Download pdf - Revista Magis Iteso #416

JUNIO-JULIO 2010 magis 5

Estimado lector:

Sudfrica tiene de nueva cuenta la atencin mundial. Una pelota, once jugadores por equipo y una cancha de futbol son el escenario para hablar de Sudfrica, en lugar del perverso juego de segregacin racial en el que millones de personas de raza negra tuvieron el marcador en contra durante siglos. Hace 20 aos, en 1990, el rgimen del apartheid liber a Nelson Mandela, el lder de la resistencia negra, con lo que inici el derrumbe del ltimo sistema poltico que sostuvo oficialmente la segregacin racial como poltica de Estado. Sin embargo, las heridas no han cerrado del todo y las injusticias persisten.

La edicin de magis, que coincide con el Mundial de futbol, es un buen momento para tratar de comprender la Sudfrica de hoy a partir de la figura de Mandela, quien logr doblar sin violencia a un rgimen que lo mantuvo 27 aos tras las rejas, para iniciar despus un proceso de reconciliacin nacional cuando fue electo presidente. El autor del perfil que presentamos en Ergo Sum es John Carlin, reconocido periodista a nivel mundial, quien entabl una relacin cercana con Mandela cuando fue corresponsal del diario The Independent en Sudfrica, durante los convulsos aos entre 1989 y 1995.

Este junio se celebra el Da Mundial del Medio Ambiente, razn suficiente para presentar las reflexiones que el escritor e historiador argentino Eduardo Rosenzvaig hace en Colloquium. La agresin cons-tante que los seres humanos estamos haciendo contra la Tierra es un suicidio colectivo. Para frenarlo, asegura Rosenzvaig, se requiere modificar las estructuras econmicas y sociales.

El emprendimiento es uno de los temas imprescindibles en la pro-puesta que magis hace a la cultura de los profesionales. En Distincta presentamos la historia del oceanlogo Enrique Strassburger, un cien-tfico emprendedor que en pleno desierto de Baja California cra peces y aprovecha sus desechos como biofertilizante para producir hortalizas. Qu hace falta en Mxico para que el mundo de la empresa y de la ciencia estn mejor vinculados?

En Indivisa encontrars un reportaje sobre los emprendedores cultura-les, aquellos que no esperan los apoyos gubernamentales sino que hacen de la autogestin un estilo de vida. Estos emprendedores, que producen libros, arte, teatro o cine, dan ejemplo de que la perseverancia y la ima-ginacin traen buenos dividendos.

En esta edicin tambin hablamos de documentales sobre msica, del bicentenario de Schumann, del cine de Hitchcock, del genio elu-sivo de Thomas Pynchon, del renacimiento de Polaroid y de recetas para hacer roscas griegas.

Te invitamos a prolongar este ejercicio de comunicacin en nuestra pgina web (www.magis.iteso.mx). Todos nuestros artculos y fotografas estn abiertos para que los completes, comentes o discutas.

Gracias por participar!

Humberto Orozco BarbaDirector de magis

Las secciones de magis tienennombres en latn porque simbolizan tres tradiciones fundamentales:la cientfica, la universitaria y la jesuita

LUDUS61 Literatura / El hijito Por Juan Carlos Campa Rivera

62 Pajarito, pajaritoPor Gibran Julian

SENSUS

Es el espacio ldico de nuestra revista y presenta el cartn del monero

54 Or / Msica documentalPor Enrique Blanc

55 Or / Plenitud romnticaPor Sergio Padilla

56 Leer / La rutinaPor Dolores Garnica

57 Digitar / Polaroid nunca se fuePor Jos Soto

58 Ver / Cine / Alfred Hitchcock: ms all del suspensePor Hugo Hernndez

60 Probar / La rosca que unePor Kaliope Demerutis

Sentidos. En esta seccin presentamos reseas y crticas de espectculos, cine, literatura, gastronoma, as como recomendaciones de sitios electrnicos y libros para profesionales

52 El iteso abre nueva carrera: Ingeniera FinancieraPor Karina Osorno

53 Nuevo edificio para innovar en el diseoPor Alfonso Gutirrez y Gustavo Abarca

EL CIENTFICO EMPRENDEDOR

35 P

ESO

S

ESTRATEGASLOS NUEVOS

DE LA CULTURA

sudfrica:la leccin demandela

profesiones + innovacin + cultura ITESOwww.magis.iteso.mx Junio-Julio 2010 / 416

HITCHCOCKDIRECTOR DE CULTO

por john carlin

4 magis JUNIO-JULIO 2010

Index

LITTERAE

NUNTIA

En latn significa letra o carta. Es un espacio abierto para publicar las opiniones de nuestros lectores

6 Sobre magis 415

Cosas anunciadas. Describe la seccin de noticias cortas sobre innovaciones tecnolgicas, metodolgicas y cientficas de las distintas profesiones

DISTINCTA

40 El emprendedor multiusos: de la ciencia a la iniciativa privadaPor Erick Falcn

Lo que es variado o pintado con diferentes colores es su significado original y denomina la seccin de artculos sobre diversos temas de inters en los campos de las ciencias, las humanidades y la administracin

COLLOQUIUMEntrevista a un personaje de reconocimiento social por su trayectoria profesional, cientfica o intelectual

10 Curar a la Tierra implica cambiar las estructuras econmicas y sociales Entrevista con Eduardo RosenzvaigPor Juan Carlos Nez Bustillos

ERGO SUM26 La seduccin del hombre blancoPor John Carlin

Significa entonces soy; presenta el perfil de un profesionistadel mundo

8 Televisin 3D: el vrtigo por el consumoPor Sergio Hernndez Mrquez

9 Y si dejamos de ir a la oficina?Por Juan Carlos Lozano Vallejo

FORUM 38 Literatura / Thomas Pynchon: El genio elusivoPor Jos Israel Carranza

49 Derechos Humanos / Alberta y Teresa: algunas leccionesPor Luis Arriaga Valenzuela, sj

Foro en el que nuestros colaboradores presentan sus columnas

INDIVISA

18 Los nuevos estrategas de la culturaPor Gerardo Lammers

Que no es posible dividir es el significado en latn de esta palabra. En magis denomina al reportaje de investigacin sobre un tema abordado desde diferentes perspectivas y campos profesionales

50 Radio Itpica se abre paso en la webPor Sergio Hernndez Mrquez

Noticias y actividades sobre la universidad iteso

CAMPUS


Estimado lector:

Sudfrica tiene de nueva cuenta la atencin mundial. Una pelota, once jugadores por equipo y una cancha de futbol son el escenario para hablar de Sudfrica, en lugar del perverso juego de segregacin racial en el que millones de personas de raza negra tuvieron el marcador en contra durante siglos. Hace 20 aos, en 1990, el rgimen del apartheid liber a Nelson Mandela, el lder de la resistencia negra, con lo que inici el derrumbe del ltimo sistema poltico que sostuvo oficialmente la segregacin racial como poltica de Estado. Sin embargo, las heridas no han cerrado del todo y las injusticias persisten.

La edicin de magis, que coincide con el Mundial de futbol, es un buen momento para tratar de comprender la Sudfrica de hoy a partir de la figura de Mandela, quien logr doblar sin violencia a un rgimen que lo mantuvo 27 aos tras las rejas, para iniciar despus un proceso de reconciliacin nacional cuando fue electo presidente. El autor del perfil que presentamos en Ergo Sum es John Carlin, reconocido periodista a nivel mundial, quien entabl una relacin cercana con Mandela cuando fue corresponsal del diario The Independent en Sudfrica, durante los convulsos aos entre 1989 y 1995.

Este junio se celebra el Da Mundial del Medio Ambiente, razn suficiente para presentar las reflexiones que el escritor e historiador argentino Eduardo Rosenzvaig hace en Colloquium. La agresin cons-tante que los seres humanos estamos haciendo contra la Tierra es un suicidio colectivo. Para frenarlo, asegura Rosenzvaig, se requiere modificar las estructuras econmicas y sociales.

El emprendimiento es uno de los temas imprescindibles en la pro-puesta que magis hace a la cultura de los profesionales. En Distincta presentamos la historia del oceanlogo Enrique Strassburger, un cien-tfico emprendedor que en pleno desierto de Baja California cra peces y aprovecha sus desechos como biofertilizante para producir hortalizas. Qu hace falta en Mxico para que el mundo de la empresa y de la ciencia estn mejor vinculados?

En Indivisa encontrars un reportaje sobre los emprendedores cultura-les, aquellos que no esperan los apoyos gubernamentales sino que hacen de la autogestin un estilo de vida. Estos emprendedores, que producen libros, arte, teatro o cine, dan ejemplo de que la perseverancia y la ima-ginacin traen buenos dividendos.

En esta edicin tambin hablamos de documentales sobre msica, del bicentenario de Schumann, del cine de Hitchcock, del genio elu-sivo de Thomas Pynchon, del renacimiento de Polaroid y de recetas para hacer roscas griegas.

Te invitamos a prolongar este ejercicio de comunicacin en nuestra pgina web (www.magis.iteso.mx). Todos nuestros artculos y fotografas estn abiertos para que los completes, comentes o discutas.

Gracias por participar!

Humberto Orozco BarbaDirector de magis

Las secciones de magis tienennombres en latn porque simbolizan tres tradiciones fundamentales:la cientfica, la universitaria y la jesuita

LUDUS61 Literatura / El hijito Por Juan Carlos Campa Rivera

62 Pajarito, pajaritoPor Gibran Julian

SENSUS

Es el espacio ldico de nuestra revista y presenta el cartn del monero

54 Or / Msica documentalPor Enrique Blanc

55 Or / Plenitud romnticaPor Sergio Padilla

56 Leer / La rutinaPor Dolores Garnica

57 Digitar / Polaroid nunca se fuePor Jos Soto

58 Ver / Cine / Alfred Hitchcock: ms all del suspensePor Hugo Hernndez

60 Probar / La rosca que unePor Kaliope Demerutis

Sentidos. En esta seccin presentamos reseas y crticas de espectculos, cine, literatura, gastronoma, as como recomendaciones de sitios electrnicos y libros para profesionales

52 El iteso abre nueva carrera: Ingeniera FinancieraPor Karina Osorno

53 Nuevo edificio para innovar en el diseoPor Alfonso Gutirrez y Gustavo Abarca


LitteraeSobre Jesuitas al lmiteFalt incluir perfiles de jesuitas mexicanos en el dossier. Ojal abran una obra para trabajar con hombres homo-sexuales y mujeres lesbianas. Estamos alejados de la Iglesia porque nos rechaza y no respeta nuestra dignidad. La sociedad mexicana es profundamente discriminatoria. Hace falta alguna seal cristiana que nos traiga esperanza y que no se avergencen de estar y trabajar con nosotros.

Un jesuita como el de Most Holy Redeemer en San Francisco pero para las grandes y medianas ciuda-des mexicanas.Jos de J. Aguado M.

Queremos escucharte!

La pgina del lector es un espacio para ti. Participa con tus opiniones, crticas o sugerencias y envalas a la direccin de correo electrnico [email protected] o al fax (33) 3134 2955.Las cartas deben tener una extensin mxima de una cuartilla (2,200 caracteres o 400 palabras) y es necesario que incluyan nombre completo, la direccin y el telfono de su autor. Por razones editoriales o de espacio, magis se reserva el derecho de resumir o editar las cartas, y de decidir si las publica en su edicin impresa o en el sitio de internet.

www.magis.iteso.mxNo se publicarn cartas annimas ni aquellas que ofendan a alguna persona.

Sobre Madera plstica: reciclar para construir Felicidades por aplicar su iniciativa en este tipo de productos que cada da son ms necesarios para man-tener nuestro ecosistema en equilibrio; creo que, hoy por hoy, y cualquiera que sea la industria en la que nos desenvolvemos, debemos enfocar nuestra atencin y trabajar con productos de este tipo.Angel Ordoez Ruiz

Sobre Trabajadores con discapacidad, un plus para las empresasUna felicitacin por hacer una nota sobre este tema. Ya haba observado a estas personas en el aeropuerto, y en efecto su trato es amable y estn muy informados, lo que no siempre sucede con las personas que dan informacin. Son verdaderos ejemplos para todos, estas personas que han tenido un evento tan retador en sus vidas y salen ade-lante. Un bravo tambin por estas empresas que empie-zan a pensar en su potencial.Margarita Ellany Marn Torres

de nuestro sitio web

www.magis.iteso.mx* TEnEMOS un nuEvO diSEO pARA lOS blOgS dE nuESTROS cOlAbO-RAdORES, buScAndO MEJORAR lA ExpERiEnciA dE lEcTuRA.

* El blOg TiEMpO Al TiEMpO dE EduARdO quiJAnO SiguE pROvOcAndO cOn SuS TExTOS. En lAS lTiMAS SEMAnAS nOS OfREcE infAnciA y pElculAS; AliciA A TRAvS dEl ipAd, y ExAbRupTOS cOnTRA lA pRiSA, MS lOS quE El EScRiTOR nOS cOMpARTA Al MOMEnTO quE ciRculA ESTA REviSTA.

SiguE nuESTROS blOgS:TiEMpO Al TiEMpO, blOg dE AfAnESE-quAdRiviuM, blOg dE ERnESTO SnchEz pROAlEl ciERzO, blOg dE cARlOS EnRiquE OROzcOblOg dE lA REdAccin

Sobre Jesuitas: espritu de dilogoEstoy completamente de acuerdo con lo escrito en el artculo, creo que necesitamos revisar el rol de la Iglesia y de noso-tros como feligreses y creyentes, a la luz de las situaciones actuales de nuestra sociedad. En lo personal considero que esto es urgente no solo a nivel de Iglesia sino de socie-dad y de humanidad entera. Yo estoy tratando de hacer mi parte desde ac en Aguascalientes con mi familia y el medio que me rodea.

Por favor incluyan ms temas de stos que aunque levantan polvo, al final nos obliga a sacudir conciencias (empezando por la propia) y limpiar el camino que esta-mos recorriendo en este mundo. Gracias.clemente pea Mendoza


Equipo editorial

MAGISsignifica buscar continuamente en la accin, en el pensamiento y en la relacin con los dems,el mayor servicio, el bien ms universal.

[email protected]

magis es una publicacin del iteso, Universidad Jesuita de

Guadalajara

Perifrico Sur Manuel Gmez Morn 8585, C.P. 45604 Tlaquepaque,

Jalisco, Mxico

Telfono +52 (33) 3669.3486

Publicacin bimestral iteso, Universidad Jesuita de GuadalajaraAo xl, nmero 416, Junio-Julio 2010Copyright 2002 y 2005 (nueva poca). Todos los derechos reservados.

El contenido de los artculos es responsabilidad de sus autores.Se permite la reproduccin citando la fuente.

Certificado de licitud de ttulo nm. 13166 y certificado de licitud de contenidos

nm. 10739, otorgados por la Comisin Calificadora de Publicaciones y Revistas

Ilustradas de la Secretara de Gobernacin. Reserva de ttulo nm. 04-2002-

031214392500-102, otorgada por el Instituto Nacional del Derecho de Autor de la

Secretara de Educacin Pblica. Nmero ISSN: 1870-2015

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consejo editorial

:Luis Jos Guerrero

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Orozco

:Diana Sagstegui

:Raquel Ziga

colaboradores

: Gustavo Abarca

: Luis Arriaga SJ

: Enrique Blanc

: Juan Carlos Campa

: John Carlin

: Kaliope Demerutis

: Alejandro Espinoza

: Erick Falcn

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: Alfonso Gutirrez

: Hugo Hernndez

: Gibran Julian

: Gerardo Lammers

: Juan Carlos Lozano

: Juan Carlos Nuez

: Karina Osorno

: Sergio Padilla

: Jos Soto


Nuntia

educacin

Mxico, berln, Londres, Pars, ro de Janeiro,

roma y sydney fueron las ciudades que sony

escogi para emitir, en sitios pblicos,

25 partidos del campeonato mundial

de futbol en tres dimensiones, aunque la transmisin no ser en

vivo sino diferida.

Televisin 3D: el vrtigo por el consumo

La tarde del 25 de octubre de 2009 Mxico se convirti en el primer pas en el que se transmiti en vivo un partido de futbol en tres dimensiones. Televisa hizo alianza con Sony y emitieron, desde el Estadio Azteca, el juego entre Amrica y Guadalajara, donde Aquivaldo Mosqueda le dio el triunfo al equipo de la ciudad de Mxico.

La transmisin no fue masiva. Pudo observarse solamente por aquellos que pagaron los 89 pesos que cost la exhibicin en cuatro salas cinematogrficas de la cadena Cinpolis en Monterrey, Guadalajara y la ciudad de Mxico. El experimento sirvi para lo que llegara este 2010: la comercializacin de los televisores de alta definicin en tres dimensiones.

La primera marca en salir al mercado mexicano, a finales de abril, fue Samsung, con una pantalla de plasma que ronda los 50 mil pesos. Para cuando este nmero de magis est circulando, Sony habr lanzado al mercado tambin sus televisiones 3d con una campaa a propsito del mundial de futbol en Sudfrica. A pesar de la llegada de las televisiones, los reproductores Blu-ray y algunas transmisiones en 3d, una seal cotidiana en este tipo de forma-to, como ya lo ofrece Sky en Inglaterra, tardar en llegar a los hogares mexicanos debido a que en este pas la transicin a la televisin de alta definicin an est en ciernes. La produccin de programas en esta calidad es escasa y la transicin de la televisin anloga a la digital no es tan rpida en pases que, como Mxico, tienen altos mrgenes de pobreza, y en los que sus habitantes tienen pocas posibilidades de entrar a una carrera de consumo.

por sergio hernndez mrquez

cARRERA dE cOnSuMO: cuATRO pAnTAllAS En cincO AOSLa televisin en tres dimensiones ser el cuarto tipo de pan-talla que la industria comercializa en tan slo cinco aos. El recuento inicia con la llegada de las pantallas en formato 16:9 que reciban slo seal de televisin anloga, puesto que el receptor de alta definicin no estaba incluido.

Despus de un tiempo, los fabricantes acondicionaron estas televisiones con ste receptor, que permite ver imge-nes de 720 lneas de resolucin vertical contra las 480 de la televisin anloga.

A inicios de 2009, estas televisiones fueron rematadas, pues la industria buscaba desplazar el formato a pantallas conocidas como Full hd, de 1,080 lneas. Este 2010 la apues-ta es la televisin 3d. Las pelculas sern el gancho, mientras las televisoras desarrollan la capacidad de emitir este tipo de seal abierta. m.

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pan

ason

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por juan carlos lozano vallejo

Cuando en la redaccin de Inc. Maga-zine el escritor Mark Chafkin sugiri la posibilidad de no ir a la oficina a trabajar, jams pens que la editora Jane Berenston le dara el visto bueno, y mucho menos que no slo se lo dara a l sino a todo el equipo. Fue as que la edicin de abril de esta revista fue publicada sin que los escritores, produc-tores, editores y diseadores pisaran la oficina. Todo el trabajo se hizo a distancia. Para ello, no necesita-ron ms herramientas que las ya disponibles, como servicios de mensajera instantnea o Skype.

Jens Stoltenberg, primer ministro de Noruega, uti-liz casi exclusivamente su recin adquirido iPad y su celular cuando qued varado, como miles de pasajeros ms, en el aeropuerto John F. Kennedy de la ciudad de Nueva York, cuando el volcn islands Eyjafja-llajokull hiciera erupcin en abril pasado. As pudo dirigir la nacin nrdica. La prensa estadunidense incluso lleg a bromear diciendo: Theres an app for that (Hay una aplicacin para eso).

En Guadalajara, cuando el colectivo de arquitectura Triciclo desarrolla sus proyectos se ve las caras tan slo una o dos veces por mes. Para ello utilizan herramien-tas gratuitas de Google, como Wave, Maps, Docs, Calendar. Adems usan Dropbox, un disco duro en lnea en el cual pueden compartir archivos, as como Project Butterfly, un sistema diseado especficamente

Y si dejamos de ir a la oficina?

para compartir planos en lnea. Luis Guillermo Nate-ra, alumno de noveno semestre de Arquitectura en el iteso y co-fundador de Triciclo, reconoce que no se puede hacer todo de manera digital, sobre todo en la etapa de diseo es necesario que nos sentemos juntos a ver los planos y hacer modificaciones, pero en la etapa de construccin s pueden pasar hasta dos meses sin verse en persona.

Hay empresas en las que la nica manera de trabajar es utilizando estas herramientas. Alejandro Camacho, a quien entrevist va Skype, ya que actualmente radica en Eslovaquia, es analista de negocios para Flextro-nics, miembro, por tanto, de un equipo global, de modo que debe mantener contacto diario con cole-gas alrededor del mundo.

A pesar de que cada da se desarrollan ms herramientas para trabajar desde casa, los que ya las utilizan no pueden prescindir an de la oficina. Para Alejandro Camacho, trabajar a distancia es desesperante, aunque reconoce que si bien a veces es ms productivo: Mi nimo es mejor cuando trabajo desde la oficina.

Lo mismo le ocurri a Mark Chafkin, quien asegur al New York Times que durante el experi-mento de Inc. Magazine fue mucho ms produc-tivo, pero mucho menos feliz. Una de las razones por las que la gente trabaja en revistas es porque son colaborativas. m.

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Colloquium

ecoLoga

por juan carlos nez bustillos

Si uno pregunta a las personas si quieren suicidarse, la mayora responde que no. La paradoja es que en lo colectivo, los hombres nos acercamos a la catstrofe ecolgica con nuestros sistemas sociales y econmicos. El historiador y escritor argentino, Eduardo Rosenzvaig, define as el gran desafo de nuestro tiempo.

Curar a la Tierra implica cambiar las estructuras econmicas y sociales


Entrevista con Eduardo Rosenzvaig, historiador y escritor


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Las sacudidas del planeta llevarn al ser hu-mano a plantear formas de relacin ms jus-tas entre las personas y a modificar la relacin de la humanidad con la naturaleza, afirma el escritor e historiador argentino Eduardo

Rosenzvaig. La tierra se call la boca y jug en silen-cio. Sin decir nada, aguant durante siglos la explo-tacin de la humanidad y ahora muestra su molestia. Hay que tener cuidado porque, cuando se enoja, no hay fuerza humana capaz de detenerla.

Eduardo Rosenzvaig naci en Tucumn, Argentina, el 24 de febrero de 1951. Es doctor en Historia y autor de ms de 30 libros entre investigaciones histricas, novelas y cuentos. Ha recibido una docena de premios y reconocimientos, entre ellos el Casa de las Amricas por su texto Etnias y rboles: historia del universo ecolgico Gran Chaco.

Casi nadie se quiere morir, pero la forma en que estn planteados hoy los sistemas sociales y econmicos es una invitacin al suicidio. Lo sor-prendente de esto es que si usted le pregunta a la gente en particular, a mil, cien mil, tres mil millo-nes de personas: Oiga, usted se quiere suicidar? La mayora le va a responder que no. sa es la gran paradoja, en lo individual nadie quiere el suicidio,

Juan Carlos Nez Bustillos

(Guadalajara, 1968)Es periodista y

jefe del Centro de Formacin Humana

del ITESO, donde imparte clases. Desde 2008 es

defensor del lector del peridico

Pblico-Milenio. [email protected]

pero en la escala macro lo alentamos. sta es la paradoja que tenemos que resolver, se es el gran desafo del ser humano en esta etapa de la historia donde estamos ahora parados. Sin duda tendrn que cambiar las estructuras econmicas y sociales, y para lograrlo tenemos que acudir a la ciencia, a la tecnologa, al arte y al sentimiento.

Queda tiempo?No lo s, lo que s he visto es que la conciencia am-biental ha aumentado geomtricamente y hay mu-chos jvenes trabajando en ello.

Naturaleza e historiaCon las herramientas rigurosas del historiador, amplios conocimientos de ciencias naturales y las imgenes evocadoras del escritor, Rosenzvaig abor-da en sus obras la relacin entre la humanidad y la naturaleza.

Por qu en las clases de historia casi nunca aparece el medio ambiente?Por error. Yo recuerdo que en mis clases siempre se nos presentaba la historia como una cuestin re-lacionada con la economa, la poltica y la guerra,


pero no haba referencia al tema ambiental, cuando es un asunto que ha jugado un papel fundamental en la historia, pero que no hemos reconocido por-que se crea que la naturaleza era infinita y que se le poda explotar hasta el final, porque tarde o tem-prano se puede recuperar, y si no, se encontrar otra cosa. Con el desarrollo de la revolucin industrial y del capitalismo, en algn momento del final del siglo xix, se comenzaron a plantear algunos cues-tionamientos a esta idea, curiosamente no desde la ciencia sino desde la literatura. Lo vemos en las no-velas de Charles Dickens con las descripciones de Londres. As llegamos al siglo xx, pero las guerras mundiales no dejaron tiempo para pensar lo que es-taba ocurriendo con la naturaleza.

Se pensaba que la solucin de los problemas ambientales era un asunto de tecnologa?As es. Si haba problema de contaminacin era porque haba que mejorar los sistemas industriales, hasta que en los aos setenta el tema estall. En ese entonces comenz con la reflexin puramente eco-lgica, pero poco a poco creci y madur la nocin de medio ambiente que implica un punto de vista ms complejo que incluye lo econmico, lo social,

lo poltico y lo ecolgico; y con ello aparecen otras columnas que hay que debatir como la justicia social, la equidad y la biodiversidad. No se trata solamente de no matar pjaros o de salvar a los animales salva-jes, que son asuntos importantes, claro, pero el tema ambiental no se reduce a eso, como mucha gente cree. La Tierra de hoy es esencialmente cultural. El ser humano es la especie ms numrica del planeta y la que ejerce mayor presin sobre todos los ambien-tes. El ser humano no vive en manada, sino que ha construido tecnologas y sistemas sociales muy com-plejos, de manera que el poder de transformacin del ser humano sobre la Tierra ha sido tan inmenso que ahora estamos viendo las consecuencias. A fines del siglo xx la Tierra comenz a dar algunas muestras de enojo, y ahora, a comienzos del siglo xxi, son todava mayores.

Es posible apaciguarla?No lo s. Espero que s porque la conciencia ambien-tal ha aumentado geomtricamente. Antes hubo una peste que se llamaba viruela, las viruelas estallaban en el organismo, aparecan granos purulentos y duran-te siglos la medicina lo que buscaba era combatir las fiebres, deshinchar esas tremendas protuberancias y


evitar las infecciones cuando se reventaban esos gra-nos. Pese a ello, la mayor parte de la gente mora. Cuando el ser humano descubre que si se inyecta medidas muy pequeas de la propia viruela el pro-pio organismo crea sus defensas, cuando desarrolla la vacuna, cambia radicalmente la manera de enfrentar la enfermedad. Antes se buscaba curar los sntomas; ahora, con otro paradigma, nos curamos con la en-fermedad. En el tema de la naturaleza tenemos tam-bin que cambiar radicalmente el paradigma. Hasta ahora lo que estamos haciendo es tratar de curar los sntomas de la Tierra, cuando lo que hay que hacer es cambiar de fondo nuestra relacin con ella, crear vacunas.

Cmo se imagina esas vacunas?En primer lugar, van a desaparecer los autos. Ya es un modelo que no da ms. Las ciudades van a seguir cre-ciendo con automviles hasta que colapsen. Las ciu-dades van a tener que ser ms pequeas, la ruralidad va a tener que tomar otra forma. Pero centralmente,

curar a la Tierra implica cambiar las estructuras eco-nmicas y sociales, esto tendr que ocurrir.

Transicin paulatina o ruptura violenta?No es posible predecir cmo se va a dar; lo cierto es que se va a dar en un corto lapso. Probablemente la transformacin ocurra en varias vertientes, hay estruc-turas que se estn resquebrajando rpidamente y otras que podrn recomponerse. Puede que sea un caos o puede que no.

Por qu tiene tanta confianza en que ocurrir?Porque de lo contrario vamos a recibir el enojo de la Tierra, que ya no aguanta ms. El equilibrio eco-lgico es como un elstico. Lo puedes tensar ms y ms, pero hay un punto en que se corta. Lo que pasa es que no sabemos dnde est ese punto. No lo sa-ben tampoco los poderes que en su afn depredador siguen estirando con la confianza de que no se rom-per, estn jugando a la ruleta rusa. Nadie sabe con

el equilibrio ecolgico es como un elstico. Lo puedes tensar ms y ms, pero hay un punto en que se corta.


Eduardo Rosenzvaig le gusta integrar en sus textos los datos duros de la ciencia y de la historia con las imgenes literarias. En una presentacin que hace de l mismo expli-ca: Maravillado por la multiplicidad fornicante de la selva, todos con todos entre todos contra todos, empec a escribir como historiador, segu como antroplogo, pas a la novela; incluyo una serie de cuentos. Cada vez soy menos especialista y ms asombrado.

Por qu le gusta integrar ciencia y arte?El arte tiene lo particular, y la ciencia tiene lo univer-sal. La ciencia ve un caballo en la pradera y dice: Es un animal que tiene cuatro patas y est sobre una Tierra plana con tales condiciones. El arte dira: Es un caballo blanco, airoso, que cabalga lleno de

energa sobre una estepa dorada. Son formas diferentes de ver la misma cosa y no se contraponen, son solamente puntos de vista distintos para distintos propsitos. La literatura puede conjugarlas, lo que pasa es que no es muy comn porque nos siguen acostumbrando a segmentar. Nos ensean que la ciencia se divide en compartimentos que poco tienen que ver unos con otros y hablan de ciencias duras, como si otras ciencias fueran fofas. Y ya ni hablemos de separar el arte de la ciencia. Claro que no vas a mezclar todo el tiempo ni en todos los mbitos, pero la literatura es un buen terreno para convocarlas, para hacer llegar el conocimiento cientfico a pblicos no especializados y para dotar al arte de alguna in-formacin consistente. En ese sentido creo que cada cientfico tendra que ser ms artista y cada artista ms cientfico.

Ciencia y literatura

A


Pero nada ms terrible para la vida de los pri-meros europeos en El Chaco que los insec-tos. Se trataba de aprender de su sentido de orientacin para volverlo contra las propias plagas. La vuelta de las hormigas hacia los hormigueros gi-gantes; el camino de regreso de las araas. Nadie, excepto algunos locos, hablaban del Edn. Las man-gas de langostas que talaban los sembrados podan abarcar una extensin de cincuenta kilmetros. En pocos minutos pelaban un monte espeso. La hor-miga tahiro, negra y muy pequea, sala antes de la lluvia y suba a las camas de los espaoles teniendo que mudarse stos de habitacin. Haba muy pocas posibilidades de vencerlas en la noche. La yzan en guaran pasaba por tres estados. Las recin salidas de los huevos atacaban, hasta hacerla sangrar, la planta de los pies de los indios descalzos. El escozor por las ronchas que producan las picaduras de los mosquitos enfermaban de los nervios a ms de un es-paol. Burlaban los primitivos mosquiteros y cuando ya se volvan insoportables se encenda humo, que resultaba a veces peor que los insectos. Los piques o

El martirio de los insectosniguas eran una especie de pulgas, ms pequeos, negros o blanquecinos, ms mordaces, y de acri-monia ms eficaz. Por su pequeez, se introdu-can fcilmente en la piel y en cuatro o cinco das fabrican una overa, cubierta de una tnica blanca y delgada, llena de pulgoncillos, con una abertura por donde sacan los pies y la boca: los pies para afe-rrarse fuertemente a la carne, y la boca para chupar incesantemente la sangre. Cuando la overa llegaba al estado de reventar, los pulgoncillos se extendan rpidamente por el cuerpo, y empezaban a insinuarse entre piel y tejido, formando bolsitas llenas de hue-vos, con la misma brevedad que la primera nigua. El cuerpo se encenda en una comezn que terminaba a veces con la vida del atacado. La operacin de extraer la nigua se haca descarnando con una aguja la bolsi-ta y pulgn, sin reventarlo, quitando todas las races que la unan a los tejidos.

Etnias y rboles: historia del universo ecolgico Gran Chaco. Instituto Colombiano de Cultura / Casa de las Amricas, Cuba / Bogot, Colombia, 1997.

precisin las combinaciones que producen los eno-jos, es decir, cmo el fenmeno El Nio va a incidir en los huracanes y en inundaciones en un lado, y va a producir sequas y hambrunas en otros territorios. Hay estudios que se estn desarrollando, pero no podemos establecer con claridad la combinatoria de todas las reacciones y por eso lo mejor es ser cautos; y si hay que buscar nuevas formas de organizacin econmica, habr que hacerlo.

Cmo, si quienes tienen el poder no estn interesados porque esta forma de relacin es precisamente la que les da el poder?S, pero esta forma de economa se viene abajo sola, ya no es viable, aunque quienes sacan provecho de ella no quieran. Los grandes intereses estn empea-dos en seguir esta direccin que va hacia el abismo total. Piensan que en largo tiempo todos estaremos muertos, as que hoy procuran sacar todo el prove-cho posible. Pero eso es una invitacin al suicidio. La vocacin natural para vivir es lo que est en jue-go y es lo que tenemos que resolver. ste es el gran desafo del hombre en su historia, y para ello tene-mos que acudir a la ciencia, a la tecnologa, al arte. La mayora no nos queremos suicidar, lo que pasa es que mucha gente an no se da cuenta de que lo que hacemos hoy es suicida. Algunos que ya nos enteramos nos preguntamos: Ahora por dnde? Es una pregunta muy difcil. Cuando tenamos dicta-

duras decamos: Hay que luchar por la democracia y contra la dictadura. Ahora no hay mucha claridad sobre el camino, lo que es evidente es que as como estamos hoy no podemos seguir, entonces el reto es ms complejo.

Qu puede hacer la gente en un tema tan complejo?Hay acciones desde lo pequeo y hay acciones desde lo grande. La gente puede hacer cosas desde la vida de uno en su casa, con su pareja, en la calle, con sus vecinos, y puede participar tambin en las grandes acciones polticas; de hecho se estn concatenando unas y otras con una celeridad que nosotros nun-ca supusimos. Situaciones en Amrica Latina que pensbamos que iban a durar muchsimas dcadas cambiaron de golpe en unos aos con una especie de efecto domin. Ocurrieron cambios que en otros momentos no hubiramos imaginado nunca. As son estas cosas, no se pueden predecir. Es igual que con los huracanes, puedes decir: Va a haber huracanes, pero no cuntos ni con qu efectos.

Entonces es optimista?Soy pesimista por la conciencia y soy optimista por la voluntad. Tal como est el mundo, no hay mucho lugar para el optimismo, pero esta vocacin de trans-formacin de la gente, que de repente logra cambios tan rpidamente, me hace ser optimista. m.

Y entonces me fui a Escandinavia .As comienza el blog de Oyuki Matsu-moto, mexicana de ascendencia japonesa que un da decidi irse con un novio dans a Copenhagen, y que ahora reside en Malm, una pequea ciudad al sur de Suecia.

All, en Stapelbddsparken parque dedicado a patinadores, patinetos y escaladores ubicado en una exclusiva zona de esta ciudad trabaja esta chica de 31 aos, originaria de Culiacn, que a principios de siglo organizaba conciertos de msica electrnica en Gua-dalajara. Aunque el trabajo de Oyuki marcha sobre ruedas, no tiene nada que ver con deslizarse por las rampas y fosas de este parque. O tal vez s...

Oyuki se desempea como gerente y tutora de proyectos, y su trabajo consiste en ayudar a hacer rea-lidad los sueos de otros. Stapelbddsparken incluye

LOS NUEvOS ESTRATEGAS

cuLtura

Indivisa

El panorama cultural del mundo demanda profesionales que, como estos casos, sepan innovar las formas de promover la cultura. Sus retos: romper la divisin de disciplinas, inventar nuevos esquemas de financiamiento y distribucin, explorar los alcances sociales de la cultura.

por gerardo lammers

de la cultura

un sofisticado concepto de cultura urbana arte, cul-tura callejera, msica y nuevos medios, como slo a una sociedad tan cerebral como la sueca se le poda ocurrir. Financiada con dinero pblico y manejada por organizaciones sin fines de lucro, esta iniciativa funciona bajo la premisa de que los usuarios son los productores (users are the producers).

Su oficina es el cascarn de un viejo edificio que alguna vez sirvi a la industria naval de este puerto de Europa, que comparte con su colega Caroline Lundholm.

Aqu te acostumbras a que el gobierno te solucio-ne la vida en todo. Pero yo trabajo como mexicana, improvisando, dice Oyuki.

Transformar un contenedor en biblioteca y orga-nizar una exposicin de jvenes emprendedores son dos proyectos que han estado a su cargo.

gerardo lammersescritor de crnicas y reportajes. egresado

de ciencias de la comunicacin del

iteso. trabajos suyos han sido publicados en gatopardo, gQ Mxico,

national geographic en espaol, df por

travesas, cambio y wow. es editor de la

revista Vinsfera.gerardo.lammers@

gmail.com


Antes de eso, uno de sus grandes hits que le dio puntos para obtener su trabajo actual fue la organiza-cin, en 2006, de un festival dedicado a los muertos.

La muerte es un tema tab en Suecia, as que el montaje de un altar multicultural, combinado con un ciclo de cine, una noche de poesa y otras activi-dades alusivas a la calaca hicieron que el trabajo de Oyuki resonara hasta Estocolmo.

Mi rol es inspirar a la gente a realizar sus pro-yectos, y si a eso le llaman gestin cultural, pues qu bueno, contesta por Skype con un acento extrao. Confiesa que hace siete aos que casi no habla espaol. Dice que, aunque ya se hizo mucho al orden sueco, que le encanta, de vez en cuando extraa la calidez de los mexicanos. Sobre todo durante el invierno.

***Cada vez es ms comn escuchar en el campo de la cultura y las artes el trmino gestor cultural. Por lo general se usa para designar a aquellas personas dedicadas a la promocin de productos culturales, aunque muchas de ellas pueden estar tambin invo-lucradas en procesos de produccin un paso antes o despus de los propios artistas.

As, gestores culturales, sean formales o informa-les, encontramos en todas partes, tanto en institucio-nes pblicas como en privadas. Los hallamos, quiz en mayor medida y por el momento, en museos, galeras y fundaciones.

Tambin se da el caso de artistas a los que la nece-sidad o las ganas los han convertido en excelentes gestores, como el pintor Francisco Toledo en Oaxaca, cuyas donaciones e iniciativas han hecho posibles casas de cultura, museos, bibliotecas, centros cultu-rales, etctera.

Por supuesto que el placer por el arte y la habi-lidad para conseguir recursos estn directamente relacionados con su trabajo, aunque no sera raro encontrar a ms de un gestor cultural con la visin y el liderazgo para crear e impulsar un proyecto de gran envergadura e impacto social.

Hasta ahora, la mayora de los gestores culturales se ha hecho en la prctica. Sin embargo, las univer-sidades se han percatado de la necesidad de formar profesionales en este campo. Es el caso del iteso, que lanzar esta nueva licenciatura en agosto de este ao (ver recuadro).

***

Oyuki planea un geek girl Meet up algo as como un encuentro de chicas interesadas en medios de comunicacin, tecnologa y redes sociales para el prximo ao en Mxico. Ms informacin en su blog: http://ohproducer.tumblr.com


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stapelbddsparken es un parque en la ciudad de Malm, suecia, que combina espacios deportivos (ms de 2 mil metros cuadrados de tubos, albercas y pistas para patinar, y paredes artificiales para escalar) con espacios de creacin abiertos a las propuestas de los usuarios. el parque ofrece equipo, infraestructura y asesores entre ellos oyuki Matsumoto para que los jvenes desarrollen propuestas culturales en torno a varios ejes: arte, cultura callejera, msica y nuevos medios.www.stapelbaddsparken.se/

Hace unos aos, mientras estudiaba su doctorado en La Sorbona de Pars y terminaba de escribir Los minutos negros, su primera novela, Martn Solares recibi la noticia de que Leonardo Da Jandra, el autor de la triloga Entrecruzamientos famoso por haber vivido durante varios aos en una playa desierta del Pacfico mexicano en compaa de su mujer, en una utopa de orden creativo, estaba enfermo en la ciudad de Oaxaca.

Solares se prometi entonces que en su inminente viaje a Mxico ira a visitar a su amigo. Cuando lleg hasta la capital oaxaquea, Da Jandra estaba recupe-rado y aprovech la visita de Solares para hablarle, emocionado, de una editorial en ciernes.

As fue como Solares entr en contacto con Gui-llermo Quijas, un joven que acababa de abandonar la carrera de Relaciones Industriales en la Ibero de Pue-bla para hacerse cargo de los negocios familiares.

Nacido en 1982, Quijas es nieto de don Ventura Lpez, profesor rural de la sierra mixe y comunis-ta para ms seas, quien en 1949 decidi fundar una empresa comercial con responsabilidad social llamada Proveedora Escolar. Se trataba de una pequea librera-papelera-editorial que comenz

a lanzar tirajes de mil ejemplares con algunos tex-tos escolares, de historia y de ficcin, para consu-mo del pblico oaxaqueo.

El negocio comenz en un pequeo local del centro, pero cuando Solares se encontr con Quijas, en 2002, ste ya le daba trabajo a ms de 300 personas, y adems co-organizaba la Feria del Libro de Oaxaca.

Quijas y Solares se entendieron de inmediato y el tampiqueo se puso a trabajar en un nuevo concepto para Almada, un nombre significativo, ligado con el mar (almada es una balsa hecha de troncos de madera que se usaba para transportar pergaminos), para una editorial emergente.

Tiempo ms tarde, Solares se reuna con el diseador Alejandro Magallanes, quien a las pocas semanas les entreg cuatro maquetas elaboradas a mano, siguiendo la premisa de hacer libros bellos, con un carcter artesanal vinculado a la gran tra-dicin de Oaxaca y, cosa no menos importante, baratos de producir.

Buscamos hacer algo que no se pareciera en nada a los diseos de algunas editoriales espaolas, que me resultan impersonales, estridentes y que


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el festival umOre azOka, especializado en espectculos

callejeros, se realiza desde hace diez aos en Leioa, en el pas vasco

(espaa). Msicos, acrbatas, teatreros, comediantes, mimos, y

toda clase de artistas callejeros se renen anualmente para exponer

sus producciones y ser contratados por promotores culturales de

todo el mundo. en su edicin ms reciente, celebrada en mayo de 2010,

se presentaron ms de cuarenta compaas de Francia, Japn,

australia, india, estados unidos, argentina, chile y espaa.www.umoreazoka.org/es/

Formar emprendedores culturales

A partir de este prximo mes de agosto, el iteso comenzar a formar gestores cultu-rales con una licenciatura. Esto surge de reconocer que en el pas hay varios miles de personas trabajando en el sector cultural, en instituciones pblicas y privadas, que en su mayora no han recibido formacin especfica y que terminan aprendiendo sobre la marcha, dice Alfon-so Hernndez Barba, director de la nueva licenciatura en Gestin Cultural.

Hernndez Barba, filsofo por la Universidad Inter-continental y comuniclogo por el iteso, trabaj casi una dcada en el Centro de Promocin Cultural de esta universidad. De hecho, fue en este centro donde se empez a fraguar el proyecto de esta nueva carrera que, en pases como Espaa y Colombia, ya existe desde hace algunos aos.

El acadmico asegura que la nueva carrera dar herra-mientas a los alumnos para que stos entiendan lo social

en su conjunto, as como los vnculos entre arte y cultura: La cultura no se reduce a las artes pero son stas una parte muy importante.

El campo de trabajo para estos nuevos pro-fesionales es, en teora, tan amplio como el concepto mismo de gestin cultural. Va desde la creacin de una empresa propia, empresas culturales (pblicas y privadas), galeras, agen-cias promotoras, casas productoras, fundacio-nes, organizaciones y centros culturales, hasta universidades y organismos gubernamentales.

Aunque tradicionalmente el Estado ha sido la gran fuente de recursos en Mxico, ms al estilo de lo que ocurre en Francia, Hernndez reconoce que esto va cambiando.

Esta nueva licenciatura busca formar empresarios de la cultura?

Digamos, mejor, emprendedores de la cultura. Es un mejor trmino.

el msicO brasileO carlinhos brown ha impulsado, desde hace varios aos, escuelas de msica y oficios en el barrio de candeal, en salvador de baha. esta iniciativa, registrada en el documental el milagro de candeal, de Fernando trueba, pretende ofrecer alternativas a los nios de la calle a travs de la educacin y la cultura. Los habitantes de candeal no slo participan en las multitudinarias timbaladas (grupos de percusin) durante los das de carnaval, sino en talleres de costura, arte, ingls, adems de programas de construccin de casas, escuelas e infraestructura urbana.www.pracatum.org.br/


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le atribuyen al lector mexicano un mal gusto, explica Solares en entrevista telefnica desde la ciudad de Mxico.

Hasta el momento, la coleccin de Almada (que abarca los gneros de cuento, novela, ensayo, periodismo literario y libros para nios), incluye a ms 50 autores, jvenes y consagrados, nacionales e internacionales entre ellos, el francs J. M. G. Le Clzio, ganador del Nobel, quien declar que el libro El da que Beaumont conoci a su dolor, publicado por la casa oaxaquea, es la edicin ms bonita que se ha hecho jams de todos sus libros, uno de los mejores cumplidos que Solares ha escuchado de viva voz.

Hablando sobre el xito de Almada, lo primero que pondera Solares es, claro, la calidad literaria: No por ser una editorial joven publicamos lo que les sobra a los escritores en otras editoriales, ni nos tocamos el corazn a la hora de rechazar algn manuscrito. Nuestro compromiso es con el lector.

Y subraya el trabajo literario que se toma con cada uno de los autores, en especial con los jvenes: Cuando t le planteas a un profesional de la litera-

tura un ngulo dbil en el texto que ha escrito, ste siempre ser capaz de ofrecer un mejor resultado.

Otro aporte de Almada, en materia de promo-cin de la lectura, es la creacin de una red infor-mal de promotores de la lectura.

Te puedo contar, por ejemplo, el caso de una persona que detectamos en Yucatn que dirige un taller literario, y a la que le terminamos enviando 200 libros, dice Solares.

Cmo le hacen para que los libros sean baratos? le pregunt por telfono a Guillermo Quijas.

Bueno, esto tiene que ver con el proyecto iniciado por mi abuelo, quien siempre concibi el trabajo que se poda hacer como un tringulo: pro-duccin, difusin y venta de libros.

Por nuestra parte, hemos dado con los esque-mas comerciales y fiscales que nos permiten mayo-res beneficios. Por un lado, tenemos a Almada, que es la productora y est constituida como una sociedad civil; por otro, tenemos a la Proveedora Escolar, que es la distribuidora y est constituida como una sociedad de responsabilidad limitada; y luego est la Feria del Libro de Oaxaca, que es

elOsa cartOnera es una cooperativa del barrio de la boca, en buenos aires, que fabrica libros

con cartn reciclado. importantes autores argentinos, como Fogwill, csar aira o ricardo

Piglia han donado textos para que los talleristas los fabriquen manualmente segn su propia

lectura de la obra. esta iniciativa supone una metodologa de trabajo que promueve el

desarrollo social y personal a travs de la lectura y del arte. Las editoriales cartoneras, inspiradas

en la experiencia de sarita cartonera en Lima, Per, han florecido en amrica Latina, donde hay

registro de hasta 32 grupos.www.eloisacartonera.com.ar

www.saritacartonera.com


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una asociacin civil sin fines de lucro, y que por lo tanto expide recibos deducibles de impuestos. De esta manera podemos absorber, entre las tres empresas, gastos de operacin y as bajar costos.

El ao pasado quizs el ms difcil de los cinco aos que ha atravesado Almada, durante la Feria del Libro de Oaxaca la editorial aument 90 por ciento sus ventas con respecto al ao anterior.

La ciudad y las palabras, de Alberto Manguel, El arte de perdurar, de Hugo Hiriart, y La fiebre, de J. M. G. Le Clzio, son los prximos ttulos de esta casa editorial.

***Deben los gestores convertirse en empresarios de la cultura?, le pregunt a Luca Raphael, quien fuera directora de difusin cultural de la Universidad del Claustro de Sor Juana (ciudad de Mxico) y agregada cultural en el Centro Cultural de Mxico en Pars.

Estudi en la unam y tengo un problema con ese trmino. Creo que la cultura resulta muy afectada en el momento en que la vemos como una empresa.

Raphael considera que una de las caractersticas principales que debe tener todo gestor cultural adems de placer por el arte, capacidad de orga-

nizacin y creatividades creer en la cultura como instrumento de crecimiento para el pas. Su propia experiencia la lleva a identificarse plenamente con el modelo francs.

***Uno de los grandes temas de la gestin cultural tiene que ver con su relacin con el Estado, es decir, con los apoyos de los gobiernos. En este sentido, se distinguen dos grandes escuelas: la francesa y la estadunidense.

El modelo francs que es al que Mxico ha estado ms apegado, visible en instituciones como el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Cona-culta) y el Sistema Nacional de Creadores est basado en la intervencin del Estado y en la pro-teccin de la diversidad cultural, bajo la premisa de que el arte y la cultura (o, si se quiere, las culturas) son entidades frgiles que requieren un tratamiento especial, pues no deben ser manejados como una mercanca cualquiera. As se entiende la creacin del trmino excepcin cultural.

Por su parte, el modelo estadunidense est basa-do en la idea de que son los particulares a quienes les corresponde financiar la cultura y las artes por

el multifOrO cultural alicia es el espacio por excelencia de la contracultura de la ciudad de Mxico. adems de ser uno de los pocos espacios para las bandas nacientes de rock ah comenzaron bandas ahora consolidadas, como Panten rococ, Las ultrasnicas o austin tv, el alicia es tambin referencia para otras expresiones artsticas y lugar de encuentro de colectivos polticos. este foro pretende, en palabras de su director, recuperar una cultura de izquierdas, que reivindique la alegra, porque una persona feliz es ms crtica, ms propositiva.www.myspace.com/foroalicia


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medio de donaciones (deducibles de impuestos), asegurando as su independencia.

Las diferencias entre ambas escuelas pueden apreciarse con claridad en lo logrado en ambos pases. Mientras que el Ministerio de Cultura de Francia cumpli 50 aos en 2009, Estados Unidos carece de un organismo similar.

Con la llegada de Nicolas Sarkozy a la presi-dencia de Francia, se dice que el modelo francs est volteando la mirada hacia el estadunidense, entre otros factores, debido a la crisis econmica internacional.

En una entrevista reciente al diario espaol El Pas, el actual ministro de Cultura, Frdric Mit-terrand us la siguiente imagen para hablar de la simpata que, siendo francs, profesa por la cultu-ra estadunidense: Creo que es compatible comer hamburguesas y leer a Proust.

***Hace siete aos que Guadalajara, metrpolis acos-tumbrada a mirar de lejos las vanguardias artsticas (o de plano ni voltearlas a ver), cuenta con un espa-cio independiente nico para la produccin y exhi-

bicin de arte contemporneo. Se llama Oficina para Proyecto de Arte, mejor conocida como opa, y se localiza en el piso 23 del Condominio Guadalajara, uno de los smbolos de la modernidad tapata (obra del arquitecto Julio de la Pea).

Los fundadores de opa son tres artistas de la localidad que, por medio de este proyecto del tipo Artist Run Space (galeras manejadas por artistas, con-cepto surgido en Europa durante los aos noventa y que es considerado como un importante factor en la regeneracin urbana), se han puesto muy a su estilo el traje de gestores culturales: Jos Dvila, Gonzalo Lebrija y Fernando Palomar.

Gracias a esta iniciativa, el pblico tapato ha podido apreciar el trabajo de artistas nacionales e internacionales en un singular espacio, desde donde se puede apreciar la ciudad hacia sus cuatro puntos cardinales.

Las carreras artsticas de Dvila, Lebrija y Palo-mar, cada vez ms demandantes, hicieron que, a partir de este ao delegaran la direccin de opa en la tapata Mariana Mungua, licenciada en Sociologa por la Universidad de Guadalajara, y quien antes haba estado a cargo de La Planta,


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(espacio dedicado al arte de la empresa Omnilife), y de Laboratorio Arte Alameda, en la ciudad de Mxico.

La gran aportacin de opa dice su directora, Mariana Mungua, de 34 aos, es que los artistas invitados no traen obra ya hecha, sino que aqu se les ofrece una plataforma de produccin y un ambiente propicio para desarrollar proyectos nuevos, toman-do como fuente de inspi-racin el espacio especfi-co de esta oficina.

A manera de ejemplos de la obras que se han hecho en opa, Mungua rememora el laberinto de tablarroca que hizo la artista polaca Monica Sosnowska en 2005, o el caballo pony que subi por el elevador el albans Anri Sala hasta la azo-tea del edificio, para la realizacin de la pieza No Barragn No Cry, y que aparece en la portada del libro monogrfico que edit Phaidon.

En el caso de opa, las labores de gestora cul-tural han incluido desde conseguir este piso del Condominio Guadalajara (cedido por los propie-tarios: la familia Lpez Rocha y Televisa), hasta el dinero y los viticos para traer a los artistas (que en los casos internacionales se negocian con las embajadas), as como los recursos para la produc-cin de los proyectos de cada artista.

En opinin de Mungua, Guadalajara es una ciudad de todlogos que deben ser sustituidos

por profesionales. Y hablando en particular de los gestores culturales, destaca un aspecto que le pare-ce fundamental: su capacidad de liderazgo a la hora de resolver problemas: La falta de dinero nunca debe ser una limitante. Es frustrante, s, pero hay que saber negociar y encontrar las salidas. En este sentido, yo lo nico que le pedira al gobierno son

incentivos fiscales.Cuando le pregunto

por casos emblemticos exitosos de gestiones culturales, menciona al muac de la ciudad de Mxico, estrenado en 2008 y ubicado en Ciudad Universitaria, por la manera en que su directora, Graciela

de la Torre, consigui el dinero para hacerlo (las salas llevan los nombres de distintos empresarios): Me atrevera a decir que es el primer museo en Mxico que tiene todas las condiciones necesarias para recibir una exposicin de cualquier parte del mundo.

Para la directora de opa, el trabajo de los ges-tores culturales podra transformar la vida cultural de un pas como Mxico: Hacen falta vnculos e intercambios con otras ciudades. Si hablamos de festivales, por ejemplo, se podran armar circuitos para traer cosas de calidad pero reduciendo costos. Lo mismo en teatro o en ballet. Se trata de que enriquezcamos nuestra visin y nuestra manera de trabajar. m.

Mariana Mungua, directora de la opa, destaca un aspecto fundamental de los gestores culturales: su capacidad de

liderazgo para resolver problemas


a perfect sOul, de John isaacs, es la prxima exposicin de opa. del 15 de mayo al 11 de junio. http://www.opa.com.mx/

el pintOr juchitecO Francisco toledo es, adems de un artista reconocido internacionalmente, un activo promotor cultural. en 1988 fund el instituto de artes grficas de oaxaca, una iniciativa que incluye una importante coleccin de arte grfico de Latinoamrica, una biblioteca, cineclub, la fonoteca, el centro fotogrfico Manuel lvarez bravo, de donde han salido varias de estas imgenes. http://institutodeartesgraficasdeoaxaca.blogspot.com/

PoLtica

Ergo Sum

La seduccin del hombre blanco


por john carlin


robben isLand. Nelson Mandela regres en 1994 a su celda en la prisin de Robben Island, donde pas 27 aos acusado de sabotaje. foto Louise Gubb / Corbis SABA


El da en el que Nelson Mandela sali de la cr-cel, al gobierno suda-fricano le preocupaba lo que los funcionarios denominaban, en conversaciones privadas, el factor ayatol. Varios miembros del gobierno haban mantenido conversaciones secre-tas con Mandela durante cuatro aos y crean tenerlo calado. Pero y si lo haban interpretado mal? Y si los haba engaado? Era posible que hubiera estado fingiendo ser un pacificador y que, en realidad, su intencin fuera exhortar a las masas negras a alzarse contra sus opresores, contra los mismos que lo haban tenido 27 aos encerrado en prisin? Y qu ocurrira si las masas eran incapaces de contener sus emociones, sus aos de ira con-tenida, y la liberacin de su lder acababa transformndose en el cata-lizador de una orga de venganza? Un documento de los servicios de informacin del gobierno, recogido por las autoridades penitenciarias y reproducido en la biografa autori-zada de Mandela, recin publicada por Anthony Sampson, enumera-ba en tono admirativo los rasgos del dirigente. Pragmtico, filosfi-co, idealista, disciplinado. Pero los autores del documento aadan una nota de cautela: No existen indi-cios visibles de rencor contra los blancos, aunque quiz se trate de una farsa esplndidamente interpre-tada por su parte.

Niel Barnard, jefe del Ser-vicio Nacional de Informacin de Sudfrica entre 1980 y 1992, mantuvo ms de 60 reuniones secretas con Mandela antes de que ste saliera en libertad. Su cabeza le deca que Mandela no estaba fingiendo. Pero el hombre al que denominaban el superes-pa del apartheid, albergaba en su corazn el temor de que las cosas se descontrolaran y la pesadilla producida por la conciencia cul-pable de la Sudfrica blanca se hiciera finalmente realidad. Lo que nos angustiaba era saber si

iba a ser posible superar las 24, 48, 72 horas siguientes sin que hubiera un gran levantamien-to popular explicaba Barnard en una reciente entrevista. Recorrera el pas a la manera del ayatol? Saldran cientos de miles de personas dispuestas a arrasarlo todo?

Por motivos que no se expli-caron en su da, el hecho es que Mandela sali de la crcel, el 11 de febrero de 1990, con ms de dos horas de retraso sobre el hora-rio previsto, con el consiguien-te aumento del suspense general (aunque el entonces ministro de Justicia, Kobie Coetsee, declar

John CarlinPeriodista

especializado en poltica y deportes.

Entre 1989 y 1995 fue jefe de la oficina en Sudfrica del diario

The Independent de Londres. Su libro El

factor humano, sobre Nelson Mandela y el equipo sudafricano de rugby que gan

el campeonato mundial en 1995,

fue adaptado al cine en 2009 por Clint Eastwood con el

nombre de Invictus.www.johncarlin.eu/

No existen indicios visibles de rencor contra los blancos, aunque

quiz se trate de una farsa,

deca un informe secreto del

gobierno antes de su liberacin

Mandela escucha a una nia que dice su nombre durante un mitin de su campaa presidencial en Cabo Oeste. foto Reuters


Richard Woolf y su mujer, Vanessa,

oyeron que alguien llamaba a la puerta. Era un vecino para

decirles que Mandela estaba sentado en un Mercedes Benz

estacionado delante de su casa

ms tarde que se qued ms tran-quilo cuando las autoridades de la prisin le explicaron que el motivo del retraso era que Win-nie Mandela haba ido a la pelu-quera). Tambin se retrasaron las primeras palabras en pblico de Mandela, porque en el lugar del acto, una gran plaza de Ciudad del Cabo, haba una muchedum-bre tan catica que el coche del lder negro no poda llegar hasta all. De forma que lo llevaron a un tranquilo barrio a las afueras de la ciudad para esperar que se restaurase la calma. En ese barrio viva una joven pareja blanca con sus dos hijos, unos gemelos de un ao. Como millones de personas perplejas en todo el mundo, los padres estaban siguiendo el espec-tculo por televisin.

Richard Woolf, que trabajaba de mdico en la zona, y su mujer, Vanessa, oyeron que alguien llama-ba a la puerta. Era un vecino para decirles que Mandela estaba senta-do en un Mercedes Benz estacio-nado delante de su casa. Al princi-pio no le cremos, pero all estaba, era Nelson Mandela, recuerda el doctor Woolf. Nos levantamos y le miramos asombrados. Todo el mundo tena la atencin puesta en l, y l estaba delante de nuestra casa. Nos quedamos contempln-dole, hasta que baj la ventanilla y nos hizo una sea para que nos acercramos, mientras deca: Ven-gan aqu. Me aproxim con Simon, uno de nuestros hijos. Ensegui-da percib que tena una presencia asombrosa. Pero, al mismo tiem-po, era muy cordial, muy anima-

Liberacin. Nelson Mandela camina junto a su ex-esposa Winnie, despus de ser liberado el 11 de febrero de 1990. foto Reuters


do. Nos pregunt si poda cargar a Simon. As que se lo pas, lo cogi por la ventana y lo columpi en su rodilla. Daba la impresin de que estaba encantado de tener un nio en brazos.

La ltima vez que aquel ayatol bondadoso haba tenido a un nio en brazos haba sido nueve aos antes, gracias a la amabilidad de sus guardianes en la crcel.

Winnie Mandela haba ido a visi-tarlo con su primer nieto, de apenas tres meses, envuelto en una manta. Haba dos guardianes de servicio. Mandela, que normalmen-te slo tena contacto con su mujer a travs de una gruesa ventana de cristal, pidi a los guardianes que le dejaran cargar al nio, algo que no haba hecho desde haca 20 aos. Los guardianes, ambos blancos, intercambiaron miradas nerviosas. Pero no pudieron resistirse a la peti-cin de Mandela. Tom al nio por la puerta posterior recuerda uno de ellos, llamado Christo Brand y llamamos a Mandela. Le pusimos al nio en brazos sin previo aviso y le dijimos que tena que mante-nerlo en secreto. Podamos perder

nuestros puestos. Respondi: Oh, cogi al nio y lo bes. Haba lgri-mas en sus ojos. Nadie supo jams que Mandela haba visto al nio.

Qu tena Mandela para que los guardianes estuvieran tan dis-puestos a complacerlo, a confiar en l, incluso poniendo en peligro el trabajo que les daba de comer? Por qu Niel Barnard, el impasible jefe de los servicios de informacin del apartheid, se fiaba de l como para

la combinacin de una presencia asombrosa y un toque de calidez y humanidad, son las que convencie-ron, primero, a sus guardianes en la prisin, luego a sus interlocutores secretos de la Administracin, des-pus al Gobierno del presidente De Klerk y, por ltimo, a la poblacin blanca del pas en su conjunto, de que era un dirigente de quien todos los sudafricanos podran sentirse orgullosos.

Incluso De Klerk, que quizs haya sido el ltimo presidente blanco de Sud-frica, reconoce el papel indispensable que Mande-la desempe para que el pas se alejara del precipi-cio que lo llevara a una confrontacin sangrienta y alcanzara, como es el caso en la actualidad, un grado de estabilidad poltica que no se haba visto desde

que llegaron los primeros colonos blancos, en 1652.

Si el presidente Mandela fuera ms joven y estuviera dispuesto a continuar otro mandato en su cargo, y si la Constitucin previera dos votaciones distintas una para la presidencia y otra por un parti-do poltico, estoy absolutamente

MuraL. Una mujer habla por telfono frente a un mural

conmemorativo en el barrio de Soweto. Veinte aos despus

de la liberacin de Mandela, millones

de sudafricanos siguen viviendo en

la marginacin. foto Siphiwe Sibeko /

Reuters

recomendar al presidente F. W. de Klerk que lo dejara en libertad y empezara a negociar los trminos de la transicin a la democracia? Son muchas las razones por las que Mandela ha conseguido tranquili-zar, seducir y ganarse a la Sudfrica blanca. Pero, en esencia, esas cua-lidades que vio la familia Woolf,

Incluso De Klerk, que quizs haya sido el ltimo

presidente blanco de Sudfrica, reconoce el

papel indispensable que Mandela desempe


convencido de que el presidente Mandela obtendra un porcentaje de los votos totales muy superior al que conseguira el cna como partido, afirmaba De Klerk en una entrevista este mismo ao; un comentario significativo si se tiene en cuenta que las previsiones dicen que el Congreso Nacional Afri-cano (cna), el partido de Man-dela, obtuvo 66.35% de los votos en estas elecciones generales. En mi opinin, es muy respetado por la inmensa mayora de los suda-fricanos prosegua De Klerk. Admiran y valoran la moderacin que ha aportado a todo el proceso, su compromiso con la construccin del pas y su comprensin de los temores y las aspiraciones de nues-tra gran diversidad cultural.

No siempre fue as. En los aos cuarenta, cuando Mandela

era un joven activista, se opona de forma visceral al destacado papel que varios dirigentes indios y algunos comunistas blancos haban asumido dentro del movi-miento de liberacin. La pobla-cin india estaba bien representa-da en Sudfrica y haba heredado de Gandhi cuyo primer con-tacto con las injusticias polticas se produjo durante su estancia en Sudfrica, a principios de siglo una tradicin de protestas pacfi-cas. Sin embargo, Mandela, lleno de orgullo juvenil, crea que los africanos slo deban ser dirigi-dos por africanos.

Y llevaba sus objeciones a autnticos extremos. Cuando vea a algn comunista blanco que conoca caminando por la calle en direccin a l, cruzaba a la acera del otro lado. En una

En los aos cuarenta Mandela

se opona de forma visceral a

que los blancos e indios asumieran liderazgos dentro del movimiento de

liberacin

en su Visita coMo Presidente de sudFrica a la ciudad de La Haya en Holanda, en 1999, Nelson Mandela y su esposa liberan una paloma de la paz. foto Raymond Rutting


ocasin, durante una reunin poltica, recurri a la violencia. Mandela atac a los comunistas y a los indios recuerda Wolfie Kodesh, un comunista blanco del que ms tarde se hizo amigo. Agarr a Yussuf Cachalia cuando estaba arriba de una plataforma y lo lanz fuera de ella como si fuera un perro. Cachalia tambin lleg a ser amigo suyo ms adelante, cuando Mandela comprendi que, frente a la represin creciente del apartheid, el cna no poda permitirse el lujo de desdear a aliados de ningn

rePresin. Un manifestante lleva

un retrato de Nelson Mandela durante los funerales de

las vctimas de la represin en un

poblado sudafricano. foto Bernard Bisson

/ Corbis

Muchos lo veamos como

a Garibaldi recuerda Joe Matthews. No

como un pensador sino como un

guerrero

tipo. Pero incluso despus de adop-tar sin reservas la filosofa esencial del cna del no racismo, Mandela sigui siendo, a los ojos de sus camaradas, un agitador. Siempre el primero de los lderes del cna en ofrecerse como voluntario para ser detenido desafiando leyes injustas, fue asimismo la primera figura de la organizacin que defendi, en una decisin muy controvertida, el abandono de la resistencia no vio-lenta, el mtodo de lucha escogido por el cna desde su fundacin, en 1912. Habl con pasin en favor de empuar las armas. Y venci. Cuando se fund Umkhonto we Sizwe (La Lanza de la Nacin), en 1961, Mandela fue designado su jefe.

Muchos lo veamos como una especie de Garibaldi recuerda Joe Matthews, entonces un camarada muy allegado en el cna y vicemi-nistro en el gobierno de Mande-la. No como un pensador sino como un guerrero, el tipo valiente que estaba dispuesto a hacer cual-quier cosa que entraara peligro. Era un hombre que no conoca el miedo, que quiz no tena todos los elementos en cuenta.

Cuando el soldado fue a la crcel, despus de que lo con-denaran a cadena perpetua en 1964, empez a revisar todas sus ideas. Con la casi totalidad de la direccin del cna no slo l en prisin, empez a meditar en la soledad de su celda diminuta sobre los lmites de lo que era polticamente posible. Maharaj, miembro de su gabinete, lleg a la crcel de mxima seguridad de Robben Island en 1965, y per-maneci muy cerca de Mandela durante 12 aos. La crcel lo hizo ms comedido afirma Maha-raj. La prisin te da la posibi-lidad de relajarte y decir: Muy bien, no hay ningn momento culminante, ningn plazo, y te permite el lujo de analizar, punto por punto, la forma de obtener las cosas. Qu cosas quera obtener Mandela? Para qu uti-


liz la oportunidad de planificar sus pasos y aprovechar la nueva autodisciplina a la que obligaba la crcel? Sus objetivos eran dos: cambiar por completo la relacin con las autoridades de la prisin y humanizar Robben Island, a la que consideraba un microcosmos de la Sudfrica del apartheid. Y prepararse para el da en el que el gobierno blanco se viera obligado a negociar con la oposicin negra.

Estas dos ambiciones parecan muy improbables a mitad de los aos sesenta. El sistema peniten-ciario era brutal. Trabajos forzados, obligacin constante de silencio, una carta cada seis meses; ropa y comida que ofrecan escaso alivio ante las inclemencias del invierno en el Atlntico meridional.

En cuanto a la poltica, fuera

historia. Despus empez a estudiar el proceso que seguan sus mentes, con el fin de influir en ellas para sus propsitos.

Un da, bamos a trabajar recuerda Maharaj y nos empu-jaban para que caminramos ms aprisa. De repente, Mandela se pone en primera fila y nos susurra a todos: No cedis ante las amenazas. Seguid andando a vuestro paso nor-mal. No haba ninguna discusin con los guardianes. Ningn desafo patente. Era una forma callada de conservar en nuestro interior una parte que el guardin se vea impo-tente para dominar.

Esta actitud, segn Walter Sisu-lu, empez a alterar la correlacin de fuerzas. Por primera vez, las autoridades penitenciarias se vie-ron forzadas a dialogar con los

de la crcel, la resistencia negra haba sido aplastada. Pareca que el apartheid, como el comunismo en el bloque sovitico, perdurara eternamente. Sin embargo, Man-dela no perdi nunca su visin optimista. Como escribi a una amiga desde la crcel: La cosecha ha quedado simplemente aplaza-da, no destruida.

Mandela sembr las semillas de la liberacin en sus tratos con los guardianes de la prisin, un grupo muy representativo de la sociedad caracterizada por el racismo ms impenitente del mundo. Conoce a tu enemigo era un principio cuyo uso poda resultar muy til en pri-sin y, un da, con el propio gobier-no. Se propuso enseguida aprender el idioma de los guardianes, afrikans (la lengua de los opresores) y su

reconciLiacin. El presidente Mandela habla con la prensa despus de tomar caf con Betsie Verwoerd, viuda de uno de los principales impulsores de la poltica de segregacin racial, el ex-primer ministro Hendrik Verwoerd. foto Juda Ngwenya / Reuters


presos. Porque, cuando no conse-guan que nos moviramos, tenan que preguntarse qu podan hacer explica Sisulu, que pas 25 aos en la crcel con Mandela. Entonces decidieron reconocer a nuestra direccin. se fue un momento muy importante.

Era una guerra de nervios, como deca otro preso, una guerra de desgaste. Pero, al mismo tiem-po, Mandela haca hincapi en la necesidad de convencer a los guar-dianes de que dejaran de tratarlos, en palabras de Maharaj, como a monos en el zoo. Mandela opinaba que no eran los presos quienes necesitaban rehabilitacin que era la postura oficial, sino los guardianes. Descubri-mos formas de comunicar-nos con ellos, charlar con ellos y, por ms groseros que fueran, neutralizar su grosera, explica Maharaj para describir otro elemen-to del mtodo de Mande-la. El fruto fue inmediato. Los guardianes empezaron a mostrar la inferioridad que sentan con respecto a nosotros, debido a nues-tra preparacin y a nuestro comportamiento; hasta el punto de que empezaron a pedirnos que les ayud-ramos en sus estudios y a acudir a nosotros en busca de consejo cuando tenan con-flictos con sus superiores. Paso a paso Mandela iba imponiendo su voluntad a los guardianes. Eso es lo que descubri George Bizos, su abogado durante casi cuatro dece-nios, durante una visita a la isla.

Haba con l ocho guardianes recuerda. Los presos no sue-len marcar la pauta a sus vigilantes, pero era evidente que, en su caso, es lo que haca. Me dijo Hola y le devolv el saludo. De pronto se apart y me dijo: Perdona, Geor-ge, no te he presentado a mi guar-dia de honor. Y me present a cada uno de los guardianes por su nombre. Estaban absolutamente

asombrados, pero se comportaron como si verdaderamente fueran una guardia de honor. Me dieron la mano con todo respeto.

Si los guardianes eran, en su mayor parte, hombres sencillos, afrikners procedentes del medio rural, en Niel Barnard, Mandela encontrara, muchos aos despus, a un adversario al que numerosos observadores polticos sudafrica-nos consideraban el Maquiavelo del presidente P. W. Botha en los aos ochenta. Sin embargo, una vez ms, la mezcla de majestuosi-dad y cortesa de Mandela consi-gui tal como reconoce Bar-nard en la actualidad desarmar sus defensas y logr su objetivo de

En una entrevista, Barnard recordaba con asombro y afec-to las extraordinarias maneras de Mandela cada vez que lo visitaba. Cuando entraba en la casa de Vic-tor Verster, tomaba mi saco con gran educacin y me deca: Doctor Barnard, deje que le ponga aqu el saco. Y yo le deca por cierto, yo siempre le hablaba en afrikans y l me responda en ingls le deca: Hombre, seor Mandela, verdaderamente no hace falta. Sigo siendo joven. Deje que lo haga yo. El viejo me gusta llamarle viejo, cariosamente era siempre el hombre ms educado que pueda usted imaginar.

El Servicio Nacional de Infor-macin de Barnard fue, dentro del gobierno del apartheid, la primera insti-tucin que lleg a la con-clusin de que un acuerdo poltico era la nica solu-cin para los problemas de Sudfrica. A mitad de los aos ochenta, el gobierno sudafricano estaba aisla-do en el extranjero y ase-diado en el interior por un movimiento negro de protesta lleno de ira pero bien organizado. Muchos sectores de la administra-cin, empezando por el presidente Botha, estaban en desacuerdo con la idea

de hablar con la oposicin negra. Botha, antiguo ministro de Defen-sa, crea que la mejor respuesta era en palabras de Barnard luchar hasta el final.

Las fuerzas de seguridad de Botha hacan incursiones en los estados africanos vecinos, asesinaban y tor-turaban a activistas del cna, fomen-taban de forma clandestina conflic-tos mortales entre facciones negras rivales. Con el tiempo, al ver que las presiones nacionales e internaciona-les sobre su gobierno no hacan sino aumentar, Botha empez a com-prender que estaba cavando su pro-pia tumba. O, como dice su antiguo ministro de Justicia, Kobie Coetsee:

El Servicio Nacional de Informacin fue,

dentro del gobierno del apartheid, la primera

institucin que concluy que un acuerdo poltico

era la nica solucin para los problemas de

Sudfrica

aplacar las sospechas y los temores que corran por la sangre afrikner del funcionario.

Barnard conoci a Mandela, sobre todo, durante la ltima etapa de los cuatro aos de conversacio-nes secretas en la prisin. Durante el ltimo ao de encarcelamiento de Mandela, el lugar de encuentro era una casa en el recinto de la pri-sin Victor Verster, cerca de Ciudad del Cabo. Lo trasladaron a la casa con piscina y cocinero a su dis-posicin un ao antes de su pues-ta en libertad, cuando el gobierno pens que aquel hombre sera el futuro presidente de Sudfrica y que le convena tratarlo bien.


Nos habamos acorralado nosotros mismos en un rincn. Se acercaba a gran velocidad el momento de cruzar el abismo poltico que separa-ba a blancos de negros. Nunca hasta entonces se haba dignado ningn miembro del gobierno a reunirse con un lder del cna. Haba llega-do, por fin, el instante para el que se haba preparado Mandela duran-te ms de 20 aos. Botha, no sin algunas dudas, autoriz a Coetsee a entablar un contacto inicial con l. A finales de 1985, Mandela fue ope-rado de la prstata en un hospital slo para blancos de Ciudad del Cabo. Coetsee lo visit como por casualidad.

Era un genio. Me di cuenta desde el momento en el que lo conoc recuerda Coetsee, que fue ministro de Justicia entre 1980 y 1994. Era un dirigente nato. Se

tomaban tranquilamente juntos un jerez. Nada poda estar ms alejado de la verdad, puesto que Mande-la era, literalmente, prisionero del ministro de Justicia del apartheid. No slo eso: el simple hecho de que Coetsee formara parte del gabinete quera decir que apoyaba la bru-talidad a la que se enfrentaban los camaradas de Mandela en la calle. Pero el dirigente negro, que se haba preparado para este momento a lo largo de sus tratos con el salvajismo inicial de sus guardianes, tena muy en cuenta su objetivo estratgico global. Desarm a Coetsee con su amabilidad.

Coetsee se dej arrastrar de tal forma a la farsa de normalidad, se olvid hasta tal punto de s mismo, que empez a sentirse sobrecogido ante Mandela, un hombre del que hoy le gusta destacar que posee las

MandeLa visita el monumento al soldado desconocido durante una visita al Reino Unido. foto Juda Ngwenya / Reuters

mostr cordial. Estaba sentado en una silla, con la bata del hospital; pero hasta esa ropa la llevaba con dignidad. Al volver a la crcel, Mandela fue enviado a una celda de aislamiento. En su soledad tom una decisin histrica. Escribi a Coetsee para proponerle conversa-ciones. Pero el gobierno de Botha segua dividido entre la necesidad de negociaciones y el impulso de guerra. Pas un ao, hasta que una noche, de repente, lleg un coche a recogerlo para llevarlo a la residen-cia oficial de Coetsee en Ciudad del Cabo, vestido con un traje que le proporcionaron las autoridades de la prisin.

Tanto Coetsee como Mandela en su autobiografa han expli-cado que el objetivo de ambos era crear una atmsfera de normalidad, como si fueran dos seores que se


clsicas virtudes romanas: honestas, gravitas y dignitas. Coetsee estaba tan embelesado que lleg a confesar a Mandela que sus conversaciones eran escuchadas en secreto. Man-dela utiliz este dato con resultados eficaces.

El objetivo de Mandela era asegurar la puesta en libertad de todos los presos polticos, res-taurar la legalidad del cna e iniciar un proceso sobre la forma de realizar la transicin hacia el gobierno de la mayora. Al fin explica Coetsee, las plticas escuchadas en secreto sirvieron para que quienes las realizaban pudieran comprender mejor a aquel hom-bre, siempre lleno de sinceridad y dignidad. Y, en mi opinin, fue su sinceridad sobre el futuro lo que result muy convincente.

Mandela necesitaba pruebas visi-bles de que el gobierno pensaba con seriedad en el cambio poltico. Y las obtuvo. Primero, en forma de una reunin muy anunciada con P. W. Botha, una invitacin muy cordial a tomar el t en la que Mandela le sedujo con sus conocimientos sobre la guerra que los luchadores de la libertad afrikners haban librado contra los britnicos a principios de siglo.

Luego, en octubre de 1989, des-pus de que P. W. Botha se viera forzado a dimitir tras haber sufrido un derrame cerebral, el presidente De Klerk puso en libertad a Wal-ter Sisulu y a otros presos de edad avanzada. El 2 de febrero de 1990, De Klerk anunci el levantamiento de la prohibicin que afectaba al cna y a otros pequeos movimien-tos de resistencia de la poblacin negra. La ltima pieza del rompe-cabezas que haba estado compo-niendo Mandela mediante su labor meticulosa encaj en su sitio con su propia liberacin, nueve das ms tarde, que prepar el camino para las negociaciones formales cuyo resultado seran las elecciones de abril de 1994; las elecciones que lo convertiran en el primer presidente negro de Sudfrica. m.

1994. Militantes del Congreso Nacional Africano (cna), festejan la victoria de Nelson Mandela en las primeras elecciones libres del pas. foto Gideon Mendel / Corbis


Una maana del verano de 1760, el agri-mensor ingls Jeremiah Dixon escri-bi una comedida carta dirigida Al seor Charles Mason, ayudante del Astrnomo Real, quien desempea-ba sus funciones en el observatorio de Greenwich. Si bien es cierto que en mi trabajo recurro con mucha ms frecuencia a la aguja magntica que a las estrellas, deca Dixon luego de presentarse, espero contrarrestar mi falta de experiencia en los asuntos del firmamento con diligencia y una rpida comprensin, virtudes que me caracterizan. La respuesta no fue menos atenta: Desendole un viaje al sur tan bueno como lo per-mitan los extraordinarios caminos del Seor, aguardo su llegada con un nimo felizmente rescatado por la fama de usted, en todas partes conocida de los duendes del recelo, una excepcin que no podra ser ms grata en la vida por lo comn desasosegada de su seguro servidor: Charles Mason. Los dos perso-najes comenzaban a anudar as, con una cortesa que pronto quedara dinamitada por el trato cotidiano, el lazo que los atara en la vivencia de un sinfn de aventuras inslitas, pero tambin en la posteridad que ha seguido recordando sus nombres indisolu-blemente unidos: Mason y Dixon, los cientficos que al servicio de Su Majestad trazaron la lnea que termi-nara dividiendo al Norte del Sur en lo que sera Esta-dos Unidos un deslinde que se hizo, originalmente, para resolver un conflicto fronterizo entre las colonias de Maryland y Pensilvania...

Pero eso es historia, y las reconstrucciones de la his-toria, por escrupulosas que pretendan ser, jams pue-den jurar fidelidad a los hechos mismos que relatan, siempre infinitamente ms complejos que los precarios vestigios (fechas, nombres, piedras) que podemos ir reconociendo. Por ello, acaso convenga confiarse ms bien a la literatura, que facilita las precisiones indispen-sables para una comprensin mejor. Porque en el trato de los seores Mason y Dixon, por ejemplo, prevaleci desde el principio una suspicacia que apenas disimula-ban tantas caravanas y tantos respetos: Mason confe-sara que, al recibir la comunicacin de Dixon, estuvo a punto de romperla, aunque se apiad de aquella honrada alma rstica que me crea un sabio. Aaah! Amarga decepcin. Y Dixon, por su parte, revelara que haba podido escribir su carta slo gracias a que

El genio elusivo

Algunas novelas de Thomas Pynchon::V. (Tusquets, 1997).:Mason y Dixon (Tusquets, 2000).:El arco iris de gravedad (Tusquets, 2002).:Vineland (Tusquets, 2003).:La subasta del lote 49 (Tusquets, 2008).

Thomas Pynchon

no estaba borracho... El caso es que, forzados por la burocracia, tenan que avenirse a trabajar juntos, y la empresa que los aguardaba no iba a ser fcil: tenan que desplazarse hasta Sumatra con tal de consignar el trnsito de Venus por el Sol (el 6 de junio de 1761), un fenmeno astronmico para cuya observacin se moviliz una gran cantidad de expediciones cientficas por varios rincones del planeta...

Pero esto sigue siendo historia, y en la colaboracin de Mason y Dixon hay mucho ms que las hazaas y las desventuras de una pareja de investigadores zaran-deados por las procelosas aguas de su tiempo: hay, dig-moslo de una vez, la materia de una novela formidable, colosal no slo por sus dimensiones, sino tambin por los incontables relatos que van ramificndose en sus pginas, obra de ingeniera fantstica e imposible cuyo autor, tambin, es uno de los escritores ms fascinantes del ltimo medio siglo en la literatura mundial. Nadie sabe quin es, para empezar. Se sabe que se llama Thomas Pynchon, y que tal nombre firma otras seis novelas y un libro de cuentos; hay un puado de fotos suyas nada asegura que sean autnticas: en una est vestido de marino, y, cuando en 1974 le fue conce-dido el National Book Award (uno de los galardones literarios ms prestigiosos en Estados Unidos), envi a un payaso para que lo recogiera: Quiero agradecer a Breznev, a Kissinger el verdadero presidente de Esta-dos Unidos y a Truman Capote, rezaba su mensaje de aceptacin. La revista Time dio una vez con l, en los inicios de su carrera: haba sido elogiosamente reseada su primera novela, V., y Pynchon, que viva en la ciudad de Mxico, brinc por la ventana de su apartamento y se larg corriendo.

Encima, sus libros tienen fama de ser dificilsi-mos. Y puede que lo sean: son labernticos, estn sobrecargados de informacin, nunca se sabe a ciencia cierta quin est hablando ni qu es lo que sucede. Aunque tales obstculos poco importan: son novelas que exigen, s, leer muy de cerca y es que estn urdidas con una aleacin insospechable de realidad y ficcin, pero al cabo el milagro ocurre y sobreviene el deslumbramiento. El propio Pynchon quien no resultar extrao a los lectores de Jorge Luis Borges, de Italo Calvino o de Georges Perec lo dijo alguna vez: Por qu las cosas tendran que ser fciles de entender?. m.

por jos israel carranza foto lalis jimnez

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EL EMpRENDEDOR MULtIUSOS:

DE LA CIENCIA A LA INICIATIVA PRIVADA

por erick falcn fotos alex espinoza

el desarrollo econmico de Mxico necesita cerebros para crear innovaciones tecnolgicas y empresas capaces

de desarrollarlas. Pero, qu hacer con los problemas de comunicacin cuando no el divorcio entre los cientficos y los empresarios? La respuesta deseable sera clonar muchos enrique strassburger este oceanlogo de ensenada, baja california, ha probado que los hombres de ciencia tambin

pueden tener espritu emprendedor.


Aunque su acento revela su origen defe-o, el oceanlogo Enrique Strassburger Madrigal aguanta las altas temperaturas como un norteo. En pleno otoo, el Valle de Guadalupe registra temperatu-ras por arriba de los 25 C, pero el cientfico se ha acostumbrado a temperaturas de hasta 35 C como resultado de sus experimentos.

Por increble que parezca, Strassburger cra tila-pias y cultiva verduras en una de las zonas ms ridas del Valle. El calor arrecia todava ms en un rancho donde se practica tanto acuicultura como agricultura protegida. Entrar a la zona de invernaderos y estanques se siente como caminar por el centro de Mexicali en verano. Las caloras su