Considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) “uno de los más serios problemas
del siglo XXI, la obesidad infantil es uno de los problemas de Salud Pública más graves del
siglo XXI”.
Definida también como una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone riesgo para
la salud,es un fenómeno global donde todos somos responsables.
La prevalencia ha aumentado a un ritmo preocupante y alarmante en el mundo y en particular
en América Latina, afectando a la población de bajos y medianos recursos y más en los
medios urbanos, lamentablemente los niños obesos o con sobrepeso seguirán siendo
obesos en la edad adulta, si no existe un programa de prevención contundente que revierta
diferentes situaciones, correlacionando esa obesidad con el padecimiento de enfermedades
no trasmisibles como diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos osteomusculares
(especialmente artrosis, algunos tipos de cáncer (endometrio, mama y colon) y discapacidad
motora. Hay que mirar a estos niños hoy con 30 años más.
La aparición de insulinoresistencia también es un dato preocupante y que crece cada vez más
en la población infantil.
El aumento de la grasa corporal total y de la visceral están asociadas en forma directa con insu-
linorresistencia y el incremento de la incidencia de diabetes tipo II en la adolescencia.
Esta descripción sumada a las anteriores representa una disminución en la calidad de vida
Pero la prevención es la herramienta más importante para trabajar y de esa forma disminuirla.
Educando a la población y educando a las familias, se encontrará el camino adecuado para
sostener el peso correcto en cada etapa de la vida.
En América Latina los datos muestran que del total de niños y adolescentes entre el 20 y el 25
% padecen de obesidad y sobrepeso.
Lamentablemente en Argentina, la obesidad infantil está creciendo rápidamente al igual que en
el resto de los países Latinoamericanos.
Según informes de la OPS / OMS y FAO el 7,3 % de los niños menores de 5 años en Argentina
la padecen, delante se encuentran Perú con el 9,8% y Chile con el 9,5% Hay muchos factores
que agravan el problema y que comienzan tempranamente como el cuidado alimentario
durante el embarazo. Hay que abordar el problema desde el inicio y no colocando parches en
la adolescencia.
Cada aspecto del entorno en que los niños se conciben, nacen y crecen puede agravar sus
riesgos de padecer sobrepeso u obesidad. La prevención es la única herramienta.
El exceso de peso (obesidad en alguna de sus clasificaciones) al iniciar el embarazo o el
aumento desmedido a lo largo del mismo aumenta el riesgo en él bebe, aumentando la preva-
lencia de obesidad en su vida. La herencia tanto de padre o madre incide directamente sobre
el desarrollo de obesidad en sus hijos.
OBESIDAD INFANTIL:
UN ESTIGMA PARA TODA LA VIDA.
POR ELLO LA OMS RECOMIENDA COMO HERRAMIENTA PARA PREVENIRLA:
• El inicio inmediato de la lactancia materna durante la primera hora de vida.
• La lactancia exclusivamente materna durante los seis primeros meses de vida.
• La introducción de alimentos (sólidos) complementarios, nutricionalmente adecuados e inocuos,
a los 6 meses, manteniendo al mismo tiempo la lactancia materna hasta los 2 años o más.
La elección de alimentos saludables para los lactantes y los niños pequeños es de vital impor-
tancia por cuanto las preferencias de alimentación se establecen tempranamente en la vida. La
alimentación temprana del lactante con alimentos hipercalóricos con altos contenidos de
grasa, azúcar y sal es uno de los principales factores que propician la obesidad infantil.
OTRO DE LOS FACTORES QUE FAVORECEN A LA OBESIDAD ES SIN DUDA:
• La falta de información respecto de la nutrición.
• La divulgación y promoción de alimentos y bebidas hipercalóricos para niños a través de la
publicidad.
• Pautas culturales muy arraigadas (tales como la creencia generalizada de que un bebé gordo es
un bebé sano), pueden llevar la sobrealimentación inicial.
• La falta de actividad física y aumento del sedentarismo en un mundo cada vez más digitalizado
que con lleva a la disminución de las actividades físicas grupales.
Algunos datos muestran, pero no justifican, este crecimiento vertiginoso y son preocupantes:
Argentina, México y Chile poseen las ventas anuales de productos ultra procesados per cápita,
más altas de la región: Argentina (194,1 kg), México (164,3 kg) y Chile (125,5 kg).
Argentina lidera el consumo de bebidas gaseosas con 131 litros per cápita anuales.
México, Argentina, Brasil, USA y Australia son los 5 países con mayor consumo de azúcar agregada
del mundo, con alrededor de 150 gr/día, consumo que triplica lo recomendado por la OMS (50
gr/día). En Argentina se duplicó el consumo de gaseosas y jugos en polvo en los últimos 20
años (pasando de 1/2 a un vaso de gaseosa por día por habitante). El consumo de frutas disminuyó
un 41% y el de hortalizas un 21% en el mismo periodo. (*) ). El consumo de frutas disminuyó un
41% y el de hortalizas un 21% en el mismo periodo.
Estas cifras inquietan y nos muestran que sin un programa de prevención el futuro para estos
chicos, no es muy alentador.
La obesidad infantil es un tema de malnutrición y no sólo de comida en exceso .No solamente
se resuelve con la disminución de los alimentos ingeridos, sino también con una serie de medidas
que en su conjunto lograrán educar generando hábitos de vida saludables.
El sobrepeso y la obesidad son en gran medida prevenibles. Las políticas de cada país en relación
al tema, los entornos sociales del niño, las escuelas y las comunidades donde se mueven, son
fundamentales pues condicionan a los padres y los niños generando, como explicamos, hábitos
de vida saludables.
La búsqueda de alimentos más sanos y la actividad física regular será la opción más sencilla
para poder controlar la obesidad.
La elección del alimento cambió y sólo comemos para gratificarnos no para alimentarnos, perdimos
la cultura de alimentarnos; creció el comer como gratificación. A los niños hay que alimentarlos,
no premiarlos.
Esta actitud, más la disminución de la actividad física en cualquiera de sus formas, hacen que
el aumento de grasa corporal nos dé como resultante el camino a la obesidad.
Los niños no son activos, la aparición de elementos tecnológicos cada vez más atractivos
hacen que desde pequeños sean una herramienta destructiva y tranquilizante para ellos y sus
papás, vemos niños de pocos años con celulares o tablets mirando dibujitos; los niños no se
mueven o se mueven menos de lo que se tendrían que mover.
Todos debemos trabajar para mejorar esta situación: las familias, los colegios, las autoridades
gubernamentales y no quedarnos con la mirada observacional de esta situación grave que
traerá serios problemas futuros.
Las acciones son muchas y apuntan a diferentes grupos:
LOS NIÑOS EN EDAD ESCOLAR O ADOLESCENTES DEBEN:
• Limitar el consumo de grasas y azucares refinados, amasados de pastelería (limitar no es suspender
y eso forma parte del aprendizaje de la moderación en la cantidad).
• Aumentar el consumo de frutas y vegetales. Deben existir en la mesa diaria como planificación
familiar, no sólo para el niño o adolescente.
• Aumentar el consumo de cereales integrales, legumbres y frutos secos ,siempre dentro de la
planificación familiar.
• Viandas para el colegio que contengan los alimentos antes mencionados. • Consumo de carnes de todo tipo con formas simples de preparación. • Incorporar aceites crudos en forma diaria de cualquier tipo por su parte en ácidos grasos de
buena calidad, como así también frutos secos y semillas (chía, lino, sésamo).
• Realizar actividad física o ejercicio físico en forma regular. Según la OMS para el grupo
de 5 a 17 años la actividad física consiste en juegos, deportes, desplazamientos, actividades
recreativas, educación física o ejercicios programados en el contexto de la familia y la escuela
y las actividades comunitarias con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias, la
salud ósea y la disminución de ENT (enfermedades no trasmisibles), realizándola como
mínimo 30 a 60 minutos diarios, privilegiando la actividad aeróbica.
LA INDUSTRIA ALIMENTARIA DEBE COLABORAR Y DESEMPEÑAR UN ROL
RESPONSABLE, COLABORANDO CON:
• La disminución del contenido de grasas, azúcar y sal de los alimentos procesados para lactantes
y niños pequeños, rotulando correctamente los alimentos.
• Disponer de opciones saludables para todos los consumidores.
• Promocionar los productos en forma responsable, mostrando realidades de composición
química, protegiendo de esa forma la salud de niños y adolescentes.
ASIMISMO LA ESCUELA Y LOS COLEGIOS DEBEN:
• Desarrollar un programa de educación alimentaria y nutricional adecuado, instruyendo a los
niños desde temprana edad sobre hábitos correctos y consumo de alimentos saludables.
• Instalar el concepto de Quiosco saludable, donde existan frutas, frutos secos, cereales, productos
lácteos etc. Modificar los menúes de los comedores escolares, donde es vital la realización de
educación nutricional constante.
• Accesibilidad a bebederos en forma simple, colocándolos en lugares estratégicos, promocionando
el consumo de agua durante el día.
• Creación dentro de los espacios disponibles de huertas pequeñas para concientizar la variación
de alimentos.
Son de gran ayuda Las “Guías Alimentarias para la Población Argentina” (GAPA), las mismas
constituyen una herramienta fundamental para favorecer el aprendizaje de conocimientos que
contribuyan a generar comportamientos alimentarios y nutricionales más equitativos y saludables
por parte de la población de usuarios directos e indirectos.
Conclusión: Debemos entender que ante la expectativa de vida cada vez mayor y el crecimiento
poblacional, algo debemos hacer con esta epidemia creciente y desbordante.
La obesidad infantil es un problema multifactorial y global donde los organismos Internacionales,
las entidades gubernamentales locales, las políticas sanitarias de cada país, la industria alimentaria
y la población en general deben estar en el mismo camino y con los mismos objetivos. Se deben
dejar el individualismo y el exitismo de lado y trabajar en forma conjunta. Sin esto no se
avanzará.
Referencias
1. Organización Mundial de la Salud. Obesidad y sobrepeso. Centro de Prensa - Organización
Mundial de la Salud.
2. Encuesta Mundial de Salud Escolar 2012.
4. Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2013.
5. Boletín Epidemiológico sobre Sobrepeso y Obesidad, Ministerio de Salud 2016.
6. Guías Alimentarias para la Población Argentina, Ministerio de Salud de la Nación, 2016.
7. Comer Saludable y exportar seguridad alimentaria al mundo, CEPEA, 2015.
8. Alimentos y bebidas ultra procesados en América Latina: tendencias, efecto sobre la obesidad
e implicaciones para las políticas públicas, OPS 2015. 9
11. La Mesa argentina en las últimas dos décadas. CESNI. 2016. 12. El informe de FAO/OPS da
un panorama actualizado de los avances en la región actualizado a enero 2017.
13. Informe de la Comisión para Terminar con la Obesidad Infantil. WHO.2016. 14. Plan de
acción para la prevención de la obesidad en la niñez y la adolescencia. OPS/OMS 2014.
Dra (Phd) Stella M.Garcia de Kralj, Licenciada en
Nutrición
Jefa de Nutrición –Sanatorios de la Trinidad /Grupo Galeno