El perdón es una carretera de doble sentido.
Siempre que perdonamos a alguien, también nos perdonamos a nosotros mismos.
Si somos tolerantes con los demás, es más fácil aceptar nuestros propios errores.
Así sin culpa y sin amargura, conseguimos mejorar nuestra actitud ante la vida.
Cuando realmente permitimos que el odio, la envidia, la intolerancia, vibren a nuestro alrededor,
terminamos consumidos por esta vibración.
El acto de perdonar limpia el plano astral,y nos
muestra la verdadera luz de la Divinidad.
Paulo Coelho. (Elena C. R.)