EL LEGADO DE GIL LETELIEQPor: Luis Iván Muñoz R.
Sus cualidades humanas y extraordinaria habilidad y destreza en elmanejo del caballo, hicieron de Gil Letelierun hombre querido y respetadopor importantes sectores de la vida nacional.
Después de muchos añosde espera, yen el día deSan Gil, 1º de Septiem
bre de 1895, nace RicardoGil, hijo de don R_icardoLetelier Silva y de dona Margarita Ve/asco Urzúa, el primero de los hijos de estematrimonio, familia que aumentaría en los años siguientes con el nacimiento de sushermanos Graciela, quienmás tarde llegaría a ser laPrimera Dama de la Nación alcasarse con don CarlosIbáñez del Campo, Presidente de la República; Virginia,Marta, Enrique y por último elmenor de todos, Julio.
Su padre, importante abogadodel foro chileno, y ademásun activo político, tres vecesDiputado, fue gran impulsorde la Ley Matrimonio Civil.
El matrimonio Letelier Velascoprocura para su hijo Gil lamejor educación para ese entonces, y lo matricula en elInstituto Nacional desde donde pasa a estudiar Leyes enla Facultad de Derecho de laUniversidad de Chile.
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LA VIDA EN EL FUNDOSAN JOAQuíN
E~el Fundo San Joaquín, predio agrícola de propiedad desu padre, situado al orientede Rancagua, en la riberanorte del río Cachapoal, pasólos momentos más importan-teSYde .. mejor recuerdo de su
Vida s ',. ,egun lo contaba a fami-lares Ya' .
migas, Gil Letelier.
A él llegó para instalarse definitivamente, cuando despuésde haber cursado algunosaños de Derecho, decidió quesu verdadera vida estaba enel campo, y aún cuando eraun ferviente admirador de supadre, exitoso abogado y político, la fuerza de la tierra, desus animales y en especial delos caballos criollos, pudo
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más y tomó la que según decía fue la decisión más inteligente de su vida.
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Casado con doña alga PardoArancibia, tienen tres hijos;Ricardo, alga y Max, el primero de ellos sin lugar a dudas el más acampado. Grancorralero, es el continuadorde la obra de su padre, sinque ello signifique en caso
alguno desmerecer la enorme afición a los caballos dealga, y la de Max, quien comomédico psiquiatra se aleja altrasladarse a vivir a Santiago,desarrollando actividadespropias de su profesión.
En San Joaquín se crían loshijos de Gil Letelier y los primeros años de estudio y formación de los niños estuvieron a cargo de miss Priscila,educadora que según los cánones de la época se hacíacargo de la rigurosa formación de los menores, toda vezque a comienzos del siglo lasdistancias aún dificultaban eltraslado a los colegios dequienes vivían en campos alejados de los centros urbanos.
Algunos años más tarde, lainsistencia de su amigo Manuel Rey, agricultor, corralero,fundador de una dinastía enel rodeo, abuelo del eximiojinete y arreglador Gustavo(Tavín) Rey, hizo cambiar talsistema de educación, entusiasmando a Gil Letelier amatricular a su hijo Ricardoen el Colegio de los Hermanos Maristas de Rancagua.
En su corta vida, Gil Letelierllegó a ser querido y respetado por los más importantes yconnotados agricultores delpaís, por sus grandes condiciones humanas, deportivas,y extraordinaria habilidad ydestreza en el manejo delcaballo. Desgraciadamentesu fecunda trayectoria es corta, ya que fallece aún muyjoven, a los 38 años de edad,el día 15 de Agosto de 1933,al regresar de Rancagua enel auto conducido por su cuñado Guillermo Pérez de Arce,quien años más tarde llegaríaa ser Presidente del Senado
de la República. Esa noche,en una curva del camino nuevo construido por el deslindedel Fundo El Cardal, sufrenun volcamiento, cayendo elauto en un canal, donde GilLetelier muere ahogado alquedar atrapado con su manta de castilla. Cuentan quedon Chuma Celis siempre lamentaba que el administrador del Fundo El Cardal alpercatarse del volcamiento,en vez de socorrerlos de inmediato, corrió al vecino fundo a buscar a Don Chuma,quien tomó su caballo y desesperado corrió a salvar a suquerido patrón pero, ya en elagua, se percató que estaba
La Yegua Yusera
muerto. Sin duda equivocado, él culpaba al administrador del Cardal por la demoraen el socorro, pero el cariñopor su patrón eran tan grandeque jamás en su vida dejó delamentar su pérdida.
A su casa en San Joaquín,llegaban como si fuera propia, los amigos, agricultores,corraleros, y también nos recuerda su hijo, Don Lete, acu-
día don Carlos IbáñezCampo, quien despuésdfprimer período como Prdente de la República, ymtras vivía en el exilio, regreba de incógnito bajo el ntbre de Domingo Aránguizcasa de su cuñado y 9amigoGil. DonCarloslbáhabía abandonado volurriamente el país despuéssu primer período comorsidente, el día 26 de Julio1931, con destino a MendaArgentina, impidiéndosposteriormente su regreAños más tarde ya reinstal!en Chile, Senador y nuemente Presidente de laReblica, siempre recordabac
profundo cariño los morTltos vividos en San Joaqdurante ese difícil períodosu vida.
En su casa Gil Letelier hade la amistad una verdadforma de vida, y aún serel
mora con nostalgia cualpocos días antes de Seplif
bre llegaban a San Joaqaño a año las carretas tira(por dos yuntas de bueyeS
migas Tobías Labbé,SUS a ,Horacio Silva, Cesar Vergara
dre del campeón de Chile(pa E '1'Pedro Vergara), Pedro mi 10
Perez, Don Rafael (Tato) Olea,Osvaldo Errázuriz,. Er~esto yManuel Jiménez, Nlcolas (Colacho) Larraín, Ytantos ot~os
Ue también lo acompana-q A .ban como Francisco ntonloEncina, o su amigo MomoMoller que viajaba desde elFundo Renaico, en Los Angeles, osu amigo Rafael GómezPérez, quien viajaba desdesu hacienda Rucamanqui, enChillán, todos ellos constituyen un hito importante en lahistoria del rodeo y de la crianza del caballo chileno.Algunos se trasladaban a vivir a la casa del amigo GilLetelier, llevando consigo suspiaras, monturas y aperospara las tiraduras en riendas,gallos de pelea, para participar en las competencias locales, y caballos corraleros
para los rodeos y fiestas quese iniciaban en el día de SanGil, en el Fundo San Joaquín,donde cada uno de ellos tenía su habitación y desdedonde algunos salían a correrlos rodeos de la zona comoGraneros, San Francisco deMostazal, San Vicente deTagua-Tagua, y otros, hastaaproximadamente un mesdespués, cuando se trasladaban hasta la gran Exposición Nacional que organizaba en la Quinta Normal la Sociedad Nacional de Agricultura.
Eran otros tiempos.
LOS CABALLOS YSU ARREGLO
Este joven y buen jinete sevanagloriaba, y dicen los entendidos de la época que conjusta razón, de ,tener entre suspiaras los caballos más arreglados de boca de su tiempo.En broma, yen el entusiasmo
del rodeo, se sacaba las botas y corría un toro en presencia de sus amigos, a quienesal terminar su corrida les pedía que revisaran sus pantalones a ver si encontraban unpelo del novillo en ellos, demostrando así que con unbuen caballo arreglado no serequería de protecciones.
Como reconocimiento a sucalidad, en el Tomo Primerodel Stud Book del caballo criollo, se destaca a este pequeño pero gran jinete en una fotomontado en su yegua Yusera.
Sus mejores caballos fueronarreglados por Tomás CelisDon Chuma- Egidio Urbina,Belisario Ramírez, Pepe Zabala y Bernabé Ruiz. Ellos,bajo la estricta y cuidadosavigilancia de su patrón GilLetelier, formaron una verdadera escuela, introduciendouna nueva técnica en el trabajo más acabado de los caba-
En el matrimonio de su hermana Graciela con el entonces Presidente de la República, Carlos Ibáñez del Campo,Se aprecia a Letelier en tercer lugar de izquierda a derecha,
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El Batro
1I0s que participan en las competencias, tanto de rodeocomo de tiraduras de riendas.En aquella época no sólo losarregladores de planta, queen su oportunidad pudieratener Gil Letelier en el FundoSan Joaquín, eran sus proveedores de caballos arreglados. Se cuenta que GilLetelier tenía muchas sociedades de caballos con amigos como don Tobías Labbédon Pancho Encina, do~Sergio Marambio, don NachoGoycolea, y otr.os, los cualesentregaban a arregladoresque vivían en sus pequeñashijuelas, principalmente en lazona de Hospital.
Quizás, y entre ellos a quienGil Letelier tenía mayor consideración y respeto era a Nicolás Contreras, viejo arreglador, tío de doña Elcira Contreras, cónyuge de don Chuma Celis, quien hacía largosviajes partiendo desde supequeña hijuela ubicada enun rincón cordillerano cercano a la Leonera, con un grupode caballos, los que en su
trayecto iba arreglando y queademás le servían como piaras en este recorrido que iniciado desde su rústico campito, pasaba por Alto Jahuel,cargando harina para el viajey seguía a Malloco donde lehacían los frenos precisos acada caballo. Siguiendo viaje a las Salinas en el convento, cerca de Pichilemu, compraba la sal y seguía viaje aSan Vicente de Tagua-Taguadonde se hacían los mejoreszapatos de la época. En sutrayecto como conocido y respetado arreglador que era,pasaba algunos períodos enlos fundos de la zona y serecuerda que uno de los últimos que visitaba era el campo de don Colacho Larraín ,gran amigo de Gil Letelierquien se apuraba en avisar ~su amigo recomendándole losmejores caballos, que Gil mástarde probaba y adquiría parasus competencias.
LOS RODEOSSe reconoce que Gil Letelierfue un fuerte impulsor del Rodeo-Competencia, organizado en beneficio de las Institu-
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ciones de Servicio a la Conidad, en que poco a POca través de los años Setransformando aquel RoaFiesta que surgió como elbración al término de la rElección de las cosecha~
cuyo verdadero origen ade la Colonia. No sólo decgran parte de sus energíacolaborar en la organizacde Rodeos en su Fundo ~
Joaquín, sino que tambieactivamente colabora enorganización y el desarrde los Rodeos de MacrRengo, Hospital, San ViCEde Tagua-Tagua y otros
En todos ellos compite mtado en caballos extraordllriamente arreglados, songran recuerdo por ejem~
La Yusera, yegua Lucana(Criadero Adolfo Luco), ypropia hermana La SolaRespecto de la primera é
se recuerda que despuésla muerte de Gil Letelier)efectuarse el remate de scaballos, la yegua fue sub,tada en el año 1933 ensuma de $22.700.- por aEvaristo Urrutia, suma ea
Tomás "Chuma" Celis, gran 81
glador de todos los tiempOs.
t al valor de un prediovalen e
, la de la zona central.agnCO .
uenta Don Lete, Rlcar-Nos e h"d Letelier Pardo -su IJO-,o La Yusera no sólo era la
que . dor yegua para tira uras
mey di'riendas Yrodeos e a epo-
en , h b'sino que ademas a laca, . .sido ganadora de exposlclO-
Por ello el gran precIones, .pagado pO,r don EvarlstoUrrutia no solo represent~baun interés en la yegua, SinOque además existían fu~rtes
razones afectivas Yemotivas,fundadas en el recuerdo deGil Letelier, por lo cual DonLete le hizo entrega tambiénde las medallas ganadas porla yegua Ysu legendario jine-
te.El Churrasco, caballo castrado, yla Mi Negra, ambos arreglados por don Chuma Celis,eran otras de las famosas piaras en que corría y tiraba enriendas Gil Letelier. La yegua
Mi Negra en el remate a quehemos hecho mención másarriba, fue adquirida tambiénen un gran precio por donAlejo Núñez. Esta yegua había sido criada por don TobíasLabbé y fue madre de la yegua Villoslada, la que fue llevada a España por un ricoempresario maderero español avecindado en Chile, donDomingo Hernández.
POTRO BATRO
Una mención aparte para estemagnífico ejemplar de la razachilena, criado en sociedadpor don Francisco AntonioEncina, propietario de El Damasco, hijo de Alfil y por donOmar Santapao, propietariode La Palomita, hija del Angamas, y que fue arreglado ycorrido por don Chuma Celis.Entre los hijos de este potrodestacamos al Rascucho,
padre de la Reserva, madredel Estribillo y de La Talavera,madre de El Taco, también alPate Loro, al Garabato y tantos otros que conoce la afición.
Quizás, y para concluir nuestra breve reseña acerca de lapersonalidad de este joven ygran amigo del rodeo, delcaballo y de la cultura chilena, debemos recordar quecuando Don Pancho Encina ydon Omar Santapao, quisieron disolver su sociedad ydividirse la propiedad delBatro, al no existir acuerdodesignaron como árbitro paratal efecto a don Tobías Labbé,quien estudiados los antecedentes, y resguardando elmejor futuro de este granejemplar, falló en única y definitiva instancia que el potrose entregaba como un regalode ambas partes al amigo GilLetelier Velasco.
Recorriendo el Fundo San Joaquín con su esposa, OIga Pardo.