La sabiduría es una habilidad que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia en
la experiencia, obteniendo conclusiones que nos dan un mayorentendimiento, que a su vez nos
capacitan para reflexionar, sacando conclusiones que nos dan discernimiento de la verdad,
lo bueno y lo malo. La sabiduría y la moral se interrelacionan dando como resultado un individuo
que actúa con buen juicio. Algunas veces se toma sabiduría como una forma especialmente bien
desarrollada de sentido común.
En la Sabiduría se destaca el juicio sano basado en conocimiento y entendimiento; la aptitud de
valerse del conocimiento con éxito, y el entendimiento para resolver problemas, evitar o impedir
peligros, alcanzar ciertas metas, o aconsejar a otros. Es lo opuesto a la tontedad, la estupidez y
la locura, y a menudo se contrasta con éstas. Tomás de Aquino define la sabiduría como "el
conocimiento cierto de las causas más profundas de todo" (In Metaphysica, I, 2). Por eso, para él,
la sabiduría tiene como función propia ordenar y juzgar todos los conocimientos.
La sabiduría toma sus referencias de lo que se denomina memoria a largo plazo. En otras
palabras, lo vivido ha de haberse experimentado con suficiente frecuencia o intensidad como para
que no se borre de nuestro recuerdo, se inserte en los esquemas de lo que consideramos bueno o
malo y se tome en cuenta como parte de los procesos de supervivencia del individuo. El papel que
juega este concepto en la selección natural es de vital importancia; aunque también impone una
carga cuando el medio cambia y la memoria a largo plazo sólo rescata recuerdos que ya no son
actuales, por lo que la edad, el envejecimiento y el desgaste neural suponen un handicap en la
readaptación del individuo en cuestión, dificultando la inserción de los nuevos datos en dicha
memoria, dilatando los tiempos de respuesta y poniendo en grave peligro la supervivencia del
individuo en el medio cambiante como en la filosofía en los que se aplican los medios
cuánticos. [cita requerida]
Contenido
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1 En psicología
2 Comprensión y relación de la sabiduría con otros conceptos afines
3 Citas sobre la sabiduría
4 Bibliografía
5 Enlaces externos
[editar]En psicología
La mayoría de los psicólogos [cita requerida] consideran la sabiduría como distinta de las habilidades
cognitivas medidas por los exámenes de inteligencia. La sabiduría es con frecuencia considerada
como un rasgo que puede ser desarrollado por la experiencia, pero no enseñado. Cuando se aplica
a asuntos prácticos, la palabra sabiduría es sinónimo de prudencia. Algunos consideran la
sabiduría como una cualidad que incluso un niño, de otra forma inmaduro, puede poseer con
independencia de la experiencia o el conocimiento completo. La Sabiduría según una definición
muy explícita de la misma es: «La forma correcta de aplicar el conocimiento» [cita requerida] y va mucho
más allá que el mismo intelecto, mostrando así lo elemental de la Vida.[cita requerida]
La cultura contemporánea limita la importancia de la sabiduría y de la intuición.
El nivel de la sabiduría o la prudencia como una virtud es reconocida en fuentes culturales,
filosóficas y religiosas. Algunos definen la sabiduría en un sentido utilitario, como una forma de
prever las consecuencias y actuar para maximizar el bien común a largo plazo.
[editar]Comprensión y relación de la sabiduría con otros conceptos afines
La sabiduría implica amplitud de conocimiento y profundidad de entendimiento, que son los que
aportan la sensatez y claridad de juicio que la caracterizan. El hombre sabio ‘atesora conocimiento’
y así tiene un fondo al que recurrir. (Pr 10:14.) Aunque la “sabiduría es la cosa principal”, el consejo
es: “Con todo lo que adquieres, adquiere entendimiento”. (Pr 4:5-7.) El entendimiento (término
amplio que con frecuencia abarca el discernimiento) añade fuerza a la sabiduría, contribuyendo en
gran manera a la discreción y la previsión, cualidades que también son características notables de
la sabiduría. La discreción supone prudencia, y se puede expresar en forma
de cautela, autodominio, moderación o comedimiento. El hombre “discreto [una forma de
fró·ni·mos]” edifica su casa sobre la masa rocosa, previendo la posibilidad de una tormenta; el
insensato la edifica sobre la arena y experimenta desastre. (Mt 7:24-27.)
El término hebreo jokj·máh (verbo, ja·kjám) y el griego so·fí·a, así como sus afines, son los
vocablos básicos que comunican el concepto de “sabiduría”. También está la palabra
hebreatu·schi·yáh, que se puede traducir por “trabajo eficaz” o “sabiduría práctica”, y las palabras
griegas fró·ni·mos y fró·nē·sis (de frēn, la “mente”), que se refieren a la “sensatez”, “discreción” o
“sabiduría práctica”.
La sabiduría es la habilidad desarrollada a través de la experiencia, la iluminación, y la reflexión para discernir la verdad y el ejercicio del buen juicio. Muchas veces está conceptualizada como un desarrollo avanzado del sentido común. La mayoría de los sicólogos y sicoanalistas se refieren a la sabiduría como un concepto distinto de las habilidades cognitivas medidas a través de pruebas de inteligencia. La sabiduría tampoco se puede enseñar, sino que se desarrolla fundamentalmente a través de la experiencia, y en la práctica está asociada con la virtud de la prudencia. De esta forma se la asocia con personas que llevan una larga vida. Es así como la sabiduría es considerada tanto por la cultura, la filosofía (de hecho viene de "filo", que es amigo o buscador, y "sofía", que en griego es sabiduría) y la religión como una virtud, la cuál permite ser utilizada para promover el bien común, más allá de la propia satisfacción personal.
Más allá de la experiencia, mencionada en el párrafo anterior como condición para desarrollar la sabiduría, las distintas corrientes filosóficas de la historia plantean distintas vías para alcanzarla. Los antiguos filósofos griegos relacionaban la sabiduría con el coraje y la moderación. En los diálogos del filósofo Platón, se la
menciona como conocimiento del bien y el coraje para actuar consecuentemente. En la Iglesia Católica en tanto, se la asocia con la justicia, el coraje, y la moderación, como una de las cuatro virtudes cardinales. Los holísticos en tanto, sostenían que las personas sabias eran aquellas que se alineaban con la naturaleza del universo. Por otro lado, en la filosofía oriental, el filósofo Confucio sostenía que se podía aprender de tres métodos distintos: la reflexión (la más noble), la imitación (la más fácil), y la experiencia (la más amarga). Buda en tanto afirmaba que la virtud de la sabiduría consistía en tener una buena conducta del cuerpo, así como buenas conductas verbales y mentales. Lo más interesante de ésta filosofía es que se plantea que las personas sabias hacen acciones que no son placenteras pero que dan buenos resultados, y no hacen acciones que por más que sean placenteras producen malos resultados. En la filosofía taoísta se afirma que la sabiduría consiste en saber qué decir y cuándo decirlo.
Más allá de la concepción que tienen de la sabiduría las distintas corrientes filosóficas, es indudable decir que es un pilar fundamental para el desarrollo espiritual del hombre, y que por lo tanto es necesaria practicarla y ejercitarla para así poder desarrollarnos como mejores personas.
La sabiduría ha sido una virtud muy valorada desde siempre, pero que nunca ha sido bien
explicada. De hecho, sólo de unos años a esta parte los científicos la han analizado con
rigor. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Diego ha
conseguido encontrarle una definición más ajustada, consultando a expertos en sabiduría
de todo el mundo. Según ellos: la sabiduría es una virtud humana poco común y una forma
de desarrollo cognitivo y emocional avanzado derivado de la experiencia, que no puede
fomentarse artificialmente. Por Yaiza Martínez de Tendencias Científicas.15 May 2010 | TENDENCIAS CIENTÍFICAS
L
a sabiduría ha sido una virtud muy valorada desde siempre, pero que nunca ha sido bien
explicada. De hecho, sólo de unos años a esta parte los científicos la han analizado con
rigor.
Considerada una capacidad psicológica única, la sabiduría ha sido mencionada desde la
antigüedad, y sobre ella se ha discutido desde diversas disciplinas del conocimiento desde
siempre, pero sólo recientemente ha empezado a ser estudiada por ramas de la ciencia
como la psicología o la sociología.
A lo largo de los siglos y en el transcurso de las civilizaciones se ha definido la sabiduría
como un cúmulo de elementos psicológicos. Los componentes más comúnmente señalados
dentro de esta virtud humana han sido la capacidad de empatía, la compasión o el
altruismo, la estabilidad emocional, el auto-conocimiento; y algunas actitudes pro-sociales,
como la tolerancia hacia los valores ajenos.
Encuesta realizada a expertos
Ahora, dos profesores del departamento de psiquiatría de la Universidad de California en
San Diego (UCSD) llamados Dilip V. Jeste y Thomas W. Meeks, han conseguido
encontrar una definición algo más ajustada para el concepto de sabiduría.
Según publica la UCSD en un comunicado, en colaboración con investigadores de otras
universidades, Jeste y Meek preguntaron a un grupo de 57 expertos en sabiduría de
distintos países sobre las características de la sabiduría, de la inteligencia y de la
espiritualidad.
Asimismo, los investigadores midieron hasta qué punto cada uno de estos conceptos era
definido de manera similar o diferente a los demás.
Según Jeste, con este estudio, lo que se intentaba era encontrar "una definición unitaria que
incluyera cada aspecto importante de la sabiduría".
El investigador explica que la inteligencia y la espiritualidad comparten ciertos rasgos con la
sabiduría, pero no son lo mismo. Así, un individuo puede ser muy inteligente, pero carecer
de conocimientos prácticos. Por otro lado, la espiritualidad se asocia a menudo con la edad,
como la sabiduría, pero esta última suele definirse en términos seculares, no espirituales.
Únicamente humana
Los autores publican en un artículo aparecido en The Gerontologist, que para la
investigación se aplicó elMétodo Delhi, una metodología de investigación multidisciplinar
para la realización de pronósticos y predicciones.
Su funcionamiento se basa en la elaboración de un cuestionario que ha de ser contestado
por los expertos. Una vez recibida la información, se vuelve a realizar otro cuestionario
basado en el anterior para ser contestado de nuevo. En el Método Delphi aplicado en esta
investigación, se incluyeron un total de 53 afirmaciones relacionadas con la sabiduría, la
inteligencia y la espiritualidad.
En la primera fase de la encuesta se revelaron diferencias significativas en las respuestas
acerca de 49 de las 53 aseveraciones. La sabiduría fue diferenciada de la inteligencia en 46
de 49 ítems y de la espiritualidad en 31 ítems.
En una segunda fase del cuestionario, la definición de sabiduría quedó aún más
concentrada en 12 de los ítems definidos a partir de los resultados obtenidos en la primera
fase. Según los científicos, la mayoría de los expertos coincidieron en caracterizar la
sabiduría de la siguiente forma.
En primer lugar, todos los especialistas señalaron que la sabiduría es un atributo
únicamente humano. Además, esta virtud, según ellos, es una forma de desarrollo cognitivo
y emocional avanzado derivado de la experiencia.
Por otra parte, para los expertos la sabiduría es una cualidad personal, fuera de lo común,
que puede aprenderse y aumentar con la edad.
Finalmente, los especialistas coincidieron en que la sabiduría, probablemente, no puede
aumentarse o desarrollarse por métodos artificiales, como el consumo de determinados
medicamentos.
Sabiduría y cerebro
Jeste afirma que, con estos resultados no queda definida completamente la sabiduría. Sin
embargo, con los datos obtenidos se ha constatado que los expertos coinciden en distinguir
determinadas cualidades de este concepto, lo que resultará valioso para futuras
investigaciones al respecto.
Meeks y Jeste llevan años estudiando la sabiduría. En 2009, en colaboración con
investigadores del Sam and Rose Stein Institute for Research on Aging sira.ucsd.edu/,
publicaron un artículo en la revista Archives of General Psychiatry en el que proponían
que la sabiduría tiene una base neurobiológica.
Según ellos, la corteza prefrontal, por ejemplo, se activa con la regulación emocional o la
capacidad de relativizar; la corteza prefrontal lateral facilita la toma de decisiones
calculadas o basadas en razonamientos; y la corteza prefrontal media estaría implicada en
el equilibro emocional y la actitudes pro-sociales o socialmente positivas.
Por otro lado, el neurocircuito de la recompensa (cuerpo estriado ventral y núcleo
accumbens) también parece importante para la promoción de actitudes pro-sociales; y la
actividad monoaminérgica (especialmente serotoninérgica y dopaminérgica) -que está
influenciada por diversos polimorfismos genéticos- resulta esencial para ciertos
subcomponentes de la sabiduría como la regulación emocional (incluido el control de los
impulsos), la toma de decisiones o las actitudes pro-sociales.
La sabiduría es una habilidad que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia en
la experiencia, obteniendo conclusiones que nos dan un mayorentendimiento, que a su vez nos
capacitan para reflexionar, sacando conclusiones que nos dan discernimiento de la verdad,
lo bueno y lo malo. La sabiduría y la moral se interrelacionan dando como resultado un individuo
que actúa con buen juicio. Algunas veces se toma sabiduría como una forma especialmente bien
desarrollada de sentido común.
En la Sabiduría se destaca el juicio sano basado en conocimiento y entendimiento; la aptitud de
valerse del conocimiento con éxito, y el entendimiento para resolver problemas, evitar o impedir
peligros, alcanzar ciertas metas, o aconsejar a otros. Es lo opuesto a la tontedad, la estupidez y
la locura, y a menudo se contrasta con éstas. Tomás de Aquino define la sabiduría como "el
conocimiento cierto de las causas más profundas de todo" (In Metaphysica, I, 2). Por eso, para él,
la sabiduría tiene como función propia ordenar y juzgar todos los conocimientos.
La sabiduría toma sus referencias de lo que se denomina memoria a largo plazo. En otras
palabras, lo vivido ha de haberse experimentado con suficiente frecuencia o intensidad como para
que no se borre de nuestro recuerdo, se inserte en los esquemas de lo que consideramos bueno o
malo y se tome en cuenta como parte de los procesos de supervivencia del individuo. El papel que
juega este concepto en la selección natural es de vital importancia; aunque también impone una
carga cuando el medio cambia y la memoria a largo plazo sólo rescata recuerdos que ya no son
actuales, por lo que la edad, el envejecimiento y el desgaste neural suponen un handicap en la
readaptación del individuo en cuestión, dificultando la inserción de los nuevos datos en dicha
memoria, dilatando los tiempos de respuesta y poniendo en grave peligro la supervivencia del
individuo en el medio cambiante como en la filosofía en los que se aplican los medios
cuánticos. [cita requerida]
Contenido
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1 En psicología
2 Comprensión y relación de la sabiduría con otros conceptos afines
3 Citas sobre la sabiduría
4 Bibliografía
5 Enlaces externos
[editar]En psicología
La mayoría de los psicólogos [cita requerida] consideran la sabiduría como distinta de las habilidades
cognitivas medidas por los exámenes de inteligencia. La sabiduría es con frecuencia considerada
como un rasgo que puede ser desarrollado por la experiencia, pero no enseñado. Cuando se aplica
a asuntos prácticos, la palabra sabiduría es sinónimo de prudencia. Algunos consideran la
sabiduría como una cualidad que incluso un niño, de otra forma inmaduro, puede poseer con
independencia de la experiencia o el conocimiento completo. La Sabiduría según una definición
muy explícita de la misma es: «La forma correcta de aplicar el conocimiento» [cita requerida] y va mucho
más allá que el mismo intelecto, mostrando así lo elemental de la Vida.[cita requerida]
La cultura contemporánea limita la importancia de la sabiduría y de la intuición.
El nivel de la sabiduría o la prudencia como una virtud es reconocida en fuentes culturales,
filosóficas y religiosas. Algunos definen la sabiduría en un sentido utilitario, como una forma de
prever las consecuencias y actuar para maximizar el bien común a largo plazo.
[editar]Comprensión y relación de la sabiduría con otros conceptos afines
La sabiduría implica amplitud de conocimiento y profundidad de entendimiento, que son los que
aportan la sensatez y claridad de juicio que la caracterizan. El hombre sabio ‘atesora conocimiento’
y así tiene un fondo al que recurrir. (Pr 10:14.) Aunque la “sabiduría es la cosa principal”, el consejo
es: “Con todo lo que adquieres, adquiere entendimiento”. (Pr 4:5-7.) El entendimiento (término
amplio que con frecuencia abarca el discernimiento) añade fuerza a la sabiduría, contribuyendo en
gran manera a la discreción y la previsión, cualidades que también son características notables de
la sabiduría. La discreción supone prudencia, y se puede expresar en forma
de cautela, autodominio, moderación o comedimiento. El hombre “discreto [una forma de
fró·ni·mos]” edifica su casa sobre la masa rocosa, previendo la posibilidad de una tormenta; el
insensato la edifica sobre la arena y experimenta desastre. (Mt 7:24-27.)
El término hebreo jokj·máh (verbo, ja·kjám) y el griego so·fí·a, así como sus afines, son los
vocablos básicos que comunican el concepto de “sabiduría”. También está la palabra
hebreatu·schi·yáh, que se puede traducir por “trabajo eficaz” o “sabiduría práctica”, y las palabras
griegas fró·ni·mos y fró·nē·sis (de frēn, la “mente”), que se refieren a la “sensatez”, “discreción” o
“sabiduría práctica”.
La sabiduría es un camino con muchos maestros
La sabiduría puede definirse como la capacidad de una persona de integrar idealismo y realismo mientras genera
acciones con valor agregado.
La característica de quienes alcanzaron la sabiduría es
que tuvieron múltiples maestros que tuvieron un rol de autoridad en sus vidas. Estos roles siguen vigentes y ellos
siguen admirándolos.
La admiración y la envidia funcional son los conceptos que permiten alcanzar la sabiduría. Los individuos que
admiran los logros y obras de otros tienen la posibilidad de alcanzar la sabiduría, pero sólo si persiguen el objetivo
de agregar valor al medio. La envidia funcional es la que impulsa a las personas a alcanzar objetivos.
Las personas que tienen relaciones conflictivas con la autoridad nunca pueden alcanzar la sabiduría. Pueden llegar a
ser extremadamente eruditos, trabajadores duros pero nunca podrán integrar idealismo con realismo con una
actitud de agregar valor al medio en que actúan.
La aparente paradoja de la sabiduría esta dada por la necesidad de múltiples maestros. Se dice que un discípulo es
aquel que supera a su maestro. Pero la sabiduría, definida como el espacio en el cual los individuos pudieron
integrar idealismo, realismo y la generación de valor agregado, no puede ser superada.
Competir con un maestro en el campo en que es sabio es una demostración de que la necesidad de ganar supera a
la necesidad de agregar valor. Por eso para hacer accesible la sabiduría se necesita tener múltiples maestros.
La erudición no es análoga a la sabiduría; puede ser distinta o una “versión” falaz de la sabiduría. La sabiduría
implica acción en tanto la erudición no.
Alcanzar la sabiduría no puede ser el objetivo de una persona sabia; la sabiduría es la consecuencia de la acción de
una persona pero no la causa de la misma. Es poco sabio intentar alcanzar la sabiduría.
Por eso es que la sabiduría es un camino con múltiples maestros. Los maestros son personas comunes o
extraordinarias que han alcanzado la sabiduría en algún campo. Búsquelas mientras sigue agregando valor.
Para alcanzar la sabiduría se necesita abandonar la modestia y aumentar la humildad. Las personas sabias no
necesitan tener razón, sólo ser funcionales.
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