Mónica González PérezA01681467

Curso: Modelos de Gestión del Aprendizaje20 de febrero de 2016

Hace tiempo leí una historia que narraba el orgullo de haber aprendido a leer.

Era un campesino que había participado en uno de las muchos círculos de lectura que emprendió y coordinó Paulo

Freire para alfabetizar. Ahora que podía leer, este hombre, decía ser unhombre de pensamiento…

…palabras que literalmente dirían que

antes no lo era…pero que poco a poco evidencian uno de los

conceptos que utilizaba Freire…la

lectura del mundo…Este campesino no había

aprendido a ser un hombre pensante, ya lo era, era capaz de

leer su mundo y ahora el proceso de reflexión

le permitía tener mayor certeza sobre

ello…

…hoy, en este momento del curso de Modelos de Gestión del Aprendizaje, me

siento muy identificada con aquél campesino de la historia…

…Yo tengo un niño muy especial…

Bueno, todos son especiales, pero de él es de quien quiero hablar en este momento…

Él…me permitió aprender lo que hoy estoy cursando…a darle significado.

Él, me mostró que si yo identificaba el camino correcto para andarlo, él estaba dispuesto a recorrerlo…

Yo encontré un camino, que elegí como correcto, conformé un método para enseñar a leer y escribir a mis niños…no lo inventé, tomé de aquí y de allá (es un proceso).

Integré un camino que mis niños podían recorrer y alcanzar con él, un mayor éxito en el aprendizaje de estas habilidades…

Sólo tres de mis niños no apropiaron la lectura y la escritura antes de pasar a segundo grado, y entre ellos…estaba él.

A veces, él no quería ni tomar el lápiz, tomaba largas siestas, pero cuando despertaba, me llevaba el cuaderno para que le pusiera trabajo, al principio…sí, me pasó por la mente, que no tenía yo nada que darle…que su lugar estaba en otro lugar…

…pero empecé a detenerme más tiempo, a darle más tiempo.

Si mis niños en tres o cuatro semanas lograron ubicarse espacialmente en el cuaderno…él…tardó casi un año.

Si al principio sus trazos no tenían tino, hoy es capaz de escribir números y letras, así como de tomar dictado de vocales, sílabas y palabras por sílaba.

…un día, vino la luz a mi cabeza…entendí que él, iba a recorrer el mismo camino que los demás , que iba a lograrlo, sólo que necesitaba tiempo…

El día martes 16 de febrero de 2016 hemos vuelto a empezar con “las carretillas”…no importa, cuántas veces volvamos a empezar en lo que resta del año…porque al hacerle dictado él escribió con éxito lo que yo le he pedido…

…hoy Marzano me es más real que nunca…

…hoy tengo certeza en compartir esos pequeños logros, porque he encontrado que él puede lograrlo y que tienen sustento…

…tal vez no es que yo no fuera persona pensante, sino que hoy puedo darle nombre a lo que estoy haciendo…

…pero no quiero dejarlos creyendo que Sebastián sólo se ha dedicado a aprender las letras, o los números del 1 al 10, que hoy utiliza casi sin error…los identifica, escribe cardinales, puede incluso realizar sumas de una sola cifra…

…Sino que también es parte de un grupo, de una comunidad a la que está integrado, en

la que llega a participar con tino cuando trabajamos los diversos temas,…

…un grupo en el que juega, ha aprendido muchas reglas, baila…muchas veces

todavía se queda dormido, pero al depertar lo primero que hace es copiar la fecha (casi

ya no sale del renglón) y llevarme el cuaderno a mi mesa…

Hoy, estoy orgullosa de haber aprendido a nombrar lo que hago…

***De acuerdo con Marzano y Kendall (en Gallardo, 2009, pág. 3) “La complejidad de un proceso mental es invariable, el número de pasos para su ejecución no cambia. Sin embargo, la familiaridad sí

cambia con el tiempo, cuanto más familiar sea, más rápido se ejecutará el

proceso”