Prólogo
Miedo, eso es lo que veo en la cara de Rebecca. Está temblando. Sus
manosseagarranamícon fuerzayapesardeque leaseguroque todosaldrábien,quenadamaloleocurrirá,nomeescucha.Las lágrimasmojan susmejillas yme pongo delante de ella.Con una
mano intento crear cierta distancia entre el peligro que nos acecha ynosotras.Yalavezdoyunpardepasoshaciaatrás,intentandoagrandarlas distancias, esperando cualquier momento, deseando encontrar lamínimaoportunidadparaescapar.Pero un disparo detiene mis movimientos. El estruendo aún martillea
mistímpanos,peromásdolorosomeresultaelllantodeRebecca.Va a por ella, lo sé. Sabe que provocándole elmenor dañome herirá
másquesimelohicieraamí.Nopuedopermitirlo.Tengoqueevitarquemueraymelanzocontralaamenaza.Me enfrento a mi vida, mis miedos e incluso rememoro todos mis
errores.Eshoradehacerlesfrente.Ambos forcejeamos, luchamos ferozmente y el arma acaba
disparándose. Al instante el lugar se inunda con el olor a pólvora y elinconfundiblearomadeóxidoquetanfamiliarmeresultaba.¡Sangre!Unosdelosdosharesultadoherido…pero,¿quién?
1
Sue
DiezdíasantesComoveníasiendohabitualdesde lasúltimassemanas, ladiscusiónde
padre e hija despertó a Sue. Estaba casada con Clark desde hacía cincoaños. Un respetado cirujano del Hospital New York-Presbyterian queenviudó diez años atrás, cuando Rebecca, su hija adolescente de quinceaños,soloteníacincodeedad.Ella y Clark se conocieron cuando trabajaba en una cafetería librería
cercana al centro. No había mañana que Clark no fuese a desayunarmientrasleíaensue-book,algoquesorprendióaSue;eratanextrañovera un reconocido médico no leer periódicos o estar pendiente de lasnoticias.Élnecesitabaesemomentopararelajarseyenfrentarsealdíaqueleesperabaenelhospital.Pocoapocosefueronconociendo.Primerosehicieron amigos, después compartieron sueños, inquietudes, y de esamaneraClarkdescubriómuchosdelostalentosdeSue.OriginariadeLosÁngelessehabíatrasladadoaNuevaYorkañosatrás
para estudiar arte y especializarse en las nuevas tecnologías,convirtiéndoseenunajovenilustradoraquecompaginabasutrabajoenlacafeteríaconlacreacióndeportadasparapequeñaseditorialesytrabajospropios:librosilustradosynovelasgráficas.Casi sin darse cuenta comenzaron las citas, se fueron a vivir juntos y
pocodespuéssecasaron,convirtiéndoseenlamadrastradeRebecca,porentoncesunaniñadulce,tímida,quelaacogiódebuenagana.Incluso hubo un tiempo que la llamaba “mamá” hasta que comenzó a
creceryesevínculoempezóarompersetanrápidocomocaeuncastillodenaipestrasunsoplido.Suenopodíaencontrar larazón.Quizásfueselaedad.Supadreeraun
hombredetreintaysieteaños,ella teníaveinteseis;sindudaeramuchomás joven que lasmadres del resto de sus amigas y en la adolescencia,hastaelmínimodetalleseconvertíaenunacrisisdevidaomuerte.La relación se había enfriado con el tiempo y poco a poco estaba
sucediendolomismoconpadreehija.Tras recoger su cabello en una coleta, ponerse unos leggins y una
sudadera,Suebajóadesayunar.Rebeccaestabadepiejuntoalaislaquedecorabaelcentrodelacocina.
Anteellateníauntazóndecerealesquenodejabadeagitar.Eraunachicaaltaydelgada.Teníalosmismosojosquesupadre,grandesyverdes.Encambio la jovenhabía heredado el cabello rojizoy rizadode sumadre.Vestíavaquerosyunacamisaabotonadadecolorazul.Ibamásrecatadadelohabitual,observóSue,peronoledioimportancia.FrenteaellaestabaClark,atractivo,apesardeestarenfadado.Teníael
cabello rubio oscuro y al igual que su hija, poseía una preciosamiradaverde.Esamañananosehabíaafeitadoyelincipientevelloensombrecíasu mentón. Llevaba vaqueros y una camisa azul por fuera de lospantalones.EntresusmanosteníaunatazadecaféySueestabaseguradequealmenoseralasegundadelamañana.—¿De verdad pensabas que no me enteraría?—preguntó ligeramente
enfadado—.Lasemanapasada faltaste tresdíasaclaseyhassuspendidodosexámenes.Ylopeordetodoesquehasfalsificadomifirmaalegandoqueestabasenfermaconunjustificantefalso.—Noquieroseguirestudiando.Noquierovolveraeseinstituto.¿Note
has parado a pensar que puede que no sea como tú? ¡Prácticamente hasdedicado tu vida al trabajo! No deseo eso. Quiero una vida normal,trabajarenalgocomúneirmedeaquí,deestaciudadydesaparecer.—¿Quéteestápasando?—inquirióClarkcontonopreocupado—.Túno
eresasí.Hasdejadolasclasesdeballet,elperiódico.Siemprehasqueridoserperiodista.¿Sufresacoso,cariño?¿Eseso?Porfavor,cuéntamelo.—¡Porsupuestoqueno!—gritóRebecca—.Noquieroseguirhaciendo
nadamásdeloquehaocupadomitiempohastaahora.Eneseinstanteelpitidodeuncocheinterrumpióladiscusióndepadree
hija.—¿Tengoqueiraclase?—preguntólachica.—No estás enferma, solo tienes quince años. Por supuesto que vas—
lanzó un amargo suspiro—. No hagas esperar a Derek. Él no puedepermitirseloquetúestáshaciendo.Deberíasaprendermásdetunovio.Haconseguido una beca gracias al atletismo. Irá a una gran universidad,estudiaráypodráaspiraraunbuentrabajo.Rebecca no dijo nada. Subió a su habitación para al cabo de unos
segundosbajarymarcharsesintansiquieradespedirse.—¿Quéleestápasando?Noloentiendo.Tienebuenascompañías,nose
droga,porquecréeme,conozcolossíntomasynolohace.—Puede que solo sea una mala racha. Aunque ya no lo recuerdes, la
adolescencia suele ser bastante complicada. Todo se magnifica hastaconvertirseenungranproblema.El hombre sonrió, se acercó a su mujer, la rodeó por la cintura y la
atrajohaciaél.—Esecomentariohacequemesientaunpocomayor.—Bueno,paraquénegarlo.Mientrastútedejabaslavistaenlibrossobre
medicina, yo paseaba mi palmito sobre los pasillos de un institutorebosantedehormonasytestosterona.Clark rió y la besó. Entonces miró su reloj y presuroso se tomó el
últimosorbodecafé.—He de irme. Hoy tengo una gran operación. Escucha, la tutora de
Beccamehacitadoalasdoce,peromevaaserimposibleir.¿Podríaisirtú?—Tranquilo,veysalvavidas.Yointentaréaveriguarquéleocurreatu
hijaparavolveraencarrilarsuvida.Lapareja sedespidióconunbesoySuepusoenmarchasudía.Hacía
dosañosquehabíadejadodetrabajarenlacafetería.PorsupuestoClarklepidióquedejasesutrabajoencuantosecasaron,peroellasenegó.Noleimportabahacermalabares con su tiempopara trabajar, ilustrar, dedicartiempo a sus libros, además de cuidar a su hijastra. Quería seguiraportando dinero a casa —a pesar de que con el sueldo de Clark erasuficiente— pero no le gustaba sentir que dependía económicamente dealguien,muchomenosdeunhombre.Debíatenerpacienciayllegaríaun
día en que cosecharía sus frutos en la ilustración y escritura y lepermitiríanvivirdeello.Asífue.Ganóunconcursodenovelagráficayconeldinerodelpremio,
se permitió dejar de servir mesas, para dedicarse exclusivamente a suverdadera pasión. Desde entonces no había dejado de trabajar. Muchoseran los escritores que deseaban que ella realizase las portadas de susnovelas, algunas editoriales la habían contratado y por supuesto seguíatrabajandoensuspropiashistorias.Elgénerodeterroryfantasíaeransuspreferidos.Leencantabaescapar
de la realidad y adentrarse enmundos donde la vida eramuy diferente.Peroahoranopodíapermitirsefantasear.Comocadamañana,salióacorrerunahora.Vivíanlejosdelaciudad,en
unbarriodecasasconvalladosblancos,unaceradoque llegabahasta lacocheraymuchaszonasverdes.Sueloadmitía.Vivíaenunodeesosbarriosquetantasveceshabíavisto
en decenas de películas. Pero le gustaba.Adoraba la tranquilidad que serespiraba, muy diferente del piso en el Bronx donde vivió al poco detrasladarse a la ciudad, aunque años más tarde su situación económicamejoróylepermitiómudarseaBrooklyn,dondevivióhastacasarseconClark.Su rutina diaria se interrumpió cuando el relojmarcó las once.Debía
estar en el instituto a las doce y dejó a medias el trabajo que estabarealizandoparaprepararse.Trasducharse,secósuscabellos.Teníaelpeloporloshombros,castaño
contonalidadesenmielyondulado.Eligióunosfinospantalonesdelinoblanco y un jersey rosa con cuello de pico. Dio algo de color a susmejillas,aplicórímelasuspestañaslograndoresaltarmuchomássusojosverdesycondujohaciaelcentro.Rebecca asistía al High School Styles. Sue sabía que el instituto
anteriormenterecibíaotronombre,perosecambióporeldeAlisaStyles,bailarinaqueseformóenlaescuela.Erareconocidamundialmente,hastasirviódeinspiraciónparaRebecca,peroAlisafallecióenunaccidentedetráfico. La tragedia hizo que el profesorado le brindara un homenajeponiéndoleelnombrealcentro.Trastreintaminutosdeconducción,Suellegóasudestino.Aparcó,yal
instanteescuchóeltimbrequeindicabaelcambiodeclase.Nopudoevitarlanzarungruñidodeprotesta.Aligualqueamuchaspersonas,elperiodo
delinstitutonoerasupreferido.Mientrascaminabaendirecciónasecretaría,contemplóqueapesarde
losaños lascosasnoeranmuydiferentesacuandoellaestudiaba.Habíaanimadoras, chicos del equipo de baloncesto mostrando orgullosos suschaquetas,gruposdemarginadosqueseapoyabanentreellos, aunque lagran mayoría compartían algo en común. Tenían la vista pegada a losmóviles. Muchos estarían riéndose de algún video en la red ocompartiendo cotilleos de sus compañeros. Pero la mayoría estaríachateando con algún compañero que posiblemente no estaría ni a diezmetrosyenlugardehablarcaraacaralohacíanatravésdeunapantalla.Sue lanzóunamargo suspiro.Comprendía la importanciade las redes
sociales y como estas eran de utilidad en muchas circunstancias, peroaborrecíaquesehubieranconvertidoenunobstáculoenlacomunicacióndirecta.—¡SeñoraKenyon!—escuchóasuespaldaycuandosegiróseencontró
con Tyler, el mejor amigo de Rebecca. Era un joven un pocoindisciplinadoquesiemprehacíaloquequería.Erainteligenteygentil,apesar de que vistiera de manera chulesca intentando aparentar ser másduro de lo que en realidad era—. ¿Qué hace aquí? ¿Se encuentra bienBecca?—Cuando me llamas señora hace que me sienta realmente mayor —
añadióSue,lograndoarrancarleunasonrisaalchico—.Sututoranoshahechollamarparahablardesuscambios.—Últimamente parece que esté con el síndrome menstrual
constantemente.—Esecomentariopuedehacerquealgunaschicastecojanmástirriade
lohabitual,asíquecontrolaesabocayloquedices.Tylerasintióysugestosevolviómásserio.Eraunchicoguapo.Muy
altoydeporteatlético.Teníaelcabellolargo,castaño,ylecaíaenondashastalaalturadeloshombros.Susojoseranmarronesyunadesuscejasestabapartidadebidoaunacicatriz.—Sue…—añadió cabizbajo. Estabamuy serio y a ella le pareció que
cuandolallamabaporsunombredepilaerapeorquecuandolallamabaseñora—.AlgolesucedeaBecca.Noséquées,últimamentecasinoselepuedehablarydeambulaporlospasilloscomounzombie.Noshaalejadoatodosdesualrededorycuandointentamosacercarnos,dealgunamaneranosrechaza.
—Losé.Clarkyyotambiénhemosnotadocomportamientosextrañosenella, aunque mi marido asegura que no se está drogando. Es médico yconoce los síntomas de antemano—confesó, pero como esperaba, suspalabrasnoapaciguaronalchico—.TranquiloTy,averiguaréquépasa.Más inquieta por los comentarios del mejor amigo de Rebecca, se
dirigió al despacho de la tutora. Allí escuchó atentamente. Variosprofesores se habían quejado de la bajada de notas de su hijastra, sucontinuadistracciónenclaseademásdelaescasaparticipación.Noerapropiode ella, el profesorado lo sabíay tambiénSue.Aun así
hizo algo por Rebecca y cuando la maestra le mostró los justificantesfirmadosporlapropiaadolescentedondehabíafalsificadolafirmadesupadre,elladijoquenoeranfalsoscomopensabanyqueenefectohabíaestadoenferma.Gracias aDiosClark no había dicho nada por teléfono respecto a ese
temayhabíasalvadoaBeccadelaexpulsión.Trasgarantizarqueobservaríandecercaalachica,sedespidiódeellay
cuálfuesusorpresaalencontrarseaDerekenelpasillo.Vestíalaropadelequipodeatletismoeibasudado.Eraunjovendeporteatlético;saltabaalavistaquecuidabamuchoelfísicoydedicabahorasalgimnasio.Teníaelcabellomorenoycorto;susojos tambiéneranoscuros,yreconocíaqueeraguapo.No leextrañabaqueBeccaestuvieseenamoradadeély fueraunodeloschicosmáspopularesdelcentro.—¡Señora Kenyon! —exclamó sorprendido, arrancando un suspiro a
Sue.Eramejor que se fuera acostumbrando a que la llamaran señora, apesardesucortaedad—.¿Sucedealgo?¿EstábienRebecca?—No lo sé —confesó inquieta—. Estamos algo preocupados por su
comportamiento.¿Túnosabesquélepuedeestarpasando?Supadreyyohemosdescartadodrogas,peroaunasí…—Puedequedejarelballetlehayaafectadomásdeloqueadmite.Enfin,
era su pasión, pero había alcanzado su límite y decidió dejarlo antes dehacerelridículo.—¿Quéquieresdecir?—Bueno, las chicas nuevas le estaban comiendo terreno. Se sentía
bastante avergonzada al respecto y prefirió tirar la toalla antes que serhumillada. Esas chicas habían empezado a bailar mucho antes que ella,teníanmáspráctica,másflexibilidadylosdossabemosloperfeccionistaque es Rebecca. Y después de todos los logros que había conseguido,
prefiriódejarlocuandoestabaenloalto,quetiradaporelfangodebidoaunasmocosas—hizounabrevepausaalavezquemirabasureloj—.LosientoseñoraKenyon,solotengounosminutosantesdelasiguienteclaseyhededucharme.Porcierto,¿estáRebeccacastigada?Meencantaríaqueestudiásemos juntos esta noche. Le prometo ser una buena influencia eintentarhacerleverloserroresqueestácometiendo.—¡Hablaréconsupadre!—leprometióypocodespuéssonóel timbre
deliniciodeclase.Sue se dirigió a la puerta.La portada de un libro amedio terminar le
esperaba en casa. Pero no podía irse sin más. Tenía que averiguar quésucedíaycaminóalaescueladebailedelcentro.Para su sorpresa encontró allí aRebecca.No sabía si eraporque tenía
alguna hora libre o porque de nuevo se había saltado alguna clase,últimamente,conellatodoeraunmisterio.Aunasí,laobservóensilencio.Siempre le gustó verla bailar; mover sus brazos con gracia, saltardesafiandolasleyesdelagravedadysosteniendotodosupesosobrelaspuntasdesuspies.Mientrasdanzaba,surostroestabaencalma,sereno.Erafeliz,losabíay
noentendíaporquéhabíadejadoaquelloquetantolegustaba.Quizáslaspalabras de Derek fueran ciertas; es triste ser devorada por las nuevasgeneraciones,peroRebeccaseengrandecíaconlosretos,noalcontrarioysiempresequejabadenoencontrarbailarinastancapacitadascomoellasenelcentro.Enesemomento lachicagirabasobresímisma,unayotravez,unay
otravez.Manteniéndosefirme,hastaquetropezó,ycayóalsuelolanzandoungemidoyagarrándosealpie.—¿Estásbien?—seinteresóSue.—¿Quéhacesaquí?—fuelarespuestadeRebecca.Sutonosonóserio,
conbrusquedad.—Terecuerdoquetututorahacitadoatupadre.Élnohapodidovenir
—leexplicómientrastomabaasientofrenteaella—.Noteexpulsarán.Lehedichoquelosjustificanteseranrealesyestabasenfermaesosdías.—¡No deberías haber hecho eso!—exclamó enfadada, poniéndose en
pie,peroSue tiródesubrazoy laobligóasentarsedenuevo—.Queríaque me echasen. No quiero volver aquí nunca más y encontraré otramaneradelograrlo.—¿Esciertoquehasdejadoelballetporquetesientesempequeñecerpor
lasnuevaschicasquedanzancontigo?—¿¡Qué!?—preguntóconlosojosmuyabiertos.—Me he encontrado a Derek en el pasillo y es lo que me ha dicho.
¡Escúchame!—ledijo tomándolade labarbillacuandoevitabamirarlaalacara—.Alolargodelavidateencontrarásmuchasadversidades,perosideverdadtegustaloquehaces,lucharásporello,sinimportanteloquehaya en juego. Mira, quiero enseñarte algo—continuó a la vez que sesubíalamangadelbrazoderecho,dejandoaldescubiertounagrancicatrizquelellegabadesdelamuñecahastaelcodo—.Séquesabesquemehiceeste corte en el accidente de tráfico que tuve hace años, pero lo queignorasfueronlassecuelas.Durantemuchotiempofuiincapazdesostenerun lápiz. ¿Sabes lo que significó eso para mí? ¿Renunciar a dibujar, aexpresarme? Pero no me rendí. Pasé incontables horas haciendorehabilitación y al final todomi esfuerzo valió la pena, porque volví ahacer lo que me gustaba. Es cierto que me cuesta más, no puedo estartantashorascomoantes,perohagoloquemehacefeliz—hizounabrevepausa—.Becca,atitegustabailar,siguehaciéndolo.Nopiensesenserlamejor,soloenpasarlobienyserfeliz.—Noquieroescuchartussentimentalesconsejos.Nosoycomotú,sino
puedo ser la mejor, prefiero no ser nada. No puedo conformarme conmenos, así que ahórrate la saliva.Noeresmimadre.Noquieroquemeayudescontuexperienciaaafrontarmisproblemas.Suesepusoenpieylelanzóunamiradaalachica.—Sicreesquemehierescontuspalabras,estásmuyequivocada,perosi
asíaliviastudolor.¡Hazlo!Insúltame,búrlatedemí.Yanosoyunaniña,Rebecca,ypuedo soportar todas esasnimiedades.Pero tediréunacosa.Hayalgoqueelserhumanonoseperdonayesnoserunomismo.Ynohay nadamás triste que estar enfadado todo el tiempo—se dirigió a lapuerta, pero antes se volvió de nuevo a su hijastra—.Vederecha a casadespuésdeclase.Estáscastigada.—¡Pero he quedado conDerek para estudiar! Se lo prometí. Íbamos a
pasartodalatardejuntos.—Estoy segura de que lo entenderá. No te retrases o iré a buscarte a
dondeseaytetraeréacasa.Sindecirnadamás,Suesiguióconsudíaadía.Regresóacasaysepuso
cómoda.Trastomarunatazadeté,tomóasientofrentealordenadoryconhorror observó que tenía cinco correos electrónicos sin leer. Estaba
seguradequetodoserandesueditorial.Llevabadosdíasderetrasoysinoseponíalaspilaspronto,tendríaproblemas.Evitarlosnoibaaservirdenadaehizo“clic”enlabandejadeentrada.
En efecto, dos correos eran de la editorial.Otros dos de escritores quepedíantrabajosyunodesconocido.Primero leyó los de las editoriales. Respiró aliviada. No expresaban
malestar por su retraso, sino que le informaban de otros posiblesencargossisuagendaselopermitía.Trasaceptarlostrabajosyresponderalosescritoresconlosqueyahabíatrabajadoenotrasocasiones,leyóeldesconocido,queademásnollevabaasunto.Alabrirlo,loprimeroqueviofueunafotosuyadehacíaunaño.Estaba
enunalibreríapresentandosuúltimanovelagráfica.Estabafeliz,radiante,encompañíadeunorgullosoClarkyunarisueñaRebecca.Alfinaldelafotofigurabauntexto:Teheencontrado
2
Sue
La mano derecha de Sue comenzó a temblar al leer tales palabras.
Asustadasepusoenpie,alejándosedelordenador,comosiestefueraungranpeligroyconesaacciónpudieraescapar.Aterradacaminóatrásydiovariasvueltasporlahabitaciónpensandoen
quéibaahacerapartirdeahora.Unaspalabrasyunafotoyyalecostabarespirar.Ademássentíalosojosarderyfuriosadiounapatadaalaparedparafinalmenteapoyarlaespaldaenellaydejarsecaerhastaelsuelo.No supo cuánto tiempo permaneció ahí, aterrada porque su pasado la
hubieravueltoaalcanzar,hastaqueunavozlatrajodevuelta.—¡¿Sue?!—susurróRebecca.Había perdido la noción del tiempo y la palidez en el rostro de su
hijastra le hizo saber el mal aspecto que representaba. Rápidamente sepuso en pie y se dirigió al ordenador. No quería que Rebecca viera elmensaje,porloqueapagóelmonitor.—Seme ha pasado por completo la hora. Cámbiate y comeremos en
unosminutos.Durante un instante Sue vio como los labios de Becca se abrían
dispuestos a formular una pregunta e interesarse por qué la habíaencontrado tan asustada, pero no lo hizo. Sin duda la adolescente había
cambiadoyyanosepreocupabaporlosdemáscomosiemprehabíahechoyúnicamenteasintió.Yaasolas,Sueencendióelmonitore imprimióunacopiadelmensaje
paradespuésguardareloriginalensucuentadecorreo.Algoledecíaensuinteriorqueestenoibaaserelúnicomensajequerecibiría.Mástardecomíanunaensaladadepastaenlacocina.Estabanensilencio,
aunque la tranquilidad se rompía en ocasiones con el pitido de algúnmensajeque lachicarecibíaensumóvil.Al instante tomabael teléfono,respondíayvolvíaadevorarlacomidaconrapidez.Así continuamente.Sue estabamásque cansadadel sonido, por loque
alcanzó el aparato y lo guardó en un cajón, ganándose una mirada dedesprecio.—Sabes que tu padre detesta que estés pendiente del teléfonomientras
comemos—añadióconlavistaensucomida—.Yaunqueélnoestéaquí,respetarássusnormas.—No estaría tan pendiente de mi vida social si no fuera porque me
habéiscastigado.Derekmeibaaayudar.Esloquequeréis,¿no?Queseacomoél.Asíquedejaquevayaasucasaparaestudiaryponermealdíaconlastareas.—Becca,podrásengañaratupadretodoloquequieras,peronoamí.Si
te dejo ir a casa deDerek acabarás haciendo cualquier otra cosamenosestudiar,asíquemenosprotestarycomeencondiciones.—¡Nopaguesconmigotuenfadoporloqueseaquetehayapasado!—
refunfuñó Rebecca poniéndose en pie y lanzando la servilleta a laencimera—.Séquehasestadollorando,loviencuantoteencontréentuestudio. ¿Por qué no nos haces un favor a mi padre y a mí y dejas tutrabajo?—¿Quéquieresdecir?—preguntóSueapartando lacomida.Suapetito
había desaparecido—. Espero que seas lo suficiente valiente como pararesponderamipregunta.DuranteuninstanteRebeccavaciló.Semordióellabio.Noibaahablar,
peroalescucharquesuteléfonorecibíamensajessinparar,prosiguió.—Siempre te derrumbas cuando recibes críticas aplastantes pensando
queconesonovolveránacontratarte. ¡Abre losojos,Sue!Estáscasadaconuncirujano. ¡Todounchollo!Hazcomo lasdemásmujerescasadas
conmédicos y pásate el día parloteando y en el spa. Vive demi padrecomo las demás zorras que están casadas con hombres adinerados tantontoscomoél.Tras sus palabras abrió el cajón, tomó el teléfono y se dirigió a su
habitación. Al instante escuchó el fuerte portazo de la puerta de sudormitorio.Sue se había quedado sin palabras. No podía creer lo que Rebecca le
había dicho.Era cierto que enmuchas ocasiones se entristecía al ver sutrabajo despreciado y eran Clark y Becca quienes le animaban. Pero lodemás,lasuperficialidadconlaqueveíasumatrimonioconsupadre,esosílehabíadolido.Traslanzarunamargosuspiro,recogiólacocina.Despuésdeesosiguió
coneltrabajo.Novolvióapensarenele-mail.Nopodíapermitirseellujodehacerloytrasacabarlaportadaenlaqueestabatrabajando,escribióunmensajeaClark.Noestaréparalacena.Voyafisioterapia.Esperonollegarmuytarde.Tequiero.Agotadasemasajeólamanoderecha.Sehabíaesforzadodemasiadoen
elúltimoencargoparaterminarloapuntoyesoteníasusconsecuencias.Lamanoquemássufriótraselaccidenteleestabadandoproblemasyunbuenmasajelevendríabien.Unavez lista sedirigióa lahabitacióndeRebecca.Comoesperabano
recibiórespuestaalgunaasullamada,porloqueabriólapuerta.Encontró a la chica tirada en la cama, con el portátil y los cascos
puestos.Nodejabadeescribirysentíainterrumpirsuconcentración.Algoensu intencióndeartista ledecíaquenoestaba tecleandoun trabajodelinstituto,sinoqueestabaescribiendo.Lonotabaensurostro,lacalmaquetrasmitíayalavezlaausenciaqueveíaenél.Comosinoestuvieraenestemundo, sino en otro, en la historia que estaba trazando en el ordenadorconlaescritura.—Voyasalir.Túpadreestaráalllegar.Nomeesperéisparacenar.Rebecca se había echado hacia atrás los cascos. La había escuchado,
asentidoyahoralamirabafijamente.—Novoyadecirnadadelodeantessiesloquetepreocupa—añadió
Sue.Yobservócomolachicatragabasaliva.Estabaseguradequeteníaun
nudoenlagarganta,quesentíahaberlehechodaño,perosuorgullonoibaapermitirpedirleperdón—.Notemolestomás.Sigueescribiendo.Cerrólapuerta,semarchóalrecibidorytomólasllavesdesuvehículo.
Esperabaque tras la sesióndemasaje su resentidocuerpo se encontrasemejor.Tres horasmás tarde Sue regresaba a casa. Aparcó en el camino que
llegabaalacochera,lacualsecomunicabaconlacasa.Unavezcerróelvehículo sedirigió a la entradade la viviendabuscando en subolso lasllavesyapesardeencontrarseenelexterior,yaescuchabalosgritosdepadreehija.Cuando entró se dirigió al salón, una estancia situada a la derecha
decoradaconunagranmesaentonopinoqueutilizabanparacenartodosjuntos y en otra punta, un sofá en forma de L frente a una mesa contelevisor.ClarkyRebeccaestabandepie,acadaladodelamesa.Élteníaen su mano el teléfono de la chica, que no dejaba de sonar. Ella teníalágrimasenlosojosyelrostrodescompuesto.—¡EsDerek!Estápreocupadopormí.Déjamehablarconél.—¡Telohedichocientosdeveces!Lacenaesparaqueestemosjuntosy
hablemos.Prácticamenteeselúnicomomentodeldíaenelquenosvemos.—¡Noquierocomer!—gritólajovenalavezquetirabalosplatosdela
mesa.Clarksequedósinhabla.Nuncahabíavistounaactitudtanviolentaensu
hija.¿Quédemoniosleestabapasando?¿Porquéactuabaasí?—¡Devuélvememiteléfono!—exigiódescompuesta.EneseinstanteintervinoSue.LequitóaClarkeldichosoaparatoyselo
devolvió.—Atúhabitación.Túyyohablaremosmástarde.Sorbiéndoselanariz,Rebeccaasintióalavezquerespondíalallamada
deDerek.Mientrassubíalaescaleraleescucharondecir:—El gilipollas de mi padre me lo había quitado. No he podido
responderteantes.EsaspalabrasenfadaronaClarkeibaairtrassuhija,perolamanode
Sueledetuvo.—¿Quéestoyhaciendomal,Sue?Dímelo—lerogó—.¿Esporquepaso
mucho tiempo fuera? Si es así… puedo cambiar de hospital, dejar deoperarydedicarmesoloaveralospacientes.—Cariño,tieneslahabilidaddesalvarvidas,asíquehazlo.SobreBecca,
aunqueahora está enuna fasequeno le caigomuybien,dejaquehableconella.Esposiblequeconmigoseabramásquecontigo.—¡Odiolasnuevastecnologías!Esunanuevaadición.Mihijaesadictaa
esaporquería.Yaunqueteparezcaextraño,yahayexpertosquesededicana desintoxicar a gente comoBecca. Tengo un amigo en el hospital quesabemásdeltema—añadiónerviosomientrasaccedíaalteléfono—.Voyallamarleaverquémecuenta.Soloseránunosminutos,ahorarecojoestedesastre.DuranteuninstanteSuenodijonada.VioaClarkdirigirsealestudioque
él tenía en la planta baja y ella fue a la cocina a recoger el cepillo y elcogedor.Aunqueantesechóunvistazoa lacomidaquesumaridohabíapreparado:pastarellenadecarne.Supreferida.LanzóunamargosuspiroysubióalahabitacióndeRebecca.Sedispuso
a llamar a la puerta, pero no lo hizo. A través de esta escuchó comodiscutíaconDerekynoeraelmomentoparadarleunsermón.BajóalsalónyencontróaClarkrecogiendoeldestrozo.—Miamigoconoceaunprofesionalquepuedeorientarnosunpocomás
sobre todo loque le pasa aRebecca.Nos concertaráuna cita e imaginoque querrá verla y hablar con ella detenidamente. Estoy seguro de queacabaráenuncentroespecializadoparaestaadicciónelectrónica,perosiconello recuperoamihija, créeme,voyahacer todo loquemedigan.Aunquedebaingresarlaenalgúnlugarespecial.—Creoque a ella le pasaotra cosa…—interrumpióSue—.Tedoy la
razónenladependenciaquetienehaciasuteléfono,perohayotrascosas.Faltadeapetito,pérdidadeinterésensusaficionesy,¿tehasfijadoensuformadevestirúltimamente?—Yolaveobastantenormal—interrumpióelhombre.—¡Clark!Noséquiénvamásrecatada,siellaounamonja.—Estecambionomedesagrada—añadiócaminandohacia lacocinay
echandoloscristalesenlapapelera.Algirarseseencontróasumujerdebrazoscruzados—.¡¿Qué?!Hesidounadolescenteyquemihijavayaaclaseconfaldasquenosediferenciandeuncinturónanchoypintorreada,pues no me hace gracia. Por mí perfecto que vista vaqueros y camisasabotonadashastaelcuello.
—Sabesqué,¡mevoyadormir!Estoycansada.Hasidoundíamuylargoynohaterminadonadabien.Más tarde, la pareja se relajaba unos minutos leyendo un buen libro,
hastaqueelsueñolesvenció.Tendríantodalamañanasiguienteparaestarjuntos,yaqueClarkteníaguardiaenelhospitaldurantelanoche.A ambos les despertó un fuerte estruendo. Provenía de la puerta de la
vivienda y cuandomiraron la hora, ambos sabían queRebecca se habíamarchadoyaprovechandosuausencia,Sueseacurrucójuntoalcuerpodesumaridoyalinstantesusmanoscomenzaronaacariciarelcuerpodesumujerconcariño.Eltimbredeliniciosonó,aunqueRebeccanoestabaenclasedelengua,
queera su siguienteasignatura, sinoenelbaño.Sus temblorosasmanossosteníanuntestdeembarazoysuplicantesusurrabaquedieranegativo.—¡Por favor, por favor, por favor! —rogó con los ojos cerrados,
sintiendo como una pequeña lágrima se deslizaba por su mejilla. Yahabíanpasado cincominutos. Sin dudadebía tener los resultados, y traslanzarun largo suspiro, abrió losojos—. ¡Negativo!—añadió.Lomiróhastaunadecenadeveceseinclusoleyóelprospectoparaversiestabaenlociertoynohabíadudas.¡Eranegativo!Trasarrojarloa labasurasalióyseenfrentóasu reflejoenelespejo.
Estaba pálida, ojerosa y más delgada. Además no había dormido bien,aunquealmenosyasabíaquenoestabaembarazada.Mientras tomaba sumochila no podía dejar de pensar enDerek. ¿Tan
difícil le era utilizar precauciones? Ella siempre llevaba preservativos,peroDerekera incapazdecontrolarsupasión,ycuandolefrenabapararecordarlequeaúnnoestabanusandomedios,sehabíapuestohechounafuriaconellaydebíasoportarsumalhumoreindiferenciadurantehoraseinclusodías.Y cada vez que le tocaba su periodo y se retrasaba aunque fuera unos
días, se ponía enferma.Volvió a suspirar y al ver que todavía quedabanmás de cuarenta minutos para la siguiente clase, decidió aprovechar eltiempo. Se puso unos leggins, una camisa de tirantes y corrió hacia elsalóndebaile.Sindudalashorasdeclaseeranlasmejores.Todoestabaensilencioy
porsupuestocontabacontodalapistaparaella.Traslanzarsumochilaaunlado,comenzóconalgunosentrenamientos
de calentamiento, pero su concentración se interrumpió cuando escuchóque lapuertadel aula seabríay secerrababruscamente.AlmirarvioaTylerquelaobservabaembobado.—Penséqueestarías expulsada.Teestásganandounamala reputación,
Rebby—dijo, apodándola Rebby, como hacía cuando eran niños—. Lahijadelmédicohafalsificadosufirma.—¡Márchate, Ty! —protestó, a la vez que seguía calentando. Llevaba
horasesperandopisarlasaladelbaileynoqueríaquenadieleprivasedesumomento—.Niquetúnolohubierashechonunca.—Yo al menos tenía buenas razones —respondió. Se colocó tras
Rebeccaylalevantócondelicadezacuandoellateníalosbrazosalzados,peroellaseremovióobligandoasoltarla—.¡Podríashabertehechodaño!¿Quépasa?—preguntóconlosbrazosenjarras—.¿Ahoraquesalesconlaestrelladeatletismosoloéltepuedeayudarahacerlosejerciciosenlosquenecesitasunbailarín?—quisosaber.Peronoesperóaquerespondiera—.Antesnoteimportabaqueyopasaseunmalratocontaldeayudarteensaltosyasímejorarparaconvertirteenunagranbailarina.Aunqueahoranosédóndehanquedadotusaspiraciones.Rebecca miró a la puerta. Era doble y una de ellas tenía un pequeño
cuadradoconcristalqueservíaparaobservarel interiordelaula.Alverquenadielescontemplaba,sedirigióasuamigo.—Tienesrazón,hesidoimprudente.Hepodidohacermedaño.Suspalabras llegabandemasiado tarde.Elmuchachoya sedirigía a la
salida.—OyeTy,¿teapetecehacerunDirtyDancing?—preguntó,obteniendo
suobjetivo,Tylersedetuvo.Cuandonombraba “hacer unDirtyDancing” se refería a interpretar la
escenadelbailefinal,cuandoellacorre,saltayéllasostieneenelaire.ATylerleencantabahacerloyporsupuestotambiénaRebecca.—Deacuerdo—accedióél—.Perosolo lohagoporquemantenerteen
elaireunossegundosequivaleacasiunatardeenelgimnasio.—¡Muygracioso!—añadiósonriendocomonohacíaentiempo.Se preparó, caminó hacia atrás, tomó aire y empezó a correr para
cuando se encontraba a escasa distancia de Tyler, saltar. Él la tomó enbrazosylaalzó.Enelaire,Rebeccamantuvolaposturarecta,sinvacilar,
disfrutandodelmomento,delcontroldesucuerpo.Entonces Tyler comenzó a balancearse. Cayó hacia atrás, con ella
encima.—¿Sepuedesaberquéhaces?—preguntó,molesta,levantándoseaprisa
—. Lo has hecho aposta. Te has dejado caer —gruñó con los brazoscruzados.—Vamos Rebby, sabes que lo he hecho en otras ocasiones. Hubo un
momentoenqueeradivertido.—Sí y dejamos de hacerlo cuando comenzaste a salir con Sophia.Me
diste de lado, ¿recuerdas? Ella se ponía celosa y lo entiendo. ¡Tengonovio!Siseenteradequemehetiradoencimadeti…—Hasidounaccidente…soloqueríarememorarlosviejostiempos—
añadióacercándoseaella.Hizoamagodeacariciarlelamejilla,peroellase alejó—. Salir con Sophia fue el peor error de mi vida. Estabasenamoradademíynolovi.—MedesenamoréyconocíaDerek.¡Minovio!—Sí,tunovioyuncapullo—confesóyalverelgestomohíndelachica
no desaparecía, se dio por vencido—. Vale, daremos por terminado laclasedehoy.¿Esperoquenoteimportequevayaamear?MientrasTyler sedirigía al bañode la sala,Rebecca caminóhacia las
barrasparahacerotroejercicio.DenuevosutrabajofueinterrumpidoporelfuerteportazoyDerekentró.Tylerrefunfuñabamientrasselavabalasmanos.Duranteunossegundos
había vuelto a acercarse a Rebecca y lo había echado a perder por unabroma.Eraimbécil.Noteníadudadeello.Queríarecuperarasuamigayloúnicoqueestabahaciendoeraalejarla.Eneseinstantesuspensamientosseinterrumpieronporunfuertegolpe
provenientedelasala.LosdelicadosdedosdeClarksedeslizaronporelvientredeSue,quien
en ocasiones reía debido a las cosquillas que le arrancaba. Aunque losdedosdesumaridonolaestabanacariciando,sinotocandolascicatricesdesuestómago.Aligualquesumanoderecha,tambiénsufriólesionesenel accidente de hace unos años, donde parte de su cuerpo se vieron
afectadas.—Hevistocicatricesdetodotipo,hesanadomilesynopuedoentender
enquéclasedeaccidentetevisteinvolucradaparaestaslesiones.Parecenhechasporuncuchillo.—Fui acuchillada por la chapa del vehículo.Era un coche antiguo, no
comolosdeahora…—Si no fuera porqueme has dicho una y otra vez que te saliste de la
carretera,juraríaqueteapuñalaron.LaconversaciónsobrelascicatricesdeSueseviointerrumpidacuando
sonóelteléfonodelamujer.Almirarlapantallaobservóquelallamabandelinstitutoyloatendióenseguida.—Soy Sue, la madrastra de Rebecca —añadió nerviosa. Tras unos
segundosvolvióahablar—.Deacuerdo,enseguidaestamosahí.—¿Qué ocurre? —se interesó Clark, observando como su mujer se
poníaenpieycomenzabaavestirse.—EsRebecca.Hatenidounaccidente.
3
Sue
ASuelecostabaseguirelpasodeClark,quecaminabapresurosoporel
pasillo del instituto hacia la oficina de la directora. Tras la llamadarecibidahacíapocomásdemediahora,Clarkhabíavueltoallamarparasaber lo sucedido, pero no le habían contado nada por teléfono, ya quepreferíanquesepresentaseenpersona.Finalmente llegaron a la sala y al abrir la puerta se toparon con una
ampliamesaderecepcióndondetrabajabantrespersonas.Fueunamujerjovenquienlesatendió.—SoyClarkKenyonyellaesSue,mimujer.Noshanhechollamarpor
mihija.Clarkhablabatanrápidoquelamuchachanoparecíasabermuybiena
quéserefería,porloqueSueloapartóyseencargóella.—Venimos por Rebecca Kenyon. Nos llamó la directora hace media
hora—añadióSue.Elgestodelarecepcionistaserelajó.—Pasad—dijo señalando una puerta a poca distancia a su espalda—,
estáconladirectora.La pareja rodeó el mostrador y fue Clark quien llamó a la puerta.
Esperaron unos segundos hasta recibir la orden de entrada y cuando la
imponente voz de Elizabeth James, la directora, les dio permiso, elhombreentrópresuroso.ASue no le pasó desapercibido la tensión que se respiraba en la sala.
Clarkhabíaidoderechoaexaminarasuhija.Estabaenunasilla,frentealamesadeladirectora.Asimplevistaestababien,salvoporunagasaquecubríapartedesucarayqueenesemomentoClarkestabaquitando.DerekyTylertambiénestabanallí.Cadaunodeellossentadoaunlateral
deRebecca.Frente a la chica estabaElizabeth James, la directora, quienordenóaTyleryDerekqueesperasenfuera.SepusoenpieyletendiólamanoaSue.—Siento que nos conozcamos de esta manera —añadió—. Señor
Kenyon,suhijayaharecibidoloscuidadosnecesariosysiesposible,megustaríahablarconustedesasolas.—Tranquilapequeña—dijoClarkconcariñoasuhija—.Notequedará
cicatriz.Ella asintió. Sue sabía que era incapaz de hablar. Si lo hacía,
probablemente se echase a llorar.Susojos estaban a puntodehacerlo yhacíatodocuantoestabaensumanoporcontrolarse.Cuando la chica caminó hacia Sue, ella le agarró la mano derecha
cariñosamenteyconsorpresa,elapretónlefuedevuelto.—Soloseránunosminutos—lesusurró—.Enseguidaestamoscontigoy
nosiremosacasa.LaadolescenteasintiómientrasClarktomabaasiento;Suenolohizo.Se
quedó cerca de la puerta, observando entre las persianas elcomportamiento de Rebecca. De fondo escuchaba las disculpas de ladirectora,peroellanopodíaevitarapartarlamiradadesuhijastra.Derekse le había acercado y en cuanto posó sus manos sobre sus hombros,Rebecca no reaccionó.Entonces intervinoTyler, apartando aDerek a lavezquehacíaungestoconsuspuños.Eneseinstantelajovenqueleshabíaatendidoenelmostradorintervino;
apartóaRebeccadeloschicosehizollamaralguardiadeseguridad.Fueestequienpusoordenentrelosmuchachos,mientrasaBeccalaapartadaaunrincóndelasala.Sue había vistomás que suficiente. Tomó asiento junto a sumarido y
prestóatenciónalasexplicacionesdeladirectora.—Lo sentimos mucho, nunca hemos tenido un incidente como este y
créanme, el centro cubrirá todos los gastos que conlleve la curación de
Rebecca…—¿Quéhasucedido?—leinterrumpióSue—.Quierodecir,¿cuáles la
historia?¿CómohaacabadoRebeccaconelrostroeneseestado?Ladirectorasuspiró.Tomólatazadetéquedescansabaensuescritorio,
dioungransorboylesdevolviólamirada.—Haydosversionesyesperoqueustedesmeayudenasacarlelaverdad
aRebeccaparatomarlasmedidasnecesarias—explicólamujer.Aguardóunos segundos y prosiguió—. Según TylerWoods, cuando él salió delbañodelasaladebaileencontróaDerekBlackysuhijadiscutiendo.Elmuchachosufrióunataquedeirayestrellóalachicacontraelcristal.Durante unos segundos nadie habló. Fue Clark quien interrumpió el
silencio.—No me creo ni una sola palabra de ese delincuente —confesó de
brazos cruzados y con el ceño fruncido—. Hace meses robó en unafarmacia…—¡Clark!—interrumpióSue—.EsanoeslahistoriarealsobreTyler.Su
hermana menor estaba sufriendo un ataque de asma, su medicación sehabía acabado y fue a la farmacia a por ella. Es cierto que se fue sinpagarla,peroantesdequelapolicíaestuvieraensucasaparadetenerlo,élyaestabadevueltaenlafarmaciaconeldinero—explicódefendiendoalmuchacho—.Noteníaniunsolocéntimoensucasaysuhermanacorríapeligro.La directora se le quedó mirando de hito en hito. Lo sucedido había
ocurrido como Sue lo había relatado. Era la versión oficial, casi nadieestabaaltantodeella,preferíancreerenelroboyquehabíatomadoalgomásqueun simple inhalador.Pero loque la directorano sabía, eraqueTyler se encontró con Sue cuando iba corriendo a la vivienda. Fue ellaquien lo llevó de vuelta con su hermana y quien le acompañó a lafarmacia.Esmás,fueSuequienpagólasmedicinasdelapequeña.La situación familiar de Tyler no era muy buena. Habían sido
abandonadosporsupadrehacíadosaños.Desdeentoncessumadrehacíatodos los turnos posibles en una cafetería para alimentar y vestir a sushijos.YTylertrabajabatrestardesalasemanaenuntallerdemecánica.—¡No tenía ni idea!—susurróClark desanimado. Él había crecido en
una familia con dificultadesmédicas y se oponía con todo su ser a losaltos precios de los medicamentos. La vida de una persona no podíamedirsepordólares.Poresarazónmuchosfinesdesemanaydíaslibres
trabajabaenuncentromédicoparalosmásdesfavorecidos.Sinduda,esafue una de las muchas cualidades que enamoraron a Sue—. ¡Odio estesistema!Meencargarédelasaluddeesachiquilla,tenloporseguro.—Luegoestálaotraversión—prosiguióladirectora.Ambosnotaronel
temblor en su voz. Sin duda no le agradaba en absoluto lo que iba anarrarles—.SegúnDerek…TyleryRebeccaestabandiscutiendocuandoélentróenlasala.Loapartó,comenzaronaempujarseelunoalotroysuhijaintentósepararlos.Acabótropezandoyseestrellóconelcristal.Clark no dijo nada. Nunca le había gustado Tyler, pero conocer la
verdad sobre el chico y quizás recordarle a él, había ablandado sucorazón.Peroeramédico.Habíavistolasheridasdelacaradesuhijayparaéleradifícilenfrentarsealaposibleverdad.—¿QuédiceRebecca?—inquirióSue—.¿Cuálessuversión?—No ha pronunciado palabra sobre lo sucedido. Está demasiado
asustada y entiendo que quieran llevársela de inmediato a casa. Peronecesitosaberquéhaocurridoenesasalao laasociacióndepadresmecomerá viva. ¡Un alumno ha sido acusado de un ataque violento! Si esverdad,hayquepresentarunadenuncia—hizounabrevepausa.Volvióadar otro sorbo a su bebida y prosiguió—. En cambio, sí ha sido unincidente, por supuesto tomaremos medidas contra los chicos. Ambosseráncastigados.—Estoyseguradequeconnosotroshablará—intervinoSueponiéndose
enpie,seguidadeClark.En cuanto la pareja salió de la sala acompañada de la directora, se
encontraron lamismasituaciónquehacíaunosminutosobservóSue.Lachicaseguíaapartadaenunrincónconunvasodeaguaentresusmanosmientraseraconsoladaporlachicaderecepción.Mientrasqueloschicospermanecíansentados,conlosbrazoscruzadosyvigiladosporelguardia.Clarkcaminóhaciasuhijaagrandeszancadasylaabrazó.Laprotegió
entresusbrazos.Suenollegóaescucharlapreguntaquelehizo,perosiescuchólarespuestadelachicaenundébilsusurro.—¡Quieroirmeacasa!—Sévaliente,Rebby,¡dilaverdad!—gritóTyler—.Porfavor,habla.—Señor Woods —interrumpió la directora—, no diga ni una sola
palabramás.—¿Deverdadvana creer a estedelincuente?—preguntóDerek.No le
importabaquesolounossegundosantesladirectorahubieraincrepadoa
Tyler.Nopodíapermitirseelnodefenderse…sielrumordequeélhabíaagredidoaRebeccasalíadeesasala,suvidaseveríagravementeafectada—.Esminovia,nuncalehubieratocadoniunosolodesuscabellos.Fueunaccidente.Éltuvolaculpaporiniciarlapelea—sedefendióatacandoaTyler.SuecaminóhaciaRebecca,casiocultadebidoasupadreyleacaricióel
brazoengestoafectuosoyledijo.—Tytienerazón.Tienesqueservalienteydecirlaverdad.Noestássola.Rebecca miró hacia Derek y Tyler. Los dos esperaban sus palabras.
Ambossemostrabanansiosos,nerviosos,eradifícilsaberquiéndecíalaverdad.—Fueunaccidente—confesó—.Sepelearon,intervineymetropecé—
suconfesiónfueapenasunmurmullo,conlacabezagachaysinsoltarenningúnmomentolamanodesupadre—.¿Podemosirnos?El hombre asintió. Padre e hija salieron de la sala mientras que Sue
permanecióunossegundosmás.LadirectorahizollamaraTyleryDerek.EsteentródeinmediatoperoTyaguardóysedirigióaSue.—Por favor, tienes que hacer algo. ¡He dicho la verdad! ¡Lo juro!—
exclamó nervioso—. Sé que no soy perfecto, tengo una terriblereputación,peroenocasionesnonosdebemosguiarporesta.PuedequeDerek sea el chico bueno, el admirado por todos, pero no es buenapersonayRebeccaacabarápagandolasconsecuencias.—Tranquilo,Ty—añadióSue—.Déjameloamí.—¡SeñorWoods!—intervinoladirectora—.Leestamosesperando.—Tienesquesertúquientomemanosenelasunto,supadrenolohará.
Los dos hemos visto su reacción. Es un gran cirujano, ha visto cosashorribles, pero cuando una desdicha afecta a su hija, se ve incapaz deactuar.SuenopodíaestarmásdeacuerdoconTy.Ytrasprometerledenuevo
encargarsedetodo,saliódelcentroyseencontróconClarkyRebeccaenelcoche.El viaje a casa trascurrió en silencio. Clark no apartaba la vista de la
carretera, Sue estaba sentada en el lado del conductor y lanzaba sendasmiradasapadreehija.Lachicateníalavistaperdidaenlanada,mirandoelparaje,aunqueSuesabíaqueenrealidadestabareviviendolosucedido.
El resto del día trascurrió con calma. Clark examinó la herida deRebecca,lehizolascurasyagradecióinfinitamentequefuerasuperficial.Novolvióahacerpreguntassobrelosucedido,algoque,sinduda,suhijaagradeció.Mientras, Sue, se encargó de otros asuntos. El trabajo podía esperar
hasta la noche. Ahora debía tomar ciertas medidas. El incidente habíasucedidoenhorasdeclase,esdecir:Rebeccahabíavueltoafaltar.Sin duda era la excusa perfecta para ayudar a la chica, aunque fuese a
travésdeuncastigo.LequitóelteléfonomóvilycambiólacontraseñadelaredWi-Fi,loquesignificabaqueBeccaestabaincomunicada.Finalmente, y bien entrada la noche, a Sue no le sorprendió ver que
Dereklallamabaasuteléfono.—SeñoraKenyon—hablóconvozdulce—.¿PuedohablarconRebecca?
La he llamado en varias ocasiones, incluso le he escrito y no he tenidonoticiasdesdeelincidentedeestamañana.—¡Estádescansando!—respondió—.Ymetemoquevaaestarunosdías
sin teléfono, ni conexión a internet.Lo ocurrido sucediómientras debíaestarenclaseyhemostomadomedidasparaquedejedecomportarsedeestamanera.Duranteunossegundosnadaseescuchóalotroladodelalínea.—Creo que es unamedida drástica. ¿Cómopodrá hacer sus tareas sin
utilizarinternetoleerloscorreosdelosprofesores?—Tranquilo Derek, yo me encargo de todo. Todos deseamos el
bienestardeellaylacuidarémejorquenadie.—Sí…sí,escierto.Nosvemosmañanacuandovayaarecogerla.—No te preocupes por eso tampoco—añadió Sue en tono tajante—.
Duranteuntiemposeréyoquienlallevealcentroylarecojatraslasalidadeclase.Estarde—añadiómirandohacialasescalerasyobservandoqueClarkbajabaporellas—.¡Buenasnoches!—¿Quiénera?—seinteresóClarkunavezentróenlacocina.—Cosasdeltrabajo.¿Quétalestá?—Le he dado un calmante que le ayudará a dormir toda la noche—
respondiómasajeándoselavista—.Empiezamiturno,siocurrecualquiercosa,llámame.Diréenrecepciónquemetenganlocalizado.—¡Tranquilo!—añadióponiéndosedepuntillasydándoleunbeso—.Yo
meencargarédetodo.LaspalabrasdesumujertranquilizaronaClarkyapesardelossucesos
deldía,sefuemástranquiloalhospital.DurantegranpartedelanocheSuesededicóaterminarlacubiertadeun
libro para un escritor de novelas de terror. Cuando se sumergía en eltrabajo,avecesperdíalanocióndeltiempoyeranlasseisdelamañanacuandoporfinterminó.En poco más de una hora debía llevar a Rebecca a clase, por lo que
desistiódedarunacabezadita.Preferíaducharseytomarunabuenadosisdecafé.Antesderelajarsebajoelchorrodeaguatempladaabriólabandejade
correoelectrónico.Comoerahabitual,teníaalgunossinleer,peronolesprestó atención. Escribió al autor de la novela, adjuntándole la portada.Una vez enviado, volvió a la bandeja de entrada y sintió que todo sucuerpotemblabaalverotromensajedelcontactoqueleenvíolafoto.Durante un instante dudó.No sabía si abrirlo o borrarlo directamente.
Sentía una gran tentación por hacer esto último, pero si estaba siendoamenazada, evitarlo era la mayor estupidez que podía cometer. Debíahacerfrenteaello.Traslanzarunlargosuspiro,pulsósobreele-mail…
4
Sue
Sue tembló al abrir el correo electrónico. Era mucho peor que el
anterior.Yenestaocasióneltextoeramásextensoeibaacompañadodeunafotografíadeellahaciendolacompraenunsúpermercado.Por la ropa —abrigo, guantes y bufanda— fue tomada meses atrás,
duranteelinvierno.Esmás,ahoraqueSuelaexaminabacondetalle,veíarestosdenieveporlosalrededores.Elmensajedecíalosiguiente:Meperdíenlaoscuridad,lanochemetragócuandotealejastedemí.Mi
vidaseconvirtióenuninfierno.Cadavezqueveíaaalguiencontumismocabello,corríaentubusca…yalfinteheencontrado.Mispenasymisufrimientoseahogaronentrecuatroparedes,enjaulado.
Yosufríamientrastúseguíascontuvida.Teheencontradoyvolverásamí.Eresmía,siempreloserásyaligual
que mi sufrimiento se ahogó en una habitación, tu felicidad morirátambién,juntoamí,mientrascontemplasmirostro.Sueledioaimprimiryapagóelordenador.¡Quémaneramáshorribledeempezareldía!,selamentóalavezquese
dirigíaalbaño.Unavezallísiguióconsusplanes.Empezóaducharseymientras enjabonaba su cuerpo, acarició su vientre. Las heridas quesiemprelerecordaríanloquetantosufrióañosatrásynopudoevitarquealgunaslágrimascayerandesusojos.No supo cuánto tiempo estuvo bajo el chorro del agua, dejando que
cayerasobresusagarrotadosmúsculos.Novolvióalarealidadhastaqueunestridentepitidolasacódesuspensamientos.ProveníadelaestanciadeRebecca:eralaalarmadesuteléfono.Tras salir de la ducha y secarse el pelo con rapidez, Sue tomó unos
vaqueros oscuros y una blusa blanca. Cuando bajó a la cocina con unacarpetabajosubrazo,encontróalachicadesayunando.—Buenosdías—lesaludóSue,alavezqueseservíaunatazadecafé—.
¿Cómoteencuentras?¿Quétallacara?Lachicaseencogiódehombrosysiguiócomiendoloscereales.—No es necesario que vayas hoy a clase. Tienes una excusamás que
justificadaparaausentarte.Enestaocasiónlachicaalzólacabeza.—HayunagranescueladedanzaenLosÁngeles.Esmuydifícilentrar,
yaquelamayoríadelosestudiantesqueseformanallíacabantrabajandoparaHollywood…quierointentarloysiquieropresentarmealexamendeingreso, tengo muchas cosas que cambiar, como mis notas ocomportamiento.Suediootrosorboasucafé.¡LosÁngeles!Deseabairsealaotrapunta
del país y no es que le disgustase. Le parecía estupendo que hubierarecuperadoel interésporladanza,perosiemprehabíadeseadoquedarseenNuevaYorkyconseguirpapelesparalasgrandesactuaciones.—DerekiráaestudiaraBoston,¿noesasí?Ella se encogió de hombros a la vez que tomaba sus pertenencias. La
conversaciónhabíallegadoasufinyerahoradeponerseenmarcha.Duranteeltrayecto,ningunadelasdoshabló.Ambasteníandemasiadas
cosas en la cabeza e iban sumidas en sus pensamientos. Únicamentehablaronaldespedirse,cuandoSueleaseguróqueestaríaallítraselfinaldelasclases.YmientrasRebecca sedirigíaal institutoa lavezqueel timbrede las
clasessonaba,SuecondujodirecciónaNuevaYork.Teníaquehablarconlapolicíasobrelosmensajesqueestabarecibiendo.
Rebecca sentía la mirada fija en ella y los alumnos cuchicheaban
mientras el profesor seguía impartiendo clase. Estaba segura de querondaríadecenasdehistoriassobreelincidenteypuedequeentrealgunadeellasseencontraselaverdad.Tras lanzar un suspiro hizo oídos sordos y prestó más atención que
nunca. Tenía tomada la decisión. Deseaba ir a Los Ángeles y paraconseguirlonopodíapermitirsemássuspensos,nifaltasensuexpedienteescolar.Debíaremontarycomportarsecomounaalumnaejemplar.Sin embargo, su concentración se interrumpióde inmediato.Lapuerta
delaulacontabaconunpequeñocuadradodecristalquepermitíaaotrosdocentes echar un vistazo a la clase sin interrumpir a los profesores.Aunque esa pequeña ventana también era usada por otros alumnos paramirar. Y en ese instante la descompuesta cara de Derek ocupaba elpequeñoespacio.Rebecca se puso tensa de inmediato y bajó lamirada a la vez que un
escalofríolarecorríadepiesacabeza.Agachólacabezayfijólavistaeneltextodellibro.—Eh,Rebecca—escuchó la jovenque la llamabaunachicasentadaun
pardeasientospordelantedeella—.¡Rebecca!Ella no hizo caso. Hizo como que no la había escuchado e incluso
ignorólaboladepapelquele lanzó.Estabaseguradequeibaaavisarlasobresunovio,elqueimpacienteycomounlocolaesperabaenlapuertadeclase.—Le aburro, ¿Lecraoix?—interrumpió el profesor dirigiéndose a la
muchachaquelehabíatiradoaBeccaelpapel—.Quizásquedándoseunahoraenelinstitutotraslafinalizacióndelasclasesleayudeamostrarmásinterésporlaasignatura.—Losiento,profesor,novolveráapasar.Rebecca suspiró. Al menos la reprimenda le garantizaba no ser
molestada por otros alumnos. Con mucho cuidado alzó la vista unossegundosycondesagradoobservóqueDerekseguíaahí.Semovíadeunladoparaotro,impaciente,lanzandomiradasalinterior.Lachicasentíaqueelpechoseleibaasalirdelcorazón.Lasmanosle
sudabaneinclusolecostabatrabajorespirar.Volvióamiraralaventanaynovioalmuchacho,puedequeyahubieravueltoaclase.—¿SeñoritaKenyon?—al escuchar que la llamaban alzó la vista y se
encontróconlarechonchacaradelprofesor—.¿Seencuentrabien?¡Estátemblando!Realmente lo estaba. No podía controlar su cuerpo, ni su respiración.
Necesitabasalirdeallí.—Lo…losiento,tengoqueiralbaño—murmurómientrasrecogíasus
pertenencias.Sin pronunciar palabra alguna salió de clase y echó a correr por el
pasilloendirecciónalasalidadelinstituto.Noleimportabaelestruendoque estaban formando sus pasos al correr, ni que otros profesores lellamasenlaatención.¡Teníaquesalirdeahí!Cuandoapenaslequedabancincometrosparaalcanzarlasalida,escuchóquelallamaban.—¡Rebecca!EraDerek.Suvozsonabaronca,llenadefuria,desesperaciónyangustia.
Peroellahizocomoquenolehabíaescuchadoysiguiócorriendo.Deunsaltosorteólosescalonesquedabanpasoalaentradaynoparóenningúnmomento.Fueentoncescuandoseatrevióamiraratrás.¡Diosmío!Dereklaseguíaaunavelocidaddeinfarto.Ahoranopodía
detenerse. Tenía que hacer como que no le había escuchado, pero elnerviosismopodíaconellaysoltó los librosy lacarpetaquellevabaensusbrazos.Asípodíacorrermásrápido,sinoencontrabaunlugardondeesconderse,acabaríasiendoalcanzada.Entonces vio su vía de escape.El autobús.Estaba estacionado a varios
metros,lospasajerosyamontabanenéleibadirecciónaNuevaYork.Unlugarperfectodondepasareldíadesapercibida.Aceleróelpasoyviocomoelvehículoiniciabalamarcha.—¡No! —sollozó—. Por favor, pare, ¡pare! —gritó a pleno pulmón,
corriendomásaún.Sentíalaspiernasarder,apenaslapodíanmantenerenpie.Ibaadesfallecerallímismo.Peroparasubuenafortuna,elautobússedetuvoyellasubiópresurosa—.Muchasgracias—añadiósacandounpardebilletesdesubolsilloypagandoelviaje.Jadeante y nerviosa avanzó hacia los asientos de atrás mientras el
conductoremprendía lamarcha.Esto lehizosoltarunsuspirodealivio,perocuando llegóal finaldelvehículo sumirada secruzócon ladeunfuriosoDerekquetodavíaintentabaalcanzarla,sabíaquesehabíametidoenungranlío.Finalmentesedejócaerenunodelosasientosparatomaraliento.
Cuando Sue entró en la comisaría, el ajetreo que reinaba no le
sorprendió en absoluto. Un policía llevaba esposado a un hombre,mientrasqueotroagentelesdecíaadoschicasqueibanbastanteligerasderopa que esperasen hasta que les leyesen sus derechos. En un banco aapenasunosmetrosdeella,unmuchachodormíaenél.Evidentementelosagentes estaban esperando a que los efectos del alcohol se le pasaran,porqueelolorquedesprendíaeranauseabundo.—¿Puedo ayudarle? —le preguntó una joven agente. Era amable.
Llevabaeluniformeazulysucabelloibarecogidaenunacoleta.—Megustaría informarmesobre lospasosa seguirparadenunciarun
acosocibernéticoqueademásvaacompañadodeamenazas.Los labios de la joven policía se fruncieron ymiró tras ella.Había al
menosunadecenademesasrepartidasentreunladoyotro.Entodasellashabía un agente: algunos con el uniforme y otros con ropa de calle. Lamayoría estaban ocupados y atiborradas de papeleo. Aunque en eseinstante, la mesa del fondo, ocupada por un rechoncho policía, quedólibre.—Vayaalamesadelfinal.EseldetectiveSmith.Élpodráayudarle.Sueasintióyfuederechaalamesa.—Buenosdías.MellamoSueKenyonymegustaríainformarmesobre
elprocesoaseguirenelacosocibernético.Elhombredioungransorboasucaféydespuéslanzóungruñido.—Le diré una cosa, señora Kenyon. En la red hay mucho personaje
aburridoquese lopasabombaatemorizandoaotros.Lamayoríadeesagentuzasonpersonasdébiles,incapacesdetenerunavidanormaloqueensudíaadíasontratadosvilmenteporlasociedad.—Un gran porcentaje nomuestra riesgo alguno—le interrumpió una
jovenagente.Ibaconropadecalle.Pantalonesvaqueros,camisaoscurayuna chaqueta de cueromarrón que dejaba al descubierto el arnés dondeguardaba su pistola—. Pero otros son muy peligrosos y por eso esimportanteanalizarlostodosymuchomáscuandosetratadeunpersonajepúblico.El rechoncho agente sequedómirandodehito enhitodeunamujer a
otra. ¿Eraposiblequeestuviera anteunaactriz, cantanteo algo similar?En fin, estaban en Nueva York y nunca sabían cuando estaban ante unaestrellaono.
—Esilustradorayescritora—prosiguiólaagentesacandodedudasasucompañero—.Esunplacerconocerla,admiromuchísimosutrabajo.Suetomólamanoqueletendíalapolicíaylaestrechódebuenagana.—Estábien,Daniels,yaquetudescansohaterminadoocúpatetúdeesto.
Eshorademitercercafédeldía.La agente Daniels tomó asiento frente a Sue y ella lo agradeció
infinitamente.Parecíaquemostrabamásinterésquesucompañero.—NopuedocreerquemeencuentreanteJessLockheart.Sue sonrió.Ese era sunombre artístico.Con el que firmaba todos sus
libroseilustraciones.CuandopisóNuevaYorkañosatrásotrosartistaslerecomendaronquesebuscaseunnombreconganchoyrealmenteellanoconsiderabaquesunombreartísticofuerallamativo,perolegustóyañosdespuésaúnseguíausándolo.—EnrealidadmellamoSueKenyon.Jesssoloesminombreartístico.Laagentesonrióa lavezquetomabaunosarchivos.Sindudaeramuy
joven.Tenía lapielblancay losojosdeunbonitoazulverdoso.Elpeloerarubiodoradoylecaíaenhondashastaunoscentímetrosporencimadeloshombros.—Soy la agente Lux Daniels y haré todo lo que pueda por ayudarla.
Cuénteme,¿quéesloquehapasado?Sueletendiólascopiasdeloscorreosrecibidosylaagentelosexaminó
condetalle.—Vaya,alpareceresalguienmuycercanoausted.¿Tienealgunaideade
quiénpuede ser?—preguntóyobservócómoSue semordía el labio—.Micompañerotienerazón.Enmuchasocasioneslaspersonasqueutilizanlos correos electrónicos o redes sociales para acosar no pasan de ahí.Digamos que desahogan parte de su frustración diaria atemorizando aotros, insultándolos.Haciéndolesvivir lasmismas sensacionesqueelloshanexperimentadoduranteeldía.Peroensucasoesdiferente.Esartistaypor lo tanto tiene enemigos. Escritores e ilustradores despechados quesientenquesutrabajoesmejorqueeldeusted.Algúnadmiradorquenohaya recibido laatenciónnecesariaenalgunosdesusactospúblicos.Enfin,lasposibilidadespuedensermuchas.—Ysisigoadelantecontodoesto,¿hedeinformaramifamilia?Nome
gustaríatraerlesmáspreocupacionesdelasqueyatienenactualmente.La agente Daniels tomó otra vez los papeles y se quedó un rato
observando la fotografía que habían tomado de Sue en invierno. Tras
dejarlasobreelescritoriovolvióamiraralailustradora.—Entiendo su angustia, pero en casos como estos debemos hacer
preguntasalaspersonasmáscercanasausted.Paraversirecuerdanalgoquepuedaayudarnosoaunextrañomerodeandolosalrededores.Sue semordióel labioyagachó lacabeza.Mientrasconducíahacia la
comisaría suplicaba por mantener todo este asunto alejado de Clark yRebecca, pero ahoraque sabíaqueno iba a poder ser así, el temade ladenuncialecausabamáspavorquelasamenazasensí.Temblorosasepusoenpiesinnisiquierasercapazdemiraralajoven
policía.—He de meditar todo este asunto. No es buen momento para mi
familia…—Locomprendo,señoraKenyon,peropuedeestarenpeligro.Alguien
haestadolosuficientementecercaparatomarleesafotografía.—Puedequehayasidounpaparazzi.NuevaYorkestáplagadodeellos.—Miéntase si quiere, pero es ilustradora, no actriz. Las revistas del
corazón no muestran interés por escritores o ilustradores —hizo unapausa a la vez que lanzaba un largo suspiro—. Tomemi tarjeta. Puedellamarmea lahoraque lodesee.Peropor favor,no tardeen tomarunadecisión. Aunque el psicópata dirija las amenazas hacia usted,perfectamente podría empezar haciendo daño a su familia. Esta gentedisfrutaconelsufrimiento.Las palabras de la agente se grabaron a fuego vivo en lamemoria de
Sue. Tenía razón. Quien le enviaba eso podía hacer daño a Clark o aRebecca,porloquenodudóentomarlatarjeta.Debíaseguiradelante.Nopodíavolveraescapar.Enestaocasióndebía
hacer frente a su pasado, pero antes debía hablar con su familia sobreciertosacontecimientosdeañosatrásqueaúnleseguíanadíadehoy.Al salir del edificio se dirigió hacia su coche y tras pagar el ticket
correspondientesepusoenmarcha.Deseabaestarencasayllegarcuantoantes, pero al parecer no iba a tener tanta suerte pues sin apenas darsecuentadeello,estabaenmediodeunatasco.Frustradaobservabacuantolerodeaba,ademásdeescucharelpitidode
los otros vehículos y los insultos de los más impacientes. Su vista sedetuvo en una chica que caminaba por la acera con la cabeza gacha. Separecía tantoaRebecca,eracasi idéntica.Talconfusión lehizosalirdelautomóvil para verla mejor. Era su hijastra la que vagaba por aquellas
calles.—¡Rebecca!—gritóenfadadaylachica,alescucharsunombre,lamiró
directamente—.¡Subealcoche!Por un instante Sue pensó que lamuchacha no le haría caso y saldría
corriendo. Pero no fue así. En realidad parecía aliviada de haberlaencontradoyensilenciotomóasientoyseabrochóelcinturón.—Deverdadquenoteentiendo—añadióSuealavezquedabagracias
porque el atasco fuera avanzando poco a poco—. Estamañana parecíasmuy ilusionadapor retomar tus estudios, inclusovolver abailar.Hacíasplanes para ir a la escuela de danza deLosÁngeles y…y te encuentroaquí, saltándote las clases y posiblemente a punto de meterte en líos.¡Malditasea!—gruñóalavezquegolpeabaelvolantefuriosa.SorprendidaobservóqueBeccanodecíanada.Teníalavistaagachaday
losojosenrojecidos.Sabíaqueponiéndosefuriosanoibaaservirdenada.Debíaayudarasu
hijastraycreíasabercómohacerlo.Asípues,enlugardedirigirseacasay una vez abandonaron la ciudad, estacionaron en una gasolinera quecontabaconcafetería.Lachicasiguióasumadrastracomosideunautómatasetrataseytomó
asientofrenteaella.—Por favor, tráiganos dos platos de tortitas con sirope, un café y un
zumodenaranja.Lacamareraasintió.UnavezasolasSueextrajoelteléfonodesubolsoyllamóalinstituto.—¿Mepuedepasar con ladirectora, por favor?—preguntóyobservó
comolachicaalzabalacabezaysurostroseteñíademiedo—.SoySueKenyon, la madre de Rebecca. La he recogido hace un rato. No seencontrababien.Nohasidobuenaideahacerlairaclasedespuésdelodeayer,porloqueestaráelrestodesemanaencasa.Porfavor,envíemesustareasyapuntesamicorreoelectrónico.Meencargaréquesigaaldía—hizounapausa.EneseinstantellególacamareraconlasbebidasySuedioun sorbo a su café—. Gracias por su comprensión. Rebecca estará devueltaellunesdelasemanaqueviene.Finalmentecolgóyobservócomolachicateníamejorcara.—Come.Hehechoestoporquevamosahacerunpequeñotrato.Tienes
todos estos días para estar en casa, meditar, pensar incluso si quierescambiardeinstituto,sincerartecontupadre,conmigooseguirsufriendo.
—¡No sé de qué estás hablando! Ya le dije a mi padre que no sufríaningúnacoso.Soloestoyhartadelinstituto,delagente,desuscuchicheos,de todo. ¡Megustaríadesapareceryquenadie supieranadademínuncamás!Suenodijonada.Noporquenodeseasehacerlo, sinoporqueprefería
darletiempo.Además,enesemomentosonósuteléfono.—¡EsDerek!—ledijoalachicayobservócómoestapensabareplicar,
pero antes de que lo hiciera, Sue ya había descolgado el teléfono—.Buenosdías—añadiócontotaltranquilidad—.Sí,Beccaestáconmigo.Noseencontrababienyhehabladoconladirectoraparaquefalteelrestodela semana.Tienequedescansar,por supuestocualquiercosaquequierasdecirlepuedeshacerloatravésdemí.Yaconoceselcastigoquelehemosimpuestoydebecumplirloarajatabla.Hededejarte,tengootrallamada.Ante la sorpresade la chica, colgóconmucha rapidezy se sintiómás
animada.Tantoquecomenzóadarbocadosasustortitas.—Es increíble lobienquemientes.Vas a lograr quehastayome crea
quemeencuentrotanmalcomoparafaltaraclase—añadiólachicaySueapreciócomociertoaliviodominabasuvoz.—Recuerda que además de ser ilustradora, soy escritora. Invento
historias, lo que quiero decir que soy una excelente mentirosa —dijodivertida—.EscuchaBecca,esciertoquetevasaquedarhastaellunesencasa. Sé que tu padre no pondrá ninguna pega, pero hay una condición.Por muy aburrida que te parezca, por muy pocas ganas que tengas,deberásescucharunahistoria…sinoesasí,mañanamismotellevaréalcentroaunqueseaarrastrándotedelospelos.LamuchachanopusoningunapegaySuecomenzó.—Estoocurriórealmenteaunachicaqueconocícuandoeraadolescente.
Nos encontramos en un pequeño pueblo deLosÁngeles, en un institutocomoalquetúvasyconchicosychicasconlosmismosproblemasquetú.Miamigasellamaba…Ellenyestaessuhistoria…
5
Ellen
Elgolpede lasolascontraelacantiladohabíadespertadoaEllena las
cuatrodelamañana.VivíaconsupadreenunpequeñopueblocercanoaLosÁngeles,enloaltodeunacantiladoconpreciosasvistas.Ellensentíaque elmar la estaba llamando, que susurraba su nombre y la incitaba alevantarse y eso hizo. Corrió al baño donde con cara somnolienta secepillólosdientesydespuésseechóunvistazo.Teníaunalargacabellerarubia llena de rizos que se le enredabamás de lo que deseaba. Bonitosojosverdesycuerpodedeportista.Elleneraunadelasmuchaschicasquesorteabanlasolascongranmaestría.Tras cambiarse, tomó su tabla de surf, probó una pieza de fruta y se
dirigióalaplaya.Todavíaestabadesierta,eradenoche,aunqueprontoelsolcomenzaríaavertersusrayossobrelasaguas.Entusiasmada se metió en el agua, se subió a la tabla y comenzó a
surfear. Sorteó olas con facilidad; alguna que otra le hizo caer al agua,aunqueellasiempreselevantaba.Asícontinuó,enlasoledad,disfrutandodeunadelascosasquemásle
gustaban en la vida. Ya cuando el sol dejaba caer sus rayos sobre lasaguas, Ellen se permitió relajarse y observar el amanecer sentada en sutabla.Notardóendarsecuentadequeyanoestabasola.Tresjóvenesmás
seleacoplaban.AsuderechaestabanRemyyTracy,hermanosmellizosysusmejoresamigosdesdelaescueladeinfancia.Losdosteníandieciséisaños.Remyeramuchomásaltoquesuhermana,
atléticoysiempredebuenhumor.Cabellorojo,ligeramenterizadoyojosmarrones.Tracyerasumejoramiga,compartíaelcolordecabelloconsuhermano, aunque a diferencia de él lo llevaba liso y había heredado elcolordeojosdesumadre,unpreciosoverdeesmeralda.Y a izquierda,más rezagado, llegóSam.Era un añomenor que ellos,
tímido,decabellosmorenos,ojosazules,altoybastantedelgado.AdemásdeserelprimohermanodeEllen,tambiéneraelnoviodeRemy.Nohacíamuchoqueamboshabíanconfesadoasusamigosyfamiliares
queerangaysyteníanunarelación.Ellensealegrabamuchoporellos.Alfinselesveíafelicesyporsupuestoestabandemejorhumor.Ninguno habló. Se miraron, sonrieron y comenzaron a nadar para
sortearlasolasantesdevolveraclase.Elgruposelopasóestupendamente,comocadamañanadesdequetenían
usoderazón,peroenestaocasióneradiferente.Alaplayayallegabanlosmásmadrugadores:corredores,gentepaseandoa susperros,perohabíaalguienqueteníapuestalaatenciónenelgrupo,especialmenteenEllen.Mástarde,Ellenysusamigosseencontraronenelinstituto,aunqueno
tardaron en separarse. Remy y Sam se marcharon. Tenían clase en elmismo pasillo las primeras horas y no volverían a encontrarse hasta lahoradelalmuerzo.Solo quedaban Ellen y Tracy. Las chicas paseaban dirección a sus
taquillasparadejarsuspertenencias.—EstanocheGlenmehainvitadoaunafiestaenlaplayaconhoguera.
Iránlosdemás.Ellennopudoevitarponerlosojosenblanco.Glennolecaíamal.Era
buen tipo a pesar de ser bastante popular y jugador del equipo debaloncesto. Cumplía con el tópico americano aunque a veces secomportabacomouncretino.Nosepodíadecirlomismodelamayoríadesusamigos.Prepotentesyegocéntricos.ConGlensalían loschicosychicasmás populares del instituto y desde que Tracy comenzara a salirconél,tantoellacomoRemyySamhabíansidoinvitadosamuchasdesusfiestas. Pero por mucho que lo intentaban, no terminaban de encajar e
inevitablementeTracyseibaalejandocadavezmásdeellos.—Veydiviértete.Yomequedaréencasa.Tengomuchatareaatrasaday
tengo que perfeccionar mi técnica con el dibujo si quiero aprobar laasignatura.—Tú y yo no somos buenas en el arte. Solo surfeando —añadió
divertida.Trasdedicarleunasonrisaasuamiga,TracysedirigióaGlen.Eljoven
estabaaescasosmetros,sentadoenunbancoconvistasalpatio.Noestabasolo.Algunasanimadorasleacompañaban,ademásdeotroscompañeros.CuandoTracyllegóhastaél,tomólamanodeellaehizoquesesentaraenelbancoylarodeóporlacintura.Eraunmuchachoatractivo,saltabaalavista que practicaba deporte. Además era muy alto, tanto, que cuandobesaba a Tracy, ella debía ponerse de puntillas. Tenía el cabello negro,cortoysusojoserangrises.Deanchamandíbula,tambiéndestacabaensurostrosunariz,ligeramenteaguileña.A lavezquesuspiraba,cerrósu taquillayseencontrócaraacaracon
Jim.EsteeraelmejoramigodeGlen.Apesardelcalorquehacía,siemprelucía la chaquetadel equipo, unamaneradeque todos conocieranquienera, qué hacía y que por lo tanto se consideraba mucho mejor que lamayoríadeellos.—Buenosdías,mipreciosorayodesol.Ellen no pudo evitar reír interiormente. Desde hacía tiempo Jim no
dejabadetontearconella.Porsupuestonoaceptabaunnoporrespuesta,nisusmotivospornosalirconél.Nolebastabaconunsimpleno,queríarazones, y cuandoEllen le confesó que le gustaban los hombres cultos,con algomás en la cabeza que deporte, cada vez que se veían intentabasorprenderla,sinningúnéxito.La chica agradecía el interésquemostraba en ellay los esfuerzosque
hacía por conquistarla. Peromuy a su pesar Jim cumplía el estereotipomás detestado de todos los institutos que existían. El ligón que deseaballevarse a la cama a toda chica que pudiera, en especial aquella que leignoraba por completo. Entendía que muchas suspirasen por él. Jimcontabaunhermanomayor,conocidopormuchasdebidoa losanunciosderopainteriorquehabíaprotagonizadoyJimhabíaheredadomuchodelos encantos de su hermano mayor. Una bonita sonrisa, el bronceadoapropiado. Sus cabellos rubios cenizas brillaban y contaba con unapreciosamelenaondulada.Poseíafaccionesarmoniosasyunosllamativos
ojosgrises.Aligualquesusdemáscompañerosdeequipo,poseíaunbuenporteatléticodebidoalashorasquepasabaenlacanchayenelgimnasio.—¡Buenosdías,Jim!Yporfavor,novuelvasallamarmedeesamanera.—¿Porquéno?Tuscabellossoncomolosrayosdesolquesevierten
cada mañana sobre mi cuerpo, mientras pienso en ti y anhelo oler tufragancia… —Ellen le lanzó una gélida mirada—. Vale, ya lo dejo.¿Vienesalafiestadeestanoche?—No,mequedaréencasaestudiando.—Vamos, Ellen, suéltate un poco. Hazlo ahora antes de que llegues a
último curso, créeme, entonces no tendrás tiempo para pasarlo bien. Tupreciosacaraestarátodoeldíametidaentrelibros,comoesetipejo.JimseñalóaunjovendelqueEllennohabíareparadohastaahora.Iba
caminando por el pasillo con la vista en un libro. Alto, guapo ymisterioso.Teníaelpelocastañoycorto.Yevidentementeeraunblancofácil.UnodelosamigosdeJimlepusolazancadillaprovocandoquecayera.
Alhacerloelcontenidodesumochilasedesparramóporelsuelo.MientrasJimreía,Ellenseagachóycomenzóaayudarlo.—Rayitodesol,noleayudes.Esunpirado.—¡Nomellamesasí!—protestóEllen.Elchiconodecíanada.Recogíasuscosasrápidamente.—Es el loco Matthew —añadió Jim tomando del brazo a Ellen y
separándoladeél—.Sedicequeenelúltimocentroledesfigurólacaraasucompañerodequímica.Escoriacomoéldeberíaestarenlacárcel.MatthewsepusoenpieylanzóunagélidamiradaaJim.—E ignorantes como tú sois la vergüenza del país. Os lleváis las
mejoresbecasydesperdiciáislosañosdeestudiosbebiendohastacaerenlainconsciencia—eltonodevozdeMattheweraserioeinflexible—.Nomesorprendequealguiencontanpocasneuronascomotúsehayacreídoloscuentosquerondansobremí.Muchoseranlosalumnosquesehabíandetenidoyobservabanelcaraa
caraentreambos.No todo losdías sehumillabaa Jimy tal comoEllenpredijo,esteactuólanzándosecontraelchico.Peroellafuemásrápidaalinterponerseentrelosdosevitandoquelascosasfueranamás.GlenyTracynotardaronenintervenir.AgarraronaJimyesteviocomo
Ellen se interponía delante deMatthew, protegiéndolo de sus puñetazos.Duranteuninstantelachicavioeldolorreflejadoenelrostrodeljugador.
—¡Estoy bien! —añadió librándose de los brazos de Glen—. No teacerquesaélEllen,oacabarásenproblemas.—¿Enserio?—preguntóMatthew—.¿Quédañopuedohacerleyo?Creo
queestarápeorcontigo.Yotambiénheescuchadorumoressobretiylaschicasa lasqueinvitasafiestasdondehayalcoholyvaya,vaya, losdossabemosquetelasacabastirandoyalospocosdías,yaniteacuerdasdeellas—añadiódivertido—.Ah,ytambiénheoídounrumorunpocomásantiguo,dondealparecertuliguedeturnoytúoscolocasteisbienyellaapareciómuerta.¿Acasoescierto?TalverdadsentóaJimcomounjarrodeaguafría.Nopodíacreerqueel
novato lo estuviera dejando en evidencia y sacase trapos sucios quemuchosnihabían llegadoaescuchar.Yantesdehacercualquier tonteríaquelejugaselabecaquelehabíanconcedido,semarchó.Eneseinstantesonólaalarmadelcomienzodeclase.—¡Vamos,Ellen!—añadióTracytirandodelbrazodeella.La chica miró a Matthew. El muchacho seguía recogiendo sus
pertenencias y trasmusitar unadespedida,Ellen yTracy se dirigieron aclase.Durantelamañana,elrumorsobrelosucedidoenelpasilloseextendió
conrapidezyporsupuestocambiandomientrasmásbocashablabandeél.AlfinalunabromasehabíaconvertidoenunencuentroentreMatthewyJimporEllen.A la hora del almuerzo a Ellen no le sorprendió encontrar a Jim
rodeandoaunaespectacularanimadora.Sonreíaymanoseabaa lachica.Eraevidentequesesentíahumilladoporlosrumoresydealgunamaneraqueríahacerlosdesaparecer.ConellosestabanTracyyGlen.Ambasparejasestabantancentradasen
laconversaciónquenolavieron,porloquebuscóconlamiradaaRemyySam.No tardóenencontrarlos.Loschicosestabansentados juntoaungrupodeskatersconlosquesolíansalirenalgunasocasiones,porloquenolesmolestóytomóasientoenunamesa,lamásalejadadelbullicio.Trassacarsualmuerzo,unsándwichvegetalyunamanzana,sepusoa
comer.Lediounmordiscoyextrajodesumochilaunbloc.Comobienlehabía dicho a Tracy deseaba mejorar su técnica en el dibujo si queríaaprobar laclasedearteen laquesehabíamatriculado,por loque tomólápizysiguióconeldibujoqueteníaentremanos.SetratabadeRemy,SamyTracy.Lostresestabanenlastablasdesurf,
Sam y Tracy sentadas sobre ellas, mientras que Remy hacía equilibriossobreuna.Losrostrosdesusamigosmostrabanampliassonrisas.—Veoqueeresunagranartista,ademásdeunagransurfista.Cualidades
que nunca suelen ir tomadas de la mano. Normalmente cuando unapersonaesbuenaeneldeporte,nodestacaennadamás.CuandoEllenalzólavistaseencontróconMatthew.Enestaocasiónel
muchacho llevaba unas gafas negras de pasta, que incluso le favorecíanmuchomás.—¿Teimportasimesiento?Ellenhizoungestoalbanco,alavezqueretirabasumochila.—Ynormalmenteelchiconuevoesignoradooalabadoporlasféminas
queagradecenverunacaranueva,peroenpocasocasionesestachadodepsicópata.MatthewsonrióyEllen comprobóquealhacerlo se lemarcabanunos
graciososhoyuelos.—Mipadreesmilitarycambiaconstantementedeciudad.Perooye,eres
libredecreerlaversiónquemásteplazca.Ellen no dijo nada; guardó sus pertenencias y prestó atención al
muchacho. Era agradable tener compañía. Últimamente se sentía sola ypocoapocosusamigosseestabandistanciandomás,entrandoennuevoscírculossociales,mientrasellaseguíainadaptada.—¿Cuándoosmudasteis?—quisosaber.—Hace más de un mes. Empecé las clases hace tres semanas y hasta
ahora las cosas me han ido bastante bien. Afortunadamente he pasadodesapercibido,hastaquemehetopadoconelpsicópatadetuamigo.—Jim es inofensivo. Descerebrado, eso sí, no puedo negarlo. La
inteligenciabrillaporsuausencia,peronoesunmaltipo.—¿En serio? —preguntó llevándose el dedo al puente de las gafas
subiéndolas unos centímetros—. ¿Cómo te puede parecer buen tipoalguienqueseaprovechadesupopularidadpararllevarachicasafiestas,coquetearconellas,emborracharlasyluegoacostarseconellas?Túeresmujer, ¿cómo te sentirías si alguien como él te hiciera sentir especial,diferente y le entregases tu virginidad? Mi hermana lo ha vivido. Nollevamos ni un mes aquí y ya es incapaz de acudir a clase —bramóponiéndoseenpie—.Cuandoestamañanamehasdefendidohellegadoapensarqueerasdiferente,perono.Erescomolasdemás.—¿Teestámolestando?—preguntóJim.Eljovenhabíaaparecidodetrás
de Matthew. Estaba recto, imponente, con los anchos hombros biencuadrados—.Friki,notevuelvasaacercaramiamiga—dijotomandoaljovendelasudaderaylanzándoloalsuelo.Desdeeste,elchicolanzóunalastimeramiradaaEllenysemarchó.Lachicaquisoirdetrásdeél,peroJimsecruzódelantedeella.—¿Sepuedesaberquétepasa?—preguntógolpeándoleenelpecho—.
Novoyasalircontigo,¿meoyes?Dejaquehableconquienquieray túsiguemanoseandoalatontadeturnoquetellevarásalacama.Ellenhabíaalzadolavozmásdeloprevisto.Losdemásalumnosestaban
pendientesdeellayJim.Estenoreaccionó.Permanecióserioycontonosuave,ledijo.—¡Acompáñame!Ellen, avergonzada por el espectáculo que había formado, agradeció
salirdeallíycabizbajasiguióaJim.Abandonaronelcomedoryentrarondenuevoeneledificioparacaminarporunlargopasilloquedabaaccesoalcampodefútbol.Mientrasalgunoschicosentrenaban,EllenyJimcaminabanporlazona,
ensilencio,hastaquelamuchachavolvióahablar.—Nopuedesseguircomportándotedeestamanera.Teherechazado,ya
hasencontradoconsueloenotrachicayporunavezquealguienseacercaahablarconmigovienestúyloalejasdemí.¡Noeresminovio,Jim!—Lo sé—respondió él cruzándose de brazos—.Pero soy tu amigo y
quiero protegerte. No es buen tipo, Ellen, no lo es. Los rumores sonciertos.Ledesfigurólacaraauncompañerosuyoensuanteriorcentro.—¡Porfavor!—exclamóconlosojosenblanco—.Cadavezquealguien
viene al centro corren todo tipode rumores cada cualmáspintorescoysolo son eso Jim, estúpidos rumores que hay que ignorar. Yo… noentiendo tu cólera hacia él, pero sí queMatthew esté enfadado contigo.¡Hasdestrozadoelcorazóndesuhermana!—¿Qué?—preguntósorprendido—.¡Esetiponotienehermana!—¿Acaso lo conoces bien? ¿Llevas un listado de todas las chicas que
lleganalinstitutooalgoasíparallevártelasalacama?—Oh, vamosEllen, haces que suene peor de lo que es.He estado con
muchaschicasyqué.Megustastú,losabesyteseréfiel,peromientrasmesigas rechazando saldré con otras y por supuesto tendré sexo —sedefendiósinalterarse—.Creoquetodaslaschicasmeconocendesobra,saben cómo soy y lo que van a encontrar cuando están conmigo. Mi
corazónestuyo,Ellen,perohastaqueteconquiste,novoyapermaneceradosvelas.—Es cierto,muchas saben cómo eres, pero dime. ¿Nohas coqueteado
algunavezconalgunajovenquesentíaalgoporti,queinclusoeravirgenydespuéslehasrotoelcorazónalnohacerlenicaso?NomelonieguesJim,porqueséqueesverdadyentiendoelrencorquesienteMatthewporti,porquelehasrotoelcorazónasuhermana.EnestaocasiónJimempalideció.Ellennodijonadamás.Volviósobre
sus pasos para reanudar sus tareas, pero de nuevo el chico le impidiócontinuar.Latomódelamanoyellaselibródelcontactodeélcongranrapidez.—Esetiponotienehermana—bramóensudefensa—.¿Porquénome
preguntaselmotivodequé lehaga lavida imposible?Nohumilloa losnuevosylosabes,esenoesmiestilo.Peroestechicoesunpirado.EllenhizooídossordosalaspalabrasdeJim.Noqueríaescucharlomás.—¡Losiento!—gritó.Ella sabíamuy bien porqué le pedía disculpas y no era por lo que le
habíahechoaMatthewoalahermanaqueélasegurabanoexistía.LosdossabíanquesereferíanaClaire,lahermanamayordeEllen.AdiferenciadeEllen,Claireeramuytímida,encerradaensímismayle
costaba mucho hacer amistades. Además era muy ingenua, gentil einocente.YseenamorólocamentedeJim.Esofuehaceunaño,aunqueparecíaquehubierapasadomástiempo.Y
lahistoriaerasimple.ClaireseentregóaJimeinclusosehizoilusionesdequeesarelaciónibaamás.PorsupuestoEllenignorabaquesuhermanahubieraempezadounromanceconelchicoyquehabíanhechoelamor.Clairesiemprefuemuyreservada.Enunafiestaenlaplayacometióunerrorquejamásseperdonaría.Fue
laprimeraocasióndondeprobóelalcoholytambiénlaúltima.Aúnpodíarecordar aquella noche e incluso casi sentía el calor de la hogueravertiéndosesobresusbrazosylasmanosdeJimacariciándola.Entre risas, bromas y el alcohol, acabaron en los brazos del uno y el
otro,frentealfuego,besándose.Nollegaronamás.Unpardebesos,conlengua incluido, por supuesto y acabaron interrumpiéndose cuandoescucharonlavozdeClairesusurrarelnombredeJim.AmboslehabíanrotoelcorazónyEllenaúnnoseloperdonaba.Después de eso Claire cayó en una gran depresión. La madre de las
chicasculpabaaEllenyundía,asísinmás,ambasdesaparecierondejandounacarta.LamadredeEllensellevabaaClaireaToronto,dondeestabasufamilia
yesperabaqueserecuperase,porloquedejóaEllenyasupadresolos.Unosmesesdespuésrecibieronunallamadadeunaabogadaparallegaraunacuerdodedivorcio.Finalmente Ellen se quedó con su padre, un reconocido productor
musical, por lo que viajaba bastante y Ellen pasaba la mayor parte deltiempoconelservicio.Ya había pasado un año y la chica apenas mantenía relación con su
madreyhermana.Debidoaunerrorquenuncaseperdonaría.Conlallegadadelanochelaplayasellenódeadolescentesdispuestosa
pasarlo bien, entre ellos, Tracy, Glen y Jim. Este último ya se habíatomado algunas cervezas de más y eso preocupaba a Tracy, que estabajuntoaél,frentealahoguera.—Hoyhasformadounbuenespectáculo—lereprochólachicamientras
dabaunsorboalabebida—.ConesaactitudsoloalejarasaEllendetiylosabes.—¡Vosotrosnoloentendéis!—exclamóarrastrandolaspalabras—.Ese
tipo…—¿Quépasaconél?—preguntóTracyenfadada—.Ahoralahastomado
conélporqueflirteaconEllen,sifueraotrotambiénestaríasparanoicoymontándotepelículas.Jimlanzóungruñidoysemarchó.Caminóporlaplayaalejándosecada
vezmásymásdelahoguera.Sacósumóvildelosvaquerosycomenzóaescribirunmensajedetexto.SientoeldañoquetehecausadoyloquelehiceaClaire.Ojalápudiera
volveratrás.A poca distancia donde en ese momento se celebraba la fiesta, Ellen
escaneabaeldibujoquehabíahechodesusamigosparacomenzaradarlecolor con el programadel ordenador.El proceso todavía tardaría y fueentoncescuandoescuchóelpitidodeunmensaje.Inevitablementelosojos
se le llenaron de lágrimas al leer la disculpa de Jim. Y no tardó enresponderle.No pienses más en ello. Yo también cometí errores. Debemos seguir
adelante.Yantesdedarlealateclaenviar,recibiódosmensajesmásdeJim.Tenemos que hablar. Conozco aMatthew… es largo de explicar. No te
acerquesaél.No miento, puedo demostrarlo. Te enviaré una página que quiero que
visites.Ellen aguardó las misteriosas explicaciones de Jim, pero estas nunca
llegaron. Era evidente que había bebido de más en la fiesta y estabaintentadosolucionarlascosasconella.Peroyaestabacansada.Jimhabíasido un gran error en su vida y debía olvidarlo, por lo que volvió acentrarseenlailustración.Tracy yGlen caminabanmuy acaramelados por la playa, sin dejar de
besarseoapartarselasmanoselunodelotro.Habíanllegadoaunazonade la playa dondedestacabauna serie de rocas, perfectos para ocultarseentreellosyencontrarciertaintimidad.Sinembargo,ungemidoalertóalapareja.Pensaronqueotrosyaseles
habían adelantado y robado su nidito de amor, pero no tardaron enreconocerquelosgemidosnoerandeplacer,sinodedolor.—¡Quédateaquí!—ordenóGlenaunanerviosaTracy.Elmuchacho comenzó a caminar entre las rocas conmucho cuidado,
viendoenestasalgooscuro.Estabasegurodequéerasangreytrassortearungruporocosoqueascendíaunosmetrosymirarabajo,encontróaJim.—¡Pideayuda!—gritó—.Llamaaunaambulancia—suplicónerviosoy
saltóalaarena.EnellayacíaJim.Teníalacaraamoratada,llenadesangre
—.Tranquiloamigo,prontollegaráunaambulancia—ledijointentandoconsolarlo,sinatreverseamoverlo.
6
Sue
Sue hizo una pausa, bebió el último sorbo del café y como esperaba,
escuchólasimpacientespalabrasdeRebecca.—¿Qué pasó? ¿Qué le sucedió a Jim?—preguntó con los ojos muy
abiertos.Pero Sue no respondió. Tomó su cartera y dejó el dinero en lamesa,
ademásde lapropinaehizoungestoaRebeccaparaque semarcharan.Era hora de regresar a casa, aunque durante el trayecto, la muchachaseguíainterrogandoalamujer.—¿Por qué tienes interés en qué escuche esta historia? Quiero decir,
¿quéganasconello?Sue,noentiendoeste trato.Dejasquemequedeencasaacambiodeescucharte…—Tienesqueserpaciente,soloacabamosdeempezar.Sueobservócomolachicasemordíaellabioparadespuéscomenzara
observarlosalrededores.Estabapensativa,peronoparecíaturbadacomodías atrás. Quizás al fin su mente estaba descansando de todos losproblemasqueteníaconDerekyahoraestabacentradaenotracosa.EnlahistoriadeEllen,Jim,Matthew,TracyyGlen.—¿Loquemeestáscontandosucediódeverdad?—inquiriólachicacon
elceñofruncido.
—¿Acasonotesuenanlosnombres?Rebecca comenzó a pensar y era cierto, conocía a algunas de las
personasdeesahistoria.TracyeralamejoramigadeSue.EllalallamabacariñosamentetíaTracyyporsupuestotambiénhabíaconocidoaRemyySam,quienessecasaronhacíadosaños.—¿Ytúnoaparecesenlahistoria?—quisosaber—.¿Novoyaconocer
nadadetiytuserroresdelaadolescencia?Suenopudoevitarreír.—Me temo que no.Aunque fui almismo instituto queRemy, Tracy y
Sam, no tenía relación con ellos.Digamos que…pertenecía a un grupomásmarginal,frikisquenospasábamoseldíaleyendofantasía,jugandoapartidasderolycosasasí.Nosotrosnoshicimosbuenosamigosdurantela facultad.Ysi tepreguntas si conocíaEllen, sí, así es. Íbamos juntasaclasedearte—hizounabrevepausayRebeccaobservócomoelrostrodelamujer se teñía de sombras—. ¡Nunca olvidaré ese infernal curso!Dealgunamaneranoscambióatodosysucedieroncosasterribles.No hubomás intercambio de palabras durante el camino. Rebecca no
dejaba demirar por la ventanilla. Tenía la vista perdida, sumida en suspensamientosyprobablementeenlahistoriaqueSuehabíacomenzadoarelatar.Cuando llegaron a casa a las dos le sorprendió encontrar el coche de
Clark en la puerta. Según tenían entendido las dos, no llegaría hasta lanoche.—¿Crees que se habrá enterado? —preguntó Rebecca—. ¿Le habrán
llamadodelinstitutodiciéndolequehefaltadoaclase?—Ahoramismoloaveriguaremos.Lasdossebajarondelautomóvilyentraronenlavivienda.Mientrasque
Rebeccasequedabamásrezagada,Suesubióalpisodearriba,dedondeescuchabaalgunosruidos.Sorprendidavioquesumaridoestabahaciendolamaleta.—Holacariño—lasaludódándoleunbesoydescubriendoquesuhija
estabatrasella—.¿Nodeberíasestarenclase?—leinterrogódudoso.—No se encontraba bien—añadió Sue antes de que la chica pudiera
hablar—.Ymellamóparaquefueraarecogerla.Clarkchasqueólalengua.Seacercóasuhijaytrasretirarleelvendaje
quecubríasurostro,observólaherida.—Se ha infectado un poco, pero no te preocupes cariño, no te dejará
cicatriz.Voy a recetarte unosmedicamentos y verás cómo en unos díasestásbien.—¿Qué haces aquí? —preguntó Rebecca—. ¿No deberías estar en el
trabajo?—Sí,peromeenvíanaLosÁngeles.Tengoqueacudirauncongreso.El
cirujanoqueibaaimpartirvariasconferenciasestáenfermoytengoquecubrirlo.Estarévariosdíasfuera.Clarkobservólosrostrosdesumujerehija.Enambosapreciótristezay
eneldeSuepreocupación.Yrealmenteleinquietabadejarlassolas.Habíaintentado por todos los medios que otro compañero le cubriera. Perohabíasidoimposibleyasusjefesnoleshabíaagradadoquepusierapegasporacudiraunaconferenciadondesololosmejoresmédicosasistían.Así pues, guardó silencio y ahí estaba. Terminando de preparar la
maleta.Elcochequelellevaríaalaeropuertoestaríaahíenveinteminutos.—¿Estarásbien?—quisosaberClark.Laparejasehabíaquedadoasolas
en el dormitorio y aprovecharon para hablar—.Nome atrae la idea dedejartecontodolodeRebeccaentremanos.Créeme,heintentadocancelarlaconferencia,peroamissuperioresnoleshahechoningunagracia.—No tepreocupespornosotras, estaremosbien.Noes laprimeravez
quenosquedamosasolas.Eso era cierto. Clark había viajado en muchísimas ocasiones por
motivosdetrabajoysiempresehabíamarchadotranquilo.Peroahoraeradiferente.El hombre estaba preocupadoporRebecca.Desde el incidentedel instituto una terrible idea rondaba su mente, ¿podría estar su hijasufriendoalgúntipodemaltrato?Solo de pensarlo se le llenaban los ojos de lágrimas. No sabía cómo
lidiar con el asunto. No quería asustar a su hija, no quería perderla oalejarla de él… había visto en el hospital tantos casos de violencia ysiempre había seguido el mismo procedimiento. Pero ahora queposiblemente estaba sucediendo algo similar delante de él… no sabíacómoactuar.¡Derek!Parecíatanimpropiodeél.Eraunbuenmuchacho…puedeque
laversiónnarradaporélfueraciertayamboschicossepelearon.Estabaclaroquenecesitabahablardel temamuyen serioconRebecca,pero loharía después del viaje, se prometió Clark. Entonces todo quedaríaaclarado.Finalmenteelhombresedespidiódesumujerehijayprometióqueles
llamaríaencuantollegaseaLosÁngeles.El resto del día trascurrió connormalidad.Rebeccahabía estadoparte
del tiempo en su habitación estudiando, mientras que Sue seguíatrabajandoenlamesadelacocina.Ahoraquehabíaterminadodeentregarlaportada,teníaunasemanapara
ella antes de ponerse a trabajar en el siguiente proyecto y aunque loidóneohubierasidoqueaprovechaseesetiempoparadescansar,aSuenole gustaba estar muchos días sin hacer nada. Eso le permitía pensar encosasqueahoramismonoestabapreparadaparaenfrentarse.Por ello mismo se dispuso a emplear el tiempo en escribir. Quería
publicarunnuevolibroilustradoporellayyaeraelmomentodeponersemanosenlaobra.Susdedossemovíanagranvelocidad,absortaporlahistoriaqueestaba
narrando, el tiempo no tenía ninguna lógica para ella. Solo existían lospersonajesysusvivencias.Estabatanabsortaeneltrabajoquenisiquieraescuchólossonidosprovenientesdelpisosuperior.Rebeccahabía terminado todas las tareasque teníapendiente.Estabaal
díaconlasasignaturaseinclusosehabíapreparadoparaunexamenquetendría la siguiente semana. Hubiera sido un buen momento paraconectarsealaredydistraersumente,peroentoncesrecordóqueSuelehabíaprivadodetodasesascomodidades.Traslanzarunsuspiroyapagarelordenadorsepusoenpieylanzóuna
miradaaunapuertablancaalfondodelahabitación.Noeraunarmario,estequedabaapocoscentímetrosalaizquierda,enrealidadesapuertalacomunicabaconotraestancia.Añosatrás, cuando ledijoa supadrequequería serbailarina,unió su
habitación a la continua e incluso hizo que se comunicasen entre ellasmedianteunapuertaensudormitorio.Yesecuartosehabíatrasformadoenunapreciosaypequeñasaladebaile.Tras cambiarse de ropa y vestir el calzado adecuado, entró en ella e
inevitablementelanzóunlargovistazoysedejóenvolverporelentorno.Eloloramaderadel suelo,el sonidodesuspasosalcaminarhacia la
barraincrustadaalapared,todaelladecoradaconespejosdesdeelsuelo
hastaeltecho.Necesitababailarytrasactivarlamúsica,comenzóadanzar.Estabatan
concentrada en perfeccionar sus agarrotados movimientos, que no sehabíadadocuentadequeDereklaobservabadesdesudormitorio.El muchacho había subido por las cañerías y se había colado en la
habitación.Noeralaprimeravezquelohacía,aunqueahoraRebeccanoeraconscientedequeeraobservada.Derekcontemplósusmovimientos,labellezaconlaquesemovíayno
pudoseguiroculto.AllanólahabitaciónyobservócomoelsemblantedeRebeccaempalidecíaeinclusosedisponíaagritar.Derekcorrióhaciaellaylecubriólaboca,evitandoquelodelatara.—Porfavor,cariño,porfavor,nogrites.Novoyahacertedaño.No…
noqueríaentrardeestamanera,perohoyhashuidodemíyesomeestádestrozando—confesóconlosojoscubiertosenlágrimasyaflojandolamanoquecubríaloslabiosdelachica—.Losiento.Noséquémepasóynosabescuántomeodioporhabertehechodaño.Perolaideadeperdertemeatemoriza.Noséquéserádemividasitúnoestásconmigo.La angustia de Derek era real, comprendió Rebecca. El muchacho se
habíadejadocaeralsuelo,destrozado,abrazadoasuspantorrillasyentresollozosmurmuraba.—Tú me haces buena persona y no quiero perderte. Contigo he
conocidoloqueeselamor,loqueesimportarleaalguienysitepierdo,sitepierdo,moriré.¡TequieroRebecca!Porfavor,perdóname,porfavor,nomedejes.La chica se agachó frente a él. Intercambiaronmiradasy los dedosde
Derek se deslizaron con cuidadopor la herida de la chica.Undesgarrodolorosorompióenlagargantadelchicoygolpeóelsueloconrabiaalavezquelepedíaperdónunayotravez.ARebeccaselehizoañicoselalmaalverasíaDerek.Aquienlehabía
entregadosuvirginidad,quienlahizosentirseespecialdeentretodaslaschicascuandolaescogióaella,alararitabailarinaquenuncahabíaidoaunafiestaosehabíaemborrachadohastacaerinconsciente.Alajovenqueno iba a clasemaquillada,ni compraba ropa interiorpara aparentardostallasmásdepecho.Éllaqueríacomoera.Unachicacomúnycorriente.Inteligente,normal,
no una súper modelo; él había llenado el vacío que Tyler dejó en ellacuando le rompió el corazón.Él le hizo ver lo especial qué era cuando
muchagentelediodeladopornosercomoellas,pornoirafiestas,pordedicarsealadanza…Loquehabíapasadoestatardeerasuculpa.DejarqueTylerlatocasede
esamanera… si Derek acariciase a alguna chica, no sabía que sería deella.Estaríadestrozada.—¡Lo siento! —murmuró Becca—. Si tú le prestases atención a otra
chica,si…sihicierasespecialaotracomomehacesamí,noséquéseríademí.Entonces le besó. Fue dulce, cálido y breve. Ni siquiera sabía cómo
reaccionaríaél.PeroDereklaacogiódebuenagana;abriósubocaaladeella,saboreándola,anhelandonosepararsenuncadelapersonaquemásleimportaba.Beccasedejócaer,acogiendoentresuspiernaselcuerpodeDerek,que
sin dejar de besarla, comenzaba a deslizar susmanos bajo sus prendas,acariciandosuspechos,estimulandosucuerpo.Durante un instante se miró en el espejo. Estaba bajo Derek. Era tan
grande en comparación con ella; casi le tenía cubierta por completo.Estabaasumerced,comouninsectoquehabíacaídoenunateladearaña,esperando, sin oportunidad alguna a ser devorado. Cuando esepensamientocruzósumente,laslágrimasbrotarondesusojosyapartólavistadelespejo,evitandolarealidadqueestelemostrabaydeseabaevitar.SecentróenDerek,ensuscariciasybesos.Nuncahabíasidotandulce
comoen esemomento, complaciéndola en cada instante, centrándose enella,estimulandosussentidoshastaquealcanzóelclímaxprovocandoquetodosucuerposearqueara.SugemidofuetragadoporlabocadeDerek,quesepreparabaparaintroducirseenella.Beccacomprobóquetardabamásdeloprevisto.Anhelabatenerloensu
interior,quellenaseelvacíoqueamenazabaconromperlaenpedazos,condevolverlaalarealidad.Ycomprobósutardanza.Enestaocasiónsiusabaprecaución como en tantas ocasiones ella le había pedido…entonces locomprendió.Laqueríaylaamaba.LaconcentracióndeSueseviointerrumpidacuandosumóvilemitióel
sonidodeune-mailrecibido.Alavezquetomabaelteléfonolomaldecíaporhaberinterrumpidosuconcentracióneinclusoporunmomentodeseóignorarlo,peropensóquequizáseraalgúnmensajedeClark,porloqueaccedióalabandejadecorreo.
Nada más abrir el mensaje, el teléfono cayó al suelo a la vez que larespiracióndeSueseaceleraba.Debíaenfrentarsealarealidadyaccedióasucorreoatravésdelordenador.Soloteníaunmensajedeunremitentedesconocidoyenasuntodecía:
Estoycercadeti.Alabrirlo,leyó.Elpasadoesunfantasmadelquenuncasepuedeescaparyélsiemprete
perseguiráparahacerpagarlasinjusticias.Puedes mentirte cuando quieras, nunca te abandonaré. Estoy contigo.
Desdeahora,hastaelfinal,elcualestámáscerca.Tuataúdteespera…Alfinaldelmensajeseadjuntabaunafotoconlaimagendeunalápida.
Enellaseañadíasunombre, fechadenacimientoe inclusounafechademuerte…dentrodesietedías.Unas risas provocaron que Sue se levantara presurosa a la vez que
bajaba la tapa del ordenador. Con sorpresa observó a Rebecca y Derekbajarlasescalerasmuyacaramelados.—¿Quédemonioshacesenmicasa?—gritóSueendirecciónalchico
—.Fueradeaquíantesdequellamealapolicía.—¡Esminovio!—ledefendiólachica—.Ytúnoeresquienparadecidir
quiénentraono.Noestucasa,eslademipadre,¡élpagatodoloquenosrodea!—¿Cómo puedes defenderle? —gritó perdiendo el control ante la
adolescente—. Casi te destroza la cara. ¿Qué será lo próximo qué lehagas? —chilló en dirección a Derek—. La golpearás por ir a clase,machacarás su vientre por llevarte la contraria, la abofetearás pordedicarleunasonrisaaalguienquenoseastú…—mientrasloacusabadeposiblesacciones,Sueibaacortandodistanciacontraelmuchacho,quesemanteníarígidosinperderlacompostura—.Ocuandoalfinabralosojosyseatrevaaalejarsedeti,temancharáslasmanosconsusangrecontaldenodejarlaescapar.—¡Basta!—gritóRebeccaanteponiéndoseentrelaparejayempujandoa
Sue alejándola de Derek. El golpe pilló de sorpresa a la mujer que nomantuvo el equilibro y cayó al suelo—. Estás loca, ¿te has oído? ¿Has
escuchado todo loquehasdicho?—preguntócon losojosmuyabiertos—.Eresunasádicaymipadre tienequesaberqué tipodepensamientosrondantumente.Firme y carente de emociones, Rebecca le lanzó una últimamirada a
Sue,tiradaenelsuelo,conlosojosenrojecidosdebidoalaslágrimas.Nohubomáspalabras.Laparejaabandonólacasa,dejándolasumidaensuspensamientos.Suereaccionóalcabodeunosminutos.Sepusoenpieycaminóhaciala
cocina. Furiosa golpeó varios objetos sobre la encimera de la cocinatirándolos al suelo e hizo lo mismo con lo que encontró frente alfregadero,paraalcabodeunossegundossentarsesobrelasillayocultarlacabezaentresusmanos.No podía creer que se hubiera enfrentado de esamanera a Rebecca y
Derek. Había perdido los nervios y con tales acusaciones no iba aconseguirnada,salvoalejarmásaBeccayacercarlaaél.Peroaunquesehabíaprometidoactuarconracionalidad,habíasidoincapazdehacerloalvolveraverasuhijastraconesetipo.Nosupocuántotiempoestuvosentadaconlacabezacasiocultaentresus
manos,nicuandosurespiraciónllegóacalmarseyhubierapermanecidoenlamismaposturasinohubierasidoporelteléfono.Sonaba en ese instante y por un momento pensó que quizás fuera
Becca…quizásnecesitaseayuda.Yrespondióalallamadasinpensarlo.—¡Sí!Al otro lado de la línea no se escuchó nada, por lo que Sue volvió a
insistir.—¡Sietedías!—respondióelmisteriosointerlocutor.Suenosupodecir
sierahombreomujer,pueslavozsonabadistorsionadagraciasaalgúntipodeprogramainformático—.Yentoncesteenterrarévivaenlatumba,comoyoheestadomuertoenvidaestosaños.Laconversaciónterminóalmismomomentoquelaslucesdelacasase
apagaron.Sue se obligó a tranquilizarse y comenzó a palpar los muebles de la
cocina,mientrasaciegas,abríauncajóntrasotro.Sabíaqueenalgunodeellos había visto alguna que otra vez una linterna y velas. Pero nada.Cuando le hacía falta no lo encontraba. Lo único que le quedaba era suteléfonomóvil,quealcogerloypulsaruna tecla iluminómásde loqueesperaba.Ya listasedispusoabajaral sótanoyaveriguarsi losplomos
estabanbienosedebíaaotrotipodeavería.Perocuandoseñalóhaciaelmarcoqueseparabalacocinadelhall,vio
quenoestabasola.Unafiguraembutidaenropasoscurasleesperaba.Derekhabíaconducidohastaunahamburgueseríacercanaymientrasél
hacía el pedido, Rebecca esperaba fuera, en una de las muchas mesas,intentando hacer oídos sordos a los murmullos que unas compañerassuyasdeclaseledirigían.Parasumalafortunaloshabíanvistoymuchassehabíanquedadoconla
boca abierta al verlos tomados de la mano. No le importaba. Les dabaigualloquepensasendeella,peroestabacansadadesentirsumirada.—¡Ya estoy de vuelta! —anunció Derek tomando asiento junto a ella
cargandodosbandejas—.Sientohabertehechoesperar.Lachicanodijonada.Tomóelvasodelrefrescoydiounsorbo.Derek
no dejaba de mirarle a la vez que le sonreía, gesto que le resultóencantador.Nosiempredisfrutabadesubuenhumor,casisiempreestabademorrosoconelceñofruncidodebidoaalgoquehabíahechoquenoaprobase.Perohoysedecantabaencuidados.—Ademástengootracosaparati—dijoentregándoleunapequeñacaja
donde se veía el dibujo de un teléfono móvil—. No es ningún últimomodeloninadaporelestilo,perohepensadoquehastaquetumadrastratedevuelvaeltuyo,podremosestarencontactoyasínadienosseparará—añadiótomándoladelamano.—Gracias —confesó dándole un beso—. Ella no nos quiere separar,
solo está preocupada por mí. Los dos sabemos que últimamente hedescuidadolosestudiosytantoellacomomipadrequierenquevayaalauniversidad.—Peronomehadejadodisculparmecontigo,niverte,hahechotodolo
posibleparaquenosveamosypudieraexpresarcuantosiento loquehehechoycuantotequiero.¿Porquéharíaalgoasí?Cariño,nolegusto,noquierequeestemos juntos, tú laescuchastehaceunmomentoy todas lascosashorrendasquedijosobremí.—Alfinalvaaserciertoquetodaslasmadrastrassonlasmalasdelos
cuentos—dijo la chica, dando por terminada la conversación. TodavíaestabademasiadoperturbadaporlosucedidoconSuecomoparahablardeello—.Mañanairéalinstitutoymeenfrentaréatodosloquecuchichean
denosotros,comoloqueestánhablandoesasdos—añadióseñalandoconlacabezaadoschicasqueibanalmismocentro.—¡Solo nos tienen envidia! Ellas nunca encontrarán a alguien que te
quiera tanto como yo—fueron las palabras deDerek antes de volver abesarla.Más tarde elmuchacho llevaba de vuelta aRebecca a su casa.Reían y
bromeaban,a lavezquesedevolvíanalgunaqueotracarantoña.Peroelbuen humor de Derek desapareció cuando vio un coche de policíaaparcadoenlaentradadelacasadeRebecca.—¡No puedo creer que esa puta haya llamado a la policía! —gruñó
golpeandoelvolante—.Voyamatarla.¡Voyamatarla!Apesardelosgritosdelchico,Rebeccanohabíaescuchadonada,puesa
diferenciadeélsuatenciónestabafijaenunaambulanciaaparcadafrentealavivienda,apocosmetrosdelvehículopolicial.Conmanos temblorosas se arrebató el cinturón, salió del automóvil y
echóacorrerhacialavivienda,hastaqueunpolicíaleimpidióentrar.—Losiento,nopuedepasar.—¿Qué ha pasado? —preguntó asustada, llevándose las manos a la
cabeza—.Mimadre…mimadre,¿lehapasadoalgo
7
Sue
DuranteunossegundosSuesequedóparalizada.Noestabasolaencasa;
aescasadistanciahabíaunhombreyestabaseguradequeelcortedeluznohabíasidounaccidente.Cuandosusmúsculosledejaronreaccionar,segiróycomenzóacorrer
endireccióna lapuerta.Sinembargo,suacechadorfuemásrápidoysetiróencimadeella.Ambos cayeron al suelo y quedó aplastada por el peso de él. Aun así
comenzó a forcejear, intentando alcanzar algún objeto. Pero no logrónada, salvo que el hombre la tomase del cabello y le golpease la caracontraelsuelo.Cerca de la inconsciencia notó como el ladrón le arrebataba una
preciosa gargantilla que Clark le regaló hacía años. Sue esperaba quefueraesoloquequería.Quesolofueraunladrón,tomaraloquequisiera,y agradeció que Rebecca no estuviera en casa. Si ella misma no habíapodidodefenderse,cómoibaaprotegerasuhijastra.Entonces sintióqueelhombre seponíaenpie.Peroantesdeapartarse
definitivamente de ella, acarició su larga melena e incluso notó supegajosoalientosusurrarlealgoaloídoquenollegóaidentificar.Enesemomento lo supo.Noeraun ladrón.Eraél.Suacosador,yera
muyastuto.Conel robo lapolicíano tomaríaenserio lasamenazas,norelacionaríanunhechoconelotroyesolaenfureció.Odiabasentirsetandesvalida,amerceddealguienehizoacopiodefuerzas.Quisolevantarse,peroelhombreleasestóunapatadaenelestómagoydenuevolagolpeólacabeza.Nopodíaaguantarmás,estabaallímitedesusfuerzas,aunqueparasubuenafortunaleviomarcharseporlapuertayellasucumbióalaoscuridad.Suenosupocuánto tiempoestuvo inconsciente.Puedequefueranunos
minutoso algomás, pero cuandovolvió en sí, lo primeroquehizo fuetomarsumóvilyllamaraemergencias.Tantolapolicíacomolaambulancianotardaronenllegar.Mientraslos
agentes inspeccionaban la casa, los enfermeros se hacían cargo de ella.Afortunadamenteno teníamuchoque lamentar, solounapequeñaheridaenlafrentealaqueyaestabandandopuntos.—SeñoraKenyon—añadióunjovenpolicíaquellegóhastaella—.Tras
elcordónpolicialtenemosaunachicaquedicesersuhija,¿quierequeledejepasar?—Síporfavor,déjelepasar.ElhombrediolaordenySuevioalamuchachaapocosmetrosycomo
echaba a correr en su dirección.No hubo ninguna palabra entre ambas;RebeccaabrazóaSuealavezquetemblaba.SolosesepararoncuandolaagenteLuxDanielsapareciójuntoaellas.—Todopareceindicarquehasidounrobo.Hemosencontradocajones
abiertos en la planta superior y en su dormitorio, además el intruso lerobó la gargantilla que llevaba. El equipo está analizando las posibleshuellasquehayapodidodejar.—¿Quéhapasado?—interrumpióRebecca—.Noentiendonada.La agente miró a Sue y esta hizo un gesto afirmativo para que
respondieraalamuchacha.—Sumadrastrahasidoatacadaestatardeporunhombrecorpulento.Iba
ataviado con ropas oscuras y le es imposible identificarlo. Seguimospensandoqueesunrobo,peroteniendoencuentalasamenazasrecibidas,nopodemosdescartarlaopcióndequehayasidounataque.—¡¿Amenazas?!—exclamóBeccacon sorpresa—.¿Quéamenazas?—
preguntómirandoaSue—.¿Aquéserefiere?
—TranquilaRebecca,nadafueradelohabitual.Nadaquenohayasvistoantesoencuentrescuando indagasunpocoen la red.Acérrimos fansdeotrosescritoresquemeatacan,enfin,esascosas.Sabesquelidioconellodiariamente.—¡Peronoamenazas!Tengoquellamarapapá—anuncióalejándosede
ella,nosinantestomarelteléfonodesumadrastra.Yaasolas,laagenteDanielsySuesiguieronconversando.—¿Havueltoarecibiralgúncorreo?Duranteun instanteSueno respondió.Noapartaba lavistade lachica.
Hablabaagitadamenteporelmóvil,con lavozentrecortada.Ellaaúnnohabía informado a Clark; prefería hacerlo más tarde, cuando todoestuvieramástranquilo,peroBeccanolehabíadadoocasióndeello.—Irémañanaacomisaría—anuncióSue—.Séqueapesardequehaya
robadoalgunasjoyas,eraél.Hubounmomentoenelquemesusurróalgoal oído. Solo quiere hacerme sufrir, que sepa que está cerca y puedevulnerarmividacuandoquiera.—De acuerdo, hablaremos mañana, pero sabe que su teoría va a ser
difícil de demostrar, ya que han robado varias pertenencias —le hizosaber Lux—. Pero yo la creo. Esa persona es muy inteligente y nomeimportaloquediganmiscompañeros,estoyconustedymeharécargodeatraparlo.Sueagradecióinfinitamentelaspalabrasdelaagente.Alfin,desdeque
habíaempezadotodalapesadilla,nosesentíatansola.No fuehastacercademedianochecuandoSueyRebecca regresarona
casa. Para entonces el equipo ya había terminado de tomar todas laspruebasnecesariasysehabíanaseguradodequelacasafuerasegura.Aunasí, Sue les prometió quemañanamismo instalaría otro tipo de alarma,muchomásseguraquelaactual.ApesardequelaagenteLuxDanielsleshabíaaconsejadoquepasasenla
noche en otro sitio, Sue se había negado. Ese era su hogar y no queríacomplacer al misterioso atacante dándole la satisfacción de haberleechadodesucasaypeoraún,darleelpoderdehacerlasentir indefensa.Esonolopermitiríanunca.Yaunquesabíaqueseríaincapazdeconciliarelsueño,nohabíaotrolugarenelquequeríaestar.Más tarde, y acomodada entre almohadas y cojines, mantenía una
conversaciónmedianteSkypeconClark.—¡Esto no habría sucedido si yo estuviera en casa! —se lamentó el
hombre—.Mañanamismoestaréahí,encuantopilleelprimervuelometendréisencasa.—¡Clark!—exclamó Sue alargando la última sílaba de su nombre—.
Llevas años esperando ser convocado para este congreso. No puedestirarloporlaborda.Tienesquehacerlesvertuformadepensar,nosololadetrabajar.PuedesayudaramuchasfamiliascomoladeTyler.—¡Ahoranopuedopensareneso!Tehanatacado…tehanherido.¿Ysi
vuelve?—No volverá. Solo ha sido un robo yme encargaré de todo.Mañana
mismoinstalaréunnuevoequipodeseguridad,elmáscaro,siesotehacesentirmásseguro—añadiólograndoarrancarleunasonrisaalavezquemiraba a la puerta y encontraba en ella a Rebecca con una taza demanzanilla—.Solotequedandosdías.Estaremosbien.Hasidounrobo,esascosaspasanyafortunadamentenohayquelamentargrandesmales—mástranquilaobservócómoClarkasentíaysefrotabaelpeloconenergía—.Beccaestáaquí,¿quiereshablarconella?ElhombreasintióySueletendióalachicalaTabletysemarchóasu
habitación.—¿Estásmástranquila?—preguntóél—.Teprometoquevoyahacerlo
queestéenmimanoparaestardevueltamañana.—¡Losiento!—susurróella.—Cariño, no tienes nada que sentir. No ha sido culpa tuya; no podías
haberhechonada.Nosabescuántomealegrodequesalierasalcineconunasamigas.AlescucharestonopudocreerqueSuehubieramentidodenuevopor
ella.SisupadreseenterabadequehabíasalidoconDerek,delapeleaconSueeinclusodelempujón,nosabíaquépensaríadeella.—Intentadescansar.Estarédevueltaantesdequeosdeiscuenta.Becca se despidió de su padre y regresó al dormitorio de Sue para
entregarlelaTablet.Entoncesmiróalamujerydesuslabiossalieronlasmismaspalabrasquelehabíadichoasupadre.Lo sentía y muchísimo, pero no podía hacer nada para volver atrás,
únicamentenocometerlosmismoserrores.Tras darle las buenas noches a Sue, la chica regresó a su habitación.
Peroantesdemeterseenlacamacomprobóquelaventanaestuvierabien
cerrada,miródesdeesta,esperandoveraalguien,peroniunalmapaseabaaesashorasporlascalles.Agotadasemetióenlacamayunpitidolaalarmó.Veníadesubolsoy
entonces recordó el teléfono queDerek le había regalado. Presurosa lotomóantesdequeelsonidoalarmaseaSue.InquietavioqueteníadiezllamadasperdidasdeDerek,aquienllamóde
inmediato.—¿Cómo estás? —preguntó el muchacho nada más ser atendido—.
Cariño, siento mucho no haber estado contigo, haberme ido sin tansiquiera despedirme. Pero después del encuentro de esta tarde con tumadrastra,nocreíoportunoestarallí.—¡No pasa nada! Sue está bien. Alguien ha entrado a robar y le han
atacado,pero…—bruscamente,fueinterrumpida.—Vaya, cuanto lo siento.Y qué has estado haciendo hasta ahora. ¡Han
pasadohorasdesdequemefui!Tehellamadomuchasveces.—Suehasidoatacada—repitióconciertotonodeenfadoensuvoz—.
Lapolicíahaestadoaquí,hantomadopruebas,noshanhechopreguntas.—Estabatanpreocupado.Tequierotantoquesolopensarquetehubiera
ocurridoalgo…noséquéhabríasidodemí.—¡Estábien!—añadióRebeccasuspirando—.Hasidoundíamuylargo.
Yahablamosmañana.—¿Por qué estás deseando colgarme? Yo… he estado de los nervios,
deseandopoderhablarcontigo,escuchartuvozyahoramequierescolgaralamínima.¿Tienesalgoquéhacer?¿Hasquedadoconalguien?—Estás paranoico. ¡Estoy cansada! Durante horas la policía ha estado
hurgandoennuestrascosas,sacandohuellasdetodoymehepasadootropar de horas intentando borrar todo lo que ha pasado esta noche,intentandoqueSueesté tranquilayolvide loque lehapasado.Porquesiyoestuvieraensulugar,estaríatemblandodepiesacabeza.—Perdonacariño…teheechadotantodemenos.Trasunosminutosmásde insulsa conversación,que almenospareció
complaceraDerek,logródarlelasbuenasnocheseirseadormir.Estabatanagotadaquecayórendidaalmomento;nofuelomismoenelcasodeSue.Lamujerdabavueltasporlahabitación,pensandoenlosucedidounay
otra vez y en lo que mañana tendría que hablar con la policía. Perotambién pensaba en Rebecca y Derek. El muchacho había vuelto a
engatusarlaycuandolosviojuntosyexplotó,sabíaqueloúnicoquehabíahechoeraunirlosmás.Hacersuamormáspoderoso.Nopodíaseguirporesecamino.Rebeccateníaqueabrirlosojos,peroporsuspropiosmediosoacabaríaalejada.Soloseleocurrióunamaneradehacerlo.Agotadade intentar dormir, sepuso enpiey fuederecha a su estudio.
Tomóasientofrentealordenadorycomenzóaescribir.Noerauncuentomásounlibro,eraalgoqueviviódecercatiempoatrás.TodolosucedidoaEllen, la historia que había comenzado a relatarle aBecca, pero sabíaqueahoranovolveríaaescuchardesuslabios.Denuevoseencontrabaenla telaraña deDerek y lo poco que había avanzado con ella, había sidodestrozadoenunsegundo.Esperaba,quealmenos,loleyera.Unahoramás tardedejaba loescritoen lahabitaciónde suhijastra.Y
regresóasudormitorio.Escribirlehabíaresultadogratificante,liberadoreinclusoleayudóadormir.Nodespertóhastaporlamañanadebidoaunportazo.Alinstanteescuchócomouncochearrancaba.SabíaquecuandoselevantaseyfuesealahabitacióndeRebecca,nolaencontraríaallí.Habíavueltoalinstituto…yconDerek.La vuelta a clase había sido mucho peor de lo que Rebecca supuso.
CuandoentróenelcentrocogidadelamanodeDerek,nohabíaalumnoque no la mirase. Algunos a la cara, a la cicatriz provocada por loscristales,mientrasqueotrosmirabansusmanosunidasycuchicheaban.—No hagas caso de esas miradas —añadió Derek deteniéndose,
tomandoaBeccadelmentónydándoleunbesoeneljustomomentoenelquesonabalacampana—.Nosvemoseneldescanso.Ella asintió y al igual que los demás alumnos comenzó a dispersarse
para asistir a la siguiente clase. No le sorprendió encontrarse a Tylerparadoenmediodelpasillo,conlosbrazoscruzadosyelceñofruncido.Lo evitó. Siguió su camino haciendo oídos sordos a sus palabras. Noqueríaescucharnadadeloquedijese,noqueríaverlo,nihablarconél…eso enfadaría mucho a Derek y quería que su novio siguieracomportándosecomolohizoayer,comolohabíasidohacíauninstante.Bueno,cariñoso,gentil,siempreatentoaellayparaseguirasí,nodebíadisgustarlo.PeroTylerseinterpusoensucamino,evitandoquesiguieraadelante.
—¿Dime que lo que he visto hace un instante no es verdad?—gruñóenfadado—.¿Hasvueltoconél?Diosmío,Rebby,estrellótucaracontraelespejo,teagredió.—¡Lefuiinfiel!Tonteécontigo.Esnormalqueestuvieraenfadado.—Por favor, Rebby, no hiciste nada y aunque así fuera, aunque nos
hubiéramosacostadoolehubieraspuestoloscuernosaesegilipollas,esono esmotivopara una agresión. ¿Meoyes?Una agresión.Tepegó, esofueloquepasó,tepegó.—¡Élmequiere!Ledefraudé.—¡Dejadedecirtonterías!—gritóelchico—.Túereslista, inteligente.
Por favor, Rebby, abre los ojos, ábrelos. Los demás no podemos hacernadasitúnodaselprimerpaso.Tepegóyloharáotravez.Tealejarádetus seres queridos, te harámuchodaño. ¡Tienes que ser fuerte!Él no esbuenoparatiylosabes.—¿Acasotúloeres?—preguntóensupropiadefensa—.¿Aquelqueme
rompióel corazón?Contigoderramémás lágrimasde lasquenuncahederramadoconDerek;tútambiénmehicistedaño,asíquenoeresmejorqueél.Su defensa dejó sin palabras a Tyler, que permitió a Rebecca irse. La
parejahabíaestadotancentradaenladiscusiónquenovieronqueDereklohabíaescuchadotodo.Era la hora de educación física y Tyler estaba jugando al béisbol, en
posicióndebateador.Quizáfueralarabia,elenfadoolaimpotenciaquesentía,peroesohizoquenofallaseniunsologolpe.Unavezfinalizadalaclase,elprofesorloatrajounosminutos.Hasta esemismomomento, la idea de estudiar en una facultad era un
sueñoimposibleparaTyler.Sumadrenopodríapermitírseloypensarenuna beca le parecía también muy lejana, pues aunque no era malestudiante,noeradesobresaliente.Cuandoelprofesor lehablódeojeadoresyposibilidaddeobteneruna
becagraciasaldeporte,losojosseleiluminarondesorpresa.Alfinveíala luz al final del túnel, veía la posibilidad de cambiar su vida, la de sumadreyhermanayharíaloqueestuvieraensumanoporconseguirlo.Radiante se dirigió al baño. No le sorprendió encontrarse solo. Los
demásyaestaríanderegresoenclase.Presurososedirigióalasduchas.
Ahoraqueelprofesorlehabíahabladodeunaposibilidadparacambiarsufuturo,noqueríadarmalaimpresiónanteelrestodelprofesoradoydebíacomportarselomejorposible.Sinembargo,noestabasolo.Alguienseacercabahaciaélporlaespalda
yllevabaconsigounbatedebéisbol.Ycuandoestuvolosuficientementecerca,legolpeó.Tylercayóalsuelosinconcienciaysuagresornoseconformóconun
únicoataque.Leasestóalgunaspatadasenlascostillasyunpuñetazoenlacara.Hubieraseguidoagrediéndoledenoserporlospasosqueescuchó.Sigilososeescabullóantesdeserdescubierto.—¡Estosmuchachos son unos irresponsables!—refunfuñó el profesor
deeducaciónfísicaalverqueunadelasduchasseguíaabierta—.Deberíanpensarmásenelmedioambiente.Cuandopusoelpieenelenormeplatodeducha,comprobóquenosolo
habíaagua,sinotambiénsangreyqueTyleryacíaenelsuelo.
8
Sue
Las clases de los alumnos se interrumpieron cuando escucharon la
sirenadeunaambulanciayladeuncochedepolicía.Apesardequelosprofesoresllamaronalorden,loschicosychicasno
hicieroncaso,entreellosRebecca,ycuál fue susorpresaalencontrarsequesacabanaTylermalheridodelbañodeloschicos.Tenía la cara llena de magulladuras y una mascarilla. Estaba
inconsciente o eso esperaba Rebecca, porque estaba tan pálido.Inevitablemente se sobresaltó cuando unas manos se posaron en sushombros; no le hizo falta girarse, sabía que era Derek. Y angustiadaentrelazósusmanosconlasdeél.—¡Lehandadounapaliza!—añadió el joveny aunqueBeccadeseaba
preguntarelmotivo,nolohizo.Habíaempezadoaconocerasunovio,simostrabainterésporotrochico,seenfurecía,asíquenodijonada.Peroélqueríaseguirhablando—.Alparecernohagustadonadaqueelprofesorlo quisiera en el partido de la semana que viene, al que vendrán unosojeadores.—Nonosecheselmuerto—interrumpióunjovenalqueRebeccahabía
vistoenmuchasocasionesconTyler.EraTristán,sumejoramigo,conelquesehabíacriadoenelmismobarrioyquetambiénjugabaalbéisbol—.
Estohasidocosatuya.Eresunputopsicópataycréeme,demostraréquecasimatasamiamigo.—¡Yo!—exclamódivertido—.Noteníanadaqueperdercontraél,todo
locontrarioatiomeequivoco.¿Losojeadorestambiénteníanpuestolosojosenti?Nohasdejadodealardeardeelloydelagranoportunidadqueteníasentretusmanos,asípodríassalirdelbarriodemalamuertedondevives.Becca observó cómo las manos de Tristán se cerraban en un puño
conteniendodeesamanerasurabia.—Oh, lo olvidaba—prosiguió Derek provocándolo—. ¡Eres latino y
contáisconmásbeneficiosquenosotros!Deberíasvolveratupaís.Había tocado la fibra débil de Tristán, observó Becca al ver como el
muchachose lanzabaenposdeDerek.Ysiellanosehubierametidoenmedio,habríanacabadoapuñetazos.—Dale las gracias a tu novia, ella te ha salvado el culo —añadió
mirando a la chica—.Voy al hospital, ¿vienes?—añadió tendiéndole lamano—. Tyler es tu amigo y se alegrarámucho de verte—pero comoesperaba,ellanoreaccionó—.Estábien.OjalátuvieralamismafequeTytieneenti.Séquenuncaseráslobastantevalientecomoescapardedondetehasmetido.MientrasTristánsemarchabadelinstituto,losprofesoresindicabanalos
demás que volvieran a sus clases y estuvieran en contacto. Era evidentequelapolicíaqueríaconocerquienhabíaprovocadolaagresiónycabíalaposibilidaddequelehicieranalgunaspreguntas.—¡Has dudado!—añadió Derek la mientras la acompañaba a clase—.
¿Acaso te sigue gustando Tyler? He visto cómo te preocupabas. Aúnsiguessintiendoalgoporél.Rebeccalanzóunamargosuspiroalavezqueseapartabaelcabellode
lacara.—No,Derek,nosientonadaporTylerysí,Derek,estoypreocupadapor
élporqueesmiamigoylehandadounapaliza.Perdonasimuestroalgode caridad humana, un sentimiento que empiezo a darme cuenta del quécareces. ¡Te has comportado como un gilipollas conTristán!—confesósorprendiéndose por la dureza de sus palabras, por todo cuanto habíadicho.Yhuyendode la reaccióndelchico,entróenclase, rodeadadealmenosunadecenadeadolescentesmás.—¡Rebecca!—gritóllamandolaatencióndetodos—.Venaquí—exigió.
Perolachicanolohizo.Leaguantólamirada,firmeyserena,aunqueenrealidadestabatemblando.Temerosaobservóqueentrabaenelaulaeibaacortandopasoshaciaella,perounamanoseposósobresuhombro.Erala profesora deGeografía.Unamujer robusta, demirada severa y grancarácter. Una de los pocos profesores con los que los alumnos no seatrevíanahacerbromas.—Vuelvaasuclaseinmediatamentesinoquiereunagranmanchaensu
brillanteexpediente.Derekrefunfuñóygolpeólaparedantesdemarcharse.Rebeccalanzóunsuspiroytomóasiento.Agitadaagachólacabezaala
vez que aspiraba y expiraba lamentándose en el lío en el que se habíametido. Los ojos de Derek irradiaban odio, mucho más que el día delincidente en el aula de ballet. Estaba muerta de miedo, sus manos nodejabande temblary las frotócon taldecalmarse.Fueentoncescuandonotó algo pegajoso… algo rojo, había sangre en ellas. Y lo supo deinmediato,lasangreproveníadelasmanosdeDerek,decuandoletomólassuyasparacalmarla:¡ÉlhabíaagredidoaTyler!Derepentelasnáuseasdominaronsucuerpoeignorandolosgritosdela
profesoracorrióalbañodelaschicas.Seencerróenunodeloscubículosy vomitó. No pudo reprimirsemás y algunos sollozos escaparon de sugarganta. Se quedó allí, sentada, mientras las lágrimas recorrían susmejillas.Supoquellevabacercadeunahoracuandollegóaescucharelbullicio
dechicasentrandoysaliendo.Noleimportabaloquehablaban,hastaquereconoció dos voces: Emma y Callie, quienes fueron sus dos mejoresamigashastahacíamuypoco…hastaqueempezóasalirconDerek.—Hehablado conTristán—añadióEmma—.Aúnno tienenoticias de
Tyler. No sabe ni dónde está. Ya sabes cómo son estas cosas, soloinformaránalafamilia.—Notepreocupes,estarábien.Laambulanciahavenidoenseguida—le
reconfortóCallie—.QuienmepreocupaesRebby.Todossabemosquehasido Derek quien le ha pegado y él fue quien le hizo eso en la cara.¡Malditasea,Emma!Séqueellanoshaalejadodesuvida,perotenemosquehaceralgo.—Lo sé —susurró Emma—. Pero seamos realistas, nosotras no
podemos hacer nada.No nos escuchará.Aunque puede que si habla conNadia,laexdeDerek…
—¿Dequédemonios estáishablando?—preguntóRebeccaabriendo lapuertadelcubículo,sorprendiendoalaschicas.Unavezinstaladoelnuevoprogramadeseguridad,Suesaliódecasay
fue a comisaría. Tenía mucho que hablar con la agente Lux Daniels,remover mucha historia e incluso dar explicaciones sobre motivos queprefería no recordar. Pero cada vez que revivía lo sucedido la nocheanterior,supoqueteníaqueconfesar.Suacosadorteníarazón.Elpasadosiemprevuelveydealgunamanerao
de otra, el suyo había vuelto para atormentarla.Así pues, una horamástarde se vio delante de la agente relatando una historia que creía yaolvidadayquetraíaconsigorecuerdosqueanhelabavolveraenterrar.—De acuerdo, señoraKenyon. Le aseguro que investigaré también su
pasado,aunqueporelmomentonosvamosacentrarenaveriguarquiénseesconde tras la cuenta de correo electrónico desde donde recibe lasamenazas.—¿Hanaveriguadoalgo?—preguntóSuepresurosa.—Nada… siento decirle que la persona que está tras esa identidad es
bastante listay sabecómodespistar anuestros agentes.Pero le aseguro,queloencontraremos.Realmente esas palabras no calmaban a Sue, pero sabía que no podía
hacer nada.Tenía que esperar.Almenos le caía bienLuxDaniels. Se laveíainteresadaenelcasoyteníalamismaropaquelanocheanterior,loquesignificabaquehabíaestadotrabajandotodalanoche.Yloagradeció.Sabíaqueestabapreocupadaporsubienestarydealgunamanera,esolatranquilizó.Cuando salía de la comisaría escuchó su teléfono y observó que la
llamaban del hospital donde trabajaba Clark. Con sorpresa atendió lallamada, reconociendo de inmediato aWendy, una de las recepcionistasdelcentro.—Sí,conozcoaTylerWoods.Esamigodemihijastra.¿Porqué?¿Leha
sucedidoalgo?—EscuchaSue—añadióenvozbaja—.Haingresadohaceunratoysu
madremehapedidoquetellame,quetúpuedesayudarlos.Almuchacholehandadounagranpaliza.Suenohizomáspreguntas.Presurosaregresóasuvehículoysepusoen
marcha deseando saber qué había pasado y rezando porque Tyler seencontrasebien.Rebeccaobservó la sorpresaen los rostrosde susamigas.Nosabía si
porque las había escuchado a escondidas, porque volvía a hablarlesdespuésde tanto tiempooporel interésquemostrabapor laexnoviadeDerekydelaquenoteníaconocimientohastaelmomento.—¿QuiénesNadia?—preguntóenapenasunsusurro.Teníaunterrible
dolordecabezaquelepedíaunayotravezquesefueraacasaydurmieraalmenosunashoras,peronecesitabarespuestas—.¿PorquéconocerqueDerekhatenidonoviameibaahacercambiardeidea?Emmanodijonada.Lamirócondesdénysemarchóalinstante.Nole
sorprendió la actitud. Era normal que la culpara de la paliza que TylerhabíarecibidoydesdequehabíaempezadoasalirconTristán,alostresselesveíamuyunidos.SoloquedabaCallie,yesperabaqueellarespondierasuspreguntas.—HaceunassemanasEmmayyohicimosalgunasaveriguacionessobre
Derek.Nonosgustabasucomportamientotanobsesivoylamaneraenlaquetecontrolaba.—¡Élno…!—¡Bastaya,Rebby!—replicóCallie—.Dejadementirteodefenderle.Si
quieressaberquiénesNadiayporquébuscamosdatossobreella,tendrásqueescucharmesin interrumpirmeenningúnmomento, tegusteono loquediga.Rebecca sentía lapresiónde lasuñasmarcándoseen laspalmasde las
manos.¿Quépasaría?¿Quélecontaría?¿Podríasoportarlo?Decidiósacarfuerzadelomáshondodesuseryasintió.Miróalfrente
yalzóbienlacabeza,contemplandoasuamiga.Eratanmenudaydelgadacomo ella. A fin y al cabo las dos eran bailarinas. Callie era jovial,despreocupada, pero muy madura para su edad. Poseía un rostroarmonioso, ovalado, y de pequeñas facciones. Algunas pecas rosadasensombrecíansusmejillasynariz.Teníaelcabellocastaño, recogidoenunatrenza.—Entiendo que Tyler te rompió el corazón y que te enamoraste
locamente deDerek.Rebby, soy tu amiga.Nosotras no somos como lasdemás,nospasamoshorasbailando,nonosdivertimosen fiestasninos
emborrachamos,porquenuestracarreraesmásimportantequetodoeso.Ysí,yotambiénheescuchadoloquetodoelinstitutodicesobrenosotras,que si somos unas frikis, unas frígidas y amuchas de nosotras nos hanroto el corazón. Así que comprendo que cuando un chico comenzase aprestarte atención, te volcases por completo en él, hasta llegar a hacertodoloquetepedíacontaldenoperderlo.—¡Esonoescierto!—¿No?—preguntócon losbrazosen jarras—.¿Cuándocomenzaste a
vestirprácticamentecomounamonja?Siesacamisatuvieramásbotones,los llevaríasabrochadoshastaquetecubrieranlacara.Valequeningunade nosotras haya vestido provocativamente, pero tu nuevo cambio en laropasedebeaDerekytodoporqueéltecomentóquenolegustabacomotemirabanlosotroschicos.—Peroahoratengonovio.—¿Yqué,Rebecca?Esoesunaexcusaparadejarlotododelado,parano
maquillarte, para no ponerte faldas, hasta para dejar el ballet. ¿A quiénquieres engañar?Yoestabadelantede ti cuandoDerek te dijoqueno legustaba que los chicos te levantasen y manoseasen tu cuerpo mientrasdanzábamos.Pormuchoque le explicaste lo que es la danza y queparanosotrasesecontactonosignificanada,élnoloaceptó.Selemetióenlacabeza que nuestros compañeros bailarines solo eran tal por laoportunidaddetocaralaschicas.Porfavor,sidijoqueGreg,queesgay,tambiénleinteresabatocaratodalaquepudiera.Fueinsultanteparaél.TúmejorquenadiesabesloqueaGreglecostóconfesarquelegustabanloschicosyelcapullodetunoviolehizosentirfatal.¡Derekestáenfermo!—Soloentiendosupostura.Amítampocomegustaríaquetocaseaotras
chicas…le tengoquecomprender—sedefendióagachandolacabeza—.Soysunovia,esnormalquesoloélquieratocarme.—Y entiendo lo que dices, pero Rebby, en la danza, cuando nuestros
compañerosnos levantan,enesecontactonohaynadasexual,peroparaDerek,todoloes,hastaquealguientesaludeconunpequeñogolpecitoenel hombro —protestó alzando la voz—. ¡Somos bailarinas! Llevamosañosluchandoporeso,poralcanzarnuestrosueñoylohasdejadoytodoporélysus incontrolablescelos. ¡Dimelaverdad!—exigió—.¿Porquélodejaste?Rebecca no dijo nada. Estaba tan avergonzada que se veía incapaz de
alzarlavista.Noqueríaadmitirnada,noqueríahablar.Solollorareirsea
unrincónoscurodondeabrazarseyescapardetododuranteunashoras.—Tylernosdijoquetepegó.Queélestrellótucaracontraelespejoy
sabes qué, cuando vi que no acudías a clase pensé que quizás habíasabierto los ojos. Derek estaba fuera de sí, era evidente que no habíasvuelto a hablar con él y le ignorabas. Todos nos alegramos, habíasescapado de él, aunque a un gran precio. Pero hoy apareces en sucompañía,agarradosdelamano,comosinada,¡despuésdeloquetehizo!¿Quécoñotepasa?—Me lomerecía—murmuró—.Estuve coqueteandoconTy…pero te
juroquenolohiceapropósito.—¡Bastaya!—gritóCallie,enfurecidaygolpeandoloslavabos—.Estoy
seguradequeesonofueasí,queelgilipollasquetienespornoviotehizocreer que ligabas, pero aunque fuera verdad, aunque estuvieras ligandoconotrochico, sonriéndoleo loquesea,dimeRebecca,¿esesomotivoparapegarleaalguien?¡¿Loes?!—gritóconfuerza—.No,Rebby,noesmotivo.Fuisteuna idiotaalnodenunciarlo.Siguesatrapadaconél,cadavez que das un paso hacia adelante mostrando un mínimo de valor alalejarte, al poco tiempo vuelves a caer —hizo una breve pausa ycontempló a su amiga, empequeñecida, con las lágrimas desbordándolelasmejillas—.Por favor,Rebby, déjanos ayudarte.Estamos contigo.Notienesporquévolvera tenermiedo.Abrelosojos.Dereknoesunbuenchico y tienes que sacar el valor suficiente para denunciarlo—aguardóunos segundos, pero ella no dijo nada. Era lo que esperaba, por lo quetomóunanotaguardadaensucarpetayselaentregóaRebecca—.NadiaeslaantiguanoviadeDerek.ViveenBrooklyn.Trabajaenlacafeteríadeunasaladearte.Terecomiendoquevayasahablarconella;conocemuybienaDerekypuedequecuandolemiresalacara,despiertes.Sin más, Rebecca se quedó sola en el baño. Al momento volvió a
escucharjaleo.HabíallegadolahoradelalmuerzoyseguroqueDereklaestabaesperando.Ydespuésdelnumeritosucedidoenclasenoteníaganasde volver a encontrárselo, por lo que la opción de ir aBrooklyn no leparecíatandescabellada.QueríaconocerquiéneraesatalNadia,porquéDerek nunca le había hablado de ella y si era cierto que habían sidonovios.CuandoSuellegóalarecepcióndelhospitalencontróallíalamadrede
Tyler.Laenfermeraquelahabíallamadointentabatranquilizarla,alavezqueleexplicabalosdatosqueteníaquerellenar.PeroellasabíaloquelesucedíaalamadredeTy,noteníanseguro,porloqueacudióensuayuda.—¡Sonamigosdelafamilia!—añadióguiñándoleunojoaWendy—.Yo
meencargodetodo.CuandolaseñoraWoodssegiró,abrazóaSueycomenzóallorar.Más
tarde, y mientras la mujer descansaba en la sala de espera, fue Tristánquien puso al día sobre lo poco que conocían y le hizo saber sussospechassobreDerek.ASuetampocolepareciótandescabelladalaidea.Ellatambiénpensaba
queeraélquienlehabíapropinadounapalizaaTyler.Finalmente un doctor llamó a la madre del chico y tanto Sue como
Tristánlarodearonparaconocersuestadodesalud.—Tienedoscostillasrotasyunesguinceenelbrazoderecho,peroestá
despierto. Aun así lo mantendremos veinticuatro horas en observación,paraasegurarnosdequeelgolperecibidoenlacabezanoesgrave.—¡Muchasgracias,doctor!—añadiólamujertomándolodelamano—.
¿Puedoentraraverlo?ElhombreasintióySuelaacompañó.Cuandovioelestadoenelqueel
muchachoestaba,noleimportabaloqueRebeccaquisiera,seencargaríade que nunca más viese a Derek, pues temía que en algún arrebato decóleradeljovenellapudierasufriralgúndaño.Finalmente,y trasdespedirsedelmuchacho,fuederechaalparkingdel
hospital.Habíatenidoquedejarelvehículoenlaterceraplanta,yaquenohabíaencontradonadaenlasanterioresyesoledisgustaba,pueselajetreoallíeramenoryaúnestabaasustadaporlosucedidolanocheanterior.Así pues, cuando las puertas del ascensor se abrieron, caminó deprisa
haciasucoche,sinvacilarenningúnmomentoybuscandolasllavesenelbolso.Elsonidodesuspasoserasuúnicoacompañante,ademásdealgúnqueotrogoteodeunatubería.Respiróaliviadaalverqueapenaslequedabantresmetrosparallegaral
vehículo,peroalacortardistanciascomprobóquealguienlehabíadejadounmensajeconpinturaenlalunatrasera.
“Seisdías,puta”Asustadamiró de un lado para otro, buscando a la persona que había
hechoeso.Peronoteníadudaalguna,estabasolaysedejó llevarpor ladesesperación. Tras sacar un pañuelo de su bolso intentó hacerdesaparecer el mensaje, pero era imposible. La pintura no salía ydominadaporlarabiafuehastaunextintor,lotomóehizotrizaselcristalalavezquegritabafuriosa.Desesperaba se dejó caer en el suelo, dominada por un llanto atroz.
Sentíaquenoteníaescapatoria,queesosmensajesibanacumplirseyquesolo le quedaban días de vida antes de que el cobarde que la estabaatemorizandoacabaseconella.A Rebecca se le estaba haciendo eterno el viaje en metro. Necesitaba
algoconloquedistraerseeintentareliminarlaspalabrasdeCallie,puesestasserepetíanunayotravez,enespecialsuspreguntas.Queríasaberporquéhabíadejadoladanza,cuáleraelmotivo,aunque
lasdossabíanqueeraDerek.Alprincipio,élcomenzóamostrarcelosydecidiócentrarseenbailesen
solitario.Podíaserunabuenabailarinasinacompañanteydeesamaneracontentabaasunovioyseguíaconladanza.DuranteuntiempoDereksemostrócomplacido,aunquenoduróeternamente.Comenzó a criticar sus prendas, lo ajustadas que eran, que todos los
chicos la miraban, la devoraban y que sus movimientos eran muyprovocadores. No había día que no discutiesen por alguno de esosmotivos y a pesar de cuanto lo intentó Rebecca, nada le complacía.Siempre estaba de morros, enfadado, le gritaba, la reprendía y cuandoestaba mal, cuando necesitaba buscar consuelo y pedía amargamenteperdónporalgoquenohabíahecho,élsiempreledabalaespalda.El dolor era tan amargo, tan angustioso, que Becca cortó de raíz el
problema. Dejó la danza. Solo quería descansar, les dijo a sus amigas,centrarse en sus estudios ahora que la universidad estaba cada vez máscercana.Deesamaneraalejóloquemáshabíaamadoensuvida.Traslanzarunamargosuspirodecidiónodarlemásvueltasalomismo,
soloibaaconseguirsentirsepeor.Necesitabadistraerse,porloquemetiólamanoensumochilaenbuscadelteléfonoqueDereklehabíaregalado.Conunpocodesuerteeraposiblequetuvierainstaladaalgunaaplicaciónconlaquepudierapasarelrato.Peromientrashurgaballegóaencontrarseunahojahechaunabolayla
sacóextrañada.Aldesenvolverlacomprobóqueeralanotaencontradaesa
mañana encima de su ordenador. Sue la había dejado allí, no podía sernadiemásycontinuabalahistoriadelachicaquecomenzóarelatarledíasatrás…Ellen.Dejándosellevarporlacuriosidad,comenzóaleer.
9
Ellen
Laestridentesirenadeunaambulanciainterrumpiólaconcentraciónde
Ellen.Habíacomenzadoadarlecolordigitalmentealdibujo,peroapartóunos instantes la vista del ordenador y echóunvistazohacia la ventana.Desdeellateníaunagranvistadelaplaya,hastallegabaaverlahogueradondehoyTracy,Glen,Jimylosdemásorganizabanlafiesta.Consorpresaobservóquelaambulanciasedeteníaenelpaseomarítimo
yaunquesuvistanoalcanzabaamás,seimaginóqueelserviciomédicoiríaalaplaya.Yesolainquietó.¿Lehabríasucedidoalgoasusamigos?Nerviosa alcanzó su teléfono móvil y llamó a Tracy. No recibió
respuesta.LointentóconGleneinclusoconJim.PorsupuestodescartóaRemyySam,yaquesabíaquelosdosteníanotrosplanesenlaciudad.Guiadaporunmalpresagiosedirigióalaplaya,perounavezllegóala
zona donde estaba estacionada la ambulancia, además de dos coches depolicía, no la dejaron pasar. Se agolpó junto a vecinos y curiosos yentoncesobservóqueunaagentetomabadeclaraciónaGlenyasuamiga.—¡Tracy!—gritó.La chica se giró en su dirección y corrió hacia ella. Se lanzó a sus
brazosylloró.Nodejabademurmurar,peroEllennocomprendíanada.
Entonces,aligualqueunaveintenadepersonas,vieronlacamilla.Enellaiba Jim, con una mascarilla en la boca y rodeado de al menos trespersonas que susurraban diagnósticos e instrucciones que Ellen nocomprendía.—¡Jim!—susurró.JuntoaGlenyTracysedirigióalhospital.Jimhabíarecibidoungran
golpeenlacabezayestabaenelquirófano.Mientrasesperabanlasúltimasnovedades sobre su estado, Ellen, Tracy y Glen se marcharon a lacafetería,dondetraspedirtrescafés,tomaronasiento.—¿Estaba muy bebido? —se interesó Ellen—. Esta tarde discutimos,
estabadisgustado.Meescribióalgunosmensajesyparecíadesconsolado.Quizásfuimuyduraconél.TracyseencogiódehombrosmientrasqueGlenpermanecíapensativo,
conlasmanoscruzadasdelantedeloslabios.—¿Glen?—dijoEllencaptandosuatención—.¿Cómoestaba?El muchacho le dirigió la mirada. Estaba llena de cólera y Ellen se
arrepintió de haberle preguntado. Era su mejor amigo; de los tres, sindudaeraquienpeorloestabapasando,puesqueríaaJimtantocomoasushermanos.—¿Porquémelopreguntas?Deantemanosabesqueestácolgadoporti.
Se esforzaba por agradarte, siempre te brindaba de elogios y cuidados.Ayerlehumillastefrenteaesegilipollasdelquenoconocesnada.Puedeque estuvieramuybebido, no lo sé, perode lo que estoy seguro es quetodoesculpatuya.EsperoqueJimsalgadeestoytedelapatadaquetantotemereces.Furioso,Glensepusoenpiedejandoalaschicasasolas.—¿Tútambiénpiensasqueesculpamía?¿TancruelhesidoconJim?Tracydiounlargosorboasucaféantesderesponder.—Escucha, sé que te sientes culpable por haberle roto el corazón a tu
hermana,peroyanohayvueltaatrás.Yteestáshaciendodañonegandoloquesientes.¡TegustaJim!¿Porquénoloaceptas?Sihubierasidoasí…Tracynosiguió,aunqueaEllennolehicieronfaltamáspalabras.Siella
hubieraadmitidosussentimientoshacetiempo,hubieraestadoenlafiestacon Jim y él no habría estado entre las rocas, probablemente bebido demás.Alejadade su amiga caminó tras ella a corta distancia hasta la sala de
espera. Allí mantuvo la distancia, incluso cuando llegó el médico a
informarles. El doctor les dijo que la operación había salido bien, peroqueelestadodeJimseguíacríticoylaspróximashorasseríancruciales.Glen y Tracy se abrazaron desconsolados, al igual que los padres del
muchacho. Mientras que ella se quedó apartada, con un nudo en lagarganta,hastaqueunamanoposadasobresuhombrolehizosalirdesuensimismamiento.CuandosegiróseencontróconMatthew.—Hola—lesaludóenapenasunsusurro—.¿Tútambiéntehasenterado
delodeJim?ÉlfruncióelceñoyporuninstanteEllenolvidóquelamañanadeldía
anteriorhabíaexpresadofrenteamásdeunatreintenadealumnoscuantoodiabaaJim.—¡Miabuelaestáingresada!—leexplicó,sinnisiquieramostrarinterés
por el chico—. Mi padre está fuera y esta noche he remplazado a mimadre para que pudiera dormir en su cama, en lugar de un incómodosillón.—Lo…losiento—susurrócabizbaja—.Esperoqueserepongapronto.Lanzó un vistazo a su amiga, pero esta ni siquiera lemiraba.Todo lo
contrarioaGlen,quelelanzabaunamiradallenaderencor.Estabaclaroqueahíyanoerabienvenida,porloquedecidióvolveracasa.—Escucha—añadióMatthew—.Aúnmeesperaunalarganocheaquíe
iba ahoramismo a la cafetería. ¿Te gustaría acompañarme? Parece quenecesitas alguienconquienhablarymiabuelaestádescansando.Estaríabien pasar un rato fuera de esa habitación y su nauseabundo olor aenfermoymedicina.Asintióymástardeestabanfrenteafrenteenunamesa,conunatazade
café y unos croissants rellenos de chocolate, que por su rigidez, eraevidentequellevabanenlamáquinaexpendedorademasiadotiempo.Matthew cumplió con su promesa de escuchar aEllen y ella habló sin
parar.LecontótodolodeJim,larelaciónquelosuníaaamboseinclusocomounpequeñodesliznosololerompióelcorazónasuhermana,sinoquetambiénhizopedazossufamilia,dejándolaaellasolayalejadadesupadre,queahoramásquenuncabuscabarefugioeneltrabajo.La chica sabía que el joven no sentía predilección por Jim. Eso había
quedado claro el día anterior. Pero necesitaba hablar, soltar todo lo quellevaba dentro, aunque fuera a un desconocido y derramar lágrimascuando confesaba echar demenos a sumadre y hermana.Hacía tiempo
que ya no hablaba de ello con sus amigos. Quizás porque habíanescuchadoesahistoriademasiadotiempo,quizásporqueteníamiedoaquesu tristeza los acabase alejando de su lado, al fin y al cabo ya habíacambiadobastantedesdelaseparacióndesusprogenitores.Sorprendida,sevioconfesándolealchicolosucedidoenelhospital,la
discusión con Glen y Tracy. No supo cuando Matthew arrastró la sillajunto a ella, la rodeó por los hombros y ella encontró consuelo en supecho.—Túnotieneslaculpadenada,¿meoyes,Ellen?Ynoesmaduroquete
culpenatideloquelehapasadoaJim.¡Escúchame!—exigiótomándoladelmentón—.¡Tusamigossonidiotas!Solorespóndemeaunacosaantesdereplicarydefenderlosacapayespada.¿QuégarantizaquesihubierasaceptadolaspropuestasdeJim,hoyestaríaisaúnjuntos?—inquirió.La pregunta hizo que Ellen pensara en el asunto con la cabeza más
despejadayescuchaseconatenciónalmuchacho.—Imaginemosquehubierasempezadoasalirconeseidiota,elcual,por
muchoqueloniegues,esungolfo.Puedequealprincipiotebrindaratodotipo de atención e ignorase a las demás chicas. Pero acaso piensas quepodría controlar sus impulsos para siempre. Las personas como él nocambian. Se obsesionan con lo que no pueden tener y cuando loconsiguen, con el tiempo acaban perdiendo interés y vuelven a susantiguoshábitos.Además—añadióantesdequelachicahablase—,túnoleobligasteabeber.Fuesudecisión,oacasodime,¿lemetisteunembudoporlabocayderramastebebidaporél?Ellen negó con la cabeza a la vez que su boca dibujaba una pequeña
sonrisa.—Entonces deja de martirizarte —añadió dando por finalizada la
conversación,dandounsorboalatazadecafé—.Tengoqueregresarconmi abuela. Si despierta y se encuentra sola, entra en pánico. Hazme unfavorynotesientasculpable—dijodándoleunapretóndemano.Esegestoleenternecióehizoquelacongojaquedominabatodosuser
amainara.Terminódebeberelcaféy regresóa lasaladeespera.HablóconlospadresdeJimyfueronmuchomásamablesqueGlenyTracy.Aquienes no se dirigió, pues sus miradas despectivas la alejaron a todaprisa.
Esanoche,Ellen,volvíaaestarsola.ErasábadoyalmenosSamyRemyhabíanaccedidoadarlecompañía.Noteníanningúnplanalrespecto;soloverunapelículamientrascomíanpalomitas.Loschicos fueronpuntualesymientraspreparabanel salónparapasar
unanochedivertida,Ellenseencargabadelosaperitivos.Cuandoregresó,encontró a su amigo y primo muy acaramelados a la vez que hacíanmanitas,porloquetomóasientoentrelosdosrefunfuñando.—Se supone que habéis venido a hacerme compañía, no a refregarme
vuestroamorporlacara.—Losiento—sedisculpóSamalavezqueunruborcubríasusmejillas
—. Aquí no sentimos las miradas de muchos juzgándonos y además,gozamosdeintimidad,túsiempreestássola.Ellenpusolosojosenblancoylessugirió.—¿Por quénovais al piso de arriba y bajáis cuando tengáis ganas de
acompañarme?Nohuborespuestaporpartedelosmuchachos.Obedecieronylachica
escuchó sus presurosos pasos subir las escaleras, acompañados de unasrisas, a la vez que la puerta de unade las estancias del piso superior secerrabadegolpe.Soloesperabaquenohubieranelegidosuhabitación.Mástarde,lostresveíanlapelícula,aunquelamentedeEllennoestaba
muy centrada en el argumento, y se dirigió a Remy. Esperaba que sumelliza—Tracy—lehubieradichoalgorespectoaJimosobreella.—¿Cómoestátuhermana?—Apenas ha estado en casa. Vino a recoger algo de ropa y le dijo a
nuestrospadresqueibaapasarelfindesemanaencasadeGlenparadarleconsuelo.—¡Todos sabemos que consuelo le va a dar a ese gilipollas! —
interrumpióSam,aloqueRemyasintióponiendolosojosenblanco.—PenséqueGleneravuestroamigo—añadióEllen.Alcanzóelmando
del televisor y lo apagó. Era evidente que ninguno de los tres estabaprestandoatenciónalapelícula.—Tú siempre andas en tu mundo o regodeándote en los errores del
pasado—intervinoRemy—.Ynoestásmuypendientede loqueocurre,peroGlennonoscaenadabien.Yojalámihermanaabralosojos.Eseltípico gilipollas que se creemejor que nadie por ser una súper estrelladeportiva.Ellen interrogó a su amigo y primo sobre por qué, de repente, no les
caía nada bien el joven, pero ninguno confesó. Y cuando ya era demadrugada,losacompañóalapuerta.—¡Yonoteabandonaré!—dijoSamalavezqueleabrazaba—.YTracy
estáequivocada.Túnotieneslaculpadeloquehasucedido,soloJimesresponsabledesusactos.TambiénrecibióapoyoporpartedeRemyysedespidiódeambos.FinalmentellegóellunesylasnoticiassobreJimnollegaban.Seguíasin
despertaryesoteníaa todossusamigosmuyentristecidos.Muchoserantambién los que hablaban de que era probable que el joven perdiera labeca,yaquesidespertabadeberíahacerrehabilitaciónparaquesucuerporespondiese como antes, siempre y cuando el coma no le provocaseninguna secuela más. En cambio los más negativos o quizás realistas,afirmabanqueparaJimeldeportesehabíaacabado.La semana no empezó nada bien para Ellen. Su taquilla había sido
pintada con la palabra “Calientap…” el resto ya había sido borradograciasaSamyRemyyjuntoaella,eliminaronelresto.Ellennuncahabíasidounachicapopular,peroalmenosnuncalehabían
gastadobromaspesadas.Peroelinstitutoeraungranrebañodeovejasyunagranmayoríaseguíaalequipodebaloncesto.AlosgrandesamigosdeJim.SesentíanmejorculpandoaalguienporlosucedidoyesaeraEllen.Aunque no le importaba las simplonas bromas de esa panda de idiotas.Teníaasusamigos.SamyRemysiemprecomíanconellayMatthewselehabíaacopladoúltimamente,mientrasqueTracysehabíaalejadocadavezmás. También había intentado convencer a Remy y Sam para que lehicieranelvacío,peroloschicosseguíanfielesasuamistad.Había llegadoeldescansoySamyRemy iban juntosparaencontrarse
conEllenenelcomedor,peroalpasarporlaspuertasdelbaño,SamentrómientrasqueRemyfuealencuentrodesuamiga.El muchacho estaba lavándose las manos cuando vio que Glen y dos
compañerosmássecolocabanenlapuerta.—¿Medejáispasar?—preguntóelchico.—Elmaricónnospidesalir—rióGlenendirecciónasusamigos—.No,
notedejamospasar—añadióalavezqueloempujó.
—¡Eh tío! —bramó Sam, pero no pudo replicar más. Los chicos lotomarondelosbrazosyloarrastraronaunodelosretretes.YahabíanpasadodiezminutosdesdequesedespidiódeSam,observó
Remy.YtrasexcusarseconEllenyMatthew,fuealbaño.Nadamásentrarescuchóunos sollozosqueno tardóen reconocer.Al abrir lapuertadelprimercubículoencontróaSam.Enunprincipioelchicoseasustó,peroalreconocerlonopudocontrolarelllanto.AngustiadoRemyobservósupelomojadoypartedesuropa.Teníaun
corteenellabioyestabasangrando.Nolehacíafaltapalabrasparasaberque le habían metido la cabeza en el váter y a la vez que maldecía aldesgraciadoquelehabíahechoeso,loabrazóconfuerza.—Ve a buscar a Ellen, por favor—susurró el chico—. ¡Tráeme ami
prima!Noqueríadejarlo solo,peroaccedió,puessabía lounidoqueestabaa
ella.Corrióaprisaycuandoentróenelcomedor,llamóaEllenalarmandoa algunos alumnos.Mas no le importaba, hasta ignoró la preocupaciónque expresaba Tracy, que los había dejado tirados por el grupo de lasanimadoras.—¡Dejaatuhermano!—intervinoGlenentrerisas—.Seguroquetiene
muchoquéhacerenelbaño.—¿Qué coño has hecho? —le increpó Tracy, pero Glen la ignoró y
juntoaalgunosamigossemarchóalacanchaalairelibredebaloncesto.Durante un instante Tracy dudó. Quería acompañar a su hermano y
averiguarquéhabíapasado,perono lohizo.Sequedóen suasiento, ensilencio. En cambio Ellen y Matthew si acompañaron a Remy. Cuandoentraron,EllenabrazóaSammientrasqueMattseofrecióabuscarropalimpia.—¿Quiéntehahechoesto?—preguntóEllen,limpiándolelaslágrimasa
suprimo—.Dímelo,Sammy,¿quiéntehahechodaño?—¿Deverdadtienesquepreguntarlo?—bramóRemyenfadado,cruzado
debrazosyandandodeunladoparaotro—.HansidoGlenysusamigos.¡Malditos xenófobos!Losmuy idiotas nos llamanmaricones entre risascuandopasamos juntoaellos.¿Porquécreesquenosdejamosde juntarconesapandadegilipollas?Porquenonosaceptan.Ellen sintió que la rabia recorría cada centímetro de su ser. Sam era
comounhermanoparaella.Sustíoslehabíandadotodoelapoyoquesuspadresnolehabíandadotraslaseparacióndeestosylahabíanacogidoensucasaycriadocomounahijadesdequesumadresefuedelaciudadysupadrecomenzóaactuarcomosinotuvieraunaadolescenteasucargo.PoresonosoportabaquenadielehicieradañoaSam.Furiosasaliódel
bañoy se encaminóhacia la canchadebaloncesto.Allí estabaGlen contreschicosmás,pasándoseelbalón.Secolóensujuego,tomólapelotaylesplantócara.—¿PorquéaSam?—preguntófuriosa—.Esmuchomáspequeñoquetú
ymásdébil.¿Acasoteponepegarleaalguienmásdébil?¿Esesoloquetepasa?¿Teasustaqueenrealidadtegustenloshombresyporesoleatacaseinsultas?—¡Puta!—bramóGlen—.Tevoyademostrarloqueesunhombre.Antes de darse cuenta, Ellen estaba rodeada por todos ellos y Glen
delante de ella. La acercó a él, pero la muchacha logró liberarse algolpearlo en la entrepierna. Se giró y quiso escapar, pero los demás lecortaban el camino.Aunque eso no impresionó a Ellen, que también seencarócontraellos,peroeracomogolpearmurosderocas.Entonces sintió las manos de Glen en su cintura que no tardaron en
ascenderyestrujarlelospechos.Ellenseremovióparaliberarse,peroloúnicoqueconsiguiófuequela
presión aumentase más e hiciera trizas su camisa cuando sus uñas seengancharonaellacomounbuitresobresupresa.—¡Suéltala!—exclamóMatthew.ElmuchachoteníaunbatedebéisbolyconélgolpeóenelpieaGlen.
Nofueungolpemuyfuerte,perosilosuficienteparaarrancarleungritoyalejarlodelachica.Losdemásreaccionarondelamismamanera,momentoqueaprovechó
paraagacharsejuntoaEllen,queestabaderodillasenelsuelo,intentandocubrirseconlosjironesenlosquesehabíaconvertidosublusa.CuandoMattestababuscandoensutaquillaalgunaprendaparaSam,vio
alamuchachacorrerendirecciónaGlen.Setemiólopeoryduranteuninstantepensónoseguirla,peroahorasealegraba.—¡Sialgunomásseacercaosgolpearésinpiedad!—lesamenazó.Sin embargo, Glen y los demás no hicieron nada. Al parecer ya no
estabandeánimoparamásjuergaysealejaron.Peromientraslohacían,eldeportistalanzóunmensajealachica.
—¡Atacaré lo quemás quieres, Ellen! ¿Me escuchas? ¡Quienesmás teimportansufriránportuculpa!—Tenemos que irnos, tienes que ir al director y denunciar lo que ha
pasado—añadióelchicoayudandoaEllenaponerseenpie—.Nopuedesguardarsilencio.Pero ella no dijo nada. Al levantarse vio que Remy y Sam lo habían
observadotodoaciertadistanciaycorrióhaciaellos.Abrazóasuprimo.LlorósobresuhombroyRemylosconsolóalosdos.El chico dijo algo que Matt no entendió y los tres se marcharon del
instituto, dejándolo a él fuera, como si no hubiera participado en todoaquello.PasabanlasdiezdelanocheyTracyesperabanerviosaenlapuertadela
casadeEllen.Suhermano lahabíacitadoallí; alparecer tantoél, comoSamyEllendebíancomunicarlealgo.Porsupuestoalprincipiosenegó,peroRemyleamenazóconquesino
iba, acudiría al director del instituto y denunciaría aGlen por algo quehabíahecho.Yantetalamenaza,notuvomásopción.Finalmentepulsóeltimbre.Eramejoracabarconesocuantoantes.Fue
Remyquienabriólapuertaylaacompañóalsalón.Unaestanciaenorme,congrandesventanalesconvistasalaplaya.Ladecoracióneramuysencilla,tresampliossofásunidosqueformaban
unagranUfrenteaunamesabajadondeestabaeltelevisor.HabíavarioscojinesrepartidosporelsueloyobservóqueEllenySamestabansobreellos,conversandoyRemyacabótomandoasientojuntoasunovio.Malhumoradaydebrazoscruzados,sesentófrenteaellos.—MiraloquelehahechotunovioaSam—comenzóRemyseñalando
ellabiohinchadodelchico—.Ademásdeinsultarlellamándolomaricón,lemetiólacabezaenelváteryleasestóunpuñetazo.Ymiraloquelehizoatuamiga.EllensequitóunpañueloquellevabaalrededordelagargantayTracy
observóunosarañazos.—¡Nooscreo!Glennoesasí.Noharíaesetipodecosas,¿cómoséque
estonooslohabéishechovosotrosmismoscontaldealejarmedeél?¿Opuede que os lo haya hecho el rarito ese…Matthew?Todavía recuerdoqueJimdijoqueeraunpirado.
—¿Teestásescuchando?—gritóRemy—.¿Cómoseteocurreacusarnosdecosascomoesas?YMattnohatenidonadaquevercontodo,élnoshaayudado, no como tú que ni siquiera viniste al baño cuando grité en elcomedorelnombredeEllen.Estabahechounmanojodenervios.Soytuhermanoynotepreocupastepormí.—¿Hemosacabado?—preguntólachicaponiéndoseenpieyalverque
nadiedecíanada,semarchó.Enelexteriorycuandoestabalosuficientealejadadelacasa,rompióa
llorar.Sabíaque suhermanodecía laverdad…pero…nopodíadejar aGlen. Lo quería y estaba segura de que era buena persona, que solo seestabacomportandodeesamaneraportodolosucedidoaJim.Al día siguiente, las clases trascurrieron con normalidad. Ellen estaba
acostumbrándose al vacío y en ese momento, con tantas cosas en lacabeza, era lo que más deseaba. Sin embargo, a la hora del almuerzoRemy y Sam le acompañaban y no pudo evitar recordar la amenaza deGlen.No quería que su mejor amigo y su primo sufrieran, por lo que se
despidiódeellosyfueacomeraunadelasaulas.Aldíasiguientehizolomismo,aunqueenestaocasióntuvocompañía:Matthew.—Piensoqueseríamáslógicoquecomentasesloocurridoyechasena
Glen,perosinoteatreves,almenosnovoyadejarquecomassolatodoslosdías—añadióelmuchacho,tomandoasientoenunpupitrecercano.—¿Notienesmiedodeconvertirteenunpariaoquetepartanlacara?—
preguntó,conlamiradaensucomida.—Ellen—dijoelmuchachocondulzura—.Hicecaraa treschicosque
medoblabanenconstituciónconunbatedebéisbol.¿Deverdadcreesquetengomiedo?—inquirió, aunque no dejó que respondiera—.No, no lotengoynodejaréquetesucedanadamalo.Sus palabras enternecieron a la chica. Además, su compañía era muy
grataynohabíadíaquenodeseasequellegaselamismahoraparapasarunratoconél.Legustaba,noteníadudas,yseestabaenamorando,aunquenosabíasiélsentíalomismoporella.EsamismamañanacoincidieronenEducaciónFísicaydurantelaclase,
Ellenpidióiralbaño.CuandosaliódeestosencontróaMattbebiendodelafuente,quienlededicóunasonrisa.—Antesolvidédecirteunacosa—añadióMatthewcaminandohaciaella
—.MegustasEllen,megustasmucho.Sus palabras dejaron sin habla a la muchacha y al instante tenía los
labios del chico sobre los suyos. Entre caricias y besos entraron en elbaño,dondesedirigieronaunodeloscubículos.Allísedeleitaronenmásbesosycaricias,hastaqueeltimbresonó,señalandoelfindelaclase.—Tútambiénmegustas—confesó,depositandootrobesoensuslabios
—.Yhepensadoqueestanochepodríasveniracasa.Matthewasintióyenelpasillosedespidieron.Cuandoibaalataquillase
encontróconRemyyporuninstantedeseósalircorriendo.EsperabaquesuamigonoestuvieramuyenfadadoporignorarloaélyaSamdurantelas clases, pero deseaba que Glen los dejase tranquilo y no habíaencontradootrasoluciónparaconseguirlo.—Tenemosquehablar—dijoRemyabruptamente.—¡Lo hago por vuestro bien!—se defendió la chica—.No os quiero
hacer daño, pero hasta que las cosas se calmen, es mejor quemantengamoslasdistancias.—Noesnadadeeso—hizounabrevepausa—.Jimhadespertadoesta
noche. Tracy y Glen llevan desde esta mañana en el hospital. Casi estábien…quizásquierasiraverlo.Una horamás tarde, Ellen llegaba al hospital. Afortunadamente no se
encontró conGlenoTracy, ni siquiera con lospadresde Jimypara subuenafortunaeljoventeníapermitidolasvisitas.Cuandoentróenlahabitaciónyduranteuninstante,cuandointercambió
unamiradaconJim,no loreconoció.Habíasidoafeitadoporcompleto,estaba más delgado y su palidez hacía juego con las sábanas que lecubrían.—Hola —susurró Ellen—. ¿Cómo te encuentras? —preguntó
arrastrando una silla junto a la cama—. Me alegro de que hayasdespertado.Convoztriste,Jimleconfesóqueleesperabaunaduraterapiaencuanto
sepusieramejor,conunpocodetrabajovolveríaaestarenforma.—Todamivida tiradaalcuerno—bramóenfadado—.Ojalá lapolicía
encuentreaquienmegolpeó…—Yopenséquetehabíascaído.Losdemásdijeronqueibasalgobebido
—leinterrumpióEllen.—Sí,sí, toméunascopas,peronoestabacomounacuba.Memantenía
en pie perfectamente y sé lo que pasó.Alguienme golpeó y sé que fueMatthew.Soloesperoquelospolisencuentrenlaspruebasnecesariasparahacerlepagarloquemehahecho.—Quizásnohayasidoél—murmuróEllen—.Séque losdos tuvisteis
un encuentro esamañana, pero no esmal chico. Lo he podido conocermuchomejorestosdías.—¡Joder Ellen! —exclamó enfadado—. Te dije que te mantuvieras
alejadodeél.Esmuypeligroso.Losé.—Yo… me gusta y mucho. Y creo que estás equivocado. A veces
juzgamosmalalaspersonasyquiencreesqueesungrantipo,enrealidaddescubresquenoloes.—¡Tengoquehablarconlapolicía!—exclamóelmuchachointentando
controlar los nervios—.No puedo permitir que salgas con él. ¡Tú vidaestáenpeligro!—Cálmate Jim, te estás comportando como un paranoico. Matt es un
gran chico.Ha estado conmigo estos días, cuandoGlenme ha hecho lavida imposible —confesó y tan rápido como lo dijo, se arrepintió dehaberhablado.Loúltimoquequeríaeraentristecerlo—.Olvidaloquehedicho.Tengoqueirmeyporfavor,notepreocupespormí.—¡Sí,márchate!Aquínoeresbienvenida—dijoGlendesdelapuertade
lahabitación—.Yniseteocurravolveravisitarlo.Lachicanodijonada.SedespidiódeJimdeseándolequesepusierabien.Ya a solas, los amigos tuvieron una gran charla.Acorralado,Glen no
tuvootraopciónqueconfesarlossucesosdelosúltimosdíasycomotodoelcentrohabíaculpadoalachicaporqueélhubieraestadoebriocuandosecayóentrelasrocas.—Se lomerece, tío.Mírate cómo estás.Este año no podrás jugar, has
perdidolabeca.—YtúhasconseguidoqueacabeenamoradadeMatthew.—¿Por qué no la olvidas de unamaldita vez?Deja que salga con ese
pringadoyrepontedeunavez.Haymuchasmujeres.—¡Túnoloentiendes!—exclamóJim—.Sabesqueconozcoaesetipoy
espeligroso.Ellennoestáasalvoconél—hizounabrevepausa—.Tengo
quecontarlealapolicíaloquepasóelveranopasado,deesamaneralesdirélarelaciónquemeuneconMattysalvaréaEllen.—¡No!—gritóGlenmientras cerraba la puerta de la habitación de un
golpe—. No puedes hacer eso. Me joderás, Jim, joderás mi vida. Mifamilianoestaninfluyentecomola tuyaysisedescubreloquepasóelveranopasado…¡mividaestáacabada!—Losiento,tío,perotengoqueconfesar.Atónito, Glen miraba a su amigo. No podía creer que lo estuviera
traicionando por una chica. No tenía palabras. Estaba furioso. Yenloquecidosaliódelahabitacióndandoungranportazo.Jimlanzóunamargosuspiroyagradecióestarsolo.Noeragratopara
él recordar lo que ocurrió el verano pasado, pero tenía que hacer locorrecto,delocontrarioEllenacabaríamuymal.Agotado cerró los ojos. Puede que hubiera estado días en coma, pero
estabarealmentecansado.Aunquealparecerlasvisitasnohabíanacabado.ConsorpresaobservóaMatthew.—Mealegroquehayasdespertado,aunquesientoloqueheoído.Esuna
pena que al menos este año no puedas jugar —dijo Matt, cruzado debrazosyapoyadoenlapuerta—.Extrañamaneraladeactuardelkarma.Esto te lohasbuscadopor todos los corazonesquehas roto estos años.Por las humillaciones a las que has sometido a tantas chicas. Ahora tequitanloquemásquieres.¡Túvidacomojugadorprofesional!—¡Estonotienenadaqueverconelkarma,puñeteropsicópata!Hassido
tú.Séquemegolpeaste.—¡Buenasuerteprobándolo!—Voyahablar,¿meoyes?Diré loquesucedióelañopasado,porqué
nosconocemosyentoncesEllenabrirálosojos.—Cuéntalo—leanimóMatthew—.CuandoEllendescubraloquehiciste
tedarálaespaldaparasiempre.Terepudiará—confesócomplacidoalvercómoJimrecapacitabalasconsecuenciassicontabalaverdad—.Unacosamás.DalelasgraciasatuamigoGlen,siélnohubieraconvertidoaEllenenunaparia,estoysegurodequeconquistarlanohubierasidotanfácil.Jimnodijonada.Desconsoladosesumióensuspensamientosyenlas
posibles consecuencias de su confesión. Pormucho que le doliese,Matttenía razón. Ellen le odiaría, pero no importaba. Debía salvarla de esetipejo,costaseloquecostaseymañanaaprimerahoraconfesaría.Durante las siguientes horas las pasó con la vista en el televisor. Su
madre había insistido en acompañarlo, pero él se negó. Por su terribleaspectointuíaquehabíapasadomuymalasnochesjuntoaélypreferíaquedurmieraencasa.Pasarunanocheasolaslevendríabien.Finalmente,Jimdecidióapagar
eltelevisoreintentarconciliarelsueño.Sinembargo,cuandoapagólaluzobservóquenoestabasolo.Quisogritar,perounaalmohadasobresucaraseloimpidió.Agitó las manos, se movió bruscamente, pero no consiguió zafarse.
Poco a poco las fuerzas le abandonaron y tras unos segundosmás, susmanoscayeroninertes.¡Había dejado de respirar! Y antes de que las enfermeras lo
descubrieran,suasesinoescapó.
10
Rebecca
CuandoRebeccaleyólasúltimaspalabrasdel textoescritoporSue,no
podía creer lo que había sucedido. La historia la tenía atrapada de talmanera que el viaje había pasadomás rápido de lo pensado y ya habíallegadoasuestación.Guardóensumochila los foliosysedirigióa la salida.SegúnCallie,
Nadia trabajaba en una cafetería que contaba con galería de arte. Unnegociopococomúnyesperabanotardarenencontrarlo.Tras preguntar a algunos transeúntes, encontró el local con facilidad.
Teníaungranescaparateconvistasalacalle.Parecíaunacafeteríacomúny corriente, salvo que de las paredes colgaban cuadros de artistas noconocidosquedeseabanabrirseunhuecoenelmundillo.Beccaentróycomprobóqueestabadivididoendosestancias.Mientras
quelaprimeraeralatípicacafetería,alfondoaladerecha,trascruzarungran arco comenzaba la galería por la que llegó a atisbar a gentepaseando.Fue derecha a la barra, donde la atendió un hombre demediana edad,
educado,canosoyconunaampliasonrisaensuslabios.—¿Quépuedohacerporti?—seinteresóelhombre.—¿TrabajaaquíNadia?
Alpronunciarelnombredelachica,elsemblantedelhombrecambióysusonrisasetrasformóenunamáscaradehielo.Rebecca leviodudarydedujoporelmovimientode sus labiosque le
ibaadecirqueno,sinembargo,algolehizocambiardeidea.Nosupoelqué,peroellargovistazoquelelanzófuesuficienteparagirarseyhablarconalguienqueestabaenlacocina.—Hugo,preguntanportuhermana.Elhombrenodijomás.Semarchóaatenderaotrosclientes,mientras
queRebeccaesperabaser recibida.Entoncessalióun jovende lacocina.Llevabaundelantalblancoyestabasecandosusmanosenunpañoquenodudóencolocarsobresushombros.Eraaltoymuyfuerte.Depielcanela,ojosmarronesyllevabalacabeza
casi rapada; lachicanopudomenosquesentirse intimidadaporalguiencomo él. E hizo el mismo gesto que el hombre que le atendió conanterioridad. La miró con detenimiento y sus ojos se pararon unosinstantesenlasmarcasdesucara.—Déjameadivinar,¿salesconalguienllamadoDerek?Rebecca no articuló palabra alguna. ¿Por qué lo sabía? ¿Quién se lo
habíadicho?Peronopudoresponderningunadesuspreguntas.Antesdedarsecuenta,Hugohabíavueltoa lacocinay regresabaencompañíadeunachicaysupusoeraNadia.Sindudaera lahermanadelmuchacho.Compartían losmismosojosy
ella también era muy alta, aunque nada intimidante. En su rostro seapreciabamiedo. Vestía una falda larga de muchos colores y un jerseytonocrema.Decabellonegro,rizadoyunpañuelo—delmismotonoquela falda— que cubría parte de su frente y cabeza. Al igual que hicieraHugo,sumiradasedetuvoduranteunlargoinstanteenlaslesionesdesucara.—Noestoyseguradesíconocemosalamismapersona…hansidomis
amigas las que han hecho algunas averiguaciones y la verdad no sé sicreerlas, a ellas no les agradami novio—confesó y observó como enningún momento el serio semblante de la chica cambiaba—. Se llamaDerekydicenquesalisteconél.Nadiavolvióalacocinayatravésdelapequeñaventanarectangularque
comunicaba ambas estancias, Rebecca observó cómo los hermanosmanteníanunabreveconversación.Nosabíadequéhablaban,peroteníanlavistaenella.
HugoabrazóaNadiaylachicavolvióasalir.—Vayamosatomaralgo,tenemosmuchodequéhablar.Laschicascaminaronporlacalleapenasunosmetros,aunacafeteríaa
laqueseaccedíabajandounasescaleras.Ellugarerasolitario,peroalavez desprendía un aire hogareño. Por toda la estancia había repartidasmesasancladasalsuelofrenteacómodossillonestapizadosencuerorojo.Tambiénhabíasillasyotrasmesasrepartidas,ademásdetaburetesjuntoalabarra.NadiayRebeccatomaronasientoenunodelossillones—launafrentea
la otra— al final de la estancia, y tras pedir unos capuchinos que lessirvieronalinstante,fueNadialaquecomenzóahablar.—Puede que ahora no lo veas, pero deberías escuchar a tus amigas y
aunque no me hace ninguna gracia que indaguen sobre mí o esténvigilándome,enestecasomealegrodequeasísea.RebeccadiounsorboasubebidamientrasNadiamirabaensuteléfono
móvil.CuandoselomostrólavioaellajuntoaDerek,quienaparentabaunosañosmenos.—Sí,Derekfueminovio.Nosconocíamosdetodalavida.Noscriamos
juntos,asistimosjuntosalparvulario,alcolegiodeprimariaysecundaria.Fue entonces cuando comenzamos a salir. Los dos tendríamos unoscatorceaños—hizounabrevepausa.Teníalamiradaperdidaenlabebiday con tono ausente, prosiguió—. Vivimos una época estupenda, perocuando su madre lo abandonó a él y a su padre por otro hombre,enloqueció. E incluso durante un tiempo fue a un psicólogo, pero algohabíacambiadoenélylosmédicosnoparecíanservirledeningunaayuda.Porsupuestoyoestuveasu ladoen todomomento,apoyándole,perosevolvióinseguro.Teníamiedodeacabar tansolocomosupadre,quemeacabaseenamorandodeotro.Yantesdedarmecuentamehabíaaislado.—¡Noteentiendo!—leinterrumpióRebecca.—Yosentíamucha lástimaporél.Fueronmuchas lasnochesque lloró
sobre mis hombros porque su madre le hubiera abandonado.Sinceramente,supadreesuncabrónquepegabaalamujer,asíqueselomerecía,perosuabandonocambióaDerek.Noqueríaestarsolo,deseabasiempre estar conmigo, compartir cada minuto a mi lado y me fueapartando de nuestros amigos —confesó alzando la vista—. Estabaaterrado y pensó que controlándome nome alejaría de él. Y consiguiótodo locontrario.Estabaviendo loque intentabahaceryno loconsentí,
Rebecca. No lo consentí y me fui alejando de él. Eso le enfureció. Sevolvióviolento,tantocomosupadreyduranteuntiempopermanecíjuntoaél.Peroenunaocasiónmediounafuertebofetadaporayudaraunjovenquebuscabaunadirección—murmuró,evitandolamiradadeBeccaysinpodercontrolarqueellabioletemblase—.Durantemuchotiempocrecióbajoelmantodelosmalostratos,viocomosupadretratabaasumadreyqueellapermanecióconéldurantemuchos,muchosañosyquizás,quizáspensóqueutilizandolasmismastécnicas,podríatenermeasulado.Nosécómopiensaunmaltratador,porquecréeme,Derekloes.Esafuelaúnicaocasiónquemelevantólamano.Nadieibaapegarme,aempequeñecermeoanularme,aunasílasconsecuenciasquepaguéfueronmuycaras.Rebeccasepusoenpiealavezquesacabadesucarteraeldineropara
pagar.—Hoyendíaesmuyfácilmanipularunafotografíaynosésimeestás
diciendolaverdadono,soloséquemisamigosquierenalejarmedeél.—Si crees que todo esto es un montaje, ¿por qué has venido? ¿Qué
buscabas, Rebecca? ¿Alguien que pudiera ayudarte? O, ¿una historiasimilar a la tuya? —preguntó, aunque no permitió que respondiera—.Dereknuncamealejódemifamiliaoamigos.Nocontrolómiropa,missalidas o forma de ser. No se lo permití y sabes qué hizo —entoncescomenzó a quitarse el pañuelo que cubría parte de su frente dejando aldescubiertosupiel.Con horror Rebecca observó que la prenda ocultaba marcas de
quemadurasenlafrenteycabeza,dondeyanocrecíaelcuerocabelludo.—¡Casi me quema viva! Y por las marcas de tu cara veo que sigue
sintiendo predilección por desfigurar los rostros de las personas quesupuestamenteama.LajovenapartólavistamientrasNadiavolvíaaponerseelpañuelo.La
creía,muyasupesarcreíaaesadesconocidayvalorabaquehubierasidotanvaliente.Aunasí,habíacosasquenollegabaacomprenderycabezotadesímisma,aúnintentabaconvencersedequeestuvieranhablandodeotrojoven.—Dicesquenotedejastearrastrarporél,pero…pero¡notecreo!¡No
lodenunciaste!Casitemataysiguelibre.QuizásnoseaelmismoDerekdelqueestamoshablando.Lachicatorcióunasonrisa,recogiósuspertenenciasycaminóhaciala
puerta.PeroantessedetuvoaescasoscentímetrosdeRebecca.
—Cuando desperté de las heridas queme había infligido, tu novio yahabía abandonado el país. Su padre lo ingresó en un internado parajóvenes indisciplinados en Reino Unido. Y ¿sabes qué? Tuve el valorsuficiente paramantenerme fuerte con él, para que nome anulase, perotras el ataque, flaqueé y no encontré las fuerzas necesarias paradenunciarlo. Seguro que tú conoces esa sensación tan bien como yo—confesó Nadia, tomando las manos de la chica y dejando en ellas unaservilletaconunnúmerodeteléfono—.Hazmecaso,aléjatedeél.Rebeccaguardólaservilletaytrassalirdellocalsedirigióalaestación
de metro. Mientras esperaba el tren, observó el teléfono móvil que elchico le había regalado, un número que solo él conocía. Tenía trecellamadasperdidasymásdeunadecenademensajes.Nisiquierasemolestóenleeralgunodeellos.Lanzóelobjetoalasvías.
Eralahoradetomarlasriendasdesuvida.Casi una horamás tarde, estaba en la puerta del hospital donde Tyler
estabaingresado.Nerviosanosabíasientrarovolveracasa.Ladecisiónque tomase cambiaría su vida para siempre, porque ya no habría vueltaatrás.Si se reunía con Tyler, si iba a verlo, estaría dando un portazo a su
relación con Derek, e inevitablemente un torbellino de preguntasatormentabansucabeza.¿Eraesoloquequería?¿Estabalista?¿Seríalosuficientementevaliente
paranovolveratrás?¿Podríaalejarsedeél?Perono sepermitiómáspreguntas.Pensóenel rostrodeNadia, en la
imagen de Tyler entubado en la camilla e inevitablemente sus dedosfueronasurostro,alaheridaqueéllehabíaprovocado.No podía volver atrás. Nadia tenía razón. Era peligroso. Y puede que
nuncamásestuvieratanpreparadacomoenesemomentoparadarelpasoyhabíaunapersonaconquienqueríacompartirlo:Tyler.Dominada por la angustia y el miedo, entró en el hospital. Vio a
compañerosdesupadreeinclusoenfermerasqueenmuchasocasiones—antesdequeSuesecasaraconsupadre—lehicierondecanguro,queleindicaron lahabitacióndeTyyencontróal chico,despierto,mirandoeltelevisor.—Vaya…mealegraverquenotienestanmalaspectocomopensaba—
añadióRebeccaintentandoromperelhielo—.Cuandotevienlacamilla,parecíamuchopeor.
Tylersonrióyesegestofue tomadopor lachicacomouna invitación.Cerrólapuertatrasella,arrastróunasillajuntoalacamaylemiróalosojos.—SéquefueDerekquienteatacó.PorsupuestoTylertambiénhabíapensadoenél,perolesorprendíaque
lachicaestuvieratansegura.Enesemomento,confesó.LedijolodelasmanchasdesangrequeencontróensusdedoscuandoDerekletomódelamano.Su historia fue breve.Habló cabizbaja, avergonzada, y cuando seatrevió,miróaTyler.—¿Notienesnadaquedecirme?—Soloquierosaberquéesloquevasahacer—seinteresóeljoven—.
¿Hablarásocallaráscomohashechohastaahora?—Estoymuertademiedo…pero,voyairalapolicía.Esloquetengo
quehacer.TylerabrazóaRebeccaalavezqueledabalasgraciasysusurrabaunay
otra vez que por fin había vuelto, tenía los ojos abiertos y veía conclaridad.Becca sonrió y Tyler le dio la tarjeta de la policía que estaba
investigandosuaccidente.EraLuxDanielsydecidió llamarla.Laagentesemostrómuyamableyparasubuenafortunaseencontrabadecaminoalhospitalparahacermáspreguntasalchico,porloquenoeraobligatorioquefueraalacomisaría.—¿No preferirías que te acompañase alguien? ¿Sue, quizás? —se
interesóTyler.—Lahellamado,peronocogeelteléfono.Puedequeestétrabajandoy
lohayadesconectado.Notepreocupes—añadióintentandotranquilizarlo—.Estarébien.Tylediounapretónypocodespuésseencontróconlaagente.Lamujer
fue muy agradable y le hizo detallar todo lo que recordaba. En quémomentollegóDerekjuntoaelladespuésdeloocurrido,cuandoletomólamanoyhastaqueropallevabaelchico.—¿Hayalgomásquequierasdecirme?—seinteresóLux.—¡Rebby!—exclamóTyler—.Estuoportunidad.Habla.SabíamuybienaquésereferíaTy.Alaccidenteocurridoenlasalade
baile. Y durante un instante los labios de la chica se abrieron paraconfesar,perofinalmentenolohizoynegóconungestodecabeza.—¡Estábien!—añadiólaagentecerrandolalibretadondehabíatomado
notas—. Iremos a interrogar a Derek y averiguaremos que estabahaciendocuandoTylerfuegolpeado.Muchasgracias,Rebecca,cualquiercosaquecreaspuedasernosdeayuda,porfavor,llámame.Ya a solas, la chica evitó lamirada de reproche de Tyler y tomó sus
pertenencias.Erahoraderegresaracasa.—¡Nopudehacerlo!—exclamóenfadada—.Yo…no tengonadaclaro
sobreloquesucedióenlasaladebaile…noloséTy,nosésiyomelobusquéoqué.¡Nolosé!—gritó.—¡Estábien!—añadió el joven convoz calmada—.Hasdadoungran
pasoRebby,ungranpaso.Porfavor,noretrocedasynovuelvasaveraDerek.Espeligroso.Ellaasintióconlágrimasenlosojos.Yasemarchabacuandosegiróyle
dedicóunaspalabrasaTyler.—¡Voyaromperconél!Hoymismo.Sinolohago,metemoquenunca
serécapazdeescapar.RebeccasemarchóhaciendooídossordosalaspalabrasdeTylerquele
pedíaunayotravezquenohicieranadahastaqueélsalieradelhospital.Ahorateníavalor,debíadarelpasoysemarchóacasa.Cuandollegó,nolesorprendióencontraraDerekesperandocercadelavivienda.Semovíade un lado para otro nervioso y cuando sus miradas se cruzaron, ellatemblódemiedo,mientrasqueelgestodeélseendureciómuchomás.—¿Dónde has estado? —preguntó tomándola del brazo—. ¡Te he
llamadounadecenadeveces!¿Paraquétienesmóvil?¡Telodiparasaberdóndeestabas!—¡Bastaya!—gruñóRebeccaliberándosedeélyencaminándosehacia
la entrada de la vivienda. Estaba huyendo y decidió no hacerlomás. Segiróyseencaróconél—.HeestadoconNadiaymehaayudadoaabrirlosojos.Yonosoyimportanteparati,estoyseguradequenisiquieramequieres, porque las personasque se aman, no sedañan.Ymirami cara.¡Túmelohiciste!—¡Tehanlavadoelcerebro!Esazorralopagarácaro.—¿Qué vas a hacer?—protestó con los brazos cruzados—. ¿Pegarle?
¿No te bastó con quemarle la cara? Esto se acabó, no quiero volver asabernadade ti,¿meoyes?Lonuestrosehaacabado,ha terminado.Noquierovolver a verte y si vuelves a acercarte amí, te arrepentirás, ¿meoyes?¡Notequieroamilado!Pero sus palabras no asustaban a Derek, sino todo lo contrario, pero
entoncesuncochenegroaparcóenelcaminodeentradaydeélsalió laagenteLuxDanielsencompañíadeunrobustopolicía.—Tupadrenosdijoquepodríamosencontrarteaquí—añadiómirando
alchico.—¿Has llamado a la poli?—preguntó aBecca, pero ella negó con un
gestodecabeza.—Tenemos que hacerte unas preguntas sobre Tyler Woods y dónde
estabascuandofueatacado.—¡Subealcoche,chaval!—ordenóelagente.Rebecca dio gracias porque los policías hubieran aparecido en ese
momento. Temía echarse atrás, pero ya había dado el paso. Por fin eralibre.Sue no llegó hasta bien entrada la noche y con sorpresa encontró a
Rebeccaenlacocina,preparandolacena.—¡Porfinllegas!—exclamóBecca—.Tehellamadounpardeveces.—Lo siento, no he tenido cobertura. He esperado horas en un taller
mecánicomientrasarreglabanelcoche—confesótomandoasientoenuntaburete, sin dar más explicaciones. No quería decirle a nadie que ellamisma había roto el cristal tras leer un mensaje que la perturbóconsiderablemente—.Pareces…no sé, diferente y veo que has hecho lacena.¿Quécelebramos?Rebeccaguardósilenciouninstantemientrasservíalaensalada.—¡HedejadoaDerek!—admitióysesintióbien.Erareal,ahoraquelo
decíaenvozalta,queseloconfesabaalaspersonasqueleimportaban,leparecíamásrealquenunca—.Puedequeseaduro,peroséquehetomadoladecisióncorrecta…porque…porqueapesardetodo,desaberquenoesbuenapersona,deldañoquemehahecho,derompermeelcorazónypartirme en mil pedazos, no puedo evitar sentir algo hacia él einevitablementemepreguntoquéesloquemepasaysiconseguirésaliradelante.Suetomólasmanosdelachicaparareconfortarla.—Sécómotesientes.Tienesmiedo,alegría,tesienteslibreyalavezte
vesincapazdecreerloqueestásucediendo.Peroesreal,Becca,loesyescierto que vendrán momentos difíciles, pero estamos contigo. Todos teapoyaremos—laanimódeslizandoelbrazoporloshombros—.Hassido
muyvaliente.Rebeccaasintió.Eraincapazdehablar;temíaquesilohacía,nodejaría
de llorar en mucho tiempo y no quería hacer eso. Deseaba ser fuerte.Teníaqueserlo.—Quieroqueescuchesloquetevoyadecirylorecuerdescadadíaal
levantarteycadanochealacostarte—dijotomandoelrostrodelachicaentre susmanos—.Puedequeahoraestéshechamilpedazosy séque tecerrarás,queteampararásenlasoledad,yesonoesmalo,séquelovasanecesitarduranteuntiempo.Estarsolacontigomisma,puesenlosúltimosmesesnohassido túy tienesquevolvera rescatarte.Escucha,Becca,séque teprometerásnoamar,quedesearásnoenamorartenuncamásparano volver a hacerte pedazos e incluso lucharás contra tus sentimientos.Perocréeme,algúndía,todoestoquedaráatrásyhallarásalapersonaquelograrárecomponertualmaypegarcadatrozodetucorazón—susurrómientras la estrechaba entre sus brazos—. No tengas prisa, algún díallegará, pero sobre todo, recuerda que no estás sola. Siempre podráscontarconmigo,tupadreyamigos.
11
Sue
Tras la cena de la noche anterior, Sue y Rebecca compartieron más
momentoscomolosdehaceaños,hastavieronunapelículaycomentaronsobre ella. Después se fueron a descansar y durante una noche, Sue noaccedióalcorreo.Temíaencontrarseelmensajedealgúnpiradoodesuacosador, y no deseaba volver a esa realidad. Estaba eufórica porqueRebeccahubierapuestofinalarelaciónconDerekyeraloqueimportaba.Yaligualquehicieradurantelasúltimasmañanas,lamujerllevóencochealachicaenelinstituto.—¡Vendréarecogerte!—lerecordóSue—.Elcastigoaúnsigueenpie.Rebeccasonrióyasintió.Cualfuelasorpresadelachicaalencontrarse
trasellaaCallie,EmmayTristán.Los treshabían recibido lanoticiadeTylersobresudecisióndedejaraDerekylahistoriaeralacomidilladelcentro.Hacíaunratolehabíavistoenactitudmuycariñosaconunanovataquehacíagrandesesfuerzosporentrarenelequipodeanimadoras.—¿Volverásadanzar?—seinteresóEmma.—¡Para!—leordenóCallie.—Nohedichonadamalo—sedefendióEmma—.Peroahoraquepor
fin ha echado de su vida a ese gilipollas es normal queme pregunte sivolveráapracticarloquemáslegusta.
EltimbredeliniciodeclasesalvóaRebeccaderesponderalapreguntadeEmma,puesellayTristánsemarcharonatodaprisaaclase,mientrasqueenelpasillosoloquedaronBeccayCallie.—Ledijequenofuera tanbrusca,peroyasabescomoes.Yrealmente
nosotrasno sabemosquées loquehapasado…puedeque fueraverdadquetecansarásdebailar.RebeccatomólasmanosdeCallie.—Volveréadanzar…enrealidad,nuncalohedejado.Lacarade lachica se iluminóydecidieronencontrarseen lahoradel
almuerzoenlasaladedanza.Callieleprometióqueleayudaríaaponerseenforma.Ytrasdespedirse,lasamigasfueronasusrespectivasclases.Tras dar un par de vueltas, finalmente Sue logró encontrar un
aparcamientocercadelacomisaría.LaagenteLuxlahabíacitadoparaesamañanayteníaalgoquemostrarle.Unnuevomensajedesuacosador.En esta ocasión no decía nada, ni siquiera adjuntaba fotos, solo le
acompañaba la dirección a una página externa. Cuando Sue clicó en elenlace, apareció una Web donde únicamente había una cuenta atrás. Ysegúnloscálculos,eserelojdenúmerosdigitalesdeunintensorojosobrefondonegro,llegaríaasufinencuatrodías.Era una cuenta atrás y eso le asustaba. Esperaba que la agente tuviera
algunasnoticiasypudieraayudarla.Finalmenteaccedióa lacomisaríaycuál fue lasorpresaalverqueno
estabasola:Tracy,SamyRemyestabanallí.Eufóricacorrióhaciasusamigosylosabrazó.Normalmentechateaban
cadaquincedíasysolíanverseenocasionesespeciales,comoNavidadoAccióndeGraciasyparanadaesperabaverlosallí,muchomenosporqueSuenoleshabíadichonadacontaldenopreocuparlos.—Nos hemos enterado de las amenazas—confesóRemy—. ¿Cómo te
encuentras?SuesequedósinpalabrasymiródirectamenteaLux.—Tengonoticiasparatodos.Vayamosaunasaladondepodamoshablar.Elgrupofuellevadoaunahabitaciónylaagentelesdejóasolasunos
minutos.EsetiempofueaprovechadoparaponersealdíaySuelesrelatólosucedidoenlosúltimosdías.Cuandolapolicíaregresó,lohizoconcaféyalgunosdulces.
—Graciaspordarmelainformacióndelúltimocorreo—añadióLuxendirección a Sue—. En efecto, tienes razón. La cuenta atrás termina encuatrodías.¿Esafechaosdicealgo?ElgrupointercambiómiradasyfueSamquienrespondió.—EncuatrodíasharáotroañomásdesdeloquelesucedióaEllen—en
estemomento intercambióunamiradaconSue—.Elmomentoenelquetodoterminó.Laagenteasintió.Porsupuestoellayahabíarelacionadolafecha,pero
queríasabersialguienmáspensabadelamismamanera.—Si os he reunido a todos es porque necesito que los próximos días
seáis más cuidadosos y aunque solo Sue ha recibido amenazas, todosestuvisteisinvolucradosenloscrímenesquesesucedieroncuandoEllen…bueno,cuandosucediótodo—añadióojeandounarchivoqueteníaensusmanos—.Séqueesunaépocaquenodeseáisrecordar,vivisteisuncursomuydifícilyeraismuy jóvenes,perodadas las circunstancias,me temoquetengoqueremoverelpasado.Todaslasmiradasdelgrupoestabanfijasenlaagente.Estaaguardóun
instanteycuandoelgrupoasintió,prosiguió.—Uno de los implicados en los acontecimientos de aquel año está
muerto,yoloséyvosotrostambién.Séqueacudisteisasuentierro.—¡Necesitábamos saber que ese gran hijo de puta estaba muerto! —
protestó Remy y solo la mano de Sam entrelazada con la suya, logrócalmarlo.—Perohacedosmeseshuboun incidenteen…—Luxsuspiróa lavez
que lanzaba el archivo a la mesa—. El otro implicado, quizás el máspeligroso,escapó.Nolohesabidohastaahora,yaqueesuncasoantiguoynoperteneceanuestrajurisdicción.—¡Dosmeses!—exclamóTracyasustada,alavezquetomabalamano
deSue—.Tiemposuficienteparalocalizarnos,conocernuestrasrutinasyterminarloqueensumomentotodosevitamos.LaagenteLuxasintió.Rebeccahacíatiempoquenoreíacomoeneseinstante.Habíapasadoun
grato momento con Emma y Callie. Habían bailado y practicado susmovimientospreferidos,erafelizyningunaquisoenturbiaresemomentohablandodelosucedidodesdequesuamistadserompiera.
Nohuboreproches,nipreguntas,actuaroncomosilosúltimosmesesnohubieranexistidoyRebeccaloagradeció.Sabíaquenosiemprepodríaserasí. Debía hacer frente a la realidad; también estaba pensando en ir aterapia, pero por elmomento, solo quería olvidar y cuando bailaba, noexistíanadamás.Así pues, no le importó quedarse sola unosminutosmásmientras sus
amigasseguíanconsuvidasocial.Lahabíaninvitadoairalcine,dondeles esperaba Tristán, pero Becca rechazó la oferta y prometió que severíanmañana.ElhorarioescolaryahabíaterminadoyaunqueSuelehabíaprometido
recogerla, lachica leescribiópidiéndolepermisoparaestarmás tiempoconsusamigasyalamujerleparecióbien.Sin embargo, Emma y Callie ya se habían ido. En el centro solo
quedaban los alumnos que practicaban deportes o alguna actividadextraescolarydecidióqueeramomentodevolveracasa.Comenzóarecogersuspertenenciasysedirigióalapuerta,peroenese
instante,Derekentróenlasala.—Nopuedo creer queme estés haciendo esto—dijo caminandohacia
ella—.Contodoloquehesacrificadoporti.Hededicadocadaminutoaestar contigo, hasta dejé de salir con mis amigos por compartir cadaalientodemividayasímelopagas—protestótomándoladelosbrazos—. ¡Dejándome! ¡Tratándomecomoun criminal!Diciendo a la poli quemismanosestabanllenasdesangre,queyogolpeéaTyler.—Basta Derek, me estás haciendo daño. ¡Suéltame! Si no lo haces,
gritaré,¿meoyes?¿Esloquequieres?—¡Lo que quiero saber es qué ha pasado! ¿Por qué has dejado de
quererme, Rebecca? ¿Por qué? ¿Te estás follando a otro? Eso es, ¿no?EstásconTyler,siemprehasestadocoladaporélysiempreteenfadabasconmigocuandotepedíaquenolemirases,quenolehablases.¡Yolohehechoporti!¡Hedejadodemiraraotrasmujeres!—¡Socorro! ¡Quealguienmeayude!—gritóe intentóchillarmásalto,
perolamanodeDerekleimpidióhablar.—Yo teamo,Rebecca,eresmivida, ¡mivida!Ynopuedoestar sin ti;
pensarenestaralejadodetuslabios,tusmanos,¡mevuelveloco!Rebecca comenzó a forcejear. Intentó liberarse del joven, pero él era
muchomásfuerte.Conunodesusbrazoslarodeóporlacintura,mientrasqueconlaotramanoaúnlecubríalaboca.Yapesardetodaslaspataletas
de Rebecca y los puñetazos que le propinó, no consiguió nada. Dereklogróarrastrarlaalbañoycerrólapuertatrasellos.Trasuna largaconversacióncon la agenteLuxy lasprecaucionesque
tomaríanapartirdeahora,Sue,Tracy,RemyySam,tomabanunatazadecaféenunlocalcercano.—¡Nopuedocreerqueestésucediendodenuevo!—selamentóTracy,a
lavezquesemasajeabalassienes—.Penséqueyahabíaacabado.Todosasintieron,peroningunodijonada.Eraevidentequenodeseaban
removermás el pasado y esperaban que todo el asunto llegase a su fincuantoantes.—¿Estarásbien?—lepreguntóRemyaSue—.Nosestamosquedandoen
un hotel, pero si no te sientes segura o necesitas algo, solo tienes quedecírmelo.—Clarkyaestádecamino.Llegaráendoshorasyhededecirqueme
sientorealmentemolestaporqueosestéisquedandoenunhotel,enlugardemicasa,cuandosabéisquetenemosespaciodesobra.—¡Queríamos darte una sorpresa! —confesó Sam—. Aunque
encontrarnosenlacomisaríanohasidoagradable.Suetomóunsorbodesucaféymiróasusamigos.—EstanochehablaréconClark.Tengoquecontarlelaverdad,incluido
loquepasóaquelcurso…peromañanaosquieroatodosencasa.SusamigosapoyaronsusmanossobrelasdeSue,alavezqueasentían.—Tengoquedejaros.EstoypreocupadaporBecca;ayerdejóasunovio
ymegustaríasaberquesiguebien.Sedespidieron,aunqueprometieronversemañanaaprimerahoraenel
hoteldondesehospedaban.Cuando Sue llegó a casa, escuchó cierto revuelo en la habitación de
Rebeccaypresurosacorrióaella.Encontróalachicavistiendounampliochándalyrodeadadevariascajas,ademásderopaporelsuelo.Enel interiorde las cajas lanzabademalagana todos los regalosque
Dereklehabíaobsequiadodurantesurelación,inclusoropa.—¡Becca!—susurróSue—.¿Teencuentrasbien?—Soloestoyhaciendoalgodelimpiezaydeshaciéndomedetodoloque
me recuerde a él —confesó con rabia en la voz, pero este tono seconvirtióendesesperaciónylachicaacabótiradaenelsuelo,conlamano
cubriéndole la cara donde intentaba amortiguar un sollozo—. Hecometidoungranerror.Sue tomó asiento junto a la muchacha y deslizó su brazo por los
hombros.Gratamentecomprobóquenolarechazaba.—¡MeheacostadoconDerek!—mintió.NoseatrevióamiraraSueala
cara.Nopodíahacerlo.Temíaquesilohacía,descubriríaqueelsexonohabíasidoconsentido…queenrealidadlahabíaviolado—.Losiento…tehe decepcionado… yo, no sé cómo ha pasado, pero estoy muyavergonzadadeello.¡Deverdadquelosiento!Sue no dijo nada. La chica estaba desamparada. Necesitaba apoyo y
ánimos,yfueloqueledio.—No te preocupes, cariño, todos cometemos errores. Quizás este
encuentrotehayaservidoparaaclarartussentimientosydescubrirquenoloamas.Beccaseseparódelamujer.Aspiróyexpiróunpardevecescontalde
calmarseylamiró.—Lotengoclaro,noquierovolveraverlonuncamás—hizounabreve
pausa.AúnteníaqueconfesaralgomásynosabíacómoselotomaríaSue—.¡Notomamosprecauciones!¡Deverdadquelosiento!—confesóalavezquesollozaba—.¿Quéharésiestoyembarazada?Suevolvióaabrazarla.Ahoranoeraelmomentoparahablarsobresexo
seguro.Rebeccaestabadestrozada;lanecesitabaypensabadarlesuapoyo.—Estábien,notepreocupes.Esteseránuestrosecreto.Noquieroquese
locuentesatupadre,perovoyairaporlapíldoradeldíadespués.Perotienesqueprometermequenunca,nuncamás,harásalgocomolodehoy.La chica asintió aliviada. Al menos no debería preocuparse por un
embarazonodeseado…perotodavíaestabaeltemadelaviolación.¿Quéhacía?¿Denunciabaoguardabasilencio?Muchaseran laspreguntasqueagolpabansumente.El restode la tarde, tantoSuecomoRebecca intentaronseguirconsus
rutinas. La muchacha seguía en su habitación, haciendo limpieza yredecorándola, mientras que Sue estaba encerrada en su estudio,adelantando trabajo. Pero ambas interrumpieron sus quehaceres cuandoescucharonlapuertaabrirseydeseguidolavozdeClarkanunciandoqueestabaencasa.
Lasdosfueronalaentrada,dondeRebeccaselanzóalosbrazosdesupadrealavezqueleconfesabaqueleechabademenos.Unavezpadreehija se separaron, fue el turno del matrimonio, que tras un beso, sedirigieronalacocina.Clarkleshablóasuhijaymujersobreelviaje,laexperienciayatodos
losdoctoresquehabíaconocido.Por supuestoestabapreocupadoporelataquedehaceunosdías,perohacía tanto tiempoquenoveíaaRebeccasiendoamableconellos,queprefiriódejaresetemaparacuandoSueyélestuvieranasolas.Unavezterminarondeponersealdíaconelviaje,comenzaronahablar
de temas triviales.Habíanpedidocomidachinay laestabansirviendoenplatosparacomertodosjuntosenlamesadelacocina.—HoyhellamadoaTracy—añadióSue.Demomentonoqueríadecirla
verdad y explicar por qué se había encontrado con sus amigos en lacomisaría—.Vanapasarunosdíasenlaciudad.Ella,RemyySam…hepensadoquepodíanquedarseaquí.—Hacíamuchoquenonosvisitaban—añadióRebecca—.Seríagenial
pasarunosdíasconellos.—Sabes que tus amigos siempre son bienvenidos—añadióClark—, y
estaestucasa,cariño,notienesquepedirmepermisoparainvitaranadie.Además,tengoganasdeverlos,hacetiempoquenovienen…—Losé…tienenmuchotrabajo,peroestánpreocupadospormí…por
elataqueyhanpedidounosdíaslibres.En esemomento la conversación se interrumpió cuandoClark recibió
una llamada a su teléfono móvil. Tras disculpare, se dirigió al salón.Mientras esperaba, Rebecca y Sue comenzaron a recoger la mesa. Elhombrenotardóenllegaryalgoenélhabíacambiado,puessugestoeraserio.—Rebecca,veatuhabitación.TengoquehablarconSue.Lachicanoreplicó.Conocíaesetonodevozyestabamuyenfadado,por
loqueobedeció.Aunqueen lugarde irasudormitorio,sequedóen lasescaleras,dondeescuchólaconversación.—¡Dimequelapíldoradeldíadespuésquehascompradohoynoespara
mi hija! —exigió y Sue no pudo evitar preguntarse cómo lo habíadescubierto. Pero era médico, tenía muchos contactos y probablementehastaconocíaalfarmacéuticoqueleatendió—.¿Deverdadpensabasquenoibaenterarme?
—Pensabacontártelo…—¡Esmihija!—replicóClark—.Eraunadecisión importantey lahas
tomadosinconsultarme.Confiabaenti,Sue,penséqueestabaseducandocorrectamenteamihija,perolodehoy,quenomelohayaspreguntado…—¡Papá!—interrumpióBecca en la cocina—.Estás siendo injusto con
Sue.Ellanohasidoquienhacometidoelerror,sinoyoymehaayudadoentodoloquehapodido.—¡Tú no digas nada! —gruñó sin tan siquiera mirarla—. Sabía que
tenías relacionesperono teconsideraba tan irresponsablecomoparanotomarprecauciones.Teeduquémejorqueeso.Teenseñéatenerencuentalas consecuencias, te hablé de las enfermedades de transmisión sexual,perosolomehasdemostradoquenopuedoconfiarenti.Yahoravete.Rebecca quiso protestar, pero observó el gesto que Sue hacía con la
cabezayvolvióalrellanodelasescaleras.—Siento haberte mentido—confesó Sue—. Pero no he podido hacer
otracosa.Aunquenolocreas,entiendomuybienatuhijayhehechotodocuantohaestadoenmismanosporayudarla,paraqueconfiaseenmí.—¿Esosignificaquetodoservía?¿Quéestabasdispuestasahacerloque
fueraparaseraceptada,paraganartesuconfianza?—preguntóenfadado—.Mehasfallado.SabíaqueloestabaspasandomalconloscambiosqueRebeccaestabasufriendoenlaadolescencia.Séquenosoportabasquedeprontohubieraspasadodeserconsideradasumadre,asumadrastrayquete faltase el respeto. Pero has cometido el peor error que todo padre omadrepuedecometeryeshacerseamigodesushijos.¡Nolosomos,Sue!¡Somossuspadresyesevínculosiemprehadeestarpresente!Sue no dijo nada. Sabía que Clark no comprendería porque había
actuadode talmaneraconRebecca;queríaayudarlaycreíaque lohabíahecho.—¿Hayalgomásquenosepa?—leinterrogóClark—.¿Quémásmehas
ocultado?Dímelo,Sue,prefieroqueloconfiesesantesdequeloaverigüepor mí mismo, porque créeme, acabaré desentrañando todos vuestrossecretos.Lamujernotuvootraopciónquehablar.Leconfesóquehabíacubierto
aRebeccaenlosdíasquehabíafaltadoalosestudioseinclusocuandolaprofesoralemostróeljustificantequeBeccahabíafalsificado.—¿Por qué lo has hecho?—quiso saber Clark. En su tono de voz se
apreciabadesilusión—.Depositélaeducacióndemihijaentiy…ynosé
porquéhashechotodoesto.—Créeme,tieneunaexplicaciónyconeltiempoloentenderás,perono
puedoarrancarle laverdadaRebecca.Solohequeridoacercarmeaellapara ayudarla y sabía que si era severa con ella, la alejaría más denosotros.—Yporesemotivohasdecididodarletodoloquequiere,malcriándola.
Algo que no he hecho en mi vida —le recriminó—. Yo… dejémoslo,estoycansado,yahablaremosmañana.ClarklediolaespaldaaSue,aunqueescuchólaspalabrasdeestaclaroy
alto.—Laestoyayudando,Clark,losé.Túnolaentiendes,peroyosí.Note
hefallado…nooshefalladoaningunodelosdos.Desde las escaleras, Rebecca escuchó las ahogadas palabras de Sue e
intercambióunamiradaconsupadrecuandoestecaminójuntoaella.—Túyyohablaremosmañana.Nohubomáspalabras.Lachicaescuchócomolapuertadeldormitorio
de supadreySue se cerrabadegolpey ella sedirigió a la cocina.Sueestabaintroduciendolosplatosenellavavajillasysurostroestabateñidoporeldolor.—¡Lo siento!—se disculpó Rebecca—. Hablaré con mi padre. Tú no
tieneslaculpadenada.—EscuchaBecca, no quiero que pienses que todo lo que he hecho ha
sidoparaconvertirmeentuamigayacercarmeati.Megustapensarquenuestra relación pueda ser demadre e hija, porque tumadre ya no estácontigo y me hago una idea de lo sola que debes sentirte en algunascircunstancias—confesó.Sentíalosojosllorososyhacíacuantoestabaensumanopor controlar el llanto—.No importa lo quemehayadicho tupadre, sé por qué he actuado de esta manera que a él le parece tanirresponsable y sé que estoy haciendo lo correcto, sé que te estoyayudando.Rebeccaquisohablar,deciralgo,peroSuenoselopermitió.—Prefieroestarasolas.La chica se marchó a su habitación, donde intentó concentrase en las
tareasqueteníapendiente.El resto de la noche trascurrió con normalidad y aunque era de
madrugada,Rebeccaeraincapazdeconciliarelsueño.HacíatiempoqueSuehabíasubidoalpisosuperior;trabajabaensuestudioyenunaocasiónqueBeccasalióparairalbaño,observóalamujerconloscascospuestosytrabajandoenunailustración.Perodeesohacíahoras.Nohabíaescuchadolapuertadeldormitoriode
supadreabrirseymuertadecuriosidad,salióalpasillo.ElestudiodeSueestabaalfinaldelpasillo,frentealbañoycuandollegóaél,contemplólapuertacasicerrada.MuydespaciolaabrióyobservóaSuetumbadaenelsofá,cubiertaconunamanta.—¡Eh!—susurróRebecca,llamandosuatención.—¿Quéhacesdespierta?—preguntóSueincorporándose—.Sonlastres
de la madrugada, deberías dormir. Tu padre no te permitirá quedartemañanaencasa.Lachicatomóasientojuntoalamujer.—¿Noteirásalacama?—seinteresó.—Soloestoy tomándomeunapausaconel trabajo.Enbrevevolveréa
ponermeconello.—Sientomucholadiscusióndehoyyqueestéisenfadados.Nuncaoshe
vistodeestamanera.—Bueno,losmatrimoniosdiscuten.Nopuedenestardeacuerdoentodo.RebeccaasintióyevitólamiradadeSue.Ledolíadevolverlelavista.En
surostrosolohabíadolorymuestrasdellantoysesentíaculpableporqueellafueralacausadeladiscusión.—He leído la historia de Ellen—murmuró—. Y me gustaría que me
contaseselresto—confesóehizounapausa—.Sue,nomeengañas.Yanoestás trabajando.Tienes el ordenador apagado. ¿Por qué no vienes amihabitación? Mi cama es lo suficiente amplia para las dos. Sé que estásenfadadaconpapáynoquieresdormirconél.Sue sonrió e hizo caso de la chica. Fue a su habitación. Ambas se
tumbaronenlacamaysecubrieronconlasmantas.Yyaqueningunadelasdoseracapazdeconciliarelsueño,SueaccedióalapeticióndeBecca.YcontinúoconlahistoriadeEllen.
12
Ellen
Más nerviosa de lo habitual, Ellen no dejaba demirar el reloj. Había
quedadoconMatt a lasnueveyyaeranycuarto. ¿Puedeque sehubieraarrepentidodesucita?Noleextrañaba.Serelnuevonuncaeranadafácily aunque ambos habían encajado muy bien, ahora no era la mejorcompañíasideseabaquesuvidaenelcentrofueramejor.Sus amargos pensamientos se interrumpieron cuando llamaron a la
puerta. Nerviosa corrió hacia ella y al abrirla se encontró conMatt. Elchico llevaba un ramo demargaritas. Un gesto entrañable que provocóquelosojosdeEllensellenasendelágrimas.Hacía mucho tiempo que nadie era tan amable con ella… y ahora
encontraba a alguien a quien no le importaba los errores que habíacometido.Dejándose llevarpor sus sentimientos, se abalanzóhacia elmuchacho,
loabrazóylebesó.Ytrasunossegundosdealocadapasión,seseparódeél,pensandoensucomportamiento.Diounospasoshaciaatrás,peronollegómuchomás,pueselchicolarodeóporlacinturaylaatrajohaciaél.Ambossebesaronmientrasentrabanenlaviviendaycerrabanlapuerta
tras ellos. A trompicones subieron las escaleras hacia la habitación deEllen,dondehicieronelamor.
No fue hasta las dos de lamañana cuandoEllen despertó y observó aMattvistiéndose.—Mispadres sepreocuparan sipaso toda lanoche fuera—confesó,y
acercándoseaellalebrindóuncariñosobeso—.Peroelfindesemanaesmuylargo.Yestoydeseandocompartircadasegundocontigo.—¡Yo también!—confesó ella, entrelazando susmanos—.Detesto que
tengamosquesepararnos.Hacíatantotiempoquenoeratanfeliz.Elmuchachodeslizósumanopor lanucadeElleny laatrajohaciaél
parabesarladenuevo.Despuésdeesosedespidieron.Ellaregresóasudormitorioysedejócaersobrelacama.Lassábanas
aúndesprendíanlafraganciadeMattyfeliz,seenvolvióconellasalavezque rememoraba elmomento.Lasmanos del joven deslizándose por sucuerpo,mientras ella se deleitaba en conocerlomejor y poco a poco sedesprendían de las prendas que les impedían sentirse. El encuentro fuemuy grato. No era la primera vez para Ellen e intuía que para Matttampoco,debidoalaexperienciaconlaquesehabíadesenvuelto.Había sido especial y no quería volver a la realidad.Así pues cuando
recibióunmensajeensuteléfonomóvil,loignoró.Noqueríasabernadadenadie.Y trasunosminutos recibióuna llamada.LanzandounamargosuspirótomóelteléfonoyobservóquéeraRemyquienllamaba.—¡Sonlastresdelamadrugada!—replicóenfurruñada.—Meimaginoquenohasleídomimensaje—confesó,yEllenadvirtió
tristezaensuvoz—.Estonoesfácildedeciryestoyyendodecaminoatucasa.—¡Me estás asustando! —confesó y Remy no dijo nada. Ellen solo
escuchaba su respiración acelerada, debido a su caminar. Intuía quedeseaballegarcuantoantesjuntoaella—.Remy,¿quéestápasando?—¡Jimhamuerto!¡Hamuerto!¡Hamuerto!¡Hamuerto!Esas dos palabras se repetían una y otra vez en su cabeza. Entonces
llamaron a la puerta y cuando la abrió se encontró a Remy. Respirabaforzosamenteyteníalosojosenrojecidos.—¡Lo siento!—confesó el muchacho y envolvió en sus brazos a una
desconsoladaEllen.Segúnlosmédicos,Jimmuriódebidoaunainsuficienciarespiratoriay
fueron incapaces de reanimarlo. Para Ellen y sus amigos fue un golpeduro.Todospensabanqueibaasaliradelante,peroseequivocaronylossiguientesdíasnofueronmejores.Conmotivo del entierro, lamadre y hermana de Ellen acudieron a la
ciudad.Eralaprimeravezquevolvíaaencontrarseconambasenunañoypensaba que el tiempo, quizás, había curado las heridas, pero no habíasidoasí.Sumadre se comportaba con ella demanera indiferente,mientras que
Claire ni tan siquiera le dirigía la palabra. Por eso mismo, desde sullegada,Ellenhabíapasadomástiempoencasadesustíosytambiénenelmar,sorteandolasolasintentandoahogarsuspenas.Alahoradelentierrotodosestabanenelcementerio:lospadresdeJim,
el equipo de baloncesto, Glen, Tracy, Sam, Claire, los padres de EllenademásdelosdeotroschicosytambiénRemy,juntoalamuchacha.Por supuestoMatthewhabíaquerido estar con ella enunmomento tan
difícil,pero losdoscoincidíanenquenoeraapropiado,enespecialporGlen,queandabamásdescontroladodesdelamuertedeljoven.La mano de Remy se cerró con fuerza sobre la de Ellen cuando
comenzaron a bajar el ataúd. En ese instante los ojos de la chicaderramaronlágrimassilenciosasymásquenuncaensuvidadeseóestarenotrolugar.Peronopodíaescapardeaquelloyaligualquelosdemás,sedirigióalvelatorio.—Voy a saludar al hermano de Jim —le dijo Remy, una vez en la
vivienda—.¿Estarásbien?Asintióycaminóhaciaunamesaaporunabebidaymiróasualrededor.
Parte de lamayoría de losmuebles del salón habían desaparecido paradejarespacioalasmesasconcomidaysalvoporalgúnsofáysillas,nohabíanadamás.ApocodistanciareparóenGlen.Tracyibaconél,agarradoasubrazoy
ambas intercambiaron una mirada. No se habían vuelto a hablar. Nisiquiera un suceso tan triste había logrado arrancarle unas palabras deánimoyesoladesconsolabamuchomás.SuhermanatambiénestabaconellosyparecíasentirsemuyagustoencompañíadeGlen.Sinduda,Clairehabía cambiado.Yano semostraba tímida, nimiedosa…en realidad, nisiquierareconocíaasuhermana.Sintiendoquelefaltabaelaire,salióalporchedelanterodondeaspiróy
expiróunpardevecescontalderespirarconnormalidad.
—¿CómotesientesalsaberqueereslaculpabledequeJimacabaseenelhospital?—preguntóClairetrasella.Cuandosegiró,tuvoquemirarbienasuhermana,puesleresultabaimposiblequetantoodiosalieradesuboca—.Vaaserciertoesoquedicenqueelkarmaesunagranzorra.Túmejodiste,peroalmenosmiconcienciapuededescansar tranquila todas lasnoches.Ellensedirigióalasalida.Yabajabalosprimerosescalonesdelporche,
perosedetuvo.Noibaadejarsemaltratardeesamanera.—Parece que has madurado durante este año y me alegro, y siento
muchohabertehechodaño.Peroabrelosojosdeunamalditavez.NolegustabasaJimylosiento.Ysinosehubieraenrolladoconmigo,habríasidootra.Maduradeunavez—escupiódemalamaneraysefue.Mientras caminaba le envió un mensaje a Remy explicándole que no
aguantabamásestarallí.Alllegarasucasadescubrióquenoestabasola.Sus padres ya habían vuelto y como era habitual en ellos, estabandiscutiendo.—¡Hapasadomásdeunaño!—dijosupadre—.Todavíapodemosparar
el divorcio, por favor, Alice, dame otra oportunidad. Ellen y yo nos lamerecemos.—¿Sabescuántohasufridotuhijaenesteaño?—preguntólamujersin
permitirleresponder—.Intentósuicidarse,John,casisequitólavida.Heestadoveinticuatrohoraspendientedeelladurantetodoelañoyahoraporfinvuelveavivirysecomportacomounaadolescentecomúnycorriente.Pero no sé cómo le afectará esta visita… yo no quería venir, pero ellainsistió.—PeroEllen tambiénes tuhija.YClaire tienequehacersemás fuerte.
Nopuedocreerquehayaactuadodeestamaneraporunchico.—¡No te das cuenta!—gritó—. Todo esto ha sido por culpa de Ellen.
Elladestrozóanuestrahija,John.Aúnmepreguntocómolehizoesoasuhermana sabiendo lo sensibleyvulnerablequees—confesó, incapazdeaguantar el llanto. En este punto, Ellen comprendió por quien sentíapredilecciónsumadreyquenadadeloquehicieraibaadevolvérsela—.Nohaymásquéhablar,mañananosmarchamos.Lamuchachanoquisoescucharnadamás.Supadreseguía replicando,
intentando arreglar algo que evidentemente su madre había zanjado.Sigilosa fue a su habitación, se cambió y tras vestir un bikini, unosvaqueros y una camisa, se marchó a la playa. Antes de irse envío un
mensajeaMatthewesperandoquepudieraencontrarseconella.Lehubieragustadohabersepresentadoencasadeél,peronoconocíasuviviendaysiemprequeseencontrabanlohacíanensucasaoenotrosespacios.Dejóunatoallaenelsuelo,selanzóalaguaparanadarypermanecióen
elmar largo tiempo, hasta que escuchó que la llamaban.Matthew habíaacudidoyeufóricanadóalaorilla.Cuandosalióleesperabaconlatoallaen mano y la envolvió con ella, en el mismo instante en el que dosadolescentes caminaron junto a ellos y lanzaron lujuriosasmiradas a lachica.—Nomegustaquenadiemiredeesamaneraaminovia—confesóMatt
mientras frotaba los brazos de la chica—. ¡Eres mía y solo yo quieromirarte!LaeuforiadeElleneratalporqueelchicolaconsiderasesunovia,que
nohabíaescuchadoelrestodelaspalabrasdeljovennieltonoautoritarioconelquesereferíaaella.HabíantrascurridotressemanasdesdelamuertedeJimylavidaseguía
para los demás, casi con normalidad. Ellen seguía excluida de la vidasocial en el instituto; apenas nadie hablaba con ella, pero al menos lasbromaspesadashabían terminadoyyanomolestabanaSam,por loqueen alguna que otra ocasión, ella yMatthew se permitían comer con loschicos.Yesamañanaeraunade tantasotras, aunque lanoche seríaespecialy
Ellen estaba deseando que llegase. Habría una gran luna llena y sepredecían enormes olas. Habría una fiesta en la playa con fuegosartificiales, hogueras y surf, por supuesto. No veía el momento decompartirlasolasconRemyySam,puessienalgonohabíancambiadolascosas,eralarelaciónqueTracymanteníaconellos.Lachicaseguíaalejadadelgrupo,aunqueúltimamenteselehabíavisto
solamás de lo común y aGlen acompañada de una de las animadoras.Habíarumoresalrespecto,sobreunaalocadafiestadondeGlenbebiódemásyacabóconlaatractivapelirroja.Peroporelmomento,soloerauncotilleo.—¡Estoydeseandoquepaseeldía!—confesóEllen.Juntoaellaestaba
Matthew, coqueteando con los botones de la camisa de la chica yobservandoelcanalillodeesta—.Eh,quizásdeberíamosdejarlasmanitasparamás tarde, cuandoestemos solos—añadiócerrandodeungolpe la
taquillaydevolviendolamiradaalchico.—Meencantatupiel,estansuave.Yverquéocultaestaprendasolohace
quemeexcitemuchomásyquieraarrancártela,aunquenomegustaqueotrospuedan sentirdeseospor loque tusprendasdejanver—murmuróconelceñofruncido,alavezquecerrabatodolosbotonesdelacamisadelachica.—Oye,rubia,nosveremosestanoche,¿verdad?—preguntóunjovende
ojos ligeramente rasgados y piel tostada debido a las horas que pasabasurfeando—.Estanochevoyadarteunapaliza.¡Nomeganarás!—¡Miracomo tiemblo!—exclamóEllenmostrándole la firmezade su
mano—.Quizásenestaocasióndeberíamosapostar.Meencantatutabla,Lou,esoscolorestanllamativossonespectaculares.—Tú lo has querido, rubia —añadió estrellando el puño con ella—.
Quien gane esta noche, se llevará la tabla del otro. Ah —continuóimpidiéndole hablar—. Pero añado una condición. Deberás llevar unbonitotrajedebañoquehagajuegoconmitabla.Ellen puso los ojos en blanco y asintió. Sin embargo, su buen humor
desapareciócuandoseencontróconelgestoceñudodeMatthew.—Pensabaquehoyiríamosalcine—murmuróelchicoconvozapenada
—.Vamostodoslosviernes.—¡Losiento!—sedisculpópresurosa—.Loheolvidadoporcompleto.
Eres nuevo y no lo sabes, pero hoy es una gran noche para todos lossurfistas. Una gran luna, el océano iluminado por sus rayos, hoguera,fuegosartificiales.¡Nuncamelopierdo!—Yo nunca olvido nuestras citas. Es más, estoy deseando que llegue
cadamomentoquepodemosdisfrutarasolas.Tequiero…peroalparecertúnomequieresdelamismamanera.—¡Matt!—añadióellademaneradulce—.Claroquetequieroynosabes
cuánto, perohepensadoqueunviernespodríamoshacer algodiferente.Venalafiestayhastapuedoenseñarteasurfear.Élrespondióconunresoplido.Eltimbredeliniciodelasclasesdiopor
terminadalaconversación.Ellennitansiquierapudoreplicar,yaqueMattlediolaespalda.Yconunatristesensaciónrecorriendocadacentímetrodesucuerpo,continuóconlarutinadeldía.Unade las clases preferidas deEllen era la de literatura.Le encantaba
leer,conocerotrashistorias,amores,desamores,dramas, finales felices.Sentíainterésporlamentedeescritoresyelsentimientoquelesllevabaaplasmar lo que veían en su cabeza. En parte se sentía identificada conellos,yaquesentíaalgosimilarcuandoilustraba.Pero hoy no estaba centrada. La conversación con Matt la había
perturbado y no podía olvidarse de su cara de decepción. No veía elmomento de que acabaran las clases y llegase la hora del almuerzo.Entoncespodríahablarconéleintentarsolucionarlascosas.Trasmediahoramás,queaEllenleparecióundíacompleto,eltimbre
sonó y salió de clase. Aún quedaba otra hora para el descanso delmediodía y esperaba que la siguiente asignatura no se le hiciera tanpesada. Siempre podría hacer pellas, pero no era buena idea si queríaconseguirbuenasnotasparamarcharseaestudiaralaotrapuntadelpaís,lomáslejosdesufamilia.Descartó la idea, fue al baño y escuchó un llanto que le resultaba
familiar.—¡¿Tracy?!—inquirió,acercándosealprimercubículo—.¿Estásbien?Entonceslapuertaseabrióyencontróasuamigallorando.—¡Glen me ha engañado! —confesó—. Lo siento —se disculpó
echándose a llorar y lanzándose a los brazos de su amiga—.Por favor,perdóname. Tú siempre has sido mi mejor amiga y yo… te he tratadofatal…—Tranquila,nopasanada—laconsolóyaunqueleentristecióalverla
tandesconsolada,sesentíafelizporhaberrecuperadoasumejoramiga.Finalmente, ni Tracy ni Ellen acudieron a la siguiente clase. Ellen no
podíadejarasuamigaentalestado,necesitabahablar,encontrarconsueloyellayabuscaríaalgunaexcusaparajustificarsufalta.Trascasiunahorade palabras de ánimos, abrazos y más disculpas por parte de Tracy, lachicaestabamuchomejoryllególahoradelalmuerzo.—Remyyalosabe—confesóTracy—.Ynohapuestoningunapegaen
que lo acompañe a él y a Sam a la hora de comer, pero estoy tanavergonzada.¿CómovoyamiraraSamdespuésdenohacernadaporél?—Conozcoamiprimoyséqueteperdonará.Ysitesientesmejor,Matt
yyotambiénosacompañaremos.Tracyasintióyprometieronencontrarseenunosminutos.Rebosantede
alegría,EllenfueenbuscadeMatthew,quecomoesperaba,yaestabaenelcomedor,enunaapartadamesa.
—¡Rubia!—escuchó que la llamabaLou captando la atención de granpartedelosalumnos,incluidosunovio—.Noolvideslaapuesta.Yollevolatablaytúunatuendosexy.Ellenselimitóaresponderconunasonrisa.Matthewyaestabaenfadado
ynoqueríamolestarlomásañadiendomássala laherida.Ahora loquemás deseaba era confesarle que estaba recuperando a sus amigos y quetrassemanasinfernales,porfinsuvidavolvíaasucauce.—Tracyme ha pedido perdón—confesó con voz dulce—.Glen la ha
dejado,estabaenelbañoylohemossolucionado.Matt le lanzó una severa mirada. Dejó la bandeja de su comida en la
mesa y sin tan siquiera dirigirle la palabra, volvió a los pasillos delcentro.Ellen, enfadada, lo siguió y ya alejados de los ojos curiosos de los
demás,letomódelbrazoobligándoleadetenerseygirarse.—¿Se puede saber qué te pasa? Sé que estás enfadado por lo de esta
noche…—¡Eso no es cierto! —le interrumpió—. Estoy dolido, que es un
sentimiento muy diferente. El viernes es un día especial, es cuandoempieza el fin de semana, cuando podemos pasar más tiempo juntos yparamí iralcinealaire libre todos losviernes, significaqueempiezannuestrosmomentos—hizounabrevepausa—.Ysientomuchoqueparatinosignifiquelomismoqueparamí.LaspalabrasdeMatthewprovocaronungransentimientodetristezaen
Ellen.Unterriblenudoenlagargantaleimpedíahablarysentíalosojosarder.—SobreTracy…¿realmenteestuamiga?Quierodecir,ahoraqueseha
quedadosolaescuandoporfinseacuerdadeti,cuandovuelveasolicitartuamistadynoolvidesquetediolaespalda.Nocreyóquesuexnovioteatacase ni te reconfortó cuando tu madre y hermana estuvieron aquí,sabiendolodifícilqueteníaqueserparati—lanzóunsuspiroysequitólasgafasparafrotarselosojos—.Noestoyenfadado,Ellen,solodolidoporque no seas capaz de ver a las personas a las que realmente leimportas,comoamí.Despuésdeeso,elmuchachonodijonadamásysemarchó.Lachicalo
buscódurantelashorasrestantes,peronoloencontróporloquededujoquesehabíamarchadoacasa.Entristecidaytrasllegaralfindeundíaagotador,seencaminóhaciasu
casa.PeroensucaminosecruzóTracy.—¿Dónde has estado?—preguntómuchomás animada que cuando la
encontróenelbaño—.Tebusquédurantelacomida.Oye,hepensadoquepodríamos ir de tiendas y comprarnos unos bonitos bikinis para estanoche.Esomeanimará.—Ve tú, no tengoganas—confesó y siguió su camino, peroTracy se
pusodelanteeimpidióquecontinuase.—¿Quéteocurre?Estabaspletóricahaceunashoras,porfinvolvíamos
aseramigasyahoraeresincapazdemirarmealacara.EscuchaEllen,hesido una necia y lo siento.Me arrepientomucho de lo que te he hecho,peroserémejoramigaapartirdeahora,tecompensaré.—No te molestes —respondió Ellen, evitando su mirada y con los
brazoscruzados—.Noquieroaalguiencomotúamiladoquenoestéenlosmalosmomentos,quesedeshagademícomosituvieralapeste.Ahoraque estás sola recurres a nuestra amistad, pero ya es demasiado tarde.¡Ahorasoyyolaquenodeseasertuamiga!Tracy no dijo nada. Se apartó cuando Ellen comenzó a caminar e
inmediatamentetomósuteléfonoyempezóaescribiraMatt.Herecapacitadoyteníasrazón.Laspersonasalasquelesimportonose
alejandemí.Teesperoencasaalasdiez.Iremosalcine.Conlallegadadelanocheungrangrupodeadolescentessereunióenla
playa.Variashoguerasiluminabanlazonayungrannúmerodechicosychicasestabanenelagua,consustablas,esperandolasolas.RemyySamestabanallí,einclusoTracy,aquienprácticamentehabían
tenidoquearrastrar.Loschicossabíanqueunratodediversiónlevendríabien; esperaban que olvidase al necio deGlen y la discusión conEllen.Estoúltimolesteníamáspreocupado,peroesperabaquelariñaentreellasnofuesenadaserioyprontovolvieranaserlasmejoresamigas.En ese instante se les acercó Lou, que al igual que los demás, tomó
asientoenlatablamientrasesperabanlasolas.—¿Ellennohavenido?—seinteresó,recordandolaapuesta.—No se encontraba bien—confesó Remy. Era lo único que le había
dichoEllenypormuchosmensajesqueél lehabíaenviadoe incluso lallamó hasta en una decena de ocasiones, ella no respondió—. Soloestamoslostres.
—Tú y Ellen sois tontas eligiendo a los chicos —añadió LoudirigiéndoseaTracy—.TúconCopodeNieveyEllenconeseantisocial.Noséquiéndelasdoseligiópeor.—¿Copo de Nieve? —preguntó Sam—. ¿Por qué le llamáis de esa
manera?Suenaridículo.Lou hizo un gesto sorbiendo la nariz y todos comprendieron el
significado de tal mote. Sin embargo, a Tracy no le importaba haberdescubierto que Glen tomaba drogas. En realidad lo sospechaba desdehacía tiempo. Lo que en verdad le inquietaba era lo dicho por LoureferenteaMatthewyquelohubieracatalogadocomoantisocial.PornadadelmundodeseabaquesuamigaseconvirtieraenuntaciturnocomoMattysealejaradelaspersonasalasquesiempreleshabíaimportado.Puntual,MatthewrecogióaEllenalasdiezdelanocheyaellalegustó
lamiradaquevioenél.Sindudaaprobabasuvestuario,vaquerosyunacamisa abotonada, casi cerrada del todo. De esa manera, nadie más sedecantaríaconsuescote, largaspiernasosucinturayombligocomoenlasocasionesquehabíallevadotop.Todaellaestabareservadaparaél.—¡Tengounasorpresa!—confesóéltendiéndoleunpañuelo—.Cúbrete
losojosydamelamano.Esperoquetegusteloquetetengopreparado.Lachicaobedecióyunavezsecubriólavista,tomólamanodelchicoy
siguiósusindicaciones.Matthew laguíopor el senderoque llegabahasta suvivienda.Bajaron
unosmetros,paragiraraladerechayadentrarseenelbosquequerodeabalazona,hastallegaralfinaldelmismo,alacantilado.Entonceslequitóelpañuelo.Ellen lanzó una exclamación de sorpresa al ver el picnic que le había
preparado. Tenía de todo, incluso velas, ya encendidas. Emocionada loabrazóconfuerzayél le tomóelrostroentresusmanosa lavezquelabesaba.—Séqueteníasmuchasganasdeverlosfuegosartificialesydesdeaquí
tendremosunavistaestupenda,losdossolos.Le besó agradecida por el gesto y disfrutaron de una grata noche.
Aunquedurantelosfuegos,lamiradadeEllennopudoevitariralocéano,dondegraciasalaslucesdesprendidascontemplóaunadecenadechicosychicas en el agua, haciendo surf. Y aunque lo estaba pasando bien con
Matthew,lehubieragustadoestarconsusamigos.DuranteunmesTracyhabíaintentadoarreglarlascosasconEllen,pero
sedioporvencida.Loúnicoque lograbacadaacercamientoeraalejarlamásyyanosolodeella,sinotambiéndeRemyySam.Demomentodejaríaquelascosasseenfriasen.Ellateníaotrosasuntos
delosquepreocuparse.Durantesemanashabíaaplazadounayotravezira casa de Glen a recoger las cosas que había dejado allí en ciertasocasiones,comoMP3,librosyalgunasprendas.AúnnoteníafuerzasparahablarconGlen,porloquehabíasidoRemy
quienlehabíapreguntadosileparecíabienquefueranasucasaarecogerlaspertenenciasdesuhermana.Aélleparecióbienyhabíanquedadoesatardealassiete.Allí estaban los mellizos, frente a la puerta de Glen. Tras lanzar un
suspiro, Tracy llamó al timbre y la madre del joven la recibió con unfuerteabrazo.Alfinyalcabo,habíanestadomuyunidas.—¿Cómoestáscariño?—seinteresó,convozdulce.MeganDelacroix,
madredeGlen,eraunapreciosaamadecasadedicadaasuhogarehijos.Era menuda y delgada. Saltaba a la vista que se cuidaba mucho. Tracynunca había visto su larga cabellera rubia despeinada ni a elladesmaquillada.Teníaunrostroovalado,defaccionespequeñas,quejuntoa la tez blanca de su piel, le hacían parecer más joven. Siempre ibaperfecta,conatuendossencillos,peroalavezelegantes—.SientomuchoqueGlen tehayadejado.Esachicacon laquesaleahora…nomegustanada.Noescomotú,cariño.—Gracias,señoraDelacroix—leagradeciólachica—.¿EstáGlen?He
venidoarecogermiscosas.—¡No,aúnnohallegado!Perosube,Tracy,veycogetuscosas.Sé lo
dolorosoquedebeserestoparati,asíquecuantoantestermines,mejor.LajovenasintióyseguidadeRemyfueronalahabitacióndeldeportista.
Laestanciaeraamplia,decoradaconunacamayunescritorioal fondo,juntoaunaventanaquedabapasoaunaampliaterraza.Elarmarioquedabaenlapareddelaizquierdaytraslanzarlamochilaa
lacama,Tracysedirigióasuhermano.—Túencárgatedelarmario.Seráfácilencontrarropafemenina.—¡Hecho!—respondióRemy.
—Yobuscaréenelescritorio.Tracy abrió el primer cajóny encontró suMP3, ademásde algomás
quellamósuatención.ElteléfonodeJim.¿PorquétendríaGlenelmóvildeljoven?¿Nodeberíatenerlolapolicía?SegúnEllen,éllehabíaestadoenviandomensajespocoantesdelaccidenteyelteléfonoteníalapantallarota.Aquello no le gustónadayguardó el aparato.Siguió abriendo losdemáscajonesesperandoencontraralgunamásdesuspertenencias,peronohallónada.Aunqueenelúltimocajónencontróunafotoquecaptótodasuatención.EradeJim.Vestíaeltípicocamisóndeunhospitalyteníasubrazoalrededordeunchico.Tracynopodíacreerloqueveía,porloquellamóasuhermano.—¡Miraesto!—exigiómostrándolelafoto—.EsMatthew,¿verdad?Jim
estáconMatthew.Remy asintió tan confuso como ella, pero los ojos del muchacho se
abrieronconsorpresa.—¡Joder!—exclamó—.Mira esto, Tracy—añadió señalando un logo
queaparecíaenunaparedtrasellos—.HospitalpsiquiátricoSilverLake.—Nosolovaaserciertoqueseconocían—murmuró—.SinoqueJim
ibaatenerrazónyMatthewyahatenidoproblemasconanterioridad.
13
Sue
Cuando Sue dio por terminado el relato, Rebecca no supo qué decir.
EntendíaaEllen,elsentimientodesoledad,lasensacióndeserqueridayespecialparaalguien.Lanecesidaddecomplaceraesapersona,pues suenfermizoafectocomplacíamásquecualquierotraexperiencia.Nocomprendíacomopersonasasílograbanaislarasusvíctimasdesus
seres queridos, de la sociedad y poco a poco iban consumiendo lapersonalidaddequiensegúnellosamaban,anulándolas.Inclusosinfuerzabrutaconseguíanquehicierantodocuantoquisieran—¿Qué sucedió? —se interesó Rebecca—. No puedes dejarme así.
Quieroconocerelfinal.—Becca, son las cuatro de la mañana. ¿No crees que deberíamos
dormir? —preguntó y al ver que la chica no decía nada, lo interpretócomo un sí—. Ellen fue un blanco fácil. Se sentía sola, desamparada yaunqueeraautosuficienteeindependiente,cuandoalguienlogróarrancarlasoledaddesucorazón,seaferróaMatthewconfuerza.—Conoceslahistoriaalaperfeccióneinclusodetallesdeloquehacían
Remy,TracyySamenesosmomentos.Tuvistequevivirlahistoriamuydecerca.DimeSue,¿acababien?LamujernorespondióyBeccanoinsistió.Intentóconciliarelsueñoy
cuando las luces del alba ya se filtraban por las rendijas de su ventana,cayórendida.Fueunintensogolpeloquedespertóalasdos.Eranlassieteymediay
Sue enseguida supo que les había despertado el golpe de la puerta deentradaalcerrarse.Clarkyasehabíamarchadoeimaginóquenoestabadehumorparahablarconella.—Vamos,Rebecca.Tetengoquellevaraclase—murmurófrotándosela
cara—.Sifaltashoy,tendréseriosproblemascontupadre.Lachicalanzóunamargosuspiroyfuederechaaladucha.Suesedirigióa sudormitoriocon laesperanzadehallarenél alguna
nota o mensaje, pero nada. La cama estaba hecha y si no fuera por lamaletaqueasomababajolacama,juraríaquenadiehabríadormidoallí.Agotadasedirigióaladucha.Dejólapuertaentreabiertayunavezbajo
el chorro de agua templada, cerró los ojos y disfrutó de la gratasensación. Estaba tan absorta que no escuchó como las tablas de lahabitacióncontinuasonabandebidoalpesodeunapersona,nisiquieravioaestaexpiándola.Ya en el pasillo se encontraron las dos y mientras se quejaban de lo
agotadasqueestaban,bajaronalpisoinferiorysedirigieronalacocina.—¡No os mováis!—dijo un hombre. Estaba en medio de la estancia,
apuntándolasconunapistola.Ibavestidodenegroyunacapuchaocultabasus rasgos—. Me temo que tus días se han agotado —murmuró endirecciónaSue,quesigilosa,secolocódelantedeRebecca.—Tranquila,Becca,saldremosdeesta.Cálmate.—Sí,eso,sueltamásmentirasportuboca,suciaperra.¡Nopuedocreer
quetufamilianoconozcalaverdad!—Escucha —murmuró Sue—. Déjala. No le hagas daño. No sé qué
quieres,peronolehagasdañoaRebecca.Nolametasenesto.—¿Quéquiero?—preguntó—.¡Mivida!—gritó—.Esoesloquequiero
y no vas a poder devolvérmela. He disfrutadomucho haciéndote sufrirestos días, viendo cómo te desmoronabas y me hubiera encantadotorturarte hasta la cuenta atrás. Pero he de confesar que la discusión deayermeasustó.Nomegustanloscambios;teníasunmatrimoniocercadelaperfección,perolodeayer…lodeayerlocambiótodoynoqueríaquesalieras de casa, fuera de mi control—mientras hablaba, no dejaba decaminar, acortando distancia con ellas. A su vez, Rebecca ibaretrocediendoyacercándosecadavezmásalpasillo,dondequizástuviera
unaoportunidaddeescapar.—Sea loquesea,aelladéjala ir—sugirióSue—.Dejaquemihija se
vaya.Esamíaquienquieres.—¡Cállate,zorra!—gritó,alavezquedisparóalaire.DelsustoRebecca
lanzó un lastimero sollozo—. Te arrebataré todo lo que te importa,empezandoporlachica.Pero no tenían más tiempo, dedujo Sue al ver como el dedo del
desconocidosedisponíaaapretarelgatillo.Ynopensóennadamás.Selanzóaporélyamboscomenzaronaforcejear,mientrasRebeccachillabasinparar.No obstante, repentinamente, los gritos cesaron cuando escucharon el
sonidodeundisparo.Sue cayó al suelo,mal herida. La bala le había atravesado el hombro
derecho y sangraba abundantemente. Era solo cuestión de minutos quemuriera desangrada y al parecer, al asesino no le bastaba con un únicodisparo.Atravésdelaneblinaquelaslágrimashabíanformadodelantedelos ojos de Sue, observó cómo el cañón le apuntaba directamente a lafrente.Ibaamorirynosoloella,tambiénBecca.Yllevabaporsusimpulsos,le
dio una fuerte patada al hombre en la rodilla que le hizo caer.Aprovechandoelmomento,sepusoenpieyabrióunodeloscajonesdelacocinadedondeextrajounspraydepimienta.Desde que las amenazas comenzasen, Sue había protegido su casa lo
mejorposible,muchomásdesdequefueraatacada.Trascogerelobjeto,rociólacaradelhombre,quiencomenzóagritaralavezqueseretorcíaenelsuelo.Sue corrió hacia Rebecca, le ayudó a ponerse en pie y corrieron a la
puerta. Pero estaba cerrada. La chica tomó las llaves de una cómodacercana,peronoentrabaenlacerradura.Elintrusolahabíamanipulado.—¡Tenemosqueiralgaraje!—murmuróSue,mareada.—No…no—gimoteóRebecca.—Esnuestraúnicaoportunidad.Vamos,Becca,loconseguiremos.Sue se apoyóen la chicay echarona correr.Alpasarpor el arcoque
dividíalacocinadelpasillo,elhombrelesdisparóentresocasiones.Peroafortunadamenteningunabalalashirióypudieronllegaralgaraje.—Tendrás que conducir tú—dijo Sue, dejándose caer en los asientos
traseros,alavezquesecubríalaherida—.Conduceynopares.Tenemos
quealejarnosdeél.Rebecca asintióy tras accionar elmandoque levantaba lapuertade la
cochera, arrancó el vehículo. Salió presurosa de la vivienda e hizo loindicado por Sue.Conducirmientras semaldecía por haberse dejado elteléfono en la vivienda. Aunque era posible que los vecinos hubieranescuchado los disparos y esperaba que fuera así y se encontrasen conalgúnvehículodepolicíaduranteeltrayectooinclusounaambulancia.Pero los pensamientos deRebecca se vieron interrumpidos cuando un
cochelaembistiópordetrás.Almirarporelespejoretrovisornollegóaverlacaradelconductor,perosupoqueeraelhombredelacasa,puessusprendaslodelataban.La chica aceleró mucho más. Tenía que perderlo de vista. Estaban a
salvo, se dijo. Solo debía asegurarse de no perder el control, de noestrellarse.Entoncesundisparolearrancóungrito.Elhombrelesestabadisparando.Aplenaluzdeldía.Enlacalle.Yhabía
dadoenlalunatrasera.—¡Sue,Sue!—gritómuertademiedo,aunquenorecibiórespuestayal
miraratrásobservóquelamujerhabíaperdidoelsentido.Otrodisparócruzóalaireacertandoenestaocasiónenunadelasruedas
traseras,descontrolandoelvehículo.Rebeccaintentómantenerelcontrol,perolefueimposibleyacabóestrellándosecontraunárbol.El impacto había provocado que el airbag saltase y durante unos
segundosno supodóndeestaba.Todo ledabavueltas.Escuchabamuchoruidoasualrededor:sirenas,gritosytaljaleoladevolvióalarealidad.Cuando abrió los ojos encontró al hombre a poca distancia. Se había
bajado del automóvil y caminaba hacia ella con pistola en mano.Presurosasedesbrochóelcinturónyselanzóalasientodelpasajeroenelmomento en el que la bala se estrelló contra la ventanilla, haciéndolapedazos.Iba a morir, iba a morir. No tenía escapatoria. Ese psicópata la iba a
matarycuandoRebeccalevantólamiradaloencontrójuntoalapuertadelconductor, señalándola con la pistola. Dominada por el pánico hizo loúnicoquepensóquepodíasalvarlelavida.Seincorporóyabriólapuertacontalvelocidadquegolpeóalhombre.Estecayóalsuelo,perdiendoelarma.Durante un instante, ambos se quedaron paralizados, hasta que el
estridentesonidodelassirenasdevolvióalhombrealarealidad,quetras
ponerseenpiesedirigióasuvehículoysemarchó.SoloenesemomentoRebeccasepermitióllorar.Noescuchabanada,ni
sentía nada. Pero ya no estaban solas. Los agentes habían llegado y lasestabanatendiendo.Eraunamañanacomootraenelhospital,aunqueClarkestabadeseando
llegar a casa. Deseaba hablar con Sue y pedirle perdón. Conocía a sumujerysabíaquesiemprehabíasidomuyresponsablecuidandoasuhijayquizásella,consusmaneras,estabaayudandomuchomásaRebeccaqueél. Al menos la había notado diferente y no tan arisca como antes demarcharsedeviaje.—¡Preparadelquirófano!—escuchóaunaenfermera—.Tenemosauna
mujerheridadebala.—Yomeencargaré—dijoClark,perolaenfermera,Cinthia,unamujer
quellevabatrabajandoenelhospitalmásdeveinteaños,seinterpusoensucamino.—Noesbuena idea,doctorKenyon—hizounapausay le tomóde las
manos—.EsSue.¡Hasidoatacada!EldoctorSmithseencargarádeella,estaráenbuenasmanos.PeroClarknoescuchónadade loquedecía.Sedirigióa laentradade
emergencias en el momento en el que llegaba la ambulancia. Vio a sumujertendidaenlacamilla,condosenfermosocupándosedeella.Estabainconscientey teníapuestaunamascarilla.Parasusorpresa,no ibasola.Rebeccatambiénestabaenlaambulancia.—¡Papá!—sollozólachica.En estado de shock, el hombre abrazó a su hija. No comprendía qué
habíapasadoysuplicabaporqueSuesepusierabien.No fue hasta una hora más tarde cuando Clark recibió alguno de los
detallesde losucedido.Alhospitalhabíaacudido laagenteLuxDaniels,quienlepusoaldíadelasamenazasqueSuehabíarecibido.Consternado estuvo junto a Rebecca en todo momento, mientras le
relatabaalaagentelosucedidoenlaviviendaycómolograronescapar.Lachicaestababien, aunqueasustaday teníaalgunoscortesen lacara
debidoalaroturadelcristal.PeroaúnseguíansinnoticiasdeSue.Apesar
dequeClarkconocíaatodoelpersonaldelhospital,nadielehabíadichonadarelevante,salvoquesumujerestabaenquirófano.YhastaellugartambiénsehabíanacercadoTracy,RemyySam.—¡Muchasgraciasporvenir!—confesóClark, tomandoelcaféque le
ofrecía Remy—. No me puedo creer que esto haya pasado de verdad.¿Cómohaentradoese tipoencasa?HacedíasqueSue instalóunnuevosistemadeseguridad.—Notetorturesmás—leanimóSam—.Lapolicíaloaveriguarátodoy
encontraremosaesehijodeputa.Rebecca se alejó de su padre y fue a la máquina de bebidas. Estaba
muerta de sed, necesitaba un refresco. Y mientras seleccionaba el quedeseaba, apoyó la cabeza en el cristal de la máquina, sintiendo que elfrescordelamismalecalmaba.—¡Rebby!Enseguida reconoció la voz. Era Tyler y no estaba solo. Con él iban
Callie,EmmayTristán.—¿No deberías estar descansando?—fue lo único que surgió de los
labiosdelachicaantesdederrumbarseensusbrazos.Éllaconsolóalavezqueleasegurabaquetodosaldríabien.—¡FamiliaresdeSueEllenRoob!Beccaabrió losojosconsorpresaalescuchar talnombre.Yalgirarse
vio que era el doctor Smith quien lo pronunciaba, el encargado de laoperacióndeSue.—Esmimujer—confesóClark—.Es su nombre de soltera.Ahora es
SueKenyon.Rebeccacaminómuydespaciohaciasupadre.Nosoloporestaransiosa
portenernoticiassobreSue,sinoporqueSueeraEllen.Sumadrastraeralaprotagonistadelahistoriaquehabíaempezadoarelatarledíasatrás.—Hasidounaheridalimpia,Clark.Notienesnadadequépreocuparte.
Todo ha salido bien, aunque ha perdidomucha sangre. Pero te aseguroquesaldrádeesta.Elhombrediolasgraciasaldoctorydeseguidoabrazóasuhija,para
despuésgirarsehacialosamigosdesumujer.Rebecca también recibiópalabrasdeánimoporpartedeTyler,Emma,
Callie y Tristán. Pero ella ni siquiera las había escuchado. Estabademasiadoaturdidaporlaverdad.Mástarde,padreehijahablabanenlacafetería.
—VoyaquedarmetodalanocheconSue.Quieroestarconellacuandodespierte,siemprequeestésbien.—Pasaré la noche en casa de Callie —confesó—. Pero llámame en
cuantosepasalgo.Él asintió y volvió a la habitación de Sue. Rebecca se dirigió a sus
amigos.—Hemos preguntado a la policía y dejan que puedas coger objetos
personales de casa—le anunció Tyler—. Pero todavía están reuniendotodaslaspistasquepuedan.Ella asintió a la vez que sentía comoun temblor la recorría de pies a
cabezas.—Nosotrosiremosaporropalimpiayloquenecesites—añadióEmma
—.Iremosloscuatro.Notienesporquévolverapisaresacasahastaquetodo esté bien. Volveremos enseguida, mientras, quédate con tu padre.QuizásSuedespierteantesdequeterecojamos.Alachicaleparecióunagranidea.Ysequedósola.Peronofueahacer
compañíaasupadre, sinoaRemy,quegritabaenfurecidoaalguienporteléfono.Unavezterminódehablar,Rebeccaseacercóaél.—Quieroconocerlaverdad.Saberquéesloquesucedió—exigióyal
verqueelhombrenoentendíaaloqueserefería,fuemásclara—.Hacedías Sue comenzó a contarme la historia de una tal Ellen que fue convosotros al instituto y conoció a un chico llamado Matthew. Y hoydescubroqueellaesesachicayquieroconocerquésucedióyporquénohemossabidohastaelmomentonadadeesahistoria,porquededuzcoquenadabuenosurgiódetodoaquello.Remysuspiróyunratomástarde,ambosseencontrabancaraacaraen
unamesadelacafetería.Elhombreteníaunatazadetéensusmanos.—Voy a contarte la historia, pero antes respóndeme a algo. ¿Tienes
alguna idea de por qué Sue te contaría todo aquello? Créeme, todoshicimosloquepudimosporolvidarlo.Rebeccadeslizólosdedosporlaheridadesucara,aquellaqueDerekle
provocócuandolaestrellócontraelcristal.—Tuve un incidente con mi exnovio. Se enfadó y actuó de manera
violenta.Yoloneguétodo—¡Ya!—leinterrumpióRemy—.PeroSuenocreyóniunasolapalabra.
Supongoquevioentielreflejodeelladehaceunosaños—murmuróydiounsorboasubebida—.Estábien,quéesloquetehacontado.
Una vez la chica puso al día al hombre sobre hasta dónde Sue habíallegadoconelrelato,élempezóahablar.Eraelmomentodeconocereldesenlaceyquizás,encontraralgunarespuestaalataquedehoy.
14
Ellen
Una vez salieron de casa de Glen y mucho antes de que este viniera,
Tracy yRemy se encontraron conSamy lemostraron la fotografía.Aligual que Ellen, Sam es un gran apasionado del arte, aunque él sedecantabaporlafotografía.—No,noesunmontaje. ¡Esreal!—confirmóelmuchachomirandola
foto en su ordenador, la cual había escaneado—. Es más, ese hospitalexiste.PeroniseospaseporlacabezallamareintentaraveriguarporquéJimyMatthewestuvieroningresados,nooslodirán.—También encontré esto en la habitación de Glen —confesó Tracy
mostrándole a Sam el teléfono móvil—. Era de Jim y lo tenía él. ¿Nodeberíaestarenposesióndelapolicía?Ambos chicos intercambiaronunamiradayRemyalcanzó el teléfono.
Leextrajolatarjetaylaintrodujoenelsuyo.Apesardequeelaparatolepedía contraseña, para él no supuso ningún esfuerzo adivinarla. Era elcumpleañosdeEllen.—Estoydentro—respondió.—¡Mira los mensajes! —dijo Tracy—. Ellen dijo que Jim le estaba
escribiendodesdelaplaya,sobrelahoradelataque.Remyasintióyenlacarpetadeenviadosobservóunbreveintercambio
de mensajes con Ellen, pero fue en borrador donde encontró algoalarmanteyselomostróaSam.MiraesteenlaceysabrásporqueMatthewnoesdefiar.—Introduceestasdireccionesenelordenador.MientrasSamlohacía,Tracyechabaunvistazoalmensaje:—Yalostengo—interrumpióSam—.¡Alucinad!Losmellizosseacercaronalordenadoryleyeroneltitular.Jovende14añosagredeacompañeroenclasedequímica.El periódico no les era conocido, ya que pertenecía a una pequeña
población de Alaska, donde al parecer Matthew había estado viviendo.Segúnlanoticia,habíaperdidolosnerviosconunchicoquesesobrepasóconsunoviaylehiriógravementeenlacara.Porlovistoelmuchachohabíavividounasituaciónfamiliarmuydifícil
ytrashacerlealgunaspruebas,enlugardepararaunreformatorio,fueaunpsiquiátricodonde esperabanque sanara y cumpliera condenapor losucedido.—Ellentienequesaberesto.Puedeserpeligroso—añadióTracy—.¿Y
silehacedaño?—¿Quéproponesquéhagamos?—inquirióSam—.Nonosescucharáy
aunque lo hiciera, nada nos garantiza que haga algo al respecto. Puedeinclusoquesehayareformado.—¿Deverdad locrees?—preguntóRemy—. ¡Noshaapartadodeella!
Alguiensanonohacenadadeeso.—¡Hayquehablarconella!—intervinoTracy—.Ydespuésveremosqué
ocurre.RecordadqueJimfuegolpeadoylapolicíaestábuscandoaquienlohizo.Puedequefueraél,¿nolohabéispensado?Soloeracuestióndetiempo que Jim confesara que ambos habían estado en un psiquiátrico,muchomásalverqueseacercabaaEllenyélnodejabadeinsistirenqueerapeligroso.—De acuerdo —interrumpió Sam—. Yo soy el primero que quiero
recuperar ami prima, aunque si las cosas se ponenmal y no cree ni lanoticia,ni lafoto,deberíamosbuscaraunapersonaquevieraaMatthewinternado.
Losmellizosasintieronysemarcharonacasadelachica.LamiradadeEllenestabafijaenlailustraciónenlaquetrabajaba.Erala
queempezósemanasatrásdondeestabanSam,RemyyTracyencimadelastablas,momentodeaquellamañana,justoantesdequelavidadetodossecomplicase.Aúnnopodíacreerquedesdeentoncessuamistadpendieradeunhiloy
Jimestuvieramuerto.Extenuadasefrotólosojosconlamanoyapagóelordenador. No estaba lo suficiente concentrada en terminar el trabajo yMattnotardaríaenllegar.Yeneseinstantellamaronalapuerta.CuálfuesusorpresaalencontrarseaTracy,SamyRemy.La visita le cogió por sorpresa, pero los dejó pasar y nomuchomás
tarde, se arrepintió de ello. No podía creer las mentiras que le estabancontando.ElencierrodeMatthew,elmontajedelafoto.—¿Porquéhacéisesto?—quisosaberEllen—.¿Túestásdetrásdetodo?
—preguntóaTracy—.Ahoraquesoyyolaquenoquierehablarcontigo,todosmepresionáis.Tracynorespondió,sololanzóunvistazoasuhermanoesperandoque
éllahicieseentrarenrazón.—¿Qué sabes de él? —inquirió el chico—. Solo respóndenos a eso,
Ellen, ¿qué conoces de tu novio? ¿De su pasado o familia? Escucha,deseamoslomejorparatiyquehayamosdescubiertoestonospreocupa.¿AcasonorecuerdasqueaJimlegolpearon?En ese momento volvieron a llamar a la puerta, pero Ellen estaba
demasiadoimpresionadaporlaspalabrasdeRemy.NisiquierasemovióyfueSamquiencaminóalaentrada.—¿EstásinsinuandoqueMattatacóaJim?—preguntósorprendida,con
losbrazoscruzados—.¡Secayóentrelasrocas!Ibaborracho.—¡Basta ya! —replicó Tracy—. Lo golpearon y lo sabes. Solo es
cuestióndetiempoquelapolicíaencuentreaquienlohizoyestoysegurade que fue él. Hemos leído el mensaje que te iba a enviar antes de sergolpeado.Enélno solo te revelabaqueélhabíaestado ingresadoenunhospitalpsiquiátrico,sinoqueteadjuntabalafotodondeselesveíajuntos.—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Matt. Iba con Sam, quien se
mostraba preocupado. Tanto Tracy como Remy estaban seguros de quehabía hecho cuanto podía por entretenerlo—. ¿Qué sartas de mentiras
estáiscontandosobremí?—Nosonmentiras—añadióRemymostrándoleelmaterial recopilado
—.Explícanoslo.El muchacho miró la foto y la hoja impresa de la noticia de un
periódico.FuriosolanzólashojasalsueloyseencaróconRemy.—¿Tehasdivertido?—preguntó—.¿Porquémehacéisesto?Yonoos
hehechonadayosestáisinventandotodotipodehistoriassobremí.—No lo son—intervinoSam—.Ellen, busca la noticia enGoogle.La
encontrarásycomprobarásquenotehemosmentido.—¡Me queréis alejar de ella!—gritó elmuchacho, acercándosemás a
Remy. Tenía los puños cerrados y Ellen se interpuso entre los dos—.¿Estás de su parte? —inquirió furioso—. Ya te has olvidado de todocuantotehanhechosufrir.¡Túamigatediolaespalda!—Callaostodos—gritóEllen—.Ylargaos.Fuera.Quieroestarsola.—Ellen—susurróSam.—¡No! —interrumpió ella—. Quiero estar sola —les hizo saber,
mirandoespecialmenteaMatthew—.Yestovaparatodos.Pocoapocosefueronmarchando,aunqueMattfueelmásrezagadode
todos.Seacercóalachica.Enlaentradadelapuertaesperabanlosdemás,conlosojospuestoseneljoven.—Teamo,deverdadque lohago.Tequieroyeres lomás importante
paramí—confesó tomándolade losbrazosconfuerza—.¡Nodejesquenosseparen!—¡Suéltame! —murmuró entre dientes Ellen, intentando no llamar la
atencióndesusamigos—.Mehacesdaño.Trasestaspalabras,eljovensemarchójuntoalosdemás.Durante el resto del día Ellen meditó sobre lo averiguado por sus
amigos,inclusobuscólanoticiaenGoogle,talcomoSamlesugirió.Ynotardóenencontrarla,asípuesnoteníadudasdequeerareal.InevitablementesepreguntósiconocíaaMatthewrealmente.ATracy,SamyRemynolessorprendióqueEllennoacudieraaclaseal
díasiguiente.EncambioMatthewsílohizoylesevitóentodomomento.Yaenlahoradelamerienda,losamigossereunieron.—Voy a ir a hablar con el hermano de Jim—anuncióTracy—.Estoy
seguradequeélvioaMatthewduranteelingresoenelhospitaljuntoasuhermano.
—¿AúnsiguespensandoqueEllendudarádenosotros?—preguntóSam—.Hadebidodeinvestigar.Habráencontradolaverdad.Tracy se encogió de hombros. Puede que Sam tuviera razón, pero si
queríanconocermuchomejoraMattdebíanhacerpreguntasyyaqueJimestabamuerto,esperabaquealmenossuhermanolesaclarasesusdudas.—Irécontigo—añadióSam.—Yo intentaré hablar con Ellen de nuevo—les anunció Remy—.Me
pasarémástardeporsucasa.Yaorganizados,sedespidieronhastaelfinaldelasclases.Peronoeran
los únicos que tenían planes. Ellen también pensaba hacer sus propiasaveriguaciones.Yporello, traselfinaldelasclases,esperóensucochehastaqueviosaliraMatt.Guardandolasdistanciaslosiguió.Susamigosteníanrazón.Nosabíanadadeél,nidondevivíaydeseabahacerlo.Trasunosminutosdeconducciónllegaronaunapequeñaurbanización
decasasdeunasolaplanta,queademáscontabanconunjardín.Matthewaparcófrenteaunaviviendapintadadeazulyentró.Aguardó
unosminutos.Unapartedeelladeseabavolverasucasa,peronopodíaseguirasí,sinsabernadadeéloconocerelmotivodesuhospitalización.Si ya estaba fuera, significaba que estaba bien, aun así… las dudas erandemasiadasydecidióiralacasa.Justocuandoseacercabaa lapuertavioaunhombresalirdeella. Iba
vestidoconeluniformede los serviciosdeurgencia.Era tanalto comoMatthew y guardaba parecido con él. Tenía losmismos ojos, aunque elpeloeranegro,ligeramenteencanecido,aligualqueelbigotequecubríasulabio.Estabaenforma,aunqueunaincipientebarrigasedejabaentreveratravésdeluniforme.—Perdone,¿esustedelpadredeMatt?Elhombrelelanzóunlargovistazoantesderesponder.—Soysutío.—Encantada—dijomostrándolelamano—.SoyEllen,sunovia.—¡Vaya! Mi sobrino no me había dicho nada. Cuánto me alegro, me
tenía muy preocupado. En realidad a todos. Sus padres temían que nopudieravolverarehacersuvida.—Imaginoentonces,quelesgustaráconocerme.—Estoysegurodequesí,Ellen,perometemoqueserácomplicado.Sus
padressiguenenAlaska;pensaronqueaMattlevendríabienuncambio,élinsistíaenestudiarenestaciudadyamínomeimportaocuparmedeél.
—Pero… —tartamudeó Ellen—. Yo creí que su madre estaba aquí,cuidandoasuabuelaingresadaenelhospital…—Hmm… creo que estás equivocada. Todos los abuelos de Matthew
estánmuertosymihermana,sumadre,estáenAlaska.—¿Y su hermana? —le interrogó sorprendida—. ¿También sigue en
Alaska?—Quizás te hayas equivocado de chico; mi sobrino no tiene ninguna
hermana. Es hijo único —confesó, contemplando como la sorpresadominabaelrostrodelachica—.PerdonaEllen,tengoqueiratrabajar.—¡TíoJames!—añadióMattalsalirdelavivienda,sorprendidoalver
allíaEllen—.Hola.—¿Cómonomehabíasdichoqueteníasnovia?—preguntóelhombre,
radiante de felicidad al ver que su sobrino reconocía a Ellen—. He deirme,nosvemosmástarde.Tíoy sobrino se despidieron,mientras queEllenpermaneció allí, con
losbrazoscruzadosymirandoseveramentealchico.Estelehizoungestoalamuchachaparaqueentrase.—¡No puedo creer queme hayasmentido!—exclamó enfadada—.No
tienesabuela,noteníasanadieingresadoenelhospital…entonces,¿quédemonioshacíasallí?—quisosaberyalavezqueformulabalapregunta,llegóaunaconclusión—.RealmentegolpeasteaJim,poresoestabasallí.¡Para saber si lomataste!Diosmío, él estaba bien, iba a confesar y derepentemurió.¡Loasesinaste!Matthew no respondió. Se acercó a ella y la golpeó con fuerza
estrellándolacontralapared.DelgolpeEllencayóalsuelo.—Teequivocasenalgo,yonomatéaJim.Ylepropinóunapatadaenelrostroprovocándolelainconsciencia.TracyySamhabíanconducidohastaelcampusdelauniversidaddearte
dramático.SabíanqueThomas,elhermanomayordeJim,estudiabaallí,aunquedesconocíandondeencontrarloyningunodeellosteníasunúmerodeteléfono.Asípues,searriesgaronyunavezenlazonacomenzaronapreguntar e incluso se pasearon por el interior de la facultad esperandoencontrarlo.Peronotuvieronsuerte.Yadecaídos,fuerona lacafeteríaapediralgodecomer.Aguardabanenlafilacuandounavozreconocidalesllamólaatención.
—¡Nuncameimaginéqueestuvieraisinteresadosenactuar!Cuando lapareja segiró, seencontraroncaraacaraconThomas.Era
comoverelreflejodeJim,aunqueThomaseramásaltoysusfaccionesmás armoniosas. Cuidaba mucho su físico, pues ya desde muy jovenllevabaparticipandoenanuncios.Y sucabello, rubioceniza, iba inclusomejor peinado que el de Tracy, pues se veía que el chico cuidaba sumelena,lacual,enesemomento,llevabarecogidaenunacoleta.—Enrealidad—continúoTracy—.Teestábamosbuscando.Tras unas breves explicaciones, el grupo tomó asiento en una de las
mesas exteriores, rodeados de césped y luz natural. En ese instante, lapareja lemostraban aThomas la foto de su hermano junto aMattheweincluso el recorte de periódico donde hablaban de Matt y el incidentesucedidoenAlaska.—Ni siquiera sabíamos que Jimhabía estado ingresado en un hospital
psiquiátrico —confesó Tracy—. Lo hemos descubierto por puracasualidad.Thomasnodecíanada.EraincapazdeapartarlavistadelafotodeJim.—Sentimos mucho la muerte de tu hermano—continuó Sam—. Y si
estamosaquíesporqueesperamosquenospuedasconfirmarsiconocesalchicodelafoto,sicoincidisteconélenalgunadelasvisitas…—¿Porqué?—preguntóThomasescuetamente—.Loúltimoquedeseo
esremoverloserroresquecometiómihermano.EnestaocasiónfueTracyquienhabló.Leexplicólomásresumidamente
posiblelarelacióndeEllenconMattyquenohabíacreídoaningunodeellos cuando lemostraron el periódico o la foto.Necesitaban a alguienque pudiera confirmar que el joven había estado allí, pues temía de suestabilidad.—NosabemosquelepasabaaJim—prosiguióSam—.Perotambiénera
nuestroamigoyloúltimoquequeremosesdañarlo.Sinoscuentasalgo,si nos confirmasque conoces aMatthew,que loviste en el hospital conJim, créeme, no diremos nada. Solo queremos que nuestra amiga estéprevenida.RecuerdaquetuhermanofuegolpeadoyélyMatttuvieronunapeleaesamañana.Thomaslanzóunamargosuspiroycomenzóahablar.—Todosucedióelañoanterior,pocoantesdelverano.Porentoncesmi
hermanoestabamuydeprimidotraslosucedidoconlahermanadeEllen.Nosolo sentíahaberle rotoel corazóna la chica, sinoperdera sugran
amor—lesrelató,mirándolealacara—.Vosotroslosabéistanbiencomoyo.Mi hermano estaba colado porEllen, la quería y cuando vio que suerrorlahabíaalejadodeélparasiempre,sedeprimiómuchísimo.Yunfinde semana organizó una pequeña fiesta, unos pocos amigos —en estepuntohizounapausaydiounsorbodelrefrescoquehabíapedidoenlacafetería—. Había alcohol, marihuana y cocaína. Como suponéis, mihermanosecolocóypocoapocolagentesefue.Peroquedóunachica:Daniela.Ylosdossiguieronconlacoca,hastaqueDanielacayómuertadeunasobredosis.Laparejasemirósorprendida.ElnombredeDanielalessonaba.Elaño
anterior, una chica con el mismo nombre acudía al mismo instituto,aunquepocoantesdelasvacacionesdejódeasistir.—Mis padres se ocuparon de todo —prosiguió Thomas—.
Compensaronalafamiliadelachicayamihermanolointernaronenelhospitalesperandoqueserecompusiera,puesnodejabadeculparsedelamuertedeDaniela.Ehicieronquelanoticianollegaseaningúnmedio,enfin,yasabéisloinfluyentequeesmifamilia—confesó—.Ysí,conozcoalchicoeste…Matthew.Eraelcompañerodehabitacióndemihermanoysehicierongrandesamigos.¿Deverdadpensáisqueélpudogolpearlo?—Jimestaba escribiendoaEllen justo antesdel accidente—le explicó
Tracy—.EinsistíaenqueMatterapeligroso.Lepedíaquesealejasedeél.—Deacuerdo—añadióThomasponiéndoseenpie—.Iréconvosotrosy
hablaréconEllen,acambiodequeledigáistodasestassuposicionesalapolicía.Tienenqueinvestigaresaposibilidad.LostressepusieronenmarchaysedirigieronalvehículodeTracy.Ya
enél,Thomassedirigióalachica.—Mesorprendequenoconozcasestahistoria.—¿Por qué debería hacerlo? —inquirió la chica, con la vista en la
carreteraydeseandollegaracasadeEllencuantoantes.—PorqueGlen también estaba en la fiesta. Junto a Jim.Ambos vieron
moriraDaniela.MispadrestambiéncubrieronaGlen,aunquenoséporquélohicieron.Élfuequiencompróladrogaylallevó.Simihermanohubieraconfesado,asuamigolehabríacaídounagrancondena.Talespalabrassegrabaronafuegoenlamentedelachica.Habíaalgo
queledesconcertabadelaverdadreveladayqueríahablarconGlen.
CuandoEllendespertó,lohizodesorientada.Nosabíaquehabíapasado,nidondeestaba.Aunqueelintensodolordecabezaquesentíanotardóendevolverlelosrecuerdos.¡Matthewlahabíaatacado!Alabrirlosojoslovio.Ambosestabanenunsótanollenodebártulosy
ellatiradasobreunamanta.Aescasosmetrosestabasubolso,juntoalasescalerasquesubíanalpisosuperior.—¿Porquélohasestropeadotodo?—gritóMattgolpeandoaEllenenla
cara,arrancándoleunsollozo—.¿Acasonosoybuenoparati?¿Notehecuidado, mimado o prestado la atención suficiente? —preguntó,tomándoladeloshombros,levantándolayacorralándolacontralapared.—¡Basta!—suplicó—.¿Porquémehacesesto?—¡Porquetequiero!—confesóelchico—.Yteibasaalejardemí.Lo
sé. ¿Por qué has tenido que seguirme? Ahora has descubierto que mispadresnomequieren,quenos les importonadayvivoaquíconmi tío,perotodoporti,Ellen,porti.Lohesacrificadoporti.—¡No… no te entiendo! —tartamudeó, intentando alargar la
conversación de alguna manera. Él la había soltado y comenzaba acaminar de un lado para otro. Si se alejaba un poco más tendría unaoportunidaddetomarelteléfonodesumochilaypedirayuda.—Jim y yo nos conocimos en el hospital psiquiátrico. Sí, cariño, es
cierto.Tusentrometidosamigosteníanrazón.Casimatoaunchico,peroélselobuscó.Ligóconmianteriornoviadelantedemispropiasnarices,¡delante de mi cara! —chilló acercándose de nuevo a Ellen—. Era minovia,¡mía!Yélnoparecíaentenderlo.Nodebíahablarconella,estarasu lado o tan siquiera mirarla. Pero no me hacía caso, así que le dejéciego.Asínovolveríaamiraralasnoviasdeotros.—¿QuélepasóaJim?—murmuró,lograndoquesealejasedeella.—Seibaairdelalengua,asíquetuvequeactuarylegolpeéenlaplaya.
No podía permitir que te contase la verdad. ¿Cómo si no te ibas aenamorardeunenfermocomoyo?¡Tenecesitaba,Ellen!Tequeríaamilado. Lo supe en el momento en el que Jim me mostró tu foto en elhospitalycomenzóahablarmedelachicaquelehabíarobadoelcorazón.Yotambiénmeenamorédeti.—¿Porquéestabaingresadocontigo?¿Quéhizo?—¡Vaya! —exclamó el joven—. Me sorprende. Pensé que erais muy
buenos amigos y os conocíais muy bien —alardeó, observando el
temblante aterrado de la joven—. Fue el culpable de la muerte de unachica.¡Sobredosis!Ellen se lanzó contra Matthew. Lo empujó provocando que cayera al
suelo. Tomó sumochila y subió las escaleras todo lo deprisa que pudomientrasbuscabasuteléfonomóvil.Unavezsehizoconélmarcólateclade rellamada. Estaba demasiado nerviosa paramarcar y solo necesitabapedir ayuda. Afortunadamente para ella, había sido Remy la últimapersonaconlaquehabíahablado.—¡Ayúdame!—gritó—.Vaamatarme.Mevaamatar—chillócorriendo
hacia lapuertade lacasa. Intentóabrirla,peroelpomonocedía.Estabacerradaconllave—.¡Mehaencerrado!—Estoyenelcoche—dijoRemy—.Dimeladirecciónyvoyparaallá.Ellen respondió de inmediato, le dio las indicaciones mientras corría
hacia la cocina. Para sumala fortuna, las ventanas tenían rejas. Se girópara buscar otra salida y se encontró cara a cara conMatt. Llevaba uncuchilloenlamanoylevantóelbrazoparaprotegerse.A través del teléfono, Remy escuchó los desesperados gritos de su
amiga.Notuvootraopciónquecolgaryllamaralapolicía.Tracy había dejado aSamyThomas en casa de este último.Noquiso
decirles que tenía una conversación pendiente con Glen. Además, sabíaque Ellen no quería verla, por lo que eramuchomejor que los chicosfueranacasadesuamigaeintentasenhablarconella.Después irían a la policía. Se lo habían prometido a Thomas y les
relataríanalosagentessusteorías.Ellossabríanquehaceralrespecto.Una vez en casa deGlen, llamó y fue sumadre quien le abrió.Como
siempre fue muy educada, además de cariñosa. Y la acompañó hasta elsalón,dondeestabaelmuchacho.—¡Traeréalgoparacomer!—añadiólamujer,dejándolosasolas.Tracy fue muy directa. Lanzó el teléfono móvil de Jim al regazo de
Glen,quienlomirósorprendido.—¿Hashurgadoenmiscosas?—Creoquelapreguntaes,¿quéhacesconsuteléfono?Lodeberíatener
lapolicía.Hemosencontradounosmensajesmuyreveladores.¿SabíasqueJimloibaacontartodo?—¡No sé de qué estás hablando! —exclamó, intentando mostrar
indiferencia.—Túllevastelacocaalafiesta,Glen,túfuisteelculpabledelamuerte
de esa chica. Y me pregunto si no tuviste algo que ver en el oportunoaccidentedetuamigo,¿logolpeaste,Glen?¿Poresohastenidotodoestetiemposu teléfonoescondido?Unobjetoque lapolicíaestababuscando,queseguroencontrastecuandohallamosaJimmalheridoyloguardasteparacubrirtelasespaldas.—¡Cállate!—gruñóacercándoseaella—.Cierralaputaboca.—Ibaaconfesary tendríasquepagar lasconsecuencias. ¡Ibasa ir a la
cárcel!—Deja de hablar o cerrarémismanos sobre tu garganta hasta que el
último aliento escape de tus labios. Lo hice con mi mejor amigo y notendréinconvenienteenhacerlelomismoaunafurciacomotú.Elgolpedevasosdecristalalestrellarsecontraelsuelohizoqueambos
mirasenalaentradadelsalón.Lamadredelmuchachohabíadejadocaerlabandejaymirabahorrorizadaasuhijo.—¿Esesocierto,Glen?¿Matasteatuamigo?—¡Mamá…!—susurróelmuchacho—.Yosoloqueríaunavidamejor.
Nopodíadesperdiciarmifuturoporunerror.ATracyno le importaban lasexcusasdel joven.Salióde lavivienday
llamóa lapolicía.Alcabodeunosminutosestabanallíyse lo llevaronarrestado.RemyllegóalaviviendadeMatthewalmismotiempoquelapolicía.El
revuelohizosaliraMatt.Llevabalaropaymanosensangrentadas.—¡Ellaselohabuscado!—gritómientrasunagentelotirabaalcésped
—.Ellaloestropeótodo.¡Todo!Con horror, Remy vio que la sangre no pertenecía al chico y
desobedeciendo las órdenes de los agentes entró en la casa gritando elnombre de su amiga. En la cocina halló un cuchillo, además de sangre.Esta seguía por el pasillo hasta una puerta que daba al sótano. Es estepuntodospolicíasleapartaron,peroapesardeesovioasuamigatiradaalfinaldelasescalerasconvariasheridasenunbrazoyelabdomen.Habíatantasangrequeperdióelconocimiento.
15
Rebecca
Sorprendida, Becca escuchó el final del relato de Remy y todo lo
sucedido a Sue. No podía creer que su madrastra hubiera vivido unaexperiencia tan dura, algo que seguro deseaba olvidar, pero que habíavueltoadesenterrardelomásprofundodesumemoriaporella,paraqueabriera los ojos y comprobase por sí misma que tanto Matthew comoDerek,enocasiones,secomportabandemaneramuysimilares.—¿Quésucediódespués?—preguntóconunnudoenlagarganta.—Suesobrevivióyaunquelasheridasfísicassanaron,lasmentaleseran
másprofundas.Porsupuesto, todosleapoyamos.Estuvimosjuntoaella,peronecesitabauncambioy la ideadealejarsedeesaciudadera loquemásleatraía.Asíqueunavezqueserecuperó,secentróenlosestudios,en el arte, y conseguir dinero para irse lo más lejos posible. Y loconsiguió,sevinoaNuevaYork—denuevosetomóunrespiroparadarunsorboasubebida—.Aunasí,muchascosasnocambiaron.Larelaciónconsufamilianomejoró.Esciertoquesumadreyhermanalavisitarondurantesuestanciaenelhospital,perolehacíanmásdañoquebienyellamisma prohibió su acceso. Sobre su padre… no sabía cómo actuar ycuando ledijoque sevenía aNuevaYork, séque se sintió aliviado.Sinellacerca,podríarehacersuvidayasífue,secasóyformóunafamiliade
nuevo.Paraél,Sueescomosinoexistiera,¿acasolovisteacompañarlaalaltar cuando se casó?No—respondió él por lamuchacha—.Yo fui supadrinoyconquiendiscutíaanteseraconél.Comoimaginarás,noquieresaber nada de lo sucedido. Y ni se me pasa por la cabeza llamar a sumadre.ParaSue,nosotrossomossufamiliayahora,tambiénvosotros.Beccaguardósilenciocon lamirada fijaensusmanos.Rememorando
laspalabrasdeRemyeinclusopensandoenlossucesosmáscrudosdelahistoria. No obstante, el hombre prosiguió, ya que al parecer aún teníaalgomásquecontar.—Despuésdetodoaquello,Suenospidióquedejásemosdellamarlapor
susegundonombreylohiciéramosporelprimero.Suabuelapaterna,alaqueellaqueríamuchísimo,siemprelallamabaEllenytodoshacíamoslomismo.PeroellaintentabaseguiradelanteyoptóporenterraraEllen.Ycuando conoció a tu padre… ¡estaba aterrada!Muerta de miedo. Luchóconsussentimientostodocuantopudo.—¿Porqué?—seinteresóRebecca.—Bueno,nohabíaestadoconnadiedesdelosucedidoconMatthew.Le
costabaconfiarensímismayporsupuestotambiénenloshombres.Perotu padre la conquistó y créeme, estaba muy, muy asustada. No deseabaquereratupadre,teníamiedodevolveraequivocarse,devolveraamarysufrir tantocomo lohizoduranteesosaños.Y luchabacontra símisma,contraloquesentía.Laveíataninfeliz,quedecidíconoceratupadreyversieraunbuen tíoyhacerlesaber,quesialgomalo lesucedíaaSue,yoestaría allí para darle su merecido. Como bien sabes, de momento mispuñosnohantenidoquedestrozarlacaradetupadre.RebeccasonrióysesobresaltócuandolasmanosdeRemyrodearonlas
suyas.Enesemomentoalzólavistaymirócaraacaraalhombre.—YoaniméaSueaconfiar,aquedieraunaoportunidadaClark.Ellase
merecía ser feliz y me alegro de que siguiera mi consejo, porque havueltoasonreír.Yporesomismoesperoquetútambiénmeescuches—añadió,dándoleuncálidoapretón—.Estoy segurodequeSue sabíaquetarde o temprano descubrirías que te estaba contando su historia, unasvivenciasquenisiquieratupadreconoce.Ycréeme,paraellanoesnadafácilremoveresosrecuerdos.Perosilohahecho,hasidoporunabuenacausa.Escucha,Becca,comportamientoscomolosquevivióSueocomolosquetúestásviviendo,nosonnormales,nodebenseraceptadosyhayque frenarlos. Una relación no se basa en el control del otro, en el
aislamientodelapersonaalaquesesuponequeamasymuchomenoslaagredes. Ninguno de esos comportamientos puede ser perdonado.¡Ninguno,Rebecca,ninguno!—expresómásaltode loquequeríaalverquelachicaibaahablar—.Imaginoqueloestaráspasandomal,tesentirásperdida,perosolohazcasoa tucorazónyconfíaen laspersonasque tequieren de verdad. Ellos nunca te defraudarán —añadió, mirando porencima del hombro de la chica, observando a Tyler, Emma, Callie yTristán—.Vete,tusamigosteesperan.Teinformarédecualquiernoticia.Rebeccasepusoenpieycaminóhaciasusamigos,peroantesde iral
encuentrodeellos,segiróyledijoaRemyaquelloqueantesleimpidiócomunicar.—SoloqueríadartelasgraciasporcontármelotodoytambiénaSue.No
sécómopodrécompensarostodoloquehabéishechopormí.El hombre abrazó a la chica y alborotó su cabellera en un gesto
cariñoso.—Estoy seguro de que encontrarás la manera de hacerlo. Eres
inteligente, valiente y harás lo correcto. Ahora ve con tus amigos ydescansa.Rebeccaasintió,peroantesdemarcharseaúnqueríasaberalgomás.—Remy,¿quéfuedeellos?¿DeGlenyMatthew?—Bueno,Glenfuecondenadoporasesinatoyentróenprisión,aunque
murióañosdespués,cuandounsectordelacárcelsequemó.FuelaúnicavezqueSueregresóalaciudad,alentierrodeesebastardo.SobreMatt…—lanzó un amargo suspiro—. Se le diagnosticó algún tipo deesquizofreniayfueaunpsiquiátricodealtaseguridady…y…lapolicíatodavíanolohacomunicado,peroescapóhacedosmeses.—¡¿Qué?!—preguntóaterrorizada—.¡Estálibre!Él…él…seguroque
hasidoélquienhaintentadomataraSue.—Cálmate—lepidióelhombreposandolasmanossobresushombros
—. Lo están buscando y lo encontrarán. Esta vez lo pagará muy caro.Ahoraveydescansa.Eldíadehoytambiénhasidomuyduroparati.Rebeccaasintió,aunqueporunapartedeseabaquedarseallíyestarcerca
cuandoSuedespertase,peroestabaagotadayencompañíadesusamigosabandonóelhospital.En casa de Callie pidieron pedir pizza para cenar. Emma también se
quedaríaadormir,mientrasqueTyleryTristáncenaríanconellasy lasacompañaríanhastaque lospadresdeCallie estuvierandevuelta.Todoshabíanvistocomolachicasemostrabanerviosatraslasalidadelhospital;al fin y al cabo, la policía no había capturado al atacante de Sue y eranormalquetuvieramiedo.Mientras Rebecca se daba un baño, el grupo organizó la comida
mientras buscaban en la televisión algo que les ayudase a desconectar.Peroalvercuántotardabalachica,Tyseofrecióairabuscarla.HacíaunosminutosBeccahabíaterminadodeducharse.Estabaenropa
interior, pero no podía dejar de mirarse en el espejo, o más bien, losmoratones que lucía su cuerpo debido a la fuerza a la que Derek lasometiócuandolavioló.Horrorizadamiró su cuerpo, lasmarcasque lucía.Yanopodía seguir
guardandosilencio.Estabatancentradamirándose,quenoescuchócomoTylerlallamabayledecíaquelapizzayaestabaallí.Elmuchacho,alnorecibirrespuestadiounpardegolpesenlapuertadelbaño,peroestanoestababiencerradayseabrióligeramente,permitiendoaTyveralachicaenropainterior.Ibaaapartarlavistadeinmediato,masnolohizoalverlos enormes cardenales que lucía su espalda. Y sumido por una grantristeza,entróenelbaño.—¿Qué haces? —preguntó la chica, tomando una camisa con la que
cubrirse—.Sal,Ty.Lárgateahoramismo.El muchacho no respondió. Se acercó a ella y vio otro cardenal de
formaalargada,comosifueranlasmarcasdeunamano,alaalturadeloshombrosdelachica.—¡Rebby!—susurróapenado—.¿Quétehahecho?Ellaleapartólavista.Ellabiohabíacomenzadoatemblarleylosojos
estaban inundados en lágrimas. Pero Tyler seguía ahí. Sus dedos sedeslizaronporsumentón,obligandoaqueambossemirasencaraacara.Nopudoarticularpalabra.Susmanostemblaban,todosucuerpolohacía
y la camisaquecubríapartede losdañosqueDerek lehabía infringidocayódesusmanos.Ahoraestabaaldescubierto,frenteaTyycomenzóallorar.Élnodijonada,laatrajoconcariñoalavezquelesusurrabapalabrasde
cariñoylacubríaconlacamisa.
Más tarde, sentados en la cama donde Becca dormiría esa noche,esperabanensilencio.Entresollozos,lachicalehabíaconfesadoaTylerlosucedidoenelbañodelasaladebaile.—¿Lo denunciarás?—preguntó Tyler y complacido observó que ella
asentía.Elmuchachosepusoenpieycomenzóacaminardeunladoparaotro,nervioso,dominadoporlarabia,perocuandosedirigióaRebeccaseobligóa tranquilizarse.Estabaasustadayparecíamuchomáspequeñadeloqueyaeraenvueltaenelalbornoz—.¡Joder!—maldijofurioso.—¿Quévasahacer?—leinterrogó.—¡Nada! —bramó enfadado—. Nada, aunque créeme, me encantaría
estrellarmispuñoscontrasucuerpo,perosinolohago,esporti,porqueotroactodeviolencianoharádesaparecerloquetehahecho,sinoqueloempeorará.Y…¡Diosmío!—exclamófurioso—.Meencantaríapatearlo,pero la violencia ya ha formado parte de tu vida durante demasiadotiempoynoquieroquemeveascomounbruto,sinocomoalguienenquesiemprepodrásconfiar—confesó,arrodillándosefrenteaellaytomandosusmanos—.Dejaremosquela justiciaactúe.Eresmenoryélmayordeedad,nosaldrábienparadodeesta.Rebeccaasintió.—Vístete y baja. Esperemos que los demás nos hayan dejado algo de
comer—añadió,sonriendo,intentandoaparentarcalmafrenteaella—.Teesperoabajo.—¡Ty!—susurró—.¿Vendrásmañanaconmigoalacomisaría?ElmuchachoasintióydejósolaaRebecca.Ellasevistiódeinmediatoy
entre las pertenecías que sus amigos le habían traído de casa estaba suteléfonomóvil.LocogióymarcóelnúmerodeNadia.—SoyRebecca…laexdeDerek—dijocuandoelladescolgóelteléfono
—.MañanadenunciaréaDerek,voy…voyaservalienteydarelpaso.Megustaríanohacerlosolayesperabaquemeacompañases.Lasdos juntastendremos más fuerza y podemos impedir que Derek siga haciendodaño…Huboun largosilencioalotro ladode la línea.Nadianodecíanaday
Rebeccaentendíasumiedo,perosabíaquesinohacíanlocorrectonuncaseguiríanadelanteysiempreviviríanconmiedo.—Estábien.Irécontigo.
16
LuxDaniels
La agente Lux había pasado la noche en comisaría, analizando las
amenazas que Sue había recibido, esperando encontrar en ellas algunarespuesta.Ademásnodejabade revisarunayotravez ladeclaracióndeRebecca.ElhombrehabíahabladolargoytendidoantesdedispararaSuey puede que en sus palabras dejara entrever algomás, quizás donde seescondía.Todavía estaba esperando los informes del hospital sobre Matthew e
incluso había pedido el listado de las últimas personas que lo habíanvisitado. Ese psicópata no había podido escapar solo, alguien debíahaberlo ayudado, pero quién.Deseaba encontrar alguna respuesta en losinformeso inclusoalgoen lacasadeSue,pues lapolicíacientíficaaúnestabatrabajandoenella.—Lux —añadió Sandra, una joven policía—. Preguntan por ti. Unos
jóvenes,entreellosseencuentralahijastradeSue.Cuando la mujer miró al mostrador de la comisaría, en efecto vio a
Rebecca,acompañadadeotroschicosmás.Una vez les saludó, los acompañó a una sala para hablar con
tranquilidad.Peroantesdesaberloquedeseaban,lesinvitóatomarunosrefrescosypidióaBeccaqueleacompañase.
—¿Cómoteencuentras?—quisosaberlaagente.—Intento no pensarmucho en ello.La buena noticia es queSue ya ha
despertadoeiréaverlaencuantotermineaquí—dijo,alavezquetomabaelrefrescoqueleofrecíalaagente—.CapturareisaMatthew,¿verdad?—¿Cómo sabes…? —no terminó la pregunta. Necesitaba posibles
respuestas,nosaberquiénlehabíadichoalachicaqueesepsicópatahabíaescapado—.Estabarepasandotuconfesiónymepreguntaba,siahoraqueyahapasadoundía,recuerdasalgomás.—Bueno…parecíaqueconocíatodoslospasosdeSue.Dijoquequería
haberlahechosufrirdurantecuatrodíasmás,perolosucedidoeldíaanteslehizoacelerarelplan.—¿Quéocurrió?—Hmm… mi padre y Sue discutieron por mi culpa. Esa noche Sue
durmió conmigo y por la mañana mi padre se marchó al trabajar sindespedirse.Luxmeditó sobre las palabras de la chica y le pidió que volviera a la
salaconsusamigosmientrasellahacíaunasllamadas.¿AcasoeraposiblequeSueestuvieraespiadaensupropiacasa?¿PodíapensarMatthewqueladiscusióndelmatrimoniopodíaalejaralamujerdesualcance?Con teléfono enmano llamó a la encargada de la investigación en la
viviendadelamujer.—Hola Garrido, soy la agente Daniels. Quiero que envíes al equipo
informativo y busquéis la posibilidad de que la casa tenga cámaras omicrófonos.Traslaorden,volvióalencuentroconRebeccaylosdemás.Cuandovio
alachicapensóqueestabaallíparaponersealdíasobrelainvestigación,algodeloquenopodríahablar.NuncaimaginóqueBeccahubieravividounasituación tanduraamanosdeDerekyqueestuvieraallíparaponerunadenunciaporviolaciónyqueno fuera laúnicachicaquehabíasidomaltratadaporeljoven.Nadia—acompañadapor suhermanoHugo— tambiénestabaallí para
presentarcargos.Todoparecíaserunamañanacomocualquierotraenelinstitutodonde
asistíaRebecca.Derekestabaentercerahora,recibiendoclasedelengua,
cuandofueinterrumpidaporladirectoradelcentro.Todos los alumnos observaron a la mujer y al profesor hablar unos
segundos,perotambiénvieronqueenlapuertahabíadospolicías,quienesunavezelprofesoradoterminaron,entraronenelaula.CaminaronhaciaDerek,lopusieronenpieyleesposarondeinmediato.—DerekBlack,seleacusadeviolacióndeunamenoryagresión…El agente siguió informándole de sus cargos, además de leerle sus
derechos.Eljovennodijoehizonadaenningúnmomento.Conlacabezagachaabandonóelcentro,con lamiradademuchosalumnosfijasenél,mientrasloscuchicheosllenabanlospasillos.Una vez en comisaría vio a Nadia en compañía de su hermano y a
Rebecca junto aTyler.Quiso decirle algo a esas dos zorras, pero sabíaqueensituacionescomoesaseramejorguardarsilencio.Saldríadeahí,demostraríaqueesasdossehabíanganadotodoloqueleshabíahecho.TantoBeccacomoNadiasuspiraronaliviadasalvercomoeljovenera
llevadoaloscalabozos.Ambaseranconscientesdequehabríaunjuicio,que esto solo acababa de empezar, pero juntas lo superarían. Derekacabaríaentrerejasynuncamásdañaríaaotraschicas.En esemomento, un alteradoClark entró en comisaría buscando a su
hija.LaagenteLuxlehabíainformadodelosucedidoyhabíaidolomásrápido posible.En cuanto vio aRebecca, caminó hacia ella y la abrazó.Aunquealmomentosedirigióalaagente.—¿Dóndeestáesehijodeperra?—preguntófurioso—.¡Voyamatarlo!—Papá…—susurróRebecca,perofueTylerquienlogrócalmarlo.—Señor Kenyon —añadió el muchacho posando una mano sobre su
hombro—.Créame,leentiendoperfectamente.Yotambiéndeseoqueesecanallasufraymeencantaríagolpearlo,peroRebbyyahavistodemasiadaviolenciayconellanoconseguiremosnada.Lajusticiaseharácargo.—¡Hágale caso!—le recomendó Lux—.No empeoré la situación. No
saldrádeesta, suhijaesmenoryél lavioló.Ademáscontamoscon loscargos que también ha presentadoNadia. Ella también fue agredida porDerek.Créame,no saldrábienparado.Aunasí,megustaríahablarunosminutosasolasconusted.Muy a su pesar, Clark le dio la razón a Tyler, aunque no veía el
momento de ver a ese canalla pagar por todo lo que había hecho. Perocomobiendecían,lajusticiaseencargaríadetodo.Ya a solas con la agente, esta le informó en más profundidad sobre
Rebeccayloscargospresentados,aunquetambiénlehizounasugerencia.Lo mejor para la chica era que comenzase terapia, eso le ayudaría asuperartodolovividodurantelosúltimosmeses.Elmédicoasintió.Porsupuestoélseencargaríadeello.Conocíaa los
mejoresdoctoresyloquemásdeseabaeraelbienestardeRebecca.YtrasdarlelasgraciasaLux,elhombreencompañíadeBecca,Tyler,NadiayHugo,abandonaronlacomisaría.La agente aún tenía mucho trabajo qué hacer, pues debía atrapar al
hombrequehabíaintentadomataraSue.Más tarde laagenteAndreaGarridose reuníaconellaensudespacho.
Pertenecía a la policía científica traía noticias sobre la casa de Sue.Alguien había jaqueado los ordenadores de la ilustradora, lo que lepermitíaconectarlascámarasdelosaparatoscuandoquisieran,pudiendovera lamujeryelentorno.Nosoloeraespiadaa travésde losequiposinformáticos, sino también por las cámaras del nuevo equipo deseguridad.Almenos esto último le dio una pista, ya que el sistema fueinstalado tras el ataque y era posible que el asesino se encontrase en elequipoqueseencargódeinstalarlo.Mientras la agenteGarrido se encargaba de estas averiguaciones, Lux
observó que tenía varias llamadas de un número de teléfono de LosÁngeles, que no tardó en reconocer. Era de la comisaría que se habíaencargado del caso de Matthew y quienes le habían informado que elhombrehabíaescapadodelhospitalpsiquiátrico.Suplicando por tener buenas noticias, llamó y tras unos minutos de
espera,finalmentelepasaronconelencargadodelcaso.—Metemo,agenteDaniels,quenotenemosgratasnoticias—añadióel
mismopolicíaconelquehabíahabladoenotrassituaciones—.Ayerporla tarde unos excursionistas paseaban por la zona boscosa cercana alhospitaly superrodesenterróunamanohumana.Enseguidaenviamosanuestro equipo y ya hemos realizado la autopsia. Es nuestro hombre…Matthew.Llevabamuertodosmeses.Lehabíanacuchilladoconsaña.Lux se frotó las sienes. Este hallazgo ponía patas arriba todo el caso.
Siempre había pensado que ese psicópata era quien había intentadoasesinaraSue,perosiyaestabamuerto,ahoradebíaempezardeceroparaaveriguarquéestabapasando.Tras darle las gracias al agente y pedirle que le enviase a su correo
electrónicolosresultadosdelaautopsia,comenzóarepasarlosarchivosque tenía hasta el momento e indagó más en la investigación sobre elincendioenlaprisióndondeestuvoencerradoGlen.El informe era breve, conciso y la investigación se había cerrado
demasiadoaprisa.Losinformesdeautopsianodesvelabannadaenclaro.Los cuerpos de los presos que murieron en el incendio no eran muyexactos.Ysuintuicióncomopolicíaledecíaquealgonoibabien.Buscó el nombre del agente encargado del caso y no tardó en
encontrarlo:NathanLeBlanc,por loque llamóa lacomisaríaencargadadel caso y pidió hablar con él.Cuál fue su sorpresa al descubrir que eljovenagentehabíasidotrasladadoenmediodelcasoaAlaska.Tras soltar una maldición hizo las averiguaciones pertinentes para
localizar al policía.Seguía enAlaska, por loquedejóunmensaje en lacomisaríaparaquelallamasecuandopudiera.MientrasesperabaquellegaseinformaciónporpartedeAlaskaoporla
agenciaqueinstalóelserviciodealarmasencasadeSue,Luxsetomóunrespiro. Fue a los baños, donde se dio una gran ducha, además decambiarsederopaysefueaunrestaurantecercanoacomer.Cuando regresó, enseguida la abordóSandra, sobrequien recaían casi
todaslaslaboresderecepcionista.—Tienes a un talNathanLeBlanc esperándote por Skype. Parece algo
inquieto y he intentado localizarte, pero he visto que te has dejado elteléfonoentudespacho.—¡Gracias,Sandra!Luxsedirigióaldespachoytrasencenderelordenadorvioaunhombre
de unos treinta cinco años. Tenía el cabello rubio oscuro, ligeramenteondulado, el cual caía despeinado hasta su nuca. Una incipiente barbaensombrecía su mentón y sus ojos, de un gris claro, mostrabanmelancolía.—¡LeBlanc!—añadió el hombre presentándose—.Me ha sorprendido
quealguienestéremoviendoesecasoynohepodidoevitarpreguntarmeelmotivo.Luxlepusoaldíalomásrápidoyresumidamenteposible,ycomopor
relaciónaSue,elnombredelreclusoGlenhabíasalidoacoacción,unodelospresosquemurieronquemadosenlacárcel.Tras decir esto, lamujer observó como el hombre se recostaba en el
sillónalavezquesefrotabalosojos.
—AgenteDaniels,me temoque no voy a resultarle de gran ayuda.Nisiquierapudecerrarelcaso.Enmediodelainvestigaciónmetrasladaronaquí.—Eso puede explicar que los informes sean tan inconclusos—añadió
Luxojeandolainformación—.¿Porquésetrasladó?—En realidad, me obligaron. Sabe qué, todo ese caso me olía a
chamusquina. La prisión quería cerrarlo cuanto antes y evitar másinspecciones en las instalaciones y mis jefes también me presionaronporque lo dejase correr. Pero amí nomegustó nada lo que hallé, solocuatrocuerposdeloscincocadáveresquedeberíamoshaberencontrado.La policía científica habló sobre productos químicos y un montón deexcusasbaratasparaexplicarporquenohallamosnadadelquintohombre,¡absolutamentenada!Ynomelocreía,elincendioseapagóenseguida.Noeratiemposuficienteparaqueunodeloscuerposseconvirtieraenceniza.—¿Alguienmanipulólaspruebas?—Creo que les pagaron por ello. En fin, no sería la primera vez que
alguien recibe dinero a cambio de hacer algo—añadió indignado—.Ycreo que uno de los reclusos escapó, hasta pienso que el incendio fueprovocado.—¿Porqué?¿Quiénpodríatenertantopodercomoparahacereso?—¿Me puede decir el nombre del recluso que le ha llevado hasta ese
caso?—GlenDelacroix.Nathantecleóelnombreytorcióunasonrisaalverlosresultados.—Sabíaqueeseapellidomesonabayrecuerdoperfectamentealchico.
Yomismolodetuvecuandonoeramásqueunnovato—confesó—.Añosmástarde,elpadredeestetipoentróenpolíticaysinceramente,creoqueunhijomuertoenunterribleaccidenteesmuchomejorquetenerunhijoencerradoenprisiónporasesinato…siesquerealmentemurió.ALux le sorprendieron las palabras del agente y sumente comenzó a
cavilarsobretalteoría.—¡Muchasgracias!Mehasidodemuchaayuda.—UnacosaDaniels, tengacuidadodondesemete.¡YoacabéenAlaska
porindagardondenodebía!Luxasintióyunavezdioporterminadalaconversación,observóqueel
serviciodeinformáticayalehabíaenviadoasucorreolainformacióndetodoslosempleadosquetrabajabanenlacompañíadeseguridad,incluso
los eventuales. Eran demasiados, pero aún estaba a la espera de que ledijeranlosnombresdelaspersonasquehabíanpisadolacasadeSue.Mientrastantoechóunvistazoallistadoquelehabíaenviadoelhospital
psiquiátrico dondeMatthewLerman había estado ingresado y las visitasquehabíarecibido.Soloaparecíantresnombres.Eldesumadre,quienalparecer lo visitaba desde el primer momento en el que ingresó, suabogado,dequienimaginóqueríacomprobarsuestadomentalysipodíasacarlo de allí. Y otro nombremás. Este comenzó a aparecer hacía tansolodosaños:JimMarshal.¡JimMarshal!¿De qué le sonaba ese nombre? Se preguntó Luxmientras ojeaba los
informes de prisión, forenses, policía científica. Y cuando en estos nohallóningúndatofuealadeclaracióndeSue.—¡Nopuedeser!—exclamó.Pero tuvo que desviar la atención cuando observó que recibía otro
correo electrónico con la información de las personas que le habíaninstaladoelnuevosistemadealarmaaSue.¡Elnombrecoincidía!Estabaenellistadoytambiénsufoto.Tras tomar su chaqueta y pistola, además de alertar a varios agentes,
condujerondirecciónalhospital.Cuando Rebecca entró en la habitación de Sue, encontró a la mujer
sentadafrenteaunabandejaconlacomida.Aunquepálida,mostrababuenaspectoapesardelgestomohínporelmenúdeesedía.Teníaelhombroizquierdovendado,allídondelehabíandisparadoytambiénelbrazo.Al alzar la vista vio a la chica y apartó la bandeja para que ambas
pudieranestarmáscómodas.—Losientomucho,Becca,deverdadquelosiento.Nosécómonovilo
queDerektehizo.Debíhaberlosupuestoportuactitud…LachicatomóasientojuntoaSueyagarrólamanodelamujer.—Ya le he denunciado… lo he visto esposado y creo que si no me
hubierascontadotuhistoria,nuncamehubieradadocuentadeloquemeestabapasando.Seguiríaconél;perocuandomerelatabas loquevivistedeadolescente,enmuchasocasionesqueríagritartequealguienayudaseaEllen,quenolepermitieranqueesetipolaalejasedelascosasquemáslegustaban.Peronolohice,yoestabaviviendolomismo.
SuelemirósorprendidayRebeccasupoloqueestabapensando.¿CómohabíadeducidoqueellaeraEllen?—Dijeron tu nombre de soltera cuando esperábamos noticias sobre ti.
DespuésdeesorecurríaRemyparaquemecontaseelfinaldelahistoria—confesó, observando las marcas que asomaban a través del camisón.Aquellas que Matthew le provocó cuando la atacó—. ¿Le contarás laverdadamipadre?—Sí—confesó evitando lamirada de la chica, ya que no deseaba que
viera suvista inundada en lágrimas—.En realidadestaba esperandoquellegasede suviajepara contarte toda laverdad,perounabala aplazóelmomento—añadióintentandoquitarlehierroalasunto.—Nuncahuboningúnaccidentedecoche—susurrólachica,deslizando
susdedosporlasmarcasdelbrazo—.Todaslasvecesquemipadredijoqueteníanaspectodepuñaladas,eranciertas.—Sí.Esmédico,sabeidentificar todaclasedeheridas.Perosidecía la
verdaddebíacontarlahistoriaynoestabalistaparaello.—¿Losuperaréyo?—susurróRebecca—.¿Volveréaserfelizenalguna
ocasión?¿Podrérehacermividadespuésde loqueDerekmehahecho?¿Podré…podréhacerelamorconotrochicosinpensarencómoélmeforzó?ErestanvalienteSue…yyo…Lamujeratrajoalachicahaciaella.Lareconfortóalavezquedejaba
quesedesahogara.—Tú también eres valiente. Puede que estuviera cerca de la
inconsciencia,peromesalvastelavida,Rebecca.Huimosdelhombrequeintentabamatarnos; no perdiste los nervios, ni cuando te apuntó con elarma—confesó,apartándoladeellay limpiándoleel rastrode lágrimas—. ¡Eres una chicamuy fuerte! Lo has demostrado y por supuesto quereharástuvida.Siyopude,túloharás.En esemomento la mirada de Sue fue a la puerta. Durante un par de
ocasiones había visto que un hombre pasaba por la misma en variasocasiones, lanzando un vistazo, pero cada vez que lo hacía, no estabansolas.Obienalgunaenfermerahabíaentradoavercómoestabaeinclusoelmédicodeguardiaarevisarsusdatos.Pero ya estaban solas y cuando entró, cerró la puerta tras él. Vestía
vaquerosyunasudadera.Unagorrallegabaaocultarpartedesusrasgos,pero Sue siempre los reconocería e inmediatamente se puso en pie ycolocóaRebeccatrasella.
—¡Glen!—exclamósorprendida—.Nopuedeser…¡estásmuerto!Elhombrenorespondió.Sacóunarmadesupantalónyleapuntó.—Hassidotútodoestetiempo—comprendióSue—.Túhasestadotras
lasamenazaseintentastematarnos.CuandoLuxllegóalhospitalinformóalaseguridaddelmismoalavez
queleentregabafotosrecientesdelsospechoso.—Se hace llamar Jim Marshal, como un amigo que tuvo en la
adolescencia y al que asesinó. En realidad se llama Glen y es muypeligroso.Puedequenoestéaquí,peroesunaposibilidad.QuieremuertaaSueKenyonyyahacorridoriesgosenotrasocasiones.—¡Agente Daniels! —interrumpió uno de los jóvenes que venía
corriendo por el pasillo—. Lleva en el hospital un buen rato. Se pusonervioso con recepción por no facilitarle la habitación de la pacienteKenyon.—¿Dóndeestáahora?—preguntólapolicía.—Haencontradolahabitación.Lapuertaestácerradayhacenloposible
porabrirla.Tanto Sue como Rebecca intentaban mostrarse tranquilas. Ambas
escuchaban como intentaban abrir la puerta, seguro que el personal delhospitalintuíaquealgonoibabienysoloeracuestióndetiempoquelassacarandeahí.Mientrastanto,debíandistraeralhombrecomofuera.—Acudíatufuneral.Todosteenterramos.¡Tufamiliaestabadestrozada!—Enrealidadenterrasteisunmontóndecenizas—confesó,sindejarde
apuntarla—.Y no todami familia estaba tan destrozada. ¿Sabías quemipadre lo arregló todo?Él quería vermemuerto, quemado.No era gratopara su campaña política tener a un hijo acusado de asesinato. Queríalibrarse demí y se ganaría muchosmás votantes si de repente tanto élcomosufamiliasufríanunagranydolorosapérdida.—Cambiódeidea,imagino.Teveobastantebien,nisiquieraveorastros
dequemadurasporloquededuzcoquenuncaestuvisteeneseincendio.—Eldineroloestodo,Ellen,¡todo!Ymueveelmundo.Elfuncionario
mevinoconelsoplo.Queríamásdineroysiyoselodaba,quedaríalibre.
Puedequeestuvierapreso,perolaherenciaquemiabuelodejósobremíse ingresó directamente a mi cuenta en cuanto cumplí los veintiuno. Ycréeme,hehechobuenusodeella.Graciasaesedineroestoyaquíparamatarte.Porquetúereslaculpabledemidesgraciadavida.Portiasesinéamimejoramigoycondenémivida.Ycréeme,nohubodíaenprisiónqueno desease verte muerta. Me juré, que cuando saliera, no pararía hastaverte en la tumba y he de reconocer que has sido muy inteligente. Tucambiodenombremedespistó,eracomosi la tierra tehubiera tragado,peroundíaviunodetuslibros.AlguienloestabaleyendoenelmetroydigamosqueInternetmefacilitóelrestodelainformación.—¡Suelta el arma!—gritó Lux apuntando directamente a la cabeza de
Glen—.Teestoyapuntando.Yanotienesescapatoria.Antesdequepuedasapretarelgatillo,yoyalohabréhechoytussesosestaránesparcidosporlahabitación.PeroapesardelaamenazadeLux,Glenparecíanohaberlaescuchadoy
seguíamirandoaSue.—¿YMatthew?—preguntóella—.Éltambiénestácontigoenesto.—Esepringadonodurónicincominutosfueradelhospital.Loacuchillé
hastaacabarconsuvida.Soloerauncabezadeturco,alguienconquienlapolisedistrajeramientrasyoteacechaba.—¡Sueltalapistola!—gritóLux—.Eslaúltimaoportunidadqueledoy.—He soñado con este momento—confesó un alocado Glen, como si
soloSueyélestuvieranen lahabitación—.Deseoverelmomentoenelquelavidaabandonatucuerpo…Y tras decir estas palabras, Lux apretó el gatillo. El cuerpo inerte del
hombrecayóalsueloalavezqueRebeccagritabadeterror.Cuandolosagentes entraron en la habitación, también lo hizo Clark y abrazó a sumujer e hija y las instó a salir. Gustosamente lo hicieron, pero Sue sedetuvojuntoaGlen.Porfin,todohabíaterminado.
Epílogo
UnañoymediodespuésEl tiempo había pasado y no habían sido meses fáciles para Sue o
Rebecca,enespecialparaestaúltima,pueshabíatenidoqueenfrentarseaDerek en juicio y relatar ante un jurado todo lo que el chico le habíahecho.Pero fue valiente, no estaba sola. Nadia también se presentó contra el
joven y eso reforzó el caso. Fue favorable hacia las chicas yDerek fuecondenadoporsusdelitos.Suepor fin había podidodejar atrás el pasado.Unavez la agenteLux
supodelaidentidadqueGlenhabíautilizadoduranteestosaños,fuemásfácilseguirsupistaeinclusoaveriguardóndevivía.El joven estaba lleno de rabia e ira. Planificaba sus movimientos al
milímetroe incluso llevabaundiariocon todos lospasosquedaba.Esoles ayudó a concretar los detalles que le quedaban sobre Matthew. Alparecer, el odio que ambos muchachos sentían por Sue los unió yplanificaronunamaneraparaqueelhombreescaparadelpsiquiátrico.PerocomobiendijoGlenantesdemorir,Matt solo fueunacabezade
turcoparadistraeralapolicía.Alfinyalcabo,tambiénloculpabaaélde
sudesgraciadavida.Y fue gracias a la meticulosidad de Glen lo que había ayudado a
descubrir las personas que le ayudaron a escapar de prisión e inclusodestaparaaquellosagentesqueencubrieronsuhuida.EinclusoGlenteníaguardadodocumentoquemostrabanlosmovimientosquehabíarealizadocon el dinero y las transferencias realizadas a todos aquellos que leayudaban.Sin duda, el hombre se había protegido bien las espaldas y todo eso
ayudóaLuxaencerraralosqueaceptaronelsobornoydejaronlibreaunpeligrosodelincuente.Había llegado el verano y las esperadas vacaciones e iban a reunirse
todosenunacasaenVancouver.LaverdaderafamiliadeSue.YesoseranClark,Remy,Tracy,Samyporsupuesto,Rebecca,aunquetambiénhabíaninvitadoalosamigosdeestaúltima,paraquelachicadisfrutasetambiéndesucompañía.—¡Rebecca!—la llamó su padre desde la planta inferior—.Baja o no
llegaremosalaeropuerto.—¡Solocincominutos!—Nadamásotendremosqueirnossinti.La chica puso los ojos en blanco. Su padre era malísimo para los
faroles.Aunasísedioprisaenterminarloqueteníaentremanos,aunqueantes echó un vistazo a la ventana.Había dos coches que les llevaría alaeropuerto. En uno de ellos esperaban unos impacientes Tristán, Tyler,EmmayCallie,mientrasqueenelsegundovioasupadre,muycariñososonSue.De nuevo desvió la atención al ordenador. Muchas cosas habían
cambiadoenelúltimoaño.Habíarecuperadosuvida.Denuevovolvíaabailaryretomadosucargoenelperiódico.Enesemismomomentoreleíaelúltimoartículopublicado.Desdehacetiemponopuedoevitarrecapacitarsobrelasrelacionesyen
especialsobrelaqueyovivíytodosenestecentroconocen.Séquemuchosnopuedencomprenderelpoderqueejerceunapersonasobreotraparaque
consiga alejarte de las personas que a uno le importan, deje su vida delado y abandone todo lo que le gusta. Que sin tan siquiera utilizar lafuerzabrutapuedancontrolarloquevistes,tusamistadesycadapasoquedasentuvida.Yolohevividoynoséexplicarcómolleguéaesepunto.Miexmeanuló
comopersonayyohacíacuantoélquería,controlabamispasoseinclusopensamientosparanodecepcionarlo,porquequeríacomplacerloyqueélmetrataseconcariño.Sé cómo empezó todo, con cosas que parecían insignificantes, como
mostrarsemolestoporquehablase conun chico, ¡los celos! y pormuchoque me duela, lo confieso. Me sentí halagada. Si sentía celos de quehablaseconotrochicoesqueleimportaba,noqueríaperderme,yo,laquesiemprehabíasidorechazada,por fin teníaaalguienque le importabayporesomismolecomplací.¡Dejédehablarconotroschicos!Y creedme, eso no es amor. Los celos no pueden traer nada bueno y
cuando cedes en algo, cuando le das a tu pareja la posibilidad decontrolarte,lacosanoquedaráahí.Seguiráyvendránotrosdetallesmás.Elmaquillaje,laropa,lascompañías…querrácontrolarlotodoyesonoesamor.Loscelosnosonsanos,nisignificaque le importesaunapersonamás
porexpresartalessentimientos.Unarelaciónsebasaenelrespetomutuo,el cariño y la aceptación al cien por cien de una persona, no querercambiarla,nimuchomenoscontrolarla.Este artículo va dirigido a todas aquellas chicas que en ocasiones se
pueden llegar a sentir tan pérdidas como yo y decirle que no aceptencomportamientosqueincluyancelosycontrol.¡Esonoesamor!Lasrelacionesnosebasaneneso,sinoenelmutuorespetoycariño.Rebeccasonrió.Estabacontentaconelresultadoyhabíarecibidomucho
apoyo.Aunque loquemásdeseaba erapoder ayudaryque suspalabrasabrieran los ojos a otras jóvenes que estuvieran viviendo una situaciónsimilar.Finalmente apagó el ordenador y se encontró aTyler.Elmuchacho la
rodeóporlacinturaylabesóconcariño.—Tupadremehapedidoquevengaaporti.¡Perderemoselvuelo!La chica le devolvió el beso y agarrados de la mano salieron de la
habitación.HubountiempoenqueRebeccasepreguntabasipodríasaliradelante, si volvería a amar o sentirse segura, y con ayuda lo habíalogrado.AhoramanteníaunarelaciónsanaconTy.Susamigosestabanasulado,contabaconelapoyodesupadre,deSueynohabíaabandonadoningunodesussueñosoaficiones.
Reflejo©LucíaGonzálezLavadowww.luciag le z .com©Portada:AlexiaJorqueshttp://infoalexiajorques.wix.com/alexiajorques©Encabezadeloscapítulos:LorennTyrhttp://lore nntyr.blogspot.com.e sMaquetacióninterior:LucíaGonzálezLavadoPrimeraedición:Octubre2015