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  • LETRAS JURIDICAS NM. 20 PRIMAVERA 2015 ISSN 1870-2155

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    POLTICA CRIMINAL.

    CONCEPTO, FINALIDADES, FUNCIN Y MTODO

    CRIMINAL POLICY.

    CONCEPT, PURPOSE, FUNCTION AND METHOD

    Manuel Vidaurri Archiga *

    _______________________________________________________________________________

    SUMARIO: 1 I.- Sobre el concepto de poltica criminal; II.- Finalidades de la Poltica criminal;

    III.- Funciones de la Poltica criminal; IV.- El mtodo de la poltica criminal.

    Fecha de recepcin 24/10/2014. Fecha de aceptacin 30/11/2014.

    _______________________________________________________________________________

    Resumen: El presente texto explica aspectos relacionados con la Poltica criminal,

    partiendo de los variados conceptos utilizados para definirla, adems de ocuparse

    de sus funciones, finalidades y mtodo utilizado.

    * Doctor en Derecho. Profesor/Investigador Titular B en la Universidad de Guanajuato. Miembro

    de la Academia Mexicana de Ciencias Penales y del Sistema Nacional de Investigadores (nivel II).

    Cuenta con el Perfil Deseable (PROMEP). Pertenece al Cuerpo Acadmico Ciencia Penal, Estado

    de Derecho y Derechos Humanos. [email protected]

    .

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    Abstract: This text explains of Criminal Policy, base on the various concepts used

    to define, in addition to addressing their functions, aims and mthod used.

    Palabras claves: Poltica criminal, Estado, Derecho penal, Mtodo, Funciones. Keywords. Criminal Policy, State, Penal Law, Method, Functions.

    I.- Sobre el concepto de Poltica criminal

    Establecer un concepto de lo que es o debe entenderse por poltica criminal ha

    ocupado desde hace tiempo a los tratadistas de la ciencia penal en su conjunto.

    Cabe decir que no ha sido una tarea exenta de polmicas, pues existen una

    diversidad propuestas que intentan definirle. Cada una de estas

    conceptualizaciones se distingue de la otra por los contenidos y alcances que

    cada autor le asigna. Resulta comprensible que existan tantas definiciones de

    Poltica criminal. Todas obedecen a las circunstancias y los problemas propios del

    fenmeno criminal de la poca en las que los autores se ocuparon de hacer sus

    reflexiones y propuestas. Son, igualmente, tributarias de los modelos filosficos o

    sociolgicos del momento histrico.

    Ante tal situacin, resulta de utilidad acadmica hacer una repaso de los

    principales conceptos a fin de alcanzar una visin de conjunto, ms amplia y

    tentativamente mas esclarecedora. Debemos a Heinz Zipf1 el siguiente catlogo

    de definiciones, que conviene conocer.

    Paul Johan Anselm Ritter von Feuerbach, destacado juristas y filsofo alemn

    (1755-1833)2, concibi a la Poltica criminal como: la sabidura legislativa del

    Estado.

    1 Heinz Zipf, Introduccin a la Poltica Criminal, Edersa, traduccin de Miguel Izquierdo Macas-

    Picavea, Madrid, 1979, p. 2 y siguientes. 2 Redact el Cdigo penal de Baviera en 1813, texto legal que sirvi de base para la redaccin de

    muchos otros Cdigos europeos y latinoamericanos. Se le reconoce tambin como el creador del

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    Otro destacadsimo jurista, el viens Franz von Liszt (1851-1919)3, ofrece un

    concepto mucho ms amplio que el anterior: Conjunto sistemtico de los principios

    fundados en la investigacin cientfica de las causas del delito y de los efectos de

    la pena, segn los cules el Estado ha de llevar a cabo la lucha contra el delito por

    medio de la pena y de las instituciones con ella relacionadas.

    Quien fuera profesor de la Universidad de Marburgo, Robert Wilhelm Ferdinand

    von Hippel, en su Tratado de Derecho penal alemn publicado en 1925, defini la

    Poltica criminal como: la consideracin de la eficacia del Derecho penal bajo el

    criterio de la conveniencia.

    Peters entiende que es: el conjunto de actividad creadora estatal y municipal, o

    relacionada con el Estado y el Municipio, dirigida a una configuracin adecuada,

    con la finalidad de prevenir y reducir los delitos y sus efectos.

    Para Edmund Mezger (1883-1962)4 es el conjunto de todas las medidas estatales

    para la prevencin y la lucha contra el delito, mientras que para Sax, es el

    conjunto de tendencias y disposiciones dirigidas a la adecuada aplicacin del

    Derecho penal.

    principio garantista: nullum crimen, nulla poena sine lege (no hay delito ni pena sin ley previa). Es

    autor de una novela de gran impacto titulada Un delito contra el alma del hombre, que da marco

    para la pelcula El enigma de Kaspar Hauser, dirigida por Werner Herzog en 1975, de alto inters

    para los criminlogos y juristas. Ms datos biogrficos de este autor en Rubn Quintino Zepeda La

    ciencia penal a travs de sus autores, Flores Editor, Mxico, 2009. 3 Autor de uno de los ms importantes Tratados de Derecho penal, otros datos en Rubn Quintino

    Zepeda, La ciencia penal a travs de sus autores, op. cit., p. 24 y siguientes; ver tambin la

    biografa de este autor escrita por lvaro Bnster, en Rostros y personajes de las ciencias penales,

    Instituto nacional de Ciencias Penales, Mxico, 2003, p. 249 y siguientes. 4 Sobre el personaje, Rubn Quintino Zepeda, La ciencia penal a travs de sus autores, op. cit., p.

    57 y siguientes.

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    Schreder estima que es la suma de todos los medios de reaccin de los

    tribunales penales, los mtodos y principios con los que el Estado se enfrenta con

    el delito.

    Autores relativamente ms recientes, como Hans Gpinger, la entienden por

    aquello de lo que se ocupa: la remodelacin de las normas jurdico-penales (en

    sentido amplio) y de la organizacin adecuada y perfeccionamiento del dispositivo

    estatal de persecucin penal y de ejecucin de la pena.

    Hans Heinrich Jescheck seala que esta disciplina tiene la responsabilidad de

    orientar el como constituir del modo ms adecuado el Derecho penal, a fin de que

    pueda corresponder a su misin de proteger la sociedad.

    Segn piensa Gnther Kaiser, la Poltica criminal pretende la exposicin

    sistemticamente ordenada de las estrategias y tcticas sociales para conseguir

    un control ptimo del delito.

    Con base en este repaso de autores y definiciones es que pueden destacarse

    elementos comunes en casi todas las definiciones por ellos construidas. As, por

    ejemplo, se hacen referencias al Estado, al Derecho penal, el delito y la pena, a la

    lucha y prevencin del delito. Otras nociones aluden a la remodelacin del

    Derecho penal y las estrategias y tcticas sociales que permitiran algo ms bien

    realista: el ptimo control del delito. Si nos afanamos en sintetizar y ordenar estos

    elementos, nos daremos cuenta que se refieren directamente a la Dogmtica

    penal (normas, delito, pena), a la Criminologa (lucha y prevencin del delito,

    estrategias y tcticas sociales de control del delito). Y no podra ser menos tal

    referencia pues la Poltica criminal se sita, al modo de un puente vinculante5,

    entre la Dogmtica penal y la Criminologa.

    5 Laura Ziga Rodrguez, Poltica Criminal, Editorial Colex, Madrid, 2001, p. 154.

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    Nos llama la atencin otra definicin, la de G. A. Kleinschrod, contenida en su libro

    de ttulo El Derecho penal segn la naturaleza de las cosas y de la legislacin

    positiva, escrito al parecer en 1796, donde postula que la Poltica criminal consiste

    en el conocimiento de aquellos medios que el legislador puede y debe hallar,

    segn la especial disposicin de cada Estado, para impedir los delitos y proteger

    el Derecho natural de sus sbditos. Es interesante, en nuestra opinin, porque

    introduce la figura del legislador a quien responsabiliza de la bsqueda de los

    medios para impedir delitos, lo que hace, adems, incluyendo al Estado,

    resaltando de esta manera algo en lo que existe el mayor nmero de

    coincidencias: la Poltica criminal es, en primera instancia, una responsabilidad del

    poder pblico, encarnado en el Estado6, tanto en sus dimensiones de Poder

    ejecutivo y, como en este caso, legislativo.

    En opinin de Zipf, la Poltica criminal consiste en la obtencin y realizacin de

    criterios directivos en el mbito de la justicia criminal. Antes de llegar a esta

    conclusin, el autor citado realiz este anlisis:

    La Poltica criminal plantea ya, desde su misma denominacin, el problema

    genrico de determinar la coordinacin con el mbito del Derecho o con el

    de la Poltica. Aqu debe hacerse resaltar claramente la palabra Poltica,

    mientras que la voz criminal designa el marco objetivo a que se refiere la

    Poltica. Poltica criminal, segn ello, es un sector objetivamente delimitado

    de la Poltica jurdica general: es la Poltica jurdica en el mbito de la

    justicia criminal. En consecuencia, la Poltica criminal se refiere al siguiente

    mbito: determinacin del cometido y funcin de la justicia criminal,

    consecucin de un determinado modelo de regulacin en este campo y

    decisin sobre el mismo (decisin fundamental poltico-criminal), su

    configuracin y realizacin prcticas en virtud de la funcin, y su constante

    revisin en orden a las posibilidades de mejora (realizacin de la 6 En el mismo sentido Winfried Hassemer y Francisco Muoz Conde, Introduccin a la Criminologa

    y a la Poltica criminal, op. cit., p. 26; tambin Ren Gonzlez de la Vega, La lucha contra el delito,

    Porra, Mxico, 2000, p. 1.

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    concepcin poltico-criminal en particular). En este marco se impone

    especialmente a la Poltica criminal la tarea de revisar y, en su caso, acotar

    de nuevo la zona penal, as como medir la forma operativa de las sanciones

    segn la misin de la justicia criminal7.

    Laura Ziga8 aprovecha algunos de los argumentos con los que Zipf caracteriza

    a la Poltica criminal para confrontarlos con la definicin promovida por la

    profesora francesa Mireille Delmas-Marty9, segn la cual la Poltica criminal es un

    conjunto de mtodos con los que el cuerpo social organiza las respuestas al

    fenmeno criminal. Este ejercicio de comparacin hace notar que mientras para un

    autor (Zipf), son respuestas del Estado, para la otra (Delmas-Marty) son de la

    sociedad; aqul se refiere a la justicia criminal, y sta lo contempla no slo desde

    la perspectiva jurdica.

    En este objetivo clarificador, surgen otras definiciones que destacan aspectos

    relacionados con la seguridad pblica, como es el caso de la que construye

    Gudio Galindo, quien sostiene que la Poltica criminal se encuentra en el sentido

    estricto del concepto de seguridad pblica, y su importancia radica en ser la gua

    para el diseo de las estrategias y acciones que se plasman en programas

    concretos para solucionar la demanda de seguridad en su vertiente estricta10.

    Mientras unos conceptos se ocupan de decir lo que es, otros se ocupan de

    sealar lo que hace y otros para que sirve. Entre stas ltimas se encuentra la

    de Jos Antn Oneca, quien afirma, destacando una vertiente evolucionista

    socialmente hablando, que tarea de la Poltica criminal es la crtica de las

    instituciones vigentes y preparacin de su reforma, conforme a los ideales

    7 Heinz Zipf, Introduccin a la Poltica criminal, op. cit., p. 3-4.

    8 Laura Ziga Rodrguez, Poltica criminal, op. cit., p. 22.

    9 Mireille Delmas-Marty, Modelos actuales de Poltica criminal, Centro de publicaciones de la

    Secretara General Tcnica del Ministerio de Justicia, Madrid, 1986. 10

    Citado por Csar Herrero Herrero, Poltica criminal integradora, Dykinson, Madrid, 2007, p. 92.

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    jurdicos que se van constituyendo a medida que el ambiente cultural sufre

    modificaciones11.

    Orientndose hacia propsitos ms acadmicos, Csar Herrero gener este

    concepto:

    Conjunto sistemtico de conocimientos prcticos u operativos (elaborados,

    con criterio axiolgico, a partir de los datos en torno al fenmeno criminal,

    que aportan la estadstica y las ciencias del comportamiento), sobre los

    principios, las medidas y directrices con que ha de proyectarse y ejecutarse

    la Poltica social y elaborarse y aplicarse el sistema penal, como medios

    tcticos y estratgicos para controlar, de la mejor manera posible y dentro

    de un contexto jurdico legtimo, el volumen, la intensidad, la orientacin y

    frecuencia de la criminalidad12.

    Otra definicin -y precisin terminolgica- proviene de Emiliano Borja Jimnez13,

    quien distingue entre poltica criminal (con minsculas) y Poltica Criminal (con

    maysculas). De manera que, cuando se habla de la poltica criminal, se refiere a

    la forma de gobierno del Estado, relacionada con la gestin de los asuntos

    pblicos, y se manifiesta como poltica sanitaria, educativa, econmica o, por

    supuesto, en materia de criminalidad, que no es otra cosa que el planteamiento

    que desde el mbito pblico se establece para tratar y hacer frente al fenmeno

    criminal. Con base en esto, define poltica criminal como:

    Es aqul conjunto de medidas y criterios de carcter jurdico, social,

    educativo, econmico y de ndole similar, establecidos por los poderes

    pblicos para prevenir y reaccionar frente al fenmeno criminal, con el fin de

    mantener bajo lmites tolerables los ndices de criminalidad en una

    determinada sociedad. 11

    Citada por Csar Herrero Herrero, Poltica criminal integradora, op. cit., p. 93. 12

    Csar Herrero Herrero, Poltica criminal integradora, op. cit., p. 95. 13

    Emiliano Borja Jimnez, Curso de Poltica Criminal, Tirant lo Blanch, Valencia, 2003, p. 22.

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    Ahora bien, cuando este autor se ocupa de la Poltica Criminal (con maysculas),

    se refiere a la disciplina, a la rama del saber o sector del conocimiento. En este

    sentido, la Poltica Criminal estudia la orientacin y los valores que sigue o

    protege, o que debiera seguir o proteger, la legislacin penal entendida en forma

    amplia (material y procesal). Y abunda Borja Jimnez, sealando que:

    La Poltica Criminal constituye un conjunto de conocimientos, de

    argumentos y de experiencias que se relacionan con el Derecho penal

    desde una doble vertiente. Por un lado, estudia las orientaciones polticas,

    sociolgicas, ticas o de cualquier ndole que se encuentran en cada

    institucin del vigente Derecho penal. Y, por otro lado, aporta criterios

    tericos, de justicia, de eficacia o de utilidad que van dirigidos al legislador

    para que lleve a cabo las correspondientes reformas de las leyes penales

    en forma racional, satisfaciendo los objetivos de hacer frente al fenmeno

    criminal salvaguardando al mximo las libertades y garantas de los

    ciudadanos14.

    Como disciplina, ms resumidamente, la define como aquel sector del

    conocimiento que tiene como objeto el estudio del conjunto de medidas, criterios y

    argumentos que emplean los poderes pblicos para prevenir y reaccionar frente al

    fenmeno criminal.

    La distincin hecha por Borja Jimnez nos recuerda otra separacin conceptual

    realizada por varios catedrticos espaoles, encabezados por Ignacio Berdugo15,

    para quienes la Poltica criminal puede ser entendida en dos sentidos:

    a) Como actividad del Estado. Se la considera parte de la poltica general

    del Estado, ya que comprende el desarrollo de actividades para la 14

    Emiliano Borja Jimnez, Curso de Poltica Criminal, Tirant lo Blanch, Valencia, 2003, p. 23. 15

    Ignacio Berdugo Gmez de la Torres y otros, Curso de Derecho penal, Ediciones Experiencia,

    Barcelona, 2004, p. 134 y siguientes.

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    consecucin de los fines que aqul se haya marcado en relacin al

    fenmeno delictivo o a los comportamientos desviados, as como a la

    determinacin de estos mismos fines. Dentro de la poltica general se ubica,

    por cierto, la poltica jurdico-penal. No obstante, piensan acertadamente

    que la Poltica criminal excede los lmites de la poltica jurdica al

    comprender igualmente el posible empleo de medidas de poltica social que

    pretenden incidir en el fenmeno delictivo y que sustituye la utilizacin del

    Derecho penal, aspecto que compartimos plenamente.

    b) Como actividad cientfica. Bajo esta perspectiva, la Poltica criminal forma

    parte de la ciencia del Derecho penal, sindole consustanciales varios

    objetivos, a saber: Estudiar la determinacin de los fines propios del

    Derecho penal, as como los principios a los que debe someterse el

    Derecho positivo; Sistematizar los medios (los penales inclusive) de que se

    dispone para el control del comportamiento desviado; Examinar las distintas

    fases del sistema penal en funcin de los criterios anteriores. En suma, la

    Poltica criminal est en condiciones de realizar una investigacin cuyos

    resultados interesarn tanto al legislador y al juez, como a los restantes

    agentes de las instancias del sistema de justicia penal: fiscales, polica,

    personal del sistema penitenciario, etc.

    Desde una perspectiva evolucionista, es bien claro lo problemtico que puede ser

    (lo es de hecho) definir qu se entiende por Poltica criminal. En nuestro medio, sin

    ir ms lejos, est presente aunque sin mayores discusiones o polmicas, el tema

    de si en lugar de Poltica criminal no debe, en su lugar, hablarse mejor de Poltica

    criminolgica. Luis Rodrguez Manzanera da cuenta de este punto al decir:

    Respecto a la denominacin Poltica criminal, debemos decir que no nos

    gusta el trmino, pues el descrdito mundial en que ha cado la poltica

    (vocablo que ya es sinnimo de juego sucio), aunado al adjetivo criminal,

    hace sospechar que se est haciendo referencia a una poltica que es

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    criminal, es decir, la actividad antisocial de funcionarios pblicos o de un

    gobierno, lo que por otra parte no es ya extrao, como lo demuestra la

    moderna macrocriminologa y sus estudios sobre grupos de poder,

    transnacionales, violencia () La Poltica criminolgica, por su parte, sera

    la aplicacin de los conocimientos criminolgicos en la prevencin general y

    especial de las conductas antisociales. Consideramos la denominacin

    criminal impropia, y preferimos utilizar el trmino genrico de Poltica

    criminolgica, por considerarlo ms adecuado16.

    Como sea, el concepto ms extendido es el de Poltica criminal, que lo mismo se

    entiende en su perspectiva acadmica, que en la de ser una responsabilidad

    estatal. Eventualmente, convendra ocuparse detenidamente sobre este punto.

    II.- Finalidades de la Poltica criminal

    Como parte de la Poltica general del Estado, la Poltica criminal se encamina al

    logro de ciertos objetivos o finalidades. Como sealo Zipf, la Poltica criminal es

    una ciencia eminentemente valorativa axiolgica17, que en principio se vincula con

    aquellas valoraciones imperantes en el seno de la sociedad. Ese corpus de

    conocimientos, decisiones, directrices y principios sobre la criminalidad y su

    control en los que consiste la Poltica criminal reconoce debe hacerlo- una serie

    de finalidades especficas. Tales finalidades no son ajenas a las visiones que de la

    criminalidad se tenga en un momento histrico determinado. En sus primeras

    16

    Luis Rodrguez Manzanera, Criminologa, op. cit., p. 112; utilizan el mismo concepto de Poltica

    Criminolgica, Ren Gonzlez de la Vega, Poltica criminolgica mexicana, Porra, Mxico, 1993,

    aunque en otros textos posteriores utiliza Poltica criminal, vase su libro La lucha contra el delito,

    op. cit.; ms recientemente, Eduardo Martnez Bastida, Poltica criminolgica, Porra, Mxico,

    2007. 17

    Heinz Zipf, Introduccin a la Poltica Criminal, op. cit., p. 13, textualmente dice: La Poltica

    criminal es segn su esencia, y a priori, no una ciencia del ser ontolgica, sino una ciencia

    valorativa axiolgica. En ella predomina (domina) la valoracin. Sus partes integrantes relativas al

    ser de ndole criminolgica, se subordinan como referencias al ser de esta finalidad poltico-

    criminal.

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    formulaciones, la Poltica criminal tenda a la mera represin del delito. Luego, de

    la mano del positivismo, se le asign la tarea de prevenir la delincuencia, y ms

    tarde se consider que su finalidad sera no ya la de eliminar el delito, sino de

    controlarlo.

    La principal herramienta utilizada por el Estado para el logro de los objetivos

    enunciados (represin, prevencin o control de la criminalidad) ha sido

    tradicionalmente es la pena, principal consecuencia jurdica del delito. Luego, a

    partir de la funcin o finalidad asignada a la pena es que puede identificarse el

    sentido u orientacin de una determinada Poltica criminal. Sin embargo, en la ya

    no es la sancin penal la nica respuesta que tiene el Estado para enfrentar el

    fenmeno criminal, pues han surgido otros mecanismos de solucin de conflictos

    que no requieren de la pena, y menos de la pena privativa de libertad.

    En suma, podemos decir que la Poltica criminal no se agota en la utilizacin casi

    exclusiva del Derecho penal; por el contrario, se abre la posibilidad de valerse de

    otro tipo de medidas que puedan enfrentar la criminalidad de manera menos

    intensa que las penales y, probablemente, ms efectivas. Se ha dicho, con razn,

    que la mejor Poltica criminal es una excelente Poltica social (educativa, social,

    laboral, econmica, sanitaria, etc)18.

    Por otra parte, gracias a la Criminologa sabemos ya que el problema criminal

    puede ser tratado como un asunto jurdico o sociolgico, individual o social, hecho

    que impulsa a la Poltica criminal a diversificar sus medidas o decisiones, de modo

    que unas puedan ser jurdicas y otras ms bien de naturaleza social. En el

    presente, pues, impera una concepcin mucho ms amplia de Poltica criminal,

    donde la prevencin trasciende al mbito puramente penal y conecta con todas las

    expresiones de control social formal e informal19.

    18

    Entre otros, Winfried Hassemer y Francisco Muoz Conde, Introduccin a la Criminologa y a la

    Poltica criminal, op. cit., p. 27. 19

    Laura Ziga Rodrguez, Poltica criminal, op. cit. p. 38.

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    1.- Finalidades de ndole jurdico-penales.

    En este rubro caben conceptualizaciones como las que hacen Hassemer y Muoz

    Conde respecto de la Poltica criminal, que en su opinin es el:

    Conjunto de directrices y decisiones que, a la vista de los conocimientos y

    concepciones existentes en la sociedad en un momento dado sobre la

    criminalidad y su control, determinan la creacin de instrumentos

    jurdicos para controlarla, prevenirla y reprimirla20.

    Consideran que es tarea de los polticos (representantes del poder ejecutivo y

    legislativo) traducir en normas jurdicas los conocimientos criminolgicos, aunque

    igualmente participan, de modo indirecto, grupos de presin a travs de los

    medios de comunicacin, partidos polticos, asociaciones religiosas o ideolgicas,

    que se manifiestan a favor o en contra de temticas complejas (aborto, vctimas

    del delito, medio ambiente, pena de muerte, etc.). Por desgracia, exponen los

    autores citados, no siempre los conocimientos cientficos criminolgicos son

    tomados en cuenta, poniendo mayor o total atencin a las exigencias y demandas

    de los grupos de presin, dando lugar al surgimiento de lo que estos autores

    denominan Poltica criminal electoralista, formulada con el nico fin de satisfacer

    las demandas del electorado (que muchas ocasiones ha sido manipulado por los

    medios de comunicacin21), y se prometan soluciones al problema de la

    criminalidad y su control que no son factibles o incluso pueden resultar hasta

    contraproducentes.

    Dentro de los estudios ms serios que conocemos en torno al papel de los grupos

    de presin expertos en la construccin de la norma penal, destaca el realizado por

    20

    Winfried Hassemer y Francisco Muoz Conde, Introduccin a la Criminologia y a la Poltica

    criminal, op. cit., p. 26, nfasis aadido. 21

    La relacin entre cambios legislativos penales e intereses poltico-electorales ha sido

    recientemente puesta de manifiesto en un profundo estudio realizado por Laura Pozuelo Prez, La

    poltica criminal meditica. Gnesis, desarrollo y costes, Editorial Marcial Pons, Madrid, 2013.

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    Diz Ripolles22, quien pone especial atencin en la fase pre-legislativa, que es

    justo donde la influencia de este tipo de grupos se hace ms evidente, logrando en

    muchas ocasiones orientar la decisin legislativa hacia intereses no

    necesariamente generales, sino propios de su preocupacin como grupo.

    Al hilo de lo sealado, en tanto se presenta como actividad estatal, la Poltica

    criminal habr de sujetarse a los lmites que domestican el ejercicio del poder

    pblico, en este caso del poder penal del Estado, aspecto del que nos

    ocuparemos ms ampliamente en otro apartado. En todo caso, dejemos sealado

    desde ahora que el principal lmite de naturaleza jurdica que puede oponrsele a

    la Poltica criminal ser el marco jurdico establecido en la Constitucin y los

    instrumentos internacionales de Derechos humanos, con base en los cuales se

    perfila el Estado de Derecho.

    Si las circunstancias y gravedad del problema criminal as lo aconsejan, el uso del

    Derecho penal deber hacerse con base en los principios reguladores del poder

    punitivo propios de un Estado de Derecho, a saber, legalidad, exclusiva proteccin

    de bienes jurdicos, humanidad de las penas, necesidad de pena,

    proporcionalidad, culpabilidad, etc., principios todos estos, y otros ms, que acotan

    o estructuran la decisin poltico-criminal.

    2.- Finalidades diversas a las jurdico-penales.

    Alternativamente a las medidas de prevencin penales, existen otras formas de

    prevenir la delincuencia, por ejemplo: mejorar las condiciones sociales, culturales,

    econmicas y de salud de las personas; en realidad, podramos resumir este

    punto sealando que, en la medida que se hagan efectivos los derechos

    econmicos, sociales y culturales las condiciones de existencia de miles de

    personas seran propiciatorias de un desarrollo integral que, en alguna medida,

    incidira positivamente en la no comisin de delitos. Aunque, siendo realistas, el

    22

    Jos Luis Diz Ripolls, La racionalidad de las leyes penales, Editorial Trotta, Madrid, 2003.

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    delito es y seguir siendo una expresin consustancial de la sociedad, como ya lo

    dejara dicho Durkheim.

    Una Poltica criminal sustentada en la investigacin criminolgica estara en

    condiciones de aplicar programas de prevencin de la delincuencia y la

    reincidencia. Algo as se logra mediante la implantacin de programas de

    intervencin temprana en nios y adolescentes, lo que resulta menos costoso que

    hacerlo en la edad adulta. La violencia en la escuela, o el ausentismo escolar, por

    ejemplo son problemticas que, a la larga, y de no atenderse, pueden desembocar

    en comportamientos antisociales o directamente delictivos. Del mismo modo,

    podra pensarse en el trabajo por hacer en materia de reincidencia delictiva,

    aspecto en el que el tratamiento penitenciario debera poner especial atencin.

    Otro rubro en el que cabe hacerse un diseo de poltica criminal, llammosle

    preventiva, sera el de fortalecer las leyes en materia de vctimas, pero no solo

    eso, tambin disear e implementar programas de prevencin victimal, como

    aquellas que tienden a estrechar los lazos vecinales para evitar convertirse en

    vctimas de algn delito. En el mismo tenor, se piensa en las vinculaciones

    necesarias entre polica y ciudadano, como estrategia conveniente en materia

    preventiva. El fomento de la cultura de la denuncia y la participacin social parece

    una oportuna accin de poltica en materia de criminalidad.

    3.- Finalidad de hacer efectivos los Derechos humanos.

    La Poltica criminal propia de un Estado democrtico de Derecho tiene como eje

    rector el reconocimiento de los Derechos humanos de todas y todos cuantos

    componen el cuerpo social, y no solo eso, pugna tambin por su eficacia plena.

    Decidir las acciones, estrategias o medidas en materia de criminalidad no debe

    ser, nunca y bajo ningn motivo, pretexto para soliviantar violaciones a la dignidad

    de la persona humana. Bajo el paradigma del Estado democrtico de Derecho el

    ser humano se constituye en el destinatario de la accin gubernamental, el Estado

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    y sus gobiernos, se dice, existen para servir a la persona y no para instrumentarle

    o valerse de ella, visin que es ms propia de los Estados autoritarios o

    totalitarios.

    Una Poltica criminal que sea congruente con los principios propios del Estado

    democrtico de Derecho, por consecuencia, se adhiere a los principios y

    directrices emanadas de los instrumentos internacionales en materia de Derechos

    humanos, entre otros la Declaracin Universal de los Derechos Humanos, la

    Convencin Americana sobre Derechos Humanos y los Pactos Internacionales de

    Derechos Civiles y Polticos y de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales23.

    Para el caso de nuestro pas, el mandato expreso contenido en el artculo 1 de la

    Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos segn el cual todas las

    autoridades, en el mbito de sus competencias, tienen la obligacin de promover,

    respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los

    principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En

    consecuencia, el Estado deber prevenir, investigar, sancionar y reparar las

    violaciones a los derechos humanos, en los trminos que establezca la ley,

    impone un elemento insuperable a la hora de disear e implementar cualquier

    poltica social, incluyendo por supuesto aquella que se ocupe del problema

    criminal. El ejercicio del poder en el marco del Estado democrtico de Derecho

    descansa, fundamentalmente, en el respeto a los Derechos Humanos, los que al

    mismo tiempo legitiman la accin estatal.

    III.- Funciones de la Poltica criminal

    23

    Es un aspecto ampliamente compartido por los doctrinistas; vase entre otros a Moiss Moreno

    Hernndez, Poltica criminal y reforma penal. Algunas bases para su democratizacin en Mxico,

    Editorial Ius Poenale, Mxico, 1999, p. 107.

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    En materia de Poltica criminal, es tarea propia del Estado, a travs de sus

    rganos y agencias especficas, realizar al menos las siguientes funciones24:

    Estudio de la realidad y de los mecanismos de prevencin del delito; crtica de la

    legislacin penal; diseo de un programa integral; la evaluacin.

    1.- Estudio de la realidad y de los mecanismos de prevencin del delito.

    Bsicamente, el estudio de la realidad del delito corresponde a la Criminologa.

    Ahora bien, quien deba disear o instrumentar un programa de Poltica criminal

    (una poltica pblica en esta materia), necesariamente deber considerar las

    aportaciones cientficas surgidas de la investigacin criminolgica. Los

    conocimientos empricos de la criminalidad que los criminlogos han logrado son,

    en nuestra opinin, el ms importante de los insumos de una poltica pblica que

    pretenda hacer algo con el fenmeno criminal, bien que esto sea prevenirlo,

    reprimirlo o controlarlo. Las teoras criminolgicas servirn de modelo de anlisis

    del fenmeno criminal en particular. De ah que se recomienda a los responsables

    de la Poltica criminal conocer las diversas explicaciones tericas existentes; mejor

    an si se encargan estudios precisos a expertos criminlogos, quienes sabrn

    ofrecer propuestas de intervencin y estrategias de accin, segn sea el problema

    en cuestin.

    Por lo que respecta a los mecanismos de prevencin del delito, aunque sea

    reiterativo, digamos nuevamente que tal es una de las funciones que con mayor

    consenso se reconocen a la Poltica criminal. Los gobiernos de tendencia

    democrtica, en general, prefieren prevenir el delito antes que castigarlo. Lo

    anterior implica, indiscutiblemente, establecer con la mayor precisin posible el

    cmo es que se quiere prevenir la delincuencia. Si se admite el hecho de que el

    delito es un fenmeno motivado por una diversidad de motivos, las estrategias de

    prevencin deben ser, igualmente, diversas en cuanto a las medidas para

    24

    Laura Ziga Rodrguez, Poltica criminal, op. cit., p. 163 y siguientes; Alberto Binder, Anlisis

    poltico criminal, Editorial Astrea, Buenos Aires, 2011, p. 339.

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    enfrentarlo. En este sentido, cabe mencionar que existen la prevencin social,

    penal, policiaca, individual, comunitaria, etc. Por lo dems, cabe preguntarse que

    tanto, al hablar del delito, debe hablarse al mismo tiempo de Poltica criminal o,

    ms ampliamente, de Poltica social25.

    2.- Crtica de la legislacin penal.

    En al menos dos de las definiciones anotadas al inicio del presente captulo se

    menciona que entre las tareas propias de la Poltica criminal destacan, por un

    lado, la de considerar la eficacia del Derecho penal bajo el criterio de la

    conveniencia (von Hippel); y, por otra parte, se afirma que su funcin consiste en

    la remodelacin de las normas jurdico-penales (Gppinger). En ambos casos, la

    referencia al trabajo crtico del hacedor de la Poltica criminal salta a la vista. Se

    atribuye al penalista Carl Stoss haber sealado que la Poltica criminal:

    No debe comenzar con la reforma, sino que debe dedicarse primeramente

    al Derecho en vigor, antes de crear otro nuevo. El criminalista poltico debe

    investigar en qu modo satisface la legislacin vigente las pretensiones del

    bien comn. Si no puede dar cuenta de los defectos de ella, no est en

    condiciones de construir una nueva ley que repare lo malo y que aporte lo

    que falta. Por tanto concluye-la Poltica criminal crtica es el escaln

    precedente de la legisladora26.

    El anlisis crtico de la ley penal proviene, tanto desde el mismo pensamiento

    dogmtico penal, como desde el trabajo emprico de la Criminologa. En el primer

    caso, los juristas proceden con base en la dogmtica en tres niveles:

    interpretacin, sistematizacin y crtica de las normas jurdicas. Buscan

    25

    Un estudio amplio y detallado sobre el tema puede conocerse en Juanjo Medina Ariza, Polticas

    y estrategias de prevencin del delito y seguridad ciudadana, Editorial B de F, Buenos Aires, 2011;

    en nuestro medio, Pedro Jos Pealoza, Prevencin social del delito: asignatura pendiente,

    Porra, Mxico, 2004. 26

    Citado por Emilio Langle, La teora de la poltica criminal, Editorial Reus, Madrid, 1927, p. 26.

    nfasis aadido.

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    asegurarse de que tales normas se ajustan al marco constitucional y son, en

    general, congruentes con el resto del sistema jurdico. Lo suyo, pues, es

    comprobar el efecto de garanta que es consustancial a la norma jurdica. Los

    criminlogos, por su parte, valindose del anlisis emprico del delito, comprueban

    la eficacia de la regulacin jurdica y su impacto en la realidad.

    Eficacia y garantas son los dos extremos en los que se mueve el ejercicio crtico

    poltico-criminal. De este modo, el responsable de la Poltica criminal identifica las

    carencias o inconsistencias legales, las contrasta con el marco constitucional y

    verifica su capacidad resolutiva del problema en particular, todo ello con base en

    el anlisis de la realidad social y, con tal basamento, propone los cambios que

    considera pertinentes.

    3.- Diseo de un programa integral.

    La manera en la que se concreta una directriz o accin poltico-criminal es

    mediante la instrumentacin de programas gubernamentales, de preferencia

    integrales. Para esto, debe haberse identificado lo mejor y ms ampliamente

    posible el fenmeno criminal, y luego definir objetivos y precisar las estrategias a

    seguir.

    Respecto de los objetivos, en trminos globales debern ser, aparte de realistas,

    acordes con los valores propios de un Estado democrtico. Las estrategias, por

    otro lado, estarn determinadas por el problema detectado, siendo perfectamente

    vlida y aconsejable la utilizacin de mecanismos de control social (formal e

    informal, jurdicos y sociales, pblicos y privados)27.

    27

    Laura Ziga Rodrguez, Poltica criminal, op. cit., p. 172.

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    Para Alberto Binder28, la determinacin de los objetivos no debe ser algo azaroso

    o resultado de una mera eleccin valorativa dentro de un conjunto de posibilidades

    que se hallan en el mismo nivel, ya que un objetivo poltico criminal debe ser

    expresado, entonces, de un modo que sus razones sean fcilmente

    comprensibles, que pueda resistir los debates demaggicos o puramente morales

    y que permita descubrir las razones no slo de la eleccin de ese objetivo, sino

    tambin del descarte de las alternativas. No es slo un problema de prioridades,

    sino tambin de posibilidades, de equilibrios entre medios, restricciones y valores.

    El mismo tratadista argentino, aclara que en un programa poltico criminal pueden

    establecerse como objetivos los de control, de reduccin, de transformacin y de

    extincin29.

    Al ocuparse de las estrategias, Binder apunta claramente que un plan no es una

    idea, sino la ordenacin de acciones para lograr un objetivo. Un plan, enfatiza, que

    no contiene una estrategia no merece siquiera ese nombre, ser, en el mejor de

    los casos, un listado de acciones ms o menos necesarias. Citando a Mintzberg,

    nos informa que una estrategia es el patrn o plan que integra las principales

    metas y polticas de una organizacin y, a la vez, establece la secuencia

    coherente de las acciones a realizar. Una estrategia adecuadamente formulada

    ayuda a poner orden y asignar, con base tanto en sus atributos como en sus

    deficiencias internas, los recursos de una organizacin con el fin de lograr una

    situacin viable y original, as como anticipar los posibles cambios en el entorno y

    las acciones imprevistas de los oponentes inteligentes30

    4.- Evaluacin.

    En el terreno de las polticas pblicas, la evaluacin es una tarea mas que obvia.

    Si la definicin de objetivos y seleccin de estrategias son elementos insalvables

    en el diseo de un programa o plan de poltica criminal, la evaluacin de lo que se 28

    Alberto Binder, Anlisis poltico criminal, Editorial Astrea, Buenos Aires, 2011, p. 290-291. 29

    Alberto Binder, Anlisis poltico criminal, op. cit., p. 291 y siguientes. 30

    Alberto Binder, Anlisis poltico criminal, op. cit., p. 340.

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    quiere hacer ms an, de lo que efectivamente se ha logrado o lo que ha fallado-

    tambin lo es el proceso de evaluacin mismo. Con la evaluacin se busca la

    constatacin de que los medios utilizados son idneos para conseguir el fin de

    prevencin de la criminalidad31.

    Lahera ensea que la evaluacin es un ejercicio de estimacin que puede ser

    hecho en forma previa, coetnea o posterior a la realizacin de la inversin o la

    implementacin de una poltica. Se trata puntualiza- de un juicio sistemtico y

    analtico referido a aspectos importantes de una poltica y su valor, orientada a

    que sus conclusiones puedan ser confiables y utilizadas por los usuarios32.

    El mismo autor arriba citado, nos presenta un listado de objetivos que refrendan la

    necesidad de evaluar una poltica pblica determinada33:

    Lo que puede medirse, se hace.

    Si no se miden los resultados, stos no pueden diferenciarse de los

    fracasos.

    Si los xitos no son visibles, no pueden premiarse.

    Si los xitos no pueden premiarse probablemente se est premiando los

    fracasos.

    Si los xitos no son visibles, no se puede aprender de ellos.

    Si no se reconocen los fracasos, no se pueden corregir.

    Si se puede mostrar resultados, es posible obtener apoyo pblico.

    IV.- El mtodo de la Poltica criminal

    Se dijo en otra parte que la Poltica criminal es un saber vinculante, que se ubica

    entre la dogmtica penal (saber normativo) y la Criminologa (saber emprico), lo

    31

    Laura Ziga Rodrguez, Poltica criminal, op. cit., p. 174. 32

    Eugenio Lahera Parada, Introduccin a las polticas pblicas, Fondo de Cultura Econmica,

    Chile, 2004, p. 271. 33

    Eugenio Lahera Parada, Introduccin a las polticas pblicas, op. cit., 274.

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    que directamente nos lleva a sostener que la Poltica criminal carece de

    autonoma cientfica, pues en realidad depende en buena medida de los

    conocimientos y aportaciones de la Criminologa que luego reconduce, tanto en

    forma de norma jurdica como en accin gubernamental especfica. El resultado de

    la intervencin poltico-criminal, la decisin poltica, constituye el marco dentro del

    cual realizan su cometido las diversas agencias del sistema penal (jueces,

    fiscales, defensores, personal penitenciario, etc.,).

    Por lo que respecta al mtodo que utilizan las principales disciplinas vinculadas

    con la Poltica criminal, recordemos que la Criminologa utiliza un mtodo emprico

    e interdisciplinario. En cambio, el Derecho penal tiene a la dogmtica penal como

    su mtodo de estudio, creacin, sistematizacin y crtica. Mientras que la

    Criminologa se ocupa de conocer empricamente todo lo que sea posible sobre la

    criminalidad, el Derecho penal es producto del trabajo legislativo, es decir, de la

    decisin poltica legislativa. La Poltica criminal, por su parte, adopta varios

    mtodos. Cuando se ocupa de conocer y aprovechar el dato criminolgico, se vale

    del mtodo inductivo (el ser, la realidad social), pero cuando se trata de proponer

    soluciones del tipo legal, utiliza el mtodo deductivo del orden jurdico

    constitucional (el deber ser).

    Es muy conocido el esquema tridimensional de la Ciencia penal34. Este

    planteamiento, surgido del pensamiento de M. Reale, se aplic originalmente para

    el Derecho en particular, considerando sus dimensiones normativa, fctica y

    axiolgica. Aplicado a la Ciencia penal ha sido de mucha utilidad pues permite

    clarificar las funciones que le corresponden a la Criminologa (el estudio de los

    hechos), al Derecho penal (el estudio de las normas) y a la Poltica criminal (la

    vertiente valorativa). Bajo este modelo, entre la Criminologa, el Derecho penal y la

    Poltica criminal existen relaciones de cooperacin y complementariedad,

    producindose la sntesis o encuentro de saberes. 34

    Entre otros juristas, lo han aplicado a la ciencia jurdico-penal Santiago Mir Puig, Derecho penal.

    Parte General, Promociones Publicaciones Universitarias, Barcelona, 1985, p. 11; tambin Laura

    Ziga Rodrguez, Poltica criminal, op. cit., p. 161.

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    Definitivamente, el mtodo propio de la Poltica criminal es el interdisciplinario. En

    la prctica, lo que sucede es una especie de dilogo entre el Derecho penal, la

    Criminologa y la Poltica criminal, sobre un tema comn pero desde diferentes

    puntos de vista. La suma de las tres visiones, por decirlo de algn modo, da como

    resultado un nuevo marco de accin, todo a partir de las aportaciones realizadas

    desde cada disciplina. En el dilogo entre la Criminologa, que explica

    objetivamente los hechos de la realidad social y el Derecho penal que fija criterios

    dogmticos de regulacin de las conductas y sus consecuencias jurdicas, la

    Poltica criminal participa con el elemento axiolgico, proponiendo soluciones (que

    pueden ser de mero control, preventivas o de represivas).

    Al decir que la Poltica criminal forma parte de la poltica general o social del

    Estado, estamos sealando que es una ms de las polticas pblicas. En este

    sentido, comparte con ellas la forma de construirse, implementarse, ejecutarse y

    evaluarse.