VERÓNICA RIVERO GUILLÉN
LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL
• Ha estado siempre presente.• Es inherente al ser humano. • Búsqueda del SER MÁS.• Camino a la perfección.
Es importante preguntarnos….
¿Estoy guiando a mi hijo o hija en el camino espiritual?
¿Qué personas son las que están dejando verdadera huella en la vida de mi hijo o hija?
¿Cómo visualizo la vida de mi hijo o hija dentro de 10 años?
Apreciar, valorar y agradecer…Los niños son los únicos que tienen la característica de
maravillarse de las cosas.Aprovechemos esos momentos en que los niños
aprecian las cosas, no solo la naturaleza, sino también hay que enseñarles a apreciar las cosas buenas que hacen los demás (actitudes, acciones, etc.).
No apreciar solo lo malo, los volvemos criticones…Empezar con nosotros… agradeciendo por las cosas,
gestos y actitudes…Ser ejemplo.
Enseñar a nuestros hijos e hijas a ver más allá…Agradeciendo por la familia que tiene.
• Las maravillas de nuestro cuerpo.
• El tesoro de la amistad.• Los talentos propios y ajenos.• Los encantos de la naturaleza.
¡Porque en suma… todo esto proviene de Dios!
Dar las cosas de la mejor manera…
Ser testimonio creíble…El secreto de una buena educación reside en
la autenticidad del ejemplo.Es más importante poner a nuestros hijos en
contacto con lo que somos que en contacto con lo que decimos.
Motivando siempre un clima cálido.
Brindando caricias positivas.
Enseñándoles a preocuparse por los demás.
Vivenciando los valores.
Iniciarlos en el ser fraternos…
Practicar el silencioTomarse un tiempo para el
silencio y al contacto con su yo interior.
Ubicar un lugar silencioso y tranquilo.
Dedicar unos minutos diarios para la reflexión, conversar, rezar, cantar, trabajar u observar algún libro o lámina con nuestros hijos e hijas.
Aprender a callar para saber escuchar.
Para tener en cuenta…Es importante el contenido de lo que queremos dar, pero
más importante es la forma cómo lo entregamos.Propiciar un clima de afecto, confianza y alegría.Es necesario lograr una experiencia significativa para
nuestros hijos e hijas.Ahora es cuando debemos sembrar esta dimensión en el
corazón de nuestros hijos e hijas, pero debemos hacerla crecer, cultivándola…
Cambiar a nosotros y a nuestra familia, implica un cambio en nuestra sociedad.
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