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INTERIORES
Coleccionismoplástico
La juventud y la belleza: objetos
inalcanzables de una búsqueda
incesante. Los tesoros de Esteban
Tedesco...
Fotos de Rosana Schoijett
Por Guadalupe Chirotarrab
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No es casual que una de las prácticas que más placer leproduzca a Esteban Tedesco sea redistribuir con frecuencialos objetos y obras de arte que configuran los interiores de su departamento ubicado en los alrededores de PlazaSan Martín. Desde la niñez, Esteban se veía atraído por el modo en que se disponía lo que encontraba en las casas de amigos.Habitualmente, sus cosas circulan, se acomodan y sonfotografiadas en detalle con su iPhone para medir relacionesentre los objetos y verificar el “buen gusto” de la puesta en escena. Una vez seleccionado el escenario ideal que lo acompañará durante los días siguientes, se acomoda en alguno de sus sillones colmados de almohadones forradosen petit point italiano, seda tailandesa Jim Thompson o la “peletería humana” de Nicola Costantino a hojear librosde tapa dura cuidadosamente forrados en contact sobretópicos tales como arte, diseño y ciudades del mundo.Esteban Tedesco supo que sería cirujano plástico desde quecomenzó la carrera de medicina en la UBA a mediados de la década del 70, luego de vivir durante un par de años entreLondres y Dublín. Habría que pensar las claves de subúsqueda estética al seleccionar y disponer los objetos conlos que habita a partir del trabajo en su consultorio. Estebandice que en sus intervenciones quirúrgicas intenta poner en valor las cualidades estéticas que sus pacientes ya poseen.Asimismo, en cuanto posiciona sus objetos, desarrolla la capacidad de presentarlos en su reposo más intenso e interviene en los espacios con la precisión de una cirugíaen la que moldea lo externo para tomar decisiones de interiorismo.La pasión por coleccionar comenzó desde su infancia encompañía de sus siete hermanos –entre ellos, uno gemelo– en Rauch, provincia de Buenos Aires. El hábito de acumularestampillas y llenar obsesivamente álbumes de figuritasdevino en la producción de vastas colecciones de coloridas terminales de escaleras, señaladores y abrecartasde plata, baleros, cajas y mesas de carey, largavistas de marfil,porcelana de los siglos XVII al XIX, Blanc y Bleu de Chine, una variedad de objetos de opalina,desmechadores de velas, glamorosos cinturones, paraguas y zapatos, y uno de los acervos de arte argentinocontemporáneo más importantes de nuestro país.Sarah Thornton define en su libro Siete días en el mundo delarte lo que llama el sentido “plástico” del coleccionismo de arte que: “bien podría relacionarse con la búsqueda de la juventud y el decidido intento de rejuvenecer a través de la posesión de novedades”. Imposible encontrar un término más preciso para el caso si pensamos en la actividad profesional de Tedesco y en la gran cantidad de cosas que acumula.Esta obsesiva sensibilidad para buscar, encontrar y agruparobjetos de un mismo tipo y disponerlos en el ámbitodoméstico le da a este departamento de habitacionespequeñas e intimistas un carácter casi cultual. A diferenciade los grandes salones en donde históricamente se exhibenlas colecciones privadas, Esteban aprovecha los saberes de la decoración como estrategia para exhibir sus colecciones y convivir con ellas en un ámbito compacto.
Esteban no vive solo. Comparte con su hermana Susana la pasión por lo estético y el cuidado de su casa. Unacondición de los objetos que disponen es que reluzcanexacerbando sus colores y texturas sin que sean afectadospor el polvo.Cielorrasos, pisos y paredes, puertas, herrajes, muebles y electrodomésticos son soporte indiferenciado de laacumulación de cosas diversas que configuran la apropiaciónnómade de los ambientes del departamento. La puesta de cada habitación es lograda a partir de una dedicación tantenaz como placentera en la vida de su productor. Estebanrecorre incansablemente casas de antigüedades, viaja en busca de nuevos objetos, visita con frecuencia talleres de artistas, subastas, ferias y galerías de arte. Sólo acumula,ya que nunca revende o se deshace de lo que consigue.Las obras configuran la estructura de una escenografía a la vista. Según la artista Alejandra Seeber: “En la casa de Esteban no se entendía bien si las paredes sosteníanobras o si era al revés, de tantas obras que había, parecía queestas apuntalaban esas paredes”.El mundo del arte contemporáneo argentino es el ámbitodonde encontró muchas de sus amistades más cercanas de la última década. Obtiene obras para su colección de arteno solo a través de la compra, sino que también las consiguecomo intercambio al colaborar en los procesos de producción y necesidades cotidianas de los artistas: cubrecostos de alquileres, viajes, libros, materiales de trabajo.Es un profesional que colecciona usualmente cumpliendo el rol de un mecenas. Tal como lo define la artista AnaGallardo: “Esteban es un hombre que confía y en suconsultorio de cirujano plástico trabaja para el arte y los artistas”. Las obras que obtiene funcionan comorepresentantes al ser mediadores materiales que participanen su relación con los actores del medio artístico del que ya forma parte.Es llamativo que entre la variedad de objetos que colecciona,lo único netamente contemporáneo sean las obras de arte.La elección de las cosas que posee y el lugar en donde se emplazan –un edificio estilo francés de principios delsiglo pasado– develan su gusto por la combinación de ciertotipo de antigüedades con producciones de artistasargentinos de las últimas tres décadas. Paradójicamente,la mirada de Esteban parece despojar, por un momento,la condición de “obra” de los objetos de arte que dispone conel fin de producir la maravillosa decoración de la obra másprovocadora: el espacio en donde vive. Su departamentoplantea la posibilidad de leer el coleccionismo no solo comoun modo de comprender la construcción de un mundosimbólico en sí, sino como decoración.En todas las habitaciones, las paredes y los cielorrasos se ventransformados en superficies complejas definidas por la disposición de pinturas, fotografías, dibujos, móviles,instalaciones, objetos y libros de artistas argentinos surgidosdesde los 70 hasta la actualidad. Los techos del comedor y su antesala se ven intervenidos por los círculos de vidriode Graciela Hasper y textos en vinilo de Jorge Macchirespectivamente; las puertas encuadran a ambos ladosdecenas de dibujos en marcos dorados de los artistas que
El living, a pesar de dar sobre la avenida Santa
Fe, es silencioso por la densidad de objetos,
materiales y géneros que cubren cada centímetro
cuadrado y es el lugar donde Tedesco recibe a sus
visitas. Está colmado de opalinas, carey, libros
de interiorismo, cajas y tinteros Sevres, porcelana
Rosenthal y delimitado por fotografías de Gian
Paolo Minelli, pinturas de Pablo Siquier y Graciela
Hasper, una escultura de Marcela Mouján y obras
de Sebastián Gordín, Julio Le Parc, Marcelo
Pombo y Alfredo Londaibere, entre otros. En el
cielorraso, una obra en acero del artista uruguayo
Pedro Tyler.
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Accediendo al hall de entrada, la convivencia entre una
pintura de Fabián Burgos, una escultura colgante forrada
de espejos de Diego Bianchi y jarrones Sangre de Toro del
siglo XVIII sobre una cómoda inglesa en cuyos extremos
un par de sillas Luis XIV funcionan como soporte de libros
sobre oriente, anticipa las peculiares lógicas con las que
Tedesco “produce” los diversos ámbitos del departamento.
Desde allí, los vanos son ventanas a los superpoblados
espacios vecinos.
Las pinturas de Alejandra Seeber a cada lado de la puerta
de entrada fueron realizadas por encargo para esa ubicación.
Según la artista: “La intención fue usar esa puerta como
un paréntesis. (…) la estructura interna de las pinturas
piensa en esa puerta, en ese lugar”. Asegura también que
se esforzó en pintar dos cuadros que reflejaran ese exceso
de información aunque recuerda su frustración al sentirlo
inalcanzable.
Conviviendo con estas pinturas: colecciones de Blanc y Bleu
de Chine de los siglos XVII al XIX, las cajas de luz de Elisa
Strada y una obra de Lucio Dorr.
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Desde el hall la obra del artista misionero Andrés Paredes se erige como un elemento de arquitectura interior que se enfrenta con las pinturas
de Max Gómez Canle ubicadas sobre un dibujo de Jorge Macchi y enmarca los accesos al living y una antesala que linda con el comedor.
Antes de entrar se reconocen, entre bibliotecas, cajas de carey y detrás de los caireles de una araña de Jansen y un móvil de Daniel Joglar,
obras emblemáticas de varios de los artistas de la generación que surgió en los 90, muchos de ellos amigos cercanos de Tedesco.
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En el living, parece que cada obra u objeto se hubiese
producido a medida para ubicarse en su posición.
En la capacidad de producir sentido al combinar
armónicamente objetos heterogéneos se puede pensar
el interiorismo como estrategia para el coleccionismo
y viceversa.
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En la antesala del comedor se manifiesta también una
táctica de la acumulación en la que prácticamente no se
encuentran superficies vacías, comparable con los salones
de estudio o gabinetes de rarezas renacentistas.
El comedor, uno de los ambientes
favoritos de Tedesco, está rodeado por
una serie completa de pinturas
de Ernesto Ballesteros, con la cual
comenzó, a principios de esta década,
a coleccionar la producción de los
artistas más contemporáneos.
El cielorraso intervenido por Graciela
Hasper sobre una colección de platos
de porcelana japonesa Imari,
porcelana alemana de Meissen, juegos
de platería y faisanes de terracota del
siglo XVIII que conviven junto con
la obra de vidrio de Lucio Dorr.
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El lugar en donde duerme Tedesco no es un dormitorio tradicional. Es un
espacio armado con un lit de repos tapizado en moiré de seda verde
de Lorenzo Rubelli. Para dormir saca los almohadones de plumas que guarda
en la butaca central, soporte de cajas que contienen un muestrario de
cinturones y pañuelos Hermes. A modo de altar, hacia la derecha del lit de repos, la obra Savon de corps de Nicola Costantino realizada tras una
liposucción en la que el doctor Tedesco le extrajo dos kilos de grasa con los
cuales la artista produjo una edición de cien jabones publicitados con la frase
“Prends ton bain avec moi (báñate conmigo)”. En la imagen aparece
Costantino semidesnuda a punto de sumergirse en una pileta, convirtiéndose
en la modelo de la campaña además de materia prima del producto-obra.
El jabón tiene forma de espalda, cintura y cadera femeninas. Y su perfume
gourmet es dulce: leche con caramelo. Costantino apunta una mirada ácida
sobre la industria del cuerpo e incluso, sobre el consumo: el público
no comprará la imagen, sino el cuerpo de la modelo.
Detrás de Nicola, sobre el lit de repos, las rayas rojas y blancas de Fabián
Burgos. Sobre la puerta, la obra de Beto de Volder y sobre un bureaubookcase georgiano de nogal, una escultura azul de Marita Causa.
En el baño es prácticamente imposible verse
en el espejo sin prestar atención al reflejo
de la pintura de Silvia Gurfein o al coloso de
Hernán Marina sobre el vidrio y las serigrafías
de Jorge Macchi detrás de la puerta (que
replican la obra del cielorraso del living).
Sobre la mesada: opalinas verdes francesas,
un cepillo de plata inglés con esmalte
y porcelanas chinas del siglo XVIII
En la cocina los objetos de diseño moderno
configuran una interrupción estilística basada
en la funcionalidad. Asimismo, las paredes
de este angosto ambiente son soporte de
fotografías y dibujos como los de Marcelo
Grosman y Pablo Accinelli respectivamente.
La cama victoriana del dormitorio de Susana proviene de la casa familiar en Rauch. Sobre la cabecera, una obra de Mondongo hecha con galletitas de
todo tipo comparte escenario con una obra en pólvora de Tomas Espina, una escultura de Martín Di Girolamo, tapas originales de Patoruzú por Dante
Quinterno y un sillón Luis XV al pie de la cama iluminado por una araña de estilo Baccarat.
integraron el Grupo de la X a fines de los 80 –PabloSiquier, Ana Gallardo, Ernesto Ballesteros, Enrique Jezik y Marita Causa, entre otros– y las esculturas de Martín Di Girolamo –aplicadas a la pared– entre dibujos de losartistas más jóvenes, acompañan la circulación por lospasillos. En los dormitorios, el baño y la cocina se encuentran también una diversidad de obras, tanto de artistas consagrados como emergentes: Pablo Accinelli,Guillermo Iuso, Matías Duville, Leandro Erlich, LeopoldoEstol, Marina de Caro, Nicolás García Uriburu, DanielJoglar, Marcelo Grosman, Giulia Kosice, Marcos López,Ignacio Iasparra, Eduardo Navarro, Rosana Schoijett,Marcelo Pombo, Pablo Ziccarello y Gabriel Valansi, entremuchos otros. Esta colección supera las mil piezas y estádistribuida entre su departamento, casas de familiares y un depósito.
El carácter individual de su colección pasa a ser colectivo al comenzar a formar parte de los procesos de circulación de la obras para el conocimiento público. En diversasoportunidades, Esteban presta obras a importantes museosdel mundo y, desde principios de este año, parte de ella se exhibe al público en una serie de muestras desarrolladaspor Lía Cristal en el C. C. Borges bajo la curaduría delcrítico francés Philippe Cyroulnik.Sin duda, Esteban es un buscador de belleza. Sabe captar y retener un legado heterogéneo para convertirlo en un valioso patrimonio que constituye un territorio personalque no sólo disfruta para sí, sino que se alimenta en suintercambio con el ámbito público. A través de su condiciónde coleccionista, la vida pública se introduce en su intimidady es en esta relación en donde radica la creciente eficacia de su colección.