U.E. SAN MARTÍN DE PORRES
PORLAMAR, ESTADO NUEVA ESPARTA
AÑO: 2014
PEONÍA Autor: Manuel Vicente
Romero García
REVISTA DE CASTELLANO Y LITERATURA
• Editorial
• La Vida del autor.
• Vinculación de Peonía con la Novela:
María de Jorge Isaacs
• Peonía – 1890
• Venezolanismos en Peonía
• Visión de los Crítico sobre Peonía.
• Primeras Novelas Venezolanas
• Novelistas de Venezuela
• Literatura Tuyera
REVISTA DE CASTELLANO Y LITERATURA
EDITORIAL:
En esta revista de Castellano
y Literatura se dedica a la
novela Peonía, escrita por
Manuel Vicente Romero
García en el año 1890. El
autor desarrolla en esta
novela dos temas que nos
permiten conocer su ideario,
por un lado tenemos el idilio
entre Carlos y Luisa que nos
presentan diferentes
aspectos del sentir y del
pensar venezolanos a través
de una universal
manifestación como es el
amor. Esta pareja entre las
inconsistencias de los
sentimientos de Carlos y la
entrega total de Luisa, nos
muestran armonías y
contrastes a lo largo de toda
la obra.
Por otro lado esta obra
compara la naturaleza con la
situación de su país, y se
evidencia porque Carlos de
manera constante a lo largo
de la novela hace crítica a la
realidad de la situación
social que se vive en la
Venezuela de ese momento.
Esta obra literaria ha sido
considerada como una de las
pioneras en distintos género
literarios, algunos críticos la
consideran de la corriente
venezolana positivista, otros
críticos la incluyen dentro
del género venezolano
criollista, y alguno adicional
la refieren como literatura
tuyera.
Mauricio Hernández M.
MANUEL VICENTE ROMERO GARCÍA
L A V I D A D E L AU TOR
fue un escritor y político
venezolano. Trabajaba como
telegrafista cuando se alzó
contra el régimen de Antonio
Guzmán Blanco, por lo que pagó
cárceles y sucesivos exilios en
Estados Unidos, Perú y
Trinidad y Tobago. Expresó sus
críticas al mencionado
gobernante en La Delpinada.
Escritor de vocación, publicó sus
artículos de carácter literario o
político en periódicos y revistas
de la época, tales como Eco
Andino, El Cojo Ilustrado y
Cosmópolis. En estas dos
últimas publicaciones, sus
artículos recibían el nombre de
“bocetos” o “acuarelas”.
No se tiene certeza
en donde nació
Manuel Vicente
Romero García, hay
dos ciudades donde
se presume la
primera: Valencia en
el estado Carabobo y
la otra Camatagua
en el estado Aragua.
Lo que si se tiene
claro es que fue el 24
de julio de 1861.
2
MANUEL VICENTE ROMERO GARCÍA
Pese al éxito de su obra,
la política lo absorbe.
Actúa como jefe de
Estado Mayor en la
revolución encabezada
por Cipriano Castro
(1899). Después de un
fervoroso apoyo, rompe
con Castro en 1902; se
exilia y regresa cuando
Juan Vicente Gómez
detenta el poder; una vez
más se va del país hasta
radicarse en Aracataca.
Vicente Romero García
dejó varias obras
inconclusas: Marcelo,
Escenas de la vida
revolucionaria, Mi
parroquia y Los pigmeos.
En 1966 se publicaron
sus Obras completas y en
1977 sus Notas
personales.
Su novela Peonía (1890) es
considerada como uno de los
primeros símbolos del
criollismo en la literatura
venezolana. Durante largo
tiempo se sostuvo siempre
que esta obra de Romero
García era cronológicamente
la primera novela venezola-
na y, junto con ello, el
primer libro a través del
cual se reflejó la naturaleza
y la sociedad venezolana en
personajes propios, con su
idiosincrasia característica.
3
VINCULACIÓN DE PEONÍA CON LA NOVELA
MARÍA DE JORGE ISAACS
Esta novela es considerada por varios crítico
como una especie de réplica de María, de
Jorge Isaacs, donde escenas parecidas están
tratadas de manera diferente, donde se
narra la historia de un idilio amoroso, entre
una doncella campesina y su primo, un
joven ingeniero que queda interrumpido por
el destierro y la muerte. A pesar de las
criticas de su época Manuel Vicente Romero
García escribe una carta a Jorge Isaacs
donde defiende su novela.
4
VINCULACIÓN DE PEONÍA CON LA NOVELA
MARÍA DE JORGE ISAACS
Al Sr. Dr. Jorge Isaacs.
Amigo mío: pongo a PEONÍA bajo los auspicios del ilustre autor de MARÍA.
No tienen mis páginas el mérito literario de las vuestras, porque yo escribo en la candente arena del debate político. Sin embargo, acaso encontraréis en ellas ese sabor de la tierruca que debe caracterizar las obras americanas. PEONÍA tiende a fotografiar un estado social de mi patria: he querido que la Venezuela que sale del despotismo de Guzmán Blanco, quede en perfil, siquiera, para enseñanza de las generaciones nuevas.
Quizá se resienta de mis rencores; pero ¿cómo no tenerlos cuando se nos humilla y nos envilece? ¿cómo separar de la pluma todo el ajenjo que ponen en el pecho el insulto y el ultraje? Vos sabéis, por propia experiencia, que en la lucha política se arroja lodo al rostro del enemigo cuando no se le puede vencer gallardamente.
Dadme, pues, el prestigio de vuestro nombre; dejad que una vez más sirva él de bandera en las batallas de la libertad. Vuestro apreciador amigo,
M. V. ROMERO GARCÍA.
Macuto, 14 de Marzo de 1890.
5
La historia de Manuel
Vicente Romero
García nos ubica en la
Caracas del siglo XIX
aproximadamente
donde nuestro
personaje principal,
Carlos, se acaba de
graduar de doctor,
pero recibe una carta
de su tío Pedro -con
bellezas ortográficas-,
donde le pide que vaya
a Peonía, a resolver
un conflicto sobre una
Fundación entre él y
su tío Nicolás.
Tomado de Peonía:
Supongo que mis lectores querrán
saber lo que me dice el tío Pedro, y
para complacerles, ahí va la carta
íntegra, con todas sus bellezas de
ortografía:
"Peonía, Abril 30 de 188...
Mi querido Caslo:
Por carta de tu mama ce que lla te
graduate de dotor y como yo tengo
un deslinde con tu tío Nicola, guiero
gue sea tu el gue arregle eso.
Bente pues en al muleta amarilla
que te mando con el pion y la burra
cana para tus corotos.
Te bendice tu tio
Saludo a toda la familia: nosotros
estamos bien."
Pedro Contreras".
6
PEONÍA – 1890
Es aquí en donde
Carlos emprende un
viaje hasta llegar a la
morada de su tío y su
segunda esposa
Carmelita y se aloja
por largo tiempo. Pero
no todo gira en torno
al conflicto entre sus
tíos, el cual solo es
mencionado en
algunas páginas, muy
al contrario: Carlos se
va enamorando de su
prima Luisa, quien
también le ama.
Tomado de Peonía:
IV
-¡Guá, señor! ¡El niño Carlos!
-El mismo, Celestina.
Era una negra vieja, la que me
cargó muchas veces en su petaca,
cuando mi familia viajaba por los
valles del Tuy.
Venía con su sombrero de cogollo y
su pañuelo colorado al cuello,
montada en un burro negro, entre
dos sacos de legumbre; las piernas
haciendo como carril al pescuezo
del jumento, flacuchento y pesado
como todos los de su raza
perezosa...
-¿Vas para el mercado?
-Sí, niño. ¿Y la familia?
-Buena. ¿Cómo está la tuya?
-Buenita, sin novedá. ¿Y para
dónde
la lleva?
-Para el Tuy, a la Peonía.
-¿Casa de Don Pedro?
-Sí.
7
PEONÍA – 1890
Durante su estancia,
Carlos va dando a
flote su amor con
Luisa, pero es
injustamente culpado
por un crimen y
gracias a su madre,
Carlos es sacado de su
tierra y enviado a
Trinidad, tierra donde
solo durará un tiempo
viviendo, puesto que
luego es enviado
nuevamente a
Venezuela.
Tomado de Peonía:
Luisa me impresionó vivamente
desde el primer momento.
De cortes finísimos, había en su
rostro cierto tinte de melancolía
y dulzura que realzaban sus
correctas líneas.
Era delgada, pero de formas
esculturales; cuanto se puede ser
a los diez y seis años.
Sus palabras, su gesto, hasta el
ritmo cadencioso de su voz
acusaban candor y sencillez, y
decían a gritos que aquella
criatura tan simpática y tan
bella era muy desgraciada.
8
PEONÍA – 1890
Ya en su patria,
Carlos decide visitar
nuevamente a su tío, y
es cuando sucede una
gran catástrofe: Un
incendio acaba con su
tío, la casa y una bala
desciende poco a poco
hasta el corazón de su
prima y acabar con
Luisa.
Tomado de Peonía:
El fuego devoraba la casa; las
maderas carbonizadas crujían;
los techos se desvencijaban con
estrépito ensordecedor. Junto a
un naranjo, estaba un grupo
harto aterrador. Mi tío Pedro,
con el vientre destrozado por un
puñado de guáimaros,
agonizaba, y Luisa, herida de
bala en el omoplato izquierdo, se
revolcaba en un charco de
sangre.
-¡Carmelita! ¡Carmelita!-
murmuraba mi tío en su estertor.
-¡Carlos! ¡Carlos!-profería Luisa.
-¡Aquí estoy, ángel mío!
Y volvió a mí los entornados ojos.
-¡Me muero, Carlos!
-No, mi reina, has de vivir; aquí
estoy yo.
Y la besé mucho, mucho, en la
frente, ya marchita, y en los
rasgados ojos, ya sin luz para mí.
9
PEONÍA – 1890
Peonía es una historia con el habla netamente venezolana
de ese tiempo, un romance imposible entre familiares y un
libro que muestra la rica cultura de esta tierra. Se ha
realizado un glosario de Peonía que ayuda a entender
muchas de las palabras usadas por el autor.
10
VENEZOLANISMOS EN PEONÍA
Aguacerito blanco. Impertinente.
Amargo. Aguardiente aromatizado con cáscara de sidra,
limón o sauce; con semilla de fruta-de-burro o pimientilla;
con hierbabuena o anís o malojillo. El aroma le da nombre.
Amugar. Se dice de las caballerías cuando en señal de
disgusto vuelven las orejas hacia atrás, casi hasta pegarla
al cuello.
Arepa. Pan de maíz.
Bolsones. Alforjas.
Burro. Especie de artesa de madera, donde se ponen las
cañas que han de entrar en los cilindros de trapiche En los
Estados Unidos lo llaman mesa. Cabullera. Cabullería.
Cacha-blanca. Cuchillo grande y ancho con empuñadura de
hueso.
Camisón. Se llama así el traje de la mujer, cuya enagua
está adherida al corpiño.
Casiragua. Ratón silvestre.
11
VENEZOLANISMOS EN PEONÍA
Catire. Rubio.
Coa. Abertura practicada en la tierra para depositar la
semilla. También se denomina así la siembra de un año.
Conuco. Terreno cultivado de cereales. Pequeña posesión
rurales.
Corte. Trabajo del día en los campos.
Cotejo. Lagartijo.
Champurrio. Mezcla de licores.
Chinchorro. Hamaca de cabulla o hilo grueso, tejido de
malla.
Chipola. Aire de joropo.
Chivarse o comer orégano. Enfurecerse.
Chupado. Triste, amilanado. Se conjuga todo el verbo como
reflejo.
Chusco. Mono.
Dejar el pelero. Huir.
Dure. Asiento hecho del tronco de un árbol.
Eco...! Exclamación de burla.
Emburradora. La persona que pone las cañas en el burro
del trapiche: regularmente es una mujer o un muchacho.
Entiempada. Se dice de las hembras en la época del celo o
de la brama.
12
VENEZOLANISMOS EN PEONÍA
Entrépito. Entrometido. Intruso.
Erica. Abeja americana.
Estar niña. Ser niña. Estar virgen.
Estrógamo. Estómago.
Fustán. Enagua.
Gamelote. Hierba áspera, alta y de fácil reproducción.
Abundada en el Túy y en las orillas de del lago de Valencia.
Algunos académicos rurales opinan que esta voz es
corrupción de gramalote. Garrazí o uña de pavo. Pantalón rematado en puntas que
semejan las uñas de un pavo. Lo usan nuestros llaneros.
Golpe. Son. pieza de Joropo.
Guáimaro. Munición gruesa usada en la caza.
Guayuco. Tela que los indígenas se arrollan en la cintura
y los muslos para cubrir su desnudez... Remplaza a la hoja
de higuera del Paraíso, y la hoja de parra de las estatuas...
Hacer sangre. Simpatizar.
Incondicionales. Diéronse este nombre -en al ceguedad del
servilismo- los amigos e instrumentos de Guzmán Blanco.
Hoy se denomina así a las mujeres pública de la más baja
clase.
Jalar de gaza. Apretar constreñir, hostigar.
13
VENEZOLANISMOS EN PEONÍA
Joropo. Baile nacional: música nativa; las figuras
participan de las danzas africanas y los bailes populares
españoles.
Lambío. Fresco, grosero.
Lambiojo. Pequeña abeja americana, cuya peculiaridad
consiste en picar los ojos a los hombres y animales, cuando
se las molesta en sus casa de barro, de forma cónica,
colgantes de los arbustos.
Lebrillo. Aljofaina de barro, tosca.
Liquiliqui. Blusa.
Madrina. En el trabajo de los llanos se llaman así las reses
mansas que sirven para conducir las cerriles. También se
llama madrina a toda las partida que se arrea de un lugar
a otro.
Manare. Cedazo ordinario de corteza de caña brava, con
borde de bejuco.
Malojo. La mata de maíz apenas espigada, que se usa como
pasto para las bestias de silla y tiro. Los académicos
rurales dicen ser corrupción de malahoja o maloja.
Mamantón. El que es preso por primera vez.
Mandador. Foete tosco.
14
VENEZOLANISMOS EN PEONÍA
Medianeros. En los fundos de caña, los colonos que
siembran a partir cosechas con el dueño de las finca.
Mecha. Chanza.
Meremere con pan caliente. Acción de castigar a los niños
con rejo o chancleta.
Miados. Obsequios que se dan en las casas pobres, cuando
nace un hijo. Regularmente es de aguardiente de caña con
alhucema y miel de abejas.
Misia, misea. Corrupción de mi señora. Se usa para las
mujeres de alta posición.
Moriche. Palmas de las márgenes del Orinoco y sus
grandes afluentes. De la fibra se hace una cabulla de la
cual se fabrica chinchorros. En el Orinoco llaman moriche
un pájaro que equivale al turpial del centro.
Mujerero. Mujeriego.
Novillo. Toro castrado que se destina al matadero.
Ña, Ño. Abreviatura de doña. Abreviatura. Se emplea para
los viejos pobres o de baja estofa. Doña se usa para las
mujeres de mediana posición.
Ornada. Corrupción de jornada. Golpe, Son.
Pelar. Errar en el tiro; no dar en le blanco.
Perrero. El que levanta la caza con los perros.
Pichagua. Especie de cuchara de tapara.
Pichirre. Mezquino miserable.
15
VENEZOLANISMOS EN PEONÍA
Pilón. Mortero hecho de tronco de un árbol, para
quebrantar los granos de maíz y arrancarles el pergamino.
Plan. Comarca, sitio, lugar.
Plantilla. Planta nueva dícese del café.
Punto. Sitio de cada cazador en la batida.
Punta. Partida de reses vacunas: en las marchas de
nuestro ganado se hacen las puntas de diez reses para
cada peón.
Potrero. Potril. Dehesa.
Rastrojo. Conuco abandonado.
Roza. Se dice del terreno virgen descuajado y sembrado.
Sorra. Carretón de bueyes de cuatro ruedas, con resorte de
acero sobre los ejes.
Tapara. Calabaza seca de la fruta del totumo.
Tierra de Jugo. Cementerio general de Caracas.
Yare. Agua, azúcar y ácido prúsico, extraído de la yuca al
hacer el cazabe.
Zambe. Aire de joropo.
Zoca. El retoño de caña de azúcar: la segunda y la tercera
cosecha del fundo.
VISIÓN DE LOS CRÍTICOS SOBRE PEONÍA
Para los profesores Osvaldo
Larrazábal H. y Gustavo Luis
Carrera, la novela nacional es
el resultado progresivo de una
serie de factores que se fueron
asentando adecuadamente
para permitir la elaboración
de un movimiento que, en un
momento determinado, influyó
en la novela posterior, y dejó
establecidas las bases para el
logro definitivo de un modo de
expresión. Peonía será una de
esas obras, novela que trajo a
la crítica diversos pareceres,
unos a favor y otros en contra.
Mireya Vásquez Tortolero Peonía, fue escrita por
Manuel Vicente Romero
García. Su primera edición
fue en 1890 y según el propio
autor, es una “seminovela”.
En el prólogo hay una carta
dirigida al señor Jorge Isaac y
donde Romero García toma
posición con respecto a los
temas que tratará en su
novela. En ella quiere
mostrar la situación social
que vive Venezuela en ese
momento: el período del
Guzmancismo, momento de
controversias en el país.
El Positivismo con sus nuevas
ideas sociológicas y
científicas, se va
introduciendo en los jóvenes
universitarios, para orientar
las comunes preocupaciones
del alma venezolana. Romero
García pertenece a estos
jóvenes. Los integrantes de
esta generación hacen de su
trabajo literario un
instrumento polémico para
interpretar la realidad
histórica y social del país. 16
VISIÓN DE LOS CRÍTICOS SOBRE PEONÍA
En el estudio crítico que
precede a la obra dice que
Romero García fue positivista
integral: como pensador se
adhirió al materialismo más o
menos ateo; como científico, a
la teoría de la evolución: y
como sociólogo, a todos los
ideales de progreso humano,
desde el mejoramiento de los
sistemas de trabajo y de los
gobiernos. (prólogo p. XXXII)
Edoardo Crema (1952)
Dice que Peonía encierra el
ideario de Romero García. En
ella hay un llamado a la
tierra, y más que a la tierra
grande, lo hace a la
“tierruca”, a lo regional.
También encontramos
denuncias de la realidad
nacional, hay cuadros
costumbristas y la presencia
del idilio entre Carlos y
Luisa.
La novela presenta las
remembranzas del personaje
principal: Carlos. La frase
inicial Mi ánimo se ha
serenado ya indica que lo
relatado posteriormente ha
sucedido con anterioridad. La
narración se hace en primera
persona. Esto permite conocer
los sentimientos y la forma de
pensar de Carlos, quien es el
que narra. Conocemos su
posición ante muchas cosas.
Santiago Key Ayala (1955)
17
VISIÓN DE LOS CRÍTICOS SOBRE PEONÍA
Se desarrollan, en la novela, dos
temas, que nos permiten conocer
el ideario del autor. Por un lado
tenemos el idilio entre Carlos y
Luisa, quienes, como dice Pedro
Díaz Seijas (1966) nos presentan
diferentes aspectos del sentir y
del pensar venezolanos a través
de una universal manifestación
como es el amor. (p. 445) Esta
pareja entre las inconsistencias
de los sentimientos de Carlos y
la entrega total de Luisa, nos
muestran armonías y contrastes
a lo largo de toda la obra.
En el idilio, la novela muestra
sus rasgos románticos, pero
pesimistas. Desde el mismo
inicio, se vislumbra el final
trágico del idilio de la pareja
protagónica.
Finalmente podemos decir
que Peonía es una obra de
contrastes: El tío Nicolás y el
tío Pedro; el amor, que
representa la vida y el
incendio que muestra la
muerte; los momentos de
felicidad de Carlos con Luisa
y los de dolor en la prisión y
luego en la hacienda cuando
encuentra moribunda a su
prima. También vemos
reflejada la época: de atraso
en lo social, educativo, político
económico… En ella hay
hermosas descripciones del
paisaje, costumbres y formas
de vida, personajes típicos
como doña Segunda que le
dan ese sentido original y
venezolano a la novela. Por
todo ello tenemos que
valorarla y considerarla un
modelo de la narrativa
posterior.
18
PRIMERAS NOVELAS VENEZOLANAS
Muchos autores
coinciden al afirmar que
la novela venezolana
surge a mediados del
Siglo XIX, tras la
publicación de Los
mártires, de Fermín
Toro en 1842. Las
primeras novelas
venezolanas siguen los
postulados de las
corrientes literarias que
para la época
prevalecían en el ámbito
mundial. A excepción de
las inscritas en el marco
del modernismo
movimiento litera-rio de
origen latinoamericano.
En el tardío romanticismo
venezolano, tuvieron gran
aceptación las novelas de
carácter histórico que se
adaptaban al espíritu
romántico, como Blanca de
Torrestella (1868), de Julio
Calcaño. Bajo estas
influencias románticas se
escribieron muchas novelas
de tono sentimental, así
como también novelas de
denuncia: Zárate (1882)
de Eduardo Blanco y
Peonía (1890) de Manuel
Vicente Romero García.
En la mayoría de los casos,
las primeras novelas
venezolanas funcionan
como tribunas para
denunciar las injusticias
sociales, o como
instrumentos pedagógicos o
de construcción de la
identidad nacional.
19
PRIMERAS NOVELAS VENEZOLANAS
A partir de los inicios del siglo XX,
estas preocupaciones se irán
relajando: el valor literario y
estético cobrará mayor importancia,
sobre todo tras el surgimiento del
modernismo, en el que prevalecía el
cuidadoso lenguaje y el adorno
retórico. Son piezas claves para
comprender la producción de este
período las novelas de Manuel Díaz
Rodríguez quien publica en 1901 su
primera novela: Ídolos rotos, sátira
política y social de la sociedad de la
época, evidenciando una
problemática lucha entre lo
nacional y lo mundial. A través de
esta novela y del resto de su
producción, Sangre Patricia (1902)
y Peregrina (1922), percibimos una
fina sensibilidad que idealiza la
naturaleza venezolana, cruzada por
tipos y costumbres; sensibilidad
plasmada en las páginas a través de
un lenguaje cuidado y
extremadamente culto.
20
NOVELISTAS DE VENEZUELA
• José Vicente Abreu
• Laura Antillano
• Alfredo Armas Alfonzo
• Antonio Araíz
• José Balza
• Alberto Barrera Tyska
• Margarita Belandría
• Rufino Blanco Fombona
• Eduardo Blanco
• Mario Briceño Iragorry
• Luis Britto García
• Varlos Brandt
• Israel Centeno
• Pedro Emilio Coll
• Guillermo de León Calles
• Victoria de Stefano
• Manuel Díaz Rodríguez
• Ramón Díaz Sánchez
• Pedro César Dominici
• Alicia Freilich
• Rómulo Gallegos
• Salvador Garmendia
• Adriano González León
• Francisco Herrera Luque
• Boris Izaguirre
• Gabriel Jiménes Emán
• Alberto Jiménes Ure
• Francisco Massiani
• Guillermo Meneses
• Pedro María Morantes
• Stefania Mosca
• Enrique Bernardo Núñez
• José Napoleón Oropeza
• Miguel Otero Silva
• Julián Padrón
• Antonio Palacios
• Teresa de la Parra
• Mariano Picón Salas
• Camilo Pino La Corte
• José Rafael Pocaterra
• Ednodio Quintero
• Manuel Vicente Romero García
• Denzil Romero
• Armando José Sequera
• Vicente Ulive-Schnell
• Arturo Uslar Pietri
• Federico Vegas
• Óscar Yanes
• Slavko Zupcic
21
LITERATURA TUYERA
La Literatura Tuyera, es decir, la literatura escrita por autores no solo nacidos o residenciados en la región mirandina de los Valles del Tuy, sino que también reflejan en sus obras cierto arraigo tuyero, comienza a gestarse solo a partir de finales del siglo XIX, y es con Francisco Tosta García (Charallave, 1846-1921), con quien podemos comenzar a hablar de Literatura Tuyera, y más específicamente, de narrativa tuyera, pues Tosta García, como es sabido, fue esencialmente novelista.
Antes de él, escasos autores y artículos de costumbres, vieron a los Valles del Tuy solo como una más o menos relevante referencia geográfica para historiadores del proceso independentista y, más atrás en el tiempo, misioneros de la época colonial, a excepción solamente de Manuel Vicente Romero García, cuya novela Peonía, por cierto inauguradora del ciclo de la novela nacional y costumbrista venezolana, ve al Tuy como referente para la escritura creativa. En ese sentido, conviene avisar al lector que no nos referiremos acá a quienes destacaron más como cronistas que como creadores.
21