1
RREEFFOORRMMAA DDEELL SSIISSTTEEMMAA PPRRIIVVAADDOO DDEE PPEENNSSIIOONNEESS
((DDOOCCUUMMEENNTTOO PPAARRAA LLAA DDIISSCCUUSSIIÓÓNN11))
MMAARRCCEELL CCLLAAUUDDEE22
Introducción
Cuando Nicolás Eyzaguirre era ministro de hacienda dijo una frase esclarecedora “las
AFPs nos han esquilmado como en la guerra”. Es difícil entender qué es lo que explica o
quién permite que sólo seis organizaciones financieras, las AFPs, administren a su
regalado gusto cien mil millones de dólares (2/3 del PIB chileno) cuyos propietarios son
cerca de siete millones de trabajadores chilenos que tienen sus fondos previsionales
depositados obligatoriamente en ellas, sin que por ello o por el amparo del sacrosanto
derecho a la propiedad, éstos puedan tener alguna -aunque sea mínima- prerrogativa
para decidir el destino, la administración, o el riegos que desean asumir. Manipulación de
la información de por medio y sin el menor derecho a ser representados
democráticamente en el directorio de estas instituciones financieras, los dueños de tanto
dinero están a merced de las decisiones acertadas o erróneas de los dueños de las AFPs.
Se hace alarde en Chile de la democracia consolidada que tenemos. Sin embargo, ello
porque en Chile concurrimos a votar cada cierto tiempo por quienes nos dicen debemos
hacerlo, mientras las decisiones importantes como el uso y administración de los fondos
de pensión, son materia exclusiva de los dueños de las AFPs.
Hasta 1974 existía en Chile lo que se denominaba el Sistema de Reparto, las antiguas
Cajas de Previsión, que se basaba en un principio de solidaridad, según el cual, al fondo
previsional aportaban tanto trabajadores como empresarios y en el que las nuevas
1 Este documento consiste en una recopilación bibliográfica respecto al sistema privado de pensiones. No es, en consecuencia, una investigación basada en las fuentes originales de los datos sino más bien toma como base la información recopilada por la bibliografía utilizada. El objetivo de este documento es proveer una síntesis apretada del estado actual del sistema provisional chileno y su reforma, basado en la investigación realizada por los autores revisados en la bibliografía. El aporte que se espera de este documento es básicamente, ordenar y estructurar los distintos elementos de la discusión. 2 Economista con grado de Magíster de la Universidad de Chile, con estudios de doctorado en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Es profesor Escuela Gestión Pública de la Universidad de Chile, consultor sindical y Director del Departamento de Investigación de la Universidad Arcis.
2
generaciones con sus pagos previsionales, financiaban las jubilaciones de los viejos. Así
también, estos fondos se utilizaban en otro tipo de inversiones como la construcción y
adquisición de viviendas dentro del país, por lo que contribuían al financiamiento de las
necesidades internas. A partir de ese año, en el nombre de la eficiencia económica y del
profesionalismo de expertos en administración financiera, se desmantela el Sistema de
Reparto y se instala uno de Capitalización Individual, basado fundamentalmente en el
esfuerzo personal –por lo que los patrones no aportan- y en donde cada uno se rasca con
sus propias uñas, nadie ayuda, cada uno debe proveerse su propia jubilación. Si no es
posible, entonces el Estado asumirá la responsabilidad con una pensión mínima, siempre
exigua y precaria. Por otra parte, las administradoras de éstos fondos (AFPs) pueden
colocarlos en instrumentos financieros de alto riesgo, comprar acciones o adquirir
depósitos a tasa fija, en Chile o en el extranjero. Ante lo cual, sus propietarios los
trabajadores, no tienen más que asentir, callar, asumir y pagar el costo cuando las AFPs
se equivoquen.
Pero los resultados de tan maravillosa máquina de hacer dinero no han sido ni de cerca
las promesas o mentiras libremente profesadas sin costo alguno para los responsables.
En primer lugar, cerca de un 60% de lo trabajadores no tiene al día sus cotizaciones
debido a la precariedad del empleo en Chile. Esto contribuye a que casi el 50% de los
trabajadores no alcanzará a autofinanciar su pensión, equivalente al mínimo garantizado.
Y, en muy corto plazo, el Estado deberá subsidiar más de la mitad de las pensiones.
Contrariamente a lo difundido por las bellas promotoras de las AFPs, las pensiones
mínimas siguen y seguirán a cargo del Estado, es decir, de los impuestos que pagan
abrumadoramente los mismos chilenos que financian el 30% de las utilidades de las
AFPs, mientras éstas le ofrecen a los que obtengan una pensión mayor a la mínima, una
jubilación que es la mitad de la que hoy paga el antiguo Sistema de Reparto estatal. Este
es finalmente el reino de la estupidez, puesto que, los mismos trabajadores que no
alcanzan a financiar sus pensiones mínimas con su trabajo, son los que le hacen las
grandes utilidades a las AFP y, al mismo tiempo, deben financiar las pensiones mínimas
con el IVA que pagan todos los días para comprar el pan y la leche.
3
No obstante, las cosas pueden aún ser peores ya que la crisis financiera que ha
experimentado la economía mundial en el último tiempo, ha hecho perder mucho dinero a
las AFPs. De acuerdo a la información entregada por Cenda, hacia fines de agosto las
pérdidas acumuladas por los fondos de pensiones llegaban a más de siete mil millones de
dólares, lo que equivale a más del doble del total de pagos previsionales realizados por
los trabajadores en el 2006, es decir, toda la plata depositada por los chilenos el año
pasado en los fondos de previsión se desvanecieron totalmente.
El sistema como instrumento para generar pensiones de jubilación dignas es un rotundo
fracaso, pero, como negocio o máquina de hacer dinero ha resultado un éxito
sobresaliente, con una rentabilidad promedio histórica y sistemática de 30%, es decir, uno
de cada tres pesos depositado por los trabajadores en las AFPs es acumulado como
utilidad del negocio, es decir, es usurpado a los trabajadores. Digo usurpado puesto que
no resulta legítimo obtener utilidades de un negocio que no cumple con entregar el
servicio que promete, es decir, pensiones decentes. Es el típico negocio sucio y sin
escrúpulos que huele a muerte, como el negocio de las armas en países pobres que se
alimenta de la cizaña sembrada entre los líderes de tribus rivales. Obtener jugosas
utilidades cuando los trabajadores en su gran mayoría no alcanzarán ni siquiera la
pensión mínima, es un negocio a todas luces inmoral y sin la menor contemplación de
norma ética alguna. Pero, no seamos ilusos, desde que el mundo es mundo, en todo
tiempo y lugar, la única moral del dinero es el dinero.
Es tiempo de terminar con este sistema, reinstalar la lógica de la solidaridad y
democratizar el uso y administración de los fondos de pensiones cuyos propietarios son
nada menos que los trabajadores.
I/ El Sistema Previsional en Chile
A partir de 1981, a través de DL 3500 de 1980, se aplicó una reforma al sistema de
pensiones, mediante la creación de un régimen obligatorio basado en la capitalización
individual, sin que por ello dejara de prevalecer el sistema antiguo de reparto, que se
aplicaría a contar de la reforma solamente a los imponentes que pertenecían a viejo
sistema antes de 1983 y que no eligieran cambiarse al de capitalización individual.
4
Adicionalmente, existen el régimen de pensiones de las FFAA y Carabineros, sometidos a
sus propias Leyes Orgánicas.
Actualmente existen en Chile diferentes sistemas previsionales: el Sistema Público o
Sistema de Reparto, hoy en día administrado por el INP (Instituto de Normalización
Previsional), creado por el DL 3.502 de 1980; la Caja de Previsión de la Defensa Nacional
(CAPREDENA) regida por la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas Nº 18.948; la
Dirección de Previsión de Carabineros de Chile (DIPRECA) regida por la Ley Nº 18.961,
ambas del 7 de marzo de 1990; y el Sistema de Administradoras de Fondo de Pensiones
(AFP), cuyo régimen jurídico lo constituyen el D.L. Nº 3.500 de 1980 y la legislación
correspondiente a las sociedades anónimas abiertas.
El Sistema de Reparto
El antiguo sistema se tratara de un sistema de reparto basado en el principio de la
solidaridad. Esto implicaba que la generación de trabajadores en servicio activo junto con
el aporte patronal y del Estado, financiaban tanto las enfermedades, la invalidez, el
desempleo y la vejez de los beneficiados. En la actualidad el antiguo sistema está en
extinción y prácticamente ya no recibe aportes, puesto que los asegurados que se
pasaron al sistema privado dejaron de contribuir al sistema de reparto, lo que obligó al
Estado a cubrir el costo del déficit que se origina en su obligación de cubrir el pago de
casi todas las pensiones. Así también, el Estado asumió el financiamiento de las
cotizaciones pagadas en el sistema antiguo por las personas que se trasladaron a las
AFPs. Es decir, el Estado le reconoció las cotizaciones aportadas en el sistema antiguo
por los cotizantes que emigraron al sistema privado, a través de los llamados Bonos de
Reconocimiento, que el trabajador hace efectivo al momento de pensionarse o fallecer.
Estos bonos se reajustan de acuerdo a la variación del IPC y devengan un interés real del
4% anual, lo que a su vez, también se capitaliza año a año.
La administración del sistema de reparto estaba en manos de las llamadas Cajas de
Previsión, de carácter paraestatal, de las que dependía una gran diversidad de
subsistemas o regímenes previsionales. Con la Reforma Previsional, la gestión pasó al
Instituto de Normalización Previsional, INP, que funde a quienes eran los principales
5
gestores del viejo sistema: el Servicio de Seguro Social (SSS), la Caja de Previsión de
Empleados Particulares (EMPART) y la Caja Nacional de Empleados Públicos y
Periodistas (CANAEMPU).
El Servicio de Seguro Social se regulaba fundamentalmente por la Ley Nº 10.383 que
establecía un financiamiento tripartito: el trabajador un 8.8%, el empleador un 38% y
Estado un 5,8%. Actualmente, sus afiliados cotizan un 18,84% (Canales, 2006). La
EMPART se rige por la Ley Nº 10.475 y tenía un financiamiento compartido entre
empleador y empleados; sus afiliados actuales cotizan un 21,84%. La CANAEMPU se rige
por el D.F.L. Nº 1340-bis y agrupa principalmente a los empleados públicos y algunos
grupos de trabajadores independientes, como los abogados y periodistas.
Como régimen de excepción al sistema de las AFPs que no se extingue y continúa con la
filosofía del sistema de reparto, existe la previsión de las fuerzas armadas en sus tres
ramas (Ejército, Aviación y Marina) y de la policía (Carabineros e Investigaciones), los que
cuentan con su propio sistema de seguridad social: Caja de Previsión de la Defensa
Nacional (CAPREDENA) y Dirección de Previsión de Carabineros (DIPRECA), que
consisten en un régimen de reparto. Ambas instituciones aseguran a sus afiliados y a sus
cargas familiares y son instituciones descentralizadas, con personalidad jurídica y
patrimonio propio, regidas por sus propias leyes orgánicas (para las Fuerzas Armadas la
Ley Nº 18.948 y para Carabineros de Chile la Ley Nº 18.961).
El Sistema de Capitalización Individual
Este nuevo sistema fue creado por el D.L. 3.500 de 1980 que sustituyó al sistema de
reparto para la población civil, más no para los miembros de las fuerzas armadas y de
orden. El nuevo sistema de pensiones era de carácter privado y está basado en la
capitalización individual mediante una cotización obligatoria del trabajador que
corresponde a un porcentaje de la remuneración imponible equivalente al 10% de dicha
remuneración. Además de la obligatoria está la cotización adicional que se fija libremente
por cada AFP. Estos fondos individuales son gestionados por las Administradoras de
Fondos de Pensiones (AFPs), las que cobran comisiones para cubrir los costos
6
administrativos y contratar seguros de invalidez y sobrevivencia, así como obtener
utilidades. Las pensiones son financiadas por el fondo acumulado en las cuentas
individuales. Actualmente se ofrecen tres modalidades de retiro: programado, renta
vitalicia, y una combinación de ambos. Como es de esperar entonces, las pensiones
dependerán tanto de las contribuciones acumuladas en las cuentas individuales por los
trabajadores durante su vida laboral como del retorno de las inversiones que el fondo de
pensiones obtenga. También influirán las expectativas de vida y el éxito o fracaso de la
administradora.
En este caso el rol del Estado sigue siendo muy importante, puesto que, es quien
establece el marco regulador y fiscaliza tanto a las AFP como los Fondos de Pensiones a
través de la Superintendencia de AFP. Es parte de su rol también, responder, en última
instancia, por las pensiones mínimas, la rentabilidad mínima del sistema y por las
pensiones de renta vitalicia, en caso de quiebra de las compañías de seguro
responsables del pago de estas.
Este nuevo Sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) otorga pensiones
de vejez, de invalidez y de sobrevivencia. Para acceder a la pensión de vejez se requiere
haber cumplido 65 años de edad si se es hombre, y 60 años si se es mujer.
Las diferentes pensiones que ofrece el sistema son las siguientes:
1.- Renta Vitalicia Inmediata. El afiliado contrata una renta vitalicia con una Compañía de
Seguros de Vida. La AFP traspasa los fondos a esta última. El afiliado pierde la propiedad
sobre éstos. El contrato entre el afiliado y la Compañía de Seguros es irrevocable y esta
se obliga al pago de una renta mensual de un valor real constante (en UF u otro sistema
de reajustabilidad que fije la Superintendencia) hasta el fallecimiento del afiliado y a pagar
pensiones de sobrevivencia a sus beneficiarios. Pueden acceder a esta modalidad los
afiliados que contraten una renta igual o mayor al 150% de la pensión mínima de vejez y
al 70% del promedio de las remuneraciones percibidas y rentas declaradas en los últimos
diez años.
7
2.- Retiro Programado. El afiliado y fallecido éste, sus beneficiarios obtienen una pensión
con cargo al saldo que mantiene en su cuenta de capitalización individual. La anualidad
se pagará en 12 mensualidades. El saldo mínimo requerido es el capital necesario para
pagar una pensión anual equivalente al 70 % del promedio de las remuneraciones y
rentas imponibles declaradas por el afiliado en los últimos 10 años, o al 70% del ingreso
base, cuando se trate de afiliados declarados inválidos. No obstante, el saldo mínimo
requerido deberá ser mayor o igual al capital necesario para pagar al afiliado el
equivalente al 150% de una pensión mínima de vejez garantizada por el Estado. Bajo esta
modalidad, el pensionado asume personalmente el riesgo de longevidad. Si su vejez o la
de su viuda se alarga por sobre la expectativa de vida promedio, se agotaría su fondo de
pensiones y terminaría recibiendo la pensión mínima. En caso contrario, dejaría un saldo
a sus herederos.
3.- Renta Vitalicia Inmediata con Retiro Programado. Es aquella modalidad de pensión
mediante la cual el afiliado contrata con una Compañía de Seguros una Renta Vitalicia
Inmediata con una parte del saldo de la cuenta de capitalización individual, acogiéndose
con la parte restante a la modalidad de Retiro Programado. En este caso, la pensión
corresponderá a la suma de los montos percibidos por cada una de las modalidades. Sólo
podrán optar por esta modalidad aquellos afiliados que puedan obtener una renta vitalicia
inmediata que sea igual o mayor que la pensión mínima de vejez garantizada por el
Estado.
4.- Renta Temporal con Renta Vitalicia Diferida. En esta modalidad, el afiliado contrata
con una Compañía de Seguros el pago de una renta vitalicia mensual a contar de una
fecha futura pactada. Durante el período que va de la jubilación a esa fecha futura, el
afiliado recibe una renta temporal proveniente de los fondos retenidos -después de
contratada la renta vitalicia diferida- desde su cuenta de capitalización individual. La renta
vitalicia diferida no podrá ser inferior al 50% del primer pago mensual de la renta temporal,
ni tampoco superior al 100% de ese primer pago. La Renta Temporal, deberá expresarse
en una cantidad anual, en Unidades de Fomento y se pagará en 12 mensualidades.
5.- Pensión Anticipada de Vejez. Los afiliados podrán pensionarse antes de cumplir las
edades reglamentarias siempre que, acogiéndose a algunas de las modalidades de
8
pensión, puedan obtener una pensión igual o superior al setenta por ciento del promedio
de las remuneraciones imponibles percibidas y rentas declaradas, y obtener una pensión
igual o superior al ciento cincuenta por ciento de la pensión mínima vigente a la fecha en
que se acoja a pensión.
6.- Pensión Mínima de Vejez. La pensión mínima de vejez será equivalente al monto
general que rija a la fecha de vigencia de la ley que establece dicha pensión y será
reajustable. Tienen derecho a esta garantía estatal, los afiliados hombres de 65 años de
edad o más, y las mujeres de 60 años o más. Además, deben registrar 20 años, a lo
menos, de cotizaciones en cualquiera de los sistemas previsionales.
7.- Pensión de Invalidez. Tendrán derecho a la pensión de invalidez, los afiliados no
pensionados que, sin cumplir los requisitos de edad para obtener pensión de vejez, y a
consecuencia de una enfermedad o debilitamiento de sus fuerzas físicas o intelectuales,
sufran un menoscabo permanente de su capacidad de trabajo. Esta pensión puede ser de
invalidez total, para los afiliados con una pérdida de su capacidad de trabajo, de al menos,
dos tercios o, de invalidez parcial, para los afiliados con una pérdida de su capacidad de
trabajo igual o superior a cincuenta por cierto e inferior a dos tercios. Las Comisiones
Médicas establecidas por ley, entre ellas el Compin3, a deberán, ante una solicitud de
pensión de invalidez del afiliado, verificar el cumplimiento de los requisitos establecidos y
emitir un primer dictamen de invalidez total parcial a contar de la fecha que se declare la
incapacidad, o lo negará, según corresponda. La pensión se financia con el saldo de la
cuenta individual (capital acumulado más el Bono de Reconocimiento si corresponde); el
aporte adicional para contratar el seguro respectivo; el traspaso que el afiliado realice
desde su cuenta de ahorro voluntario, en el caso que desee mejorar el monto de su
pensión; y la garantía estatal, cuando la pensión fuere o llegare a ser inferior a la mínima.
3 El Compin Es la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez, comisión técnica administrativa dependiente del Ministerio de Salud, que le corresponde constatar, evaluar, declarar y certificar el estado de salud, la capacidad de trabajo, la recuperabilidad de los estados patológicos de los trabajadores y beneficiarios, con el fin de permitir la obtención de beneficios estatutarios laborales, asistenciales y o previsionales, como también pecuniarios. Las unidades que comprenden el COMPIN son: Unidad de Licencias Médicas, Unidad de Subsidios y Unidad de Pensiones.
9
8.- Pensión Mínima de Invalidez. Para obtener esta pensión el afiliado requiere ser
declarado inválido por la Comisión Médica respectiva; no tener derecho a pensión mínima
de vejez; registrar dos años de cotizaciones en cualquiera de los sistemas previsionales
durante los cinco años anteriores a la fecha en que declare la invalidez, o estar cotizando
en esa misma fecha si la invalidez se produce a consecuencia de un accidente y siempre
que éste se hubiera producido después de su afiliación al sistema, o completar 10 años
de cotizaciones en cualquier sistema previsional; acreditar la invalidez mientras se
estuviera cotizando o dentro de los 2 años contados desde la última cotización.
9.- Pensiones de Sobrevivencia. Serán beneficiarios los componentes del grupo familiar
del causante, entendiéndose por tal, el o la cónyuge sobreviviente, los hijos legítimos
naturales o adoptivos, los padres y la madre de los hijos naturales del causante. Cada
afiliado deberá acreditar ante la respectiva Administradora, la existencia de sus
eventuales beneficiarios, por los medios legales pertinentes.
10.- Pensión Mínima de Sobrevivencia. El monto de las pensiones mínimas de
sobrevivencia se determina como un porcentaje de la pensión mínima de vejez o
invalidez, según corresponda. Los beneficiarios tendrán derecho a ella si se cumplen los
siguientes requisitos: que el causante estuviere pensionado al momento de fallecer; que
tuviere a la fecha del fallecimiento un mínimo de 2 años de cotizaciones registradas en los
últimos 5 años; que estuviere cotizando en el caso de muerte por accidente; que hubiere
completado 10 años de cotizaciones efectivas en cualquier sistema previsional.
En consecuencia los actores principales en el Sistema de Capitalización Individual de
Pensiones, son las AFPs y las Compañías de Seguros.
II/ Los Principales Problemas del sistema de Capitalización Individual
El actual sistema privado de pensiones (AFPs) no constituye una respuesta adecuada
ante la necesidad de cobertura previsional de la fuerza laboral en Chile. Entre otros
problemas están su inadecuada cobertura que deja fuera a cerca de un 50% de la
población; la discriminación contra las mujeres, los trabajadores temporales o
independientes; el alto costo de administración del sistema que no solo financia costos
10
operativos sino también suculentas utilidades; y la concentración en pocas instituciones,
entre otras.
Veamos a continuación con mayor detalle los problemas que presenta y genera el sistema
de capitalización individual.
Déficit Previsional Estatal
Una de las grandes críticas que se hicieron al sistema de reparto para legitimar la
capitalización individual era su permanente déficit que afectaba el equilibrio fiscal. A más
de 25 años de implementación del sistema de las AFPs, el problema no solo no se ha
eliminado, sino más bien se ha agravado. La carga fiscal que debe soportar el Estado por
concepto de la previsión, es hoy muchísimo mayor que bajo el sistema de reparto y la
explicación es muy simple: bajo el sistema de reparto todos los ingresos estaban
orientados a solventar los costos del sistema, mientras que bajo el sistema de
capitalización individual, una cuantiosa parte de los fondos se han destinado a sostener
las utilidades de las administradoras.
Hasta el año 2005, un número cercano al millón 200 mil adultos mayores percibían alguna
pensión financiada por el Estado, incluyendo unas 750 mil pensiones no asistenciales
originadas en el sistema antiguo de reparto y aproximadamente unas 235 pensiones
asistenciales, ambas pagadas por el INP. A esto habría que sumar 65 mil pensiones
mínimas garantizadas a afiliados de las AFP y las más de 133 mil pensiones pagadas por
las cajas de las Fuerzas Armadas y Carabineros, CAPREDENA y DIPRECA
respectivamente. Las pensiones estatales cubrían hacia el año 2005 al 74% de los
adultos mayores. Si consideramos sólo a los mayores de 70 años, más del 90% percibían
una pensión pública de alguna naturaleza.
Para el año 2004, las AFPs pagaban pensiones a menos de 70 mil adultos mayores, las
que se financiaban con los fondos acumulados en las cuentas individuales. En concreto,
escasamente las AFPs se encargan de algo más que el 4% de los adultos mayores. A
esto habría que agregar el financiamiento de una quinta parte de las 65 mil pensiones
11
mínimas garantizadas, puesto que el resto. En concreto, las AFPs apenas cubren
parcialmente a unos 134 mil pensionados por vejez.
Si consideramos las pensiones otorgadas a personas que no son todavía adultos
mayores, el total de beneficiarios de la previsión estatal superaba el millón quinientos mil
personas, mientras que los beneficiarios de las AFPs apenas superaban los 475 mil.
Entonces, habiendo una cobertura total –pública y privada- por sobre el 78% de los
adultos de mayores y de más del 90% para los mayores de 70 años, esta responsabilidad
recae mayoritariamente en el Estado.
En cuanto al monto de las pensiones pagadas, en promedio el Estado pagaba al 2005
unos 147 mil pesos mensuales. Esto incluye un promedio de 360 mil pesos para las
pensiones de los empleados públicos y de sobre los 400 mil pesos para los pensionados
de las cajas de previsión de los militares y carabineros, mientras en promedio las
pensiones asistenciales están en el orden de los 41 mil pesos. Las AFPs por su parte, en
promedio aportan a las pensiones de vejez algo más que 95 mil pesos mensuales por
pensionado. El promedio de 125 mil pesos mensuales que pagan las AFPs por pensiones
de vejez se alcanza con un aporte fiscal para garantizar la pensión mínima.
Esto implica que el gasto público en pensiones alcanzaba al 2005 unos 5.600 millones de
dólares aproximadamente. El desglose de este monto es el siguiente:
INP: Pensiones no asistenciales del sistema antiguo: 45,8%
INP: Pensiones asistenciales: 6,1%
Bonos de reconocimiento 22,3%
Garantías estatales de pensión mínima 1,5%
Fuerzas Armadas y Carabineros (CAPREDENA y DIPRECA) 24,3%
Fuente: Riesco, Cenda
Según Cenda, el gasto público en pensiones equivale aproximadamente al 6% del PIB, es
decir un tercio del presupuesto público total y más del 40% del gasto público social. Este
elevado nivel de gasto público destinado a la previsión se ha mantenido por casi un cuarto
de siglo. Contrariamente a lo esperado, con anterioridad a la creación del sistema privado
12
(AFPs), el sistema de reparto dejaba un superávit, es decir, las contribuciones a la
seguridad social eran mayores al gasto en pensiones4.
Daño Previsional a los Ex Cotizantes del Sistema de Reparto
Una de las grandes críticas que se han hecho al sistema de las AFPs dice relación con el
daño previsional que afecta a las personas que pertenecían al sistema antiguo y se
cambiaron al sistema de capitalización individual. A éstos, en el momento de realizar el
cambio al nuevo sistema, se les emitió un bono de reconocimiento quedando
imposibilitados de volver al antiguo sistema. Los afectados son en total un millón 472 mil
personas. A todas ellas se les prometió mejores pensiones, lo que no se ha cumplido ni en
menor medida. En una abrumadora mayoría de casos, las personas en edad de jubilar,
hoy en día, tendrán pensiones inferiores a la mitad de las que obtendrían si hubiesen
permanecido en el sistema antiguo.
Las explicaciones son muy simples. Para ello hay que considerar que en el nuevo sistema
la jubilación depende del fondo acumulado en la cuenta individual de cada trabajador, el
que está fuertemente influenciado por las cotizaciones de los primeros años que son las
que más acumulan intereses a lo largo de los años. Ahora bien, este fondo fue
severamente afectado: primero, por la brutal caída de salarios –aproximadamente a la
mitad-que operó durante los primeros años de la dictadura militar; segundo por la situación
deprimida de los salarios en la década de los ochenta y la alta cesantía de la época;
tercero, porque el bono de reconocimiento se calculó en base a las remuneraciones de
aquella época. Por consiguiente, el bono de reconocimiento y todas las cotizaciones de
estos primeros años fueron muy bajos, lo que necesariamente se ha traducido en una baja
capacidad de acumulación y rentabilización de las cuentas individuales. En el caso de los
empleados públicos, la situación descrita es mucho más grave. Primero, porque sus
remuneraciones se redujeron a más o menos la tercera parte después de 1973 y, segundo,
porque el Estado les calculó el bono de reconocimiento por sólo una porción de sus
4 Es impensable que un sistema de reparto en Chile –basado en que la población activa que trabaja financia a la población pasiva no productiva- pudiese producir un déficit del sistema mayor al que genera el sistema de capitalización individual. Lo anterior porque mientras los adultos mayores representan el 10% de la población, los menores de 15 años llegan al 25% y su tasa de crecimiento (2,6%) supera a la población total. Esto permite al país tener una tasa de dependencia (población pasiva/población activa) en retroceso, por lo que la población activa es cada vez más capaz de financiar a los pasivos (fuente: Cenda).
13
cotizaciones acumuladas y les cotizó en el nuevo sistema -durante la década del ochenta-
por sólo una parte de sus salarios, lo que hace que en muchos casos sus pensiones hoy
sean un tercio de lo que serían bajo el sistema de reparto.
Alta Ineficiencia del Sistema de Capitalización Individual
Una de las principales implicancias de una industria eficiente es el costo de producción.
De hecho mientras más eficiente es una industria, más bajos son sus costos de
producción. Estos costos son el indicador más evidente del grado de eficiencia de una
industria. Este criterio básico, de texto introductorio en las escuelas de economía, las
AFPs no lo cumplen ni en medida menor, ya que representan un costo altísimo para sus
afiliados. Las comisiones netas cobradas a sus cotizantes en el 2004 llegaban a cerca de
los 200 mil millones de pesos, a lo que habría que añadir los 135 mil millones cobrados
para destinarlos al seguro de invalidez y sobrevivencia que las AFP contratan con
compañías de seguros, en muchos de los casos relacionadas con las AFPs. A estos
gastos habría que sumar más de 800 millones en remuneraciones –en el 2004- a los
directores de las AFPs y sobre 30 mil millones en comercialización.
Por su parte, el INP que administra el grueso de las pensiones públicas y tiene a su cargo
el 80% de quienes se acogen al sistema público de salud (Fonasa), para el mismo año
2004 tenía costos de operación de algo más que unos 57 mil millones de pesos. Es decir,
aproximadamente un 25% de los costos de operación de las AFPs, las que apenas
atienden actualmente a poco más del 4% de los adultos mayores
A lo anterior debemos agregar el que las AFPs son una industria altamente concentrada
con sólo seis empresas, la mayor de las cuales administra los fondos de más de un 40%
de los afiliado, y las tres más grandes cubren más del 80% de los afiliados. Una parte
importante de los fondos de pensiones están invertidos en el exterior y en algunos fondos
cerca del 80% están invertidos en acciones de bolsa lo que representa un alto riesgo para
los afiliados.
14
Por otra parte, en el 2004 las utilidades netas después de descontar los gastos señalados
llegaban a sobre los 110 mil millones de pesos, con una rentabilidad promedio sobre sus
activos del 50% anual en el período 1998 a 2003 (Riesco, Cenda).
Claramente, esta industria está lejos de ser una de las más eficientes de la economía
chilena.
Baja Cobertura
A diciembre del 2004 habían algo más de siete millones de personas inscritas en las AFPs,
de las cuales solo un 43% -unos 3 millones- tenían sus cotizaciones al día. Solamente un
10% aproximadamente de los afiliados es capaz de cotizar los doce meses del año. De allí
que la denominada Densidad5del sistema es muy baja: en promedio los afiliados cotizan
4,96 meses por año (Hormazabal, INAP); y dado que cerca de la mitad son mayores de 35
años, el ritmo de cotizaciones hace imposible lograr el mínimo de 240 cotizaciones -al
cumplir la edad de jubilar- para acceder a la pensión mínima estatal.
Por tanto, en las actuales condiciones, más del 50% de los trabajadores afiliados al nuevo
sistema –unos 3,5 millones de personas- no tienen cobertura para enfrentar su vejez por
parte del sistema de AFPs.
Baja Rentabilidad de los Fondos
Otra preocupante falencia del sistema, es la baja rentabilidad que ofrece a sus afiliados por
los fondos depositados en el sistema, lo cual esconden con propaganda confusa y
orientada más a desinformar que a entregar datos correctos a quienes deben tomar las
decisiones apropiadas, más aún cuando nos referimos a un tema tan álgido como son las
pensiones de vejez e invalidez.
5 La Densidad se refiere al número de cotizaciones por año promedio, es decir, se refiere a las lagunas previsionales o períodos sin aporte.
15
Según el Índice Corregido de Rentabilidad de los Ahorros Previsionales en el Sistema
Chileno de AFP, calculado por Cenda6, la verdadera rentabilidad de estos fondos es
bastante menor a la rentabilidad promedio del fondo de pensiones. En efecto, si en el
período que va entre 1981 y diciembre del 2000, la rentabilidad promedio del fondo de
pensiones alcanzaba a 10,93% anual, el Índice Cenda llegaba para el mismo período a
5,96% promedio anual.
La rentabilidad promedio de los fondos es una variable equívoca para dar cuenta del
rendimiento de dichos fondos, puesto que, en primer lugar, no toma en cuenta las
disminuciones de los fondos y, en segundo lugar, lo que importa es tener una idea del
rendimiento implícito de los fondos invertidos para posteriormente realizar una evaluación
con otras alternativas de inversión. Es por ello que resulta más apropiado utilizar la TIR
antes que la rentabilidad promedio.
Es interesante consignar que, según los cálculos de Cenda, en el período 1995-2000, la
Tasa Interna de Retorno de los ahorros previsionales que administran las AFPs (el Índice
Cenda), fue de 2,91%, es decir, mucho menor a la rentabilidad promedio que para ese
mismo período ofrecían las modestas cuentas de ahorro del Banco del estado que poseen
casi todos los chilenos y que ofrecía un 4% de interés anual real. Es decir, habría sido
más rentable para los trabajadores chilenos y para el Estado, no crear ningún sistema
nuevo de pensiones, sino facilitar el depósito de los ahorros previsionales en la tradicional
e histórica cuenta de ahorro del Banco del Estado.
III/ Situación Histórica del Sistema7
Como se sabe el sistema privado de pensiones es proporcionado por las AFPs y las
Compañías de Seguros vinculadas al negocio de la previsión8.
6 El Índice Cenda se calcula como la Tasa Interna de Retorno (TIR) de los flujos netos mensuales –aumentos menos disminuciones- del fondo de pensiones (Riesco, Cenda). 7 En este capítulo se utiliza fundamentalmente el trabajo de Cenda “Resultados para sus Afiliados de las AFP y Compañías de Seguros Relacionadas con la Previsión 1982-2006” de Marzo del 2007. 8 Las AFPs recaudan las cotizaciones, administran las inversiones y pagan pensiones y beneficios. Así también, contratan con las Compañías de Seguros, los seguros de invalidez y sobrevivencia de sus afiliados. Por lo tanto, la mayor parte de los beneficios otorgados por el sistema previsional privado son en realidad contratados con las compañías de seguro. De allí que para conocer el verdadero costo del sistema para los afiliados, hay que agregar las primas y comisiones cobradas por las aseguradoras a los cobros de las AFPs.
16
Acumulación de Excedentes por el sistema previsional privado
• Más del 70% de los beneficios del sistema previsional privado corresponden a
pensiones anticipadas y otras pagadas por las compañías de seguros vinculadas al
negocio previsional.
• Desde la privatización del sistema de pensiones en 1981, las compañías de seguros
han acumulado más de 5,3 billones de pesos (millones de millones de pesos de
diciembre 2006) como apropiación de capital con los recursos de los afiliados9, es
decir cerca de un 20% del total de las cotizaciones obligatorias durante el período
1982-2006. Si se agregan las comisiones cobradas por las AFP por sus servicios,
ambas industrias en conjunto se han apropiado 9,3 billones de pesos, lo que equivale
a un 33,6% de las cotizaciones obligatorias aportadas por los afiliados entre 1982 y
2006.
• Entre 1982 y el 2006 los afiliados y el fisco han aportado a las AFP un total de 36.8
billones de pesos, cifra que equivale a un 80% del fondo de pensiones a diciembre del
2006. Los aportes de los afiliados incluyen 27,8 billones en cotizaciones obligatorias y
2,1 billones en otros aportes netos. Estos últimos consideran los depósitos menos
retiros de ahorro voluntario, adicional, convenido, indemnización y otros.
Adicionalmente, el fisco ha aportado 5,7 billones de pesos en bonos de
reconocimiento y 0,4 billones en subsidios de pensiones mínimas, es decir, un total de
más de 6,1 billones de pesos.
• En el mismo período, los beneficios percibidos por los afiliados totalizan 9,8 billones
de pesos, los que incluyen 4,4 billones en beneficios pagados por las AFP y 5,4
billones pagados por las cías. de seguros. Los primeros incluyen 2,7 billones en
pensiones en modalidades de retiros programados y temporales, principalmente.
Incluye adicionalmente 1,7 billones, en otros beneficios pagados por las AFP, entre
9 Cuando los afiliados contratan rentas vitalicias, deben traspasar el total o la mayor parte de sus fondos de pensiones a las aseguradoras, por lo que, al seleccionar una renta vitalicia, el afiliado deja de tener la propiedad sobre sus fondos.
17
los cuales se consideran las herencias, cuotas mortuorias y libre disposición y otras.
Los segundos incluyen las pensiones vitalicias y aquellas en modalidad cubiertas por
el seguro.
• La revalorización bruta de los fondos depositados en las AFPs al 31 diciembre del
2006 llegaba a 28,4 billones de pesos. Esto corresponde a las ganancias del fondo de
pensiones en intereses, dividendos, ganancias en precios de acciones e instrumentos
financieros, es decir, todo lo que se han revalorizado los fondos desde la creación del
sistema de AFPs.
• En consecuencia, los excedentes obtenidos por las AFPs y las Compañías de
Seguros (9,3 billones de pesos) representan más de un 33% de las revalorización
bruta de los fondos. Es decir, más de un tercio de la rentabilidad de los fondos de
pensión fue apropiado como ganancia de las AFPs y aseguradoras.
Pensiones Pagadas por el Sistema de Capitalización Individual
� En diciembre del 2006, el sistema previsional privado pagaba algo más de 600 mil
beneficios por diferentes conceptos (cuadro 1). De estos, las pensiones de vejez sólo
llegaban a 163 mil aproximadamente, es decir, un 27% de los beneficios totales,
mientras que las pensiones anticipadas llegaban al 38,5%.
� Las pensiones anticipadas representaron el 51% del monto de las pensiones pagadas
en el 2006. Por lo tanto, más de la mitad de los beneficios pagados por el sistema
privado son pensiones anticipadas, mientras que sólo una cuarta parte corresponde a
pensiones de vejez. El resto son pensiones de viudez, invalidez y orfandad (cuadro 1).
18
Cuadro Nº1
Tipo de beneficio
Número
(diciembre 2006)
Monto
promedio, 2006 ($ dic 06/mes)
Monto Anual,
2006 (millones $ dic 06)
Monto acumulado
1982-06 (millones $ 2006)
Vejez Edad 163,223 141,239 $ 257,623 $ 1,940,954 $
Vejez anticipada 233,384 193,048 $ 534,509 $ 3,998,418 $
Invalidez total 41,094 170,816 $ 79,516 $ 869,736 $
Invalidez parcial 6,405 131,508 $ 9,283 $ 57,126 $
Viudez 99,886 113,685 $ 128,345 $ 956,236 $
Orfandad 51,903 37,192 $ 22,390 $ 306,450 $
Otras 10,447 55,072 $ 6,442 $ 47,384 $
Total 606,342 148,152 $ 1,038,109 $ 8,176,304 $
Fuente: CENDA en base a SAFP.
Beneficios pagados por el sistema previsional privado
� El sistema público, mientras tanto, pagaba en diciembre del 2004 un millón doscientas
mil pensiones a los adultos mayores y el total de pensiones y beneficios públicos
ascendía a más de un millón quinientas mil personas.
� La mayor parte de los beneficios corresponde a rentas vitalicias. Dicha modalidad
representa el 58% del monto acumulado desde 1982 al 2006. Las pensiones vitalicias
no son pagadas por las AFPs, sino por las aseguradoras. Si se agregan las otras
pensiones cubiertas por el seguro, se concluye que estas últimas empresas
representan el 66% del monto total pagado entre 1982 y 2006 (cuadro 2).
� Las AFP pagan las pensiones en retiro programado y rentas temporales, las que en
conjunto llegaban al 33% de los pagos acumulados entre 1982 y el 2006. En resumen,
a lo largo de toda la existencia del sistema privado de pensiones, las compañías de
seguros han pagado dos tercios de los beneficios y las AFPs solo un tercio. Es decir,
grosso modo las aseguradoras pagan los beneficios y las AFPs hacen el negocio de
las inversiones y de la recaudación de cotizaciones. Ambas, eso sí, cobran enormes
comisiones por estos “servicios,” y en conjunto han capturado más de una tercera
parte de las cotizaciones obligatorias de los afiliados al sistema.
19
Cuadro 2
Modalidades NúmeroMonto promedio ($ dic 06/mes)
Monto Anual, 2006 (millones
$ dic 06)
Monto
acumulado, 1982-2006
(millones $ dic
06)Retiros programados 232,398 $98,901 $257,347 $2,283,833
Rentas vitalicias 351,107 $174,778 $715,318 $4,774,047
Rentas temporales 6,818 $481,468 $39,186 $473,298
Cubiertas por el seguro 16,019 $139,772 $26,503 $644,981
sub total 606,342 $148,220 $1,038,354 $8,176,159
ajuste cuadros - ($67) ($245) $145
Total 606,342 $148,152 $1,038,109 $8,176,304
Fuente. CENDA en base a SAFP.
Beneficios pagados por el sistema previsional privado
IV/ Análisis de la Reforma Previsional en Curso
Como se sabe, con fecha 15 de diciembre del 2006, la Presidenta Bachelet despachó a la
Cámara de Diputados el proyecto de ley que perfecciona el sistema de pensiones privado
que opera actualmente en Chile. Posteriormente, con fecha 29 de agosto del 2007, el
proyecto fue despachado por la Cámara de Diputados hacia el Senado para continuar su
trámite legislativo.
En síntesis el proyecto realiza las siguientes modificaciones al sistema:
1.- Crea un Sistema de Pensiones Solidarias que cubrirá a quienes no puedan ahorrar lo
suficiente para financiar una pensión digna. La Pensión Básica Solidaria (PBS)
comenzará a regir el 1 de julio del 2008, con un valor de 60 mil pesos y, a parir del
primero de julio del 2009, alcanzará su valor de régimen de 75 mil pesos. El sector
proporcionalmente más beneficiado del Sistema de Pensiones Solidarias serán las
mujeres, ya que se estima que más de un 60% de las pensiones básicas solidarias serán
percibidas por ellas.
20
Por otra parte, se elimina el requisito de 240 meses de cotizaciones para acceder a la
pensión mínima garantizada por el Estado. Esta pensión será reemplazada por la PBS
que no exigirá dicho requisito.
Para los que hayan logrado algún nivel de cotizaciones, existirá un Aporte Previsional
Solidario que permitirá obtener una pensión de a lo menos 60 mil pesos en el 2008 y de
75 mil en el 2009. Este aporte se irá incrementando gradualmente de modo que al 2012
complementará las pensiones de hasta 200 mil pesos. En los primeros años, las
pensiones solidarias se concentrarán en los pensionados de menores ingresos, para ir
gradualmente alcanzando a las personas que integren un grupo familiar perteneciente al
60% más pobre de la población. En el 2010 se espera llegar a 800 mil beneficiarios por el
Sistema de Pensiones Solidarias y para el 2020 a más de 1,5 millones de personas.
Cometarios a la modificación número 1:
La reforma se hace cargo del hecho que más del 50% de los trabajadores chilenos no se
encuentran cubiertos por el sistema de pensiones pues no alcanzarán a cubrir el mínimo
necesario de fondos y de cotizaciones para obtener una pensión mínima garantizada por
el Estado. Esta reforma es, en cierta manera, un reconocimiento explícito del fracaso
experimentado por el sistema privado como mecanismo para resolver el problema de la
seguridad social y particularmente de las pensiones de vejez.
Por otra parte, independientemente de reconocerse dicho fracaso, llama profundamente la
atención que se continúe legitimando el sistema privado de pensiones, manteniendo el
sistema intacto sin incrementar las regulaciones y/o restricciones sobre éste. Peor aún,
incrementando sus recursos disponibles al incorporar obligatoriamente a los
independientes como veremos más adelante. Esto independientemente de la gigantesca
punción que ha implicado el sistema privado sobre los recursos provisionales a lo largo de
sus 25 años de operación, la que ha llegado a ser un tercio de los fondos depositados por
los afiliados: mientras el total depositado obligatoriamente por los trabajadores en las
cuentas de capitalización individual llegaron a 27,8 billones de pesos en el período 1982-
2006, los recursos capturados por las AFPs y aseguradoras llegaron a 9,3 billones en el
mismo período.
21
Así también, no deja de sorprender el hecho de que siendo Chile un país exageradamente
pulcro en materia de salud fiscal y ordenamiento de los gastos públicos, se tolere un
sistema privado de pensiones que, no habiendo resuelto ni en medida menor el problema
de las pensiones de seguridad social y provocando por ello un enorme requerimiento por
parte del Estado (6% del Producto Interno Bruto) para cubrir el déficit previsional que se
ha producido en los últimos 25 años, continúe soportando un sistema que le obligará a
seguir asumiendo gastos por concepto de pensiones, haciéndose cargo –a partir de la
presente reforma- de más del tres millones y medio de trabajadores que no está cubierto
por el sistema y que, ahora, con el Sistema de Pensiones Solidarias deberá atender en
plenitud. Al mismo tiempo que las AFPs y compañías de seguros vinculadas al negocio
provisional, continuarán con su mecanismo de acumulación y concentración exagerada de
riqueza.
Finalmente, la Pensión Básica Solidaria de 75 mil pesos a la que se quiere llegar a
mediados del 2009 después de un largo recorrido, es por decir lo menos, muy poco
solidaria. Hoy esa cifra es absolutamente insuficiente para resolver las necesidades de
un adulto mayor y resulta irritante y grosero que, al mismo tiempo que ofrece pensiones
absurdamente bajas y financiadas con los impuestos de todos los chilenos, la presente
reforma permita a las AFPs y aseguradoras seguir obteniendo utilidades por sobre el 30%
de los fondos depositados por los trabajadores.
2.- Otorga una bonificación por cada hijo nacido vivo, a toda pensionada por AFP –con o
sin aporte solidario- y a toda mujer que reciba una Pensión Básica Solidaria. Esta
bonificación corresponderá a 12 cotizaciones provisionales por un salario mínimo, es
decir, un 10% de 12 salarios mínimos. Este bono comenzará a ganar un interés del 4% a
partir de la entrada en vigencia de la ley. O sea, la rentabilidad del bono será equivalente
a la rentabilidad real anual promedio de todos los fondos tipo C de las AFPs, descontado
el costo de comisiones.
Adicionalmente a esta consideración de género que implica la reforma, se espera
aumentar las contribuciones a las cuentas de capitalización individual de las mujeres
como resultado que con la reforma, se separaría la licitación del Seguro de Invalidez
22
respecto del Seguro de Sobrevivencia. La mayor expectativa de vida de las mujeres
implicaría menores riesgos para las compañías de seguro y, en consecuencia, menores
primas para ellas. La diferencia entre la prima cobrada a los hombres versus la que
deberían pagar las mujeres, se integraría a las cuentas de capitalización de las mujeres.
Finalmente, se propone incluir a los cónyuges de las mujeres como beneficiarios de las
pensiones de sobreviviencia y, en caso de divorcio o nulidad, se debería producir una
compensación entre cónyuges, autorizándose el traspaso de fondos, pero no más allá del
50% de los fondos del cónyuge que deba compensar.
Cometarios a la modificación número 2:
Ciertamente estas modificaciones van en la dirección correcta, puesto que apuntan a
eliminar discriminaciones de género que afectan tanto a las mujeres como a los hombres,
aunque mucho más a las primeras.
No obstante y aunque parezca una majadería, habría que señalar lo reducido del bono
que se pagará a las mujeres por cada hijo nacido vivo. Esta bonificación con suerte
llegaría a los 180 mil pesos por una sola vez, lo que reajustado al 4% anual llegaría
apenas a unos 860 mil pesos en 40 años, o sea, prácticamente despreciable. Lo peor es
que, así y todo, este bono deberá pagar las respectivas comisiones que cobran las AFPs.
Una vez más, la reforma que con ésta medida intenta corregir uno de los errores del
sistema –las discriminaciones de género-, en nada apunta a eliminar el más grave
problema del sistema: la acumulación exacerbada de las AFPs y de las aseguradoras a
través del sistema de cobro de comisiones por la administración de los fondos.
3.- Se implantará en forma gradual la afiliación obligatoria al sistema de pensiones de
todos los trabajadores independientes que hoy no están sometidos al sistema de
cotizaciones obligatorias. Esto implicará eliminar la distinción entre trabajadores
dependientes e independientes. Se busca aumentar la cobertura previsional de los
trabajadores independientes. En la actualidad entre un 3,5% y un 5% de estos
trabajadores participa activamente del Sistema de Capitalización Individual.
23
Cometarios a la modificación número 3:
La fundamentación legitimadora de esta modificación -que en parte es correcta- apunta a
posibilitar el acceso de los llamados trabajadores independientes a los beneficios del
sistema provisional, mediante la homologación de derechos y obligaciones con respecto a
trabajadores dependientes, lo que incluiría el derecho a acceder a los beneficios del
Sistema de Pensiones Solidarias, tanto a la Pensión Básica Solidaria como al Aporte
Previsional Solidario, así como a los seguros de invalidez y sobrevivencia, al igual que
acceden los trabajadores dependientes.
Independientemente de lo anterior que es parcialmente correcto, es imposible no
desprender de esta medida una clara orientación tendiente a favorecer el negocio de las
AFPs. En primer lugar, constituye un incremento del mercado cautivo constituido por
cerca de un millón setecientas mil personas10 que son los trabajadores llamados
independientes. El bajo nivel de participación de éstos en las AFPs que como ya dijimos
es entre un 3,5% a un 5%, hace que la imposición de la obligatoriedad de imponer en el
sistema de capitalización individual sea mucho más un gran negocio para las AFPs que
para los propios trabajadores independientes.
Muy probablemente y dada la enorme desigualdad que está instalada en el país, estos
trabajadores independientes tienen ingresos bastante reducidos. Es muchos casos se
trata de personas que no tienen contrato de trabajo y emiten boletas de honorarios,
ejerciendo actividades esporádicas y con horarios de trabajo excesivos. A junio del
presente año, los trabajadores independientes que cotizaban en las AFPs tenían una
renta imponible promedio del orden de los 290 mil pesos, la que por más que supere el
promedio de ingresos de los trabajadores, no constituye una renta holgada que permita
satisfacer adecuadamente las necesidades de las personas y sus familias, por lo que una
gran cantidad de éstos tendrá como gran beneficio de esta reforma acceder a la Pensión
Básica Solidaria, mientras las AFPs se anexan cual ejercito invasor una porción
importante del mercado laboral: 27% de todos los trabajadores.
10 De acuerdo al instituto nacional de estadísticas los trabajadores independientes representan aproximadamente un 27% de la fuerza laboral del país, es decir, 1.698.791 personas.
24
Por otra parte, constituirá una reducción del ingreso disponible de este grupo de
trabajadores que esperaban la declaración anual de impuestos para obtener una
devolución que para muchos no es despreciable, la que, a contar de la vigencia plena de
la obligatoriedad de cotizar en el sistema de capitalización individual, será retenida y
depositada en la AFP respectiva. Muchos incluso quedarán endeudados complicando
aún más las condiciones de vida de este grupo de trabajadores que son de suyo ya muy
complicadas, mientras las AFPs algo sacarán de bueno en todo esto. Y todo esto por una
pensión básica penosamente escuálida y precaria.
4.- Crea un subsidio a las cotizaciones de los jóvenes. Éste se otorgará a las primeras 24
cotizaciones de los trabajadores entre 18 y 35 años que perciban ingresos inferiores a 1,5
veces el salario mínimo. Estará constituido por dos tipos de aportes: Un subsidio a la
contratación que recibirán los empleadores, equivalente a un 50% de la cotización de un
salario mínimo y un aporte directo a la cuenta de capitalización individual que recibirán las
AFPs por el mismo monto. El Gobierno estima que para el 2009 existirán en torno a 300
mil beneficiarios de los nuevos subsidios a trabajadores jóvenes.
Cometarios a la modificación número 4:
Una vez más podríamos sostener que estas medidas van en la dirección correcta, en el
sentido que apuntan, como bien dice la fundamentación de la medida, a fomentar el
empleo juvenil mediante el otorgamiento de incentivos a los empresarios para contratar a
los jóvenes. Así también le muestra un incentivo a los jóvenes para formalizar sus
relaciones laborales y demandar contratos de trabajo y no a honorarios.
Sin embargo, lo primero una vez más, el impacto de dicho subsidio sobre la pensión es
francamente pobre. El mismo gobierno hace los cálculos y nos habla de que para un
joven con contrato de trabajo, el aumento estimado de la pensión podría alcanzar ocho mil
690 pesos mensuales y, para un joven que, como fruto de la implementación de esta
medida, formalice su contrato de trabajo, el aumento llegaría a 26 mil pesos
aproximadamente. Francamente montos irrisorios que no pueden presentarse como un
logro en materia de justicia social.
25
Por otra parte, el incentivo que se pagará a los empleadores no es realmente significativo.
Es francamente difícil imaginar que la mitad de la cotización de un salario mínimo por 24
meses (unos 180 mil pesos por dos años aproximadamente) constituya un incentivo a la
contratación de jóvenes. El problema de las empresas y particularmente de las pequeñas
empresas es de mercado, o sea, no tienen ventas y por mucho que reciban subsidios, no
van a resolver su problema de mercados débiles y poco dinámicos. Ciertamente no
podemos esperar que la reforma propuesta resuelva el problema de las ventas, pero
tampoco nos podemos engañar que va a ser un incentivo real para crear empleo juvenil.
También es posible pensar que este subsidio puede convertirse en un incentivo perverso
para obtener regularmente este subsidio, procediendo las empresas a contratar jóvenes y
a despedirlos una vez pasado los 24 meses, para luego contratar otros jóvenes. De esa
manera el empresario estaría regularmente obteniendo el subsidio pero el impacto sobre
el desempleo juvenil sería muy menor, pues el mecanismo consistiría en cambiar un
ocupado por un desocupado, es decir, envío uno al desempleo y saco a otro de esa
situación. El resultado: cero impacto sobre la desocupación juvenil, pero con no pocos
costos para los fondos públicos.
Finalmente, es importante preguntarse sobre el financiamiento, los beneficiados reales y
la verdadera eficacia de un mecanismo como este. En primer lugar, es un subsidio
pequeño que por su monto no constituye un incentivo real para crear empleo, puesto que
para ello tendría que sustituir al rol de las ventas y eso es totalmente absurdo. Por otra
parte, el aporte a la pensión es menor y casi absurda. Entonces, los únicos realmente
beneficiados serían los empresarios que lo utilizaran como mecanismo de financiamiento
extra, procediendo a contratar y despedir trabajadores jóvenes. Por otra parte, las AFPs
recibirían fondos extras que si bien para cada joven son poca cosa, no lo es para seis
AFPs que recibirían estos fondos masivamente. Lo más grave es que todo esto correría
por cuenta del Estado y, a su vez, por cuenta de quienes financian al Estado, es decir, su
gente, su pueblo, que mediante el pago del IVA constituye el pilar del financiamiento de la
actividad estatal.
Ciertamente, esta medida es bastante mediocre desde la perspectiva de proveer mayor
bienestar o un mejoramiento cualitativo de los afiliados al sistema privado de pensiones.
26
5.- Establece la licitación de los nuevos afiliados, modifica el Seguro de Invalidez y
Sobreviviencia (SIS) y elimina las comisiones fijas por cotización, retiros y por
transferencia de saldo que reducen los ahorros previsionales. Adicionalmente, se autoriza
la creación de AFPs como filiales de los bancos y de compañías de seguros. Como era
de esperar, en ambos casos, se introducen restricciones para evitar conflictos de interés y
ventas relacionadas, prohibiéndose compartir directores entre las AFP y otras entidades
del ámbito financiero. La filosofía orientadora de estas medidas apunta a mejorar la
competencia y reducir los costos en el sistema de capitalización individual.
La licitación de los nuevos afiliados busca crear un mecanismo mediante el cual los
nuevos trabajadores serían asignados, por hasta 18 meses, a la AFPs que ofrezca la
menor comisión en la licitación. La modificación del Seguro de Invalidez y Sobrevivencia
(SIS) pretende una licitación del SIS para todos los afiliados en su conjunto y no
individualmente para -de esta manera- obtener precios más competitivos y evitar la
discriminación en contra de los afiliados con mayor probabilidad de fallecimiento.
Cometarios a la modificación número 5:
Estas modificaciones son probablemente una de las más importantes y más
controvertidas, sobre todo porque abre la posibilidad a que los bancos entren en este
lucrativo negocio de los fondos de pensión. La licitación de los nuevos afiliados tiene una
doble lectura. Efectivamente debería inducir a las AFPs a ofrecer menores comisiones,
pero, esto podría simplemente ser un mecanismo para captar nuevos afiliados. Pasados
los 18 meses, las administradoras no están impedidas de subir las comisiones y acá no
debemos olvidar que lo importante es que este eventual período de bajas comisiones
sería una porción menor de los 30 a 40 años de trabajo. La licitación del SIS para todos
los afiliados en su conjunto y no individualmente, aunque es una medida correcta, es
difícil imaginar que modifique sustantivamente los costos para el afiliado, cuando estamos
en presencia de un mercado –el financiero- muy poco competitivo y altamente
relacionado, en donde los fondos que administran las AFPs –conocidas en el mercado
financiero como los inversionistas institucionales- son gravitantes y de hecho las AFPs
tienen una gran influencia en el directorio de otras sociedades anónimas. Difícilmente,
27
esta medida será significativa en términos del mejoramiento en las pensiones de los
afiliados.
La eliminación de las comisiones fijas cobradas por las AFPs sobre las cotizaciones, una
vez más, corresponde a una modificación correcta, pero, tal cual se desprende del estudio
de Cenda (marzo, 2007), las comisiones de administración de las AFPs se componen de
comisiones porcentuales –proporcionales a las remuneraciones de los cotizantes que se
descuentan de la cotización- y de comisiones fijas que se descuentan del fondo de
pensiones. Pues bien, como lo demuestra ese estudio de Cenda, las comisiones
porcentuales, en el período 1982-2006, representaron el 90% de todas las comisiones
cobradas y, curiosamente, la reforma deja intacto este mecanismo de acumulación que es
la base sustantiva y masiva de la obtención de utilidades de las AFPs. La pérdida para
las AFPs de las comisiones fijas será, por cierto, más que compensada con los subsidios
a los trabajadores jóvenes, los bonos por cada hijo nacido vivo y, evidentemente, los casi
dos millones de trabajadores independientes que deberán cotizar obligatoriamente.
Además y como veremos más adelante, el aumento del límite de inversión en el exterior al
80% también constituye un mecanismo que permitirá más que compensar la eliminación
de las comisiones fijas.
Finalmente, la incorporación de la banca en el negocio no es sino el resultado de la
tremenda importancia que tienen los bancos en los puestos de comando y control de la
sociedad chilena. Como se ha visto, sólo las ganancias de las AFPs han llegado a cerca
de 4 billones de pesos en 25 años, las que representan una fuente crítica para el proceso
de acumulación de capital y de influencia en la economía chilena y en el mercado
financiero. Las AFPs administran un capital de más de 100 mil millones de dólares. Para
tener una idea de la envergadura de esta cifra téngase presente que Bill Gates –el primer
o segundo hombre más rico del mundo según Forbes- tiene un capital de
aproximadamente la mitad del que manejan a su entero arbitrio las AFPs en Chile.
La incorporación de la banca no implicará de ninguna manera mayor competencia, puesto
que, como ya lo hemos dicho, el mercado financiero está altamente relacionado y,
además, la banca es también un mercado altamente oligopólico, es decir, casi
monopólico. De hecho, según la Fiscalía Nacional Económica, el grado de concentración
28
de la banca es uno de los principales problemas de Chile, con un sistema dominado por el
grupo español Santander, el Banco de Chile, el BCI y el BancoEstado (El Mercurio, enero
2007)11. La incorporación de la banca difícilmente reducirá los costos para los afilados,
puesto que esta medida consiste en ampliar el negocio a un mercado altamente
concentrado y solamente implicará una repartición –según el poder real que sean capaz
de ejercer las AFPs y la Banca- del botín que representan las ganancias que obtiene el
capital por administrar los fondos de pensión.
En consecuencia, no existe ningún antecedente que permita albergar la idea de que la
reforma a la ley de bancos, que permitiría a los bancos entrar en el negocio de las AFPs
con sociedades filiales, contribuya a mejorar la competitividad del mercado de pensiones,
muy por el contrario, esta modificación incrementará los grados de concentración y
tendencias monopólicas que hoy exhibe la economía chilena. Como ya se ha dicho, los
cuatro principales bancos (Chile, Santander, BCI y BancoEstado) controlan casi el 70% de
las colocaciones. Excluyendo al BancoEstado, para el 2006 la concentración de las
colocaciones bancarias llegaba al 52%. Sin embargo, en el ámbito de las utilidades la
concentración aún es mucho mayor, puesto que estos tres bancos privados (Chile, BCI y
Santander) capturaban el 67% de todas las utilidades de la banca.
Dado que las AFPs administran un patrimonio de 100 mil millones de dólares, invierten
cerca de un 34% del PIB en acciones y un 30% en instrumentos de Renta Fija y teniendo
presente, además, que las AFPs –en tanto inversionistas institucionales- son agentes
determinantes del mercado accionario en Chile, una eventual absorción del mercado
previsional por parte de la banca, haría de estos bancos un súper poder económico, dado
que los tres bancos privados más importantes (Chile, BCI y Santander) se convertirían en
actores gravitantes superiores al propio Estado, en ámbitos tan importantes como el
crédito, los seguros, las pensiones y la propiedad accionaria. Si hoy la banca ya
11 La concentración bancaria es un proceso continuo en la economía chilena. Este proceso se verifica gracias al proceso de fusiones. Ya se han verificado la absorción del Banco Santiago por el Santander; del Edwards por el Chile, y recientemente, la unión del Citibank con el Banco de Chile, controlado por el grupo Luksic. Tras esta operación, el Banco de Chile pasaría de controlar el 18% de las colocaciones (créditos) a un 20%. El Santander tiene un 22%. Tras la fusión, estos dos bancos concentrarán el 42% del mercado. Los cuatro principales bancos -Santander, Chile, BancoEstado y el BCI- tienen casi el 70% del mercado financiero.
29
constituye un poder desequilibrante en el ámbito financiero, lo sería aún más, sí se
conciente con la modificación a la ley de bancos.
Las proyecciones respecto a una mayor concentración económica, como producto de la
reforma propuesta, dice relación con el tipo de reforma que se está proponiendo. Como
se sabe, actualmente los bancos no están impedidos de ingresar al negocio de las AFP,
en la medida que para ello constituyan una sociedad diferente, con capital, patrimonio,
infraestructura, personal y giro diferente. Si esta reforma es aprobada, los bancos podrán
ingresar al negocio de las AFP ya no como una sociedad diferente sino como una filial de
los bancos, lo cual les permitiría actuar con el mismo capital del banco, es decir, no
necesitarían tener capital propio, lo cual relaja considerablemente los requerimientos. Así
también, podrían utilizar las mismas instalaciones y el mismo personal del banco, lo cual
reduce considerablemente los costos y aumenta la explotación de los trabajadores
bancarios, lo cual no es posible como sociedad aparte. Finalmente, esto le permitiría al
banco ofrecer productos conjuntos atados (tarjeta redbanc, tarjeta de crédito, línea de
crédito, cuenta corriente, seguros y administración de los fondos de pensiones), lo cual
destruiría la competencia y concentraría más aún el funcionamiento de la economía
chilena. La entrega de productos conjuntos atados, no sería posible si el banco y la AFP
funcionaran como dos sociedades separadas con directorios y administración totalmente
independientes.
El fundamento empírico de estos planteamientos viene dado por la experiencia de la
reforma a la Ley General de Bancos –ampliamente discutida en 1997- que permitió a los
bancos crear sociedades filiales bancarias, destinadas al giro de corretaje de seguros. En
aquella época la discusión era muy similar y se planteaba la inconveniencia de que un
banco simultáneamente tuviera la posibilidad de otorgar créditos y seguros, puesto que
existía el riesgo de los productos relacionados y atados, fundamentalmente porque estos
se implementarían por la vía de ofrecer descuentos convenientes para los clientes,
tendientes a provocar la desaparición de la competencia en el mercado de seguros.
Estas proyecciones no eran arbitrarias ni especulativas, dado que hoy es posible
comprobar que, según el Colegio de Corredores de Seguros de Chile A.G., la banca
concentra el 88% de los seguros de vidas y el 70% de los seguros generales,
destruyéndose un importante segmento del negocio de las aseguradoras.
30
6.- Se simplifica y flexibiliza la estructura de inversión de los fondos de pensiones y se
amplían las alternativas de inversión en el exterior. En el caso del límite de inversión en el
exterior, originalmente el límite máximo para la suma de las inversiones de los fondos de
pensiones tipos A, B, C, D y E de una misma administradora en títulos extranjeros, no
podía ser inferior a un 20% ni superior a un 30% del valor. La reforma que ya ha sido
aprobada por la Cámara de Diputados establece que el Banco Central de Chile fijará el
límite máximo para la suma de las inversiones de los fondos tipos A, B, C, D y E de una
misma administradora en el extranjero dentro de un rango que va desde un 30% a un
80% del valor de estos fondos12.
Cometarios a la modificación número 6:
Claramente, esta reforma no ha tenido en consideración las enormes pérdidas que han
afectado a los afiliados, sin que éstos hayan sido mínimamente informados, debido a la
crisis mundial que ha golpeado severamente a los mercados financieros internacionales,
lo que se explica por la política de inversiones de las AFPs, tanto en los diferentes tipos
de fondos (A,B,C,D y E) como en sus colocaciones en el extranjero.
Según Cenda, al 20 de agosto, las pérdidas alcanzaron a cerca de 7.300 millones de
dólares, lo cual representa cerca del doble del total de cotizaciones de los afiliados
durante el año 2006. El grueso de las pérdidas se concentra en los fondos A y B, que son
los más expuestos a los instrumentos de renta variable y al extranjero. Cada uno
concentra actualmente más de un quinto del fondo total, lo cual obviamente cambiará y
muy probablemente se incrementará con la reforma, debido a que estos fondos, aunque
más riesgosos son los más rentables. Asimismo, son muy importantes las pérdidas del
fondo C, debido que concentra más del 40% del fondo total. En cambio, las pérdidas han
sido menores en el fondo D, y especialmente en el fondo E, que están invertidos
principalmente en instrumentos de renta fija (Riesco, 06/09/2007).
12 Asimismo, el Banco Central fijará los límites máximos para la inversión en el extranjero para cada tipo de fondo dentro de un rango que va desde 45% a 100% del fondo para el Fondo Tipo A; desde 40% a 90% del fondo para el Fondo Tipo B; desde 30% a 75% del fondo para el Fondo Tipo C; desde 20% a 45% del fondo para el Fondo Tipo D, y desde 15% a 35% del fondo para el Fondo Tipo E.
31
7.- Se crea un mecanismo de Ahorro Previsional Voluntario Colectivo (APVC), como un
contrato de ahorro entre el empleador, por sí y en representación de sus trabajadores, y
una AFP o institución autorizada. El empleador podrá ofrecer a todos y a cada uno de sus
trabajadores la adhesión a estos contratos. Los términos y condiciones de cada contrato
serán convenidos entre el empleador y la AFP o institución autorizada, los cuales deberán
ser igualitarios para los trabajadores, pero, éstos sólo podrán aceptar o no su
participación, no pudiendo proponer modificaciones. Mediante este mecanismo, los
ahorros realizados por los trabajadores serán complementados por sus respectivos
empleadores. Se establecerán derechos de propiedad del trabajador sobre sus propios
aportes y sobre los realizados por el empleador en su beneficio, sujeto esto último a una
permanencia mínima en la empresa.
En relación al Ahorro Previsional Voluntario (APV), éste se mantiene, pero además, se
crea un nuevo incentivo al ahorro previsional voluntario dirigido a quienes destinen todo o
parte de sus cotizaciones voluntarias de cualquier tipo a adelantar o incrementar su
pensión. Este incentivo consiste en una bonificación equivalente al 15% de las
cotizaciones previsionales voluntarias, con un tope anual de seis unidades tributarias.
Cometarios a la modificación número 7:
Estos cambios introducidos a la Ley 3.500, van como prácticamente todas las
modificaciones de la reforma en estudio y, actualmente en trámite parlamentario, en la
dirección de fortalecer y legitimar el sistema privado de pensiones. En este caso, tanto la
creación del un mecanismo de Ahorro Previsional Voluntario Colectivo (APVC), como un
nuevo incentivo al ahorro previsional voluntario, le otorgarán más fondos a las
administradoras de pensiones o instituciones relacionadas.
Lo que si parecía novedoso era la introducción de cotizaciones por parte del empleador, lo
que abría la esperanza a reinstalar, aunque fuese en medida menor, el criterio de
solidaridad que imperaba en el antiguo sistema de reparto. No obstante, el proyecto
establece claramente que, aunque los aportes del empleador deberán mantener la misma
proporción en función de los aportes de los trabajadores, el empleador podrá establecer
en los contratos un monto máximo de su aporte. Ahora bien, como los trabajadores no
32
tendrán ninguna posibilidad de siquiera proponer modificaciones a dichos contratos, no es
difícil imaginar las asimetrías de poder que establecen estas modificaciones.
Por otra parte, es bastante poco presentable el que los trabajadores no tengan sino
exclusivamente la prerrogativa de aceptar o rechazar los contratos ofrecidos por los
empleadores que, además, son negociados y definidos entre las AFPs y los empleadores.
Finalmente, estamos hablando de recursos de los propios trabajadores que serán
determinados sin su participación, como es por lo demás, la tónica del sistema privado de
pensiones.
Finalmente, la reforma establece que Las cotizaciones voluntarias, los depósitos de
ahorro previsional voluntario y los aportes del trabajador y del empleador para el ahorro
previsional voluntario colectivo gozarán del beneficio tributario a que se refiere el número
1 del artículo 42 bis de la Ley sobre Impuesto a la Renta, por la parte que no exceda a
seiscientas unidades de fomento anuales por cada trabajador13. En consecuencia, como
ya es lo habitual, el aporte patronal será de cargo de todos los chilenos que pagan el IVA.
8.- Establece el pago por parte del empleador de la cotización al Seguro de Invalidez y
Sobrevivencia (SIS). La reforma establece que tratándose de trabajadores dependientes,
la parte de la cotización adicional destinada al financiamiento del SIS, será de cargo del
empleador, con excepción de los trabajadores jóvenes que perciban subsidio previsional,
mientras se encuentren percibiendo dicho subsidio.
Cometarios a la modificación número 8:
Una vez más, queda demostrado con esta modificación el carácter pro capital que
muestra la reforma en todas sus caras y dimensiones, puesto que si bien el empleador
tendrá que pagar el costo del cargo del SIS, podrá descontar de impuestos ese costo
13 Según el Artículo 42º bis de la LEY SOBRE IMPUESTO A LA RENTA - CONTENIDA EN EL ARTICULO 1º DEL DECRETO LEY Nº 824, los contribuyentes que efectúen depósitos de ahorro previsional voluntario o cotizaciones voluntarias de conformidad a lo establecido en el decreto ley Nº 3.500 de 1980, podrán rebajar de la base imponible del impuesto único de segunda categoría, el monto del depósito de ahorro previsional voluntario y cotización voluntaria efectuado mediante el descuento de su remuneración por parte del empleador.
33
adicional14. Efectivamente, como lo afirma Alberto Arenas, Director de Presupuestos, el
pago del SIS será descontado de impuestos porque dicho pago que efectuarán los
empleadores para las cotizaciones de sus empleados es un gasto requerido para ejercer
la actividad15.
9.- Se crea el Instituto de Previsión Social (IPS), a cargo de la administración del Sistema
de Pensiones Solidarias, de los regímenes previsionales que administra el INP y de los
Centros de Atención Previsional Integral. También se crea una Superintendencia de
Pensiones, con facultades fiscalizadoras para resguardar el correcto funcionamiento del
sistema. Finalmente, se crearán Comisiones de Usuarios en cada AFP que informarán a
la Superintendencia de Pensiones sobre las evaluaciones que efectúen respecto del
sistema de pensiones. Éstas podrán requerir información a las AFP y organismos públicos
del sistema previsional. Las Comisiones estarán integradas por 2 representantes de los
afiliados, 1 de los pensionados, 1 de los empleadores y 1 académico, que la preside.
Cometarios a la modificación número 9:
El único comentario que parece relevante realizar en cuanto a estas modificaciones es
que son necesarias para implementar la reforma y, en relación a las comisiones de
usuarios, estas no tienen carácter resolutivo y permanecerán, como muchas instituciones,
como una asumir las exigencias de la democracia sin asumirlas realmente. Estas
comisiones obedecen fundamentalmente al hecho que resulta impresentable que las
administradoras de fondos de pensión ni siquiera consideren la opinión de los afiliados,
quienes deben tolerar las decisiones discrecionales sobre sus fondos que hacen las
AFPs. Estas comisiones de usuarios son una forma de paliar y de manera muy
restringida y precaria, la ausencia de los afiliados en los directorios de las AFPs. Una vez
más, no se ha querido tocar el poder político de las AFPs.
14 Véase “HACIA UNA NUEVA CULTURA PREVISIONAL, Pensiones en Chile”. Subsecretaría de Previsión Social, Santiago, Junio de 2007. 15 Fuente: Portal www.derechotributario.cl.
34
V/ Indicaciones a la Reforma del Sistema Previsional
A partir de la revisión de las deficiencias de la reforma propuesta, se proponen las
siguientes indicaciones:
� Establecer un impuesto específico sobre el negocio de las AFPs, equivalente al
50% de las utilidades de éstas, a fin de poder financiar el déficit público que estas
le imputan al estado y que se incrementará al asumir el Estado, con la Pensión
Básica Solidaria, a una parte importante de los cotizantes que hoy no están
cubiertos.
� Establecer una pensión Básica Solidaria de 150 mil pesos, a partir de
implementada la reforma y no del 2009.
� Rechazar la amplificación de las alternativas de inversión en el exterior y crear
incentivos para la inversión en proyectos de inversión social dentro del país.
� En el mecanismo de Ahorro Previsional Voluntario Colectivo que crea la reforma,
incorporar a los trabajadores y sus representantes como tercera parte en la
determinación de los contratos, de tal manera que no proceda la moción de que
éstos contratos se negociarían exclusivamente entre el empleador y la AFP o
institución autorizada.
� Rechazar la posibilidad de que el empleador establezca un monto máximo de su
aporte, manteniéndose la regla de que sea proporcional al aporte de los
trabajadores.
� Rechazar la posibilidad de que los aportes del empleador puedan gozar del
beneficio tributario a que se refiere el número 1 del artículo 42 bis de la Ley de
Presupuesto, es decir, descontarlos de su declaración anual de impuestos.
� Rechazar la posibilidad de que el pago por parte del empleador de la cotización al
Seguro de Invalidez y Sobrevivencia (SIS) pueda gozar del beneficio tributario a
35
que se refiere el número 1 del artículo 42 bis de la Ley de Presupuesto, es decir,
descontarlos de su declaración anual de impuestos.
� Rechazar la modificación a la Ley General de Bancos, impidiendo que constituyan
filiales para entrar en el negocio de las AFP.
� Facilitar y permitir que otras organizaciones, especialmente vinculadas a las
organizaciones sindicales y sin fines de lucro, puedan crear sus propias AFP
� Facilitar a las compañías de seguros desarrollarse como AFP
� Creación de una AFP estatal, a partir del INP y no del BancoEstado
� Permitir la participación de los afiliados en los directorios de las AFP, ampliándose
el número de directores independientes.
36
Bibliografía
- ANEC Contraloría General. “Aprendamos, pensemos y evaluemos dos aspectos
básicos de la seguridad social: las pensiones, la salud”.
- ANEF, “La ANEF y la Reforma al Sistema Previsional chileno”. Santiago de Chile,
Mayo de 2006.
- Canales Nettle, Patricia. “Los Sistemas de Previsión Social existentes en Chile”.
Serie Informes N15 / 2006. Con la colaboración de la documentalista, Virginie
Loiseau, a cargo de la búsqueda y selección bibliográfica y del apoyo documental
de esta investigación. Fecha de Publicación: 17-03-2006, Santiago – Chile.
Biblioteca del Congreso Nacional.
- Cenda, Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo. “Resultados para
sus Afiliados de las AFP y Compañías de Seguros Relacionados con la Previsión
1982-2006”. Marzo 2007.
- Federación de Sindicatos Nacionales de AFP, de la Seguridad Social y Empresas
Relacionadas. “Reforma del Sistema Previsional Chileno Propuestas al Régimen
de Previsión Social derivado de la capitalización individual”. Presentación de
Propuestas al Consejo de Asesor Presidencial para la Reforma Previsional. 24 de
Abril de 2006.
- Gobierno de Chile. “Reforma al Sistema de Pensiones en Chile”. Informe de
Diagnóstico para el Consejo Asesor para la Reforma Previsional. Gobierno de
Chile, Ministerio del Trabajo y Previsión Social, Ministerio de Hacienda,
Superintendencia de AFP Dirección del Presupuestos. 2006.
- Hormazábal Sánchez, Ricardo. “El sistema de AFP: Un legado inaceptable. INAP
Instituto de Asuntos Públicos. Central de Documentos de Análisis sobre la
Reforma Previsional.
- Kremerman, Marco. Coordinador de Estudios, Observatorio Laboral CUT.
“Reforma al Sistema Previsional Chileno”. Crónica Digital. Lunes 20 de Marzo, a
las 12:03.
- MINISTERIO DEL TRABAJO Y PREVISION SOCIAL. “DL-3500, Noviembre de
1980. establece nuevo sistema de pensiones. Anuncio de una catástrofe”. Última
Modificación: LEY-20023 31.05.2005.
37
- LEY SOBRE IMPUESTO A LA RENTA - CONTENIDA EN EL ARTICULO 1º DEL
DECRETO LEY Nº 824. (Publicado en el Diario Oficial de 31 de diciembre de 1974
y actualizado al 5 de junio de 2007).
- Mensaje de S.E. La Presidenta de la República con el que inicia un Proyecto de
Ley que perfecciona el Sistema Previsional. Mensaje Nº558-354. “A Honorable
Cámara de Diputados: En uso de mis facultades constitucionales, tengo el honor
de someter a vuestra consideración un proyecto de ley que tiene por finalidad
perfeccionar el Sistema Previsional vigente en el país”. Santiago, diciembre 15 de
2006.
- Navarrete Yánez, Bernardo. Profesor del Departamento de Ciencia Política, del
Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile. “El doble problema de la
legitimidad de las asociaciones de Administradoras de Fondos de Pensiones
(AFPs)”. Año V: Nº9, Agosto 2006.
- Oficio Nº 6977 Cámara de Diputados, Reforma del Sistema de Pensiones
aprobado por la Cámara de Diputados. Agosto 29 del 2007.
- PNUD-Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. “Chile: 20 años de
Esquemas Liberales en Protección Social”. Taller Inter.-Regional “Protección
Social en una Era Insegura: Un Intercambio Sur-Sur sobre Políticas Sociales
Alternativas en Respuesta a la Globalización”. Santiago, Chile, Mayo 14-16, 2002.
- Portal www.derechotributario.cl
- Reforma Previsional, ¿Qué pasa con los Independientes?. Altura Management.
Agosto de 2007.
- Riesco Larraín, Manuel. “Diez mitos del sistema previsional chileno”. El Mostrador.
4 de Agosto del 2005.
- Riesco Larraín, Manuel. “Principales problemas del Sistema Chileno de AFP y
Algunas Propuestas de Solución”. Nueva Versión, Septiembre 2001. Cenda
Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo. Santiago-Chile.
Septiembre de 2001.
- Riesco Larraín, Manuel. “Resultados para sus Afiliados de las AFP y Compañías
de Seguros Relacionados con la Previsión 1982-2006”. Centro de Estudios
Nacionales de Desarrollo Alternativo, CENDA, Chile. Marzo 2007.
- Riesco Larraín, Manuel. “Antes de que sea demasiado tarde”. El Mostrador, 6 de
Septiembre de 2007.
38
- Silva Valdivieso, Francisco. “Logros y Desafíos del Sistema de Pensiones
Chileno”. Superintendencia de Valores y Seguros de Chile, Conferencia Anual de
la IALS. Santiago de Chile, 9 de Octubre de 2002.
- Subsecretaría de Previsión Social. “HACIA UNA NUEVA CULTURA
PREVISIONAL. Pensiones en Chile”. Santiago, Junio de 2007.
- Walder, Paul. “Las AFP bajo sospecha. Anuncio de una catástrofe”. Punto Final
Nº567, 14 de Mayo, 2004.