) 1LibiO ,LXiO.
CAPfTULO XVII.
Montafuas que separan lu' valles ¿e Aragua de los llanos de
Caracas. -Villa do Cm a. - Parapa ni.
Ca1.iho7o.
La cadena de tnwxtu u as qn e linda con el lago
de Taearigua por la parte del sud kr;na, pordecirlo ;isi , la orilla septentrional de los Llanos
, 5banas de Caracas. Para bajar (le los valles de
Árazua i dichos llanos, es necesario al ravesar 185
montañas de GiIigII e y de Tiicu tune no, psaiido
de un jniS poblado, y prodijetivo á una vasta
soledad. El Yiagcro acostumbradolo al aspecto de103 peñascos y ú la sombra de. los valles, vé con
acinhiracion aquellas llanuras iii tneusas Y sin Sr-boles, que parecen elevarsu liiieia el horizonte.
El 6 de marzo antes del amanecer, dejamos los
3 94 tino y
valles de Aragua ¡ nos dirijimos por iin;t llanuraricamente cultivada , costeando la parte sud-
oeste del lago de \TiJc.nrja atravesando terre-
nos Ul)andOaadOS por las aguas del inimo lago.No podiarnos saciarnos de admirar la krtilidadde aquel campo, cubierto de calabazas , melones
de agila baijúnos. El ruido lejano de los monosahulladores, arjuuciaba la salida del sol , y al
acercarnos á un grupo de árboles que se encuen-
tra en medio de la llanura , entre ¡os antiguosislotes de Don Pedro y (le la Negra, descubrimos
bandas nuwerusas de monos aragtiates, que pa-saban corno en proceston tic ti j i : rl,ol 1 otro
con la mayor lentitud. Se-ti lar' ? cada macho, ungra tu númerorL icro de hembras, llevando muchas de
ellas, sus erias en las espaldas.
Los _naturalistas han descrito variaS VCCCS i los
monos ahulladores, que viven en sociedad , endikrentes partes de la América sus costumbres
se asemejan por donde quiera, aun cuando seandistintas las especies ; y es cosa de admirar la
iinifortiiidad con que los Araguates i ejercen SUS
4 Sinziu urstnu.
r. p iTuLu Xvii. St
movimientos. Cuando llegan á (los rl)o)es cuyas
ramas no se tocan , el macho conductor de la
banda se suspende por la parte callosa y agarra-
dha (le su cola, y dejando caer el resto del
cuerpo, $e cúltimpia hasta que en una de las
oscilaciones puede asi rse : la rama vecina tecla
la fila sique ejecutatulo ti ifilsin') movimiento.
Se dice que los araginites abandonan algunas
veces sus hijuelos r para huir con mas ligereza,
cuando les persiguen los cazadores indios; y que
se han visto madres que desprend han 1:1 hijo (le
sus espaldas para arroj:itic al)11;o del árbol ; mas
yo cren quee algir n mev ¡ tu ¡en (o petraintante acta-
dental ha sido tomado como aceinri ¡tretucci i-
tacht. LOS lli(IIOS IIL',IeII iidiú A predilvecion por
ciertas ra/as (le monos; q' icrc;t t las Vi tul ¡ tas
los Titis, s' en general a (ocios los s:gtiiin1 s pe-
cuando detestan y Cflll1mfltat1 'a les
Araguates ¿a causa de su aspecto triste y (le SitS
desagradables alaridos. Los indios prctriulcrt.qiie
cuando tus Arag untes alboman. L valle con sus
alaridos, hay siempre uno de ellos que canta
corno inacttro de coro, cuya observaciun es bas-
tante exacta gectitralmeti te se (1 :stitigue uIja %'07.
396 l.LBhO VI
mas fuerte, que despites de un largo rato es rem-
plazada por otra de diferente tiple. El niiswo
instinto (le imitaciones observamos algunas veces
en las ranas y en todos los animales que viven ycantan en sociedad. Todavia es mas extraordi-
nario lo que aseguran los misioneros, y es que
cutre los araguates cuando una hembra está de
parto, suspende el coro sus ahullidos hasta ci
momento que nace la cria. No he podido juzgarpor mi mismo de la exactitud de esta asercion;
pero no la considero enteramente infundada. He
observado que cuando un movimiento extraor-
dinario, tal corno ci Gelluido de un Araguato he-
riclo, fija la atenciOn (le la banda se interrumpen
los ahullidos por algunos momentos.Pasamos la noche en Guigue, lugarcillo ro-
deaddc una hermosa campiña, y distante solomil toesas del lago de Tacarigna. Saliendo de
este pueblo se comienza ñ trepar pou la cadenade monta iias que, desde el sud del lago, se ex-tiende húcia él Guacimo y la Palma; y desde
una eminencia que se eleva á32o toesas, vimds
por la 'ltiuna vez los valles de. Aragua. Hicimos
Ct1tU Lo x' 1.
cii leo legu as hasta el lugar de Varia ¡'1 agdakna
y dos mus hasta la villa de Cura.
San Luis de Cura, ó segitu se llama comuti-
nwi;Ie. la tilia de Guni, csti fundada en un valle
cxl reitiariicrite aizdo dirilido del noroeste :tI
sudeste. y elevado. Sct1li luis observariones ha-
ron ictricas A 266 toesas sobre el nis el (le! Océa-
no. LI Imi q cst casi desnudo de vegetacion solo
St hallan alqu rius Arboles frutales, y aun la villa
(le Cura IRIFICU 11h15 Una tldtNI (1110 una ciudad
la poul;it:ioir mo pas;i dr mallo tui! amias •pero
se llaIlfll1 personas ic talento iiiuv ttiliiv:rdo. Un
hutiraro A quien babia arruinado una desgra-
ciada iliCliflaciolI por las Tubas , 005 ;iecnipaüim
para -,¡sitar el cerro (le Chacao donde abundan
las pirRas auríferas.
Se ((flltillIl4l IJajaIIdiI mli' la falda metidiuual
de la cordillera de la costa, en la cori forman
las llanuras de Aragua un valle longitudinal.
Pasamos una parte de la ¡moche cid i i en el pite-
Lb de S;int 3 tiari , muyy rkoahlc por sus aguas ter-
males y por la krni:i extraordinaria tic (los trion-
Les inmediatos llantados los :IÑ'rros de San Juan.
3q8 LIBRO Vi.
Estos son dos picos abalanzados que se elevan,sobre un muro de peñas de iltia base mu y exten-dida, á una altura de z56 toesas sobre el lugar
de San Juan, y de 35o sobre el nivel de los ¡la-nos. Las aguas tcriiiales brotan al pie de los pi-
cos , los cuales son de peña calcárea de transi-
ciori ; estan cargadas de ¡ud rógeno sulfurado,
cuino las de iUariara, y forman uflfl 1)C(1IICña la-
guna , en la cual no vi subir el termómetro mas
de 3*, 3La villa de Cura es célebre en ci pS por los
milagros de una imagen de la Virgen , conocidacon (d nombre (10 Nuestra señoril de /os ¡"alen-
cianos. Esta efigie, hallada por un indio en un
barranco, 'i mediado del siglo diez y ocho, hasido el objeto de un pleito entre las ciudades deCura y San Sebastian (le los Reyes el clero de
cst última pretciidia , que la Virgen liabia he-
cho su primera aparicion en el territorio (JO suparroquia. El obispo de Caracas para poner final escándalo de una larga disputa, hizo llevar la
imágen á los archivos del obispado donde latuso 3o años confiscada, hasta t3o2 que fué
restituida á los habitantes de Cura. Al. Depous
CAPÍTULO XVII. 3qtrae WUV pormenor las circunstancias de aquel
pleito tan CNti'ao)rdiIIaFiQ.Contiuuanws nuestro camino, á las ¿los de ja
noche, poi' Ortiz y Parapara , ñ la ¡ilesa de Paja.
Sin cesar (le bajar en seis A siete horas; costea-
rnos el cerro de las flores, cerca del cual se divide
ci camino que conduce ;i la aldea (le San Jris 'é de'hsii;io. Se pasa por las haciendas de Luque ydel J uncalito para entrar (ti los valles que,
causa del, nial camino, y del color azul de lasesquitas , tienen el nombre de Ma/paso y de Pie-
dras azules. Este terreno foriii;i la antigua orilladel gran esta tiq tic de las sábanas, y ofrece tu u-cho interés al cx;rneu niel geólogo. Se üneiteit-tra ir formaciones Ira jica II as, que St etnl o proha-
bleiiientc tiras recientes que las vetas de diabasecerca de la ciudad de Caracas. parecen pertene-
cer á peñascos de forinacion ígnea.Las masas litt) -iLI( , tz cubren , por decirlo así
las costas del antiguo mar interior lucio lo que
es destructible, como las deposiciones liquidas y
Lis escorias viscosas , han desapinTido. Estos
fenúmenos son dignos de ateticion , especial-
mente por la inUnia relacion que se observa
,OO LiltRo y:.
entre los foriolites y los aindaloides, que, con-
teniendo i ndubitableinente porixene y ermisteinarafibólico forman cubiertas en una esquita de
transicion. Para poder manifestar el conjunto
(le la situaciol) de estas rocas y de su sobrepo-scion , nombraremos sus formaciones, tal cualaparecen en un perfil clirijitlo (101 norte al sud.
Desde luego, en la Sierra de Mariara , que
pertenece ñ la rama septentrional de la cordi-
llera (le la costa . su halla un ç'ran iW de granos
gruesos; despues , en los valles de Aragua, en
los bordes del lago, y en las islas que circunda,
como tambien en la rama meridional de la ca-
dena de la costa, se encuentra el gneiss y el utica-
csquüa. Estas (los últimas peñas son auríferas en
la Quebrada del oro, cerca (le Guigue y entre villa
'le Cura y los Morros de San Juan, en Ja mon-
taña de Cliacao. El oro está contenido en piritas,
ya diseminadas de una aiiaucra casi impercep-
tible co la masa entera del gueiss, va reunidasen pequeñas vetas de cuarzo. 1 La mayor parte
Los cuatro metales que se hallan diseminados en la pena
granitica , como si fuesen de foi ¡nacion contewpo:únea
el o j o. el enano, el Iitauium y ci cobalto.
CAI'iTCt() XVII. 4ot
Je. los arroyos que t{e5CiCfl(ltIt civ a(jILPIInS man-
tasias, arrastran rauos de oro; algunos pobres
habitantes de villa de C u r y de Saz, .1 ¡iaz han
ganado basta treinta pesos en un solo dia, en la
bebo de laa arenas ; pero esto es extraordi-
nario, 'i á pesar de su industria , no encuen-
tran ordina rin num te en tiria semana . pajitas
de oro, sino por vI valor de dos pesos; por
lo que hay pocas personas que se dediquen á
tan incierta utilidad. El cerro de Chaeno, huti-
Lado por vi barranco de Tucutu tierno . esta ele-
vad u «le OO pies sohLi' el Igar de San Juan, y
forin..tdo de gnciss 911C p'' al tnica.qtiita , es-
pecialmente en las cubiertas superiores.
Dicha zona tic gnciss, tiene una anchura de
diez Leguas cii la coidillera (le la costa. desde el
mar hasta la villa de Cura. En esta grande exten-
sion «le terreno, se halla c:xeiiisivatijeritc el Sneiss
Y el mienesquita . que constituyen una sola fin-
u) aci o o. Mas allñ de villa ti e C ti ¡'a . • del (:(s'I
del Cliacao , aparece el as1,ectc del pais titas va-
riado, á los ojos del geólogo. haY todasia ocho
leguas de descenso desde. ]<a de Cura, hasta
la entrada en los llanos-, y vii la I?zhla meridionalII.
1.1080 VI.
(le la cadena de la costa , cubren al gneiss cuatro
peúas de diferentes Ibruiaciones. Las vamos á
describir sin coafundirlas, segun las ideas sis-teni5ticas.
Al sud tic1 Cerro (le Chacao, entre el barranco
(le Tu cnt u tierno y Piedras i icg ras, se oculta ci
gneiss bajo una formacion de serpentina. quevaria dc coniposicion co las diferentes cubiertas
sobrepuestas. Tan pronto es muy pura, muy
homogénea , de un verde oliva obscuro, y ¿le uncorte ó quiebra en escamas que pasa liso; luegoes venosa, mezclada con stcahitt' azulado, (le cortedesigual , y conteniendo, al g unas pajitas de mica.En iiiitgittio de estos dos estados lic descubierto
granates , an7l'olia ti¡ ¿tala-e. Siguiendo masbúcia el sud, en cuya direccion recorremos siem-pre aquel terreno, aparece la serpentina un poco
mas obscura, se reconoce el feldespato y el an/ibo-lía ; y es dificil decir si pasa it la dialiase griws-tein, o si alterna con ella lo que no tiene dudaes , que contiene vetas de combinaciones de.
cobre.
Al pié de la tu ism a ni 01) tañ a. brotan en la
erpentina (los herniosos manantiales. Cerca del
CAPÍTULO XVII. 4o3
lugar de San Juan aparece 4nicamente la diaba.çe
granosa que toma un color negro verdo!o el
feldespato intinvimcnte mezclado con la masa, se
separa en cristales distintos. El inica es muy raro
y no hay nada de cuarzo la ¡nasa en su super-fleje, forma una corteza amarillenta como la do-
lente y el basalto.En medio de este terreno de formacion tra-
peana, se elevad los Morros de San Juan á la
manera de dos Castillos arruinados. Parecen
estar ligados con los cerros de San Scbastian y
de la Galera que limita los llanos como una mii-rafia peñascosa. Los Morros estan formados deun calcáreo de textura cristalina, unas vecesmuy denso, otras cavernoso, verde-gris , lu-
ciente, compuesto de granitos pequeños y mez- -clado de pajitassueltas deinica. Este calcáreohace
grande efervescencia con los ácidos; no ile ha-llado en él, vestigio alguno de cuerpos organi-
zados contiene en bancos subordinados, masas
de arcilla endurecida, azul obscura, muy Pe-sadas y cargadas de fierro; ofrecen 'un rayado
blanquinoso, y no hacen efervescencia con losácidos 5 su superficie toman por medio de tu
4o LIBRO VI.
descomposicion del aire, un color amarillo. En
los Morros de San Juan , hay otro cakñreo
blanco, compacto y que contiene algunos des-
pojos de conchas. No he podido ver la lirica de
conjuncion (le estos dos calcáreos, ni la de la
formacion calcárea con la dialiase.
El valle transversal que baja de Piedras negras
y del lugar de San Juan, hácia Parapara y los
llanos, está lleno de peñas trapeanas que pre-sentan íntimas relaciones con la forniaeioh de
los esquilas verdes, á los cuales sirven (le cubierta:se cree ver, tan pronto la serpentina, corno elgrinstein, los doler lles y los basaltos. No es menosextraordinaria la disposicion de estas masas pro-
blemáticas entre San Juan, Malpaso y Piedrasazules, forman cubiertas paralelas entre si é in-
clinadas regularmente al norte, en ángulos de.4n0_ 5o°. Mas abajo, liócia Parapara y Ortiz,
donde los (I?fligda (oil/es y los fono/iics se tillen al
grtinstein, todo tonta un aspecto basáltico. Lasbolas de gninstein, amontonadas unas sobre otras,
forman conos redondos semejantes á los que seencuentran en el Mistelgebirge cii Bohemia, cerca
tic Billa, que es la patria de los Ibnolites. He
CÑFirL'LC) XVII. 4o5
apii lo que me han producido las observaciones
parciales.
El griinslein que al principio alternaba Con las
cubiertas de scrpentina, ¿i se unia 6. esta piedrapor pasos insensibles , se manifiesta solo, ya en
¿iiantos mu y inclinados, va en bolas de cubiertas
C(JflCtiI t ricas engastadas en las capas (le la ziiistna
substancia. Cerca de Malpasu, reposa sobre es-quitas verdes, galaxiosos, mezclados de anfibo.
ha, desprovistos de mica y de granos de Cuarzo,
inclinados como el grünstein (le 45 0 al norte, ydivi1 idos como aquellos N. O.
E¡y los )at'8gCs donde (lolitiflail estos escJ'titas
verdes , reina una grande esterilidad, sin duda
á causa de la magnesia que contienen , y que
( corno lo prueba el calcáreo maguesifero tic Jo-
& atcrra ), es.muy contraria á la vegetacion. La
¡oc) inacion de los esqiLitas verdes se ¿flan tiene
siempre igual, pero la ilireecion (le Sus mantos,•Nl a haciéndose poco ú poco paralela ti la direcciorigeneral de las peñas 1,ritiiitivas de la cadena dela costa. En piedras azules estos esquitas mez-
clados de anfibolio recobran en situacion concor-
dante, un escpiita azul obscuro, atravesado por
4o6 L113H0 VI.
vetitas de cuazo. Los esquilas verde* encierranalgunas cubiertas de gniristeiti, y aun algunasbolas (le esta misma substancia. No he visto en
nlngtiiui parte alternarlos esquizas verdes con los
negros del barranco de Piedras azules; cii lalínea de conjuncion , parece que estos esqititas
pasan el uno al otro , los verdes se convierten en
L1SCS a medidaida q i e van perdiendo (u aii/ibülui.
Mas al sud. hácia Parapara y Ortiz, desapa-recen los esquitas, ocultándose bajo una forma-
cían trapeana mas variada en su aspecto. El suelo
es ya mas fdrtil , s' los peflascos alternan con lascapas de arcilla qne parecen ser el producto dela deconiposicion del grúnstein de los atnigda-
loides y de los phonolitcs. El grunstein que, mashñcia el norte, era menos granoso y hacia lugar
ñ la serlieri! i ita , toma un carácter mu y distinto.En;ista bolas de mandeistein ó adtnigdaloide que11tienen ocho á diez pulgadas de dianictro , las
cuales son algunas veces un poco aplastadis, yse dividen por cubiertas concéntricas son efecto
de la dcscornposicion; el centro tiene casi la du-reza del basalto , y ea lo (lemas contienen al-
uuas cavidades Iiluv cliicat, llenas (le tierra
(.AI'ITL!LO X U. 407
verde y de cristales tic piroxeno y de nlesutip6. Subase es gris azulada, bastante tiernay ofrece
manchitas blancas que por su forma regular pa-
recen ser de feldespato descompuesto.
Al. tic Buch ha examinado por medio de un
lente muy grande, las nuestras que hemos traido,
y ha reconocido que cada cristal de piroxeno,envuelto en la masa terrosa, está separado de
ella por grietas paralelas ñ las caras del cristal
las cuales parecen eketo de una retirada que !ia
experimentado la masa ó base del ,nandelstejn.
Yo he visto estas bolas de inandeistein, unas veces,dispuestas por cttbicrlas y separadas unasde otras
Por bancos de grüns:cin de ¡o á 14 ¡)ItIgadS (le
grueso; otras veces, siendo esta situacion la masComun, 6C encuentran las bolas tIc 2 y 3 ))ICS dediámetro, amontonadas y. que forman unos ¡non-
tecillos redondos, (:01110 ci basalto esferoidal. La
ardua que divide estas concreciones amigda-loides proviene de la descompesiçion do su cor-teza; y por el contacto del aire se cubren (leuna cubierta de ocre amarilla, muy delgada.
Al sudoeste del lugar de Parapar; ' , se eleva el
pequeño cerro de Flores que se distingue tIC
4o8 LIURO VI.
le l os en los llanos casi á su pie y enmedio del
terreno de niandelszein que acabamos de describir,
aparece una fono/ite poríirode, nIaszL defeldespato
vitroso. Este es el verdadero porpiLyr5cllh/er de
\\T erIj (r, el cual Con dificultad se distinguirza, en
una coleccion de piedras, de la foziolite de Bilin
en Bohemia. Sin embargo la (le Parapara noforma PeÑascos grotescos, sino colinas pecjueíias
cubiertas de planchas anchas y estrcmamcntesonoras, transparentes hacia los cantos y que
lastiman las manos cuando se quiere romperlas.
Tal es la sric de piedras que he descrito sobrelos mismos terrenos it medida y por el órdcn quelas he ido hallando, desde el lago de Tacarigua
hasta la entrada cii los llanos. Pocos terrenos deEuropa ofrecen una constitucion gcol&gica tandigna de ser estudiada, liemos visto succesiva-
izientc seis formacionesDe gneiss micaesquita
De esquita verde (de transicion),De calc:reo negro (de transicion),
De serpentina y (le grunstein,
De amigilaloide (coti porixeno), yDe fonolite.
CAPiTULO XVII.
La G9lda inen(lionaL de la cadena de la costa, es
bastante rñpida , pues los llanos se encuentran
segun mis medidas baroniétricas, mil pies mas
bajos (JUC el ÍOII(1O del recinto de Aragua. De la
grande altura de Villa de Cura, bajamos á las
riberas di,! ri ' T ucu tu nc mo , cl ci sal se ha for-
mado, CII la peña serpe: it iii osa , u n val le longi-
tudinal , dirijido del este al oeste casi al mismo
nivel que la Victoria. lEn valle transversal nos
condujo desde alli it los llanos, por los lugaresde Parapara y de Ortiz. La direccion de este
valle es ¿eneralmezite del norte á su(l • aii ripie
interrumpida en varios puntos. Algunas liori-duras, cuyo fondo es en teraiticute horizontalcomunican entre si por gargantas estrechas y (le
cuestas rápidas sin duda fuéroii cii otro tiempolagos pequeños que, por la acumiilacion de las
aguas 6 pc'r otro catástrofe mas violento, rom-
piérosi los diques que los dividían. Es tanibien
probable que la irrupelon de las aguas hñcia los
llanos por medio de etC raordirsarios destrozos
ha (lado aquella forma de ruinas ü los Morros
de San Juan y de San Sehastian. Li terreno vol-CJiiCO (le Parapara y Ortii no está mai de 3o á
4 lO l.11 ¡ir ) 1.
4o toesas elevado sobre los llanos, por eOni-guiente las irrupciones se han verificado en el
punto mas bajo de la cadena granítica.
Entramos en el recinto de los llanos por la
mesa de la paja; sobre los 90 + de latitud , estabael sol casi en el zenit; la tierra tenia basta 48 0 y5o 0 (le temperatura . por los paragcs (1OR(1C es-
taba desnuda de toda vegetacion. Niugun soplode viento se sentia á la altura en que nos hall-
hamos sobre las mulas ; sin embargo, enmedio
tic aquella calina aparente se levantaban sin cesar
torbellinos de polvo, movidos por unas corrientes
de aire (jtIC solo existen en la superficie del suelo,y que nacen de las diferencias de tclnI)CratUrflque adquieren la arena desnuda y los parages
cubiertos ele yerbas. Estos vientos flc arena, au-
mentan el calor sofocante de] aire: cada grano
de cuarzo, mas caliente que ci aire que le rodea
rellecta en todas direcciones, y es difleil observarla temperatura de la admósfera, sin que las mo-
léculas de arena vengan d chocar contra la am-
P1 tk!flhI metro de Itéauiii ur, en tu Arena, sabia á 3 1 y
(:Á1'rrllLo )!l.
itolla del termómetro. Codo al rededor parecía
que las llanuras subian liicia el cielo; y aquellavasta y profunda soledad se presentaba S tuiestrosojos corno un ¡fiar cubierto de fuco ó (le algas.
Se-un era la niasa de vapores extendidosidos en laadnósíera. y scguii la variedad de la tempera-
tura en las cubiertas sobrepuestas del aire , asi
aparecia el horizonte cii unas partes sereno y
claramente, separado, y vii otras tortuoso , On-
dulado obscuro y confundiéndose la tierra conci cielo. Se vuian lo lejos troncos de palilleros,
por medio de la niebla seca, ' de los baujeos devapores; aquellos troncos desprovistos de susho;as yde sus verdes coronas, parcelan unos palosde navios que se divisaban en el horizonte.
No (teja l eser i un ponen te , a ur uq nc triste y 11 -
gubre , el espectáculo uniforme 'Je aquellos ha-
¡los : todo parece inmóvil; solo alguna vez Sedesigna sobre la súbana la sombra de una nube-
cilla, que atravesando el zenit anuncia la proxi-midad de la estacioni tic las lluvias. Yo no sé siSorprende mas la primera vista de 105 llanos que
la cJe la cadena de los Andes : los paises !I}oU-
tutosos sea cual fuese la elevacion de sus cimas,
412 LIBRO \1,
tienen un aspecto análogo; pero hay mayor di-
ficultad en acostumbrarse á la vista de los llanosde Venezuela y deCasanare, y á la de los Pampas
de Buenos Aires sr del Chaco, que representan
continuamente, por espacio de 20 6 3o diaS deviage , la superficie cid Océano. Las llanuras del
oeste y del norte de Europa , no ofrecen sirio 'ura
ini:gcn muy débil (le los llanos de la América
meridional.
Se ha ercido caracterizar las difercjttes partesdel inundo, diciendo que la Europa tiene ma-
zorrales, el Asia steppes', el Africa desiertos, y la
América sábanas; pero por estas distiricion se
establecen contrastes que no estan fundados enla naturaleza de las cosas, ni en el genio de laslenguas. En lugar (le designar aquellas vastas
llanuras desprovistas de arboles, p°' la natura-
leza (le las yerbas que contienen, parece mas
sencillo distinguirlas en desiertos y en steppes 6
sábanas; en terrenos (lesrilidos sin ninguna ve-
getacion, y en terrenos cubiertos de gramíneas
6 de vegetales chicos de la clase de los Dicotilc-
1 Terrenos de arenas rnptedias.
xvii. 4t3
dóricos. En muchas obras se ha designado A lassabanas de la América en especial ú las de la zona
templarla con el nombre de prw/erias; pero me
parece poco aplicable este nombre á tinos pastos
casi siempre Secos, aunque cubiertos de verba
alta hasta cuatro y CInCO pies. Los Llanos s' los
Pampas (le la América meridional, son verda-deros stcppes. Durantete la estacion de las lluvias
ofrecen una verdura hermosa pero cii el tiempode las grandes sequias toman el aspecto do un
desierto la yerba se convierte en polvo , la tierra
se quiebra por todas partes, ¿1 cocodrilo y lasserpientes quedan sepultados en el lodo desecadohasta que las primeras aguas de la primavera losdespierten de su letargo. Estos fenómenos se pre-sentan sobre unos espacios :iridos de 50 V Go le-guas cuadradas, y por (laude quiera que las só-
lianas no cstan atravesadas por algun rio; piles
(t las orillas de estos, y aun en las de cualquierpantano de agua infecta, halla el viagero, de
distancia en distancia, aun en la época deeste-
rilidad , algunos grupos de Mauricia, palmera
cu\as hojas en forma de abanico, conservan una
brillante verdor.
/114 LIBRo Vt.
Los desiertos del Asia estan todo3 fuera de lostróJ)iCOS y forman eminencias extraordinaria-
mente elevadas. La América prescrita tambien en
las faldas de las montañas de Méjico, del Perú,
y de Quito, sábanas de tina extension conside-
rable pero sus mayores stcppes, que son los Lla-
nos (le Cumaná, de Caracas y de Meta, tienen
muy poca elevacion sobre el nivel del mar, ypertenecen todos á la zona equinoccial. Estas cir-
cunstancias les dan un caracter particular no
tienen, corno los desiertos del Asia y de la Per-sia, aquellos lagos sin desagüe, ni aquellos ria-chuelos que se pierden en la arena ¿i por filtracio-
nes subtcrrneas. Los llanos (le la América cstan
inclinados hñcia el este y sur, y sus aguas afluyen
ci Orinoco.
El curso dc estos ¡los me habia hecho creeranteriormente, que las llanuras estabaji eleva-
(las, á lo IntrioS de ioo Ú 1 5o toesas sobre el ni-
ve! del mar suponia que los desiertos del inte-
rior del Africa tenian tambien una altura consi-derable, y que seguian como por escalones,
desde las costas hasta el interior (le aquel vastocontinente. Hasta ahora no se ha llevado ningun
C ttPITlJLO xvii. 4i5
barómetro al desierto de Zahara; y en cuanto it
los llanos de la América, lic hallado por las al-
turas barométricas observadas en Calabozo, en
la Villa de Pao, y en la embocadura del Meta(JUC £10 Llenen mas de 4o it 5o toesas de alturasobre ci nivel del Océano: el dcsenso de las aguas
es cdreznan,entc suave y it veces casi imper-
ceptible; as¡ es que el menor viento, ¿ crecidade¡ Orinoco, las hace retroceder. El rio Arauca
ofrece : menudo esta corriente hAcia arriba; los
indios creen bajar duraute una jornada nave-
gando desde la embocadura likcia el orígen. Lasaguas que bajan estaii separadasde lasque stil,eii
por una gran masa de agua estancada en la cual,
al rompere el equilibrio, se forman torbeilluosmuy peligrosos para los barcos.
Lo que mas caracteriza «,'¡ las Sábanas de la
América meridional, es la falta de colinas. y ci
perkcto nivel de todos los puntos del suela ; ,y
as¡ es que los conquisracloros españoles cuandoj'ciietrúron desde Coro it las orillas del Apure,
no las 11am Aron desiertos, sábanas, ni praderias,sino los Llanos. En So leguas cuadradas de ter-reno, no se presenta 4 YCCÚS, una eminencia de
4 iS unzo vi.
un pie de altura; asemejándose tanto á la super:
ficie del mar, que sesorprcndc la imaginacionespecialmente cii las llanura's que estan entera-
mente despobladas 'le palmeras, y que no sedescubren las montañasdel litoral v del Orinoco,
cuino en la Mesa de Pavones.
Sin embargo, á pesar de esta aparente uni-
íorniidad , tienen los llanos des géneros de de-
sigualdades que no escapan ñ la vista de un via-geta observador. El primero se conoce con el
nombre (le bancos, y son çerdaderarnente unos
bancos en medio (le la grande cxtcnsionde los lla-
nos, y unas capas fracturadas (le greda6 calcáreacompacta, que estan colocadas cuatro ¿ cinco
pies mas altas que el resto de la llanura. Estos
bancos tienen algunas veces tres y cuatro leguas
de largo, y solo al examinar losbordcs se percibe
su existencia. El segundo género de desigualdadno puede conocerse sino por medio de nivela-
ciones barométricas ¿ por el curso de. los nos.Son tina especie de eminencias convexas, ib-iiiadas Mesas. que se elevan insensiblemente áalgunas toesas de altura tales son húcia el esteen la lff0flci3 de Cunia,iú las Mesas de Amana,
CAPITULO XVII. 4,7
de Guanipa y de Jonoro, cuya dircecion es del
6Ud oeste al nordeste, y que ñ pc&ar (le su poca
elevacion , dividen las aguas entre el Orinoco s'
JA costa septentrional de Tierra - Firme ; la
convexidad (le la sábana es la que únicamente
produce esta particion , y, ella se encuentran
las (lirorcia aquarurn • asi como se hallan en
Polonia en aquellos puntos donde la misma Un-
Itura divide las aguas cutre el mar negro Y el
Báltico.
El cuadro siempre unifonne que ofrecen los
¡¡actos, las poquisituas habitaciones, las ¡neo-
modidades del viage bajo un ciclo abrasador y
lIfla admúsfera oscurecida por el polvo, h vista
de aquel horizonte que parece huir unte (d Ga-TT) ¡ cian le aquellos troncos aislados de palmera
que todos tienen una misma fisonomía y que
parece no se piicleii aJCaIIZaV porque se con-
funden con otros que van simhiemiclo por el hori-
zoLite visual; todas estas causas reunidas ;utcemi
Cn. AbnIitiia piope ¡tigi s (Tatiri ) ad di; arcu tuivarum
eristra os5ui e. .. Luus, 11 58, 1:. fi. ( E./. ¡'pa.. t. JI',
y.II. '2;
4tS LlíflC) Vi.
palCCCI' 105 llanos mucho iiias grandes de lo que$011 CII
realidad. LOS colonos que hab ¡tau la faldameridional de la cadena de la costa , ven esten-dcrse pérdida de vista los llanos hácia el sudcuino tui Océano de verdor saben que desde el
Delta del Orinoco hasta la prosiucia de Varinas
y desde allí, pasando las riberas (le! Meta, del
Guaviare, y del Caguan, se puede avanzar en
las llanuras 36o leguas 1, primero en dircecion
del este al oeste y luego de nordeste ¿ sudeste,
hasta mas allá del ecuador, al pie de los Ancles
de Pasto. Por las relaciones de los viagcros, co-nocen que los Pampas de Buenos Aires son igual-
mente unos llanos cubiertos de verba fina, des-
provistos de árboles y poblados de bueyes y
cal,allos salvages. Suponen , segun la mayorParte de nuestros Mapas de América, que estecontinente no tiene mas de una cadena de mon-tañas que es la de los Andes, que se prolonga
del sud al norte, y se forman una ilca vaga (le
la contiguedad de todos los llanos, desde ci Ori-
¡ la distancia de Tombuctou i tus CO514S seteri irioiialc&
del tídca
CMITVCO fil.
iwco y el Apure, hasta ci Rio de la Plata y elestrecho de Magallanes.
No inc detendrá en la clescripciou miucraló-tca de los cadenas transversales que dividen la
América del este al SU(lOCStC; pues que ya he
descrito la Cordillera del litoral, cu ya mas alta
cima es la Silla (le Caracas, que se une por el
Páramo de las Rasas al Nevado tic Mérida y á los
Andes de la Nueva Granada. Otra cadena de
montañas ú melar otro grupo menos elevado.aunque mucho mas ancho, se extiende entre la
paralelas tIc 5 0 y ;° de las bocas del GuaviareM Meta al nacimiento del Orinoco, de] Maroni
del Esquibo, hácia la Guayana holandesa y frai
cesa. Llamaréinos á esta cadena la Cordillera de
1(1 Parima, ó de las gratules cataratas del Ori-
noco; se la puede seguir sobre 25o leguas de
largo, pera es menos irna cadena que un Con-
junto tic montes graniticos que estan separados
por llanuras pequeñas sin estar bien dispuestospor órden simétrico. Este grupo de montes ele
la Parima se estrecha considerablemente entreel origen del Orinoco, y las montañas de l)einc-
rarv i cii las Sierrus de (Juimiropaca y de Paca-
4ao 1 IF.I'.O VI.
raiu10 que disiden sus agitas entre el Caroin' s'
el rio Pa rin Le ú el rio de aguas blancas.1a cordillera de la Parima no estñ unida á los
:ndCS de la Nueva Granada, sino separada porun espacio de ochenta leguas ele ancho. Si sequisiera suponer que todo este trecho ha sidodestruido 1)01' alguna eran ,'cvoluciou del globo,lo ¿; tic no es mu y probable, seria necesario -id-
in que linibien. se des prei ullA alt tigu am cii (ede los Andes, entre Santa F'é de Bogota s.
Esta ol)servacion SiIVC para lijar mas Ib-ciliiicn(e en la memoria del lector la posicioti
gcoi'aflca (le UIIO Cordillera que hasta zliora no
ha sido bien conocida. Otra tercera cadena demontañas reune baio los 160 y' ¡So de latitud tite-ridional ( por Saifia Cruz de la Sierra las Ser-fil IRIS (le Á iizipcliv y las Li iiiosos campos ¿os
ParetiS ) , ¡ os Andes del Purti ü las iuoiitaña?delBrasil; es la Cordillera (le Chiquitas que se en-sandia cii la Capitanía de !il mas Cenes i dividelos afluentes del rio de las Amazonas y (le! (le laPlata , no solamente en lo in tenor del pais cii eli:iericli.trtn ile Villa-Bou, sino tainhien ¿i cortadistancia de la costa. entre Rio Janeiro y Baltia.
i;A vil tLi \VII. la 1
Estas trcs cadenas transversales c mejor estos
tres grupos de montañas d ¡rl jidas del oeste al
este, entre los limites di: la zona torncI4, eStaii
suparadas por terrenos cuLera tnen te ¡hilos, co tao
las llanuras de Caracas ó de] ['ajo O rin oca ,
de Buenos Aires ó de la Plata, y las de¡ Amazona
A Rio Negro. No ¡nc sirvo del nombre di, Valles,
porque el bajo Orinoco Y el Atnazori;i , lejos de
coirci' por unos valles , solamente forman un
pequeño surco, cii medio de una vasta llanura.
Los dos recintos colocados en las extreinidades
de la AIIIéIiCn meridional, Sol) siba,ias o llanos
y pastos sin :irl;oles ; el recinto intermediario
que recibe todo ci afio las II it las ecuatoriales,
es casi todo él, titia selva cii la cual no se co-
noce otro catitiun cjiie los rius. Esta abundancia
'le vegetacioii que oculta el suelo, lince nl paso
tontos sensible la uniformidad de SU IIi1, y
solo se llaniari lla nos ., los de Caiac;is y do 1u Plata.
Scguii el leciguage (le los colonos, se designan
'lid u;l, tres regiones de llanos con los nombres
tic: Llanas de Ynrin;is y Caracas, ¡rus yn-s A selvas
clii Attiazona. y Pampas tic Buiuit ' s Ajes.
l.o:. ;rlles ' tIlnii ¡iii solo 11 l:livor 13.11 111 d'
422 1JUlio VI.
bis llanuras del Amazona. deRde la Cordillera drChiquitos hasta la de !aPariina, sino tambien estas
dos cordilleras, las cuales rara vez llegan á la al-
tura de los Pirineos' ; por cuya raon las vastas
llanuras del Amazona del Madeira y del Rio
Negro, no estar¡ limitadas tan d ¡st inta rilen te co uno
J05 llanos de Caracas y los Pampas de Buenos
Aires. Como la region de los bosques abraza áun tiempo las llanuras s los montes, se extiende
desde los ¡0 sud ; los 7, y 80 norte, y ocupa
cerca de 120,000 leguas cuadradas. Esta selva
de la Aru'rica meridional, pues que en realidadsolo hay una, es seis veces ma yor que la Francia;
aunque los europeos solo conocen las riberas de
algunos nos que ]a atraviesan tiene tamhien
sus claros, de extension proporcional i la delbosque. Luego vamos ti recorrer otras sábanas
pantanosas, entre el alto Oniuoco el Conorichite
Se debe exceptuar la parto mas occidental de la cordil-
lera de Chiquitos, entre Cochabamba y Santa-Cruz de la
Sierra, doude las cimas estan cubiertas de nieve pero este
giupo colosal i;ai pertenece toda; í3 ti los Andes de la Paz,
de loz cuales forma un promontorio prokinga'lo h5cia el
este.
C.trITULO XVII.
y rl Casiqitiare, por los 3' y fj° de latitud. Bajol fl)istno paralelo ha y otros claros ú Sáihanas
Ii?flpiaz, entre el origen de] Mal) y del rio deAguas blancas. al sud de la Sierra (le Pacarairna;las cuales estan habitadas por Caribes y Macusisnoniades. y se acerctuj hasta las fronteras (le laGuayana francesa s' holandesa.
Jíabiendo ixiaiiikstado la consti uciori geoló-
gica (le la América meridional, vamos á descri-bir sus principales puntos. La costa (lel oeste.esta limitada por un muro enorme de mant aÑas,
ricas en metates preciosos en lodos los paragesdonde el luego volcñiiico no se ha abierto una
salida en medio de las nieves perpetuas, y esta
es la Cordillera de los Andes. TJav eiziias de pAr-lirIo trapeano que se elevan fi mas de 3 3oo toe-sas y la altura inedia de la cadena es de i ,85otoesas '. Prolóngase esta en la direccion de uu
Segun ¡ab rncdick c1erg t:idj, en Nueva -Granada
Quito y el PC¡ ti, jor Boaguer, La Cwidiuiineyyo. Viasc.
bobre las difc entes Iclaciolíes que ofrecen 105 l9rineus, ¡os
Alpes. los Ande y el ti ¡ni a ly a. en s;t1s cimas ¡Has al rs y
en la elevación inedia ¡te LI .:ailert;i (dos cteuentos
4 2 unio Vi.
meridiano y cavia á cada hemisferio un brazo la-
teral , por los ¡ o°(1e latitud norte y los 6 0 et iSsud. El primero de estos dos ramos, que es el
del litoral de Caracas, es menos ancho y forma
una verdadera cadena. El segundo, la cordillera
de Chiquitos y del Guapore que es muy rica enoro y se ensancha hácia el este cu ci Brasil, enunas vastas alturas do un clima suave y templado.
Entre estas dos cadenas transversales, conti-
guas ó los Andes, desde los 3' ( los ° de Latitud
norte, se halla un grupo aislado de montañas
graníticas, que se prolonga igualmente en la di-reccion detiti paralelo al ecuador, pero que ter-
mina repentinamente Inicia el oeste sin pasar de
r el meridiano y sin estar unido á los Andes de
la Nueva Granada. No tienen volcanes activos
estas tres cadenas transversales, é ignoramos si
la mas meridional está desprovista corno las otras
dos (le trochite 6 pórfido trapcano . Ninguna de
sus cimas entra en loslos limites de las nieves per-
petuasy IRo4vra 'neai(z dejacocdijlerade la Pa.
eonfuridido), mis Investigaciones sobre I:is ¡nnntatias de fti
Inilia (Án;.u(es de C/il,,:ee y ¿e Phsique. 18 I 6. t. tít.)
CAPITULO XVII. 4s5
dina y de la cadena de la costa de Caracas , nollega á (ioo toesas, aunque algunas cimas se ele-
van a i400 toesas sobre ci nivel de los mares'.
Las tres cadenas transversales estan separadas
por llanuras, todas cerradas liñeia el Oeste y
abiertas hicia ci este y el sudeste al considerar
su poca elevacion sobre la superficie del Océano,
se las podria considerar corno unos golfos prolon-
gados cii la direccion del corriente de rotacion.Si las aguas del Atltiiitieo , por el efecto de
uua atraccion particular, se levantasen z\ So toe-sas cii la embocadura <[ci Orinoco, y á 200 en latic! Amnznua la alta iiiarea cubriria mas de lamitad (le la América meridional , y la falda orien-
tal ó raiz de los Andes, distante seiscientas le-guas de las costas, dd Brasil, seria una plavaiazottada por las olas. Esta consideracion. es ci re-
sultado. (le tina medida barométrica hecha co la
& No se cuentan corno pertenecientes é la cad;a de Ccosta, los Nevados y Piramos de Mérida y Trujillo que si
(IIIJ prolongacion de los Andes de la Nueva Granada. Li
cadena de Caracas no einpieta basta el este de lo 7I de
426 LIBBO Vi.
provincia de Jaen de Bracamoros, donde ci Ama-
zona saledelas cordilleras, y donde líe hallado que
las aguas n1e(lias de este caudaloso do, solamente
estar¡ ;j i9.!1 toesas sobre el nivel actual del Atlán-
tico. Sin embargo , las llanuras intermediarias
cubiertas de selvas, estan todavía cinco veces mas
altas que los Pampas de Buenos Aires y los llanos
(le Caracas Y del Meta, entapizados (le gramíneas.
Estos llanos, (lit(! forman ci recinto del bajo
Orinoco, y que hemos atravesado dos veces en
el mistiio aflo, en los meses de marzo y de Julio,
cOifitinicali con el territorio del Amazona y B jo
Negro, limitado por un lado, por la cordillera
(le Chiquitos y por olio, por las montañas rle la
Parima; la abertura que queda entre estas y
los Andes de la Nueva Granada, (la lugar i dichaconí un icacion.
El sucio enteramente plano entre el Guaviarc,
el Nieta y el Apure, no presenta ningun vestigio
de irru j w.ion violenta de las aimas pero al pie
de la cordillera de la Parima, entre los 4 Y 2° de
latitud , el Orinoco que corre h;Scia el oeste
de sde su nacimiento hasta la entrada del Gua-
viare, se lía abierto un camino entre las pellas
(:%r1r11.tt XSL!.
dirijicndo SIL curso del 511(1 al norte. cii cu yo itt-tervalo se encuentran todas las grandes catara-
t,is , segun verinos bien pronto. As¡ que el ríollega it la boca del Apure, -,N i¡ este terreno extre-manieitte bajo, donde el descenso buda el norte
se tropieza con ¿J licia el sudeste es decir, con
el la/ns de Lis ll;iri,, ras qLIC se elevan insensible-
mente li.kia las inutitafias de Caracas , el ríotuerce (le nuevo y corre al este. ¡le ercido con-
ve rti en te fijar desde alt nra la aten ci oit del lector.en esta ex!nflas iriílcxioucs del Orinoco, porque
corno este corresponde :jdos honduras ¿t un tinni-po, su curso marca, aun en los mapas mas imper-fectos, la direcciori de aquella parte de l;ts Ilzititi-
las que se interponen entre los Andes ilc la NuevaG rariad a y el límiteile occidental de las. itiun ta fasde la J.'ariina.
Los llanos (Id bajo Orinoco y del Meta, llenenvarios nombres en su ' cliíçnitcs diviioI!es, ;iImodo (le los desiertos de Africa. Desde las bocas
ile! Duagoii del este al oeste, siçuen los llanos deCum a u , de Barcelona y de Caracas t Venezuelaluego voivicinlo estos hiela ci Sud y el sudesientre el nierjiliano (te los o' las 7 30 y desde
4 iii; no vi
los S 3 de latitud , St viietjen Iran de norte a sud
los llanos de larinas. Casanan, del Meta, Cita-
vire, Cagl tan y del Ca pi eta. Los tic \'ari itas ofrecen
algii nos débiles tu 01111 fliCi itas de lit ¡ mi u st rin (le it Li
pueblo que ya no existe: entre !klijagual ye! Caño
¿le la Hacha, st: hailziri verdaderos Tuin utus, que en
el pais se llaman los Zerrillo.ç ¿le /as ¡,idios .Son unas
colinas Je tierra 1 CVan trtdas artificialmente en
forma de corto que prohablcme:ite contienen (les-
pnjns. así como los i'umul'is de los stcpcs del
Asia. Asimismo, cerca del hato (le la calzada,
entre Varinas y Canagun se descubre un luer-
izioso camino (le CIflCO leguas de largo, hecho
antes (le la conquista; en los tiempos mas ni:-
1IÍ 1105 tIC los indios ; es una calzada de tierra de
i 5 pies (le alta que atratiesa una ¡la T) ti ra. ñ vetes
han it dada. Ser(i que algunos pueblos mas ade-
lan tad os en la agrie. iii tun , 1 Ial)iala bajado ¡i las
han u ras del río A pure , de las montañas (le •l'ru-
jUlo Y de \l&ida? Sin duda; pues los indios que
ho y liallaitios entre dicho río y cI Meta, son tic-
inasiado tosc:os para pónsar en hacer CZIIniUCIS ¡Ji
mi leva ntar 2kvnu tus. ha bietid o calculado la arca
d g esto y liauios, desde ci Caqueta hasta el Apure
CAPITULO Xvii.
s de este al Delta del Orinoco, la lic hallado (l(
7.000 leguas cuadradas (le 20 al grado.
Manifestadas todas estas nociones generales
sobre las llarniras del Nuevo Continente, Voy
describir el camino que seguimosdesde las ¡non-
tañas volc:inie;is de Parapnra y rl limite epteii-
trional de los 1l:ttios , hasta las unlius del Apure
i,n ]a provincia de Varillas.
DCSpLICS de haber pasado dos noches ít caballo y
buscado en vano debajo de las ininicras Mriric/ii.
algun abrigo contra los ardores del sol, llegamos
.iiitrs de la noche ñ la pequeña hacienda del
Cu.j iiittit. llamada tambien la Unaulaltipe es tina
casa aislada cii la lhii ura, y rodeada de algunas
caba iii 1 ns cubiertas con en Ñas y pi eles. Los ga-
nados lanar y vacuno, las mulas y loscaballos.
circulan libremente '; sin lónuar rebaños, en
una extensiou de ntuciuts lcquascuatlraclas. iSa
hay un cercado cii n ¡ u gli n a parte. AJgu nos hom-
bres desnudos hasta Li cintura y armados con
una lanza, recorren S caballo las SÚI)aIias )ara
cuid nr de que los animales no Se alejen denia-
siado tic los pastos tic la hacienda y. itia rcar
con tui hierro caldeado, los que no tienen la
43o LIBRO VI.
marca del propietario. Estos hombres de color,
llamados pn?flcs llaneros son los unos libres ú ho y-ros, y otros esclavos. No hay4aza que esté mas
eonstantcíneu te expuesta a los ardores del climaabrasador (le los trópicos alilti(n;lIisc (le Carnessecas al aire y ligeramente saladas, de las que, á
veces, comen tambien sus caballos como siem-
pre cstaii sobre la silla , creciise DO ser capaces
(le hacer el menor viage á pie.
1 tallamos en la hacienda ui) esclavo negro,
anciano, que gobernaba cmi ausencia (le su amo.Nos hablaba (le los ganados, de las muchosmiles de vacas que pastaban en lala llanura. y sin
embargo no pudimos obtener un jarro de leche.
En unos frutos de 'l'utunio nos preseutáron tinaagila rosa, turbia y fétida que ltbiao tomadode un charco inmediato. Jis tal la pereza de los
habitantes de los llanos, que no caban pozos ápesar de que saben, que i diez pies de prollin-
(]Ida(l , se hallan casi por todas partes. manan-tiales purisi nos, cii un manto de congtonzerato 6
aspéron rojo. Aconsejúnos ci viejo negro, (fue
cubriendo el vaso COIL un lienzo, bebiésemos co-
mo por mi filtro, para evitar el mal olor y no
C Al, ÍUIt) XVII. 451
tragar tanta cantidad de aquella arcilla tiria y
roja qe contiene el agua. No peIlsúl)anzos cci-tortees que durante meses enteros nos vertamos
despues obligados á recurrir ti este medio. Las
asuas del Orinoco estan igualmente cargadas departículas terrosas; y Son indios fétidas cii losparages donde los CiICrJIOS de crocodilos muertos
estan depuestos en bancos de areua ó medio cii-teffli(l()s en el Ii 1110.
Apenas liubiéron descargado y colocado mies-trús instru mentes , (1 ¡éron libertad ¿t las titulaspara que fuesen; segun alfl dicen, o á buscaragua en la sábana. 1 Al rededor de la haciendahay algunas pequeñas balsas ; tos animales lasencuentran guiados por SU instinto, por la vista
de algunas fllauraws esparcidas, y por la sensa-clon de la frescura húmeda producida por algu-
nas corrientes de aire, en metilo de una adinús-
kra que nos parecia enteramente pacifica. Se-guimos á nuestras imilas para encontrar uno de
aquellos charcos en que habian tornado el agua
que tan mal habia apagado nuestra sed. Está-
bamos cubiertos de polvo, y tostados por aquelviento de arena que abrasa mas todavía que los
432 LIBRO VI.
rayos del sol deseábamos con ansia poder to-
n ui r un baño; pero no hallamos Sino tiria balsa
grande , rodeada de l)a11tCraS ¶ de agua muy
turbia aunque mas fresca que el aire. Acostum-
brados durante este largo viage A bailarnos siem-
pre que se nos presentaba oczision, aunque fuese
varias veces cii un mismo dia, no dudamos ciiccharnos cii la hal5a; mas apenas comenzábamos á
gozar de la frescura del baño, cuando un granruido que oimos en la orilla opuesta, nos hizo
salir l)recipitadaItic n tC era un crocodilo que se
arrojaba cutre el cieno. hubiera sido imprudentepermanecer de noche en aquel sitio pantanoso.
'¡No estAbain os distantes de la hacienda sino á
cosa (le Ufl cuarto (le legua , sin enhI)argo ha-
biendo andado cerca de tui a horA sin encon-
trarla, advertimos demasiado tarde que llevá-baunos una direccion opuesta; y despites de ha-ber vagado largo rato en la Sñvana resolviniossentarnos bajo un tronco de palmera. Nos Ita-llábatutos en la mas penosa incertidunibre sobre
nuestra posicion, citando oiznos á lo lejos con el
mayor gozo, ci ruido de un caballo que venia há-
cia nosotros era mi indio armado con su lanza
CAPi FC LO \% u.
9111' ven ia de hacer el rodeo, es decir la ren nion
tic los ganados en un espacio de terrcno deter-
:uiriado.
Para sufrir menos calor al ci j a siguiente, nos
051 tIlos cii cain irlo á las dos de la mañana
esperando llegar antes de medio dia Calabozo,
ciudad pequeña, pero muy coin:rci;iijte. sil uuIa
ca medio de los llano. El aspecto del jnis es siem-
pre uintorrnc ; aunque no se dejaba ver Ja luna
habla sin embargo una claridad producida por
las muchas nebulosas que se ponian en un lacio
M horizonte terrestre. Este esiiceticIllo impo-
nente (le la boveda celeste que se presenta en
Mt inluetisa extension , la fresca brisa que corre
C1) la llanura (Ilirarite la rii>clmc. y el flIoVimiClit(,
ondulatorio de la verba en claude cubria algun
pequeflo repecho, todo nos representaba la su-
perficie del Océano; esta ilusion aumentó sobre
Lodo, (atando el disco del sol aparecia en el ho-rizonte repitiendo su imagen 1)OF el efecto (le 1;1
refraccion, y perdiendo luego su ferina aplas-
tada, se elevaba derecha Y rúpidamente húc.ia el
2Cuit.
El Tilomento en que sale ci sol, es tambíen enmm. 28
LICRO VI.
las llanuras, el mas fresco del diii, pero esta mit-danza (le temperatura produce poca impresion en
los órganos. La superficie lisa de la tierra, que du-
rante el dio no está jonias en los Llanos la 50:1)-
bra, absorbe tanto calor, queí pesar del desaho-go nocturno hzicia un ciclo sereno, la tierra y el aire
no tienen lugar de refrescarse sensiblemente desde
media noche hasta el nacimiento del sol. Con
este tomó la llanura un aspecto mas animadoel ganado que Labia dormido ¡tinto á los pan-
tános 6 debajo los 411 ant/Lis y Rofalas, se reuniacii manadas, s' aquellas soledades se poblaban(le caballos, mulas y bueyes, que viven sino
salvajes , al menos libres , sin habitacion y
corno desdeñando los cuidados y proteccion del
hot ti b re.Al acercarnos á Calabozo vimos rebafios de
corzos que paciali tranquilamente en medio delos caballos y los bueyes. Llámanse Matacani;
son un poco mas crecidos que nuestros corzos
y parecen linos gamos de pelo liso, pardo os-
curo, moteado de blanco. Su carne es mu y de-
licada; y sus astas inc pareciéron dagas sencillas.
CAPÍTULO XVII. 43
Ásustábansemuy pocode la presencia del hombre,
y en algunas manadas de o, 6 4o, vimos variosenteramente blancos. Esta variedad j)astante or-
dinaria entre los grandes ciervOs de los climas
frios de los Andes, debió extrañarnos en aquellas
llanuras bajas y abrasadoras. Posteriormente lic
sabido que aun el Jaguar (le las regiones eMi-
das del Paraguay ofrece ñ veces variedades de
Albinos, cuya piel es de blancura tan uniforme
que no se distinguen sus tachas 6 anillos, sino al
reflejo del sol. El número de los 3latacanis 6 Ve-
vatios de ilerra calienta, es tan considerable en
los llanos, que se podria hacer comercio de suspieles ; un cazador 1131)11, rnataria mas (le veinte
cada dia; mas es tal la pereza de aquellos liabi-tantes, que It veces ni aun se tonian la pena derecojcr las pieles. Lo husmo sucede en la caza de
los jaguares ó grandes tigres atnericauos , cuyapiel no se paga mas de un peso en los llanos deVarinas, mientras que en Cadiz vale cuatro ó
CIUCO
Las llanuras que nosotros atravesarnos estanpnud palmcnte cubiertas de graLnineas , ¡Cil/in-
436 l.lRR() vi.
gia . cencrus y Paspatunt , las cuales en apte-
lb estacion u y pasaban de nueve ó diez pulgadas
cii las inmediaciones de Calabozo y San Gcró-
;iinlo del Pirital. Cerca de las orillas dci Apure
y de la Portuguesa se elevan hasta cuatro pies de
altura, de modo que en ellas pueden ocultarselos jaguares para saltar sobre las mulas que atra-
viesan la llanura. Mézcianse con las eramineasalgunas yerbas de la clase de las Dicotiledóneas,como la Turnera y las Malvúceas, y lo que es
mas particular, las Mimosas pequeñas y de hoja
irritable, que los Españoles llaman Dormideras.La misma raza de vacas que en España se sus-
tenta con zulla y alfalfa, halla en los llanos un
excelente pasto en las sensitivas licrhccas, y sevenden mas caros los terrenos en que estas abun-dati. En los llanos del Cari y de Barcelona háciael este, se ven entre las gramíneas el cypura y
• Kyltingia monocepliata, K. oderata, ceucrus piløsu.t,
vmfa tenacisirna, aadropngon plumosus, pa:iicuuuz unieran-ibum, poa rcptans, papaItan Ieptostathyurn, P. con-
jngaturn Aristuda recturTata. A'orehL. Gene. el Spcc. .
P, 84.
CÁPIILLU Xvii.
el ct;trtiolaria cuya flor blanca tiene 6 ú 8 pul-gn(laS de largo.
Padecimos un calor i•xcesivo atravesando la
Mesa de Calabozo 1:1 temperatura del aire ati-
mentaba considerablemente siempre que se le-vantaba alGuna raGtga de viento cargado de
polvo, y el termómetro se eleal)a cii cada una
40° y 41'. Marchábamos pocú á poco, por 110
dejar atras 5 las mulas que II eval)an nuestros
instnmnientos. Los quias nos acousejñron quel!eri(s hemos nuestros soinbrerosdc hojas de Bho-
¡)aln para disminuir la nécion del sol en la cabezalos cabellos. Coii efecto, nos sentirnos aliviadospor este medio, que nos pare.ciú sobre todo ex-celente, cuando se hallaban hojas de Pothos A dealguna otra Aroedi'a.
Halla ffl')S en Calabozo la lilas franca hospita-lidad en casa del Administrador de la Real ¡Ja-
e iend a Don Miguel Cusiri o. La ciudad situadaentre ii Guaneo y el Ori turu , mio tenía en
aquella época mas íle S000 habitantes; pero toda
Cvpura graminea canio?arma anrzua (ta escorzonera de
to! indigenos)
438 tiao vi.
anunciaba una prosperidad creciente. La riquezade la ma yor parte de los liabitaiites consiste enganados, administrados por colonos que alli
llaman ¡lateras de la voz ¡Tato, ó casa en medio
de los pastos. Como la población dispersa (lelosllanos se acuinula en ciertos puntos, especial-
mente cerca de las ciudades, va cuenta Calabozo
en sus contornos cinco lugares ú misiones. Se cree
que en los pastos mas itituediatos á la ciudad se
mantienen hasta qS,uoo cabezas de ganado va-cuino. Es dificil formarse una «lea exacta de los
ganados que se encierran en los Ilauos (le Ca-
racas, Barcelona, CuniaitS y de la Guyana es-pañola. Ni. DepWIS que ha permanecido mas
tiempo que yo cii Caracas, y cu yos dados esta-
(lis ticos son generalmente exactos, cuenta cii
aquellas vastas llanuras, desde las 1)OCaS delOrinoco basta ci lago (le Maracaibo, 1,200,000
bueyes, i So,00u caballos y 90.000 titulas. Estimaen u ti mil lot i de pesos ci productotu r) e 1 os ganados,
añadiendo al valor de la exportacion el de los
Cueros que se enujlcaii cii el pais. En los Pampasde Buenos Aires, hay, scguii se dice, 12,000,000
de vacas y 3.000 ,000 (!C caballos. sin contar CI)
...%'U 11.0 \V 1. 59
cfle cálculo, 1w gaiuidus IJUC no tienen dueño.
No inc atreverá aconfirmar estas evaluaciones
gciicralcs, demasiado inciertas por Su ¡iatunileia
pero si observará, que en los llanos de Caracas.
los pi'üpiet:i rius de los gnindes hatos, ignora it
absolutamente el número de cabezas que poseen.
lj tikanicnte saben el tui ¡llevo de JÚVCLICS q ue se
marcan coda afio Cori llrj;I letra u scíi:Il prcipiafi c:d;i ganado. Los ganadiros itias ricos marcan
hasta i 4.000 terneras cada año, v venden cincoti SCIS ini!.
La ¡latir meridional (fe las fibanas llamada.
Vulgarmente los I/una.s de u;ri&iz produce tu u-
chus 1iii ' cs y ¡nulas. pero (201110 5115 yerbas
suelen ser inferiores, es necesario enviar los ani-
males ui otras llanuras para que fflu0I'(lcli ;iiites
de venderlos. iii llano tic MOUaL y todo ci ¿(am;
de abajo, abundan litenos en ganados, pero sus
lxtstus son tan fertiles 9(1(2 ;ihas(cccit (le carnes
(le eceleuiIe calidad ?i bis }IECI%iSiOl1125 (le ¿al:i,' titUlas ijtic hasta el quinto aúo_ no (?sIau) en
(liSj%OSicioiI de trabajar. ) que se llaman en-
t,iiccs 1n01a1 (le SIICU., SI! enhripran Vfl alli IIiSmA
cli; i4 5 ¡8 psnse oiidueidas al j)iic'rIo V.ilt!iI
¡LItRO Vi.
25 pesos, mientras que en las Antillas suele ele-
varse su precio Li Go y So pi.'sos.Los caballos (le los llanos descienden de la
hermosa rata española; son gentenil mente de
poca taita y de un color uitifornie castaño, comola mayor parte de los animales salvajes. Como
sufren alternativamente las molestias de la se-
quedad y 13h inundaciones, de los insectos y de
los itiurciciagos , tienen una vida mu y inquieta,
solo manifiestan sus Inicuas cualidades despuesque han recibido el cuidadode¡ 1tonIIre por al-
gunos meses. No liemos visto rebaños de ovejassimio cii las alturas de la provincia de Quito. Loshatos de hueves hami sufrido considerablemente
desde que, en estos últimos tiempos, algunas
bandas de vagabundos recorren las dehesas ma-
tando muchos animales, uimicamente por vender
la piel; este género de pillage ha a ujuentiRlodesde que ci comercio con el bajo Orinoco ha
tomado ttlgim mm incremnen lo.Los rebaños mas numerosos que existen en los
llanos de Caracas, son los de los hatos de Mere-
cure, la Cruz, Belen, Alta Gracia y Pavon. El pu-tner ganado español introducido en los 1 Ini ios.
ci;irrr.o xvii.
Cité enviado de Coro y de Tocu yo ; la historia b.t
conservado el nombre del colono que tuvo la
feliz idea de poblar aquellas dehesas en que no
halxa sino venados y una especie de Agtiti
Cavia Capvhara , llamada en aquellas rcgiÚue
ciziguire. Cristohal llodriguez , habitante de la
ciudad de Tocuyo , que babia permanecido mu-
cho ticmji(i cii laN Lleva Granada, fue el primero
que envii', a los llanos el ganado vacuno . en el
fui) de 1548.
It u medio (te los llanos, es decir, cii la ciudad:tcl
de Calabazo encontrarnos tiiia máquina eléctrica
de discos grandes, clectrAfores, baterias, elec-
trómetros , y una coleccion de instrumentos casi
tan completa coma la de uno de nuestros fisicos
europeos. No luabiaji venido todos estos objetos
de los Estados Unidos; eran Obra (le fin
que jal mus babia vbto ni rigu tu ¡ n st fi me;) to qi te
no pocha consultar á nadje, y- que 110 cunocia los
fenómenos de la electricidad sino por la lectura
ile! Titilado de Sigaud y de las iítiitürias de
l7rancklin. El señor Carlos de! Pozo que asl se
llamaba aquel hombre estimable é ingenioso
babia anieii,;ulo 5 liacti uuiAq uuias eléctricas de
4 12 t.iflRo Ni.
cilindro. sirviéndose de unos grandes frascos de
vidrio 5 los cuales habla cortadoel cuello. Nuestra
niansion en Calabozo ic (né de la ma yor satisfic-
ezon, y es natural que la tuviese cii recibir los
sufragios (le nos viajeros que podian comparar
sus instrumentos ú los que se hacen en Europa.
Yo llevaba conmigo clectrútuetros de paja, de
bola de sahuco, y de hojas de oro batido y aun
una botellita de Leide, que se podia cargar segun.
ci inutodo de lzigenliouss y que inc servia para
las experiencias fisiol6&cas. El Sr Pozo no cablu
de goio , al ver por la primera s'cz unos instrii
nicutos que él no habla hecho y que, parcelan
copiados sobre los su y os. Nosotros le hicinio
Ver el efecto del con tacto de los metales hetere;-
uértcos en los nervios (le las ranas. Los IIOhIIhrILs
1e G:tivani y de Volta cao liabian ¡legado Imiavia
aquellas vastas soledades.
Despites de las máquinas eléctricas elaboradas
por la industriosa sagacidad de un habitante de
MS llanos nada podia ya fl'ar nuestra curiosidad
el) Calabozo, 51110 CS los Torpedos 6 Ginmnotes,
que 5011 otra.¿; tantas IB 911111215 eléctricas anal-
anad:is. Los espafioles confunden torios los pes-
1 :,t'rj fil) S y;. 5
cad os eléctricos, bajo ci nombre de ?cnsblaEIors
hay cantidad de ellos cii ci ¡tiar de las Antillas,
sobre las costas tic Cuniaii. Los indios G uai-qucries. que son los pescadores mas diestros é
ind ustriosos de aquel pais , nos trajeron un pes
cado que, segun decian, les adormeda las ma-
nos. Este pescado remonta por el riaclnael'Manzanares, y es una nueva especie de rayacuyas manchas laterales gori poco visibles, quese parece bastante al Torpedo de Gaivani. Los
torpedos provistos d ¿ir6'ano eléctrico, vi-
sible en lo exterior á causa de la transparenciade SU piel, forman un género 6 subdivision di-krentc de las rayas propiamente dichas.
ElTorpedo de Cuniatiti era muy vivo,ititiy ér-
gico en sus movimientos musculares, y sin em-bargo eran muy riébilus las conmociones eléc-tricas que nos daba; las cuales se haciati masfuertes galvanizando el animal por ci contactodci zinc y tic! oro. Otros tembladores, verdade-ros Gywnate3 6 anguilas eléctricas habitan cii ci
Rio Colorado, el Guztrapie.Ite Y otros varios ar-royos que a traviesa u la miio11 clit los indios Cli ai-mas. Tanibien abundan en tos ¡los caudalosos
.41 LIRLU) vi.
(10 la Arnurica ; (:oiiio el Orinoco , el Amazona yCI Meta; r° la fuerza de la corriente y la pro-fundidadidacl de las aguas i tupid en it los indiosCojerlos ven con menos frecuencia esta dase
de pescados que no sienten sus CUUIIIOCiOIICS
eléctricas citando nadan A se bañan en los nos.
En los llanos, y especialmente cii las inmedia-ciones (le Calabozo, es donde se ludian llenos de
Torpedos los estanques de agua llovediza, y losafluentes del Orinoco, como el rio Guaneo , los
Caños del Rastro, de T3erito y tic la Paloma.
Nosotros qucriamos hacer nuestras experienciasen la misma casa que habitbarnos en Calabozopero el temor á las conmociones eléctricas del
Torpedo es tan grande y exagerado ChiLe el pue-
blo, que it los tres di as no hab ¡autos podido Cori-
seguir ninguno, á pesar (le que es facilísima su
pesca que habiamos pronidido dos pesos por
cada pescado grande y vigoroso. El miedo de
los Indios es tanto mas extraordinario cuantoque 1io(lniaht valerse de un medio en que ase-
guran tener la mayor confianza siempre que
los blancos les cuestionan sobre ci efecto de los
CAI'!IULO xvn. 445
/s'mblwlorus dic:eu (íw: ii'isca ndo tabaco se les
puede tocar IIl)flhlIitiI4.!I te.
¡ni pacientes va tic agti. rilar y (le no obtener
sino resultados mu y inciertos sobre un Torpedo
inedia muerto pw nos baÑan llevado á casa,
nos dirijitiios al Cano de Rera para hacer nues-
tras experiencias a j a misma zilílin el agua y
partimos el 29 de marzo mu y de niad rugada para
ti liigareillo de Bastro de ahajo : de allí nos con-
dii j.i'ort los indios un a ri ovo, q ue cci el 11cm upu
(le las sequías fornia mmii pantauo ce!ma( ' so N.
(le árboles, de Clusias. Ánivris y Mimosas
de flores olorosas . No es fácil pescar con redesta especie de pescados, t causa de su extrema
agilidad y (le que s» moten en el cieno corno lassem'pieutes tampoco podianios empinar el bar-
1,a,ct'o, es decir las raices de Piseidia Erithryna
de Jacu1iiiuiia arn'iillaris y ol ras especies de Ph)'-llantus , que embriagan ó adormecen á los pes-
cados, pues este inedia hubiera debililado á losTorpedos.
' Amuiyr- is /at.i'ifloii, it, tonar, u, lani -ti ;'w/tu-m, miii-
roxilon seru',da,a , malpig}'ia ,',.ücq (ata.
, it(í 'ji) 1.111110 VI.
Dijéronnos los indios que iban ti embarbascar
con caballos; mas no pocliamos idearnos cual
fuese este género (le pesca al cabo de un I)TCVC
rato vimos venir á nuestros guias conduciendouna treintena de caballos y mulas sin domar,
que hahian detenido en la sávana y ((LIC liic:ié-
ron entrar en el estanque. El ruido extraordina-rio que forman los caballos, hace salir los pes-
cados y los excita al combate las anguilas paji-zas y flexibles que pareceu grandes serpientes
acuátiles, nada n CII la superficie del agua y se
enroscan 4 las piernas de los caballos: es cierta-mente un cspectñculo muy curioso , el ver una
lucha crure animales de, organizaciones tau dife-rentes.
Los Indios armados con arpones y con cañaslargas y delgadas rodean estrechamente el pau-Lino; otros se suben ñ los árboles cuyas ramas
se extienden hasta encima del agua, s con sus
gritos salvajes Y sus largos juncos, impiden (jkiC
los caballos se acerquen á la orilla. Las anguilas
aturdidas con el ruido, se defienden por medio(le repetidas descargas tic sus baicrias eléctricas
durante un gran ralo l)ur12ct! (pie la victoria va u
CAPITULO XVII. . 3
dedo rarse por ellas. Varios caballos siicu mben i
Ja violencia de los golpes invisibles que reciben
en las partes mas esericiaks i la vi(i;l y '_st re-
mecidos con la Fuerza y la írcei tencia tic las con-
mociones clesaprirecen debajo tic las aguas. Otros
con la crin erizada los ojos angustiados , se es-
fuerzan lior escapar de tan terrible cloque; pero
los indios los rechazan liasla ti medio tic las
aguas. Sin embargo algilu o conSi u e burlar 1
\igular!cia de los diestros pescadores llcgand o ú
la orilla, se le Ye postrarse a cada paso, y al fin
tc;iclerse en la arena, rendido al carisacio y al
tdormnecirniento que le causan las con triociones
dccl ricas.
En nirtios de cinco minutos Rabia )'fl (tos ca-
ballos ahogados la anguila que tiene cinco pies
de larga, se estrecha contra el vientre de los
caballos, lince una descarga (le toda la cx Lem 151011
de su irgalto ikclrico , y ataca al lWSIfl() ticilipo
ci corazon las viceras y el p/ezas cwlzacus 'le 1CIS
nervios abd ttiiiiiia les. Es de creer que los caballos
vio niucren de este efecto, sino que aturdidos pot
se ahogan no pudiendose levantar u causa
c-tí la contiltlmciohl de la lucha. Ya ita tludh:i-
44 S LZ!CO y:.
mas que la pesca ocasionada la muerte succesivade cuantos animales ernl)lcasen CI) ella ;POCO á POCO disminuyó el impetu de aquel coru-bate singular los Torpedos se dispersan lhtiga-
(iOS; necesitan itpai'zir por el descanso y alimen-
to, la fuerza galvánica que han perdido, y al fin
se acercan timidameute á la orilla donde se les
cojo por medio de arpones pequeños atados á
tinas cuerdas largas. Cuando estas cuerdas estan
bien secas, no sí , resienten los indios de las con-
mociones al levantar en altoalto los pescados.
En pocos minutos tuvimos cinco anguilasgrandes, la mayor parte heridas.ligeraineutc. Latemperatura de las aguas en que viven habitual-
mente los Torpedos es de 26° á 0: aseguraseque su fuerza eléctrica disminu ye en las aguasmas frias; Y es muy particular que unos anima-
les dotados de órganos cicctro-motores cuyosefectos son sensibles al hombre, no se hallan en
ci aire, sino en un fluido conductor de la elec-tricidad. El Torpedo Girunote es el mayor de lospescados eléctricos, yo he medido algunos que
tenían cinco y seis pies de largo, y los indios measeguraban haberlos visto mayores. Uno que te-
CAPITULO XVII. 449,Ça tres pies y die¿ptilsaclas. pesaba doce libras.
El diámetro transversal del cuerpo , sin contar
la aleta anai,era di' tres pulgadas cinco lineas.
Los Torpedos del Caño de Beta son de un her-
moso verde oliva la parte iiiferior de la cabeza
pajiza tirando ,'l reja tiene 'los órdenes (le titan-
chitas pajizas , COlOCddas simetricanletite t lo
largo del lomo, desde la cabeza basta el extremo
de la cola. Cada maiieliita contiene una abertura
excretoria, de modo que la piel del animal está
ecitil i ita tuco te cubierta de ti n a materiatena vn ueosa,
q1, segun ita probado Volta, conduce la dcc-
Lncidzui 20 8 5o VeCes IIIV)Ot que el agua pura.
Es de titiLar, que iiinuitu de los pescados eléc-
tricos descubiertos hasta ahora en las diferentes
partes del mundo, estí cubierto de escamas.
La vejiganatatoria del 'l'orpedo, cu ya existencia
ha sido negada por M. Blocli , tiene dos pies y
pulgadas de larga. ea un individuo de tres
pies y diez pulgadas: está separarla (le Ja piel
exterior por una gordura y descansa en loi ór-
gahios eléctricos que llenan mas de los dos ter-
cios del animal. Los ui)istIiOS vasos que se insi-
tttnui entre las bulas de estos órganos, y que lflsII . 29
430 LI]KO VI.
cubren de sangre cuando se les corta transver-salmen te, dan taunl) ieJi muchas venas ti la super-
ficie exterior de la vejiga. En cien partes del aire
contenido en esta, he hallado 4 de oxigeno y qG
de azote.Es una temeridad exponerse ti las primeras
conmociones de un Torpedo irritado. Si por ca-sualidad se recibe un golpe antes que el pescadoesté herido ú fatigado por una larga persecu-
cion son tan violentos el dolor y el adormeci-
miento, que es imposible prouiuuciar sobre lanaturaleza (le lo que se ha sufrido. No me acuer-do de haber jamas recibido una con niocion tan
terrible, como la que experimenté al poner ¡ni-prudentemente los dos pies encima de u nGyuui note
acabado de sacar del agua todo el resto del diapadeci un dolor agudo en las rodillas y en casitodas las articulaciones.
Para convencerse de la notable diferencia queexiste entre la sensacioji J)roulIlcicla por el pile de
Volta, y los pescados eléctricos, es necesario to-car estos últimos cuando se hallan en un estadotic extrema debilidad. Entonces cansa(¡ 1111 1cm-
ç. p iri:1.o xvii. 451
hloi' 1 9L1C Se )POJiagfl dvs(k la jiarte que toca
los órganos eléctricos hasta el codo: it c;id;t gol })C
se siente una especie de vibracion ilitCrntt 9UC
(lLira dos ó tres segundos. á la cual se sigue un
adúritiecimietito doloroso; asi es que los indios
taiiiauaques. i-n sil lriigiia expresiva, llaman el
¿(U? ¿?(dt(Or, jIrjin n g , CS (1 CCII' (1UC priva del mo-
v imiento,
La acebo eléctrica del Torpedo. depende Cmb-
camente de su voluntad , va sea porque no
siempre tiene cargados los órganos eléctricos
va que pueda. por la Secrecioni dtaIiiri fluido
por otro medio misterioso para nosotros sus-
pender ha accion de sus (:rganos. Varias veces se
ha probado -,*t tocarle sin experi!iIen Lar la menor
ahleracion. Cuando M. BOXIpItLIUJ le tomaba de
la cabeza ú del iited jo del cuerpo, mientras que
so le agarraba de la cola y que sin darnos la
mano nos po LildifioS sobre un pie h u medo , el
uno de nosotros recibia cOflIllOCiOfleS en tallo
que el otro 110 perc ib ia nada depende del 1 , 01 .-
fe,nhnro,,
li s P, [InflO VI.
pedo el obrar hacia un o ii ¿ )t ro punlo 1 Segun se
cree mas ú menos fucrtciiicn 1': ¡11, 1 ¡itd u la des-
carga Se linee entonces por un solo punto, y tic
dos personas que tocan con d desde ci vientre
del an i m alin al , . u na pulgada (le distancia , y que
apo yan sujuitltancainetite , reciben el golpe tanF0t t o la una COJIIO La otra.
A si mismo (fl flfld 0 u na persona 1 otun 1)01' la
cola un Torpedo vigoroso. V otra 1wllizca CU
los oidos 6 en lrt aleta pectoral, regularmente es
solo la primera la que experimenta iOtflflOCOfl.
No nos ha parecido queestas diferencias ptik'i
atribuirse á la sequedad ó humedad de n uestras
manos, ni ¡i su desigual conductibilidad. El Torpe-(1(1 parecia d h'ijir sus tiros, tan pronto por toda la
superficie (le SU cuerpo, tan pron Lo J)Ol' un solo
PLII O ; CUVO efecto iII(Iiea menos I%IIfl (lCCflrga
Parcial del orgzino compuesto (le una infinidadde hojas, que de la kcultad que tiene del animalacaso por medio de la socrecion ¡ristant;tnea de
un fluido, que se (lerraina en la mctnbran a ) deno establecer la comunicucion de sus 6r-anoscon la piel Sino ea 11 13 espacio muy 1 ini lado.
Llevároji ñ Calabozo una anguila el& trica Co-
1 ..pi: LLO XV:!. 40
jidi €II UlUL I'(&I Y port:onsigincnte iiI herida
algtIIuI:cuItna carne y ;istts(nl)fI IltilCilu 1 las br-
titgas pequeñas Y á las ranas que no conociendo
el (laño SC le ponian (:Iiciuia. Las ranas no red-bian el goipc hasta el utoiflento que tocaban el
jonio del Torpedo. y cuando volvian de su le-
(argo se huian Ñera del (:111)0; luego las eolo-
cahainas cerca (le la anguila, pero solu su
I:IS espaiil;iba. Estando tsUu en el agua, licacer-
cado la iui;iio I.eInclI(io 6 Iii) teniendo Cii ella tui
metal, it ¡'veas lineas de disaiueia de los órganos
eléctricos ; mas el agua no inc ha 1 ransiaiiticlo
rililg ilu SflCltdiIlLiCfltO, nitcntnis que 31. Bonplandirritaba al aiiiuinl por tul cotilachi itiutttcli.itc, y
FÚCI ha golpes muy violentos.Si Va hubiese puesto en el agua ;uno al Tor.
Ptlo algtinrus ranas preparadas. que sol¡ el dcc-
trúscupo nias sensible que eoruoecitu_is. sin diul.,hubieran sitíritin CCIIII11OCLOIICS en CI fltOfllentc)que aquel parecia luijir sus tiros huela otro
lado. Scuiu Galvuuti las ranas preparadas pues-
tas sobre el cuerpo dc un Torpedo, sienten Fuer-
tes contracciones siempre que ci pez se descaiga.
El órgano chéctiico nc los Gvtn UOICS no abra cj110
tfl'U') vi.
bajo la influencia ir.iiiediata del cerebro y del
coraiit ; liahiciiilo cortado tirio muy vigoroso
por m ¡ t u 1 del cuerpo, solo la parte anterior me
d ha c 011 ffloCiOflCS. La ace ion de este pescado
sobre los ¿rgaiios del hombre se transmite 4 in-
tercepta por los mismosos cIlerJ)os que transmiten
o interceptan la corriente electrica de tui
ti LICtor CZI rg3(l O COl) una hotel la de Leide, 4 con
tina pile de Polla.
Las sustancia resinosas, el vidrio, el pulo sç-
co. el cuerno y aun el hueso, que se ercen hijc-
laus conductores, impiden (tte la ¿ICCIOJI de los
Torpedos se transniita al Iiuiiibrc:. Yo iic sorpn:ii-
di mucho (le no sentir ni tagu ita c Ji lfl OCloil
apoyando en los órganos del pescado iii ' a barrita
de hiere arrojada, iniciaras que el niisiiio mdi-
viduo inc tiraba golpes muy violentos cxci un-
dole por medio110 de otra ha rri Fa de ¡ neta 1. \Í. Boa a -
plarad recibio corannociones llevando un Gyninote
en dos cuerdas de Lib ras (le palmera, que nose-
Jireelerola muy secas. Una descarga fuerte se
úhrc I M SO por coaad uctores muy jan iex'lectos
acaso d mismo obstáculo que opone el arco con-
ductor, es causa de que la explosion sea mas
CÁPIT&H.O vti. 455
dolorosa. Yo lic tocado sin efecto alguno al Tor-
pedo , con iiii jarro de arcilla , y habicudole
tilo despues dentro (lel 11iSlflO jarro, lic recibido
fuertes ataques, porque entonces era mayor el
contacto.
Cuando dos personas se ascii las manos.y que
solo itita de ellas toca al pescado con la mauo
desnuda ó con metal , las conmociones se hacen
sentir regularmente ú las dos al mismo tieiilpo;
sin enibirø tambien sucede que aun cii los gol-
pes mas sensibles solo recibe ci choque , la per-
SOIIa ( l i j e esta en contacto inmediato con el ani-mal. Cuando este no quiere absolutamente des-
pedir sus tiros, por liallarse extrernanienre dé-bil, se sienten sin enibarqo vivamente foriiiandola cadena é irritándole con ambas manos; pero
amin cii este caso, solo procede el choque de lavoluntad del animal. Dos personas que tienen
la ima la cabeza, y la otra la cola (lel animal, nopuede forzarle á despedir ci golpe, aun cuando
se den las manos y hirmen una cadena,Los Torpedos, que son el objeto del mas viví)
¡rite res para los fisicos C1t101)COS , lo SoiI de lior-
vot y de aborrecimienio para los íiiilios. Ofre-
456 LLBJRJ '1.
cci; en su carne muscular tui alitucrito lasIaritc
bueno; pero ci órgano eléctrico octipa la iiizis nr
parte dci cuerpo el cual retiran enteramentepor ser baboso y (lcsagra(lahic. Ademas se con-sidera la presencia del Gvmiiotc COiLI() la causaprcieijni de la Lilia de pescado cii los esunulties
tic los llanos. Aunque matan muchos. rara Vez
los comen ; y nos han asegurarlo, que cuando
coi ca en las redes á un mismono tici fl po cocodri-
los ó' enes y (Jvmnotes, no manifiestan estos nin-guna herida,porque ponen fi aquellos fuera (le
combate, antes que les ataquen. Todos los ha-bitantes de las aguas temen la sociedad nc los
Torpedos: los lagartos, las tortugas y las ranas
buscan los pantanos donde aquellos no residen.Cerca (le Uritucu ha sido necesario cambiar la
ilireccion dc un camino, tan solo porque lasanguilas elétrieas se habian acumulado de talmodo en un riachuelo, que mataban muchas
imitas (le carga cuando le pasaba ñ vado.Satisfechos de nuestra mansion en Calabozo
y de nuestras eNpericilcias sobre u;; objeto taudigno ile la atcicioii de los flsiologisius. parti-
inos de la ciudad el 4 de marzo. líabia yo ob-
(:.tPiTrt.o XVII.
tenido ademas, algunas buenas observaciones de
estrellas, y reconoci , no sin admiracion que los
yerros de bIs xnap.is eran todava de Uit cuarto
de grado cii latitud. Ante,.; que yo, nadie hab itt
observado desde este ln111to Y exagerando, COIllO
S costumbre, las distancias (le la costa al inte-
rior, 105 geógrafos han llevado todos los ViIItOS
ci sud 1 fuera de toda medida. 1 n terníi u -
donas en la parte meridional (le los 1 hnos , Ita!-motos el sucio mas polvoroso , desprovisto (leyerbas y quebrazado por el efecto de una larga
sequ ia las palmeras de saparec í an poco it pocoel tenhióInetro se manlenia desde las onceci sol poniente, ti 340 ú 55°. Cuanto mas pacificopareci:i el aire á 3 A io pies de altura, tanto mas
frecuentes eral] aquellos torbellinos de polvo
causados por las corrientes de aire que enrasanel sudo.
Entrada la noche vadeamos el vio Uritucu que
está lIcito de cocodrilos muy conocidos por su
ferocidad nos acotisej itrou no perniltiesenios
nuestros perros fuesen á beber al rio , por-
que sucede con frecuencia que los cocodrilossalen del agua Y persiguen ; 'i los perros hasta la
4 5S 1.1 I RO VI.
playa. Es ni u y siwpilar esta iii trcpidez pues que
á seis leguas de al 1 ¡ , en ci rió Tisnao , son muy
tilni(los y poco dañosos. Las costumbres (le los.animales (le una in isili a especie , varian por el
efecto de algunas cirrinistancias locales djflciks
(le comprender. Nos hiciéron ver una cabaña en
la cual nuestra hiiesped (le Calabozo Don Miguel
Cusino.liabia presenciado la escena mas singular:
acostado con un amigo suyo sobre un banco en-hiert o de pieles, fuéron despertados á la m ad it-gana por titios violentos temblores y por unruido espantoso. En ¡ucd ¡o (le la cabaña, se abrela lierra . se levantan terrones, y sale &IC ella un
cocodrilo jóven de dos fi tres pies de largo, quepor debajo (le Ja cama se tira sobre un perro
ctw dorruin en el umbral de la puerta mas lía-bici ido errado el golpe cori e1 i ¡ Ti pu tu de su en]-
l)cstida , se huyó A la pla ya y se metió en ci rioinmediato.lato.
Eazninaiido el sitio donde la barbacoa ALaricoestaba colocado, se reconoció fcil riiciite la causa
de tan estrafia aventura. Jlall6e la tierra soca-
vada A una profundidad considernblc ; el coco-
drilo babia sida cubierto por el lodo. cii aquel
Cfl'ÉI(JLG VI2. 45q
estado de letu igi) sueÑo de verano pie CN peri-
nientan varios animales en los 1 larios, (1 tirante laahisclicia de las lluvias. El ruido tic los liowiliies
y (le los caballosyacaso ci titisino olor del v''-le [ial uan despertado. La cabaña estaba situada
un tu á un pantano ¿ inundadaitdada durante una
parte cid año, por lo ¿jite se infiere que el Co-
codrilo habla entrado por el mistito aujerO (ledonde Don Miguel lo vió salir-
Los Íii(IiOS hallan ít las vee('s ¡feas 'g rand ISLILIOS
que Hnina;i lijé 6 culebras (le agua 1 , cii el mismo
tsI;Hi() ¿It: a(lt)rIlieciInieUtO dicen , que e nece-
sario irritadas 6 niujarlas para que se IC;tfliIllcJi
Y las iiiataii para pourlas ca arroyos y sacar por
mcd ¡o de la pu it refaccioti las partes musculosasdel lomo de (lile hacen en Calabozo excelentescuerdas de 4uitarra, preferibles á las ¿pie se ha-eco de los iii tesi mus del mono al tui te.
Acabaitios cte ver 9UC el calor y sequedad de los
Hartos, hill uven sobre los animales ' 1113 plantas,
del mismo modo que el frió; fuera los trópicos losA rboks pierden sus boj as en un aire mu y seco; los
1 1ait,) • erm ,e IIiintti tiog'c velltIv/v L.i y OL upe t1l)I.iiiIca.
46o linro vi.
reptiles, sobre 1 O() los cocod rijos y los b&;s. que
son (le cossuinl,res mil)' perezosas. 1W :ilmir'}o-
nan fcilinente las lioiidunis donde Initi hallado
agua en la época de las inundaciones me-
dida (1C esta va desapareciendo, se imtirotltteeii
aquellos animales CII el lodo j;ira litiscai' el grado
tic humedad necesaria para dar fleihilidac1 ñ su
piel y ñ sus tegumentos, y en este cstado les coje
el ¿u! o rmccixnieii Lo, Tal vez conservan a Igu ii;i co-
)flhIiiicaCion con el aire exterior, la cual, por pe-
queña que sea, puede bastar para i ian tefle)' la
respiracion (le Uli cuerpo provisto tic enormes
bolsas pulnioi;irias , que no hace nititi it movi-
miento iniisciilar.y cu yas funciones vitales es-
tau suspendidas.
Es verosiuuiil que la temperatura Inc(lifl (Lel
ciciiti desecado y lt NI Iiu cs tO al sol , sea mayor
de 4o°. Cuando todavía producia cocodrilos el
norte de Egipto donde ci su es ni cus caloroso
un baja de 130 t , se hallaba u algunos cocodrilos
adormecidos por el frio ; y estaban sujetos 't Un
letargo tic invierno corno un esi ras rallas sala-
mandras , golondrinas de ribera y uiiarjuiotas. Si
se ()b5Cfll tite *2) sucijo invernal es couiiuui a los
CAlI ifLO XV) 1. 461
animales de sangre ci lid a y dr sangre fresca , pa-
Vecera fflCflOS extraijo el ejiuniplo (le ni)lii) letargo
de ycraun ú que estan sujetos tinos y otros.
As¡ iiiisrno. los Centeun A erizos (le..\ladagascar.
pasa n CII medio de la zona t()rru(la tres nieses
cid año en letargo.
El 25 de marzo at ravesamos la parle mas 1ilaiia
de los llanos de Caracas, que e la Mesa de Pa-
eones. llállis ': enteramente despoblada de pal-
meras. sin que se descubra en Lodo lo (lttC la
vista puede alcanzar 1111 solo objeto que tenga
quince pulgadas de ;il(&jra. Estaba ci aire
puro y el ciclo de un azul muy turquí; pero en
el lonzoiiLe 1kflCjd1)ZI LIII CU1UI amarillo, causado
SItJ duda por la ¡nasa de ;irulj;t sttsptiuiida (SrI
la adinósfera. hallamos ¡'chaimas ruhmnerosos y
con ellos ljaitdas de 1t;at1os ¡mejros \ (le viso
verdoso, del e(:nero de los Crotoibgas, llamadAs
ZI1W (FritOS ¿1 rara patr)'Os. POULZILISV sentados Sobre
el lomo (le las vacas buscar ¡os tábanos y otros
iliscetoS. 1 odas las avecillas de aquellos desier-
tos Leruci ¡ tan poco a la ¡n-esencia del Ito mubre
que las niños suelen (' oj ei'ls la IIUIflO. E' 11 los
valles de Aragua donde hay ;uui:Iia ahiindztmt-
A¡ 62 t.inao vi.
cta se nos Venian a poner en u ueslras han ta-cas ct:in lii jiosot i05 echad OS en ellas.
Entre Calabozo Uritucti y la Mesa de Pa-
vones, se reconoce la constitucioui geológica (le
los llanos en cualquiera escavacion (le algunos
Pies de profundidad. tina formacion (le asperon
rojo ú congiomerato antiguo ',cubre una extensionde algunos millares de leguas cuadradas. En lo
sucesivo volveremos :*t encontrarla en las vastas
llanuras dci At nazoiia • en el Iii iii te oriental (le laprovincia de .Jaen de ]3racamoros. Esta prodi-
giosa eNtension (le asperouu rojo en los terre-nos bajos que se extienden al este de los Andes,es tino de los fenómenos mas extraordinarios
:iie ha presentado ci estudio de las rocas, cii
las regiones eqiiiuioccinles.
Despues (le haber errado por la Mesa de Pa-sones sin ni ugi un a huellaella de sen d ero fuimos
agradablenien te sorprendidos de hallar una he-
redad aislada , el Hato de Alta Gracia • rodeada(le jardines Y de estanques de agua cristalina ; ydonde los grupos de ¡ca qrws cargados (le fruto,
) • uç IIliIÇi113 ti Ititiliflhl jiedi;i de ;irrectfe.
C.UiTULt) .\VII. 63
cstalnni cercados Con bardas (Le Acedaraco. Pa-
samos la noche mas adelante cerca del 1 iiarci lo
de San Gcroiiiino del Guny;uval fundado por los
misioneros capuchinos. \ ¡si t al religioso el cual
no tenia otra lizibWicimu CJiLC la i&eia por no
haber tacizivia casa parroquial. Era un joven
que nos recibió con Inuella urbanidad y salisfiio
a todas nuestras p regi iii las. Su pobi id o it ó por
mejor decir su flilsion , era dificil de gobernar
Ci luiiidacloi' habia establecido t su beneficio una
pulperta es decir que yctidia par su cuenta el
guarapo y los Bananos, y se liiibia mostrado flluV
poco delicado en la CICCCIOLi (le sus colonos. IIíi-.
bianse fijado en el Guayaval muchos vagabun-
dos de los llanos, porque los habitantes cJe una
mision estan fuera del brazo secular; aq (LI SuCC(lC
C.01110 en la Nueva Holanda donde no has' buenos
colonos hasta la segn rida ¿i 1 ercen generacion.
Atravesamos ci no Guaneo y pasamos la noche
en Ja sübania al sur de Guavaval. ¡Jira especie
de nturciilagoS enormes, sin duda de la tril)u
de los lilostomos , nos iucomocltroii una gran
par te (le la noei ie . revoloteando por medio cJe
nuestras li:tiimcas. COmO SI \iItiCSPIi ponerse-
464 ¡drinO VI.
nos sobre la cabeza. A la madrugada continua-
mos nuestro camino por un terreno 1)3)0, *t
inundado, en el cual se puede navegar encanoa, Vn ja C2 tacion de bis Ji u vias , corno CXI liii
lago, entre ci Gitaneo y el Apure. Acoinpaitónosun hombre que babia recorrido lucios los hatosde los llanos para comprar caballos, quien nosdijo haber comprado mil de ellos por 2,200, jW-
SOS '. Llegamos ci 27 de marzo ú la villa (le San
Fernando, capital de las misiones de los capu-chi nos en la provincia de Va rin? S. A q iii fttó el
ttrmine. de nuestro viaje por los llanos, pites losrrs inccs de avril, ma y o y junio los pasamos en
las riveras.
En los llanos dcCalabózoydcGtmayaval, un novilloile do 6tres 0(105 no atesta lila, que (111 peEo. Si es!jJ eastr;ulo (opera-Clon 111(i)' pcI ¡ ros cii ini ci icuia tan ci tido), se vende por cinco
¿1 SeiS pesos. una piel ile buey scc.i Al sol vale dos real es y me-dio U e ¡da fa (iji o, 8 ea les); u ti a gal !hw, 2 leO les; un c;irncroen Barqmies¡nieto s' en Trujillo, 3 reales. Corno efl05 preeio se
alrcra:fin ñ medida que la poblacion aumenta, me ha pare-cido interesante indicar aqui algunos datos que pueden ser-vir cii lo sucesivo de base para indagaciones do econoiniajiolilica.
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