Lucía,Frida,BeayMartasoninseparables,siemprelohansidoysiempreloserán.Ahoradebenenfrentarseaunadifícilnoticia:¡Martaysufamiliasevaa vivir a Berlín! Parece que el mundo se acaba… pero pronto las cuatroamigasdecidiránfundarunclubquelespermitiráestarunidashastaelfindelostiempos.
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AnaPunset
ElclubdelaszapatillasrojasElclubdelaszapatillasrojas-01
ePubr1.0Titivillus28.04.2018
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AnaPunset,2013Diseñodecubierta:JudithSendraIlustraciones:PaulaGonzález
Editordigital:TitivillusePubbaser1.2
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ALucíasololequedabaporabrirunregalodeNavidad,perocuandolohizonoselopodía creer: ¡unos zapatos de color violeta con tacón envueltos en papel plateado!ImaginóqueseríandepartedeLorena,lamujerdesupadre,élnopodíatenertantaimaginación,asíquelediolasgraciasconlamirada.Alfinpodríamiraralosdemásdesde una estatura más que aceptable, y caminar moviendo las caderas igual quehacían las famosasen la tele, comosi fuera lomásnormaldelmundo.Teníadoceaños, pero con esos tacones conseguiría aparentar alguno más. Sí, por una vez,Lorenase lohabíacurrado.Llevabacasadaconsupadredesdehacíamuchoycasinunca conseguía sorprenderla…Quizá podría lucirlos el próximo día que quedaraconlaschicasparairadarunavueltaporelcentrocomercialoalcine,averlaúltimadelbuenorrodeMarioCasas.Aunasí…¡noeraloquemásqueríaqueleregalaran!Lo que más deseaba lo había subrayado en su carta con todos los rotuladores decoloresqueguardabaenelcajóndesuescritorio.Sí,apesardequeyanoeraunaniñapequeña,continuabahaciendocartadeReyes,unadelasventajasdeserhijadepadresdivorciados:asíserepartíanlosregalosentreellosynohabíapeleas(ohabíamenosdelasquepodrían).
Aloqueiba…Noentendíaporquénoestabadebajodeeseárbolloquemásleimportaba de toooda la carta. Cuando vio que su madre no se lo regalaba enNochebuenadespuésdelacomilona,habíadadoporhechoqueelregaloencuestiónhabría idoaparara laparteque le tocabaasupadreyquese lodaría lanochedeReyes…PeroparecíaqueNO,supadrenoseenteraba…Arrugólanarizpequeñaychataymiróportodaspartesenbuscadeotracajaquepudieraservir.Laesperanzaesloúltimoquesepierde,dicen.
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¿Y si…?Lucía desvió sus ojos haciaAitana, el fruto del amor deLorena y supadre.Con solo seis años, era un auténtico terremoto.Muybonita, eso sí, con susrizos dorados y susmejillas rosadas, pero lo quemejor se le daba era destruir lascosas de su hermanamayor. La pequeñaja estaba a los pies del árbol de Navidadrompiendoenvoltorioscualtrituradora.YjustodebajodelospapelesestrujadoshabíaunpaquetequeselehabíaescapadoaLucía:ibaenvueltoenpapeldecolorrojo,no
eltípicoinfantilqueteníanlosdemásregalosdelaniña.Esacajateníaquesersuya,nopodíaserdeotramanera…Lucíasepusoenpiedeunsalto,peroentoncesviocomoAitanaestabaapuntodecogereseregaloparaarrasarconélcomolohabíahechoconlosotros.Entreszancadas(másbiencortasporquesuspiernasnodabanparamucho)seplantófrentealregalo,apartóasuhermanadeunempujónysepusoderodillasparaprotegerlo.Aitanarompióallorarenseguida,comosolíacadavezquenoledejabanhacerloquequería:latratabancomosifuera
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lareinadelafamilia.—¡Lucía!—replicóLorenaconsuvozde«enestacasasehaceloqueyodigo».Mientras su padre se mantenía sentadito y callado en una de las butacas que
rodeabanalárbol,ellaibadeaquíparaalláhaciendofotosemocionadísima.Tambiéndabaórdenes,paravariar:
—¡Pídeleperdónatuhermana!
Mihermana???Esaniñamimadanoesmihermana»,sedijoparasíLucía. Con las luces del árbol dándole en toda la cara, Lorena se veía máscongestionada de lo normal y había cosas que eramejor pronunciar por lo bajini.Ignorólaregañinayseconcentróenesepaquete,suúltimaesperanza.Efectivamente,enlatarjetaquecolgabadeélponíasunombreenmayúsculas,bienclaro:
Sí,¡esaerasucaja!Ypormuyútilesquelefueranlos demás regalos, ninguno significaba tanto en esemomento: ni la maleta de maquillaje de Pucca, ni elmaillotdeballet,nieliPod,nieldiario.Rezóparaqueaquellacajaguardaraloqueellaquería.
Comosi fueraunauténtico tesoro,Lucíaabrióconmuchoesmeroelenvoltorio:retiróprimerounextremolentamenteydespuéselotro.Se contuvo de arrancarlo todo de un tirón para disfrutar cada segundo de aquelmomento. Al quitar el último celo y deshacerse del papel, se encontró con unasencillacajadecartón.Laabrióconlasdosmanoscomosifueraunfrágilcofredecristaly,alverloquecontenía,desubocasurgióungritodealegríaquelesasustóatodos.
Su padre, Lorena yAitana se la quedaronmirando cadaunoasumanera.Laniñatayahabíaacabadodelloraryteníalabocaabierta,enseñandoelpolvorónquesumadrelehabíadadoparacontentarla.PensaríantodosquizáqueLucíaestaba
completamente chiflada… ¿ponerse así por eso? Pero su padre le preguntó si legustabaelregalodesdelabutaca,yensucarasenotabaquesealegrabadeverdadporverlaasídeemocionada.Lucíalerespondióconunasonrisaqueiba,literalmente,deunaorejaalaotra,yunasentimientoexagerado…¡Claroqueleencantaba!
EstabatancontentaquehastalediounabrazoaAitana.Alfinyalcabo,laniñatampocohabíahechonadamalo,porlomenosnohabíallegadoa
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tocarloqueerasuyo,queyaesmucho.Recogiótodoslosregalosparaponerlosenunrincóny tirar lospapeles.Despuésestuvounratohaciendodehermanamayorparaquenohubieraquejas:jugócon Aitana a las cajitas y le preguntó por los nombres de susmuñecas. Cuando creyó que ya era suficiente, se fue a suhabitacióncargadadetodoslospaquetes.QueríasabersieralaprimeraenanunciarsunuevaadquisiciónenesanochedeReyes…
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Lucía encendió la luz de su cuarto, chutó el puf de espuma y se sentó frente alordenador,quepermanecíaencendidocasieldíaenterocuandoellaestabaencasa.Erasumaneradeestarsiempreconectadaconlaschicas.
«Planzapatillas rojasenmarcha»,escribióen suestadodelTuenti, juntoaunafoto bastante buena en la que aparecía recién salida de la peluquería: flequilloperfectamenterecortadoyrectojustoporencimadelascejasymelenapelirrojasinpuntasdebilitadas.
Sentada en su silla con respaldo flexible, esperaría a que respondieran Frida yBea.MartaeralaúnicaqueyateníaunaszapatillasrojasynonecesitabapedirlasporNavidad.
Lucía estaba emocionada con el plan que habían ideado, se sentía como siestuvieraapuntodehacerunviajeytuvieraqueplaneartodoloquedebíameterenlamaleta.Sediocuentadequenopodíaestarsequietaenesasillahastaquelasdemásdijeran algo. Eso no era lo suyo. Miró a su alrededor buscando algo con queentretenerse.LaverdaderaquesupadreyLorenalehabíanmontadounahabitaciónalucinante: lehabíanpintado lasparedesdecolorvioleta,sufavorito,ysupadre lehabíapuestouncorchoenormejustodetrásdelacamaparacolgarloquequisiera.Loteníabienaprovechadoconunmontóndefotosdesusamigasyrecortesderevistas,comoeldelasdunasdeEgipto,adondelegustaríairalgúndía.Sucamanoeradelas grandes, pero le encantaba la colcha a juego con las paredes y la lámpara deltecho.
Cogióeldiarioqueacababanderegalarle,colocólaszapatillasnuevasenlamesay,conelcarboncillo,comenzóadibujarlasenlaprimerapáginaenblanco.
La idea de que todas consiguieran esas Navidades unas zapatillas rojas habíasurgido hacía pocos días para responder con hechos a la horrible tragedia de queMartasemarcharaavivirfuera…¡justodespuésdeReyes!Lanoticialasdejóatodassinpalabras.InclusoFrida,lacotorradelapandilla,sequedómuda.Llevabanjuntasdesde primero de primaria (¡y ya estaban en primero de ESO!) y Marta sería laprimera en separarse del grupo de amigas. La cosa era que a su madre, que era
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alemana, le habían ofrecido un fantástico trabajo enBerlín y se llevaría consigo atodalafamilia.Dehecho,ellayasehabíamarchadoelmesanteriorparaempezaraorganizarlo todo,perohabíaregresadodurante lasfiestasparapasarlas todos juntosenBarcelona.
ALucía lecostóunmontónasumirqueelviajedesuamiganosería temporal.Quizánovolvíaavivirenlamismaciudadqueellanuncamás…Poresosehabíandedicadoaaprovechar todoel tiempoque lesquedabadeestar juntasantesdequellegaraelfatídicodía:viendotodaslaspelisqueMartaseperdería;comiendotodaslas napolitanas de chocolate que Marta no volvería a catar; probándose todos losmodelitosdelastiendasquenovolveríaapisar;oliendoelmarycaminandoporlaarenaqueenBerlínnoencontraría…Ycomotodoesonoerasuficiente,Lucíaylasdemáshabíanplaneadomontarun clubde amigas inseparables.Elobjetivo:que, apesardetodosloskilómetrosquelassepararan,suamistadsemantuvieraintacta.Eseclub lasmantendría tan unidas como lo habían estado siempre, hablando a diario,compartiéndoloabsolutamentetodo,siendolasmejoresamigas.
TambiénhabíaayudadoadecidirlaslosucedidoentreMartayJulia (su tutora y profesora de lengua). Marta vivía cerca dedonde estaba el colegio e iba y venía siempre andando. Unamañana, había tenido que ir al colegio en zapatillas porquellevaba varios días diluviando y los zapatos del cole no se le habían secado. Laszapatillas eran de color rojo, su favorito. Sin embargo, al verla llegar, la Urraca(comotambiéneraconocidaJuliaporsuvestimentanegraysuvozirritante)laparóalaentradayleprohibióentrar.
—¿Dóndeestánloszapatosazulesdeluniforme?—sevequelepreguntó.—Pues… en casa —respondió ella recogiendo su paraguas blanco de topos
negros—.Estánempapadosporlalluvia,profesora.—Esonoesasuntomío.Asínopuedesentrarenclase—gruñólaUrracaestirada
comounpalo.—Pero profe, ¡voy a agarrar un resfriado de cuidado!—se quejóMarta. A la
pobretodavíalecaíangotasdelluviaporsupelorubiocasiblanco.—Medalomismo,Marta.Asínopuedesentrar.Yasabesquedeberíastenerpor
lomenosdosparesdezapatosparaeluniforme.Díseloatuspadresdemiparte—insistió la profesora levantando el dedo en el aire.Llevaba siempre las uñasdeuncolorrojointensoquerecordabaalasangreylesponíaatodaslospelosdepunta.
—Peroesqueeseeselproblema,profesora.Mimadreseha idoaAlemaniayahorasoloestamosaquímipadreyyo.
—Esonotienenadaqueverconloszapatos…—¡Sí tienequever, porque seha llevadoa lanueva casa casi todasmis cosas,
tambiénlosotroszapatos!Latutoraselaquedómirandomuyseriaantesdevolverahablar.Senotabaque
nolegustabanadaquelellevaranlacontrariaysucaraseestabavolviendodelcolor
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delasgranadas.—Nome levantes la voz, bonita.—Volvió a señalarla con
esededo amenazante—.Vete a casayponte, si es preciso, loszapatosmojados.Ycuandoregresesvenabuscarmealdespachoque te pondré un trabajo extra, a ver si así aprendes a callartecuandotienesquehacerlo.
Lucía llegaba al colegio justo en ese momento y solo viocómoMartaapretabalabocafuerteysemarchabaotravezbajola lluvia. Marta les contó luego que tuvo que enfundarse loszapatosconlasplantillaschorreandoyregresaralcolegioconunhorriblechofchofacadapaso.LaUrracalehizoescribirenuna
cuartilla cien veces
, como si estuviéramos en la época decuandonuestrasmadresibanalcolegio.¡Quéanticuado,porfavor!Esamismanoche,aMarta lesubió lafiebreunmontón.Tangravefuequeestuvo losúltimosdíasdeclase en camacongripeyporpoco sepierde la obrade teatroque su cursohabíapreparadoparalafiestadeNavidad.Setratabadelaúltimarepresentaciónqueharíantodas juntas, Cuento de Navidad, de Charles Dickens, y Marta tenía un papelfundamental,porquehacíadefantasmadelpasado.
Total,quelaprimeratardedeesasvacacionesnavideñasnaciólaidea.EstabanlascuatrocharlandosobreelviajedeMartay,alversuszapatillasrojas,Lucíacreyóquepodíanserunbuensellorepresentativoparaelclubquequeríanmontar.
—¿PorquénopedimosunaslasdemásparaNavidad?—propuso.Fridafuetodavíamásallá:—¡Eso,eso!Y,alacabarlasclases,nosquitamoslasmerceditasazulesynoslas
ponemosdelantedelasnaricesdelaUrraca.La idea tuvomuy buena acogida. ¡Ya se preocuparían de que las viera bien la
tutora!—Aversilecambiaesacaradepajarracoseco—habíadichoLucía.Varios sonidos seguidos en los altavoces del ordenador le hicieron levantar los
ojosdesudibujo:tantoFridacomoBeahabíanescritotambiénenelTuentiqueyateníanensuposesiónlaszapatillasrojas.Martacerróelgrupoañadiendo:
aloquelesiguieronvariascaritassonrientesdelasdemás
.Lucía se sentía ansiosa porque llegara el día siguiente: después de comer, se
reuniríantodaslasamigasenlafiestadedespedidaquedabaMartaensucasa.Pero
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lo que importaba realmente era que todas querían aprovechar para demostrarle aMartaque ladistancianopodríaconsuamistad.Lehabíanpreparadounálbumdetapas rojas con fotosy recortes de todos losgrandesmomentosquehabíanpasadojuntas para que pudiera llevárselos a su nueva casa y recordarlos siempre quequisiera.
Depronto,aLucíase leocurrióalgo…podíacompletarelálbumconeldibujoqueestabahaciendo,asíincluiríatambiénlaszapatillasrojasqueahoraeransusellodedistinción.¡Esoseríaperfecto!
Pero si quería acabarlo a tiempo debía darse prisa. Cogió el lapicero rojo ycomenzóacoloreareldibujo:movimientosrápidosparadartexturaprimero,ysuavedifuminado con los dedos para dar brillos después.Dibujar conseguía trasladarla aotra galaxia en la que solo existían ella y sus pensamientos, era lo más relajantecuando necesitaba desconectar. Nunca había ido a ninguna academia para que leenseñaranlatécnica(comoconelballet),sinoqueellasola,desdesiempre,sehabíadedicadoarepresentarloquellamabasuatencióno,simplemente,loqueteníaenlacabeza.Dibujareraparaellaalgonatural.
Cuandoterminóconlaszapatillas,semetióenlacamapensandoenlasganasqueteníadeverasusamigasyenseñárselas.Estabatanexcitadaquelecostaríaconciliarelsueño.Sinembargo,noseenteródenadacuandosupadreentróenlahabitaciónun rato después para desearle dulces sueños y besarla en la frente, como hacíamuchasnoches.
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LucíafuelaúltimaenllegaracasadeMartaylesorprendiólograndequeseveíasinmueblesnidecoración.Enelcomedor,solohabíalascuatrocosasparaelpica-picaenunamesadecampingycuatroguirnaldasparaquenoparecieratanvacío.
Entre padres, vecinos y amigos, había una quincena de adultos charlandoanimadosycomiendocanapés.PeroMartasololashabíainvitadoaellas:noeraunacelebración,eraunadespedida.
Lo primero en lo que se fijó Lucía al verlas fue en que llevaban puestas suszapatillasrojas, talcomohabíanacordado.Asintióconlacabeza,comoparadarsuvistobueno,ytodaslaimitaroncomprendiendoysefueronalcuartodeMartaparaestarmástranquilas(nosinantescogerbuenasprovisionesparasumerienda).Verlotanvacío,sinsuspóstersdeTaylorLautnerydeJustinBiebercolgadosenlapared,sin todas las novelas que solía tener en las estanterías,Lucía sintió una especie decaídaalvacío.Seacordódegolpedequeelprincipalmotivoquelasllevabaaestaratodas allí ese día era triste: una de las amigas inseparables se marchaba y no lavolveríanaverenmuchotiempo.
Fridaseacercóaellaconpocodisimuloylesusurróaloído:—¿Lohastraído?AloqueLucíarespondióasintiendo,conlabocallenadeganchitosyseñalando
elbolsobandoleraderayastricolorquecolgabadesuhombro.Se sentaron todas en el suelo sobre unos cojines, y cuando Bea se quitó los
zapatosLucíasefijóenquesuscalcetineserandecolorgris.—¿Son nuevos? —le preguntó. Sabía perfectamente que Bea escogía los
calcetines en función de su estado de ánimo. Ésa era una de sus muchaspeculiaridades…
—Sí,mehehechoconunacolecciónenteradegrisesparaestosdías—resolvióBeaconunasonrisatorcida.
—¡Asínosenotarásillevassiemprelosmismos!—bromeóFrida.Lasdemásserieronyalgunadijoqueeloloraquesoladelataría.—¡Amímimadremeharegaladounjerseyajustadoquememarcaunpoco!—
bromeóFridallevándoselasmanosalpechocasiplano.TodasseecharonareíryMartacasisecaedeespaldas.Fridaeralaquemenos
curvas tenía de todas y también lamenos presumida: casi siempre llevaba el pelorecogidoenunacoladecaballoylegustabavestirconropadeportiva.
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—Puesamí,Lorena,misprimeroszapatosdetacón—anuncióLucía,convencidadequesusamigasalucinaríanconlanoticia.
—¡¿Qué?!¡Serásguaaaaaarri!—exclamóMarta,yseunierondespuéstodas.—¿Selosvasaenseñaratumadre?—preguntóBeaaLucíarecuperandounpoco
eltonoserio.
—Nolosé—Lucíaapretólaboca—:Estanocheduermoensucasa,peroquizálosdejeencasademipadre.Porsiacaso.
—Yoquetúescondíaloszapatosparacuandoestéde buenhumor
—resolvió Marta alargando la palabra —. Si se entera de que te los haregaladoLorenaseguroquelesencuentraalgunafalta…
Marta no iba desencaminada con lo que podría suceder, pues su madre nosoportabaqueLorenaseentrometieraensuvidaohicieracosasqueellanoaprobaba.Resultado: que cada dos por tres sus padres discutían a grito pelado por teléfono,porquepocasvecesseveían.Aunqueelvolumendesusvocesllegabaahacersetanaltísimoquenohacíafaltaauricular,niteléfono,ninada.
Lucía sacudió su larga melena pelirroja mientras resoplaba haciendo bastanteruidoparaquelasdemássedierancuentadequenoleapetecíahablardelashistoriasdesufamilia.Eralaúnicadelascuatroqueteníadoscasas,cadaunaenunapuntadeBarcelona,yavecessehacíaunlío,laverdad.Odiabacuandoseequivocabaalhacerlabolsaparaelfindesemanaysellevabaalpisodesupadreunmodelitoqueparanada pegaba con el plan que le salía el sábado. En esos casos (repetidos quizádemasiado),trasexplicarconmuchapacienciaasupadrequenadadeloqueconteníasuarmariodeallí servía, leobligabaaacompañarladebuenamañanaacasadesumadre para coger la camiseta o la falda que necesitaba desesperadamente. Sin
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embargo, lo de las dos casas también tenía sus ventajas. Por ejemplo, podía tenermuchas más cosas y se ahorraba hacer limpiezas de temporada porque tenía másespaciodondemeterlas.Cuandosumadrecomenzabaaquejarsedequenolecabíanlosabrigosenelarmariocogíaunoscuantosyse los llevabaa lacasadesupadre,dondesiempreencontrabaunhueco.Aunquetambiénimplicabariesgos…Noseríalaprimeravezni laúltimaquesumadreponíaelgritoenelcieloalpillarlaconalgo
puesto que había tirado en el contenedor de ropa hacíasiglos.Sí,erabuenotenerunsitioenelqueescondertodoloquesumadrenoqueríaquetuviera.Yesque,aunquedelantedeellajamásloreconocería,nohabíadudadequelahabitaciónquemáslegustabaeraladecasadesupadre.Éllepermitíacolgarloquequisieraenlasparedescontaldequeestuvieranasugusto,deahíelcorchokilométrico. Sumadre, a lomás que había llegado, era a colgar el cuadro de unabailarinasobreelblancoinmaculado.
Lamayorpartedel tiempo,Lucíavivíacon sumadrey sumarido, JoséMaría.Siempre le decían que se habían enamorado gracias a ella: él era el maître delrestaurantedondecelebraronsuprimeracomuniónysepasólacomidadedicándolemiraditastontasasumadre.¡PerosiinclusosuabuelaAgustinasediocuenta!
TampocoesqueLucíanovieraasupadre,nimuchomenos,pueséllarecogíaavecesenelcolegioytambiénpasabaensucasatodoelfindecadadosportres.Alfinal,parecíaqueteníaunafamiliamuchomásgrandequeladesusamigas.
—¡Chicas!Hablandode regalos…—anuncióFrida dándole un codazo aLucíaparaquedespertaradesuensoñación.SacóelálbumdefotosyrecortesquelehabíanpreparadoaMarta.
—Estoesparati.ParaquenonosolvidesenBerlín.Martaseabalanzósobreélyloabriórápidamente.Enlaprimerapáginaestabael
dibujoqueLucíahabíahechodelaszapatillasrojas.Todasexclamaronalunísono:
comosilotuvieranensayado.Pasabantantotiempojuntasqueavecesparecíaqueteníantelepatía.
—Ya me gustaría a mí tener tu arte… Así sacas siempre sobresalientes enplástica…—hablóBea.
—Anda,ymelodicestú,madameviolín—respondióLucía.—Esoesdiferente…Bea se puso colorada en el acto. Lucía admiraba la fuerza de voluntad de su
amiga,quellevabatocandoelviolíndesdequeteníacincoaños.Casihabíaaprendidoaleermúsicaantesquepalabrasyeralaprimeradesuclaseenelconservatorio.
—¡Yaestamosconlamodestiadelasartistas!—laschinchóFrida.Ellas protestaron y Marta se quejó de que no la dejaban mirar el álbum con
tranquilidad.Queríaque lohicieran juntasy todasacabaroncallándose.Alpasar laprimerapágina,aparecióunafotodelascuatroamigasposandodelantedeunaparedllenadegrafitis.
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—¡Estafotoesbuenísima!Todassalimosbien,yyo,porunavez,noparecequeestéenBabia…—soltóBea.
Se la habían hecho el verano anterior, elprimerdíadevacacionesdespuésdeobligaraundesconocidoa repetirlacomoveinteveces.Marta salía de su perfil bueno, como ella lollamaba,contodasumelenarubiaechadaaunladoymirandoseductoraalacámaraparaqueseviera loazulesqueeransusojos.Fridaesedía había prescindido de coletero: se acababade cortar el pelo y le llegaba justo por loshombros.Sulooksiempreeraelmásdeportivo,incluso cuando iba arreglada no faltaba unaprenda Adidas o Nike. Bea llevaba unostejanos azules de pata ancha y su camisetablancadelcorazónflechado,unpocohippie,laverdad. Aunque no se veían los calcetines,Lucíaseacordababiendequeesedíaerandecolor verde, como sus ojos. En la foto, Lucíavestíasuinconfundibleminifaldatejana,porqueparecíaqueasísuspiernasseveíanmáslargas.Aunasí,senotabaalaleguaqueeralamásbajitadetodas.
—Meencanta…Parecemosungrupodemúsicapop—declaróMartapasandoalasiguientepágina.
En ella, un montón de portadas de algunas películas que habían visto juntas:CampRock,Atresmetrossobreelcielo,Losjuegosdelhambre…algunasdeHarryPotter (aunqueelmagocon suvaritayano leshacía tantagracia)…Despuésvino
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otra página con imágenes de todas ellas porseparado:Lucíaenun festivaldedanzaconsu tutúblanco en plena pirueta; Bea en un concierto deviolín,todaconcentradaensupartitura;Fridaconsuequipodevoleiboldandosaltosconlosbrazosenelaire mientras celebraba una victoria; Martaenfrascadaen la lecturadeunode los tochosque legustabaleer…
Marta empezó a sorberse la nariz como siestuviera a punto de llorar. Al darse cuenta, Frida,decidiócortarloderaízcerrandoelálbum.
—Yo creo que es mejor que lo sigas viendocuandotehayasido.Sinotevasacansardeverlasmismasfotosunayotravez…
—¡Frida!—leechó labroncaLucíaporsu faltadetacto.
CuandoFridapusocaradenosaberaquéveníaelrapapolvo,Martaselimpiólanarizylediolarazón:
—¡Esverdad!Ahoraloquetocaeshablardenuestroclub.Todasasintieron.—Habría que pensar en unas reglas…—respondió rápida Frida—. Todos los
clubstienen.Nosotrasenvoleibolcumplimosunmontón…Lucía se pidió apuntar y sacó de su bolso el diario que le habían regalado por
Reyes. Abrió la primera página en blanco y comenzó a escribir con un bolígrafovioleta,tanconcentradaqueleasomabalalenguasindarsecuenta:
Sí, serían diez porque parecía un número importante y redondo, como los diezmandamientosolasdiezmejorespelisdelaño.Ydeoro,porqueeranmuyvaliosas.Todasaprobaronlamociónysepusieronapensarenesasreglasquemarcaríancómomantenersuamistadacientosdekilómetros.
Paravariar, fueFridaquien anunció laque sería la delclub:
—Nonosdesharemos deestaszapatillas—dijo.Lucíaapuntóconsumejorletra,tanredondaquelaspalabrasparecíancadenasde
gusanosdeseda.Mientras,Fridaseenrollóexplicandoquecuandose lesquedasenpequeñastendríanquecomprarunasiguales,ydespuésotras,yotras…elrestodesuvida.ALucía le pareció que su amiga exageraba un poco, la verdad, porque ¿quéviejadesetentaañosllevabaesetipodecalzado?Peroapenaslediotiempoalevantar
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lamanodelpapel.
—dijoBea—:apesardeladistancia,cuandoalgunanecesiteayuda,lasdemásacudiránparaapoyarla.¿Verdad?
¡Porsupuesto!,esanormaerabásica.LucíanohabíaacabadodeapuntarlacuandoMartacomenzóadarrápidaspalmadasparacaptarlaatencióndetodas:
entre nosotras nunca han existido los secretos.Asíqueencuantoocurraalgo,loquesea,secomparte.
Todasledieronlarazónyprometieronque,aunquesemarcharalejos,seguiríanexplicándoseloabsolutamente todo.Acordaronqueseescribiríanadiario,enviandofotos de las novedades, y que tendrían el chat de Tuenti siempre conectado por sihubieraalgomuyimportantequecomunicar.
Beadictóla—Cuandounatengaganasdellorar,¿todasarrimaremoselhombro?—Yaestamosconloslloros.¿Yquépasaconlasrisas?¿Cuandotengamosalgo
graciosoquecontar,nosloguardamosparanosotrasporquenoestanimportante?BeayFridacomenzaronunaespeciedequerellasobreloimportantequeerapara
unayotranoestar solopara lomalo, sino tambiénpara lobueno,porqueuna risavalía tanto como una lágrima o una lágrima tanto como una risa… ¿O eso era elnombre de unaONG?Ya no sabía…Lucía lo estaba escuchando todo un poco defondoy tenía la sensacióndequenoestabaparticipandocasideaquel reglamento.Empezaba a ponerse algo histérica, así que llamó la atención de todas dando unpequeñogritoypidiendounmomento.
—¡¡¡Porfavor!!!Laschicassequedaroncalladas,sinpoderdisimularsuimpacienciamientrasella
terminaba de escribir. Bea semordía las uñas y Frida se estiraba los dedos de lasmanosparahacerloscrujir.
Después, Lucía se tomó un momento para pensar laBuscaba la respuesta en el techo de la habitación, que todavía tenía restos deBlu-Tack,yrápidamentelavio:
—El chico que le guste a una de nosotras es sagrado y no le puede gustar aningunaotra.
No tardaron en surgir voces descontentas con la regla que ella acababa deescoger.
—Esoesunachorrada,ningunatienenovio—sequejóFrida.—Amíquémevasacontar,estaesmiúltimanocheaquí…—lasiguióMarta.—Pensemosotracosamás…real—sugirióBeaconlosojosmuyabiertos.Lucíasabíaque,enrealidad,loquelesmolestabaunpocoatodaseraqueelchico
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más guapo de su colegio, Eric, no solo había hablado con ella, sino que eramuyposible que pronto le pidiera para salir. Y eso era mucho más de lo que habíanconseguidolasdemás.
—Puesyosílaquiero—protestó,ylesrecordóqueaquelloeraunademocraciayque todas tenían voto… Ella había aceptado las normas que habían ido saliendo,¡paraunaquepensabaella!
Alfinal,lascabezasdeFrida,BeayMartafueronasintiendopococonvencidasyella escribió, satisfecha, su norma en el diario. Cuando acabó, Bea anunció la
siguiente,la—Estáprohibidocriticaraningunacuandonoestépresente,¿vale?—Eso,porqueconmigolotendríaismuyfácil—lediolarazónMarta.Lucía apuntó, y cuando las demás comenzaban a discutir en tropel pidió una
nuevapausalevantandolamano:entrequeesamañanadespuésdeladuchasehabíaajustadodemasiadolaspulserasdehilosyquenohacíamásqueescribir,seestabaquedandosincirculaciónenlamano.Alfinalnohabíasidotanbuenaideaquefueraellalaqueapuntaralasreglas…Liberólamuñecaparaversilasangrecirculabaunpocomejory,cuandoestuvorecuperada,volvióaldiario.
—Evitaremos cualquier pelea. Antes que eso, se habla del problema—razonóMarta,pueseralaquemásdifícillotendríaparahablar.
—Yolvidaosdelasmentiras—añadióFrida—,yasabéisesoquedicendequesepillaantesaunmentirosoqueauncojo…
Lucíahizounrecuentorápidodelasreglasquehabíaescritoysepercatódeque
yasolofaltabaunaparallegaralanúmero—Solonosquedauna,asíquehayquepensarlabien.Laschicas semiraronen silencioentreellas. ¿Cuáldebía ser esaúltimanorma
que cerraría el círculo?Era la última ymás importante porque después de ella nohabríanmás.Fridalaescogió,igualquehabíaescogidolaprimera:
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Todas estuvieron de acuerdo. Después de todo lo que habían superado juntas,Alemaniasoloibaaserunapruebamás.Ellastriunfaríanyseguiríanunidasforever.
Lucía dejó a un lado el diario y se arrastró hasta sus amigas que, como si leleyeranelpensamiento,laimitarontambiénhastaunirseenelabrazomásfuertequesehabíandadonunca.NisiquieraFrida,quesiemprepresumíadeserlamásfuerte,senegó.Seprometieron cumplir esasdiez reglasdeorodelClubde lasZapatillasRojas,costaraloquecostara.
Cuando lamadre deMarta apareció en la habitación para avisarlas de que suspadres las reclamaban para volver ya a sus casas, las chicas se pusieron en pielentamente.Sinsoltarsedelamano,caminaronhacialasala,queyahabíaempezadoa vaciarse de gente. Los vecinos y amigos se habían marchado ya todos, soloquedabanlospadresdelaschicas,quelasmirabanconcarascomprensivas.
—Hallegadolahora…—anuncióFrida,ylavozletemblabainclusoaella.Lucíasentíaunaopresiónenelpechoyunasganasterriblesdellorar.Semiraron,
yal instante lascuatroamigas llorabandesconsoladas,abrazadasysin intencióndesoltarse.
¿Por qué tenían que dejar marchar a Marta?, pensó Lucía. Si se quedabanagarradas a ella siempre… nadie podría obligarlas a soltarla. Pero sus planes nosalieron como ella esperaba, y los padres acudieron a la piña humana que habíanmontadoparasepararlasconcuidadoy llevarlashacia lapuerta.EmpezabanasalircadaunaconsusrespectivasfamiliascuandoMartagritó:
—¡ArribaeseClubdelasZapatillasRojas!Ytodaslerespondieronconsusvocescongestionadas:—¡Arriba!Lucíasalíaporelportaldelbloqueytodavíaoyóunavezmáselgritodebatalla.
Respondióalzandoelbrazo.No paró de llorar durante el viaje en coche a casa de su madre, ni tampoco
durantelacena,nienlacama…Sumadredebiódecomprenderlo,porquenoinsistiótampocoenquesecomieralosguisantesdelacenaoenquelaayudaraarecogerlamesa.Sololadejóllorarhastaquedarsedormida.
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El lunes tocabavolveralcole,ysidespuésdeunasvacacionesnuncaes fácil,estavezseríatodavíamásduro.Todoapuntabaaqueeseprimerdíadesunuevavidaibaaserelmásnefastodelañoqueacababadeempezar.Latelevisión,losperiódicos,lagente por la calle… en todas partes se oía hablar de la crisis mundial, y Lucíacomprendíaque tampocoella sehabíaescapado:Marta sehabíamarchadoyahoradebíaenfrentarsealoquequedabadeaño,ylosquevinieran,sinella.
Llegóalcoleporlamañanacomosilahubieraatropelladountráiler.—Buenos días, Lucía. Vaya, por decir algo. No tienes muy buena cara. ¿Te
encuentrasbien?—preguntólaUrracaalverlaentrarenelrecintoconsucaradenomemiresotearrepentirás.
—Heperdidoaunaamiga—respondiódramáticasindetenerseahablarconella.La tutora sabíade sobraqueMarta sehabíamarchado,¿esqueacasoseestaba
recochineando?Unpocomásadelante,yadentrodeledificiodesecundaria,enelpasillojuntoa
lasescaleras,estabanBeayFrida.Lasdosteníanunacaraigualquelasuya,peronodebíandesaberloporquenadamásverlallegarseacercaronaella:
—Dasmiedo—dijoFrida.—Puesmira que tú…—respondióLucía, y comenzaron a subir en silencio las
escalerasquelasllevabanalsegundopiso.Elprimeroestabadedicadoalarecepciónylasaladeprofesores,loslaboratorios,
lostalleresylassalasdeordenadores;enelsegundoestabanlasaulasdeESOyeneltercero las de bachillerato, música y arte. Los despachos de los profesores sedistribuíanentrelostrespisos.Enlosotrosedificiosdelrecintoestabanlasaulasdelospeques,elcomedor,labiblioteca,elauditorioyelgimnasio.
Laschicasarrastrabanlospiesydoblabanlasrodillasavelocidaddetortuga.Sialgunodelamultituddealumnosquepasabanporsu ladocualmanadalashubieraempujadoescalerasabajoenesemomento,nohubieranopuesto resistenciaalguna.Cuandollegaronalsegundopiso,tanagotadascomosiacabarandehacerelEverest,
LucíadescubrióqueEric pasabajustoenesemomentopordelantedeellasconsusamigos.Ibaendirecciónasuclaseyellaqueríaevitarlo,asíquesediolavueltaybajóvariosdelosescalonesqueacababadesubir.
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—¡No quiero queme vea con esta cara demuerta!—confesó cuando Frida lepreguntóquéestabahaciendo.
Eric tenía el pelo liso y tan rubio que en verano se leponíacasiblanco,ylellegabaamediocuello.Susojoserandeunverdequelerecordabaalapiedradelanilloquelehabíadadoen herencia su abuelaAgustina cuando cumplió los diez años,aunquelefueratangrandequelecupierandosdedosenlugardeuno.
—¿Noosrecuerdana lasesmeraldas?Estechico tieneojosdehipnotizador…damiedo—susurróBea,queparecíarecelosaporqueellatambiénteníalosojosverdes,aunquemásclaros.
Lucíasupoquelehabíaleídolamente,asíquenolemolestóelcomentariodesuamiga.Esmeraldaono,Ericeraperfecto,ytambién era el chico con el que solía soñar desde que seconocieranunpocomejorenlosensayosdelaobradeteatrodelfestivaldeNavidad.
TodoempezócuandolaUrracarepartiólospapelesycargosentrelosalumnosdeprimero.Lucíatuvosuerteyletocóhacerdel fantasma del presente, un papel importante, pero entre las
tres clases del curso sumaban tantos alumnos que algunos no habían tenido másremedio que construir los decorados y quedarse sin salir en la obra.AEric, comotenía un gran talento teatral, le dieron el papel del protagonista, el señor Scrooge.Durante los ensayos, Lucía descubrió cuánto le gustaba… Sentía mariposas en elestómagocadavezqueéllamirabaolehablaba,aunquefueradiálogodelaobra,ycuandodespuésdedecirsuslíneaséllafelicitabaconunapalmaditaenelhombro,sequedaba como paralizada. El día que le ofreció sumano para ayudarla a bajar delescenarioyafuelomás:notócómolacabezaempezabaadarlevueltasypensabaqueseibaadesmayarencualquiermomento.
Eldíadel festival, la representación fuedemaravilla, y cuando terminóamboscoincidieronen lasalaquehacía lasvecesdeguardarropaparacoger losabrigosyvolver a casa. Estaban completamente solos. Lucía se había quitado ya todo elmaquillajeylaropablancaenlosvestuarios,sehabíasoltadolamelenaypuestosustejanosajustadosconunjerseynegrodemangalargaqueenseñabaloshombros,asíquesesentíabastanteguapa.Trascogersuabrigo,Ericseacercóaellayledijoquehabíahechomuybiendefantasmadelpresente,yellalerespondióqueéltambiéndelseñor Scrooge, y después los dos se quedaron callados sinmoverse. Lucía notabacómo el corazón se le iba a salir del jersey y tuvomiedo de que él pudiera verlo.EntoncesEricledijoqueteníaquedecirlealgoimportante,peroenesemomento…
, entró Jaime, el mejor amigo de Eric, que venía abuscarloparairacomerunaspizzasenlaesquina.¡Comosituvieraunradar!Ericse
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despidiódeellaysemarchóconsuamigo,comosifueranelpuntoylai,porqueEricerabastantealtoyJaimemásbienchiquitín(aunquealgunasloencontraranguapo).Esahabíasidolaúltimavezquesehabíanvistocaraacara.Desdeentonces,LucíanohabíapodidodejardepensarenloqueseríaesoquequeríadecirleEric,entodaslasposibilidadesqueexistían:quizáquelegustabayqueríasalirconella,perotambiénpodíaserquenecesitarasuayudaenalgunaasignatura,aunqueesonoteníamuchosentidoporqueLucíanoeraloquesediceunaempollona…
LavozdeFridalatrajodevueltaalasescalerasdelaescueladeeseprimerdíadelrestodesuvida.ParecíaqueEricysusamigossehabíanmetidoyaensuclase,asíquetodasretomaronsucaminoyrecorrieronelpasillohastalapuertadelasuya.
—¿Nohashabladoconélentodaslasvacaciones?—preguntóFrida,hambrientadeinformación.
—No.CreoqueseibaaesquiarconsuspadresaBaqueira—respondióLucía.—Y¿porquénolehasescritoparaverquétalselohapasado?Lotienesenel
Tuenti,noestandifícil—insistióFrida.—Esolotendríaquehacerél,¿no?—sequejóLucía.Laverdaderaquesemetíacadadosportresensuperfilparaversusfotosylos
comentariosqueibaponiendo—tampocoeraloquesedice…expresivo—,perodeahíaescribirlehabíauntrecho.
—Puessi loevitasnosécómovaadecirteesacosa tan importante…—volvióFridaalacarga.
El timbre sonó interrumpiendo la conversación y las chicas acudieronrápidamenteasusaulas,queestabanadistintosladosdelpasillo.
LucíaibaconFridaalaclasedeprimeroA,mientrasqueaBealahabíanenviadoalaC,queresultabaserlamismadeEricyqueestabajustoenfrentedelaA,alotrolado del pasillo. Ese era el primer año que no estaban todas en la misma clase.Aunquelehabíacostadoacostumbrarse,conel tiempoaLucíayanoleparecía tanraro. Total, seguían pasando juntas los recreos y los descansos entre clases, ycomentando las jugadas a través del WhatsApp cuando era necesario, así que enrealidadapenashabíacambiadonada.
LucíasedespidiódeBea,entróensuaulaconFridaysesentóensumesaparaobservar un rato a los alumnos que iban entrando por la puerta. Todo el mundohablaba de lo geniales que habían sido las vacaciones y de los regalos que habíanrecibidoesasNavidades.Ensuclasecontabantreinta,perosefijóenquelosúnicosqueestabanyasentadosyconellibrodeinglésabiertoeranlosmásempollones,quedebíandetenerganasdequellegarayalaprofe.Losmásraritosestabanenunaparte,eranlosquehacíancosasraras,comojugaracartasmágicasoapiedrasenelrecreo.¿Habíaalgomenosinteresante?Enunrincóndelaúltimafila,estabaSusanaalaquellamaban«Solitaria»porquesesabíamuypocodeella.Habíaempezadoelcursoa
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mitaddelaprimeraevaluaciónycasinose había relacionado con nadie. Suaspecto llamaba la atención, con todosesos piercings y ese pelo cortado comounchico.
Pocodespués, viocómoseabríapaso
contoneándose entre la gente Marisa, la líder de lasPitiminís (tancreídasqueseveíanaellasmismascomoel grupo de las guays), con sumelena castaña llena demechasy sus largaspiernas; su séquito iba justodetrás.Yaensumesa,dirigiósusprofundosojosnegrosaLucía
comosiledijeraconmofa:«¿Ves?Todasestaschicasquierenseramigasmíasyatise te van las que tienes». ¡¡¡Aaaaaaaaajjj!!! ¡Qué ganas tenía Lucía de darle unapatadaenelculo!EsacreídahabíaintentadoqueseunieraasugrupitoalpasaralaESO, pero ella la había rechazado y no parecía llevarlo nada bien, porque desdeentoncesintentabahacerlelavidaimposibletantoaellacomoasusamigas.
Cadavezquesesentaba,aMarisaseleveíael trasero,puesllevabalafaldadetablasdeluniformemáscortaqueningunaotrachicadelcolegio.LasPitiminíseranlaschicasmásguapasyestilosasde laclase(oesosecreíanellas)ysusmodelitoseransiemprelos«mejores»ymáscomentadosenlasexcursiones.Cuandotodasibancon tejanos para hacer salidas por elmonte, ellas se presentaban conminifaldas ytacones.
DetrásdeellasentróToni,elMusculitos.LosrumoresdecíanqueToniyMarisahabíansidonoviosensecretoduranteelveranoanterior,peronadielosabíaacienciacierta.Yaenprimaria los tutoressolíansentarlosen lasprimeras filaspara tenerloscontroladosporque,sino,noseenterabandelamisalamitad.Yahora,enlaESO,
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todavíamás:todolesparecíaunabuenaexcusaparadistraerseconnotitasymensajesridículos.
ALucíahabíanestadoapuntodesentarlatambiéndelantedespuésdeunpequeñoaltercadoenclasedelenguaquelecostólavisitaaldespachodeladirectora.Peroesqueúltimamente le costababastante callarse las injusticias ymásde unavez teníaqueponerselamanoenlabocaytodoparamantenerlacerrada.Eso,combinadoconelhechodequesusnotasnoeranloquesedice«sobresalientes»,hacíaquemásdeunprofesorlatuvieraensulistanegra.
Cuandoentróenelaula laanticuadaMrs.Dalloway,unamujerdeLondresquesiempreibavestidadecoloresoscurosyfaldashastalostobillos,yconunmoñoaltoytirante,comosiacabaradellegardeotrosiglo,todoelmundosesentóensusitioysecallódegolpe.Tocabaclasedeinglés.
—Goodmorning—soltóconesavoztanagudaquehacíadañoalosoídos.—Goodmorning—respondierontodoscomosilotuvieranensayado.Sinnisiquierapreguntarporlasvacaciones,Mrs.Dallowaysededicóaescribir
cosas en la pizarra que los alumnos debían copiar sin rechistar. Pero Lucía estabademasiadodistraídaesamañanacon lasúltimasnovedadescomoparaconcentrarseenlosejercicios.Apesardequeloteníanprohibidísimoyariesgodesufrirelpeorcastigodetodos,sacósumóvilyloescondióentrelachaquetaazulmarino.Frida(aquienlatutorahabíasentadoenlaotrapuntadelaula)laviodesdelejosylaimitó,asíquecomenzaronaescribirseporelWhatsAppdelgrupoZR4E(ZapatillasRojasFor Ever), aunque Marta no podría responder. Todavía no tenía WhatsApp enAlemania,asíquelacomunicaciónenhorasdecolelalimitabanalasemergencias.
Lucía envió un mensaje a Bea, que seguro tendría su móvil a mano, yrápidamenteviocómotambiénellaseconectaba.
«KépstiñodSrta.Pepis »,sequejóFrida.«Mpodríapasarlaclasedematscnojoscrradosimntraríadlomismo»,escribió
Bea.
«AmíDallowaymdalomismo »,bromeóLucía.CaritassonrientesdeFridayBeaaparecieronenlapantalladesumóvil.
«¿IképasacnEric? »,insistióFrida.Fridaseestabaponiendodelomáspesada;¿quémásledabaaellasihablabacon
Ericono?
«PasakeoymparzcoaJaspr,ldlakradsustodCrpúsculo.Sráxdías… »—respondió.Y,paracambiardetema,añadió—:«¿KéclasstaráaciendoMarta?».
«¿Algonalemán?»,respondióBea.«Képerspicaz…»,resolvióFridachistosa.Lucíatuvoqueesconderunasonrisa,aliviadadequeFridahubierapilladoalfin
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laindirecta.«Hallo»,escribiórecordandolaúnicapalabraenalemánquehabíaaprendidode
Marta.Lahabíaoídohablarenesalenguaconsumadremontonesdevecesyleparecía
de lomásrara,comosiseestuvierasiemprediscutiendo,oescupiendo…o lasdoscosasalavez.
«¡LALeMáNPArC+DIvRkELInGlS!ZZZ-ZZZ…»,escribióFrida.Sí, Lucía estaba de acuerdo: el inglés era soporífero. Levantó los ojos para
asegurarsedequeMrs.Dallowaynolaobservaba.Lapizarraestabayacasillenaporcompleto de frases escritas en inglés con espacios en blanco que debían rellenar.Teníaqueponerselaspilasantesdequelateacherempezaraahacerpreguntasylaspillara.
«Dphablams.¡Muaaaaa! »,escribióparadespedirse.Antesdeguardarelmóvilcondisimuloenelcajóndesupupitre,mirólafotoque
Marta le había enviado el día anterior: se trataba de una imagen de su nuevodormitoriohechadesdesucama.EnprimertérminoaparecíanestiradaslaspiernasdeMarta, con las zapatillas rojas puestas, y al fondo, sobre su escritorio, una fotoenmarcada de las cuatro amigas juntas haciendo el tonto, en el día de su doceavocumpleaños, el año anterior. Lucía se pasó la mañana preguntándose qué estaríahaciendoMarta y cómo conseguiría evitar los ojos de Eric el resto del día. TuvosuerteyMrs.Dallowaynolehizoningúncaso.
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Desde la barra donde se servían los platos, con la bandeja en lasmanos, Lucía sevolvióparaversiEricestabaenelcomedor.Conunpocodesuertehabríaacabadoya,puesseguíaconsuplandeevitarloatodacostahastaquesucaranovolvieraaresplandecer… Se puso de puntillas y barrió con los ojos la sala, así distinguiríamejor su melena rubia entre todas aquellas cabezas que no paraban de moverse.«Porfa,porfa…»,decíaparasí.
Frida, y también Bea, la ayudaban a mantener la guardia por si aparecía porsorpresa y debía pensar rápido unamaniobra de emergencia para salir de allí porpatas.
—¡Alastres!—anuncióFridadeprontoutilizandolatécnicadelreloj.
—se le escapó a Lucía. Y tuvo quemorderse lalenguaparanogritar.
Efectivamente, ahí estaba Eric comiendo y charlando con sus amigos, deespaldasaella.Perosumesaestabaenlaotrapuntay,silohacíanbien,noteníaporqué verla… Las tres amigas se dirigieron a su sitio cargadas con sus bandejas, yalternaban sus ojos entre él y el suelo, para no estamparse. Eric no se percatóabsolutamentedenada.
—Ufff—respiróalfincuandollegaronsanasysalvasasumesa.Lucía, por si acaso, se sentó de espaldas a Eric. Sin embargo, le esperaba un
nuevoproblema:laslentejas.—¡Qué asco! ¡Pero si tienenhasta raíces!—soltó removiendo la cuchara en el
platollenohastaelborde—.SeguroqueMartacomemejorensunuevaescuela.Lucíasacóelmóvilylehizounafotoalplatoparaenviárseloasuamigaenun
SMS,poniendo:«¿Aellastambiénlasechasdemenos?».—Calla, calla, que me vas a hacer vomitar —respondió Bea poniéndose de
repenteamarilla.—Puesasómatealaventanaytíralosinquetevean—sugirióFridaseñalandola
ventana que les quedaba unos cuantos metros más adelante; tampoco serían lasprimerasenhacerlo…
Lasventanasdelcomedor,situadoarasdelpatio,dabanaunasmacetasqueeranideales para guardar las sobras que nadie quería
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comer. Sin embargo, más de una vez, los profesvigilanteshabíanpilladoalosalumnoshaciéndolo,y cuando eso pasaba les obligaban a limpiar elestropicio con servilletas de papel. A veces,también a comer durante días en las mesas quepertenecíanalosdepreescolar,bienalavistaylomásincómodosposible…ytambiénridículos.Asíque Lucía sabía de sobra que debían andarse concuidado y solo recurrir a tal posibilidad encircunstanciasdelomásextremas.Laslentejasconraíces, efectivamente, podían contar como una deesascircunstancias.
—Deseadme suerte, chicas. No piensocomermeestemejunje.—Lucíamiróaunladoyaotroenplanespía,ysepusodepie.
Se fijó en que ese día vigilaba el comedor la Pío-pío, una profesora de los debachilleratoqueandabaencogidaysuvozsonabacomoladeunpajaritolastimado.Tenía fama de no ser estricta con las normas, así que no le pasaría nada. En esemomentoestabacharlandoconunadelascocinerasjustoalotroladodelasala:podíacogersuplatoeirhacialaventana.
—Hazguardia—leordenóaFridaporsiacaso.Lucíaatravesólashilerasdemesasycorrióhacialaventanadelaesquina.Estaba
acabandodetirarlaslentejasdelplatoenunmovimientorápidoycasiimperceptiblecuando, por encima del constante murmullo, oyó gritar una voz que le era muyfamiliar.Demasiadofamiliar:Marisallamabaalaprofesoracomosisehubieravueltolocaderemate,desdesusitio.Sehizoelsilencioentodoelcomedor,yLucíaoyócontotalclaridadloqueMarisaledecíaaPío-pío:
En aquelmomento las cabezas de todos los alumnos de todos los cursos de laESOsedirigierona ella. ¡Quéhorror! ¡Quévergüenza!Sequedópetrificada, justodelantedelaventana,conelplatodelentejasvacíoenlasmanos…VioaEricquelaobservaba como aguantando la risa y comentaba algo con sus amigos, todosdivertidísimos.Yanohabíanadaquehacer,suvidahabíaacabado:nosololahabíanpilladoconlasmanosenlamasa,sinoqueMarisalahabíahumilladodelantedelaúltimapersonaqueteníaqueverlaasí.
La profesora se le acercó y le pidió que la acompañara a coger otro plato delentejasyasentarseenlapartedepreescolar…Porlomenos,nolehizolimpiarelestropicio.Pero ledejóbienclaritoquehastaqueno seacabara toda lacomidano
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podríamarcharse.MientrasLucíatomabaasientoenunadeesasminúsculassillasyveíacómochicasychicospasabanporsuladoriéndosesindisimulo,seconvenciódequeeseprimerdíadespuésdevacacionesnopodíairpeor.
—PiensaenlosniñosdeÁfrica,quenotienennadaquellevarsea laboca—leaconsejóPío-pío.
Qué equivocada estaba ella, que creía que esa profe era de las buenas… ¡unamosquitamuerta!Esoesloqueera…
Lucía cogió aire y comenzó a llenar la cuchara con esas horribles raícesflotantes…De lejosviocómoEricdejabasubandejasin repararenella.Cualquierposibilidaddesalirconélacababadequedarsepultadadebajode todas las lentejasquehabíatirado.Sesentíafiniquitada.Susamigasledieronánimosenladistancia.Fridapusolasmanosenformaderuegoparadisculparse,peroellanoteníalaculpa,todohabía sidodemasiado rápido.Laúnicaque lahabíadelatadoeraMarisa,peroLucíaesperabavengarsedeellaalgúndía,nomuylejanoapoderser…
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Elrevoltijodelastripasquelehabíanprovocadolaslentejasnosefuehastaquesalióalpatioysedirigióalárbolenelqueestabansusamigassentadas:debajodeunolivoquellevabasiendosurefugiodesdequecomenzaranairaesecolegio.FridayBeasepasaronunratodándoleánimos,asegurándolequealdíasiguientenadieseacordaríadelahumillaciónquehabíapasado.
—¿QuépensaráEric?—preguntóLucíahaciendoungestodefastidio.—Queeresunamáquina—resolvióFridasinhacerlemuchocaso,puestenía la
costumbredeconsultarinternetenelmóvilalavezquehablabaconellas.EsoaLucíalasacabadequicio.Parecíaquenolaescuchabay,además,ellasolo
podíaconectarsealWhatsAppporquesu3Gnoeratanpotentecomoparanavegar.—¡Madre mía! ¡Esto es alucinante! —Frida interrumpió sus pensamientos de
pronto.—¿Quépasa?—lepreguntóLucíaesperandorecibirunanuevamalanoticiaque
acabaraderematareldía.PeroFridacomenzóahacermovimientosbastantecómicoscon lacabezay los
brazos,mientrascanturreaba:—¡Baileee,tenemosunbaile!¡¡¡Baileee!!!Lucía la miraba extrañada, mientras Bea se reía divertida. Por mucho que
acostumbraranaadivinarselospensamientos,aquellotraspasabaloslímites.—Estáscomounacabra,nena.¿Unbaileparaqué?—lepreguntótodavíaconel
humorcruzado.Seguíateniendoelsabordelaslentejasenlaboca…—¡Paraunconcursode la revistaBravo!Chicas, vamos a triunfar—respondió
Frida sin más explicación, como si fuera lo más normal del mundo, y continuóleyendoensilencioloquefueraqueteníaenlapantalladesumóvilsinhacerlesmáscaso.
—¿Dequéestáhablando?—lagolpeóBeaparaquelesdieramásinformación.Lucía y Bea fueron a mirar las dos el móvil a la vez y acabaron dándose un
cocorotazoenlafrente.Fridacomenzóadesternillarsemientraslasotrassetocabandoloridasloschichonesqueyahabíancomenzadoacrecer.
—Loquemefaltaba…—sequejóLucía.Al final,Fridadebiódesentir lástima,porqueempezóa leerenvozalta loque
poníaenlapantalladelmóvil:
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—Ymás abajo pone las bases…—Frida las miraba expectante, sin pestañearsiquiera.
—¿ABerlín,Alemania?—preguntóBea,insegura.—¡Exacto!—exclamóFrida—.Ganaremoselconcursoenunpipásypasaremos
laSemanaSantaconMarta.Lucía notó cómo su desmoralización se evaporaba y la asaltaba la euforia con
aquellaposibilidad.¿Deverdadpodríanverasuamigaenunaspocassemanas?—¡Meapunto!—exclamócontentadequeeldíaempezaraamejorarunpoco.—Perosepresentaráunmontóndegente,ganarnoserátanfácil…—objetóBea.—Si no lo intentamos seguro que será imposible—le respondióLucía, que no
queríaverborradaesaoportunidadenunodelosarranquespesimistasdeBea.Aveces,Beanecesitabadeunempujón.Comolavezenquefueronaunadisco
paramayoresdecatorceaños.Todassabíanqueerapeligroso,porquecomoelgorilalaspillarapodíahacerlaspapillaconunsolodedo.PeroparalamayoríapesabamáslacuriosidaddesaberpordóndesepaseabanMarisaysusPitiminístodoslossábadospor la tardeconsusmodelitosdelBershka (paraeso lashabíanseguidohastaallí).ParaBeanoeraasí,ycuandoestabanyamuycercadelapuertacomenzóaponerseimposible y a decir que se piraba. Por fin, entre todas consiguieron convencerla yentrar.Sepegaronunpardebailoteosy¡alfinaleraBealaquenoqueríairse!
—Marta sequedaráA-LU-CI-NA-DA—aseguróFridadandoporhechoque loharían.
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—Nocontéisconmigo,yonopuedohacerlo—cortóBea—¡Parecequeteimporteunpito!EstamoshablandodeMarta—seimpacientóla
otra.—Chicas,porfavor,claroquemeimporta—lessuplicóBea—.Peroyosoyun
patobailandoyosestropearélacoreografía.Además,simecaigoymehagodañoenlamano,adióselviolín…
—Vamos, no te preocupes. Ya pensaremos algo que no sea muy difícil nipeligroso —la calmó Lucía—. Estaremos encantadas de enseñarte, y el objetivomerece lapena, ¿no?Además, si piensas engrande, conseguirás cosasgrandes.—Esoselosolíadecirsupadre,deideasuntantoalternativas,cuandoseenfrentabaaunatardedeestudio.
—Nosécómosehaceeso…—respondióBea.—Yotampoco.Perojuntasloconseguiremos—anuncióLucíasonriente.Al final, la monserga debió de convencerla, porque la cabeza de Bea dejó de
hacernegativasyempezóamoversehaciaarribayhaciaabajo.—¡¡¡Sí!!! ¡¡¡Va a ser increíble!!!—Lucía sonrió satisfecha, yFrida celebró ese
cambiodeactitudconunaespeciedebramidoquenodecíanadaylodecíatodo.FridareenviólaimagendelanuncioaMartaseguidamente,paraqueempezaraa
hacersealaidea.—Ahorasolonosfaltaunaúltimacosa…¡Mejordicho,dos!—lessoltóFrida.Y
despuésdeaguantarunossegundoslarespiración,dejócaerlabomba…—.Tenemosquesercincomiembrosenelequipo.
—¿Loveis?Estonoesparanosotras—seapresuróaresponderBea.—Haycantidaddechicasmolonas—respondióFridaparaquitar importanciaal
asunto.Lespuso comoejemplo a la capitanade su equipodevoleibol, una chicamuy
majallamadaRaquel,quepodíaserunabuenacandidata.Peroeraseguroquehabríamuchísimasmás.¿QuiénnoquerríairaverunconciertodeBieberenBerlín?¡Eradelocos!Nadiepodíarechazarparticiparenunconcursocomoese.NadiemenosBea,claro,quesiempreloencontrabatodomáscomplicadodeloquerealmenteera.
—¿Y si hacemos un casting?—sugirió Lucía. Ella estaba muy puesta en esemundograciasaquesumadretrabajabaenunaimportanteagenciadepublicidad.
SefijóencómolecambiabalaexpresiónaBeadeformaradicalyaprovechóparaacabardeconvencerladequeasípodríanescogeralaschicasquemásseajustaranaellas.Detodas lasquesepresentaran,queseríanmuchísimas,soloseleccionaríanalasquecumplieranconunaseriederequisitos.
AlfinBeaaceptóeltratoyquedaronenquealdíasiguientecomenzaríanconlaplanificacióndelcasting,pueselplazoparaenviarelvídeoconlacóreoacababael7demarzo,justoendosmeses.Lucíaempezabaasentirseemocionadaconelplany,mientrasandabahaciaclase,pensóquesiganabaneseconcursoseríaunaexperienciaquenoolvidaríanjamás.
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De:Marta([email protected])Para: Lucía (let’[email protected]), Frida ([email protected]), Bea
([email protected]).Asunto:YaestoyinstaladaAdjunto:mesa.jpg
Chicas:Ospresentominuevamesaenlaescuela.Estanotienerayadonada,pareceque
aquíesonoselleva.Aunque,¿veisloqueasomapordebajo?Sí,sí,sonmiszapatillasrojasenclase.¡AQUÍPUEDOVESTIRCOMOQUIERA!
Todavía no me puedo creer lo del concurso… ¡Tenéis que ganar como sea!Bueno,osmantengoinformadas,
Missu,ZR4E
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EldíasiguienteenlaescuelafuedelomásintrascendenteparaLucía:nuevostemasde todas las asignaturas que le sonaban a chino y un control verbal de cienciasnaturalesparaeldíasiguientequetendríaqueprepararsepor lanoche.¡Menosmalque solo llevaban dos días de clase! La tarde la pasaría repartida entre la casa deFrida,paraempezaraplanearelcastingparaelconcurso,ylaacademiadedanza,yaqueeramartesyteníaclase.Hacíacincoañosqueibaaclasesdeballety,aunquealprincipiosololohacíaparacontentarasumadre(queeraunabailarinafrustrada),alfinal bailar se había convertido en una actividad que le apasionaba tanto como eldibujo. Dar brincos sobre un escenario, piruetas de puntillas y abrir y cerrar losbrazosenelaireeralomásparecidoavolarquehabíaestado.
LoúnicoquetuvounpocodeemociónenesedíafuedescubrirqueEric,porlomenos, seguía considerándoladignade su saludoapesarde lahumillacióndeldíaanterior.FuejustoenelmomentodesaliralrecreocuandoLucíasecruzóconélysus amigos en el pasillo. Todo sucedió como a cámara muy lenta. Lo tenía todopensado y su intención inicial era hacer como que no lo veía temiendo que si lesaludabaél la ignorara.PerofueEricquiennadamásverlapasarasuladoabriólabocaydijo«Hola,Lucía»,comosinada.Lucíasequedóparalizadadel todo, tantoqueyanosabíasihabíaacabadosiendoellalaquenoledecíanada…
Cuandosonóeltimbreparavolveracasaellaylaschicasselanzarona lasalidadelcolegioconelobjetivodehacerseuna buena foto para mandarle a Marta: se cambiaron loszapatos del uniforme por las zapatillas rojas que habíanguardado todo el día en las mochilas. Pero justo en esemomentoestabalaUrracajuntoalapuerta,despidiendoalosmáspequeñosquesemarchabandelamanodesusmamásyabuelos. Al verlas con sus zapatillas rojas, rompiendo laharmonía azul-blanca del colegio, insubordinándose ymenoscabando su autoridad, puso una cara que Lucíarecordaría siempre: cejas apretadas, boca abierta y mejillasprogresivamente más y más enrojecidas, tirando a moradasincluso.Demodoqueseacercóaellasy,muysutilmente,para
quetodoslosfamiliaresquehabíaporallínolaoyeran,lasamenazó:—Señoritas,sinovolvéisaponerosloszapatosazules,mañanaospasaréiseldía
descalzas.
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Notuvieronmásremedioquecambiarse,nosinantesfotografiarsuspies.Lucíafuea abrir labocaparadecirlequeelhorariodeclasehabía terminadoyqueeranlibresdehacerloquequisieran,perocreyóvervenasrojasatravesandolosojosdelaUrracaysupoquenoleconvenía.
Estuvieron riéndose de la situación todo el viaje en autobús a casa de Frida, yparacuandollegaronteníantaldolordetripaquenoquisieronnimerendar.
Al entrar en lahabitacióndeFrida se encontraronaDani, suhermanomellizo,rebuscandoentreloscajonesdesuescritorio.
—¡¿Cómo te atreves a entrar en mi cuarto?! Sabes perfectamente que puedopatearteelculosinesfuerzo—comenzóagritarlecomosiestuvieraposeída.
—Lodudo.Misbrazossondeacero,lostuyossolosirvenparatirarlapelotitaenesedeporteparadébilesquetantotegusta.
—¡Largodeaquí,boladesebo!FridayDanisellevabancomoelperroyelgato,asíquesuspadreshabíanhecho
bienponiéndolesencolegiosdiferentes.ALucíalellamabalaatenciónque,aunquelosdoshabíannacidoelmismodía,noseparecieranabsolutamenteennada.Danierarollizo como un rollito de primavera, mientras que Frida era pura fibra, como losSpecialK.
FridaestuvodespotricandodeDaniun rato, asegurándosedequeno lehubieracogidosump3sinpermisooalgunodesusCD,ydespuésse lanzósobre lacama.EnseguidallegóRicky,subulldogfrancés,yFridaleayudóasubirasulado,dondesequedódormido.
Cuando por fin pudieron concentrarse en su proyecto, estuvieron un buen ratoreflexionandosobrecómodebíaserelcartelquecolgaríanparaanunciarelcasting.Era importante no hacer el ridículo y, almismo tiempo, despertar el interés de laschicasde su curso.Habíamuchoen juego.Yahabíanpresenciadomásdeunavezcómo un cartel se convertía en el centro de atención de todo el colegio, y noprecisamenteparabien.ComocuandoFelipe,uncompañerodeprimeroB,colgóunoenelquebuscabaagenteparaformarungrupodeestudioparalosexámenes:incluyósu número de teléfono y debajo puso «Llamad solo interesados». Toni y susamigachossedivirtierondelolindollenandoelcarteldechistesmalosydedibujosdemalgusto,yFelipesepasósemanasrecibiendollamadasinquietantesdelosquemenosinteresadosestabanensugrupodeestudio…
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—Haremosunesloganchulo—anuncióLucíaconlosojosfijosensudiario,enelquehabíahechovariosgarabatos.
—«Bailaatopeconnosotras»,oalgoasí…—propusoFrida.—¿Yenplananimadora?«Dameuna“b”,dameuna“r”,dameuna“a”,dameuna
“v”, dame una “o”…» —comenzó a decir Lucía para al final reconocer que erademasiadolargo.
—¡GanaunviajeaBerlínconlasmejores!—propusoFrida—.Porlomenosescorto…
—¿Yquépasaconelconcierto?¿Yconelbaile?—protestóBea.—Pues:sisabesbailarytegustaJustinBieber,llama.—Pareceunanunciodecontactos…—sequejóLucía.La idea dio de sí y se pasaron media tarde discutiendo sobre qué requisitos
querían:quefueraalguiendesucurso,quefueraunachicayquesupierabailar.Trasmuchaspropuestasinservibles,Beasepusoenpiey,comosifueraCatherine
Zeta-JonesenChicago,soltóconvozcantarina:
LucíayFridasemiraronperplejas:Beahabíatomadolapalabraelevándoseenelaire como la heroína de unmusical.Empezaron a chillar y aplaudir, comopúblicoemocionado. ¡Era la frase perfecta! Y no hacía falta hablar del viaje porquecualquieraqueleyeraBravo(queeratodoelcolegio)sabríadeeseconcurso.
Lucíaloapuntóensudiarioehizoalgúndibujitoalrededordeltextoparadejarsu
huellaartística:unaszapatillasdeballet,unasnotasmusicales…
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—HayquehacerleunafotoyenviárseloaMartaparaverquéleparece—sugirióBea animada—. Yo no puedo porque mi madre me ha cogido prestado el móviltemporalmentedespuésdequeelsuyoselecayeraenellavabo…
—Chicas, falta poner un número de teléfono…—anunció Lucía tras enviar lafoto—.Sino,seguroquenollamanadie…
PropusoquefueraelteléfonodeFrida,pueslaideadeparticiparentodoaquellohabíasidosuyayleencantabahablarmásquealosloros.
—Yonohablocomolosloros…—rechazóFrida.—¡No,túhablasmásquelosloros!—respondióLucía.—Bueno,vale,ponemosminúmerodeteléfonoyharédesecretaria,perosolosi
túereslaencargadadeprepararlacoreografía.—Yo, encantada—respondió Lucía—. Pero la canción la elegimos cuando el
grupoestécerrado,entretodas.Lasdemásasintieroncomosifueraobvio.Loprimeroeralademocracia.—Quenoseamuydifícil,yasabes…—pidióBea.—Sí, que no sea difícil y que no nos hagas
bailar como peonzas, por favor. Porque en tusfestivalestodasosmovéiscomoasí…—respondióFridaponiéndoseenpieconlosbrazosporencimade la cabeza imitando a una bailarina, y dandovueltasdespués.
—¡Ja,muygraciosa!—serióLucíasarcástica.Por primera vez en toda la tarde, Ricky se
despertó y comenzó a seguir a su dueñamientrasintentabamorderlelostobillos.LucíasedeshizodesudiarioyseabalanzósobreFrida,quenoparabadehacerpiruetascutresporlahabitaciónsorteandolosobstáculos(unabolagigantederopatiradaenelsuelo, varios pares de zapatos haciendo unamontaña…).La tiró al suelo y comenzó a hacerlecosquillas, mientras Frida la pinchaba llamándola«burbujitadealelí».Beaseunióa lafalsapeleayRicky, con sus ladridos raquíticos que pretendíandefender a sudueña, también.Lucía comenzaba asentirqueeseañonoibaasertanmalodespuésdetodo.EnesahabitaciónsolofaltabaMarta,pero,sitodo salía bien, pronto podrían estar las cuatrojuntasotravez.
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—¡¡¡Habrasevisto!!!Ahoratambiénmemientes…Nomeesperabaestodeti…—soltóMaría,lamadredeLucía.
—Notehementido,solonotelohecontado.¡Yyonotengolaculpadequemeregalenunoszapatosdetacón!—protestabaella.
EldíadeReyes,alfinal,habíaoptadoporllevárselosyloshabíaescondidomuybien.Sinembargo,parecíaqueenunadelasconversacionesquesumadreysupadrecompartíandevezencuando,él, consuspocas luces,había tenido lagran ideadepreguntarle si le habían gustado y ella los encontró enseguida. Desde luego, lareaccióndesumadrehabíasobrepasadolasexpectativasdeLucía,perotodoteníasuexplicación…
Endiciembrelospadreshabíanrecibido,muypuntuales,lasnotasdelaprimeraevaluacióny las suyasnohabíansidodemasiadobuenas.Sumadreera laquemáscaña le metía a ese respecto, por lo que su regalo de Navidad había sido cuandomenos«simbólico»comoresultado.Descubrirquesupadrenohabíatenidoencuentaesedetalleantesde inundarlaa«pinturas,diariosymaquinitas»,comohabíadichoella,nolehabíasentadonadabien.
—Comosiconlasnotasnohubiesebastantesorpresa…—volvíaalataqueMaríaalzandoloszapatosenelairecomosifueranlapruebadeungravedelito.
—Peromamá,loszapatosnotienennadaqueverconmisnotas…—Esoloveremos.Sino,vamosatenerquebuscarteunbuenprofesorparticular
quierasono—anunciósumadreantesdesalirescopeteadadelahabitación.¿¿¿PROFESOR PARTICULAR??? ¿Había oído bien Lucía? «¡Eso es para los
tontos!»,estuvoapuntodesoltar.Ensuclaselosúnicosqueteníanunoeranlosquenoaprobabanniuna,yaellatampocolehabíanquedadotantas…Loquelepasabaeraquesuvocaciónno teníanadaquevercon lasmatemáticasni las sociales,ellateníaalmadeartista,perosiempezabaairasucasaunprofetodaslassemanas,loque tendría sería alma de fracasada. No quería ni imaginar lo que haría Marisacuandoseenterara…
Deprontooyóun tonode avisoque salíadelordenadory al acercarsevioqueMarta había escrito a las tres a través del grupo de chat de Tuenti. Solo ponía«CÓDIGOROJO».Sumanovolóeneltecladoparapreguntarlequélesucedía.FridayBeatardarondossegundos.
«SoylaNewcomer».«??????»,escribióLucía.
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«Késeso?»,preguntóBea.
« »,añadióFrida.
«Nueva »,explicóMarta.EsolerecordóaLucíaunveranoquesehabíaidoconsu
madreaunaurbanizacióndelasierray,comonoconocíaanadie,sehabíapasadoelmesdeagostosolayaburrida.Alvolver,lehabíahechojurarasumadreconBibliaytodoquenunca más la llevaría allí si quería que siguiera siendo suhija.Sentirselanuevanoeranadabueno.
«asdjlk879dsa»,lesinsultóFrida.«Opino=…»,escribióBea.«Svananterardlokevale1peinecndovayamos»,soltó
Lucía.«¿Cm van los prparativos dl concurso? Ncesito ke
ganéis…», confesóMarta con tres caritas tristes.
LucíacayóenlacuentadequeMartanoteníaniideadelaúltimanovedadsobreelconcurso,asíqueselacontóconla ayuda de las otras… Además, pensó que la historia ladistraería de sus problemas. Después de las clases habíaestado con Frida y Bea colgando carteles de colores bienvistosos por la escuela. Fue ella quien propuso utilizarláminas de color amarillo, azul, violeta y naranja para quellamaranbienlaatenciónenlosaburridostablones.
—Aesoselellamamarketing,chicas—lesexplicóorgullosa.Beasehabíaencargadodeimprimirensucasamontonesdecopiasdelanuncioy,
grapadoraenmano,sehabíandedicadoaempapelarloslugaresmásconcurridosdelcolegio: el gimnasio, la recepción, el aula de informática, los aseos… Pero en suaventura por los pasillos se cruzaron de pronto con la decepcionante presencia deMarisaylasPitiminís.
—¿Quétramáiscontantopapelito?—lespreguntóMarisaarrancándoleaBeauncartelazuldesusmanos.
Frida por poco salta encima de ella cual gato salvaje, pero entonces intervinoLucía:
—¿Atiquéteimporta?—Tienesrazón,nomeinteresa,pardilla—quisopicarlaMarisa.Lasdoschicasquelaacompañabancomenzaronareírsecomohienas.Apesarde
quecadaunateníaunacarayunpelodistintos,aLucíaleparecíangemelascontodaesapinturaenlacarayeluniformemaqueado.
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—Bueno,¿quieresalgomásovasaseguirperdiendotutiempoyelnuestro?—lepreguntóFridaimpacientealverquenosemarchaban.
EntoncesMarisapusounacaraqueaLucíaledejólospelosdepunta.—Solo aconsejaros que no os presentéis si no queréis hacer el ridículo
compitiendoconnosotras—anuncióMarisa.Lasdemásasintieronasuespaldacomoparareafirmarse.La noticia cayó como un jarro de agua fría sobre Lucía, pero se esforzó en
disimularlomejorquepudo.—Eso,esoesloquetútecrees—consiguiódecirsinapenastitubear.Apenas.—Además,nosotrascontamosconunacoreógrafaexperta,asíquepreparaospara
perder—larespaldóFrida.—Esoloveremos—respondióMarisadesafiante.Despuéspasódelargoycontinuóavanzandoporelpasillocomosiestuvieraen
unapasarelademoda;lasotrasdoslasiguieronmanteniéndosesiempreunospasospordetrásdeella,comoenseñalde respetoasu líder.Lucíavioyade lejoscómoMarisaarrugabaelcartelparahacerunabola,tirarlaalsuelo,pisarlayluegorepisarlaconrecochineo.Comosinolohubieraestropeadoyabastante.
«Tníaskevrnoslkra…»,leexplicabaLucíaaMarta.Laverdaderaque lanoticia lashabíadejadohechaspolvoel restodeldía.No
erantontas:loibanatenermáschungodeloquecreían.«LsAPLASTARMS»,rematóLucíaparanopreocuparmásasuamiga.Ganarel
concursoyanoerasolounaopción.Eraunanecesidad.—¡Lucíaaaaaa!—resonólavozdesumadreatravésdelapuertamaciza.«Ogramrclama.Mñnahablams»,sedespidióLucíadesusamigas.Marta tenía
quesaberqueladistanciaquelasseparabanosignificabanadamásqueunoscuantoscuadraditos en unmapa.Ellas estarían ahí al día siguiente, y al otro también, y alotro…
Lucíatemíallegaralamesayquesumadrecontinuaraconelsermónquehabíainiciado esa tarde. ¡Qué cansina era! Pero al llegar al comedor, José María, yasentado, lamiró conojillos cariñosos por detrás de sus gafas de culo de vaso y ledijo:
—Tranquila,yaselehapasado.José María le caía bastante bien. Era un hombre muy parsimonioso que no
levantabanuncalavoz,todolocontrariodesumadre,quizáporesosellevabantanbien:ellagritabayélsecallaba.Lucíasepreguntódedóndehabríasacadosumadreese mal genio, pues la abuela Agustina era una alegría. Solo en su presenciacontrolabasumadrelosgritos,poresoseentusiasmabatantoLucíacadavezqueibaavisitarlos.
SesentófrenteasuplatomáscalmadaydiolasgraciasaJoséMaríaporecharleuncable:durantelacenanovolvióasurgireltemadeloszapatosdetacón,ni,sobretodo,eldelPROFESORPARTICULAR.
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Esa noche, a pesar de haberse puestomorada a natillas del restaurante de JoséMaría,Lucíasefuealacamasindeshacersedeunregustoamargo:elquelehabíadejadosaberqueMartanoloestabapasandobien.¡Necesitabanapoyarlacomofuera!Sipudieranganarelconcursoyverlaenunosdías…Sedurmiópensandoenalgunospasosquepodríanutilizarenelbaileparaconseguirlavictoriaypoderestarconsuamigapronto.
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De:Marta([email protected])Para: Frida ([email protected]), Lucía (let’[email protected]), Bea
([email protected])Asunto:SueñospremonitoriosAdjunto:botas.jpg
¡Buenosdías!Hoy me he levantado happy happy porque he soñado que veníais a verme en
SemanaSanta.Peroeldíaestálluvioso(quéraro),asíque…¡Mirad!Comoaquínohayreyeshellegadoenplenassegundasrebajasymehe
regaladounasbotasdeaguaparacuandoelclimameimpidallevarnuestrasqueridaszapatillas.¿OsacordáisdeaquellavezqueFridaibachuleandoconlapelotadevoleyporlacalleyseresbalósobreuncharco?Jejeje.¡Conestasbotasnotehabríapasado!
Missu,chicas…ZR4E
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EljuevesporlatardesupadreiríaarecogeraLucíaalcolegioparairacenarasurestaurantechinofavorito.LorenasequedaríaencasaconAitana,quehabíacogidounvirusnuevo.Lucíasepasótodoel juevesplaneandocómomanipularasupadrepara convencerlo de que no necesitaba ningún PROFESOR PARTICULAR. Unpucheroporaquí,unasonrisatiernaporallá…¡yseríacosahecha!Élsísolíaestardesuladosiempre.
No se esperaba para nada que, PRECISAMENTE en ese tema, su padre noquisierallevarlacontrariaasumadre.
—¿Enseriovasahacerloqueellaquiere?—lepreguntabaLucíaantesuplatodefideosfritos.
—Lucía,siestudiasnotendrásningúnproblema—respondióélserio.—Peroparamamánuncaessuficiente.—Pusosumejorcaradepena.—Sabesqueesonoesverdad.—Porfa,papáááááá,convéncela…—Sololequedabasuplicar.—Solotúpuedeshacereso…—Ya,aprobando.Comosiesofueratanfácil.¡Notedigo!—Sindolor,nohayrecompensa…—Davidsoltóunadesusfrases.
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Lucíaasumióquesupadrelahabíaabandonado.Aldíasiguiente,aunqueyaeraviernesyterminabalasemana,sepropusoponer
enprácticaelconsejodesupadre:seesforzaríaunpocoyevitaríasoñardespierta…Lo de pasar horas enteras de clase pensando en chorradas sin escuchar una solapalabradelprofesehabíaacabadoparaella.
Peroenmatessufuerzadevoluntadnolesirviódenada…ElPapudo,elprofe,lahabíallamadoalapizarra.Asíqueahíestaba,depie,mirandoesosnúmerosescritosunayotravez…Yanosabíacuántasveceshabíaescritoelresultadodelejercicioylohabíavueltoaborrar.Teníalamanomásblancaquelatizaquesujetaba.Yelprofeseguíaerrequeerre,comosinada.
—Ostras,Lucía,tienesquefijarteunpocomás.Siéntate—ledijoalfinelPapudoantes de hacer salir a la pizarra a la siguiente víctima del día: Susana Solitaria, laexpertaenmatemáticas.
—Genial—sedijoLucía.Debiódedecirlomásfuertedeloquepensaba,porqueelPapudolerespondió:
—¿Decías?Aloqueellacontestó:—¿Yo?Nada.Lucíasecerrólabocaconcremallera,yviocomoFridalededicabaunodesus
gestos solícitos (levantó el pulgar arriba como si hubiera hecho algo bien) paraanimarla. Sin embargo, no la ayudó que Susana demostrara ser una sabiondaacertandotodoslosejerciciosqueellahabíaerrado.Terrible.
Lucíapasóelrestodelaclasecopiandoensulibretanúmerosquenoteníaniideadeparaquéservían.Paraevitarlafrustración,acabóporrecuperarsutécnicadesoñardespierta,estavez,conelconcursoque tantoqueríaganar.Desdequecolgaran loscarteles hacía solo dos días, Frida no paraba de quejarse de que sonaba tanto elteléfono que no la dejaba hacer nada. Según ella, había estado a punto de echarhumo…¡NiquesehubierananunciadoenlaportadadelaInTouch!
Elsonidodeltimbreladevolvióaaquellahorribleclasequeacababadeterminar.
—oyóderepenteLucía.EraMarisa.Nolediotiempoaresponderlequeyahabíadesaparecidoporlapuerta, lamuy
cobarde…Cogiósudesayunoysuabrigoysalióalpatioconsusamigas.Nopodíadejarde
lamentarsedelamalalechedelPapudo.—Estoyhartadeesemendrugo,latienetomadaconmigo…—Porque es un hueso de los duros…—le dio la razón Frida—. Pero tú no te
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preocupes.Aunqueyonosoyningúngenioenmates,teenseñarétodoloquesé.Seofrecióairacasadesumadrealdíasiguienteparapasarunaplácidatardede
raícescuadradas.—Perosolosimeprometesquetumadrenomeobligaráatenerprofeparticulara
mítambién…—bromeóFridaparaquitarleimportanciaalofrecimiento.—¡Tedaríaunabrazo!—ledijoLucíasaltandoencimadeella.—Nohacefalta…—respondióFridariéndoseyquitándoseladeencima.—Yotambiénquieroecharteunamano,Lucía,aunquenoseaunalumbrera.Así
quesimeaceptáis,meapuntoalplan…—sesumóBea.—Simeaceptáis,simeaceptáis…—laimitóFrida—.¡Peroquefifíeres!Al final acordaron que todas irían a dormir a casa de Lucía el sábado para
aprovecharbien todoel tiempo.Además,nosolo teníanqueavanzarcon las raícescuadradas…
—Aprovecharemostambiénparaorganizaryaelcasting—propusoLucía—.¡Delasemanaquevienenopasa!Yoyahepensadoalgunospasosinteresantesytenemosqueelegiryaalascandidatasyverquélespedimosenlaprueba.¿Dóndepodríamoshacerloparaevitaralosfisgones?
—En el gimnasio.Así cerramos la puerta y solo entra quien tenga permiso—respondióFrida.
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—¡Estálibreelpróximojuevesamediodía!¡Oslareservo!—gritóMaite,suprofedegimnasia, desde la pista de baloncesto. Estaba practicando con unos alumnos deprimariatirosacanasta.
—Soloestaremoslahoradespuésdecomer—leconfirmóFrida.Con el gimnasio ya reservado, se dirigieron hacia su olivo para pasar lo que
quedabaderecreo.Decamino,Lucíacomenzóamordisquearunadelasmadalenasquehabíacogidodecasaesamañana.Lasganasdequellegaraelsábadolehabíanabiertoelapetito.Lediotresmordiscosycasilaengullóentera.
Tan concentrada estaba que no vio aparecer de la nada un balón de fútbol.Nitampococómoseenredabaconsuspiesycasilahacíatropezar.Malhumorada,fueadarleunapatadaparaenviarlobienlejos,peroalalzarlosojossequedópetrificadacualestatuadesal:Ericcorríahacíaellahondeandolamelena.Masticótodolorápidoquepudomientrassepreguntabasilahabríavistocasicaerse…Susurróenvozbajay entre dientes, pero en el inconfundible tonodeunaorden: «Quedaos», yFridayBeaobedecieronmanteniéndoseparadasa su lado.Noqueríaquedarsea solas conEric,porqueacababadehacerelpeordelosridículosyeraprobablequeéllohubieravisto…
—Hola—saludóEricserio.No había duda de que la cosa entre ellos se había enfriado desde antes de
Navidades: apenas sehabíandirigido lapalabradesdeentonces.Peroaunasí, cadavezqueloveía,Lucíanotabaesehormigueoinconfundible.Carraspeóylerespondióigualdeconcisa:
—Hola.Lasdemáslaimitaron.Cuandoestuvoseguradenotenerrestosdemadalenaenlaboca,Lucíalededicó
sumejorsonrisaesperandoquelehicieraolvidareltraspiédehacíaunmomento.—Perdona,casitecaesporculpadelbalón—sedisculpómirándola.
—No,nohasidonada—titubeó.Notócomosusmejillasseencendíanalinstante.—ÉchalelaculpaaJaime,quenosabenidóndeestálaportería…—No,sitampocomehecaído…Cada vez queEric le dedicaba una sonrisa ymarcaba sus dos hoyuelos, Lucía
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pensabaenloperfectoqueeraynotabacomounmillóndemariposasinundabansuestómago.
—¿Lashacestú?—lepreguntóEricdepronto,señalandolamanodeLucía.—¿Elqué?¿Lasmadalenas?—lepreguntóenseñandoloquelequedabadeellas,
unmontóndemigajasestrujadas.Conlosnervios,lashabíamachacadodentrodesusbolsitas.
Ericserióantesdecorregirla:—No,laspulseras.Molan.Lucíaintentódisimularelcalorquenotabaentodasucabezamientraslecontaba
unmontónde tonterías sobre cómo se hacían, qué colores combinabany cuáles legustabanaella…hastaquesediocuentadeloridículaqueeraaquellasituaciónysecalló.Porsuerte,antesdequeselatragaralatierra,Fridasalióalrescaterompiendoelsilencio:
—Si tu amigo Jaime no sabe dónde está la portería deberíais cambiar dedelantero.
—Notevoyadecirqueno—respondióEricdivertido.Frida hizo uso de su habilidad parlanchina, bromeando y diciéndole que si les
faltabanjugadoraslasavisaranantesdepasarleselbalón.—Bueno,noosentretengomás,supongoqueiréisavuestroárbol…—soltóEric
derepente.—Tampocohayprisa—seleescapóaLucíaapesardequeyaquedabanpocos
minutosparaqueterminaraelrecreo.Todos se rieron mientras ella notaba cómo le subía todavía más el calor. Se
imaginóasímismacomountomateparlante.Porsuerte,losgritosdelosamigosdeEriclesinterrumpieron:
—¡Dejaatunoviayvuelveya,macho!—gritóJaime.
se repitió mentalmente. Lucía comenzó a volver lacabezaaunladoyaotro,paraversialguienmáshabíaoídolomismoqueella.SefijóenqueEricteníalasmejillastanincendiadascomolassuyas.
—¿Tienesprisaporvolveraperderelbalón?—respondióFridapicándolo.Eric levantó la mano para pedir un minuto más a su amigo y entonces miró
directamenteaLucíaalosojosylepreguntómuyserio:—¿Tepasaráseldomingoporelpartidodevóley?
Normalmente, cuando uno de los equipos del colegio teníapartidoencasa, loscompañerosibanaanimarles.Eraunaformadepasareldía.EllassiempreibanparaapoyaraFridaysolíanveraEricconsusamigos,también…
—Claro.Allí estaré—respondióhaciendocomoqueno ledaba
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importancia.—Vale.Yotambién.—Seleiluminólacara,oesoleparecióaLucía—.Bueno,
pues…hastaluego—sedespidiófinalmenteysealejó.Estaba a punto de empezar a dar saltos de alegría cuando Eric se volvió en
direcciónaellaotravez,yadesdelejos.Fueadeciralgomás,pero,enlugardeeso,sonrióysediolavueltadenuevoparacontinuarlacarrerahaciasusamigos.
—Estálocoporti—susurróFridadándoleuncodazo.—¿Túcrees?Noséquémevoyaponereldomingo…—No te pongas los zapatos de tacón, para un partido de vóley no es lo más
adecuado…—laaconsejóBea.—Esta tarde o mañana me arreglo el pelo sin falta—anunció soplándose los
mechonesqueletapabancasilosojos—.Asítendréelflequilloensusitio.Notabaunaespeciededanzaenelestómago:¡eralaprimeravezquehablabacon
Ericdeversefueradelhorariodeclase!Nopodíaesperaraquellegaraeldomingo…Eltimbresonóobligándolasaregresaralasiguienteclase.Lucíasepasóelresto
del día recordando los detalles de la conversaciónmás larga que había tenido conEric desde el Festival de Navidad. También estuvo imaginando la que tendrían eldomingodespuésdelpartido,¡noqueríavolveraquedarsecalladacomounapánfila!Repasó lo que ella le había dicho hacía un rato, lo que él le había dicho, sus ojosenrojecidos por el esfuerzo del partido, su camiseta arrugada, esas pantorrillas tanblancas que sobresalían de los pantalones cortos azules de deporte… ¡Le iba aresultarmuydifícilconcentrarseenestudiar!
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Para cuando llegó el sábado, se le habían acumulado tantos deberes que tuvo quedesechar la ideadeasistir alpartidodevóleydeldomingo.Habíaestadopensandomil maneras para llegar a todo, pero tampoco podía hacer milagros… Así que siqueríaquesumadreladejaratranquila,enlugardeiraanimaralequipodeFridayver a Eric, tendría que pasarse el domingo empollando lengua para el examen delmartes.Esosíqueeraunsacrificio. ¡No ibaa tener tiemponipara ira lapelu!Alfinaltendríaquepedirleasumadrequelecortaseellalaspuntaspormuchalataquelediera.Todossusplanessehabíanidoalaporra…
Elsábadoamediatarde,FridayBeasepresentaronensucasaconsusmochilasllenasdelibrosdispuestasapasarunalargaveladaderaícescuadradas.Laideaeraacabar pronto para empezar la organización del casting, aunque de esta parte noestuvieraenteradalaogra.
María les advirtió que debían aprovechar bien esa tarde de estudio porque laevaluación pasaría en un abrir y cerrar de ojos. Todas le aseguraron casi conjuramentosdesangrequeasíloharían,desdeluegoquesí.
Solocuandosequedaronsolas,FridayBeacomenzaronarespirar.LamadredeLucíateníaeseefectosobreellas.Elpeligrohabíapasado.
Fueronasacarloslibrosylibretas,yarelajadasysentadasentrelaalfombradelsuelo,elpufylacama,cuando,depronto,volvióaabrirlapuertaMaríasinavisar.Lastrespegarontalbotequealamadreseleescapómediarisa.
—Nadademúsicanidetelehastaquenohayáisterminado—ordenórecuperandosuautoridad.
Yvolvióamarcharsesinmás.LaschicasseconcentraronenterminarcuantoanteslosdeberesqueelPapudoles
habíapedido.
Frida se pegó en el pecho una etiqueta que ponía , seestiró la cola de caballo hasta que se le estiraron también los ojos, y dio por
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comenzadalaclase.ABealecolocólapegatinade—Estáisestupendas—dijoLucíahaciéndolesunafotoparaenviárselaaMartaen
unWhatsApp del grupo ZR4E que ponía: «Profesora Frida y Ayudante». Con unpocodesuerteestaríaconectadaalwi-fidesucasa…
Martarespondióalmomento:
«Uecoxamí! ».
«Siempr.Dpcasting,+divr », ledijoLucía.Lasdemás teníansusmóvilesguardadosy(porloqueveía)silenciados.
Después dedicó un rato a repetir los pasos que anunciaba Frida para las raícescuadradas,perocuandollegabaelsegundoyasehabíaperdido…comosileborraranlamemoriaolahubieranabducidoenplanExpedienteX.AsíquevolvióaescribiraMarta:«CmOsImAbLaRaNnIdiOmAdMaRt».
Se estaba riendo de lo que le había respondido Marta: «Frida pued kusar sfcto…», cuando, de pronto, un grito deFrida la hizo volver a su habitacióny a laclase.
—¡Quieresdejarelmóvilya!Sinoescuchas,notevasaenterardenada.—Miraquiénfueahablar…¿Cuántasvecestehedichoquenotecleesmientras
tehablo?—protestóLucía.Sinatender excusas,Bea lequitóel teléfonode lasmanos siguiendoórdenesy
Frida la obligó a ponerse de pie para que repitiera todo lo que ella decía, como sifueraunloro.
—Paso,¿dequémevaaservireso?Alomejoresquenecesitodescansarporquesemeestáchamuscandoelcerebro…—sugirióLucía.
—Perdona,guapa,perodedescansarnada.¿Quiénmandaaquí,eh?—SeñalósuetiquetadePROFESORA—:¡Ayudante!Haztutrabajo…
LucíaentornólosojosyBealediolamanoparaquesepusieraenpiedelantedelasdosmientraslesusurraba:«Esportubien».Entoncescomenzóarepetirpalabrapor palabra lo que decía Frida, hasta tenerlo bienmemorizado.A continuación, laobligóacorearloalmismoritmoqueellaresolvía,pasoporpaso,unaraízcuadradaensulibreta.Lucíasediocuentadequenoeratandifícil…Solohabíaqueescuchar.
—¡Ahorayo!¡Ahorayo!—exigióemocionada.Efectivamente,lasiguientelabordó.Ytambiénlasiguiente.—ElPapudosevaaenterar—anuncióLucíaimaginándosesusiguienteclasede
mates.—Tendráquebuscarseotravíctima—reconocióBea.
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Yapodíaverlo…Cuandolaobligaraasaliralapizarraydescubrieraloquesabíahacer,lamiraríaconesosojosredondossinparpadearsiquiera,comounpezglobo.Novolveríaaavergonzarlanuncamás.YSusanayanoseríalaúnicaquehacíabienlosejercicios.Casipodíaoírlosaplausosdesuscompañeros,quelavitorearíanporsutriunfo.Marisasequedaríamuertadeenvidiaensusitioenlaprimerafila…
Unosgolpecitosen lapuertapusieron rígidasa susamigas.Maríaaparecióconunacajadepizzafamiliarenlasmanos:
—¿Tenéishambre?Laschicassemiraroncomosiaquellofueraunexamenoral.—¿Tantohabéiscotorreadoqueseoshadormidolalengua?—bromeóMaría.—No,sinohemosparadodeestudiar—sedioprisaenaclararFrida—.Lucíaes
yaunaexpertaenmates.—Te lo agradezco, Profesora —respondió María
guiñándoleunojo.—Sí,creoqueestotelopuedesquitar.Yasetehan
subido bastante los humos… —dijo Lucíadespegándole a Frida la etiqueta de la camiseta.Después,aBea.
—Bueno, qué, ¿cenamos o estáis de ayuno? —insistió María doblando los brazos que sostenían lapizza.
Las chicas se pusieron de pie y siguieron a lamadredeLucíahacia el comedor, dondeya estaba lamesa preparada para las cuatro. Solo estaban ellas,porqueesanoche,comocadadossábadosalmes,JoséMaría tenía que trabajar en el restaurante. Mientrasabríalacajadelapizza,lamadredeLucíaanunció:
—Lahepedidosincortarparaquepodáiscalcularelángulodelasporciones.—Muygraciosamamá—leregañóLucía.—Aversiesqueyonopuedogastarbromas—sequejólamadre.—Mientrasnomeavergüences…Lucía cayó en que su madre estaba de tan buen humor gracias al notable de
cienciasnaturalesquehabíasacado.Sediopalmaditasenlaespaldamentalmente.FridayBeasereíandivertidas.Pasaronelrestodelaveladaentrelasbromasque
lamadredeLucíasoltabaylasregañinasqueLucíalededicaba.Suimagendeograparecíaformarpartedelpasado.
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—Vamosahacerunatablacontodaslaschicasquetehanllamado,Frida—sugirióLucíasentándosefrentealescritorioyquitándosetodavíatomatedelacara.
Alencenderelordenador,Lucíavioqueteníaune-mailnuevo.EradeMarta.
De:Marta([email protected])Para: Lucía (let’[email protected]), Frida ([email protected]), Bea
([email protected]).Asunto:RastafarilookAdjunto:despedida.jpg
Chicas:Osecho tantodemenosquemehepuestoamirarotravez las fotosdeldíade
nuestradespedida.¿Verdadqueenestaparecequemehayahechorastas?Jejeje
Besoooooos,ZR4E
UnafotodelClubde lasZapatillasRojasaparecióen lapantalla.Estabanen lahabitación vacía de Marta. Como nadie podía hacer la foto, habían colocado lacámaraenelsueloaguantadaporunvasodeplásticoysehabíantumbadolascuatromirandodefrente,conlacaraapoyadaenlasmanos.Alfondo,seveíanlospiesde
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todaslevantadosconlaszapatillasrojas.Sepusierondeacuerdoyleescribieronlarespuestaentrelastres:
De:Lucía(let’[email protected]),Para: Bea ([email protected]), Frida ([email protected]), Marta
([email protected])Asunto:Re:RastafarilookMarta:Conrastasosinellas,tupeloporlomenosnoparecedeBarbieteñida.Fridase
quejadesucaradecazurrayBeadequesalebizca.Comoves,ningunaestácontenta.Anda,mándanosunaenlaquesalgamosdignas.Yameencargaréyodecolgarlaenlos álbumes de mi perfil del Tuenti, ya sabes cuánto me gusta tenerlos bienactualizados(Lucía).
Besoooooos,ZR4E
—Cómo molaría que estuviera aquí… —Frida dijo lo que todas estabanpensando.
Lucíasacódesubolsobandolera labolsadechuchesquehabíapreparadoparaesanocheyse lapasóa laschicasparaquefuerarulando.Despuésde lapizza,nohabía nada mejor que unos cuantos ositos de azúcar, moras, lenguas ácidas yregalices…AbrióelWordycomenzóahacerunatablaparaponer losdatosde lascandidatas.
Fridasacóunoscuantospapelessueltosdesumochila,algunasservilletas,trozosdelibreta,inclusouncalcetínsucio…Estabatodoarrugadoycasinosepodíaleerloque tenía escrito.Se quejó de que cadavezque alguien la llamabapor teléfono lapillaba enun sitio diferenteyquepor esohabía tenidoque apuntar los nombresyteléfonosenloprimeroqueteníaamano.
—Tambiéntengounpardee-mailsenmibandejadeentrada—lasavisócuandohubotragadolaprimeragominola.
Beafuecogiendoesospapelesunoauno,losalisabaconlasmanosytratabadeleerloqueenellosponía:
—¿Ca…rat…orta?—preguntóentrecerrandosusojosverdososdegata.Lucíaseechóareíraldarsecuentadelaburradaqueacababadesoltar.Sitodos
losnombresibanaestarescritosasí,estabanapañadas.Beacomenzóadesternillarsetambién.
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—Asíquevaisdelistillas,¿eh?¡PoneCarlota!—protestóFrida.CogiólospapelesaBeadeunmanotazoycomenzóaleerlosnombres,unpocoa
trompicones,paraquénegarlo:—Carlota Sierrrrrra… RaquelMartínez, mi capitana de vóley… Susana Écija,
másconocidacomolafrikiSusanaSolitaria…CCClaaaaaraAlonso…
—¡Ya basta!—le exigió Lucía—. Ya he captado la directa. Ahora léelos máslentamente,quemisdedosnovuelan.
—Ah,comodecíasquenoseentendíanada…Lucía resopló mientras empezaba a escribir en el ordenador algunos de los
nombres.—Bea,¿puedescomprobarquenomeequivococonlosnúmerosdeteléfono?—¡Claro!Lucíaodiabaqueleocurrieraesoynoseríalaprimeraveznilaúltima:llamaral
númerode teléfonoquecreesquepertenecea tupadreyque tesalga lavozdeundesconocidoquejándoseporquelehasdespertadodelasiesta.Vergonzoso,sí.
Fue rellenando, así, la tabla de las candidatas al casting mientras Bea le ibapasandochucherías.Nombres,teléfonosycomentariospreviosparasituardeltipode:«Es flexible y puede tocarse el cogote con la pierna», o «Chica enigmática yojerosa».Esocuandolesonabadealgoelnombre,porquetambiénloshabíaalosqueno podía ponerle (ni ella ni las demás) cara. En esos casos, en el apartado decomentarios,añadía:«Nisu»,de«nisupadrelaconoce».
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En total contó quince chicas que debían citar para que hicieran la prueba delcastingesejueves.Ahorasolofaltabapensarenquéconsistiríalapruebayllamarlas.
—¿Preparamosunospasosparaversisabenhacerlos?—propusoLucía.—Naaa,silesdamoslibertadvendránconmásganas—resolvióFrida.—Tampoco van a tener mucho tiempo para practicar—recordó Bea—. Si las
llamamosmañana,hastaeljuevessolotienencuatrodías.—Mejor,másnatural—soltóFrida.—Sí. Lomejor será que ellas escojan su canción, traigan su propioCD y que
bailenloquelesdélagana.¿Quéopináis?—Tratohecho,chicas.—BeaapoyóladecisiónytambiénFrida.Lastrescerraronelacuerdoconunapretóndemanos.Comentaronquesilohacíandespuésdecomer,tampocotendríantodoeltiempo
delmundo.Asíquepactarondardosminutosacadacandidataparaexhibirse.—Después comentamos lo que ha puesto cada una en su tabla —les recordó
Lucía.—YtambiénconMarta,antesdedecidirnada—añadióBea.ParacompletarlapreparacióndelprimercastingdelClubdelasZapatillasRojas
solofaltabaunacosa:repartirselosnombresdelascandidatasparallamarlasentrelastres.
—¡¡¡Qué emocionante!!!—exclamó Frida yametida en el saco que compartíaconBea,alospiesdelacamadeLucía.Teníanlaluzapagadaysoloseentreveíanlascarasa travésdela luzdelacallequeentrabapor laventana—.Nosésivoyapoderdormir…
Fridasemeneabaenelsaconerviosa.—¡Ayyyyyy…!—gritóBeadepronto.—¿Quétepasa?—¡Quetieneslospiesfríos!—protestóseparándosedeFrida.—Notequejesquetampocoesparatanto…
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Lucíasaliódesucamaysemetióenelsacoconsusamigas,dejandoaBeajustoenelcentro.
—¿Noqueríascalor?—ledijoaBea.—Jo,Lucía, parecequehayas estadoasándote al horno. ¿Dequéestáhecha tu
cama?¿Decarbón?¡Quécalor,porDios!—soltóFridadestapándose.Lasrisasnoparabandesonar.—¿Os imagináis que ganamos el concurso? —les preguntó Lucía mirando al
techo.—Yoséquesoyunachafaplanes,pero,Lucía,nopuedescreerqueestáganado
antesdequeloesté.Sino,luegotellevarásunchasco—laadvirtióBea.
—Mira,Bea, quien no arriesga no gana—le replicóLucía.Esa era otra de lasfrasesanimosasdesupadre.
—Exacto.Ytampocoesmalohacerseilusiones,leche—lediolarazónFrida.—Yonodigoeso,porfavor,entendedmechicas.Soloosrecuerdoquenotodas
lasilusionessecumplen…Frida comenzó a roncar en plan cerdo para callar a Bea y funcionó. Entonces
pararonlosronquidosy,depronto,sehizoelsilencioenelcuarto.—Frida,desdeluego…eresmásbrutaqueunbocadillodecemento—leregañó
Lucíarompiendolatensión.LarisadeBeacomenzóasonardesdeelcentrodelsaco.—Puaaaaaaj,¿ymellamas túbrutaamí?—sequejóFrida—.¿Dedóndesacas
esasexpresiones?¿Deunmanualparalistillos?Beanopodíaparardereír,dobladacomoestabayaytodo.—Perosiaquílaúnicalistillaerestú,lasdemássomosmástontasquelaspiedras
—soltóLucía.Despuésalargóelbrazo,cogióuncojíndesucamaylediouncojinazoaFrida,
queselodevolvióconsualmohada.Beatambiénrecibióysedefendiómoviendolasuyaaunladoyaotroconlosojoscerrados,repartiendoalmohadazostantoaLucíacomoaFrida.Total,paraloqueseveía…
La guerra de almohadas duró un rato, hasta que Lucía se volvió a su camaagotada de hacer carreras por la habitación para que no la pillaran. Tras darse lasbuenasnoches, laschicas fueroncayendocomomoscas.Lucíasedurmiópensandoenquetodavíalesquedabaunlargocaminohastaelconcurso.Claroquesabíaquenoibaaserfácil,perovalíalapenaintentarlo.
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LaprimeraendespertarsedelastreseldomingofueLucía,quetuvoquesacudiralasdormilonasparaconseguirqueselevantaran.Y,despuésdedesayunarunastazasdeNesquik bien cargaditas y cruasanes de chocolate que JoséMaría les había traídoreciénhechosdelapanadería,cadaunasefueasucasa.LucíalepidióaFridaqueledijeraaEric,cuandoloviera,quehabíatenidoquehacerunviajeinesperadoyquepor eso no iría al partido. Esa excusa le pareció bastante más interesante que latrágica verdad. Bea tampoco iría al partido a animar a Frida porque no teníamásremedioquepracticar suspartiturasdeviolíndespuésdeque el sábadonohubierahechonielhuevo.
A la hora de la comida, tocaba celebrar su notable denaturalesyfuesuabuelaAgustinadevisita,consusfabulososchampiñones al ajillo. Además, su madre hizo los canelonesque tanto legustaban,asíqueLucíasepuso lasbotas.Coneltrabajo en la agencia de publicidad, María no tenía muchotiempoparacocinardurantelasemana,perodesdeluegohabíaheredadolasdotesculinariasdesupropiamadre.Lucíarepitióplatounpardeveces.
—Deja un poco para los demás —protestaba su madre al verla comer a esavelocidad.
—¡Bah!Lachiquillapuedecomerloquequiera.Conesanotazaquehasacado,selohaganado…Además,estácreciendo.—Suabuela,queeramásbuenaquetodaslascosas,ladefendíasiempre.Y,comosolíasercuandoAgustinaestabadelante,sumadrecallaba.Unlujazopocohabitual.
Lucíadedicóunratodeesatardeallamarasuscincocandidatasalcastingparadarleslaconvocatoria.Asíquesepusoenplansecretariayfueinformandounaaunadesucitaparaeljueves.ResultóquetodasestabandelomásentusiasmadasyLucíatuvo que improvisar métodos para abreviar las conversaciones sin resultardesagradable;noqueríadarasumadreunnuevomotivoparaenfadarseconella,pueslasfacturasdelmóvilerantambiénuntemapeliagudo…Elrestodeldomingoselopasó estudiando sin levantar la cabeza de las mil reglas de acentuación para elexamen que les pondría la Urraca el martes a primera hora. Como si no fuerasuficientemartirioelexamen,¡encima,tendríaquehacerlomediosopa!
La clase de matemáticas del lunes resultó un éxito. Cuando Lucía salió a lapizarrayresolviólosejercicioscorrectamentesesintiócomounaespeciedeestrella
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delagranpantalla.AlPapudopareciómutarlelacarayhacérselecomomásligeraymenoshinchada.Lucíacreyóverlesonreírinclusomientrassoltabaaliviado:«Menosmal».
Paracuandollegóelexamendelenguaelmartes,Lucíateníatalbatiburrilloenlacabezadetantoestudiarqueyanodistinguíaentreloqueeraundiptongoounhiato.NilostaconeosdelaUrracaentrandoenclasealasnueveenpuntodelamañanaleaclararonlasideas.
—¡Todosavuestrossitiosycerradloslibrosya!—gritó.Laclaseenteraobedecióylaprofesedispusoarepartirlahojadelexamenacada
alumno, uno a uno,mientras hacía su habitual revisión antichuletas.De pronto, seagachóal ladodeLucíay, trashacerseconunpapelqueestabaahí tiradocomosinada,seloentregóaella:
—Esparati—dijo.Ella lo miró extrañada y sorprendida, pero no rechistó. En el papel ponía
únicamente:
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Se quedó pasmada. Al instante buscó a Marisa con la mirada, y vio que laobservabaconmediasonrisa.Ellaintentóponercaradepóquerysevolvióhacialaventana, como para quitar importancia a la nota. Respiró hondo y evitó volver amirarla,comosinoexistiera.Comodecíasupadre,nohaymayordesprecioqueelnohaceraprecio.
Era imposible que ese ser sin sangre caliente le gustara a Eric… ¡Eso era delocos! ¿Verdad? ¿O había sucedido algo durante el partido del domingo que ellaignoraba?Lucíacomenzóapuntearlamesaconellápiz.
Encima, la Urraca había leído eldichosomensaje…
—Lucía,guardaesepapelyempiezaelexamen,anda—leadvirtiólaprofe,quehabíatomadoasientoensutrono.
Intentócontrolarsusmanostemblorosas,doblólanotaylaguardóenelbolsillode su chaqueta.Miró el reloj de la clase: ya solo le quedaban veinteminutos paraempezaryacabarsuexamen.Porpocoqueleapeteciera,seobligóamirarelpapel,acoger su lápiz y a acentuar aquellas palabras. Zalamerías, conspicuo, paranoica…¿Paranoica?Esasí laconocía,eraexactamente loquesignificabaMarisa.Enaquellistadohabíaporlomenosveintepalabrasymuchasnolashabíavistoensuvida.
—¡Arggg!—gritóporlobajini.Cuando laUrracaanuncióel finaldelexamen,aLucía todavía le faltabanunas
cuantaspalabrasporacentuar.Unsudorfríolerecorríaelespinazo:laobramaestradeMarisanosoloarruinaríasufuturoconEricsinotambiénunexamenparaelquellevabadíasestudiando.EstuvoacentuandopalabrashastaquelaUrracalearrancólahojadelasmanos.Tendríaqueesperaraverlasnotas,peronoapostaríamuchoporella… Quizá tendría que empezar a asumir que un
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noeratanmalaidea.Lucíanoseenteróde laotramitadde laclase.Parecíaquese le iba lacabeza,
comosiestuvieraapuntodedesmayarse.Noapartabasusojosdelreloj,queparecíaquetuviera laspilasgastadasporqueibamáslentoqueunatortugacoja.Empezóarecogersuscosascuandolaagujamarcabaunminutoparaqueacabaralaclaseyencuantosonóeltimbresaliólaprimera.Nopodíaestarmástiempoahísentada.
Enelpasillo seapoyóen lapareda laesperadequesalieranFridaoBeaparacontárselotodo.
—Losiento,mehaentretenidoLuisconunapreguntasobreelexamen—ledijoFrida señalandoaunchicoque ibadeuncompañero aotrohaciendopreguntas—.¿Quéponíalanota?
LucíaseladioyFridaabriótantolosojosqueparecíaqueseleibanasalir.
—¿He sido lo suficientemente clara? —Las interrumpió lavozdeMarisaacercándoseaellas.
Lucíacomenzóa respirarmásymás rápido,porqueparecíaqueel corazón ibaporsucuenta.Estabadispuestaasaltarsobrelachepadeesacursiydarleunapalizasinoladejabaenpaz.Selaquedómirandodesafiantesindecirnadayesperóquelocaptara.PeroMarisalesacabacomodospalmosynoparecióinmutarse.Fridaestabamásasunivel:
—Perdona,peronohablamoselidiomadelosgorrinos—soltóantesdecogeraLucíaporelhombroyllevárseladentrodeclase.
Lasentóensusitioyellasearrodillóasulado:—No me creo lo que pone aquí.—Señaló la nota—. Esa solo quiere hacerte
rabiar.—¿Túcrees?Lucíanohabíacaídoenesaposibilidad.Empezóarespiraralgomáslentoysupo
exactamenteloqueibaadecirlesuamiga.—Tienesquehablarconél—leordenóFrida.Aunque ella no lo tenía tan claro…Todavía no era capaz de articular palabra,
menosloseríadeiraEricapedirleexplicaciones…—¡Buenosdíasatodos!Lasinterrumpióelprofesordemúsica,elChorreras,queentrabaenclaseenese
momento.Lucíateníaunahoraenteraparadecidirse.
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ElChorrerasvestíasiempreunacamisademangalargaconvolantesenelpecho,deahí el apodo. Esa mañana la llevaba de color naranja. Había traído consigo unacolumnadeCDparaexplicaralgunosperiodosdelahistoriadelamúsica,y,trasunemotivoprólogo,comenzóaponercanciones.Lamayoríaparecíanextraídasdeunamisadominical.
—«Renacimiento» significa volver a nacer —explicaba como si sus oyentesfuerancortosynosupieranloquelapalabritasignificaba.
Lucía no prestaba mucha atención. En su mente solo cabía imaginar lo quetendríaquehacercuandoacabaralaclase.Asíque,conuntalMonteverdidefondo,sededicóaensayarmentalmenteloquelediríaaEric.Sevioasímismacaminandohacia él, saludándole como quien no quiere la cosa, y, de pronto, atacándole a layugular.«¿TegustaMarisaoqué?»,lepreguntaría.No,esonolopodíahacer…¿Esqueestabaloca?Teníaquesermássutil.Lapreguntaera:¿cómo?
Notabagotitasdesudordescendiendoporsufrente.Seapartóelflequilloconlamanoydespuésse lovolvióapeinarhaciadelante.NopodíapresentarseanteEriccon una cresta improvisada. Solo quedaban diez minutos, así que lo mejor erarecuperarlaescenaqueinterpretaríaenunrato:hablaríaaEricsuaveysinreproches,mantendría siempre la sonrisa para no darlemal rollo, y se despediría tan amablecomosiempre,fueracualfueselarespuesta…
Lucíasesobresaltó:habíallegadoelmomentodelaverdad…—¡Túpuedes!—laanimóFridayaasulado.La acompañó fuera de clase como si fuera su entrenadora y la estuviera
preparandoparaelpartidodesuvida.—Manténlacalmaytodoirábien.Sí,nohabíadudadequeesoscomentariosloshabíaaprendidodesuentrenadora
de vóley. Lucía no estaba segura de nada, pero su amiga tenía razón: había queintentarlo.Fridalaempujóhastaelotroladodelpasillo,dondeestabalapuertadelaclaseCyaabierta.
Desdeelumbral,LucíaesperabadistinguirlamelenadeEriccuantoantes,peropormucho que buscaba no lo veía. ¿Dónde demonios estaba?Al poco llegó hasta
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ellasBea,yaconelabrigopuesto,dispuestaasaliralrecreo.—Esperaunmomento—leordenóLucíasinmásexplicaciones,tanconcentrada
comoestabaensuobjetivo.Laclasesefuevaciandoyellaseguíaenlapuertaporlaquesalíantodos.¡Faltó
poco para que la aplastaran! Apenas quedaban ya tres compañeros en la clase yningunoeraelsusodicho.
—¿DóndeestáEric?—lepreguntóalfinaBea.—Nolosé.Hoyletocabatallerdetecno,perocreoquenoestaba…—¿Queríasquemepasaraaquítodalamañanabuscandooqué?¡¿Porquénome
lohasdichoantes?!—legritóLucía.—¡Túnomehaspreguntado!—Aaaaaarrrg.—Lucíaperdiólosnerviosycomenzóacorrerporelpasillo.—Pero¿quéesloquepasa?—preguntóBeatotalmentedesconcertada.Perseguía
aLucíayaFridatodolorápidoquepodía.Lucía ledio lanotadeMarisayFrida lecontó losucedidomientrassedirigían
escalerasabajo,dondeestabaeltaller.Ungrupodechicosparadodelantedelapuertanoparabadehablaravocesdecircuitosydemás.ReconocióaManuyaQuique,doschicosquesiempreibanjuntosyparecíangemelosaunquenolofueran.Habíaidoaclaseconellosenprimaria.Selesplantódelanteypreguntó:
—¿SabéissiErichasalidoya?Lamiraroncomosinosupieran la respuesta.Manupreguntóaotroquepasaba
por allí, pero tampoco lo había visto. Lucía estaba a punto de irse ya totalmentedecepcionadacuando,derepente,oyó:
—¿Eric?Seencontrabamalysehaidoacasa.—EraJaime,elamigodeEric,quesalíadelaulaenesemomento.
—Esetíodiceque…—fueatransmitirleQuiquelainformación.—Ya,yaleheoído.Gracias—ledijoLucía.YdespuésaJaime—:Pero¿quéle
pasaba?—En la enfermería le han dicho que tenía fiebre y que podía irse a casa. No
temas,soloseráunagripe—bromeóJaimeguiñándoleunojo,yaLucíalesaltaronloscolores.
Jaime se alejó por el pasillo y ella se quedó con la cabeza gacha. Cuando seacercaronsusamigas,sedesahogó:
—Quéfastidio.Ahoratendréqueesperarhastamañana…Lucíapasóelrestodeldíaconlasensacióndeestarenotragalaxia.Hizounafoto
de lanotadeMarisay laenvióalgrupodeZR4EdelWhatsAppparaque lavieraMarta.Tardóunsegundoenresponderle:
«Pfff… Cntantanvidiayanosabkeinvntar».Laspalabrasdeapoyodesusamigaseran loúnicoquenecesitabayporesose
pasó todas lasclasesdeesedíaconelmóvilescondidoen lachaqueta,poniendoa
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caldoaMarisaporelWhatsAppyleyendolasrespuestassolidariasdeBea,FridayMarta:
«Ojalaslcaigaesamlnatñidaiskedeklva»,poníauna.«Ojalalsalga1granollnodpusntodalfrnt»,decíaotra.«Ojalasuspndatodasirpitacurso»,yotra.Cuandoterminóeldíayyaestabaenlacamadeseócontodassusfuerzasqueal
díasiguientelasnoticiasfueranmuydistintas:queEricyaestuvierarecuperadodesugripe,queellafuerasuchicayMarisaunamentirosa.Soloesperabaqueelrumordelareinadelascreídasnoseextendierademasiadomientrastanto.
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Apesardelincidenteconlabruja,Lucíahabíasacadoenelexamendelenguanadamenosqueunnotablealto,loquehabíallevadoasumadreacelebrarloportodoloalto:lehabíapreparadoelpostrequemáslegustabadelmundo,tartadequesoconmermeladadefresaporencima.Esoestababien.
Lo que no estaba tan bien era que Eric no hubieraregresado a clase todavía, y que ella no hubiera podidopreguntarlesobreMarisa.HabíapensadoenescribirleporelTuenti,peronilehabíavistoconectadoniqueríaqueélcreyera que era una loca perseguidora. Todo esto implicaba que el rumor siguieraintactoyseexpandieracomolaespumaporlaescuela.Además,sedecíaqueloquesufríaEriceralaenfermedaddelbeso.Nohabíaquesermuylisto,entonces,paraatarcabos:EricyMarisasehabríanbesado.
Perocomoesaimagenleprovocabaauténticosrepeluses,Lucíasehabíaobligadoa pasar página. Prefería invertir su tiempo pensando en cosas más importantes ybonitas,comoporejemploelbaile.Aunquetodavíanoteníancanciónescogida,habíaestado ensayando algunos pasos para la coreografía que podían quedar la mar debien.Noerandifíciles, peronecesitarían a chicas ágilesy con el equilibrio justoynecesario.
Porprimeravezensuvida,eljuevesporlamañanallegóa la escuela incluso diez minutos antes de las nueve. Sedespertó dando un salto de la cama y se pasó el rato de laducha cantando a Justin Bieber para calentar motores. Nodejó de cantarlo mentalmente hasta que llegó el granmomento…
Después de comer a toda prisa, la primera en llegar algimnasio fue Frida. Así que, cuando aparecieron Lucía y Bea, ya estaba todopreparado: unasmesas juntas al fondo de la sala en plan tribunal, y un aparato demúsica, imprescindible. Bea se sentó en medio de las dos, ella se encargaría delcronómetro.FridapresentaríayLucíaseocuparíadelamúsica.
Un buen número de candidatas estaban ya allí. Vestidas con el chándal delcolegio,esperabanenun rincónaquecomenzaran laspruebas.Algunascalentabancomosifueranapresentarseauncastingparalatele,otrassimplementeesperaban.
Con las tablas y los bolis preparados, Frida dio por comenzado el castingdándoleslabienvenidaatodas.Sinentretenersedemasiado,llamóalacandidataque
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ocupabaelprimerpuestodelalista.
—RaquelMartínez.Eralacapitanadesuequipodevóley.Inmediatamente,unachicaaltayatlética
diounsalto,sepusoenpieycorrióadondeestabanellas.SaludóaFridaconunleve
gestodecabezayentregósuCD :—Lacanciónnúmero5,porfavor—anunciócuandoLucíalepreguntólapista.Empezó a sonar la melodía de «Fa La La» al mismo tiempo que Raquel
comenzabaamoverseconsoltura.LavozdeJustinBieber inundabaelgimnasioyella seguía el ritmo perfectamente.Aunque era una canción bastante lenta, Raquelefectuabapiruetasylevantamientosdepiernasconbastanteagilidad.LucíasefijóenqueFridasonreíasatisfechadesucompañeradeequipo.
Cuandopasaronlosdosminutos,BeaparóelcronómetroyLucíalamúsica.—Gracias,Raquel.Prontotendrásnuestrarespuesta—anuncióFridamuyseria.
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Selanotabaconganasdedecirmás,peroLucíalahabíaadvertidosobreello.Sumadrehabíaparticipadoenmuchoscastingsylanocheanterior,mientraspreparabalapastaparalacena,lehabíaofrecidoalgúnqueotroconsejoútilalrespecto.Eradevitalimportancianomostrarningunaopiniónhastadarelcastingporacabado.
Raquel recuperó suCDy abandonó el gimnasio dejando espacio a la siguientecandidata.
—CeliaDomingo—anuncióFrida.«¿CeliaDomingo?».En la tabla ponía «Nisu», porque ni aLucía ni a nadie le
sonaba. Una chica con cara desconocida se colocó en el centro del gimnasio. Deinmediato, se dieron cuenta de que el chándal de Celia no podía pertenecer a sucolegio:eraamarillo.
Lasjuezassemiraronincrédulasycomenzaronacuchichearsobrecómoafrontarlasituación:¿cómodiablossehabíaenteradodelcasting?,¿cómosehabíacoladoenelcolegiosinquenadieladescubriera?Fridahablóennombredetodasconvozdelomásprofesional:
—Disculpa,Celia,perotengoquepedirtequetemarches.—¿Porqué?Frida leexplicóquesinoeraalumnadeesaescuela lo ibana tenerdifícilpara
ensayar.Celiaacabóporaceptarelrechazo,aunqueconpocadeportividad:chasqueólalenguaconfastidioysefuedelgimnasioprotestando.
Comonohabíatiempoqueperder,Fridaanunciólasiguientecandidata:
—DianaEscribano.Diana iba a la clase de Bea, llevaba gafas de pasta y el pelo cortado en plan
príncipe deBeukelaer. Lucía no tenía ni idea de que le gustara el baile;más bienpensabaque sudestino erahacerunode esosmonólogosde laParamount, aunquetampocoestabaseguradequetuvieratalentoparaeso.
—No sé si la canción que he escogido estará a vuestra altura. Sobre todo a latuya,Frida—leguiñóunojoenplanchistosamientrasleentregabaaLucíaelCDdeBelieve.Después lepidióquepusiera«Boyfriend».Almenos lachicano teníamalgusto…
DianaseplantóenmediodelasalayjustocuandolavozdeJustinempezabaasonarenplanrapeolento,Lucíanoselopodíacreer…¡Dianacomenzóahablar!
—Ahoraunpocodebreakingdance—dijomientras levantabaunapiernahaciadelanteyluegohaciaatrás,sinritmodenada.
—Tambiénme gusta la salsa, y no solo la de la carbonara.—Se rió ella solamientrasmovíalascaderasasubola.
Lucíasevolvió incrédulahaciaBeayFrida,quenosalíandesuespanto.¿Quédiablos estaba haciendo?A las tres se les escapó la risa, pero fueron rápidas y setaparon la cara con las manos, aunque Diana estaba tan metida en su monólogo
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bailado que no se dio ni cuenta. Para terminar, hizo una vuelta en plan MichaelJacksonydijo:
—Yeaaah…Aunqueestabadifícil,Fridasupomantener lacomposturay, sin risasnichistes
malos,lediolasgraciasaDiana.Después,diopasoalasiguientecandidata:PatriciaGarrido.
Todavíaquedabanunascuantaschicas,Lucíateníalaesperanzadequenotodasfueran«Nisu»ounosdesastresbailando.Tampocopedíaquefuerangacelas,soloquetuvieranunpocoderitmo.
Pero Patricia resultó ser bastante enclenque y no supo
alcanzar el listón que habían marcado. Tampoco lo hizoCarlotaSierra,quenoencontrabaelequilibrioporningúnlado;niClaraAlonsoysubailedelorangután;niAmeliaFrutos,pormuyatletaquefuera(¿cómopuedealguienenredarse con sus propios brazos?); ni Lorena Izquierdo, a la que Frida tuvo quepracticarle lamaniobradeHeimlichpara sacarle el chicleque se le habíaquedadopegadoenlagarganta;nilasiguiente,nilasiguiente…
Lucíaempezabaaponerseunpocohistérica.Supierebotabaenelsuelosinpausay ya no sabía cómo sentarse. Frida la miró desde su sitio con la cara un pocodesencajadaylepidióqueseestuvieraquieta.Beaparecíanoinmutarseconnada.
Cuandoleyóenlatablaelnombredelasiguientecandidata,empezóahacersealaideadequetendríanqueorganizarunnuevocasting.Enesenoibanaencontrarloqueestabanbuscando.
—¿Susana Écija? —anunció Frida preguntando; tampoco podía disimular surecelo.Almenoshabíatenidoabienomitirelapelativoporelquetodaslaconocían:Solitaria.
SusanacaminóhaciaellasylesentregósuCD,queeradelosprimerosque
habíasacadoBieberensucarreramusical :—Lanúmero2,porfavor—pidió.Le sorprendió descubrir que eligiera «Up», una de las canciones que más le
gustabaaLucía,de todos losdiscosdelcantante.¿Cómopodíacoincidirengustosconesa?¡Noseparecíanennada!Sucaraeratanpálidaquenodebíadehabervistoel sol en toda su vida; llevaba el pelo,más negro que el carbón, cortado comounchico,yllenodetrasquilones.Ademásdequelosveintependientesqueagujereabansusorejasnopodíanserhigiénicosdeningunamanera…¡Imposible!Ynohabíaqueolvidarqueeralamejorenmates,unaasignaturaqueelladetestaba.
Lucía puso el CD mordiéndose el labio para disimular su poca fe. Le dio al
«Play» . Susana cerró los ojos y comenzó amoverse en contoneos fluidos y
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bonitos.Suspiernasseestirabanydoblabancomosifuerandegoma,conlasmanoscolocadassuavementeaunladoyaotro.
Nopodía ser…Lucía estaba teniendo sentimientos encontrados.Porun lado lefastidiaba que, precisamente, Susana también fuera buena en eso… Por otro lado,viendocómoestabayendoelcasting,yqueapenasquedabanyapruebasporrealizar,se sintió aliviada: Susana bailaba mejor que ninguna otra y podría salvarlas delfracaso.
Bealediouncodazodeprontoparaquepararalamúsica.TanconcentradaestabaLucía,queselehabíapasadoeltiempo.
—Gracias,Susana,tellamaremos—anuncióFrida.Sinpreguntarcuándoninada,SusanarecuperósuCDysaliódeallíconelmismo
andarausentedesiempre,comosiesemundonofueraconella.Apartirdeentonces,Lucíacronometróbastantemásrelajadalosdosminutosde
todas las chicas que quedaban en el gimnasio. Algunas de las convocadas no sepresentaron, y otras ni siquiera sabían lo que estaban haciendo allí. Pero Lucía senotaba satisfecha con el resultado. Estaba convencida de que ya tenían a lasganadoras.Ahorasolofaltabavercuáleralaopinióndelasdemás.
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El sábado por la mañana, cuando sonó el despertador, Lucía llevaba ya un ratodespierta… ¡eso sí que era un milagro! Los días de diario solía quedarseremoloneandoenlacamahastaquinceminutosmás,haciéndosealaideadequeteníaque ponerse el uniforme e ir a clase. Pero, entonces, su madre entraba en lahabitacióny la levantabaagolpedepersiana.Ese sábado, sinembargo,no solo sehabíapuestoellaeldespertadorparallegarpuntualasucitaconlaschicasencasadeBea,sinoque—¡encima!—sehabíadespertadoantes.
Estabatannerviosaquecasinohabíadormidonada.Lanocheanteriorsehabíaquedado hasta bien tarde seleccionando la ropa que se pondría. Y es que aquellareunión no era una cualquiera: sería la primera vez que se veían las caras con lasnuevasfueradelcolegio.Deahíquesuvestuariofueradevitalimportancia:teníaquesercómodo,peronotiradoalochándalviejo;algoquedijeracómoeraella.Despuésdesacarmedioarmario,sequedóconsustejanosmásajustados,lasbotasylacamisaacuadrosvioletayazules.
Desayunó algo rapidito para evitar que cayeran gotas indeseadas sobre suinmaculadavestimentaysalióescopeteadaacasadeBea.
ALucíasiempre lehabíagustado labuhardillade lacasadesuamiga:conesetecho inclinado, eraun rincónde lomásacogedor.Unespaciohechoa sumedida,consuspropiasreglas.Conlosaños,habíanidotrayendoalgunospósters, juegosycosasquecadaunateníaensucasa:unmóvildelunasyestrellas,unaviejacajademúsica… También tenían una minicadena y un televisor en el que se quedabanviendopelishastaaltashorasdelamadrugada.Cuandoestabanallí,imaginabanqueerancompañerasdepisoyvivíansolas,porquenadiesubíaamolestarlas.Asíquenopodíahabermejorlugarparalosensayos.
Alllegar,Lucíaseencontróconquetodaslaesperabanapesardelasprisasquesehabíadadoporserpuntual.EncuantoviolacaradeFridasupoqueleecharíalabroncaynoseequivocaba:
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—¡¡¡¡Nenaaa,queeraalasdiez,noalasonce…Para esa reunión, Frida había escogido unos pantalones elásticos de chándal
guapos,decolornegro,parecidosalosdeRaquel,rojos.Susanavestíaigualqueenlasexcursionesdelaescuela:ropanegrayunpañueloazuloscuroenrolladoalcuello.Beahabíaoptadoporsustejanoscaídosyunjerseydecolorazulcielo,ajuegoconsuscalcetines.
—Venga, no exageres—le respondió Lucía dándole dos besos en lasmejillas.Despuésalasdemás—:¿Osgustanuestrolugardeensayo?
—Esmuycuco—soltóSusana.—Sí,escomounaversióndelacasadelárboldelaspelisamericanas.LucíasonrióantelaocurrenciadeRaquel.—Noquieroseransias,peroaquíeltemaquenosocupaesotro:lacanción—las
apuróFrida.Se sentaronencorroalrededorde laminicadenay la columnadeCDde Justin
Bieber.Comobuenafan,Beaconservabalascarátulasenperfectoestadosinunsolorayajo.Igualquelasdemás.
—Yo los tengo en un archivador —confesó Susana—. Así no corren riesgosinnecesarios.
Aunqueleve,eratangiblelaseparaciónentrelastresdesiempreylasdosnuevas.A un lado: Bea, Lucía y Frida; al otro: Raquel y Susana, un pelín apartadas. Seestiraronensusitioysemiraronunasaotrassinsabermuybiencómocomenzar.Senotaba que apenas se conocían: una se frotaba lasmanos, otra jugueteaba con losanillos,otramirabaaunaesquinacomobuscandoalgo…estabanparadasycortadas.Lucía rompió el hielo preguntando quién sería la encargada de ir poniendo lascanciones.
—anuncióFrida,paravariar.—¿Algunatienepensadayauna?—preguntóBea.
—propuso Susana sin arriesgarse mucho; era la queellahabíabailadoenelcasting.
Lucíaplanteóescogermejorunacanciónnuevaentretodas,queningunahubierabailadoensuprueba.A lasdemás lesparecióunagran idea.Ahora faltabaporvercómoseleccionarlaentrelasdocenasqueteníaelcantante.
—¿YsicadaunaapuntaenunpapellascancionesquemáslegustandetodoslosCDylasvamosponiendo?—formulóBea.
—¡Eresunacrack,tía!Bienpensado—exclamóRaquel.Beasonriótímidamientrasselevantabaaporunalibretaycincobolis.Después
fuerepartiéndolosacadauna.
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—¿Qué limite tenemos? —preguntó Susana—. ¿Ponemos que cada una elijacincocanciones?
—respondióFrida.En unos pocos minutos, las chicas ya tenían su lista de canciones apuntada y
Fridafuerecopilándolas.Empezóareproducirlasunaauna,yloscomentariosfuerondelomásvariados.
—Esaesunpastelazo…—sequejóFridade«Baby»,queaLucíanoleparecíamaldeltodo.
—¡Comosilasdemásfueranlafiesta!—señalóSusana.—Ya,peroesqueademásestámásvistaqueeltebeo,tía—lasiguióRaquel.—Laverdadesquepodíamos innovarunpoquito…—ledio la razónBea,que
parecíabastanteafínaRaquel.Al escuchar las canciones, Lucía imaginaba los pasos que había comenzado a
planearparalacóreo.Perocadaunadelaschicassedejaballevarporlamúsicaasumanera.Devezencuando, sonabaungorgoritodeFrida,queerabuenadeportistaperoquenoteníamuyporlamanoesodeentonar.NocomoBea,quelohacíamuybien,aunquebajito,paraquenoselaoyera.Susanamovíalacabezaarribayabajorítmicamente,yRaquelbailabaenelsitio.
—se le escapó a Bea cuando escuchaba la letra de«OnlyThingIEverGetforChristmas».
—objetóLucía.Cuando sonó «One Time», la primera que sacó el cantante, Raquel la rechazó
porqueenesaJustinparecíauncrío.—Claro,mejorquecantecomoelhombrequeesahora—seburlóFrida.Lucía había hecho su lista pensando en las canciones que le recordaban a
momentosúnicos,y,cadavezquesonabaunadeellas,eracomosilosreviviera.Elúltimo día de clase antes del verano de hacía un par de años, por ejemplo, era«FavoriteGirl»,yquisocompartirloconlasdemás.
—Ay, sí, qué buenoooooo —soltó Frida—. Estábamos en la piscina de miurbanización…
Aquellatarde,Marta,Frida,LucíayBeasededicaronabeberCoca-Colasinfinmientras se tostabanal sol, con lamúsicadeLos40Principalesde fondo.Cuandosonó«FavoriteGirl»subieronelvolumenylascuatrosepusieronabailaryacantaragritopeladosobresustoallassinimportarlesquetodoslosvecinosdelacomunidadestuvieranasomadosasusterrazas.
LaschicasserieronySusanacomprendiólasensación:—Eslomejor…Saberquenohabráquevolveralcolegioentresmeses.—Cerró
losojoscomoimaginandoeseúltimodíadeescuela.
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—¡Yatedigo!—exclamóFridaconlosojosmuyabiertos.—Amí con esa canción también seme pone la piel de pollo, tía—reconoció
Raquel.—Degallina…—lacorrigióSusana.—No, no, es de pollo, estoy segura.Me recuerda aAlba,mimejor amiga. Se
marchó a vivir aNuevaYork hace un año y la echo demenos cantidad—insistióRaquel.
—Teentiendoperfectamente—respondióBea.Entre las tres explicaron a las nuevas lamarcha deMarta y el objetivo de ese
viajeaBerlínquetantodeseabanganar.Cadavezteníanmáscosasencomún…Mientrassonaba«DrummerBoy»,Susanaleshablódesullegadaalaescuelaa
mitaddelaprimeraevaluación,ydeloquehabíadejadoenlaotra.—¿Cómoesquetemudastecuandoyahabíaempezadoelcurso?—lepreguntó
Lucía.—Unaprofesorayyononosentendíamos.Despuésdemetermeenalgunoslíos,
acabaronechándomedelaescueladefinitivamente.—¡Perosieressúperlista!—seleescapóaLucía.—Gracias—sonrióSusana—.Peroesoeslodemenoscuandotehascoladoenel
comedorpararobarlameriendadelospequeños;ohashechocampanaytepillanlanotafalsadetumadre.Ypodríaseguir…
—Erasunamalota—seleescapóaFrida.—Poresoahoramecomporto.Bastantemallohapasadoyamipobremadre…—Lafamiliaesuntemaespinoso…—soltóLucía.Lucíasesentíamuycómodaenesecorrocadavezmásunidoy,aunquelafamilia
erauntemaquenolegustaba,hablódelasuya.LomismoqueFridaexplicócuálerasu infierno personal: su hermano Dani, quien cogía el teléfono siempre que ellahablaba y le daba pellizcos de vaca cuando estaba distraída.Bea no tenía nada encomún con sus dos hermanosmayores,Marcos y Pablo, uno un borde, el otro unviciadode laXbox.Los problemasdeRaquel veníande su hermanamayor,Rosa,queaunqueestabaenlauniversidadynovivíaencasa,seguíafastidiándolacomosilo hiciera; la pequeña, Carla, era una mimada pero tampoco la molestaba mucho.Susanasoloteníaunhermano,Aitor,unañomayorqueella,perosellevabanbienynodiscutíanmucho.Sídiscutíamásconsupadre,quecriticabacadadíasuformadevestirysucomportamientopasado.
Así,lascancionesfueronsonando,almismoritmoquesushistorias…
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—«AllIWant isYou»aladeuna,«AllIwant isYou»aladedos,«AllIWantisyou»aladetres…¡Aprobada!—anuncióLucía.Erayamediamañanayacababandeponersealfindeacuerdo.
—Vayaunacanción…—sonódeprontolavozprofundadeMarcos.La intromisión del hermanomayor deBea
las sobresaltó a todas. Tenía diecisiete años apunto de los dieciocho, y jugaba de pívot albaloncesto,poresomedíacasidosmetrosysusmúsculoseranalargados.Teníaelpelocastañode punta y los ojos tan verdes como los de suhermana. Bea saltó rápidamente de su sitio yfueaporsuhermanoparaempujarlocontodassus fuerzas hacia las escaleras para que semarchara.
—¡Nopuedesestaraquí!—leechólabronca.PeroMarcossezafódeella:—Memandamamáparaserviros,asíquenotequejes.LucíavioqueFridaseponíamuyestiradaensusitioycerrabalabocacomoun
mimo.—¿Tepasaalgo?—lepreguntóconmediasonrisa.—Chissst—lecontestóella—,calla,nomeavergüences.LoquelepasabaaFridaeraquebebíalosvientosporMarcos.Senotabasobre
todoporqueéleralaúnicapersonaqueconseguíasilenciarla.¡Parecíaqueselehabíacomidolalenguaelgato!
ALucíaseleescapólarisayFridaacabóporenfadarse.Sepusodepieysealejódeella.Elintentolesaliófatal,pues,alverla,Marcoscomenzóahablarle:
—Venga,Frida.¿Quéquierestomartú?—preguntóconvozseca.Fridasequedóparalizada,comosihubieravistounfantasma,yMarcoslamiraba
extrañado,comosilamuchachaestuvierap’allá.—Esqueestáafónicadetantocantar…—mintióLucíaparasalvarleelcuello—.
PerounsándwichdeNutellaestaríabien,gracias.FridaseloagradecióyMarcospusolosojosenblanco.Despuésfuepreguntando
a las demás qué querían, ¡no tenía toda la mañana! Todas acabaron pidiendo lomismoyéllasacusódeaburridas.HastaqueMarcosnosehubomarchado,Fridano
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volvióasentarseensusitio:¡estabarojacomountomate!Eraelcentrodetodaslasmiradas.
—¿Vuelvesatenervoz?—bromeóLucía.—Qué graciosa… —respondió Frida
tapándoselacara.Despuéscompartiócontodassugransecreto:
llevaba soñando con Marcos desde que era unañajadesieteaños.
—No entiendo cómo puede gustarte mihermano,conlobordequees…
—Cada una tenemos nuestros gustos…AmíJaime me hace tilín, por ejemplo, y eso que lesacomediometro—confesóRaquel.
—¡¿JaimeelamigodeEric?!—seleescapóaLucía.
LesexplicólosucedidoconMarisaylanota.Efectivamente,todasestabanaldíadelosrumores.
—EsatíaescomoCruelladeVil,perosincanas—soltóRaquel,ytodasserieron.Bea recordó que también ella se presentaba al concurso con sus Pitiminís y
Susana dijo haberlas visto ensayando en el recreo, luciéndose con sus pasos deaerobicdelantedetodos.
Depronto,Lucíasepusodepieytodasselaquedaronmirandoextrañadas.—TenemosqueempezarYAlosensayos—anunciócomosi lehubieranechado
uncubodeaguafría.Notabacomounsubidóndeadrenalina.Seacababadedarcuentadequenohabía
tiempoqueperder.Llevabadossemanasdandovueltasaideasparalacóreo.Ahorateníanelgrupomontadoyhabíallegadoelmomentodecompartiryaportarcosas.
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—Nopodemosdejarlasganar—admitióSusana.—¿Estásdebroma?Esonovaapasar…—añadióFridaponiéndoseenpie.Una a una, las chicas fueron levantándose del suelo. Todas querían lomismo:
ganar.Lucíacomenzóaexplicarloquellevabapensadoparaelbaile.—Todavíanoestáacabado,porquehastahoynohabíamúsica,perolacosairía
así…Empezaríantodasenelcentroyluegosesepararíanparahacercadaunalosuyo,
comomezclandolosdistintosestilos.—Túpodríashaceresoquehicisteenlaprueba…—ledijoaRaquelmoviendo
losbrazos.YdespuésaSusana—:Ytú,moverteconesaagilidad…Cadaunafueaportandosuestiloysucarácteraaquelbailequedebíallevarlasa
lavictoria.JUNTAS.
De:Marta([email protected])Para: Bea ([email protected]), Frida ([email protected]), Lucía
(let’[email protected])Asunto:¡Quéduroeshacerturismo!Adjunto:muertayenterrada.jpg
¡¡¡¡¡¡«AllIWant»molaaaaaaaaa!!!!!!Habéiselegidomuybien .
Yo me he pasado el sábado haciendo turismo con mis padres y este es elresultado…Quéhorror,¿eh?Melahahechoelgraciosodemipadreydicequeasíyatienealgoconloquechantajearmecuandonoquierahacerloquemepide.Estospadres…
Missu,ZR4E
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Elgrupodebaileencajabaperfectamente.Lucíaestabacomosisehubieraquitadoungranpesodeencima, comosi sedeshicieradeunadeesasmochilasque teníaquellevaralasexcursionesyque,sacodedormirincluido,pesabantoneladas.
Parecía que se habían encontrado en el momento oportuno. Raquel se habíapasadolavidajugandoavóleyyestudiando,asíquecasinoteníaamigas.NienlaclaseB,queeraalaqueiba,nienningunaotra.YcomoSusanasehabíatrasladadoamitad de evaluación, tampoco había tenido mucho tiempo de conocer a la gente.Ahora, las tenían a ellas y, en poco tiempo, se habían acostumbrado a compartirmucho:elolivoen los recreos, lamesaenelcomedor…Yelbaile, claro.Elbaileestabasiempreensuscabezas.
Habían pasado dos semanas justas desde que hicieran esa primera sesión en labuhardillay,desdeentonces, siemprequepodían,buscabanun ratoparaensayareltrozo nuevo de la coreografía. La profeMaite eramaja y les prestaba el gimnasiocuandoestabalibre,quesolíaseralmenosunpardedíasporsemana.PrimerodelaESO era exigente y tenían exámenes todas las semanas, lo que significaba que noexistían los sábados para ensayar, solo para estudiar. Además, gran parte de losdomingosFridayRaquelteníanpartido…
Lucía se estaba retrasando un poco con el montaje de la córeo por estudiar
demasiado.Perosiqueríasalvarsedel noteníamásremedioquehincarloscodos.Asíqueintentabaponerselacanciónde«AllIWantisYou»unayotravezmientrasestudiaba,paraversialavezleveníalainspiración.Nohabíapensadoque laspersonascon lasqueconvivíapodíanno ser tan fansdeJustincomoella…
Esesábadoporlatarde,sumadreacabóporrebelarse.Segúnparecía,lasparedesdesucasanoeranloquesedice…gruesas.UnadelastrescientasvecesqueLucíadioal«Play»ensuequipodemúsica,sumadreacabóabriéndolelapuerta:
—¿Qué?—lepreguntóLucíamolesta.—Quenoestássolaymevasavolverloca.Además,¿notienesqueestudiar?—¿Quétecreesqueestoyhaciendo?—leseñalóellibroabiertoLucía.—Sí,seguroqueasíestudiasmucho…Diezminutosylaapagas.Sumadre se dio la vuelta y salió de allí. No tardaron en empezar a sonar sus
gritos a través de las paredes… ¡por encima de la música! Había llamado a supadre…
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Comono teníaganasdediscutir,escribióa laschicasa travésdelgrupoquesehabíancreadoenelWhatsAppporsiqueríanquedarenunrato.Lohabíantitulado«GrupoGanador»,yteníanpuestaunafotodeJustinBieberconsugorra.Todassemostraron predispuestas a verse. Vale que tuvieran exámenes y que no pudieranensayar,perosípodíanhacerunhuecoparadespejarlamente.
Lucía se animóa estrenar al fin los taconesque le regalóLorenaporNavidad.Salióconunasbailarinasyselospusoenelportaldesucasa,paraquesumadrenosealborotaramástodavía.Encuantolosvieron,laschicassedeshicieronenhalagoscomentando lo bien que le quedaban. ¡Por lomenos, ya no era lamás bajita!Asíestabanalgomásequilibradas…HizounafotodegrupoyselamandóaMarta,paraquetambiénloviera.
«¡Chachi! »,respondióella.Primero pasaron por la plazoleta de detrás del cole, para ver si paraba por los
bancosalguieninteresantedesuclase.LucíapensabaenEric,paraquéengañarse…Peroesedía, talcomoesperaba,nohabíanadie,porqueEricseguíaenfermoconlaenfermedadesadelbeso.AsíquesefuerondirectasalcineaverlaúltimadeMaxiIglesias.
Estaban haciendo cola en las taquillas cuando, mucho másadelante, distinguieron a Marisa con sus Pitiminís comprando susentradas.Lucíaseparóenseco.
—Socorro.Quenomevea…—Yotecubro—seofrecióRaquelponiéndosedelantedeella.Era
losuficientementealtacomoparataparlaentera.—Novasola—anuncióSusana.—Quépendón—dijoBea.AhoraMarisa se adentraba ya en el cine con sus entradas en la
mano. La acompañaban unos chicos que a Lucía no le sonaban denada.
—Porfavor,quesemetanenotrasala,porfavor…—suplicaba.Sus plegarias fueron escuchadas y Marisa se metió en una sala
donde daban una peli americana.Lucía se frotó la frente con lamano en señal dealivioypasóelrestodelacolahastalataquillamuchomástranquila.
La peli y las abdominales del protagonista la distrajeron de todos los follones.Pero,cuandoacabóyllegóelmomentodesalirdelasala,pusoatodasalerta:habíaque evitar a toda costa encontrarse con Marisa y su séquito. No tenía ganas deenfrentarseaellaenesemomento.Asíquesepusieronmanosalaobra:esperaronaqueelcinesevaciaraporcompleto, loscréditoshabíanacabadohacíarato,yFridafue a hacer guardia a la puerta. Se asomó ymiró a un lado y a otro con el brazolevantado.Alfinallobajóparadarlaseñaldepaso:teníanvíalibre.
Lucía salió de la sala acompañada de las demás y, justo cuando pasaban por
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delantedeloslavabos,oyólavozquemásdetestabadelplaneta:—Puedes esconderte todo lo que quieras. Al final tendremos
quevernoslascarasigual—ledijoMarisa.Las otras la siguieron obedientes cuando pasó por delante de
ellaconsuandarprovocativo.—Yo no tengo que esconderme de nadie —respondió Lucía
consciente de que eso era precisamente lo que había hecho—.Comositetuvieramiedo…
—Quizá deberías… —Marisa soltó una carcajada y siguióavanzandohacialapuertadelacalle.
Allílaesperabanlosmismoschicosdeantes.Juntossealejarondelcinesinmiraratrás.
De camino al burguer, dedicaron toda clase de insultos a suarchienemiga, lo que la hizo sentir mejor. Para cuando se sentófrente a su hamburguesa con queso y un cubo de refresco, ya sehabíaolvidadodeMarisaydesusmaldades.Noibaadejarqueleestropearasutardelibre.
—Lomejordelapeli,losojosdeMaxiIglesias,tía—soltóRaquelconlapajitaentrelosdientes.
DijoqueseparecíanalcolordelmardelCaribe,porqueeraigual de transparente. Después, se puso a explicar por qué elagua era verde o azul. Raquel tenía esa manía debido a lacantidaddetelequesetragaba:leencantabanlosprogramasdeCallejerosViajerosylosdocumentalesdelDiscovery.EldíaqueLucíalodescubriófueenelcomedordelcolegio.Lespusieronpaella de primer plato y, con una gamba enana pinchada en el
tenedor,Raquelexplicóqueestasnacíansiendomachosyque luegocambiabandesexo solas, por arte de magia. Todas se la quedaron mirando como si estuvierachifladayellasolodijo:
—Supongoqueporesonotengomuchasamigas.Seacabaronriendojuntas.Desdeentonces,cuandoellaexplicabaalgodidáctico,
lasdemásrespondíanconalgunapreguntaparapicarla.PoresoFrida,sentadajustodelantedeellaenelburguer,lepreguntó:
—Nena,¿quieresserexploradora?—Nolosé,quizá,¿por…?—Pues empieza explorando esto —respondió Frida estampándole media
hamburguesaenlosmorros.Raquelempezóareíryseatragantó,ycasiescupiópartedesuCoca-Colasobre
Frida,perosecontuvo.—Amí,mientrashayaamor,cualquierpelimegusta…—confesóBeadepronto.—¡Quéfifíeres!—seburlóFrida.
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—Ytúunamarimacho,notefastidia…Fridasequejódequeaellanolegustabansololaspelículasdeaccióncomoalos
chicos,tambiénleencantabanlaspolicíacas:—Tepasaslapelículabuscandopistas.—Ysiluegoaciertasconelmalotesientessúperlista—lediolarazónSusana.—¡Sastamente!—Casisiempresondelomásprevisibles…—lesllevólacontrariaBea.FridaarremetiócontraBeaotravez,diciéndolequequésabríaella,sisoloveía
sensibleríastontas.Alfinal,Lucíaintervino:—¿VoyatenerquehablardeTienesune-mail?—lepreguntó.Clavó los ojos en ella, para que pensara bien su respuesta. Se hizo el silencio
duranteunossegundos.—Cuenta,cuenta—lorompióBeaexcitada.Frida entrecerró los ojos y cabeceó para quitarle importancia a lo que estaba a
puntodecontar.—Esapelículaesunclásico,medaigualloquedigáis.—¡Porfavor…eslacosamásñoñaquesehahechonunca!—sequejóLucía.RaquelySusanasemantuvieronunpocoalmargendeaquelladiscusión.—No lo es tanto—se justificó Frida—. Tom Hanks tiene mucha gracia, y la
libreríadeMegRyanesunapasada…¡Hastayoviviríaenella!Fridaseentretuvoexplicandoquehabíavistoesapelículaporprimeravezconsu
madrehacíavariosaños.Eralaúnicacomediarománticaquelegustaba,tampocoeraparatanto…NoeracomoBea,queSOLOveíaeso.
—No haymás que ver los calcetines que llevas hoy. ¿Es que quieres dejarnosciegas?—lachinchó.
—Queteden,Frida.Cadaunaescogesuscomplementos.—Amíelrosachiclemepareceuncolorvaliente—dijoentoncesSusana.—Gracias,amímegustantusanillos—respondióBeaseñalandolostresanillos
deplataqueSusanallevabaenlasmanos.—Sí,¿quiéntelosregaló?—lepreguntóLucíaqueestabasentadajustoenfrente
yllevabaunratofijándoseenellos.Resultó que cada uno tenía su historia: el de los tres aros unidos se lo había
regalado su madre por su décimo cumpleaños; el de la piedra negra se lo habíacomprado ella enunmercadillo con suprimerapagay el otro, que tenía formademariposa, se lo había encontrado en el metro, lo había limpiado y se lo habíaquedado.
Depronto,unchicoaltoymayorqueellasseacercóalamesaparalizandotodaconversación. Llevaba pantalones y chupa de cuero. Las chicas se miraronextrañadas,hastaquesedieroncuentadequeBealoconocía:
—¿Quétal,Diego?EraunamigodeMarcosylepreguntóaBeaporél.Hacíadíasquenoleveíael
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pelo porque se pasaba la vida estudiando y jugando al baloncesto. Bea prometiórecordarleasuhermanoquelellamarayDiegosemarchópordondehabíavenido.
LucíamiróaFrida,queestabacalladayconlasmejillasigualdeincendiadasquesihubierasidoelpropioMarcosquiensehabíaacercadoaellas.
—¿QuépasaconMarcos?—lepreguntóLucíadepronto.—¿Quépasa?—Sededicóasorberrefrescodesupajitaevitandomirarla—.Que
estáestudiando,¿no?—Notehagaslatonta,anda.Algotienesquehacersitantotegusta…—sequejó
Lucía.Pero Frida estaba convencida de queMarcos jamás se fijaría en ella porque la
veíacomoaunaniñapequeña.—Eso es porque eres amiga de su hermana pequeña —la corrigió Susana
señalandoaBea,quienasintiódándolelarazón.Loque teníaquehacerFridaerahablar conélundíaparademostrarlequeera
todaunamujer.—¡Perosimequedomáscalladaqueuntrozodemaderacuandoestádelante!—Esotambiéntienesolución…Susanaexplicóelplanqueellahabíapuestoenprácticamásdeunavez.Entre
todaspodíanpensar enunas cuantas frases queFrida tendría quememorizar.Cadaunasobreuntema.Tampocohacíanfaltamuchas,diezmásomenos.Así,lasiguientevez que Frida lo tuviera delante se las podría ir soltando dando pie a unaconversación en toda regla. Susana estaba segura de que en cuanto él descubrieratodoloqueteníanencomún,dejaríadeconsiderarlalaamigadesuhermanitaytodoiríacomolaseda.
—¿Túcreesquefuncionará?—lepreguntóFrida.—Nolocreo,losé.Susanasiempreparecía tanseguradesímismaqueconseguiríaconvenceraun
caracoldellevarparaguas.—¡Horadelhelado!—exclamóFridadepronto.TodassepusieronenpieobedientesysalierondelburguerconFridacomoguía.
IbanaunaheladeríaqueestabaunaspocascallesmásabajoyquehacíaelheladodeyogurmásricodetodaBarcelona.
Decamino,comenzarona surgir ideasparaelplanquecambiaría la imagendeFridaanteMarcos.Juntasloconseguirían:
—PuedeshablarledelúltimopartidodelBarça—dijoRaquel.—PeronodelaspiernasdePiqué—resolvióLucía.Todasserieronantesdeseguirpensandomástemaspotencialmenteinteresantes.
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Había llegado el 14 de febrero, día de San Valentín. Las chicas se desesperaban
esperandosutarjeta,loschicosseponíannerviososporentregarlas.Enlaprimerapausaentreclasesdelamañana,Fridalascogióatodasporbanday
anunciótodaexcitada:—Mehallegadounatarjetaanónima…Sacódesumochilauncorazóndecartulinarojoydentroponía:—FelizSanValentín,Frida.Noestabafirmada.—Nodamuchaspistas…—soltóSusana.—Ni idea de quién puede ser.La tenía en el cajón del pupitre estamañana—
confesó Frida con voz solemne—. Me siento vigilada… —Dirigía sus ojosdemasiadoabiertosaunladoyaotro.
—Déjatellevar,tía.Yasabesquetienesunadmirador,puesdisfrútalo…—ledijoRaquel.
—Eso. Otras nos tenemos que conformar con la tarjeta de nuestro padre —protestóBea.
Fridasonreíadeorejaaorejacuandoentraronenclaseytomaronasiento.—¡Semeolvidaba!—exclamócorriendohaciaelsitiodeLucía.Leentregóunsobreconunatarjetadentroylaavisó:—MehapedidoqueteladéymehadadopenaelpobreBola…LucíaseencogiódehombrosyabriólatarjetaqueDani,elhermanodeFrida,le
enviaba.Porlomenoseraoriginal:salíaDarthVaderylareinaAmidalacogidosdelamano.
—Esgenial—serió.—Vaya,semehanadelantado—sonólavozdeToniasuespalda.Veníaaentregarleunatambién.DespuéslediolasuyaaFrida.Noeraporquele
gustaranninadaparecido:todoslosañosToniregalabaunatarjetaatodaslaschicas
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delaclase.ComosifueraCasanova…Lucía cogió la invitación de Toni sin mucha emoción. Se trataba de una rosa
metidaenuncorazónyponía:«Unarosaparadecir…¡felizSanValentín!».Lediolasgraciasylaguardóenelcajón,juntoconladeDani.Laúnicaqueella
queríarecibirnollegaría.Ericseguíaenfermoysindarseñalesdevida.Nisiquieraactualizaba su estado en el Tuenti. No había escrito nada en su perfil desde hacíasiglos.Puessíqueeradestructora laenfermedadesadelbeso…DelejosviocómoToniledabatambiénsutarjetaaMarisa,quellevabaenlamanoyaunbuenmontónconlasochomilquecadaañoleregalaban.QuizáentreellastambiénhabíaunadeEric.Lucíasacudiólacabezaparaquitarseesaidea.
Ese día pasó como cualquier otro. Con la excepción de que Frida no paró desospechar de todos los chicos del colegio.Cada vez que uno lamiraba de refilón,corríaaLucíaylepreguntaba:
—¿Seráese?PeronadieconfesónadaysefueronacasaconlaideadequesuValentíneraun
pococobarde.El miércoles, después de comer, el gimnasio estaba libre y las chicas
aprovecharonparaensayar,comoveníanhaciendoenlastresúltimassemanas.Adiferenciadesuacademiadedanza,comoallínohabíaespejo,Lucíaprefería
quedarsefrentealaschicasenplanmonitora.Asíestudiabasuspasosyellastambiénpodíanverlamejor.Secompróunsilbatoy,agolpedeexpiración,lesmarcabaunoaunolospasos.
—Frida,cuandolevanteslosbrazos,cuidadodenosacarleunojoaRaquel—leadvertíaLucía.
—Claro,comolohagoapropósito…—Mástevalenodejarmeciega,aversitevoyadejaryoatimuda.—¡Esoseríalopeor!—bromeóFridadivertida.Lucíaserióydiounaspalmadasparaatraerlaatencióndelaschicas.—Muybien.Despuésdelgiro,tenéisquedoblarlaspiernasymoverosdelado,
primeroalaizquierda,despuésaladerecha.Ymientrastanto…Lucíaseentretuvoenexplicarelpasootravezydespuésobservócómoellaslo
practicaban. Todavía faltaba tanta córeo por planificar… Además, había algunospasosque llevaban ensayandodesde el principioy todavíano salían.Frida lohizobastante bien, yRaquel y Susana también, peroBea, cuando fue a dar el salto, secayódeculo.
—Porlomenos,deahíyaseguroquenotecaes…—seburlóFrida.Lasdemáslerieronlagracia.
—Ja-ja,quéchistosa—respondióBealevantándose.—Venga,otravez—laanimóLucía—.¡Estotienequesalirhoy!¡Vengachicas!
Uno,dos…
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Volvieron a repetir el paso peroBea se equivocó de lado en el giro y, aunqueentoncesnoacabóenelsuelo,sílohizomirandoalladoopuesto.
—Bea,llevamosdíasconestepaso.Noestandifícil,venga—ledijoLucía,queempezabaaponersenerviosaconlostiempos.
—Mira, Lucía, no me sale, lo siento… ¿No podemos cambiarlo por uno másfácil?
NoeralaprimeraexcusaqueponíaBea.Yalehabíadichoqueestabacansadayque le dolía el tobillo.Así queLucía se daba cuentadeque el problemano era elpaso, si no ella, que no quería esforzarse.Le suplicó que lo repitiera una vezmásantesdedarseporvencida.PeroestavezBeavolvióacaerseysequedópanzaarriba,rendida.
—Mira, como las cucas —bromeó Frida poniendo las manos hacia delante ymoviéndolas,comosifueranlaspatitasdeunacucaracha.
Lasdemásseestaban tronchando.TodasmenosBea,quesepusodepiecon lamanoenlaespaldaylacaraavinagrada.
—Yonoleveolagracia.—Venga,Bea,noesparatanto—ledijoLucía.—Estoyhartadequeosriáisdemí.Claro,vosotrassoistodasperfectasyossale
todobien.Dejadmetranquila.Bea recogió subolsadedeportey sin cambiarse semarchóde allí.Lucía se la
quedó mirando con ojos como platos… No se lo podía creer: ¡las había dejadotiradas!Y todoporqueno le salía unpaso.En la academiade danzapracticabas ypracticabashastaque te salíabien. ¿EsqueenelLiceonoera igual conelviolín?¿QuélepasabaaBea?
—Se ha pasado tres pueblos—se quejó Lucía dolida—. Hago virguerías paraplanificarlacoreografíayelladecidemarcharseenmitaddeunensayo.
—Noselotengasencuenta,yasabesquelecuesta…—leaconsejóSusana.—Yquizámehepasadounpococonlasbromitas—seexcusóFrida.El timbresonó.Lascuatrosecambiaronelchándalporeluniformeycorrieron
cadaunaasuclase.ElPapudoyaestabaescribiendoenlapizarracuandoLucíaabriólapuerta.—Parece que estamos flojas de oído—dijo como con sorna. Por lomenos, no
parecíaquefueraaponerlesunnegativo…Lucía tomóasiento.Se sentómuy rectayatentaparano llamar la atención:no
habíahecholosdeberesqueleshabíapuestoellunesy,comolasacaraalapizarra,loiba a tener claro. Entre la córeo y una redacción de inglés de esa mañana, habíatenidoqueelegirpasardelasmatesporundía…
«¡Maldita sea!», pensó y casi se le escapó.Obedeció y caminó al frente de la
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clase evitando mirar al profe a los ojos. De reojo vio cómo Marisa sonreía conmaliciadesdesusitio,yLucíasepusomásfuriosatodavía.¿PorquéelPapudonolallamabaaellanunca?
—añadió el profesor de pronto,comorespondiendoasusplegarias.
Apuntoestuvodedarleunabrazo,pormarcianoqueesopareciera.Erasuturnode reírse: Marisa no era ninguna experta en matemáticas. Tampoco Toni sabía adóndemirar.
Lucíasecentróensuejercicioysepasóunratomirandolosnúmerossinsabercómo ponerse. Le había entrado un calor terrible. Por el rabillo del ojo vio cómoMarisaresolvíasuproblema.RespiróaliviadaaloírcómoelPapudolepedíaquelorepitieraporqueestabaincorrecto.
Cogióla tiza, laapoyóenlapizarra,ysepasóasíunrato.Depronto,notóunavibración en el bolsillo derecho de su chaqueta. ¡Glubs! Con las prisas se habíaolvidado de dejar el teléfono en el cajón. Aprovechando que el Papudo echaba labronca aToni,miró sumóvil conmucho disimulo: ¡Susana le había escrito por elWhatsAppelresultadodelaecuación!
Copió rápidamenteel resultadoen lapizarrasinqueelPapudosedieracuenta.Cuandollegósuturnoyelprofesorcomprobóquesuejercicioestabacorrecto,dijo:
—Yellaporpocosedesmayadelaimpresión.LomejorfuelacaradeMarisa,quedebiódeinsultarlamentalmentedetodaslas
manerasposibles.Al acabar la clase,Lucía corrió aSusanay la abrazóhasta casi ahogarla. ¡¡¡Le
habíasalvadolavida!!!NisiquieraleimportóqueMarisalallamaratramposa.EnelpasilloseencontraronconRaquely,juntas,fueronalaclasedeBea,para
aclarar lo sucedido durante el ensayo. A Lucía ya se le había pasado el enfado ysuponíaque a ella también.Pero cuando se asomóa la claseC, loquevio ladejópetrificada…
BeaestabahablandoconMarisaensumesay,loqueerapeor,selaveíacómodaycontenta.Aldistinguirlasa lo lejos, lasmiróunsegundoantesdegirar lacabezadesdeñosa;lesdiolaespaldaysiguióhablandoconlaPitiminí.Fridafueaentrarparapedirleexplicaciones,perolaprofedeplásticallegabaenesemomentoylasechódeallí.
—Siellasehavueltomuda,yotambién—resolvióLucíamuymosqueada.Lasdemáscreyeronque todoerauna tontería.SeguramenteBeaestabamolesta
por las bromas y al día siguiente ya se le habría pasado. Era un enfado ridículo,tampocopodíadurarlemucho…
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Alacabarlasemana,LucíanopodíacreerqueBeasiguieraenfadadaconellas.Losdías ibanpasandoynada.Eracomosiestuvieraviviendounreality sobre cambiosradicales.
Desdequesemarchódelensayo,sehabíadedicadoaevitaralaschicasentodaspartes.Cadavezquesecruzabanensucamino,ellagirabalacaraenotradirección;direcciónenlaquenormalmenteestabaMarisaconsuséquito.Parecíaqueenpocosdíassehabíanhechoamigasinseparables.UndíaRaquelhizoelgestodesaludarla,¡yBeahizocomosinolaviera!Porsifuerapoco,tambiénlashabíabloqueadoenelTuenti…
Ya no la veían ninguna mañana antes de entrar en clase, ni tampoco en losdescansos.Marisahabíacogidoporcostumbrepasarelratosentadaensumesa,hastaquesonabaeltimbreyvolvíaasuclase.Lahoradelacomidaeraotrodrama,puesBeasesentabaenelcentrode lamesade lasPitiminís,comomiembrohonorífico.Todoerademasiadoinsólito,demasiadoimposibledecreer…
Elsábadotuvieronqueanularelensayoquehabíanprevisto,pueslabuhardillaerasuya.EraademáselsábadodeCarnaval,fiestaquelaschicashabíancelebradojuntasdesdequeseconocían.Conelajetreodelbaile,nohabíanpreparadodisfraces,perosuplanparaeseañoerasencillo:pintarseunasojerasyloslabiosrojosangre,ponersepelisdevampirosenlabuhardilla,ehincharseapalomitasychucheshastaempacharse.TambiénesotuvoqueanularseporqueBeaseguíasinhablarles…
Lucíapasóelfindeconsupadre.Aitanaseportócomounabuenahermanaynose despegó de ella en los dos días, como si supiera que estaba preocupada. LucíaestabablandayladejóquedarseensuhabitaciónmientrasreproducíaelCDdeJustinunayotravez.Lapequeñajallegóadarlealgunaqueotraideaaprovechable,yacabóaprendiéndoselacancióndememoria,comonuevafandeJustin.Peroellayadudabadequepudieranseguirconelbaile…yconelClubdelasZapatillasRojas.
ElmartesdeCarnavalsucolegiocompetíaconotrosdelbarrioenunconcursodedisfraces.Perosoloeracosadeprimariaybásica,yellasyaestabanenlaESO.
Porlamañana,despuésdelrecreo,Fridaentróenlaclaseponiendoelgritoenelcielo.Contó que se acababa de cruzar conBea en los lavabos.Aprovechando queparecíaestarvacío,habíaintentadohablarconellaperoBeahabíapuestolosojosen
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blanco(gestomuypitiminiano)y lehabíapedidoquesemarchara.EnseguidasalióMarisadeunodeloslavabosparaecharlatambién.Porsuerte,Fridadecidiócerrarelpico, si no, se hubiera armado la gorda. Lucía estaba empezando a perder lapaciencia,porqueveíaqueelenfadodeBeaera totalmentedesproporcionadoy lesestabahaciendodañoatodas.
Enelcomedor,alverlasentadajuntoasusnuevasamigas,enlaotrapunta,algoestallódentrodeLucía.
—Esatíaeslopeor,comounpulpoquemanipulatodoconsustentáculos—soltóRaquel.
—Despuésdetodoloquenoshahecho…¿Cómosepuedehacersuamiga?Lucía estaba pensando en todos los insultos que les había dirigido la Pitiminí.
Tambiénensuúltimahazaña,laderobarleaEric,queyanohabíaningunadudadeque fuera cierta: los rumores decían que incluso lamadre de él la adoraba y se lallevabadecompras.Parecíaquelasmalasnoticiasnoveníansolas…
—Aquí hay gato encerrado…—anunció Frida—.Tenemos que hablar con ellacuandolaotranoestédelante.
—Puessí,porqueMarisaleestácomiendolacabeza,seguro.Cuandoseproponealgo,haceloquesea…—advirtióSusana.
Había oído por ahí que Marisa consiguió que un profesor expulsara a unacompañerasoloporquenoquisodejarlecopiarenunexamen.Yhabíamilhistoriascomoesa.
—PeroBeatampocoestonta—protestóLucía—.Además,heoídoquevaahaceruntrabajodetecnoconunadelasPitiminís,loquesignificaquetendránquequedarfueradelcolegio.—Lucíasequedóparalizadaantesdeseguirsuponiendo—:¿Selallevaráanuestrabuhardillatambién?
gritóFridacomosihubieravistounfantasmaoalgopeor—.Nosigasporahí.SeguroqueselohainventadotodoMarisa—insistióFrida.
—Sí,yotambiénlocreo.SeaprovechadequeBeaestádolidaconnosotras.Porlasbromas,porquenolesalenlospasos…—dijoSusana.
—Entonceshablaremosconellahoymismo.LucíaviocomoMarisalepasabaelbrazoporloshombrosaBeaylospelossele
pusieroncomoescarpias.—Nosvemosenelolivo—anuncióantesdecogersubandejaymarcharsedeallí.Cuandolasdemásterminaronsucomida,sereunieronenelrecreoytrazaronun
plan.Beaestaba siendoabducidapor lasPitiminísynopodíanquedarsedebrazoscruzados…
—Fridayyonosencargamosdehablarconella—anuncióLucíadepiedelantedetodas,quelamirabanexpectantessentadasenelsuelo.
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Alzóeldedoenelaireparadarénfasisaloqueestabaapuntodeanunciar.—Vosotras tenéis que entretener al Chorreras, ¿vale? —señaló a Raquel y a
Susana.Ellasaceptaronlamisión.El plan era el siguiente: diez minutos antes de la hora correrían a las clases.
Disimulando en el pasillo, esperarían a queMarisa dejara aBea a solas, que seríajustocuandosonaraeltimbre.EntoncesentraríaLucíaahablarconella,ylasdemássequedaríanfueraparaquecuandollegaraelprofedemúsicapudieranfrenarlo.ElChorreraserabastantemajeteylegustabaquelehicieranpreguntasdesuasignatura.Cuando explicaba algo no tenía prisa en acabar. Así seguro que Lucía y FridacontaríancontiemposuficientedehablarconBea.
PerosonóeltimbreyMarisaseguíasinmoversedelamesadeBea.Seestabanponiendohistéricas…
—¿Quélecheshace?Nonosvaadar tiempodenada…—sequejóLucíaentredientes.
Al fin, oyó cómo se despedía de Bea con «Nos vemos luego». Un momentodespuéspasabaporsu ladoconunasonrisaque iba, literalmente,deunaorejaa laotra.
—Perdedoras—soltó,ysiguiócaminandohaciasuclase.Lucíasemordiólalenguaysecentróenloqueibanahacer.Advirtióalasdemás
queestuvieranatentasycogióaFridadelbrazoparaentrarenlaclaseC.—Bea—la llamóparaque levantara losojosdel librode textoqueacababade
abrir.Bealasmirócomosinolasconociera.Enlugardeecharseallorarosoltaralguna
sensibleríadelassuyas,sololespreguntóquéquerían,muybordemente.—¿Quénaricestepasa?—lepreguntóLucía.—¿Por qué? Solo he cambiado de amigas —respondió la otra en un tono
indiferente.—¡Peroquéparida!—seleescapóaFrida—.¿Esas,amigas?—Mejor que otras, sí.Ya tenéis nuevas amigas, nome necesitáis…—resolvió
Bea.Les explicómuy serenaque las amigasque antes tenía la dejaronde ladoy se
reíandeella,yporesohabíacambiado.Despuésvolvióasulibrodetexto,comosiLucíayFridafuerantransparentes.YcuandoBealevantólavistaylespreguntó,todaconfalsainocencia,siqueríanalgomás,puesLucía…explotó:
—Soloeresunapardilla…—dijosinmorderseyanada.Le soltó todo lo que le venía a la cabeza, sin ni siquiera pensarlo: que era una
celosarematadayquesinosabíaencajarlasbromasnoeraculpasuya.Lehablódelohartaqueestabadesuschorradas,ydequenuncasehabíaenfadadoporqueeraunabuenaamiga,peroquemotivos tenía todos losquequisiera. ¿Cómopodía irseconCruella?,lepreguntóvariasveces.
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Cuandoyanolequedabanadamáspordecir,sequedócallada.YBeatambién.Susojosestabanacuosos,yLucíasintiópenaporella.Quisodarleunabrazocomolosdeantes,perorecordóqueBeayanolaqueríacomoamiga.Allevantarlavista,toda la clase la miraba. También Jaime, el amigo de Eric. Manu y Quiquecomenzaronacuchichearseñalándoladescaradosconeldedo.Depronto,sonólavozdelChorreras,queentrabajustoparaempezarsuclase.RaquelySusananohabríanpodidoentretenerlomás:
—Creoquehoysomosmásdelosquedeberíamos…LucíasaliódeallícorriendoyFridalasiguió.Sentíaunamezcladedoloryrabia
quenosabíasiconseguiríaquitarsedeencimaalgúndía.
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De:Marta([email protected])Para: Bea ([email protected]), Frida ([email protected]), Lucía
(let’[email protected])Asunto:ZR4EAdjunto:paz.jpg
Chicas:¿Sabéiscómosediceenalemánhacerlaspaces?Sichwiederversöhnen.¡Conlo
fácilqueesdarselamanoyyaestá!Aversiestoosinspira.
Missu,ZR4E
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Lucía estaba hecha polvo. Ni siquiera la clase de danza le había servido paradistraerse.Nosepodíacreerloqueestabasucediendo…
Setumbóenlacamayabriósualmohadadelossecretos.Ahíguardabaalgunosrecuerdos importantesquehabía idocoleccionandodesdequeconocióa laschicas:entradasdecine, servilletasdepapelconchistesdeFrida,posavasos,unapeladillacaducadaatadaconunlazorosadelacomunióndeBea…
También estaba la corona de princesa que llevó elprimerCarnavalquepasóconlaschicasseisañosatrás.Sela colocó encima de la cabeza pero ya no le cabía. Seacordaba perfectamente del traje de princesa que llevaba:rosayconvolanteshastaenlasmangas.InvitóaFrida,BeayMartaalafiestaquesecelebrabaensuurbanizaciónyselo pasaron bomba aunque solo hacía unos meses que seconocían. A partir de entonces, cada año se disfrazabanjuntas de algo que planeaban con semanas de antelación,comolasSupernenasyelMonoJo-Jo.Notóunaespeciedepeso en el pecho: eseCarnaval era el primero que habíanpasadoseparadas…
Lucía cogió el siguiente recuerdo de la almohada: unbilletedeautobús.Sonrióalverquetodavíaestabalafechamarcada:12dejuliodelañoanterior,undíamemorable…Esa tarde, las cuatro sehabíanpropuesto llegar a la inauguracióndeuna tiendaderopaenelcentrodeBarcelona.Sinembargo,seequivocarondeautobúsydeparaday acabaron perdidas por la ciudad… ¡de lo más emocionante! Se metieron porcallejonesquenohabíanvistoensuvida,preguntaronadesconocidosqueseveíanmásdesorientadosqueellas…Pasaronvariashorashastaquedieroncon laparadadel autobús correcta. Cuando lo consiguieron, resultó que era la misma en la quehabíanestadoalprincipio…¡quépelotazo!Bautizaronlaexperienciacomo«Eldíadelaparadadeautobúsinvisible».
—Cuántosrecuerdos—susurróLucía.
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Notaba cómo algunas lágrimas asomaban, así que cerró la almohada. Unosgolpecitosenlapuertalasobresaltaron.Serestrególosojosycuandoentrósumadre,sesentóasulado.Lepreguntóquélepasaba.Loúnicoesqueellanoteníaganasdecontárselo todo desde el principio. Presentía que había hecho algo malo y no leapetecíaquesumadreseloreprochara,igualquehacíaconsusnotas.Perosumadrenoeratonta,nimuchomenos:
—¿Quétallleváislosensayosparaelconcurso?—indagósutilmente.—Ahoraestánalgoparados…
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Maríaquisosabercuántolesfaltabaparaacabarelvídeo.Nodebíadesermuchoporqueparalafechadeentregafaltabandostelediarios…Lucíasintióunescalofríoalcaerenlacuentadeque,efectivamente,endossemanasdeberíanteneracabadosuvídeo.Laverdaderaquecasinolohabíancomenzado…ImaginóqueBeagrabaríasupropiobaileconlasPitiminís,susnuevasamigas.Aquelloyaerademasiado…
—Hemossufridobajasenelequipo…—dijoalfinLucía.Sumadre le preguntó por la pelea y ella acabó por contarle que Bea se había
marchadodelgrupodebailetrasdiscutirenunensayo.Despuéscerrólabocaporque,sicontinuabahablando,empezaríaallorartambién.Maríalerecordóquelasamigasse enfadaban a menudo y hacían las paces igual. ¿Cuántas veces habían ellasdiscutidoantes?
—Estavezesdiferente—volvióahablarLucía.Oaintentarlo.Talcomoesperaba,ahíestaba…eltorrentedelágrimasvinosinavisar.Lucíase
lamentódesudiscusiónconBeayporqueellahubieraelegidoaMarisaporencimade ellas; la echaba de menos muchísimo, echaba de menos sus ñoñerías porpastelosasquefuesen.Además,teníamuchasganasdehacereseviajeconsusamigasaBerlínparaveraMarta,necesitabaqueestuvieran todas juntasotravez.María laabrazabaparaconsolarlamientrasleacariciabaelcabelloconternura,comocuandoerapequeñaysecaíademorrosalsuelocadadosportres.
—Tupadre siempredecía queunonunca sabe lo que se le pierdehasta que loencuentra.
—¿Quéquieredecireso?—preguntósorprendidadequesumadrerecurrieraalaspalabrasdesupadre.
—Quetodosearreglará.Cuandosehubocalmadounpoco,María ledijoque laavisaríacuando lacena
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estuvierapreparadayladejóasolas.—Nadadedeberesporhoy—leconcedió.Lucíalediolasgraciasincrédulaysequedósolaensucuarto.Aliralarmarioa
coger susmullidas zapatillas de estar por casa, distinguió las zapatillas rojas.Esasquerepresentabanelclubqueteóricamentedebíamantenerjuntasasusamigashastaelfindelostiempos.
Apartóelpufyseacercóalescritorio,dedondesacóeldiarioenelquehabíanescritosolounassemanasatráslasdiezreglasdeoro.Sesentóotravezenlacamaycomenzóareleerlasunaauna.Alacabar,sediocuentadequesehabíanincumplidocasitodas.Negóconlacabezapensandoenqueloquesucedíaeraculpadetodas,nosolodeBea.¿Acasoeraposibledaryamarchaatrás?
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Alamañanasiguientesehubieraquedadodurmiendoeldíaentero,perosumadreladespertó subiendo la persiana hasta arriba. Tuvo que hacer una grieta en la pared,incluso…
—No quiero, mamá, por favor…—le suplicó Lucía escondiéndose debajo detodaslasmantas.
—Loquenotematatehacemásfuerte—lesoltólamuybruta,dejándolatodadestapada.Y,después—:Afuerzadeirtodomal,comienzaairtodobien.
Decididamente,habíaabandonadolatécnicablandadelanocheanterior.Tambiénhabíaoptadoporrecuperartodaslasfraseshechasdesupadre.
—Yonoquierosermásfuerte,soloseguirsoñandocosasbuenas…—De eso nada.Hoy solucionarás tus problemas—le insistióMaría sin piedad
ninguna.Lucíasedirigióalbañoapasodecaracolylededicóunadeesasmiradasdeodio
queasumadreselatraíanalfresco.Porlomenoshabíatenidoeldetalledeencenderelcalefactoryestabacalentito.Tambiénlehabíadejadoeluniformepreparado.
Mientraslecaíaelaguacalienteporlacabeza,empezóasentirsemásoptimistayvaliente…
Encuantopusolospiesenlaescuela,Frida,SusanayRaquelseacercaronaellacomoconprisas.Lucíasequejódequetodoelmundoinsistieraencorreresamañanamenosella…¡queríaqueladejaranenpaz!
—¡Corre!¡Ven!—lagritaroncogiéndoladelbrazoyquitándolelamochila.—¡¡¡Pero¿¿¿quéospasaa???!!!Todos sus intentos por descubrir algo eran ignorados mientras la empujaban
escalerasarriba.Eracomosiuntifónoalgopeorselaquisieratragarpormuchoqueellapeleara.
—Estopsecret,peroprontolosabrás—latranquilizóFrida.Lucía se dio cuenta de que pasaban de largo su clase y seguían adelante en
direcciónalauladeestudio,justoalfinaldelpasillo.Beaestabaenunaesquinadelaula y lamiraba con ojos de perro abandonado, ya no con la indiferencia del díaanterior.
—¿Quépasaaquí?—quisosaber.—Puesverás…—comenzóahablarFrida.
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Carraspeó en plan teatro antes de iniciar su explicación. Bea lehabía escrito un correo la noche anterior diciéndole que tenía quehablarconellasmuyseriamenteporalgoquehabíadescubierto…
—¿Yporquéteescribiósoloati?—Hombre…—comenzóahablarBea.—Hombre¿qué?—laincrepó.Bea reconoció que tal como había terminado la discusión el día
anterior,estabaseguradequeeliminaríacualquiercorreoquequisieraenviarle. Lucía tuvo que darle la razón en eso… Le sorprendiódescubrirqueyanohabíarencorenlavozdeBea,nitampocofrialdad.¿Quéhabíacambiado?
—Marisa quiere haceros daño —anunció entonces Bea con vozgrave.Estabarespondiendoasupreguntasinnecesidaddeoírla.
—Menuda novedad—respondió decepcionada Lucía de que esefueraelnotición.
Bea rectificó y aclaró la envergadura de la noticia: no era solo que quisierafastidiarlascomolohabíahechosiempre,sinoquequeríaprovocarlesauténticodaño,de dolor. Les explicó que la tarde anterior oyó cómo Marisa planeaba con lasPitiminísunanuevafatalidadparaquenosepudieranpresentaralconcurso.Asíquehabíacorridoacontárseloporquenoquería juntarsecongentecomoMarisaniqueleshicierandaño:debíancreerla,lahabíaengañadoconsusbuenasyfalsaspalabras.Inclusolehabíadichoqueiríaaverlaensupróximaaudicióndeviolínyellaselohabíacreído…
—Creoquesemefuelacabeza…—concluyóBeaparatranquilidaddetodas.—Detodasmanerasnonospresentaremosalconcurso…—desvelóLucía—.Ya
nosomoscinco.Lucíamiró fijamente aBeayBeaaLucía.Cadauna sabía exactamente loque
pensabalaotra.Noleshacíafaltahablarparasabercuántosearrepentíandetodoloquesehabíandicho.
—Losiento…—¡Yyo!—laabrazóLucíasinpensárselomás.—Teheechadodemenos.—Yyoavosotras—respondióBeaconlacarahundidaensumelenapelirroja.Cuandosesepararon,lasdosteníanlosojosllorosos.—Bueeeno,yabastadetantasensiblería—sequejóFrida.Retomóeltemaqueerafundamentalenesemomento:Marisaysuplanmaléfico.
BealescontóqueMarisaintentaríahaceralgunatrampaenlaclasedegimnasiaparalesionar a las que iban a su clase. De ese modo se aseguraría su fracaso en elconcurso.
—Pues sí que se toma molestias… Debemos de ser una amenaza seria.Tendríamos que sentirnos halagadas… —sugirió Lucía contenta de que todo se
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hubieraarreglado.—¡Loquefaltaba!—exclamóFrida.—Aúntendremosquedarlelasgraciasalatíaesta…—reconocióRaquel.—¿Cuándotocagimnasia?—preguntóLucía.—Puesestatardeaúltimahora…—recordóSusana.
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Mientrasseponíaelchándal,LucíaseaseguródequenadaformarapartedelplandeMarisa: las zapatillas blancas resultaron estar libres de objetos punzantes y lospantalonesyelpoloazulesnocontabanconmástrampaquelosmolestosbotones.NiFrida ni Susana encontraron nada sospechoso tampoco. ¡Qué clase más tensa lesesperaba!
LaprofesoraMaitelesexplicóconvozanimosaqueesatardededicaríanlahoraapracticarconlacuerdalisaenelgimnasio.Comosienlugardeenclasedeeducaciónfísicaestuvieranenuncampamentomilitar.
—Porlomenosnohacemosplinto—soltóSusanaaliviada.—Yatedigo…SolodeimaginarloquepodíahacerMarisaconesapiladecajonessobrelaque
tendríanquesaltar…Maite les ordenó dar un par de vueltas al patio para calentar antes de ir al
gimnasio.Lucía seunió aFriday aSusanapara correr a supropio ritmomientrashacían tertulia. Todavía les quedaban muchas pruebas por superar: mazas, aros,espalderasypelotascampabanasusanchasporelgimnasio,cualquieradeellosunarmaenpotenciaenmanosdeMarisa.
—Enbocaabiertaentranmoscas,chicas.Ytambiénfaltaelaire…—lesadvirtióMaitealpasarpordelantedeellas.
Lucíanotardóendarsecuentadeque,efectivamente,laprofeteníarazónyfueperdiendoritmoirremediablemente.Susana,másdeestudiarsentada,corríaigualdedestartalada,nocomoFrida,queaguantabamejorquenadieelcansanciofísico,peroqueporsolidaridadnoseseparabadeellas.Marisalasadelantóconsupasográcilysuspiernaslargas.
«Te vas a enterar», se dijo Lucía para sus adentros. Pero por mucho que lointentó, no encontró energía en ningún sitio para irmás rápido y adelantarla…Elcontrasteentreelfrescordeplenofebreroyelcalorporelesfuerzo,noayudaba.Ledolíanlasorejas,queestabancomocubitos.Eldeporteeninviernonoeraunabuenaidea.
—Merindo—anuncióllevándoselamanoalpecho.—Elcorazónmevaasalirdisparadoporlasorejas—soltóSusana.Todavía les quedaba casimedia vuelta. Frida las animaba empujándolas desde
atrás con suspalabrasdedeportividadyperseverancia.También les recordóque siperdían de vista a Marisa, el peligro que corrían sería mayor. Lucía cogió aire y
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exprimió sus últimas fuerzas para avanzar hasta la meta. Los últimos metros loshicieroncaminando.
Ya en el gimnasio, lo único que Lucía quería hacer era tirarse en el suelo adescansar.Sinembargo,lastresfilasparasubirlastrescuerdaslisasquecolgabandeltechoyaestabanmontadas.Maite lesordenóponerseacadaunaenuna.SeparadaseranmásvulnerablesparaMarisa,peronolesquedabaotroremedio.Fridaleshizoelgesto con la mano de que mantuvieran los ojos bien abiertos. Lucía y Susanaasintierondesdesusposiciones,preparadasparanoperderdetalle.
Lucía estaba tan atenta a las cuerdasquenooyóque le tirabanunapelota casihastaquelatuvoenlacara.
—¡Socorro!—gritóseparándosedeellacomosiquemara.—Aversiestásmásatenta…—lariñóMaite.Nosehabíadadocuentadequelaprofeestabarepartiendounapelotaacadados
alumnos.Mientrasesperabansuturnoenlacuerdalisa,teníanquelanzárselaparanoquedarsefríos.Sefijóenquetodassusamigasyateníanparejasasignadas.
Lucíafueaporsupelota,querodabaahoraenelsuelo,ylacogióconlosdedosíndicedecadamano.Despuéslarevisómilímetroamilímetroparaasegurarsedequeno hubiera nada clavado con lo que pudiera dañarse. Estuvo por lo menos unosminutos.
—¿Estás pirada o qué? —le preguntó Toni, parado delante de ella. Era sucompañero.
—Solomehadadouncalambre—seexcusóunpocoavergonzada.—¡Puesespabila!Noquieroquealsubirmedéunoamíytengaquebajar.LucíatirólapelotacontodassusfuerzasycasiselametióaTonienlacara.—¡Eh!¡Tencuidado!—sequejóél.Sepasólamanoporelpelotirándoselohacia
atrás.—Perdona,¿tehedespeinado?Toni le dijo que como le diera en la cara se iba a enterar y así se pasaron los
siguientesdiezminutostirándoselapelotalomásflojoposible.Devezencuandoéllepedíaquepararaysequedabamirandolaformadesuantebrazocuandocogíalapelota…Patéticono,losiguiente…
—¡Ahoraconmazas!—anuncióMaiterecuperandolaspelotasyhaciendorodarvariasmazasporelsueloparaquecadaalumnocogierauna.
Lucíamirólascuerdascontrescompañeroscolgadosdeellas.Todavíaquedabaunratoparaquellegarasuturno.Esodesubirnoeranadafácil.Muchossequedabanahícolgadosunrato,sinsabersisubirobajar,yMaitelesempujabaaintentarlohastaasegurarsedequenohabíanadaquehacer.
LucíamiróaMarisadereojo.Ahoraletocabaaellayempezóaascenderporlacuerdatodasexyconelculoenpompa.
—Quéestilotiene,¿eh?—sonólavozdeToni,quelamirabababeando.Fueadarse lavueltapara ignorarloy,depronto,supiepisóalgoquenoerael
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suelo. Lo primero que le vino a lamente fue queMarisa, desde las alturas, se lashabía ingeniado para que ahora tropezara y acabara en el suelo dolorida. Pero alfijarseenloquehabíapisadosediocuentadequelaculpanoeradenadiemásquesuya:nohabíarecogidodelsuelo lamazaque lehabía tirado laprofe…Consiguióesquivarlaysolodiountropezón.
—Nocomootras…—soltóTonimirándolaconlabarbillaalta.—Cállate—ledijoLucíaconteniendootravezlavergüenza.Nohabíaparadode
hacerelridículodesdequehabíaempezadolaclase.Por lentas, ellas tres eran las últimas en subir.Lucíamiró los cuatrometros de
cuerda fijamente y le pareció una amenaza en potencia.No importaba que toda laclase acabara de ascender por ella, los planes de Marisa eran retorcidos eimprevisibles,nosepodíafiar.Notóunvientofríoenelcogote.
Cogiólacuerdaconambasmanosytiródeellacontodassusfuerzas.Unavezydespués otra… Parecía que estaba bien sujeta. Miró a Susana y a Frida, quieneshacíanexactamentelomismoqueella:velarporsushuesos.
—Esparahoy—sonólaprofesoraMaite.Lesprometióquelacuerdanosecaería,nuncalohabíahecho.—Siemprehayunaprimeravez…—respondióFrida.Lucíahizopresaconlospiesycomenzóasubirlentamente,todavíadesconfiada.
Cadavezqueascendíaunpocomirabaalsueloparacalcularcuántodañoseharíaencaso de caerse. Se cogía fuerte con pies y manos como si eso fuera a ayudarlamucho…Siguiósubiendounpocomás.
Estaba por la mitad cuando le pareció que ya era suficiente y comenzó sudescensohastacasicaerdeculo…ElascensodeSusanafuemásomenoscomoelsuyo.Frida,sinembargo,siguióascendiendohastaelfinal.¡Quécrack!Eranpocoslos alumnos que lo conseguían, y lamayoría, chicos. Lucía no pudo evitar dar unaplauso;unoynomás,porquelosbrazosledolíandelesfuerzo…
Caminarontranquilamentehacialosvestuariosconlasensacióndehaberganadoelpremio final: habían terminado la clase sin lesionesy con loshuesos enteros.Apuntodellegaralapuerta,Susanachilló:
—¡Losvestuarios!¡Laropa!¡Marisa!—anuncióenplanindio.Nosehabíandadocuentadequeloscompañeroshabíanllegadoalosvestuarios
antesqueellas.TambiénCruella.LucíacomprendióymiróaFrida:Marisateníavíalibreparahacerloquequisieraconsuropa.
—Acorrer—ordenóFridaconvozdeultratumba.Aunqueaningunalequedabanyafuerzasdenada,seobligaronahacerlo.Enlosvestuarios,lamayoríadelaschicassalíaendirecciónaclasepararecoger
suscosasymarcharsealfinacasa.Lucíamiróaunladoyaotro,nohabíanirastrodeMarisa. Tampoco sonaba ninguna ducha y su ropa seguía colgada tal como lahabíadejadoella.Intacta.
Libresdepeligro,secambiaronysefueronaclase.Estabanagotadas.
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Lucía quitó el candado de su taquilla satisfecha de que el día acabase sinincidentes.Sinembargo,alabrirlasequedópálida.Ensuinteriorhabíaalgoquenoesperaba,algomuchopeorquecualquiercosaquesehubieraatrevidoaimaginar…Volvió lacabezahaciaFridaySusana,paralizadas igualqueella.Las tres taquillasguardabanexactamentelomismo:unpapelenblancoconunaúnicapalabraescrita:
A primera vista infantil, ese papel desvelaba el grado de maldad que podíaalcanzarMarisa.SacóunafotoconelmóvilyselamandóaMartaporelWhatsApp.Asíveríaporloquelesestabahaciendopasaresabruja.
—Será…—soltóFrida.Lastrespensabanlomismo.ConesesustoMarisalesestabadiciendomuchomás
de lo queparecía: que sabía que la temían, como también sabía queBea les habíacontadolodelatrampa.¿Yporqué?Puesporquetodo,absolutamentetodo,formabapartedesuperversoplan.LucíasediocuentadequeMarisasehabíaestadoriendodeellastodoloquequeríaymás…
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La semana siguiente empezó con total normalidad. Lucía acabó por olvidar laamenaza que representabaMarisa después de pasarse varios días circulando por elcolegioconochentaojos.Segúnlosrumores,sepasabaensayandoconlasPitiminístodo el tiempo, igual que ellas. Así que cuando llegó el lunes, las chicas fueronolvidandolaposibilidaddequetuvieraplaneadoalgomástrágicoqueaplastarlasenelconcursodeBravo.
Todoparecíairvientoenpopa.Hastalaclasedesociales.Comoerajustoantesdecomer,Lucíaestabapensandomásenloshuevosfritosquesecomeríaqueeneltemaque estaban dando.Así que después de que no acertara la pregunta que le hizo laprofe sobre las diferentes zonas climáticas de laTierra, la obligó a pasar el recreometidaenelauladeestudiopararepasar.
Conloshuevosfritostodavíaenlagarganta,sepreparóparacumplirsucastigo.Solodepensarloleentrabaunsueñoterrible…
Sin embargo, cuando abrió la puerta del aula y semetió dentro, se le pasó degolpe:Ericestabaallí también.Sequedópetrificadaconelpomodelapuertaenlamano.
—Cierralapuerta—leordenólaprofequevigilaba.Lucíaobedeció.¿CuándohabíavueltoEricalcolegio?Nopensabadecirlenada,
quehablaraconsunovia,siquería.Perocuandosepusoabuscarunpupitrelibresediocuentadequesoloquedabauno…yasulado.Notuvomásremedioquepasardelantedeélysentarsecerca.
—Hola—lesaludóélconcaradenohaberrotounplato.—Chissst—dijoenplanserpientelaprofe.Lucía le saludó sin mucho énfasis con la cabeza. Después abrió su libro de
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socialesysulibreta.Estabaleyendolaprimerafrasedeltema,ydereojoviocomoEric la miraba a través de su melena rubia. ¿Cómo se iba a concentrar así en elestudio?Apoyólacabezaenlamanoparaevitarmirarlo…
Depronto,oyóunmurmullopegadoasuoído.Allevantarlavista,vioqueestabaconlosbrazosplantadosensumesa.Laprofehabíasalidodeclaseyellanosehabíadadonicuenta.
—Lucía—ledijoEriccomosifueraacontarleunsecreto.Teníalasensacióndequenuncalahabíallamadodirectamenteporsunombre,o
quenuncalohabíaoídodeesamanera.Peronolaibaacamelartanfácilmente.Ellalepreguntóbordemente:—¿Qué?Lo observaba con el entrecejo fruncido, como hacía su madre cuando estaba
súperenfadada. A ver si es que ahora ella tenía que estar con él como unascastañuelas.Él debió de comprender que algo no andaba bien, porque se la quedómirandomáspálidoquelasparedes.
—¿Quéquieres?—preguntóotravez.Ericabriólabocacomoparahablar,despuéslavolvióacerrar.Alfinalconsiguió
decir unas palabras que sonaron a: «¿Te pasa algo?». A punto estuvo Lucía deponerse a gritar, pero prefiriómorderse la lengua.Literal. ¿Que si le pasaba algo?Notabauncalorquelesubíaporelcuello.Derepente,sinpensárselomás, losoltótodo:
—Tunoviamehadejadobienclaroquenopuedohablarcontigo.LacaradeEriceratodounpoema:sepusorojohastalasorejasylabocasele
quedóabiertadepasmo…Lucíaesperabaquesedisculpara,porlomenos.—¿Quénovia?—preguntóélconungestoqueyanoeradeespanto,ysíunpoco
másdeenfado.AhoraeraLucíalaquesequedóconcaradebesugo…Unavezhuborecuperado
lavoz,comenzóaexplicarlelosucedidoconMarisa.Amedidaqueescuchaba,élseibaponiendodeuncolorcadavezmásmorado…Lucíaprocuróhablartodolorápidoquepudo,porsivolvía laprofesoraalaulay la interrumpíaa lamitad.Además, leestabaconfesandosuenfadoconMarisaporhabérseloligado,queeralomismoquedecirle:«Mira, estoy locapor ti».PeroEricparecíamáspreocupadopor el chismequeporqueellalemostrarasussentimientos.
—¿Quéeslaenfermedaddelbeso?—quisosaberél.Lucíasepusoroja.—Secontagiacuando…cuandotebesan—leexplicócomopudo.Eric le contó que lo que le había retenido en casa tanto tiempo era una cosa
llamadahepatitis,quelehabíapuestolapieldecoloramarillo,comolosmejillones.Casinohabíapodidomoversedelacama,porqueademáserasúpercontagioso.¡Nohabíaabiertonielordenador!Acababadevolveraclaseesatarde,ynohabíavistoanadie en todoese tiempo;ni siquiera a sus amigos.Lucía flipaba conquenadie le
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hubierapuestoaldíadelosrumores,¡aunquefueraporteléfono!—Entonces¿nohubobeso?—seleescapó.Ya,deperdidosalrío…—¿ConMarisa?¡Quéasco!Yentoncessonóeltimbre.Los alumnos del aula de estudio comenzaron a
atropellarseenlasalida.Ericselevantótambiénylosdossedirigieronhacialapuerta.
Lucía se sentía la chica más feliz del colegio, ytambién—¿porquéno?—delmundo.¡Teníaquecontárseloa laschicas!Salió tanrápidodelaulacuandoviounhuecoquenosedespidiódeEric.Nicayóenlacuentadequesitodohabíasidounafarsa,éltodavíateníaalgoimportantequedecirle…
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Después de contárselo a las chicas, cuandoMarisa pasó por delante de ellas paraentrarenclase,Lucíanopudoresistirse…
—¿Qué?,¿hashabladoyacontunovio?—lepreguntó—.Espera,¿quénovio?—secorrigióantesdeestallarenrisitas.
—Lapróximavez,séunpocomáslistaeinvéntateunofueradelcolegio,anda—lesugirióSusana.
—Todoelmundosabequesepillaantesaunmentirosoqueauncojo—ledijoFrida.
Marisalasmiróconesosojososcurosyafiladosprometiéndolesuncastigovorazsinosecallaban.Pero¿cómonoibanaaprovecharesaoportunidadúnica?
LasseguidorasdeMarisaestabanjustoasuladoylamiraroncomohorrorizadas,conlosojosexageradamenteabiertosylabocadibujandouna«o»perfecta.Lucíasepreguntósiellasconoceríanlaverdadositambiénlastendríaengañadas.Lehubieragustado preguntárselo delante de ella para abochornarla pero el profesor dematesentróenclaseylasmandósentarse…
Viocómo lapantallade sumóvil se iluminabayalmirarlo seencontróconunmensajedeSusanaenelGrupoGanadordelWhatsApp.
«MaRiSAKradePoKr ».«Emospilladosufarol»,lasiguióFrida.«JAJAJAJA»,respondióLucíaanimada.«Ldaría4corts»,seañadióRaqueldesdesuaula.«¡Mi2!»,participótambiénBeadesdelasuya.ElPapudoescogiónuevasvíctimasquesacara lapizarra.Parecíaquesubuena
notaenelparcialquehabíanhechohacíavariosdías le ibaadarun respiro.Lucíapudo dedicarse en cuerpo y alma a retransmitir a través del móvil su duelo conMarisa.Concada risaocomentario,Marisa sehundíaunpocomásensu silla.Encuantoterminólaclase,salióescopeteadayfaltóalaúltimahoradeldía.Puessíquedebíadeestaravergonzada…
Esatardefueronalcentrocomercialabuscarideasparaelvestuarioquellevaríanparalagrabacióndelvídeodeldomingo.Despuésdevariospasesdemodelosenlosprobadores,resultóevidentequenosepondríannuncadeacuerdoconlosgustos.
—¡Yo no me pongo eso ni muerta! —se quejó Frida de la falda que había
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seleccionadoLucía.—Pues yo el amarillo canario, como que tampoco… —avisó Susana de la
camisetaquehabíaseleccionadoFrida.Al final,optaronporquecadaunaescogieraaquelloque lesentaramejor.¿Para
quécomplicarse?
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De:Marta([email protected])Para: Bea ([email protected]), Frida ([email protected]), Lucía
(let’[email protected])Asunto:GenteinteresanteAdjunto:vestuario.jpg
Guapísimaaaaaas:¡Hoyheconocidoagente interesante!Resultaqueno son todos tan insensibles
comopensaba (apesardel frío) ;)Sonunchicoyunachicademi clase,KellenyViveka.Alacabarmateshoymehanpropuestoquevayaconellosysusamigosestesábadoadarunavuelta.Éles súperfandeunabanda inglesaquese llamaMuseyvivecercademicasa,ellaseconocelosnombresdetodoslosactoresyactricesdelateleyessúpercariñosa.LosdosformanpartedeungrupodemúsicaquesellamaTheBigOnes.¡Osmantengoinformadas!
Missu,ZR4E
P.D.:Yaheempezadoadarvueltasaloquemepondré,paranodesentonar.¿Quéopináisdeesto?
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Eramartes,asíqueesatardeLucíateníaclaseenlaacademiadedanza.Cuandosalióparavolveracasaseencontróconqueestaballoviendoacántaros.Aunquellevabaenlamochilaunparaguasvioleta,entreelaguaquecaíayelaire,acabaríadándoselela vuelta en pleno paso de cebra… como si lo viera. Encima llevaba puestas laszapatillas rojas, y se le iban a empapar de camino a la parada del autobús. Por nocontarconelriesgoquecorríadepillarunapulmonía…
Noquería llamar a sumadre porque le recordaría todas las veces que le habíadichoquelaibaarecogeryqueellahabíarechazado.Suexcusa:queyaeramayorparaeso,podíavolver a casa sola,gracias.Sinembargo, eldiluviouniversalquizáfueraunaexcepción.
Demomento,decidiócerrarsuparaguasyquedarseprotegidaporlacornisadellocaldelaacademia.Quizáaclaraseelcielomástarde,apesardelcolorgrisespesoqueteníaenesemomento…Suscompañerasfueronsaliendoydespidiéndosedeellaunatrasotra.
Al final se quedó completamente sola en la puerta. Echó la vista arriba: losnubarrones seguían ahí, y parecía que iban a estar descargando agua durante lossiguientestresmeses…
—Pffffff—resopló,unpocoindignadaconlasituación.Nolegustabanadadarlarazónasumadre…
Aunasí, semordió la lengua, cogió elmóvil y la llamó.Probablemente estaríatodavíaenlaagencia.
—Quédate veinte minutos dentro y no te muevas —dijo nada más coger lallamada.
PeroaLucíanoleapetecíavolverdentrocuandoyahabíadichoadiósatodoelmundo.Además,ahoralestocabaclasealasmayoresyledabaunpocodevergüenzasentarseahíaverlobienquebailaban.Decidióentraryquedarseenelvestíbuloparaquesumadrelavierasalirdedentroynoleecharalabronca.Atravésdelapuertadecristal,veíaperfectamenteloqueocurríafuera.
Nohabíanpasadonidiezminutoscuandouncocheparójustodelanteybajóunadesusventanillas.Hizocomoquemirabaaotrositioparanoparecercotilla.Pero…¡ostras!Resultóquelacabezaqueasomabaporlaventanilladelcopilotolallamabaaella:¡setratabadeEric!Noselopodíacreer…
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Lucía salió del vestíbulo, abrió su paraguas y seacercóalcochesorteandoloscharcos.
—¿Tellevamos?—lepreguntó.SaludóalamadredeEricyrespondió:—Estoyesperandoamimadre.Cerrólospuñosparacontenerseynosoltarloque
en realidad estaba pensando: de haber llegado unpoco antes sí podría haber ido en el coche con él ycontárseloalaschicasaldíasiguiente.Peroahora…sumadreyaestabaavisada.
—¿Seguro?—levolvióapreguntar.Setomóunossegundosparavisualizarelcastigo
que recibiría si sumadre llegaba y ella ya se habíamarchado… Optó por salvar su cuello, darle lasgracias y despedirse. Le pareció ver un gesto defastidioensucara,aunquequizáloimaginó.LociertoeraqueErichabíahechoungranesfuerzoparándoseahí conel cochey sumadredentro,parahablar conella…
SequedótanatontadaviendocómoEricsealejabaatravésdelchaparrónquenocayóenquehabíanpasadolosveinteminutosfijadosporsumadre.
CuandooyólosgritosdeMaríadesdeelcoche,Lucíaestabaenmitaddelaacera,debajodesuparaguasaplastadoporlalluviaybastanteempapada.
—¿No te había dichoque esperaras dentro?—la increpó en cuanto entró en elcoche.
Tandistraídacomoestaba,Lucíanohacíamásquesonreír.—¿Quétepasa?ParecequeestésenBabia.Menudaedadtenemos,cualquieraos
entiende…Hace unmomentome llamas enfadada por el agua y ahora pareces lapersonamásfelizdelmundo…
MientrasMaría hablaba sin parar sobre las malas edades, los conductores queiban pisando huevos al volante y que no la permitían avanzar a más de diezkilómetrosporhora…LucíasededicóapensarenEric.Lequedabagenialesepelorubiomediomojadoporlalluvia,yhabíaestadotancercadeella,soloseparadoporlaventanamediobajada,ycon susojosverdescasi irrealesmirándola fijamente…Un escalofrío le recorrió la espalda. Desconocía si todavía tenía esa cosa tanimportantequedecirle,despuésdetodoloquehabíapasado.Porlomenos,parecíainteresadoenella,ytampocoibaapresionarlo…
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—Al final le he dicho a Marcos que nos ayude con la grabación —dijo Bearesoplandocuandoacabaronelensayoenelgimnasio.
Estabanajuevesysolofaltabantresdíasparaeldomingo.TodaslamiraronyseguidamentedirigieronsusojosaFrida,sinsabermuybien
qué decir. Estaban empapadas de sudor después de haber repetido el baile treintaveces.
Comosino tuvieranbastantecon losnerviospor tenerlo todopreparado,ahoracabía la posibilidad de queMarcos estuviera presente en la grabación. ¡Un chicoviéndolasbailar!
—¿Cómo dices? ¿Cómo se te ha ocurrido eso?—preguntó Frida con los ojosmuyabiertos.
Frida argumentó la mala idea que le parecía aquello: ¿y si no hacía bien lospasos?,¿ysiseequivocaba?
—Yoselosugerí—confesóSusana—.Necesitamosayuday,además,asípodráshablarconéldeunavez,Frida.—RetomósuideadequeFridallevaraacabosuplandelasfrasesmemorizadas.Nolehabíanvueltoaverdesdequeescogieronlacanciónyesaseríasuoportunidaddedemostrarlequenoeraningunaniñapequeña.
—Nosé,yo…—fueaquejarseFrida,peroBealainterrumpió.—Está estudiando para la selectividad y ha aceptado, así que ahora no pienso
decirlequeno.Hizounvídeoparaunproyectodeclaseysacóunsobresaliente…—explicóBea.
El timbre sonó en plena discusión sobre si Marcos debía ayudarlas o debíanpedírseloaunadulto.Tambiénentraronotrascuestionescomosiseveíaconalgunachicaenvezdetanto«estudiar».Sequitaronelchándaly,decaminoaclase,Beajuróy perjuró a Frida que todos los amigos que iban a buscarle eran chicos, y que laúltimachicaquelehabíallamadoacasahabíasido,porlomenos,enverano.
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Cuando llegaron a la puerta de su clase, se dieron cuenta de que estaba cerrada.MALASEÑAL. Lucía deseó con todas sus fuerzas que se hubiera cerrado por ungolpedevientoynoporquelaUrracaestuvierayadentro.Perosíestaba,ytrassu«eltiempoesoro»de rigor, lespusounnegativoacadauna. Iríadirectoal ladode labalanza del PROFESOR PARTICULAR, pensó Lucía. Su madre le recordaba laamenazacadadosportresapesardequelasúltimasnotasleestabanyendolamardebien.Cuandolaveíarepanchingadaviendounapelienlateleanunciaba,comosinofueraconella:
—Creo que el vecino del quinto es un experto enmatemáticas…
Ocuandoentrabaensuhabitaciónporsorpresa—malamaníalasuya—ylapillabachateandoenelordenador:
—Mehanhabladodeunaacademiadeinglésquehacemilagros…
Soltaba Lucía entonces la primera excusa que le venía a la cabeza: estabadescansandolavista,estabarepasandomentalmente,estátodoaquí—señalándoselasien—…Ydejabaloqueestuvierahaciendoparavolverasuslibros.
Yaensupupitre,estabaabriendolalibretapararevisarlosúltimosejercicios.Depronto,oyóunestruendoyungritodelaprofesoraquecasihaceestallarelcristaldelasventanas.
Alalzar lavista,LucíaviocómolaUrracase levantabadeunsaltoycorríaenplanpanterahaciadondeestabaFrida,enlaotrapuntadelaclase.Yaconscientedeloqueocurría,Lucíahizolopropioparavolarhastasuamiga:Fridaestabatiradaenel suelo, con el pie aplastado por una parte de la silla, que parecía habersedesmontadocayéndoleencima.Todoslosalumnosseacercaronparaverquéocurría.
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Aunquenoeraverdad,lacosapintababastantefea.Fridaeraunapersonaloquesedicedura:Lucíanorecordabahaberlavistollorar
casinunca.Poresemotivo,cuandovioquelosojosdesuamigasoltabanauténticoslagrimones,supoquealgoestabamuy,peroquemuymal.
—Yo la ayudo —anunció Lucía cogiendo el brazo de Frida y ayudándola aponerseenpie.
SusanasequedóencargadadelaclasemientrasellaylaUrracaacompañabanaFridaalbotiquín,queestabaenlasaladeprofes.Fridaarrugabalanarizylafrentecadavezqueselemovíaelpie.
—¿Estásbien?—lepreguntabaLucía.—Podríaestarmejor…—respondíasuamiga.Lasalaestabaatiborradadeprofesquecacareabanybebíancafé.Encuantolas
vieron llegar, ayudaron a Frida a sentarse en una silla, le quitaron el zapato y losleotardos: el pie derecho estaba como una bota y empezaba a ponerse de un colorazuladooscuro.Podíaserqueestuvieraroto…
—Hayquellevarlaaunhospital—anunciólaUrraca.—Yomevoyconella—dijoLucíasinpensarlo.La Urraca, sin embargo, lo pensó más. Le ordenó que volviera a clase
inmediatamenteporqueallíyanopintabanada.Ibanallamarasuspadresparaque
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fueran directamente al hospital. El padre de Frida era pediatra y hablaría con losmédicos.
Lucíaintentóoponerresistencia,perodenadalesirvió.Alfinal,prometióllamaraFridaesatardeyregresóaclasecomosillevarabotasdeplomo.
—Miraesto—lepidióSusanacuandollegóalaula.Abriólapalmadelamanoyleenseñóunapiezaminúscula:untornillo.Después
se acercó a la silla deFrida y le enseñó el huecodel que había salido…Encajabaperfectamente.Revisaronlosdemásdelasillayvieronquetodosestabanapretadosconfuerza, todosmenosuno,elquesehabíasoltado.Lucíacomprendióloqueesosignificaba:nosehabíasoltado,alguienlohabíadesatornillado.
—Aquíhueleapremeditación…—soltóconlacabezadándolemilvueltas.Los alumnos estaban desbocados. Ninguno repasaba ni leía nada, todo lo
contrario:sentadosenlasmesashablabanavozengritosobreelfindesemanaqueseacercaba.LucíaySusanasefueronaunaesquinaparacomentarloqueacababandedescubrir:alguienhabíaquitadoesetornilloapropósitoparaqueFridasecayeraysehicieradaño.Esonoeraunabroma,eraunataquedirecto…
—Quién…—fueapreguntarLucía.Peronolehizoningunafalta.¿Quiénhabíaamenazadoconatacaracualquierade
ellas?Susojossedirigierondirectoshacia laqueteníaqueser laculpable:Marisa;sentadasobresumesamássolaquelauna.Hacíaunpardedíasquenoseveíaasusseguidorashaciéndoleelcorocomodecostumbre…Debiódepercibirquelamirabanporquesevolviólentamentehaciaellas,lasmiró…¡ysonrió!Sonrióconunamaliciaqueparecíacasidelocura.ALucíaselepusieronlospelosdepunta.
—Hasidoella—confirmórotunda.EscribióunWhatsAppenelGrupoGanador.RaquelySusanatodavíanosabían
nada:«RUNIONURGNTdpdclas».PrimerocontestóBea,quedebíadeestarmáspendientedelmóvilquedesuclase:
«¿Kéapsado… ?».DespuéslohizoRaquel:«??????????????».LucíaconsultóconSusanaantesdeescribir:«Fridaerida.Marisaatakdo».
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De:Marta([email protected])Para: Bea ([email protected]), Frida ([email protected]), Lucía
(let’[email protected])Asunto:Re:MásbrujanosepuedeserAdjunto:getwell.jpg
¡¡¡Madremía!!!Frida,temandoestoaversiteanimaunpoco.EnmiclasetambiénhayPitiminís:
tiranlibrosobandejasdelcomedoralsuelo,seríendetisinoaciertasunapreguntadelprofe…LalídersellamaArabelle,yharíamuybuenasmigasconMarisa,caminacon losmismosairesdeprincesa.Comome inflen lasnarices lessoltaréunpardeinsultosqueKellenyVivekamehanenseñado.Ayerestuvimosestudiandojuntosenlabibliotecaydespuésfuimosacomerunahamburguesaaunbarcercadelcolegio.¡Oscaeríandemaravilla!
Missu,ZR4E
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Marisahabíaganado.Fridaibaatenerquepasarselassiguientestressemanasconlapiernatiesaynopodríabailarparaelconcurso.Evidentemente,yanodabatiempoaqueotra candidata la sustituyera, y tampocoeso eraunaopciónporque sin ella novalíalapenaparticipar.NO,yanopodríanveraMartaenSemanaSanta…
Esedía,supadrehabíaidoabuscarlaalaescuelaparaquesequedaraadormirensucasa.EnelcochetambiénibanLorenayAitana,quetodavíallevabalasmejillaspintadas de gato porque se había celebrado una fiesta de cumpleaños en su clase.Lucíasepasóeltrayectoenelcochecalladaylaniñadebiódeverlelacara,porquenohizonielintentodejugarconella.
Se había quedado con las ganas de ventilar la noticia de que Marisa era laculpable.Laschicashabíandecididonocontárseloalaprofesora.Noteníanbastantespruebasy,conociéndola, laUrracahubieradado lavueltaa la tortillay lashubieraacabadoacusandoaellasdevengativasomalagente: ¡cómoseatrevíanaculparaunacompañeradeloqueenrealidaderauntrágicoaccidente!Comosiloviera…
Alllegaracasa,Lucíaanuncióquenoteníaganasdemerendarysefuedirectaasu habitación.Estuvo un rato intentando hacer deberes de inglés y al final decidióponerse con los de plástica, que por lomenos le gustaban. Tenía que entregar unejercicio de dibujo técnico al día siguiente. Cuando fue a coger la escuadra de sumochila se dio cuenta de que no estaba. Insultó sumemoria demosquitomientrasvaciabalamochilaencimadelacama.Sacóhastaelúltimotrozodegomadeborrar,peroahínohabíaningunaescuadra…
—gritó.Saliódesucuartoylepreguntóasupadredóndepodíaencontrarunaescuadra.
Élledijoquesubieraaltrastero,enlabuhardilladelacasa.—¿Seguro?—lepreguntóincrédula.Lorena nunca le había dejado trastear por la casa. Menos aún allí, donde
guardabantantascosasprivadas.—Quizátecuesteunpocoencontrarla…—leadvirtióélguiñándoleunojo.Noleimportó.Laideadeexplorarunazonaprohibidalelevantóelánimo.Tiró
de la cadena para que bajara la trampilla y aparecieron las escaleras. Subió losescalonesy encendió laúnicabombillaquehabía ahí colgada.Al iluminarseyveraquel cuarto escondido, con todas las cajas apiñadas aquí y allá, el estómagocomenzóaburbujear…¡cuántascosas!
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Apartóunpardecajasydistinguióunaconelcartel: Decidióqueguardaríacosasimportantesyqueempezarporahíseríaunabuenaidea.Cogióunamantadeunaestanteríay lacolocóenelsueloparaevitarelpolvo.En lacajahabíandiscosdevinilodegruposantiguos:LedZeppelin,Gunsn’Roses,Pixies…Laapartóyabriólaqueestabaallado:ropa,librosdestartalados,sombrerosraros…Lasiguiente estaba llena de fotos. ¡Muchomejor!Todas ellas tenían el color gastado.Reconocióasupadreenvariasconunaspintasqueeraparaverlo…
—¡Madremía,quépelos!—seleescapóalveraDavidconunamelenamáslargaquelasuya.
Lucía se quedó patidifusa viendo a su padre vestido con un jersey a rayas trestallasmásgrandequecasi le tapabalasmanosyunos tejanosrotos.Ensusmanos,una guitarra. Y frente a él, un micrófono. Estaba a punto de gritar que eso eraimposible…
—¿Qué?,¿hasencontradoloquebuscabas?Lavozdesupadre lehizopegarunbote. ¡Porpoco leprovocaun infarto!Tan
concentrada estaba que no le había oído subir las escaleras. Le explicó que, sinquerer,buscandolaescuadra,sehabíaencontradoconesasfotos…Noqueríaqueleecharalabroncaporsercotilla.PeroaDavidnoparecióimportarle:
—¿Teníasungrupodemúsica?—Sí,losMonkeyIslands.Eraunvideojuegoquenosgustabamuchoatodos.Lucíaapretólabocaparaquenoseleescaparalocutrequeleparecíaelnombre.—Nosabíaquetocabaslaguitarra…Su padre se fue a una esquina del trastero y apartó varias cajas. Volvió hacia
Lucía con una funda a cuadros blancos y negros de lo que parecía una guitarraespañola.
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—¿Todavíateacuerdasdecómotocarla?—lepreguntódesconfiada.Noqueríaquesupadresepusieseadesafinarahoraytenerquedecirlequeparara
porquelehacíandañolosoídos…—Supongoquesí…—respondióél.—Entonces,tócamealgo.Harédefan.Su padre gruñó un poco, pero acabó sentándose encima de unas cajas con la
guitarra apoyada en una pierna. Se la puso a un lado, luego al otro, como si noencontraralaposición…Despuéssetiróunratogirandolasclavijasparaafinarla.
—Ejem,meesperauntrabajodeplástica…—protestóLucía.—Yavoy,impaciente.Sonaronlasprimerasnotasy…¡sorpresa!Loquetocabasonabamuybien.Lucía
sequedóescuchandocalladatodalacanción.
—soltódandopalmaditascuandoacabó.—¡Porfin,unasonrisa!—exclamósupadreentonces—.¿Mevasacontarquéte
pasa?—EsporFrida—respondióellaalfin.Lucíalecontóloquelehabíapasado,peronoqueMarisafueralaculpable.Le
aclaróqueyanopodríanpresentarsealconcursodeBravoporqueesedomingoeralagrabaciónyyanohabíatiempodenada.Elplazodeentregaacababael7demarzoyquedabamenosdeunasemana.
—Cuantomásgrandeeselobstáculo,mayor lagloriadehaberlosuperado—ledijoDavid.
—Yaestamoscontusfrasecitas…¿Quéquieresdecir?Supadreserióampliamente.
Davidsepusodepiedispuestoadejarlayasola.—No sé cómo… —dijo—. ¿Me enseñas un poco? —le preguntó entonces
señalandolaguitarra.Su padre aceptó entusiasmado. Le entregó la guitarra y se la colocó sobre la
pierna.Despuéscomenzóadarleindicaciones.—Con esta mano controlas los trastes y con esta las cuerdas —le explicaba
paciente.Lucía intentaba colocar bien las manos, pero no era nada fácil, más bien
incómodo.Supadre le fueapretando losdedossobre los trastesydespués lepedíaque acariciara las cuerdas con la mano derecha… Poco a poco empezó a sonarmúsicadeverdad.Casisindarsecuenta,comenzóaseguirconlacabezaelritmo.Era
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imposiblenohacerlo.Depronto…una idea fue tomando forma en la imaginacióndeLucía.Daba la
sensacióndeque la estuvieraobservando a travésdeunmicroscopio como losdellaboratorio,porquecadavezloveíaconmásclaridad:¿ysiFridaaparecíaenelvídeodelconcursosentadaenuntabureteenplansexyhaciendoque tocabaesaguitarra?Inclusopodíahacercomoqueentonaba lacancióndeJustin,mientras lasdemás labailabanasualrededorenplancoro…Asíellaparticiparíadelbailesinnecesidaddelevantarse.Lucíadejódetocar.
—Creoquetengolasolución—ledijoconunagransonrisaasupadre.
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—¡Fabuloso!,¿no?—Eresunamáquina,tía.—Quéfuerte…Esamañana,cuandoenlapuertadelaescuelaLucíaexplicóalaschicassuplan,
atodaslesentusiasmó.¡Claroqueeraunabuenasalidaalmarrónenelqueestabanmetidas!
Fridanofueaclaseporqueestabadolorida.Segúnsupadre,tendríaquequedarseunpardedíasencasaparareposaryempezarapracticarconlasmuletas.Laschicasquedaron en que esa misma tarde irían a verla para que también ella estuvieraenteradadelplan.
El día se pasó rápido mientras dirigían toda su mala energía a Marisa, y seasegurabandequelarecibía.SusanasepaseóporlamesadelaPitiminíacusándolade criminal y canalla. En la puerta de la clase,Raquel tosió a su lado, enviándolealguna que otra bacteria a su bocadillo. Incluso Bea, la que nunca decía tacos, lahabía abordado en la puerta del lavabo para despreciar su persona. Para cuandollegaron el fin de las clases,Marisa no debía de tener ninguna duda de que todassabíanquiéneralaculpabledelestadodeFrida.Sinembargo,poralgunarazónquenoalcanzabanaentender,ellanorespondióaningunaofensa.Algodelomásinsólitoteniendoencuentasuhistorial.Solohacíaquebajarlacabezaytratardeignorarlas.
—Cuántoamor…LavozdeEricsonóalladodeLucíajustocuandosalíadeclase.Lucíapensóque
sucorazónibaasalírseledelaboca,hastaquecayóenlacuentadeaquésereferíaél:acababadeoírcómollamabaaMarisabrujadespiadada.
—MarisahadejadocojaaFrida—consiguiópronunciaralfin.Le explicó brevemente lo ocurrido yEric se quedó con cara escandalizada. Su
mandíbulaparecíanodarmásdesí.—Entonces¿nohabráconcurso?—lepreguntóél.Lucíanotabacomoseledoblabanlasrodillasalvercomolamirabafijamente.—Sí,bueno…—titubeótodavíabuscandolaspalabras—.Ahorayatenemosuna
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solución.—Ah,¿sí?—lepreguntóélcongraninterés.Lucía empezó a explicárselo, se hubiera quedado charlando con él todo el día,
pero llegaron las chicas y los interrumpieron de golpe y porrazo.Marisa estaba apuntodemarcharseacasayeraelmomentodededicarle laúltimaperla insultantedeldía.Asíquesedejóarrastrarporellas.Cuandoestabayaenlasescaleras,sediocuentadequenisiquierasehabíadespedidodeEric…
AlllegaracasadeFrida,suamigaestabasentadaenelsofáconlapiernaestiradasobreloscojines,conRickydormidojustoasuladoyrodeadadecaprichos.Daniibayveníaconunvasodeagua,uncojín,elmandodelatele…
—¿Habéis visto qué bien educado lo tengo?—susurró Frida. Después le echóparaqueladejaraasolasconsusamigas.
—Yonoconsigoquemihermanastramedejenielbañolibreporlasmañanas—sequejóLucía.
SesentarontodasalrededordeFrida.—Quémalapatatengo…Cuando todas lamiraron se quejó de que no podría jugar a vóley casi hasta la
temporadasiguiente.—Además,tampocopodrébailarparaelconcurso,yesosíqueesunadesgracia
—anunció como si hubiera esperado hasta el últimomomento para confirmar esehecho.
Lucíamiróasuscompinchesaguantandounpocolaincógnitasobrelasnoticiasquetraían.
—Esloquehay…—dijosinpoderevitarunasonrisa.Lasdemáslaimitaronsinquerer.—¿Estáisp’alláoqué?Haymuchoenjuego…Marta…Lahicieronsufrirunpocomásperoalfinalselocontaron.Pocoapocoselefue
iluminandolacara,yelagobiodehacíaunmomentoseevaporó:sihubierapodido,sehabríapuestoasaltar.
—Oye, tía, para el viaje ya te habrán quitado el vendaje ese, ¿no?—la picóRaquel.
Siseguíaconelpietieso,tendríanquecargarconellahastaelconciertoenplanremolqueynopodrían llegar al escenariopara saludar a Justin.Aunque sípodríanutilizarsupiernatiesacomoarmaparallegarhastaelbackstage.Todassepartíandelarisa.
—Tranquilas,chicas,entressemanasestaráfuera.—Fridalesguiñóunojo—.LoúnicoquenosfaltaesganaralasPitiminís.
—Hayunamalanoticia…Marisa teha rotoelpie—comunicóLucíacon tonosentencioso.
LecontóantesusorpresatodoloqueSusanahabíadescubierto.Fridaasintióconlacabeza.
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—¿Ya está? ¿No berreas ni nada? —Lucía se había imaginado a su amigasaliendo por la ventana y volando hastaMarisa para darle unmuletazo en toda lachepa.
—¿Paraqué?Deestanomesorprendenada.Además,lehasalidoeltiroporlaculata…
De pronto sonó el timbre y Ricky se despertó convertido en un dóbermanladrandocomoloco.Fridalecogióparaquesecallara.
—Alguienmásvieneaverte—dijosumadreasomándoseenlasala.LaschicassemiraronextrañadasycuandolamadredeFridaanuncióelnombre
que anunció, todas se quedaron con las patas colgando. Ricky, más listo que losratonescolorados,sepusoaladrarmásfuertetodavía:setratabadeMarisa.
Los cuchicheos fueron subiendo de volumen. Frida rogó a su madre que seinventaracualquierexcusacontaldequeesacriaturadiabólicanoentraraensucasa:
—¡Dilequemehemudado!Perosumadreleimpidióhaceresefeoaunacompañeradeclaseylepidióque
hiciera el favor de comportarse.Claro, como ella no tenía ni idea de lo que habíahecholamuybruja…
—Hola—saludóMarisaconunavozmásbajadelohabitual.Lucía solo tenía ganas de saltar sobre ella y darle bofetones. Al mirar a sus
amigassepercatódequetodasteníanlamismaexpresióndeodioensuscaras.—¿Hasvenidoparaasegurartedequenomepuedomover?—lepreguntóFrida.Rickysemanteníaasuladoenplanguardián.—No,soloveníaa…disculparme.—¿Yquéquieres,unamedalla?—soltóLucía.Fridatampocotardóenreaccionar:—¿Dóndeestáescondidalacámara?—¿Quécámara?—preguntóMarisasincomprender.—Conlaquemeestásgrabandolabroma—insistióFridamirandoaunladoya
otro.Marisa preguntó si podía sentarse en una silla y explicarle bien todo. Aunque
ningunalediopermiso,ellalohizoigual.—Losientomucho,Frida—soltó.Apartirdeahí,Lucíatuvolasensacióndequeperdíaelsentido.—¿Porquédeberíacreerte?—preguntóFrida.Marisa explicó que su intención solo era castigarlas un poco. Cuando
descubrieronlamovidaconEric,élhabíaidoapedirleexplicacionesdelantedetodassusamigas.Fueterriblelavergüenzaquepasó.Graciasaeso,habíaperdidoamuchasseguidoras.AhoracomprendíantodasporquéelgrupodelasPitiminíssehabíavistomenguadoenlosúltimosdías…
—¿Yquépasaconelconcurso?—lepreguntóSusana—.¿Seguroquenoqueríasperjudicarnos?
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—Bueno,sí,perotampocoasí.—SeñalóelpiedeFrida—.Unasillaestápegadaal suelo, ¿quién iba a pensar que…?—Marisamiraba con ojos temblorosos a laschicas.
AlfinalfueFridalaquecedió.Apesardequeeralamásperjudicada,laqueteníaunapiernapochayelculodoloridodeestarsentadaenunsofá.
—Estásperdonada—anunció,comosiacabaradebendecirla.SoloentoncesRickysetumbóasuladoysevolvióadormir.—¡¿Qué?!—chillóLucía.FridaseencogiódehombrosyLucíacomprendióquesiMarisasehabíatomado
lamolestiadeirasucasaadisculparseariesgodenosalirdeallíviva,eralomenosquepodíahacer.
—¿Quieresunagalleta?—leofrecióaMarisacomotregua.Marisa aceptó aunque desconfiada. Bea le pasó la Fanta, Raquel le colgó el
abrigo…Perotantacordialidaderachocanteparatodas.Asíqueacordaronquedebíatener
fecha de caducidad: solo se llevarían bien a lo largo de esa tarde. Y nadie debíaenterarsenunca.
—Nosaldrádeaquí—advirtióFridaalargandolamano.Lasdemásfueronponiéndolaencimaparasellarelpacto.Después, todas firmaron en el vendaje de Frida. Escribieron comentarios
cariñosos que permanecerían ahí, a la vista, hasta que se la quitaran; todasmenosMarisa,ofcourse.
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Eldomingoporlamañanafuedelocura.FridayLucíallegaronjuntasy,alllamaraltimbredeBea,Marcosaparecióenla
puerta con su cara burlona. Lucía notó cómo su amiga le clavaba los dedos en elbrazo.
—¿Cómovasabailarconelpievendado?—lepreguntóél.—Sentada—respondióellacasicomounrobot.Marcossoltóunarisayseofrecióaayudarlaasubiralabuhardilla.—Mihermanayaestáarribaconlasotras—anunció.DespuéscogióelbrazodeFridayloapoyóenelsuyomientrasellasaltabaala
pata coja escalón tras escalón.Lucía los seguíay se fijó en labocaapretadade suamiga.Confióenqueencontraraelmomentodeponerenmarchasuplandefrasesmemorizadas.Porelmomento,semantuvotanmudacomosiempre.
Alverlabuhardillatodaschillaronemocionadasporlobienquehabíaquedado.Beasehabíapasado lanochedecorándolaconCDcolgandodel techo.Ademásdedespejarmejorlapistadebaile,habíaincorporadoeltaburetesobreelqueFridaharíasupapel.Eraunoalto,comodebar.
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Mientras Marcos examinaba la cámara que Frida había llevado, Lucía lasmaquilló a todas un poco para que aparecieran estupendas. Como le temblaba elpulsoporlosnervios,tuvoqueretocaralgúnqueotroojo…Acabarondeultimarsuslooksconunpañueloporaquí,unospendientesporallí…Suertequeyalollevabanpreparado.
Cuandocreyeronque todoestabaapunto,Beaavisóa suhermanoparaque sepusieraenplandirector:
—¡Todasasuspuestos!—gritóMarcosyaconlacámaraenlamano.Fridateníasuguitarraylasdemásyaestabancolocadasensusitio.Lucíanotaba
comoletemblabatodo…PensabaenquesiaellaledabavergüenzabailardelantedeMarcos, no quería ni imaginar como estaba Frida. La miró y vio como su piernabuenatemblabaagranvelocidad.
—¡Grabando!—gritóMarcos.Inmediatamente, se encendió la luz roja de la cámara.A continuación,Marcos
pulsó«Play»enelequipodemúsica.Con las primeras notas de la guitarra de «All IWant isYou», Frida empezó a
balancearsesobreeltaburete.Despuéscomenzóelbaile.—¡Corten!—lasinterrumpióMarcos.¿Qué narices estaba haciendo? ¿Por qué cortaba la grabación tan pronto? Las
chicas se miraban sin comprender. PeroMarcos les explicó que era mejor que élempezara colocándose en la otra esquina de la buhardilla, al lado de Frida, para
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captar el iniciobien.Lucíapercibió cómoFrida se estiraba en su sitioyhacíaquemiraba a otro ladopara disimular los coloretes que acababande salirle a pesar delmaquillaje.
Volvierontodasasuspuestosylagrabacióncomenzódenuevo.LospasosfueronsaliendosolosmientrasFridavocalizabaalgoparecidoalaletradeJustin.Todassecoordinabanbien,sueltasysintitubeos.YMarcossemovíaporlasaladeunladoaotroconlacámaraenlamano.Seacercabaauna,sealejabadeotra,volvíaadelante,atrás…Parecíaquesiguieralacancióntambién.
Enelmomentoenelqueelvolumenempezóadisminuirparaindicarelfinal,laschicasfueronponiéndosealrededordeFrida.Acabaronagachadas,dejándoletodoelprotagonismo a ella, que cantó las últimas notas en silencio sin dejar de mirar acámara,o,loqueeralomismo,aMarcos.¡UrraporFrida!
Estaban todas recuperando el aliento cuando sonaron los primeros aplausos:Marcosasentíaconlacabeza,bastantesatisfecho.
—VaisaserlaspróximasSelenaGómez—serió.—¡Ya puedes irte! ¡Gracias por tu colaboración! —le gritó Bea quitándole la
cámara.Entonces,Fridahablódejándolasatodaspasmadas:—Sí,esperoquelagrabaciónestéanuestraaltura…Lucíanoselopodíacreer…¡Alfin,Fridaibaallevaracabosuplan!Sabíade
sobraquepordentroestabacomounflandesnatado,peroyaleestabapreguntandoaMarcossilehabíagustadoelbaile.Élnodijoqueno.
—Eresunacomodona,ahíeneltaburete…—bromeabaél.—Bueno,esquelavendameponedifícillodedarpiruetas—leseguíaella.Lasdemássededicaronarecoger ladecoracióny los trastosquehabíandejado
tiradosporlabuhardillamientras,defondo,escuchabanlasvocesdeMarcosyFrida:ellasehacíalainteresantediciendoquelaculpadesuesguincelateníaunajugadoradevóleyunpocoviolentayéllepreguntabaporsuslogrosdeportivos…HastaqueMarcos, haciendo gala de su caballerosidad, se ofreció para ir a buscarle una sillaparaquedescansara.FridaaprovechósuausenciaparasonreírabiertamenteaLucíayalasdemás.¡Cuandovolvió,casilaspillalevantandoelpuñoalaireenplantriunfal!
Marcoslaayudóasentarsedándolelamanoyellasepusocoloradacomocuandoledabaelsolenveranoyselehabíaolvidadoponerseelprotector.PeroentoncessumadrellamóaMarcosdesdeelpisodeabajoparaquecogieraelteléfono,rompiendoelhechizodelosdostortolitosenunpispás.
—Nosvemospronto—sedespidióMarcosdeFrida,queasintióotravezmuda.El hermanomayor de Bea dedicó un «adiós» de refilón a las demás, como si
fueran borrones en una pared. En cuanto hubo desaparecido escaleras abajo, todassaltaronencimadeFridaparafelicitarla.
—Estabaapuntodemorirme…—confesóella.InclusoBea,queeralahermanadelafectado,lediolaenhorabuena.Nuncahabía
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visto a su hermano tan amable con nadie. ¡Era unmilagro! Cogieron la cámara yreprodujeron en la minipantalla el baile para ver cómo había quedado. Todavíapodíanvolverarepetirlosihacíafalta…
—¡Parecemosprofesionales!—soltóBeacontentísima.Loschillidosdetodassignificabaquenohacíafaltarepetirnada.Habíaquedado
perfecto.Lucíalesrecordóqueesamismanochehabíaquesubirelvídeoalawebdelconcurso.¡Elplazoterminabaensolodosdías!
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Solounosdíasdespués,tocabacelebrarelprimercumpleañosdelaño.El9demarzo,Susanacumplíalostreceycoincidíaconunaexcursióndetodoelcursoparaverunasruinasromanas.
A la hora de comer, las chicas dieron la sorpresa a Susana: Lucía sacó de sumochilaunatartadechocolateunpocoespachurradaypusieronelnúmerotreceenvelas. Cantaron el «Cumpleaños feliz» y todo el curso acabó por unirse a lacelebración. Susana no hacía más que decir gracias y sonreír, se la veía bastanteemocionada.Noconsiguióapagarlasvelashastaeltercerintento.Aunquelatartaerapequeñaynohabíaparatodos,procurarondaruntrocito,ounpardemigas,acadauno.
—Gracias,Lucía—ledijoEric,consusmigasenlamano.—Dáselas a Susana, que es la cumpleañera —respondió ella para quitarle
importancia.Ericestabaguapísimoesedíasineluniforme…Noqueríamirarlealacarapara
quenoselesubieranloscolores.—Eltuyoeseltrecedemayo,¿verdad?Lucíavolviódeprontoalarealidad.¿Habíaoídobien?Éldebiódedarsecuenta
desusobresaltoysejustificódiciendoqueseacordabaporqueeraelmismodíaqueeldesumadre.
—¡Claro! —le dijo ella sin deshacerse de esasmariposasenelestómagoquehabíanempezadoavolarynohabíaquienlasparara.
PeroentoncesaparecióJaime,ylasparódesopetón.—Vamos, chaval. Aprovechemos el rato libre para jugar al
fútbol,tehatocadomiequipo—ledijocogiéndoledelhombro.Eric asintióyvaciló antesde echar a caminar.Sedespidióde
Lucía conmedia sonrisa y ella se quedó con las ganasdedecirleque también sabía cuándo era su cumpleaños: el 20 de agosto,aunquefueraenplenoverano.
Aquella excursión fue el último respiro que les dieron los profesores.Después
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empezaronconeltorbellinodetrabajos,deberesyexámenes,másinclusoqueelrestodelaevaluación,yyanolesdiotiempodenada.
LaUrracaaprovechóel líoparahacer tutorías a todos los alumnosdeprimero.TambiénaLucía,quelallamóparaquefueraahablarconellaasudespacho.Estabapreparadaparaun chaparróndemalasnoticias, pero le sorprendiódescubrir que la
Urraca no veía su futuro nada negro. Sigue así», le reconociódentrodesupocaemoción.
Conloocupadasqueestaban,noimportabaqueestuvieraapuntodeempezarlaprimavera,yqueelsolrefulgieraenelcielo.Laschicasnoteníanmásremedioquepasarselosdíasconlacarametidaenunlibro.
Unasveces,lohacíanacompañadas,otras,solas.Casisiempreseencontrabanenlabuhardilla.Y,aunquemerendaban,bailabanyavecesinclusocotilleaban,nohabía
que olvidar que la amenaza del continuabaexistiendoparaLucía.
Peroyaestabanenlarectafinal,sololesfaltabauntrabajosobrelareproduccióncelular para terminar la segunda evaluación de ese curso.The last one…Cienciasnaturales.
Esa tarde estaban solas Susana y Lucía en casa de su padre, dispuestas afiniquitarlo.EralunesysoloquedabancuatrodíasparaqueempezaraSemanaSanta,por lo que Lucía se distraía fácilmente: al día siguiente acababa el plazo devotacionesdelconcurso…
Habíamásdequinientosvídeosparticipandopero,porimposiblequepareciera,eldeellashabíaescaladoposicionesdíaadíadesdequelocolgaron.Laverdaderaquese habían currado una buena campaña de promoción: todos sus amigos, vecinos,familiares, porteros y fontaneros habían votado. No quedaba ningún conocido,aunquefueradevista,alquenohubierandadolalata.Así,¡enlaprimerasemanaseplantaronentrelosdiezprimerospuestos!Perohacíatresdíasqueestabanparadasenelnúmero3,quenohabríaestadonadamal…denoserporquejustoporencimadeellasestabanMarisay lasPitiminís,quesehabíanvueltoaunirdespuésde todo…Lucíasemetíaenlawebcadadosportresparacomprobarsilacosavariaba,todavíaquedabanesperanzas…
—leechólabroncalaincansableSusana.Habíaresultadoserunaprofedelomáseficiente.Nohabíaexcusasparaella,el
estudioerasagrado.Poresonosacababuenasnotassoloenmates,sinoentodo.Lucíaestabasentadaenlacamahaciendounapulseradehilosdecoloresazuly
negroparaella,quenoteníaninguna.—Sinomeescuchas,suelto—laamenazó.Sentadaenfrente,ellaleaguantabael
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otro extremo de la pulsera mientras preparaban la presentación del trabajo deciencias.
—Quesíteescuchoooooo—protestabaLucía.—Entoncesexplícameestegráfico—Susanaseñalólacartulinaqueteníadelante.Lucía respondió dememoria sin parar de hacer su pulsera. Satisfecha, Susana
accedióahacerunapausaapartandoelmontóndecartulinastemporalmente.—¿HasvueltoahablarconEric?—lepreguntó.Lucíanoesperabaesapreguntaparanada.Habíaidotanestresadaconlascosas
delcoleylosnerviosporelconcursoquenohabíatenidotiempodeperderseenlasensoñaciones.Síquesecruzabanporlospasillos,perocasisiempreellaibamirandounlibrooensayandounaexposiciónoral,demodoquenoseenterabahastaqueélyaestabalejos…
—Probablementeyanisefijeenmí—ledijoLucía,volviendoasupulsera.—Puesamímehanllegadonoticiasdeotrotipo…Primerosepusoblanca,luegoroja,yluegolerogóaSusanaqueselodijeraono
podría concentrarse en el resto de la presentación y catearía el trabajo. Al final,Susanatuvopiedadyselocontó:
—Me ha dicho Raquel que Jaime le ha confesado, que
Lucíapegóunchillidoysetapólacaraconlasmanos.Despuéssepusoasaltarnerviosasobrelacama.
—¿Quévoyahacer?¡Quénervios!Ayayayay…Mientras,Susanaselamirabadivertida.Alsuelofueroncayendopulseras,libros,
libretas,cartulinasybolis,peroellanopodíaparar.Hastaquesonaronunosgolpesenlapuerta.
—¿Todobien?—quisosabersupadre.—¡Sí,papá,todoperfect!—respondióella.En esemomento se coló en el cuartoAitana, que fue directa a la cama. Lucía
estabatancontentaquenoseloimpidió,nilegritó,nilaechódelahabitación,sinoquelaayudóasubirylasdossepusieronadarbrincossobreelcolchóncogidasdelasmanos.Supadrelasmirabadesdelapuertaysereíasinparar.PeroalpocollegóLorena,yacabóconlafiesta:
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—¡Comotehagasdaño,verás!—amenazóaAitana,haciéndolabajaralsuelo.—Solotieneseisaños—laexcusóLucía.—Perotúno—lereprochóella.Cuandovolvieronaestarsolas,SusanarecuperóeltemadeEric:—Tienesquecurrártelo.—Perosisabedesobraquemegusta…¡Seráquenoselohedemostrado!—Solo
lefaltabagritaraloscuatrovientosquesoñabaconél.—Puesnotantocomocrees…Susanaleexplicóque,comocasinolehabíanisaludadoenlasúltimassemanas,
Ericcreíaqueyanoleinteresaba…ynoteníaclarosipedirlesalir.—Peroahoranoteralles—latranquilizóSusana—.Esoyaloarreglarásmañana.
Ahora tenemos que acabar la presentación. —Y le señaló las cartulinasdesparramadasportodoelsuelo.
—Que ,cansinaaa.—Lucíaalargólaspalabras.Obedeció y continuó presentando el trabajo en voz alta mientras acababa la
pulsera.Sepasóelrestodelatardeevitandoelrelojylaventana,ytambiénelmóvilyelordenador,delquedevezencuandosalíansonidosrepetitivosprocedentesdelchat.Yocultólomejorquepudoelhechodequeensucabezasoloserepitieraunacosa:«TienesquehablarconEric,tienesquehablarconEric»…
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De:Marta([email protected])Para: Bea ([email protected]), Frida ([email protected]), Lucía
(let’[email protected])Asunto:Yaquedapoquito…Adjunto:concierto.jpg
Chicaaasss:Osenvíomuchas fuerzasparaestaúltima semanadeclase.Aich,quéganasde
queacabeyempieceSemanaSanta…¡Sobretodo,sivosotrasestáisaquí!Ya es 21 demarzo: ha empezado la primavera, nuestra estación favorita.Aquí
sigue lloviendo sin parar… ¡espero que vosotras tengáis más suerte! Este fin desemanapasadofuiaunconciertodeTheBigOnes.
¡Quéganasdequeosconozcáis!
Missu,ZR4E
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—Mesientocomosiyafueravacaciones…—dijoBeaalsaliralpasillodespuésdeacabarsuúltimoexamen.
—Anda,flipada,sitodavíaquedandíasparaeso…—respondióFrida.—¡Silencio,aguafiestas!—leechólabroncaLucía.Acababa de hacer su presentación de ciencias naturales y le había ido bastante
bien.Así que estaba entusiasmada y no quería que nadie lo arruinara.Aun así, sucabezaestabaenmilsitiosalavez.NosoloenqueúnicamentelesquedabaesedíaparaganarelconcursoyquedebíansuperaralasPitiminíscomofuera.TambiénenEric.
—¿Yanohaynadieentuclase?—lepreguntóaBea.—No,hesidodelasúltimas,comosiempre.Lucíachasqueólalengua.Miróaunladoyaotro,depuntillas.Entrelacantidad
dealumnosqueestabancelebrandoescandalosossulibertad,novioaEric.Respiróhondo para calmar sus agitados nervios. «No pasa nada…», se repitió en silencio,esperaríaaencontrárselomástarde.
—¿Te pasa algo?—le preguntó Frida apoyada en susmuletas—.No sé quiénagualafiestaahora…
—No,nada—mintió—.SoloqueríahablarconEric.Lequitó importanciay seencaminaronhaciaelpatio.Fridaestabadesesperada
porquelequitaranelvendajeydecidieronqueelsolprimaverallaaliviaríaunpoco.—Venga, nena, que solo quedan cuatro días—la animó Lucía palmeándole la
espalda.Aunquesupadrelehubieraenvueltolossoportesdelasmuletasconalgodón,el
plásticoesehacíacalloscomochurros.HabíancomenzadoaavanzarporelpasillocuandosecruzaronconlasPitiminísy
sureinaencabeza.Lasmiródeunaenuna,ydearribaabajo:—Queosaproveche,perdedoras.Por supuesto, la guerra entre ellas no había cambiado. Si acaso, se había
intensificado:Marisa daba por hecho que iba a ganar el concurso, aunque todavíaocuparaelsegundopuesto.
—Yati,petarda—respondióFridasinpestañear.Marisacontinuócaminandoconsufaldamásminiquenunca,enseñandobiensus
largaspiernas.Conlaprimavera,losleotardosdelanaazuleshabíandejadopasoalasmediasfinasylacamisablancademangalargaalademangacorta(ensucaso,dos
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tallasmáspequeña).—Quécreída—protestóBea.—Cuandopierdaelconcursoyanoloserátanto…—lasiguióFrida.Ningunaseatrevióarecordarleque,porelmomento,teníamásposibilidadesde
ganarloqueellasmismas.Peronohizofalta,porqueentendiósusmiradas:—Todavíaquedaundíaentero,noseáispesimistas.Casi sin tiemponide tomarel sol, el riiiiiingdel timbre lesdevolvió lapereza
recordándolesque todavíaquedabanvariashorasdeclase.Estabanya todasdepiecuando otro ring (del teléfono) hizo que Frida se sobresaltara. Pidió que lasostuvieranunmomentomientrasrespondíaalmóvil:
—Sí,¿quéquieres?Ah,claro…vaya,¡no!,¿sí?,¿enserio?,¿cuándo?MientrasFridahablabahaciendoequilibrios,dejandolamuleta,luegocogiéndola
otravez,con lapiernamalaadelante,atrás,adelante…Lasdemás teníanquehacerverdaderosmalabaresparaaguantarla.Empezaronamirarlaconcaradesesperada.
—¿Tefaltamucho?—lepreguntóLucíaponiendovoztensa.—¡¡¡Sííí!!!—gritóFridadeprontodejándolascasisordas.ApuntoestuvoLucíadesoltarlaparataparselosoídos…—¿Quétepasaahora,loca?—lepreguntó.Fridaseremovíaenelsitionerviosaconelteléfonotodavíaenlaoreja.Hastaque
nosepusieronfirmes,suamiganocolgó:—Eramihermano.Ya sabéisqueestá enfermoencasay eso…—Raquelhizo
gestosparaquenoseanduvieraporlasramas—.Hahabidounpequeñocambioenelordendeganadores…—Fridacerrólabocasinsoltarprendatodavía.
—¿Hemossubidoalpuestonúmero2?—preguntóBea.Fridanegóconlacabezaysonrió.Derepente,sehizoelsilencio.Teníanlosojos
comoplatos.Todasempezaronachillaryabailar a lavez.TambiénFridacon susmuletas.Llegaríantardeaclase,perovalíalapenacelebrarlocercaqueestabandelavictoria.
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SeadelantóycorrióenbuscadeEric.Todavíaquedabanunascuantashorasparaqueacabaraelplazodelasvotaciones,yelordendeganadorespodíavariar…PeroLucíayanotabalaemociónporelposibletriunfo.
Yaen lapuertadelaula,comprobóqueél todavíanoestabadentro.Asíqueseapoyóenlaparedaesperarvalientementeasuchico;bueno,futurochico,siendomásrealista. No apartó los ojos del fondo del pasillo en ningún momento, no fuera apasarlepordelante sinqueella sediera cuenta.Teníaunplancasi infalibley todoestaba yendo tan bien ese día que era imposible que fracasara… Aun así, notabacomosielcorazónfueraasalircorriendoporsucuentaencualquiermomento.
Frente a ella pasaron cabezas de todos los colores y formas, con pelos cortos,rubios,rizados,largos,castaños…YLucíayanosabíacómoponerse.
Se apoyabadeun lado,despuésdelotro, cruzaba losbrazos, los soltaba…Viocomo entraban las chicas y Jaime y sus otros amigos en sus respectivas clases.Cuando pensaba que Eric ya se había marchado a su casa después del últimoexamen…apareció comosi le iluminaraunode esos focosde cine.Destacabaporencimadetodos,apesardequecaminabaconlacabezagachayloshombroscurvos,comosiempre.Lamelenacaíaágilsobreesacaraperfecta…
¡Quéguapoera!Hasta que no estuvo casi pegado a ella, no la vio. Lucía se dio cuenta
perfectamente,porquenotócómoseponíatensodepronto.Comenzóacolocarseconinsistencia el pelo detrás de las orejas y a caminarmuchomás lento…Al final separó,yasí,frenteaella.
—Hola—ledijoélapartandolosojos.—Hola—respondióelladedicándoleunadesusmejoressonrisas.—¿EsperasaBea?—No—confesóella—.Queríadarteesto.Delbolsillodelachaqueta,sacóunapulseradehilodecolorverde(elfavoritode
Eric)yvioleta(elsuyo).Éllacogióconlosdedoscomosifueraaromperse.—Comotegustaronlasmías…—ledijo.Lahabíahechoesamismanoche.Eric se quedó mirando la pulsera. Se notaba lo nervioso que estaba porque
empezóarascarselabarbilla,losojos…Alfinalconsiguiódecir:—Gracias.¿Melapones?
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Lucíalecogiólamuñeca.Soloesperabaquenose diera cuenta de cuánto le temblaban lasmanos.Eralaprimeravezqueélestabatancerca,yquelerozabalapiel.¿Ysilerascaba?Colocólapulserayse la atópreguntándole cómo laqueríadeprieta…Tampoco era cuestión de cortarle la circulación.Estaba haciendo el tercer nudo cuando llegó elPapudoparadarcomienzoasuclase.SeseparódeEricy él entró en el aula.Lucíanopodíaparar desonreír.
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—ElgritodeLucíadebióderesonarportodoelcolegio.
Teníatantascosasquecelebrar…Acababandedarlelasnotasdeesaevaluaciónylohabíaaprobadotodo.Tambiénhabíasacadoalgúnnotablequedejaríasinpalabrasasumadreencuantoloviera…Además,yporsifuerapoco,eraviernesy,ensolodosdías,cogeríaunaviónconlaschicasparairseaBerlínaveraMartaporque…
Aunquesoloteníanganasdecelebrarlo,debíanconcentrarseenacabardedecorarelpasilloconpirámidesdecartulinadelaclasedeplástica,tornosyruedasdemaderaque habían hecho en el taller de tecno, incluso un camello de peluche que algunohabíallevadoenplangracioso…Ensupartedelpasillo,todoprimeroseencontrabapersonificando a las distintas dinastías mesopotámicas en ese túnel de la historiaantiguaconunamúsicadefondoabasedelirasyarpas.
Todosandabandisfrazados,bastante ridículos,perohabían tenidosuerte: losdesegundohabíanhechounpasillodelcambioclimáticoyaalgunosleshabía tocadodisfrazarsede«deforestación».Ellas,porlomenos,estabangraciosas,consustúnicasyaloCleopatra,Ateneaycompañía.
Comoeraeldíadepadresehijos,esatardelasfamiliasvisitaríanlosdecorados.Anadielehacíagracia:¿habíacosamásinfantil?LoúnicobuenoeraqueacabaríanconunamerendolaenelpatioysehincharíanachocolateyCoca-Cola.
Ya casi habían acabado con la decoración, solo quedaban unos pocos detalles.Pero cada vez que tenía oportunidad, Lucía se distraía mirando a Eric de reojo.¡Estaba tan mono vestido de romano! No le había pasado inadvertido que llevarapuestalapulseraqueellalehabíaregalado,yesoteníaqueserunabuenaseñal.Sinembargo,seguíasinhaberpasadonada…
Aprimerahoradelatarde,lamadredeLucíaentróenelaulaconJoséMaría,yfuedirectaaella.
—¿Qué?—lepreguntó.Sabíadesobraqueesedíaledabanlasnotas.Lucíaleentregóelsobreysumadreloabrióenunmovimientorápido.Amedida
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quesusojos reseguían las líneasdecadaasignatura, sucara sedestensaba. Inclusohabíadejadodetemblarleellabio.Ahoradibujabaunasonrisaauténtica.
—Sabíaqueloconseguirías—seleocurriódecir.JoséMaríatambiénlediolaenhorabuena.Lucía entornó los ojos y permitió que la abrazaran un poco, aprovechandoque
Ericestabadeespaldas.
—Bueno,yapodéisseguirconlaexcursión—anuncióLucía.Estaba deseando que su madre y José María se marcharan para poder seguir
vigilandoaEric.Asíquelesexplicóqueteníanquevereltrozodepasillodelosdetercero porque era una pasada. Prácticamente los arrastró hasta la puerta y sedespidió.
Pero,justodespuésllegaronlospadresdeFrida,ydespuéslosdeBea…RaquelySusanapresentaronalossuyostambiény,cuandoquisodarsecuenta,niEricniJaimeestabanyaenlaclase.Esperabaverlosenlamerienda…
Unfuerteempujónasuespaldalehizovolverse.Sabíabiendequiénsetrataba,porqueungolpazocomoesenopodíavenirdeningunaotrapersona…Marisaysuséquitoestabanjustodetrásdeella.
—¿Querías algo? —le preguntó Lucía sin miedo, inclinando su peluca deCleopatra.
—Esapelucanotefavorecenada.Ydejadepegarteamí,queparecesunalapa…¡como si así se te fuera a pegar algo!—exclamó la líder moviendo su túnica deromanaporencimadelarodilla,ylasdemásserieroncomohienas.
—Másbienseríaalrevés…Yonosoylaquevaporahíperdiendoconcursos…
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Marisa se encaró a ella empuñando su lanza de goma. Las chicas rodearon aLucía cogidas a sus escudosdeguerrerasyFrida se colocódelante, conmuletasytodo.LepreguntóaMarisa:
—¿Molesto?Marisaresoplóyacabómarchándoseaotrolado.Unavezmás,sehabíanlibrado
deella.
Al poco llegó su padre con Lorena y Aitana. Lucía regaló a la pequeñaja lacoronaquellevabapuestayAitanasepasóelratosiguientediciendoquequeríauncamelloparasucumpleaños.
Cuando avisaron los profesores de que ya estaba todopreparadoenelpatio,laschicasseencaminaronhaciaelexterior.
Variasmesascolocadasenformade«u»conplatosdecomiday botellas de refrescos daban al recreo un aspecto festivo. Lospadres habían ido haciendo corros de conversación y los hijosestabanlomásalejadosposibledeellos.Yaeranmayorcitosparaese tipodeeventosynoqueríanque lesavergonzarandelantedesus amigos… Por suerte, María y José María estaban en una
esquina, y David, Lorena y Aitana justo en la contraria. Así no había riesgo dechoquedefamilias.LucíadistinguióalamadredeErictambién.Bastantemáslejos,lo vio apoyado en un árbol charlando con sus amigos. Lomiró, él le devolvió lamiradaycomenzóaacercársele.
—¿Qué tal las notas?—empezó a hablar intercalando lamirada entre ella y elsuelo.
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—Puesbastantebien,paramisorpresa.Ericsonrióyellanotócómosederretía.Lepreguntó:—¿Ylastuyas?—Teniendoencuentaquehefaltadocomounmesporlahepatitis,nodemasiado
mal…ALucíaleibaelcorazónamilporhoraynolellegabaelaire…Estabasegurade
que ese era elmomento que llevaba deseando cada día de los últimos tresmeses.Teníaquedisimular.
—Bueno, ahora puedo ayudarte con algunaasignatura si quieres…—se ofreció con voz bastanteconvincente.
—¿Sí?Vaya,gracias…—ledijoél.Despuéssuspirófuertey—:¿Puedopreguntarteunacosa?
Ahíestaba,alfin…Lapreguntatanesperada.Lucíasearreglólamelenapelirrojasacudiendoelcuello,y seconcentróenquesucarano fueradedesesperada.Evitómirarasupadre,quelaobservabaalolejosylasaludabaconlamano.¡Quépesado!Procuróquesuvoznoemitieraningúngallo:
—¡Claro!—Casiloconsiguió.—Ejem—carraspeóEric antes de proseguir—: ¿Podrías ayudarme enplástica?
Séqueereslamejorymegustaría…Lucía dejó de escuchar a partir de «plástica». Se quedómirando a Eric con la
boca abierta, como si se le hubiera secado el cerebro. No tenía un espejo paramirarse, pero su piel también debía de haber sufrido la parálisis poniéndose másblancaquelastizas.
—¿Lucía?Que si no te va bien o no te apetece, no te preocupes, ¿eh? ¿Estásbien?—lepreguntóél.
Ella solo fue capaz de decir que sí, y de asentir con la cabeza, que habíaempezadoadarlevueltas.DespuéspusolaexcusadequelaestabanesperandoysealejódeErictodolorápidoquepudo.
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El avión salía tempranísimo y Lucía no pegó ojo en toda la noche. Como era laprimera vez que volaba, estaba deseando descubrir si se veía alguna de sus casasdesdeelcielo.
SumadreyJoséMaríalallevaronalaeropuertoyporpoconopudofacturarsumaleta:sumadretuvolamaravillosaideadeirporlaGranVíajustoenesedomingoqueabríaIkea,yestabatanpetadadecochesquellegócasiunahoratarde.Supadre,que también fue a despedirla, tuvo que morderse la lengua para no decir lo quepensaba.Literalmente.
Cuandollegóadondeestabansusamigas,estaslamiraronconcaradeespanto.
Lucía se alegró de ver que definitivamente le habían quitado la venda y lasmuletas.Caminabaalgomáslentaycontobillera,perocaminaba.
Cercayadelahoradelembarque,todassedespidierondesuspadres.ExceptodelamadredeFrida,queeralaadultaresponsablequelasacompañaríaesasemana.
Así,deprimeras,aLucíaelaviónleparecióunaespeciedeautobúsencogidoconalas.Nohabíatampocomuchoespacio…Alocuparlosasientos,invadieronunafilaentera,deventanillaaventanilla.
Unaazafataaparecióalfrenteycomenzóahacerlotípicodelaspelículasconlasmanosyelchalecosalvavidas.Lucíaeralaúnicaqueescuchaba,nopodíaevitarlosnerviosdelprincipiante.
Tambiénavisarondequehabíaqueapagarlosmóviles.CuandoLucíafueacogerel suyo, vio en la pantalla el simbolito de un SMS. El número le era totalmentedesconocido,peroalabrireltexto,solosequedóconlaúltimapalabra:Eric…
—seleescapó.Nopodíacreerqueacabaraderecibirunmensajedeél.
Elviernes,Lucíasaliódelafiestadelcolegioenfadadísima.Tantoquesehabía
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hechounapromesa: olvidar aEric para siempre.Pero ahora tenía unSMS suyo…¿Dedóndehabíasacadosunúmero?Ellanoselohabíadado.
—¿Quétepasa?—lepreguntóFridaasuladodandolaespaldaasumadre.Lucíaselocontóentresusurros,yjuntasleyeronelSMS.Eralarguísimoyponía
exactamente(contodaslasletras):
Los ojos de Lucía no daban crédito.Miró a Fridasincomprendernada.Fridalamiróaellaasintiendo:
—Te está pidiendo salir —le susurró entonces aloído.
Lucía volvió a leer elmensaje para ver si eso eracierto.Cuandofueadeciralgo, se lequedóencalladoenlagarganta.Estabatotalmenteparalizada.
—Lucía…—Frida la cogió del brazo y la moviópara asegurarse de que no se había convertido enestatua.
Depronto,salieronsusprimeraspalabras:—Legusto—dijoycogióunpocomásdeaire—.
Legustodeverdad.Tuvo que responder corriendo el mensaje con lo
primeroquelevinoalacabeza.Aunquetampoconecesitabapensarlomucho:«¡Sí,saldrécontigo!Lucía».Apagó elmóvil y se acomodó en su asiento con una sonrisa de oreja a oreja.
Cuandoelavióncomenzóamoverse,cogiólamanodeFrida.Nopormiedo,noeranadadeeso…Nocreíaqueeldespegueleprovocaramáshormigueoenlatripadelqueyatenía…Pocoapoco,notócomolapistadeaterrizajesealejabayellaascendíayascendíahastaalcanzarlasnubes…Aquellasibanaserlasmejoresvacacionesdetodasuvida.
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Verestanovelaacabadahasidoposiblegraciasaunimportantetrabajoenequipo.Talcomo Lucía, Frida, Marta y Bea demuestran a lo largo de estas páginas, es muyimportanteformarpartedeunequipo,tenerapersonascercaquetemotivancuandolosdíasestánnubladosytefelicitanenlosmásbrillantes,porquelocompartidoes…dosvecesbueno.
Asíquetengoquedargraciasamuchaspersonasyesposiblequemedejeaotrastantasporquemidespistemeempujaaello,peroellasyameconocendemasiadobiencomoparaquelessorprenda.
Empezarépormi familia:mispadres, losquemehandadoabsolutamente todoparapoderllegarhastaaquí.Todobuenhijo/asehapeleadoconsumadreportratarlocomoauncrío/a,pero…mamá(jamáspenséquediríaesto),graciasporhacerloytambiénporvermásalláqueyo.Papá,siguesestandocontodosnosotroscadadía.
Graciasamihermano,David,porinspirarmequererllegartanlejoscomoél:conunospadrescomotúyLaura,Ericseconvertiráenunserformidable.Amiabuela,Concha,porcontarmecientosdecuentosa lospiesdemicamaantesdedormir: tuimaginaciónespantabatodasmispesadillas.Amistíos,JoséLuisyMariCarmen,portodos losveranosenNavacerradarodeadadealegríay juego, recuerdosquesiguenpresentesenmimemoria.ACarmenyFélix,porseguirsiendojóvenespasadoslosochenta.
Juanjo, eres la persona más impresionante que he conocido nunca. Tengo quedartelasgraciasportantascosas…porprestarmetuoído,pormotivarmeentodoloqueemprendo,porquerermetanto…Uἀ,lalistaseríainmensa.
GraciasaAlba(misobrinade16años),que tantomehaayudadoaevocarunaépocaquemequedabaya algo lejana.Gracias aMercedes, porhaber criado aunahijatanincreíble.
Minervay Judith, amigas,habéis tenidounpapelde lomásactivo.Milgraciasporaconsejarmesiempreparabien,dentroyfueradeestanovela.Cris,Júlia,Evelin,Iratxe, Tere, Nerea y demás amigas y amigos… todos sois fundamentales, porqueformáis parte demi historia y podríais ser cualquiera de los protagonistas de estanovela.Alberto,tuslecturasfuerondelomásvaliosas.
Por supuesto, no puedo olvidarme tampoco del equipo deMontena, por darmeestabonitaoportunidad.GemmayMaria, habéis tenidomuchapaciencia conmigo,convuestroscomentariosylecturas…Habéishechoungrandísimotrabajo,millonesdegracias.Tampocodaré lasgracias losuficienteaotraeditoradeRandomHouse
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Mondadoriquemetuvopresentellegadoelmomento,Alix:nadadeestohabríasidoposiblesintuconfianza.
¡Graciasatodossiempre!
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