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TESIS DOCTORAL
REHABILITACIN POSBLICA Y
CONSTRUCCIN DE LA PAZ
EL CASO DE LA AYUDA INTERNACIONAL
A BOSNIA Y HERCEGOVINA
Ral Romeva
Tesis doctoral dirigida por:Dr. Rafael Grasa
Departamento de Derecho Pblico yCiencias Histrico-jurdicas
UNIVERSITAT AUT NOMA DE BARCELONA
Marzo 2002
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SUMARIO
NOTA BIOGRFICA DEL AUTOR
AGRADECIMIENTOS
INTRODUCCIN
A) JUST IFICACI N DEL OBJETO DE ESTUDIO
B) OBJETIVOS EN CUANTO A TRATAMIENTO DEL TEMA
C) METODOLOGA
D) ESTRUCTURA Y PRESENTACIN DE LA TESIS
E) FUENTES Y ASPECTOS FORMALES
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Parte I (marco conceptual):
TEORA Y PRCTICA DE LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ
Y LA REHABILITACIN POSBLICA
CAPTULO 1. LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ EN ELCONTEXTO DE LA CONFLICTIVIDAD ARMADA DE LAPOSGUERRA FRA
1.1. CONFLICTO , VIO LENCIA Y GUERRA
1.2. GUERRAS ACTUALES : CONFLICTOS ARMADOS DE TIPOSOCIOINTERNACIONAL
1.2.1. ACTORES Y ACTITUDES : PREPARACIN Y LEGITIMACIN DELA GUERRA
1.2.2. INCOMPATIBILIDADES (CAUSAS DE LA DISPUTA ): LAEXISTENCIA O PERCEPCIN DE INJUSTICIA Y DISCRIMINACIN
1.2.3. DINMICA Y PROCESO DEL CONFLICTO BLICO : LASCONDUCTAS Y EL CICLO PREGUERRA -GUERRA -POSGUERRA
1.3. EL CONCEPTO DE CONSTRUCCIN DE LA PAZ
1.3.1. LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ DESDE LA PERSPECTIVA DELA TRANSFORMACIN DE CONFLICTOS
Las 3 R de Johan Galtung
El paradigma anidado de la construccin de la paz:John Paul Lederach y la importancia de la
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reconciliacin
Los transformadores genricos de Miall,Ramsbotham y Woodhouse
1.3.2. EL ENFOQUE DE LOS DONANTES
Construccin de la paz y prevencin de conflictosarmados: algunas dificultades de orden polt ico
Los fundamentos de la construccin de la paz segnel Comit de Ayuda al Desarrollo (CAD): el buengobierno y la sociedad civil
1.3.3. UN BALANCE Y UNA DEFINICIN PROPIA DECONSTRUCCIN DE LA PAZ
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CAPTULO 2. LA REHABILITACIN POSBLICA: ACLARACINTERMINO LGICA Y VINCULACIN DE AYU DAS
2.1. LA REHABILITACIN POSB LICA: ACLARACIONES PRELIMINA RESDE TIPO TERMINOLGICO Y CONCEPTUAL
2.2. EMERGENCIAS POLTICAS COMPLEJAS : ESPECIFICIDADES DECARA A LA REHABILITACIN POSBLICA
2.2.1. ORIGEN Y EVOLUCIN DEL CONCEPTO EPC
2.2.2. PROBLEMAS Y ESPECIFICIDADES DE LAS ACCIONESHUMANITARIAS EN CONTEXTOS DE EPC A LO LARGO DE LOS AOS NOVENTA
La ayuda humanitaria: entre la prolongacin delconflicto y la gestin de la emergencia
La ayuda humanitaria: entre la promocin de unacultura de la dependencia y el fortalecimiento de laeconoma local
La ayuda humanitaria: entre la instrumentalizacinoccidental y el fortalecimiento de la sociedad civil
local
2.3. LA REHABILITACIN POSB LICA Y LA VINCULACI N ENTREEMERGENCIA (SOCORRO )- REHABILITACIN -DESARROLLO (VARD):DEL CONTINUUM AL CONTIGUUM DE LA AYUDA
2.3.1. ANLISIS Y PROPUESTAS DESDE LA PERSPECTIVA DELDESARROLLO
2.3.2. LECCIONES Y RECOMENDACIONES DERIVADAS DEESTUDIOS DE CASOS Y EVALUACIONES EX POST
Evaluacin de la ayuda internacional de emergenciaa Ruanda
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La rehabilitacin posguerra y la experiencia delWar Torn Societies Project (WSP)
2.3.3. DOCTRINA Y PRCTICA DE LOS GRANDES ORGANISMOS DEDONANTES
Comit de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE
Unin Europea/Comisin Europea
Banco Mundial
Naciones Unidas
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CAPTULO 3. UN MARCO DE ANLISIS INTEGRADO PARA LAREHABILITACIN POSBLICA Y LA CONSTRUCCIN DE LAPAZ
3.1. UN MARCO CO NCEPTUAL INTEGRAD O PARA AB ORDAR LAREHABILITACIN POSBLICA Y LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ
3.2. AS UNCI N DE RESPO NSAB ILIDAD ES : QUIN DEBE HACER QU
3.3. UN PLAN ESTRATG ICO PA RA LA REHA BILITACIN PO SB LICA
3.3.1. EVALUACIN DE LOS COSTES DE LA GUERRA
3.3.2. DETECCIN Y ANLISIS DE LAS REAS QUE DEBENABORDARSE EN TRMINOS VARD
3.3.3. PREMISAS PARA ABORDAR LA FORMULACIN DEPROGRAMAS Y PROYECTOS
Lo primero no hacer dao
La resolucin de las incompatibil idades subyacentesy la reconciliacin
Participacin pblica y apoderamiento de lapoblacin y las instituciones locales
3.3.4. PREPARACIN Y CELEBRACIN DE LA CONFERENCIA DEDONANTES
3.3.5. LOS CAMBIOS EN LA POLTICA MUNDIAL Y EN LASESTRUCTURAS INTERNACIONALES
3.3.6. CUESTIONES TRANSVERSALES QUE PRECISAN UN MAYORDEBATE Y REFLEXIN
Recursos: flexibilidad, descentralizacin ytransparenciaDivisin del trabajo y coordinacin
Seguridad y proteccin
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Formacin y sensibilizacin del trabajador para lapaz
Parte II (estudio de caso):
REHABILITACIN POSBLICA Y CONSTRUCCIN DE LA
PAZ EN BOSNIA Y HERCEGOVINA
CAPTULO 4. DESCRIPCIN ACI DEL CONFLICTO EN BOSNIAY HERCEGOVINA
4.1. EXPLICACIONES -OBSTCULO PARA EL ANLISIS YESTABLECIMIENTO DE UN PUNTO DE PARTIDA
4.2. DESCRIPCIN DEL CONTEXTO YUGOSLAVO PREBLICO
4.2.1. CONTEXTO SOCIOECONMICO DE LA YUGOSLAVIAPREBLICA
4.2.2. CONTEXTO POLTICO DE LA YUGOSLAVIA PREBLICA
4.3. DESCRIPCIN ACI DEL CONFLICTO EN BOSNIA Y HERCEGOVINA
4.3.1. ACTOR ES
Actores primarios
Actores secundarios
4.3.2. INCOMPATIBILIDADES Y CAUSAS QUE LLEVARON ALENFRENTAMIENTO ARMADO
La percepcin de discriminaciones/injusticias
Movilizacin para la violencia y la guerra: ladimensin polt ica y psicolgica
4.3.3. DINMICA DE LAS CONDUCTAS (PROCESO )
Fase de escalada inmediatamente preblica (de 1989hasta 1992): aceleradores y detonantes
Fase blica (abril de 1992 - septiembre de 1995)
Entre las fases blica y posblica: el camino aDayton
Fase posblica (a partir de 1996)
CAPTULO 5. LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y LAGESTIN DEL CONFLICTO EN BOSNIA Y HERCEGOVINA (I):FASES PREBLICA, BLICA, Y NEGOCIADORA
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FASES PREBLICA, BLICA, Y NEGOCIADORA
5.1. GESTIN DE LA FASE PREBLICA (HASTA ABRIL DE 1992)
5.1.1. LA DIMENSIN DIPLOMTICA PREBLICA : GESTIN DE LACRISIS
5.1.2. RAZONES POR LAS QUE LA COMUNIDAD INTERNACIONALNO PUDO EVITAR QUE LA CONDUCTA VIOLENTA LOCAL DEVINIESEEN UN CONFLICTO ARMADO
5.2. GESTIN DE LA FASE BLICA (AB RIL DE 1992 - SEPTIEMBRE DE1995)
5.2.1. LA DIMENSIN DIPLOMTICA
La mediacin de Vance y Owen (enero de 1993)
La apuesta por una Unin de tres Repblicas: lamediacin de Owen y Stoltenberg (julio de 1993)
Cambio de postura por parte de Estados Unidos:consecucin del Acuerdo de Washington (marzo1994) y el establecimiento del Grupo de Contacto(abril de 1994)
5.2.2. LA DIMENSIN MILITAR
UNPROFOR: Accin humanitaria sin recurso a la
fuerza (salvo para defensa propia) y cooperacincon la OTAN (1992-1994)
La fase liderada por la OTAN (1994-1995)
5.2.3. LA DIMENSIN HUMANITARIA
La misin y el mandato humanitario
Dilemas que afectaron al desarrollo de la misinhumanitaria
5.2.4. RAZONES DEL FRACASO INTERNACIONAL EN TRMINOS DE
GESTIN DE LA FASE BLICA
5.3. NEGOCIACIONES Y FIRMA DE LOS ACUERDOS DE DAYTO N :ENTRE LA FASE BLICA Y LA POSBLICA
5.3.1. CONTEXTO INTERNACIONAL EN EL QUE SE GESTARON LOSACUERDOS : CAMBIO EN LOS INTERESES DE LOS ACTORESSECUNDARIOS
5.3.2. GESTACIN Y CONTENIDO FINAL DE LOS ACUERDOS
El proceso
El resultado
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CAPTULO 6. LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y LAGESTIN DEL CONFLICTO EN BOSNIA Y HERCEGOVINA (yII): FASE DE REHABILITACIN POSBLICA (1996-2001)
6.1. DE LA DESTRUCCIN A LA EVALUACI N : ESTABLECIENDO LOSCOSTES DE LA GUERRA
6.2. DAYTON COMO MARCO PARA ABORDAR LA REHABILITACINPOSBLICA EN BOSNIA Y HERCEGOVINA
6.2.1. DAYTON COMO MARCO PARA ABORDAR LADESMILITARIZACIN Y EL REASENTAMIENTO DE POBLACIN
Desmilitarizacin
Reasentamiento y retorno6.2.2. DAYTON COMO MARCO PARA LA RECONSTRUCCINECONMICA Y DE INFRAESTRUCTURAS , Y PARA LAREHABILITACIN DE LAS FUNCIONES INSTITUCIONALES BSICAS
Reconstruccin fsica y de servicios bsicos
La dimensin institucional (elecciones)
6.2.3. DAYTON COMO MARCO PARA AFRONTAR LA RESOLUCINDE LAS CAUSAS QUE LLEVARON A LA GUERRA
El marco constitucional y otras cuestionesrelacionadas
Dimensin socioeconmica
6.2.4. DAYTON COMO MARCO PARA PREPARAR LARECONCILIACIN
La dimensin de los Derechos Humanos
La importancia de los smbolos identitarios
6.2.5. DAYTON COMO MARCO PARA ABORDAR LANORMALIZ ACIN Y LA REINSERC IN EN FOROSINTERNACIONALES
La misin de Naciones Unidas en Bosnia yHercegovina y la supervisin de la policainternacional
La coordinacin internacional de la rehabilitacinposblica: la Oficina del Alto Representante (OAR)Las consecuencias de la presencia internacional enBosnia: entre el protectorado internacional y elapoderamiento institucional local
6.3. MS ALL DE DAYTO N : EL PAPEL DE LA SOCIEDAD CIVIL A LA
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HORA DE SENTAR LAS BASES PARA ABORDAR LA TRANSFORMACIN DELCONFLICTO Y LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ
6.3.1. ANTECEDENTES Y EVOLUCIN DE LOS MOVIMIENTOSSOCIALES EN BOSNIA
6.3.2. LA INFLUENCIA DE LAS INSTITUCIONES INTERNACIONALESEN LA PROMOCIN Y FORTALECIMIENTO DE LA SOCIEDAD CIVIL
6.4. CUESTIONES PENDIENTES Y POSIBLES ESCENARIOS DE FUTURO
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Parte III
CONCLUSIONES
CAPTULO 7. DFICITS, RETOS Y OPORTUNIDADES PARA LAREHABILITACIN POSBLICA EN EL MARCO INTEGRADO DELA CONSTRUCCIN DE LA PAZ
7.1. CONCLUSIONES RELATIVAS AL MARCO CONCEPTUAL
7.2. CONCLUSIONES RELATIVAS AL ESTUDIO DE CASO
7.3. VALIDACI N DE LA HIP TESIS DE PA RTIDA
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BIBLIOGRAFA DE REFERENCIA
ANEXOS
ANEXO I . ACUERD OS DE PAZ DE DAY TON
ANEXO II . DECLARACIONES , COMUNICADOS Y CONCLUSIO NES DELCONSEJO DE IMPLEMENTACIN DE LA PAZ
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Relacin de grficos
Grfico 1.1: El tr ingulo ACIGrfico 1.2: El tr ingulo de las violenciasGrfico 1.3. Relacin entre conflicto, violencia y guerraGrfico 1.4: Historia del conflictoGrfico 1.5: El ciclo conflicto-violencia-guerraGrfico 1.6: La conducta de los actores secundariosGrfico 1.7: Las 3 R de Johan GaltungGrfico 1.8: Un marco integrado para la construccin de la paz
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(nivel de respuesta)Grfico 2.1: La visin secuencial del continuumhumanitarioGrfico 2.2: La ayuda en su contextoGrfico 2.3: La cambiante composicin de la intervencinGrfico 3.1: La rehabilitacin posblica en el marco integradode la construccin de la paz
Grfico 3.2: Costes esperados en un contexto de guerraGrfico 3.3: Impacto de la ayuda sobre el contextoGrfico 3.4: Impacto de la ayuda sobre los actores localesGrfico 3.5: De la alerta avanzada a la accin preventivaGrfico 3.6: Prevencin de conflictos (armados), alivio yreconstruccin posguerraGrfico 5.1: Instituciones electas de Bosnia y Hercegovina
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Relacin de tablas
Tabla 3.1: Actores en la recoleccin de informacin de alerta
avanzadaTabla 5.1: Ahorro estimado originado por un desplieguepreventivo de tropas internacionales en Bosnia y HercegovinaTabla 6.1: Costes, tareas de rehabilitacin y Acuerdos de Dayton(APD)Tabla 6.2: La ayuda internacional por sectores entre 1/1/1996 y1/6/2000Tabla 6.3: Reuniones de los distintos rganos del PIC (desde1995)Tabla 6.4: Imposiciones de Westendorp y Petr i tsch en vir tud delos llamados poderes de Bonn
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Relacin de cuadros
Cuadro 2.1: La gestin de la ayuda a RuandaCuadro 3.1: Actores internacionales ante situaciones deposguerraCuadro 3.2 Ayuda a la transicin en una situacin de posguerraCuadro 3.3: La construccin de la paz postacue rdoCuadro 3.4. La gest in econmica: necesidades prior i tar ias parala asistencia tcnicaCuadro 3.5: Los conectores y divisores de Mary Andersona ayuda sobre los actores locales
Cuadro 4.1: Descripcin y anlisis del conflicto en BosniaCuadro 6.1: Es hora de reescribir Dayton?, debate entre TonyBorden y Daniel Serwer (extracto)
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NOTA BIOGRFICA DEL AUTOR
La presente tesis doctoral pretende ser coherente con una
trayectoria personal, acadmica y profesional cuyo eje conductor
gira en torno a la cuestin de la construccin de la paz.
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En este sentido, cabe sealar que mi primer contacto personal con
el conflicto en Bosnia y Hercegovina tuvo lugar en 1993 y 1994, a
raz de participar en varias iniciativas de apoyo a poblacin
refugiada procedente de ese pas que se encontraba en campos de
refugiados en Croacia 1. Posteriormente, de septiembre de 1995 a
agosto de 1996, y gracias al apoyo e implicacin del Centre UNESCO
de Catalunya, tuve ocasin de participar directamente en la
rehabilitacin posblica en Bosnia y Hercegovina como responsable
del programa de reconstruccin educativa de la UNESCO y ayudante
senior del Representante de la UNESCO en Sarajevo (Dr. Colin
Kaiser). Dicha experiencia se complement con la supervisin de las
elecciones bosnias en 1996 y 1997, formando parte de la misin de
la OSCE. Desde entonces, las visi tas a la regin han sido frecuentes
y han permitido seguir in situ la evolucin de varias de las
dimensiones de la rehabilitacin posblica en Bosnia que se
abordan en la presente investigacin.
En cuanto al anlisis del conflicto, por otra parte, y ms
concretamente con relacin a la gestin internacional del mismo,
cabe sealar la publicacin de un primer ensayo, en 1997, tituladoBosnia-Hercegovina: llions duna guerra (Centre UNESCO de
Catalunya). Posteriormente, mi inters investigador se centr, por
una parte, en la responsabilidad y coherencia de los gobiernos
donantes, bsicamente europeos, con relacin a la construccin de
la paz y la prevencin de los confl ictos armados (lo que conllev la
publicacin de un nuevo ensayo, en 1998, t i tulado Pau i seguretat a
Europa. Prevenci de conflictes armats a lEuropa de la posguerra
freda (Centre UNESCO de Catalunya), y por otro lado, de un modo
ms especfico, en la responsabilidad de esos gobiernos en cuanto a
la cuestin de las exportaciones de armas convencionales y su
control (lo que, de hecho, supuso el objeto de estudio del trabajo
1En genera l , l a redacc in se ha hecho ut i l i zando la pr imera persona del p lura l aunqueno por su connotac in de yo mayest t i co s ino por que las op iniones re f le jadas en e ltrabajo proceden de una reflexin conjunta con varias personas, razn por la cul laprimera persona del singular me pareca excesivamente personalista, y a todas lucesinadecuada por inmerec ida . No obstante , y de forma excepc iona l , tanto en la presentenota b iogr f i ca como en los agradec imientos que vendrn a cont inuac in se ha optado
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Mecanismos de control sobre las exportaciones de armas
convencionales : e l caso de los Estados de la Unin Europ ea, dirigido
tambin por Rafael Grasa, con el que obtuve la suficiencia
investigadora a principios de 2000).
Paralelamente a la labor investigadora he asumido tambin
responsabilidades como coordinador de campaas de desarme y
prevencin de conflictos en INTERMN -OXFAM (1999-2000), lo que a
su vez me permiti llevar a cabo una nueva aproximacin terico-
prctica, esta vez en torno a la vinculacin entre el desarrollo y el
desarme como elemento intrnseco de la construccin de la paz
(De sarme y de sarro llo . Clave s p ara armar co nciencias, INTERMN ,
2000).
Por ltimo, cabe poner de manifiesto que dicha trayectoria personal,
profesional e investigadora viene complementndose desde hace
ms de ocho aos con labores docentes, en tanto que profesor
asociado de Problemas Actuales de Relaciones Internacionales en la
UAB y, ms recientemente, como jefe de estudios y profesor de la
Escuela de Cultura de Paz / Ctedra UNESCO sobre Paz y DerechosHumanos de la UAB.
por romper esa norma y ut i l i za r l a pr imera persona del s ingula r para dota r as a l tex tode un tono ms personal y, necesariamente, ms comprometido.
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AG RADECIMIENTO S
La lista de agradecimientos despus de tantos aos de trabajo es,
afortunadamente, muy larga, razn por la cual no es posible
incluirla toda. A pesar de ello existen algunos nombres propios que
merecen un reconocimiento especial , a saber: Flix Mart , con quien
me inici profesionalmente en la investigacin para la paz, as como
todo el equipo del Centre UNESCO de Catalunya, por su constante
apoyo durante mi estancia en Bosnia; Damir, Jakub y Dika Babic,
quienes me acogieron en su casa y me abrieron sus corazones a mi
llegada a Sarajevo; Gordana Bosanac, mi profesora de bosnio;
Gordana Lonco, Maja Nikolic y Sinisa Sesum, compaeros y amigos
en la Oficina de la UNESCO en Bosnia; Mara Helena Henriques
Mueller y Colin Kaiser, Representantes de la UNESCO en Bosnia,
adems de amigos, quienes me ensearon a trabajar en la compleja
estructura del sistema de Naciones Unidas; Esther Barb, Vicen
Fisas, John Paul Lederach, Jos Mara Mendiluce, Jenny Pearce,
Karlos Prez de Armio, Carlos Taibo, Paco Veiga y Pere Vilanova,
cuyos consejos han sido siempre pertinentes y han supuesto unva lor aadido incalculable a lo la rgo de toda mi trayectoria, tanto
personal como profesional; Snia Gmez, por sus correcciones de
esti lo y ortogrficas, y Maria ngels Espuny, siempre eficiente en su
seguimiento de la cuestiones europeas, y cuyo apoyo documental ha
facilitado mucho mi trabajo.
Mencin especial merece Rafael Grasa, cuyo seguimiento, siempre
exhaustivo, minucioso y crtico, adems de su amistad cmplice,
han sido aspectos determinantes a lo largo de todo el proceso de
elaboracin de esta investigacin.
As imismo, la elaboracin de una tesis doctoral suele conllevar un
notable esfuerzo por parte de todo el entorno personal de quien se
lanza a una aventura como sta. Es obligado, por tanto, reconocer
el acompaamiento que en todo momento me han dispensado miscompaeras y compaeros de la Escuela de Cultura de Paz / Ctedra
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UNESCO sobre Paz y Derechos Humanos de la UAB, as como del
Departamento de Derecho Pblico y Relaciones Internacionales,
adems de mi familia, mis amistades ms prximas y, sobre todo,
Diana, compaera e inspiracin en todo momento. En fin, la lista,
como se ha dicho, es larga, y las deudas contradas, por tanto, muy
numerosas. As pues, a todas y todos, ante todo, muchas gracias.
Por ltimo, cabe decir que esta investigacin ha contado con una
Beca de doctorado concedida por la UNESCO en 2000.
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Introduccin
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INTRODUCCIN
Si construir la paz parece ya difci l en contextos en los que no hay
guerra abierta, lo es mucho ms en aquellos en los que hay
(contextos blicos) o ha habido recientemente (contextos
posblicos) un enfrentamiento armado. Y la razn es que, en esos
casos, el reto no consiste tanto en volver a la situacin institucional,
fsica y social previa a la guerra, como en llevar a cabo las
transformaciones necesarias en las estructuras y en las relaciones de
forma que desaparezcan, o cuando menos se reconduzcan, las
causas que llevaron a que en su momento se alimentara y
finalmente estallara el conflicto armado. As pues, el objeto de
estudio de la presente investigacin tiene que ver con los
principales retos y oportunidades de la rehabilitacin posblica
en trminos concretos de construccin de la paz y detransformacin de conflictos , y, en la medida en que se analiza
tambin un caso concreto, con algunos dficits de la rehabilitacin
entendidos, estos dficits, como disonancias entre objetivos y
resultados.
En ese marco, este primer captulo introductorio sirve para
justificar: a) el objeto de estudio; b) los objetivos en cuanto a
tratamiento del tema; c) la metodologa que se ha seguido en la
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investigacin; d) la estructura y presentacin de la tesis, y e) las
fuentes utilizadas y los aspectos formales del texto.
A) JUSTIFICACI N DEL OBJET O DE ESTU DIO
La resolucin o transformacin de conflictos como rea cientfico-
prctica especfica tiene sus orgenes en los aos cincuenta y
sesenta, en plena guerra fra, y su evolucin a lo largo de esos aos
est ntimamente ligada al desarrollo de la estrategia nuclear y de la
p eace re search1. Desde entonces, los avances en la investigacin, el
diseo y la experimentacin de formas que permitan gestionar los
confl ictos y las incompatibil idades entre personas y grupos por vas
distintas a la armada han sido numerosos e importantes, a pesar de
lo cual la violencia blica sigue siendo todava ms la norma que la
excepcin en muchos lugares del mundo. Por otro lado, si bien en
poca de guerra fra la escena mundial estaba dominada por un solo
gran conflicto, en el contexto actual los conflictos armados son
mltiples, y tienen que ver sobre todo con cuestiones como la
diversidad cultural, la soberana, el acceso y control a determinados
recursos naturales, o la lucha por el poder en el seno de losEstados.
Todo ello ha contribuido, en definitiva, a que la atencin de los
acadmicos de relaciones internacionales, e incluso de poltica
comparada, se dirija cada vez ms al tipo de conflictos que desde
hace aos ha preocupado a quienes se ocupan de la resolucin y la
transformacin de confl ictos. Dicho de otro modo, y en palabr as de
Rafael Grasa:
En el marco terico, las relaciones internacionales como disciplina yano analizan los conflict os interna cionales como caso aparte, s ino que suanlisis es ya, con algunas excepciones y desde finales de los aosochenta, el habitual en las restantes ciencias sociales. Se ha producido,por tanto, una convergencia, ya irreversible, entre el anlisis de losconflictos internacionales y el de los conflictos sociales en general, queplantea interesantes problemas tericos y, en particular, unareestructuracin -en curso- de las pautas explicativas merced a lacontaminacin de tradiciones hasta ahora separadas. En el marcoprctico, por su parte, se est produciendo tambin una coincidencia de
1Para una aproximacin a la historia de la Peace Researchvase Miall, Ramsbotham y Woodhouse (1999).
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Introduccin
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agendas, ya notoria, y de instrumentos de anlisis y reflexin,insuficiente e incipiente, entre la cooperacin para el desarrollo y losanl i s i s procedentes de los estudios sobre los conf l ic tos y sus formas deresolverlos y transformarlos (Grasa 2001a: 4).
Es decir, Grasa concluye que se camina hacia una integracin de los
diferentes enfoques procedentes de los estudios y las prcticas en
trminos de anlisis y de resolucin de conflictos, pero con un claro
enfoque aplicado relacionado, dicho enfoque aplicado, con la
necesidad de hacer frente a la nueva conflictividad internacional.
Sin embargo, caminar hacia un lugar no significa estar ya en l 2. As,
por ejemplo, en trminos de rehabilitacin posblica se acepta en
general que el objetivo consiste en afrontar los cambios necesariosen las estructuras y en las relaciones de modo que en una sociedad
afectada por la guerra se sienten las bases para que se establezcan
nuevos espacios y mecanismos que permitan afrontar los conflictos
y las incompatibilidades por med ios no-violentos. Sin embargo , al
mismo tiempo la comunidad internacional no dispone todava de un
marco conceptual compartido, ni tampoco de unas instituciones
especializadas que permitan afrontar la ayuda a la rehabilitacin en
contextos posblicos desde una perspectiva integrada de
construccin de la paz y de transformacin de confl ictos. En efecto,
si bien se estn llevando a cabo acciones que bajo denominaciones
muy dispares tienen como objetivo ltimo abordar la recuperacin
de sociedades en contextos de posconfl icto armado, muchas de esas
acciones aplican marcos conceptuales, instrumentos y mecanismos
que si bien son adecuados para contextos afectados por desastres
naturales, resultan claramente insuficientes, o incluso inadecuados,
2De hecho, el mismo Grasa seala tambin que existen algunos problemas pendientes, fruto de la convergenciade teoras y enfoques. A ttulo de ejemplo menciona tres de estos problemas: 1) la proliferacin de tipologas amenudo solapadas y contradictorias que deben analizarse (cul es su razn de ser, la columna vertebral sobre laque se han construido) para poder establecer un cdigo de traduccin y, eventualmente, una propuesta desntesis. Hoy por hoy, afirma Grasa, no slo resulta difcil que se entiendan expertos procedentes de los estudiossobre el desarrollo y de la cooperacin para el desarrollo, por un lado, y de la investigacin para la paz y laresolucin de conflictos, por otro, tanto por razones conceptuales como, en general, lingsticas, sino que lasdificultades se dan tambin entre expertos de los diferentes enfoques relacionados con el estudio y la resolucinde conflictos, la investigacin para la paz, etc.; 2) existe la necesidad de establecer distinciones bsicas y un mapadel campo que oriente a paseantes y personas en trnsito, y 3) existe una proliferacin de dicotomas, muchas deellas muy citadas pero no siempre claras (p. ej. conflictos de corto/largo plazo de vida; conflictos tratables eintratables; conflictos simtricos y asimtricos; estrategias de intervencin ganar-perder o ganar-ganar; etc.)(Grasa 2001a: 8).
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para situaciones de posguerra, dnde la dimensin poltica, y en
consecuencia compleja, del contexto exige conceptos, instrumentos
e instituciones especficas.
As imismo, aunque la presente investigacin se centra
particularmente en la fase de posguerra, no debemos olvidar
tampoco que la fase posblica puede convertirse a su vez en una
fase preblica si no se consigue transformar el conflicto de forma
que ste evolucione hacia el establecimiento de estructuras y
procesos no blicos de resolucin de disputas 3. Todo ello
contribuye, en definitiva, a que resulte tan importante tener en
cuenta la aportacin que la rehabilitacin posblica puede hacer
con relacin a la prevencin de eventuales violencias blicas
futuras, as como a favor de la construccin de la paz y de la
transformacin de conflictos.
B) OBJETIVOS EN CUANTO A TRATAMIENTO DEL TEMA
Tal y como ponen de manifiesto Johan Galtung y Jos MaraTortosa: Un intelectual es el que es capaz de hacer preguntas pero
no de dar respuestas, mientras que un experto es quien sabe dar
respuestas sin hacer preguntas 4. Segn esta lgica, por tanto, el
intelectual conceptualizara, teorizara, problematizara, pero
despus no respondera al qu hacer? en trminos realmente
viables. El experto, por su parte, sabra cmo hacer las cosas en la
forma que le indiquen sus contratantes (privados o pblicos) sin
ponerse a analizar qu significa exactamente lo que est haciendo,
o bien qu consecuencias tendrn sus actos. Llevadas al extremo,
ambas aproximaciones son parciales y no resuelven el eterno dilema
de cmo afrontar cuestiones prcticas como, por ejemplo, la
3A efectos de la presente investigacin, adems, se ha optado por aplicar un principio de precaucin en elsentido de que se considera que para entrar en una fase posblica no es necesario que haya finalizado la guerra,basta que sta haya cesado (o sea, que est suspendida) ya sea debido un alto el fuego, a un acuerdo de paz o ala victoria de una de las partes. Obviamente, sin embargo, las posibilidades de afrontar con xito la rehabilitacinposblica sern muy distintas en funcin de si se da una u otra de esas situaciones, siendo el acuerdo de paz unelemento clave en s mismo, como veremos.
4Vase prlogo de Tortosa en Galtung (1998a: 9).
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Introduccin
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rehabilitacin posblica y la construccin de la paz. Por otra parte,
y de acuerdo esta vez con Roberto Mesa:
No es admisible un doble lenguaje: uno, formal y vaco de contenido,de uso exclusivo en foros internacionales y leal aplicador de los ms
sofisticados instrumentos propagandsticos; otro, real y amenazador,desarrollado desde las cancilleras individualizadas y cuya finalidadexclusiva es la satis faccin de todos los design ios nac ionales, soberanosy egostas, al margen y en contra de compromisos superiores. Sabido esque la doblez, las reservas mentales y las ambiciones bastardas,constituyen una de las cargas ms insoportables de la frgil condicinhumana. Frente a estas posibles y seguras conductas que aspiran acronificar todo lo que inveteradamente ha conducido a la tensin, alconflicto y a la guerra, el internacionalista que preconizamos no puede,bajo pretexto alguno, avalar comportamientos contrarios a la Paz, a laJus ticia y a la Libertad, tant o domsticas como internacionales. No haycausa poltica (llmese Soberana o Defensa Nacional), ni causa moral(llmese Civilizacin Occidental) suficientes para desplazar los que sonbienes superiores y supremos (Mesa 1988: 259)
Por todo ello, el objetivo de la presente investigacin consiste en
establecer un equilibrio entre, por un lado, cuestionarse los
paradigmas existentes marcando objetivos deseables que permitan
orientar hacia dnde debe evolucionar el estado actual de conceptos
como rehabilitacin posblica y construccin de la paz, y por otro
lado, sugerir pautas de anlisis y modelos de accin que sean
aplicables en funcin de los medios disponibles y de los contextos.
En otras palabras, con esta tesis se aspira a contribuir al debate
sobre la necesidad de construir un espacio de encuentro entre teora
y prctica de la rehabili tacin posblica y la construccin de la paz,
dotando a su vez dicho espacio de una perspectiva de
transformacin de conflictos.
C) METODOLOGA DE LA INVESTIGACIN
La forma de proceder a lo largo de la investigacin ha sido, por otra
parte, la habitual en este tipo de ejercicios intelectuales, y ha
consistido en: a) establecer una hiptesis de partida; b) plantear, a
partir de dicha hiptesis, varias preguntas; c) operacionalizar la
hiptesis y construir un marco conceptual y una pauta de anlisis
propia; d) aplicar dicho marco conceptual y la correspondiente
pauta de anlisis a un caso de estudio relevante, y e) validar orefutar, segn sea el caso, la hiptesis de partida.
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En primer lugar, la intuicin o hiptesis de partida al iniciar esta
investigacin era que la insatisfaccin de practicantes y
acadmicos en cuanto a las actuales formas de abordar la
rehabilitacin posblica no tena tanto que ver con la
naturaleza de los conflictos armados contemporneos, como
con la falta de pautas de anlisis coherentes e integradas de los
conflictos, as como con la falta de compromisos, de
organismos y de modelos de intervencin en conflictos
armados que contemplasen, en la teora y en la prctica, la
relacin entre gestin de crisis, rehabilitacin posguerra y
transformacin de conflictos .
En segundo lugar, a partir de esta hiptesis se plantearon varias
preguntas que cabe agrupar en los siguientes dos bloques:
a) Cules son las caractersticas de los conflictos blicoscontemporneos? Cmo afectan esas caractersticas a loscontextos posblicos? Qu significa abordar la construccinde la paz y la transformacin de conflictos en los contextosblicos y posblicos actuales?
b) Qu es y qu no es la rehabilitacin posblica? Qu papelcorresponde a la rehabilitacin posblica en el marco de lacreciente vinculacin entre las tareas de emergencia,rehabilitacin y desarrollo en contextos de emergenciaspolticas complejas? Quin y cmo, entre los actores de lacomunidad internacional, puede y debe asumirresponsabilidades de ayuda a la rehabilitacin posblica? Esposible llevar a cabo una aproximacin terico-prctica a larehabilitacin posblica que permita abordar al mismo tiempolas transformaciones necesarias en el contexto y en las
relaciones con objeto de contribuir a la construccin de lapaz?
En tercer lugar, las respuestas a estas preguntas permitieron
construir un marco conceptual en el que se trabajaron bsicamente
dos tipos de conceptos: a) unos ms generales, como anlisis de
conflictos, conflictos armados contemporneos, construccin de la
paz, o transfo rmacin de co nflicto s, y b) otros ms especficos,
como rehabilitacin posblica o vinculacin de ayudas de
emerge ncia, rehabilitacin y de sarrollo. En ambos casos, adems,
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Introduccin
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dichos conceptos se abordaron tanto desde una perspectiva terica
como a partir de anlisis de experiencias prcticas. As mismo, una
vez analizados, comentados y definidos ambos grupos de conceptos
se construy un marco o pauta de anlisis integrado para la
rehabilitacin posblica y la construccin de la paz.
En cuarto lugar, teniendo en cuenta que el marco conceptual y la
pauta de anlisis eran simplemente eso, un marco y una pauta, y
por tanto generales, el siguiente paso consisti en preguntarse cmo
ambos responderan ante un caso concreto como, por ejemplo, el de
Bosnia y Hercegovina 5. En este sentido, cabe decir que se eligi
como estudio de caso el conflicto en Bosnia y Hercegovina, y ms
concretamente el papel de la ayuda internacional a lo largo de
dicho conflicto, por la razn de que se trata de un conflicto cuya
fase blica responde perfectamente, como veremos, al tipo de
nuevas guerras caracterstico del perodo posterior al fin de la
guerra fra. Adems, se trata de un conflicto que ha impregnado,
como pocos, las conciencias del mundo. En efecto, el estallido de la
guerra en Bosnia y Hercegovina en 1992, precedido adems de las
guerras en Croacia y Eslovenia en 1991, supuso un claro toque deatencin frente a las frecuentes declaraciones sobre el supuesto
nacimiento de un Nuevo Orden Mundial, pacfico y solidario, que
tras la cada del muro de Berln surgan por doquier en el seno de
la denominada comunidad internacional. Pero no slo eso, cada vez
ms voces, y sobre todo ms hechos, cuestionaban la vigencia de
aquel nunca ms que el mundo grit tras el fin de la Segunda
Guerra Mundial. La crisis en Bosnia y Hercegovina puso de
manifiesto, por tanto, que la limpieza tnica, los campos de
5En la mayora de los documentos oficiales en lengua inglesa, especialmente los Acuerdos de Dayton, se utiliza lanomenclatura Bosnia and Herzegovina (en lugar de otras versiones, consideradas no correctas, como Bosnia-Herzegovina, con guin intercalado, o Bosnia Herzegovina, sin nada entre ambos trminos). En cuanto a latraduccin al espaol, sin embargo, en el Apndice 2 de la Ortografa de la lengua espaolapublicada por la Real
Academia Espaola de la Lengua (1999), en el apartado de pases y capitales reconocidos oficialmente porNaciones Unidas y la Oficina de Informacin Diplomtica del Ministerio de Asuntos Exteriores, figura la formaBosnia-Herzegovina. No obstante, esta frmula contradice el criterio mencionado relativo al uso de la conjunciny. Por otro lado, tampoco parece haber consenso en si Hercegovina debe escribirse con z (como en ingls) ocon c (como en bosnio). En la mayora de documentos de Naciones Unidas, por ejemplo, se suele utilizar la
versin con z, mientras que la Unin Europea utiliza ambas casi indistintamente. En suma, dada la ausencia deun criterio universalmente aceptado, hemos optado en esta investigacin por utilizar la nomenclatura Bosnia yHercegovina. Asimismo, en aras de agilizar la redaccin, se utilizar a veces Bosnia, como forma reducida deltopnimo, o, incluso, el acrnimo ByH.
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concentracin y las masacres indiscriminadas de poblacin civil
eran, todava, hechos del presente. As las cosas, la guerra movil iz
un esfuerzo internacional inmenso en forma de conversaciones
polticas de alto nivel, de esfuerzos humanitario s de organizaciones
gubernamentales, intergubernamentales y no gubernamentales, as
como de una destacada atencin por parte de los medios de
comunicacin.
Por ltimo, tras haber contrastado el marco de anlisis con el
estudio de caso fue posible extraer algunas conclusiones (o
lecciones) tanto en trminos de marco conceptual, como con
relacin al caso particular de las gestin internacional de la
rehabilitacin posblica de Bosnia y Hercegovina. Dichas
conclusiones permitieron, como veremos, validar finalmente la
hiptesis de partida.
D) ESTRUCTURA Y PRESENTACIN DE LA TESIS
Todo lo anterior determina, a su vez, que la estructura y el texto de
la tesis se haya articulado como sigue:
a) El presente captulo introductorio .
b) Una Parte primera , de tres captulos, estructurados de modoque en el Captulo 1 se hace un anlisis global de losconflictos armados contemporneos a partir del contexto, losactores, las incompatibil idades y las conductas de esos actores
(marco ACI), as como una aproximacin al campo de estudiode la construccin de la paz y la transformacin de confl ictos;en el Captulo 2 se analizan de un modo ms especficoaquellos trabajos que tratan sobre la rehabilitacin posblica,tanto desde una perspectiva terica, como a partir deexperiencias prcticas, como, finalmente, desde una visinoperativa e inst i tucional, y en el Captulo 3se cruzan los tresaspectos mencionados (marco ACI, construccin de la paz yrehabilitacin posblica), con objeto de construir una pauta deanlisis que permita abordar y evaluar la rehabilitacinposblica en un marco integrado de construccin de la pazdesde una perspectiva de transformacin de conf lictos.
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Introduccin
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c) Una Parte segunda en la que se aplica la pauta de anlisisconstruida en la parte primera al caso concreto de la gestininternacional del conflicto en Bosnia y Hercegovina. Los trescaptulos que componen esta parte son: el Captulo 4, dndese analiza el conflicto en Bosnia y Hercegovina en trminosACI (contexto, actores, incompatibilidades y conductas); elCaptulo 5, en que se hace una aproximacin a la gestininternacional de las fases preblica, blica, y negociadora, y elcaptulo 6, dedicado ntegramente a la fase posblica.
d) Un captulo de Conclusiones , en el que se recogen lasprincipales lecciones terico-prcticas detectadas en el marcoconceptual, as como las relativas al caso de la ayudainternacional a Bosnia, y que se cierra con la validacin de lahiptesis planteada al inicio de la investigacin.
e) Un listado bibliogrfico , ordenado alfabticamente porautora, que incluye todas las referencias que se han ido
citando en el texto, as como algunas que, si bien no estnexplcitamente citadas, se han consultado y se consideran deinters para el tema.
f) Por ltimo, unos Anexos que constan del texto completo delos Acuerdos de Paz de Dayton, as como de las resolucionesms destacables del Consejo de Implementacin de la Paz. Eneste sentido, aunque ambos documentos se pueden adquirirdirectamente del sitio webde la Oficina del Alto Representanteen Bosnia (http://www.ohr.int), se han incluido en el trabajocon el nico objetivo de facilitar su consulta.
E) FUENTES Y ASPECTOS FORMALES
Las fuentes utilizadas para la elaboracin de la primera parte, en
primer lugar, son de dos t ipos: a) primarias, y b) secundarias. Entre
las primarias destacan numerosos informes elaborados por
organismos como el Comit de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, la
Comisin Europea, el Consejo de la Unin Europea, varias agenciasde Naciones Unidas (PNUD, OCHA, ACNUR, UNRISD), el Banco
Mundial, agencias gubernamentales de cooperacin (DANIDA, SIDA,
USAID), experiencias mixtas (ACCORD , War Torn Socie ties Project,
Comisin Carnegie para la Prevencin de Conflictos Violentos), u
organizaciones cvicas ( OXFAM , Mdicos Sin Fronteras, CARE, Human
Rights Watch), entre otras. En cuanto a las fuentes secundarias,
por su parte, cabe mencionar los anlisis y las aportaciones al
campo de la construccin de la paz y la transformacin de
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conflictos de autores como Edward Azar, John Burton, Adam Curle,
Maire Dugan, Vicen Fisas, Johan Galtung, Rafael Grasa, John Paul
Lederach, Hugh Miall, Oliver Ramsbotham, Paul Wher, o Tom
Woodhouse, entre otros muchos, as como las reflexiones de orden
terico-prctico en torno a la cuestin de la rehabilitacin posblica
en contextos de emergencias polticas complejas elaboradas por
Jean M. Albal-Bertrand, Mary B. Anderson, Nicole Ba ll , Margaret
Buchanan-Smith, Gilles Carbonnier, Cristopher Clapham, Paul
Collier, Stephen Commins, Mark Duffield, Valpy FitzGerald, Tammy
Halevy, Bernard Husson, Cristophe Jean, Mary Kaldor, Krishna
Kumar, Marjorie Lister, Richard Longhurst, Simon Maxwell, Karlos
Prez de Armio, Claire Pirotte, Joanna Raisin, Francisco Rey,
Alexander Ramsbotham, Adam Roberts, Chris Roche, Richard
Rosecrance, Jean Rufin, Kumar Rupesinghe, David Shearer, Jos
Antonio Sanahuja, David Sogge, Frances Stewar t, Matth ias Sti efel o
Patricia Weiss Fagen, tambin entre otros muchos nombres.
Para el estudio de caso, por su parte, se han uti l izado tres t ip os de
fuentes: a) primarias personales; b) primarias documentales, y c)
secundarias. Las primarias personales, en primer lugar, consisten ennumerosas entrevistas con actores varios del conflicto, as como en
experiencias vividas en Bosnia y Hercegovina por parte del autor de
esta investigacin, quien, como ya se ha dicho, form parte de la
estructura internacional responsable de conducir la rehabilitacin
posblica. Las fuentes primarias documentales, en segundo lugar,
incluyen todos aquellos documentos e informes relat ivos a Bosnia y
Hercegovina, elaborados a lo largo de estos aos por parte de
distintos organismos del sistema de Naciones Unidas (Consejo de
Seguridad, Asamblea General, ACNUR, UNMIBH, UNESCO), as
como por la Comisin Europea, el Consejo de la Unin Europea, la
OTAN (IFOR/SFOR), el Banco Mundial, la OSCE, la Oficina del Alto
Representante (OAR), el Consejo de Implementacin de la Paz (PIC),
el Pacto de Estabilidad para el Sureste Europeo, o las numerosas
organizaciones cvicas que l levan aos trabajando en y para Bosnia.
As mismo, se consideran tambin fuentes primarias a las reflexionesde algunos de los principales protagonistas en la gestin
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internacional del conflicto bosnio en sus mltiples dimensiones
como son, por ejemplo, Kofi Annan, Carl Bildt, Boutros Boutros-
Ghali, Richard Holbrooke, Tadeusz Mazoviecki, Jos Mara
Mendiluce, Pauline Neville Jones, Sadako Ogata, David Owen,
Ricardo Prez Casado, Wolfgang Petritsch, Pere Vilanova, Carlos
Westendorp o Warren Zimmerman, entre otros. En cuanto a las
fuentes secundarias, en tercer lugar, se consultaron manuales y
artculos de autores tan relevantes como Xabier Aguirre, Roberto
Belloni, Florian Bieber, David Chandler, Marcus Cox, Laurence
Freedman, James Gow, Roy Gutman, Mary Kaldor, Allan Little,
Patrice C. McMahon, Noel Malcolm, Zarko Papic, Michael Pugh,
David Rieff, Daniel Serwer, Laura Silber, Christophe Solioz, Paul
Stubbs, Carlos Taibo, Andrea Kathryn Talentino, Francisco Veiga,
Nebojsa Vukadinovic o Jon W. Western, as como anlisis de Think
Tankscomo el Euro p e an St ability Initiative(ESI) o el International
Crisis Group (ICG), o algunas agencias de informacin peridica
sobre los Balcanes como Le Courier des Balkans o el Institute for
War and Peace Reporting.
Finalmente, es preciso comentar tambin algunas particularidadesformales en cuanto a la presentacin del trabajo con objeto de
facilitar su lectura y comprensin. De entrada, cada captulo est
estructurado en secciones, apartados y subapartados, siendo la
jerarqua del titulado la que sigue: CAPTULO , SECCIONES ,
Apartados , y Subapartados. En cuanto a las citas, se ha respetado
la lengua original con el fin de conservar al mximo el tono y los
matices de sus autores. Las referencias bibliogrficas, por su parte,
se presentan de acuerdo con el sistema autor-fecha, con objeto de
agilizar la lectura del texto, de modo que las descripciones
completas de los textos referenciados se encuentran al final del
trabajo, en la Bibliografa. Por ltimo, en cuanto a la numeracin de
las pginas se ha optado por una numeracin continua a lo largo de
todo el trabajo aunque, en lo que concierne a las notas a pie de
pgina, stas se reinician en cada captulo para evitar una alta
numeracin que podra entorpecer el proceso de lectura.
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Parte I
(marco conceptual)
TEORA Y PRCTICA DE LA CONSTRUCCIN
DE LA PAZ Y LA REHABILITACIN
POSBLICA
No debemos desesperarnos por la profundidad y magnitud del reto,sino plantearnos la aspiracin humana muchas veces no pronunciada,pero aun as profundamente mantenida: la reconci l iacin es posible.
Se puede construir la casa de la pazLederach (1998: 185).
Mucho ms ti l que el dual ismo vuelto boca abajo es la antigua ideachina del y in/ yang; que cada cosa tiene un lado oscuro y un lado claro;
que eso es normal; que nada es perfectamente bueno ni perfectamentemalo.
El trabajador por la paz propone. Y la mesa redonda disponeJohan Galtung (1998a: 76).
The pessimistic view is that war, l ike slavery, can always bereinvented. The capacity of formal poli t ical insti tutions, primari ly nation-states,to regulate violence has been eroded and we have entered an era of long-term
low-level informal violence, of post-modern warfare. () both this views arecorrect. We cannot assume that ei ther barbarism or civi l i ty is embedded inhuman nature. Whether we can learn to cope with the new wars and veer
towards a more optimistic futuredepends ult imately on our own behaviourMary Kaldor (1999: 152).
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1. La construccin de la paz
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CAPTULO 1. LA CONSTRUCCIN DE LA PAZ EN EL
CONTEXTO DE LA CONFLICTIVIDAD ARMADA DE LA
POSGUERRA FRA
Tal y como suele ocurrir cuando se aborda casi cualquier campo de
las ciencias sociales, tambin en torno a la cuestin de la
construccin de la paz existe una serie de confusiones
terminolgicas y conceptuales que conviene aclarar antes de
adentrarse en el anlisis. As, a lo largo de los tres captulos quecomponen esta primera parte del trabajo, se pretende establecer el
marco conceptual que se utilizar posteriormente al abordar el
estudio de caso. En el presente captulo, concretamente, se
abordan tres debates conceptuales: a) el que tiene que ver con la
habitual confusin que existe entre conflicto, violenciay guerra; b)
el que trata sobre la naturaleza de las guerras actuales y la forma de
analizarlas, y c) el que gira en torno a qu significa la construccin
de la paz en el contexto de posguerra f ra.
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1.1. CONFLICTO , VIO LENCIA Y GUERRA
El hecho de que tanto en la literatura especializada como en los
medios de comunicacin o, incluso, en los discursos polticos, los
conceptos de conflicto, violencia y guerra se utilicen a menudo
como sinnimos es una de las razones que coadyuvan a que tanto el
anlisis como el diseo de polt icas para hacer frente a este t ipo de
situaciones sean a veces errneos, e incluso contraproducentes. Por
ello es pertinente clarificar qu es y qu no es cada uno de estos
conceptos.
En primer lugar, con relacin al conflicto cabe constatar, comohace Rafael Grasa (2001a: 5-6), que existe en la literatura
especializada reciente un elevado grado de consenso sobre lo que
no es el conflicto (ste ya no se percibe, de acuerdo con el
mencionado consenso, como sinnimo de formas violentas de
conducta, ni tiene tampoco connotaciones negativas), pero tambin
acerca de lo que s es el conflicto, el cual se percibe como algo
connatural al ser humano, y, por tanto, como un proceso dinmico
en cuanto que actores diferentes persiguen objetivos cuya
consecucin al unsono, esas personas o grupos consideran
incompatibles por responder a intereses contrapuestos . Asimismo,
existe un amplio acuerdo sobre cmo debe abordarse el
conflicto, tanto para su anlisis como para intervenir con
objeto de resolverlo, gestionarlo y/o transformarlo ; no se trata
de eliminar los conflictos, sino de hacer altamente improbable que
se manifiesten en ellos conductas violentas o disruptoras y,
finalmente, de transformar stas en procesos pacficos de cambio
social.
Vicen Fisas, por su parte, lo explica del siguiente modo:
si asumimos que el conflicto es un proceso interactivo, unaconstruccin social y una creacin humana que puede ser moldeada ysuperada, y que por tanto no discur re por sende ros ce rrados o estancosen los que la fatal idad es inevi tab le , hemos de convenir tambin que lassituaciones conflictivas son tambin depositarias de oportunidades, ylgicamente, de oportunidades positivas, en la medida que la situacinde confl icto sea el detonante de procesos de conciencia, participacin e
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1. La construccin de la paz
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implicacin que transformen una situacin inicial negativa en otra conmayor carga posi t iva (Fisas 1998a: 229).
Es decir, partimos, respecto del tratamiento de conflictos de forma
genrica, de que el verdadero reto consiste en estudiar, comprender
e intervenir en el conflicto con el fin de transformarlo en una
oportunidad positiva.
Son tambin numerosos los autores (Adam Curle, John Burton, Paul
Wher o Johan Galtung) que argumentan que la primera ta rea al
abordar un conflicto consiste en trazar un mapa del mismo y de su
formacin, en que se describan: a) los actores o partes
implicadas, que asumen unas acti tudes determinadas en funcin desu entorno cultural; b) las conductas de dichos actores, conductas
que, a su vez, determinan el proceso, y c) las incompatibilidades
o contradicciones , es decir, las causas que provocan la disputa. A
ese mapa, que en ingls se conoce como tringulo ABC -
attittude/behaviour/contradiction-, lo denominamos aqu tringulo
ACI (actores/conductas/incompatibilidades) (vase grfico 1.1).
Grfico 1.1: El tringulo ACI
Conductas
Actores IncompatibilidadesFuente: Basado en Curle, Burton, Wher, Galtung y otros.
Esta primera aproximacin al conflicto, por su parte, nos da pie a
abordar la descripcin y anlisis del segundo concepto: la
violencia . En este sentido, tal y como plantea Johan Galtung
(1998b: 8), la violencia, como conducta, determina las fases de un
conflicto. Es decir, un conflicto puede dividirse en tres fases: antes
de la violencia, durante la violencia, y despus de la violencia. As
pues, violencia no es igual a conflicto, sino la manifestacin de
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una conducta determinada que persigue resolver las
incompatibilidades por la fuerza. En otras palabras, una
manifestacin de que la transformacin de conflictos en
oportunidades de construccin de paz ha fracasado . As mismo,
Galtung seala que la violencia puede tener, por lo menos, tres
manifestaciones (directa, estructural y cultura l), y que no todas son
siempre visibles (vase grfico 1.2).
Grfico 1.2: El tringulo de las violencias
VISIBLE Violencia directa
INVISIBLE Violencia cultural Violencia estructuralFuente: Galtung (1998a: 15).
De acuerdo con la aproximacin de Galtung, la violencia directa ,
fsica y/o verbal, es visible en forma de conductas (violentas). Pero
como ya se ha dicho, la accin humana no nace de la nada, tiene
races. Galtung seala dos: primero, una cultura de la violencia, que
consiste en la suma de todos los mitos, glorias y traumas que sirven
para justificar la violencia directa (violencia cultural ), y segundo,
la existencia de una determinada estructura represiva, explotadora o
alienadora, y que a su vez provoca injusticias, desigualdades y
privaciones a determinados grupos (violencia estructural ).
En definit iva, puesto que la violencia directa es la manifestacin de
un determinado tipo de conducta, y teniendo en cuenta, en
consecuencia, que lo que se encuentra en la naturaleza humana es
el potencial para la violencia, as como para el amor o el altruismo,
lo relevante en nuestro caso es analizar por qu esta violencia surge
en unos casos y no en otros. Es decir, lo crucial aqu, a nuestro
entender, son las circunstancias que condicionan que la realizacin
de ese potencial sea positivo (transformacin del conflicto,
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1. La construccin de la paz
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construccin de la paz) o negativo (violencia directa, guerra). Por
otra parte, este planteamiento es coherente con el rechazo, cada vez
ms generalizado, a la tesis de que la violencia se encuentra en la
naturaleza humana, y con la aceptacin, tambin creciente, en
torno a otra tesis, la del Manifiesto de Sevilla sobre la Violencia,
segn la cual dado que la guerra no es una fatal idad biolgica, no
parece existir ningn obstculo de naturaleza biolgica que se
oponga inevitablemente a la abolicin de la guerra o de cualquier
otra forma de violencia institucionalizada 1. En consecuencia, si se
acepta que la guerra es, desde esta perspectiva, una invencin
social, tambin es posible, entonces, inventar la paz .
Esto nos lleva, finalmente, a abordar el tercer concepto que nos
ocupa en esta seccin: la guerra . En este sentido, de las mltiples
definiciones que existen, cabe destacar, por su flexibilidad y
amplitud, la de Hedley Bull, quien define guerra como violencia
organizada ejercida por varias unidades polt icas las unas contra las
otras (Bull 1995 [1977]: 178). En concreto, Bull estima que:
1
El Manifiesto fue redactado en 1986 por un equipo internacional de especialistas con ocasin del aointernacional de la paz organizado bajo los auspicios de las Naciones Unidas, y para darle continuacin. El textoconsta de una introduccin, cinco proposiciones y una conclusin. Cada una de las cinco proposiciones revocauna idea falsa que ha servido (y de hecho todava se utiliza a veces) para justificar la guerra y la violencia. Enconcreto, las cinco proposiciones son:1)
Cientficamente es incorrecto decir que no se podr suprimir nunca la guerra porque los animales hacen laguerra, y el hombre es parecido al animal. La idea es falsa, primero, porque los animales no hacen la guerra
y, segundo, porque, a diferencia de ellos, los seres humanos tenemos cultura y podemos hacer que estacultura podemos hacerla evolucionar. Una cultura que ha conocido la guerra en una determinada pocapuede cambiar y vivir en paz con las dems culturas en otra poca.
2) Cientficamente es incorrecto decir que nunca se podr suprimir la guerra porque forma parte de lanaturaleza humana . Las controversias sobre la naturaleza humana no probarn nunca nada, porque lacultura humana nos confiere la capacidad de moldear y transformar nuestra naturaleza de una generacin aotra. Es cierto que los genes que se transmiten, a travs del vulo y el esperma, de padres a hijos influyen ennuestra manera de actuar. Pero tambin lo es que estamos influenciados por una cultura en la que crecemos
y que podemos ser responsables de nuestros actos.3)
Cientficamente es incorrecto decir que no se puede poner fin a la violencia porque las personas y los animalesviolentos viven mejor y tiene ms hijos que los dems. Al contrario, todo indica que el buen vivir estdirectamente relacionado, tanto para los seres humanos como para los animales, con la capacidad decooperar.
4) Cientficamente es incorrecto decir que nuestro cerebro nos conduce a la violencia. El cerebro es una parte delcuerpo, como las piernas y las manos. As, se puede utilizar la cabeza o las manos para tratar bien al prjimo,o para ejercer la violencia. Puesto que el cerebro es un soporte fsico de la inteligencia, nos ofrece laposibilidad de pensar lo que queremos hacer y lo que deberamos hacer. Y puesto que poseemos una granaptitud para aprender, nos es posible inventar nuevas maneras de hacer las cosas.
5)
Cientficamente es incorrecto decir que la guerra es un fenmeno instintivo. Los cientficos ya casi no usan eltrmino instinto, porque no existe un solo aspecto de nuestro comportamiento que est tan determinadoque no pueda ser modificado con el aprendizaje. Desde luego, todos tenemos emociones e impulsos -elmiedo, la ira, el deseo sexual, el hambre-, pero cada uno de nosotros es responsable del modo como losexpresa. En la guerra moderna, las decisiones y las acciones de los generales y soldados no suelen tener uncarcter emocional; los combatientes sencillamente hacen su trabajo, tal y como han aprendido a hacerlo. Alos soldados instruidos para hacer la guerra, y a los pueblos llamados a apoyarlos, se les ensea a odiar y a
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Violence is not war unless it is carried out in the name of a politicalunit. What distinguishes kill ing in war from murder is its vicarious andofficial character, the symbolic responsability of the unit whose agentthe ki l ler i s . Equal ly , v io lence carr ied out in the name of a pol i t ical uni tis not war unless it is directed against another political unit; theviolence employed by the state in the execution of criminals or thesuppresion of pirates does not qualify because it is directed againstindividuals (Bull 1995 [1977]: 178).
De acuerdo con Grasa (2000a: 7-8), la utilidad de esta definicin
estriba en lo siguiente:
1) entronca con la tradicin moderna que considera la guerracomo un fenmeno de naturaleza esencialmente poltica, unmedio que nunca debe considerarse separadamente de suobjetivo. Por decirlo con las dos clebres formulaciones de
Clausewitz, entronca con la idea de que la guerra es lacontinuacin de la polt ica por o tros medios, y es un actode fuerza para imponer la nuestra voluntad al adversario;
2) abarca ms fenmenos que los enfrentamientos blicosinterestatales;
3) subraya que la violencia empleada debe ser colectiva (loque la distingue del conflicto violento sin ms) yorganizada, es decir, orientada a provocar dao a otraspersonas. Es, en suma, mucho ms que uso de la fuerza o
violencia ejercida al azar o sin propsito preciso;4) insiste en el carcter normado, y reglamentado de la
guerra, y, por tanto, en el hecho de que las guerrasconllevan ciertas reglas y costumbres, como por ejemplo elderecho de guerra y el derecho humanitario;
5) establece que sus actores deben ser unidades polticas, esdecir, organizaciones polticas (sean o no Estados) querecurren a la violencia masiva y organizada.
En sntesis, segn esta aproximacin , la guerra presupone violenciaorganizada , de naturaleza social (no simple violencia interpersonal),
focalizada y dirigida (encaminada a lograr ciertos objetivos), a la
que recurren unidades polticas para lograr objetivos o finalidades
formulables en trminos polticos.
temer a un enemigo designado. La cuestin es saber por qu a unos y otros se les forma de este modo yestn condicionados por los responsables polticos y los medios de comunicacin (UNESCO 1992: 10-11).
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No obstante, si bien, como se ha dicho, esta definicin es una de
las ms aceptadas, su margen de interpretacin en cuanto a los
mltiples aspectos presentes en este complejo fenmeno sigue
siendo amplio, lo que la convierte en una definicin poco operativa
para determinados tipos de anlisis. Ello ha motivado que algunos
centros dedicados al estudio y al anlisis de las guerras hayan
optado por proponer y utilizar definiciones ms instrumentales
basadas en indicadores ms o menos cuantificables 2. Se destacan
dos. Una es la de Dan Smith, autor de The State of War and Peace
(SoWaP), para quien guerraes
an open armed conflict, about the state power and/or control of
territory, involving centrally organised fighters and fighting, withcont inui ty between c lashes, causing at least 25 fatal i t ies in a year , in thecontext of a total number of conflict-related deaths of at least severalhundred (Smith 2001: 4).
La segunda es la del De p artment o f Peace and Conflict Res earch de
la Universidad de Uppsala (bajo la direccin de Peter Wallensteen),
para quienes conflicto armadoes
a contested (and stated) incompatibility, which concerns governmentand/or territory, where the use of armed force between two parties, ofwhi ch at least one is the government of a state (whose sovereignty is
internationally recognised or is not disputed by an internationallyrecognised state with previous territorial control), results in at least 25
2Desde que Quincy Wright (1942) y Lewis Fry Richardson empezaran a desarrollar el modelo Correlates of War(COW), pero sobre todo desde que ste fuera reformulado por Singer (1979), dicho modelo se ha convertido en elesfuerzo ms importante de recogida y anlisis de datos sobre conflictos armados sobre la base de distintas
variables independientes (tales como capacidad, formacin de alianzas, importancia diplomtica) teniendo encuenta casos desde 1815. Numerosos investigadores siguen utilizando este mtodo para contabilizar y analizar lasguerras [vanse, por ejemplo, los trabajos de Hensel y McLaughlin (2001); Levy et al.(2001); Sarkees (2000);Sarkees y Singer (2001); Singer y Wallace (1979); Singer (1982 y 1985)]. Sin embargo, en los ltimos quince aosestos datos se han complementado con varios intentos de recoger y analizar datos relativos a las DisputasMilitarizadas Interestados (MIDsegn las siglas en ingls de Military Interstate Disputes). Estos nuevos datos hanpermitido, sobre todo, disear lneas de estudio que expliquen por qu en numerosos casos donde existen
conflictos militarizados stos no llegan a escalar hacia una fase de guerra, y por qu en otros pocos casos s ocurre[vase, por ejemplo, Diehl (2001); Jones, Bremer y Singer (1996)]. Algunos investigadores se han centradoespecialmente en factores como la correlacin entre aspectos medioambientales y conflictos armados (Homer-Dixon 1991, 1994 y 1999) o las diferencias tnicas, religiosas o culturales (Collier 2000; Easterly 1999; Sambanis1999). Finalmente, existen numerosos centros e instituciones que llevan a cabo sus propias lneas de recogida yanlisis de datos sobre conflictos armados. El modelo AKUF de la Universidad de Hamburgo (Conrad y Schlichte2001), el modelo KOSIMO (HIIK) de la Universidad de Heidelberg (Schwank y Rohloff 2001); el Department ofPeace and Conflict Research de la Universidad de Uppsala, en Suecia (Wallensteen y Sollenberg 2001; Gleditsch etal 2001); el Center for International Develop ment and Conflict Management (CICDM), en la Universidad deMaryland (Gurr, Marshall y Khosla 2001); el Programa interdisciplinario de investigacin sobre las violaciones delos Derechos Humanos (PIOOM, segn sus siglas en ingls) en la Universidad de Leiden (Pases Bajos) (Jongman2001); el Atlas sobre el Estado de la Guerra y la Paz (SoWaP) de Dan Smith (Smith 2000 y 2001); el InternationalCrisis Behaviour Projectde Jonathan Wilkinfeld (Wilkinfeld 2001). Algunas aproximaciones ms especficas son lasde Brecke (2001), Leitenberg (2001), Licklider (2001). Asimismo, para una comparacin entre los distintos modelos(tanto con respecto a metodologa como a resultados) vase entre otros a Eberwein y Chojnacki 2001; Gleditsch etal.2001; Jongman 2001; Sarkees y Singer 2001; Smith 2001. Muchos de estos investigadores se reunieron enUppsala en junio de 2001 para contrastar y comparar mtodos. Los documentos que se presentaron y comentaronse puede encontrar en el sitio web del Department o f Peace and Conflict Research(Universidad de Uppsala):http://www.pcr.uu.se.
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battle-related deaths (per year and per incompatibility (Wallensteen ySol lenberg 2000) 3.
Sea como fuere, ni siquiera estos intentos por establecer una
definicin instrumental permiten resolver todas las dudas respecto
de los l mites de lo que es y lo que no es una guerra, a la vez que
genera nuevas preguntas o dudas (como, por ejemplo, por qu el
umbral de 25 muertes?) 4. Por tanto, la reflexin que cabe extraer de
todo ello es que guerra es un concepto tan sumamente dinmico,
complejo e interpretable, que cualquier intento por establecer de
forma arbitraria una definicin cerrada del mismo en un momento
dado debe entenderse como un mero ejercicio de adaptacin del
concepto a un marco instrumental que permita comparar casosdistintos, pero en ningn caso debe tomarse ninguna definicin
como excluyente de otras posibles interpretaciones 5.
En conclusin, cabe rat ificar lo que se di jo al inicio de esta seccin,
es decir, que conflicto, violencia y guerra son tres conceptos no
sinnimos, aunque estn relacionados entre s (vase grfico 1.3).
3Wallensteen y su equipo de la Universidad de Uppsala clasifican los conflictos armados en tres categoras:menor, cuando han muerto entre 25 y 1.000 personas como consecuencia del conflicto armado a lo largo de todoel tiempo que ha durado el enfrentamiento; intermedio, si el nmero de muertes supera el millar, pero no en unmismo ao; mayoro guerracuando se producen ms de 1.000 muertes en un solo ao. As mismo, elaborananualmente dos estudios sobre conflictos armados, uno para el Journal of Peace Research(en el que se clasificanlos conflictos armados de acuerdo con esta triple clasificacin: menores, intermedios y guerras) y el otro para elSIPRI Yearbook (en el que analizan lo que denominan conflictos armados mayores, y que recoge tanto losconflictos de tipo intermedio como las guerras).
4Las diferencias fundamentales entre las aproximaciones de Smith y Uppsala son: (1) a pesar de que ambos
utilizan el umbral de 25 muertes anuales (criterio arbitrario) para incorporar un contexto de tensin con violenciadirecta en la categora de guerra o conflicto armado, mientras el grupo de Uppsala establece tres subcategoras(conflictos armados menores, intermedios o guerras) en funcin de las vctimas mortales, Smith no hace taldistincin; (2) Smith tampoco sigue el criterio utilizado por Uppsala de considerar que para hablar de guerra almenos una de las partes enfrentadas debe ser un actor estatal reconocido como tal; (3) Smith cuestiona tambin elhecho de que Uppsala considere necesario que la incompatibilidad sea manifiesta, ya que considera que ellohace que se excluyan de la definicin episodios como las masacres de Ruanda (1994) y de Srebrenica (1995) (enambos casos Uppsala los consider conflictos armados intermedios, pero no guerras); finalmente (4), el enfoquede Smith tambin permite ser ms rigurosos en cuanto a una supuesta finalizacin del conflicto armado, a la queSmith prefiere referirse como suspensin de las hostilidades. Para una comparacin detallada de ambasdefiniciones vase Smith (2001).
5En definitiva, si bien no existen definiciones perfectas e incuestionables, s existen definiciones ms tiles queotras en funcin de aquello que se pretenda estudiar. As, si el objeto de estudio son las acciones de losgobiernos, entonces la definicin de Uppsala parece ser la ms adecuada. Si en cambio el inters se centra sobrelos grandes conflictos sirven tanto los trabajos que se basan en el modelo Correlates of War (CoW), como los de laUniversidad de Uppsala, como los de Dan Smith (SoWaP). Finalmente, si lo que se quiere es estudiar unaeventual escalada de los conflictos, entonces parece recomendable basarse en Uppsala, no tanto por su definicin,sino porque distingue los tres niveles de conflicto armado (menor, intermedio y guerra).
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Grfico 1.3: Relacin entre conflicto, violencia y guerra
Fuente: Elaboracin propia inspirada en Galtung (1998a: 18). Cabe agradecer
as mismo los comentarios de Rafael Grasa, Vicen Fisas y John Paul Lederach.
De acuerdo con el grfico, los actores que ejercen conductas
violentas (violencia directa, visible) justifican su accin
basndose en la percepcin de incompatibilidades e injusticias
de orden estructural (violencia estructural, invisible o poco
visible), y legitiman sus actos basndose en una determinada
cultura de la violencia (violencia cultural, menos visible o
invisible) . Adems, la violencia directa refuerza la violenciacultural y estructural (y a menudo el dominio de quienes ejercen
estas ltimas), y puede derivar, asimismo, en una guerra . Dicho
esto, el siguiente reto conceptual del captulo consiste en definir el
tipo de conflictos armados de la actualidad.
Violenciadirecta
V o enc a cu tura(legitima la solucinviolenta/ prepara elrecurso a la guerra,preparacin guerra)
V o enc aestructural
(existencia deinjusticias o
desigualdades
extremas)
Incompatibilidad
(contradicciones,motivos de
Conducta(comportamientos,
acciones)
Actores(actitudes,
necesidades,intereses)
Guerra
Pue e ca us ar odesencadenar
Puede manifes tarsecomo o convert i rse
Influye o interactaen
Conflicto(ACI)
Violencia
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1.2. GUERRAS ACTUALES : CONFLICTOS ARMADOS DE TIPO SOCIOINTERNACIONAL
Recientemente viene siendo habitual la utilizacin del concepto
nuevas guerras para referirse a los fenmenos blicos
contemporneos en los que se percibe un cambio de actores, a la
vez que de motivaciones, con relacin a las guerras propias de la
poca de guerra fra. Autores que estn en esta lnea argumental
son, entre otros, Martin van Creveld (1991), Kalevi J.Holsti (1991),
Michael Ignatieff (1999), o Mary Kaldor (1999) 6. Esta ltima, por
ejemplo, escribe en su libro New and Old Warsque stas, las nuevas
guerras, se desarrollan en un contexto de globalizacin y cuyos
actores protagonistas son fundamentalmente:
a d isparate range of d i f ferent types of groups such as parami l i tary uni ts ,local warlords, cr iminal gangs, police forces, mercenary groups and alsoregular armies including breakaway units of regular armies (Kaldor1999; vase tambin Kaldor y Vashee 1997).
As las cosas, se constata cada vez ms que muchos de los
fenmenos a los que denominamos guerrason, de hecho, poco ms
que una depredacin oportunista cometida por simples grupos
irregulares, o incluso bandas, de criminales, fanticos, hooligans,matones y, algunas veces, hasta nios. Ciertamente, el dao
perpetrado por estos grupos (que, como en Yugoslavia, recurren a
menudo a una retrica tnica, nacionalista o religiosa) puede ser
considerable, pero a menudo es difcil de diferenciar de los
crmenes comunes. Por otro lado, es cada vez ms habitual que en
situaciones donde el gobierno es dbil , y part icularmente all donde
existen bienes y recursos exportables, tiendan a surgir grupos de
crimen organizado, siendo a su vez la violencia que ejercen estos
grupos muy parecida a una guerra en el sentido clsico. Todo ello
permite rebatir de pleno la famosa tesis de Samuel Huntington del
Clash of Civilisations(1993 y 1996) al negarse que los actores de las
guerras actuales sean las civilizaciones.
6No obstante, otros autores van incluso ms all y cuestionan de hecho que a estas supuestas nuevas guerrasselas pueda considerar nuevaso incluso guerras. Este es el caso, por ejemplo, de John Mueller para quien: Uponexamination () these forms of conflict are not at all new nor, in many important respects, are they war. Andtheir central dynamic seems far less to involve clashing civilitzacions than clashings thugs (Mueller 2001: 1-2).
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En definitiva, los conflictos armados internacionales de hoy se
parecen ms a los conflictos comunitarios e intercomunitarios
que a los conflictos internacionales de corte tradicional (es
decir, interestatales) .
No obstante, aunque sta es una forma de pensamiento que se est
extendiendo rpidamente, sobre todo a partir del fin de la guerra
fra, lo cierto es que, en los aos setenta, Edward Azar ya apunt
que el factor crtico en los llamados conflictos sociales
prolongados (como por ejemplo el Lbano -su caso de estudio
particular-, Sri Lanka, Filipinas, Irlanda del Norte, Etiopa, Israel,
Sudn, Chipre, Irn, Nigeria o Sudfrica) era que representaban
the prolonged and often violent struggle by communal groups for suchbasic needs as security, recognition and acceptance, fair access topoli t ical insti tutions and economic participation (Azar 1991: 93) 7.
Hugh Miall, Oliver Ramsbotham y Tom Woodhouse (1999: 77-91),
por su parte, adaptaron posteriormente la terminologa de Azar al
contexto actual de posguerra fra y establecieron el concepto de
conflictos sociointernacionales (Inte rnatio nal So cial Conflicts o
ISCs, segn la terminologa en ingls), para aludir a aquellos
conflictos armados contemporneos que no son puramente
internacionales (eso es interestatales) , ni tampoco puramente
sociales (eso es, locales o internos), sino que se encuentran en un
estadio intermedio entre ambos niveles 8.
As pues, el criter io adoptado en es ta investigacin consiste en
utilizar como sinnimos los trminos nuevas guerras y conflictos
armados de tipo sociointernacional, siendo stos, a su vez, un tipo
especfico de conflictos y de violencia.
7Azar es autor de la Teora del Conflicto Social Prolongadoy est fuertemente influenciado por John Burton.
8En opinin de Miall, Ramsbotham y Woodhouse (1999: 76), lo que cabe destacar de Azar es que su anlisis esun intento de sintetizar los paradigmas realista y estructuralista en un marco ms pluralista y, por ende, ms aptopara explicar los modelos actuales de conflicto y violencia. En este sentido, estos tres autores no afirman que sea
Azar el nico que ha analizado la importancia y significacin que tienen, en el marco de los conflictos armados,
las identidades, las ideologas excluyentes, los gobiernos frgiles y autoritarios, y las disputas sobre soberanas. Sinembargo, s lo consideran claramente un pionero de este enfoque, que posteriormente se ha convertido en
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Llegados a este punto, cabe abordar de modo ms especfico la
propia naturaleza de estos conflictos armados y, en especial, el
papel de la comunidad internacional ante este tipo de fenmenos 9.
As pues, se presentan a continuacin: primero, los acto res (y sus
actitudes) en estas guerras; segundo, las causas e incompatibilidades
que motivan el enfrentamiento armado; tercero, la dinmica de la
violencia blica.
1.2.1. Actores y actitudes: preparacin y legitimacin de la
guerra
De acuerdo con el criterio de Paul Wehr (1979), es actor en un
conflicto toda unidad de decisin, directa o indirectamente
implicada en el conflicto, que tenga algn tipo de inters
relacionado con el resultado de la disputa. En este sentido, Wehr
establece los siguientes tipos de actores:
1) Primarios : aquellas partes cuyos intereses son (o seperciben como) incompatibles y que interactan
directamente en la persecucin de sus objetivosrespectivos. All donde las partes en conflicto sean grupos,cada uno de stos puede estar formado a su vez porunidades diversas que difieran ligeramente entre ellas encuanto a implicacin en el conflicto.
2) Secundarios : partes que tienen un inters indirectorelacionado con el resultado de la disputa, pero que no seconsideran a s mismas directamente implicadas en dichadisputa. A medida que el conflicto evoluciona, sin embargo,estos actores pueden pasar a ser primarios, o a la inversa(los primarios pueden convertirse, en algn momento, ensecundarios).
3) Terciarios : aquellos actores que tienen algn inters enque la disputa se solucione de forma satisfactoria, pero que
ortodoxo, y reclaman para este autor y sus ideas un reconocimiento que consideran que no se le ha atribuidosuficientemente.9A efectos prcticos de esta investigacin, se considera comunidad internacional (International Community) alconjunto de agencias multilaterales y bilaterales, organizaciones intergubernamentales (incluidas las NacionesUnidas, la Unin Europea y la OTAN), gobiernos (y agencias de cooperacin de esos gobiernos), organizacionescvicas internacionales (u ONG), medios de comunicacin y, algunas veces, fundaciones o empresas privadasimplicadas en las operaciones de emergencia, rehabilitacin y desarrollo. Por otro lado, algunas veces (sobre todocuando se haga referencia a contextos de emergencias polticas complejas y de rehabilitacin posblica), elconcepto comunidad de donantesse utilizar como sinnimo intercambiable de comunidad internacional .
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no tienen intereses especficos, ni directos ni indirectos,relacionados con el motivo de la disputa.
Si adaptamos este marco de anlisis al tipo especfico de conflictos
que nos ocupa (la conflictividad armada de la posguerra fra), los
dos grupos de actores que nos interesa analizar especialmente son,
sobre todo, los primarios y los secundarios.
As , en cuanto a los primarios, cabe poner de manifiesto que,
mientras las viejas guerras se basaban en estructuras muy
jerarquizadas y verticales, las unidades que protagonizan las guerras
actuales incluyen, adems de las fuerzas armadas, una gran
disparidad de actores y grupos tales como unidades paramilitares,seores de la guerra locales (warlords), bandas criminales, fuerzas
policiales, grupos de mercenarios y unidades de milicias regulares,
incluyendo secesiones de ejrcitos regulares. Todos ellos dirigidos
por lderes (militares o no) que los utilizan para conseguir unos
fines polticos determinados.
No obstante, no todos los actores primarios son protagonistas
directos, tambin debemos incluir en ellos a las vctimas. En estesentido, se constata como cada vez ms el objetivo ltimo de la
violencia es la poblacin civi l (sobre todo mujeres y nios), que se
han convertido en un objetivo militar p er se, y a quienes se
persigue, tortura, viola o masacra por el mero hecho de ser
distintos, de pertenecer a otro grupo, lo que genera el xodo
forzado de miles de personas diariamente, incrementando as las
estadsticas de desplazados y refugiados. As mismo, es preciso
poner de manifiesto que en algunas ocasiones la l nea entre vct ima
y agresor no es t clara, ya que es frecuente que en determinados
contextos, la vctima acte en algn momento como lo hace el
agresor, ya sea por instinto de supervivencia, ya sea por venganza,
ya sea, finalmente, por simple desconocimiento de otras formas de
afrontar las agresiones.
En segundo lugar, adems de los actores directamente implicados enla contienda (primarios), es necesario tener en cuenta a los actores
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secundarios, con intereses indirectos en la disputa, pero cuyos actos
influyen de un modo u otro en la evolucin del conflicto. Entre
estos actores cabe diferenciar los que influyen directamente, ya sea
con mandato (como los agentes de ayuda humanitaria, la diplomacia
internacional o los integrantes de operaciones de paz) o sin l (las
disporas, los grupos con intereses creados, los traficante de
armas), de los que influyen indirectamente a travs de la
transmisin de mensajes o valores (medios de comunicacin).
En suma, en esta investigacin se considerar actores primarios
directos a las partes directamente implicadas y a los agentes de
conductas violentas (actores responsables y combatientes); actores
primarios indirectos a los grupos o personas que sufren las
consecuencias (vctimas directas no combatientes); actores
secundarios directos a aquellos agentes externos con mandato
legtimo y legal (organismos internacionales, fuerzas de
mantenimiento de la paz...), as como a cualquier interviniente en
uno u otro grado (suministradores de armas, aliados, garantes
polticos...) que tienen una relacin explcita y causal con los
actores primarios directos, y actores secundarios indirectos aaquellos transmisores de mensajes acerca del conflicto (es decir,
presentes, pero sin mandato para intervenir, como los medios de
comunicacin).
Por ltimo, al analizar la naturaleza de los actores en un conflicto
cabe tambin tener en cuenta cuestiones como: a) las relaciones de
poder entre esos actores (simtrico/asimtrico); b) quin (y cmo)
asume las funciones de liderazgo de las distintas partes; c) cules
son los objetivos especficos de cada uno de los actores, y d) cul
es el potencial para la creacin de coaliciones entre los distintos
actores. En este sentido, cabe poner de manifiesto que la
responsabil idad principal ante una guerra no es nunca de un grupo
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identitario p e r se, s ino que corresponde sobre todo a los l deres que
la justifican, la legitiman y la promueven 10.
As las cosas, lo determinante para que un grupo identitario (de tipo
cultural, religioso, tnico, poltico o econmico) se convierta en un
actor blico no es la historia compartida, ni las creencias rel igiosas,
ni los mitos comunes, ni otras cuestiones similares p er se, sino el
hecho de que se imponga una percepcin compartida (aunque sta
provenga de la manipulacin ideolgica de sus l deres) de que este
grupo es distinto a los otros grupos de una forma significativa, y
que los otros suponen una amenaza para su seguridad porque, o
bien los perjudican de algn modo, o bien, directamente, los
atacan 11. No obstante, incluso en estas circunstancias es posible
encontrar mentes disidentes que niegan esta victimizacin colectiva
y rechazan, por tanto, alinearse con las tesis de quienes promueven
discursos belicistas a favor de los suyos.
1.2.2. Incompatibilidades (causas de la disputa): la
existencia o percepcin de injusticia y discriminacin
Siguiendo con el anlisis en trminos ACI, y basndonos
nuevamente en Paul Wehr, cabe afirmar que un conflicto se
desarrollar, generalmente, en torno a una serie de cuestiones que
emergern de, o conducirn hacia, una decisin determinada (Wehr
1979). Cada una de estas cuestiones es un motivo de desacuerdo
que debe ser resuelto. As mismo, estos motivos de disputa pueden
tener que ver con hechos y acciones concretas (que molesten a
alguna de las partes), con valores no compartidos, con intereses
contrapuestos, e incluso, con rumores, bulos o mentiras que
generan percepciones totalmente equivocadas.
10Es pertinente mencionar aqu, a modo de ejemplo, los distintos liderazgos que ejercieron, por un lado, NelsonMandela (apostando por construir un futuro que alejara la sociedad sudafricana de la guerra), y por otro SlobodanMilosevic (movilizando a favor de la guerra arguyendo agravios histricos contra el pueblo serbio). Vanse en estesentido, por ejemplo, los ensayos sobre liderazgo recopilados por la Comisin Carnegie (Carnegie Commission onPreventing Deadly Conflict 1998).
11Vase en este sentido el excelente ensayo de Amin Maalouf (1998), Les identites meurtrires.
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As , cabe poner de manifiesto que una de las consecuencias de l
proceso de mundializacin actual (entendiendo ste como la
interconectividad creciente en muchos aspectos a escala mundial), y
en concreto la dimensin econmica del mencionado proceso
(dimensin que se suele conocer como globalizacin ), es que,