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2010.03.09 avivah wittenber consultora de empresa womenpmics

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Page 1: 2010.03.09 avivah wittenber consultora de empresa  womenpmics

MARTES, 9 MARZO 2010

A yudo a las empresas a com-prender que hoy ya las muje-res tienen la mayor parte deltalento y del mercado...

¿Talento? ¿Tiene cifras?Es una revolución en todo

Occidente: los chicos –es preocupante–abandonan el sistema educativo antes quelas chicas y, por tanto, ellas están cada vezmás preparadas y más tituladas.

¿Por qué?Hay dos fenómenos paralelos: los chicos,con menor inteligencia emocional, prefie-ren un trabajo antes que una carrera –co-brar cuanto antes– y, además, tienen cadavezmás problemas para encajar en un siste-ma que está feminizado, porque hoy el siste-ma educativo habla en mujer.

¿En qué sentido?Pues que las mujeres son mayoría en la uni-versidad, pero también entre las profesorasde parvulitos y en todos los demás niveleseducativos: lamayoría de los profesores hoyson profesoras.

¿Y eso qué cambia?Pues que del mismomodo que antes las ins-tituciones hablaban enmasculino, hoy el sis-tema educativo ha feminizado sus pautas,actitudes y normas, su sentido común. Hoyla educación habla enmujer. Y si eresmujer

esmás fácil entenderlo, adaptarse y triunfaren él y, por lo tanto, educarse y titularse,

Aún no pasa lo mismo en las empresas.Las empresas siguen hablando en hombreporque sus cuadros directivos son en suma-yor parte varones, pero es sólo cuestión detiempo que se vean obligadas a hablar tam-bién en mujer, porque están más educadas,capacitadas y tendrán más poder.

¿Debemos alegrarnos de ese cambio?Debemos aprovecharlo, porque es impara-ble. Y no se confunda conmigo: yo no cele-bro la feminización de la educación, comono celebré tampoco su machismo. Lo quetodos deberíamos celebrar es el equilibrio.

¿En qué consiste ese equilibrio?En ser bilingües: hablar los dos lenguajes,hombre ymujer. Las empresas de futuro tie-nen que aprender hoy a hablar esos dos idio-mas o perderán la oportunidad de crecer.

Por ejemplo.La tecnología. El hight-tech era el clásico te-rritorio macho. Y en especial los teléfonosmóviles de gama alta.

Lo único que los hombres alardeabande tener muy pequeño.Porque el mercado demóviles –y aún hoy elde alta tecnología– estaba dominado poruna vanguardia de techies (adictos a la tec-nología) que eran los enterados líderes de su

grupo que dictaban sus pautas de consumoal resto del mercado, mayoritariamentemasculino, que trataba de seguirlos.

¿Y ellas?Se creaban nichos de productos femeninoscon más diseño y más fáciles de uso: habíacoches “de chica” u ordenadores.

Monísimos y de colores, pero con me-nos prestaciones que los “de verdad”.Cierto, pero todo eso era antes.

¿Ya no hay productos “de chica”?Hoy son lasmujeres las que imponen su gus-to al mercado incluso en lo que antes eran“reservas de machitos enterados”, como latecnología de automóviles, las altas finan-zas, la banca al detalle o la informática.

Por ejemplo.El iPhone es un aparato de alta gama quehabla en mujer: es de manejo intuitivo yfácil, pero de altísimas prestaciones; tieneun diseño cuidado y hasta el envoltorio esatractivo.

¿Eso es lenguaje mujer?Exacto: empezando por la facilidad de uso–no se trata de desafiar a tu raciocinio, sinode complacer a tu sentido común–, que seaintuitivo, que no sea necesario racionalizar-lo ni leer libros de instrucciones ni letra pe-queña. Y eso sirve igual para la banca.

Eso le gusta a cualquiera.¡Por eso las empresas que hablanmujer aca-ban vendiendo el doble a todos!

¿Qué es hablar mujer en consumo?Simplicidad de uso, pero sofisticación en elservicio con belleza en el diseño. Cuandocompra algo, una mujer no compra sólo elaparato sino la experiencia de todo: desdeel envoltorio hasta el servicio posventa.

Hay que ser bilingüe, pues.El varón cuando compraba un móvil, encambio, sólo compraba el artilugio. Y hacíacaso al amigo techie enterado. Pero hoy hanprobado experiencias femeninas como eliPhone y lo adoran. Por eso, es el primermó-vil de alta gama que vende exactamenteigual –al 50 por ciento– a hombres que amujeres. La tecnología de gama alta hoy yano es tecnología macho. Hoy habla mujer.

¿Y en banca pasa igual?Lo mismo, porque la mujer no tiene un egoque defender. Donde un varón puede callar-se, aunque no entienda lo que le explican,porque se da por sentado que está obligadoa saber de finanzas; o donde él quedaríamalal regatear por una pequeña comisión, ellasno se callan y preguntan y regatean.

¿Por qué son más racionales?No tienen un ego que proteger. Si no entien-den algo, dicen “no le entiendo”. Y punto. Yademás consideran que si ellas no lo entien-den, el problema es del banco que le quierevender algo sin saber explicárselo o cobrar-le una comisión también inexplicable.

¿La banca hablará en mujer?Sí y tendrá que ser más sencilla, agradable,transparente, mejor diseño y más próximay familiar. Porque si habla enmujer, se gana-rá también a los hombres.

LLUÍS AMIGUET

LA CONTRA

ROSER VILALLONGA

“Elegodelvarónantesquepreguntarsedejaengañar”

VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

Tengo 48 años: me ayudan a tratar con directivos cincuentones, aún mayoría, pero por pocotiempo. Nací en Canadá y vivo en París. Mi hijo y mi hija ven cocinar y fregar a papá y esoeduca. El capitalismo aún habla macho, pero aprenderá mujer. Participo en Rethink-her

Mi educación de machi-to me ha vetado hacerpreguntas –no sea quepensaran que no sabía–sobre coches, bancos,ordenadores o móviles.A veces, las ha hechoalguna señora con me-nos ego en mi lugar y heescuchado las respues-tas con secreto alivio.De ahí que no me sor-prenda tanto como mealegra saber que el senti-do común de las chicasse impone hoy en tecno-logía –¿de qué me sirvetener el mejor aparatosi no sé ni leer las ins-trucciones?–, banca–¿por qué se supone queel hombre sabe más denúmeros?– o mecánica–¿no las envidia cuandodicen que hasta que noentiendan la factura nola pagan?–. Y tambiéninterpretan mejor losmapas, porque si no losentienden, preguntan.

Aprender a no saber

AvivahWittenberg, consultora de empresa; autora de ‘Womenomics’

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