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Reflexiones de un Talmid Por Juan Medel R. “Kehiláh Netzarita Beit Shalom”
Santiago de Chile
EL BIEN QUE VIO EL MAESTRO DE LA ASAMBLEA KOHELET
(ECLESIASTÉS)
Es un hecho bien conocido que Shlomó hamélej fue el hombre más sabio en
sus días, su gran sabiduría y profundos conocimientos que le fueron dados
por el Eterno fueron reconocidos ampliamente fuera de las fronteras de
eret Israel. A Shlomó hamélej le fueron abiertos los ojos de su
entendimiento para ver y entender el resultado de los sucesos que
acontecen a los hijos de los hombres en el transcurso de sus vidas. Una
frase que repite varias veces en su libro denominado Kohélet es: “bajo el sol”, explica que su observación es el actuar de los hombres en el diario
vivir, los resultados de su constante ir y venir, su entrar y salir, los modos
de proceder de cada uno y los resultados que finalmente son inevitables. Sin
embargo, Shlomó no solamente fue un observador distante de los infortunios
o momentos felices de los hombres, él también se dedicó a vivir y
experimentar personalmente lo que él denomina “trabajo”, dado por el
Eterno a los hijos de los hombres. Aunque no por ser el hombre más sabio de
su tiempo, vivenciar personalmente las ocupaciones que haShem ha dado a
los hijos de los hombres era opcional para él, sabía perfectamente que era
uno más llevado por la rueda de la creación de Boré Olam, es decir, era un
hombre mas envuelto en las faenas y ocupaciones dadas por el Eterno.
Trabajo es la palabra castellana con que la mayoría de los traductores
traducen la palabra hebrea inyán1 en Kohelet 3:10, que también puede ser
traducida como: acción, empleo, faena, negocio, preocupación y
ocupación. Debido a la riqueza del idioma castellano, en el sentido de que una
1 C. Strong H6045
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sola palabra puede tener varios sinónimos. Esto significa que una misma cosa
la podemos expresar con varias palabras distintas y no diferir del
significado esencial de la misma. Es que es muy importante que al momento
de traducir la palabra hebrea inyán como trabajo, estemos muy conscientes
del universo que encierra esta palabra. El hebreo no es rico en sinónimos,
pero tiene una riqueza que no posee ningún otro idioma en la tierra, y es la
exactitud y esencialidad que contiene cada palabra. ¿En qué sentido? En el
sentido de que cada palabra hebrea no solo describe la figura referida o el
concepto en sí, sino que expresa la esencia misma de él. Esto es
particularmente notorio en los sustantivos propios y comunes, y es más
evidente en los nombres propios.
Entonces, cuando nos encontremos que Shlomó hamélej habla del trabajo
que el Eterno ha dado a los hijos de los hombres en Kohélet, ya sabemos que
está hablando de: acción, empleo, faena, negocio, preocupación y
ocupación. Ya hemos dicho que Shlomó vivenció y experimentó personalmente las
mismas faenas y preocupaciones que el común de los mortales bajo el sol,
pero hay una diferencia muy grande que haremos muy bien en detener
nuestra atención unos instantes y tomarlo como ejemplo para nuestras
propias vidas. La diferencia es que Shlomó vivió sus experiencias con su
entendimiento alumbrado por la sabiduría que le fue dada por el Eterno. Está
escrito: Yo dije en mi mente: “Ven, te voy a probar con el placer, y vas a ver lo bueno”. Pero vi que
esto también era vanidad. (2) A la risa le dije: “Tú eres locura”; y al placer: “¿De qué sirve
esto?” (3) Propuse en mi mente darle gusto a mi cuerpo con vino y echarle mano a la
necedad mientras mi corazón siguiera conduciéndose con sabiduría hasta ver en qué
consiste el bien para los humanos, en el cual se han de ocupar debajo del cielo durante los
contados días de su vida. (4) Aumenté mis obras, me edifiqué casas, planté viñas, (5) me
hice huertos y jardines, y planté en ellos toda clase de árboles frutales. (6) Me hice
estanques de aguas para regar con ellas un bosque donde crecieran árboles. (7) Adquirí
siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa. También tuve mucho ganado, vacas y
ovejas, más que todos los que vinieron antes de mí en Yerushalem. (8) Acumulé también
plata y oro para mí, y tesoros preciados de reyes y de provincias. Me procuré cantantes,
tanto hombres como mujeres; de los placeres de los humanos, y de mujer tras mujer. (9)
Así, me engrandecí y acumulé más que todos los que fueron antes de mí en Yerushalem, y
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en todo esto mi sabiduría permaneció conmigo. (10) No les negué a mis ojos ninguna cosa
que desearan, ni le rehusé a mi mente placer alguno; porque mi mente se alegraba de todo
mi duro trabajo. Esto fue lo que me tocó de todo mi duro trabajo. (11) Luego consideré
todas las cosas que mis manos habían hecho y el duro trabajo con que me había afanado en
hacerlas, y vi que todo era vanidad y correr tras el viento; no había ningún provecho
debajo del sol. (12) Después volví a considerar la sabiduría, la locura y la necedad. Pues,
¿qué añadirá un hombre que suceda al rey, a lo que éste ya hizo? (13) Yo vi que la sabiduría tiene ventaja sobre la necedad, como la ventaja que tiene la luz sobre las tinieblas. (14) El sabio tiene ojos en la cara, pero el necio anda en tinieblas. También yo entendí que lo mismo le sucederá a todos ellos. Ecl 2:1-14.
Trataremos de observar con ciertos detalles lo que este gran sabio y rey de
nuestro pueblo expresa en el texto arriba citado. Shlomó ya ha observado
con detención muchas de las faenas que el Eterno ha dado a los hombres en
que ocupen su tiempo y su existencia, y ha considerado que la mayoría de
ellas no son más que una inútil vaciedad (vanidad) y dolor para el espíritu
humano. Ahora se propone ir más allá de ser un observador reflexivo y
decide experimentar por sí mismo y ocuparse en lo que observa que todos
hacen pero sin dejar su sabiduría de lado, sino actuar a la luz de ella. En los
versículos 1 al 10 propone agasajar su corazón con todo tipo de placeres y
actividades, inicia negocios, construye edificios, realiza cultivos de todo
tipo, aumenta sus bienes y riquezas hasta donde sus fuerzas le dan,
comerció con caballos de Egipto, etc. Hasta decide experimentar con la
necedad para ver si esta con sabiduría puede tener algún sentido provechoso
en que ocupemos nuestras vidas bajo el sol, versículo 3. Este es uno de los
versículos que nos permite entender que Shlomó se permitió a si mismo
desvaríos y locuras, como amontonar plata y oro en forma desmedida, poseer
mujeres buscando el placer hasta niveles que ningún otro mortal podía hacer.
Alguien a modo de chiste dijo que Shlomó tuvo mujeres de todos los
sabores, colores y olores. ¿Por qué digo que Shlomó se permitió a si mismo
incurrir en algunos desvaríos? En primer lugar porque el mismo lo dice, está
escrito:
Ecl 1:17 Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu. Ecl 2:12
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Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho.
El primer versículo citado nos indica la dedicación a la observación de los
desvaríos y locuras de los hijos de los hombres pero sin experimentarlos en
forma personal. Por eso dice: “y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y desvaríos”… El segundo versículo añade, “me volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad… ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho.” Las expresiones
de Shlomó hamélej en este segundo versículo son las de uno que no
solamente ha observado desde la distancia, son expresiones empíricas, es
decir producto de la experiencia propia.
En segundo lugar, creo que Shlomó se permitió a si mismo locuras y
desvaríos porque está escrito en la Torá referente al comportamiento de un
rey de Israel:
Deu 17:14-17
Si después de haber entrado en la tierra que YHWH tu Elohim te ha asignado, y de haber tomado posesión de ella y haberte establecido en ella, tú decides: “Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones a mi alrededor”, (15) serás libre de establecer un rey sobre ti, uno escogido por YHWH tu Elohim. Asegúrate de poner como rey sobre ti a uno de tu propio pueblo; no debes poner sobre ti a un extranjero, uno que no sea tu compatriota. (16) Además él no deberá adquirir muchos caballos, ni enviar gente a Mitsráyim para aumentar su caballería, pues YHWH les ha advertido: “No debes volver otra vez por ese camino”. (17) Y no debe tener muchas esposas, para que no se descarríe su corazón; ni debe amasar plata y oro en exceso.
Pregunta: ¿Sabía Shlomó que la Torá prohibía a los reyes de Israel, tener muchas esposas, amontonar plata y oro en exceso y comercializar con caballos de los egipcios. Respuesta: seguro que sí. Sin embargo su corazón se endureció y Shlomó cayó en locura y desvarío. Pienso que la búsqueda de placer y diversión de Shlomó en su estado de desvarío es una de las razones de por qué dice: Y he hallado más amarga que la muerte a
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la mujer que es una trampa, cuyo corazón es una red y cuyas manos son ataduras. El que agrada a ha'Elohim escapará de ella, pero el pecador quedará atrapado por ella. Ecl 7:26.
Tambien escribió Shlomó: (2) A la risa le dije: “Tú eres locura”; y al placer: “¿De qué sirve esto?” Nuestros sabios han enseñado que el placer puede ser disfrutado en
plenitud, únicamente cuando el corazón está con plena alegría. Esta es una de
las razones de porque a una pareja que ha contraído matrimonio, en su fiesta
de bodas es una mitzvá para todos los amigos y acompañantes buscar todos
los medios posibles para dar alegría y felicidad a los recién casados. Por eso
hay danzas, cantos, bailes especiales, acrobacias y todo tipo de diversiones.
Todo es con el fin de alegrar en plenitud a los novios, porque ellos van a
tener placer en su luna de miel y para que el placer sea absoluto y perfecto,
sus corazones deben estar alegres.
¿Cómo podría Shlomó hamélej experimentar placer y dicha absoluta, si se
estaba permitiendo placer y diversión fuera de los límites establecidos por
el Eterno? Lo único que encontró al final de todo fue repugnancia y vaciedad
completa, pues su neshamáh estaba triste y vacía.
Todo esto por su puesto él lo vio y entendió muy bien, y pienso que esa es la
razón de sus abundantes expresiones de pesar y vacío existencial en este
magnífico libro llamado Kohélet.
Cada vez que el maestro y sabio de la asamblea Shlomó ha observado y
pesado las acciones y resultados de ellas, y ha sacado sus conclusiones las
expresa en una sentencia, como algo que él ha visto y observado. Ya hemos
visto algunas de ellas, y para finalizar esta reflexión centraremos nuestro
entendimiento en la siguiente conclusión que vio el Maestro de la Asamblea2.
2 Sin tener una visión completa del libro de Kohélet podemos caer en una falsa interpretación de estos escritos de
Shlomó, y pensar que es un pesimista por decir lo menos. Nada de eso es verdad, Shlomó es uno de los sabios más
grandes que haShem ha dado a nuestro pueblo Israel. No es fácil entender los dichos profundos de nuestros jajamín.
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Ecl 2:22-24
Porque, ¿qué logra el hombre de todo su duro trabajo y del conflicto de corazón con que se afana debajo del sol? (23) Porque todos sus días no son sino dolores; y su tarea, frustración; ni siquiera de noche reposa su mente. Esto también es vanidad. (24) Así que no hay nada mejor para el hombre que comer y beber, y hacer que su persona vea lo bueno de su trabajo. Yo he visto que esto también proviene de la mano de ha'Elohim.
Como dije, comentare un poco con el modesto entendimiento que me ha sido
dado el versículo arriba citado.
Dice Shlomó: “Yo he visto que esto también proviene de la mano de Elohim”. ¿Qué vio Shlomó? En primer lugar, que en todos los días que nos
sean dados por ha Kadosh baruj hú bajo el sol, tendremos dolores,
frustraciones y que en algunos casos nos quitarán hasta el sueño por las
noches. El porqué de esto, con la ayuda del Eterno trataremos de dar una
explicación en otra reflexión.
En segundo lugar vio Shlomó que en todo este ir y venir, nuestro entrar y
salir, en medio de nuestros aciertos, desvaríos y necedades, viene de la
mano de haShem para nosotros el que comamos y bebamos y que
encontremos el bien con que haShem ha rodeado nuestras vidas y nos
alegremos y gocemos en ello. Y esto es en parte el gran secreto de la
verdadera felicidad de cada uno de nosotros. Aprender a ser felices con lo
que nos ha sido dado, no deseando lo que otros han recibido. El secreto es
encontrar alegría en medio de los afanes y ocupaciones que el Eterno nos ha
puesto como trabajo en nuestros días bajo el sol. Sino podemos comer y
beber con felicidad en medio de lo que nos toca vivir, jamás nuestra
neshamáh sentirá plenitud, pues estaremos buscando alegría en lugares
equivocados y esta se alejará de nosotros al punto de que nunca llegará.
HaShem la ha colocado en medio de nuestras vidas, justo en donde estamos.
Pues el reverso de nuestras tristezas es nuestra alegría. A veces nuestra
felicidad simplemente está envuelta en una apariencia que no nos agrada.
Nuestra alegría esta en medio de nuestras circunstancias, en comer y beber
en los límites que el Eterno nos ha puesto, y ver lo bueno que haShem ha
puesto en nuestros afanes y ocupaciones.
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Que el Eterno que es bueno nos traiga pronto al Mashiaj con la gueuláh,
bendiga con todo su bien a Israel, a los justos de las naciones y a todos
nosotros, amén.
Shabat shalom para todos, Moréh Juan Medel