HIPERPLASIA APENDICULAR
La hiperplasia apendicular es la inflamación del apéndice intestinal, y afecta a la mucosa,
tejido linfoide y capa muscular. El apéndice se encuentra en el inicio del intestino grueso,
en la zona inferior derecha del abdomen. Tiene forma de lombriz de color rosado cuando no
está inflamado. En su interior hay muchos folículos linfoides del sistema inmunológico
(parecidos a los que hay en las amígdalas de la faringe). Este órgano no tiene ninguna
función conocida en el ser humano, es un vestigio de la evolución como pueden ser los
músculos que mueven las orejas o el hueso cóccix.
Puede aparecer a cualquier edad, pero hay un pico de incidencia entre los 10 y los 30 años
sin que se conozca la razón. También se ha detectado que es más frecuente en los varones,
aunque no se han encontrado causas hormonales.
El problema de la apendicitis no es la inflamación del apéndice en sí, sino que si dejamos
evolucionar el cuadro, el apéndice puede llegar a necrosarse y pudrirse literalmente en el
interior del abdomen. Esto provocaría una situación de urgencia, la peritonitis, con gran
riesgo para la vida del paciente.
Por todo ello es necesario realizar un diagnóstico y tratamiento precoz que impida la
progresión de la apendicitis. El único tratamiento efectivo es la extirpación quirúrgica, lo
que convierte a la apendicitis en la causa más frecuente de operación quirúrgica abdominal.
CAUSAS
La hiperplasia apendicular se produce como consecuencia de la obstrucción de su luz, es
decir, del conducto interno del apéndice. Esta obstrucción sucede por diferentes motivos:
Hiperplasia de folículos linfoides: es la causa de apendicitis más frecuente. Los
folículos linfoides apendiculares funcionan igual que las amígdalas faríngeas, de modo
que si se infectan por un microbio se inflaman, crecen y obstruyen la luz. Quizá en las
edades jóvenes de la vida nuestro organismo es más propenso a ello, y eso justifique
que la mayoría de los casos de apendicitis sucedan entre los 10 y los 30 años.
Apendicolito o fecalito: es la segunda causa más frecuente. A través del intestino
grueso pasa toda la masa fecal hacia el ano. En ocasiones un pequeño excremento
puede ocluir la luz apendicular.
Cuerpos extraños: del mismo modo que un fecalito, un cuerpo extraño que hayamos
ingerido podría obstruir la luz apendicular, siempre que tuviese el tamaño adecuado.
Microorganismo y parásitos: ya sea porque obstruyen directamente la luz o porque
inflaman los folículos linfoides. El microorganismo que más se relaciona con la
apendicitis es la Yersinia.
Tumores: muy raro que den la cara provocando una apendicitis; pueden ser del propio
apéndice o del colon.
SÍNTOMAS
Los síntomas de la hiperplasia apendicular pueden variar. Puede ser difícil diagnosticarla en
niños pequeños, ancianos y mujeres en edad fértil.
El primer síntoma a menudo es el dolor alrededor del ombligo. Este dolor inicialmente
puede ser leve al principio, pero se vuelve más agudo y grave. Es posible que también se
presente inapetencia, náuseas, vómitos y fiebre baja.
El dolor tiende a desplazarse a la parte inferior derecha del abdomen y tiende a
concentrarse en un punto directamente sobre el apéndice llamado el punto de McBurney.
Esto ocurre con mayor frecuencia de 12 a 14 horas después del comienzo de la enfermedad.
Si el apéndice se abre (se rompe), usted puede tener menos dolor por un corto tiempo y
puede sentirse mejor; sin embargo, el dolor pronto empeora y usted se siente más enfermo.
El dolor puede empeorar al caminar, toser o hacer movimientos súbitos. Los síntomas
tardíos incluyen:
Escalofríos y temblores
Heces duras
Diarrea
Fiebre
Náuseas y vómitos
DIAGNÓSTICO
Se puede llegar a un diagnóstico de hiperplasia apendicular por los siguientes medios:
Exploración física
El estado general del paciente suele ser bueno, aunque en apendicitis de etapas avanzadas
suele deteriorarse. La temperatura es alrededor de 37,5 y 38 ºC.
En la exploración abdominal hay signos que pueden ayudar al diagnóstico:
Dolor en el punto de McBurney: se marca una línea desde el ombligo hasta la punta del
hueso pélvico derecho anterior. El punto es la unión de los dos tercios más cercanos al
ombligo con el tercio externo.
Signo de Blumberg: al presionar una zona del abdomen alejada del apéndice se produce
dolor en éste de dorma refleja. Indica irritación peritoneal y sucede en otras
enfermedades.
Dolor abdominal a la extensión del muslo: esta maniobra sólo es útil cuando el apéndice
tiene una localización retrocecal, es decir, está colocado detrás del colon y, por tanto, la
palpación del abdomen no es tan efectiva.
Hay una maniobra que se puede realizar de forma casera para sospechar o no una
apendicitis. Consiste en que el enfermo se ponga de pie en puntillas y se deje caer sobre sus
talones de forma súbita. En los casos de apendicitis el dolor en la región inferior derecha
aumenta. Por supuesto no es una prueba muy fiable, pero puede ayudar.
En los casos complicados hay fiebre alta y alteración del estado general. Cuando
existe peritonitis generalizada, el dolor es intenso y generalizado, con riesgo de shock
séptico.
EXÁMENES COMPLEMENTARIOS
Análisis de laboratorio
En el análisis de sangre, la apendicitis suele cursar con un recuento de leucocitos
aumentado (o leucocitosis moderada), con aumento de neutrófilos, aunque solo se ha
observado en fases avanzadas de apendicitis. Un análisis complementario al recuento de
leucocitos, es el análisis de marcadores sanguíneos de inflamación aguda (proteína C
reactiva); actualmente se ha demostrado que la proteína C reactiva está aumentada en la
mayoría de los casos de apendicitis aguda. El análisis de orina suele ser normal.
Diagnóstico por imágenes
Radiología: la radiología del tórax es indispensable, porque permite descartar otras
afecciones como las enfermedades cardiopulmonares. La radiología de abdomen suele
ser normal, o puede verse una dilatación de asas del intestino debido a la paralización de
los movimientos peristálticos. Excepcionalmente, puede apreciarse un fecalito
calcificado en la fosa ilíaca derecha.
Ecografía: es muy útil para el diagnóstico y para descartar otras
enfermedades. En caso de apendicitis, la ecografía puede ver el apéndice inflamado o
líquido libre por el abdomen. Sin embargo, en algunas ocasiones no se encuentra ningún
hallazgo anormal a pesar de que sí que hay una apendicitis.
Tomografía axial computadorizada (TAC): el TAC es un método diagnóstico muy
fiable en el diagnóstico de una apendicitis y cada vez se usa más en casos de duda.
También permite descartar otras patologías.
Laparoscopia: en los casos de difícil diagnóstico, sobre todo en
mujeres en edad fértil, pacientes obesos o ancianos, puede recurrirse a
la laparoscopia para confirmar el diagnóstico. Actualmente se obtienen excelentes
resultados utilizando la técnica de simple incisión laparoscópica (SILS-laparoscopia),
por la cual se puede realizar no sólo una exploración, sino también la cirugía
laparoscópica del apéndice (apendicectomía laparoscópica).
TRATAMIENTO
El tratamiento de la apendicitis es quirúrgico y urgente; se extirpa el apéndice y se elimina
la inflamación (apendicectomía). Solamente en los pacientes con apendicitis subaguda, que
tiene una duración más larga sin afección general, la cirugía se suele realizar más
tardíamente.
Se puede operar de dos formas:
Laparoscopia: un método cada vez más utilizado, que consiste en realizar unas pequeñas
incisiones en la superficie abdominal por donde se pasan instrumentos que nos permiten
visualizar el interior y manipularlo. La apendicectomía laparoscópica está siendo de
elección en una gran cantidad de casos con apendicitis aguda, tanto en etapas tempranas
como en etapas avanzadas. Uno de los beneficios de esta técnica es el corto post-
operatorio y la rápida recuperación del paciente.
Laparotomía: en este caso se realiza una incisión mayor en el abdomen para poder
buscar y extirpar el apéndice manualmente. La incisión más utilizada es la incisión de
McBurney, que sigue un trayecto paralelo a la ingle en la región inferior derecha del
abdomen, donde está el apéndice.
CUIDADOS DE ENFERMERÍA
Preoperatorio:
Perfusión intravenosa para restituir la pérdida de líquidos, favorecer la diuresis y
mantener una vía permeable para administrar medicamentos.
Administración de antipiréticos
Administración de antibióticos
Dieta
Evacuar vejiga
Higiene
Rasurado si estuviera indicado
Administración de los medicamentos preoperatorios
Por lo general no se aplica enema
Informar al paciente y su familia el tratamiento a realizar y solicitar su conformidad.
Posoperatorio:
Colocar al paciente en su unidad en posición decúbito dorsal con la cabeza
lateralizada y sin almohada. Tan pronto como el paciente recupere totalmente la
conciencia se lo colocará en posición semifowler.
Administración de analgésicos (periodos no menores de 4hs)
Administración de líquidos por vía IV. Cuando se restablece el peristaltismo se
pueden administrar líquidos por vía oral y posteriormente alimentación blanda.
Los puntos se retiran al 7 día.
Se estimula la deambulación precoz a fin de favorecer la recuperación del paciente
y evitar complicaciones.
Manejo del dolor, para mejorar el confort físico.
Cuidado de la herida quirúrgica. Para evitar la aparición de infección.
Control de diuresis.
Enseñanza de cuidados pos operatorios al darse de alta al paciente.
HERNIA INGUINAL
La hernia inguinal es una protuberancia en la ingle. Se produce cuando la pared abdominal
anterior se rompe en algún punto y los órganos de esta zona, como el intestino delgado,
sobresalen por el hueco del canal inguinal en forma de saco. Este tipo de hernia es la más
común, especialmente en los hombres.
La debilidad de la pared abdominal puede existir desde el nacimiento (hernia inguinal
congénita), si esta no se terminó de cerrar durante el desarrollo del feto. Así, las hernias
inguinales en los niños suelen ser congénitas. Sin embargo, también pueden aparecer en
etapas posteriores (hernia inguinal adquirida) debidas, por ejemplo, a una operación en el
abdomen que no cicatriza bien o a causa de una debilidad en el tejido conjuntivo. Por lo
tanto, la hernia inguinal puede aparecer al toser, al levantar un objeto muy pesado o en el
embarazo.
La hernia inguinal es, con diferencia, la que se presenta con más frecuencia. El 75%
de hernias se producen en la ingle. Se estima que el riesgo de tener una hernia a lo largo de
la vida es de un 27% en caso de los hombres y de un 3% en el caso de las mujeres.
En la mayoría de los casos no se presenta ningún síntoma. Sin embargo, algunas veces
puede haber molestia o dolor. La molestia puede ser peor al ponerse de pie, hacer esfuerzo
o levantar objetos pesados.
La hernia inguinal se suele manifestar por los siguientes síntomas:
Los pacientes tienen una masa visible y que se puede palpar con facilidad.
Al cargar peso e ir al baño, sufren dolor.
En el lado afectado por la hernia puede aparecer un ligero dolor punzante que empeora
bajo presión. Estos síntomas comunes en la hernia inguinal pueden llegar hasta el
escroto en el hombre y hasta los labios vaginales en la mujer.
Estos síntomas empeoran cuando se aumenta la presión en la zona abdominal (por ejemplo,
al toser, estornudar o presionar). Normalmente, el rendimiento físico no disminuye por
una hernia inguinal. Tampoco suelen causar molestias. Solo se presentan síntomas en forma
de dolores masivos (a menudo acompañados de náuseas y vómitos) cuando las vísceras que
salen (por ejemplo, parte del intestino) quedan aprisionadas (estrangulada). Esto constituye
una emergencia quirúrgica que necesita actuación inmediata; de lo contrario se pueden
presentar complicaciones como, por ejemplo, inflamaciones de los órganos abdominales.
El diagnóstico de una hernia inguinal se realiza tras una revisión física. La hernia inguinal
no es reconocible, por norma general, si el afectado está tumbado. Además, la sección
de rotura en la zona de la ingle es visible en la mayor parte de los casos, e incluso palpable,
en cuanto el afectado tose o se le presiona.
Una ecografía puede ser útil si se sospecha de una hernia inguinal, por ejemplo, si se trata
de una tan pequeña que no es reconocible a primera vista. En las personas cuyo vientre está
tenso o con mucho sobrepeso, la hernia inguinal tampoco es fácilmente reconocible. En
estos casos, la ecografía también ayudaría a establecer el diagnóstico.
Los niños suelen padecer una hernia inguinal indirecta congénita. La hernia inguinal directa
congénita en los niños es sumamente infrecuente. Se suele manifestar como una pequeña
inflamación directamente sobre el pubis. Sin embargo, para establecer el diagnóstico es
necesario eliminar el hidrocele, una acumulación de líquido en el escroto.
El tratamiento de la hernia inguinal consiste en una operación prácticamente para cualquier
tipo y a cualquier edad. Esta operación es un método seguro, ya que la tasa de éxito del
tratamiento es del 95%. La intervención se realiza, siempre que sea posible, con anestesia
general. En el caso de que la hernia sea pequeña, puede ser suficiente la anestesia local. En
personas sanas, la operación de hernia inguinal puede ser también ambulatoria. De hecho,
cada vez se realizan más cirugías a nivel ambulatorio con una mínima estancia hospitalaria.
La intervención se denomina hernioplastia y consiste en colocar mallas sintéticas que
cierren la hernia.
Mediante la cirugía se evita el aprisionamiento de los órganos abdominales
salidos (incarceración). Si ya hay órganos aprisionados o estrangulación, es necesario
solucionarlo en un corto periodo, o de otro modo pueden surgir complicaciones graves. En
casos excepcionales, las hernias congénitas o en niños pueden llegar a curarse de forma
espontánea.
En los casos en los que resulta peligrosa la operación de la hernia por determinadas
circunstancias, es posible aplicar un tratamiento conservador con una faja reductora. Si se
coloca una faja reductora como si fuera un cinturón en el lugar donde está la hernia, puede
llegar a reducir la salida de la misma, aunque no evita los aprisionamientos. De todos
modos, el tratamiento de la hernia inguinal con una faja reductora no lleva a la curación y
no se recomienda actualmente por normal general.
Posibles complicaciones
En raras ocasiones, la reparación de una hernia inguinal puede dañar las estructuras
involucradas en el funcionamiento de los testículos de un hombre.
Otro riesgo de la cirugía de una hernia es el daño a los nervios, que puede llevar a que se
presente insensibilidad en el área de la ingle.
Si una parte del intestino quedó atrapada o estrangulada antes de la cirugía, se puede
presentar una perforación intestinal o muerte del intestino.
CUIDADOS DE ENFERMERIA
Movilización precoz. Al principio deambulación moderada.
En las hernias inguinales puede haber edema del escroto. Son medidas útiles elevar
el escroto sobre una compresa enrollada.
Si tose o estornuda se indica al paciente que apoye la zona de incisión con las
manos para disminuir el dolor y para protegerla.
Puede ser necesaria una sonda nasogástrica para evitar distensión, vómitos.
Se administrarán laxantes suaves para evitar esfuerzos en la defecación.
El período de recuperación puede extenderse hasta los 2-3 meses en que se supone
que la cicatriz de la plástica ha consolidado en forma definitiva.
HEMORROIDES
Las hemorroides son venas hinchadas en el ano o la parte inferior del recto.
GRADO DE LAS HEMORROIDES
Las hemorroides se clasifican en 4 grados diferentes dependiendo del grado de inflamación.
En cada grado aparecen diversos síntomas:
Grado I de hemorroides. En este estadio aparecen las hemorroides algo aumentadas de
tamaño, pero son relativamente pequeñas y no visibles desde fuera. Pueden desaparecer
espontáneamente o sin tratamiento especializado y en la mayor parte de los casos no
producen ningún tipo de síntoma. Solo con la ayuda de una cámara introducida a través
del canal anal para observar el recto (rectoscopia), puede el médico reconocer la
hemorroide en este grado.
Grado II de hemorroides. En este estadio, los nudos son mayores y aparecen
claramente al aumentar la presión en el ano. Durante la defecación van a ser empujados
fuera del ano y después van a volver al interior del conducto anal. Las hemorroides se
reducen al interior del ano espontáneamente.
Grado III de hemorroides. En este estadio, las hemorroides “caen” tras la defecación o
incluso de forma espontánea fuera del esfínter anal. Se habla entonces de un prolapso.
Las hemorroides no van a desaparecer por el canal anal de forma espontánea. El
afectado puede empujar las hemorroides con el dedo de vuelta al interior del canal anal.
Grado IV de hemorroides. En este último estadio, las hemorroides están
permanentemente fuera del ano (prolapso fijo) y no pueden ser reintroducidas de forma
manual. En este grado, las hemorroides son visibles siempre. Generalmente, esto lleva a
un prolapso anal, en el que, además de los nudos hemorroidales, también sobresale la
mucosa hasta dos centímetros por fuera del ano.
INCIDENCIA
Las hemorroides son muy frecuentes. Como la mayor parte de los pacientes con leves
molestias en la zona anal no consultan al médico, se desconoce el porcentaje exacto de
afectados. No obstante, las estimaciones científicas determinan que más de un 50% de los
mayores de 30 años las padecen. En España, puede haber hasta 20 millones de afectados
por hemorroides (almorranas).
CAUSAS
Las hemorroides son muy comunes. Son el resultado del aumento de presión en el ano. Esto
puede ocurrir durante el embarazo, el parto o debido al estreñimiento. La presión provoca
que las venas y los tejidos anales se hinchen. Este tejido puede sangrar, a menudo durante
las deposiciones.
Las hemorroides pueden ser causadas por:
Esfuerzo durante las deposiciones.
Estreñimiento.
Sentarse durante períodos de tiempo prolongados, especialmente en el baño.
Ciertas enfermedades, como la cirrosis hepática.
Las hemorroides pueden estar dentro o por fuera del cuerpo:
Las hemorroides internas se presentan justo dentro del ano, donde comienza el recto.
Cuando son grandes pueden salirse (prolapso). El problema más común con las
hemorroides internas es el sangrado durante las deposiciones.
Las hemorroides externas ocurren por fuera del ano. Pueden causar dificultad para
limpiar la zona después de una deposición. Si se forma un coágulo de sangre en una
hemorroide externa, puede ser muy doloroso (hemorroide externa trombosada).
SÍNTOMAS
Las hemorroides con frecuencia no son dolorosas, pero si se forma un coágulo de sangre,
pueden causar mucho dolor.
Los síntomas de hemorroides incluyen:
Sangre roja brillante indolora proveniente del recto
Prurito anal
Dolor anal especialmente mientras se está sentado
Dolor durante la defecación
Una o más protuberancias duras y sensibles cerca del ano
PRUEBAS Y EXÁMENES
La mayoría de las veces, el proveedor de atención médica a menudo puede diagnosticar las
hemorroides simplemente examinando la zona rectal. Las hemorroides externas a menudo
se pueden detectar de esta manera.
Los exámenes que pueden ayudar con el diagnóstico del problema incluyen:
o Examen rectal
o Sigmoidoscopia
o Anoscopia
TRATAMIENTO
Los tratamientos para las hemorroides incluyen:
Las cremas corticosteroides de venta libre (por ejemplo, cortisona) para ayudar a
disminuir el dolor y la hinchazón.
Las cremas para hemorroides que contienen lidocaína para ayudar reducir el dolor.
Los ablandadores de heces ayudan a reducir el esfuerzo y el estreñimiento.
Las cosas que se pueden hacer para reducir la picazón incluyen:
Aplicar agua de hamamelis al área con motas de algodón.
Utilizar ropa interior de algodón.
Evitar el papel higiénico con perfumes o colores; usar toallitas para bebés en lugar de
esto.
Tratar de no rascarse la zona.
Los baños de asiento, en agua tibia durante 10 a 15 minutos, pueden ayudar a que usted se
sienta mejor.
Si sus hemorroides no mejoran con los tratamientos caseros, usted puede necesitar un tipo
de tratamiento en el consultorio médico para reducir el tamaño de las hemorroides.
Si el tratamiento en el consultorio médico no es suficiente, puede ser necesario algún tipo
de cirugía, como la extirpación de las hemorroides (hemorroidectomía). Estos
procedimientos generalmente se utilizan para personas que presentan sangrado intenso o
prolapso que no haya respondido a otra terapia.
POSIBLES COMPLICACIONES
La sangre en la hemorroide puede formar coágulos y esto puede provocar que el tejido
circundante muera. La cirugía a veces es necesaria para extirpar hemorroides con coágulos.
En raras ocasiones, también se puede presentar sangrado intenso. La pérdida prolongada de
sangre puede provocar anemia ferropénica.
Cuidados de Enfermería:
o Corregir el estreñimiento añadiendo fibra a la dieta: pan integral, cereales, frutas,
verduras, etc…, líquidos abundantes. Corregir las diarreas
o Evitar las comidas muy sazonadas y el consumo excesivo de alcohol.
o Evitar esfuerzos a la hora de defecar, reducir el tiempo de defecación y usar papel
higiénico suave.
o Aplicar hielo o compresas de agua fría en la fase aguda, el frío disminuye el hinchazón.
o Baños de asiento, con agua fría o ligeramente tibia, nunca muy caliente.
o Lavado rápido con jabón neutro, con la yema de los dedos aplicarlo, después secar
presionando con la toalla sobre la zona.
o Si las hemorroides está fuera y no se pueden introducir, procurar que no toque la ropa
interior, colocar un algodón embadurnado con una pasta neutra.
o Alimentos y bebidas desaconsejados: Alcohol, picantes (pimienta, mostaza, chile),
bebidas carbónicas o gaseosas, ácidos en exceso (vinagre, cítricos (naranja, limón, kiwi),
salazones (arenques, quesos fuertes, aceitunas, anchoas), chocolate, frutos secos,
mariscos y café en grandes cantidades.
COLECISTITIS
La colecistitis es la inflamación de la vesícula biliar que generalmente ocurre cuando se
bloquea el pasaje que conecta la vesícula biliar con el conducto biliar.
Los tipos de colecistitis pueden incluir:
Colecistitis aguda, una inflamación repentina de la vesícula biliar que causa dolor
severo en la parte superior del abdomen. El dolor también puede propagarse entre
los omóplatos. En casos severos, la vesícula biliar puede perforarse, lo que significa
que se desarrolla un agujero en la pared y la poderosa bilis se derrama en la cavidad
abdominal. Esto podría ser una situación que pone en peligro la vida y que requiere
de atención inmediata.
Colecistitis crónica, la inflamación e irritación de la vesícula biliar que persiste en el
tiempo como resultado de episodios repetidos de colecistitis aguda. En última
instancia, los daños en las paredes de la vesícula biliar pueden hacer que el órgano
se ensanche, se encoja y pierda su capacidad para funcionar correctamente.
EPIDEMIOLOGÍA
Existe una mayor incidencia en mujeres que en hombres, llegando en algunos países en
10:1 mujeres: hombres.
En la actualidad las edades con mayor predominio son aquellas en etapas productivas, de
20 a 40 años. Se consideran factores predisponentes el hecho de ser mujer esto debido a las
hormonas estrogénicas, ya que estas aumentan las proteínas de baja densidad (LDL, por sus
siglas en inglés) al igual que las proteínas de muy baja densidad (VLDL) y el colesterol en
el jugo biliar y disminuyen dentro del mismo la concentración de ácidos y sales biliares lo
que falcilita la formación de litos dentro de la vesícula. Debido a los niveles de hormonas
estrogénicas que se presentan en el embarazo el hecho de que las mujeres sean multíparas
(o multigestas) se considera como un factor de riesgo al igual que el sobrepeso ya que el
perfil lipídico en estas pacientes suele ser más alto.
CAUSAS
La vesícula biliar es un órgano que se encuentra por debajo del hígado. Almacena la bilis,
que el cuerpo utiliza para digerir las grasas en el intestino delgado.
La colecistitis aguda se produce cuando la bilis queda atrapada en la vesícula biliar. A
menudo esto sucede porque un cálculo biliar bloquea el conducto cístico, el conducto a
través del cual la bilis viaja dentro y fuera de la vesícula biliar. Cuando un cálculo bloquea
este conducto, la bilis se acumula, causando irritación y presión en la vesícula biliar. Esto
puede conducir a hinchazón e infección.
Otras causas incluyen:
Enfermedades graves como el VIH o la diabetes
Tumores de la vesícula biliar (raro)
Algunas personas tienen mayor riesgo de sufrir cálculos biliares. Los factores de riesgo incluyen:
Ser mujer
Embarazo
Terapia hormonal
Edad avanzada
Ser nativo americano o hispano
Obesidad
Bajar o subir de peso rápidamente
Diabetes
SÍNTOMAS
El síntoma principal es dolor en la parte superior derecha o media del abdomen que por lo
regular dura al menos 30 minutos. Usted puede sentir:
Dolor agudo, de tipo cólico o sordo
Dolor continuo
Dolor que se irradia a la espalda o por debajo del omóplato derecho
Otros síntomas que pueden ocurrir incluyen:
Heces de color arcilla
Fiebre
Náuseas y vómitos
Coloración amarillenta de la piel y de la esclerótica de los ojos (ictericia)
DIAGNÓSTICO
Exploración física
Se encuentra paciente diaforético con facies dolorosa, encontrándose en la mayoría de las
ocasiones con distensión abdominal, doloroso a la palpación de cuadrante superior derecho.
A la palpación se obtiene un signo clásico, el signo de Murphy: dolor de aparición abrupta
al presionar con el dedo en el punto de Murphy, punto localizado en el reborde costal y que
pasa por la línea hemiclavicular derecha.
Exámenes de sangre:
Amilasa y lipasa
Bilirrubina
Conteo sanguíneo completo (CSC)
Pruebas de la función hepática
Los exámenes imagenológicos pueden mostrar cálculos biliares o inflamación. Le pueden
practicar uno de estos exámenes:
o Ecografía abdominal
o Tomografía computarizada abdominal
o Radiografía abdominal
o Colecistografía oral
o Gammagrafía de la vesícula biliar con radionúclidos
TRATAMIENTO
La colecistitis se puede resolver por sí sola. Sin embargo, si tiene cálculos, probablemente
necesitará cirugía para extirpar la vesícula.
Los tratamientos no quirúrgicos incluyen:
Antibióticos que debe tomar en casa para combatir la infección
Dieta baja en grasa (si puede comer)
Analgésicos
El tratamiento definitivo de la colecistitis es una intervención quirúrgica,
llamada colecistectomía; existen dos tipos, la abierta y la laparoscópica. La laparoscópica
es preferente ya que tiene una recuperación más rápida que con la abierta, debido a que solo
son de tres a cuatro incisiones pequeñas en el abdomen; quedando puertos quirúrgicos más
no una herida quirúrgica de gran tamaño y la colocación de un drenaje (penrose) en un ojal
cutáneo al costado de la herida quirúrgica, haciendo esto para prevenir abscesos.
El momento de realizar dicho tratamiento suele depender del tiempo de evolución del
cuadro clínico. Una colecsititis aguda de menos de 48 horas de evolución puede ser de
urgencia, mientras que si lleva ya más de 48 horas se realiza cirugía diferida a los 3-4
meses con tratamiento médico y controles, siguiendo una dieta baja en grasas.
POSIBLES COMPLICACIONES
De no recibir tratamiento, la colecistitis puede llevar a cualquiera de los siguientes
padecimientos:
Empiema (pus en la vesícula biliar)
Gangrena
Lesión de las vías biliares que vacían el hígado (puede ocurrir después de una
colecistectomía)
Pancreatitis
Perforación
Peritonitis (inflamación del revestimiento del abdomen)
CUIDADOS DE ENFERMERÍA
Administrar analgésicos según prescripción.
Apretar la incisión en abdomen con las manos o con una almohada cuando el
paciente tosa.
Motivarlo a que camine tan pronto como se permita; aplicar una faja abdominal
adecuada si el paciente se siente más cómodo.
Alentar al paciente a que haga cuando menos diez respiraciones profundas cada
hora y se voltee en la cama con frecuencia.
Colocarlo en posición de semi-fowler para facilitar la expansión pulmonar.
Observar en forma sucinta los cambios de color de la piel, las escleróticas y las
heces que indican si el pigmento biliar desaparece de la sangre y drena nuevamente
al duodeno.
Realizar ejercicios respiratorios y monitorizar con pulxiometro
Vigilar signos de infección a nivel de la herida
Cambiar apósito según la necesidad
Revisar el drenaje instalado en cirugía y vaciarlo
COLELITIASIS
La colelitiasis, conocida como cálculos biliares o litiasis biliar, se refiere a la formación de
cálculos en las vías biliares.
Los cálculos biliares son depósitos endurecidos de fluido digestivo que se forman en la
vesícula biliar. Su vesícula biliar es un pequeño órgano con forma de pera en el lado
derecho de su abdomen, justo debajo de su hígado. La vesícula biliar tiene un líquido
digestivo denominado bilis que se libera en el intestino delgado.
Los cálculos varían en tamaño desde tan pequeño como un grano de arena o tan grande
como una pelota de golf. Algunas personas desarrollan sólo un cálculo biliar, mientras que
otros desarrollan cálculos biliares muchos al mismo tiempo.
Hay dos clases principales de cálculos biliares:
Los de colesterol, compuestos en su mayor parte por esa sustancia, que representan
alrededor del 80% de todos los casos diagnosticados.
Los pigmentarios, constituidos en su mayor parte por sales cálcicas de pigmentos
biliares y otros compuestos, a los que corresponde el 20% restante de los casos
diagnosticados.
Puesto que la mayoría de los pacientes tienen cálculos de colesterol, la clase de cálculo es
importante, ya que sólo los cálculos de colesterol pueden tratarse por métodos no
quirúrgicos.
CLASIFICACIÓN
Los cálculos biliares habitualmente están formados por una mezcla de colesterol,
bilirrubinato cálcico, proteínas y mucina. En función de sus compuestos predominantes se
clasifican en:
Cálculos de colesterol, son los más frecuentes en los países industrializados.
Cálculos de pigmento negro, formados fundamentalmente de bilirrubinato cálcico a
partir de la hemólisis.
Cálculos de pigmento marrón, se forman a partir de infecciones bacterianas o
helmínticas en el sistema biliar, son frecuentes en poblaciones orientales.
Cálculos mixtos, constan fundamentalmente de pequeñas cantidades de calcio y sales
de bilirrubinato.
ETIOLOGÍA:
No está claro lo que causa cálculos biliares de forma. Los médicos creen que los cálculos
biliares pueden ocurrir cuando:
Su bilis contiene demasiado colesterol. Normalmente, su bilis contiene sustancias
químicas suficientes para disolver el colesterol excretada por el hígado. Pero si su
hígado excreta más colesterol que la bilis puede disolver el exceso de colesterol puede
formar en los cristales y, finalmente, en las piedras.
Su bilis contiene demasiada bilirrubina. La bilirrubina es una sustancia química que
se produce cuando el cuerpo descompone los glóbulos rojos. Ciertas condiciones de
hacer que el hígado produzca demasiada bilirrubina, como la cirrosis hepática,
infecciones del tracto biliar y ciertos trastornos de la sangre. El exceso de bilirrubina
contribuye a la formación de cálculos biliares.
Su vesícula biliar no se vacía correctamente. Si su vesícula biliar no se vacía
totalmente o bastante a menudo, la bilis puede llegar a ser muy concentrada, lo que
contribuye a la formación de cálculos biliares.
Los cálculos biliares son un problema de salud común en todo el mundo y son más
frecuentes en las mujeres, indígenas y personas mayores de 40 años de edad.
Entre otros factores de riesgo están los hereditarios y étnicos, la obesidad, la diabetes, la
cirrosis hepática, la alimentación intravenosa prolongada y algunas operaciones de úlceras
pépticas.
FISIOPATOLOGÍA:
A) Mecanismos de la sobresaturación biliar : Este fenómeno se observa corrientemente
en el ayuno, lo que se explica por las relaciones que guardan entre sí los lípidos
biliares. Mientras que las secreciones de sales biliares y de fosfolípidos mantienen una
relación estrecha, casi lineal, la secreción de colesterol tiende a desacoplarse,
permaneciendo elevada a niveles bajos de secreción de sales biliares. Por eso que la
saturación biliar es mucho más frecuente en el ayuno que en el período postprandial
Exceso de secreción del colesterol biliar: El aumento en la secreción del colesterol
biliar es el evento metabólico más frecuente en la patogenia de la litiasis biliar.
Deficiencia en la secreción de sales biliares: Una secreción disminuida de sales
biliares es el reflejo de un "pool" reducido, ya sea debido a una pérdida intestinal
aumentada o a una síntesis hepática deficiente.
Trastorno mixto, con disminución de las sales biliares y aumento del colesterol biliar.
B) Precipitación y nucleación del colesterol biliar: Si bien la sobresaturación biliar del
colesterol es una condición necesaria, no es suficiente para la formación de colelitiasis;
incluso se puede afirmar que la sobresaturación biliar en ayunas es una condición frecuente
en la población normal de Occidente. Por ello toma importancia el segundo evento en la
patogenia de la litiasis biliar: la nucleación del colesterol, es decir, la salida del colesterol
disuelto desde una fase líquida hacia una fase sólida de microcristales. En los pacientes con
litiasis por cálculos de colesterol, es frecuente encontrar cristales de colesterol en la bilis
vesicular (obtenida por sondeo duodenal o por punción de la vesícula durante la cirugía). Si
la bilis es filtrada eliminando los cristales e incubada, estos reaparecen en un plazo corto.
Un tiempo de nucleación corto en la bilis vesicular es un criterio seguro para distinguir a
los enfermos litiásicos de los sujetos normales
C) Crecimiento y agregación de los cristales de colesterol: La nucleación del colesterol
es un paso necesario entre una bilis sobresaturada de colesterol y la formación de litiasis,
pero la mera presencia de microcristales no explica suficientemente su agregación para
constituir cálculos propiamente tales. Los mecanismos por los cuales estos cristales se
agregan hasta formar cálculos, no están claramente definidos. Se ha demostrado que el
calcio y la mucina biliar aumentan la velocidad de crecimiento de los cristales de colesterol
in vitro y, además, podrían participar en la agregación de los mismos. En el interior de los
cálculos se han encontrado glicoproteínas, postulándose que estarían estructurando una
matriz que facilitaría la agregación de los cristales y el crecimiento de los cálculos.
SINTOMATOLOGÍA:
Puede ser asintomática como ocurre en la mayoría de los pacientes, o presentar síntomas,
con un cuadro de dispepsia biliar, que se caracteriza por: intolerancia a las comidas
grasas, flatulencia, hinchazón abdominal, náuseas, vómitos, etc. Los cálculos pueden causar
colecistitis (inflamación de la vesícula) aguda, crónica, cólicos biliares, pancreatitis e
ictericia obstructiva.
La manifestación principal es el cólico biliar, se produce al obstruir con un cálculo un
conducto biliar, y se suele asociar a la inflamación de la vesícula (colecistitis). La
colecistitis aguda se caracteriza por: dolor abdominal en el epigastrio o hipocondrio
derecho, náuseas, vómitos, fiebre, peritonismo local o un plastrón de vesícula biliar, etc. en
el caso de la colecistitis crónica produce cólicos intermitentes e inflamación crónica.
Pero el cuadro clínico clásico de colelitasis es dolor en hipocondrio derecho tipo cólico
(intermitente), mejora con analgesia. No se acompaña de ictericia, no fiebre, el vomito es
raro, y tiene signo de Murphy negativo, a diferencia de la colecistitis que tiene este signo
positivo.
MEDIOS DE DIAGNÓSTICO:
Las pruebas y los procedimientos utilizados para el diagnóstico de cálculos biliares
incluyen:
Los exámenes de sangre podrían mostrar signos de infección o inflamación, ictericia,
pancreatitis y otras complicaciones causadas por cálculos biliares.
Un ultrasonido abdominal utiliza ondas sonoras para mostrar imágenes de su
abdomen en un monitor.
Escáner de hígado y de la vesícula biliar. A usted le administran una pequeña
cantidad de tinte radioactivo por medio de una vía intravenosa y se toman imágenes con
un escáner. Los médicos revisan las imágenes para determinar si su hígado y vesícula
biliar están funcionando normalmente.
Una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica también se conoce como
CPRE. Este examen se realiza durante una endoscopía para encontrar piedras, tumores
u otros problemas. Se coloca tinte en el tubo del endoscopio. El tinte ayuda a que su
páncreas y los conductos biliares se vean mejor en las radiografías. Informe a su
médico si usted alguna vez ha tenido una reacción alérgica al tinte de contraste. Si usted
tiene piedras, podrían extraerse durante una CPRE.
Una colecistografía oral es un examen para ver su vesícula y conductos. Usted tomará
píldoras que contienen un tinte especial. Después se toman unas radiografías. El tinte
hace que su vesícula y conductos biliares se vean claramente en las radiografías. Esto
podría facilitar que su médico vea cualquier piedra o inflamación en su vesícula.
Informe a su médico si usted alguna vez ha tenido una reacción alérgica al tinte de
contraste. También es muy importante informar a su médico si existe la posibilidad de
que usted esté embarazada. Su médico le dirá lo que usted puede o no puede comer
antes del examen. Es muy importante seguir las instrucciones del médico o es posible
que el examen no funcione.
PROCEDIMIENTO QUIRÚRGICO:
Colecistectomía es una intervención clínico-quirúrgica que consiste en la extracción de
la vesícula biliar. A pesar del desarrollo de técnicas no quirúrgicas, es el método más
común para tratar distintas enfermedades de la vesícula biliar. Las opciones quirúrgicas
incluyen la colecistectomía laparoscópica y la más antigua e invasiva de colecistectomía
abierta.
Tipos de colecistectomías
La vesícula biliar puede extirparse de dos formas.
Método abierto. Con este método, se practica una incisión de dos a tres pulgadas
en el lado derecho superior del abdomen. El cirujano localiza la vesícula biliar y la
extirpa a través de la incisión.
Método laparoscópico. Este procedimiento utiliza muchas incisiones pequeñas y
por lo menos tres laparoscopios (pequeños tubos delgados con cámaras de video)
para visualizar el interior del abdomen durante la operación. El cirujano realiza la
cirugía mirando un monitor de televisión. La vesícula biliar se extirpa a través de
una de las incisiones.
La colecistectomía laparoscópica se considera menos invasiva y por lo general requiere un
menor tiempo de recuperación que la colecistectomía abierta. En algunas ocasiones, se
detecta enfermedad en la vesícula biliar por medio del examen laparoscópico o se pueden
presentar otras complicaciones, por lo que el cirujano puede realizar una cirugía abierta
para extirparla de manera segura.
COMPLICACIONES:
Las complicaciones de los cálculos biliares pueden ser:
Inflamación de la vesícula biliar. Un cálculo biliar que se aloja en el cuello de la
vesícula biliar puede causar inflamación de la vesícula biliar (colecistitis). La colecistitis
puede causar dolor severo y fiebre.
Obstrucción del conducto biliar común. Los cálculos biliares pueden bloquear los tubos
(conductos) a través del cual fluye la bilis desde la vesícula biliar o del hígado al intestino
delgado. La ictericia infección y las vías biliares pueden resultar.
Obstrucción del conducto pancreático. El conducto pancreático es un tubo que se
extiende desde el páncreas hasta el conducto biliar común. Los jugos pancreáticos, lo que
ayuda a la digestión, el flujo a través del conducto pancreático. Un cálculo puede causar
una obstrucción en el conducto pancreático, que puede conducir a una inflamación del
páncreas (pancreatitis). La pancreatitis causa dolor abdominal intenso y constante y
generalmente requiere hospitalización.
Cáncer de vesícula biliar. Las personas con antecedentes de cálculos biliares tienen un
mayor riesgo de cáncer de vesícula biliar. Pero el cáncer de vesícula biliar es muy raro, así
que aunque el riesgo de cáncer es elevada, el riesgo de cáncer de vesícula biliar es aún
muy pequeño.
INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA:
Administrar analgésicos según prescripción.
Apretar la incisión en abdomen con las manos o con una almohada cuando el
paciente tosa.
Motivarlo a que camine tan pronto como se permita; aplicar una faja abdominal
adecuada si el paciente se siente más cómodo.
Alentar al paciente a que haga cuando menos diez respiraciones profundas cada
hora y se voltee en la cama con frecuencia.
Colocarlo en posición de fowler baja para facilitar la expansión pulmonar.
Ya que aún puede tener el frasco de drenaje, colocarlo en una bolsa debajo de la
cintura o ajustarlo de tal forma que se encuentre a la altura deseada.
Colocar al paciente en posición Fowler baja y posteriormente de Fowler intermedia
según lo tolere, para facilitar el drenaje.
Conectar la sonda al frasco para drenaje a un lado de la cama; observar que no haya
torceduras, acodamientos o bloqueo de los tubos.
Dejar el tubo con suficiente longitud para que el paciente se voltee sin que se
desaloje.
Observar, describir y anotar con frecuencia la cantidad y características del drenaje.
Después de cinco o seis días de drenaje, puede pinzarse la sonda T una hora, antes y
después de cada comida, para que el flujo de bilis al duodeno ayude a la digestión
Observar en forma sucinta los cambios de color de la piel, las escleróticas y las
heces que indican si el pigmento biliar desaparece de la sangre y drena nuevamente
al duodeno.
Cambiar los apósitos externos con bastante frecuencia para facilitar la absorción del
drenaje.
OSTOMÍAS
Definición
El término ostomía viene del vocablo latín ostium y del griego stoma que quieren decir
boca. O sea, que es el orificio o abertura practicada a un órgano hueco para comunicarlo
con el exterior, en cuyo caso el nombre resultante se compone del que corresponde al
órgano a que se practica la abertura, seguido del sufijo ostomía.
Clasificación
Clasificación de las ostomías de acuerdo con: Tipos
1. El carácter: a) Urgente.
b) Electiva.
2. Con la porción del órgano abocada: a) Terminal.
b) Lateral.
3. La perdurabilidad: a) Temporal.
b) Definitiva.
4. La localización: a) Aparato respiratorio:
Traqueostomía. Pleurostomía.
b) Aparato digestivo:
Esofagostomía. Gastrostomía.
Duodenostomía.
Yeyunostomía. Colostomía.
Colecistostomía.
Coledocostomía
c) Aparato urinario:
Nefrostomía. Pielostomía.
Ureterostomía. Cistostomía.
5. El propósito: a) Descompresiva.
b) Derivativa.
c) Con fines de
alimentación.
INDICACIONES
Enteritis por radiación
Fistulas complejas: perirectales, rectovaginales, rectouretrales.
Traumatismos severos
Perforación con peritonitis severa
Infecciones: fascitis necrotizantes, gangrena de Fornier
Resección quirúrgica o falla del esfínter: Abdominoperineal, Hartmann,
incontinencia anla, tumores irresecables.
Protección a anastomosis rectales
Cuando la anastomosis no es apropiada: colitis fulminante
Por enfermedad inflamatoria: diverticulosis, Crohn severo, colitis severa
Obstrucciones
BOLSAS DE OSTOMÍA
Al estoma se fija una bolsa para recolectar los gases y las heces que pueden ser líquidas,
pastosas o formadas. Extisten varios tipos de bolsas recolectoras que se utilizan
dependiendo del tipo de estoma y de acuerdo a la necesidad. Hay bolsas abiertas, cerradas,
de una o de dos piezas, trasparentes, opacas, de diferentes tamaños y marcas comerciales.
Algunas bolsas tienen una válvula para liberar los gases. También se puede colocar un
desodorizante para ostomías en la bolsa para evitar olores. La bolsa se debe vaciar o
cambiar cuando se ha llenado un tercio o la mitad de su capacidad.
Es importante mantener la piel que rodea el estoma limpia y seca. Se debe lavar el estoma y
la piel que lo rodea suavemente con agua y jabón. Si nota pinchazos o ardor, puede ser que
haya fugas y que la piel se esté irritando por entrar en contacto con las heces. Podrá recibir
asesoramiento de personal especializad antes de dejar el hospital sobre como vaciar y
cambiar la bolsa.
Las bolsas se pueden clasificar en:
De una pieza: una bolsa que se pega a la piel mediante un adhesivo. Es adecuado para
heces sólidas e infrecuentes, seguramente el caso de las colostomías, ya que la piel
sufre cada vez que una bolsa se despega para reemplazarla.
De dos piezas: en este caso la bolsa no se pega sobre la piel, sino que se coloca sobre
una placa que es la que va pegada al abdomen, por lo que se puede cambiar la bolsa
cuantas veces se quiera sin dañar la piel. La placa puede mantenerse durante varios días
sin cambiarla. Son adecuados para pieles sensibles y en caso de que se necesite reposo
de la piel periestomal. La forma de unir la bolsa a la placa puede ser mediante un anillo
de plástico rígido o bien pegada también. El inconveniente de este sistema es que si la
placa es muy rígida no se adapta a la curvatura del abdomen y se puede despegar más
fácilmente. El sistema de pegar también la bolsa a la placa hace posible que la placa
también sea flexible y se adapte mejor a la forma del abdomen.
De tres piezas: similar al anterior con anillo de plástico, pero con un clip de seguridad.
A su vez las bolsas pueden ser:
Abiertas: disponen de un clip para abrirla y vaciarla sin despegarla de la piel o la placa.
Más adecuadas para las ileostomías, que evacúan mucho y llenan la bolsa con
frecuencia. Poder abrir y vaciar la bolsa evita tener que despegar la bolsa de la piel para
cambiarla. También es una ventaja en caso de los dispositivos de dos piezas, ya que
cuando la zona de adherencia de la placa con la bolsa ya esta sucia y usada las bolsas
pegan peor, por lo que puede ser mejor no despegar la primera que se colocó con la
placa limpia y mantenerla todo el tiempo que sea posible.
Cerradas: no se pueden abrir de ninguna manera. Cuando se llenan no hay más
remedio que cambiarlas. Más adecuadas para las colostomías que evacúan con menos
frecuencia.
COMPLICACIONES DE LAS OSTOMÍAS, COLOSTOMÍAS Y
ENTEROSTOMÍAS
Complicaciones inmediatas
Si vas a ser portador de una ostomía, es importante conocer las posibles complicaciones
inmediatas que pueden producirse para saber detectarlas a tiempo y prevenirlas
adecuadamente.
1. Isquemia y necrosis: Esta complicación se define como la falta de irrigación
sanguínea del estoma, por lo que la sangre, y con ella, el oxígeno, no le llegan
adecuadamente. El estoma cambia de color: de rojo a azulado o negro.
2. Deshicencia o separación mucocutánea: Ocurre con el fallo de la sutura que cose el
estoma a la piel a su alrededor. Las causas pueden ser múltiples: desde infecciones en la
herida a tensiones excesivas.
3. Hundimiento del estoma: Se trata del hundimiento del estoma hacia el interior del
abdomen, con lo que pierde funcionalidad al quedar retraido.
4. Fístulas: Es la apertura de una herida alrededor del estoma a causa de una infección en el
interior del abdomen.
5. Hemorragia: Se define como la pérdida de sangre a través del estoma, por la perforación
de algún vaso sanguíneo cercano.
6. Edema: es la inflamación fisiológica y el aumento del componente hídrico intersticial de
la mucosa intestinal como consecuencia de la movilización y manipulación propia del
acto quirúrgico.
7. Oclusión: es la reducción o la pérdida de luz del intestino a causa de la aparición de un
vólvulo o de bridas que obstaculicen el orificio parietal.
8. Evisceración: es la exteriorización brusca de un tramo intestinal a través del orificio
abdominal alrededor del estoma.
También podemos clasificar las complicaciones según la zona donde se produce:
♦ Complicaciones del estoma. Afectan directamente a la mucosa del estoma: isquemia,
necrosis del estoma y hundimiento del estoma.
♦ Complicaciones de la unión muco-cutánea. Afectan a la unión entre la mucosa del
estoma y la piel del abdomen: deshicencia de la sutura
♦ Complicaciones de la piel periestomal. Afectan a la piel alrededor del estoma: fístulas
Complicaciones tardías
Si vas a ser portador de una ostomía es importante conocer las posibles complicaciones que
se pueden presentar de forma tardía para que no estés desprevenido y puedas preverlas y
detectarlas adecuadamente.
1. Estenosis del estoma: Se trata del cierre o de una disminución importante del diámetro
del estoma.
2. Hernia o eventración: Se produce por la distensión de la musculatura abdominal
alrededor del estoma y da lugar a un abultamiento a causa del desplazamiento de un parte
de la masa intestinal.
3. Prolapso: Se trata de la salida de un tramo del intestino por el estoma.
4. Retracción o hundimiento: Se define como el hundimiento del estoma hacia el interior
del abdomen, por lo que se pierde parte de la función del mismo al quedar retraído.
5. Fístulas o abscesos: Se trata de una herida abierta alrededor del estoma a causa de una
infección en el interior del abdomen.
6. Irritación de la piel periestomal: El contacto con las heces o la acción mecánicade los
dispositivos de ostomía pueden provocar en algunas ocasiones la irritación de la piel
alrededor del estoma.
7. Ulceración: Se conoce por ulceración, la lesión de la mucosa del estoma.
8. Granulomas: Se trata de formaciones de tejido que se crean en la mucosa del estoma.
9. Malposición del estoma: Se define como la ubicación del estoma en una zona que
condiciona negativamente la correcta colocación del dispositivo de ostomía que debe
aplicarse sobre el mismo.
10. Tumoraciones: Se trata de pequeños tumores o formaciones neoplásicasque se producen
en la zona del estoma.
BIBLIOGRAFÍA
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http://www.elsevier.es/ct-revista-cirugia-espanola-36-congresos-xx-reunion-nacional-
cirugia-20-sesion-coloproctologa-1728-comunicacion-hiperplasia-neurogenica-apendicular-
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