que nace de la vergüenza. Cuando no se comparten las emociones se
instala una zona silenciosa que habla sin cesar, “como un altavoz que murmura dentro de sí un
relato inconfesable” (Cyrulnik, 2011). El sufrimiento se asocia con el silencio y organiza
interacciones distintas con los otros.
Un primer intento de acercamiento existe en el consuelo autobiográfico de otro que se parece
al herido; ese primer paso permite darle forma verbal a su fractura, liberándose de lo que creía ser.
Se convierte en un ser comprendido, hasta con la facultad de ser amado y amar, ser perdonado y
perdonar. Cuando el herido se narra no está solo, porque empieza a establecer miles de relaciones
que contribuyen a superar la adversidad, antes de eso solo existen fantasmas. (Cyrulnik, 2011)
Para Ricoeur, la trama o intriga, desde una perspectiva aristotélica; se elabora por una acción
que transforma las condiciones en la medida en que sean relatadas; la trama o intriga inaugura una
historia y pretende por la acción misma que se relata, ser una acción que deshaga el estado de
peripéteia, la sucesión de incidentes lamentables. La trama es entonces un conjunto de
acontecimientos que se trasforman en una historia, o una historia que se extrae de acontecimientos;
convirtiéndose en un proceso que integra, el cual solo se da en la medida en que existe un
espectador, lector o escucha que sea: “Receptor vivo de la historia relatada”. (Ricoeur, 2006)
56
Pero, ¿Qué sucede cuando el relato sobre el dolor atraviesa por el sentimiento de vergüenza?
La resiliencia es un proceso situado sobre la vida misma, la narrativa le otorga a la resiliencia ser
testimonio de una vida que se reinterpreta por el relato que se narra, pero al mismo tiempo el relato
vuelve a la vida, a una vida interpretada. Si bien es cierto que dentro del proceso estructurante de
la trama se necesita de otro que escuche o lea los relatos de nuestras experiencias, en el proceso
resiliente, en el relato silencioso, la persona herida no solo es el productor de su relato si no también
su lector; al ser compartido de manera abierta le permite seguir siendo autor y lector, de una manera
distinta, sobre el dolor.
Antes de adentrarnos a la configuración de ese relato compartido, volvamos a la vergüenza
como elemento que, en el proceso hacia la resiliencia, puede ser visibilizado en la capacidad pre-
narrativa, descrita por Ricoeur. Una vida es un fenómeno biológico que puede ser interpretado por
el relato, la trama de la vida parece estar en sintonía con la acción-sufrimiento, actuar y padecer;
siendo en últimas lo que el relato pretende imitar de manera creadora. (Ricoeur, 2006)
Existen unos puntos de apoyo del relato sobre la experiencia, establecidos para el proceso de
comprensión. El primero nos refiere a la estructura del actuar y el sufrir de los seres humanos;
entendemos lo que significa una acción por la red de expresiones y conceptos existentes que nos
hacen pensar en dichas acciones en relación a establecer unos objetivos, circunstancias, proyectos;
dicha red es denominada “Semántica de la acción”, la cual encontramos en los relatos, nos
familiarizamos con ella, llevándonos a entender las circunstancias de lo cotidiano, pero al mismo
tiempo a disponer nuestra voluntad para comprender lo inesperado. (Ricoeur, 2006)
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El segundo apoyo se dispone en la proposición narrativa; la cual se asocia con la compresión
práctica, es decir, una acción narrada, es posible ser articulada por la existencia de normas pre-
establecidas relacionadas con lo simbólico, con un primer estado de las cosas de manera intima
relacionados con interpretes internos de la acción. (Ricoeur,2006)
La prefiguración del relato nacido de la vergüenza, se asocia con lo simbólico de las situaciones,
que a su vez están establecidas por la narrativa: “De esta manera, el simbolismo confiere a la acción
una primera legibilidad. Hace de la acción un cuasi-texto para el cual los símbolos proporcionan
las reglas de significación en función de las cuales una conducta determinada puede ser
interpretada”. (Ricoeur, 2006, p.7)
Cualquier representación permite controlar la emoción de la vergüenza, busca entablar una
relación íntima a través de la posibilidad de relatar; pero el compartir la emoción se asocia con la
angustia o el agrado, dichas sensaciones se relacionan como antes se menciona, con lo simbólico,
con las normas preestablecidas de las acciones. (Cyrulnik, 2011)
Así mismo se afirma que:
Pero ¿quién querrá unirse a mi vergüenza? ¿Quién no se sentirá incomodo cuando explique “las
trampas sexuales que me tendía mi padre”? Aquel hombre era una autoridad local, apreciado por
sus actos humanitarios. Hablaba bien, era bien parecido y colaboraba generosamente con la
asistencia social. Le apreciaban mucho. Pero por la noche manipulaba la cerradura de la
habitación de su hija para que no pudiera encerrarse, o bien hacia ver que dormía en su butaca y,
cuando ella pasaba a su lado, la tomaba bruscamente. Como explicar estas cosas sin correr el
58
riesgo de suscitar incredulidad: “conozco a tu padre, sería incapaz de hacer una cosa así.
(Cyrulnik, 2011, p.22)
Muchas situaciones asociadas a la acción provocan representaciones que no pueden
compartirse. El avergonzado oculta por no incomodar a los que ama, para protegerse a sí mismo,
para evitar el rechazo. Esta reacción estructura un discurso extraño donde el herido se ve sometido
a la permanente quietud por el no decir; se mantiene a la defensiva de manera constante. (Cyrulnik,
2011)
El tercer apoyo del relato, nos habla de la cualidad pre-narrativa de la experiencia humana.
“Gracias a esta cualidad tenemos derecho de hablar de la vida como una historia en estado naciente
y, en consecuencia, de la vida como una actividad y una pasión en búsqueda de relato” (Ricoeur,
2006). La vida esta mediatizada por sistemas simbólicos, dentro de dichos sistemas se encuentran
los relatos que hemos escuchado sobre situaciones o personas, los cuales hacen manifestar a la
vergüenza; pero es por los mismos relatos que dicha emoción puede ser reescrita dándole
nacimiento de nuevo a la vida.
El encadenamiento constante de experiencias inesperadas en la cotidianidad, hacen que no
siempre estén configuradas de manera absoluta en la narrativa, algunas de ellas si bien la
asociamos a relatos pre-establecidos, son experiencias aun no interpretadas y son éstas las que
motivan a buscar la comprensión a través del dialogo intersubjetivo, es decir, que otro escuche.
(Ricoeur, 2006)
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Si bien es cierto que para Ricoeur, la configuración de lo que se imita de la vida por medio del
relato, lo relaciona con el texto escrito y presentado para ser leído, también reconoce que está
mediado por lo oral, por los diálogos cotidianos que tenemos con el otro. Para el caso de la
resiliencia, dicha configuración se ubica cuando el herido rompe con la vergüenza y se atreve a
quebrar el silencio de la herida para mostrarse frente a otro. Es allí, donde la experiencia del dolor
se reescribe y se le da continuidad al relato, encaminado a la comprensión de lo adverso y a la
acción de una “nueva” vida. “La vida solamente se comprende a través de las historias que
narramos sobre ella, resulta que una vida examinada, en el sentido que tomamos de Sócrates al
comienzo de este trabajo, es una vida narrada”. (Ricoeur, 2006, p.8)
La vergüenza es una emoción que se acompaña de una memoria que juega con el ahora, ella
hace volver a las circunstancias adversas sin ser necesario, pues en algunos casos se ha visto que
el actual escenario del herido, lo invita a establecerse de una forma distinta, a compartirse a
modificar sus sentimientos y es allí, donde nace la necesidad de configurar nuestro relato a través
de los oídos del otro, de una nueva lectura, y entonces la vergüenza se transforma…”cuando la
invitación a compartir calma su emoción y cuando el medio cultural permite modificar el
sentimiento provocado por la representación de la herida, la vergüenza se metamorfosea”.
(Cyrulnik, 2011, p.24)
La vergüenza es “una tumba silenciosa donde se agitan los fantasmas” (Cyrulnik, 2011, p.84);
un relato a boca cerrada que se articula con los interpretes internos de la acción, lo simbólico
preestablecido que imita al temor. Es por ello que la narrativa atraviesa el proceso resiliente,
posibilitando la ruptura del estado de rumiación, para que la vergüenza pueda ser liberada
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modificando el alma de los otros, nos damos la libertad de relatar el dolor buscando en quien
apoyarse o a quien contarle el significado que guarda el silencio del sufrimiento, sobre una herida
causada por nosotros mismos; o quizás por otros. (Cyrulnik, 2011)
El proceso de liberar la vergüenza, corresponde a una “reestructuración cognitiva” (Cyrulnik,
2011) que, tal y como la planea Bruner, establece a la narrativa como la forma en la que se modela
el mundo y a su vez las mentes que intentan darle significado. La narrativa le impone una forma
al mundo, permitiéndole al ser humano establecer unos modelos para su comprensión, incluso la
comprensión de sí mismo. Dicho proceso de reestructuración, es una remodelación de la
representación de nosotros mismos, que evoluciona por los relatos y de las relaciones que
establecemos por este (Cyrulnik, 2011). De esta manera Cyrulnik (2011) afirma que:
“Cuando hago el esfuerzo de verbalizar la tragedia que me ha humillado y confió mis
palabras al amigo perfecto, me sorprende sentirme mejor. Sosegado, porque he
compartido mi mundo íntimo, reforzado, porque he creado algo con mi herida. Ya no
estoy solo en el mundo porque habéis leído, habéis reído, habéis criticado. Me siento
menos expulsado de la humanidad (algo inquieto, no obstante, porque no sé lo que harán
los otros con mis confidencias)”. (p.90)
La remodelación también modifica mis emociones, otorgándole al fin una estructura
“razonable”, o diríamos aquí; interpretativa, modificando la manera de comprender y actuar
en el ahora. Se es otra persona, en proceso de liberarse de la herida y volver a sí mismo, a ser
dueño de su propia historia.
61
3.2.2 Segundo momento: Un encuentro con la metamorfosis. Existe un segundo relato donde
los hechos pueden ser modificados por las palabras. Mi vergüenza ya no se sostiene sobre el
delgado hilo del silencio, se evoca, y esa escenificación del dolor, le otorga el papel al herido de
modificar la imagen pre-configurada de la experiencia que vive junto a la memoria. Por ese
segundo relato que comporta con otro, es posible generar una distancia para observar el dolor y
tener un cierto dominio sobre la emoción desagradable causada por lo vivido. (Cyrulnik, 2001)
El acto de la palabra crea una separación que nos permite interpretar el mundo, porque establece
un significado del dolor que es posible metamorfosear cuando lo relatamos. La imagen de la
metamorfosis permite hacernos ver que es posible vivir de otra manera, es por el inicio del
distanciamiento de las percepciones inmediatas que podemos comenzar a habitar el de las
representaciones del pasado y también las de nuestro bienestar; allí comienza la configuración del
relato. Comprender lo adverso, para transformarlo, para otorgarle un nuevo sentido, una nueva
mirada, un nuevo valor. (Cyrulnik, 2001)
La configuración, es la proyección de un mundo nuevo, habitable, distinto al cual hemos estado
viviendo. La narrativa enfocada en la resiliencia, se sustenta en un punto de vista interpretativo,
porque va más allá del análisis estructural extraído de lo lingüístico, se relaciona con la:
(…) mediación entre el hombre y el mundo, entre el hombre y el hombre, entre el hombre y él
mismo. La mediación entre el hombre y el mundo es lo que se denomina la referencialidad; la
mediación entre el hombre y el hombre es la comunicabilidad; la mediación entre el hombre y el
mismo es la comprensión de sí”. (Ricoeur, 2006, p.5)
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Esa primera salida del espacio de la vergüenza, hace que el relato sea evocado una y otra vez;
hace que su configuración se actualice. Hace de la vergüenza un relato por el cual se despliegue la
voluntad de reescribir las condiciones y romper con esa pre-figuración de sí mismo para sí mismo.
El relato vuelve a la vida, cuando es escuchado, leído, las historias se narran, pero se viven en el
modo de lo imaginario, y eso hace posible pensar en circunstancias concluyentes distintas de lo
adverso. (Ricoeur, 2006)
“Cuán extraña es la necesidad de hacer de la propia vida un relato, y cuán extraño placer
también. “Todas las penas son soportables si las transformamos en relato””(Cyrulnik, 2006,
p.109). Ante la adversidad nace la necesidad de callar o hablar; contar es darle vida a nuestro dolor
en la mente de otro y darse la ilusión de ser comprendido, aceptado pese a nuestra herida. Cuando
la pena se convierte en la forma en como me relaciono con el otro, esta cambia inmediatamente de
manera emocional. (Cyrulnik, 2006)
Ese tercero en el que se configura el relato, es un tercero perfecto en la medida en que él también
es imperfecto, sufre a su manera las vicisitudes de su vida; ante tantos que llegan a escuchar la
herida, unos sabrán aceptar a quien la vive con ella. Después de la confesión de la angustia que
ocasiona la vergüenza, viene el sosiego; la constitución de una nueva identidad me permite entrar
en un sentimiento de coherencia y aceptación. Respecto a esto, Cyrulnik (2006) postula:
Me presente tal como soy. En adelante, los que me amen me amaran por mí, con lo que forma mi
identidad. Soy aquel que… estuvo a punto de morir…mató a su madre al nacer… ha sido
delincuente (…) Antes del relato hacia que me amarán por mi parte socialmente aceptable y
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dejaba en las sombras otra parte de mí mismo. Con mi relato me he presentado, me hago amar
por lo que soy, auténtica y totalmente.” (p.110)
En la configuración de ese nuevo relato, la intriga o trama es la síntesis de elementos
heterogéneos que se conforman por acontecimientos, múltiples incidentes, que van más allá de
algo que simplemente sucede y contribuyen a la composición del relato que hace entenderlo como
la unidad que nos remite a la comprensión de la experiencia vivida. Dicha comprensión se logra
por la capacidad de darle continuidad al relato. Se trata de volver a contar la historia, para dejar en
un segundo plano los aspectos inesperados que allí se narran y pasar nuestra atención a cómo
podrían concluir en el presente. (Ricoeur, 2006)
Un sentido más profundo de la intriga, se encuentra en su desarrollo en dos clases de tiempo;
el primero es la sucesión de incidentes que nos hacen preguntarnos lo que vendrá, un segundo es
la integración de esos incidentes que llevan a una conclusión, lo que logra configurar la historia;
“Yo diría en ese sentido que componer una historia es, desde el punto de vista temporal, extraer
una configuración de una sucesión” (Ricoeur, 2006, p.2); y la entrada a que otro u otros puedan
escucharme.
La historia relatada es una totalidad temporal y el acto poético o narrativo es la mediación entre
el tiempo como paso y el tiempo como duración; “algo que dura y permanece a través de aquello
que pasa y desaparece” (Ricoeur, 2006, p.2), es decir, que las experiencias que acompañan el relato
de una vida, tienden a reescribirse en la posibilidad de la narrativa de otorgarle nuevos sentidos,
es así, como el herido hablara de cómo logro sobreponerse a lo adverso, haciendo uso de los
modelos de realidad narrativos, que le devuelven el derecho de ser.
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Convertir lo banal en poético, o transgredirlo; es una cualidad de la narrativa que va de la mano
con promover mundos posibles; manifestados bajo la siguiente razón:
Nosotros los seres humanos parecemos estar en lucha perpetua entre lo confortable de la
previsibilidad y la excitación de aquello que es plausiblemente posible, excepcional,
insólito, en perpetua oscilación entre el aburrimiento de lo cotidiano (que de cuando en
cuando culmina en terror) por lo que podría ser. (Bruner, 2003, p.77)
Eso posible se asocia a lo que estamos familiarizados, a lo cotidiano; de esta manera se hace
creíble lo que sucede en el relato, por la “retórica de lo real” ubicamos al otro en nuestra realidad
y en las adversidades y transformaciones que lo acompañan, a la vez que se visibiliza la superación
de lo adverso.
El pasado se reinterpreta a la luz del presente para otorgarle un sentido a los acontecimientos
que han tenido lugar. La configuración del relato sobre el dolor, cumple su papel de ser temporal,
está sujeto también a la metamorfosis de la palabra y es constante su transformación sobre la misma
vida. La configuración del relato también cumple su función, en la medida que logra sensibilizar
a quien escucha, y le permite también reescribir contextos desde lo adverso visualizado en el dolor
del otro.
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3.2.3 Tercer momento: El relato del dolor y la identidad del herido, la reconfiguración en
la versión de la cultura. La metamorfosis del dolor se logra cuando se crean lugares donde se
pueda expresar la emoción. Una resocialización sin objetivo, acentúa la herida; mientras que la
transformación es posible mientras el dolor pueda escenificarse o relatarse (Cyrulnik, 2006). La
reconfiguración de los relatos de lo adverso, puede darse en dos direcciones, la primera se sitúa
sobre lo que la cultura a preestablecido de aquellos que están inmersos en ciertos contextos o lo
estuvieron; una segunda, se refiere a lo que la cultura puede llegar hacer cuando en la
reconfiguración de esos relatos, logran encaminar a un individuo o comunidad, hacia la
transformación.
La construcción del “yo”, es una relación que se establece de adentro hacia afuera, y de afuera
hacia adentro; las fuentes internas se constituyen por los sentimientos y la memoria, las externas
se asocian con la estima de los demás y las expectativas que inconscientemente creamos por la
cultura en la que estamos inmersos. La cultura condiciona parcial, pero de manera contundente
nuestra construcción narrativa del yo pues, al ser una comunidad interpretativa- narrativa, en
acuerdo con otros, establece convenciones de los conflictos e intereses de los que la constituyen.
Es así como la cultura se vuelve una solución dada a la vida en común al igual que un desafió o
amenaza para quienes la integran. (Bruner, 2003)
La cultura es de carácter local, por lo cual el relato de ella misma no es universal, por ello la
persona puede encontrar una pluralidad de relatos con los que llega a identificarse, aunque esta
identidad se asocie con una “propaganda de la identidad adecuada”. Dicha propaganda será
66
fundamental en el proceso hacia la resiliencia, pues la cultura cumple un papel fundamental en la
reescritura del relato del herido, dependiendo de los escenarios que promueva para ello.
Muchos niños víctimas de la guerra, fueron resocializados en escuelas de barrio, y sin embargo
su vivencia adversa los impregno de un sentimiento de no sentirse incluidos. Una resocialización
acelerada, hizo de ellos niños violentos y con el pensamiento de sentirse anormales al verse
distintos a los otros niños. Una metamorfosis del traumatismo, la promueve la cultura, cuando le
otorga la posibilidad al herido de hablar de su dolor, dibujarlo, ponerlo en escena; pues en la
representación de la tragedia se reorganiza el sentimiento que nace de lo adverso. (Cyrulnik, 2006)
La cultura donde se desenvuelve el herido lo empapa; si el medio no ayuda a confrontar la
adversidad, se genera un vació en el herido que hace él mismo para no sufrir; no quiere ver la
realidad. Las representaciones que la cultura haga del herido influyen en sus reacciones. Si bien es
un camino duro, el apoyo oportuno, hace que la persona convierta los lugares en espacios de
alegría, absolutamente todas sus representaciones sobre las personas o las situaciones, cambian.
La mirada social destina a la persona herida; su progreso depende de la interacción entre las
influencias exteriores y una evolución de estructuras internas. (Cyrulnik, 2006)
Pero la cultura no es un definitivo en el sujeto, ya que la situación imprevista hace que se
reescriba; es posible que no encamine un proceso hacia la resiliencia, pero bien también puede
llegar a serlo sin la necesidad de establecerse en un escenario especifico. Por lo tanto, la cultura es
dialéctica porque en ella se encuentra lo previsible e imprevisible; el individuo no dependerá de la
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cultura, pero tampoco es del todo independiente de ella; pues los demás influyen en nuestra
identidad, pero seguimos contando con nuestras fuentes interiores. (Bruner, 2003)
Así nuestros modelos estén condicionados por la cultura no son definitivos en nosotros, sin
embargo, condiciones favorables ayudan a encaminar al herido hacía la narrativa que lo pondrá en
el proceso resiliente. La cultura tiene un gran número de factores influyentes; si se logra establecer
un camino hacia la resiliencia, el herido transforma su dolor en un organizador del “yo”; cuando
la misma cultura aísla al herido, vuelve a ver su desgracia como una letanía, convirtiéndose en
prisionero de su memoria. (Cyrulnik, 2001)
La construcción narrativa del yo, mediado por la cultura, responde al concepto de “eventos
verbalizados”; donde evidenciamos una relación recíproca entre pensamiento y lenguaje, es decir,
la mediación del lenguaje narrativo, es lo que hace que nuestra identidad tome la forma del relato.
En su condición dinámica, no existe un único relato del “yo”, sino una gran cantidad. Esta
perspectiva permite comprender lo cambios, las transformaciones y hasta las crisis (Bruner, 2003);
lo que demuestra que la vergüenza no es estática, que lo simbólico del relato para sí mismo no es
eterno y que la configuración y la reconfiguración del relato adverso puede hacer de la narrativa
un proceso de resiliencia.
4. Lo que la resiliencia tiene por contar de la narrativa
Para finalizar el capítulo, veremos lo que las historias de vida han hecho para reconstruir la
existencia herida. Actualmente han emergido investigaciones que visibilizan el trabajo que la
68
narrativa le ha aportado a la resiliencia. La resiliencia con un enfoque narrativo, permite
adentrarnos de manera situada en las historias de vida, al reconocimiento de ésta como proceso en
que los sujetos logran reconstruirse y a su propia vida, por el mismo acto de relatar. “La
construcción del relato posibilita que los sujetos reinventen el presente”. (Granados, Alvarado y
Carmona, 2016, p.12)
El sujeto logra un tránsito por la posibilidad que tiene de ver la resiliencia como una capacidad
narrativa de lo adverso; evoca el pasado a la memoria e incluso a la imaginación. La narrativa
resiliente le da protagonismo a la característica creativa, haciendo que el sujeto no se quede anclado
sobre el sufrimiento, si no que haga de él un relato de la reelaboración de su propia vida, se otorga
la libertad de moverse entre lo adverso. (Granados et al., 2016)
La resiliencia desde un enfoque narrativo, hace que el relato que configura el sujeto se asocie
con un anclaje lingüístico que se relaciona con el sentido que adquiere el nuevo significado sobre
lo adverso, haciéndolo ver la posibilidad en la experiencia inesperada, algo que el asume como
lejano en un primer momento. La resiliencia permite hablar de la narrativa, pues la reconfiguración
de la vida se da por el relato, el cual se posa en la situación de los sujetos que han vivido en lo
adverso o que lo hacen. (Granados et al., 2016)
La configuración de los sujetos desde una estructura pre-narrativa, la cual es constante en cada
momento de la experiencia, hace que el sujeto no sea estático ni definitivo, es decir, la desdicha
no es algo permanente. (Granados et al., 2016)
69
El relatar permite un ejercicio interpretativo de la experiencia, la reescribe otorgándole una
oportunidad de ser algo distinto en el ahora, evidenciando como las personas confrontan lo
adverso. La resiliencia con enfoque hacia la narrativa, se instala sobre el sujeto en particular, pero
también en las conexiones que se relacionan con un nosotros colectivo, esos encuentros mediados
por el relato; suscitan la expresión de lo que emerge a nivel colectivo. (Granados et al., 2016)
5. Metodología
5.1 El estudio de caso: un método para abordar la unidad
El estudio de caso es un método de investigación cualitativo que nos permite identificar
elementos particulares de una unidad, de carácter individual o colectivo. Su objetivo principal es
la descripción de dicha unidad o unidades, según sea el caso, que permitan la interpretación de
dicha unidad o unidades de manera independiente una de la otra. Para el propósito de esta
investigación, el estudio de caso como parte de la investigación cualitativa, plantea la entrevista a
profundidad y la elaboración del testimonio, como método interpretativo, con el fin de desarrollar
una descripción amplia sobre la experiencia de los hospitales de campo; permitiendo identificar
elementos particulares que contribuyan a proponer la narrativa como método que favorece los
procesos de resiliencia.
El estudio de caso a través de la aplicación de una entrevista a profundidad y de la interpretación
del testimonio que realizan diferentes organizaciones a partir de la historia de vida oral de una de
las participantes de los Hospitales de Campo, permiten identificar aspectos teóricos anteriormente
70
planteados en los distintos relatos elaborados desde lo que ha representado narrar la experiencia.
Dichos aspectos situados en la interpretación y comprensión, serán abordados en la elaboración de
un relato que permita reconocer dichos aspectos en la experiencia misma del relato.
5.2 La entrevista a profundidad
La entrevista es más que un elemento de investigación estructurado y estandarizado, donde
quien investiga busca la recolección de datos exactos o preguntas prefabricadas (Taylor y Bogdan,
1987). La entrevista ha llegado a ser vista desde un enfoque didáctico, en donde su relación con lo
narrativo, la entiende como forma de conocimiento de lo social. En este sentido, la entrevista se
ubica en un campo que conecta prácticas y significados, ya que contar la información
experimentada al igual que los discursos particulares, remiten a otros significados sociales y
generales; implicando considerarla como una forma de conocimiento. (Merlinsky, 2006)
La entrevista va más allá del lugar puramente lingüístico, es de carácter pragmático, pues es un
relato actualizado en relación a un escenario o práctica correspondiente, específica. Como forma
de captar significados que están mediados con la forma como los sujetos asumen sus experiencias,
la entrevista posee un carácter comunicativo, en donde las percepciones de quien entrevista entran
en juego. Por consiguiente, es una interpretación de hechos. (Merlinsky, 2006)
Esto permite proponer la entrevista desde una perspectiva interaccionista, donde: “son los
sujetos quienes, en el mismo proceso de intercambio, haciendo uso de las reglas, constantemente
producen y reproducen la realidad social” (Merlinsky, 2006, p.29). La entrevista en una
71
conversación que se relata, se comprende por el mismo contexto del relato, es decir, se ha
reconstruido y se reconstruye una y otra vez, en las enunciaciones o comentarios pasados y futuros.
En ese sentido, lo que se relata en la entrevista, también corresponde a la actividad indexical10 del
lenguaje donde hablar de sí mismo responde a un ejercicio reflexivo, una comprensión de la
experiencia; ubicada en la relación social. (Merlinsky, 2006)
La entrevista a profundidad, esta direccionada a ser una conversación entre iguales y no un
simple intercambio de preguntas y respuestas; es el investigador quien se convierte en el
instrumento de investigación y no un formato de formulario y preguntas. En cuanto a método de
la investigación cualitativa, la entrevista a profundidad se relaciona con la observación
participante, que para el caso de esta investigación, se establece en los precedentes establecidos en
diferentes fuentes sobre los hospitales de campo y testimonios de los participantes de dichos
escenarios; promovidos por la Fundación Victimas Visibles; para ser abordados en profundidad a
través de la entrevista, lo que se conoce en este método como “situaciones específicamente
preparadas”. (Taylor y Bogdan, 1987,p.102)
La entrevista a profundidad, vuelve al sentido de la narrativa descrita con anterioridad en el
capítulo dedicado a ésta, desarrollado también por Burgess, citado por Taylor y Bogdan (1987):
En la historia de vida se revela como de ninguna otra manera la vida interior de una persona,
sus luchas morales, sus éxitos y fracasos en el esfuerzo por realizar su destino en un mundo que
con demasiada frecuencia no coincide con ella en sus esperanzas e ideales.” (P.102).
10 El termino indexical, corresponde al comportamiento o enunciado que apunta a un estado de las cosas.
72
La entrevista que configura una historia de vida, es el producto final como relato de la
comprensión de las experiencias vividas. El segundo tipo de relato se establece sobre el aprendizaje
de acontecimientos y actividades que no se pueden observar directamente, por ello el entrevistado
es un informante y observador participante de la investigación. Describen lo que sucede no desde
su propio modo de ser, si no que develan la mirada y percepción desde su propia perspectiva la
mirada de los otros que participan en el escenario. (Taylor y Bogdan, 1987)
El tercer tipo de entrevista en profundidad, busca proporcionar un cuadro amplio de una gama
de escenarios, situaciones o personas en un lapso breve, tomando como base los testimonios de
quienes participan en determinado escenario. Si bien es cierto que ningún método corresponde
siempre a ser adecuado para todos los propósitos; este se construye y se determina por los intereses
de la investigación- (Taylor y Bogdan, 1987)
Se tomaran aquí algunos aspectos de la entrevista a profundidad con el fin de indagar en
aspectos específicos alrededor de la narrativa dentro del proceso de la resiliencia, ya que los
escenarios y personas participantes en la entrevista, no permiten establecer relaciones con el
pasado en miras a la interpretación de procesos actuales y también de aspectos personales del
interlocutor, como participante de un determinado escenario. (Taylor y Bogdan, 1987)
Las historias de vida que se relatan en la entrevista, buscan esclarecer experiencia humana
subjetiva. Reconoce íntimamente a las personas, para ver el mundo a través de sus ojos e
introducirse en sus experiencias. Si bien, como conversación, la entrevista se compone de
73
enunciados verbales o de discurso, que llegan a ser relatos, éstos le aportan a la comprensión sobre
el modo en que las personas se dan y componen su mundo. Dichos relatos son posibles de ser
observados en la acción y puntos en común de los otros que participan. Es por ello que la entrevista
como herramienta del estudio de caso, se propone bajo la propuesta de la entrevista a profundidad,
con la finalidad de comprender la acción ajena puesta en el acto de narrar. Respecto a esto Taylor
y Bogan (1987) mencionan:
Según nuestro propio punto de vista, mediante las entrevistas el investigador hábil logra por lo
general aprender de qué modo los informantes se ven a sí mismos y a su mundo, obteniendo a veces
una narración precisa de acontecimientos pasados y de actividades presentes, y casi nunca predicen
con exactitud la manera en que un informante actuará en una situación nueva. (p.108)
La entrevista a profundidad se relaciona con el proceso narrativo para la comprensión, ya que
el que accede a la entrevista, tiene una disposición de buscar contar su experiencia. El
establecimiento sobre qué escenario y a quien entrevistar, se establece en el ámbito de lo cotidiano,
a través de la constitución de una red que crea referentes para la reflexión. (Taylor y Bogdan, 1987)
5.3 La entrevista a profundidad: un relato de un testimonio
Parte de la estructura de la entrevista a profundidad, es la solicitud de relatos sobre historias de
vida; personales e incluso otras que llegan a relacionarse también por los relatos escritos de los
propios participantes del proceso. Los relatos sobre las historias de vida, establecen descripciones
detalladas de cada acontecimiento narrado por el interlocutor en relación a su contexto y las
reacciones frente a éste. La solicitud de una cronología se destaca en este tipo de entrevistas, pues
74
evocan un proceso que tiene un inicio y una continuación en el presente; y se manifiesta como
posibilidad para. (Taylor y Bogdan, 1987)
La entrevista también llega a evocar un testimonio, que no se desliga de la autodesignación del
sujeto; ya que él pertenece a lo sucedido o lo vivió. Las historias de vida y los testimonios
mantienen sus diferencias, aunque comparten comunes que están mediados por la entrevista, pues
esta, establece los relatos de los sujetos, los cuales están mediados por el dialogo que se establece
entre quien escucha y el que narra; dialogo necesario para la creación del testimonio. La entrevista
entonces, según Huberman, (citado por Alonso, Montenegro y Pini, 2008) se vuelve una narrativa
compartida.
La entrevista en búsqueda del testimonio, se plantea como una situación de encuentro entre dos
historias; en donde quien entrevista busca confirmar su propuesta investigativa, al igual que
escuchar el sentido que le da el entrevistado a las situaciones que se presentan en el dialogo, ese
intercambio de percepciones, establece el relato (Alonso et al., 2008). La entrevista que nos habla
de un testimonio, se reconfigura en lo escrito, otorgándole una nueva interpretación, posibilitadora
de nuevos sentidos y propuestas frente a como nos relacionamos en la vida social y le damos
sentido a la vida misma. La entrevista es la complementariedad de perspectivas, en donde entiendo
al otro y el otro logra entenderme; esto es posible a que se comparte una realidad que facilita el
testimonio, gracias a la entrevista. El testimonio se construye al tiempo el relato, posibilitando
nuevos sentidos y relaciones. (Alonso et al., 2008)
75
6. Desarrollo de la propuesta
6.1 La narrativa es: un punto de partida hacia el proceso de la resiliencia
La narrativa nos permite desplegar de manera amplia el sentido y el significado que cada
circunstancia guarda en relación en la forma como cada ser vive la experiencia. La resiliencia a su
vez, nos muestra la gran capacidad humana de sobreponernos a lo adverso y verlo como una
multiplicidad de posibilidad, por ella entendemos cuales son los factores específicos que logra
adquirir y desarrollar cada individuo o comunidad como respuesta de lo que lo hace ser o los hace
ser, pero juntas tienen mucho más que darnos. Para que la resiliencia fuera posible, tuvo que
entregarse sin ninguna restricción a la cualidad de la narrativa que le permite darse en un mundo
de lo posible, donde la imaginación despierta la capacidad creativa y la vuelve acción.
Podemos observar un proceso resiliente agudizando el oído tanto externo como interno;
identificamos su presencia por la presencia misma del relato, no solo en quien ha logrado
convocarla, si no en quien escucha el testimonio de su nacimiento. En ese sentido, presento a
continuación el relato de un proceso que ha buscado en la narrativa, el objetivo mayor de sanar a
todos aquellos que han atravesado la adversidad, dándoles en la posibilidad de la palabra un nuevo
nacimiento, para ellos y para aquellos que han tenido la oportunidad de escucharlos, y una
oportunidad para nosotros de acercarnos a la narrativa como camino hacia la resiliencia; todo esto
reconocido en el trabajo de grandes investigadores y autores que también se inquietaron por la
capacidad humana de narrar o hacerle frente a lo adverso, entendidos en el marco retoricó
anteriormente presentado.
76
6.2 Fundación Victimas Visibles: Relatar en la escucha nos lleva a mundos posibles
Tuve la oportunidad de conocer a Diana Sofía Giraldo en dos ocasiones; la primera fue un
encuentro de compartir sobre lo que ha sido su experiencia como presidenta y fundadora de
victimas visibles, el cual archivé de una manera minuciosa en una entrevista grabada. La segunda
oportunidad llego de una manera profunda, y lo describo así, porque quiero presentar mi propuesta
siendo fiel a la naturaleza de la narrativa, un relato que se constituye de perspectivas de lo que
atraviesa los sentires presentes en lo cotidiano, proponiendo nuevas maneras de asumir la vida.
Esa profundidad me hizo ampliar el panorama de los aspectos “necrosados”, como ella misma los
llama, que lograron despertarse en ella al acercarse, por el relato, a lo que habita en la sensibilidad
de quienes llamamos “víctimas del conflicto armado” y emprender un camino hacía el trabajo con
relación a lo social y hacía ella misma.
La Fundación Victimas Visibles tiene sus antecedentes en un ejercicio periodístico que logró
inquietar a Diana Sofía; la comunicación fue algo que identificó como uno de sus fuertes parar
trasmitir lo que la conmueve en su búsqueda diaria:
(…) desde pequeña me interesaba mucho la comunicación y también lo público. Me interesaba
la política entendida como lo público; entonces me interesaba lo que pasaba en la sociedad, lo
que pasaba en el país, y lo orienté hacia la comunicación social. (Diana Sofía Giraldo, entrevista,
anexo A)
El viaje que Diana Sofía emprendió en el periodismo, la puso en contacto con realidades
profundas que atraviesan el país, que ella describió en su ejercicio como comunicadora, y que
77
además se constituyen de relatos de cómo entendemos nuestras realidades. Diana Sofía conoció a
través del periodismo, las fracturas de lo cotidiano, el estado de peripetia presente en las
adversidades nacionales manifestadas en las historias de vida, que poco a poco fueron llegando a
ella y que se enmarcan de manera significativa en su relato.
Una labor que te pone en contacto directo con el país, con las zonas de violencia, zonas… me
acuerdo que recorrí todas esas zonas de influencia paramilitar, en una cosa que se llamaba el
viajero del noticiero nacional, en fin (…) (Diana Sofía Giraldo, entrevista, anexo A)
Pero la inquietud, si bien logra que nos ubiquemos en aspectos o situaciones que fueron
significativas para el camino que decidimos emprender, cuando las relatamos, logramos asociarlas
como punto de partida a nuestras motivaciones. Relatar nuestras experiencias, o articularlas en el
lenguaje, nos permiten evidenciar la capacidad de la narrativa de ser una comprensión profunda y
poseedora de sentido de los lugares que habitamos, que en algún momento también nos habitaron
y nos hacen reescribirnos en la vida misma.
(…) Pero digamos que en todos esos procesos, son como pedacitos de uno mismo, me gusta la
comunicación, o me gusta la política, o me gusta tal si… pero finalmente no me sentía unificada
(…) (Diana Sofía Giraldo, entrevista, anexo A)
Es posible que la capacidad de narrar los momentos que han sido significativos en nuestra vida,
ponerlos en diálogo con otros, nos lleve a comprender que siempre estamos en búsqueda de algo
más, y la ventaja de lo inesperado, que muchas veces se presenta con la máscara de lo adverso,
nos dispone a encontrar la forma de volver a sí mismos. Durante el 2001, siendo Diana Sofía
78
Decana de la Universidad Sergio Arboleda, coincidió con el primer intercambio humanitario, el
cual resultó ser tema en una conversación con su esposo, desencadenando una decisión que sería
definitiva para ella.
(…) y mi marido me hizo una reflexión profunda, me dijo…ustedes los periodistas se acostumbran
a ponerle un micrófono a las personas cuando son liberadas y las sacan en tres segundos
llorando, pero no saben ni siquiera quien es la persona, cuál es su historia de vida, que fue lo
que sucedió con ellas…son ustedes tan poco profundos y tan superficiales que ni si quiera les
preguntan cuál es el aprendizaje que han tenido (…). (Diana Sofía Giraldo, entrevista, anexo A)
La narrativa tiene esa capacidad de hacer de los mundos posibles acciones constantemente
temporales; porque al ponerlas en el acto narrativo, las redescubrimos y reescribimos, dándonos
cuenta del sentido que tienen para nuestras vidas; que va cambiando, porque la comprensión no
solo se desata en la función narrativa que se asocia con la facultad de darle continuidad a nuestra
historia en el relato, si no con la cualidad de darle continuidad a nuestra propia vida desde las
acciones.
(…)Entonces, se nos ocurrió con un grupo de estudiantes de comunicación social y periodismo
de la universidad Sergio…y el psiquiatra Ismael Rondan y un grupo de profesores y asesores,
pensamos… oiga y si a esos muchachos que van a liberar les hiciéramos entrevistas no de tres
segundos, si no que nos pudiéramos sentar horas y horas y horas, a ver como transcurrieron esos
años que paso con su vida…sería fantástico entonces (…). (Diana Sofía Giraldo, entrevista, anexo
A)
79
Finalmente, como producto de la iniciativa e investigación que se dio en el acercamiento a conocer
las historias de vida de los militares y policías que habían permanecido secuestrados, e
identificarlos con dicha historia, constituida con un antes y un después de la experiencia, se produjo
un libro que lleva como nombre “El regreso del infierno, historias de los que volvieron”, del cual
Diana Sofía expresa:
Yo como periodista, como comunicadora y directora de medios, cometí muchos errores
durante el ejercicio de mi profesión. También…sentí que la manera de uno aportar no es
cuestionando, o sea es… yo me paro y echo una cátedra sobre el deber ser de la comunicación,
lo que están haciendo mal los periodistas en el ejercicio, no… quisimos hacer un ejercicio
diferente de escucha… y eso también tiene que ver con este momento de nuestra vida como
Fundación y personal, donde no compartimos la manera como se manejó a las víctimas en el
proceso de paz con las FARC… Entonces el tema no es solamente cuestionar sino cuestionarte
desde una propuesta alternativa, que son los Hospitales de Campo. (Diana Sofía Giraldo,
entrevista, anexo A)
Escuchar la historia que el otro tiene por decir, es escuchar lo que su interior tiene para decirnos,
relatarnos dentro de una experiencia que es significativa para nosotros, logra hacernos ubicar en
la fractura que se genera en lo cotidiano, identificamos también que eso nos hizo tomar
determinadas decisiones en su momento, y que se mantienen presentes en el ahora, por eso
narramos nuestras experiencias en la temporalidad del hoy.
La fractura de lo cotidiano que conocemos desde la narrativa como “Peripéteia”, nos vuelven
sensibles a los obstáculos y a lo que llamamos como fracasos, pero nos convoca a afrontarlos, a
80
responder a ellos, incluso también se da de esa misma manera en las cosas que consideramos
hemos sido exitosos. El relato sobre nuestras experiencias se nutre de nuestra memoria selectiva,
adaptándola al presente y las expectativas futuras; nos hace situarnos de manera nueva en las
realidades, y reconocemos en dicho relato nuestra sensibilidad y perspectiva, evocamos nuestro
pasado como reflexión de nuestras acciones presentes.
Es así como antecede el inicio de la Fundación Victimas Visibles. Para Diana Sofía, el
acercamiento al proceso de escucha del otro, la hizo establecer un trabajo donde las víctimas no
fueran meros datos estadísticos que pasaran desapercibidos; ese primer acercamiento al relato de
la experiencia adversa que viven los otros, permanecería y permanece en su trabajo desde la
Fundación, pues la narrativa no solo hace que le demos forma a nuestro mundo, si no logra moldear
las mentes de quienes la escuchan.
(…) Entonces eran historias de seres humanos, de esposas, de novios, de hijos, de soledades, de
esperas, de sueños truncados, de vidas paralizadas, destruidas, en fin…era una visión nueva…
en ese momento dijimos, oiga el tema es de visibilización… ¿y cómo se visibiliza a las víctimas?…
generándoles plataformas donde puedan hacer catarsis pública de su dolor. (Diana Sofía
Giraldo, entrevista, anexo A)
Hasta este momento Victimas Visibles no se había consolidado totalmente. Su comienzo como
Fundación se dio durante el 2006, pero su trabajo con las victimas inicia en el 2001 dando pequeños
pasos, como lo describe Diana Sofía, desde el ejercicio de escuchar a las víctimas, hasta un
ejercicio mucho más sólido, donde la narrativa es protagonista. La visibilización ha sido algo
importante; aquí el ejercicio de relatar lo adverso ha logrado entender los procesos de la fundación
81
cimentados en cuatro momentos: el primero es el ejercicio de escucha de las víctimas en escenarios
públicos:
(…) entonces hablemos de la primera etapa, visibilización, nos asociamos con la Universidad
San Pablo Ceu de Madrid, y creamos los Congresos mundiales de víctimas del terrorismo… era
la primera vez que las víctimas salían a contar su historia públicamente. Los hicimos en
Colombia, en España, en Francia… y desde ese momento, lo que fue un punto de llegada… fue
para nosotros el punto de partida… Nosotros llevábamos víctimas de todos los actores
armados… y las víctimas hacían catarsis pública de su dolor, la sociedad escuchaba y los duelos
dejan de ser individuales y se convierten en duelos colectivos (…). (Diana Sofía Giraldo,
entrevista, anexo A)
Relatar nuestras vivencias, como nos constituyen, como nos hacen emerger de manera nueva
una y otra vez cuando las logramos consolidar en el relato, permiten identificar ese valor de la
narrativa que transciende los escenarios de lo estructural tan validos también, pero tan adquisitivos
de belleza cuando guardan un valor en la trascendencia. La narrativa nos confronta, entonces los
duelos del otro, pasan a ser nuestros propios duelos, su relato se configura también en el nuestro,
a su vez que toca fibras específicas de nuestra propia experiencia, identificadas en el otro y que
nos ayuden a ver la posibilidad y capacidad de hacer de los mundos posibles un derecho a la
existencia de nuestros propósitos.
(…) la victima hace catarsis, y la sociedad… cuando tú escuchas una víctima se mueven, yo digo,
zonas necrosadas muy profundas, que te generan empatía. Esa empatía hace que te interese el
dolor del otro y que esa tragedia no les sucedió solo a esos soldados, o esos policías, o esas
personas secuestradas o esas personas masacradas por los paramilitares… en fin… sino que le
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sucedió a la sociedad entera… que todos somos dolientes, y que es un duelo inconcluso (…)
(Diana Sofía Giraldo, entrevista, anexo A)
Un duelo inconcluso, que tiene su metamorfosis en la resiliencia de aquellos que han vivido en
lo adverso y desde allí, han entendido la grieta de lo inesperado como posibilidad para la vida.
6.3 Cuando el dolor nos vuelve iguales
Esos primeros ejercicios de escucha, permitieron a Diana Sofía comprender el valor que tiene
el relato oral, no solo en la constitución de la memoria colectiva, si no en la importancia de
reescribirnos cuando relatamos, de darle otro rumbo y sentido a nuestras vidas, especialmente en
el de las víctimas del conflicto.
(…) esto lo aprendimos escuchando, viendo e interactuando, no en ningún libro… que el dolor
es el mismo y el daño a la dignidad de un ser humano, es exactamente el mismo,
independientemente del grupo armado que haya ocasionado la tragedia, pero también
aprendimos de sociedades que habían evolucionado más que nosotros en ese tema, que los
procesos de sanación también son los mismos. Entonces, si esas sociedades, habían avanzado,
por ejemplo en una legislación a favor de las víctimas, o hay sociedades que han avanzado en
resiliencia, o hay sociedades que han avanzado… entonces, si el dolor es el mismo para la mamá
del guerrillero, la mamá del policía, la mamá del secuestrado, la mamá del muchacho asesinado,
si el dolor es exactamente el mismo, y el daño a la dignidad humana es exactamente el mismo,
resulta que el dolor se convierte en un punto de convergencia, en un lugar de encuentro, es como
el mínimo común denominador de la humanidad que nos hace a todos requetecontraiguales, es
el dolor (…). (Diana Sofía Giraldo, entrevista, anexo A)
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Cuando logramos escuchar y relatar lo adverso, cuando identificamos en otros relatos de lo
paradigmático y lo narrativo, que nos compartimos y que logramos ubicarnos en un común, el
sentido de la experiencia adquiere otro valor, al igual que nos encausa a nuevas posibilidades. Se
entiende el dolor como el “común denominador” desde un sentido matemático, como el rasgo que
comparten todos los elementos de un conjunto; entre los seres humanos, los rasgos que comparten
los miembros de una comunidad, entre ellos el dolor, sea cual sea nuestra propia vivencia frente a
una experiencia, incluso sin haber estado en ella, el relato me conecta con ésta y con quien la vive.
El dolor tiene muchas formas de manifestarse y muchos sinónimos con los cuales puede ser
asociado, para Cyrulnik (2006) el dolor es una maravilla. Para Diana Sofía, el dolor se conectó con
la posibilidad y la creatividad. En estos distintos escenarios donde participó y gestionó la
participación de algunas víctimas del conflicto, logró la consolidación de un espacio que lleva por
nombre “Los Hospitales de Campo”, resultado de una segunda etapa que se relacionó con la
necesidad de legislar a favor de los derechos de las víctimas, contribuyendo a la creación de la
“Ley de víctimas”. Una tercera etapa contribuyó al acercamiento a escenarios afectados por la
violencia, donde se brindó un apoyo psicosocial. La última, que actualmente se ha venido
desarrollando, se conoce, en palabras de Diana Sofía como el proceso de sanación psicoespiritual,
llevado a cabo en los Hospitales de Campo, donde víctimas y victimarios a través del narrar el
dolor, se encuentra en un mismo lugar, para regresar al protagonismo de su propia historia, para
volver a ser ellos, el personaje principal de su vida y no la adversidad.
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6.4 Los Hospitales de campo: Un espacio para la palabra que sana
Los Hospitales de Campo son espacios que sumergen de la posibilidad de escuchar y narrar el
dolor, sus antecedentes los sitúa Diana Sofía dentro de la observación, en el proceso de
intervención psicosocial llevado a cabo en algunos territorios del país, de aquellos que en la
adversidad bailaban, cantaban, cuidaban de sus allegados, eran líderes sociales en sus
comunidades, aquellos que miraron el dolor como sinónimo de fecundidad.
(…)una tercera etapa de trabajo psicosocial donde se atienden 1100 víctimas en toda Colombia,
y observándolas a ellas, vimos, que las que habían elaborado más el duelo, que estaban más
sanas, no cargaban peso de estrés postraumático por años, en fin, eran víctimas que habían
tenido un trabajo psicológico y espiritual… espiritual en el sentido que habían… yo no sé si la
palabra es correcta o no, pero habían sublimado ese dolor, lo habían donado, lo habían
entregado, le habían encontrado pleno sentido al dolor, o sea, dejaba de ser un dolor inútil, y
pasaba a convertirse, en un dolor, como punto de partida, o como un dolor fecundo,
paradójicamente, un dolor que la única posibilidad de ahí para delante, era la reconstrucción y
la esperanza(…) (Diana Sofía Giraldo, Entrevista, anexo A)
La palabra que sana parece guardar una profunda conexión con un espacio al que se le nombra
aquí como espiritual; la narrativa del dolor de aquellos que se han sobrepuesto a la violencia
producto del conflicto armado, hace del silencio una profunda agonía, pero al mismo tiempo una
búsqueda por nombrar lo que se duele en silencio. Esa profunda búsqueda se conecta con el
interior, las circunstancias externas atravesadas por lo adverso, fracturas en la vida, en algún punto
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logran mantener una sintonía con las cualidades interiores que se relacionan con sinónimos
positivos; impulsado a la palabra a emerger, imaginar y ser de manera transformadora en el dolor.
Fue la donación del dolor, la alegría de la vida frente a lo adverso, las palabras encontradas
después de narrarlo, como en el caso de San Carlos de Antioquia, los que motivaron a Diana Sofía
a buscar un espacio donde el acompañamiento psicosocial y la espiritualidad como ella lo llama,
dialogaran poniendo como protagonista a la narrativa. El sentido y la referencia de lo espiritual, se
sitúan en lo mejor de cada ser humano, en lo que lo habita y lo llama a sobreponerse, buscando
emerger en medio de la herida.
(…)Las que pensaban que la vida continuaba a pesar de sus profundas heridas eran las que
habían liberado ese dolor, las que le habían encontrado sentido, significado, casi como el dolor
profundo, como la clave para abrir el cerrojo y liberar la libertad interior. Como… es necesario
bajar a profundidades infernales, perdón la expresión… de dolor, para encontrar la clave de
liberación (…) (Diana Sofía Giraldo, entrevista, anexo A)
En el caso de San Carlos de Antioquia, los testimonios de las personas que recibieron el
acompañamiento psicosocial, nos muestran un relato que se encauza hacía nuevas perspectivas y
sentidos, incluso significados, pero que se logra haciendo del relato una continuidad en la vida.
“Descansar y sacar todo eso que nos atormentaba”, “Como nuevecito”, “aprender a respirar
profundo… saber llevar el dolor”, “físicamente me siento aliviado”, “ayuda para el cuerpo”,
“ganas de seguir adelante”, “tranquilidad y conocimientos para multiplicarlos”. La narrativa de
lo adverso nos proyecta hacia nuevos mundos posibles, hace de la vida un relato en busca de un
narrador, tal y como lo propone Ricoeur (2006).
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En la capacidad de escucha de lo adverso y en la posibilidad de convocar a la palabra, nacen
los Hospitales de Campo. La narrativa se reconoce dentro de la acción, se reconoce en la
configuración; una proyección de un mundo nuevo, habitable, distinto al cual hemos estado
viviendo. Entonces, entendemos que ese motor que acciona los mundos posibles nos permite ser
testimonio de nuestra propia historia y de quienes han hecho parte de ella, pero a su vez, el relato
retoma a la vida de nuevo, y somos capaces de reconocer la narrativa dentro la comprensión de
nuestras decisiones.
Diana Sofía reconoce que, para ella, escuchar el relato de lo adverso, hizo renombrar dentro de
su propio testimonio a las víctimas. Para ella, son resucitados que han vuelto a la vida. Ésta
posibilidad de imaginarlos dentro de otro papel, fue lo que la hizo visitar y recorrer distintos
recovecos para darla vida a los Hospitales de Campo de manera oficial. Pero el dolor entendido
como el punto de encuentro de todas las dignidades heridas, de todas las sensibilidades humanas,
la hizo proyectarse un poco más allá. Decide que los Hospitales de Campo también sean encuentros
entre ex victimarios y víctimas, que juntos puedan narrarse los unos a los otros, y tomen el riesgo
de renombrarse y reescribirse, con el objetivo de volver a ser protagonistas de su propia historia.
El héroe que hace de su vida algo poético, y después de superar la tragedia, regresa victorioso del
viaje que atraviesa por el dolor.
(…) y dejar que sea la acción la que preceda en esto, en que consiste eso, o sea, la acción de
crear los retiros, de propiciar los encuentros, entre víctimas y ex victimarios, a precedido todo el
proceso intelectual… entonces lo único racional ha sido la decisión de ir a la acción, la acción,
al hacerlo, has tenido un contagió emocional muy fuerte…al escuchar a víctimas y ex victimarios,
y empiezas a descubrir que es tan víctima el uno como el otro… que el niño que se llevaron a los
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ocho años, le lavaron el cerebro, le enseñaron a usar un arma, a disparar, a poner minas, ha
sido tan víctima, como la persona de la población, donde fue y puso la mina(…) (Diana Sofía
Giraldo, entrevista, anexo A)
El dolor nos convoca en un solo escenario, la narrativa nos lleva a descubrir la confianza de
nuestras acciones. Bruner reconoce que nuestro interior nos hace actuar, pero que nos cuesta
trabajo en algunos casos explicar dicho actuar en las palabras; parece que se asocia a una intuición
que cuesta un poco encontrarla en el espacio del lenguaje pero que, a su vez, de algún modo, se
mimetiza en el relato y nos hace comprender la función de la narrativa, encaminado hacia la
comprensión de nuestras acciones desde el hoy.
(…) solamente cuando los escuchas y se mueve en ti esas zonas necrosadas, porque finalmente
no se está moviendo hacia afuera, se está moviendo es hacía adentro, hacia el interior de ti mismo
y cuando se mueven todas esas zonas, y sientes compasión, lo primero que viene después de la
acción son las emociones, si, y después viene todo el proceso racional, aquí que pasó… y para
nosotros ha sido determinante que toda esta motivación ha sido en el marco espiritual, porque
hemos comprendido, observando, sin ningún libro de por medio, lo cual no quiere decir que no
deban existir tratados sobre el tema, porque la humanidad es la misma y ha descubierto lo mismo
a través de los siglos, es… que más allá de lo psicológico esta lo espiritual(…) (Diana Sofía
Giraldo, entrevista, anexo A)
Para Diana Sofía los Hospitales de Campo han sido un espacio para reconocer en ella esas zonas
que llama “necrosadas” que se empiezan a despertar, a mover. La narrativa logra constituir un “yo”
orientado por los relatos de otras personas que logran aportar los criterios culturales con los que se
juzga a sí mismo, tal y como lo proponer Bruner, pero también un reconocimiento de lo que habita
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en nuestro interior, que se expone ante lo adverso, y que convocamos para reconocernos en lo
mejor de sí mismos.
(…) y cada uno de estos retiros ha sido una sanación para nosotros mismos… porque finalmente
cuando tú decides salir de ti misma para trabajar con el otro, crees que estás al rescate de la
dignidad del otro, finalmente la única dignidad que rescatas es la propia. Y en todo este
vaciamiento se produce un proceso de sanación y de curación propia y profunda de tus propias
heridas, (…) (Diana Sofía Giraldo, entrevista, anexo A)
6.5 El relato rompe el silencio, configura y transforma al otro en su testimonio
Los relatos que hacemos de nosotros mismos, están influenciados por los relatos externos, y a
su vez la mirada de los otros; los relatos de la cultura también logran imponerse en nuestra
sensibilidad, entonces se desata esa lucha constante frente a lo que escucho en mi exterior, en
relación con la voz que le imprimo a mi interior, y esa lucha le da nacimiento a la narrativa, la
constituye, la verbaliza y la escribe. La narrativa hace del “yo” una sensibilidad frente a donde y
con quien se encuentra siendo en el mundo.
(…) pero lo cierto es que cada vez que la gente habla, cuenta, saca, es un relato diferente, cada
vez que ellas elaboran, cada vez que aflojan, …se mueven zonas necrosadas para el que
escucha… si, y también zonas que de pronto que estaban congeladas para el que narra… porque
hemos visto evoluciones impresionantes(…) (Diana Sofía Giraldo, entrevista, anexo A)
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La narrativa que tiene como tema central el relato sobre una vida, entiende que esa vida se
reescribe una y otra vez porque ha encontrado en la posibilidad de la palabra, una nueva forma de
nombrarse, y una nueva forma de asumir la acción en la vida. El narrar se sitúa más allá de la mera
expresividad porque somos capaces de establecer, visualizar y oír el progreso que el otro ha hecho
de lo adverso por lo que nos dice su “gramática de casos”.
(…) en el último retiro tuvimos dos casos bien significativos, una niña exguerrillera de las FARC,
que llego con la condición de que no hablaba, no opinaba, no interfería, no se involucraba, no
nada, y con el apoyo psicológico, porque estos son retiros psicoespirituales… Clara Ivonne, que
es una maestra, la apoyó, la empoderó, le dio seguridad, le hizo sentir un lugar seguro donde
poder hacer una catarsis, y esta señora fue como si se hubiera desbordado, no se de una catarata,
hubiera caído un muro de contención de una represa, era una cosa así… salió el dolor profundo
y seguía saliendo, y saliendo, y saliendo, y si nos hubiéramos quedado allá, seguiría saliendo, y
saliendo, y saliendo, y saliendo lo que no había salido, la expresión de su dolor hubiera, mejor
dicho, hizo lo que no hacía nunca (…) (Diana Sofía Giraldo, entrevista, anexo A)
Pero la gramática de casos, no solo es una descripción de significados; es el producto que da
forma al sentido que han guardado las experiencias. Un sentido antes descrito como connotativo,
que nos refiere a la subjetividad, es decir, a las cualidades profundas que guardan y guían las
acciones de cada sujeto, y que se despiertan y se identifican en el otro, cuando escuchamos lo que
su experiencia tiene por decirnos a nosotros mismos.
(…) pero lo cierto es que cuando a través del apostolado de la oreja, abrimos la escucha del
corazón…para… sentir compasión por el otro, finalmente nos interpelamos a nosotros mismos…
al ver la capacidad de estas víctimas renacidas a partir del dolor, de la profunda desesperanza
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y desolación, no les queda más camino que salir hacía la luz, entonces el que escucha aprende…
No solamente la sociedad al escuchar elabora una narrativa de memoria que nos hace sentir que
el duelo no es individual, si no que debemos hacer un duelo colectivo porque nos pasó a todos
como país, si no que a partir de la escucha de la víctima, se produce un movimiento interior que
yo lo llame en este retiro, zonas necrosadas de ti mismo, que no te atreves a mirar a los ojos que
no te atreves a mover, que no te atreves a mirar, que están estancadas, o que creías muertas de
tu propio dolor de tus propias tragedias, de tu propia sedimentación de zonas oscuras sin sacar
(…) (Diana Sofía Giraldo, entrevista, anexo A)
El apostolado de la oreja, ha sido uno de los elementos fundamentales en la metodología de
los Hospitales de Campo. No tiene otro objetivo si no el de la escucha y el acompañamiento. Diana
Sofía Giraldo se reconoce en los testimonios de los otros, a lo largo de su trabajo, la escucha de
las historias de vida de las víctimas y el acompañamiento en el proceso de narrar lo adverso, hace
que reconozca que ella sin haber vivido, pero si escuchado, la experiencia del dolor, se confronta
a sí misma y se redescubre. La identidad producto de la narrativa, nos hace salir del aislamiento
que ha permanecido en nosotros por el dolor, pero esto no solo sucede con las víctimas, quienes
escuchan reconocen que confrontarse con su propio dolor, al escuchar al otro, también logra
movilizar ese algo que permanece allí, sin querer ser visto de frente.
(…) entonces, escuchar al otro a esos niveles lo que sirve es para desbaratarte, para interpelarte,
para romper, entonces tu qué haces con ese rompimiento, que haces con esa interpelación, que
haces con ese abajamiento a la conciencia, o sea, de qué te sirve tomar conciencia… nadie ha
vuelvo a ser el mismo después de que han ido a uno de nuestros retiros o congresos, nadie. La
gente queda interpelada de tal manera que siente que en su trabajo, en su casa, puede estar
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construyendo puede estar haciendo algo más de lo que está haciendo (…) (Diana Sofía Giraldo,
entrevista, anexo A)
6.6 Los personajes de los hospitales de campo
La escucha sobre lo que el dolor del otro tiene por decir, nos convoca hacer, moviliza acciones
tanto interiores como exteriores. Los Hospitales de Campo están inscritos en las historias de las
personas que participan en ellos, que se han vuelto personajes de este relato, y que reconocen por
la narrativa vivida a través del relato del dolor, que son seres impermanentes en su propio proyecto
de vida, pero que esa impermanencia transforma la percepción de su realidad en la escucha que
comprende; las situaciones se reescriben en la vida cuando logramos contarlas.
Los participantes de los Hospitales de Campo, emprenden un camino hacia la recuperación del
protagonismo de su vida, tienen la posibilidad de ser llamados de otro modo y ser dueños de elegir
lo que quieren ser para sí mismos y para los otros. Por ello, en el ejercicio de escucha y de sanar
sobre el dolor, los conocemos como médicos, enfermeros, y camilleros, que tejen un nido para
convocar un nuevo nacimiento, tal y como lo hacen las cigüeñas; llegan incluso a convocar lo
poético de la narrativa.
No he de tirar la piedra
No he de tirar la piedra,
Ni el trigo ni la cizaña entenderán mi palabra.
Dirán que soy un simple soñador,
Pensaran que he caído en la tentación de los tiempos nuevos.
Me sacaran en cara que soy un simple cura que vivo iluso en un mundo distante.
¡Qué importa!
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Seré tu amigo,
Hablaré contigo,
El dolor y la muerte nos unen.
Extenderé mi mano y no he de tirar la piedra
Me desviviré por bendecir a mano abierta
Y sembrare un jardín nuevo.
Abriré mis manos a tanto resplandor
Aun en la noche oscura señalarán el
Resplandor de tu resurrección.
Atravesaré sueños, dolores y entre lagrimas
Seré llama de la esperanza.
Me lanzaré por los caminos de las Galileas de hoy:
Cruzaré valles, desiertos, ríos y remaré mar profundo…
Para ser testigo de tu bondad,
No he de tener miedo y nunca más he de lanzar la piedra.
Es mi historia, es la razón de ser, es lo que de niño soñé y ahora me hace feliz, lo que llena de
sentido mi sacerdocio. Las realidades vividas, buscadas y amadas y la experiencia que ahora
vivo dentro del Hospital de Campo, es lo que me mueve a la esperanza. Acercarme a su palabra,
a su realidad, más que juzgar, he sido llamado para acompañar, para vivir la experiencias de lo
humano desde la convicción como cristiano, asumiendo mis limitaciones y tomando conciencia
de mis posibilidades. (Fabián López Arias, médico del hospital de campo)
Por la narrativa somos capaces de sensibilizarnos y reinventar lo que hemos asumido para
nosotros mismos. La narrativa como forma de conocer, escucha el relato del otro que influye en
mí, transforma mi identidad, pero a la vez me permite ver la realidad de los otros dentro de una
vivencia que se comparte, que puede estar a travesada por el dolor, pero que logra ponernos en un
común.
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Otro de los testimonios de los hospitales de campo, viene de aquellos que buscan ser
renombrados, John, reconoce en la experiencia de poder escuchar y relatar lo que ha vivido, la
posibilidad que el dolor le da para llamarse hoy, camillero; apoyar a otros que atraviesan por
circunstancias similares, lo motiva a seguir adelante en hacer que en su vida él sea el personaje
principal.
Es una experiencia muy bonita el poder expresar mi testimonio de vida y ser escuchado por las
personas que han sido víctimas del conflicto armado en Colombia y saber que hay un espacio de
sanación, de perdón y reconciliación donde se puede sanar las heridas del corazón… pude sacar
cosas de mi corazón que me atormentaban y que sé que con la ayuda del Hospital de Campo y
como camillero podré curarme de las heridas del pasado y así sanar mi corazón roto, roto por
el dolor que dejó la guerra marcada en mi por la desaparición de mi papá y mi tío. Ha sido una
dura situación que no he podido superar y que estoy seguro que con su apoyo lo lograré y
superaré. Por tal motivo estoy entusiasmado en seguir participando activamente en los siguientes
encuentros y así poder ayudar a más personas y motivarlas para que cuenten sus experiencias”.
(John Edwin Carmona, camillero del Hospital de Campo)
En la fábrica de historias de Bruner, reconocemos que la experiencia que se relata una y otra
vez, pese a situarse en una sola situación y momento específico de nuestro pasado, no es la misma
historia cuando vuelve a reaparecer por el acto narrativo. Nuevos sentidos aparecen en nuestros
relatos al compartirlo; al ponerlo en diálogo con otros, descubrimos que la palabra transciende la
palabra, que narramos acontecimientos para transformarlos, pero también para comprender que
nuestros enunciados metafóricos, como los llama Ricoeur, están para crear otras posibilidades
hacia la vida y hacia sí mismos.
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“Quiero sentirme feliz, quiero estar descansado y sin estrés y estas palabras que digo son porque
las siento en mí y en mi corazón. Nunca había vivido tanta alegría como la viví en este encuentro.
Por tal motivo quiero seguir sintiéndola y no voy a desaprovechar esta oportunidad en mi vida
porque estas oportunidades son muy pocas.” (John Edwin Carmona, camillero del Hospital de
Campo).
La narrativa es una posibilidad para el encuentro consigo mismo, es el medio por el cual ese
otro rumbo que aparece frente a lo adverso, frente a la ruptura de nuestra condición cotidiana, nos
hace volver a sí mismos, volver a la vida, tal y como lo muestra el proceso de la resiliencia; poder
hablar, escribir, dibujar, representar, mimetizar, el dolor, viene de esa cualidad que se le ha dado
por naturaleza al hombre, la narrativa; en ese sentido nos invita hacer del mundo real, un mundo
posible.
6.7 Cuando la narrativa es fiel a lo que somos, las palabras se hacen sanadoras
Narrar es una acción de carácter estructuralmente infinitivo; es decir, su forma no personal
hace que pueda ser apropiada y adaptada al sentir de quien la busque. El significado que otorgamos
a las palabras, es resultado de un proceso de interiorización, tenemos una necesidad permanente
de expresar nuestras sensaciones, y agradecemos de manera consciente o inconsciente la
adquisición de la palabra o del sonido estructurado para poder darnos y entendernos entre sí. Esa
relación que establecemos entre lo que dice la subjetividad del otro y la mía, nos constituye y nos
hacer ser el ahora, al igual que dejarnos ver las cosas que nos conmueven y llaman lo mejor de sí
mismos.
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(…)entonces todos tenemos una motivación profunda, un hijo, Dios, una ilusión, un sueño,
cualquier cosa, pero no la hemos identificado aún… entonces al identificar esa ilusión profunda,
esa ilusión sale de los escombros, te sacude y te jalonea hacia la vida (…) (Diana Sofía Giraldo,
entrevista, anexo A)
Narrar, escuchar y ser escuchado, hace que identifiquemos los aspectos o dimensiones aún no
exploradas de nosotros mismos, lo que somos capaces de dar y lo que con tranquilidad asumimos
como limitaciones. Después de adquirir el sonido estructura o la palabra, somos capaces de
apropiarnos de ella porque escogemos entre miles de posibilidades sonoras que nos ayude a
expresar nuestro sentir. Esa adquisición y apropiación no se queda como antes se menciona en la
mera expresividad, genera un relato de sí mismos que se modifica a lo largo de nuestra vida, porque
su sentido alcanza una comprensión o capacidad reflexiva sobre nuestras acciones.
Es así como los relatos externos, producto de la cultura, a su vez, que producto de reflexiones
humanas, se entretejen con el de nosotros mismos, nos generan empatía, nos sentimos identificados
con algunos aspectos que éstos nos proporcionan; llegan incluso a generar espacios donde
podemos reescribirnos junto a otros a los que no considerábamos como posibles.
(…)Oiga uno de las AUC, el otro del ELN, el otro de las FARC…ustedes se hubieran encontrado
en la guerra, se hubieran acabado, y eran muertos de la risa, cantando, riéndose, haciéndose
chistes con sacerdotes, con víctimas de todo, de todos los actores… era una verdadera fiesta o
sea las fotos son fantásticas de la fiesta de la alegría, porque una vez liberados, como que el
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dolor los iguala a todos y ahí caen todas las máscaras…No hay vestimenta posible que oculte lo
que eres(…) (Diana Sofía Giraldo, entrevista, anexo A)
La narrativa es una mímesis de la vida, pero tiene su forma de mantenerse en relación
conciliadora con la vida. Cuando se logra establecer dicha relación nos despojamos de vestimentas
prestadas y máscaras creadas sobre lo que somos, el relato cargado de estas ficciones, conduce de
nuevo a la vida en la configuración de quien escucha no en el relato en sí, la experiencia que se
presenta ante nosotros logra retornar al derecho de la existencia, porque la vida se reconfigura, el
sentido brota de la intersección del mundo del relato con el mundo de quién lee o escucha dicho
relato; la configuración es la proyección de un mundo nuevo, habitable y distinto en el que hemos
estado viviendo, tal y como lo propuso Ricoeur (2000).
(…)Porque simplemente sueltas la caja sellada, tenemos una caja llena de oscuridades pendejas,
perdón la expresión, pero una caja sellada… caja de Pandora, o sea, llena de pendejadas, de
cosas, de inseguridades, de miedos, porque como no los hemos compartido con nadie, no sabemos
que todo eso tiene solución, y resulta que hasta lo más infame, lo más desesperante, lo más
angustioso, la humanidad lo ha vivido por cientos y miles de años, y lo ha solucionado… pero
qué es lo que no nos deja solucionarlo a nosotros, es el aislamiento, pero cuándo sacas, y sacas,
y sacas, y limpias, y limpias, y limpias, y haces un vaciamiento total de ti mismo, empiezas a
disfrutar la vida, y dejas de acumular… y el lenguaje, digamos es el método para sacarlo, el
instrumento, el medio, el método, la herramienta, el lenguaje es todo(…) (Diana Sofía Giraldo,
entrevista, anexo A)
El mítico recipiente de la caja de Pandora se reescribe por la narrativa. El dolor sella y guarda
las sensaciones, las mantiene encerradas, las proporciona de otras cualidades, hace que se vuelvan
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vergüenza; y al igual que la caja de pandora les prohíbe ser abiertas; pero cuando reconocemos
que el lenguaje se vuelve la llave de esa caja, que podemos liberarlas y reescribirlas, entonces
reconocemos la cualidad prenarrativa de la experiencia humana; identificando dichas experiencias
dentro de una temporalidad, es decir, no son permanentes y si tienen muchas posibilidades que
darnos. Las experiencias no narradas siempre buscan que se les otorgue su derecho a ser
interpretadas, es su forma de volver a la vida.
(...)la vida es una de las grandes enseñanzas que nos dan las víctimas a todos los que tenemos
miedo de vivir… es que la vida no es la ausencia de dificultades, es mirar el dolor de frente,
abrazarlo, y darnos a él y convertirlo semilla de nuevos nacimientos(…) (Diana Sofía Giraldo,
entrevista, anexo A)
Somos capaces de darle nuevos sentidos, por ende, nuevos significados a nuestras experiencias
y a las experiencias de quienes nos atrevemos a escuchar. Esto se hace posible por la cualidad
humana de narrar; la composición de la historia nos otorga una identidad que está dada por sistemas
simbólicos y por todo tipo de relatos culturales que si bien hacen del dolor un silencio, también
hacen de él un nuevo nacimiento de sí mismos. Podemos concederla a la narrativa cualquier tipo
de adjetivo, nuestras profundas creencias, pero somos capaces de reconocerla y reconocer lo que
somos por ella.
(…) pero más que la narrativa en sí misma, es apelar a nuestras creencias más profundas espirituales,
las que nos dan piso… para que a partir de esas creencias podamos hacer una profunda inmersión en
nosotros mismos, y a partir de esa inversión romper esos muros de contención y que el agua que brote
y salga sane sean las palabras…la palabra viva…es la palabra que se produce como expresión de lo
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que tienes más adentro de tu ser, sólo después de haber bajado a las profundidades del alma, la manera
de salir al otro, después de ese vaciamiento, el instrumento, la herramienta es la palabra (…) (Diana
Sofía Giraldo, entrevista, anexo A)
6.8 La resiliencia nos retorna a nosotros mismos en un sustantivo propio: Mi nombre es…
“Me llamo Pastora Mira García”
Pastora es una mujer que ha hecho su vida un testimonio, es un claro ejemplo de lo que sucede
cuando convertimos la desgracia en un relato; le damos sentido al sufrimiento y comprendemos
como ésta poco a poco se convierte en una maravilla cada vez que la nombramos, porque posterior
a ella vino una acción que hizo recobrar lo mejor de mí, y en la que se reconoce, atravesada
profundamente, cada vez que es capaz de hablar de ella.
Muchos han sido los testimonios que varios medios de comunicación han hecho sobre la vida
de Pastora. En ellos reconocemos la gran capacidad y el poder que tiene la narrativa, para el caso
de esta investigación, responde a ubicarla en el espacio más íntimo de cada persona, donde
identifica la gran potencialidad que la palabra tiene para sanar, al mismo tiempo que para descubrir
las fibras más sensibles que mueven el gran tejido que somos.
“Todo este sufrimiento me hizo más sensible frente al dolor ajeno, y a partir del año 2004 vengo
acompañando y trabajando con familias víctimas de la desaparición forzada y en condición de
desplazamiento”. (Pastora Mira García, archivo de video, Septiembre del 2017).
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La sensibilidad de Pastora ha sido producto de momentos específicos de su vida, que, si bien
lograron herir dicha sensibilidad, también la hicieron reconocer que esa sensibilidad herida no
podía quedarse con ese adjetivo de dolor; esa sensibilidad que reconoce producto de los momentos
adversos, la reconoce también en los demás, incluso en quienes influenciaron en éstos, haciendo
de ella un motivo para la vida.
La posibilidad de ser escuchada y escuchar a otros, hoy hace de la imagen de lo adverso, un
relato de vida de una mujer que puede ponerle nombre y fecha a su dolor. Han sido circunstancias
específicas las que han acompañado la vida de Pastora y la hacen ser lo que hoy es: una mujer que
reconoce en lo adverso, en el dolor, una maravilla, una posibilidad.
En 1960 es asesinado el padre de Pastora; tenía entre cinco o seis años cuando presencio la
muerte de su padre; reconoce que, aunque los paramilitares y la guerrilla aún no habían llegado a
su pueblo San Carlos de Antioquia, su muerte es producto de la violencia bipartidista que vivió
Colombia. Años más tarde, tuvo la oportunidad de encontrarse frente a frente una vez más con el
asesino de su padre, y darse la posibilidad de reescribir lo adversidad.
Como ya era viuda, ya tenía una niña, hay que abrirse uno al campo laboral, y terminé yendo a
esa área, a ese corregimiento, donde escuché un nombre, que se me era muy familiar de niña,
vine a la casa y pregunté, y me dijo mi mama si, si, si es, pero ojo, cuidado, porque si está vivo
no está en las mejores condiciones, debe ser un anciano, pero ese ojo cuidado, me despertó mayor
interés, y fui y conocí el hábitat donde estaba, y ya no era un hombre, era una piltrafa humana,
se podría en vida, y la miseria y la enfermedad, el abandono, y la tristeza en que vivía con su
familia , no motivaba a nada más que a la solidaridad, a la compasión y hacia el amor, ahí quede
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totalmente desarmada de cualquier sentimiento que pudiera despertar en mí.(Pastora Mira
García, archivo de video, septiembre del 2017)
Para Pastora, hacer de su dolor un relato, no solo le ha permitido hacer memoria de lo adverso,
si no que ha podido reconocer que, en los momentos en que de nuevo tiene que encontrarse con el
dolor, ha podido sobreponer lo mejor de sí para confrontarlo. Sobreponerse al dolor es poder darle
un nombre a las sensaciones, maravillarse con él, es poder entender que compartirlo nos supera, y
nos lleva a emprender un camino hacía sí mismos.
Yo entendí en ese momento que tenía dos posibilidades, de volver a ese momento a ese episodio
de niña, cuando vi asesinar a mi padre, o tomar con entereza una lección para la vida…y
ayudarle a ese ser humano… y empecé a ir todos los días a curarlo y a inyectarlo… empecé a
sentir que… es mejor tener nuestro corazón sin rejas…que mantener unas rejas, y cautivo
justamente a quien nos ha hecho tanto daño… para que nos siga haciendo daño… porque
finalmente el odio y el venganza no es más que un vaso de veneno del que me tomo yo los sorbos
que quiera, esperando que el otro se muera…solo termino yo envenenada que lo estoy
consumiendo(…) (Pastora Mira García, archivo de video, Abril del 2014)
A sus 18 años, Pastora se encontró de nuevo con la muerte, asesinaron a su primer esposo,
padre de su primera hija, la cual tenía dos meses. Sin embargo, Pastora continúo de manera fuerte
ante las vicisitudes de ese momento e inmediatamente comenzó a trabajar en las inspecciones de
la policía, a lo cual tuvo que renunciar por las constantes amenazas de la guerrilla y los
paramilitares. Posterior a esto, Pastora estableció una piñatería o juguetería, como ella la llama,
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pero hasta allí lograron alcanzarla las extorciones de los mismo grupos armados, por lo que decide
regalar la mercancía.
Durante el 2001, su hija Sandra Paola fue secuestrada y desaparecida, lo cual motivo a Pastora
a emprender una búsqueda para encontrarla. Solo siete años después logró recuperar los restos y
sembrar un jardín allí donde habitaba el dolor. Pero durante todo este tiempo Pastora no estuvo
sola, acompañó su camino siendo apoyo y fuerza persistente para otras personas quienes también
buscaban a aquellos de los que un día no supieron más. Pastora decide entonces, que el dolor
producto de la muerte, es tierra fértil para cultivar un jardín.
“Voy a llevarlo para empezar a sembrar jardín allí, donde se perdió vida, voy a sembrar vida”
(Pastora Mira García, archivo de video, mayo del 2012).
Durante el 2001 también asesinan a su sobrino Henry Alonso Mira Barrientos, hijo de su
hermano quien también había desaparecido. Su hijo Jorge Aníbal, fracturado por la desaparición
de su hermana Sandra, también emprende su búsqueda bajo su propia forma, una forma incorrecta
dice Pastora, no escuchó razones ni de su mamá; como consecuencia de ello, los paramilitares lo
retienen y lo asesinan el 18 de mayo del 2005. El sábado siguiente de haber enterrado a su hijo,
Pastora una vez más se encuentra cara a cara con lo adverso, para decirle que seguía en pie
dispuesta a sobreponerse al dolor.
Una mañana muy asoleada, hay un hombre que grita desesperado de un dolor, y mucha gente
hay en el chisme…que pasa, yo venía de misa, que pasa…un paraco que le pegaron un tiro y
tiene el pie así…tiene dolor, dice que tiene hambre, entonces me le arrimé y le dije, joven si
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cambia el vocabulario yo lo puedo ayudar…pero deje de renegar…Yo recogí el muchacho, lo
lleve a la casa, le di algo de comer, le calenté algo, le di de comer y llamé a una amiga…
Yo ven, me haces un favor, te venís, pasás por la farmacia, te traes unos implementos,
inyecciones, para aquel muchacho, así y así… le conté (…)
Mientras ella llegaba le di el desayunito, fui y busqué una camiseta y una pantaloneta en la pieza
de Jorgito…fui y busque la pantaloneta y la camiseta y se la di para que se cambiara…cuando
ella llegó ya estaba lista el agua, bueno lo desinfectamos, le cortamos esa gaza porque el pie ya
estaba ahorcado de lo hinchado que estaba… y le hicimos la curación… para inyectarlo me dice
la señora María y donde lo inyectamos… y yo no, entre y se acuesta en esa cama, se paró del
patio, salió al frente y se acostó ahí en la cama, se le aplicaron las dos inyecciones… nosotros
empezamos hablar cualquier tema…cuando de pronto él dice, yo ya me puedo parar.. Yo ha
bueno si no se siente mareado, bien pueda parece… y hizo esto con las manos, en esta posición
en la cama para enderezarse, cuando vio de frente las fotos en la pared del grado de mi hijo
porque él era bachiller, estaba estudiando en el Sena…vio las fotos en la pared…uy que hacen
las fotos de ese man aquí que lo matamos antier… es que esta es su cama, es su alcoba y yo soy
su mamá…apenas entendible el entro en shock, se puso a llorar, a contarme lo que ya me había
contado de él afectado por minas, que había venido del monte, de allá donde lo tenían a él, a
contarme todos los maltratos que le habían hecho… me imagino que el en su reacción lo hizo…
tratando… de aquí me van hacer daño, cierto… la enfermera salió, la señora salió y el otro señor
que estaba salió…uishh Pastora que es esto, que hacemos…y yo no…papá Dios, toma mis oídos
carnales y ayúdame…porque la verdad que escuchar no es fácil…el termina llorando, agachado
así en la cama… la reacción mía… cogí el teléfono inalámbrico se lo entregue… llama… en
algún lugar del mundo hay una mamá que clama por ti, por saber de ti… si te da pena decirle
que estás haciendo, pues no le digas pero llama (…) (Pastora Mira García, archivo de video, abril
del 2014)
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Así se dio el encuentro de Pastora con uno de los paramilitares que había participado en el
asesinato de su hijo Jorge. De nuevo no renuncia a quien es ella, se aferra a sus creencias como
católica que se hace llamar, y escucha su interior para reconocer que una vez más puede
sobreponerse al dolor de la muerte, valiéndose de lo que su sensibilidad puede darle a aquel
hombre.
“El universo hay veces es atrevido… uish…unas pasadas tan duras” (Pastora Mira
García, archivo de video, enero del 2011).
Así responde Pastora a estos dos momentos significativos, cuando de frente ha tenido que ver
a quienes en algún momento ocasionaron fracturas en su vida; momentos que han hecho de ella lo
que es ahora, una mujer capaz de sobreponerse al dolor, escuchando y siendo escuchada, apoyando
y recibiendo el abrazo fraternal de quienes la acompañan siempre.
Por eso hoy, esta mujer, que tantas veces ha compartido su historia de vida no se detiene allí,
el dolor de lo adverso fue su punto de partida para darle otro sentido y significado a las experiencias
por las que ha tenido que atravesar; Pastora Mira García, hoy es una de las enfermeras del hospital
de campo, una mujer que sabe sanar sus heridas, y ayudar a que otros también puedan sanarlas;
Pastora le es fiel al nombre que “papá Dios” como ella llama y sus padres biológicos le regalaron
en su primer nacimiento; una mujer que guía , cuida y conduce a quienes la vida le pone a cargo.
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6.9 La narrativa lleva a la resiliencia cuando se es capaz de nombrar lo innombrable
“Hoy doy gracias a Dios en nombre propio y en el de las miles de víctimas que se han sobrepuesto a
tener la capacidad de nombrar la innombrable y perdonar lo imperdonable” (Pastora Mira García,
archivo de video, septiembre del 2017).
Quizá, solo quien tiene la capacidad de sobreponerse, entiende la maravilla del dolor; Boris
Cyrulnik definía estos dos términos que aparentemente se extrapolan como oxímoron, la maravilla
y el dolor, lo nombrable y lo innombrable, corresponden a esta figura retórica que convierte dos
términos antinómicos revelando en una victoria: “el contraste de aquel que, al recibir un gran
golpe, se adapta dividiéndose”. (Cyrulnik, 2007, p.21)
Para Cyrulnik, cuando recibimos un gran golpe, una parte de la persona sufre necrosis, pero la
parte que logra protegerse y mantiene aún vida, pone todo lo que tiene a su disposición para seguir
proporcionando felicidad y sentido a la vida. La persona que se confronta frente a una situación
inesperada de adversidad, llega a reconocer su sensación en el oxímoron, y siendo este una figura
retórica de pensamiento que puede ser visible en el lenguaje, permite que al ser escuchada se
entienda lo maravilloso del dolor, incluso en quien es ajen a él.
Es un sentimiento tan confuso, que se juega entre la alegría y la tristeza, la alegría por tener
frente a uno, esos huesitos que soportaron la estructura de ese ser tan lindo en nuestras vidas…es
poder responder a ese gran enigma que se inicia cuando ese torbellino oscuro pasa por nuestras
vidas y arrebata uno de nuestros seres queridos, sin saber que pasa alrededor de él…es un alegría
extraña, ya poder colocar la almohada, la cabeza sobre mi almohada y poder decir al padre
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eterno, de los que están a tu lado padre eterno, dame la fortaleza de saberlos allá, y permíteles a
ellos seguirme iluminando para apoyar a los que me quedan acá. (Pastora Mira García, archivo
de video, mayo del 2012)
Una parte de Pastora siempre se ha mantenido viva frente al dolor de la muerte, esa parte fue
la que la impulso a emprender la búsqueda de su hija Sandra Paola hasta encontrarla, y poder
sembrar en aquel lugar un jardín para la vida, al tiempo de saber que el dolor conlleva una gran
fortaleza que te lleva a renacer en la alegría, aunque dicha no corresponda a un momento
aparentemente no positivo. Pero no solo los momentos de confrontación con el dolor, y los
encuentros inesperados han sido los factores que han llevado a Pastora a ser una mujer
emprendiendo camino hacia la resiliencia, y darle nombre a lo innombrable; ella reconoce la
importancia de buscar los espacios y las palabras que la lleven a encontrarse con otros y a
encaminarse de nuevo hacia la vida.
Es necesario, casi que indispensable que haya quien te escuche, una de las cosas que ha
fortalecido y estoy casi segura, el conflicto en nuestro país, es que la comunicación en alguna
parte se rompió, nos da muy duro y es muy difícil, sentarse con una persona y regalarle cinco
minutos para saber que está pasando en su vida, porque dificultad está atravesando y que puedo
hacer por ella (…) (Pastora Mira García, archivo de video. Mayo del 2012)
Ese reconocimiento de la escucha y la posibilidad de convertir su historia de vida en un relato,
en un testimonio para otros; se lo ha dado esa sensibilidad tan propia de ella de sentirse conmovida
por el dolor ajeno; Pastora ha acompañado a muchas otras personas a atravesar su dolor, y a su vez
nos ha hecho entender tal y como lo propone Boris Cyrulnik (2014), que la resiliencia no es
106
reconocerse como alguien que se sobrepone a la dificultad, sesgado por ese sentimiento de mostrar
de lo que es capaz como una lección a los demás, si no de despertar esa capacidad de compasión
que me permite ser creativo frente al dolor y ayudar a aquellos que también necesitan de lo mejor
de mí, y que contándolo me siento mejor, y que ese contar me reconoce y me lleva a emprender
nuevas acciones.
El sentirse uno acompañado por personas tan humanas…eso hace que de alguna manera la
elaboración del duelo sea más fácil, y lo que es en el oriente antioqueño, y ahorita se está llevando
a otros lugares del país, adelantamos unas fases de la elaboración del duelo mediante unos
abrazos, acompañado por algunas organizaciones, ONG, para estar siempre ahí para aquellas
personas que sufren… es ese valor que tiene la escucha frente al dolor del otro, tu problema me
interesa, tu situación la hago mía, que puedo aportar desde la pobreza, la miseria (…) (Pastora
Mira García, Archivo de audio, mayo del 2012)
6.10 La textura de la vida es, la resiliencia de quien crea un “Jardín de la esperanza”
En Los patitos feos, libro de Boris Cyrulnik (2002), habla de la metamorfosis de aquellos que
son llamados resilientes, comparándolo con la transformación que lleva de manera natural la oruga
para ser mariposa, acepta sus condiciones, es capaz de adaptarse a ellas, y se sobrepone a cualquier
circunstancia que obstaculice dicho proceso. El proceso de resiliencia de Pastora, la ha llevado a
emprender grandes acciones para su propio caminar y el de otros que ella acompaña y la
acompañan en su camino.
107
Un día Pastora decidió darle luz a su pueblo y dijo: “Una fábrica de velas, vamos a iluminar el
pueblo pues”, y lo que comenzó como pequeños encuentros para elaborar velas y compartir la
palabra, se convirtió en una organización con un objetivo mucho más fuerte, llevando a Pastora al
consejo de su municipio, trabajando por las víctimas del conflicto,
Lo llamábamos la desobediencia civil en medio del conflicto… plantee la propuesta de un centro
de acercamiento para la reconciliación y la reparación, CARE, legitimar el encuentro de las
víctimas para acompañarlos, pero sin desconocer que los victimarios también son seres humanos.
(Pastora Mira García, archivo de video, enero del 2011)
Pastora hizo de su historia un proceso de resiliencia con nombre propio, “El jardín de la
esperanza”, resultado de la búsqueda de fosas comunes que se convirtieron en semillas para la
vida, venciendo, como ella misma lo señala, el miedo, generando confianza, lo que le permitió a
ella y aquellos que se encontraban en este proceso, hacer denuncia y elevar la capacidad de
solidaridad. Así como lo menciona Pastora:
“Una sensación de alegría, de placer, de eso tan hermoso, poderle devolver esa tranquilidad a
esa mamá…”. (Pastora Mira García, archivo de video, enero del 2011)
En el jardín de la esperanza, cada familia tiene una flor que lleva el nombre de su ser querido
desaparecido, y esa flor se convierte en libélula cuando logran ubicarlo. El proceso de resiliencia
de Pastora, demuestra la capacidad que tiene la narrativa cuando se convoca para reescribir
nuestras vidas en un relato, cuando la convocamos para crear un jardín donde las flores tienen
nombre propio y las libélulas son aquellos que logran retornar a nuestros recuerdos de una forma
108
más amena. La narrativa, un camino hacia la resiliencia es un gran jardín conformado por diversos
y múltiples elementos que si bien pueden evocarse de manera fantasiosa en un relato, se vuelven
reales al imaginar que son posibles.
7. Conclusiones
La posibilidad de poder abordar lo que la elaboración del relato de lo adverso a partir del
testimonio de Pastora como víctima del conflicto armado, que se reescribe como resiliente y
enfermera de los Hospitales de Campo, y el relato de la experiencia de acompañar en la escucha
por parte Diana Sofía Giraldo, nos sitúa en un proceso de resiliencia que es transcendente, en la
medida que logra abandonar el aspecto de lo individual, para habitar el aspecto de lo colectivo,
cuando se relata.
Identificar aspectos de la narrativa, dentro del relato de la experiencia de Diana Sofía como
gestora y líder de los hospitales de campo, y de Pastora como líder social, tales como la creación
de mundos posibles frente al mundo que se nos presenta, la narrativa como un forma de conocer y
darle sentido a las experiencias de la vida, la narrativa como posibilidad dentro de un carácter
estructural que nos permite comprender las vicisitudes de la vida por el progreso de una acción
que se evoca por el relato, la capacidad de interiorización del lenguaje por la adquisición y
apropiación de significado desde nuestros hábitos culturales y la posibilidad de transformar y
reescribir dichos hábitos por los nuevos sentidos que adquieren la experiencias cuanto las
relatamos una y otra vez. Son algunos de los aspectos que hacen de las cualidades de la narrativa,
un método para la reconstrucción de la existencia herida.
109
Un proceso de resiliencia acompañado como lo señala Pastora, de la posibilidad de escuchar y
ser escuchado, hace de las cualidades de la narrativa, un relato de lo que le sucede a los sujetos
cuando narran lo adverso contando historias. Si bien la narrativa ha contribuido a identificar el
relato, como la manera en que nos damos a la memoria colectiva e individual, a su vez que ser
una herramienta incluso pedagógica de la que se aprende la manera de estructurar un
acontecimiento, es trascendente en la medida que sobrepasa la expresividad y se sitúa en la
dimensión humana de lo comprensivo.
La narrativa como mediación metodológica para encaminar un proceso resiliente, permite
identificar aquellos relatos de quienes ya se han sobrepuesto a lo adverso y pueden ser utilizados
como manifestaciones para convocar la voz o la mano que cuenta, de aquellos que aún permanecen
en el silencio de la vergüenza. Si la constitución de nuestra identidad narrativa, es otorgada por la
voz de otros relatos, entiendo entonces que identificarme dentro del dolor, hace ver la narrativa
como un método que posibilita la inteligibilidad por el relato, es decir, entiendo que lo adverso no
me identifica de manera permanente y que soy capaz de comprenderme a sí mismo cuando me
cuento frente a los demás lo que soy.
La narrativa nos permite entender que la resiliencia es la configuración de un relato a dos voces,
por una capacidad que se nos otorga dentro del derecho de existir, y que nos permite identificarnos
en el otro. La narrativa como un método que nos encamina a la resiliencia, nos apropia dentro de
una historia colectiva, nos otorga un nombre propio y de manera más dulce, permite ser una
pedagogía de la construcción del relato de sí mismos, en relación con el mundo que se me presenta.
110
La narrativa como método para encaminarse hacia el proceso de la resiliencia, es una gran
posibilidad de ser capaces de volver a las fibras sensibles del tejido que nos constituye, y percibir
la textura de la vida como un relato que puede ser modificado gracias a las palabras. Nos
proporciona la posibilidad de escenificar el horror, darle un nuevo sentido y modificarlo en la
temporalidad del ahora para emprender nuevos sentidos y acciones sobre la cotidianidad de la vida.
111
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115
ANEXOS
Anexo A: Transcripción entrevista a Diana Sofía Giraldo
La entrevista se realizó en compañía de su hermana, Marcela Giraldo, quien también hace parte
de la fundación y es participe en los retiros psicoespirituales de los hospitales de campo.
Investigador – Entrevistador: Bueno Diana, la primera pregunta que quisiera hacerte, o más bien
quisiera que me hablaras como un poco de los antecedentes de la fundación victimas visibles pero
desde tus propias motivaciones e inspiraciones para llevar a cabo esta iniciativa, ¿Qué fue lo que
te motivo e inspiro?
Diana Giraldo: A ver, yo ejercí el periodismo toda la vida, desde pequeña me interesaba mucho
la comunicación y también lo público. Me interesaba la política entendida como lo público;
entonces me interesaba lo que pasaba en la sociedad, lo que pasaba en el país, y lo oriente hacia la
comunicación social. Estudie comunicación y periodismo, y empecé a ejercerlo con éxito en
televisión, fui reportera del noticiero nacional, del noticiero 24 horas, del noticiero de las siete, en
fin…Una labor que te pone en contacto directo con el país, con las zonas de violencia, zonas…
me acuerdo que recorrí todas esas zonas de influencia paramilitar, en una cosa que se llamaba el
viajero del noticiero nacional, en fin… después empecé hacer una carrera en televisión hasta llegar
a ser directora del noticiero 24 horas… me llamaron para ser decana de comunicación de la
Universidad de la Sabana, mi universidad, y después para fundar la escuela de comunicación de la
Sergio Arboleda. Pero digamos que en todos esos procesos, son como pedacitos de uno mismo,
me gusta la comunicación, o me gusta la política, o me gusta tal si… pero finalmente no me sentía
116
unificada… Y más o menos estaba de decana de comunicación de la Sergio Arboleda… en el 2001
se produjo el primer intercambio humanitario, creo que eran 246 soldados y policías que
intercambiaban en el gobierno… y mi marido me hizo una reflexión profunda, me dijo…Ustedes
los periodistas se acostumbran a ponerle un micrófono a las personas cuando son liberadas y las
sacan en tres segundos llorando, pero no saben ni siquiera quien es la persona, cuál es su historia
de vida, que fue lo que sucedió con ella, ni si quiera personas que han permanecido tres y cuatro
años tras alambres de púas, observando a las FARC, son ustedes tan poco profundos y tan
superficiales que ni si quiera les preguntan cuál es el aprendizaje que han tenido a través de sus
alambres de púas sobre el comportamiento de este grupo armado. Entonces, se nos ocurrió con un
grupo de estudiantes de comunicación social y periodismo de la universidad Sergio Arboleda que
se iban a graduar como tu…. Y el psiquiatra Ismael Rondan y un grupo de profesores y asesores,
pensamos… oiga y si a esos muchachos que van a liberar les hiciéramos entrevistas no de tres
segundos, si no que nos pudiéramos sentar horas y horas y horas, a ver como transcurrieron esos
años que paso con su vida…sería fantástico entonces… el psiquiatra los preparo sobre primero
escuchar, porque si hay algo que no hacemos los periodistas es escuchar. A veces si tú ves la
información que sale a través de los medios de comunicación es dirigida, ósea voy al pedacito que
me interesa, lo tomo, lo saco de contexto, lo meto, puede de que no sea tan consiente de ese proceso
de comunicación… pero generalmente no se escucha desde adentro, es una escucha muy
superficial para tomar un pedacito que se acomode a lo que tú estás pensando de lo que está
sucediendo…muchas veces te pierdes de lo esencial… entonces nos prepararon y entonces estos
muchachos se fueron y grabaron.. Se habló con el comandante del ejército, y se grabaron 500
horas. Antes de que ellos tuvieran contacto con su papa, con su mama, con sus hermanos, tuvieron
un reencuentro, estuvieron con estos periodistas que los identificaron, con nombre, con una historia
117
de vida, con una familia… con un antes, con un transcurrir del momento de la tragedia, con cuales
eran las ilusiones al salir… y se produjo un libro que fue muy impactante en su momento que se
llamó “el regreso del infierno, historias de los que volvieron”… cual era la idea… que creemos
que se produjo…cual es la semillita que le aportamos a la sociedad en ese momento. Yo como
periodista, como comunicadora y directora de medios que cometí muchos errores durante el
ejercicio de mi profesión también…sentí que la manera de uno aportar no es cuestionando, ósea
es… yo me paro y echo una catedra sobre el deber ser de la comunicación, lo que están haciendo
mal los periodistas en el ejercicio, no… quisimos hacer un ejercicio diferente de escucha… y eso
también tiene que ver con este momento de nuestra vida como fundación y personal donde no
compartimos la manera como se manejó a las víctimas en el proceso de paz con las FARC…
Entonces el tema no es solamente cuestionar sino cuestionarte desde una propuesta alternativa,
que son los hospitales de campo. Entonces hacemos ese libro el regreso del infierno, volvemos al
2001, historia de los que volvieron… cual es la semillita de aporte a la sociedad en ese momento,
las victimas hasta ese momento eran tratadas como datos estadísticos, como número de heridos,
muertos y desaparecidos, que no despiertan la solidaridad de nadie, porque si tú ves un informe en
televisión, un primer plano de un charco de sangre, unos pies de un cadáver y unos datos
estadísticos encima, no nos produce ni frio ni calor, pasamos rápido, seguimos comiendo, pasamos
a la reunión siguiente o… en fin… pero…digamos que esas víctimas tratadas como número de
heridos, muertos y desaparecidos, que fue lo que hicimos, trasladar los reflectores de los
victimarios a las víctimas, los victimarios hasta entonces éramos expertos en la vida y obra de
Castaño, éramos expertos en tiro fijo, éramos expertos en todos estos tipo y si creían o no creían,
si tenían novia, si no sé qué, si habían sido secuestrados, si era venganza, pero no sabía, las víctimas
eran NN…Éste libro traslado los reflectores mediáticos hacia las víctimas. Entonces eran historias
118
de seres humanos, de esposas, de novios, de hijos, de soledades, de esperas, de sueños truncados,
de vidas paralizadas, destruidas, en fin…era una visión nueva, que logramos hacer en ese libro, y
entonces, a partir de ese momento, empezamos, dijimos, no esto hay que… en ese momento en
Colombia… creo que todavía… no se ha visibilizado a las víctimas… porque aquí se les ha
visibilizado para instrumentarlas, pero no para resolverles sus problemas. Entonces… en ese
momento dijimos, oiga el tema es de visibilización… y como se visibiliza a las víctimas…
generándoles plataformas donde puedan hacer catarsis publica de su dolor. Entonces hay el
trabajo… la creación de la fundación es posterior, pero el trabajo se inició desde el 2001, digamos
la formalización es el 2006, pero el trabajo es desde el 2001. Primera etapa de la fundación, la
fundación ha tenido 4 etapas, la primera visibilización, la segunda políticas públicas, la tercera…
como se llama… el trabajo psicosocial, atención psicosocial y la cuarta es el trabajo
psicoespiritual… ahí está definida… entonces hablemos de la primera etapa, visibilización, nos
asociamos con la universidad San pablo Ceu de Madrid, y creamos los congresos mundiales de
víctimas del terrorismo, que buscábamos con esos congresos, era la primera vez que las victimas
salían a contar su historia publica, los hicimos en Colombia, en España, en Francia… y desde ese
momento, lo que fue un punto de llegada, lo decimos con profunda humildad, pero con conciencia,
fue para nosotros el punto de partida… nosotros llevábamos víctimas de todos los actores
armados… y las victimas hacían catarsis publica de su dolor, la sociedad escuchaba y los duelos
dejan de ser individuales y se convierten en duelos colectivos … la victima hace catarsis, y la
sociedad… cuando tu escuchas una víctima se mueven, yo digo, zonas necrosadas muy profundas,
que te generan empatía. Esa empatía hace que te interese el dolor del otro y que esa tragedia no le
sucedió solo a esos soldados, o esos policías, o esas personas secuestradas o esas personas
masacradas por los paramilitares… en fin… sino que le sucedió a la sociedad entera… que todos
119
somos dolientes, y que es un duelo inconcluso… para que nos llevábamos las victimas a esos
congresos… victimas de todos los actores armados… digamos, ya te conté, esa primera semillita
que pusimos en la sociedad, ahora te pongo otra semillita, la otra semillita es… esto lo aprendimos
escuchando, viendo e interactuando, no en ningún libro… que el dolor es el mismo y el daño a la
dignidad de un ser humano, es exactamente el mismo, independientemente del grupo armado que
haya ocasionado la tragedia, pero también aprendimos de sociedades que habían evolucionado más
que nosotros en ese tema, que los procesos de sanación también son los mismos. Entonces, si esas
sociedades, habían avanzado, por ejemplo en una legislación a favor de las víctimas, o hay
sociedades que han avanzado en resiliencia, o hay sociedades que han avanzado… entonces, si el
dolor es el mismo para la mama del guerrillero, la mama del policía, la mama del secuestrado, la
mama del muchacho asesinado, si el dolor es exactamente el mismo, y el daño a la dignidad
humana es exactamente el mismo, resulta que el dolor se convierte en un punto de convergencia,
en un lugar de encuentro, es como el mínimo común denominador de la humanidad que nos hace
a todos requetecontraiguales, es el dolor…
Investigador – entrevistador: Frente a esto, ósea, a mí me parece muy significativo lo que dices
frente al dolor, como punto de encuentro, sobre todo porque, uno puede sumarle muchos adjetivos
al dolor y pensar que el dolor es diferente, desde una posición como un poco egoísta, pero entonces
me parece chévere lo que dices del punto de encuentro, porque también es un punto hacia la
proyección de otras cosas… y eso es precisamente lo que me llama mucho la atención de la
propuesta que tú tienes en la fundación victimas visibles, y es lo que les comentaba hace un
momento, es como esa posibilidad de los datos a las historias de vida, de esa visibilización de
conocer, quien es, si, de donde viene, cuáles son sus sueños, quizás cuales fueron las cosas que en
120
algún momento se trancaron por ese momento adverso, pero que yo puedo darles continuidad,
entonces yo estoy muy interesada, como con el tema de los hospitales de campo, porque sé que
llevas un proceso donde se ha profundizado.
Diana Giraldo: Entonces… vamos a los hospitales de campo, entonces, viene esa primera etapa
de visibilización, congresos mundiales de victimas del terrorismos, segunda etapa de políticas
públicas, donde le proponemos a los partidos políticos hacer una ley, y la iniciativa la toma el
partido liberal, porque llevamos a Juan Fernando Cristo y a Galán y a todos a España y a otros, a
mirar cómo se podía hacer una ley, una tercera etapa de trabajo psicosocial donde se atienden 1100
víctimas en toda Colombia, y observándolas a ellas, vimos, que las que habían elaborado más el
duelo, que estaban más sanas, no cargaban peso de estrés postraumático por años, en fin, eran
víctimas que habían tenido un trabajo psicológico y espiritual… espiritual en el sentido que
habían… yo no sé si la palabra es correcta o no, pero habían sublimado ese dolor, lo habían donado,
lo habían entregado, le habían encontrado pleno sentido al dolor, ósea, dejaba de ser un dolor inútil,
y pasaba a convertirse, en un dolor, como punto de partida, o como un dolor fecundo,
paradójicamente, un dolor que la única posibilidad de ahí para delante, era la reconstrucción y la
esperanza, si, entonces, a partir de ahí, observando eso, nosotros habíamos observado, habíamos
hecho esos retiros con psicólogos especializados, en fin…eran encuentros, observábamos que las
más sanas, las que volvían a sonreír, las que volvían a bailar, las que se ocupaban de sus hijos, las
que pensaban que la vida continuaba a pesar de sus profundas heridas eran las que habían liberado
ese dolor, las que le habían encontrado sentido, significado, casi como el dolor profundo, como la
clave para abrir el cerrojo y liberar la libertad interior. Como… es necesario bajar a profundidades
infernales, perdón la expresión… de dolor, para encontrar la clave de liberación
121
Investigador- entrevistador: ¿Cuál es esa primera experiencia de los hospitales de campo?
Diana Giraldo: Bueno, entonces empezamos hacer unos retiros, inicialmente que no eran los
hospitales de campo, pero empezamos a observar que, en el tema católico, y aquí siempre le doy
el crédito al cardenal Rubén Salazar, pasan hacen catarsis de su dolor, las personas que están
asistiendo al retiro, escuchan, se produce una profunda empatía desde la compasión y después
viene la hora de confesarse, entonces estas señoras, que habían sido martirizadas, una señora, un
hijo se lo llevo un paramilitar, el otro lo mataron las FARC, el marido le pega, el segundo marido
la dejo, el tercero con el que vive la coge a patadas y la hace abortar, en fin…y la señora fuera de
eso está en una zona bien alejada de Colombia, entonces no tiene, se va confesar con un sacerdote
y le dice, no usted en unión libre y aborto, usted está en pecado mortal, usted no tiene salvación,
usted tiene que ir a buscar un obispo. Entonces, como que empezamos a entender en esos retiros
que algo andaba mal, que como es posible que esa persona con toda la carga de sufrimiento, de
padecimiento, de eso… y fuera de eso saliera condenada y castigada por Dios padre, que no
solamente no la perdonaba en la confesión, sino que a dejaba en pendiente, en deuda, y salía esa
señora desesperada y si no conseguía un obispo que la absolviera… nada. Y en ese momento no
estaba permitido a los sacerdotes perdonar esos pecados, de que… de aborto, y de unión libre, en
fin…pero sin embargo, llamamos al cardenal y yo le dije, los sacerdotes que ahí acá, me están
planteando lo siguiente, que ellos no se sienten capaces de condenar a estas mujeres… me dijo no,
diles que perdonen todo… ósea, que yo autorizo, porque con una licencia del obispo esos 32
sacerdotes podían perdonar todo… entonces cual es… siempre hemos tenido un pacto con nuestro
señor, de que siempre nos permita ver una resurrección, y en esos retiros antes de crear los
hospitales, vimos la primera resurrección… y Fedra, y cuya historia te podemos facilitar… la
122
fundación… Fedra llego como víctima, y Fedra durante el retiro, va contando su historia, Fedra
Duarte, y Fedra, había Sido raspachin de las FARC, y había asesinado a su propio esposo… a su
compañero, esposo, en fin, cargaba un dolor muy profundo, y Fedra, cuando logra una confesión,
de esas maravillosas, Fedra resucita, a partir de ese momento esa mujer es… no puedo creer que
Dios padre la haya perdonado, más allá de la psicología, más allá, en lo profundo quien la libera
en Dios padre, quien le dice, hija de entiendo, te comprendo, se lo que te sucedió, cuenta conmigo,
te amo profundamente, se feliz… y ella a partir de ese momento, a pesar de su pobreza, de sus
hijos drogadictos, de todo, Fedra fue una mujer feliz, se murió, le dio un cáncer terminal…
Intervención Marcela Giraldo: Inmediatamente se conoció que tenía un cáncer… Diana
Giraldo: Ay mismo… y se fue muriendo, muriendo, muriendo, muriendo, bailando
Marcela Giraldo: Muriendo físicamente… pero resucitada…
Diana Giraldo: Renacida, bailando en su casa, cantando, orando por sus hijos, una mujer
resucitada, entonces ella es un signo y un símbolo para nosotros, porque Fedra, incluso…
buscamos la cartilla y se la damos, para que vea la foto de María Cecilia y Fedra…y ahí ya, viene
el año de la misericordia, la misericordia es 2015 o 2016, 16 tal vez… el año de la misericordia,
viene este papa, entonces este papa que es tan respetado, por todos los credos, por los no creyentes,
y una de sus primeras reuniones es con 3000 sacerdotes en Roma, y los regaña, les dice, ustedes
que es lo que están haciendo en la confesión, la confesión es como un hospital de campo, como un
hospital de campaña, la gente llega con hemorragias del alma, la gente llega buscando primeros
auxilios espirituales, la gente llega buscando misericordia, amor, y ustedes no hacen sin regañarlos,
sancionarlos, y mandarles hacer exámenes de azúcar, de colesterol, los maltratan, y no los recibe
como Dios padre misericordioso, recibiría a sus hijos. Ustedes tienen que pensar en la confesión,
123
como un hospital de campo, cuya medicina es el amor de Dios, la misericordia, un padre de que lo
perdona todo, todos y absolutamente todo… y aunque era un regaño para los sacerdotes, nosotros
nos sentimos iglesia, que podemos hacer nosotros por este país, entonces le propusimos al
cardenal, y luego propusimos en el congreso mundial de la misericordia, que hubo en Colombia
en el 2014, en fin… oiga, y si convertimos a Colombia en el primer hospital de campo del Papa
Francisco, porque finalmente Colombia es un sitio de dignidades heridas, de los que cometieron
el ilícito, los que le arrebataron la dignidad a otros, pero en primer lugar se la arrebataron a sí
mismos, negándose su condición de hijos de dios al dañar a otros… entonces creemos un hospital
de campo donde se sanen dignidades heridas… bueno la idea fue cogiendo camino, camino… la
presentamos en el congreso mundial de la misericordia, ahí estaba el delegado del papa, el
delegado del papa se la hizo llegar al santo padre, y después nos mandó una bendición, en fin…y
decidimos crear… y en ese momento llega, el anuncio de la visita del Papa, y el papa ya no habla
de hospitales de campo, o hospitales de campaña, ya no habla de esos hospitales para los
sacerdotes, no, evoluciona el concepto de cuerdo a nuestro aporte, y es que toda Colombia, cada
rincón y cada esquina en Colombia, se convierta en el lugar seguro donde se encuentren las
dignidades heridas, del que daño al otro, del que daño su propia dignidad y de las víctimas, y donde
allá perdón, y allá arrepentimiento, y allá propósito de no repetición, y allá curación y allá
misericordia, entonces ya con la carta, con todo, creamos, nos aventuramos hacer nuestros
retiros… que pasa en los retiros, pero entonces ahí a nosotros nos faltaba un elemento, porque
estábamos trabajando con victimas desde el 2001, pero entonces le tema de los victimarios, y un
poco frente a un proceso de paz, tan frio, tan pragmático, de la manera como manipulo y utilizo a
las víctimas, desde mi punto de vista… hay otros que seguramente pensaran diferente, pero,
muchas de las víctimas que nosotros conocemos, y todos sabemos que se buscaba esconder en un
124
universo total de víctimas… entonces dijimos… y aquí hay una cosa importante y es que la acción
precede, esto suena extraño, pero casi que hay que ponerle off a la razón, off a la idea preconcebida,
off al pensamiento político que tu tengas, off a los prejuicios que tienes sobre la gente, y eso es
dificilísimo… y dejar que sea la acción la que preceda en esto, en que consiste eso, ósea, la acción
de crear los retiros, de propiciar los encuentros, entre víctimas y ex victimarios, a precedido todo
el proceso intelectual…un poco como dice Francisco misericordiar para ser misericordiado, salir
a la periferia y tocar , entonces lo único racional ha sido la decisión de ir a la acción, la acción, a l
hacerlo, has tenido un contagió emocional muy fuerte…al escuchar a víctimas y exvictimarios, y
empiezas a descubrir que es tan victima el uno como el otro… que el niño que se llevaron a los
ocho años, le lavaron el cerebro, le enseñaron a usar un arma, a disparar, a poner minas, ha sido
tan víctima, como la persona de la población, donde fue y puso la mina, pero eso es imposible
comprenderlo desde el punto de vista académico, ni los libros, en los escenarios, no eso es
imposible…solamente cuando los escuchas y se mueve en ti esas zonas necrosadas, porque
finalmente no se está moviendo hacia afuera, se está moviendo es hacía adentro, hacia el interior
de ti mismo y cuando se mueve todas esas zonas, y sientes compasión, lo primero que viene
después de la acción son las emociones, si, y después viene todo el proceso racional, aquí que
paso… y para nosotros ha sido determinante que toda esta motivación ha sido en el marco
espiritual, porque hemos comprendido, observando, sin ningún libro de por medio, lo cual no
quiere decir que no deban existir tratados sobre el tema, porque la humanidad es la misma y ha
descubierto lo mismo a través de los siglos, es… que más allá de lo psicológico esta lo espiritual.
Entonces este Dios padre, que te abraza, que te acoge, que te dice que te perdona todo, si todos
los pecados sí, todos los asesinatos si, ósea, es una cosa extraordinaria, entonces te devuelve la
afiliación divina, te das cuenta que de verdad eres hijo de Dios, y que en la tierra pudo haber pasado
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lo que sea con tu papa, con tu mama, con tu familia, que puedes estar infinitamente solo, pero si
te sientes plenamente hijo de Dios, cuales problemas de autoestima, si te sientes infinitamente feliz
y realizado, y hemos visto unos despertares impresionantes, que se consiguen a través de la
confesión. Como pega el hospital…en el año de la misericordia, entonces empezamos a ya hacer
nuestros propios retiros, ya sin influencia de otras cosas, en torno a la confesión. Nuestros retiros
es, el director del hospital es Dios, los médicos son los sacerdotes, porque son los únicos que
pueden llevar al confesionario que es el quirófano, y aplicar la medicina de la misericordia, los
enfermeros, son víctimas que han bajado abismos tan profundos de dolor, que han perdonado y
están listas para con su perdón, sanar a otros… los camilleros son exvictimarios arrepentidos y
ellos pidieron llamarse a sí mismos camilleros, para dedicarse a orar por las almas de las personas
a las que les hicieron daño, y los enfermos somos todos, porque aquí se enferma el médico, el
único que no se enferma es el director, se enferman los camilleros, se enferma todo el mundo,
hemos hecho retiros con sacerdotes, y cada uno de estos retiros ha sido una sanación para nosotros
mismos… porque finalmente cuando tú decides salir de sí misma para trabajar con el otro, crees
que estas al rescate de la dignidad del otro, finalmente la única dignidad que rescatas es la propia.
Y en todo este vaciamiento se produce un proceso de sanación y de curación propia y profunda de
tus propias heridas, entonces ese es el hospital de campo, como opera… tienes que ir, mirar y
vivirlo… tiene, tiene… allá hacemos de todo, allá hay catarsis, allá hay confesión, allá hay
misericordia, y allá hacemos nidos, tejemos, tejemos nidos de basura, de desperdicios, de dolor,
de cansancios, de miedos, de pecados, de podredumbre como lo hacen las cigüeñas modernas que
son muy sucias, y decidieron no volver a emigrar, para, para, se volvieron sedentarias. Entonces,
a pesar de toda esa putrefacción se da la vida, entonces nosotros que hacemos, una puesta en común
de nuestros dolores, construimos un nido de cigüeña, y a partir de ahí, generamos un nido cuna,
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donde se encuba la vida, y donde se encuba la esperanza, después de bajar a los abismos más
inimaginables de dolor, que deja de ser un dolor individual y se vuelve un dolor colectivo, un dolor
de sociedad, y nos damos cuenta que eso nos pasó a todos.
Investigador – entrevistador: Diana, yo me siento emocionada con todo lo que me estas
contando, sobre todo porque yo siento, cuando tú dices poner en off, empezar a aislarse de todos
esos relatos que existen alrededor de uno, quizás que crean muchos imaginarios con el tema de
trabajar con las víctimas, y centrarse específicamente, en el ejercicio de escuchar al otro, porque
es eso, escuchar al otro….Diana Giraldo: Ese es el método diagnóstico, el apostolado de la oreja,
es un término de Francisco.
Investigador – entrevistador: Y yo veo es eso, pongo todo en off, todos los relatos que de una u
otra forma hacen ruido en mi cabeza, y me dispongo, dispongo mi corazón y dispongo mi cuerpo
a escuchar al otro, y eso me parece muy significativo, porque no tenía idea lo del tema de los
camilleros, ósea, es un relato también, una construcción de una narrativa muy chévere, ósea una
creación, una narrativa viva, es una narrativa propia del dolor.
Interviene Diana: Es que el mejor relato es el silencio, porque en ese silencio, de escucha del otro,
en donde se construye un relato común.
Investigador- Entrevistador: Yo quisiera que me profundizaras, un poco en eso, porque yo,
pues, yo le comentaba un poco a Marcela, que el relato del dolor, ósea, el relato del silencio, en
este caso de las víctimas, en un primer momento, en un relato de silencio, hay… esta como todo
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el tema de lo emocionalidad que se relaciona con el miedo, con el sentirse rechazado, y con la
vergüenza, siento que se reconfigura en poder contarlo…
Interviene Diana: Entre, mira lo que planteaste al principio, es lo que nosotros hemos vivido, y
de pronto desde el punto de vista científico te lo podría explicar muy bien Clara Ivonne o Marcela,
desde el punto de vista psicológico, pero lo cierto es que cada vez que la gente habla, cuenta, saca,
es un relato diferente, cada vez que ellas elaboran, cada vez que aflojan, yo esta vez, digamos como
lo hemos sido haciendo, sin ningún sustento, no, digamos con mucho sustento de humanidad, pero
yo sé, en el último retiro que sentí…que se mueven zonas necrosadas para el que escucha… si, y
también zonas que de pronto que estaban congeladas para el que narra… porque hemos visto
evoluciones impresionantes, ósea, son… en el último retiro tuvimos dos casos bien significativos,
una niña exguerrillera de las FARC, que llego con la condición, no hablaba, no opinaba, no
interfería, no se involucraba, no nada, y con el apoyo psicológico, porque estos son retiros
psicoespirituales de Clara Ivonne, que es una maestra, la apoyo, la empodero, le dio seguridad, le
hizo sentir un lugar seguro, donde poder hacer una catarsis, y esta señora fue como si se hubiera
desbordado, no se de una catarata, hubiera caído un muro de contención de una represa, era una
cosa así… salió el dolor profundo y seguía saliendo, y saliendo, y saliendo, y si nos hubiéramos
quedado allá, seguiría saliendo, y saliendo, y saliendo, y saliendo lo que no había salido, la
expresión de su dolor hubiera, mejor dicho, hizo lo que no hacía nunca…
Intervención de Marcela Giraldo: O lo que se hace en un proceso psicológico o en una
psicoterapia con mucho tiempo…Diana Giraldo: Entonces, eso fue asombroso, y estamos seguras,
porque cada una de estas personas va a los retiros siguientes, y estamos seguros de que cuando los
escuchemos la próxima vez, el relato va a ser novedoso. Teníamos otro por ejemplo, Henry, un
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muchacho que fue de las FARC, campesino, que se ve que no tuvo mucha instrucción, digamos
académica, había tenido una escuela primaria si acaso, re concentrado, callado, un poco… y la
primera vez que fue a los retiros fue a contar que él se sentía muy orgulloso de haber sido de los
que cuido a Ingri Betancurt, como sería el de importante que le toco cuidar a aquellos y a estos,
ósea, daba un poco de vergüenza ajena oírlo, sim embargo nosotros, una de las características del
hospital es no juzgar, y a pesar de que el relato de Henry nos produce medio piedra, lo invitamos
una, dos, tres, el Henry que llego esta vez, era otro… y empezó a alzar la mano, y hablar de
misericordia y hablar de vergüenza, entonces nos daba era como risa, que paso con Henry… el
epilogo de esto, es que Henry ha ido no se a cuantos retiros, tres, cuatro, no se…y Henry, salió al
día siguiente en el programa la noche, contando donde estaba enterrado el cadáver de Peña Bonilla,
y pidiendo perdón, él no lo mato, pero conoce toda la historia, y según sus compañeros, sabia
donde lo enterraron y sabia todas las señas, y sentía vergüenza, y pidió perdón en nombre de las
FARC… Entonces eso es lo que, para nosotros son los frutos del espíritu, de verdad creemos que
estos hospitales los dirige nuestro señor, y están asistidos por el espíritu santo, porque lo que pasa
siempre es así, hubo 45 periodistas invitados, éramos 90 asistentes, y hubo periodistas que no se
confesaban desde la primera comunión, porque todo eso había perdido sentido para ellos…y hubo
un retorno, al comprender el verdadero sentido de la confesión o del sacramento, como un
momento de encuentro pleno con un Dios que te espera con amor, para consentirte, y no para
perseguirte, que no importa lo que hayas hecho, siempre te está esperando, pues eso… eso es una
cosa maravillosa, inimaginable…
Entrevistador-Investigador: Diana yo quisiera, pues ya me hablaste de unos factores claves en
el proceso de sanación y en el apoyo psicosocial que se da en los hospitales de campo, no sé si
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quieres agregar algo más frente a esos factores, y me gustaría que me hablaras como se da ese
proceso de confrontación del dolor, entendiendo el dolor como punto de convergencia en
absolutamente todos los seres humanos.
Diana Giraldo: Yo no sé si este en capacidad de conceptualizar lo vivido, solamente sé que
estoy en el momento de mi vida de nuestra vida como hospital de campo, en que el señor nos está
pidiendo el paso siguiente, que es conceptualizar lo vivido, y en ese sentido Clara Ivonne nos dio
unas pistas porque todos los periodistas que asistieron empezaron a sentir, oiga para que escuchar
tanto dolor…de que me sirve, no tengo con… si mi señora me pregunta que fue lo que vivió en el
hospital no lo puedo verbalizar, le dije que me dejara de molestar, no lo puedo llevar al lenguaje,
ósea eran unos problemas de incomunicación muy grande, entonces yo entendí que el señor nos
esta es pidiendo que… ahora sí, vuelvan concepto lo vivido, para entender a donde han
descendido… entonces, esto está sin elaborar, pero digamos las premisas, las primeras
conclusiones… es primero que el dolor muy muy muy muy muy profundo, ósea, hace iguales,
iguales, iguales a todos… y un dolor muy profundo lo pudo haber vivido una señora simplemente
que su marido la grite durante tantos años y la señora que vivió la masacre, yo no tengo que
calificar uno más dura que la otra, porque la señora vivió en su entorno, en su aislamiento… su
proceso de desolación ha llegado hasta ahí.. pero lo cierto es que cuando a través del apostolado
de la oreja, abrimos la escucha del corazón…para… sentir compasión por el otro, finalmente nos
interpelamos a nosotros mismos… entonces dicen… pero… la primera reacción de todos es a mí
no me ha pasado nada, pero si yo creí que mi mundo se había acabado porque mi marido me dejo,
o yo creí que mi mundo se había acabado porque secuestraron a mi hermano, o yo creí que mi
mundo se había acabado por la extrema pobreza, ósea, al ver la capacidad de estas víctimas
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renacidas a partir del dolor, de la profunda desesperanza y desolación, no les queda más camino
que salir hacía la luz, entonces el que escucha aprende, no solamente la sociedad al escuchar
elabora una narrativa de memoria que nos hace sentir que el duelo no es individual, si no que
debemos hacer un duelo colectivo porque nos pasó a todos como país, si no que a partir de la
escucha de la víctima, se produce un movimiento interior que yo lo llame en este retiro, zonas
necrosadas de ti mismo, que no te atreves a mirar a los ojos que no te atreves a mover, que no te
atreves a mirar, que están estancadas, o que creías muertas de tu propio dolor de tus propias
tragedias, de tu propia sedimentación de zonas oscuras sin sacar…entonces, la cosa es, que haces
con eso… lo dejas ahí entonces, te sirvió el retiro, te fuiste con ese dolor, te fuiste con esa
interpelación… o que es lo que nos está pidiendo nuestro señor, cuales son las herramientas para
que a partir de ese movimiento, tú te reconozcas también dolido, cansado y necesitado…porque si
no hay un reconocimiento que yo estoy necesitado de misericordia, que estoy siendo necesitado
de escucha, que estoy siendo necesitado de sanación, que yo también estoy necesitado de primeros
auxilios espirituales, que también soy vulnerable, que también soy débil, que no me las se todas,
que también tengo que desbaratar mi ego, mi yo y todo eso…pues no hay nada que hacer…
entonces, escuchar al otro a esos niveles lo que sirve es para desbaratarte, para interpelarte, para
romper, entonces tu qué haces con ese rompimiento , que haces con esa interpelación, que haces
con ese abajamiento a la conciencia, ósea, de que te sirve tomar conciencia… nadie ha vuelvo a
ser el mismo después de que han ido a uno de nuestros retiros o congresos, nadie la gente queda
interpelada de tal manera que siente que en su trabajo, en su casa, puede estar construyendo puede
estar haciendo algo más de lo que está haciendo, y Clara Ivonne los llamó de una manera muy
linda, porque la felicitamos por el trabajo que había hecho con esa niña ex guerrillera, y ella dijo,
Yo caí en cuenta que ella repetía dos constantes en su dolor, que los alumnos la llamaban profe lo
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cual la hacían sentir muy orgullosa y que el amor por sus hijos la quería llevar a dar una pelea
profunda una pelea como fuera para sacar sus hijos, ese es el pedacito de vida que emerge debajo
de los escombros… entonces todos tenemos una motivación profunda, un hijo, Dios, una ilusión,
un sueño, cualquier cosa, pero no la hemos identificado aún… entonces al identificar esa ilusión
profunda, esa ilusión sale de los escombros, te sacude y te jalonea hacia la vida, es un poco lo que
entendí que ella nos… nos explicaba a partir de la última reflexión.
Intervención Marcela Giraldo: Entonces hay que pararse en ese lugar seguro, en esa piedrita
para poder elaborar todo ese dolor y darle… Qué es cuando estamos en el dolor profundo y
decimos no no… esto está oscuro está negro, no… el suicidio… Sí… cuando se encuentra desde
ahí se puede re elaborar todo ese dolor.
Entrevistador- investigador: Y ósea esa relaboración del dolor, yo la notó yo la visualizo…
aunque sí me gustaría estar en un hospital de campo, y por lo que ustedes me cuentan ese reubicarse
sobre la vida misma en el escombro, eso adverso que también está atravesado en la vida cuando se
narra… Diana Giraldo: si tuvieras el final de los retiros, de este… éste fue como demoledor…
pero por la noche en algún momento hubo una fogata con mámelos y toda la cosa y la risa, las
carcajadas, los abrazos… había tres ahí y yo los molestaba porque se ríen, se abrazan, se burlan
los unos de los otros cogían ese rosario como si fuera una canana… y yo les decía… Oiga uno de
las AUC, el otro del ELN, el otro de las FARC…ustedes se hubieran encontrado en la guerra, se
hubieran acabado, y eran muertos de la risa, cantando, riéndose, haciéndose chistes con sacerdotes,
con Víctimas de todo, de todos los actores… era una verdadera fiesta o sea las fotos son fantásticas
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de la fiesta de la alegría, porque una vez liberados, como que el dolor los iguala a todos y ahí caen
todas las máscaras…No hay vestimenta posible que oculte lo que eres…
Entrevistador – Investigador: Diana Qué significa dejar de ser víctima para ser sobreviviente…
Diana Giraldo: Esa es una… yo tengo ahí unas pequeñas diferencias con la manera cómo se ha
manejado el tema en el país, y es que se les dice a las víctimas, listo ya ustedes existen… entonces
creo que se les ha llevado tácitamente a creer que deben perdonar por decreto, y que perdonar
implica una renuncia tácita a sus derechos, a la verdad, a la justicia, y a la reparación… que
hacemos en la fundación, este es un camino ancho donde cabemos todos, víctimas que han
perdonado, que no han perdonado, entendemos el perdón como una gracia individual, como una
gracia desde el cielo, una gracia que libera a quién la otorga ,ni siquiera es necesario que les pidan
perdón porque quién posee esa gracia, está libre de las cadenas del odio, de miedo, de inseguridad
que produce, y que lo van a mantener atado al victimario absolutamente toda la vida, entonces en
Colombia el manejo de lenguaje público ha sido un lenguaje engañoso, y manipulador, porque se
les dice perdonen, porque si las víctimas no perdonan, no hay paz… es decir, se les exige perdón
por decreto como si el perdón no fuera un acto solitario, individual, reservado de una gracia, y
segundo las llevan a creer tácitamente que el perdón implica a la renuncia de sus derechos a la
verdad a la justicia y a la reparación…entonces, la víctima una persona que ha sido… le han
arrebatado sus derechos… Vámonos al caso de las mujeres víctimas, las mujeres son las más
aplastadas, las más humilladas, a las que más se las han desconocido los derechos a través de la
historia, en fin, vive en una zona apartada la han victimizado por todo lado, el tipo con el que vive
le pega, la grita, ella ni siquiera es consciente que es víctima, y que le vulneraron unos derechos y
qué tiene derecho a que le resarza en esos derechos, entonces mucho antes de que le llegue la
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pedagogía que la haga consciente, de que le han vulnerado unos derechos, y qué tiene derecho a
que se le resarzan, le está llegando la información perdone para que haya paz, ese es el engaño del
tema de víctimas y sobrevivientes…. en las sociedades más evolucionadas…entonces digamos en
la literatura científica sobre el tema de víctimas, es maravilloso que las víctimas se conviertan en
sobrevivientes y en artífices de su propio destino, pero en la manipulación política que prima hoy
en Colombia, con la utilización equivocada de lenguaje no se les permite ni siquiera apropiarse del
conocimiento de que fueron vulnerados sus derechos, y que tienen derecho al resarcimiento de
esos derechos, y posteriormente convertirse en sobrevivientes cuando la víctima ni siquiera es
consciente… muchas mujeres creen que era así, que era que tocaba así, les pegan, a no es que si
les han pegado toda la vida… no ha visto esas peleas de pareja que alguien se mete y le dice no se
meta que es mi marido, que parece un chiste, pero es un ejemplo muy significativo de la violencia
psicológica y física que se ha ejercido en las mujeres en Colombia, y es normal…el marido lleva
gritándola 30 años y es normal, y si la mujer piensa que si sale y cuenta, se siente culpable y
traidora al matrimonio, si… entonces lleve eso a golpes, asesinatos, a todo tipo de tragedias
emocionales y físicas, y entonces las mujeres piensan que es así tácitamente… eso también tiene
que ver la religión mal entendida, tenemos problemas muy profundos de creencias mal enseñadas
y mal entendidas… qué es que por sostener un matrimonio usted tiene que permitir que una persona
destruye a su hijo, la destruya a usted misma, y todo eso disque cara a Dios, eso no es así, él no
nos trajo a eso, entonces si no hay conciencia plena de que te vulneraron unos derechos pues cómo
pretenden antes de que se reconozca como víctima declarar que en Colombia sólo hay
sobrevivientes, para poderse zafar de todas las víctimas.
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Entrevistador – Investigador: Entiendo… algunos de los testimonios dados por las víctimas
después de su participación en los hospitales de campo, pues se relacionan con emociones de
miedo, de vergüenza, incluso de rechazo por lo que vivieron que ellos reconocen dejan a un lado…
Intervención Diana: No es que ellos viven…. si miramos por ejemplo los últimos testimonios de
los reinsertados, ellos han hecho unos procesos de reinserción laboral, pero al escondido… nadie
sabe que son víctimas…entonces se dan unos fenómenos …mire ya lo estoy hablando, nadie sabe
que son víctimas que son ex victimarios ósea nadie hace eso, y ellos muertos de miedo, que no se
vayan a enterar en el trabajo que yo fui… que nadie se va a enterar porque no se les ha hecho una
resocialización, yo no sé cuál será el término correcto, sí laboral, o la reinserción laboral o
productiva, pero no es una reinserción de fondo, porque viven con vergüenza, viven con dolor
viven con miedo…El Papa Francisco que se ha inventado las cosas más locas y más Audaces y
más maravillosas de este mundo, mejor dicho, el tipo lo que hace es escaparse de las páginas del
evangelio para permitir que Cristo lo habite, y volvernos a enseñar cómo es… entonces el tipo sale
con una cosa tan Audaz como decir qué pone en un libro que se llama misericordia pone un
ejemplo, hay un muchacho que está agonizando, que fue soldado, y muy pecador, y muy
Sinvergüenza, y el abad quiere que no muera en pecado… oiga pero usted no se arrepiente de todas
las mujeres, de toda la promiscuidad… no, no, no, no, no, el muchacho le dice si pudiera seguir en
este momento… pero no, no puede ser, usted se va a morir así, y él le insiste, le ruega y él le dice
que él quiere seguir así… y él le dice, a usted no le pesa que no le pese, y el muchacho dice Pues
sí, entonces él le dice lo absuelvo… ósea, entonces el papa dice que por esa grieta, por esa pequeña
grieta, cuando se toca con amor, se puede convertir en la gracia de la vergüenza, o sea cuando tú
acoges a una persona por un huequito, por un mínimo arrepentimiento, por una asomo de dolor, y
lo recibes con amor, lo que sobreviene es la gracia del arrepentimiento…entonces si viéramos a
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todos estos muchachos hablando en el segundo o tercer retiro que han hecho con nosotros,
presentándose ante los periodistas y diciendo, el Señor me regaló la gracia de la vergüenza, siento
vergüenza, o tú dices el Señor me regaló la gracia de las lágrimas después de que no lloraban hace
mucho tiempo
Entrevistador – investigador: Es muy interesante porque es una… yo siento que hasta la misma
vergüenza se reescribe, Ósea, es como una vergüenza que en primer momento es callada, pero
después de que ya la cuento, ósea por la misma vergüenza también puedo darme a una
transformación… Entonces por qué crees tú que sucede todo esto.
Diana Giraldo: Porque simplemente sueltas la caja sellada, tenemos una caja llena de
oscuridades pendejas, perdón las expresión, pero una caja sellada… caja de Pandora, ósea, llena
de pendejadas, de cosas, de inseguridades, de miedos, porque como no los hemos compartido con
nadie, no sabemos que todo eso tiene solución, y resulta que hasta lo más infame, lo más
desesperante, lo más angustioso, la humanidad lo ha vivido por cientos y miles de años, y lo ha
solucionado… pero qué es lo que no nos deja solucionarlo a nosotros, es el aislamiento, pero
cuándo sacas, y sacas, y sacas, y limpias, y limpias, y limpias, y haces un vaciamiento total de ti
mismo, empiezas a disfrutar la vida, y dejas de acumular… y el lenguaje, digamos es el método
para sacarlo, el instrumento, el medio, el método, la herramienta, el lenguaje es todo…
Entrevistador – investigador: Diana, yo sé que tú conoces un sinfín de historias de víctimas que
han participado en los hospitales de campo, yo sí quisiera que me hablaras que han dicho ellos de
su antes y después de narrar el dolor…Diana Giraldo: Te voy a contar una historia, que además te
la voy a pasar por escrito para que la leas… pero hay una historia… que son varias, pero a mí, hay
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una que me impactó mucho, y era una mujer que conocí en Cali, esa mujer después de contar, y
después de confesarse… es lo que le sucede a esta mujer… dice que, que, después de haber hablado
y que después de haberse confesado… sentía una profunda felicidad, estaba asistiendo a su
segundo nacimiento, primero fue cuando se escapó de los paramilitares…O Cuándo se retiró, y el
segundo fue cuando pudo hacer esta catarsis y confesarse, a ella le mataron, la violaron toda la
vida, después adoptó el hijo de su hermano, el hijo de su hermano presenció un secuestro, entonces
asesinaron a un chiquito de 13 años de la manera más infame, despedazándolo, y ella se entregó a
los paramilitares, y finalmente atendiendo a una persona herida, y viéndola embarazada, y
conocida, se destrozó, y ella empezó a rogar la salida, le hicieron consejo de guerra, en fin… logró
salir, y pues que sintió alegría pero que a partir de este momento era su segundo nacimiento, y lo
expresa en una frase bellísima, en un libro que le hicimos al papá y se lo regalamos está… mi
mamá cuando yo era niña me enseñó que cuando un pecador arrepentido retornaba, había fiesta en
el cielo, hoy hay fiesta en el cielo por mí retorno, y en esa fiesta está mi hijo entonces, digamos
que yo le he pedido a nuestro señor por su misericordia, por mí por mi incapacidad, por mi
poquedad, por mis miedos, que siempre me permita ver una resurrección por retiro para seguir…
esto es cuesta arriba, esto sin recursos, esto es con resistencia ,esto es duro, pero cuando hacemos
unos esfuerzos monumentales y vemos una sola de estas resurrecciones, ya nada importa Porque
yo después de haber oído el testimonio de ella ya que importa, y cuando la vuelva a ver 1 2 3 veces,
si la oigo en esa retiro, y la oigo, quedó asombrada… acabo de dar un reportaje en semana, Ósea,
es resucitada porque es la vida, la vida es una de las grandes enseñanzas que nos dan las víctimas
a todos los que tenemos miedo de vivir… es que la vida no es la ausencia de dificultades, es mirar
el dolor de frente, abrazarlo, y darnos a él y convertirlo semilla de nuevos nacimientos…
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Entrevistador – investigador: Es muy bonito lo que dices Diana, me gusta la entrevista porque
siento que es tu experiencia… Diana Giraldo: yo me siento renaciendo, y cada vez votando más y
más cosas, y más dolores profundos sacando mis propios dolores…
Entrevistador – investigador: A mí me gusta lo que plantea del ejercicio de escuchar, que no
solamente renace la víctima, sino que también renacemos nosotros al escucharlas…y eso es muy
importante, porque narrar lo adverso se vuelve significativo no sólo en un proceso de sanación,
sino en un proceso de reconstrucción de tejido social, en una comunidad, incluso para nosotros
también a nivel general en Colombia qué es tan necesario… ósea, escuchemos al otro o
pongámonos en off como tú dices, y simplemente escuchemos al otro…y desde ahí sanamos todos,
nos construimos todos… y yo quisiera para terminar preguntarte si consideras que la narrativa
puede llevarnos a un proceso de resiliencia…Diana Giraldo: Eso es Sí, sí, Y sí… pero más que la
narrativa en sí misma, es apelar a nuestras creencias más profundas espirituales, las que nos dan
piso Polo, al cielo para que a partir de esas creencias podamos hacer una profunda inmersión en
nosotros mismos, y a partir de esa inversión romper esos muros de contención y que el agua que
brote y salga sane sean las palabras…
Entrevistador – Investigador: ósea, que un primer pasito hacia la resiliencia sería desde el
reconocimiento de lo espiritual, hacia la palabra…Diana Giraldo: Claro que sí, claro que sí,
indiscutiblemente… la palabra viva…
Entrevistador – investigador: Y cómo es eso de la palabra viva…
Diana Girado: lo que te acabo de decir, que no es la palabra como la concebimos, sino que es la
palabra que se produce como expresión de lo que tienes más adentro de tu ser, sólo después de
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haber bajado a las profundidades del alma, la manera de salir al otro, después de ese vaciamiento,
el instrumento, la herramienta es la palabra…