1
LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA
Magistrado ponente
STC3598-2020
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
(Aprobado en sesión virtual de tres de junio de dos mil veinte)
Bogotá, D. C., cuatro (4) de junio de dos mil veinte
(2020)
Decídese la tutela interpuesta por María Isabel
Escobar Viveros, Catalina Álvarez Escobar, Hernando
Alonso Escobar Viveros, Liliana María y María Cecilia
Restrepo Garcés y Lizardo Muñoz Pino, quien afirma actuar
como agente oficioso de María Lilia del Socorro Viveros de
Escobar, Luz Marina Garcés Escobar de Restrepo, Ángela
María y Mauricio Escobar Viveros, Gustavo Garcés Escobar,
Luz Estella y Ángela María González Escobar, María
Patricia, Mónica María, Carlos Mario, Alejandro y Gloria
Inés Restrepo Garcés, contra el Juzgado Segundo de
Familia de Envigado y la Sala de Familia del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Medellín, con ocasión del
juicio de “petición de herencia” adelantado por Edilia del
Socorro Escobar Vélez contra los herederos determinados e
indeterminados del causante Alfredo Escobar González.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
2
1. ANTECEDENTES
1. Los promotores suplican la protección de las
prerrogativas al debido proceso, defensa y acceso a la
administración de justicia, presuntamente vulneradas por
las autoridades accionadas.
2. Del ruego tuitivo se extrae como base de su reclamo,
lo siguiente:
2.1. Edilia del Socorro Escobar Vélez incoó demanda
con pretensión principal de “reforma de testamento”, y
subsidiaria de “petición de herencia”, contra los aquí
promotores, quienes ostentan la calidad de “herederos
determinados y legatarios” de Alfredo Escobar González,
litigio admitido por el Juzgado Segundo de Familia de
Envigado el 27 de julio de 2015, bajo el trámite
contemplado en el artículo 428 del Código de Procedimiento
Civil1.
2.2. En ese asunto, los tutelantes contestaron el libelo
introductor, impetrando (…) el incidente de tacha de
falsedad de la escritura 4970 de 1967, de la notaria quinta
de Medellín (…)”, mediante la cual el citado causante
reconoció como hija a Escobar Vélez; y la excepción de
fondo contemplada en el inciso final del artículo 219 del
Código Civil2.
1 Proceso verbal de mayor y menor cuantía. “La demanda, su admisión, traslado y contestación se sujetarán a lo dispuesto en los Capítulos I y II del Título VII del Libro Segundo de este Código. El término del traslado para que se conteste por escrito, será de diez días”. 2 Artículo 219. “Los herederos podrán impugnar la paternidad o la maternidad desde el momento en que conocieron del fallecimiento del padre o la madre o con posterioridad a esta; o
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
3
Además, propusieron como excepciones previas las
denominadas: i) “cosa juzgada”, pues el 31 de julio de 1970,
el Juzgado Civil del Circuito de Itagüí declaró “(…) que
Alfredo Escobar González, no es el padre de Edilia del
Socorro (…)”; ii) “falta de requisitos formales de la demanda”,
por cuanto la prueba aportada por el extremo activo para
acreditar la calidad de heredera es deficiente; y iii) “trámite
inadecuado”, toda vez que el comentado decurso se regía
bajo la senda del “proceso ordinario de mayor cuantía” y, por
ende, el traslado de la demanda debió ser de veinte (20)
días.
Igualmente, formularon “demanda de mutua petición
de impugnación de la paternidad”, la cual fue admitida el 22
de marzo de 2018.
2.3. Mediante providencia de 28 de mayo de 2019, el
juzgado de conocimiento declaró no probados los
mencionados medios exceptivos previos, decisión recurrida
en apelación por los aquí gestores, correspondiéndole el
conocimiento de la alzada a la Sala de Familia del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Medellín.
La citada corporación, en proveído de 30 de enero de
2020, confirmó “parcialmente” la determinación del a quo, y
declaró la “nulidad” de las actuaciones adelantadas con
desde el momento en que conocieron del nacimiento del hijo, de lo contrario el término para impugnar será de 140 días. Pero cesará este derecho si el padre o la madre hubieren reconocido expresamente al hijo como suyo en su testamento o en otro instrumento público. Si los interesados hubieren entrado en posesión efectiva de los bienes sin contradicción del pretendido hijo, podrán oponerle la excepción en cualquier tiempo que él o sus herederos le disputaren sus derechos”.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
4
ocasión de la “demanda de reconvención”, aduciendo:
“(…) no resulta factible que, en una misma demanda, el actor impugne el nexo parental que tiene con el causante y, al mismo tiempo, en forma principal, y aun subsidiaria, reclame la
herencia dejada por éste (…)”.
2.4. Señalan los actores que la corporación tutelada
vulneró sus prerrogativas fundamentales, por cuanto:
“(…) i) “[I]ncurrió en protuberante defecto procedimental por
exceso ritual manifiesto al renunciar conscientemente al estudio sobre la verdad jurídica del [trámite inadecuado] (…) aplicado
al asunto [subexámine,] vulnerando de esa forma el derecho de defensa de los demandados, al recortarles de forma arbitraria
el término de 20 días de traslado para plantear su defensa; ii) “[P]asó por alto que (…) si ante la justicia ha quedado claro que
un hombre no es el padre extramatrimonial de un individuo, pero un registro civil inscrito sin su firma, exhibe a éste como
hijo de aquél, no se ve por qué los efectos de la sentencia anterior no sean conexos con el debate actual”; iii) “[L]os razonamientos para decretar la nulidad parcial (…) no tienen
respaldo en la realidad jurídica del caso, por ser antinómicos y contener una interpretación contraevidente a la legitimación del
demandado para proponer la demanda reconvención; además de interrumpir la competencia asumida por el Juez de Familia
de Envigado para conocer de la mutua petición (…)”.
Critican al Juzgado confutado por haber denegado la
excepción previa de “falta de requisitos formales de la
demanda”, por cuanto, en su sentir, el documento
presentado por Edilia del Socorro Escobar Vélez para
acreditar su calidad de “(…) legitimaria del causante Alfredo
Escobar González (…)”, contiene “(…) deficiencias que
impiden tenerlo como plena prueba (…)” para demostrar
algún vínculo parental entre los prenombrados.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
5
3. Imploran, en concreto, “revocar” los proveídos de 29
de mayo de 2019 y 30 de enero de 2020, emitidos en el
señalado sublite.
1.1. Respuesta de los accionados
Guardaron silencio.
2. CONSIDERACIONES
1. De entrada se advierte que Lizardo Muñoz Pino,
carece de legitimación para actuar como agente oficioso de
María Lilia del Socorro Viveros de Escobar, Luz Marina
Garcés Escobar de Restrepo, Ángela María y Mauricio
Escobar Viveros, Gustavo Garcés Escobar, Luz Estella y
Ángela María González Escobar, María Patricia, Mónica
María, Carlos Mario, Alejandro y Gloria Inés Restrepo
Garcés, pues nada expresó sobre las circunstancias que les
impiden a tales personas, promover su propia defensa.
Frente a lo comentado esta Corporación ha
expresado:
“(…) En lo atinente a la ‘agencia oficiosa’, bueno es recordar que el canon pertinente, artículo 10, Decreto 2591 de 1991, exige la
demostración de la imposibilidad de los agenciados de promover su propia defensa y la afirmación de la razón de tal
circunstancia en el escrito en que se pide la protección, tal como con insistencia lo ha interpretado la Sala (CSJ SC, 26 nov. 2010, exp. 00372-01, reiterada el 26 nov. 2015, exp.
STC16407-2015) (…)”.
“En casos similares, la Corte Constitucional estableció los elementos necesarios para que opere la figura. Se destacan (i)
La manifestación del agente oficioso en el sentido de actuar
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
6
como tal (ii) La circunstancia real, que se desprenda del escrito de tutela ya por figurar expresamente o porque del contenido se
pueda inferir, consistente en que el titular del derecho fundamental no está en condiciones físicas o mentales para
promover su propia defensa (iii) La existencia de la agencia no implica una relación formal entre el agente y los agenciados
titulares de los derechos (…)”3 (subraya fuera del texto).
2. Al margen de lo anterior, se observa que el
presente ruego fue interpuesto, mediante apoderado
judicial, por María Isabel Escobar Viveros, Catalina Álvarez
Escobar, Hernando Alonso Escobar Viveros, Liliana María y
María Cecilia Restrepo Garcés, quienes conforman el
extremo pasivo del litigio bajo estudio; por tanto, esta Corte
entrará a estudiar las censuras elevadas por aquéllos
contra las autoridades judiciales aquí tuteladas.
3. Los gestores censuran las actuaciones de los
convocados al desestimar las excepciones previas de “cosa
juzgada”, “falta de requisitos formales de la demanda” y
“trámite inadecuado”; impetradas en el comentado decurso;
y haberse declarado la nulidad de la admisión de la
“petición mutua de impugnación de la paternidad”.
4. El auxilio resulta improcedente porque los aspectos
que impulsan a los actores a hacer uso de este ruego se
encuentran todavía a la espera de ser solucionados en la
decisión que el juzgado de conocimiento adopte como
resolución del pleito subexámine, pues:
3CSJ. STC de 25 de febrero de 2016, exp. 11001-02-04-000-2015-02437-01
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
7
i) El tema de “cosa juzgada” podrá volver a ser
analizado, en atención al artículo 282 del Código General
del Proceso4.
ii) En la sentencia de instancia, se deberá estudiar el
aspecto concerniente a la “impugnación de la paternidad”
alegada por los gestores, pues aquéllos invocaron la
excepción contemplada en el inciso final del artículo 219 del
Código Civil5, la cual fue puesta en conocimiento de su
contraparte.
Por tanto, aunque el tribunal haya declarado la
nulidad de las actuaciones adelantadas con ocasión de la
demanda de reconvención impetrada en el asunto bajo
estudio, orientada también a lograr la “impugnación de la
paternidad”, lo cierto es, el referido medio exceptivo tiene la
misma finalidad perseguida en la petición mutua”, esto es,
esclarecer si la allí accionante, en verdad, ostenta la calidad
de hija del causante Alfredo Escobar González.
La excepción contemplada en el citado artículo 219,
tiene su efectividad tanto en la impugnación de la
paternidad matrimonial, como en la extramatrimonial, por
4 “En cualquier tipo de proceso, cuando el juez halle probados los hechos que constituyen una excepción deberá reconocerla oficiosamente en la sentencia, salvo las de prescripción, compensación y nulidad relativa, que deberán alegarse en la contestación de la demanda (…)”. 5 Artículo 219. “Los herederos podrán impugnar la paternidad o la maternidad desde el momento en que conocieron del fallecimiento del padre o la madre o con posterioridad a esta; o desde el momento en que conocieron del nacimiento del hijo, de lo contrario el término para impugnar será de 140 días. Pero cesará este derecho si el padre o la madre hubieren reconocido expresamente al hijo como suyo en su testamento o en otro instrumento público”. “Si los interesados hubieren entrado en posesión efectiva de los bienes sin contradicción del pretendido hijo, podrán oponerle la excepción en cualquier tiempo que él o sus herederos le disputaren sus derechos” (negrillas propias).
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
8
consiguiente, su aplicación en el asunto sublite, resulta
totalmente pertinente. Al respecto, esta Sala adoctrinó:
“(…) [N]o olvida esta Colegiatura que el canon en comento está contenido en las normas que regulan la impugnación de la
paternidad matrimonial, lo que podría hacer pensar que no resulta aplicable en tratándose de la impugnación
extramatrimonial, cuya regulación está contenida en el artículo 248 del Código Civil, conforme la remisión normativa que efectúa el artículo 5º de la ley 75 de 1968”. “Sin embargo, desde la perspectiva de los derechos
fundamentales, no se advierte la existencia de una razón que amerite el establecimiento de un trato diferenciado de dicha
índole, según el cual sólo en tratándose de la paternidad matrimonial, es viable cuestionar la condición de hijo de quien
disputa los derechos derivados de una determinada herencia”. “Por tanto, si no existe una disposición normativa que prohíba a
los demandados proponer la impugnación de la paternidad extramatrimonial como excepción, una restricción como la
invocada por el Tribunal deja al descubierto la trasgresión del derecho de defensa de los convocados al proceso (…)”6.
Incluso, la verdad material sobre el parentesco de la
demandante con el causante saldrá a flote con la resolución
de la mentada excepción, por cuanto el juez de la causa
deberá ordenar, para ello, la práctica de la prueba genética
contemplada en la Ley 721 de 20017.
Sobre ese tópico, esta Corporación ha sostenido:
“(…) [T]ratándose de un compromiso con el hallazgo de la verdad,
puesto que el proceso judicial no se justifica sino en tanto sea un
instrumento para su verificación, porque ésta en sí constituye un
argumento de justicia, los argumentos de desidia de las partes
no pueden dar al traste con lo que en definitiva es un poder-
6 CSJ STC de 27 de septiembre de 2017, rad. 2017-01812-00 7 ARTÍCULO 1o. El artículo 7o. de la Ley 75 de 1968, quedará así: “En todos los procesos para establecer paternidad o maternidad, el juez, de oficio, ordenará la práctica de los exámenes que científicamente determinen índice de probabilidad superior al 99.9%”.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
9
deber del juez, quien, como bien se sabe, dejó de ser un
espectador del proceso para convertirse en su gran director, y a
su vez, promotor de decisiones justas» (Sent. de 7 de marzo de
1997. Cfme: cas. civ. de 25 de febrero de 2002; exp.: 6623). Al fin
y al cabo, con sólida razón, «la justicia no puede volverle la
espalda al establecimiento de la verdad material enfrente de los
intereses en pugna, asumiendo una posición eminentemente
pasiva» (G.J. t. CXCII, pág. 233. Cfme: cas. civ. de 24 de
noviembre de 1999; exp. : 5339), más propia de un proceder
desidioso, muy otro del que debe observar todo servidor público,
incluido el administrador de justicia, claro está, quien tiene un
elevado compromiso con la colectividad toda. (CSJ SC 28 jun
2005, rad. 7901)”.
iii) El punto relacionado con las deficiencias
probatorias del documento presentado por Edilia del
Socorro Escobar Vélez, para acreditar su calidad de “(…)
legitimaria del causante (…)”, corresponde dilucidarlo en el
incidente de “tacha de falsedad” incoado por los censores
frente a ese elemento; es decir, la prueba aquí criticada,
necesariamente, debe ser controvertida en el juicio.
Así, atendiendo el carácter residual y subsidiario de
la acción de resguardo, no es factible acudir a la misma
cuando aún se encuentra pendiente de resolver, por el
funcionario competente, los aspectos que originaron el
litigio cuestionado en esta acción de tutela.
En efecto, esta Corte manifestó frente al tópico:
“(…) [E]s palmario que la tutela no es un mecanismo que se
pueda activar, según la discrecionalidad del interesado, para tratar de rescatar las oportunidades perdidas, como tampoco para reclamar prematuramente un pronunciamiento del juez
constitucional, que le está vedado, por cuanto no puede arrogarse anticipadamente facultades que no le corresponden,
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
10
con miras a decidir lo que debe resolver el funcionario competente (…) para que de una manera rápida y eficaz se le
proteja el derecho fundamental al debido proceso’, pues, reitérase, no es este un instrumento del que pueda hacer uso
antojadizamente el interesado, ni mucho menos para eludir el que de manera específica señale la ley (…)”8.
5. Ahora, si los censores consideraban que el traslado
de diez (10) días otorgados para contestar la demanda de
petición de herencia, no eran los legalmente establecidos en
el Estatuto Adjetivo Civil, vigente para la época, debieron
atacar ese específico punto, mediante recurso de reposición
al auto admisorio de ese litigio; empero, no lo hicieron
desaprovechando el uso de esa herramienta.
Por tanto, no es dable acudir a esta acción
excepcional para subsanar falencias o descuidos en el
ejercicio de los mecanismos ordinarios y extraordinarios de
defensa al interior del pleito.
En lo concerniente al citado requisito, esta
Colegiatura ha adoctrinado:
“(…) [L]a accionante (…), no cuestionó la decisión adoptada por la funcionaria judicial acusada, (…) a través del recurso (…)
consagrado por el estatuto procesal, incuria que no puede suplirse por este medio constitucional. Es claro entonces y como reiteradamente ha sostenido la Corte, que esta acción debido a
su carácter excepcional y subsidiario, no resulta apta para debatir reclamaciones de linaje procesal, salvo en las
eventualidades en que se configuren circunstancias de verdadera excepción esto es, de afectación y peligro para los
atributos básicos, porque en condiciones normales tales pretensiones deben ser ventiladas a través de los instrumentos ordinarios de resguardo judicial y en el presente asunto no se
8 CSJ. Civil. Sentencia de 22 de febrero de 2010, exp. 00312-01; reiterada el 20 de marzo de 2013, exp, 00051-01; y el 17 de septiembre de 2013, exp. 1700122130002013-00211-01,
entre otras.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
11
acreditó que la accionante se encontrara en esa extraordinaria condición (…)”9.
Por otro lado, se observa que los quejosos realizaron,
dentro del referido lapso, el respectivo pronunciamiento
frente al libelo introductor, interponiendo excepciones
previas, de fondo y demanda de reconvención; por tanto,
sus derechos de defensa y contradicción fueron
debidamente asegurados dentro del litigio bajo estudio.
6. Siguiendo los derroteros de la Convención
Americana de Derechos Humanos10 y su jurisprudencia, no
se otea vulneración alguna a la preceptiva de la misma ni
tampoco del bloque de constitucionalidad, que ameriten la
intervención de esta Corte para declarar inconvencional la
actuación atacada.
El tratado citado resulta aplicable por virtud del canon
9 de la Constitución Nacional, cuando dice:
“(…) Las relaciones exteriores del Estado se fundamentan en la
soberanía nacional, en el respeto a la autodeterminación de los
pueblos y en el reconocimiento de los principios del derecho
internacional aceptados por Colombia (…)”.
La regla 93 ejúsdem, señala: “(…) Los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los derechos humanos y que prohíben
su limitación en los estados de excepción, prevalecen en el orden interno”.
9 CSJ. STC. 11 abr. 2011, rad. 00043-01; reiterada el 25 de junio, 12 de septiembre y 1 de
noviembre de 2012, rad. 00143-01, 00100-01 y 0176-01, respectivamente. 10 Pacto de San José de Costa Rica, firmado en San José, Costa Rica, el 22 de noviembre de
1969, aprobado en Colombia por la Ley 16 de 1972.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
12
“Los derechos y deberes consagrados en esta Carta, se interpretarán de conformidad con los tratados internacionales
sobre derechos humanos ratificados por Colombia (…)”.
El mandato 27 de la Convención de Viena, sobre el
derecho de los tratados de 196911, debidamente ratificada
por Colombia, según el cual: “(…) Una parte no podrá
invocar las disposiciones de su derecho interno como
justificación del incumplimiento de un tratado (…)”12, impone
su observancia en forma irrestricta, cuando un Estado
parte lo ha suscrito o se ha adherido al mismo.
6.1. Aunque podría argumentarse la viabilidad del
control de convencionalidad sólo en decursos donde se halla
el quebranto de garantías sustanciales o cuando la
normatividad interna es contraria a la internacional sobre
derechos humanos, se estima trascendente efectuar dicho
seguimiento en todos los asuntos donde se debata la
conculcación de prerrogativas iusfundamentales, así la
protección resulte procedente o no.
Lo aducido porque la enunciada herramienta le
permite a los Estados materializar el deber de garantizar los
derechos humanos en el ámbito doméstico, a través de la
verificación de la conformidad de las normas y prácticas
nacionales, con la Convención Americana de Derechos
Humanos y su jurisprudencia, ejercicio que según la Corte
11 Suscrita en Viena el 23 de mayo de 1969. 12 Aprobada por Colombia mediante la Ley 32 de 1985.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
13
Interamericana se surte no sólo a petición de parte sino ex
officio13.
No sobra advertir que el régimen convencional en el
derecho local de los países que la han suscrito y aprobado,
no constituye un sistema opcional o de libre aplicación en
los ordenamientos patrios; sino que en estos casos cobra
vigencia plena y obligatoriedad con carácter impositivo para
todos los servidores estatales, debiendo realizar no
solamente un control legal y constitucional, sino también el
convencional; con mayor razón cuando forma parte del
bloque de constitucionalidad sin quedar al arbitrio de las
autoridades su gobierno.
6.2. El aludido control en estos asuntos procura,
además, contribuir judicial y pedagógicamente tal cual se le
ha ordenado a los Estados denunciados –incluido
Colombia-14, a impartir una formación permanente de
Derechos Humanos y DIH en todos los niveles jerárquicos
de las Fuerzas Armadas, jueces y fiscales15; así como
realizar cursos de capacitación a funcionarios de la rama
13 Corte IDH. Caso Gudiél Álvarez y otros (“Diario Militar”) contra Guatemala. Sentencia de
noviembre 20 de 2012. Serie C No. 253, párrafo 330. 14 Corte IDH, Caso Vélez Restrepo y familiares Vs. Colombia, Excepción preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de septiembre de 2012. Serie C No. 248, párrs. 259 a
290, criterio reiterado Caso Masacre de Santo Domingo Vs. Colombia, Excepciones
preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de noviembre de 2012. Serie C
No. 259, párrs. 295 a 323.
15 Corte IDH, Caso de la Masacre de Las Dos Erres c. Guatemala, Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2009. Serie C No. 211,
párrs. 229 a 274.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
14
ejecutiva y judicial y campañas informativas públicas en
materia de protección de derechos y garantías16.
Insistir en la aplicación del citado control y esbozar el
contenido de la Convención Interamericana de Derechos
Humanos en providencias como la presente, le permite no
sólo a las autoridades conocer e interiorizar las obligaciones
contraídas internacionalmente, en relación con el respeto a
los derechos humanos, sino a la ciudadanía informarse en
torno al máximo grado de salvaguarda de sus intereses.
Además, pretende contribuir en la formación de una
comunidad global, incluyente, respetuosa de los
instrumentos internacionales y de la protección de las
garantías fundamentales en el marco del sistema americano
de derechos humanos.
7. Por los argumentos anteriores, el amparo deprecado
será desestimado.
3. DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de
Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,
16 Corte IDH, Caso Furlan y familiares c. Argentina, Excepciones preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2012. Serie C No. 246, párrs. 278 a
308.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
15
RESUELVE:
PRIMERO: NEGAR la tutela solicitada por María
Isabel Escobar Viveros, Catalina Álvarez Escobar, Hernando
Alonso Escobar Viveros, Liliana María y María Cecilia
Restrepo Garcés y Lizardo Muñoz Pino, quien afirma actuar
como agente oficioso de María Lilia del Socorro Viveros de
Escobar, Luz Marina Garcés Escobar de Restrepo, Ángela
María y Mauricio Escobar Viveros, Gustavo Garcés Escobar,
Luz Estella y Ángela María González Escobar, María
Patricia, Mónica María, Carlos Mario, Alejandro y Gloria
Inés Restrepo Garcés, contra el Juzgado Segundo de
Familia de Envigado y la Sala de Familia del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Medellín, con ocasión del
juicio de “petición de herencia” adelantado por Edilia del
Socorro Escobar Vélez contra los herederos determinados e
indeterminados del causante Alfredo Escobar González.
SEGUNDO: Notifíquese lo resuelto mediante
comunicación electrónica o por mensaje de datos, a todos
los interesados.
TERCERO: Si este fallo no fuere impugnado remítase
el expediente a la Corte Constitucional para su eventual
revisión.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
16
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
17
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
18
ACLARACIÓN DE VOTO
Aunque comparto la decisión adoptada por la
Honorable Sala, dado el acierto en su motivación,
respetuosamente aclaro mi voto con el exclusivo propósito
de resaltar que se torna innecesario en el ejercicio
jurisdiccional cotidiano, incluir de forma genérica y
automática una mención sobre el empleo del denominado
«control de convencionalidad».
Ciertamente, de conformidad con la propia
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, cuando un Estado ha ratificado un tratado
internacional como la Convención Americana, surge, entre
otros deberes, el imperativo para sus jueces de examinar ex
officio, en sus decisiones, la vigencia material de lo pactado.
De esta manera, el «control de convencionalidad»
comporta una actitud de consideración continua que deberá
acentuarse y manifestarse expresamente, tan solo en
aquellos pronunciamientos donde se advierta comprometido
o amenazado «el efecto útil de la Convención»17, lo cual
acontecerá en los eventos donde pueda verse «mermado o
anulado por la aplicación de leyes contrarias a sus disposiciones,
objeto y fin del instrumento internacional o del estándar internacional
17 CIDH. Caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro y otros) contra Perú. Sentencia de 24 de noviembre de 2006. Serie C No. 158, párrafo 128.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2020-01098-00
19
de protección de los derechos humanos»18; todo lo cual resulta
ajeno al presente caso.
En los anteriores términos dejo fundamentada mi
aclaración de voto con comedida reiteración de mi respeto
por la Honorable Sala de Casación Civil.
18 CIDH. Caso Heliodoro Portugal contra Panamá. Sentencia de enero 27 de 2009. Serie c No. 186, párrafo 180.