LOS MATAGALPA
Muchos años antes de la invasión de los Chorotegas, y de la desaparición de la
cultura Maya ya habitaban en el área de Matagalpa tribus de indios que
construyeron columnas cilíndricas usadas en monumentos y estatuaria muy
primitivas que datan quizás 2,000 años atrás, las cuales han sido descubiertas por
el arqueólogo nicaragüense Jorge Espinosa.
Desde el año 595 DC. hasta 1505 se dan las invasiónes de los Chorotegas
provenientes de México. En el Departamento de Matagalpa existen, según
registros de la Comunidad Indígena, unos 75 mil indígenas, que se localizan en
Terrabona, San Dionisio, Esquipulas, San Ramón y el propio municipio de
Matagalpa.
Los aborígenes chorotegas del actual Departamento de Matagalpa eran
Gobernados por un Cacique, residente en el asiento de la actual cabecera
departamental. Dominaba todos los territorios de su comprensión y las
parcialidades de su sede: Matagalpa y Solingalpa, primero y más tarde sobre la de
Pacalaguina, de formación posterior.
Las parcialidades de Naborios o Nabarios, llamada posteriormente de Laborío y
Guanuca, de vecinos caribes, sumos y misquitos extraídos de las montañas del
oriente de La Linea de las Fronteras fueron funciones realizadas por frailes y
autoridades españolas, al medio siglo dieciocho.
No cabe duda alguna de que las regiones del actual departamento de Matagalpa,
así como las de los otros que ocupan hoy los territorios del desaparecido
"Corregimiento de Sébaco y Chontales" o sean los departamentos de Jinotega,
Boaco, Chontales y el norte del Río San Juan, no fueron nunca dominados por el
conquistador español, sino hasta finales del segundo siglo de su dominación o sea
en los comienzos del año 1700.
Esta circunstancia y la separación que persistió entre los aborígenes del
departamento de Matagalpa y sus connacionales choroteganos de la región del
Océano Pacífico, dilatadas centurias, no permitió a los contadores españoles
conocer de cerca su organización política, costumbres, religión y ni los
comerciantes aborígenes o de la colonia visitar aquellos territorios montañosos.
Iguales causas hicieron imposible que primeros capitanes españoles de la
conquista alcanzaron las regiones montañosas dentro del país y que sus cronistas
como Valdéz, Vásquez de Espinoza y otros tuviesen siquiera noticias de aquellos
por aborígenes antiguos, conformándose con sus relatos, que estaban poblados
por tribus salvajes, desde la remota antigüedad y de su idioma "serrano y grosero"
apodado también inadecuadamente "chontal o chontales", se hablaba aún en la
región itsmica de Rivas al tiempo de iniciarse la conquista española, no obstante
estar poblada por otras tribus que lo eran los Nicaraos o Nicaraguas, vencedores
éstos de los Chorotegas y éstos a la vez, vencedores de los Kiribíes Rivenses,
muchos siglos antes del descubrimiento de América.
Por todos estos hechos es que no causa estrañeza de que durante veinte años de
la dominación española de Nicaragua solamente encontraremos una única
mención de la Región actual de Boaco, señalada por el Gobernador de Nicaragua,
Pedrarias Dávila, como abundante en oro y a la que envió para recoger el precioso
metal al tristemente célebre Capitán Español Andrés de Garavito.
ORGANIZACIÓN DE LA FAMILIA
El matrimonio, contraído por libre, disposición de los contrayentes o convenio
entre las familias de los esposos, constituía la base jurídica de la familia indígena.
Solamente podía tenerse una única esposa, con la excepción del cacique quién
podía tener cuántas esposas deseaba, aún cuando para la sucesión de su
autoridad, solamente la primera en celebrar la unión, aportaba herederos legítimos
de su autoridad.
El divorcio no existía, como institución oficial; pero en caso de infidelidad de la
esposa o doble matrimonio del varón, estaba permitido el abandono en favor del
cónyuge inocente, con castigo para los infractores o delincuentes.
La celebración del matrimonio estaba a cargo del Cacique o de sus Lugartenietes
con ritos de carácter civil y religioso, pero en su celebración privaban los de
carácter sagrado o místico.
RELIGIÓN
La adoración de varios Dioses o el politeísmo constituía originariamente y desde
muy antiguo, la religión de los choroteganos de Matagalpa. Había, como en todas
las regiones pobladas por ellos, dios del aire, del relámpago, del trueno, la lluvia,
las cosechas, del maíz, del cacao, etc.
El culto a los Dioses estaba a cargo de sacerdotes varones, pues toda injerencia
de la mujer en el templo estaba prohibida.
Las fiestas sagradas tenían carácter oficial y popular, pues las presidía el Cacique
o Delegados suyos. Se caracterizaban por algunas ceremonias ante los ídolos y
bailes, comilonas, músicas y borracheras, durante varios días, degenerando en
verdaderos bacanales.
La embriaguez estaba permitida y era obligatoria durante las fiestas religiosas
públicas. Solamente le estaba prohibida a los sacerdotes del templo, siendo
castigados en tribunales especiales los que violaban la prohibición.
No obstante lo expuesto en materia de religión, nosotros entendemos que a la luz
de las informaciones de los misioneros católicos que ya en pleno tercer siglo de la
dominación española en Nicaragua, los aborígenes de Matagalpa habían
mistificado con prácticas introducidas por brujos, agoreros, hechiceros etc. En que
es de suponer, como probable, que la influencia de los Sukias - sacerdotes
adivinos - de la Región Atlántica de Nicaragua.
(Nota del editor en abril 5 del 2002; Los Sukias ahora trabajan con el Munisterio
de Salud, éstos son entrenados en diferentes áreas de la medicina práctica,
mezclando los conocimientos herbáticos tradicionales con la medicina moderna y
al mismo tiempo con los registros de enfermedades, para su control).
HABITACIÓN Y MOBILIARIO
Las habitaciones de los matagalpas no diferían en manera alguna del rancho
pájizo o de varas que aún siguen usando sus descendientes en el campo, cuando
se trata de familias de escasos recursos o muy limitada cultura.
El mobiliario antiguo sigue siendo igual al de hoy, entre los campesinos de los
valles en las naturales excepciones de la época; es decir; el camastro para dormir;
el tapesco sobre el fogón y en parte alta, para proteger los comestibles de
corrupción; la piedra de moler o sea el milenario metlate o metate, de sus
antepasados; el molendero, para la cómoda colocación de piedras de moler,
preparación de alimentos e higiene de los utensilios de cocina; y el clásico y
admirado fogón, en el suelo o en molenderos pequeños, con las clásicas piedras o
tenamastes.
Los utensilios domésticos y de cocina fueron y siguen siendo en pueblos y
comarcas: Comales, ollas, tinajas, tinajones, -todos de barro- ; jícaras, jicarones,
huacales obtenidos de la corteza dura de algunas frutas, molinillos, platos y
casoletas de madera resistente.
El ajuar doméstico y social, no ha cambiado mucho y está constituido como
antaño por: Taburetes, hamacas, patas de gallina, etc. aunque en estos utensilios
parece descubrirse la influencia española.
VESTUARIO DE LOS ABORÍGENES
Los aborígenes del departamento de Matagalpa, según las informaciones de fray
Alonso Ponce, en su antes mencionada "Relación de Viaje", por el norte y centro
de Nicaragua, efectuado en 1575, no usaban el Huipil, o Guipil, que hoy
admiramos en variados colorido moderno y finos bordados, sino una especie de
"capisayuelos", como lo dice textualmente y los describe como camisas de dos
picos, uno por delante y otro por detrás, los que varones y mujeres cruzaban por el
medio de sus piernas, ajustándolos a la cintura con fajas o cinturones.
Los de los varones llevaban mangas para protegerse del sol, la lluvia y el frío.
Por lo tanto, el huipil o manteado que usaban las indígenas de las montañas hasta
las primeras tres décadas del presente siglo y que aún se veían en número
esporádico raro en las festividades de Semana Santa tuvo legítimo origen en la
enagua española.
Calificar, por lo tanto, el huipil moderno como traje típico nicaraguense de nuestros
aborígenes del Pacífico y centro del país, es un verdadero error histórico.
LOS MISKITO
Los Indígenas Miskito viven y sobreviven en las selvas hondureñas y provienen de
los esclavos negros que habían escapado de sus amos y que huyeron hacia la
selva Mosquitia, para evitar que los capturaran. Estos fugitivos se casaron con
integrantes de las tribus indígenas locales y se convirtieron en los indios miskitos.
La tribu adquirió protagonismo durante la Guerra de los Contras de Nicaragua,
cuando huyeron del conflicto de a millares para buscar refugio en los campos de
refugiados o seguridad en los campamentos armados que estaban protegidos por
los Contras, situados en la Mosquitia hondureña.
Aunque el nombre Miskito podría sonar como proveniente del insecto Mosquito o,
según creen algunos, de los mosquetes que usaban los británicos, el nombre
realmente tiene su origen en un jefe conocido con el nombre de Miskut.
Los Indios Miskito, que todavía viven en las zonas de Nicaragua y Honduras,
protegen con fiereza sus amadas selvas haciendo campañas para conservar sus
derechos como protectores de la tierra donde viven, para construir hospitales y
escuelas, y para defender a sus pescadores de langostas. La langosta constituye
una industria que en Nicaragua emplea a unos 4000 ó 5000 miskitos que bucean y
traen langostas de los océanos, para terminar en las mesas de Estados Unidos y
Canadá.
Para los miskitos siempre fue una tradición pescar langostas para su propio
consumo, pero el comercio y la industria de las langostas han crecido
rápidamente, y han ejercido una presión cada vez mayor sobre los buceadores.
Los buceadores miskitos no están protegidos por la industria y muchos mueren o
quedan inválidos por la falta de cámaras de descompresión y por no estar
conscientes de los peligros.
Se calcula que aproximadamente 1500 buceadores han quedado discapacitados
por la industria que sigue presionando a los miskitos para que buceen a mayor
profundidad en los océanos y por períodos más largos.
Y no son sólo cuestiones laborales las que afectan a esta pacífica comunidad.
Cuando uno navega por el Río Coco, es común ver una villa de miskitos sobre las
orillas del río.
Éste ha sido su hogar durante cientos de años y los chicos corren en el agua, las
mujeres atienden sus obligaciones y el suave humo que sube silenciosamente de
las fogatas es una escena muy engañosa que se muestra tan pacífica ante los
visitantes que no conocen la historia de Nicaragua. Durante la guerra, ambos
bandos colocaron muchas minas terrestres y granadas anti-tanque en el río y en
torno al mismo.
La tranquila y apacible existencia de esta gente se vio invadida por la guerra en un
área que es tan remota que nadie los había molestado durante muchos años.
Ahora, después de que la guerra terminó y que los soldados se fueron, los
miskitos siguen peleando la guerra. Los miskitos pierden mucho ganado por las
minas que simplemente quedaron abandonadas allí.
El ganado es muy importante para los miskitos, dado que de eso viven, tanto para
alimentarse como para comerciar.
Desafortunadamente no sólo el ganado sufre por las consecuencias de la guerra,
sino los inocentes niños miskito que mientras juegan, muchas veces son víctimas
del horror y el trauma de las minas terrestres.
LOS RAMA
El pueblo indígena Rama o Ramaki se localiza en forma exclusiva en la Costa Atlántica de Nicaragua. La mayor parte de ellos viven en la Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS), en el municipio de Bluefields, y una parte minoritaria de este pueblo se encuentra en el municipio de San Juan de Nicaragua, en el departamento de Río San Juan.
El pueblo Rama es el de menor población del país, integrado por cerca de 1.600 habitantes.
La población ramaki se distribuye en un amplio territorio que comprende la isla y la
parte continental, el que consideran su territorio ancestral y sobre el cual han
hecho uso consuetudinario para el cultivo, la caza, la pesca, la recolección y el
aprovechamiento de recursos forestales no comerciales para construir botes,
remos, aperos de pesca, tablas para vivienda y medicina.
La mayoría de la población rama vive en la isla de Rama Cay, llamada en su
idioma Rama Ki n-Lakun, de 22 hectáreas de extensión. Está situada en la laguna
costera de Bluefields, a la cual también se le designa como Bahía de Bluefields,
15 kilómetros al sur de la ciudad de Bluefields.
La isla se encuentra superpoblada, existiendo en cada vivienda más de una familia
y en algunas de ellas se han contabilizado hasta 20 miembros.
Los indígenas ramas del continente, viven en diferentes comunidades cuya
característica común es la cercanía a la selva primaria, su cercanía al mar y a los
ríos.
El punto más extremo al sur, donde se encuentran comunidades ramas son las
márgenes de los ríos Maíz e Indio, en el departamento de Río San Juan. Estas
comunidades continentales son villas que no superan los 200 habitantes.
Etnohistoria: Los estudiosos del idioma rama coinciden en decir que pertenecen
al grupo de lenguas Voto-Rama, un subgrupo de la raza phillum Chibcha de
sudamérica. Brinton a fines del siglo XIX hizo levantamientos de listas de palabras,
seguido mas tarde por Walter Lehmann (1914 y 1920) y Eduardo Conzemius
(1926), sistematizándose el estudio del rama.
Los misioneros moravos que arribaron a la Mosquitia en 1849 desarrollaron
estudios de esta lengua, siendo el trabajo de E. Marx y Heat, en 1904, el mas
conocido con el nombre de “Esbozo de la lengua rama”.
En los años setentas del siglo XX una lingüista norteamericana, Bárbara Assadi,
hizo trabajos de campo conviviendo varios años en las comunidades rama,
recopilando una muestra importante de materiales lingüísticos del idioma rama.
Los estudios más recientes al respecto, pertenecen a la doctora Collete Creig,
lingüista de la Universidad de Oregon quien, en colaboración del equipo de
investigadores locales del Centro de investigación y Documentación de la Costa
Atlántica (CIDCA), realizó investigaciones sobre este idioma en los últimos años.
Consideran los estudiosos que la presencia del rama en el sur de Nicaragua es
una muestra de la existencia de una migración chibcha desde Sudamérica.
Coinciden también en considerar el rama en términos gramaticales, más parecido
a los subgrupos centrales de lenguas chibchas de Colombia que a los del pacífico
de Costa Rica y Panamá.
Sostienen así mismo que el rama es la presencia más septentrional de los
chibchas en Nicaragua, asegurando que su arribo a la zona sur este de Nicaragua
es de cuño reciente, calculando su entrada el territorio aproximadamente en el
siglo X d.C.
Coincidiendo con la información lingüística conviene resaltar que desde la
perspectiva arqueológica cada vez con mejor precisión se identifica un horizonte
cultural y un área territorial de influencia Chibchoide. Como ya señalamos, los
ramas forman parte de este grupo y son centrales para interpretar las referencias
de la arqueología que se localiza en la zona.
Los estudios conceptuales más recientes en este orden lo han realizado
estudiosos costarricenses destacando los trabajos del arqueólogo Oscar Fonseca,
director del Museo Nacional de Costa Rica.
Él ha creado el concepto de área de tradición chibchoidea para referir el desarrollo
de una cultura ampliamente extendida desde Colombia, Panamá, Costa Rica y
Nicaragua hasta la llegada de los españoles.
Trabajos de investigación arqueológica realizados en Costa Rica, Panamá y
Colombia comprueban la presencia de esa cultura con altos niveles de integración
política y arquitectura monumental, que permite calificarla como sociedades de
jefaturas de cacicazgos proto-estatales.
El sitio El Guayabo en Costa Rica, una ciudad prehispánica, situada en una zona
de trópico húmedo, dotada con infraestructuras de sistemas de grandes calzadas
de piedra, sitios ceremoniales y sistemas de alcantarillas confirman la complejidad
política de esta sociedad.
La ausencia de estudios arqueológicos y de rescate de sitios en la parte sur este
de Nicaragua, que coincide con la zona rama, no permite ofrecer evidencias de
esta naturaleza, pero prospecciones realizadas en la zona del Punta Gorda, en
dirección al Kukra River, durante la elaboración del Plan de Manejo de Cerro Silva,
ha observado la presencia de calzadas del tipo El Guayabo, que requieren de
estudios sistemáticos.
En cuanto a la relación histórica de los rama con la isla de Rama Cay, conviene
mencionar la leyenda que refiere al cacique de los ramas, Annibal, quien combatió
en contra de los indios Tebera de Costa Rica, en alianza con el rey de los
mískitos, en cuyo reconocimiento este les concedió la isla. Información histórica de
1856 da cuenta, que para esa fecha la isla estaba poblada de indios rama.
Cultura del Agua: Los rama son gente del agua, se podría decir que solo duermen
en la tierra y el resto de actividades las realizan en el agua. Su actividad principal
es la pesca, que realizan en la bahía o laguna de Bluefields, en los ríos y en el mar
Caribe.
La misma isla de Rama Cay es un conchero enorme que evidencia la dependencia
extraordinaria de las actividades de pesca.
Cosmovisión: Es un principio, en el análisis etnológico, que entre más próxima es
la relación entre las lenguas, en términos de gramática, morfología, sintaxis, etc.,
más cercanía cultural deberá existir entre sus pueblos.
De ahí podemos apuntar que, tal como podemos apreciar entre mískitos y
mayangnas, el pueblo indígena rama, también comparta una serie de elementos
de aquella cosmovisión . Pero el estudio sistemático de la mitología de los pueblos
originarios de Nicaragua es un capítulo que apenas iniciamos.
Por ejemplo en la mitología rama, se encuentra una similar concepción acerca de
la cosmogonía de la muerte. Esta abre el camino hacia el inframundo, donde el
espíritu del muerto encontrará un gran perro “tansun tara”.
El tansun tara deja pasar las almas de aquellos muertos que habían cumplido las
normas de vida de la comunidad y devoraba aquellas almas que en este mundo
las habían violado. Recordemos que entre mískitos sumos también un perro juega
un papel central en el inframundo, al que llaman “xulú”.
Este mito también lo encontramos entre los indígenas mesoamericanos del
pacífico de Nicaragua, es Xolotl, el hermano gemelo de Quetzalcoatl. El lago
Xolotlán o lago de Managua es el lugar de Xolotl.
Por la investigación de Loveland, un antropólogo que estudió la isla de Rama Cay
en la década de 1980, sabemos que el inframundo rama estaba separado de la
tierra por un cuerpo de agua, por un río.
Este mundo se encuentra al Oeste, localizada en la geografía sacra rama, río
arriba del gran Escondido o Río Rama Superior.
Los antiguos ramas colocaban el cadáver envuelto en una manta o pieza de tunu
blanco, que en el idioma rama se denomina updica aing kalma.
Agregaban una mixtura de medicina y cenizas que ponían en el cuerpo, sobre su
corazón, lo mismo que una candela de leche de hule para alumbrar el camino al ibo suk.
LOS SUMU / MAYANGNA
Sobreviven pueblos mayangnas en Nicaragua y en Honduras, teniendo variedades
dialécticas en su idioma que les distingue entre sí.
Se conocen pueblos mayangnas twahkas, ubicados en el sur de Honduras, en
tanto que en Nicaragua se localizan: panamahkas, twahkas y ulwas, habitando en
las regiones del Atlántico Norte y Sur y en departamento de Jinotega.
LOS SUMU/MAYANGNA
Durante la colonia, los viajeros y etnógrafos que visitaron el país registraron más
de diez denominaciones para estos pueblos, entre ellas están: chontales, xicaque,
ulwas, albagüina, Ssmo., twahka, panamaka, caribe, indios españoles, bawika,
prinzu, boa, pantasma, kukra, parasta, yusco, saraguasca, águila y bocaes.
El idioma de este pueblo también llamado Sumo es parte de la familia SUMALPA
que reúne a los habitantes contemporáneos con el extinto Matagalpa, con el cual,
debieron tener una unidad gramatical, mil quinientos años atrás.
Están emparentados también con el mískito, existiendo propuestas teóricas que
ligan a sumos/matagalpas con el mískito en la subfamilia que llaman
MISUMALPAS, unidades al tronco Macro Chibcha.
El término sumu o sumo, no es palabra originaria de este pueblo, es una voz de
origen mískito y fue adoptado en la literatura etnográfica del siglo XIX.
Antiguamente se conocían con el gentilicio de Mayangna, concepto gramatical
curioso, ma es “lo alto”, es “el sol” y yangna es “nosotros”.
En la década de 1990 se produce en movimiento que reivindica el término
mayangna para designar a los pueblos en vez de la voz “sumo”, que es una forma
despectiva siguiendo las consideraciones del líder twahka, Ronas Dolores.
Los mayangnas son pueblos que se encuentran en las profundidades de las
selvas del caribe de Nicaragua y Honduras. Todas las comunidades de este
pueblo se encuentran en sitios de difícil acceso y por lo general en un ambiente de
muchísima diversidad ecológica.
Son pipanteros por excelencia, muy hábiles para navegar los grandes ríos en
cuyas cabeceras tienen sus poblados, siempre junto a selvas tropicales y bosques
de pinares.
En Nicaragua las principales comunidades mayangnas son Musawás, Wasakin y
Karawala. Las dos primeras se encuentran en los municipios de Bonanza y Rosita,
de la Región Autónoma del Atlántico Norte y la segunda es la cabecera del
municipio de la Desembocadura, en la región Autónoma del Atlántico Norte.
Alrededor de 36 comunidades mayangnas existen en Nicaragua y cerca de cinco,
en la República de Honduras.
Los pueblos mayangnas constituyen el segundo grupo poblacional indígena de
Nicaragua hablante de lengua nativa, sumando unos 15.000 habitantes.
Políticamente los indígenas mayangnas de Nicaragua, participan activamente del
régimen de autonomía regional multiétnica, mediante representantes en los
órganos de gobierno de las regiones autónomas del Atlántico Norte y Sur (RAAN y
RAAS), junto a otros grupos étnicos del caribe nicaragüense que gozan de ese
régimen.
A pesar de su relativa minoría poblacional, la ley de autonomía permite bajo un
principio de democracia étnica la participación de líderes mayangnas en la Junta
Directiva de los Consejos Regionales.
Al mismo tiempo la relativa mayoría poblacional que representan en sus
municipios les permite el control de los gobiernos locales en los extensos y ricos
municipios de Bonanza, Rosi y la Desembocadura de Río Grande.
Etnohistoria: El pueblo mayangna es el más antiguo habitante del país y podemos
afirmar que, conforme sus huellas antroponímicas, se encontraban ocupando
todos los extremos del territorio nacional.
Al momento de las grandes migraciones mesoamericanas, a partir del año 800
d.C. empiezan a ser desplazados de la zona del pacífico por pueblos chorotegas,
maribios y nahuas, que sucesivamente invaden el territorio.
Los mesoamericanos se asientan en el territorio del Pacífico, compuesto de tierras
fértiles, bbien drenadas, plantas y dotadas de numerosos cuerpos de agua,
haciéndoles concentrarse a los mayangnas en la zona central montañosa, de
donde, poco a poco van siendo expulsados hacia la zona del Caribe.
Al mismo tiempo los sumos-mayangnas experimentam la expansión del pueblo
mískito, desalojándolos de la zona costera del noreste de Nicaragua, y más
adelante durante la alianza mískito-inglesa que favoreció la implementación de
capturas de indios de montaña o caribes para ser vendidos en las plantaciones del
Caribe.